SUSCRIBIRSE VÍA RSSBuscar en el sitio IR ~ Lo mejor de la Fantasía en español todos los lunes, miércoles y viernes ~ ACTUALIZACIÓN (10/07/2012): Ya tenemos ganador de la novela... ¡Y es Troyana Lyrica! Comunícate con nosotros por interno para coordinar la entrega del libro. Gad es un joven bárbaro de la tribu de los ikhairi que experimenta un cambio radical de vida al encontrarse con el alquimista Qo-Qó. A través de él, conoce la amenaza a la que está siendo sometida su mundo: Hipnos, demonio que provocó la caída de Oniria, pretende hacerse con las cinco llamas de los sueños que fueron creadas justamente para mantener el balance onírico perdido. De conseguirlo, su poder será tal que tendrá dominio absoluto sobre los sueños de todos los seres vivientes y, en consecuencia, de su existencia misma. La Compañía de los Sueños surge entonces como una organización que se encarga de velar por la protección de los sueños, que mantienen ardiendo estas llamas. Gad terminará formando parte de la Compañía junto a Qo-Qó y otros héroes, en una aventura que no sólo les permitirá defender su mundo, sino también crecer como personas. La Delirante Compañía de los Sueños (Ediciones SM, 2012) es la segunda novela en integrar la saga de Crónicas de Bajo Raíz, inaugurada el año pasado con El Mago del Desierto, obra que fue oportunamente reseñada por Fantasía Austral. En esta oportunidad, eso sí, hay algunos cambios interesantes que sirven para introducir esta reseña. Los más evidentes se aprecian nada más tener en las manos un ejemplar del libro: la Serie en que se ha publicado y las ilustraciones. Sobre el primer aspecto, se debe recordar que El Mago del Desierto se presentó dentro de la Serie Roja, que en el catálogo de Ediciones SM corresponde a un rango etario de doce años en adelante. Sin embargo, La Delirante Compañía de PUBLICADO POR: ALEJANDRA LÁQUESIS FECHA DE PUBLICACIÓN: SÁBADO, 30 DE JUNIO DE 2012 DISCUSIÓN: 7 COMENTARIOS ETIQUETAS: ALEJANDRA LÁQUESIS, ALTA FANTASÍA, CONCURSO FINALIZADO, FANTASÍA CHILENA, RESEÑAS Reseña: La Delirante Compañía de los Sueños, de José Luis Flores, por Alejandra Láquesis FICCIÓN RESEÑAS COLUMNAS ENTREVISTAS LIBROS RECURSOS NOSOTROS CONCURSOS los Sueños se presenta en la Serie Naranja, a partir de nueve años. En realidad, ni por extensión del texto ni por estilo de prosa o complejidad de lo narrado se nota mucho la diferencia más allá del color de la franja del lomo. Incluso, la edad de los protagonistas mismos está más cercana a la Serie Roja que a la Naranja, lo que podría facilitar la identificación personal con sus experiencias. Tal vez esta iniciativa de cambio de Serie permita a niños menores acceder a la lectura de la saga en establecimientos educacionales, pero el desfase respecto al primer tomo podría resentir en algún momento este propósito, pues obviamente la idea sería leer ambos libros en un mismo contexto. El segundo aspecto tiene que ver con el reemplazo de las ilustraciones de Ángela González (Enkeli) por las de Gonzalo Ordóñez (Genzo), ambos artistas con una estética bastante distinta. El trabajo de Genzo exhibe un diseño de personajes más cercano a la animación japonesa, con proporciones y posturas caricaturizadas, las que ensalzan de manera especial las descripciones y eventos clave del texto. Ahora bien, al ser reconocido por sus diseños femeninos eróticos, resulta curioso encontrarlo ilustrando una obra que es presentada como un libro orientado a los niños. En todo caso, hay que destacar que ninguna de las protagonistas es exhibida de manera inadecuada para el contexto, aunque sí es imposible dejar de notar cierta picardía en sus poses. Lo anterior permite ya sostener algo importante: este libro, aunque forme parte de las Crónicas de Bajo Raíz, es una obra autoconclusiva que no debe ser leída exclusivamente en función del tomo que la antecede. Naturalmente, hay algunos elementos que plantean una conexión inmediata, como la presencia de personajes como Azkav o un evidente cameo del propio Omar. A nivel formal, se conservan recursos como los pies de página con información en su mayoría más prescindible que complementaria, en esta ocasión con la referencia a un volumen llamado Ecología de los Reinos, que aporta más datos sobre el mundo en que se desarrolla la obra. Sin embargo, la continuidad narrativa de la La Delirante Compañía de los Sueños no se basa en proseguir con las peripecias del beduino Omar, sino en relatar nuevas aventuras ambientadas en el universo de Bajo Raíz y las naciones que la circundan. Esto implica, por un lado, presentar un grupo de personajes distinto al del primer libro, con desafíos que les serán propios; por otro, tener más oportunidades para desarrollar a fondo este Mundo Secundario, que al fin y al cabo pretende ser el gran protagonista en las obras del autor. En este libro se nos entrega más información sobre diversos lugares que amplían el universo narrativo y razas, destacando las semi humanas. Los anansi, por ejemplo, son arañas que comparten una conciencia única y que pueden tomar forma humana cuando lo deseen. Están también la raza de brujos de Draco, quienes tienen un lazo especial con sus dragones, cuya proyección física obedece a la madurez y crecimiento que ellos vayan experimentando. Por último se debe mencionar a los propios ikhairi, con una forma de vida más bien tribal, y los minotauros. El hecho de que sean los personajes protagonistas quienes pertenezcan a estas distintas razas contribuye a que el lector pueda conocerlas de manera más directa, a través de su personalidad y actitudes. Otro aspecto que fortalece el Mundo Secundario es una vuelta de tuerca respecto a los roles de los miembros de la Compañía. Si en El Mago del Desierto el foco estaba puesto en la Magia, en La Delirante Compañía de los Sueños importa la senda del guerrero, concretamente la del paladín, con toda una serie de conceptos nuevos —como la elección de animales compañeros—, entregando una visión complementaria. Por lo anterior, resulta extraño seguir viendo tanto pie de página si hay ya bastantes evidencias de que estos aspectos pueden imbricarse de manera natural dentro del propio cuerpo de la historia, sin causar distracciones o incomodidad. Por supuesto, una novela de Fantasía no es únicamente construcción de Mundo Secundario, sino también la historia que en él logra articularse. En esta obra en específico, una de las claves del argumento toma como eje la importancia de la dimensión de los sueños para la existencia, un tema interesante que ha sido trabajado depuradamente en obras de Fantasía como La Fortaleza de la Perla (segunda obra de las Crónicas de Elric, de Michael Moorcock) o los relatos de Sandman de Neil Gaiman. En la novela de Flores no hay, en general, un tránsito directo hacia este mundo onírico, pues la historia se centra más bien en los esfuerzos de Hipnos por absorber las llamas, así como los de la Compañía por impedírselo. Eso no impide que existan diversas reflexiones sobre el rol de los sueños en el mundo de los personajes, pudiendo plantear que este argumento tiene un valor cercano a lo metaliterario, como se aprecia en la siguiente cita: «Los sueños no son gratuitos: son una fuerza viva que recorre los universos. Azkav lo sabía bien y por eso aceptó hacerse cargo de la Compañía. Sin sueños no hay historia, no hay leyendas» (31). Ahora bien, lo que más destaca en la obra es una segunda clave, que tiene que ver con el desarrollo de los personajes a lo largo de la historia. En primer lugar, se debe hacer notar la presencia de varios personajes principales, todos con una personalidad definida y con interacciones bien logradas. Se aprecia aquí un avance importante respecto al libro anterior, y no únicamente porque ya no haya un solo protagonista que concentre toda la atención, sino porque la construcción narrativa de los integrantes de la Compañía es superior. Gad se presenta al inicio de la obra como un pequeño bárbaro que conoce más bien poco del entorno que lo rodea fuera de su aldea natal, lo que cambiará a medida que vaya viviendo distintas experiencias con sus amigos. Hay un crecimiento evidente en él, que en la obra se refleja en su conversión de bárbaro a paladín. Ésta, que al principio puede parecer súbita y descolocante, se hace más coherente cuando se comprende que en el fondo es el personaje el que va asumiéndose como tal de manera interna a medida que va avanzando la historia. Adicionalmente, Gad tiene un trasfondo familiar interesante con ambos padres, y es un acierto del autor el lograr resolverlo en el transcurso de la obra. El resto de los héroes presenta configuraciones similares. Dalia pertenece a la raza de los anansi y tiene una relación muy particular con Qo-Qó, siendo ella misma descrita como una fémina de personalidad fuerte e intrépida. Yarawi, el otro personaje femenino, pertenece a la tribu de los brujos de Draco, diezmada por Hipnos en uno de sus ataques. La joven se ve forzada a sobreponerse a esta pérdida y lograr despertar el verdadero poder de Bruma, su dragón personal. Qo-Qó es un caso aparte. A lo largo de la obra, se insiste en que es un personaje extraño, que suscita dudas respecto a su valentía al ser comparado con los otros héroes. Sin embargo, resulta ser un compañero fiel y con una lógica peculiar de ver y resolver los problemas, además de entrañar más de una sorpresa para el desenlace de la historia. En suma, a pesar de que en ocasiones se tenga la sensación de que todos estos personajes alcanzan niveles de confianza y de poder mayores a lo que el ritmo de su desarrollo insinúa como coherente, nunca se llega a los extremos que exhibía Omar en El Mago del Desierto. Con todo, se hace necesario destacar que no todos los personajes reciben un tratamiento semejante. Como ejemplo tenemos el hacha parlante de Gad, que va obteniendo un lugar cada vez más discreto a medida que avanza la historia sin que se justifique esta desaparición en términos narrativos. Peor aún resulta la construcción de Hipnos como némesis, que lamentablemente continúa un rasgo presente en El Mago del Desierto: la incomprensible voluntad del narrador de banalizar hechos dramáticos clave con salidas que pretenden ser humorísticas y que resultan innecesarias en esos contextos. No importa la edad a la que apunte una novela de Fantasía: si tiene un adversario descrito como demonio, tiene que comportarse y ser narrado como tal; es una cuestión de actitud. Lo contrario, reduce la tensión y quebranta seriamente el pacto de lectura con la obra, porque entonces el lector no podrá identificarse con el esfuerzo y el dolor de los protagonistas ni sentirá temor o alguna otra emoción negativa ante este rival. Como muestra, la siguiente cita: «El demonio quiso hacer un pequeño "pasito de la victoria", pero pensó que se vería ridículo. (…) Miró hacia arriba y, mientras veía caer un martillo sobre él, sólo pudo pensar dos cosas: la primera era que había sido una muy mala idea dejar a medio morir a ese minotauro, la segunda fue simplemente: "auch"». (70) Podría decirse que esta es la gran falencia de La Delirante Compañía de los Sueños, pues fácilmente el grupo de héroes, tal y como se lo describe, podría acabar con un adversario tan mediocre como Hipnos en cuanto a su construcción sicológica. Sin embargo, esto no sucede. Por el contrario, aunque el equipo vaya fortaleciéndose, así también el propio Hipnos, aun cuando éste termine perdiendo más de una vez algún duelo contra los integrantes de la Compañía. El conflicto final con este ser hace aún más explícitas sus debilidades narrativas, porque lo sitúa de una manera inexplicablemente disminuida ante su oponente, quien ha alcanzado un poder físico y moral repentino, bordeando el deux ex machina. En pocas palabras, el sólo hecho de no tomar en serio la creación de un némesis desencadena una serie de ripios que podrían haber sido evitados con mayor naturalidad. 0 A pesar de lo anterior, se puede concluir que La Delirante Compañía de los Sueños es una obra que supera a El Mago del Desierto porque logra ensalzar sus virtudes, tanto al ampliar lo que el lector conocía del universo de Bajo Raíz como al mejorar notablemente la caracterización de personajes principales. Lamentablemente, la obra acarrea también de su predecesora algunos vicios narrativos como la proliferación de notas al pie de página, la pretensión de insertar humor cuando no se lo necesita y un nuevo catálogo léxico que saca al lector de Bajo Raíz y lo regresa bruscamente al Mundo Primario (al ya famoso “capuccino” se le agrega, entre otras cosas, un “pajarón”, insulto leve propio de la idiosincrasia chilena y usado como tal en la obra). En todo caso, es una obra que definitivamente gustará a quienes disfrutaron la lectura de El Mago del Desierto y que muy probablemente consiga alejar un poco el escepticismo de quienes no quedaron muy conformes con el primer volumen de esta saga. Es de esperar que las siguientes entregas de las Crónicas de Bajo Raíz continúen este espiral ascendente en el tiempo. El autor tiene conceptos suficientes como para pulir más todavía su imaginario, si sólo concediera realizar algunos sacrificios menores en pos de la coherencia de su universo literario. *** ¿Quieres ganarte un ejemplar de La Delirante Compañía de los Sueños? Sólo tienes que contestar la siguiente pregunta dentro de los comentarios a esta entrada y ya estarás participando. La respuesta más original y coherente, según el criterio del Comité Editorial, será la ganadora. ¿Cómo te imaginas que sea el Mundo de los Sueños? Describe su entorno y características generales en el largo de un (1) comentario. Recuerda que si resultas ganador y eres de regiones, tú mismo deberás costear los gastos de envío. El plazo para participar se extiende desde este Sábado 30 de Junio y hasta el 8 de Julio a las 23:59 (GMT -04:00). ¡Buena suerte! More
Report "Crítica a "La Delirante Compañía de los Sueños", de J.L Flores"