Cómo Nos Movilizamos... - Daniel Cefaï

March 18, 2018 | Author: rodrigo navarrete | Category: Sociology, Social Movements, Politics, Science, Collective Action


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¿Cómo nos movilizamos?El aporte de un enfoque pragmático a la sociología de la acción colectiva. Publicado en: Sociologie et sociétés, 2009, 41/ 2 Daniel Cefaï Institut Marcel Mauss, EHESS-Paris/ Université Paris Ouest Nanterre-La Défense [email protected] Texto traducido por Eduardo Gallegos Krause. [email protected] Resumen: Presentando un conjunto de investigaciones “pragmáticas” o “praxeológicas”, hechas en Francia desde 1980 y complementándolas con algunas ideas heredadas del pragmatismo norteamericano, el autor propone su posible pertinencia para el estudio de una “sociología de las movilizaciones colectivas”. El artículo se ordena en torno a cuatro puntos: 1.- El desarrollo de una sociología de regímenes de acción y de justificación, por una parte, y de elementos hermenéuticos o gramaticales, por la otra, complejizan los modelos estructuralistas y racionalistas de la acción. 2.- La reactivación de la noción de “público”, tomado de Dewey, y contraponiéndose a la “sociología de problemas públicos”, permite una problematización sobre “el político” que los enfoques centrados en términos de proceso, de mercado, o de campo político habían dejado de lado. 3.- El estudio de las redes sociales y de las organizaciones les concibe como espacios de experiencia y de acción, articulados por la disposición de objetos, donde los actores se comprometen según modalidades híbridas. Esto genera gramáticas plurales de la comunidad, del actor, y del colectivo. 4.- El enfoque instrumental o estratégico de la cultura, entendido como repertorio de recursos, es enriquecido por una concepción de la “cultura pública”, centrada en la formación de experiencias individuales y colectivas, y que se apoya en torno a la reflexión de nociones como “afectividad” y “temporalidad”. ¿Cómo nos movilizamos? Nuestra hipótesis será en este texto mostrar que la génesis de nuevas perspectivas en ciencias sociales en Francia desde 1980 permite formular un cierto número de preguntas en el campo de la sociología de las movilizaciones colectivas. La hipótesis se apoya en la multiplicidad de experimentaciones que se han realizado: economía de convenciones, gramática de la justificación, y sociología de regímenes de vinculación, antropología de las ciencias, de las técnicas y de las redes-actores, ciencias cognitivas, investigación pragmática de los públicos, etnometodología, análisis conversacional, hermenéutica narrativa, etc. Tan divergentes como hayan sido estas experimentaciones –que han sido demasiado rápidamente reunidas bajo el rótulo de sociología “pragmática” o “praxeológica”-, todas han participado de una refundación –controversial- de las ciencias sociales en Francia. Curiosamente, la sociología de los movimientos sociales se ha mantenido demasiado poco receptiva. Nuestro objetivo no es el de ser exhaustivos en el inventario de cada una de estas opciones teóricas y empíricas: el recorrido que aquí se presenta, es entonces personal, y otros serían enteramente posibles. Sería imposible explorar todas las opciones teóricas citadas en el marco de un solo artículo, a lo sumo, se indicará un itinerario de lectura. El lector notará en todo caso, el lugar central que ocupa la herencia pragmática, en particular la de John Dewey, pero también aquella de William James o de George Herbert Mead, incluyendo de fondo elementos fenomenológicos. Este diálogo, que conduce a reelaborar los temas de la experiencia y de la situación, por una parte, y del colectivo y del público, por la otra, no es compartido por todos los autores que reivindican un enfoque “pragmático” o “praxeológico”. Nuestro objetivo será por tanto, plantear algunas preguntas a los modelos de la acción, de la organización y de la cultura de la acción colectiva, tal y como han sido elaborados de modo predominante en ciencias sociales y políticas, para visualizarlos desde este corpus literario, esencialmente francófono, que ha surgido en la década de 1980. De esta forma, en este recorrido del ahora y el antes, plantearemos nuevas perspectivas y cuestionamientos sobre la herencia pragmática. Estudiar diferentes modalidades de vinculación situada Masivamente, las teorías de la acción racional y de la movilización de recursos han colonizado el razonamiento de los sociólogos de la acción colectiva: una versión demasiado pobre, por cierto, que tiende a reducir todas las iniciativas de la movilización colectiva a cálculos de interés, material o simbólico. Recursos, dificultades y oportunidades han sido así transformados en parámetros que los actores manejan con el objeto de maximizar la utilidad, la eficacia y la rentabilidad de sus acciones. Sin embargo, debemos evitar ser simplistas: los modelos que analizan los dilemas de la acción colectiva, desde Coleman a Axelrod y de Libchbach a Heckathorn, tienen una fuerza explicativa para un cierto número de situaciones concretas. Pero en todos los casos, ha sido una retórica de la economía, de la empresa y el empresario, de la rentabilización de los intereses predeterminados y del capital disponible, lo que ha guiado y colonizado toda esta literatura. Desde este punto de vista, ¿qué hemos aprendido a favor de las nuevas sociologías de la acción? a) El repertorio de modelos de acción ha sido progresivamente enriquecido. Otros modos de implicación, formas de experiencia y regímenes de acción se han impuesto en la investigación. Luego de la ruptura con Touraine, para quien los aspectos de la cultura y de la identidad de los Nuevos Movimientos Sociales (NMS), era central, Quéré se proyectó en términos de la acción comunicacional de Habermas (1987), quien había sido inspirado, entre otros, por Mead. Quéré trabajó entonces, sobre la semántica y la hermenéutica de la acción de Ricoeur (1977, 1981) y sobre los procedimientos de categorización de la etnometodología (Garfinkel, 2007). Tomando en cuenta las condiciones de una deliberación pública buscando soluciones racionales y las actividades de configuración narrativa de las acciones o de las actividades de los miembros para coproducir sentido, hay una tarea olvidada en término de los modos de relacionarse con la realidad y de las formas de racionalides y de legitimidades que los sociólogos de la acción colectiva no han tomado mucho en cuenta, -excepto recientemente con la consideración de los enfoques de la democracia deliberativa-. Numerosos debates sobre la acción, tomados tanto de Wittgenstein como de Davidson, de Von Wright y de Apel, tuvieron su punto culmine en Francia a fines de la década de 1980. Esta vuelta a aspectos de filosofía analítica y de filosofía pragmática impulsó a diferentes programas de filosofía moral, como por ejemplo, la del Centro de sociología de la ética, aquel de Pharo (1985), donde se interrogaba sobre la lógica deontológica de las acciones – su calificación en términos de prohibido, facultativo, autorizado y obligatorioconducente a formas de desaprobación, denunciación, reivindicación y movilización, orientado a la creación de un sentido cívico. Quéré tomó sus distancias con la noción de movimiento social y propuso una praxeología de la opinión pública (1990), uniendo rápidamente la interrogación de Descombes sobre los colectivos y rearticulando la investigación sobre las movilizaciones en torno a la experiencia de problemas públicos. b) Por su parte, Boltanski y Thévenot fundan en 1985 el Grupo de sociología pragmática y moral (GSPM). Sus esfuerzos se concentraron sobre un proyecto de investigación gramatical sobre las formas de justificación, de denunciación o de reivindicación en público (Boltanski, 1984). De la justificación (1991) propone una sociología de pruebas y provee elementos de descripción y de análisis de las acciones en público. Su tipología de las ciudades –doméstica, industrial, comercial, cívica, de inspiración, y de la opinión- ha podido ser criticada por la indeterminación de ciertos casos, y porque situaciones del marco estructural se prestaban para un uso dogmático. Pero más que a detenerse en una tipología de las ciudades, De la justificación propone la investigación de los momentos de prueba, donde se muestra la complejidad de los contextos de experiencia y de la acción. En esos momentos de tensión, de conflicto o de crisis en torno a situaciones problemáticas, quedan descubiertas operaciones de ajuste 1990). c) El objeto principal no está puesto ya sobre los “determinantes estructurales” y los “cálculos racionales” de la acción: se sustituye entonces. 1999. Boltanski y Chiapello. ¿Cómo es que los vínculos que llamamos “familiares”. y no sólo las electrónicas. en nombre del interés general y por cuestionar la concepción republicana de la ciudadanía (Trom. donde prueban la realidad y la justicia. Heterogeneidad de los regímenes de acción que. o perteneciendo a varios de una vez. los actores se vinculan “en varios mundos” (Dodier. el amor y la paz entre personas singulares. con el fin de actuar de modo pertinente. Lafaye (2006) ha propuesto una síntesis sobre las relaciones de proximidad y las contestaciones de la acción pública. la banalidad de la acción instrumental por las estructuras complejas de la situación. El "hacktivista" infiltra las redes. yendo de uno a otro. disponiendo de un margen de maniobra que les 1 N. 1991). y el de las situaciones límites. no son tampoco pequeños demiurgos que todo calculan en términos de rentabilidad o de productividad. de la persona y del colectivo. han sido analizadas por Boltanski (1900. poniéndo sus habilidades al servicio de sus convicciones políticas. en relación a sus maneras de vinculación. las relaciones de fuerza y la ley del más fuerte. por lo tanto. El pluralismo de los órdenes normativos en el régimen de justicia es superado por un pluralismo de los regímenes de acción: el régimen de justicia (que fundamenta la política justificada) confluye con la acción plural de Thévenot (2006). otros han escrito tesis aclaradoras desde este punto de vista. “personales” o “íntimos” contribuyen a “crear lo común” y a “constituir lo público”? Además del innovador trabajo de Stavo-Debauge sobre las categorizaciones étnicas. 1993. 1993) en el espacio de acción. coherente y consecuente.a una realidad y de coordinación de tareas. del T. están sujetos entonces a circunstancias o coacciones del medio (tensiones ecológicas). Por otra parte. Doidy (2002) sobre el conflicto de habilitación del túnel de Somport y sobre el derecho a alojamiento. Hacktivismo es una contracción de “hacker” y “activismo”. En el otro lado de la balanza. reposicionando formas de vinculación familiar en el mundo. . Esto se hace con el fin de encontrar apoyos pragmáticos (Dodier. Auray (2001) sobre el hacktivismo 1 y el movimiento de software libre. Ion. que a menudo fueron desacreditadas en Francia. fuera de justificación. Desde esta perspectiva. del ágape. Corcuff (1991) aplicó este enfoque en una investigación sobre el sindicalismo ferroviario. Los investigadores del GSPM han así explorado otros regímenes de experiencia y de acción –el de la compasión en la mediatización de los sentimientos humanitarios. Los actores no son ya solamente marionetas movidas por condiciones objetivas a las cuales obedecen. 1999). los estudiantes de Thévenot se comprometieron en un estudio sobre las “políticas de proximidad”. un régimen de la acción familiar (que fundamenta una política de la proximidad) y un régimen de la acción planificada (que fundamenta una política racional). 2001). enriquecen los postulados de la determinación estructural y de la elección racional. Los actores están confrontados a diversos mundos. los actores no obedecen a una lógica de acción: en sus operaciones de apreciación y de juicio sobre “la acción que conviene” (Thévenot. Mead y Dewey concepciones fundadas de la experiencia y de la acción. poniendo énfasis en el cuidado de sí. Su investigación es. 1991). ¿Cómo la trayectoria de un problema público genera un horizonte de vinculación. cooperación y de comunicación se constituye en torno a este problema público? ¿Qué estructuras institucionales. sino de ética frente al otro. comprometimiento. El público redefine el horizonte de lo posible. en un fenómeno que las teorías de comportamiento colectivo califican de contagio o propagación. ético (moral) y político (ver GSPM: Pattaroni. Inspirándose de la herencia de Park. Tanto como lo es. 2003. en James. El desafío es el de describir la mutación de las experiencias colectivas y de los ambientes institucionales. Boltanski et Thévenot. éstos intentaron elaborar una reflexión que parte de la experiencia de situaciones. no en términos de comunidad homogénea. Y sobre todo. Stavo y Trom. 2001 et 2005). receptiva a vinculaciones de deber. sensibilización y movilización de su entorno? ¿Qué procesos de asociación. a los “imperativos de justificación” de la acción pública (Pharo. 2008). Las lógicas de acción desbordan los espacios. haciéndolos emerger luego de las actividades en proceso de realización. ya que 2 N. En este proceso de puesta en público los individuos son a menudo despojados de roles y de estatus. 1985. pasando bajo sus fronteras. Dewey forjó un concepto de público. el enfoque pragmático acompaña las “experiencias” y las “perspectivas” de los actores. parte de la idea de la dinámica de movilización colectiva es un proceso de co-definición y de co-dominio de situaciones problemáticas. que se ha instalado recientemente en el centro del debate (Zask. . de responsabilidad. Si uno acepta este punto la cuestión de lo público hace aparecer problemas que están ausentes en las teorías de proceso político. En lugar de tener una visión exterior y simplista en relación a aquello que se describe. en efecto. Mead y Dewey. Latour. al mismo tiempo. del T. disponen de capacidad de juicio estético. Quéré. jurídicas y políticas van eventualmente a aportar una solución al problema? ¿Cómo se articula la “arena pública” en relación a las dinámicas de constitución de los problemas públicos en los que participan las movilizaciones colectivas? La pregunta concierne más al “problema y sus públicos” que al “público y sus problemas”3. campos. 3 Esta formulación es producto de una discusión con Louis Quéré y Cédric Terzi. del otro y de los ideales de “vida comunitaria” 2 que se ponen en juego en las acciones colectivas. o sectores donde están contenidas ordinariamente. Introducir el tema de “lo público” en contraparte del proceso político La reincorporación de la perspectiva pragmática ha planteado esta interrogación al menos por cuatro razones. Mead y Dewey no disociaron jamás la problematización de la acción en relación a sus vínculos cívicos y políticos. El concepto reflejará a lo largo de estas páginas la idea de “comunidad ideal”. 2004. Esto reflejaría el “saber vivir juntos” o bien vivre-ensemble del original. no de modelos intelectuales. a) La perspectiva pragmática se sitúa en otro registro que aquella del proceso político. 2003. Finalmente. y de solidaridad.dota de cierta libertad moderada. 1990. ante todo. Se encuentran. de opiniones y de convicciones que ordinariamente les son propias. Cefaï y Pasquier. de cooperación y de innovación. 2007)-. no deja de reconfigurarse frente a actos de resistencia y de protesta. de acceso a la dignidad y a la 4 La política contestataria consiste en una actividad de reivindicación. profundizada por los ecopolíticos. sobre la estética de los espacios públicos (Lolibe. son muestra de ejercicio de un poder colectivo que transforma los ambientes técnicos. 2006) o sobre la militancia de expertos naturalistas (Micoud. 2003). Estos dispositivos instauran nuevos derechos y delegan nuevos poderes. los cosmopolitas de Latour (1999) han reposicionado la naturaleza en el corazón de la polis. colectiva y pública. 2009). de denunciación y de reivindicación. articuladas por un compromiso ligado a la sensibilidad resaltan de una forma nueva las figuras de la res publica. cierto número de programas de investigación. sin hacerse cargo de esta valencia negativa. c) Dentro del propio movimiento. institucionales y políticos. Tarrow y Tilly (2001: 5) o Tilly (2003) de la “política conflicto” 4. el reconocimiento de una multiplicidad de “esferas de justicia” por Walzer ha encontrado prolongación en la tipología de citas de Boltanski y de Thévenot (1991). que se han nutrido tanto de la fenomenología como del pragmatismo han mostrado como las acciones colectivas. Encontramos ahí una multiplicidad de temáticas que hacen eco a formas emergentes de experiencia de lo político. por ejemplo. particularmente lo “personal” y lo “político”. Las protestas in opulo.no está sujeto ni constreñido por estructuras de oportunidad política. en un proceso donde una de las partes es necesariamente el Estado. corrigen y reparan injusticias de trato. Esto es lo que en otra parte hemos llamado una “arena pública” (Cefaï. el poder no es entendido sólo como relación de dominación y de subordinación. de investigación y de experimentación. llegando al punto de la simetría entre humanos y no humanos. Los dispositivos de acción pública (Trom y Laborier. ni de normalización y resistencia. se aprecia de esta forma que las reivindicaciones colecticas pueden estar compuestas de múltiples gramáticas de justificación. disciplina y normalización. de desobediencia y de crítica. Así. El poder es concebido como la fuerza y capacidad de las instituciones y de los derechos (por parte del Estado). -sobre las políticas de cercanía (Thévenot y Breviglieri. jurídicos. obran en pos de entregar a cada uno oportunidades equitativas de éxito. Los límites de lo que es “política” y de lo que no lo es se desplazan sin cesar. . o simplemente. b) Las preguntas que nos hemos planteado nos llevan así a una nueva interrogante: ¿qué es la política y qué es lo que no lo es? La perspectiva pragmática se parecería bastante a la definición que dan McAdam. 2002). donde incluso algunas pueden ser a priori la antítesis de un régimen cívico-republicano. no hacen más que encerrar o “sujetar” a los “sujetos” en dispositivos de control. y como la fuerza de acción concertada (por parte del público). que Arendt (1972) identificaba como parte de las movilizaciones de derechos cívicos. quienes ponen al medioambiente en el centro de las políticas públicas. En otra línea. definido como una organización “que ejerce el control sobre la concentración de los medios de coerción en un territorio”. dando como resultado una forma de empoderamiento. Por otra parte. resultado de un proceso de capacitación y aprendizaje de la autonomía. El horizonte de la vida en común y de la vida comunitaria. incubadoras de redes de activistas y de proyectos militantes. y de manera indisociable.responsabilidad de retomar el control sobre la propia vida (De Munck y Zimmermann. . entregando elementos comunes de experiencia cognitiva y normativa5. Las investigaciones de Barbot (2002) sobre las asociaciones de lucha contra el sida o las de Callon y Rabeharisoa (1999) sobre la Asociación Francesa contra las miopatías. Lascoumes y Barthe. Constituyen ambientes práctico-sensibles. idea ya anticipada por pragmatistas como Follet en The New State (1998). los movimientos pueden llevar a formas de bloqueo de las instituciones democráticas y socavar los mecanismos de regulación o de representación (Rosanvallon. 2006). los vínculos internos y las fronteras externas son siempre procesos de desarrollo y que permiten reconocer maneras típicas de comprender. han mostrado como el estatus del paciente y de la experiencia de la enfermedad se transforman en el curso de las movilizaciones colectivas. Considerar las redes y las organizaciones como contextos de experiencia y de acción en proceso de desarrollo. ver o decir. Las experiencias de los foros híbridos. 2009). aun si éstos no generan siempre resultados en el plano de las decisiones concretas. y con el correr del tiempo. se articulan a menudo con proyectos asociativos y restituyen a los ciudadanos una parte de deliberación que hasta ese momento estaba reservada a los electos y expertos (Callon. vectores de concentración de capitales materiales y humanos. Ciertamente. en torno a situaciones problemáticas a resolver. instancias de representación colectiva. Esta visión se ha complejizado con el tiempo. donde las normas discursivas. donde emergen ocasiones de encuentro que generan formas de coexistencia. Un cierto número de trabajos en esta área de estudio pueden ser puestos en diálogo con un enfoque más pragmático. generadoras de energía simbólica. no todo es tan romántico en un gran número de movilizaciones. Podemos pensar las organizaciones como agrupaciones. Las organizaciones son también formas de sociabilidad. Sin el ánimo de defensa de causas antidemocráticas. Más allá de esto hemos visto un cierto número de elementos que conducen a transformar las ideas dominantes sobre el proceso político. de normas y de personas que ordenan lo que los miembros pueden hacer. o fuentes de capital social destinadas a invertir y rentabilizar. máquinas de guerra más o menos eficaces contra el adversario. Para esto. puede que se apoyen en “repertorios de formas organizacionales disponibles” o que se inspiren para crear un nuevo tipo. que ponen en juego una “experiencia creativa”. Lichterman da cuenta de una “cultura” en acción y en interacción. Son también disposiciones de objetos. más o menos fluidas. que fijan y modelan hábitos de cooperación. En el proceso de búsqueda de soluciones. interactuar o comunicar. quien ha puesto énfasis sobre las “actividades otorgadoras de sentido” (meaning-making activities). Las organizaciones de los movimientos sociales fueron durante largo tiempo tratadas como “infraestructuras materiales de movilización”. Las organizaciones son entonces. las organizaciones se transforman internamente y transforman su ambiente. como 5 Ver por ejemplo el concepto de “estilos de grupo” de Eliasoph y Lichterman (2003) y Lichterman (2005). 2001). Así ocurrió con la puesta en marcha de los principios de democracia participativa por las organizaciones de la Nueva Izquierda en los años 1960. Melucci (1996) prosiguió esta línea en la década siguiente. de grupos o de asociaciones. 1993. Melucci descifró los “retos simbólicos” a los “códigos culturales” que según él fundaron otra política. acéfalas o policéntricas. resultados inestables de interacciones consideradas sobre un “orden local”. 2001. engendrando así cambios imperceptibles de costumbres y creencias. cuyos miembros persiguen finalidades no necesariamente compatibles. “redes de interacción informal entre una pluralidad de individuos. 1994) y de regímenes de vinculación. entre elementos de gran escala (territorial o temporal) y entre segmentos locales. “sociedad caritativa” o “partido político”. contra la resistencia de los enfoques estructurales y racionales. constituidos por encadenamientos y estructuras de interacción entre contextos de experiencia. Las organizaciones van experimentando de esta forma con los esquemas de circulación de la información. Pero a medida que realizan estas elecciones organizacionales. El análisis de la red transformó la visión que se tenía de las “estructuras de movilización” y abre pistas para explorar este proceso de difusión. este modelo diagnosticaba que algunos movimientos sociales no estaban ya sujetos dentro de organizaciones centralizadas y jerárquicas. las organizaciones tienen cada vez más el estatus de nudos. Luego de los años de 1970. se componen de racionalidades y de legitimidades múltiples (Thévenot. orientadas hacia sus objetivos y considerando (midiendo) el éxito y el fracaso con la misma vara de la eficacidad de sus acciones. de tipos de acciones y de márgenes de maniobra que van a tener. determinan también el tipo de experiencia y de reivindicación. 2006). la de 1980: las mutaciones de las “áreas de movimiento” mostraban la interferencia de las identidades colectivas y la desafección de las organizaciones militantes en un mundo postmoderno. de alianzas y de conflictos. En estas “acciones organizadas” se entrelazan diversos procesos de coordinación y de competición. en la tradición de Park y Blumer.Clemens (1997) lo mostró a propósito de las organizaciones de votantes que han dudado entre las opciones de “club de reunión”. estudiados por Polleta (2002). y compartiendo una identidad colectiva” (Diani.a los cuales Gusfield se refiere. defendida en primer lugar por Gusfield (1981). Friedberg (1992) ha propuesto hablar más bien de “acciones organizadas”. Por otra parte. que son tomadas como tensiones entre objetivos intermedios y últimos. había renegado las investigaciones sobre el comportamiento colectivo –corrientes de opinión. estas ideas terminaron abriéndose camino. a la obra sobre la marcha de la protesta social. cooperación entre operadores. más centrada en los desafíos de la vida . en torno de la definición y de la solución a los problemas encontrados. comprometidas en un conflicto cultural o político. más que en torno a ejes “lineares” de estrategias organizacionales. étnicos o profesionales. es que estas organizaciones deben ser resituadas en ambientes “fluidos” y “difusos”. sino reticulares. Los compromisos inestables se encuentran en torno a fórmulas estratégicas y de convenciones colectivas (Orléan. distribución de derechos y concentración de decisiones. la repartición de poderes y la división de tareas. modas o rumores. Otra idea. Aún en ese momento. La modelización de las organizaciones de movimientos sociales como empresas. 1992:13). Mische ha mostrado. lograr maniobrar sobre una ola de simpatía inesperada que anime su acción. ordenadas por divisiones de trabajo. de herramientas y discursos. los cuales se temporalizan correlativamente a los debates que fijan líneas reivindicativas y a los eventos que no dejan de hacer tambalear sus redes anti-Collor. sindicatos marxistas. asociaciones de estudiantes. En su investigación sobre las redes de organizaciones. producto de estas áreas innovadoras como lo son la sociología de organizaciones y el análisis de redes.cotidiana que sobre los “juegos del yo”. Mische da forma a una visión dewiniana de los públicos. Tenemos así un interesante conjunto de preguntas. o coordinaciones católicas. rectificar las acciones luego del derrocamiento de alianzas y anticipar las consecuencias de sus elecciones estratégicas. . que los frentes de alianza y oposición no cesan de descomponerse y recomponerse. Hace referencia a la capacidad consciente de disponer y manipular elementos. y se reforman en torno a dinámicas de definición y resolución de situaciones problemáticas. Deben producir plataformas programáticas que permitan formar parte a actores tan diferentes como grupos de patrones. Las concepciones de toma de posición pública pasan por operaciones de “desacoplo” de actores de sus redes de “posición” y por el remodelado de sus paisajes organizacionales. reparticiones de poder y distribución de 6 N. sus estrategias de desestabilización y de división. La acción colectiva está vertebrada por arreglos que conllevan la manipulación de personas y objetos. Una voz interesante para un enfoque pragmatista es la que nos ofrece Mische (2008). El concepto de “arreglo6” es aquí importante. pueden ser empujadas por eventos que vienen a deshacer y rehacer los vínculos que las componen. a través de las impugnaciones al presidente de Brasil Collor de Mello en 1992. Estos actores en coalición de “partidarios públicos” deben replicar los desafíos de sus adversarios. El establecimiento de rutinas y de hábitos. son arreglos de componentes que la caracterizan. del original agencement. contrarrestar las operaciones de contrainformación. a) Las organizaciones y las redes son preexistentes. de rituales y símbolos. Deben hacer frente también. ¿Cuál es el aporte novedoso que hacen las “nuevas sociologías de la acción” sobre las preguntas que nos hemos planteado? Podemos enumerar tres puntos. romper o reforzar los vínculos en función de la capacidad de sus voceros a estar en la misma longitud de onda. y determinan a la acción colectiva. que parece responder a la crítica relacional y cultural en el análisis estructural de redes de Emirbayer y Goodwin (1994). Se debe tomar nota de aquellos informes de investigación que cambian la definición de la situación. de crítica o de descrédito que les enrostren. -no insistiremos aquí sobre sus posibles afinidades con una teoría del “público”-. Arreglo o disposición. Podríamos citar los trabajos más recientes de Ion (2001) sobre la vinculación “distanciada” o “libre” o los de Boltanski y Chiapello (1999) sobre la “crítica artística” en un mundo conexionista que se mueve en un eco lejano a estas perspectivas y en una ruptura con ellas. del T. a la insatisfacción de las bases. Las redes sobre las cuales ha investigado se reconfiguran a través de rupturas dentro de los equilibrios situacionales. éticos y políticos de organización. La noción de arreglo es particularmente operativa en las movilizaciones socio-técnicas. las relaciones con los otros y los lugares de vida. Las redes de vigilancia y alerta descritas por Chateauraynaud y Torny (1999) son actantes principales. o incluso. “heterogéneos”. asegurando la lealtad de los electos. lo que dirige y guía las modalidades de vinculación en la acción colectiva y que perpetúa las invenciones y la exposición de las vidas de los públicos. comprometida en una competencia que busca el beneficio) o como una agencia pública (obedeciendo a reglas institucionales y legales.saber. decir y hacer. incluir fieles entusiasmados por la promesa de salud. es lo que sostiene. La “inteligencia organizada”. fundando así una iglesia nueva. que emergen y se estabilizan a través de procesos de definición y de resolución de situaciones problemáticas. infiltrando un partido existente o fundando su propio grupo político. 1997). distribuye y configura la experiencia de los actores. Sin duda estos funcionan sobre modalidades que pueden ser familiares. o de agregación de vínculos (sincronía de las intenciones estratégicas). como los riesgos de sismo o de inundación. Se puede influenciar la vida cotidiana a través de rituales. para dar cuenta de la constitución de los colectivos. la puesta en escena del “yo”. son fijados en los ambientes de los objetos. Este “colectivo” puede incluso oficiar como medio de socialización. empresariales. Los “colectivos” son “interferidos”. o de congruencia de motivaciones (compatibilidad entre móviles psicológicos). y relacionarse así con otros principios. No es posible entonces. en nombre de una teología de protesta o de la prosperidad. Desde este punto de vista. b) En segundo lugar. 1995. de dispositivos socio-técnicos y de circuitos operacionales. La acción colectiva es también movida por estos arreglos o disposiciones. Dodier. facilitando encuentros. puede pretender encarnar una inspiración divina. éticas y políticas. catalizando simpatías y garantizando solidaridades. tal como hemos hablado de entramados de regímenes de acción y de justificación. Los recolectores de ostras. etno-religiosas o cívicas. “híbridos” o “mixtos” (Thévenot. individuales y colectivos (Dodier. Conein y Thévenot. pescadores y científicos estudiados por Callon (1985) cooperan en las estrategias de movilización en vista de un desarrollo económico en la bahía de San Brieuc. defender la verdadera religión. Los hacktivistas de Auray (2002) fomentan subversiones técnicas. colaborando dentro de comunidades virtuales con sus equipamientos y software. 1997). burocráticas. Lafaye. perseguir el cumplimiento de una profecía. en tal o cual situación. 1993 y 2006. el aporte de las ciencias cognitivas sobre el lugar de los objetos ha dado pie para la reconsideración por parte de la filosofía del lugar desproporcionado otorgado a los sujetos. podemos también explorar el entramado de elementos reticulares o de los montajes organizacionales. Dupuy y Livet. dictar lo que es bueno y malo creer. mantener el análisis en términos de consenso de representación (armonía de las convicciones ideológicas). como decía Dewey (2003). 1996. y obrando hacia el bien estar de sus usuarios). forjando así experiencias comunes que pueden ir incluso hasta la “comunidad de destino”. guiar la elección de afinidades. Pero más que fijar ciertas tipologías . Este “colectivo” puede así transformarse en un seudo-partido. 1991 y 1993. Variadas dinámicas de acción se entrelazan de acuerdo a que un “colectivo” se comporte como empresa lucrativa (sobre un mercado de bienes y servicios. 2007). La pragmática de los regímenes de acción es una iniciativa que se esfuerza en describir y analizar. ver también Joseph. donde los actores se aparecen los unos a los otros. segregando sus públicos. es necesario seguir minuciosamente. chino o brasileño. Todas las investigaciones sobre la constitución de una “sociedad civil mundial”. del personal y del político no son exportables como tales. descubriéndose y transformándose con el riesgo de su exposición pública. Pero las cosas son bastante más complicadas en los hechos. 1992. Esta perspectiva nos mostrará. existe una pluralidad de gramáticas del Yo. y cuando parecen serlo pueden enmascarar falsos amigos 7. sin restricción. donde las condiciones trascendentales de igualdad y pluralidad son más o menos respetadas. del Tú y de Nosotros. La investigación debe entonces cultivar una sensibilidad interpretativa y pragmática a los idiomas 7 Thévenot ha vinculado este tipo de programas de comparación con Rusia y los Estados Unidos: ver los resultados de una cooperación de investigadores franceses y estadounidenses. común y público. generando tensiones entre su personal y asegurando el equilibrio entre medios y fines. Un ejemplo entre muchos otros que viene a imponer la prudencia metodológica: el uso de la expresión “organizaciones comunitarias”. diversidad de formas de hacer colectivas y de representar los colectivos. sin concepciones aprioris normativas. Cuando hablamos de arenas públicas. de pedir y rendir cuentas. que han podido ver los unos con los otros.de organizaciones. correlativas a las dinámicas de “problematización” y de “publicitación”. en el mundo ruso. se tiene el derecho de imaginar un espacio accesible a todos. las cadenas de actividades que conducen a la formación de los colectivos. en Lamont y Thévenot (2000). Las categorías de privado. el enfoque pragmático o praxeológico centrará su trabajo descriptivo y analítico sobre las modalidades de vinculación y compromiso en determinadas situaciones. c) Finalmente. sociología o de política comparada tropiezan con problemas de traducción. étnicos o religiosos. Si es que no queremos estigmatizar el particularismo. de referirse a los derechos. que cambian de una sociedad civil y política a la otra. y donde los protagonistas combaten en vista de bienes públicos. Québec y Brasil. busca así mismo descifrar los modos de organización de la experiencia que tienen los actores y sus espectadores. . sosteniendo dobles o triples lenguajes. el corporativismo o el comunitarismo de las acciones colectivas. Podemos incluso concebir un “lugar de la acción colectiva” (Quéré. por ejemplo. a nombre del interés general. común en Estados Unidos. que someten las organizaciones asociativas de toda índole con el fin de medir y comparar entre los “terceros sectores” de diferentes países. 1995 y 1996. de hacer en común. Pero todos los trabajos de antropología. de ceder con los poderes. propiedad no de una sola persona. identificar los individuos y asociar en colectivos. en oposición a un espacio comunitario. pasan por alto otra de estas distinciones gramaticales. como ciertas facciones del movimiento evangelista de Brasil o islámico en Francia forman diferentes regímenes de acción. nos reenvía a las modalidades de “estar en conjunto”. revelándose. los problemas y las causas. la interferencia y el desorden de las lógicas de racionalidad y de legitimidad que se implican en los cursos de acción. Las dinámicas de “movilización”. es decir. en la situación misma. o simplemente en los mundos profesionales. poniendo en obra regímenes de acción y de justificación donde la conmensurabilidad no es un elemento. Touraine. habitantes o creyentes-. 2001 y 2007). Pasemos rápidamente. Más recientemente. institucionales. todos de una gran heterogeneidad a los cuales se refieren. de la memoria. precede la . donde los líderes de organizaciones van a desarrollar estrategias de comunicación en el juego de sus alianzas y de sus oposiciones (Cefaï 2001. a la reformulación de los años de 1970 sobre la cuestión del sentido. administrativos. Esto fue reparado en los años 80 en los Estados Unidos. y de las formas de concebir la comunidad -ciudadanos. siguiendo la vía de Durkheim o Parsons (Alexander) o de Bourdieu (DiMaggio o Lamont). donde uno de los puntos culmines fue el artículo de Jasper y Goodwin (1999). y aquello que los hace mantener. Offe o Melucci. para algunos se trata de descubrir las “estructuras culturales”. y que recurren a nociones de la narratología. atentos a los símbolos. que incluya las dimensiones de la afectividad y de la sensibilidad. numerosas perspectivas de investigación han emergido. o como Gozalez (2009). Un área de la sociología cultural (cultural sociology) se ha desarrollado. 2007). Pero según James (2007). de lo que se comparte y se entrega de lo público y de lo privado. etc. Más allá de estos análisis. Para otros. de la imaginación y del proyecto. El fetichismo de un homo economicus ha eliminado toda dimensión cultural –que parece ser un privilegio sólo de los europeos-. a veces los mismos.de vinculación y a los dispositivos políticos. se investiga como Licheterman (1996). imaginarios. sobre los procesos de individuación y de comunitarización en las movilizaciones evangélicas en Suiza. Desde ahí. se puede igualmente intentar desde una perspectiva pragmatista. Eliasoph y Lichterman (2003) han desarrollado una concepción más situada de la cultura como fábrica de sentido en acción y en interacción. En contra parte. central en el estudio del comportamiento colectivo (collective behavior) y herederos de la tradición de Chicago. Este enfoque gramatical nos hace sensibles a la multiplicidad de eso que constituye el “interés” dentro de una acción colectiva: lo que la gente tiene en común. Acabar con una visión instrumental y estratégica de la cultura pública y de la experiencia colectiva. forjar un concepto de experiencia. haciendo aparecer figuras variadas de la persona y de sus derechos. La experiencia es a menudo indebidamente rebatida en el ámbito “subjetivo” de la acción. Esta visión de las cosas ha suscitado una polémica en el área del estudio de los movimientos sociales. aquello que mantienen. identidades y emociones (Cefaï. Pero es el “estudio de marcos” (frames analysis) de Snow y de sus estudiantes lo que ha conquistado un lugar importante en el estudio de los movimientos sociales –con el costo de una transformación de la noción goffmaniana de “cuadro” (o marco) en el repertorio de los recursos cognitivos-. de la dialógica o a la retórica. y han establecido así un diálogo con los trabajos franceses de sociología pragmática. para comenzar. quienes atacaban abiertamente los resúmenes estructurales y estratégicos de la teoría de la movilización de recursos y del proceso político. teológicos. jurídicos. sobre las formas terapéuticas o religiosas de la “política personal” en los Estados Unidos. se trata de una concepción estratégica de la cultura como “caja de herramientas” (Swidler) que ha permitido oponerse a las visiones demasiado deterministas del culturalismo. La movilización debe producir entonces los términos de su inteligibilidad y de su legitimidad para con los auditorios a los cuales se dirige.bifurcación entre sujeto y objeto. De la misma forma. De este modo la tarea de las primeras feministas ha sido descubrir puntos comunes a la situación de las mujeres. y es según Dewey (1993) una transacción entre los organismos y su ambiente que tiene el valor de una prueba: la experiencia transforma simultáneamente la situación que está sujeta a la prueba y a los sujetos que sufren la prueba. inventando nuevos formatos de acción si se hace necesario. reforzarse. deben rendir cuenta (account) de aquellos que ellos hacen. Los activistas que vienen luego no comienzan desde cero a establecer los roles que juegan. . cognitiva y normativa. Lo propio de una movilización. pero al mismo tiempo obrando en los horizontes del pasado y el porvenir. a la enunciación de repertorios de identidad colectiva y a la confección de formas de vinculación y compromiso público. quien aporta un análisis ritual y mitológico. de otorgar a los problemas privados una puesta en público y de convertir los males personales en causa colectiva. a través de sus denuncias y reivindicaciones. Nuestra hipótesis es que el desafío principal de numerosas movilizaciones colectivas es comprometer el devenir colectivo y público de un flujo de experiencia. Cierto número de activistas han tratado de establecer un lenguaje común. es que esta sacude el consenso presuntivo de la experiencia del sentido común y que pone a prueba la actitud natural de los individuos que la componen. Aquello que llamamos la “cultura pública” 8 es el fondo común que da su forma y su material a las movilizaciones colectivas. anclada en el presente. el enriquecimiento a través de esfuerzos analíticos o estéticos. aunque sea controversial-. donde se levantan actores colectivos y de donde emergen nuevos universos de sentido –sentido común. La constitución de un desafío de de movilización. los conflictos son identificables como relevante para el movimiento de los indocumentados porque reactivan una experiencia colectiva y pública que se ha sedimentado en las acciones precedentes. de protesta y de conflicto va a la par con la articulación de una arena pública. experimentaciones y discusiones. indisociablemente afectiva. 2002). hace referencia a esta dimensión experiencial. de un problema o de una causa. porqué lo hacen. ¿Qué quiere decir esto más precisamente? Cuando los “individuos” se hacen “consumidores”. donde las convicciones “personales” van a formarse. Se apela a la experiencia anterior cuando se experimentan peripecias en las acciones en curso. y en miras de qué lo hacen. “desempleados” o “indocumentados”. de investigadores y de experimentadores que forma un público. “mujeres”. Cuando Dewey (2003) describe la emergencia del colectivo de exploradores. no es la suma ni la integración de una serie de experiencias individuales y privadas. sino que habitan universos de sentido que les son legados y los reorientan en torno a nuevos desafíos que se presenten. y expresarse en un proceso de “colectivización” y de “publicitación” de una situación. Esta cultura pública puede 8 Esta noción de “cultura pública” es distinta a la de Gusfield (2009 [1981]). para con los miembros que la componen y para con los adversarios contra los que se bate. La experiencia colectiva y pública que deriva. La experiencia es tenida en una mezcla de sufrir y actuar (Quéré. se aumentan a través de investigaciones. Nuestro hilo conductor es la cuestión de las condiciones de posibilidad de la experiencia democrática y republicana. “citadinos” o “ciudadanos”. mediando procesos de investigación. es el último terreno del sociólogo. y produce simultáneamente los criterios de experiencia que van a permitir a sus actores orientarse. . para la reconsideración de esta dimensión típica. dentro de un espectro que va desde el uso de la fuerza a la persuasión. de frentes entre bloques de redes o de tensiones entre lógicas de organización. comprender lo que hacen y lo que las circunstancias hacen de ellos. fijadas en parte por la institución. ni descuida las investigaciones macro-históricos sobre los procesos de larga duración. retomado y retorcido. La cultura pública se desarrolla en un trabajo de cooperación y de competición. Las actividades dadoras de sentido no son entonces reinventadas cada vez. donde todos los actores. 2005) más precisamente. controlan –bien o mal. los actores deliberan racional y razonablemente.ser puesta en pausa o “desbordar” desde un movimiento a otro (Taylor. que articulan diferentes medidas de escala espacial y temporal y que son percibidas por los actores como accesibles a sus interacciones o impositivas como “sistemas” o “destinos”. aplicado y recreado. ser transmitido y apropiado. ivaciones a) Se ha comprometido un esfuerzo por desmarcarse de la comprensión de las razones de actuar a través de una psicología de las motivaciones personales. A veces. Estas tienen un carácter típico. de experimentación y de deliberación. lejos de equivocarse. el derecho y el decoro. para hablar como Thomas. Una acción colectiva es una arquitectura en movimiento de contextos de sentido. el estatus de los materiales discursivos a los cuales tiene acceso el investigador ha sido repensado (Trom. y uniéndolas a las reflexiones etnometodológicas sobre las explicaciones (accounts) y al enfoque heredado de Wittgenstein sobre las descripciones. reapropiado y re investido de un nuevo sentido. Pero el sentido que los actores le otorgan a sus propias acciones. Ogien. Esta perspectiva de sociología comprensiva no se opone a los análisis estructurales. proyectando imaginarios y utopías. no son conscientes. expresando y simbolizando emociones. y reglamentadas en parte por un juego de prescripciones y de sanciones más difusas. Comenzando por las investigaciones de Burke (1945) y de Mills (1940) sobre el carácter situado y público de las razones y motivos. desarrolladas en Francia. Podemos mencionar aquí tres tentativas. 2001. Haciendo esto. Las perspectivas del investigador deben ser deudoras frente a aquellas de los actores. privadas o públicas. personales o típicas. Es la salvaguarda más segura contra las proyecciones teóricas o ideológicas. de los efectos de agregación estratégica y de oportunidades políticas.las situaciones a las cuales hacen frente. desviado o santificado. asegurando que tienen una pertinencia en sus contextos de experiencia. este enfoque hace aparecer los dilemas de la acción racional. para hablar como Weber o la definición que lo actores dan a sus propias situaciones. La acción colectiva se organiza por tanto estructurando sus ambientes. donde correlativamente a la defensa de sus intereses y a la reivindicación de sus derechos. guiando así las operaciones de coordinación con sus colaboradores y adversarios. más o menos cercas o lejanas. Se trata de un esfuerzo de re-encauzar el análisis del punto de vista de los actores. configurando explicaciones e interpretaciones. pero también. c) Otros han finalmente buscado elementos de reflexión del lado de la dramaturgia. sino sobre las justificaciones. tal como modelan los medios de pertinencia. Burke. se ofrecen al consentimiento o a la crítica de los públicos. se tienen elementos de estos actos de publicitación que. 1999. Los motivos no son móviles íntimos. White y Perelman han sido los referentes mayores (Gusfield. Lemieux. conducen a la descalificación de una denunciación o al descrédito de una reivindicación por el público. de denunciación y de reivindicación. Aún ahí. Las acciones (performances) de los actores deben respetar prácticamente un cierto número de “condiciones de felicidad” para que sean recibidas –inteligibles y aceptables.si es que no son tomadas en cuenta. Trom. Las restricciones gramaticales se relacionan tanto con la pertinencia de los tópicos de vinculación como con la precisión de los roles de participación y con la corrección de las formulas de expresión (Berger. b) En la misma línea.cerca de sus auditorios. Seguir estas reglas del juego no elimina el carácter abierto y temporal de las actividades dadoras de sentido. y no por azar: la afectividad y la temporalidad son. 1999. que permiten dar cuenta de estos conceptos. en argumentos y en relatos dirigidos a formas típicas de actuar. Los actores extraen de estos repertorios dramáticos de actuación. la retórica. 2009). La comprensión no se ejerce sobre las actitudes y las opiniones que los actores mantienen en su foro interno. y de una narratología de la acción colectiva. sin duda. Estas modalidades de puesta en escena. retóricos de topos y narrativos de recitos (Cefaï. repertorios gramáticos. ¿De qué puede sernos útil. el enfoque pragmatista? . 1984. Dos temáticas están hoy en día en el centro de la reflexión en esta área. 1983). gramáticas de hablar en público.2007). de la opinión y de lo compartido (Cardon. Los motivos son actos de enunciación en público que reordenan el orden de la interacción. Heurtin y Lemieux. abriéndose oportunidades y empujando las circunstancias. retóricas y narrativas. donde Danto y Ricoeur. de persuadir y de graficar delante de los públicos. aliados y adversarios (Boltanski. para dar forma a sus actividades de crítica. como desde la aplicación de las metodologías de investigación. los elementos más exigentes. sobre las relecturas o sobre los anuncios que organizan la experiencia que los actores tienen de la situación y de sus “intenciones” respectivas. 2009). aquello que queremos hacer o aquello que ya hemos hecho. Goffman. Ricoeur. Pero estas restricciones gramaticales –los regímenes de la crítica. 2009). el “hacer colectivo” puede valerse de cualquier medio. Turner y Gusfield. 1995). a veces con gran capacidad inventiva. Pero la identificación de estas tres formas típicas de “poner las formas” – vocabularios de motivos. los paisajes de experiencia y las perspectivas de acción de los protagonistas. sino formas típicas de decir en contextos con diversos grados de publicidad. tanto desde el punto de vista de su conceptualización (verdaderos rompecabezas filosóficos). 2009. Cardon y Heurtin. otros han explorado las gramáticas del habla en público y del actuar en público. de nuevo.no pone el acento de la reflexión en el proceso de publicitación de la acción colectiva. el sentido del honor. sino de transformar la definición de la acción colectiva. Breviglieri es quizás el más sensible a algunas de estas pruebas afectivas (2009). cognición y emoción. sino también en el sufrir y el compartir. a las afectividades y las sensibilidades colectivas. ya sea que permanezcan encerradas en un círculo privado o que busquen una demarca colectiva y una resonancia pública. de derecho y de la justicia. antes que todo. Hace referencia a la atmósfera o humor de las masas. . No es una “coloración” de los hechos. son lo más difícil de describir: el orgullo burlesco. Del alemán. con toda la dificultad que significa captarlas. tanto perceptiva. El sentido del bien. Pero las emociones de la acción colectiva han sido aún más olvidadas. de la conmoción. es lo que hace que haya experiencia. en determinada situación.La afectividad. de alegría y de decepción –la misma apatía no existe sin un pathos-. desgraciadamente. 2003) o de afecto por las situaciones (Cefaï y Lafaye. Más radicalmente. de organización de similitudes o de comunicación a los auditorios. no se trata simplemente de rehabilitar un “objeto” que hasta ese momento se encontraba olvidado por la investigación o el análisis. el deseo de libertad. accesible por la investigación sobre la opinión pública y sobre el comportamiento colectivo. La etnografía debe entonces obtener una cualidad literaria. las pasiones y los efectos reencuentran su dimensión de “pasividad frente a los eventos” (Quéré. 1997) o Paperman y Ogien (1995). contiene una dimensión de afecto y de pasión colectiva. La afectividad no es un tema entre otros. A menudo. el disgusto o el entusiasmo. La acción colectiva no se encuentra solamente en el actuar. El tema ya había sido superado en Francia. que afectan la moral. En lugar de técnicas de gestión de los sentimientos de los otros. sin que esto signifique renunciar a la disciplina de la observación y de la descripción. con sus variaciones climáticas y sus movimientos barométricos. los miembros que se vinculan son afectados por las situaciones que ellos mismos contribuyen a definir y a dominar. desde un punto de vista teórico. quienes fueron un paso más allá de la oposición entre razón y pasión. lo que permite tener unidas las situaciones en nosotros y situarnos en ellas. expuestos a eventos que los transforman y desvían. Toda movilización colectiva se manifiesta por pruebas de indignación y revuelta. la pasión de la igualdad o el odio de clase son. 2001). para comenzar. por autores como Livet (2002) y Thévenot (1994. han sido estudiadas a través del esquema de la manipulación de las apariencias (impression management) en las estrategias de comunicación pública. 2001). o de los estados de consciencia. Es lo que garantiza nuestro contacto con los otros y con las cosas. el malestar o el pánico. del alboroto. sentimientos morales. modificando sus 9 N. Por largo tiempo nos hemos dedicado a la defensa de las temáticas de la “cultura” y de la “identidad” la crítica del análisis racional y del análisis estructural. cognitiva o moral. son “pasivos”. el odio racial… y más sencillamente las manifestaciones expresivas en situaciones dadas. del T. Se relaciona con el “espíritu de las masas” de Park. de solidaridad o de desapruebo. la sed de revancha. Ya lo había sido antes. Estas han sido recientemente retomadas con fuerza en el terreno de la investigación (Goodwin et. ligando este problema a través de la Stimmung9. el orgullo nacional. Las emociones. cuando Park invitaba a establecer una meteorología de las atmósferas públicas. al. Antes de ser impulsada por una orientación estratégica. el ánimo de verdad. y debe por tanto elegir los terrenos que le aseguren el acceso a tales corpus y materiales. sobre una piquetera en Patagonia y una agitadora en Santiago. establecen disposiciones de los actores y dispositivos de acción. requieren regímenes de experiencia. nos dan acceso al mundo. y que en otras. reinscribiéndolos en relación a proyectos familiares y personales de migración urbana y de ascensión social y reconstituyendo sus redes egocentradas: su pasaje del socialismo al fascismo es explicado a partir de elecciones biográficas en los ambientes políticos en mutación. Estas dinámicas de rearticulación de los campos de experiencia y de los horizontes de espera alteran el sentido de lo que es “capital”. Y las categorías de la acción colectiva (capital. Una buena explicación comprensiva no puede manipular estas categorías como si fuesen portadoras de un sentido estable. La experiencia como prueba estética: los sentidos afectivos (pathos) y estéticos (aisthesis) son aquello que. La experiencia como experimentación práctica: el reconocimiento de lo real es probado por los test. En un libro crucial. La temporalidad. que toman a veces la forma de verdaderas deliberaciones. Nuestra experiencia de la vinculación. “recurso” u “oportunidad”. donde cada vez nos encontramos afectados de manera diferente. Estas revelan una gramática de la acción. Se puede tratar de trayectorias biográficas. La investigación debe hacerse sensible a la emergencia temporal de las acciones colectivas. al bein y al derecho nunca es solitario. experimental e interaccional. han igualmente remplazado los accidentes de la experiencia moral. a veces.criterios de comprensión y extendiendo sus horizontes de inteligibilidad. que nos pueden hacer sufrir situaciones y resultados a los cuales debemos someternos. empujándolos a formar una experiencia común. El término de experiencia puede ser entendido de tres formas. Este modelo de flujo y de estratos de . 2005) ha comprometido un programa de investigaciones que intenta unir el análisis de cohortes etarios dentro de las organizaciones y el análisis de trayectorias de vinculación y de desvinculación. recurso. a indignarse. nos guían en las situaciones porque tienen influencia sobre nosotros. Varios avances de investigaciones ya han ido en ese sentido. sujeto a una validez trans-situacional. encarnada en las corrientes existenciales. a través de proceso de cooperación y de comunicación. poco leído por los sociólogos. aumentando nuestra capacidad de acción doblegándonos ante una realidad trascendente. no afectan sino algunas particularidades. pueden tomar otra amplitud. eslabones de experiencia que constituyen lo que somos. oportunidad…) son cada vez reconquistadas después de su anclaje en los contextos de sentido de los actores. En un lado estrategias racionales o determinaciones estructurales. La experiencia como cambio interactivo: nuestro acceso a la verdad. sino que pasa por interacciones con los otros y con las cosas. de personas u organizaciones: Fillieule (2001. 1927). Gribaudi (1987) siguió grupos de amigos y parientes a través de varias generaciones. donde nos exponemos al punto de vista de los otros. finalmente. concertarse y movilizarse en público (Dewey. tiene una dimensión sensual. la acción colectiva se deja sacudir por los sucesos que. en el corazón de la movilización. concerniendo a personas que se encuentran más allá de quienes están directamente involucrados. Auyero (2003). sobre las trayectorias de los obreros de un barrio de Turín. más allá de razonamientos y de juicios. Ladrière et. fundados sobre la encuesta etnográfica. de la emergencia de nuevas categorías e intrigas. 1984) –con y dentro del estudio de los dispositivos de acción pública. de socialización. Otros trabajos. mostrando la constitución de este caso público sobre varios decenios (Terzi y Bover. Chateauraynaud y Torny (1999) lo hacen a su modo. como el conflicto de Calas y del Caballero de la Barre (Claverie. de la organización de secuencias de reformulación y disputa.experiencia que se entrecruzan. El tema de la temporalidad de las acciones colectivas ha sido transformado. la investigación puede seguir la temporalidad de momentos de prueba que provocan movilizaciones repentinas –cuando se trata de eventos como el de la profanación del cementerio de Carpentras (Barthélémy. 1994 y 1998). La acción colectiva no se “construye” únicamente siguiendo planes o cartografías ya diseñadas (Quéré y Pharo. Terzi se propuso. del amianto o de la cuestión nuclear. Constituyen de esta forma series longitudinales de archivos que analizan luego a través de programas computacionales como Prospero o Marlowe. 1990. Aún ahí. alrededor de los cuales se articulan diferentes configuraciones de arenas públicas. pisándole los talones a la idea de Latour luego de su estudio sobre la “pasteurización de Francia” (Latour. se hace piloteando en medio de la maraña de circunstancias. No se trata solamente de una demarcación cognitiva en el mundo: está atravesado por pruebas de derecho y de deber. La atención ha sido desplazada de estas carreras personales u organizacionales hacia carreras de problemas públicos. se esfuerza en unir las contingencias que sufre. lugares o . 1991) o de disputas. Terzi (2003) ha trabajado por su parte –sin tratamiento informático. un cruce entre las concepciones de sociología de organizaciones.sobre un enorme corpus de prensa relacionado con el despojo del dinero de judíos en Suiza durante la Segunda Guerra Mundial.rendir cuenta de dinámica interna de la controversia. de obligación y responsabilidad. poniendo entre paréntesis toda empresa de historia social. correlativamente a las pruebas. sucesivas o simultáneas. al encontrarse con una concepción estrecha de la estrategia. frente a los humanos y no humanos –dioses o bestias. han igualmente restituido la génesis de arenas públicas en toda su complejidad: el de Lolive (1997 y 1999) sobre las contestaciones contra el TGV (Tren de Gran Velocidad) o el de Dodier (2003) sobre la historia de las movilizaciones en torno a la epidemia del sida. los enfoques pragmáticos y pragmatistas han abierto un cierto número de nichos. 2005). En el corto plazo. al examinar las carpetas de oraciones. Pero la temporalidad puede aún estar desconectada del soporte biográfico de personas y de la mediana duración de los asuntos públicos. tanto sobre la encuesta como documentos o por entrevistas. de citas de justificación. intenta volver a trazar y de relanzar las líneas de acción haciendo frente a situaciones que escapan a su control.al 1993). podrían enriquecer el análisis biográfico de las movilizaciones. El reconocimiento de la pasividad de los actores y la reestructuración de sus capacidades morales y políticas han permitido volver a poner en discusión en medio de las ciencias sociales la cuestión de la razón práctica. La investigación puede también tomar la forma de las controversias que los estudiantes de la Escuela de Mines y de Ciencias Políticas estudian hoy en día. de las ciencias y de las técnicas. cosas-. interrumpido por peripecias y resurgimientos. haciendo posible la articulación de una arena pública donde estén disponibles los criterios de lo verdadero y lo falso. La acción colectiva se despliega temporalmente. habían desaparecido prácticamente del programa de investigación sobre las formas de justificación en público de la GSPM. cuando la argumentación. centrales en Callon y Latour. de lo existente y lo posible. que tienen también sus reglas del juego10. lo real y lo imaginario. estando compartida por sus miembros. y a veces bajo la figura del suceso que hace irrupción y que es necesario afrontar. A menudo. 2006 y 2008). toma direcciones imprevistas. del derecho y de la justicia (Cottereau. Recorriendo las virtudes antiguas del coraje (virtú). colectiva y pública. aquellos que realizan y soportan la acción colectiva pueden elegir su suerte. modificar el destino con buena o mala fortuna. Estas fueron reintroducidas por Boltanski y Chiapello (1999). se expone a maquinaciones y trampas. El curso de la acción no es uniforme. 1999). y es sustentado por maniobras y proyectos. particular. más allá de los juegos de fuerza y de intereses: un sentido de la realidad. sino que pre-articula las estructuras en el horizonte de la vida colectiva y le dota materiales de experiencia. impone el sopesar los pros y contras. de lo legítimo y lo ilegítimo. La cultura pública puede acercarse a una concepción de la deliberación pública. de lo justo y lo injusto. La cultura pública puede vincularse en la lógica del grupo de presión que juega la carta del lobby o. y de la prudencia práctica (phronesis). La existencia de una “cultura pública”. La acción colectiva encuentra necesariamente su sustento en esta “cultura pública” que. autoriza la constitución de una experiencia colectiva y el ejercicio de un juicio de sentido común. se establece en un cierto número de mediaciones convencionales e institucionales. sabiendo que nunca anticiparan del todo los efectos que esto conllevará. La “cultura pública” no es más sólo una “caja de herramientas”. no nos entrega su secreto. que emerge a través del trabajo de movilización y que. pero se les encuentra también bajo otras formas en las investigaciones sobre la “violencia polític” o en las “asimetrías de toma” (Chateauraynaud. . Y el saber-hacer de los líderes de organización puede que resida tanto en un arte del análisis práctico como en una capacidad directiva (management). bifurca en variadas posibilidades. Está sembrado de baches. La entrada principal hacia el terreno es entonces la de la experiencia. El precio de la libertad de actuar está dentro de la imprevisibilidad de sus resultados y consecuencias –es lo que logran constatar cada vez más las investigaciones sobre los movimientos sociales (Giugni et. desvía las expectativas de sus agentes. o dentro de la lógica de la confrontación guerrera donde el dominio más fuerte –“fuerza” e “interés”. Estos diferentes elementos transforman la comprensión que podemos tener de lo que está en juego en una acción colectiva. le provee opciones de toma de partido. lugares en las arenas de batalla e indica las buenas formas de expresivas. del derecho y del error. de la inteligencia aplicada (metis). esto significa que la disección de la acción colectiva en elementos estructurales o coyunturales. 1992 y 1999). la investigación o la experimentación proveen hechos o argumentos tendientes a convencer racional 10 Las relaciones de fuerza. descubrir en la existencia de un horizonte posible.retoma las gramáticas de la confrontación y de la negociación. es vivida a veces como una rutina que sigue su ritmo de crucero. que tomaban su contraparte. más allá.al. en el terreno de la sociología de las ciencias y las técnicas-. prohibiendo considerar otros objetos –hasta que proliferaron. Para comenzar. biogenética. monopolizaron gran parte de la discusión sociológica. y ya no solamente sus estudiantes directos. la herencia tourainiana. Los movimientos sociales son analizadores. se coordinan y co-actúan. por ejemplo. re-encuadrados en una perspectiva pragmatista. derechos de los animales o la protección del ambiente formulan sus denunciaciones y sus reivindicaciones apoyándose sobre este fondo. la agenda de investigación se divide en torno a grandes modelos. y son varias las respuestas que surgen. y en contraparte. Los modelos legitimados se han desarrollado entonces con gran plenitud. A modo de conclusión Esperamos. articulando los criterios de la experiencia de particulares. En suma. de los usos y de las costumbres. dentro de la pluralidad. en la esfera de la relación íntima o del coloquio personal. bourdieusiana. los ostracismos y las aversiones se aplacan con el tiempo. a favor o en contra del aborto. Los actores redefinen asó las situaciones re-elaboran visiones de mundo y reorganizan convicciones e identidades. haber dado una idea de la fecundidad. sus aliados y adversarios de competencia estaban fuera. paridad de género. sobre diferentes escenas públicas que contribuyen igualmente a articular la acción colectiva. Podemos preguntarnos legítimamente por qué su recepción a sido tan débil. para el estudio de la acción colectiva. El cambio de generaciones debería permitir a los desafíos de investigación y de análisis primar sobre las lealtades personales y los vínculos dogmáticos. dirigiéndose hacia las afectividades. a través de este breve recorrido de horizonte. catalizadores y aceleradores de la formación de esta “cultura pública”. eutanasia. una representación estrecha de las movilizaciones colectivas ha conducido a focalizarse sobre los dilemas de la racionalidad o sobre los movimientos sociales. que algunos enfoques pragmáticos y praxeológicos. mientras que a partir de los ’90 el Grupo de estudio e investigación sobre las mutaciones del militantismo ha hecho en Francia un trabajo importante de trasplantación y de aclimatación de investigaciones “norte-americanas”. sensibilidades y entendimientos de sus públicos. En Francia. esta difusión es facilitada por el hecho de que las enemistades de escuela. . Los “movimientos sociales”. En Francia. Pero la focalización de la investigación sobre estos modos de existencia de la “cultura pública” no debe hacer perder de vista la multiplicidad de pruebas de la vida cotidiana y su resonancia en la experiencia colectiva. Seguido a esto.y razonablemente: nuevas modalidades de participación de ciudadanos y de cooperación con los electos y los expertos son de este modo reivindicadas. mientras que los autores aquí presentes se han preocupado demasiado poco de la recepción y de la reconsideración de sus investigaciones en el terreno de la sociología de las movilizaciones colectivas: sus objetos teóricos y empíricos. no es sino recientemente que sus ideas han comenzado a circular más y a ser aplicadas por otros investigadores. Haciendo esto se identifican. de aquello que se llamó en otro momento la transformación de los modos. N. (2009). in Breviglieri. in A Grammar of Motives. K. Berkeley. and the Quest for Recognition. J. engagements Répondre en citoyen ordinaire. Multitudes. 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