BACHILLERES OFICIAL DE ALVARADOBIOETICA MUNDO CONTEMPORANEO VERONICA GUADALUPE ORTEGA HERNANDEZ H.Y.G ALVARADO, VER INDICE Introducción…………………………………………………………………………….……..1 Concepto de BIOÉTICA……………………………………………………...……………2-3 Prehistoria de la BIOÉTICA……………………...……………………………………….…4 Historia de la BIOÉTICA………………...………………………………………………...5-6 Principios fundamentales………………………………………………………………….7-9 Características esenciales de la BIOÉTICA………………………………………….10-11 División de BIOÉTICA…………………………………………………………………11-13 La bioética y sus principales objetos de estudio…………………………………….13-16 Áreas de impacto en el estudio de la BIOÉTICA…………………………………….16-22 Los desafíos de la BIOÉTICA actual……………………………………………...…..22-28 Conflictos actuales de la BIOETICA………………………………………………………29 Bibliografia………………………………………………………………………………30-31 INTRODUCCION A manera de introducción podemos decir que la Bioética no se limita al ámbito médico, sino incluye todos los problemas morales que tienen que ver con la vida en general, extendiendo su campo a cuestiones relacionadas con el medio ambiente y el trato indebido a los animales. Como un complemento importante en la formación del médico, a parte del conocimiento medico - científico - gerencial sólido y del dominio de la tecnología, es también imprescindible una adecuada actitud ante el trabajo, con el paciente y sus familiares, ante la sociedad en general con todos sus componentes, como educador y como parte de la comunidad, teniendo como principio los valores éticos que también le sirven al médico al investigar, al relacionarse con los pacientes, con otros médicos y con la sociedad. BIOETICA CONCEPTO DE BIOETICA El término “bioética” tiene un origen etimológico bien conocido: bios–ethos, comúnmente traducido por ética de la vida. Para la Comisión Nacional de Bioética es la rama de la ética aplicada que reflexiona, delibera y hace planteamientos normativos y de políticas públicas para regular y resolver conflictos en la vida social, especialmente en las ciencias de la vida, así como en la práctica y en la investigación médica que afectan la vida en el planeta, tanto en la actualidad como en futuras generaciones. Esta noción de Bioética, formulada con el apoyo y aval del Consejo de la Comisión, deriva de dos aspectos: la necesidad de contar con una aproximación conceptual en tanto no se cuenta con una definición como tal, de carácter universal; y, por otra parte, se precisa de una noción que permita trasladarla al terreno operativo y llevarla a la práctica. En relación con otros datos históricos sobre el término Bioética y su aplicación, es importante mencionar que fue acuñado por Fritz Jahr en 1927, quien lo definió como la ética de las relaciones de los seres humanos con los animales y la naturaleza; sin embargo, es utilizado por primera vez por Van Rensselaer Potter oncólogo de origen holandés, intuyendo la influencia que podían tener las variaciones ambientales en la salud del hombre, acuñó la palabra con la finalidad de unir mediante esta nueva disciplina dos mundos que en su opinión hasta ese momento habían transitado por caminos distintos: el mundo de los hechos, de la ciencia, y el mundo de los valores, y en particular la ética. Con este término aludía Potter a los problemas que el inaudito desarrollo de la tecnología plantea a un mundo en plena crisis de valores. Urgía así a superar la actual ruptura entre la Ciencia y la Tecnología de una parte y las Humanidades de otra. Ésta fisura hunde sus raíces en la asimetría existente entre el enorme desarrollo tecnológico actual que otorga al hombre el poder de manipular la intimidad del ser humano y alterar el medio, y la ausencia de un aumento correlativo en su sentido de responsabilidad por el que habría de obligarse a sí mismo a orientar este nuevo poder en beneficio del propio hombre y de su entorno natural. La bioética surge por tanto como un intento de establecer un puente entre ciencia experimental y humanidades (Potter, 1971). De ella se espera una formulación de principios que permita afrontar con responsabilidad –también a nivel global- las posibilidades enormes, impensables hace solo unos años, que hoy nos ofrece la tecnología. LA PREHISTORIA DE LA BIOÉTICA. La Historia de la Bioética tiene una prehistoria constituida por la ética médica. Los más antiguos testimonios los tenemos en Mesopotamia y en Egipto donde se regula el desarrollo de la primitiva práctica médica la contribución esencial es la del griego Hipócrates(460-370 a.c.) al que se atribuye el Juramento hipocrático. La escolástica desarrolla la teología moral tratando los temas sobre la ley natural la conservación de la vida las acciones de doble efecto el voluntario indirecto, y los aspectos del quinto mandamiento. Y a partir del siglo XVII cuando aparecen algunos libros que relacionan la medicina y la moral: las Cuestiones médico legales, del romano Zacchia ( 1584 -1659). Desde finales del siglo XVIII se afianza el pensamiento cristiano una elaboración laica de los deberes del médico se recibe más tarde la denominación de inicio Deontología médica. La Historia de la Bioética puede percibirse en dos grandes etapas: antes de Potter y después de Potter. La primera etapa abarcará el Juramento Hipocrático y los Códigos Deontológico españoles; mientras que la segunda, desde el año 1970 abarca desde el Código de Nüremberg hasta el primer trasplante de corazón realizado por Christian Barnard [1]. El siglo XIX se sistematiza la reflexión teológica moral con los manuales de teología moral y el desarrollo de los libros de medicina pastoral y de ética médica. HISTORIA DE LA BIOETICA En 1971, el oncólogo y humanista norteamericano Van Rensselaer Potter escribió el primer libro de la historia que llevaba por título el término bioética con el propósito de "contribuir al futuro de la especie humana promocionando la formación de una nueva disciplina: la BIOÉTICA". Potter justificaba su esfuerzo en el prefacio de la obra diciendo: "Hay dos culturas -ciencias y humanidades- que parecen incapaces de hablarse una a la otra y siesta es parte de la razón de que el futuro de la humanidad sea incierto, entonces posiblemente podríamos construir un "puente hacia el futuro" (que es el subtítulo de la obra) construyendo la disciplina de la Bioética como un puente entre las dos culturas. Los valores éticos no pueden ser separados de los hechos biológicos. La humanidad necesita urgentemente de una nueva sabiduría que le proporcione el "conocimiento de cómo usar el conocimiento “para la supervivencia del hombre y la mejora de la calidad de vida."Para esta nueva ciencia, construida sobre la propia Biología e incluyendo además la mayoría de los elementos esenciales de las ciencias sociales y humanísticas, propuso Potter el nombre de BIOÉTICA. Bastó inventar el término, para que se adoptara con entusiasmo. La unión entre el"bios" -la vida- y la ética es más que una ocurrencia lingüística. Con esto Él quería dar forma a un proyecto. La bioética se propuso como el nombre de una nueva disciplina que combinara la ciencia y la filosofía. No como una síntesis entre dos conocimientos extraños. Potter quería oponerse a la perspectiva que considera la ética como proveniente de fuera de la ciencia, de la reflexión filosófica o teológica. La ética que él considera como "puente hacia el futuro" es un saber que se desarrolla desde las ciencias biológicas. La Bioética intenta relacionar nuestra naturaleza biológica y el conocimiento realista del mundo biológico con la formulación de políticas encaminadas a promover el bien social. Por ello, en su más amplio sentido, la Bioética puede referirse directamente al hombre mismo -ya sea a nivel individual, de población o de especie- o indirectamente cuando el problema bioético afecta a su entorno ecológico, tanto si se refiere a los seres vivos (plantas o animales) como a la naturaleza inanimada. La Bioética consiste, por tanto, en el diálogo interdisciplinario entre vida y ética. En los 33 años transcurridos, la Bioética ha crecido de forma espectacular, habiendo llegado a decirse que "la Bioética será la Ética del siglo XXI". En su propuesta de la bioética como nueva disciplina que combina el conocimiento biológico con los valores humanos, ni la filosofía está subordinada a la ciencia, ni la ciencia a la filosofía. La tarea confiada a la bioética es la de conducir a científicos y no científicos a reexaminar su visión del mundo. El interés supremo por la supervivencia tiene que llevar a la convicción que es necesario saber más sobre la naturaleza del conocimiento y sobre la importancia de ver la realidad con los ojos del otro. PRINCIPIOS FUNDAMENTALES En 1979, los bioeticistas Tom L. Beauchamp y James F. Childress,9 10 definieron los cuatro principios de la bioética: autonomía, no maleficencia, beneficencia y justicia. En un primer momento definieron que estos principios son prima facie, esto es, que vinculan siempre que no colisionen entre ellos, en cuyo caso habrá que dar prioridad a uno u otro, dependiendo del caso. Sin embargo, en 2003 Beauchamp considera que los principios deben ser especificados para aplicarlos a los análisis de los casos concretos, o sea, deben ser discutidos y determinados por el caso concreto a nivel casuístico. Los cuatro principios definidos por Beauchamp y Childress son: Principio de autonomía La autonomía expresa la capacidad para darse normas o reglas a uno mismo sin influencia de presiones. El principio de autonomía tiene un carácter imperativo y debe respetarse como norma, excepto cuando se dan situaciones en que las personas puedan no ser autónomas o presenten una autonomía disminuida (personas en estado vegetativo o con daño cerebral, etc.), en cuyo caso será necesario justificar por qué no existe autonomía o por qué ésta se encuentra disminuida. En el ámbito médico, el consentimiento informado es la máxima expresión de este principio de autonomía, constituyendo un derecho del paciente y un deber del médico, pues las preferencias y los valores del enfermo son primordiales desde el punto de vista ético y suponen que el objetivo del médico es respetar esta autonomía porque se trata de la salud del paciente. Principio de beneficencia Obligación de actuar en beneficio de otros, promoviendo sus legítimos intereses y suprimiendo prejuicios. En medicina, promueve el mejor interés del paciente pero sin tener en cuenta la opinión de éste. Supone que el médico posee una formación y conocimientos de los que el paciente carece, por lo que aquél sabe (y por tanto, decide) lo más conveniente para éste. Es decir "todo para el paciente pero sin contar con él". Un primer obstáculo al analizar este principio es que desestima la opinión del paciente, primer involucrado y afectado por la situación, prescindiendo de su opinión debido a su falta de conocimientos médicos. Sin embargo, las preferencias individuales de médicos y de pacientes pueden discrepar respecto a qué es perjuicio y qué es beneficio. Por ello, es difícil defender la primacía de este principio, pues si se toman decisiones médicas desde éste, se dejan de lado otros principios válidos como la autonomía o la justicia. Principio de no maleficencia Abstenerse intencionadamente de realizar actos que puedan causar daño o perjudicar a otros. Es un imperativo ético válido para todos, no sólo en el ámbito biomédico sino en todos los sectores de la vida humana. En medicina, sin embargo, este principio debe encontrar una interpretación adecuada pues a veces las actuaciones médicas dañan para obtener un bien. Entonces, de lo que se trata es de no perjudicar innecesariamente a otros. El análisis de este principio va de la mano con el de beneficencia, para que prevalezca el beneficio sobre el perjuicio. Las implicaciones médicas del principio de no maleficencia son varias: tener una formación teórica y práctica rigurosa y actualizada permanentemente para dedicarse al ejercicio profesional, investigar sobre tratamientos, procedimientos o terapias nuevas, para mejorar los ya existentes con objeto de que sean menos dolorosos y lesivos para los pacientes; avanzar en el tratamiento del dolor; evitar la medicina defensiva y, con ello, la multiplicación de procedimientos y/o tratamientos innecesarios. Aparece por primera vez en el Informe Belmont (1978). Principio de justicia Tratar a cada uno como corresponda, con la finalidad de disminuir las situaciones de desigualdad (ideológica, social, cultural, económica, etc.). En nuestra sociedad, aunque en el ámbito sanitario la igualdad entre todos los hombres es sólo una aspiración, se pretende que todos sean menos desiguales, por lo que se impone la obligación de tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales para disminuir las situaciones de desigualdad. El principio de justicia puede desdoblarse en dos: un principio formal (tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales) y un principio material (determinar las características relevantes para la distribución de los recursos sanitarios: necesidades personales, mérito, capacidad económica, esfuerzo personal, etc.). Las políticas públicas se diseñan de acuerdo con ciertos principios materiales de justicia. En España, por ejemplo, la asistencia sanitaria es teóricamente universal y gratuita y está, por tanto, basada en el principio de la necesidad. En cambio, en Estados Unidos la mayor parte de la asistencia sanitaria de la población está basada en los seguros individuales contratados con compañías privadas de asistencia médica. Para excluir cualquier tipo de arbitrariedad, es necesario determinar qué igualdades o desigualdades se van a tener en cuenta para determinar el tratamiento que se va a dar a cada uno. El enfermo espera que el médico haga todo lo posible en beneficio de su salud. Pero también debe saber que las actuaciones médicas están limitadas por una situación impuesta al médico, como intereses legítimos de terceros. La relación médico-paciente se basa fundamentalmente en los principios de beneficencia y de autonomía, pero cuando estos principios entran en conflicto, a menudo por la escasez de recursos, es el principio de justicia el que entra en juego para mediar entre ellos. En cambio, la política sanitaria se basa en el principio de justicia, y será tanto más justa en cuanto que consiga una mayor igualdad de oportunidades para compensar las desigualdades. CARACTERÍSTICAS ESENCIALES DE LA BIOÉTICA Las características de la Bioética, surgida gracias al rápido desarrollo de las técnicas bio-médicas, pueden reducirse a los siguientes: a. Secular. Significa la desvinculación formal de la bioética de cualquier referencia religiosa o confesional. Decisión tomada, paradójicamente, por algunos teólogos moralistas influyentes y que ha prendido como fuego en estopa entre la mayoría de los médicos, filósofos, investigadores, juristas, sociólogos y economistas. El enfoque secular no quiere decir que los creyentes no tengan voz ni voto en el asunto, ni que deban arrinconar su fe. Pero se les pide que, como la Bioética es parte de la Ética y ésta es parte de la Filosofía, los aportes que hagan sean racionalmente sostenibles, argumentables, no dogmáticos ni míticos. b. Interdisciplinaria. Para que las soluciones sean integrales con respecto a la humanidad de cada uno, su ambiente natural y sociocultural y la proyección de lo que se decida, es necesario que personas de diferentes campos del saber aporten su conocimiento y su experiencia para acertar más en las decisiones que se propongan. Se debería entablar un diálogo permanente entre las personas y los profesionales interesados y la sociedad en su conjunto c. Enfoque prospectivo. La Bioética tiene en cuenta todo el pasado, aporta al presente con nuevas reflexiones que facilitan la vida actual y futura, a corto, mediano y largo plazo. Los eticistas médicos están obligados a considerar no sólo las decisiones clínicas cotidianas, sino también las consecuencias a largo plazo de las acciones que recomendaron o que dejaron de considerar. d. Sistemática. Pretende organizarse como una reflexión rigurosa, estructurada, que se desarrolla según un plan ordenado, con principios, valores y normas que sean coherentes para facilitar la concordancia de las personas con lo que se concluye como probablemente acertado. e. Globalidad. La Bioética Global insiste en que los eticistas médicos y profesionales de la Salud consideren el significado original de la Bioética y que extiendan sus pensamientos y actividades a las cuestiones de Salud Pública a nivel mundial. Tiene en cuenta a cada ser humano en su totalidad temporal, física, espiritual, de contexto social, y su proyección histórica y con respecto a los demás seres de su especie y la naturaleza. Esto significa que se interesa por las relaciones interpersonales médicopaciente, pero más todavía por las estructuras sociales y las leyes que una sociedad debe imponerse a sí misma. Este enfoque holístico o globalizado de los problemas, supone la primacía de la dimensión social sobre la personal del enfermo y de la enfermedad. En definitiva, el reconocimiento práctico de la primacía del todo social sobre las partes personales constitutivas del mismo. La salud es considerada más como un bien público que personal o privado de cada individuo humano. DIVISIÓN DE LA BIOÉTICA Podemos dividir la bioética en una parte general o fundamental y una parte especial o aplicada. La bioética general se ocupa de los fundamentos éticos, de los valores y principios que deben dirigir el juicio ético y de las fuentes documentales de la bioética (códigos médicos, derecho nacional e internacional, normas deontológicas y otras fuentes que enriquecen e iluminan la discusión, como las biográficas, literarias o religiosas). La bioética especial se ocupa de dilemas específicos, tanto del terreno médico y biomédico como referentes al ámbito político y social: modelos de asistencia sanitaria y distribución de recursos, la relación entre el profesional de la salud y el enfermo, prácticas de medicina prenatal, el aborto, la ingeniería genética, eugenesia, eutanasia, trasplantes, experimentos con seres humanos, etc. Es claro que el enfoque que se dé a la fundamentación (bioética general) condicionará las posibles soluciones que se ofrezcan a los dilemas (bioética especial). Así ocurre con el rechazo de la eutanasia en un modelo bioético basado en la búsqueda de la verdad sobre el hombre y en el reconocimiento y respeto de su especial dignidad, o –por el contrario- la entusiasta aceptación de la eutanasia en los modelos relativistas basados en la autonomía absoluta de la libertad individual. En ocasiones se habla de bioética clínica o toma de decisiones. En ella se examinan dilemas nacidos en el ejercicio asistencial de la medicina, analizándose los valores éticos en juego y los medios concretos disponibles para resolver el conflicto de la mejor manera. Si bien el caso particular presenta matices a considerar y priorizar, la conducta no debería entrar en contradicción con los valores utilizados en la bioética en general. - Plural. Reconoce y promueve la diversidad y trata de alcanzar acuerdos razonables entre diversas posturas dentro de una discusión que parta de mínimos compartidos. Reconoce la pluralidad no sólo como un hecho sino como un valor. - Autónoma. Es libre de influencias políticas, religiosas y económicas. Reconoce la capacidad de autorregulación del ser humano. - Racional, filosófica y discursiva. La realidad ética no se conoce a priori sino a través de la reflexión sobre las consecuencias de las decisiones. - Universal. Válida para todos, en cualquier lugar. Las decisiones deben ir más allá de los convencionalismos morales pues se aspira a decisiones responsables por vía del acuerdo intersubjetivo pero con base en acuerdos objetivos de mínimos como lo son los derechos humanos. - Interdisciplinaria. Comprende aspectos filosóficos, científicos, sociales, antropológicos, psicológicos, técnicos, legales, del cuidado de la salud y de la investigación en salud. - Intermediadora. Promueve mecanismos razonados y racionales para la toma de decisiones difíciles y para resolver conflictos. - Regulatoria o procedimental. Apoyo a los protocolos, procedimientos, cuerpos colegiados. - Aplicada. Reflexiona y cuestiona problemas reales, cotidianos y concretos. LA BIOÉTICA Y SUS PRINCIPALES OBJETOS DE ESTUDIO Generalidades Los avances científicos en el campo de la tecnología y dentro de la medicina, han sido sorprendentes en la segunda mitad el siglo XX; lo que hasta hace poco tiempo parecía un su sueño, se ha convertido en una realidad. El hombre tiene hoy en sus manos un poder impresionante para intervenir en todos y cada uno de los procesos de la vida, desde la fecundación hasta la prolongación artificial de la vida, antes de llegar a la muerte. La velocidad con la que estos adelantos tecnológicos y científicos han logrado abrirse paso en el campo de la biomedicina, nos ha dejado muy atrás en cuanto a nuestra capacidad de razonar sobre ello, y más que todo establecer juicios morales y éticos al respecto, denotando una insuficiencia de criterio y de reflexión ante las innumerables interrogantes que plantean; pues aun cuando reportan grandes beneficios, pueden llegar a convertirse también en serias amenazas para todo el genero humano. Desde los tiempos más remotos, el hombre se ha preguntado con referencia al comportamiento de la vida humana. ¿Debemos acaso empeñarnos en prolongar la vida del canceroso en fase terminal?, etc. Muchas preguntas no tienen respuestas. Pero, la evolución de la humanidad nos ha llevado con el tiempo a elaborar respuestas relativamente simples a estas y otras interrogantes; la aceleración del progreso tecnológico y científico nos lleva también a nuevas preguntas, como: inseminación artificial, esterilización, transexualidad, fecundación artificial, quimioterapia, encarnizamiento terapéutico, o a volver a plantearnos cuestiones antiguas: suicidio, eutanasia, aborto, eugenesia, etc. todos estos temas no tienen respuestas unánimes, son problemas muy debatidos que provocan gran emotividad y mucha agresividad. Reflexión moral La moral designa las costumbres, la conducta de vida, las reglas del comportamiento, los principios y los valores. Trata tanto de la bondad como de la malicia de las acciones humanas, independientemente de las emociones o sentimientos individuales. La moral se refiere a lo que se hace o se va hacer, no a lo que ya existe; las tres funciones de la moral son: búsqueda, doctrina y práctica. Reflexión deontológica La ciencia de nuestros deberes y obligaciones a través del dictado de normas concretas en el marco de una sociedad democrática, con el apoyo de la gran mayoría, respetando un cierto pluralismo de opiniones. La ética designa las costumbres, la conducta de vida, las reglas del comportamiento, el análisis de los valores, la sistematización de la reflexión. La ética es la ciencia del bien y del mal, y estudiará los diferentes sistemas morales, analizando pensamientos, discutiendo interpretaciones, buscando las fuentes, para tener un conocimiento objetivo sobre la conducta humana. En la ética nos ocupamos de la bondad del hombre, no nacemos buenos o malos sino nos hacemos por nuestros actos, hechos con libertad de elección, previa deliberación, resultando un acto libre. Consciente y responsable. Reflexión jurídica La ética política no tiene por que prohibir todo lo que resulta inaceptable desde el punto de vista moral, por eso no todo lo que la ley permite se identifica como auténtico valor humano, pues a veces la justificación legal estriba, no en la bondad de los actos, sino en el medio “eficaz” para evitar males mayores; esto haría a la legislación, tolerante. La bioética se entra en el estudio de los los problemas éticos que plantea el desarrollo de las diferentes ciencias y tecnologías que pueden aplicarse, influir o modificar, a la vida humana. La finalidad de la nueva especialidad: “el discernimiento de la eticidad de las acciones que sobre la vida humana pueden ejercer las ciencias biomédicas”, se aprecia con claridad desde mismo origen. Áreas constitutivas de la bioética La bioética se divide en dos grandes ramas: La bioética teórica se remite a la ética o filosofía moral y trata acerca del principio, normas, valores y virtudes que estructuran el acto humano y que tienen como fundamento el valor de la vida y de la dignidad de la persona humana. La bioética practica se remite a la moral y constituye la moralidad de la persona humana, al realizar un análisis de la acción humana a través de la reflexión en el actuar y en el decidir, y resulta por tanto en la bioética vivida, o sea en ese conjunto de juicios de valor o de moralidad que permiten escoger los medios y los fines para cada una de nuestras acciones y decisiones. Bioética, entonces, es la unión de la ética y la deontología en la profesión médica, o sea en el terreno asistencial o de la salud, y se encuentra plasmada en códigos, declaraciones y juramentos, en los cuales se manifiesta la idea de tratar la enfermedad y al enfermo como elementos básicos para el éxito del ejercicio de la precesión medica. El vivir y el morir se encuentran estrechamente relacionados y condicionados con el valor positivo de la vida humana; por ello, es necesario tratar las exigencias éticas del morir humano. La bioética puede concebirse como aquella parte de la filosofía moral que considera lo licito de los actos relacionados con la vida del hombre y particularmente de aquellos actos asociados a la práctica y el desarrollo de las ciencias médicas y biológicas. La bioética o ética de la vida pretende ser un puente entre las ciencias biológicas y la conducta. Áreas de impacto en el estudio de la bioética En el estudio y aplicación de la bioética se consideran todas las acciones y decisiones relacionadas con el respeto y la preservación de la vida, sobre todo la humana y para propósitos de profundización se consideran tres grandes áreas específicas: el origen de la vida, el desarrollo y asistencia de la vida y el término de la vida. En la primera se enfoca el estudio en el inicio de la vida y en su transmisión, tomando en cuenta la responsabilidad procreativa, la demografía, el control de la fertilidad y las distintas facetas de la vida relacionadas con posibles alteraciones y/o ajustes a dicho inicio, como pudieran ser entre otros: La clonación, la ingeniería genética, el consejo genético, el aborto y la eugenesia, entre otros. En la segunda, el enfoque se encamina fundamentalmente al aspecto social, de relaciones y de ayuda (medico paciente) en el terreno de acciones y decisiones tendentes a una cooperación, apoyo y comunicación entre los seres humanos y con la firme idea de preservar la vida y el desarrollo de lo relacionado con un mejor ambiente y un mejor planeta y universo para tales propósitos. En la tercera, la idea fundamental es el que la vida es perecedera y tiene una terminación; sin embargo, ese final se ve alterado por una serie de prejuicios que el hombre tiene en relación con su fin y su incapacidad natural y psicológica, para aceptarlo y sobrellevarlo; entonces, los peligros son equivalentes a la incertidumbre y a la necesidad de tener un control (a veces absoluto) de ese momento final, por lo que situaciones como el suicidio, el suicidio asistido, la eutanasia, la pena de muerte y los ensañamientos (distanasia), son muy importantes de estudiar y valorar en relación con la acción y la decisión humanas. LA MANIPULACION GENETICA Con la expresión “manipulación genética” se abarca un amplio conjunto de intervenciones especiales en relación con los fenómenos de la herencia, el cual se extiende hasta el horizonte de las intervenciones especiales para favorecer la fecundidad humana: inseminación artificial, fecundación in vitro, transferencia intratubaria de gametos y otras técnicas de reproducción humana asistida; pero un concepto más preciso se refiere a las intervenciones especiales sobre la genética. Los conocimientos y los tratamientos genéticos pueden ser utilizados incorrectamente, pero también pueden servir para el desarrollo del proceso de la humanización; en lugar de “manipulación”, podría hablarse de “intervención genética o de control genético” a finalidad perseguida por las intervenciones del hombre, en el campo de la genética, se puede concretar en los siguientes intereses: La manipulación genética es utilizada como un instrumento eficaz dirigido a la investigación Se enfatiza en forma importante el interés terapéutico de investigación en genética, pretendiendo corregir enfermedades hereditarias, pues se dice que el deterioro del patrimonio genético de la humanidad correlaciona con la falta de selección natural como factor de equilibrio. En los programas de intervención genética no falta el interés transformativo de la misma naturaleza humana. El hombre se siente con gran poder y pretende ser el “creador” que busca el dominio de su propia naturaleza, tratando de manipular las fuentes de la vida, además del afán desmedido de la novedad, el deseo incontrolado de poder científico y tecnológico y la rentabilidad económica (tanto en la biotecnologia, como en la terapia y en la cirugía genética.) El proyecto del genoma humano. El Proyecto Genoma Humano, que al parecer fue sugerido por R. Dulbecco en 1986, consiste en descifrar la secuencia de ADN, en lenguaje biomolecular, de cada uno de los genes humanos en los 23 pares de cromosomas. Esto involucra una gran complejidad técnica, y Estados Unidos, Europa y Japón están comprometidos en esta tarea de investigación con un costo muy elevado (mas de tres millones de dólares), que desborda las posibilidades de un solo grupo o país para realizarlo. Creada en septiembre de 1988 en montreux, Suiza, la Human Genome Organization (HUGO), se preocupa de la coordinación internacional de esta investigación. El objeto perseguido establecer la localización y la secuencia de cada uno de los genes del ser humano, y se espera lograrlo en la primera década del siglo XXI. La biotecnología genética Gracias a la biología molecular y al conocimiento cada vez mas preciso de la estructura y función de los genes, ha sido posible el diseño de diversas técnicas para manipular y alterar el patrimonio genético de las células vivas. La biotecnología empieza a cosechas éxitos al ser aplicada en la genética vegetal y en la genética animal; Se fabrican productos orgánicos a gran escala o se producen alimentos de mayor calidad y hasta vacunas para uso médico. La técnica más usada es la de recombinación del ADN, que consiste en la producción de moléculas de ADN híbrido por la inserción en una bacteria huésped, de fragmentos de ADN provenientes de otros organismos. Las bacterias, sin intervención artificial, o sea natural y espontáneamente transfieren ADN de unas a otras por dos procedimientos que se llaman conjugación y transfusión. En la conjugación las bacterias se unen temporalmente y una de ellas, la donante, transfiere parte de su ADN a la otra; el traslado del material genético se realiza directamente de bacteria a bacteria. En la transducción intervienen como mediador un virus: La bacteria transfiere parte de su ADN al virus que infecta (bacteriófago) y este lo incorpora para luego transferirlo a otras bacteria a la cual infecta (bacteriavirus-bacteria). La ingeniería genética A veces es entendida como un procedimiento utilizado por la biotecnología y también puede ser comprendida como una realidad separada, una transformación del patrimonio genético para la cual se precisa de dos cosas: obtener el gen que se desea manipular y hacerlo llegar a la célula en cuestión, lograr la implantación de un gen que produzca determinados caracteres importantes para un individuo o para la sociedad y se puede caer en la eugenesia, pero a veces se le concibe como la posible solución a los trastornos hereditarios y las enfermedades genéticas, con lo que se puede cambiar, transformar, insertar un nuevo gen en el individuo que carece de él y por lo cual padece una enfermedad. Por lo general hablamos de dos clases de ingeniería genética: la terapia genética (orientada a la corrección de una enfermedad) y la mejora genética o ingeniería genética perfectiva (dirigida a suscitar en un individuo normal una cualidad física o mental que consideramos deseable.) en las dos debemos distinguir entre la realizada en las células somáticas y la efectuada en las células germinales o en embriones en fase muy temprana del desarrollo. Al unir los dos criterios: finalidad perseguida (terapia o mejora) y las células objeto de la intervención (somáticas o germinales), resultan cuatro situaciones diferentes: terapia genética somática, terapia genética germinal, mejora genética somática y mejora genética germinal. Los beneficios probados o previsibles para la humanidad, los elevadísimos intereses económicos en juego, etc., están activando este prometedor campo de investigación que por otro lado ha encontrado grandes dificultades técnicas. La terapia genética Las enfermedades genéticas constituyen una preocupación importante para la humanidad. Se conocen entre dos mil y tres mil enfermedades genéticamente determinadas y 2% de los recién nacidos padecen alguna de ellas. En la mayoría de los casos los genes deletéreos no han sido localizados ni se identifica un posible gen involucrado; en unas pocas el gen se ha encontrado, pero en menos aún se tiene a la mano vectores adecuados (ADN recombinante) que lleve el gen normal al sitio del ADN del paciente, donde necesita incorporase. La causa esencial de las enfermedades genéticas es siempre la alteración de un gen, cuya manifestación primaria es una anomalía enzimática. La consecuencia es una disfunción en alguno de los procesos metabólicos integrados que dan lugar al desarrollo y funcionamiento del organismo; esa disfunción impide la síntesis de productos necesarios, acumula sustancias nocivas o no las elimina de modo regular y normal. La terapia génica, en su sentido estricto, consistirá en la administración deliberada de material génico a un ser humano, con la intención de corregir un defecto genético y se conciben dos variantes: Terapia de la célula somática Terapia de la célula germinal La valoración moral Para todo el conjunto de intervenciones el hombre en el campo de la genética humana, son validos los siguientes criterios éticos generales: No se puede cerrar la puerta a la investigación por falsos prejuicios en relación con la moral de la naturaleza humana. El criterio moral que emana de ella debe ser conocido científicamente y debe ser humanizado. En todas las consideraciones y tratamientos a que sea sometida la genética humana ha de respetar su peculiaridad, ya que la genética de otros seres vivos; debe ser considerada sin extrapolación subhumanas y ha de respetada desde el aspecto integral de la vida y de dignidad de las personas. El hombre actual está particularmente tentado de dejarse dominar por el espíritu tecnológico y se precisa un estudio interdisciplinario de cada tema en cuanto a que no se trata exclusivamente de un problema tecnológico, sino de una realidad humana. LA REPRODUCCION HUMANA Para analizar las situaciones morales implicadas en la reproducción humana, tanto natural como artificial, es necesario tener un conocimiento preciso y suficiente de los datos científicos y técnicos relacionados con ella. Una referencia a los procesos más elementales del embarazo normal puede ayudar a la mejor comprensión de las técnicas de inseminación artificial y de fecundación asistida. Para que el embarazo normal o natural se produzca ha de darse, entre otras, las siguientes circunstancias: a) que el varón produzca espermatozoides en el testículo y estos mezclados con el liquido seminal formen el semen, con las propiedades adecuadas para la fecundación; b) que la mujer produzca un óvulo maduro en algunos de los 200,000 folículos de cada uno de sus ovarios, y c) que un espermatozoide encuentre al óvulo y lo fecunde. LA BIOÉTICA Y EL TRANSPLANTE DE ORGANOS El horizonte de la medicina se ha visto ampliado también en el sentido de poder tener la capacidad de intercambiar y reponer órganos y tejidos dañados o través del transplante y la disposición de dichos tejidos entre los seres humanos y aun en el paciente mismo. En este campo no puede tampoco faltar el ímpetu de la bioética, no para frenar el avance indiscutible de los procesos quirúrgicos e inmunológicos, tendientes a desarrollar el amplio caudal de mecanismos y procedimientos de la trasplantología; sino para encauza toda esta energía utilizada para encauzar toda esta energía utilizada por el bien de la persona humana, y delinear de manera lo más precisa posible el respeto a la vida y a la dignidad humana de las personas que por múltiples causas necesitan un órgano o un tejido para prolongar una vida de calidad suficiente, así como también asegurar una vida digna y no mutilada a la persona de los disponentes vivos, que por solidaridad humana, deciden libre u responsablemente, ceder aquello que pueda beneficiar al otro y brindar una esperanza de vida útil y digna al que si lo requiere. El problema humano de los trasplantes de órganos es de preferencia un problema técnico; las exigencias éticas no se sitúan tanto en la intervención quirúrgica en sí, más bien en los aspectos personales y sociales que acompañan la acción del trasplante. LOS DESAFÍOS DE LA BIOÉTICA ACTUAL Estamos ante una nueva situación de la medicina: se habla desde hace tiempo de medicina molecular y todos conocemos algunos de los muchos avances biotecnológicos que se dan. Entre más se conocen, más se amplía el horizonte que ofrecen a la resolución de los viejos problemas, hasta ahora irresolutos y, también, al abrir nuevas perspectivas se presentan nuevos problemas. No todos los avances están en el campo biotecnológico. Es más, quizás la inquietud más grave que presentan esos avances, es la producción de una nueva generación de tecnócratas de la medicina, que saben mucho de átomos y moléculas, pero se han olvidado de la persona a la que hay que curar. La deshumanización y la comercialización de la medicina, no son sino la punta de un iceberg que emerge a la superficie, dejando abajo problemas más profundos. Nadie con sentido común quiere detener esos avances científicos. Lo que la Bioética pretende, según mi modo de entenderla, es dar un cauce adecuado a todos los adelantos: que la ciencia no destroce al hombre, sino que esté a su servicio y lo construya. Todos ambicionamos una sociedad más justa, más noble, más pacífica, donde si queremos la paz es porque queremos evitar el destrozo de vidas humanas, y porque buscamos - por nuestra vocación médica - dar mayor calidad de vida, mayor bienestar, sin menoscabo de ninguno de los valores y principios propiamente humanos. Este es el primer desafío con el que se encuentra el que desea cultivar ésta nueva ciencia: al ser una ciencia multifacética, poliradicular, interdisciplinaria, hay que conocer muchas cosas, hasta ahora desconocidas y no exigidas al médico tradicional. Se suele comenzar la definición de la Bioética relacionándola con la ética, como una parte de ésta sección de la filosofía. Pero no queda encerrada ahí. Supone ciertamente un conocimiento muy completo de la ética, pero eso no es más que uno de los instrumentos de la nueva ciencia. No es la mera aplicación de unos principios o normas y, mucho menos, si se quedan en la superficie deontológica: la norma en cuanto tal, porque así está estipulado; sino que exige ese conocimiento ético, una penetración de juicio, un conocimiento de la historia de la filosofía, un arte de razonar en ese difícil campo de señalar lo bueno y lo malo, con un alcance que invade la antropología: el conocer más profundo sobre lo que el hombre es, sabiendo que estamos enfrente de un misterio que jamás podremos desentrañar del todo. Supremacía del hombre sobre las cosas El hombre es un misterio: tiene la posibilidad de tomar, de modo concreto, y a través de sus características psicológicas, las configuraciones particulares típicas del individuo. La persona es, en efecto, una presencia de lo finito y de lo infinito, y ser el mediador entre estos dos polos (1). Ahora hay quien quiere hacer desaparecer el carácter de misterio y reducirlo a aspectos meramente psicológicos, dejando, por tanto, de ver la riqueza profunda y la potencialidad del ser humano. Ningún hombre o mujer tienen precio, todos son sujetos, no objetos: esto en todos los momentos de su vida: desde su concepción hasta su muerte natural, les suceda lo que les suceda, sea cualquiera su estado de salud, enfermedad, conciencia, o capacidad. Si un médico no fuera capaz de ser consciente de esto, perdería la línea racional desde la cual se puede defender, respetar y cuidar a cada enfermo. La racionalidad del hombre: punto de partida Hay quien busca para entender al hombre y asentar un principio sólido a la Bioética, en el reconocimiento de su racionalidad, muy diversa, por cierto, al resto de los seres vivos corpóreos. Como ha indicado un destacado filósofo contemporáneo: "Si el asombro es el comienzo de la filosofía, puede decirse que éste fue, por el contrario, para Santo Tomás el primer y fundamental asombro, origen de todos los demás, aquel del que es literalmente verdad decir que nunca salió. Que haya seres inteligentes y, como él dice, intelectos, esto fue siempre, para él, un motivo de admiración. Que el intelecto pertenezca al individuo que lo posee, y que este conozca a través de él, casi demasiado bello para ser verdad. Debe haber ahí un misterio". El conocimiento intelectual en cuanto tal trasciende la singularidad, y el misterio está en que no cancela al mismo hombre singular como sujeto cognoscente, sino que lo perfecciona en su particularidad. El conocimiento racional es lo propio de la actividad humana, le conviene en cuanto que es humano. A pesar de la innegable y patente apertura universal del conocimiento intelectual, cada persona es sujeto de su singularidad cognoscente. "El hombre no es una inteligencia que piensa, sino un ser que conoce otros seres en cuanto verdaderos, los ama en cuanto buenos y los goza en cuanto bellos". Es esa universalidad e infinitud del conocimiento, lo que le permite superar y trascender su misma singularidad. El hombre posee esa perfección de modo limitado, pero de algún modo supera esa limitación, en frase de Aristóteles, en III De Anima, "alma es en cierto modo todo" porque está hecho para conocer todo; y por eso es posible que exista en él toda la perfección del universo, en el que puede intentar describir todo su orden y sus causas, y ahí algunos pusieron el último fin del hombre (5). Su apertura a la universalidad es un remedio a su particularidad. Puede alcanzar la objetividad, y por otra parte, el bien universal, por encima de interés particulares; y así es su camino de perfección en cuanto humano. Sólo forzando la razón se puede negar esa capacidad de la inteligencia humana. De ahí será el punto de arranque de los filósofos para explicar origen, causa, funcionamiento, y en eso habrá muchas discrepancias según los autores. Sin embargo, la existencia del conocimiento intelectual y la infinitud que proporciona al sujeto individual esa actividad cognoscente, se muestra como algo patente en sí misma, y como presupuesto a toda aclaración posterior. El valor de la dignidad de la persona humana De esa racionalidad deriva su dignidad superior a la de todos los seres que conocemos en el universo visible: estamos abiertos a la verdad y a su comunicación. Si admitimos su dignidad especial tendrán fundamento la obligación de beneficencia, de equidad, porque somos persona, algo que no significa primariamente la naturaleza que es común a todos los de la misma especie, sino lo más individual, lo propio, singular e incomunicable en cada ser humano. Llegamos a lo profundo de su carácter de nústerio: no estamos enfrente de algo, sino de alguien, que es insustituible, no es intercambiable: es lo que llamamos el yo, el tu, el nosotros, él, ella, alguien: es decir, una realidad consistente, estable y autónoma. Todos los humanos somos personas, al margen de cualquier cualidad, relación, determinación accidental, de cualquier circunstancia biológica, psicológica, cultural, social, etc. son y serán siempre personas en acto. En cambio, los atributos de la naturaleza son cambiantes: pueden estar en potencia o en acto, pueden ser poseídas por los diversos sujetos en formas diversas. En cambio, el ser persona, lo poseemos todos en el mismo grado. Y al margen de cualquier diferencia tenemos idénticos derechos inalienables. Las naturalezas son intercambiables, incluso cuando cada una de ellas tenga peculiaridades particulares distintas en grado. En cambio, y es bueno subrayarlo, cada persona es individuo único, irrepetible, insustituible. Tiene una auto posesión, tiene una vida personal, una biografía diversa a todo el resto, por irrelevante que sea su grado de desarrollo, tiene una vida que se desenvuelve de modo unitario, es un ser inédito y original que no se le puede masificar. Por eso para Santo Tomás "La persona es lo más perfecto que hay en la naturaleza "(8) La persona no se encierra en su especificidad que le proporciona su naturaleza individual. De ahí surge una segunda fuente de su dignidad sin par: la primera su racionalidad, la segunda su carácter personal. De ahí que el mismo autor diga que "Todas las ciencias y las artes se ordenan a una sola cosa, a la perfección del hombre, que es su felicidad La experiencia del yo: libertad, autonomía e individualidad Aún se puede dar un paso más en Antropología filosófica: partir de la experiencia del yo: yo "soy yo"; es decir no soy tu, no otro diverso; sin que llegue a ser "Yo soy el que soy", porque mi ser es participado, y por eso limitado e imperfecto, de ese Ser por esencia (11), soy lo diverso frente a los demás, frente a todo el universo; incluso no pierdo mi personalidad frente a mi Creador. Mi existencia, esta vida es mía, y de nadie más. Es algo incomunicable, la puedo llamar mi mismidad. Identidad propía, ajena a todas las demás identidades. De ahí nace la auto posesión, que por ser auto posesión de un ser inteligente y libre, esa misma auto posesión me confiera el bien de la responsabilidad (sólo un niño o un adulto infantilizado ve la responsabilidad como un peligro, o un mal; y por lo tanto, algo a evadir). Esa auto posesión será mayor, más madura y adulta, entre mayor sea el dominio que tenga sobre mí mismo y mis actividades, interiores y exteriores. Tengo potencias y sentidos, con ellas entiendo, quiero, deseo, actúo, elaboro proyectos, etc. que son míos, que son el programa que yo hice de mi vida. Sócrates aconsejaba: "Sé tú mismo"; es lo mismo que se de tí mismo; auto posesión, que impide que sea propiedad de otro: ni sometido a las cosas, ni dominado por las personas. Toda persona, en acto: - y está en acto desde el inicio de su concepción - al margen de su autoconsciencia, es una persona que, en cuanto tal, está acabada; completa, en su ser, no en su actuar, que es donde se dará el desarrollo. Si soy el origen y dueño de mis actos, tengo por eso - y es la riqueza humana mayor que puedo tener - la experiencia de la libertad. Puedo dar origen a un acto, o no; puedo querer o no querer. Puedo no querer mi propio querer, y cambiarlo. Si eso se diera demasiado frecuentemente, habría que revisar la estructura psicológica de mi personalidad. Pero ninguna persona tiene la propiedad de los ríos: éstos no pueden volver a su fuente, tienen que correr hacia el mar. Yo puedo regresar mis pasos. Lo que quise ayer, hoy puedo replanteármelo, y si esa actividad es racional, no ansiosa o fruto de la inseguridad patológica, será fuente de un nuevo crecimiento, habré adquirido una experiencia vital, habré abierto un nuevo camino, o clausurado otro que no me resultaba tan conveniente. Cuando alguien pretende forzarme, dominarme, imponerme una actuación o unas decisiones, me rebelo porque está dominándome. Me está tratando como cosa, adquiero mayor consciencia de mismidad, y me irrito ante el trato injusto, indigno, está por debajo del respeto que merece toda persona: respetar es palabra derivada del latín respicere (observar, mirar con cuidado y atención). Y debo respetar y hacerme respetar porque tal es la condición de la persona humana, de su dignidad. Todo, de modo especial, lo más fundamental, debe nacer desde el núcleo interno de mismidad: "desde mí mismo" y "por mí mismo"; no es que no sepa oír consejo; pero el consejo no pasa de ser eso: una asistencia directa a mi razón, y queda al juicio de mi razón y de mi voluntad si lo abrazo y lo hago mío, o no. Es la fase inicial de mí actuar libre, deliberado: la búsqueda, la indagación. Luego vendrá la deliberación, y por último, la inteligencia presentará los resultados, con su cálculo de bienes e inconvenientes, a la voluntad que eligirá. "El consejo implica la idea de disputa, pero no de una discusión cualquiera, sino de una diversidad de opiniones sobre la actividad a cumplir"(12). Esa originalidad operativa, que me permite ser la fuente de mis actos, hace que yo sea -si no hay factores agregados- dueño de ellos. Esa capacidad de "dominio" sobre mi propio actuar, de poseerme, de pertenecerme a mí mismo, es lo más relevante del ser personal. Eso me distingue del universo entero, incluso de los otros "yo", de las otras personas que poseen esa misma propiedad. Y así mi irrepetibilidad se hace mayor, soy más único: mi distinción con los de mi especie, es muy diversa a la distinción que se da entre los individuos de otras especies; como por ejemplo de una manzana a otra; o una cosa de otra: un tornillo de otro; incluso ahí la identidad casi se logra en todos los aspectos, excepto en su ser: con la técnica moderna de la digitalización, se puede hacer una reproducción exacta del otro. La naturaleza humana es, de por sí multiplicable, de ahí que se me pueda clonar, en cuanto la técnica avance sólo un poco, pero mi ser personal seguirá siendo irrepetible, único. De ahí que sea invasivo, no permisible, que se me cambie mi identidad, por una alteración genética de mi cuerpo. CONFLICTOS ACTUALES Así, partiendo del estudio de conceptos básicos de Ética práctica, esta disciplina aplicada al ámbito sanitario incide también en la siempre difícil problemática de priorizar recursos asistenciales armonizándolos con las limitaciones habituales que impone un sistema público de salud; la posible objeción de conciencia que puede ser planteada en base a criterios éticos propios; el trasplante renal con la toma de decisiones respecto a implantar o no riñones su óptimos o, participando en el debate sobre el momento de la muerte; la participación de médicos y enfermeras en los centros de reproducción asistida y la deriva eugenésica de algunas de estas sofisticadas técnicas; los problemas derivados de la extensa demanda de esterilizaciones a demanda como un recurso más de planificación familiar; la justificación ética de la cirugía de la transexualidad y la actitud de aceptación o rechazo que puede suscitar la solicitud de interrupción voluntaria del embarazo y, en fin, la implicación de los profesionales sanitarios en las situaciones del final de la vida con los conflictos de valores que pueden generarse entre médico y paciente cuando se debe distinguir entre prácticas contrarias a la buena práctica clínica y una correcta limitación del esfuerzo terapéutico. CONCLUSION La bioética llego para formar parte de la vida, un poco distinta tal vez a la idea original que tuvo Potter en un principio. La bioética no deja de ser ética, sino que es algo mucho mas especifico,los retos que debe afrontar la bioética son numerosos y exigen un trabajo continuo de actualización y de estudio para establecer medios a través de los cuales hacer presentes a los hombres y mujeres de nuestro tiempo los principios éticos y las urgencias que deben de ser atendidos en el mundo actual. La bioética sostendrá o promoverá, entonces, sistemas sociales y políticos atentos a la salud, al trabajo seguro y al ambiente. A mi modo de ver, la bioética es algo muy necesario, debido al gran numero de temas que abarca y a la ayuda que proporciona a las personas que tienen delante de si dilemas éticos, no sabiendo cómo actuar ante ellos. NOTAS BIBLIOGRAFICAS 1. Dr. Elena Postigo Solana. - Concepto de bioética, definición de bioética. En internet: http://www.bioeticaweb.com/concepto-de-bioactica-y-corrientesactuales/. 2. Prehistoria de la Bioética: http://www.bioeticawiki.com/Historia_de_la_Bio %C3%A9tica#La_prehistoria_de_la_bio.C3.A9tica. 3. Historia de la bioética. http://documents.mx/documents/historia-de-la- bioetica.html. 4. Principios fundamentales: https://es.wikipedia.org/wiki/Bio %C3%A9tica#Principios_fundamentales 5. Características Esenciales De La Bioética. http://bioeticaumsa.blogspot.mx/2011/10/introduccion-la-bioetica.html 6. Potter V.R. Bioethics: the science of survival, "Perspectives in Biology and Medicine" New York, 1970.Divisiones de la Bioética. http://www.aceb.org/bioet.htm 7. La bioética y sus principales objetos de estudio: - Reflexión moral, - reflexión deontológica, - reflexión jurídica, - áreas consecutivas de la bioética, - áreas de impacto en el estudio de la bioética, - la manipulación genética, - el proyecto del genoma humano, - la biotecnología genética, - la ingeniería genética, - la terapia genética, - la reproducción humana, - la bioética y el transplante de órganos. http://html.rincondelvago.com/bioetica-y-objeto-de-estudio.html 8. Pbro. Dr. Javier Núñez García, Medico. Los desafíos de la bioética actual. http://www.mercaba.org/FICHAS/bioetica/los_desaf%C3%ADos_de_la_bio %C3%A9tica_actu.htm