Arquitectura, construcción y diseño. Curso de Investigación 2012-2013.

March 23, 2018 | Author: MariaElena Reyes Canseco | Category: Design, Society, Theory, Knowledge, Anthropology


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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO FACULTAD DE ARQUITECTURA Curso de Investigación de segundo nivel del Taller Max CettoAgosto de 2012. Arquitectura, construcción y diseño. maría elena reyes canseco LA ARQUITECTURA Tomado como punto de partida de esta reflexión las investigaciones de Miguel Hierro sobre el significado de lo “arquitectónico”, iniciaré con la suposición que atribuye a Aristóteles ser el primero en utilizar este término1, aclarando además que lo que asigna es en el sentido de un saber de dominio, pues ya antes, en relación a las artes dentro de las que se consideraba a la arquitectura, se proclamaba que algunas de ellas estaban subordinadas a otras de acuerdo con la relación de medios y fines. De aquí, se deduce, que en esta concepción quedaban ligadas la política y lo arquitectónico como dos aspectos que tienen que ver con la totalidad de la ciudad, o lo contextual de lo urbano y con los bienes que los legisladores debían proporcionar a la sociedad. Finalmente en su reflexión Hierro concluye que lo último se refiere a aquellos bienes, que materializados o edificados, tuvieran la finalidad de facilitar la convivencia de la vida citadina enmarcada por su ámbito cultural. De esto deduce, que cuando Aristóteles hablaba de lo arquitectónico (como un saber), lo hacía más bien, con la idea del ambiente social, físico y cultural del entorno urbano. A continuación plantea Hierro que sin embargo a tales antecedentes y siguiendo la línea adoptada por la academia en el siglo XIX, el diccionario de la Lengua Española de la Real Academia, ha identificado que “arquitectura” es el “Arte de proyectar y construir edificios”, definiéndola de esta manera, no como un lugar, sino como una actividad. Esta definición, podría deberse a Julien Guadet2, uno de los principales teóricos de la Escuela de Bellas Artes francesa, que en los apuntes de sus cursos, después convertidos en tratados, postulaba la idea de la existencia de una teoría general de la arquitectura para darle una nueva orientación a la práctica. De este modo, la Academia encontraría en estas reflexiones un fundamento renovador que colocaba el ejercicio de la composición arquitectónica en el foco del hacer arquitectónico y, 1 Según lo expresado por José Ferrater Mora en su ensayo sobre lo arquitectónico como término utilizado por Aristóteles (384 AC). Diccionario de Filosofía, 5ª edición, Buenos Aires, 1965 2 Guadet Julien. Elements et thêories de l´architecture por tanto, de la formación del arquitecto a través de los argumentos elaborados en una formulación teórica sobre ello.3 Con respecto a la arquitectura, si bien se ha hecho una larga referencia a definiciones que corresponden a distintas concepciones sobre lo arquitectónico, veremos, que aún Aristóteles cuando pensaba en la imagen de la ciudad, desde su visión aristocrática, se refería muy probablemente sólo al tipo de edificaciones de las que desde su percepción emanaba un significado de valor simbólico, relacionado con aspectos de la vida políticos y religiosos. Si revisamos las distintas definiciones sobre arquitectura, veremos que lo son a partir de unos atributos que se conceden a sólo una parte de lo que hoy, por lo general, se considera como el ámbito total de la arquitectura. Aquí quiero introducir algunas aportaciones sobre lo arquitectónico y en particular sobre su estética. Roberto Masiero en su Estética de la arquitectura desglosa el origen de la palabra arquitectura. La palabra arquitectura, nos dice, “deriva del griego architektonía, y se compone de la partícula proposicional archi- , que denota superioridad, preeminencia, excelencia y tektonía que significa construcción. Por otro lado arché, designa lo que es en principio, pero también lo que se impone por principio porque es evidente, lógico y fundamental”. Al construir, el tipo de construir que no es el de las casas y lugares de trabajo comunes, el ser humano “pone en acción el arché de lo que es en principio razonable y tecnológicamente posible, pero también lo que tiene calidad, grandeza, esplendor, para poder evocar o representar aquello que está en el inicio del tiempo. Al invocar un arché se refiere, sobre todo, a lo que existe intemporalmente. En el mundo griego el término architektonia no designa cualquier construcción. La arquitectura es, siguiendo la etimología griega, un arte (no en el sentido actual del término), una técnica para construir edificaciones excelentes, cosas fundamentales. Valiéndose de la lingüística comparada y de la antropología cultural, Roberto Masiero llega a algunas conclusiones a partir de palabras correspondientes a aspectos diversos relacionados con el alojamiento y la construcción. Es una largo proceso de deducción, pero finalmente concluye que la arquitectura en su origen, antes de que fuese pensada como tal corresponde por un lado al acto de fundar lugares, es decir de convertir en determinado lo indeterminado, en distinto lo indistinto de la naturaleza, pero también encuentra muchas referencias a las técnicas, los materiales y las formas; por lo tanto, deduce que el origen de lo arquitectónico radica tanto en su artificialidad cómo en su aspecto litúrgico, ritual y social. Al referirnos a lo litúrgico o lo ritual, se puede deducir que lo social aquí mencionado se refiere a un ámbito particular de las instituciones sociales, el cual según veremos, se ha ampliado con el desarrollo de las sociedades. 3 Hierro Miguel, Seminario Permanente sobre la habitabilidad, la espacialidad y el diseño arquitectónico, México, Facultad de Arquitectura, UNAM, 2011. A continuación Masiero toma como referencia la obra de Mircea Eliade, para referirse a la relación de los aspectos religiosos con el origen de la arquitectura. Mircea Eliade considera que para el hombre religioso el espacio no es homogéneo; los espacios consagrados tienen una forma, mientras los profanos son amorfos, lo que queda al margen es caótico. En lo arquitectónico subyace esa experiencia primitiva de construir un aquí, un centro, que de paso del caos a la forma, diferenciándose así el espacio sacro del espacio profano. Considero que en el inicio de las edificaciones hay una diferenciación entre al acto del sólo alojarse para protegerse primero y facilitar ciertas actividades posteriormente, y la acción vinculada al ritual de sacralización de un sitio, a la generación de un lugar definido pero sobre todo simbólico y es esto último lo que fundaría lo arquitectónico. Coincido con Salvador Garcia Gallardo4, filósofo mexicano involucrado en la reflexión sobre la espacialidad, lo habitable y la arquitectura, que desde su origen lo arquitectónico está vinculado a lo psicológico al poder y lo sagrado. Por un largo periodo de nuestra historia los atributos que correspondían a las edificaciones (construcciones para alojar las actividades humanas) destinadas primero a los cultos religiosos y, poco a poco, a las actividades de gobierno, enseñanza, salud y educación, no correspondían a los de la vivienda popular. La idea de lo arquitectónico nace excluyendo el alojamiento de las actividades cotidianas y de trabajo del pueblo en general. Es hasta el Renacimiento, con la paradigmática Villa Capra de Andrea Palladio, cuando podemos observar que este concepto de lo arquitectónico se extiende hacia la vivienda perteneciente a una clase de cierta capacidad económica pero ya no tan estrechamente vinculada al poder. En este mismo periodo Alberti determina el campo de la arquitectura a todo aquello vinculado a la fundación de las ciudades, la construcción sirve a la arquitectura, define a la arquitectura como un saber privilegiado, no sólo un oficio sino una ciencia que no es parasitaria pues su condición alcanza lo originario siendo el elemento fundacional de las sociedades 5. Sólo hasta el periodo de la llamada Revolución Industrial, se empieza a considerar como parte de lo arquitectónico las edificaciones que corresponden a la vivienda y el trabajo de las clases sociales medias y bajas. Hay que llamar la atención que es en éste último contexto de incipiente valoración del trabajo por encima del producto y de una naciente antropología cultural, donde hace su aparición la idea de diseño, atribuida a William Morris (1881), y que se refiere a su particular forma de imaginar la arquitectura como una actividad que abarca la consideración de todo el ambiente físico que rodea la vida humana. 4 Gallardo, Cabrera, Salvador, Dislocaciones de los espacios constituidos, Seminario de actualización docente impartido en la Facultad de Arquitectura de la UNAM, 2012. 5 Alberti, León Battista, De Re Aedificatoria, Madrid, ediciones AKAL, 2007. La arquitectura abarca la consideración de todo el ambiente físico que rodea la vida humana: no podemos sustraernos a ella mientras formemos parte de la civilización, porque la arquitectura es el conjunto de modificaciones y alteraciones introducidas en la superficie terrestre con objeto de satisfacer las necesidades humanas, exceptuando sólo el puro desierto. The Prospects of architecture in Civilization, conferencia pronunciada en la London Institution el 10 de marzo de 1881 y recopilada en el libro On Art and Socialism, Londres, 1947. Los términos tanto de arquitectura como de diseño, tal como los conocemos, son forjados por una elite intelectual, cuyo origen y evolución está en la cultura de occidente. No puedo en este ensayo ser más específica en esto, pero las numerosas definiciones dadas a la arquitectura a través de la historia dan cuenta de ello y de que aún en el siglo XX y hasta nuestros días, la arquitectura y el diseño arquitectónico corresponden en mucho a las mismas motivaciones de su antiguo origen. Al respecto, como compendio para la investigación sobre las diversas definiciones de arquitectura a lo largo de la historia vale la pena mencionar la obra del crítico italiano Bruno Zevi "Architettura in Nuce". Dentro de estas lecturas es interesante observar que paradójicamente, durante el movimiento moderno dentro del cual se forja la idea del funcionalismo como cualidad determinante de la arquitectura, culmina la tendencia figurativa de un segmento importante de las vanguardias artísticas del siglo XX hacia la abstracción geométrica. Este tipo de abstraccionismo se basa en teorías de la percepción que definitivamente ejercen una fuerte influencia en personalidades cómo Le Corbusier, muy particularmente las teorías de la Einfühlung, es decir, de la empatía y la pura visibilidad, cuya discusión la inicia, a mediados de siglo XIX, el psicólogo y filósofo alemán Adolf Zeising. Las ideas sociales y técnicas sobre arquitectura, formuladas por pensadores cómo John Ruskin, William Morris, Viollet-le Duc o Gottfried Semper, se fusionan dentro de las vanguardias de siglo XX con las tendencias hacia la abstracción geométrica que culminan en una visión mística del arte y lo bello fundamentada en principios de armonía universal, principios que rigen el micro y macrocosmos, leyes internas a la forma científicamente fundadas y estudios sobre percepción sensible de donde se concluye que lo bello es accesible inmediatamente a la sensibilidad y es reducido a datos de unidad, simetría, proporcionalidad y serialidad. (Masiero: 1999) La arquitectura está más allá de los hechos utilitarios. La arquitectura es un hecho plástico. (...) La arquitectura es el juego sabio, correcto, magnífico de los volúmenes bajo la luz. (...) Su significado y su tarea no es sólo reflejar la construcción y absorber una función, si por función se entiende la de la utilidad pura y simple, la del confort y la elegancia práctica. La arquitectura es arte en su sentido más elevado, es orden matemático, es teoría pura, armonía completa gracias a la exacta proporción de todas las relaciones: ésta es la "función" de la arquitectura". Le Corbusier (Vers une Architecture, 1923) A grandes rasgos y destacando sólo algunos de sus aspectos, las reflexiones plasmadas en escritos desde la época de la Griega clásica hasta el siglo XIX y los inicios del siglo XX, con imprecisiones y contradicciones correspondientes a su tiempo, contienen algunas de las ideas que a lo largo de la historia han definido la ARQUITECTURA. El movimiento moderno, en cierto sentido, consolida y expande la intervención de lo arquitectónico en la construcción de vivienda para las nuevas clases sociales ajenas a los poderes dominantes. Me interesa destacar, de ello el momento en que con William Morris, se introduce la idea de DISEÑO para sustituir la idea de ARQUITECTURA. Es importante tener claro el momento histórico en que ocurre esto ya que hasta entonces la concepción de lo arquitectónico se ubica dentro del campo del ARTE. A partir de los cambios sociales y científicos del siglo XIX se siembra la semilla de una nueva disciplina, que abarcará a la arquitectura tal cómo se le entiende entonces, pero que se diversificará con una pretensión distinta de las ambiciosas especulaciones sobre el campo de lo arquitectónico de Vitrubio o Alberti por ejemplo, hacia un nuevo campo de incidencia. La idea contemporánea de diseño en efecto abarca un campo amplio y diverso, que en la arquitectura clásica, al menos conscientemente, no era considerado. Es importante tener ello en cuenta para la comprensión actual tanto del diseño en general como del diseño arquitectónico y de las diversas manifestaciones de lo constructivo, o del entorno construido, aspectos algunos de ellos que en su origen no eran consideradas dentro de las distintas concepciones de la ARQUITECTURA. LA VIVIENDA POPULAR Por otro lado, la VIVIENDA POPULAR o del pueblo (etimológicamente, que no incluye clases dirigentes, élites o clases que detentan el poder) y las edificaciones para sus lugares de trabajo, tienen su propia historia y ésta no corresponde a la de la ARQUITECTURA. Ni las primeras acciones para proporcionar cobijo y alojamiento, ni las primeras edificaciones para la vivienda y el trabajo o su organización en aldeas, pueblos o pequeñas ciudades, correspondían a algún criterio ARQUITECTONICO, según podemos deducir de su etimología y su origen social y simbólico. Pertenecían a lo que los griegos denominaban como oficios. Un oficio, que cuando no se había separado del valor de lo artístico, si se hacía con destreza era considerado un arte, mas no aquel que estaba sólo destinado a la construcción de edificaciones “excelentes”, “fundamentales”, cuyo origen radicaba esencialmente tanto en su artificialidad cómo en su aspecto litúrgico, ritual y social. Así no considerado cómo arquitectura pero sí como algo que requería de habilidad, destreza y sabiduría se llevaba a cabo la CONSTRUCCION de las edificaciones para la vivienda y el trabajo POPULAR. Esta actividad, pudiendo prescindir de lo arquitectónico ha sido, al igual que la ARQUITECTURA, relativamente eficiente y portadora de cualidades estéticas correspondientes a diversas formas de habitar, a sus oficios constructivos y en general a los modos de cultivar el entorno vivido. Sin embargo a partir de la aparición de la industria y con ella de nuevas clases y conflictos sociales, las características de la construcción popular se modifican radicalmente. Al intentar dar solución a lo que antes era resuelto a través de la tradición constructiva de los pueblos se reelabora el significado de lo arquitectónico y se redefine la idea de diseño. A partir de aquí haré algunas consideraciones en cuanto a la arquitectura popular. Por un lado, se relaciona con lo vernáculo, siendo lo vernáculo en su planteamiento más general lo que se refiere a lo propio de una determinada cultura. Lo vernáculo desde esta acepción extiende su significado a todo aquello que converja en la base de la identidad, cotidianeidad y rasgos fundamentales de los pueblos6. En este sentido la arquitectura de la colonia Condesa podría considerarse cómo vernácula, por ejemplo. Sin embargo el término arquitectura vernácula se refiere más específicamente a aquéllas estructuras hechas por constructores empíricos de una manera informal, en lugar de por arquitectos usando metodologías de diseño. Esta otra definición, abarcaría la casi mayoría de la arquitectura de nuestro país y del mundo. Pero a esto también se añade, sus características estéticas y estructurales difieren entre un lugar y otro entre una cultura y otra, sin embargo sus esenciales características parten de la misma raíz. Responde a una protección acorde al clima local y contiene materiales según los recursos existentes en el entorno. Aquí empezamos a notar algunas diferencias entre “arquitectura popular”, “arquitectura vernácula” o “arquitectura internacional”. La arquitectura vernácula nace en su forma básica de la necesidad primaria de resguardo a los fenómenos recurrentes en el entorno natural. Amos Rapoport define la actividad de la construcción vernácula como una actividad que está libre de la pretensión de teorizar sobre el porqué y el cómo de la conformación de las construcciones, está libre de la pretensión de la simulación de una tendencia estética no comprometida con la primera función que fue otorgada a los recintos, o bien de crítica y análisis por parte de un gremio especializado, de donde puedan incomodar presiones y restricciones fuera de las limitantes naturales de los materiales a la mano o de lo que el medio natural acepta en su equilibrio y variedad de manifestaciones. Dentro de estas concepciones es posible encontrar algunas idealizaciones y se hace necesario distinguir dentro de la construcción popular, la llamada vivienda de interés social, la vivienda de bajos recursos, la vivienda la arquitectura vernácula; es decir entre la vivienda y edificaciones ya sea para el trabajo la educación y el ocio inmersas dentro de una tradición, y las edificaciones pertenecientes a grupos sociales expulsados de su tradición cultural. 6 Gabriel Arboleda Qué es la Arquitectura Vernácula? http://www.etnoarquitectura.org La arquitectura vernácula se considera cómo una arquitectura que existe y toma forma dependiendo del lugar de emplazamiento, los recursos disponibles y el microclima, es respetuosa del entorno construido, además de ser coherente con la realidad social de los individuos. Esto es porque pertenece a una tradición, ya que esta puede referirse a un contexto de saberes y tradiciones. Está basada en el conocimiento empírico evolucionado de generación en generación, resultando en una tradición constructiva, reproducida y conservada viva por las nuevas generaciones.7 Todo ello a pesar incluso de situaciones sociales injustas o mejor dicho bajo situaciones sociales reales y no ideales, en contextos arcaicos o incluso “primitivos”. Este carácter de los pueblos no puede nacer de la noche a la mañana. Los grupos sociales que responden a las condiciones socio-económicas actuales, asentadas en las periferias de los grandes centros urbanos, expulsados de su propia cultura, despojados de su tradición, en condiciones económicas de pobreza generan hábitats de muy distintas características. Ante esta situación desde la formación tradicional del arquitecto se han hecho innumerables propuestas, lograr una arquitectura digna que por sí mismos algunos grupos sociales, han dejado de hacerlo. Con respecto a esto considero un grave error generalizar o simplificar al extremo la labor tradicional de la arquitectura. Tanto el valor de la ARQUITECTURA como de la LAS TRADICIONES CONSTRUCTIVAS POPULARES radica precisamente en que pertenecen a una tradición y están en constante cambio bajo distintos procesos. LA CONSTRUCCION En cuanto a la enseñanza, con respecto a la VIVIENDA o CONSTRUCCION POPULAR, habría que hacer mayor énfasis dentro de las aulas, sobre la diferencias de lo CONSTRUCTIVO dentro de los procesos de producción de la VIVIENDA POPULAR y de la ARQUITECTURA. Considero que si al concepto de CONSTRUIR, se le devolviera su sentido original, un poco pensando de forma heideggeriana, en ello hallaríamos mucho del valor que tiene y que se ha perdido. Quiero hacer énfasis aquí en que la reflexión de Heidegger no es sobre la arquitectura sino sobre el construir. Por otro lado es también significativo para el tema de la vivienda y la construcción las contrapropuestas de Adolf Loos a la formas arquitectónicas imperantes de su tiempo. No debemos Olvidar que Adolf Loos, intenta constreñir de nuevo lo arquitectónico sobre al ámbito de lo “funerario” y lo “monumental”, es decir edificios que encarnan valores cívicos y religiosos de una sociedad, aquello que simboliza aspectos trascendentales del ser humano y que pueden ser representados a través del arte. El arte para Loos es una fuerza contraria a la cultura que intenta instalar en ella valores aún en su seno inexistentes8. En su 7 Pável, Humberto Tiburcio Verdugo, El Colegio de Sonora, México Arquitectura vernácula y diseño: adecuación del espacio habitable en la ciudad de Nogales, Sonora, El Colegio de Sonora, México. http://www.reseau-amerique-latine.fr. 8 Cipriani, Enriquez Alejandro, Adolf Loos: Contra el proyecto. texto Arquitectura, Loos hace un llamado a volver hacia su esencialidad, llamando la atención de lo extraña que es la arquitectura en el paisaje de la vivienda rural. La conclusión de Loos es que el mundo de la vida cotidiana no necesita de la arquitectura, la cual resulta agresiva frente a las tradiciones constructivas perfeccionadas a través del tiempo, resultado de los lentos procesos que determinan los oficios, oficios que cómo resume Ignasi de Sola Morales, tienen mucho menos pretensiones que hacer una obra de arte o aplicar metodologías universales. De todo ello se entiende también la postura de Loos contra el proyecto, pues desde su concepción este se lanza hacia el futuro, idea mas vinculada a la actual concepción del diseño, o a la arquitectura aunque aún vista como arte y, para Loos, la construcción de la vivienda, y no la “arquitectura”, pertenece a al ámbito de la “cultura” y no al arte. Es importante profundizar sobre los conceptos de DISEÑO y PROYECTO y cómo se han vinculado históricamente en los distintos aspectos del habitar humano. En este sentido, habrá también que aclarar el SENTIDO de la labor del DISEÑO en la producción de la vivienda popular, pues históricamente ésta se ha producido a partir de saberes y oficios heredados, y no de información adquirida en centros de enseñanza. Es decir, sobre bases de una investigación profesional, especificar qué VALORES aporta la actividad del diseño y sobre que parámetros éstos pueden someterse a crítica. Quiero insistir, en mi postura de que el habitar preside el diseñar y construir. El HABITAR de forma muy escueta, y aquí sigo de nuevo el sentido heideggeriano, es el cómo los SERES HUMANOS estamos en la tierra. Ello es lo que determina el modo en que construimos los objetos de nuestro entorno habitable. Creo que es clara la distinción entre habitar, estar confortable o poder llevar a cabo ciertas actividades. El ideal del construir no radica en construir por solo corresponder a cualquier forma de habitar. Esta condición humana se deteriora o se cultiva y algo con lo que tiene que trabajar aquel que desea participar en la conformación urbana y sobre todo en el caso del diseño arquitectónico es con la doble propuesta del habitar, por un lado la del usuario y por otro la del diseñador. Construimos para alojar nuestras actividades, para protegernos, no para habitar, sino que como habitamos construimos. EL DISEÑO ARQUITECTONICO Como mencione antes, es importante destacar el momento histórico en que William Morris introduce la idea de DISEÑO para sustituir con este nuevo concepto la antigua idea de ARQUITECTURA. El término arquitectura desde su supuesta génesis en la cultura griega hasta este momento es, con sus distintas acepciones, en general reservado para aquellas construcciones destinadas a actividades de clases sociales de altas jerarquías, y también, por su ejecución y simbolismo como un ARTE, de acuerdo a la acepción histórica de este último término. La arquitectura sirve así fundamentalmente las grandes instituciones sociales. William Morris introduce la idea de diseño, sustituyendo con este término al de arquitectura. Así atribuye al dominio de la arquitectura todo el ambiente físico que rodea la vida humana, considerando a la arquitectura como el conjunto de modificaciones y alteraciones introducidas en la superficie terrestre con objeto de satisfacer las necesidades humanas, exceptuando cómo él lo llama, sólo el puro desierto. Es decir, por primera vez, se concibe la incipiente idea de una actividad que sustituya desde la aristocrática idea de la arquitectura como ambiente social, físico y cultural del entorno urbano, de Aristóteles, o todas aquellas que le preceden restringiendo la arquitectura a actividades relacionadas con las edificaciones destinadas a las altas jerarquías y llevadas a cabo bajo preceptos teóricos y estéticos determinados por las elites intelectuales. William Morris, indignado por el detrimento de la calidad de vida y el deterioro estético producido por la primera Revolución Industrial, reclama reformas para mejorar la forma de vida de la nueva sociedad, incluidas todas sus clases sociales. Decir que hasta el Renacimiento, la arquitectura pone atención a la vivienda de clases sociales que no corresponden a las edificaciones relacionadas a las actividades de las élites de gobierno y religiosas, no es algo que se pueda asegurar. Sin embargo en las historias de la arquitectura veremos ejemplos significativos de arquitectura destinada a la vivienda de clases sociales que no pertenecen a la aristocracia o grupos sociales de poder, hasta el periodo del renacimiento. No puede ser preciso el dato pero, es significativo para la historia de la arquitectura, el cambio en la concepción de la vivienda a partir de la villa rotonda de Andrea Palladio. Ciertos atributos inherentes a lo que se concibe entonces como arquitectura, son trasladados a la construcción de vivienda, sin aún alcanzar a la vivienda de clases sociales bajas. Ya antes Vitrubio, según la interpretación de Ignasi de Sola-Morales, define la arquitectura a partir de una ingenua descripción mítica, la cabaña primitiva es, según el teórico de la antigüedad romana, el referente originario para entender que es la arquitectura, es decir, para Vitrubio la arquitectura surge de una actividad de cobijo y de esta actividad a través del uso materiales de la naturaleza, nace la técnica para construir pero también ideas enlazadas con la forma de vivir, la arquitectura nace cuando el hecho de habitar se establece en un lugar y con unas condiciones artificiales determinadas a través de conocimientos “arquitectónicos”. El arquitecto es el individuo capaz de hacer casas consistentes y duraderas pero también significativas, es decir expresivas de lo típicamente humano. El arquitecto es un técnico de la construcción pero también un artista capaz de entender el significado de aquello que construye. La arquitectura, para Vitrubio, es teoría y es práctica, sin embargo hay que considerar que estos atributos consideran aspectos que sólo son asequibles a las élites sociales. Para Vitruvio9, por ejemplo: “el arquitecto debería ser educado, hábil con el lápiz, instruido en geometría, saber mucha historia, haber seguido a los filósofos con atención, entender la música, poseer ciertos conocimientos de medicina, saber las opiniones de los juristas y estar al tanto de la astronomía y de la teoría de los cielos”, todo ello aspectos inaccesibles a clases bajas, como lo eran los plebeyos pobres de la antigua Roma, o aquel sector de la población del que actualmente deriva el término proletariado. Algo similar ocurre en algunas contradicciones de Alberti. La filosofía y la antropología contemporánea, nos proporciona nuevos conocimientos para comprender la fundación de los lugares y su relación con lo sagrado y esto a su vez nos ayuda a entender también de otro modo no solo la arquitectura, sino todo el ámbito constructivo, en su relación con la psicología humana, el poder y las instituciones sociales. Esto, desde mi punto de vista, no se considera en la introducción a la idea de arquitectura que nos brinda Ignasi de Sola Morales, hay términos que corresponden a una interpretación contemporánea sobre la arquitectura, por lo que hay que considerar que en la Roma antigua, en los tiempos de Vitrubio (siglo I a.c.), no existían los actuales estudios antropológicos, ni la conciencia sobre las clases sociales marginadas que en la actualidad algunos sectores de nuestra sociedad tiene, ni la perspectiva necesaria para comprender y valorar los distintos fenómenos del medio ambiente construido tal y cómo hoy se le considera. Así lo constructivo y lo arquitectónico, no eran vistos cómo dos fenómenos distintos en sus orígenes, sentido, valores, simbolismo y por lo tanto en sus procesos de producción. Por ello es necesario tomar con cierta reserva, lo que en pasado intenta decirse al referirse ya sea a la arquitectura, a la vivienda o a la construcción. Más aún, hasta ya entrado siglo XX, no hay la visión necesaria para tomar conciencia de los distintos procesos y sus respectivos valores, de lo que a modo de sistema, desde una visión contemporánea del término, conforman nuestro entorno construido. Ante la panorámica actual del desarrollo del medio ambiente, tanto urbano cómo rural y natural, valdría la pena reflexionar sobre el desarrollo histórico de los distintos procesos de producción del entorno construido, haciendo énfasis en la diferenciación entre la vivienda predominantemente constructiva (considerando sus muy diversas variantes en cuanto a entorno cultural, social y físico) y la arquitectura considerada ya sea como arte en la actual o decimonónica acepción del término, o cómo proceso de diseño también en la actual acepción del término. Es muy importante plantear formas de investigación metódica y revalorar los distintos procesos de producción de lo predominantemente constructivo para, a partir de ello, reconsiderar las propuestas de diseño y planeación que bajo perspectivas contemporáneas se intentan llevar a 9 Vitruvio, De Architectura, más conocido como los Diez Libros de Arquitectura, Siglo, I cabo para la construcción (con un sentido de preservación), tanto del entorno natural cómo del artificial, siguiendo un modelo de desarrollo más sustentable. Volviendo al siglo XIX, al siglo de las exposiciones organizadas por la Geographic Society, con John Ruskin, William Morris, Viollet-le Duc o Gottfried Semper, el debate en torno a la arquitectura no es sólo estético sino también político. Para Ruskin la arquitectura es deudora de las costumbres, del paisaje y del clima, guardando una vinculación con el lugar concreto. Considera a la arquitectura como una expresión superior a la construcción, atribuyendo a la primera cualidades de verdad, legibilidad del sistema constructivo y correspondencia con los materiales. En los aspectos ético-políticos Morris radicaliza las ideas de Ruskin, identificando el arte y el trabajo: el arte es simplemente trabajo valorándose el trabajo por encima del producto. Para Viollet-le-Duc, por su lado, la arquitectura es expresión inmediata de una estructura social concreta por ello considera importante la perspectiva histórica, que permite entender los aspectos religiosos, políticos, regionales y folclóricos. En este contexto surge la idea de diseño, y también su aplicación a la vivienda mínima y la vivienda popular, sobre todo aquella correspondiente a la nueva clase social surgida en las ciudades del auge de la naciente industria: el proletariado. Volviendo a la exposición del maestro Hierro, con respecto de los cambios que se han dado en la comprensión del campo disciplinar arquitectónico, cita a Oriol Bohigas, quien en su obra “Proceso y Erótica del Diseño”, en referencia a labor proyectual del arquitecto señala: “que al haberse modificado los procesos productivos y, que el carácter de quienes ahora construyen el ambiente físico, no son ya, únicamente, profesionales ligados al saber arquitectónico general sino que pertenecen a otras disciplinas, más o menos afines; que incluso, en muchos casos condicionan y delimitan las acciones del arquitecto. El campo de lo arquitectónico, ha perdido sus anteriores límites y se ha comprobado que éste, no es más, que un aspecto de un proceso de creación formal mucho más amplio. Que tiene entidad propia y que está mucho mejor definido. Así pues el primer cambio que se impone, es el de no limitar el término a lo estrictamente arquitectónico, sino ampliarlo a un mundo epistemológicamente más concreto que por ahora consideramos como el campo del diseño. De ahí, que el primer cambio, que se hace notar, en el análisis relativo al tema de las actividades proyectuales participantes en la configuración del entorno habitable, se refiera a la extensión del campo dentro del cual se llevan a cabo.” El diseño muy escuetamente, se define como el proceso previo de configuración mental, "prefiguración", plan o convenciones en la búsqueda de una solución en cualquier campo, cómo la construcción de un objeto o la planeación de un evento. Generalmente debe considerar aspectos estéticos, funcionales, económicos y socio-políticos. En general se consideran dos tipos de procesos de diseño. El proceso racional, en el cual se establece una secuencia de actividades para resolver el caso, y otro en el que de alguna forma se improvisa sobre la marcha y está en contra de una definición universal de las secuencias o de etapas del diseño. En teoría el diseño debe anticipar y compensar los problemas en el proceso de producción. El diseño contempla íntegramente solución de problemas y creatividad. Don Norman, exitoso asesor de Silicon Valley y autor de libros como The Design of Everyday Things (1988) o Emotional Design (2004), basado en conocimientos de ciencias cognitivas y psicología, concibe el diseño como una práctica, destinada a crear ya no sólo objetos, sino servicios y experiencias. Inicialmente el diseño industrial estaba sobre todo enfocado en aspectos de forma, función, materiales y producción, considerándose en algunas escuelas como la aplicación del arte a la función. Estas “artes aplicadas” requerían de habilidades en dibujo, creación de modelos así como de conocimientos de materiales y producción. Actualmente, nos dice Norman el diseño se ha extendido a diversas áreas tecnológicas, ciencias sociales y comportamiento humano, además de que se enfrenta a problemas de mayor complejidad y dimensiones, por lo que ha hecho necesario un mayor requerimiento en cuanto a conocimiento humano y emociones, sobre sistema sensorial y motor, sobre el método científico, estadística y diseño experimental. Actualmente el diseño se enfoca más en problemas de interacción, estrategia y servicios. Es un hecho que el diseño modifica el comportamiento social, por lo que además de las tradicionales habilidades de diseño, se considera fundamental el estudio para la comprensión de principios fundamentales de interacción humana y social, así cómo el conocimiento de nuevas tecnologías que emergen de los rápidos avances en computación, comunicación, materiales, etc. El diseño es una práctica, el diseñador crea objetos, servicios y experiencias 10. Es también fundamental en la práctica del diseño el trabajo en equipo dentro de la misma actividad asi como entre las diversas disciplinas con las que se interrelaciona y con los miembros de la comunidad en la que participa. El diseño contemporáneo no se lleva a cabo individualmente, pues es prácticamente imposible que un individuo conozca lo suficiente de todas las disciplinas necesarias para llevar a cabo un diseño exitosamente. Sin embargo Norman hacer énfasis en que no debemos perder las sorprendentes y deleitables propiedades del diseño. El lado artístico del diseño es fundamental: para proveer objetos, interacciones y servicios que se disfruten tanto como funcionen, estas deben ser agradables. Cómo diseñadores debemos necesitamos mayores conocimientos sobre ciencia e ingeniería, pero sin convertirnos en científicos o ingenieros. No debemos dejar perder el especial talento del diseñador de hacer nuestras vidas más placenteras. 10 http://www.core77.com/blog/columns/design_education_brilliance_without_substance_20364.asp Mas recientemente, en cuanto a la solución del entorno construido, se considera que el diseño en lugar de enfocarse a crear objetos debe concentrarse en definir estructuras, protocolos y sistemas que le permitan a la ciudad y especialmente a los ciudadanos encajar en este armazón. La idea es que existe un armazón" que puede are definido y que facilita un rellenado" y este puede ser la creatividad de los ciudadanos y sus iniciativas; así que no es necesario definirlo todo… De este modo continúan las contra-propuestas a los mega-diseños urbanos del movimiento moderno pero también nuevas propuestas contra los formalismos del Team X, o utopías como la New Babylon de Constant Anton Nieuwenhuys. La idea contemporánea de diseño en efecto abarca un campo amplio y diverso que en la arquitectura clásica no era considerado. Es importante tener esto en cuenta para la comprensión actual tanto del diseño en general, cómo en particular del diseño arquitectónico y sus posibilidades de aplicación en las diversas manifestaciones de lo constructivo o del entorno construido. CONCLUSION Como lograr que las acciones críticas, teoría crítica o propuestas utópicas propiamente arquitectónicas generen nuevas formas concretas para nuevos modos de vida. ¿Es suficiente con evitar, como concluye Josep María Montaner, errores como el de Victor Considerant al proyectar el falansterio de Charles Fourier repitiendo tipos establecidos y eludiendo así la invención de los nuevos edificios que corresponderían a las nuevas sociedades? La sociedad para la que ideaba le Corbusier sus ciudades, nos parece ahora que no correspondían a ninguna sociedad real. Y sin embargo diseñar o planear para grupos sociales reales, marginados o en situaciones inequitativas de ventaja o desventaja en cuanto a distribución de riqueza y bienes culturales y reales ¿Qué clase de objetos o entornos produce? El campus moderno, a mi modo de ver es un ejemplo de un nuevo concepto arquitectónico que representa con una nueva arquitectura una nueva propuesta social, un ideal esta última, que intenta abrirse más equitativamente a la ciudad incluyendo las diversas clases sociales que la conforman. Sin embargo esto no anula las inequidades e injusticias de la realidad de su tiempo, realidad que incluso en la actualidad se polariza aún más. No solo la arquitectura sino todas las manifestaciones del ámbito de lo constructivo, son productos de las condiciones sociales que las demandan. Por ello es fundamental cultivar las herramientas de conocimiento que nos permitan llevar a cabo una interpretación lo más consciente posible de todo lo que estas manifestaciones del habitar humano que involucran, una interpretación basada no en objetos aislados, sino en producto de sistemas cada vez más complejos y más extensos, que nos permita distinguir los distintos procesos que llevan a determinados productos sin querer abarcar todo en los mismos conceptos. Agradezco la labor de Salvador Gallardo Cabrera y coincido en su tesis, de que toda actividad arquitectónica es esencialmente una actividad política, y resalto que no hay que olvidar distinguir lo arquitectónico de otros aspectos del ámbito de lo constructivo, y que debemos racionalizar las posibilidades de aplicación de propuestas arquitectónicas, constructivas, de planeación o diseño correspondientes a críticas sociales radicales y no radicales, sin olvidar las limitaciones de su propia condición y considerando que los distintos procesos de producción y desarrollo de todo el ámbito de lo constructivo, corresponden a grupos humanos, clases sociales y necesidades psicológicas diversas. Y también, aún cuando vivamos en ámbitos urbanos mas o menos cosmopolitas, donde el cambio, la competencia, la subversión y las formas de control sofisticados caracterizan nuestra vida cotidiana, debiéramos ser sensibles a esos otros grupos humanos, que aunque cada vez más expuestos a la dinámica global de nuestras sociedades, habitan y construyen un entorno que corresponde a procesos de consolidación más lentos, menos ambiciosos, pero también menos devastadores de su nuestro ambiente. Abril de 2012. MaríaElena Reyes Canseco
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