Franco Vaccarini Bambú y bambúEl Osito Panda, mientras almorzaba tiernos brotes de bambú, le preguntó a su mamá: —Ma, ¿por qué sólo comemos bambú? La Osa Panda, mirando el frondoso bosque de bambú que los rodeaba, contestó: —Ositín, mi morrocotón de mi corazón, ¿qué ves alrededor tuyo? —Bambú —dijo el osito fastidiado porque él no era ningún morrocotón. —Entonces, comemos bambú porque vivimos en un bosque de bambú. —¿Y no podemos mudarnos a un bosque de papas fritas? —No hay, que yo sepa —dijo Mamá Panda, dudando un poco. Es que ella jamás había salido del bosque de bambú. —Pero una vez me dijiste que nuestros primos, los osos polares, comen focas. —Sí, pero ellos viven en un mundo de nieve, donde hay bosques de focas y ningún bambú. Dicho esto, Mamá Panda bostezó, indicando que estaba con ganas de dormir una siesta. —¡Mamá! ¿Y qué me decís de los osos pardos? —Te digo que comen pájaros, o peces, o miel. Osito Panda siguió pensando, mientras mamá comenzó a leerle un cuento, como siempre a la hora de la siesta. Se llamaba “El bambú verde contra el bambú verde claro”. Osito Panda escuchó el cuento, aunque antes de entregarse al sueño... —Ma... —Qué, hijito morrocotín. —Me aburro de comer siempre bambú, bambú, bambú. Pero Mamá Osa ya se había dormido y soñaba con un bosque, un bosque extraño, donde no había ningún bambú, bambú, bambú. El rey Todoesmío Ydenadiemás El rey del que vamos a hablar ahora se llamaba Todoesmío Ydenadiemás. Y la verdad es que el nombre le calzaba justo, porque era muy egoísta. Su reino estaba asentado en una lejana isla de un mar que ya se secó (es que esto pasó hace mucho, mucho tiempo), y su capital era la Ciudad de la Malavenida. La ciudad tenía un puerto y allí se detenían los barcos que venían de todo el mundo. Apenas un marino ponía pie en tierra, el recaudador del rey le presentaba una lista de tributos tan extraña como la siguiente: - Derecho a respirar: dos monedas de oro (el día). - Derecho a cantar boleros: 6 monedas de oro (la canción). - Derecho a soplarse la nariz: 15 monedas de oro. - Derecho a tocar el tambor: 4 monedas de oro. - Andar sin zapatos: 2 monedas de oro 3 Franco Vaccarini . Hasta el perro del rey Todoesmío Ydenadiemás se construyó una balsa de madera y fue recibido personalmente por Alonso del Muérdago. Y el espejo un día se enojó y se rompió a propósito. Ahora sí que Alonso estaba enojado: —¡Esto es un atropello al turista! ¡Exijo ver al rey Todoesmío Ydenadiemás! —bramó. —¡Qué plus ni que plus! Me voy. Si además lo quiere mirar se agregan 200 monedas de oro. El rey Todoesmío Ydenadiemás. esto no es todo suyo y de nadie más. caminar o escuchar. todos los habitantes de la Ciudad de la Malavenida se mudaron a la Ciudad de la Bienvenida.El rey Todoesmío Ydenadiemás Con el tiempo. pero ya Alonso del Muérdago se había retirado en su bergantín. —No. deberá usted pagar mil monedas de oro. orgullosos. ¿Piensa llevar zapatos? —No. —¡Yo no dije que todo esto es mío y de nadie más! ¡Dije que quiero ver al rey Todoesmío Ydenadiemás! —bramó desesperado Alonso del Muérdago. Y al poco tiempo llegó al puerto de la Ciudad de la Bienvenida. respiró hondo. -No poder pasear perro por no tener perro: 20 monedas de oro. tenga en cuenta que el aire del palacio real es más caro —aclaró el hombre—. . y al verse las arrugas decía: —Por atreverse a mostrar mis arrugas. de enojado que estaba. Con zapatos o sin zapatos le cobramos un plus a la tarifa vigente por gastar la alfombra de la sala del rey. Hablar con el rey sale 100 monedas de oro. —¡Puedo sacar palomas y conejos de mi bonete! Los chicos que festejábamos el cumpleaños de Marquitos en el patio .Escuchar el ruido de la lluvia en los techos: 8 monedas de oro.Mojarse si llueve: 6 monedas de oro.. —¡El aire es gratis! —aclaraban los ciudadanos.. Alonso del Muérdago. que se creía un gran mago. El payaso malhumorado —¡Mis dedos son mágicos! —dijo el payaso Desbarajuste. señor espejo. Alonso del Muérdago.Andar con zapatos: 2 monedas de oro. —alcanzó a decir el recaudador. voy a ir descalzo —dijo por decir. —Entiendo. ¡y no pienso volver! —Irse le cuesta.. Y si respira mientras habla. .. . que por entonces se había retirado de sus aventuras marinas y vivía en la Ciudad de la Bienvenida. Esto es todo del rey Todoesmío Ydenadiemás — aclaró el recaudador. y exclamó mirando al cerro que tenía enfrente: —¡Qué lindo cerro! —Por mirar el cerro: 30 monedas de oro —anotó el recaudador. se miraba en el espejo. donde lo esperaba la orquesta municipal y una bailarina lo invitó a beber jugo de coco y nadie tenía que pagar para respirar. un gran navegante de aquella época. —Para el caso es lo mismo. aburrido. . que no quería enojarse por estas imposiciones.Pasear al perro: 10 monedas de oro.Decir “qué loco está el tiempo”: 5 monedas de oro. porque si un payaso se enoja con los chicos. No. ¿Quién escucha las quejas de una pobre oreja?” Después la tía Ana se fue del sueño y ahí vino la parte de miedo porque Camila vio un gato que no era como son los gatos normales. pero tan grande que no se veía: se había estirado como un globo. ¿Pueden creer lo que hizo? ¡Hizo aparecer un dragón en el patio! Y era un dragón tan grande que casi no nos quedaba lugar para jugar. pero queríamos magia. —¡Vamos. —¡Mis dedos son capaces de cualquier cosa! —seguía diciendo el payaso con su voz finita y chillona. por ejemplo. —¡Miren! Y de su bonete no salió nada. A todos no dio mucha risa. Al final. —¿Qué te pasa. que tenía la punta de la nariz mojada. a ver qué pasaba. La mamá se impresionó mucho cuando Camila le explicó que todo . El gato más grande que todo Camila tuvo un sueño. Éste era un gato que crecía. mami! ¡MAMAAÁ! La mamá cerró la ducha y salió del baño. Para mejor. El gato ya era tan grande. Todos lo aplaudimos y a él se le pasó el enojo. lo mejor es que se dedique a otra cosa. Y ahora la propia Camila. la mamá estaban adentro del globo. en el sueño. Soñó que había ido al cine con la tía Ana y cuando volvieron a casa la mamá se estaba bañando. —No nos digas mentiras. Pero ni Marquitos ni nadie volvió a llamarlo para un cumpleaños. La oreja se quejó pero nadie la escuchó. Desbarajuste —le rogamos. la bestia se comió un pedazo grande de torta y amenazaba con devorarse todas las salchichas. Era muy vanidoso y no le gustaban las quejas del público. queremos ver palomas blancas y conejitos dientudos! Desbarajuste se ofendió muchísimo. el loco del payaso Desbarajuste volvió a meter su dragón en el bonete y después hizo aparecer dos palomas blancas y cuatro conejos que sólo comían zanahorias.de su casa nos preparamos para ver algo asombroso. La mamá cantaba bajo la ducha: “Una linda arveja se cayó en la oreja de la vieja Virueja de Pico Picotueja. La mamá de Marquitos iba a llamar al dueño del zoológico para que se lo llevara. a ser domador de dragones o boxeador. perdón: del gato. Camila comenzó a tener miedo y a tener más miedo y así fue que. se puso a gritar: —¡Mami. porque hacía mucho calor. como esos globos que de tan hinchados se hacen transparentes. vení. envuelta en una toalla. Que crecía y crecía. Cami? —preguntó la mamá. la casa. las flores florecen. no me pongo. así que consideran buen poeta a cualquiera que diga: “En el otoño. el Mundo está adentro del Universo y el Universo está adentro de un gato. En la primavera. le aseguró a la mamá: —Mami. es sencillo. escuchen: “Harta. Se concentraba tanto en el control mental. Nosotros estamos adentro de la casa. Pero me parece que un poco más —dijo Camila. Pero Mulaj Edén escribía poesía diferente. ¡Más grande que el mundo! —Entonces.” Otros poetas recitan cosas así: “Bella es la arena al sol cuando esconde una flor. En general. más. Solía caminar por la calle pensando “No me pongo colorado. quién se creerá que es. ¿entonces el gato es más grande que la casa? Camila le contestó muy seria: —No. —Ahí va el petulante de Mulaj Edén. ¿es como el Universo? —Por lo menos es como el Universo. Cuando recitaba poemas se olvidaba de todo: de que era vergonzoso y de que sus poemas no le gustaban a nadie y hasta de hacer control mental para no ponerse colorado. la gente entiende que la poesía habla de las flores. Y listo.. En su ausencia. la ciudad de los demonios. más. tanto que se ponía colorado. bate la pancarta. y eso hacía más firme su voluntad y más clara su vocación. no me pongo. que no saludaba a nadie. Su nombre era Mulaj Edén y ante personas desconocidas era muy tímido. del otoño y del amor. aunque también se olvidaba de ponerse colorado.” Y la gente aplaude y dice: —¡Qué fino! ¡Qué inspirado! Y hasta algunas señoras opinan: —Ay. a la florucanta se la comió el ratonitum . no me pongo colorado”. Era un poeta de gran vocación. Descubrió que podía evitar el ponerse colorado si hacía control mental. El poeta y la polilla del saco azul Existió hace mucho un poeta en Bagdad. retoños no crecen. Llega a Pandemonium.. mami. corre y bate sus marcas. la casa está adentro del Mundo. juega a cartas. La mamá preguntó: —Pero Cami.el aire que respiraban estaba hecho de gato. Y con la seguridad que sólo se puede tener en un sueño. Ninguna de las dos sabía que soñaban.. qué buen novio para la nena un poeta así. Sus poemas no le gustaban a nadie. Si me das un beso. no me pongo colorado. yo te doy mi corazón. ni parado ni acostado. siempre tan arrogante —comentaban las señoras al verlo pasar. ignorando que estaba haciendo fuerza para no ponerse colorado.. no hay solarium. la mujer cantaba operetas con voz aguda. que era más buena que la sopa de verduras. convencido. Y se nubló. La hija de la reina de Inglalanda Anoche soñé con la hija de la reina de Inglalanda.” La traducción a nuestro idioma sería: “Veo una linda polilla. ¡Cuánta elegancia lucía con su trajecito blanco. así que continuó recitando grandes obras. cada vez que Mulaj Edén ponía cara de poeta. Cierta vez. a altas horas de la noche.” Después de entonar versos con este contenido. ella fue más estricta todavía: le juró que no lo dejaría escribir mientras viviera. Y vivieron con tal delicia. se consolaba. Temerosa de perder a sus relaciones para siempre.. . cuando su mujer y los ciudadanos de Bagdad dormían. oculto en su propia casa. Cuando Mulaj Edén se hizo polilla. que antes de terminar la función ya no eran más amigas. la mujer le prohibió recitar las mil noches siguientes. Mulaj Edén lo encontró muy lógico: “Van a venir en el futuro”. En el sueño. que se comieron hasta las camisas. La princesa sobresalía en medio de personas que reían y bailaban. los señores más nerviosos sufrían picos de presión y la mayoría del público se retiraba indignado de la sala.sin decencia. hasta recibió un carterazo de la esposa del califa Heropás.El poeta y la polilla del saco azul Él insistió con declamar sus versos en público y anunciaba sus recitales con el título de: La Poesía del Futuro Pero no iba nadie. yo estaba de turista en Bolivia. —¡No soy tu mula. que aceptó su propuesta de casarse. la única que me da bolilla. Como Mulaj Edén protestó. no se olvidó que de hombre fue poeta. Alumbrado por una vela que se derretía apurada (quería apagarse pronto la vela y adivinen por qué: no le gustaban los versos de Mulaj) escribió poemas maravillosos a la polilla del saco azul. Organizó reuniones en su casa que llamó orgullosamente: Las mil y una noches con Mulaj Edén A la primera noche asistieron su mujer y unas amigas. Mulaj! —le dijo la esposa a Mulaj.” Dicen que un día el poeta de Bagdad le pidió al hada de Bagdad que lo convirtiera en polilla macho. Qué lunario. rompía vidrios o le gritaba al oído: —¡Leruleru teruteru! ¡Leruleru carpinteru! ¡Leruleruleruleruleruleru! Mulaj Edén terminó escribiendo dentro de un armario. Mulaj Edén no se rindió. dijo el canario cuando se lo comió el tiranosaurio. viendo el carnaval de Oruro.3 Franco Vaccarini . Desde ese día. el rodete en el pelo y esos mofletes con hoyuelos! Una distinción que sólo puede tener la hija de la reina de Inglalanda. mucha gente fruncía la nariz. Tomó Stramonium. todas dedicadas a la polilla del saco azul. como el siguiente: “Vepeopo upunapa linpindapa popolipillapa lapa upunipicapa quepe dapa bopolipillapa. cuando sonó el despertador. Salvo yo. Ruper. es Lud —dijo la princesa. una fiesta de cumpleaños. No me negué. moviéndose como monstruos perezosos. al tomar nota de esto. a la deriva. Tengo que ir a la escuela —le supliqué. del bufón. (Con las princesas no hay que pasarse de modesto). vacunar a mi gato. acabo de enamorarme de vos —admitió. doce años. confirmando mis sospechas. — ¿Cómo llegaste en barco a un país sin mar? — quise saber. Zarpamos esa misma noche en un barco lleno de luces y de custodios. Sabía que todo era un sueño. comenzaron a bailar con nuevos bríos para atraer su atención. el rey. para vos. pero me aclaró que volaríamos en helicóptero hasta un puerto de la costa chilena. Tenía catorce mil compromisos en Buenos Aires: ir a la escuela. Sabía que todas las miradas de la prensa de Oruro estaban dirigidas hacia mí. en realidad. — Me conmueven las expresiones del pueblo — confesó. Nos encerramos en un camarote a mirar el paisaje por un ojo de buey. Nada ni nadie colmaba sus caprichos. Hacía mucho frío y el viento nos demolía en cubierta. pero la princesa Lud no me quitaba los ojos de encima. pero bien que me metía en un apuro. — Ruper. de Villa Ortúzar. así que me propuse mantener los pies sobre la tierra. una murga festiva. (¿Vieron que tenía razón?). Estábamos programando la boda. “Naturalmente. De inmediato comenzamos a charlar como viejos amigos. .Me extrañó verla rodeada de disfrazados con cuernos y tridentes. La princesa Lud me invitó al viaje que esa misma noche haría en barco a la Antártida. Ella me respondió: — Insignificancias. — Lo sabía —le contesté. del sastre. aun en los sueños. Es que llegar a los carnavales de Oruro y encontrarte con la hija de la reina de Inglalanda y que se enamore de vos y que te invite a viajar a la Antártida. ¡Extraño mundo! La cosa prometía y yo sentí una mezcla de orgullo y de vergüenza. Lud tranquilizó a los custodios diciéndoles que yo era el hijo de un antiguo entrenador de polo de su padre. confesé la verdad. Era siempre el mismo paisaje y la princesa siempre me contaba las mismas cosas: se quejaba del ayuda de cámara. Ruper. Habían apagado las luces y el barco era. hacer los deberes. — Y el mío. Vos te casás conmigo y te venís a Inglalanda. A media tarde. — Mi nombre es Ruper —me presenté. — Tonto —me dijo un instante antes de arrojarse a mis brazos. que contoneaba las caderas al ritmo de la música. apenas se puede creer. Hacia el amanecer vimos los primeros hielos. Los de la murga. reflexioné. pequeño y austero. mirando melancólicamente el crepúsculo sobre las montañas de hielo. la princesa se ha enamorado locamente de mí”. Pensé que iba a decirme que en la Bolivia de los sueños había mar. — Tengo que irme. Me acerqué para saber qué hacía. ellos no son dañinos —comenté. pero a la vez con un leve disgusto aristocrático. La súbita certeza de que la princesa me obligaría con sus guardias a jugar toda la noche. aunque no sé por qué. porque se refería al nombre de otro juego. frente a la placita de mi casa vi a un señor de barba blanca. terminó por abatirme. en algún momento me despertaría para ir a la escuela. me encanta de verdad.Yo me llamo Walter. — Olvidemos esta discusión. El viejito que se robó la luna Un día. ¿Vamos? Me arrastró hasta el camarote sin interés aparente en mi respuesta. petiso y panzón que miraba el cielo y anotaba algo en un papel. Rupertito.— ¡Guardias. vamos a mirar los pingüinos. profesor? . vení. — Ideas tuyas. ¿No querés que juguemos toda la noche? — le dije. por el momento injustificado. Me maldije por haber vivido en Villa Ortúzar. Total. — Rupertito. — Hasta son capaces de jugar si te toman confianza. En el camino exclamó: — ¡Ludo Matic! Tuve un sobresalto. mientras escribía. no son dañinos. Con un tirón algo imperativo. Un par de horas después seguía perdiendo a ese juego espantoso. a él! —ordenó la mofletuda.Me llamo Buoner. Los pingüinos nos miraban con una expresión imparcial. — ¿Sabés jugar al Ludo Matic? Si no sabés mejor. tan alejado de las costumbres de la nobleza. Un placard de cada lado y la hija de la reina de Inglalanda haciéndome su primera escena. en un arranque de libre albedrío. me parecen un poquito siniestros. Y los guardias vinieron a mí. Seguramente no sería sencillo hacerlo. como si nuestra visita pasara por alto algún aspecto protocolar no muy grave. . me llevó de la mano hasta el otro lado del barco para poder ver los pingüinos. de todos modos —dije. Ruper. así te gano más fácil —exclamó. — No quisiera ser su juguete. . pero sí un tanto molesto. otra cosa es que yo lo propusiera: solo debía anticiparme a sus órdenes para salvar mi dignidad. Sonreí automáticamente al verlos y dije: — Son simpáticos. — Tenés razón. me muero por jugar canasta en el camarote. mirando de reojo a los custodios. Una cosa es que ella me obligara. mientras me daba un pellizco. — Me encanta el Ludo Matic. en el mismo sentido. con los custodios en cubierta y la princesa enamorada de mí. Ruper. ¿Por qué mira el cielo.me dijo. Soy profesor . como los que usan los jardineros. El viejito estaba loco. pero mi especialidad es la Lunasusurró con un tono misterioso. . Walter.. con unos pantalones azules. te olvidaste de sacar la basura. serás el único testigo. .Y ¿Qué pasa con la Luna? . Pero después no pude con mi genio. me quedé callado un ratito. Feliz de la vida. sumergido en sus anotaciones. Antes de irse. La planta de moras se iba quedando sin hojas frente a la puerta de casa.Ay. Mamá no iba a dejarme salir solo. El profesor tuvo mucha paciencia y me habló de un invento que él quería probar esa noche.¿Me deja mirar el cielo con usted ?. . qué cabeza la mía!. Era el mes de abril.¡ Nadie puede robarse la Luna!.repliqué.Mami.me contestó. te espero al lado del charco que hay en la canchita de fútbol. has sido puntual. salí a la vereda.Esta noche voy a robarme la Luna . Al fin un día volvió. El profesor se rió y me dijo que por supuesto.No te creas. Walter. El viejito tenía un aspecto ceremonioso. ¡Se acordaba mi nombre! Eso me hizo sentir con derecho a hacerle todas las preguntas que se me ocurrieran.Esta noche a las diez. . dejé la bolsa pegada al tronco de la morera y crucé hasta la plaza.Luna hay una sola. . . menos papá.le pregunté.exclamó distraído.Porque soy astrólogo. . .Hola. . mientras miraba una luna casi transparente a esa hora del día. Estudio la posición de las estrellas. A último momento se me ocurrió una idea. . enrolló el papel. guardó la lapicera y se despidió con una sonrisa.Muy bien. . Si venís. Yo siempre miraba a la plaza para ver si aparecía el viejito. Pasé el resto del día armando y desarmando planes para salir de casa a semejante hora. ¿ No me harías el favor de sacarla ? Papá estaba en su cuarto mirando televisión. pero era divertido.¿Qué Luna? . Como no decía más nada. . como si algo acechara del otro lado. iba a gritar. a la noche siguiente la Luna apareció de lo más campante por el cielo. Enseguida vino papá diciendo que se estaba produciendo el último eclipse lunar del siglo. pensé. como si tuviera frío. Miré hacia arriba y la hermosa luna llena del cielo. Buoner tomó uno de los espejos y lo empujó bajo el agua del charco. pero entonces recordé que podían retarme por hablar con un desconocido a las diez de la noche.dijo. me mordí la lengua. El agua se estremeció. vi dos espejos raros. una bandada de brujas atacó la ciudad: habían . Los memoriosos recordaron las leyendas contadas por sus abuelos y ya en clase no podían dejar de mirar por la ventana. No sabía si creer en la teoría del eclipse. daba la primera impresión de ser una paloma muerta.Sobre el pasto. luego vendrá otra. Hacía ya muchos años. ¡El profesor Buoner se había robado la Luna. Me asusté tanto que dejé al profesor Buoner hablando solo. pero con el vidrio hacia abajo. que despedía una extraña pestilencia. má que eclipse ni eclipse! Sin embargo. que la luna había desaparecido oculta por la sombra de la Tierra. ¡ No es cierto que hay una sola! Cada día la Luna es distinta. los alumnos somnolientos que caminaban hacia el colegio sintieron un escalofrío al ver sobre la vereda una escoba rota. Envuelta en la niebla. Para los 7 Calderos Mágicos Autorizado por su autor: Franco Vaccarini Franco Vaccarini LA BRUJA QUE TODAVIA NO COMIO Aquella mañana. Me callé la boca. de marcos gruesos y pesados.No te asustes. No quería discutir con papá. Y encima del espejo sumergido puso el otro. Crucé la calle. Noté que había oscurecido de pronto. La luna se reflejaba en el agua y en el espejo. . A veces creo más en el viejito.Ahora viene el momento más importante. o si el viejito había liberado a la Luna. entré a casa. “Ya se darán cuenta”. de tal forma que desapareció el reflejo de la luna. o si era una Luna de reemplazo. con su palo quebrado en dos. era apenas un manchón negro. a veces en mi papá. La encontraron unos empleados municipales. débiles y atrofiadas y su cara abundaba en hoyos. en el seno de un volcán apagado llamado Torombola. alertados por el ladrido de varios perros callejeros. con unos cuantos niños que nunca. Ahora. demostraban que aquello no era un ser humano. Sus alas de mosca. La escoba fue llevada al gobierno de la ciudad y derivada de inmediato a los expertos en Artes Ocultas. Y esa era la historia que los abuelos contaban a sus nietos. Mientras duermes. la bruja. pero. aguarda el momento apropiado y luego. por sus hebras de paja aromatizadas con azufre. dos empleados la .. sino una cruza de razas. ¿y si te toca a ti ser ese niño? Te parecerá mucha cosa.y aquí estaba la prueba para que todo el mundo creyera en las brujas. En el laboratorio donde iban a embalsamarla..abres los ojos en el interior del volcán Torombola. la bruja murió. un puente entre el infierno y la humanidad. escoba de bruja y que su dueña se habría enredado con los cables del alumbrado eléctrico. chillaba y reía como una hiena enferma Debajo de su capa negra.salido de un agujero de la tierra. Una bruja sin escoba buscada por las fuerzas vivas. ay. Puede ser peor. había una bruja en el pueblo. pero nunca volvieron a verse. sobre todo ¡que no haya espejos en los cuartos! Es ley que las brujas entran y salen de los espejos que cuelgan en los cuartos de los niños. A las pocas horas de encierro. los colmillos. puedes NO abrir los ojos. las pezuñas. que ve a través de la oscuridad. lunares y bolsas de arrugas. pero. Por la rareza de su diseño. se dictaminó que aquella era. Sin duda. en una alcantarilla del puente central. te observa desde el interior del espejo. Y tus padres no sabrán de tu ausencia hasta la mañana siguiente. Las brujas volvieron a su inmundo agujero montadas a sus escobas voladoras. Desesperada de hambre. No parece mucha cosa.. nomás. Las brujas del volcán apagado de Torombola necesitan comer un niño cada 100 años... seguramente loca de gula por la cercanía de tantos niños dormidos. mientras las autoridades debatían que hacer con ella.. Estas apariciones tan espaciadas hace que muchos no crean en ellas y no toman las precauciones del caso: cerrar bien las ventanas. según se supo después. tenía dos alas de mosca. frente a su camastro. Al regresar. Eso sí. según marca el reglamento municipal. pero. no se comió a nadie y ¡ sigue con hambre! . ¡cometieron un error! Era la hora del almuerzo. Y vaya uno a saber como arregló su escoba la muy artista o si acaso se zambulló de un salto en el brillante espejo.. la bruja no estaba.. así que los dependientes se fueron a comer. para caer a los abismos de su mundo.acostaron sobre un camastro. junto a su escoba rota.