Cómo lograron el éxito los pescadores japoneses

March 21, 2018 | Author: Julio César Ruiz | Category: Cooperative, Japan, Federation, Samurai, Poverty & Homelessness


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NAOYUKY TAO & JAMES COLYNCómo Lograron el Éxito los Pescadores Japoneses TRADUCIDO POR JULIO CÉSAR RUIZ Naoyuki Tao & James Colyn Cómo Lograron el Éxito los Pescadores Japoneses Traducido por Julio César Ruiz 2 Esta traducción ha sido autorizada por Naoyuki Tao y James Colyn, Sapporo, Japón. Versión en español publicada por Julio César Ruiz, Lima, Perú Versión original en japonés: “Hachiju Nen no Kaisoo”. Publicada por Hokkai Suisan Newspaper Co., Ltd., Sapporo, Japan. Versión en inglés: “The Hokkaido Fishermen´s Liberation Movement”. The Philosophy and Works of Takatoshi Ando, the Pioneer of the Fishery Cooperative Movement in Hokkaido, Japan. Publicada por Vantage Press, Inc., New York, USA. Primera edición en inglés Copyright  1995 por Naoyuki Tao y James Colyn Impreso en USA Primera edición en español Copyright  2003 por Julio César Ruiz Impreso en Perú. Diseño de carátula, composición y diagramación Julio César Ruiz Hecho el Depósito Legal 1501012004-6110 3 CONTENIDO Presentación (Julio César Ruiz) Introducción (Dr. Masamichi Hotta) Prefacio (Naoyuki Tao) 1. Antecedentes históricos de las Asociaciones Cooperativas Pesqueras. 2. La era del nacimiento de las Asociaciones Cooperativas Pesqueras. a) Desde las Asociaciones de Pescadores hasta las Asociaciones Cooperativas Pesqueras. b) El comienzo de la comercialización conjunta en las Asociaciones Cooperativas Pesqueras. c) Establecimiento de la Federación de Asociaciones Cooperativas Pesqueras de Hokkaido (Dogyoren). d) Fortalecimiento de las actividades de la ACP y reacción de los comerciantes. 3. Fuerte control nacional del comercio a) El trato con el Gobierno Militar b) El trato con el Gobierno militar y el fin de la II Guerra Mundial. c) Establecimiento del exitoso Sistema de Trueque 4 46 52 57 8 13 16 21 26 33 37 40 d) Negociación con el GHQ 4. Establecimiento de las Federaciones de Crédito y de Seguro. a) La Federación de Crédito (Shingyoren). b) Las Asociaciones de Seguro Mutuo para el Daño Pesquero. c) La erradicación de la contaminación ambiental. 5. La modernización y revitalización del movimiento cooperativo después de la II Guerra Mundial. a) El restablecimiento de las Asociaciones Cooperativas Pesqueras locales. b) La Federación de Educación (Shidoren). Apéndice (Naoyuki Tao) i. El actual Sistema de Administración de las Asociaciones Cooperativas Pesqueras. ii. La comercialización conjunta y el flujo del dinero. iii. La Ley de Pesca y la Ley de la Asociación Cooperativa Pesquera (ACP). iv. Tabla histórica v. Estructura legal de la pesca marítima 61 64 69 77 84 86 90 93 96 102 105 106 107 vi. Organización y funciones de la ACP vii. Sistema de Garantías de Préstamos. 5 Takatoshi Ando (segundo de la derecha) explica a los pescadores cómo alcanzar sus objetivos y la importancia de la cooperación. Este fue uno de los famosos Discursos de Travesía de Ando (ver pág. 37) 6 Versión del libro en inglés 7 PRESENTACIÓN Disertaba Naoyuki Tao en el Yokohama International Center sobre el tema “La Organización de las Asociaciones Cooperativas Pesqueras y sus Actividades”, como parte del Curso “Ordenación de la Pesquera Costera” ( 1) realizado el año pasado en la ciudad de Yokohama, Japón, cuando al final de su ponencia, nos sorprendió gratamente con el obsequio de su libro “The Hokkaido Fishermen’s Liberation Movement”. El libro es la traducción al inglés de la versión original en japonés de la autobiografía del pionero del movimiento cooperativo pesquero de Japón: Takatoshi Ando. La obra es inequívocamente motivadora. A medida que ahondaba en su lectura, iba advirtiendo que la historia ahí contada, guardaba sorprendente cercanía con la problemática que hoy enfrentan nuestros pescadores artesanales, lo cual movió mi inquietud y entusiasmo por traducir y publicar esta singular obra. 1 El curso fue organizado por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA, por sus siglas en inglés), en el marco de sus programas regulares de asistencia técnica. Estos programas han favorecido a miles de profesionales y funcionarios de diversos sectores del Estado peruano, capacitados en una amplia red de centros especializados y universidades de Japón. 8 La sujeción a los intermediarios, la falta de crédito, la carencia de seguros contra el riesgo pesquero, la escasa capacidad para iniciar negocios empresariales, los conflictos con la pesca industrial y los enfrentamientos entre pescadores mismos, debido a la ausencia de una ordenación de la pesca costera, eran algunos rasgos que marcaban hace 50 años la problemática de los pescadores japoneses. La pobreza dominaba las comunidades pesqueras de Japón, no obstante contar con uno de los mares más ricos del mundo. Hoy, tras un inmenso esfuerzo de autoayuda, organización y cambio de actitud, los pescadores japoneses han logrado superar admirablemente esa precaria situación y alcanzar inmejorables niveles de progreso y bienestar, constituyéndose en un ejemplo para el mundo. Takatoshi Ando, relata en este libro autobiográfico(2), el proceso de desarrollo histórico del sistema pesquero japonés, destacando con extraordinaria lucidez y detalle, los hechos y circunstancias que marcaron los hitos en la lucha del movimiento de liberación económica de los pescadores japoneses, en particular de los pescadores de la Prefectura de Hokkaido, cuna del movimiento cooperativo pesquero en Japón. Desde su posición de servidor público, le tocó conducir este movimiento casi desde de sus inicios, con admirable empeño y devoción, logrando sentar las bases institucionales y legales para el desarrollo de la pesquería en su país, tras largos años de lucha y transformación histórica. 2 Ando, empieza a trabajar en su autobiografía en 1972, a los 78 años de edad, tras retirarse de todo cargo. En 1995, la versión en japonés de su obra, es traducida al inglés por Naoyuki Tao, con la colaboración de James Colyn, complementándola con un capítulo y un apéndice. 9 Lo que se ve hoy en Japón, es un sector pesquero moderno, ordenado y participativo, donde las cooperativas pesqueras son el eje de su desenvolvimiento. Más de 3.000 modernos y funcionales desembarcaderos –instalados cada 12 km de distancia en promedio– son conducidos por estas organizaciones que, conforme al ordenamiento legal japonés, comparten responsabilidades de ordenación de la pesca costera con la autoridad competente. Cerca de 100 mil embarcaciones de fibra de vidrio menores de 5 t, que constituyen el 80% de la flota pesquera japonesa, desempeñan un rol gravitante en la pesca costera, actividad fundamental de las comunidades pesqueras. Comparte también este rol la acuicultura costera. Decenas de semilleros contribuyen al desarrollo de esta actividad y al repoblamiento costero, buscando asegurar el abastecimiento de productos pesqueros a una población habituada tradicionalmente a un elevado consumo de pescado: 72,4 kg per cápita año. Así, tanto la pesca como la acuicultura costeras, aportan alrededor del 60% del desembarque total de los recursos hidrobiológicos de los mares de Japón, correspondiendo a la acuicultura casi la mitad de ese aporte, lo cual grafica la magnitud y la importancia de esta actividad en las comunidades pesqueras. La comercialización conjunta de los pescadores y el autofinanciamiento, son componentes que distinguen al sistema pesquero japonés. Las cooperativas pesqueras se encargan de comercializar las capturas a través de subastas públicas y de financiar las actividades de los pescadores. Un adecuado 10 mecanismo de garantías forma parte del esquema de financiamiento. Aquí, la confianza es un factor que envuelve al sistema. Y es, acaso, la razón de su éxito. Como se sabe, la confianza nace del cultivo compartido de sólidos valores humanos, como el respeto a la ley, la honestidad y la solidaridad, así como, el respeto a los derechos ajenos y a la propiedad privada, entre otros, cuyo ejercicio garantiza una convivencia sana y ordenada. La comprobación hoy de una realidad distinta y exitosa de la pesca costera japonesa, nos persuade cada vez más del camino que debemos seguir para lograr una explotación ordenada y responsable de los recursos marinos y la mejora de las condiciones de vida de nuestras comunidades pesqueras artesanales, aquellas que nos permiten disfrutar diariamente de nuestra diversidad marina. Ese camino supone, sin embargo, cambios en nuestra normativa pesquera que propicien la construcción de una nueva base de participación conjunta de los pescadores artesanales en la actividad pesquera. Una participación con visión empresarial que les permita abordar y resolver el complejo problema del financiamiento y la comercialización de sus productos, principalmente. A este esfuerzo habrá de sumarse el Estado en su rol normativo, facilitador y promotor, pues, si bien la solución de los problemas de los pescadores artesanales está en sus propias manos, poco podrán hacer solos, sin la activa participación del Estado. En la esperanza de contribuir a la búsqueda de un destino mejor para las comunidades pesqueras del Perú, me permito poner a disposición de las autoridades pesqueras y de 11 los propios pescadores artesanales en particular, la versión en español de esta obra, singular y auténticamente motivadora. Me he tomado la libertad de añadir tres páginas, con diagramas de la estructura legal de la pesquería marítima, de la organización y funciones de la Asociación Cooperativa Pesquera y del sistema de garantías de préstamos para pesquerías de pequeña y mediana escala en Japón, a fin de facilitar un mejor entendimiento del sistema pesquero japonés. Julio César Ruiz R. Ingeniero pesquero Lima, febrero de 2003 12 INTRODUCCIÓN Este libro, es el único en el que se da la perspectiva histórica y los antecedentes de los inicios del movimiento de la cooperativa pesquera en Japón, los cuales se dieron en Hokkaido, isla ubicada al norte de Japón. Fue allí donde una tras otra, las ideas innovadoras se fueron traduciendo en acción de la mano de uno de los excelentes pioneros del movimiento Asociación Cooperativa Pesquera (ACP): Takatoshi Ando. Este libro narra también, vívidamente, los momentos culminantes del movimiento cooperativo a través de las palabras del propio Ando. Está basado en la humanidad y la compasión como fuerzas fundamentales, y en el deseo de mejorar los ingresos de los pescadores. Takatoshi Ando nació en la Prefectura de Fukushima, Japón, en 1894, exactamente 50 años después del establecimiento de la famosa Sociedad de Pioneros de la Equidad de Rochdale, en Lancashire. La idea de cooperación de esta organización, condujo al establecimiento de la Alianza Internacional de Cooperativas (AIC) en Londres, en 1895. La AIC, planea celebrar su centenario en Manchester, en setiembre de 1995. La publicación del libro de Ando en 1995, realza la ocasión. 13 El Programa de Acción de la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social celebrada en Copenhagen, en marzo de 1995, subrayó la contribución de las cooperativas cuando propuso: “utilizar y desarrollar más completamente el potencial y la contribución de las cooperativas pesqueras para el logro de las metas de desarrollo social, en particular la erradicación de la pobreza, la generación de empleo pleno y productivo y la mejora de la integración social.” Hace cincuenta años, Ando tuvo la misma filosofía y la implementó en el sector pesquero de Hokkaido, y más tarde, a lo largo del país como presidente del Zengyoren (La Federación Nacional de Asociaciones Cooperativas Pesqueras de Japón). La FAO apoya el punto de vista de la Cumbre Mundial para el Desarrollo. Hay muchos Estados costeros donde los pescadores no están bien organizados. En esos casos, los factores comunes son: la incontrolada explotación de los recursos y la reducción de los medios de vida de los pescadores. Los pescadores necesitan unirse para superar estas dificultades. El contenido de este libro tiene muchos puntos de interés que pueden verse con mucha frecuencia en el sector pesquero de los países en desarrollo, tales como la explotación por parte de los comerciantes, la falta de fondos, precarias infraestructuras, entre otros. Tal vez, los lectores de este libro puedan verse atraídos por los métodos que Ando ayudó a diseñar para empezar negocios económicamente legítimos y confiables por medio de las cooperativas de pescadores y la comercialización conjunta. 14 Sin embargo, la cosa difícil de la materia puede radicar en los sentimientos humanos y en la ética, respecto de lo cual un líder siempre debe estar atento. Finalmente, debo referirme al autor, el señor Tao. Tao, es un experto en consultoría sobre administración de cooperativas del sector pesquero. El tiene una amplia experiencia en instrucción práctica de contabilidad, auditoría, educación y entrenamiento de personal ejecutivo de cooperativas, etc. La filosofía y el trabajo de Ando se rememoran hoy gracias a la gran dedicación del señor Tao al cooperativismo, a lo cual rindo mi más altos respetos. Estoy seguro que todos los lectores aprenderán mucho de él. Estoy seguro que usted compartirá el legado de Ando para el desarrollo próspero de la pesca. Roma, abril de 1995. Dr. Masamichi Hotta Oficial Senior de Planeamiento Pesquero División de Planeamiento & Política Pesquera FAO de las Naciones Unidas 15 PREFACIO Nosotros en Hokkaido, no podemos hablar sobre el movimiento cooperativo pesquero en nuestra isla sin evocar las excelentes contribuciones de Takatoshi Ando. Durante su larga carrera, Ando trabajó en cada una de las mayores federaciones pesqueras de Hokkaido –Dogyoren, Shingyoren y Shidoren- así como en la federación nacional Zengyoren. Desde que él empezó trabajando en la Sección “Asociaciones Cooperativas Pesqueras” del gobierno prefectural de Hokkaido, en 1933, hasta que se retiró de Presidente de la Federación Nacional de Asociaciones Cooperativas Pesqueras (Zengyoren), en 1971, se consagró sinceramente a las Asociaciones Cooperativas Pesqueras (ACP) y a su desarrollo. Las ACP de Hokkaido se han convertido en empresas exitosas gracias al trabajo que hizo Ando durante la era del nacimiento del movimiento. Takatoshi Ando nació en 1894, fue el segundo hijo de una familia que crió gusanos de seda en la Prefectura de Fukushima. Después de estudiar la primaria, empezó a trabajar en su casa como aprendiz de fotógrafo, pero pronto pasó el examen de servidor público y se convirtió en policía. Como no había mucho que hacer en las áreas rurales para un policía, Ando tuvo mucho tiempo para estudiar. Después de pasar los exámenes necesarios, fue promovido varias veces, y luego pasó un examen administrado por el 16 gobierno central. Un examen tan difícil, que la mayoría de graduados universitarios no podían pasarlo. Sobre la base de ese examen, fue designado en 1925 por el gobierno prefectural de Hokkaido para investigar las operaciones pesqueras ilegales. Tan pronto empezó su nuevo trabajo, fue a visitar las comunidades pesqueras de todo el litoral de Hokkaido. Tenía que viajar a menudo en bote o en trineo tirado por caballos y ocasionalmente a pie, a través de tormentas de nieve, pues había pocos ferrocarriles en Hokkaido. Él estaba espantado por las condiciones lastimosas en las que vivían los pescadores, llegando al convencimiento de que la única manera de mejorar el estándar de vida de las comunidades pesqueras era a través del establecimiento de cooperativas. Pronto decidió que trabajaría para el bienestar y prosperidad de las comunidades pesqueras. Ando consiguió muchas cosas en su carrera. Entre ellas, que los pueblos pesqueros de Hokkaido sean ahora comunidades vigorosas. Hacia el final de su carrera relató muchas de sus experiencias en su autobiografía, lo que me motivó a traducirla para que los miembros de las cooperativas extranjeras aprendieran de ella y de los beneficios de su experiencia. Recientemente, muchos visitantes de países de Asia y África han venido a Hokkaido a estudiar nuestras ACPs. Cuando explico el desarrollo de las ACPs, mis audiencias se hacen más interesantes al hablar sobre la era del nacimiento de las ACPs. Ellos se quedan particularmente impresionados por las contribuciones de Ando. Yo he hablado a menudo de Ando y de sus grandes logros, pero pensé que sería mejor si las historias eran contadas en sus propias palabras. 17 Por eso, he seleccionado los episodios más relevantes e importantes de su autobiografía y las he relatado aquí para beneficio de usted y de los operadores de las cooperativas en todo el mundo. Yo entiendo que las condiciones históricas, económicas y sociales de sus países pueden diferir grandemente de las nuestras, pero estoy seguro que todos nosotros compartimos las mismas metas de independencia económica y de dependencia de nosotros mismos. Si usted encuentra algo en las historias de nuestros avatares y éxitos que puedan ayudarle, yo estaré muy contento. Tanto a nivel local como prefectural, las ACPs han enfrentado muchas dificultades, pero han superado también muchos obstáculos. Yo estoy seguro que no habríamos tenido éxito si no manteníamos en mente la filosofía fundamental que Ando inculcó durante años. El siempre nos recordó que: 1. Cada pescador debe ser fuerte para enfrentar cualquier obstáculo que se produzca, y debe ser consciente, además, que debe ayudarse a sí mismo; 2. Todos los pescadores deben unirse y participar en las operaciones de las ACPs; 3. Si los pescadores consolidan sus finanzas y los canales de distribución de sus productos a través de las ACPs, podrán entonces apoyar a otras personas y organizaciones que necesiten asistencia. Espero que usted llegue a comprender la importancia de estos principios y que su comunidad pesquera se convierta en una comunidad tan exitosa como las de Hokkaido. 18 Me gustaría añadir que Ando, realmente no se sentó a escribir su autobiografía. Él relató sus memorias a su secretaria, quién simplemente copió sus historias palabra por palabra. Ya que encontré muchos sitios donde él se repetía o no se explicaba lo suficientemente claro, me he tomado la libertad se agregar ciertas palabras, frases y oraciones, y borrar otras. Sea como fuere, he intentado permanecer en lo posible tan fiel al original. He incluido también un prefacio y capítulos abiertos y cerrados por mí mismo. Estos clarifican muchos puntos que Ando no pudo referir y que son esenciales para un cabal entendimiento de la actual situación de las ACPs. Me gustaría, finalmente, agradecer a James Colyn, mi viejo amigo, por su gran ayuda en la corrección de mis errores en gramática y sintaxis. Él reescribió virtualmente toda la copia para hacerla fácilmente entendible por usted, y le puedo asegurar que esto fue particularmente difícil, considerando cómo intentamos mantenernos fiel al original. Él fue también responsable del tipeo y del diseño de todo el trabajo. Ambos esperamos que usted encuentre nuestro trabajo satisfactorio. Naoyuki Tao Sapporo, marzo de 1995. 19 Si recoges suficiente polvo, puedes hacer una montaña. (ver pág. 68) En este proverbio –presentado aquí, en la caligrafía de Ando– expresa un principio central de la filosofía de Hotoku (premiar virtud con virtud), la cual fue propuesta por Ninomiya Sontoku (1787 – 1856). Sontoku desarrolló su filosofía basada en los principios de los hechos del hombre y la moralidad social. Sontoku enfatizaba no sólo la prosecución de la felicidad y el interés personal, sino también un sentido de gratitud a nuestras familias, la sociedad y la naturaleza. Nosotros debemos –dijo– devolver cualquier favor y todos los que hayamos recibido de alguien y de nuestro medio ambiente. Ando, con frecuencia se refería a la filosofía de Hotoku cuando promovía el movimiento cooperativo y era particularmente aficionado a este proverbio. Ando creía que si trabajamos fuerte año tras año, los resultados acumulados de nuestras labores enriquecerían nuestras vidas, por ello mencionaba otro proverbio de Sontoku: “Los frutos del último año, se convertirán en las semillas de este año. Estas semillas, se convertirán en los frutos del próximo año”. 20 I ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LAS ASOCIACIONES COOPERATIVAS PESQUERAS Las motivaciones detrás del establecimiento de las cooperativas pesqueras de Japón son únicas para las Asociaciones Cooperativas Pesqueras (ACPs), pues éstas no jugaron parte en el establecimiento de las cooperativas agrícolas y de consumidores. Las características únicas de las ACPs se deben fundamentalmente a los antecedentes históricos de la industria pesquera de Japón y a la manera cómo se desarrolló esta industria. Las modernas cooperativas se desarrollaron con el avance del capitalismo. Durante la primera mitad del siglo XIX, los agricultores, los trabajadores y otros, que tuvieron pequeña fuerza económica, empezaron a establecer cooperativas para poder superar las múltiples y variadas dificultades traídas con el crecimiento del capitalismo. 21 El capitalismo no echó raíces en Japón, sino hasta 1868, después de la Restauración de Meiji (3). Durante los 250 años anteriores, el shogun había mantenido a Japón aislado y con una economía feudal. Varias costumbres y hábitos se desarrollaron firmemente durante ese largo tiempo; y muchos de éstos son todavía evidentes en los patrones de comportamiento y manera de pensar de la gente japonesa de hoy. Las comunidades pesqueras a lo largo de la costa de Japón, han sido reguladas por alrededor de 300 señores feudales. Los soldados samuráis trabajaban para estos señores recaudando impuestos de los agricultores y de los pescadores de la región. Los señores y sus samuráis vivían en castillos, y una a dos veces al año los samuráis iban a los territorios a recaudar impuestos. Ellos no interferían con el manejo de las zonas de pesca; y no se interesaban en quién, cómo, dónde y cuándo pescaban, con tal de recibir los impuestos de los pescadores. Todas esas materias las dejaban a discreción del jefe de la comunidad en cuestión, y a menudo estas materias eran simplemente decididas por la costumbre y las reglas de la comunidad. Después del colapso del shogunato en 1868, el gobierno central intentó fortalecer su base financiera. Uno de sus primeros actos fue declarar al mar propiedad del Estado, tratando de mantener de esta manera el control directo de los pescadores. Recaudaba derecho de los pescadores, emitiendo luego permisos para el uso de las zonas de pesca. 3 Meiji fue el nombre del emperador en ese tiempo. Con la Restauración de Meiji, Japón empezó a abolir su sistema feudal y a crear un sistema moderno de gobierno similar a los del mundo occidental. 22 Esto, por supuesto, creó problemas. Un gran número de pescadores solicitó los permisos, generándose una gran competición entre pescadores por los limitados stocks de pescado. Por supuesto, ello desencadenó muchos conflictos entre pescadores y entre comunidades pesqueras. El gobierno no podía resolver estos conflictos apropiadamente, ya que el sistema de administración local no había sido aun establecido satisfactoriamente. Para resolver este problema, el gobierno introdujo en 1886, su Reglamento de Asociaciones de Pescadores, el cual estimuló a los pescadores de todas las comunidades a organizarse en asociaciones. Este Reglamento no contenía ninguna referencia a los derechos de pesca, pero fue la primera etapa en el movimiento que permitía a los pescadores el derecho de control de sus zonas de pesca de acuerdo a las reglas de sus propias asociaciones. De esta manera, empezó a sembrarse la semilla de las cooperativas pesqueras. En 1901, se reemplazó este Reglamento por la Ley de Pesca. Bajo esta ley, se introdujo los nuevos conceptos de “derechos de pesca”, que marcaron un hito importante en el desarrollo de las cooperativas pesqueras en Japón. Después de esto, las Asociaciones de Pescadores se establecieron como organizaciones autónomas con autoridad para administrar los derechos de pesca. El hecho que a las Asociaciones de Pescadores se les diera derechos exclusivos, podía parecer contradictorio al principio de “afiliación abierta”, adoptada por la Alianza Internacional de Cooperativas. En términos legales, sin embargo, el sistema japonés es también un sistema de “afiliación abierta”. La nueva Ley de la Cooperativa Pesquera de 23 1949, declara que cualquiera que desee afiliarse a una ACP, puede convertirse en miembro de ésta, si está calificado y reúne ciertos requerimientos. Cabe anotar, sin embargo, que la mayor parte de las cooperativas están en aptitud de restringir la afiliación para evitar situaciones en las que un porcentaje demasiado alto de fuerza laboral se concentre en una sola zona de pesca. Desde 1910 se produjeron varias enmiendas a la Ley de Pesca que autorizaban a las cooperativas a emprender actividades de comercialización, transporte, procesamiento y captación de ahorros. Con estos cambios, las Asociaciones de Pescadores se transformaron gradualmente en cooperativas multipropósito. En las primeras décadas de los 1900s, varias ideas de cooperativas se introdujeron en Japón, como la de los Pioneros de la Equidad de Rochdale de Inglaterra y la de la Cooperativa de Raiffeisen de Alemania. El gobierno había creado el Banco Central para las Cooperativas Industriales; y las Asociaciones de Pescadores habían sido cambiadas a Asociaciones Cooperativas Pesqueras (ACPs) para que pudieran acceder a los servicios financieros del Banco. Cabe anotar que el gobierno japonés tomó la iniciativa para desarrollar las cooperativas pesqueras desde sus inicios. Al mismo tiempo también trabajó para desarrollar infraestructura, tal como desembarcaderos pesqueros, carreteras y ferrocarriles. Esto fue también muy importante, porque el mercado de los productos marinos creció a lo largo de Japón en la misma medida en que lo hicieron los ferrocarriles. En aquellos días, los comerciantes jugaban un gran papel en las comunidades pesqueras antes del inicio de cada 24 temporada de pesca. Ellos suministraban a las comunidades no sólo artes de pesca, sino también alimentos, ropa y otras necesidades diarias. Los pescadores arreglaban las cuentas que tenían con ellos, vendiéndoles a menudo la mayor parte de sus capturas. Los pescadores estaban realmente a merced de los comerciantes. Como Hokkaido era todavía una región relativamente nueva y no desarrollada, los pescadores tenían un bajo nivel de vida. Por eso, los líderes de las comunidades pesqueras y Ando en particular, comprendieron que esta anacrónica relación tenía que ser abolida. Ellos entendieron que la única manera de hacerse esto era a través de la comercialización conjunta y la financiación mutua. Los esfuerzos por alcanzar esas metas les tomaron mucho tiempo. No fue sino, hasta mediados de los años 1960’s, que ellos pudieron decir que habían alcanzado algún grado de éxito; pero, lo alcanzaron; y hay muchas historias interesantes de sus actividades pioneras para ser contadas. Las siguientes historias de Ando están entre las más útiles e informativas. 25 2 LA ERA DEL NACIMIENTO DE LAS ASOCIACIONES COOPERATIVAS PESQUERAS DE HOKKAIDO a) Desde las Asociaciones de Pescadores hasta las Asociaciones Cooperativas Pesqueras. En 1993, el gobierno de Japón lanzó su Política de Revitalización para los Fundos y la Pesca, bajo la cual, las comunidades agrícolas y pesqueras debían fortalecerse para superar las severas condiciones de pobreza que trajo la depresión mundial. Dado que el gobierno, aparte de proporcionar préstamos de bajo interés, no hizo nada realmente concreto; nosotros nos referimos a esta política como la del “Movimiento de la Rehabilitación Propia”. Al final, el gobierno fue incapaz de financiar algún préstamo. Ciertos agricultores y pescadores criticaron rápidamente al gobierno, pues consideraban que éste estaba esquivando sus responsabilidades, mientras los agricultores sufrían como consecuencia de una política no definida claramente. Yo, sin 26 embargo, no vi las cosas de esa manera. Apoyé los conceptos de la “Rehabilitación Propia”, basado en la creencia de la importancia de la ayuda propia y de la independencia. Desde mi juventud, fui contrario a que uno debía ser dependiente de la asistencia de otros; por eso, no deseaba aceptar nada de la herencia de dejarían mis padres. Observando de cerca la sociedad de aquellos días, me di cuenta que la gente malgastaba con frecuencia su dinero. Me di cuenta que si uno economizaba y acumulaba dinero poco a poco, podía reunir una cantidad razonable de capital y con ello establecer una empresa exitosa. Mi sueño era hacer eso. El movimiento cooperativo todavía no había tomado fuerza en los pueblos pesqueros de Hokkaido, y éstos, que eran dependientes de la industria primaria, se encontraban indefensos frente a un mundo de agresiva competencia del capitalismo. Sin embargo, en los pueblos agrícolas las cooperativas fueron desarrollándose en forma lenta pero segura, empezando a establecer sobre sus propiedades sistemas de comercialización conjunta y de productos lácteos. Por eso, en 1933, el gobierno de Japón revisó la Ley de Pesca. Con esta revisión, las Asociaciones de Pescadores quedaron denominadas como Asociaciones Cooperativas Pesqueras (ACPs), con la responsabilidad de administrar no sólo los derechos de pesca, sino también, el uso del capital acumulado de los pescadores miembros, a fin de que pudieran realizar sus actividades económicas. Con estos ajustes hechos a la ley, decidí dedicarme a desarrollar las ACPs, solicitando por eso mi transferencia, de la Sección de Licencias Pesqueras del gobierno prefectural de Hokkaido, a la recientemente creada Sección de Asociaciones 27 Cooperativas Pesqueras, donde podía aplicar las ideas básicas del movimiento cooperativo al sector pesquero, el cual se encontraba en las condiciones financieras más severas. Mi primera responsabilidad fue reclutar personal calificado para mi equipo de trabajo. Fui afortunado en poder contratar a cinco trabajadores excelentes de otras secciones. Los instruí con relación a las teorías del movimiento cooperativo y discutí con ellos el tipo de cooperativa que sería más adecuada para los pescadores de Hokkaido. Una de las primeras preocupaciones fue definir si las ACPs debían crearse como cooperativas de responsabilidad limitada, de responsabilidad ilimitada o de responsabilidad garantizada (4). Después de esto, teníamos que explicar a los pescadores las ideas y funciones de las cooperativas y permitirles organizar sus propias cooperativas como ellos consideraran pertinente. Dado que los pescadores no podían entender todos los aspectos legales que establecía la Ley de Pesca con relación a las ACPs, tenía que explicarles esos aspectos. 4 La antigua Ley de Pesca, había establecido estas tres clases de cooperativas en términos de su responsabilidad. Bajo la nueva Ley de la Asociación Cooperativa Pesquera de 1949, sin embargo, todas las ACPs debían establecerse como cooperativas de responsabilidad limitada. La Ley de Cooperativas establecía que los miembros de una cooperativa de responsabilidad garantizada debían garantizar hasta tres veces la cantidad total de capital social de la ACP. De esta manera, la ACP podía triplicar su crédito. Ando creó cooperativas de responsabilidad ilimitada, las cuales fueron ideales para las etapas iniciales en las que los acreedores y los pescadores podían beneficiarse de ellas. Sin embargo, éstas colocaban una carga pesada sobre los miembros cuando enfrentaban dificultades financieras. Por eso, en 1949, una vez fortalecidas, se cambiaron a cooperativas de responsabilidad limitada. 28 Después de muchas discusiones con los pescadores, compilé una “Guía para el establecimiento de ACPs en Hokkaido”. Por supuesto, antes de distribuir este manual a las Asociaciones de Pescadores, lo puse a consideración del gobierno de Japón para su evaluación. Yo me sorprendí cuando me dijeron que dicha guía era innecesaria; entonces comprendí que el gobierno no tenía una estrategia para orientar a los pescadores. No obstante, finalmente convencí al gobierno de que esos métodos serían exitosos; y el tiempo nos dio la razón. Después de considerar cómo y dónde empezar estas reformas, seleccioné la Asociación de Pescadores de Hakodate. La razón por la que escogí la localidad de Hakodate, al sur de Hokkaido, fue porque presentaba los más serios desafíos para establecer una cooperativa. Debido a un masivo incendio antes de ese año, el pueblo se encontraba en un estado financiero crítico, particularmente en dos zonas que habían sido casi completamente quemadas: Omiro-cho y Sumiyoshi-cho. Por otro lado, el gobierno estaba dispuesto a proporcionar en calidad de préstamo 70.000 yenes, a través de un fondo de reconstrucción pesquera; y Hakodate era la primera zona que recibiría parte de esos fondos. Yo sabía, por experiencia propia, que la mejor estrategia era resolver primero la parte más difícil del problema, y luego, las siguientes se harían más fáciles de superar. Además, sabía que el espíritu humano se arma de valor frente a la adversidad. Los pescadores de Hakodate que habían perdido sus hogares, tenían que empezar desde el principio; por eso, yo estaba convencido que ellos trabajarían tan fuerte como era necesario. Fui a Hakodate y evalué las zonas incendiadas. Luego fui a visitar al señor Kimura, el presidente de la Asociación de 29 Pescadores de Omiro-cho, para tocar el tema del establecimiento de una ACP. Después de expresarle mis simpatías por el cargo, le aconsejé que aceptaran el préstamo del gobierno de 70.000 yenes si deseaban reconstruir las pesquerías de Hakodate. Le dije que no les sería tan difícil devolver el préstamo si establecían una ACP, para la que todos los pescadores miembros trabajarían. “Convirtamos este infortunio en una bendición”, le dije. “Si usted mantiene la forma actual de su asociación pesquera, no podrá conseguir los préstamos del gobierno”, remarqué. Persuadí a Kimura de la necesidad de reconvertir su asociación pesquera en ACP. Como él no tenía idea de qué era una cooperativa, tuve que explicarle en detalle los ideales, las funciones, la estructura del capital y otros aspectos. Para ello, utilicé el manual que había preparado. Le sugerí que la ACP de Hakodate sea una cooperativa de “Responsabilidad Ilimitada”. Él, otra vez, no entendía, por eso tuve que explicarle de la siguiente manera: “Si por ejemplo, usted consigue un préstamo de un banco, todos los pescadores miembros de la ACP –que son accionistas de la ACP– deben firmar el préstamo y, por lo tanto, compartir juntos la responsabilidad del préstamo.” “Pero, qué pasa si no podemos pagar el préstamo” – preguntó. “El banco podría, primero, embargar su propiedad personal –repliqué, ya que usted tiene una adecuada cantidad de riqueza y propiedad. Sin embargo, el banco haría más bien su demanda sobre la propiedad de uno de los individuos más 30 adinerados que sobre la propiedad de cientos de pescadores individuales” (5) –añadí. Por supuesto, Kimura decía que nunca desearía que ocurriera una situación como esa, pero yo continué la explicación. “Dicha situación es teóricamente posible bajo los términos de la ley. En ese caso, sin embargo, usted podría hacer archivar una demanda señalando que la ACP, como única entidad, tiene la propiedad; y podría dejarla en ese estado a decisión de la Corte. Usted podría argumentar que la propiedad de la ACP, el mar, no ha sufrido daño con el incendio como le ocurrió recientemente al pueblo de Hakodate; y que su ACP es propietaria exclusiva de los derechos de pesca de abundantes recursos de abalones, conchas, algas marinas, etc.” “Lo más probable es que la Corte decida que la ACP necesita devolver sólo la diferencia entre el monto del préstamo y el precio de venta estimado de los derechos de pesca exclusivos, por lo que, el banco no podría embargar nada de su propiedad. En otras palabras, la Corte sólo permitiría embargar su propiedad si los costos estimados de los derechos de pesca son insuficientes para devolver el préstamo.” Luego le pregunté a Kimura si pensaba vender los derechos de pesca en, por decir, 20.000 – 30.000 yenes; y me respondió que ese pensamiento jamás cruzaría por su mente, ya que las zonas de pesca local tenían excelentes recursos. Yo le dije que tenía absolutamente toda la razón y que, por tanto, no 5 Mientras la mayoría de los pescadores en esos días eran muy pobres, habían pocos pescadores con dinero que hacían operaciones de mayor escala, las cuales requerían de grandes cantidades de capital y de otros pescadores para trabajar como tripulantes. 31 debía tener reservas con relación a la aceptación de la responsabilidad ilimitada. “Ahora –dijo– entendí completamente; y creo que sería más que deseable iniciar una ACP de Responsabilidad Ilimitada.” Kimura era la persona con más dinero e influencia en el pueblo. Ahora que yo tenía su apoyo, sabía que podíamos tener éxito en el establecimiento de una ACP. Le pedí que convocara a una reunión de pescadores, en la cual yo les explicaría a todos lo que le había dicho a él. Y, además, los animaría a unirse en una lucha fuerte contra la pobreza con el establecimiento de una cooperativa. Todos ellos se pusieron de acuerdo y decidieron rápidamente establecer una ACP en Omiro-cho. Inmediatamente después fui a Sumiyoshy-cho, donde hice presentaciones similares a la gente de allí. Les dije que como consecuencia del incendio ellos estaban sufriendo también las mismas condiciones que la gente de Omiro-cho; y que no debían quedarse atrás respecto a los avances que venían logrando otros pueblos. Los pescadores de Sumiyoshi-cho aprobaron rápidamente también la adopción de una ACP de Responsabilidad Ilimitada. Yo gané mucha confianza a través de estas experiencias, y empecé a promover la conversión de APs en ACPs a lo largo de Hokkaido. En pocos años habíamos podido establecer ACPs en todas las áreas de Hokkaido y el 90% de ellas fueron Cooperativas de Responsabilidad Ilimitada. Los funcionarios del gobierno pensaban que sería difícil para nosotros convencer a los pescadores a cambiar sus asociaciones en ACPs, particularmente en aquellas basadas en responsabilidad ilimitada; por eso, se quedaron gratamente sorprendidos cuando se enteraron del éxito que habíamos 32 tenido. Desde ese tiempo, las ACPs de Hokkaido fueron las más vibrantes de todas las prefecturas del país. Aunque los procesos de establecimiento de las ACPs iban bien, nosotros enfrentábamos aún un difícil problema con respecto a la explotación de los pescadores por parte de los comerciantes. b) Las ACPs comienzan la Comercialización Conjunta. En esos días, los pescadores pedían prestado no sólo las artes de pesca, sino también los alimentos, la ropa y, aun, dinero para casarse y para sepelios. Todo esto era prestado de los comerciantes antes de las temporadas de pesca; y los pescadores debían devolver esos préstamos con sus productos. Este no era intrínsecamente un mal sistema, sino que los pescadores dejaban a los comerciantes las responsabilidades de poner todos los precios y determinar la cantidad de pescado que comprarían. Encima de eso, los comerciantes les cargaban altísimos intereses mensuales. Los pescadores estaban así a merced de los comerciantes. Como los pescadores no tenían capital propio para trabajar, se veían forzados a actuar en condiciones no diferentes a la de los esclavos. En tal situación, ellos se veían obligados a permanecer pasivos y sin estímulo. Los comerciantes estaban asentados en todas las grandes comunidades pesqueras de Hokkaido, tal como Hakodate en el sur, Otaru en el noroeste y Kushiro y Nemuro en el este. En las comunidades pesqueras más pequeñas, los comerciantes tenían agentes trabajando para ellos. 33 Virtualmente, cada pescador en Hokkaido tenía que negociar con estos poderosos comerciantes. Para librar a los pescadores de la pobreza, era absolutamente necesario para nosotros empezar aboliendo la anacrónica relación entre los comerciantes y los pescadores, ya que esta relación era una de las mayores causas de su pobreza; y para este efecto, teníamos que reemplazarlos por el establecimiento de ACPs. Antes de empezar a promover este movimiento, investigué la situación a lo largo de toda la nación. Descubrí que sólo unas cuantas ACPs se comprometían en la comercialización conjunta y que una de ellas, de la Prefectura de Kochi, en la isla sur de Shikoku, lo estaba haciendo muy bien, por lo que decidí ir allá en una visita de estudios. Ellos habían adoptado prácticas feudales para enviar sus productos. El señor feudal de la región les permitía a los pescadores enviar sus productos en conjunto para que él pudiera recaudar impuestos sobre los productos. Con dicho sistema, esta prefectura manejó 6 millones de yenes. Esta cantidad era mucho más alta que la de Hokkaido, aún cuando la producción pesquera de Hokkaido era 10 veces mayor que la de Kochi. Las teorías o planes de escritorio por sí solos no son efectivos para resolver los problemas económicos de los pescadores. El mejor método es hacerles aplicar su experiencia a la solución del problema. Si están unidos es particularmente necesario para ellos que se comprometan en la comercialización conjunta de sus productos. Por eso, cuando la mayoría de las APs se convirtieron en ACPs, fui al Banco de Desarrollo de Hokkaido y le pregunté al 34 director gerente, señor Nagata, si daría préstamos a las ACPs utilizando el dinero del Fondo de Rehabilitación Económica para los Fundos y la Pesca del gobierno central. Dijo que no, pues los pescadores ya se habían prestado mucho dinero de los comerciantes y de otros bancos (6). Nagata dijo, sin embargo, que si estábamos verdaderamente planeando comprometernos en comercializaciones conjuntas, daría préstamos a las ACPs. Entonces, viajé a Masaki Furuya, para sugerirle al presidente de la ACP Mombetsu, un apasionado del movimiento cooperativo, que empezara con la comercialización conjunta de sus productos. Le aconsejé que los pescadores deberían permanecer unidos, para que cada uno pudiera reunirse y negociar diplomáticamente con los comerciantes, y no ser intimidados (7). El congregó a los comerciantes de la zona y les informó que los pescadores no tenían otra alternativa que vender sus productos a través de la comercialización conjunta. Luego les preguntó si les permitirían a los pescadores pagar sus deudas en cuotas anuales. Afortunadamente, los comerciantes comprendieron que ellos podían perder todo si no comercializaban sus productos en cooperación con los pescadores, por lo que estuvieron de acuerdo con aceptar la oferta. 6 El Banco de Desarrollo de Hokkaido fue establecido por el gobierno central y más tarde se convirtió en un banco comercial, con una provisión de 2 millones de yenes con fondos del gobierno. 7 La ACP de Mombetsu está ubicada en la costa del Mar de Okhotsk. La región había sido bendecida con una abundancia de conchas de abanico, las cuales fueron agotadas durante la guerra. Hoy, sin embargo, la región otra vez crece basada en la maricultura. 35 Sin embargo, para empezar esta aventura, la ACP Mombetsu sólo tenía 1.000 yenes. Pero, como yo ya había recibido el consentimiento del señor Nagata, les prometí que recibirían un préstamo del gobierno a bajo interés. Yo me contenté cuando supe que el banco les había prestado al menos 10.000 yenes. Así pudieron vender sus productos en un 30% más alto que el precio promedio de la zona. La noticia de éxito se esparció en todo Hokkaido y en los años siguientes todas las ACPs de la región empezaron a involucrarse en la comercialización conjunta; y finalmente, este movimiento se difundió por todo Hokkaido. Incluso, los comerciantes llegaron a comprender los beneficios de la comercialización conjunta, pues los pescadores podían reembolsar sus préstamos más pronto, aún cuando tenían varios años de plazo para hacerlo. No obstante, encontramos muchas reacciones fuertes de parte de los pescadores y de los comerciantes. Los pescadores me decían a veces que mis historias parecían grandiosas, pero que a ellos les angustiaba saber qué pasaría si tenían malas temporadas, “¿el gobierno nos alimentará?” –se preguntaban. Yo siempre respondía diciéndoles que debían ser pacientes para sobrellevar la actual situación, que les permitiría asegurar un futuro promisorio. Continuamente les recordaba que tenían que ahorrar para un día lluvioso; y que debían permanecer fuertes y activos. Visitaba cada pequeña comunidad pesquera y le hablaba a la gente, a veces en sus embarcaciones, a veces en las playas donde estaban trabajando. Trataba de ayudarlos hablándoles tan concretamente como era posible, sobre su pobreza y sus causas. Algunas de mis declaraciones eran 36 extremas, tanto que los pescadores no siempre me creían, pero tenía siempre el fuerte apoyo del gobierno central y de su Fondo de Rehabilitación Económica para los Fundos y la Pesca (8). c) Establecimiento del Dogyoren (La Federación de las ACPs de Hokkaido) Una vez que se establece una ACP en una comunidad pesquera, todas las ACPs tienen que cooperar entre sí para desarrollar el movimiento cooperativo. La siguiente etapa fue organizar la federación. El programa que seleccioné para lograr esto, involucraba el establecimiento de dos niveles de federación por encima de las ACPs locales; primero, crear nuevas federaciones regionales, y luego, la Federación de las ACPs de Hokkaido, a la cual llamamos Dogyoren. Yo creía que sería más efectivo tener ese sistema en lugar de una sola gran organización que abarcara a todas las ACPs, ya que facilitaría el reforzamiento de las funciones de las ACPs. Bajo la antigua Ley de Pesca, ya había 12 federaciones regionales, pero eran meramente salones de reunión de los pescadores y no jugaban un papel activo en los negocios de los pescadores. Por eso, pensé que lo mejor sería hacer uso de estas federaciones, ya que el gobierno tenía oficinas sectoriales en cada una de las ciudades centrales. Si designaba a los directores de estas organizaciones para presidir las nuevas 8 Estos discursos fueron conocidos en todo Hokkaido como “Los Discursos de la Travesía de Ando”. Hasta el gobierno central felicitaba a Ando por estos discursos. Él relató muchos ejemplos de estos discursos en su libro, pero aquí sólo se ha presentado una historia típica de sus ideas. 37 federaciones regionales, éstos podrían consolidar la fundación de las ACPs con su consejo y experiencia. Si bien algunos pescadores tenían un entendimiento básico de los ideales de las cooperativas, no parecían ser capaces de administrar una gran federación que cubriera todo lo ancho de Hokkaido. Por eso, pensé que era necesario establecer primero un sistema temporal de tres niveles, con federaciones regionales entre el Dogyoren y las ACPs. Estas federaciones regionales serían instancias más adecuadas que el Dogyoren para llevar a cabo la capacitación de los pescadores. Le sugerí dicho sistema y el programa de capacitación al Superintendente de la Sección de Política Pesquera del Ministerio de Agricultura y Silvicultura, señor Yamanaka. No obstante estar normalmente de acuerdo conmigo en el tema relacionado con el establecimiento de las ACPs, no aprobó el sistema de tres niveles. Él creía que no era necesario mantener las federaciones regionales, pues las operaciones significativas las realizarían sólo las ACPs locales, en tanto que el Dogyoren existiría sólo de nombre. Ya que él estaba a cargo de la revisión de la Ley de Pesca, era difícil persuadirlo. Sin embargo, yo insistí diciéndole que las ACPs no descuidarían sus responsabilidades a la sombra del Dogyoren, aun cuando ellas se fortalecieran y se hicieran autosuficientes. Yo sabía muy bien que solamente podíamos hacer progresos a través de la solidaridad entre los tres niveles. No obstante, se negó a ceder; entonces, añadí que el movimiento cooperativo no iba a trabajar para beneficio de la federación, sino para beneficio de las comunidades pesqueras, y que nosotros íbamos a permanecer en estrecho contacto con 38 ellos y educarlos en las formas y comportamientos del movimiento cooperativo. En dos años –dije– las ACPs alcanzarían la siguiente etapa en su desarrollo y en ese punto las federaciones regionales podrían ser reestructuradas e integradas al Dogyoren como oficinas locales. Después de escuchar nuestro debate, el señor Toda, Jefe de la Oficina de Pesca, decidió que ellos dejarían ese asunto a mi criterio, y así recibí la aprobación del gobierno central para promover el programa. Entonces, regresé a Hokkaido y empecé a establecer las federaciones regionales y el Dogyoren. En esos momentos, se produjo un movimiento entre algunos líderes de las ACPs para nominarme como director gerente del Dogyoren. Al principio decliné el ofrecimiento, ya que estaba ocupado con mi trabajo en el gobierno y, además, mi jefe, el señor Kudo, no quería que dejara el departamento. No obstante, muchos líderes de la ACP creyeron que yo era el único capaz de liderar el movimiento cooperativo y acordaron celebrar pronto una Junta General para elegirme director gerente, sin mi consentimiento. A raíz de ello, el señor Kudo discutió la situación con el señor Kawamura, presidente de la ACP de Mori y un miembro de la Asamblea Prefectural de Hokkaido. Casi un año después, yo era elegido; y finalmente el señor Kudo aceptó que asumiera el cargo. Así empezó mi carrera en el Dogyoren. Cuando asumí la nueva posición, sólo tenía a una persona trabajando conmigo. Él había trabajado en la Federación de Cooperativas Agrícolas de Hokkaido, donde estuvo a cargo de la sección pesca. Había trabajado estableciendo cooperativas industriales en las comunidades pesqueras. Además, había estado involucrado en las 39 transacciones comerciales de harina de pescado y de pescado seco; pero después que las ACPs se establecieron, aquellas fueron administradas por las propias ACPs. Por eso, él quiso trabajar para la recientemente creada Dogyoren (9). La oficina del Dogyoren era una pequeña habitación en un edificio de madera del Departamento de Pesca del gobierno. En los primeros años, yo me esforcé en organizar las federaciones regionales y entrenarlas para implementar la comercialización conjunta. d) Fortalecimiento de las actividades de las ACPs y reacción de los comerciantes. Después del entrenamiento de los miembros de las federaciones regionales por dos años, disolvimos esas federaciones y en su lugar establecimos oficinas locales del Dogyoren en las ciudades centrales, como Nemuro, Hakodate, Hiyama, kitami, Soya y Kushiro, donde los comerciantes estaban localizados. Nosotros habíamos tenido éxito inicialmente haciendo que las ACPs comercializaran en forma conjunta concha de abanico, calamar y algas marinas. En esta etapa, nosotros atacamos la base fuerte de los comerciantes e intentamos preparar nuestra propia base. Por ejemplo, abrimos una oficina local del Dogyoren en Hakodate en el segundo piso de un edificio bancario e hicimos conocida nuestra presencia pintando “DOGYOREN” en las ventanas con letras doradas. 9 La Ley de Cooperativas industriales, la primera ley de cooperativas en Japón, abarcó los ámbitos, agrícola, pesca y pequeñas industrias. Esta ley quedó derogada con las leyes de cooperativas que se promulgaron para cada ámbito. 40 Los comerciantes de productos marinos se mofaban de nuestra aventura, señalando que si abríamos una tienda para comercializar nuestros productos quebraríamos en medio año si no contábamos con su asistencia. Yo puse especial énfasis en la oficina local de Hakodate y envié allí a dos de mis hombres más competentes y experimentados: Shuzo Ito, como gerente de oficina, y Eio Monai, como su asistente. Ellos actuaron excelentemente en esas posiciones y los volúmenes de venta de calamar se incrementaron rápidamente en un período muy corto. Con el éxito de nuestra aventura, los comerciantes levantaron un movimiento en contra de las cooperativas (10). La Asociación de Comerciantes de Productos Marinos de Hakodate sometió una petición al gobierno de Hokkaido en la esperanza de proteger sus intereses en el comercio. Ellos sostenían que el Dogyoren y las ACPs gozaban de una ventaja injusta; y mantenían una fuerte oposición a nuestras actividades. Esto creó varios problemas, tanto que el señor Okuno, Director del Departamento de Industria de Hokkaido, llamó a una reunión a las dos partes para resolver algunas de las dificultades. Alrededor de 100 representantes se reunieron en el Gran Hotel Sapporo. Poco después que la reunión se abrió, los delegados de los comerciantes se levantaron uno tras otro para criticar nuestras actividades. Nos acusaron de no tener conocimiento de los productos marinos o de prácticas comerciales y de olvidarnos de cuánto nos habían ayudado. Preguntaron si podríamos pagar nuestras deudas acumuladas y señalaron que 10 Movimiento anti-cooperativos se habían iniciado en el ámbito agrícola y pronto se esparcieron al ámbito pesquero 41 nuestras prácticas de comercialización conjunta deberían detenerse y que deberíamos dejarles a ellos los aspectos profesionales. Al principio, ninguna persona de las ACPs se paró para defenderse. Okuno me informó que él no podía cerrar la reunión sin escuchar a los pescadores ya que el gobierno patrocinaba la reunión; entonces, animé a algunos de los participantes para que se pararan y hablaran. Finalmente, Tsutomu Takagi, quien una vez fue director gerente de la Federación Regional de Kitami, se levantó y habló elocuentemente acerca de la codicia de los comerciantes. “Nosotros sólo estamos intentando vender los productos que nosotros producimos con nuestras propias manos” – dijo. “No es eso razonable, ¿verdad?. Nosotros definitivamente pagaremos nuestras deudas, pero ¿cómo se atreve usted a utilizar nuestras deudas como pretexto para proteger sus intereses comerciales?” –remarcó. El presidente de la ACP Mitsuishi se paró y señaló que los comerciantes no tenían derecho para intermediar en los asuntos del nuevo movimiento cooperativo; y los acusó de apelar a las reglas de un sistema comercial anacrónico y caduco. “Si usted quiere trabajar con nosotros en el nuevo sistema, nosotros le daremos la bienvenida” – dijo, “pero, nosotros no trabajaremos con usted si no está dispuesto a cambiar y adaptarse a los nuevos tiempos.” Los comerciantes no pudieron responder a estos bien razonados argumentos. Okuno determinó que el gobierno debía actuar; y por eso designó a un tal señor Suzuki como superintendente del Departamento de Industria y Comercio. Suzuki dijo que los 42 comerciantes tenían que adaptarse a la nueva época para que los negocios pudieran desarrollarse. Señaló que el gobierno siempre estimularía el uso de capital conjunto. Dijo que si los pescadores estaban precisamente haciendo eso, era preocupante ver a los comerciantes que continuaran actuando egoístamente, pensando sólo en ellos. Otra vez, no hubo respuesta de los comerciantes. Yo me paré para hablar al final de la reunión. Agradecí a los comerciantes por expresar sus opiniones, las cuales encontrábamos razonables de cierta manera, así como útiles e informativas. Sin embargo, les dije que era un error insistir en los derechos comerciales. Nosotros no veíamos ninguna razón para vender calamar seco a los comerciantes de Hakodate, ya que el calamar se capturaba en todos los mares alrededor de Hokkaido. “Yo creo que su responsabilidad como comerciantes es proveer de productos a Hakodate. No es que queramos vender a los comerciantes de otras regiones; nosotros lo apreciaríamos si ustedes estuvieran de acuerdo en comprar a nuestros precios. Sin embargo, deben recordar que los pescadores deben esforzarse para ganarse la vida, y si nosotros no podemos conseguir un precio satisfactorio de ustedes, buscaremos otros compradores. Nosotros estamos utilizando la cooperativa simplemente para escapar de la pobreza. “Ustedes deben entender que los tiempos están cambiando y que las cooperativas serán establecidas no sólo en Hokkaido, sino en toda la nación. Pronto estableceremos una federación nacional. Ustedes son libres para limitar las áreas comerciales de Hakodate, de Otaru y de otras ciudades más lejanas relacionadas con sus negocios personales, pero eso no 43 nos concierne. Nosotros los respetamos por su contribución al desarrollo de Hokkaido, pero ustedes deben mantener buenas relaciones con el paso del tiempo. Nosotros hemos tomado una determinación y pensamos tener éxito; entonces, por favor no se preocupen por nosotros.” Después de esta reunión, nosotros pudimos promover fácilmente la comercialización conjunta. Al hablar de este proceso, yo siempre lo describo con el término de “revolución de las cooperativas”. Si no hubiéramos puesto fin a la relación entre los comerciantes y los pescadores, no hubiéramos podido desarrollar las cooperativas. Por eso, esa reunión fue un evento verdaderamente significativo. Las ACPs de otras prefecturas no experimentaron revoluciones de cooperativas como lo hicimos nosotros, por eso los comerciantes de esas prefecturas podían todavía apelar a los conceptos feudalistas de “favores” y “obligaciones”. En la primera etapa de la comercialización conjunta las ACPs recolectan los productos de los pescadores. Para ello tenemos que instruir a los pescadores en relación a los ideales de las cooperativas y a tenerlos unidos. Luego, tenemos que negociar con los compradores para determinar los precios. Para esto tenemos que recolectar por lo menos el 50% de la captura total de Hokkaido para poder ganar algún control sobre el mercado. De mi experiencia sabía que podíamos cambiar las condiciones del mercado de compradores por el de vendedores. Al negociar los precios nosotros tenemos que determinar de antemano el costo estimado, la oferta potencial y la demanda. En ciertos momentos debemos mantener los precios bajos, como cuando los compradores tienen stock retenido o cuando la captura del año es buena. 44 Las ACPs y el Dogyoren pueden tener éxito en la comercialización conjunta si negocian apropiadamente. Si esto se hace por la oferta los comerciantes pueden entrar a especular y nosotros podemos fallar, como fue evidente en muchos casos. En 1965, por ejemplo, el precio del salmón fue 40% más alto que el promedio de los últimos años, ya que las grandes compañías de conservas estaban comprando todo el salmón. Nosotros le advertimos a las ACPs que debían mantener los precios bajos, ya que era demasiado riesgoso vender a un precio extraordinariamente alto. La cooperativa no debe vender a precios tan altos para satisfacer simplemente a los productores; debe tener en consideración la demanda de los consumidores. La sociedad entera se beneficiará si los precios se mantienen estables y razonables. Además, nosotros tenemos que recordar que la cooperativa es una aventura continuada y no, simplemente, un esfuerzo de un solo tiempo; y que tenemos que confiar en el trato continuo con nuestros clientes. 45 3 FUERTE CONTROL NACIONAL DEL COMERCIO a) Trato con el gobierno militar Mientras estábamos desarrollando las ACPs, el Ejército empezaba a tener más y más influencia sobre el gobierno central, particularmente después del llamado incidente Manchuriano en 1931(11). Esto dificultó nuestras operaciones de exportación a China, la cual se había convertido en el más grande mercado de nuestros productos marinos, como el calamar seco, las algas marinas, las conchas de abanico y los abalones. Por eso, el Ministerio de Agricultura y Silvicultura se esforzó en encontrar una manera de exportar a China, a través de un canal de comercialización. Así, estableció la Compañía de Comercio de Productos Marinos de Japón; una aventura liderada por tres 11 El Ejército japonés había invadido el norte de China y establecido un régimen títere en Manchuria. 46 grandes compañías, incluyendo a la Federación Nacional de ACPs (Zengyoren) y al Dogyoren. El señor Miyozo Takakusa, presidente del Zengyoren, fue designado presidente de esa compañía, y yo, gerente de la oficina local de Sapporo, con retención de mi cargo de director gerente del Dogyoren. Reclutamos al señor Kagato Matsuo de una de las compañías participantes, para ser director gerente. Él, no sólo era muy versado en comercialización, sino que tenía mucho conocimiento sobre el rol de las cooperativas. Todos los productos marinos que iban a exportarse eran recolectados por esta compañía, por eso el control gubernamental del comercio se hizo más fuerte. Poco tiempo después que la compañía se estableciera, viajé a Tokio y allí me di con la sorpresa de ver en los periódicos que el gobierno había aplicado un “Sistema de Control de Precios Oficiales” para productos marinos (12). Yo me asusté por las noticias. Nunca imaginé que nuestra comercialización conjunta tendría que afrontar un sistema de control de precios y no sabía cómo podríamos operar bajo ese sistema. Era inimaginable que el gobierno pudiera colocar precios a los diversos productos marinos, ya que el nivel de producción fluctuaba anualmente debido a las condiciones naturales. Parecía que el gobierno se estaba preparando para la próxima guerra de control de la economía, así como para la represión de la libertad de expresión y de los medios de comunicación. 12 Dos años antes de que este sistema se aplicara, el gobierno había promulgado el Reglamento de las Ganancias Excesivas, en un esfuerzo por controlar los precios. 47 Justo cuando nuestro movimiento cooperativo estaba empezando a operar lentamente y veíamos alguna esperanza en el futuro, nos enfrentamos con esta situación crucial. Yo estaba muy preocupado acerca del futuro de las comunidades pesqueras y las ACPs de Hokkaido. En esos momentos, teníamos un gran stock de calamar seco y, como había una extraordinaria pesca, los precios se habían caído. El precio de una bolsa de calamar cayó a 80 yenes, lo cual no era suficiente ni siquiera para cubrir nuestros costos. Los pescadores tenían que obtener al menos 90 yenes para tener una ganancia. Los comerciantes de Hakodate, que reclamaban que su ciudad fuera el mayor centro de comercio de calamar seco de toda la nación, también enfrentaron una severa falta de fondos y tuvieron que vender a pérdida parte de sus stocks. En un esfuerzo por resolver estos problemas, ellos establecieron Asociaciones de Distribución de Calamar de Japón, y yo esperaba poder mantener el precio en un nivel aceptable, tratando con ellos. Nosotros les vendimos todo el calamar seco que el Dogyoren había recolectado de las ACPs en las regiones del sur, así como también el stock de los comerciantes individuales. Pronto, el precio se disparó a 95 yenes, pero el gobierno puso el precio oficial de nuevo en 80 yenes, estropeando toda ventaja que las asociaciones habían ganado. Antes del anuncio, yo había confirmado el hecho a la Agencia de Pesca y ellos me aseguraron que el precio no estaría por debajo de 97 yenes. Yo me sentí traicionado, pero al mismo tiempo comprendí que esta decisión no había sido tomada por la Agencia de Pesca, sino por funcionarios del Ministerio de 48 Industria y Comercio que no habían investigado la situación y no tenían información suficiente para entenderla completamente. Mientras estábamos tomando medidas para sostener los precios, el señor Matsuo y yo nos convertimos en sujetos de investigación policíaca. Ciertas cartas anónimas enviadas a la policía señalan que estábamos intentando inflar los precios y obtener parte de las ganancias para nosotros mismos. Nosotros insistimos que estábamos trabajando solamente por un sistema bajo el cual, los pescadores recibirían utilidades justas. Los comerciantes también testificaron a nuestro favor, declarando que estaban de acuerdo con los objetivos de la asociación y que ellos jugaban una parte activa en ella teniendo una parte del capital. Ellos declararon que si no cooperaban con nosotros para mantener las condiciones del mercado, todas las actividades de producción se pararían. Pronto, la policía archivó su investigación. Aun dentro del movimiento cooperativo, se enfrentarán tiempos difíciles y se tendrá que hacer grandes sacrificios. Por eso, es mi esperanza que todos los cooperativistas se conserven limpios y fuertes por la justicia social. No obstante, muy fácilmente pueden convertirse en objeto de ataques, arruinando sus propias vidas. Cuando el Dogyoren se estableció, nadie esperaba que se desarrollara tanto, por eso ninguno de los directores quería ser presidente del Dogyoren. Finalmente, el señor Demachi, un miembro de la Asamblea Prefectural de Hokkaido y de la ACP de Kamoenai, dijo que él podría asumir el cargo. Los otros directores no dieron ni su aprobación ni su desaprobación. Ellos simplemente dijeron que sería mejor dejar en mis manos todos los asuntos administrativos en mi condición de director gerente. 49 Como Demachi también estuvo de acuerdo con este planteamiento, asumió el cargo de presidente. Yo me encargué de mi trabajo diario y cuando surgían necesidades sobre contratación de nuevo personal, le pedía a Demachi consejo o aprobación. Pero, él siempre me decía que yo decidiera esos asuntos, ya que yo era la persona que iba a trabajar con los empleados. No obstante, él a veces les decía a otros que yo nunca le pedía consejo y durante algún tiempo yo encontré su actitud problemática. Así, Demachi empezó a volverse en mi contra después de varios años, durante los cuales nuestro negocio y el número de empleados había crecido considerablemente. Interfirió en mis asuntos después de haber acordado no hacerlo. Sin embargo, continué realizando mis obligaciones e ignoré sus intentos de intervención. Pero un día, repentinamente anunció la transferencia de un número de empleados y reformas estructurales, respecto de lo cual, yo no había sido consultado. Aunque él tenía poder para tomar la mayoría de decisiones en el Dogyoren, yo no acepté esos movimientos, ya que él no sabía nada con relación a las habilidades y compatibilidades de los empleados. Los rumores de que las relaciones entre el presidente y el director gerente eran malas, se esparcieron rápidamente a través de las comunidades pesqueras de Hokkaido. Desde 1937 a 1941, estuve dedicado al desarrollo del Dogyoren, pero decidí renunciar al cargo de director gerente en 1941. Hubo conversaciones en las ACPs para convocar una Junta General especial, donde se le pediría a Demachi su renuncia para que yo pudiera ser promovido al cargo de presidente. Sin embargo, yo pensaba renunciar al Dogyoren y los persuadí a que 50 no llamaran a una Junta General. Luego, informé al consejo de directores de mi renuncia, pero muchos de los directores aún intentaban convencerme de permanecer en el cargo. Sin embargo, ya que había trabajado fuerte por el Dogyoren, sentí que necesitaba descansar por un tiempo, por lo que decidí no continuar. Demachi renunció al mismo tiempo, y los nuevos directores fueron elegidos en junio del año 1941. Después de estar fuera por un año, fui nominado para asumir el cargo de presidente de la Asociación Cooperativa de Vendedores Mayoristas de Productos Marinos de Hokkaido en mayo de 1942. Yo acepté esa posición y trabajé por esa cooperativa por un año y medio, aprendiendo mucho más sobre suministros para la pesca y sobre distribución de productos pesqueros. En 1944, me mudé otra vez a la recientemente establecida Organización Industrial Pesquera de Hokkaido (OIPH), antes conocida como Dogyoren, la cual había sido reestructurada y redimensionada por el gobierno militar. Las ACPs fueron también forzadas a cambiar a las antiguas Asociaciones de Pescadores, las cuales fueron establecidas separadamente en cada municipalidad. El movimiento cooperativo, que estuvo basado en los principios de independencia y solidaridad, fue entonces obligado a abdicar de sus ideales a favor del gobierno militar. Después de la guerra mucha gente trató de dar excusas por su cooperación con el gobierno militar, pero yo creía firmemente que no tenía que dar ninguna excusa con relación a mi dedicación a las organizaciones pesqueras. Mi motivación había sido siempre permitir que los pescadores simplemente 51 trabajen para su mutuo beneficio aún durante los tiempos de guerra (13). Yo permanecí en la posición de director gerente de la OIPH hasta 1949, cuando se promulgó la nueva Ley de la Cooperativa Pesquera. Esta ley incorporó los principios internacionales de las cooperativas que son estándares en todo el mundo. b) El trato con el Ejército al final de la II Guerra Mundial Hacia el final de 1944, el Ejército japonés empezó a sufrir grandes derrotas en el Pacífico Sur, pero el gobierno militar controlaba los medios de comunicación evitando que el público escuchara cualquier tipo de información. En su desesperación el Ejército hizo ciertas demandas absurdas, y aquí me gustaría relatar como respondí a dichas demandas. Un cierto oficial de operación –a quien yo llamaré el señor K, que estuvo en el Regimiento Akatsuki acantonado en Otaru– me pagó una visita y pidió que cooperáramos en la defensa del norte de Japón contra la posible invasión. Me informó que la operación de defensa necesitaba combustible para enviar carga, pero que el Ejército tenía escasez de aceite. 13 Cuando los Estados Unidos de América ocupó Japón después de la II Guerra Mundial, muchos líderes de la Armada japonesa fueron acusados y ejecutados como criminales de guerra, y muchos líderes de los círculos industriales y políticos, incluyendo a los de las organizaciones agrícolas y pesqueras, fueron expulsados. Ando, sin embargo, no fue expulsado. Si bien Ando no dio excusas por su comportamiento, aceptó su completa responsabilidad por sus acciones. Él no había apoyado al gobierno militar, pero se sintió obligado a trabajar con los líderes, tanto como fue necesario y sólo para beneficio de los pescadores. 52 Ellos habían planeado usar aceite de arenque como sustituto; y me preguntaron si podíamos enviarles embarcaciones pesqueras para capturar arenque. El aceite de arenque se obtenía del arenque que migraba a través del Mar de Okhotsk. Yo estaba seguro que no podíamos producir suficiente aceite para apoyar una operación militar. Por eso, no admití su requerimiento, diciéndoles que nuestra primera responsabilidad era cumplir con la cuota de producción para el consumo de la población. Él se molestó y se fue. Pocos días después, el Jefe del Departamento de Pesca del gobierno de Hokkaido me informó que teníamos que enviar al Mar de Okhotsk 200 embarcaciones y su tripulación que estaban pescando caballa alrededor de Matsumae, cerca de Hakodate, para ser usadas en la captura de arenque. El funcionario sugería que el Ejército forzaría al gobierno a reemplazarme si no estaba de acuerdo. Ya que en ese momento, nadie estaba en la posición de desobedecer una orden del Ejército, fuimos obligados a obedecer esa orden. Yo intenté resistir mientras pude para que los pescadores sufrieran lo menos posible. Por ejemplo, cuando negocié con el Regimiento de Akatsuki en relación a esta materia, persuadí al señor K a aceptar dos condiciones. La primera, que el regimiento suministrara el combustible a las embarcaciones desde Matsumae al Mar de Okhotsk y viceversa; y la segunda, que ellos compensaran a los pescadores por las capturas perdidas de caballa, basándose en el promedio de captura. El señor K aprobó este requerimiento y concluimos un acuerdo formal. 53 Así, 200 embarcaciones pesqueras serían traídas al Mar de Okhotsk. Yo sugerí que se llevara a cabo primero una operación de ensayo con 20 embarcaciones, pues así podríamos conservar combustible y determinar la cantidad potencial de pescado a extraerse. Los resultados no fueron prometedores, ya que sólo se capturó una pequeña cantidad de arenque. Poco después que la operación empezó, la II Guerra Mundial llegó a su fin, el 15 de agosto de 1945. La operación del Regimiento Akatsuki resultó ser una vana aventura y los pescadores regresaron a casa. Yo estaba preocupado en relación a su compensación, por eso fui a Otaru acompañado de un funcionario del gobierno de Hokkaido para reunirme con el líder del regimiento. Sin embargo, para mi sorpresa el comandante dijo que no sabía nada del contrato con nosotros, rechazando nuestra demanda rotundamente. Yo le respondí que como comandante debía haber conocido de la operación, pues había sido una operación de gran escala y el señor K había sido enviado directamente a nosotros. El comandante, que parecía estar asustado por la derrota de Japón, agitó su espada y una vez más negó cualquier conocimiento de la operación. Luego, preguntó quién fue responsable de la derrota de Japón, y contestándose a sí mismo, afirmó que nosotros; los líderes civiles éramos responsables porque no habíamos cooperado. Él, entonces, se detuvo y preguntó la absurda cuestión “¿Ustedes tienen callos en las manos?”. Él sugería que los civiles como yo no habíamos trabajado fuerte para defender a Japón, mientras que los soldados habían luchado valientemente por el bien de la nación. Yo, más bien, estaba nervioso por el ruido de su espada, pero él no parecía ser un hombre desnaturalizado. 54 Serenamente contesté que no tenía callos, ya que mi trabajo involucraba el manejo de una pluma, no el de una espada. Él recobró la calma y preguntó qué había pasado con la operación. Le expliqué acerca de los documentos del contrato que había hecho con el señor K del grupo de operaciones y cómo es que éste no me los había enviado. El comandante llamó a un lugarteniente y le preguntó quién había hecho el contrato. El lugarteniente contestó que el señor K, pero que éste lo había roto cuando terminó la guerra. El comandante se puso furioso, al igual que otro oficial, un coronel que había entrado a la habitación y había oído la historia. Este último, dijo que quería matar al señor K y luego acabar con su propia vida mediante el seppuko (14). Yo comprendí que el comandante realmente no tenía conocimiento sobre el contrato debido a una falta de comunicación. Como yo temía que nuestro reclamo pasara a ser manejado por el Ejército, le pedí al comandante que al menos se les pagara 5 millones de yenes a los 200 pescadores de Matsumae para poner punto final a este asunto de una manera efectiva y ordenada. El comandante, entonces, reprimió al coronel diciéndoles que no había que llorar sobre leche derramada. Él dijo que honraría el reclamo por 5 millones de yenes, pero que no tenían dinero en ese momento. Sugirió que lo tomáramos en forma de bienes, como redes de pesca y sogas, en lugar de pago 14 Muchos líderes militares que habían heredado el espíritu de los samuráis, se sentían responsables de la derrota de Japón y por eso se suicidaban mediante el seppuku después de la guerra. El seppuku era un ritual de destripamiento que originalmente llevaban a cabo los samuráis que habían deshonrado a sus superiores. 55 en efectivo. Yo me sorprendí al escuchar que tenían suministros secretos de dichos materiales en sus almacenes. Le pregunté sobre el valor de esos aparejos y encontré que eran seis veces más caros que los precios regulares. Ya que nosotros recibiríamos sólo una cantidad limitada de aparejos para cubrir nuestras pérdidas, insistí en el pago al contado. El comandante, entonces, me dijo que esperara por unos días mientras conseguía el dinero de la Oficina Central del Ejército de Hokkaido. Cuando poco después regresé a su oficina, me dijeron que ya había obtenido el dinero. Yo le agradecí por sus esfuerzos y fui a Matsumae para distribuirlo. Algunos pescadores protestaron al principio, señalando que la cantidad era muy pequeña, pero después entendieron cuando les hablé de las negociaciones que tuve que hacer para obtener el dinero. Eso fue hace más de 30 años, pero aún puedo recordar vívidamente al comandante. Él era en apariencia bastante arrogante, pero en el fondo era una persona honrada. Si no hubiera negociado valientemente, los pescadores de Matsumae no hubieran recibido el dinero y habrían sufrido los tiempos sumamente duros que vinieron después de la guerra. Como un punto de interés, me gustaría anotar que el Regimiento de Akatsuki no estuvo constituido por tropas de batalla. Estaba encargado de procurar los bienes que necesitaba el Ejército. Ellos tenían numerosos almacenes en Sapporo aprovisionados de bienes, como ropa y calzado. En la confusión de la posguerra, algunos soldados aprovecharon la falta de disciplina y empezaron a vender estos bienes en el mercado negro. Había muchos rumores acerca de esta actividad, pero 56 nadie hizo alguna acusación, pues todos se asustaban del Ejército. Por eso, fui a ver a Kato, gobernador de Hokkaido, y le sugerí que viera ese asunto. Le dije que esos bienes, que fueron comprados con dinero de los impuestos, ya no pertenecían al Regimiento Akatsuki, pues la guerra había terminado. Con la severa escasez de alimentos, ropa y otros bienes, los soldados no debieran involucrarse en comportamientos ilegales –le dije. Le sugerí asimismo que el gobierno de Hokkaido tomara control de esas provisiones. También le dije que en ciertas regiones los oficiales del Ejército habían estado vendiendo camiones y quedándose con el dinero. Le sugerí que el gobierno distribuyera esos camiones entre las organizaciones pesqueras y agrícolas para que sirvieran de ayuda en el aseguramiento de un suministro estable de alimentos para la gente hambrienta. En ese momento, el gobernador Kato, no estaba en la Presidencia del gobierno de Hokkaido, pues el gobierno militar había colocado a un presidente en el poder, encima de él, durante la guerra. No obstante, el gobernador reaccionó rápidamente proponiendo a la Asamblea Prefectural que esos bienes sean colocados bajo control civil. Esta política tuvo un gran efecto en prevenir el caos desde el principio. En particular, diez oficinas regionales del Dogyoren recibieron camiones, facilitando grandemente la distribución de los alimentos. Espero que esto no parezca como si estuviera alardeando. Yo, simplemente, espero dejar claro que nunca debemos perder la calma y que si somos firmes, estaremos seguros de encontrar fuertes soportes que colaborarán con nosotros. 57 c) Establecimiento de un exitoso sistema de trueque Durante varios años después de la guerra, la distribución de arroz se retrasaba a menudo y la gente en las comunidades se molestaba. Por eso, dediqué mis esfuerzos a procurar arroz para estas comunidades pesqueras. Hubo una severa escasez de alimentos, particularmente en Hokkaido, donde no se había producido mucho arroz, pero los residentes lograban conseguir papas, maíz, calabazas y otros alimentos. Los pescadores, sin embargo, necesitaban arroz para estar en buen estado de salud y poder realizar su trabajo. Si bien las ventas de arroz estaban controladas por el gobierno central, yo traté de intercambiar nuestra harina de pescado por arroz. Afortunadamente, teníamos más de 10.000 sacos de harina de arenque en stock, de las cuales, entregamos una cantidad al gobierno de Hokkaido y continuamos produciendo 150.000 toneladas de arenque anualmente en Hokkaido. Después conseguí permiso del gobierno de Hokkaido para intercambiar 2.500 sacos de harina de pescado por arroz. Me reuní con el jefe del Departamento de Alimentos del Gobierno Prefectural de Fukushima. El jefe, sin embargo, no aprobó nuestra propuesta de intercambiar harina de pescado por arroz. Señaló que si bien entendía nuestra idea, no podía hacerlo, ya que ellos estaban prohibidos de trasladar arroz a otras prefecturas. Agregó que la opinión pública sería muy crítica respecto a dichas acciones. Yo intenté persuadirlo diciéndole que los agricultores de allí ya habían entregado su cantidad de arroz y que tenían lo 58 suficiente para su subsistencia. Luego le expliqué cómo ellos probablemente estarían deseosos de consumir un poco menos de arroz para poder intercambiarlo por harina de pescado, la cual podría ser luego usada para incrementar su producción de arroz. “Sería un buen trato para ambas partes” –le dije. La harina de pescado –continué– no sólo incrementaría la cosecha anual en un 20%, sino que mantendría su eficacia por dos o tres años. Aunque intenté convencerlo, se negó a tratar con nosotros. Entonces, fui directamente a la oficina del gobernador. Afortunadamente, yo conocía al gobernador Kenishiro Ishihara, quien una vez había sido jefe del Departamento de Economía del Gobierno Prefectural de Hokkaido. Él me dio una calurosa bienvenida y me preguntó sobre la razón de mi visita. Le conté la misma historia. Insistí en que el arroz que estábamos intercambiando no era arroz del mercado negro y que yo no estaba violando los controles nacionales. El gobernador pareció compadecerse cuando le dije “Los agricultores necesitan fertilizantes y ellos economizarían con su arroz para conseguir fertilizante”. Entonces, llamó al jefe antes mencionado a su oficina y acordaron aprobar el trato. Yo estuve muy satisfecho al saber que al año siguiente hubo una abundante cosecha como resultado del uso de harina de arenque como fertilizante. Luego fui al gobierno central y les aconsejé que aplicaran oficialmente este sistema de trueque en toda la nación. Yo había logrado concluir este trato con la Prefectura de Fukushima sin el permiso del gobierno central. Ya que el trato no estaba aprobado, ciertos funcionarios del gobierno central 59 nos acusaban de estar comprometidos en el comercio del mercado negro. Discutí el asunto con el superintendente del Departamento de Política de Estabilidad Económica y le pedí aprobar nuestras prácticas de comercio. Le dije que en este tiempo de escasez de alimentos, los pescadores podían hacer realmente grandes contribuciones para la provisión de alimentos. Le expliqué que las magras raciones de arroz recibidas del gobierno central, no podían mantener a los pescadores lo suficientemente fuertes y saludables para hacer su trabajo. Luego le dije cómo habíamos intercambiado un saco de 90 kg de harina de pescado por un saco de 60 kg de arroz, considerando esa relación insatisfactoria. Si nosotros hubiéramos tratado con la Prefectura de Niigata, la cual tenía el más alto nivel de producción de arroz en Japón, habríamos recibido un saco y medio o 90 kg de arroz por 90 kg de harina de pescado. Le pedí que el gobierno nos permitiera comerciar oficialmente con la Prefectura de Niigata. Después de mucha discusión, prometí que daríamos medio saco extra de arroz al gobierno si aprobaba dicho intercambio. El gobierno comprendió que tendría entonces más arroz para distribuir en toda la nación, por lo que recibimos la aprobación oficial para comerciar con la Prefectura de Niigata. Nosotros llamamos a esto “Sistema de Comercio vinculado al Arroz”, y continuamos repartiendo bajo este sistema hasta que el gobierno abandonó el control de la distribución de alimentos en 1949.Los pescadores de Hokkaido pudieron así trabajar más fuerte e incrementar la producción pesquera y los agricultores de arroz pudieron incrementar sus 60 niveles de producción en 20% cada año, usando el fertilizante que nosotros proveíamos y el gobierno tuvo más arroz para distribuir a los pobladores. Usted debe conocer el dicho “Matar dos pájaros de un tiro”. En este caso, yo estaba muy satisfecho de decir que habíamos matado tres pájaros de un tiro. Finalmente, empezamos también a comerciar harina de sardina y la cantidad máxima de producción de harina de pescado alcanzó 50.000 sacos anuales. Como en aquellos días el procesamiento de sardina requería de mucho trabajo y no era temporada de algas marinas, envié a muchos pescadores a otras zonas para hacer harina de pescado, a fin de asegurar una suficiente producción de este producto. La manera cómo hicimos nuestro trabajo se basó en el ideal cooperativo. Yo pienso que tuvimos éxito, ya que los agricultores y los pescadores comprendieron el espíritu de las cooperativas, todos ellos trabajando juntos por su beneficio mutuo. d) Negociación con el GHQ Yo agregaría que uno de los más grandes problemas que encaramos fue cómo tratar con la policía de la GHQ de las fuerzas de ocupación, las cuales gobernaron Japón bajo MacArthur después de la II Guerra Mundial. La GHQ, no sólo purgó por crímenes de guerra a los líderes militares, sino también a muchos líderes de las industrias. Adicionalmente, la GHQ amenazó con disolver muchas asociaciones que habían sido organizadas por el gobierno. 61 Las Asociaciones de Pescadores no fueron la excepción. La Federación Nacional de Cooperativas Pesqueras (Zengyoren), fue disuelta en 1947, y la Organización de la Industria Pesquera de Hokkaido (antes Dogyoren) fue también blanco de disolución. En ese tiempo, el señor Demachi fue reelegido como Presidente del Dogyoren. Como mencioné antes, yo no me llevaba bien con él, pero me urgió aceptar el cargo de director gerente. Acepté finalmente su oferta, con la condición de que nunca hablara mal de ninguno de los excelentes empleados y que consultara previamente para tomar cualquier decisión sobre el personal. Con frecuencia, él era mal entendido por otros debido a su fuerte personalidad, pero trabajó a nuestro favor en sus negociaciones con la GHQ. Él fue vital en la retención de los derechos de pesca para las ACPs. La GHQ había tratado de establecer originalmente otra organización aparte de las ACPs para administrar los derechos de pesca. Nosotros invitamos a cierto coronel de la GHQ que estaba a cargo de la reestructuración de las ACPs para que pudiera entender la situación de Hokkaido. Demachi sugirió que las funciones económicas no sean separadas de la administración de los derechos de pesca. Luego, llevé al coronel a un paseo por la zona de la ACP de Noboribetsu. Le expliqué que los pescadores tenían la copropiedad de los derechos de pesca y que esos derechos eran ejercidos democráticamente y no comunistamente. De esta manera, las ACPs de Japón eran cooperativas diferentes a las de otros países. También le dije que yo creía que las cooperativas agrarias debían tener el control de la tierra y que a los 62 agricultores se les debía permitir el uso libre de ella. Si las cooperativas no tenían esos derechos, había la posibilidad de que unos pocos agricultores ricos se hicieran de muchos fundos. Le pedí considerar este asunto seriamente y él movió la cabeza en señal de aceptación cuando partimos. Poco tiempo después, la GHQ decidió que las ACPs retuvieran los derechos de pesca. 63 4 ESTABLECIMIENTO DE FEDERACIONES DE CRÉDITO Y DE SEGURO a) “Singyoren” (Federación de Crédito) La nueva Ley de las Cooperativas Pesqueras se promulgó en 1949, incluyendo una disposición en relación a las Federaciones de Crédito Prefectural de Cooperativas Pesqueras. Pronto se establecieron 206 ACPs basadas en la nueva ley y los presidentes de todas las ACPs de Hokkaido se reunieron en Sapporo el 15 de octubre de 1949 para discutir el restablecimiento del Dogyoren (Federación de Asociaciones Cooperativas Pesqueras de Hokkaido) y el Shingyoren (Federación de Crédito de las Asociaciones Cooperativas Pesqueras de Hokkaido). Se había decidido que la Organización de Industrias Pesqueras que se había establecido para reemplazar al Dogyoren durante la guerra y en la cual yo permanecía como director gerente, sería disuelta. Varios presidentes de las ACPs habían discutido la cuestión de cómo la propiedad y el personal serían repartidos entre el Dogyoren y el Shingyoren. Ellos me 64 dijeron que dada la situación de las ACPs en Hokkaido, no permitirían establecer una federación de crédito independiente. Por eso, empezarían por restablecer el Dogyoren y una vez que las ACPs acumularan suficientes ahorros, establecerían el Shingyoren. Yo les sugerí que de una vez establecieran el Shingyoren, ya que para el éxito de cualquier negocio era necesario un sistema financiero. Los pescadores tenían que administrar su dinero eficientemente y prepararse para conseguir ayuda a través de los servicios del Banco Central de Agricultura, Silvicultura y Pesca. Ya que la cantidad total de ahorros de los pescadores de Hokkaido sumaba sólo 400 millones de yenes, ellos continuaban en duda. Por eso, les dije que lo más conveniente era establecer el Shingyoren, pues si las ACPs tenían esa cantidad de ahorros, era extraño que no hubiera operaciones financieras a nivel de federación, más aún cuando la producción total anual de los pescadores alcanzaba los 30 billones de yenes. Ellos decidieron entonces establecer en esa fecha el Shingyoren junto con el Dogyoren, las cuales han continuado existiendo hasta hoy. Como yo había estado involucrado en el movimiento cooperativo por mucho tiempo, me pidieron que asumiera, a mi elección, la presidencia de una de las dos federaciones. Ellos lo dejaron completamente a mi decisión, aunque me pareció extraño que me permitieran escoger el cargo que más me gustara. Yo elegí convertirme en presidente del Shingyoren. Aun cuando yo no tenía experiencia en negocios de crédito, estaba convencido que los pescadores recordarían las dificultades que habían tenido al comienzo de los 1930s y que su espíritu de cooperación se mantendría vivo. 65 Al día siguiente de mi instalación con los Directores del Consejo del Shingyoren, manifesté que me gustaría trabajar con un déficit de 5 millones de yenes para el primer año fiscal. Todos los directores, por supuesto, se sorprendieron; entonces, les expliqué que pondríamos 10 oficinas locales independientes del Dogyoren, a un costo aproximado de 5 millones de yenes. Estas oficinas –dije– contribuirían grandemente a promover los ahorros de los pescadores. De esta manera, haríamos un sacrificio manteniendo un déficit en el presente para poder ahorrar con miras a un desarrollo futuro. Nosotros podríamos fácilmente limpiar este déficit en dos o tres años, para después continuar proporcionando servicios financieros a los miembros de las ACPs. Si ellos rechazaban este plan, les advertí que tendrían que esperar por lo menos cinco años, antes de poder brindar servicios financieros. Los directores entendieron lo que les había dicho y aprobaron el Primer Plan. Nosotros pudimos limpiar el déficit original de 570.000 yenes en los primeros dos años y al final del octavo año fiscal el total de ahorros se incrementó a 2.200.000.000 yenes. Me gustaría contarles cómo las ACPs lograron incrementar tanto sus ahorros en tan corto tiempo. La razón no era que simplemente tuvieran buena pesca. Los pescadores trabajaban duro y se esforzaban incluso en tiempos malos. En 1950, por ejemplo, los pescadores de calamar tuvieron una temporada sumamente mala, particularmente a lo largo de la costa del Mar de Japón. Muchas comunidades pesqueras sufrieron financieramente; por eso, el gobierno de Hokkaido les otorgó un fondo de alivio de 30 millones de yenes, de los cuales 66 150.000 yenes serían asignados a la ACP de Sakazuki, en el centro de la Península Shakotan. Un día, el presidente Takei de la ACP de Sakazuki, me preguntó si podíamos prestarle a su ACP 30.000 yenes antes de que ellos recibieran el préstamo del gobierno, ya que no tenían dinero para comprar ni siquiera el arroz racionado por el gobierno. El señor Takei temía que los pescadores no pudieran comprarlo durante el invierno severo. Yo les respondí que no podíamos extender ese préstamo, ya que su ACP no tenía ahorros. Takei me imploró, diciéndome que todos morirían si no recibían ayuda y prometió devolver el préstamo inmediatamente después de la temporada de pesca. Le dije que él tenía cosas que hacer antes y evitar que ellos murieran. Le sugerí que regresara a la comunidad pesquera y le dijera a todas las amas de casa que ahorraran y mantuvieran un registro de sus ahorros para mostrarnos. Takei respondió que mi sugerencia era cruel, ya que era imposible ahorrar ahora que estaban hambrientos. Yo le sugerí que ellos economizaran en primer lugar, consumiendo menos licor de papa de shochu que todos los pescadores bebían y que también trataran de consumir muchas cosas menos para ahorrar dinero. Luego le prometí que yo podía prestarles algún dinero si todos los pescadores intentaban ahorrar algún dinero con esfuerzo, sin importar cuán pequeña sea la cantidad, ya que ellos habían demostrado su habilidad para ayudarse. Él me pidió que visitara la ACP de Sakazuki para hablar directamente sobre mi plan a todos sus miembros y a sus esposas; así que fui allí dos veces. 67 En mis discursos les decía que el Shingyoren era todavía pequeño y no muy poderoso, ya que teníamos sólo una pequeña cantidad de capital. Sin embargo, si cada uno de los 300 pescadores de Sakazuki ahorraba 1 yen por día, la ACP ahorraría 300 yenes por día o 9.000 yenes por mes. En un año, ellos podían ahorrar 108.000 yenes; y les pedí que depositaran ese dinero en el Shingyoren. Si los ahorros de todos los pescadores de Hokkaido fueran depositados en el Shingyoren tendríamos no sólo una gran suma de dinero, sino también, gran crédito. Así podríamos extender una mano de ayuda a las ACPs más débiles. Los miembros discutieron esta idea entre ellos y pronto empezaron a ahorrar. Al principio, el presidente Takei y los otros directores visitaron la casa de cada pescador para recoger sus ahorros, pero pronto decidieron que los pescadores guardaran las cajas de ahorros en sus casas. Estas cajas serían recogidas todos los meses y traídas a la ACP. Este sistema funcionó muy bien y todas las otras ACPs de Hokkaido empezaron finalmente a usar este sistema para incrementar sus ahorros mensualmente. Todos estos movimientos de ahorros se basaron en una filosofía fundamental que puede resumirse en la máxima “Un penique ahorrado es un penique ganado” ( 15). Estas prácticas de ahorro mensual fueron controladas por grupos de mujeres; y la cantidad total llegó a 2 millones de yenes en siete años. Al final de 1983, el total ahorrado por este grupo de mujeres fue de 29 millones de yenes. 15 El proverbio japonés “Chiri mo tsumoreba, yama to naru” puede ser traducido directamente como “Si recoges suficiente polvo, puedes hacer una montaña”. 68 Incidentalmente, en ese tiempo, nosotros desarrollamos también otro sistema de ahorros, en el cual todo el dinero ganado de las ventas pasaba a través de la ACP. La ACP deducía todas las comisiones, derechos de transporte y otros costos que los pescadores debían a la ACP. El saldo del balance era depositado en las cuentas de los pescadores en la ACP. Al final de 1983, los ahorros totales de las ACPs habían alcanzado 440 millones de yenes (16). Ocho años después que ellos empezaron a seguir mi consejo, el presidente y el gerente general de la ACP de Sakazuki vinieron a verme y me pidieron que escribiera en grandes caracteres chinos el eslogan mencionando, el cual fue colgado en una pared de la sala de reuniones de la ACP. La ACP de Sakazuki era referida a menudo como el modelo de todas las ACPs de Hokkaido. El ejemplo de Sakazuki fue motivo también para que el Shingyoren de Hokkaido tomara la iniciativa de promover dichos ahorros en las otras 42 Federaciones de Crédito Prefecturales de toda la nación. b) Asociaciones de Seguro Mutuo para Daños Pesqueros. Cincuenta y siete años han pasado desde la primera vez que vine a Hokkaido. Puedo todavía evocar las condiciones clamorosas de las comunidades pesqueras en toda la isla, en la cual la mayoría de los pescadores y sus familias vivían una pobreza abyecta, mientras que sólo unos pocos podía decirse que eran adinerados. “Por qué” –me pregunté. “¿Por qué esos pescadores estaban tan pobres y cuál era la causa de su pobreza?”. Yo no 16 Ver Apéndice ii) Comercialización Conjunta y el Flujo del Dinero. 69 podía ver ninguna razón para que la situación sea así. La situación era particularmente incomprensible, sobre todo cuando uno se daba cuenta que Hokkaido estaba rodeado por mares clasificados entre los tres mejores del mundo debido a su abundante pesca. Yo comprendí que algo estaba tremendamente errado y esa inquietud formó la base para el trabajo de mi vida en el movimiento de liberación de los pescadores. Yo he realizado muchas cosas para resolver los innumerables problemas que los pescadores enfrentaban. Una de ellas fue el establecimiento de un sistema de seguro mutuo para el daño pesquero, el cual nos tomó un largo tiempo. La motivación original para este sistema fue la pregunta que antes me había hecho. El manejo de la actividad pesquera puede ser sumamente difícil debido a los cambios de las condiciones naturales y las fluctuaciones de la pesca. Una de las características de la actividad pesquera es que debe enfrentar inevitablemente los efectos de los fenómenos naturales. Me di cuenta que si recaudábamos regularmente dinero de los pescadores y acumulábamos ese capital en un Fondo Mutuo de Seguro, podía ser posible cubrir cualquier pérdida en la que los pescadores podían incurrir como resultado de su pesca sumamente mala. Con dicho sistema ayudaríamos a los pescadores a superar sus dificultades financieras. Yo había concebido originalmente esta idea en 1933, cuando era funcionario del gobierno de Hokkaido, pero pocos prestaban atención a las ideas de un funcionario menor como era yo. Un tal señor Minetomo, fue la única persona que mostró algún interés por mi idea. Él había sido un diplomático de 70 carrera del gobierno nacional, y después se retiró y empezó a promover un sistema de seguro mutuo de vida para pescadores, bajo el cual, grupos de tripulantes eran elegibles para el seguro por grandes compañías de seguro. Le pedí a Minetomo estudiar la posibilidad de iniciar dicho sistema en las comunidades pesqueras de toda la nación. Minetomo compartió mi entusiasmo para ayudar a los pescadores y condujo su investigación por varios años sin recibir ninguna compensación. Él recibió pocas respuestas de los gobiernos Prefecturales o de las comunidades pesqueras. La mayoría de las personas que hablaron con él, decían que dicho sistema sólo serviría para quitar la motivación a los pescadores. Los pescadores se harían perezosos y no se arriesgarían a trabajar en mar abierto si el seguro cubría cualquier pérdida por falta de capturas. Por lo tanto, tuvimos que esperar hasta 1964 antes de que pudiéramos establecer dicho sistema de seguro mutuo que protegía los hogares pesqueros. Esto se logró mediante el fortalecimiento de las funciones del Shingyoren, el establecimiento del Shidoren en 1961 (17) y por la reestructuración del Dogyoren (18). 17 18 Ver página 86 en relación al establecimiento del Shidoren. El Dogyoren, reestructurado en 1949 basado en la nueva Ley de Cooperativas Pesqueras, había mostrado grandes pérdidas por varios años debido a la inflación de pos guerra y a las reformas de libre mercado. En 1955, el Dogyoren había iniciado un “Plan de Reestructuración de 10 años”, y Ando fue elegido otra vez presidente. Como también había sido elegido presidente del Shidoren, mantuvo las más altas posiciones en las tres federaciones al mismo tiempo. 71 Mientras la economía japonesa se recuperaba rápidamente de su derrota de la II Guerra Mundial, ciertos sectores de la economía no se recuperaban completamente. Guiada por el acero, la construcción naval y la industria textil, la economía empezó a crecer a un ritmo sostenido. Por otro lado, los ingresos de los hombres que trabajaban en las industrias primarias estaban muy rezagados en relación con los que trabajaban en las industrias secundarias. El gobierno japonés se dio cuenta de la gravedad de la situación y promulgó en 1960, la Ley de Mejoramiento de la Estructura Industrial, y en 1963, la Ley de Desarrollo de la Pesca Costera. Si bien estas leyes resultaron mejoras notables, yo sentía que todavía había una cosa más que hacer para asegurar el bienestar de las comunidades pesqueras. Para protegerlos de los efectos de los desastres naturales, yo creía que todavía era necesario establecer un fondo de seguro mutuo, con el que ellos pudieran estabilizar la fluctuación anual en la administración de sus pesquerías. Con los cambios en la estructura generados por las leyes mencionadas, pudimos empezar a promover este sistema. Ya que había asumido el cargo de vicepresidente del Zengyoren en 1952, había procedido a expresar mi idea de establecer un fondo de seguro mutuo no sólo a los líderes de las ACPs de Hokkaido, sino también a los líderes de otras federaciones prefecturales de ACPs en toda la nación. Nosotros demandamos a la Agencia Pesquera del gobierno nacional que estudiara la posibilidad de promulgar una ley. A raíz de ello, la agencia empezó a investigar las condiciones de la ordenación pesquera y la posibilidad de establecer un 72 sistema de seguro mutuo para daños pesqueros, el cual debía ser apoyado por el gobierno central. Muchos funcionarios de la Agencia Pesquera estaban renuentes a presentar un proyecto de ley al Parlamento. Ellos ponían por delante varias excusas, señalando que los riesgos en la industria pesquera eran demasiado grandes para que un sistema de seguro mutuo funcionara efectivamente, o que ellos no tenían suficiente información para tomar una decisión, o que no era el momento adecuado para aprobar dicha ley. No obstante, continué promoviendo fuertemente el movimiento para tener unidos bajo un solo estandarte a los 3 millones de pescadores en toda la nación. Afortunadamente, yo tenía el fuerte apoyo de Katayanagi, presidente del Zengyoren, y tuvimos éxito en establecer una “Oficina Nacional para la Promoción de la Creación de un Sistema de Compensación Pesquera por Daños Causados por Desastres”. Nosotros también trabajamos con cada una de las 42 federaciones prefecturales de ACPs para que todas ellas pudieran establecer su propia organización similar. Hokkaido tomó la iniciativa en este movimiento, fundando la “Oficina Prefectural de Hokkaido” y su secretaría dentro de la Federación Educativa. Nosotros nos preparamos así para iniciar un movimiento político en los círculos pesqueros, pero para esto, fue necesario hacer antesala a los miembros del Parlamento Nacional y enterarlos de nuestras metas. Hanji Ozaki, una importante figura del gobierno nacional, me conocía. Su padre, Yukio Ozaki, había jugado un importante rol en el establecimiento del sistema parlamentario y su estatua está ahora de pie cerca al Parlamento. Si bien, Hanji Ozaki no era miembro del Parlamento, era un consejero muy 73 respetado e influyente entre los legisladores por conducir la Fundación en Memoria de Yukio Ozaki. Ozaki me presentó a Tadeo Miki, el director de un comité en el Partido Democrático Liberal (PDL), que estaba investigando asuntos políticos (Más tarde, en 1974, Miki se convertiría en Primer Ministro de Japón). Si bien, yo no formaba parte de ningún círculo político (19), era consciente del hecho que Miki había sido el líder del anterior Partido Cooperativista, el cual se estableció inmediatamente después de la guerra. La filosofía política de Miki era, en muchas maneras, similar a la del movimiento cooperativo. Cuando tuve la oportunidad de reunirme con Miki, le expliqué con detalle la situación de la pesca costera. Le hablé acerca de la necesidad de un sistema apoyado por el gobierno para dar un seguro a los pescadores por daños causados por desastres naturales. Yo le dije que si bien el gobierno había promulgado la Ley de Desarrollo de la Pesca Costera en 1963 y las ACPs habían establecido una “Fundación para el Desarrollo Futuro”, todavía enfrentábamos serias situaciones cuando nos confrontábamos con daños causados por esos desastres. Además, agregué que las cooperativas agrícolas en todo Japón ya habían establecido sistemas de seguro mutuo. Le señalé que en promedio, 700 pescadores morían cada año en todo Japón como resultado de accidentes por condiciones de trabajo. Le expliqué que muchos pescadores 19 Inmediatamente después de la guerra, algunos de los líderes del movimiento de la ACP se integraron al Partido Socialista y ellos nominaron a Ando como candidato a la Cámara de Consejeros en la elección de 1947. Ando quedó segundo, debido principalmente a que las uniones obreras en los 1950s eran radicalmente izquierdistas y, por eso, muchos líderes de las comunidades pesqueras abandonaron ese partido y apoyaron al partido centrista PDL. 74 entraban a los mares movidos poniendo en riesgo sus vidas, simplemente porque no tenían otra alternativa. Si ellos no arriesgaban sus vidas, ponían en riesgo no sólo el sustento de ellos, sino también el de sus familias y el de las comunidades. Debido a la gran cantidad de daños sufridos, cuando los pescadores se involucraban en su trabajo de alto riesgo, era un imperativo que algo se hiciera lo más pronto posible para enfrentar estos problemas fundamentales. Además, le describí las investigaciones que habíamos hecho en relación a un sistema de seguro mutuo y le expliqué que necesitábamos el apoyo del gobierno para dar cobertura a todos los pescadores. Miki entendió mis puntos de vista y expresó su simpatía por la situación de los pescadores. Luego prometió apoyar nuestro movimiento y trabajar por la aprobación de una ley para ayudar a establecer un sistema de seguro mutuo. Nosotros, junto con los pescadores, gastamos mucho tiempo y esfuerzo haciendo antesala a varios miembros del Parlamento. Nuestros esfuerzos resultaron exitosos durante la elección de 1964, cuando no sólo el PDL, sino también otros partidos, prometieron apoyar el proyecto de ley que estableciera el sistema de seguro mutuo para los pescadores. Muchas ACPs prefecturales, sostuvieron reuniones y manifestaciones en las grandes ciudades para convocar el apoyo público. El Zengyoren también expresó su apoyo al movimiento, y más de 3.000 pescadores de toda la nación se reunieron en una manifestación en Tokio el 6 de diciembre. Después de la elección, el gobierno empezó a trabajar un presupuesto para el sistema de seguro mutuo para los pescadores. Algunos burócratas estuvieron al principio renuentes a que esta ley se 75 aprobara, pero debido a la presión de los pescadores tuvieron que redactar un proyecto de ley para enviarlo al Parlamento. El proceso de formulación del proyecto de ley involucró mucha discusión y argumentación. Los burócratas del Ministerio de Finanzas insistieron en que la ley sea llamada “Ley de Seguro Mutuo Pesquero”, pero nosotros queríamos llamarla “Ley de Compensación del Daño Pesquero”. Es verdad que esta ley estaba basada en el concepto de seguro mutuo, pero temía que los fondos que recaudáramos de los pescadores no fueran suficientes para cubrir algunos daños inesperados o de gran escala. Esto imponía una carga muy pesada para los pescadores y, por eso, era necesario para nosotros obtener apoyo del gobierno. Con el fuerte apoyo y la poderosa influencia de Ozaki y de Miki, logramos convertir el proyecto en ley. El 26 de junio de 1964, el proyecto de ley fue aprobado por la Cámara Alta, denominándose “Ley de Compensación del Daño Pesquero” (20). Tuvimos la suerte de contar con el fuerte apoyo del Partido Socialista. Ellos nos demostraron, en este caso, que apoyaban totalmente nuestras demandas para completar la cobertura con recursos del gobierno para los daños pesqueros (21). Así, aunque el proyecto fue aprobado por el Parlamento y se convirtió en ley, un sistema de seguro apoyado por el 20 La razón por la que el Ministerio de Finanzas se resistía en llamarla “Ley de Compensación del Daño Pesquero”, era porque el gobierno sería luego requerido a proveer compensación por daños con recursos del presupuesto nacional cuando el fondo de seguro mutuo sufriera déficit. El gobierno quería limitar su contribución a este fondo con sólo 500 millones de yenes. 21 Los socialistas eran a menudo calificados cínicamente por los medios de comunicación como “Anti-Todo Partido”. 76 gobierno no estaba comprendido dentro de la ley. Sin embargo, los legisladores acordaron una solución y la anexaron a la ley. Se declaró que el gobierno tenía que mejorar el sistema incorporando un esquema de reaseguro dentro de los tres años contados a partir de la promulgación de la ley. Como primer presidente de la recientemente formada “Federación Nacional de Asociaciones de Seguro Mutuo Pesquero”, tuve que disponer de una gran parte de mi tiempo en los siguientes tres años para realizar el plan del gobierno. Finalmente, en febrero de 1967, tuvimos éxito en establecer este largamente esperado sistema de seguro mutuo. Estoy agradecido a los pescadores de Hokkaido que siempre tomaron la iniciativa para esforzarse por crear un mejor sistema. Ellos permanecieron de pie conmigo hasta el final y juntos establecimos el sistema exitoso que los pescadores de Hokkaido todavía hoy están administrando. c) Erradicación de la Contaminación Ambiental. Mientras era presidente de la “Federación Nacional de Asociaciones de Seguro Mutuo Pesquero”, reasumí el cargo de presidente de la Federación Nacional de ACPs en 1967 y lo mantuve hasta 1971. Tuve que disponer de bastante tiempo para enfrentar muchos problemas relacionados con la administración de estos cargos, y éste vino a ser uno de los más importantes períodos de mi carrera. Yo reportaba a la asamblea general de presidentes de ACPs de Hokkaido los asuntos que eran discutidos en Tokio. Uno de los más importantes asuntos fue el establecimiento de la “Ley Fundamental de Protección del 77 Ambiente”. Nosotros teníamos muchas discusiones sobre el establecimiento de esta ley, tanto que tuve dos cajas llenas de papeles y grabaciones. De ese material seleccioné un discurso que ofrecí en un “Encuentro Nacional de Pescadores para la Erradicación de la Contaminación”, cuando aún la ley estaba siendo debatida en el Parlamento. En ese discurso detallé la significancia histórica de la lucha de los pescadores contra la contaminación. Como todavía hoy estamos enfrentados a serios problemas ambientales, yo espero que ustedes comprendan la importancia de apoyar este esfuerzo fundamental por preservar nuestros recursos naturales en el océano y en el mundo. 78 Discurso inaugural en el Encuentro Nacional de Pescadores contra la Contaminación (8 de octubre de 1970, Auditorio Kyoritsu de Tokio) Me gustaría dar la bienvenida a más de 2.000 damas y caballeros de organizaciones relacionadas con la pesca de toda la nación, que hoy se han reunido en Tokio. En nombre de los organizadores les agradezco sinceramente por tomar parte de este Encuentro Nacional. Asimismo, me gustaría expresar mi aprecio a muchos miembros del Parlamento por restar tiempo a sus múltiples ocupaciones y asistir a este encuentro para expresar su apoyo a nuestros objetivos. Como ustedes saben, nosotros hemos hecho recientemente muchas invocaciones al público para organizar Encuentros de Pescadores en cada prefectura. Como resultado de nuestra campaña, miles de personas de toda la nación han venido a apoyar nuestro movimiento para prevenir la contaminación. Lo que demuestra que los pescadores si podemos realmente liderar e influir en el público en esta materia. Este encuentro se ha convertido en un éxito, debido a la pasión que los pescadores tienen por esta causa. Si nosotros miramos las últimas décadas de alto crecimiento de la industria pesquera, no es demasiado decir que la historia de esta industria ha estado caracterizada por nuestra lucha contra la contaminación del agua. No obstante, el público en general no ha escuchado la demanda de los pescadores. Quienes están fuera de la industria pesquera reaccionaban como si el problema de la contaminación era tan lejano que no les concernía. Aún nuestros políticos, bajo el supuesto que estaban promoviendo un desarrollo equilibrado de la economía, daban prioridad a las empresas en lugar de prevenir la contaminación. Ellos pisoteaban nuestras demandas 79 de protección de los recursos naturales. Ahora sabemos que su fracaso en la toma de decisiones apropiadas creó realmente obstáculos para el desarrollo y dio como resultado las actuales condiciones terribles de nuestros océanos. Este “desarrollo armónico de la economía”, nos ha dejado desde el punto de vista de la pesca, mares en los que los peces no pueden vivir y ríos en los que los peces no pueden crecer. Dicha situación, amenaza no sólo a los involucrados en la industria pesquera, sino también al bienestar de los ciudadanos. En otras palabras, el proceso de industrialización inevitablemente lleva a la destrucción deplorable de la naturaleza. Este es un hecho que debemos tomar en cuenta cuando consideremos la contaminación ambiental, y es claro que los pescadores teníamos razón cuando invocábamos continuamente la prevención contra la contaminación. Hace unos momentos señalé que nosotros los pescadores somos los líderes del movimiento anti contaminación. Nosotros podemos hacer este reclamo ya que los pescadores sufren más como resultado de la contaminación y son los pescadores quienes han hecho continuas invocaciones a otros para detener el daño. Es nuestra sincera esperanza que todas las empresas se esfuercen en eliminar cualquier influencia negativa que sus operaciones tengan sobre la naturaleza. Ellos deben entender que deben dar algunos beneficios a corto plazo, en lugar de los objetivos del desarrollo equilibrado de largo plazo. Un claro ejemplo de la lucha de los pescadores contra la contaminación ocurrió en 1958 cuando los pescadores que estaban involucrados en la acuicultura de nori, en la prefectura de Chiba, pararon en protesta contra los residuos descargados en el Río Edo por la Compañía de Papel Honshu. El Zengyoren apoyó su lucha e intentó avivar la opinión pública sosteniendo encuentros de pescadores y solicitando al gobierno que tomara 80 fuertes medidas contra la papelera Honshu. El gobierno central, luego remitió la “Ley para la Prevención de la Calidad del Agua”, la cual aún está vigente. Esta Ley, sin embargo, no ha sido verdaderamente efectiva, ya que las expectativas de los pescadores han sido traicionadas. La vida y el sustento de los pescadores han sido continuamente sacrificados, particularmente en estos casos que involucra el envenenamiento con mercurio en Minamata y en el Río Agano (22). Estos casos indican una falta cruel de respeto por la naturaleza y por la vida humana. Nosotros los pescadores, nos hemos congregado muchas veces en Tokio para protestar contra la política gubernamental, y hemos hecho frecuentes peticiones al gobierno y al Parlamento para que aprueben la “Ley Fundamental de Protección del Ambiente”. No obstante, el público en general se enteró de la seriedad del problema después que los medios de comunicación presentaron reportes diarios sobre la contaminación en la Bahía de Tokio, causada por las industrias de metal pesado, y en la Bahía de Tagonoura, por las industrias de papel y pulpa de papel. Los medios de comunicación todavía se refieren a aquellas áreas como los “Mares de la Muerte”. Finalmente, el gobierno decidió llevar la ley antes mencionada al Parlamento para su discusión. Cuando el gobierno conformó un comité para promover esta ley, nosotros demandamos que todas las empresas sean obligadas a revisar sus objetivos de ganancia y su fe ciega en la ciencia y en la tecnologí, y que todas las empresas reconozcan su 22 En los 1960’s, se comprobó que la Chisso Chemical Co., había vertido residuos de mercurio de su planta en la Bahía de Minamata fuera de la costa de Kyushu. Muchos pescadores y otros residentes del área sufrieron severos daños en sus sistemas óseo y nervioso después de comer pescado capturado en el agua contaminada. Una situación similar ocurrió al mismo tiempo en la región del Río Agano. Los residentes de ambas áreas continúan sufriendo. 81 responsabilidad ante la sociedad. Nosotros los pescadores debemos unirnos y estar de pie al frente de los movimientos anti contaminación y protestar en todos los actos y operaciones cuando resulten mares y ríos contaminados. Asimismo, debemos también oponernos a los gobiernos que han ignorado estas situaciones y les permitieron continuar. Debemos demandar que el gobierno establezca inmediatamente medidas para la prevención y la erradicación de la contaminación ambiental. Yo declaro inequívocamente que todos nuestros hombres de Estado deben tomarlas, para resolver estos serios problemas, y que todos y cada uno de los políticos deben tener el suficiente valor para tomar el liderazgo en los esfuerzos por crear una nación armoniosa, con una naturaleza hermosa y una economía próspera. Yo me atrevo a decir que si ellos fallan en tomar medidas extremas, sus políticas serán inútiles. Me gustaría también apelar al público en general. Todos nosotros debemos parar de botar nuestros desperdicios en los ríos y en los mares. Estos cuerpos de agua son los centros de producción que los pescadores han heredado de sus antepasados. Cada generación siguiente de pescadores ha contribuido a la salud y bienestar de la nación proporcionándonos nuestros alimentos. Ellos pueden continuar haciéndolo sólo si nosotros no destruimos sus recursos. Me gustaría agradecer sinceramente a todos los honorables miembros del Parlamento que nos han ayudado en nuestra lucha por desarrollar nuestras industrias pesqueras. Al propio tiempo, me gustaría invocar otra vez a ustedes que reconozcan la importancia de la industria pesquera. Una vez que comprendan cuánto espera nuestra nación de la pesca, podrán trascender a las ataduras partidarias o facciones partidarias y 82 sólo entonces podrán hacer serios esfuerzos por resolver el problema de la polución ambiental. Para terminar, me gustaría decirles a todos los participantes de las comunidades pesqueras de la nación: “Unámonos y esforcémonos para resolver los problemas causados por la contaminación ambiental. Trabajemos juntos para superar las dificultades que se nos presenten”. A pesar de mi edad, les prometo tomar el liderazgo en esta lucha y poner toda mi energía en este movimiento. 83 5 MODERNIZACIÓN Y REVITALIZACIÓN DEL MOVIMIENTO COOPERATIVO DESPUÉS DE LA II GUERRA MUNDIAL a) Restablecimiento de las ACPs locales. La nueva Ley de las Cooperativas Pesqueras se promulgó en 1949, incorporando los principios de las cooperativas aceptados internacionalmente. Esta ley facilitó grandemente el establecimiento de las ACPs. De acuerdo con ella, el gobierno prefectural aprobaba oficialmente el establecimiento de una ACP si más de 20 pescadores lo solicitaba. Luego, tras la elaboración y ratificación de los Estatutos, ellos podían someter al gobierno el Plan de Negocios de la ACP y ejercitar el adecuado control de sus derechos de pesca. Poco después de la aprobación de esta ley se establecieron 206 ACPs en Hokkaido. Debido a la falta de experiencia de los líderes, muchas de estas primeras ACPs fueron pequeñas y pobremente administradas. Por eso, algunas de ellas se disolvieron y otras se fusionaron, con lo cual hoy sólo hay 129 ACPs en Hokkaido. Inmediatamente después de la guerra, el gobierno estimuló a los pescadores a incrementar su producción para proveer de más alimento a una nación tan necesitada. Esto llevó al mayor desarrollo de las pesquerías de mar afuera y de 84 profundidad. Sin embargo, las pesquerías costeras establecidas no se desarrollaron a la par con estas nuevas disposiciones. Habían demasiados pescadores luchando por capturar los limitados stocks de peces en las reducidas áreas costeras. Esto, naturalmente, llevó a reducir las capturas y a disminuir los ingresos de los pescadores. La mayoría de ellos apenas ganaban para sobrevivir. Para 1960, la economía japonesa se había puesto muy vibrante. El desarrollo se volvió particularmente notorio en las industrias secundarias, como las del acero, textiles y construcción de barcos. Las industrias primarias, como la agricultura y la pesca, sin embargo, continuaban a la zaga en términos de su desarrollo. El gobierno central era consciente de este factor y en 1960 introdujo la Política de Implementación Estructural Industrial, con la que estimuló a la gente que trabajaban en las industrias primarias a cambiarse al campo industrial y, al propio tiempo, proveyó una base sólida para la continuación del crecimiento de la economía. Como existían muchos pescadores desempleados, ellos, en particular, se sentían atraídos a cambiarse a la industria secundaria y terciaria. Esto, por supuesto, no significaba que el gobierno le restaba importancia a la pesca. Por el contrario, este programa fue promovido para lograr un desarrollo equilibrado entre las industrias primaria, secundaria y terciaria. El gobierno advirtió que las ACPs jugaban un rol indispensable en el logro de los objetivos de la política mencionada, y por eso, en 1960 promulgó la Ley de Restructuración y Mejoramiento de la Administración de las Asociaciones Cooperativas Pesqueras, que facilitaría la 85 construcción de embarcaciones de mayor tamaño y la introducción de modernos equipos como el radar y los detectores de peces. Además, el gobierno subsidió la construcción de cámaras de almacenamiento de frío y mercados en las zonas de desembarque, así como otras infraestructuras. Como resultado de estos actos y de la fuerza de las cooperativas, las ACPs experimentaron un tremendo crecimiento durante la década del 60 y han continuado creciendo sobre la base de estas fundaciones. b) Shidoren (Federación de Educación). A finales de los 1950’s, los directores, tanto del Dogyoren como del Shingyoren, notaron que se estaba volviendo cada vez más importante modernizar los sistemas de administración de las ACPs. El gobierno había tratado de reorganizar y fortalecer la estructura administrativa de las ACPs. Para aprovechar todas las ventajas del apoyo del gobierno, los líderes de Hokkaido determinaron que la educación en materia de objetivos, estructura y administración de las ACPs, era necesaria para asegurar el éxito de las mismas. Después de largas discusiones, los directores decidieron establecer una organización independiente que se encargara exclusivamente de la educación de los miembros de las ACPs. En 1961, se estableció el Shidoren (Federación de Educación de las ACPs), con un personal de 15 miembros transferidos de otras 86 federaciones y de cinco empleados recién contratados. Yo fui uno de los últimos cinco ( 23). Estudiamos todos los aspectos de la administración de las ACPs en Hokkaido, en particular los casos y soluciones a las administraciones deficientes. Posteriormente, determinamos que las dos funciones más importantes del Shidoren serían: 1. Promover servicios educativos de fácil comprensión, no sólo para los directores y miembros del personal de las ACPs, sino también para los pescadores miembros, los miembros de los grupos de jóvenes y grupos de mujeres de la comunidad. 2. Promover la administración apropiada de las ACPs, mediante la introducción de un moderno manejo de técnicas y habilidades. El Shidoren también promovía el establecimiento de grupos de mujeres y de grupos de jóvenes en las comunidades pesqueras, y estos grupos eran estimulados a involucrarse en las operaciones de las ACPs. En Japón es usual que las mujeres controlen la economía familiar y, por eso, los grupos de mujeres, en particular, se involucraron en la promoción del ahorro. Como la producción pesquera tiende a fluctuar año a año, es necesario que las familias acumulen ahorros para utilizarlos en los años malos. Además, las mujeres se involucraron en un rango más amplio de actividades, tales como el plantado de árboles y la 23 Este capítulo fue escrito por Naoyuki Tao. 87 promoción de mejoras en la salud a través del consumo de productos pesqueros. Nosotros estimulamos a los grupos de jóvenes brindándoles oportunidades para estudiar tecnología avanzada de producción pesquera, vinculada a la crianza de peces y otras actividades como éstas. Las ACPs, avanzaron con los tiempos a través de la introducción de las nuevas técnicas de administración y la capacitación de los jóvenes en los últimos desarrollos pesqueros. Nosotros, en la federación prefectural, todavía teníamos que enfrentar muchos problemas. Todavía a fines de los 1960’s, algunos pescadores miembros de algunas de las ACPs, ofertaban menos del 50% de sus productos a través de la ACP. Y para colmo de males, sólo depositaban un pequeño porcentaje de sus ahorros en las cuentas de la ACP. Así no era la forma de operar una ACP; entonces, las tres federaciones prefecturales – Dogyoren, Shidoren y Shingyoren– discutieron las medidas para rectificar la situación. Ellos decidieron enfatizar dos puntos: el primero, desarrollar la comercialización conjunta de los productos, y el segundo, depositar sus ahorros en las ACPs. En otras palabras, se decidió que los dos elementos más importantes –los productos y el ingreso– tenían que ser canalizados a través de las ACPs. De esta manera, las ACPs se fortalecerían económicamente. El Comité de Promoción de la Comercialización Conjunta fue establecido con miembros de las ACPs locales. El Dogyoren organizó cursos de entrenamiento en los que se difundía información importante relativa al marketing y, en particular, enfatizando la necesidad de la comercialización conjunta. 88 También se estableció el Comité de Promoción del Ahorro, con miembros de las ACPs locales. El Shingyoren les dio entrenamiento en temas financieros. El Shidoren incrementó el rango de su trabajo incluyendo no sólo las funciones antes mencionadas, sino también campañas contra la contaminación ambiental y el movimiento de reestructuración de la administración de la pesca, acorde con las condiciones de las 200 millas de la zona de pesca. Las tres federaciones prefecturales –Dogyoren, Shidoren y Shingyoren– celebraran cada año simposios en Sapporo. A estos simposios asistían más de 300 representantes de los dos comités antes mencionados. De estas reuniones resultaron grandes beneficios para el movimiento a partir de las discusiones e intercambios de puntos de vista. El Shidoren también administra el colegio de la ACPs de Sapporo, en Hokkaido. Este colegio recluta graduados de la secundaria en las comunidades pesqueras, enseñándoles durante un año aspectos del negocio de las ACPs y les ayuda a encontrar empleo en alguna de ellas. El Dogyoren, Shidoren y Shingyoren, y las ACPs locales han logrado muchas cosas en Hokkaido y son muy conocidas en todo el país por el trabajo que han hecho en la promoción del movimiento cooperativo pesquero. Han estimulado al pescador a ser fuerte y a mantenerse unidos, han estimulado a las mujeres a promover el ahorro en la familia y han estimulado a los jóvenes de las comunidades pesqueras a desarrollar sus habilidades. Pero, sobre todo, estas organizaciones han promovido la filosofía de Takatoshi Ando y esa ha sido la verdadera razón de su éxito. 89 APÉNDICE i) Actual sistema de administración de una ACP. En Hokkaido hay actualmente 129 ACPs, las cuales fueron establecidas por los pescadores miembros. Estas 129 ACPs, a su vez, han organizado tres federaciones a nivel prefectural, denominadas Dogyoren, Shidoren y Shingyoren. Estas tres federaciones prefecturales son miembros del Zengyoren, la Federación Nacional de Asociaciones Cooperativas Pesqueras. La ACP promedio en Hokkaido, tiene 200 miembros. La ACP más grande tiene más de 1.000 miembros, mientras que la más chica tiene sólo 40. En 1992, el total de pescadores miembros de la ACPs de Hokkaido fue de 29.500, de los cuales, 27.731 fueron miembros regulares y 1.769, asociados. Los miembros regulares son aquellos que están involucrados en la pesca por más de 120 días al año y tienen derecho al voto. Los miembros asociados son aquellos que pescan menos de 120 días al año, así como también los procesadores de pequeña escala y otros involucrados en negocios relacionados con la pesca. Los miembros asociados pueden usar los servicios de las ACPs como los miembros regulares, pero no pueden votar. Más del 80% de los pescadores miembros dependen de la labor familiar y usan embarcaciones menores de 10 toneladas métricas. En estos casos, sólo un miembro de la familia es miembro de la ACP. 90 Las ACPs japonesas son administradas democráticamente, basadas en los principios de la Alianza Internacional de Cooperativas. La Junta General de una ACP está constituida por todos los miembros, cada uno de los cuales tiene un voto. La Junta General se reúne una vez al año, para discutir el plan de negocios anual, el presupuesto y el reporte de sus negocios y finanzas; y cada tres años celebran elecciones para el consejo de directores y para el consejo de auditores. El presupuesto y cualquier otro proyecto de ley propuesto necesitan de una mayoría de votos para su aprobación. La Junta General también puede votar para revisar las leyes establecidas. Cualquier revisión de una ley de la ACP, requiere de 2/3 de los votos para su aprobación. Consejo de Directores.- El Consejo de Directores es responsable de la administración de la ACP. Debe asegurar que las decisiones tomadas por la Junta General sean aplicadas y que las directivas dadas sean apropiadamente implementadas. Ya que los directores son pescadores miembros que trabajan en la pesca, es imposible para ellos servir en sus cargos elegidos un día adentro y otro afuera. Por eso los directores pueden contratar empleados para realizar el negocio diario. El Consejo de Directores se reúne una o dos veces al mes para discutir los asuntos importantes de la ACP, para revisar las solicitudes de préstamos de los pescadores y para establecer los precios de ciertos productos, como el salmón, la concha de abanico y las algas marinas. Uno de los directores es elegido presidente del Consejo y es el principal representante de la ACP. Como la mayoría de los pescadores no son hombres de negocios experimentados, 91 raramente pueden prever cualquier posible dificultad. Para enfrentar cualquier problema que pueda presentarse, tienen que seleccionar al gerente general de entre los miembros más capaces y experimentados de su personal directivo. Consejo de Auditores.- Dos o tres miembros de la ACP son elegidos para el Consejo de Auditores, el cual es responsable del manejo de los asuntos financieros de la ACP. Ya que los miembros de la ACP no pueden tener mucha experiencia en finanzas, el Shidoren –la Federación de Educación– mantiene un equipo de 25 expertos en asuntos fiscales y financieros para asesorar a las ACPs. Las ACPs en Japón, están involucradas en diferentes tipos de trabajo y de vida de las comunidades pesqueras y, por eso, se les llama cooperativas multipropósito. Ellas funcionan como el centro económico de las comunidades y están involucradas en la pesquería desde el punto de vista de la producción y el consumo. Departamento de Asuntos Generales.- Está encargado de la contabilidad, incluyendo el control de los gastos, el personal, la agenda del Consejo de Directores y de la Junta General. 92 Departamento de Marketing.- Está encargado de la venta de los productos capturados por los pescadores, de la cobranza y de la distribución de los pagos a los pescadores (24). Departamento de Crédito.- Está encargado de los ahorros y préstamos. Departamento de Seguros.- Está encargado del seguro de incendios y del seguro de vida, ambos avalados por la Federación Nacional de Seguros de las ACPs. Departamento de Asistencia.- Está encargado del control de los derechos de pesca, la educación en las cooperativas y la promoción de actividades en los grupos de jóvenes y en los grupos de mujeres. ii) La comercialización conjunta y el flujo del dinero. El sistema de comercialización conjunta es un pilar importante de apoyo para una ACP. La mayoría de las ACPs de Hokkaido operan sus propios mercados de pescado fresco. Una ACP más pequeña puede optar por no establecer un mercado de pescado fresco, pero en lugar de ello, puede transportar sus productos al mercado de una ACP cercana, para lo cual tienen 24 Algunas ACPs operan procesando negocios en el Departamento de Marketing. Pocas ACPs de gran escala han establecido Departamentos de Procesamiento o Departamentos de Almacenamiento en Frío, independientes. Algunos procesadores de pescado de pequeña escala organizan sólo Cooperativas de Procesadores de Pescado locales. Hay 23 cooperativas de procesadores de pescado con 1.930 miembros. El 66% de estos miembros han establecido compañías de procesamiento. 93 que pagar un 3% de comisión por las ventas de sus productos. Este 3% es adicional al 5% que el pescador miembro tiene que pagar a su propia ACP. Bajo el sistema de comercialización conjunta, la ACP designa como compradores a ciertos vendedores mayoristas. Para asegurarse los pagos, requieren a cada comprador un depósito de garantía. Así, los compradores de pescado logran una línea de crédito abierta, la cual es normalmente varias veces mayor que el depósito de garantía. En los contratos entre las ACPs y los compradores, se prescriben ciertos límites, como por ejemplo, que los compradores no pueden hacer irracionalmente grandes compras. Los pescadores traen sus productos a los mercados de pescado todos los días, después de lo cual los productos son descamados por empleados de la ACP y puestos en hielo. Los compradores vienen y verifican qué productos se están ofertando y qué productos podrían comprar, basados en sus informaciones sobre los mercados de consumidores. Los precios de los productos se determinan por subasta. De esta manera, los pescadores pueden obtener los precios más altos posibles por sus capturas. Ocasionalmente, los compradores podrán comprar grandes cantidades de pescado, como salmón y conchas de abanico, a un precio que ha sido negociado de antemano entre los compradores y la ACP. El producto, no será entonces subastado en el mercado, sino, llevado directamente de las embarcaciones a los camiones de los compradores. Muchas ACPs encargan al Dogyoren recaudar los pagos de los compradores, con un 1% de comisión. Los compradores 94 remiten el dinero al Dogyoren, el cual lo deposita en las cuentas de las ACPs en el Shingyoren. Las ACPs reciben el dinero de los compradores a través de la Federación de Crédito (Shingyoren), el cual es automáticamente depositado en las cuentas de ahorro del respectivo pescador. En concordancia con los acuerdos previos entre el pescador y el Departamento de Crédito de la ACP, diversos porcentajes de estos ingresos pueden direccionarse a cuentas separadas para el pago de préstamos, de varios gastos mensuales o gastos diarios en general. Una vez que los cargos y gastos han sido deducidos de los ingresos de los pescadores, el saldo es depositado en su cuenta de ahorros. Dicha cuenta será una cuenta a plazo fijo, y de esa manera, la ACP puede incrementar su fondo de operación. Además, este sistema permite a la ACP la oportunidad de determinar los límites del crédito apropiado para los pescadores miembros basándose en sus ingresos. Por supuesto que la ACP no rechazará el crédito a aquellos miembros que no vendieron su captura a través del mercado de la ACP, sino que ellos mismos se darán cuenta que les resultará mejor trabajar con la ACP, la cual siempre les extenderá crédito y les dará préstamos. Como resultado, los asuntos de comercialización de una ACP están estrechamente vinculados con sus asuntos de crédito. Ya que les sería difícil ser financieramente independientes y extender préstamos a todos sus pescadores miembros, las ACPs de Hokkaido han concentrado sus ahorros en el Shingyoren, la Federación de Crédito. Con sus fondos acumulados, el Shingyoren puede extender una mano de ayuda 95 a las ACPs más débiles y asegurar la estabilidad financiera de las ACPs de Hokkaido. Con respecto al capital de las ACPs, debe comprenderse que puede ser difícil para los pescadores conseguir los fondos requeridos, debido a la pobreza relativa de los pescadores de pequeña escala. Por eso, la suscripción mínima puede ser fijada en una acción para los pescadores más pobres, mientras que a los propietarios de embarcaciones más grandes se les puede requerir a que compren más acciones en la medida en que ellos crezcan de tamaño, dependiendo de las circunstancias. No obstante, cada pescador tiene un voto en la Junta General. Nosotros en Hokkaido, sabemos cuán difícil es incrementar la cantidad de capital de una ACP. Por eso, en el Shidoren continuamente aconsejamos a las ACPs que no siempre distribuyan utilidades como dividendos a sus miembros, sino que depositen el dinero en el capital, fortaleciendo así la estructura financiera de la ACP. Ciertas ACPs progresistas han adoptado un sistema en el cual se retira mensualmente una cantidad fija de la cuenta de los pescadores, basada en el ingreso estimado y en sus condiciones de vida, para pagar sus costos de vida. Esto es casi como pagar un salario mensual. iii) La Ley de Pesca y la Ley de la ACP. La Ley de Pesca y la Ley de la Asociación Cooperativa Pesquera, son las dos leyes que gobiernan la actividad pesquera y las actividades de las cooperativas pesqueras en Japón. 96 Ley de Pesca.- Esta ley provee la estructura legal fundamental para la actividad pesquera. En particular, cubre aspectos relacionados con el uso de las zonas de pesca, determinando qué zonas de pesca pueden usarse, quién puede usarlas, qué artes de pesca pueden usarse y qué clase de pescado puede capturarse. Bajo esta ley, el principio fundamental que guía la operación de las ACPs es el de res nalius, por el cual la propiedad del recurso es de aquellos que lo capturan. Esta regulación está orientada a prevenir cualquier disputa mayor sobre la propiedad del recurso entre pescadores y las Asociaciones Cooperativas Pesqueras y garantizar un uso razonable de las zonas de pesca. Por ese motivo, se han establecido dos sistemas de ordenación; uno, relacionado con los derechos de pesca, y otro, relacionado con las licencias de pesca. Las pesquerías de aguas continentales y costeras son ordenadas bajo el sistema de derechos de pesca, mientras que la pesca que se practica mar adentro y en alta mar son ordenadas mediante licencias de pesca. El primer sistema especifica tres tipos de áreas, cada una con diferentes derechos de pesca: a) Área con derechos de pesca común. b) Área con derechos de pesca demarcados. c) Áreas de pesca con derechos de pesca para redes fijas. Área con derechos de pesca común, está definida como el área total controlada por una cierta ACP. La ACP tiene 97 exclusiva propiedad de los derechos de pesca en esa área, y a todos y cada uno de sus pescadores miembros les otorga un permiso para operar en esa área. Área con derechos de pesca demarcados, son secciones más pequeñas en el área de pesca antes mencionada. En estas áreas demarcadas las pesquerías tiene el derecho a participar en la acuicultura de productos tales como algas marinas, ostras y conchas de abanico. Áreas con derechos de pesca para redes fijas, indica las áreas en las cuales se les otorga permiso a los pescadores para colocar grandes redes fijas. Estas áreas tienen más de 27 metros de profundidad. En mar adentro hay zonas con derechos de pesca común controladas por varias ACPs. Aparte del sistema de derechos de pesca, hay un sistema de licencia de pesca para pescar en áreas de mar abierto, las cuales están más allá de las zonas con derechos de pesca común de la ACP. Las pesquerías de gran escala trabajan en aquellas áreas en las cuales la prefectura otorga licencias para la pesca de especies tales como el barrilete, el atún y el calamar. Las licencias son aprobadas por la Comisión de Reajuste Prefectural. En áreas más lejanas de mar adentro, sólo se permite pescar con licencias de pesca pelágica de gran escala. Dichas licencias son otorgadas por el Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca del gobierno central. 98 La Ley de Pesca de Japón es compleja y elaborada, pero es también muy sistemática. La característica principal de esta ley es que provee un sistema de entrada limitada, que es mucho más completa que en cualquier otro país. Ley de la Asociación Cooperativa Pesquera.- La ley de la ACP se promulgó para contribuir al mejoramiento del estatus socioeconómico de los pescadores y de los procesadores de pescado (Esto incluye a todos los miembros de las cooperativas pesqueras y de las cooperativas de procesadores de pescado). Por eso, la ley prevé principalmente disposiciones que facultan a los pescadores a llevar a cabo sus actividades económicas dentro de la esfera de la cooperativa. La estructura de la cooperativa no está necesariamente dirigida a garantizar los beneficios de la cooperativa; por el contrario, las cooperativas se han establecido principalmente para el beneficio de los pescadores miembros. Las ACP difieren de las empresas incorporadas o limitadas en general en términos de los tipos y áreas de operaciones en las que ellas pueden involucrarse. Mientras que las compañías en general, pueden emprender cualquier clase de negocio con tal que esté dentro de la estructura de su negocio. El rango de operación de la pesca es limitada por la Ley de la ACP. Esta ley está basada en los Principios de las Cooperativas adoptados por la Alianza Internacional de Cooperativas. Las Asociaciones Cooperativas Pesqueras tienen sus propios artículos de asociación que abarca los detalles de la organización, actividades de negocios, afiliación, administración, establecimiento y disolución. 99 Los miembros de las ACPs tienen varios derechos que les son otorgados bajo la Ley de la ACP. Ellos incluyen los derechos a:       Tomar decisiones en la Junta General. Elegir o ser elegido director o representante. Solicitar la convocatoria de la Junta. Solicitar la reelección de directores. Usar los servicios de la cooperativa pesquera. Recibir dividendos de las utilidades retenidas de la ACP. Al mismo tiempo, los miembros tienen un número de obligaciones con la ACP. Ellas incluyen las obligaciones a:     Cooperar a mantener el orden en la ACP Pagar su capital social de afiliación. Pagar los derechos de comisión. Pagar los derechos basados en los ingresos o tamaño de sus operaciones. Un ejemplo del apoyo gubernamental directo a las ACPs es la inspección regular de sus operaciones y las auditorías regulares de sus cuentas, por autoridades administrativas. La inspección tiene por objeto determinar si se está involucrando en ellas actividades ilegales, determinar si hay problemas con la administración y la contabilidad, diagnosticar la corrección de la administración de la cooperativa y proveer cualquier asistencia y consejo necesario. Esto se basa en el artículo 123 de la Ley de la ACP, el cual se lee como sigue: 100 “Las autoridades administrativas deben inspeccionar los detalles de los negocios y las cuentas de las ACPs una vez al año, revisando los libros contables y otros documentos relevantes”. Esta inspección es de responsabilidad del gobierno prefectural. El gobierno es responsable del 50% de los costos de la inspección. 101 iv) Tabla histórica. AÑO 1868 CAMBIOS IMPORTANTES Restauración de Meiji SITUACIÓN Japón proscribe el feudalismo y empieza el cambio hacia un Estado moderno de estilo occidental. Se establecen Asociaciones de Pescadores en cada comunidad pesquera, autorizándoseles a mantener y controlar la pesca costera. Takatoshi Ando nace en la Prefectura de Fukushima. Establece y asigna derechos de pesca a las Asociaciones de Pescadores (APs). Se permite a las APs emprender negocios, tales como comercialización, suministros, procesamiento y captación de ahorros. Ando es contratado como policía en su pueblo natal, después de trabajar en una tienda de fotografía por varios años. Ando sube a una nueva posición en Hokkaido como inspector de prácticas ilegales de pesca. La Gran Depresión Mundial devasta la economía japonesa. Faculta a las APs a usar el capital acumulado de los pescadores y se les re-denomina Asociaciones Cooperativas Pesqueras (ACPs), significando las primeras etapas hacia las cooperativas modernas. Ando se convierte en jefe de la Sección de ACP del Gobierno de Hokkaido. 1886 Regulación de las Asociaciones de Pescadores. 1894 1901 1910 Ley de Pesca de Meiji (LPM) Primera Enmienda a la LPM 1916 1925 1929 1933 Gran Depresión Segunda Enmienda de la LPM 1933 102 AÑO 1938 CAMBIOS IMPORTANTES Tercera Enmienda a la LPM 1941 Ley de Organización Pesquera (LOP). 1945 1949 Fin de la II Guerra Mundial Ley de Asociación Cooperativa Pesquera 1949 Shingyoren 1952 1954 1961 1964 Shidoren Ley de Compensación del Daño Pesquero SITUACIÓN Establece servicios de crédito y promulga la Ley de Creación del Banco Central para las Asociaciones Cooperativas Industriales. Las ACPs acceden a los servicios de este banco. Durante la II Guerra Mundial se proscribe las ACPs y el gobierno militar somete la comercialización de pescado a un estricto control. Japón es ocupado por EE.UU. y conducido por el general MacArthur. Se promulga la nueva Ley de la ACP, incorporando los Principios de las Cooperativas internacionalmente aceptados. Se establecen 206 ACPs en Hokkaido. Se establece la Federación de Crédito de las ACPs de Hokkaido (Shingyoren), con Ando como primer Presidente. Ando se convierte en Vicepresidente de la Federación Nacional de ACPs (Zengyoren) Ando se convierte en Presidente de la Federación de ACPs de Hokkaido (Dogyoren) Federación de Educación de las ACPs de Hokkaido (Shidoren). Se establecen las Asociaciones de Seguro Mutuo del Daño Pesquero en 39 prefecturas costeras. Ando se convierte en Presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Seguro Mutuo y de la Asociación de Seguro Mutuo Pesquero de Hokkaido. 103 AÑO 1967 CAMBIOS IMPORTANTES 1972 1990 SITUACIÓN Ando se convierte en Presidente de la Federación Nacional de ACPs (Zengyoren). A la edad de 78 años, Ando se retira de todos los cargos. Empieza a trabajar en su autobiografía: Hachiju Nen no Kaisoo (Recordando mis 80 años de vida). Ando muere a la edad de 96 años. 104 ESTRUCTURA LEGAL DE LA PESCA MARINA EN JAPÓN (25) PESCA MARÍTIMA DERECHOS DE PESCA LICENCIA DE PESCA PESCA LIBRE LICENCIA DE PESCA NACIONAL LICENCIA DE PESCA PREFECTURAL ÁREAS CON DERECHO DE PESCA COMÚN ÁREAS CON DERECHO DE PESCA DEMARCADOS ÁREAS CON DERECHO DE PESCA PARA REDES ESTACIONARIAS TIPO 1: DERECHOS PARA LA EXTRACCIÓN DE ANIMALES Y PLANTAS SEDENTARIOS TIPO 2: DERECHOS PARA OPERAR REDES ESTACIONARIAS DE PEQUEÑA ESCALA Y REDES AGALLERAS DE FONDO TIPO 3: DERECHOS PARA OPERAR REDES DE PLAYA Y REDES HALADAS CON BOTES NO MOTORIZADOS 25 Diagrama incluido por J.C. Ruiz 105 ORGANIZACIÓN Y FUNCIONES DE LA ASOCIACIÓN COOPERATIVA PESQUERA DE JAPON (26) ÓRGANOS Junta General Consejo de Directores Auditores Gerencia General COMPETENCIAS Y ATRIBUCIONES Es el órgano de decisión suprema y tiene las siguientes funciones:  Enmienda los Estatutos y Reglas de los Negocios.  Aprueba el Plan y el Reporte Anual de Negocios.  Aprueba el Reporte Anual de Financiamiento y la Distribución de Utilidades.  Elige a los Miembros del Consejo de Directores. Los miembros del Consejo llevan a cabo negocios en concordancia con la decisión de la Junta General. Tiene las siguientes funciones:  Seleccionan y nominan al Gerente General y al Jefe de Contabilidad.  Establecen los salarios de los empleados.  Eligen al Presidente de la Asociación Cooperativa Pesquera.  Deciden sobre los temas de negocios.  Auditan el Reporte de Negocios y los Libros Contables.  Reportan sobre los resultados de Auditoría a la junta General. Conduce la administración de la Asociación Cooperativa Pesquera, teniendo a su cargo los siguientes departamentos:  Departamento de Asuntos Generales  Departamento de Marketing  Departamento de Abastecimiento de Negocios  Departamento de Negocios de Crédito  Departamento de Seguros  Departamento de Educación. 26 Esquema incluido por J.C. Ruiz 106 SISTEMA DE GARANTÍA DE PRÉSTAMOS PARA PESQUERÍAS DE 27 PEQUEÑA Y MEDIANA ESCALA EN JAPÓN ( ) GOBIERNO CENTRAL BANCO CENTRAL PARA LA AGRICULTURA, SILVICULTURA Y PESQUERÍA FONDO CENTRAL PARA CRÉDITO PESQUERO APORTES APORTES REASEGUROS ASOCIACIÓN FONDO DE CRÉDITO PESQUERO PREFECTURAL APORTES APORTES FEDERACIÓN DE CRÉDITO PREFECTURAL DE LAS ASOCIACIONES COOPERATIVAS PESQUERAS MUNICIPALIDADES (CIUDADES, PUEBLOS Y VILLAS) APORTES GOBIERNOS PREFECTURALES GARANTÍA PRÉSTAMO ASOCIACIONES COOPERATIVAS PESQUERAS GARANTÍA PRÉSTAMO PESCADORES (EMBARCACIONES DE PEQUEÑA Y MEDIANA ESCALA) 27 Diagrama incluido por J.C. Ruiz 107 Esta obra es una traducción del libro “The Hokkaido Fishermen´s Liberation Movement”, escrito por Naoyuki Tao con la colaboración de James Colyn, basado fundamentalmente en la autobiografía de Takatoshi Ando, pionero del movimiento cooperativo pesquero de Japón, quien con extraordinaria visión y esfuerzo contribuyó decididamente a rescatar de la profunda pobreza a los pescadores artesanales de su país. Ando, relata en su autobiografía, de manera sencilla, amena y motivadora, los pasajes más señalados de su vida y obra, que marcaron la senda del éxito a los pescadores japoneses y de Hokkaido en particular. La sorprendente cercanía que guardaba entonces, la problemática de los pescadores japoneses con la que hoy enfrentan nuestros pescadores artesanales, persuadió al ingeniero Julio César Ruiz, egresado de la Universidad Nacional Agraria La Molina, a traducir la versión en inglés de esta singular obra, para ponerla a disposición de las autoridades pesqueras y de los propios pescadores artesanales en particular, esperando de esta manera contribuir en la búsqueda de un destino mejor para la comunidades pesqueras del Perú. J.C. Ruiz, natural de Puerto Pizarro, comunidad pesquera del norte del Perú, recibe una certificación en la sede del Yokohama International Center, de Japón, por su participación en el Curso “Ordenación de la Pesca Costera”, organizado por la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA, por sus siglas en inglés). 108
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