Cartas a Sus Hijos

March 25, 2018 | Author: victorcienciasedu | Category: Sigmund Freud, Psychoanalysis, Nazi Germany, Psychology & Cognitive Science, Philosophical Science


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#26Junio - 2013 Cartas a sus hijos de Sigmund Freud Graciela Esperanza Paidós, Buenos Aires, 2013. El 11 de marzo de 1938, un día antes de la Anschluss -la anexión de Austria al régimen del Tercer Reich-, Freud escribe en su Chronik dos lacónicas y definitivas palabras: “Finis Austriae”. Sin embargo ni la presencia de la Gestapo en su casa de Bergasse 19, ni el desmantelamiento de la Verlag lo convencían de dejar Viena, la ciudad en la que había trabajado y vivido toda su vida hasta ese momento. Freud se empecinaba en creer que Austria no cedería frente al avance de la Alemania nacional socialista y que el nazismo en Austria no encontraría adeptos. Cuesta admitir un “error” de percepción semejante, su oposición a irse era tenaz y así lo hacía saber a quien fuera. Irse era huir y su consecuencia era disolver totalmente el grupo analítico hacía ya tiempo fundado. Pero ese “judío infiel” como él mismo se autoproclamaba, tomó la decisión del exilio cuando la Gestapo arrestó por un día a su hija Anna, la única de sus hijos que vivía con él. El sábado 4 de junio de 1938 y gracias a la comprometida ayuda de sus colegas y amigos: Jones y Bullit entre otros y sobre todo a las riesgosas gestiones de la princesa Marie Bonaparte, Freud parte hacia Inglaterra. Antes de su partida escribe una breve nota a Arnold Zweig y le envía una tarjeta postal a su sobrino Samuel. Ni bien pone un pie en Londres le envía una carta a Max Eitingon, en la que le dice a su querido amigo que le está escribiendo “mi primera carta desde mi nuevo hogar, incluso antes de tener papel de escribir”. Según consta en la biografía que Peter Gay ha hecho de Freud, en esa frase dirigida a su colega sobrevive un mundo burgués que estaba en vías de desaparecer de la historia… “se daba por sentado que fuera cual fuere el lugar donde uno vive, aunque alquile una casa amueblada, como lo era la del 39 Elsworthy Road, debe tener papel de escribir propio con la dirección impresa”. Cartas, género epistolar, menor al decir de algunos, efectivamente en estado de extinción. Por eso es un regocijo, para quien encuentra en este género, no menor por cierto, un ejercicio de escritura incomparable, entrar en la atmósfera de esos cuarenta años de correspondencia de Sigmund Freud con sus hijos. La primera carta que le escribe a Mathilde es del año 1898 y la última está dirigida a Esti, esposa de Martín en febrero de 1939 desde Londres. Dice bien Peter Gay cuando subtitula su trabajo biográfico FREUD. Una vida de nuestro tiempo. Es lo que las cartas revelan: cómo un hombre, Freud, vivió su tiempo, y parte del nuestro, el siglo XX. Cuarenta durísimos años en los que el mundo que vio nacer al psicoanálisis, tuvo que atravesar dos guerras y sufrir la humillación en manos de los enemigos del género humano como supo decir Jacques Lacan en “Acerca de la causalidad psíquica” a propósito de la segunda de esas guerras. Freud escribe, generosamente, a los cinco hijos que ya habían abandonado la casa familiar, cada uno por distintos motivos. Le escribe a cada uno de ellos, y amplía la lista de los destinatarios puesto que incluye a los respectivos cónyuges y hasta a los nietos. http://virtualia.eol.org.ar/ 1 ar/ 2 . Este libro. nos muestra hasta qué punto Freud. arma una trama que soporte la distancia. Freud. una de ellas es que:”soy excesivamente padre”. les informa de los avatares del psicoanálisis y su organización. Entiendo que no se refería solamente a una discapacidad física. que fue su analizante durante el año 1921. Freud en cambio y como siempre. involucra a sus hijos con su publicaciones. brutal del destino habernos robado a nuestra Sophie. sus viajes. Un rasgo notable de cada una de las cartas es su preciosa captación de lo que caracteriza a cada uno de sus hijos. su modo más singular de estar en la vida. se entromete pero con dedicación y delicadamente. podía gozar y servirse éticamente de los pensamientos y las palabras. su despliegue profesional y su devenir económico. sí. pero cierto es que Anna es la única que permanece al lado de Freud. Freud también quiere hacer saber. de su salud. muy en serio. pero…” Notas 1. cada asunto tratado lo es en el marco de una amorosa proximidad y de una respetuosa distancia. http://virtualia. En alguna vieja carta le preguntó a Oskar Pfister qué hacer el día en que  “falten pensamientos o no se encuentren palabras”. Seres pobres y desamparados como somos. sus opiniones políticas. Tampoco prescinde del psicoanálisis a la hora de necesitarlo y no se priva de enviar alguna que otra interpretación epistolar. podía calificarla como una discapacidad. ante lo cual no es posible ni culpar a nadie ni lucubrar demasiado. ¡Qué respuesta impactante frente a la agitación de lo real! La escritura íntima de Freud en esta correspondencia permite percibir a un hombre que afronta de un modo peculiar y con un coraje admirable eseestar librado al juego de la fuerza mayor. marido de Sophie. íntimo y bienvenido. le importan la salud de sus hijos. que es un acto absurdo. analista de origen estadounidense. en efecto. Es un hecho: se ocupa de sus economías y los ayuda sobradamente Su manera de tratar los asuntos familiares impresiona por su respeto y su refinamiento. El 12 de mayo de 1938. librados al juego de la fuerza mayor. sus placeres. Los temas contenidos en las cartas son diversos: Freud quiere saber y quiere hacer saber Freud quiere saber. Negritas mías.org. los pone al tanto de las propias penurias económicas. No obstante no faltan momentos de dureza en la medida en que la transmisión de sus principios no está ausente a lo largo de la correspondencia. que no prescinde de la ironía.#26 Junio . del paso del tiempo:”Ahora soy. Respuesta sensiblemente diferente frente al desamparo de lo real. aún frente a las adversidades que le tocó vivir. En una ocasión Kardiner le pregunta a Freud cómo se veía él como analista y éste le responde que está encantado de que le haga esa pregunta. advertido como lo estaba del exceso de su posición. luego de la trágica y abrupta muerte de ésta. sus hijos no se oponen. Peter Gay lo define como estoico y Ernst Jones como realista. los enlaza a través de estas cartas. un hombre viejo” le escribe a Sophie y Max en 1916. les confiesa sus gustos. El 25 de enero de 1920. pero no desprevenida. sino solo bajar la cabeza y recibir el golpe como los seres pobres y desamparados que somos. Vale traer aquí un comentario de Abram Kardiner. sus disgustos. le dice que francamente los problemas terapéuticos no le interesan demasiado. de los dolores que lo aquejan. “agradezco poder distraerme con el trabajo y poder ganar dinero para todos[1] nosotros”. tiene de sí otra opinión. le escribe a Max lo siguiente: “¿Para qué te escribo entonces? Creo que es solo porque no estamos juntos y porque tampoco podemos reunirnos en estas épocas de miserable cautiverio. sus asuntos amorosos.2013 La edición excluye la correspondencia con Anna.eol. días antes de exiliarse le escribe a Ernst al final de una carta: “Podría seguir escribiendo de este modo durante horas. con lo cual no puedo decirte lo que repito delante de mamá y de los hermanos. lo que concierne a su vida cotidiana y su relación con la situación política. Se podría decir que se entromete. sino también a los momentos en que lo real nos avasalla y nos deja sin palabras. Esa posibilidad lo estremecía. se ha vuelto impaciente y padece de un cierto número de discapacidades que le impiden ser un gran analista. sus miedos cuando los tiene y su enorme tristeza cuando ésta lo invade. económica y moral de su país. se aclara que es por razones temáticas. Menciono aquí un fragmento de la carta que le escribe a Max Halberstadt. librados al juego de la fuerza mayor”. les comunica sus alegrías cuando las experimenta. El 26 de enero de 1921 le vuelve a escribir a Max para avisarle que no viajará a Hamburgo al funeral de su hija y agrega.
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