Ariès y Vovelle - Monografía

March 16, 2018 | Author: fenixjpfbat | Category: Historiography, Ideologies, Marxism, Society, Anthropology


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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS DEPARTAMENTO DE EPISTEMOLOGÍA Y METODOLOGÍAFUNDAMENTOS DE LA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA Monografía final Equipo docente: Profesor adjunto: DR. RICARDO O. PASOLINI Auxiliar: PROF. VICTORIA ARRASCAETE Alumno: Arroyo, Julián Carrera: Profesorado y Licenciatura en Historia Lugar: Tandil, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Fecha de entrega: 6/9/2011 68. como André Burguiere y Jacques Revel. La Escuela de los Annales: 1929-1989. según Peter Burke. los sueños. Popularmente se suele decir que la historia pasa “del sótano al granero” o del “sótano al desván” para ilustrar este nuevo interés en los fenómenos superestructurales. La revolución historiográfica francesa. el cuerpo y aun los olores y perfumes. A partir de entonces. en el ámbito historiográfico francés. culturales o superestructurales. p. con las excepciones de trabajos y casos aislados. Peter. Otros han socavado el programa al volver a la historia política y a la historia de los acontecimientos. El estudio y el nuevo énfasis en las mentalidades suele asociarse con el influjo de la llamada tercera generación de Annales. El nacimiento de una tercera generación se hizo más evidente hacia 1968. . Barcelona. 1990.y prevalece un policentrismo: “Algunos miembros del grupo llevan aún mas lejos el programa de Lucien Febvre y amplian las fronteras de la historia hasta abarcar la niñez. es decir en el “sótano”. En las decadas de 1960 y 1970 varios historiadores de Annales pasaron de la base 1 Burke. España. el estudio de las mentalidades había sido eclipsado y dejado en un segundo plano.”1 Si bien los fundadores de Annales. nadie domina al grupo -como lo hicieron Febvre o Braudel. la entrada de hombres jóvenes. en oposición al “desván” o “granero” que representan los fenómenos mentales. Marc Bloch y Lucien Febvre habian planteado la necesidad de abordar “la mentalite” dentro del estudio del estudio de la historia social como historia total. hasta los años ’60.La muerte en las mentalidades: Philippe Ariès y Michelle Vovelle Introducción Desde los años 60. Durante los años anteriores la historia se había centrado en estudios demográficos y socioeconómicos. y su intervención en el manejo de Annales en paralelo a la salida de Braudel del centro marcan el comienzo de un nuevo periodo en el que. se da la transición desde una historia que ponía el énfasis en el estudio de las estructuras socioeconómicas al de las mentalidades y la historia cultural con un fuerte influjo de la antropología. Algunos continuan practicando la historia cuantitativa otros reaccionan contra ella. op. 6 Ídem. 9 Ídem. María. 26. 70-71. que dedicaba sus ratos de ocio a la investigación histórica. 5 Ídem. 4 Burke. más allá de las críticas que recibió. Vol. pp. forman parte de los más notables y logrados estudios dentro de lo que Peter Burke denomina “historia serial en el tercer nivel”8. con su obra La infancia y la vida familiar en el antiguo régimen. en un esfuerzo en la misma dirección que el encarado por Georges Duby. la sensibilidad y el imaginario sobre la muerte2. como el mismo se definía. 8 Ídem. uno de los temas que despiertan gran interes es la de la historia sobre las representaciones. “Historiografía de la «historia de la muerte»” en Studia historica. inspiro centenares de estudios sobre historia de la niñez en diferentes regiones y periodos y llamo la atención de psicólogos y pediatras 4. sus obras como Piedad barroca y descristianización. principalmente. 3 Ídem. 2008. se destacan. . con una formación que el propio autor referencia en la escuela de Ernest Labrousse. quien llamo la atención sobre la historia de las mentalidades en 1960. Michel Vovelle es un historiador marxista que. 76-78. Estas investigaciones colectivas y cuantitativas de profesionales de la historia se complementan con los estudios realizados por Ariès9. Ariès. busca conciliar la historia de las mentalidades con la historia marxista de las ideologías7. pp. proviniendo de la demografía histórica rechaza los metodos cuantitativos y la historia serial orientándose a un enfoque y un uso mas cualitativo e impresionista de fuentes muy diversas6. colocó la infancia en el mapa histórico. cit. Ediciones Universidad de Salamanca. 7 Ídem. Historiador de la Revolución Francesa. “un historiador de domingo”. los de Philippe Ariès y Michelle Vovelle3.económica a la “superestructura” cultural en una reacción contra cualquier determinismo. La misma audacia y originalidad se manifestó en su obra acerca de las actitudes ante la muerte que respondió en su momento a una famosa observación hecha por Febvre: “no tenemos una historia de la muerte”5. Ariès. Historia Medieval. De los estudios realizados durante esos años. A lo largo de este trabajo se llevara adelante un análisis comparado de las perspectivas de Philipe Ariès y Michel Vovelle en el abordaje de las actitudes ante la muerte en la 2 Azpeitia Martín. Dentro de este campo de investigación. que pareciera no tener fin. A medida que se desarrolle la comparación. indiferente. 7. centrándose en el caso europeo y en EEUU.historia como objeto de estudio. Desarrollo Morir en occidente Philippe Ariès tiene el merito de haber sido pionero en el tratamiento de temas que al momento de escribir sus obras no habían sido abordados por la investigación histórica: La familia. Buenos Aires. En esta actitud el hombre se encontraba advertido y esperaba la muerte en el lecho. 28. p. que se ubica durante la alta Edad Media y se caracteriza por ser “la actitud tradicional. una muerte que era una ceremonia pública organizada y 10 Traducido al castellano como: Morir en occidente desde la Edad Media hasta la actualidad. se opone a la nuestra.es un ambicioso intento de estudio que describe. Temas que se enmarcan en lo que hoy se suele denominar en distintos ámbitos historiográficos como historia de la vida cotidiana. la muerte. La primera de estas es la muerte domesticada. se buscará hacer hincapié en aquellos temas y ejes de debate que atraviesan a la investigación durante el periodo asociado a la tercera generación de Annales en el ambito historiográfico frances y muy especialmente con las cuestiones relacionadas con la historia de las mentalidades. dando como resultado la definición de períodos. La obra analizada en este apartado –Essais sur l’histoire de la mort en occident du Moyen Age à nos jours 10. la actitud antigua donde la muerte es al mismo tiempo familiar. entre otros. A lo largo de la historia desde la Edad Media hasta la actualidad Ariès encuentra cuatro actitudes ante la muerte. 2000. . 11 Ídem. p. Trabajo basto. donde da miedo al punto de que ya no nos atrevemos a pronunciar su nombre”12. en la larga duración. Adriana Hidalgo Editora. de acuerdo a los distintos tipos de estructura mental presentes en la sociedad. cercana y atenuada. 12 Ídem. los principales cambios que se dan en las actitudes del hombre hacia la muerte. la niñez. como el propio autor señala en el prefacio11. 15 Ídem. la búsqueda en el presente de volver a domesticar a esta muerte salvaje. El objetivo de todo el análisis de las actitudes frente a la muerte es. 61.que conoce el protocolo. A partir del siglo XII se empiezan a detectar cambios que marcan la aparición de lo que Ariès denomina muerte propia. amigos. desde mediados del siglo XX para el autor se pone de manifiesto una actitud donde la muerte –antes presente y familiar – tiende a ocultarse y a desaparecer. esto se expresa en el dolor de los sobrevivientes que rechazan la separación. se produjo una reconciliación entre tres categorías de representación mental: la de la muerte. Ídem.acompañado por la presencia de parientes. 47. se sentían “tan familiares con los muertos como familiarizados con su propia muerte”13. La muerte conmueve. 35. explicitado por el propio autor19. Durante este periodo se destaca la convivencia de los vivos y los muertos en los espacios.presidida por el propio moribundo . 72-86. ese otro cuyo lamento y recuerdo inspiran en los siglos XIX y XX el nuevo culto de las tumbas y los cementerios15. Para Ariès la muerte se encuentra en estado salvaje . vecinos y niños.”14 La siguiente actitud. 19 Ídem . p. encontrándose los muertos enterrados en los cementerios de las iglesias.en oposición a la domesticación y familiaridad de las sociedades tradicionales – donde cada uno ya no es dueño de su propia muerte: el médico y su equipo en el hospital pasan a tener el control de la situación prolongando la vida sin ayudar a morir 18. La muerte como tabú. cambios que giran en torno al surgimiento en la idea de destino colectivo de la preocupación por la particularidad de cada individuo: “Desde la segunda mitad de la Edad Media. entendiendo la vida como una felicidad ininterrumpida y constante17. la del conocimiento de cada uno de su propia biografía y la del apego apasionado a las cosas y a los seres que se poseyeron en vida. pp. La muerte se convirtió en el sitio donde el hombre adquirió mayor conciencia de si mismo. Ariès la identifica a partir de fines del siglo XVIII. 18 Ídem. Por último. se vuelve vergonzosa y un objeto de censura16. p. 16 Ídem. 13 14 Ídem. silenciada para evitar el malestar y la tristeza que interrumpirían la felicidad colectiva. entre los siglos XII y XV. en medio de la vida cotidiana. p. los miembros de la sociedad ya no esta tan preocupados por su propia muerte y la angustia gira en torno a la muerte del otro. 17 Ídem. 1995. pp. iconografía funeraria. para el autor. Ariès reconoce su elección de un método que privilegia una mirada mas intuitiva y subjetiva que se propone.que Ariès considera reflejo del cambio en ese 20 21 Ídem. Gedisa. es entendida por Ariès como una serie de estratos mentales que se van acoplando al inconsciente colectivo con el paso de los siglos en un juego de aparición de cambios en paralelo a inercias en las mentalidades.14 Ídem. op.La tipología desarrollada más arriba.15 22 Chartier. El enfoque metodologíco empleado por el autor combina fuentes de diverso tipo –literatura. p. tan largos que exceden la capacidad de la memoria colectiva. Historia cultural: entre práctica y representación. 22.de fuentes. “no hay que temer abarcar siglos o hasta milenios”20 sino corremos el riesgo de ver novedades en fenómenos que son muy antiguos. documentos de archivo. 268-270. Este abordaje lo acerca al concepto de mentalidades enunciado por Fevbre como aquello que poseían todos los integrantes de la sociedad más allá de la clase o agrupamiento social: una historia de las representaciones colectivas. 23 Ariès. que permite explicar la transformación de las mentalidades. Esto úlitmo nos lleva a poner la atención sobre una categoría central en la conceptualización realizada por Ariès para analizar las actitudes ante la muerte. cit. Por ejemplo. En cuanto al analisis del referente empírico.pero mas global . . Ariès define a este de una forma un tanto ambigua como el motor secreto. “descifrar la expresión inconsciente de una sensibilidad colectiva”21. Este concepto busca como objetivo restar valor a las “ideas claras” – sistemas religiosos y culturales. Barcelona. la muerte domesticada estuvo presente como actitud por lo menos hasta el romanticismo. ubicado entre lo biológico y lo cultural y su juego de interrelaciones. sentimiento capaz de ser pensado o comprendido tanto por la elite como por las masas. El mundo como representación. con un análisis que privilegia lo cualitativo y más impresionista así como la interpretación global en recortes temporales muy amplios. p. Roger. La importancia de la larga duración a la hora de abordar su objeto de estudio radica en la gran lentitud de los cambios en los hombres ante la muerte que se dan en periodos muy largos. y que será muy cuestionada por Vovelle: el Inconsciente colectivo23. de los utillajes y categorías intelectuales disponibles y compartidos en una época concreta22. entre otros–. p. a traves de una masa heterogenea . comportamientos y representaciones colectivas inconscientes. Mandrou: “visiones de mundo”27. Un primer punto que Vovelle busca establecer y esclarecer desde el vamos es la definición del concepto mentalidades y su relación con la categoría ideologías proveniente del marxismo. 1985. punto de partida para comprender las particularidades y las reflexiones que aparecen en sus investigaciones. p. las referencias. Barcelona. Ariel.8. Esta compila una serie de trabajos que giran en torno a la reflexión sobre la historia de las mentalidades y sobre los temas abordados por el autor como la muerte.la delimita como la relación imaginaria de los individuos con sus condiciones reales de existencia. Ideologías y mentalidades. Desde las primeras páginas de la obra.12 . 25 26 Ídem. la fiesta. Vovelle plantea que Ideología y mentalidades no son lo mismo25.o como expresión de cambios socioeconómicos o de adelantos científico tecnológicos-. 27 Ídem. Michel. sus límites y sus problemas. En el nivel de 24 Vovelle. A lo largo de la obra. A la hora de complementar esta definición de mentalidades se remite a la de R. Vovelle es un historiador marxista de las mentalidades. comparaciones y comentaros críticos a la obra de Ariès son recurrentes. prácticas y comportamientos inconscientes: las mentalidades26. Ariès – es Idéologies et mentalités24. La historia de las mentalidades implicaría el estudio de las actitudes. generando un interesante diálogo con la obra del apartado anterior. que las enriquece y a la vez esboza y configura una reflexión sobre la historia de las mentalidades. p.inconsciente colectivo . es el de Michel Vovelle. pero con ciertas diferencias. Ídem. En relación a la definición de ideología. Ideologías y Mentalidades Un enfoque que posee ciertos puntos de contacto con el de Ariès –por ejemplo en el análisis de fuentes diversas y la larga duración–.retomando a Althouser. sus potenciales. pero cuya capacidad de intervenir en la dinámica de transformación de la sensibilidad colectiva es muy limitada. La obra seleccionada para este apartado – y a traves de la cual se buscará generar contrapuntos con P. la revolución francesa y la cultura popular en general. que incluye asi mismo las representaciones. Vovelle . pp. Vovelle afirma que este enfoque entrega una historia doblemente amputada. debe ser matizado a la luz de ciertos pasajes que dejan entrever que Ariès considera que las transformaciones socioeconómicas y las variables demográficas juegan un rol importante en la transformación de las mentalidades y las sensibilidades colectivas. pp. Para fundamentar lo dicho en este punto reproducimos los siguientes fragmentos de Morir en occidente. 85-99. y el discurso sobre la muerte – tanto implicito e inconsciente como la elaboración más transparente y explícita. Si bien lo expuesto por Vovelle no es falso . mas bien.ya que hay una enorme ambigüedad en Ariès para definir la relación entre el inconsciente colectivo. Ídem. . pp. Un aporte a destacar en este sentido es la tipología vertical de los distintos niveles de análisis de la muerte30 –que complementa la presentada por Ariès–. ya que el inconsciente colectivo no posee independencia y autonomía absoluta de la realidad social en la que se presenta29. Las actitudes neobarrocas se habrian desarrollado en 28 29 Ídem. En este punto es donde se ubica el primer desacuerdo con Philippe Ariès28. el sexo y la estratificación social en las curvas demográficas–. el estudio de las mentalidades no puede ser separado de la historia social. 30 Ídem.una naturaleza autónoma del nivel de las mentalidades tanto de las condiciones reales y objetivas de existencia como una falta de relación con las ideologías constituidas. en la base material y en el plano ideológico dejando a la historia total de los hombres carente de sus dos extremos. Ariès se pregunta: “¿No se debería pensar. Un nivel donde se encuentran las huellas de ideologías “hechas trizas”. que forma parte del imaginario colectivo–. 102-104. en las caracteristicas de la evolución socioeconómica del siglo XIX? Mas que la religión. 16-17 y. la muerte vivida –la sensibilidad y subjetividad intrínseca en la red de gestos y ritos que los actores llevan adelante hasta la muerte. En relacion a las diferencias en la aparición y desarrollo en áreas geográficas diferentes de las actitudes funerarias neobarrocas. Vovelle ve en la categoría de inconsciente colectivo –tal como es definida por Ariès. que se divide en tres niveles: la muerte sufrida –el impacto desigual de la muerte según parámetros tales como la edad. lo que intervendría seria entonces la tasa de industrialización y urbanización.las motivaciones inconscientes dentro del más amplio de la ideología. Para Vovelle. las mentalidades y la historia social -. Ídem. Si bien en Vovelle se ve una mayor centralidad y un mayor protagonismo de la historia serial y la búsqueda de huellas -en testamentos. comparte con Ariès la explotación de fuentes alternativas que permitan acercarse a las masas anónimas. llegando mas allá del discurso y de la religiosidad de las elites 35. altares o cementerios y documentos iconográficos-.cit. si por azar se ve perturbado. 35 Ïdem. p. tiende a volver a sus cifras iniciales”32 Los dos fragmentos reproducidos hasta aquí no quitan que la definición de inconciente colectivo propuesta por Ariès sea bastante ambigua e imprecisa en cuanto a la vinculación entre mentalidades. Ariès hace hincapié. Lo que si se puede es intuir y discernir en la lectura de la obra. Por otra parte. 31. pp. el autor hace hincapié en la necesaria ingeniosidad por parte del historiador para interpretar los indicadores asi 31 32 Ariès. incluso en las ciudades y las grandes ciudades. por ejemplo. p. en aquello que en el inconsciente comparten tanto elites como masas. pp. 34 Vovelle. Vovelle no deja de señalar la relativa pobreza de estas fuentes alternativas que no reemplazan al documento escrito sino que permiten lecturas más ricas de las que los textos escritos aportan por si mismos36. cit. bases materiales y relaciones sociales. que esas variables socioeconómicas y demográficas posibilitan un cambio en las sensibilidades y el inconsciente colectivo. religiosos y culturales que para el son un mero reflejo de avances científicos o tecnológicos o de cambios socioeconómicos33. 36 Ídem. En cuanto al enfoque metológico Vovelle considera que entre el estudio serial – de multiples testamentos. mientras que el interés de Vovelle esta más orientado específicamente hacia los pensamientos y la sensibilidad de aquellos cuyo nombre se pierde en la historia.71.” 31 En un pie de página al comienzo del capítulo dedicado a la muerte domesticada señala: “Los historiadores contemporaneos han descubierto que las culturas tradicionales son casi estáticas.se teje una relación dialéctica donde se complementan los aportes de cada uno a su vez que permiten la contrastación de hipótesis34. . pp. 31-32. A lo que Ariès resta poder explicativo explícitamente es a los sistemas ideológicos. op. las influencias rurales persistieron sin ser borradas por un crecimiento económico no demasiado acelerado. por ciertos pasajes. El equilibrio económico y demográfico prácticamente no evoluciona y.culturas donde. 268-270. 19 33 Ídem. como contrapunto. 23-24. p. op.y el estudio de casos – o cualitativo en un sentido amplio. el tiempo corto. maestros de escuela. Dentro de los documentos escritos menos convencionales . los espacios. pp. En este punto. Un problema que se destaca es la ausencia casi completa de testimonios directos de las masas cuyas fuentes están siempre mediadas por la visión de la elite. canciones37. entre un largo etc. Desde esta perspectiva se interpreta que la cultura popular no es una realidad residual e inmovil sino que incluye todas las formas de asimilación o de contaminación. 147-160 40 Ídem. curas y notarios. pp. Mientras que Ariès centra su análisis de la mentalidad en buscar aquellas representaciones y aquella sensibilidad que es común tanto a los miembros de la elite como a las masas. Estos “demiurgos del mundo social” son los agentes de la circulación e intercambios que navegan entre ambos mundos por la posición social particular en un periodo determinado (artesanos o mercaderes. cuentos. posee tanta relevancia como la larga duración para el estudio de las representaciones de la muerte y los cambios en la sensibilidad colectiva. 203-233 . la lectura particular y la creatividad populares39. Vovelle señala que esta concepción es producto del particular contexto en el que la historia y otras disciplinas de las ciencias sociales debatían sus 37 38 Ídem.como los silencios que se extraen de las fuentes. 39 Ídem. a diferencia de Ariès. para Vovelle. 41 Ídem.al momento de escribir la obra. pp. gente de justicia.como Carlo Ginzburg y Peter Burke. que en la actualidad suma a los medios masivos de comunicación). Vovelle se inserte en el debate junto a otros historiadores .Vovelle destaca el papel de la literatura como forma de volver a introducir la dimensión del tiempo corto en las mentalidades38. la iconografía o los testimonios de de la tradición oral: proverbios. se vuelve fundalmental el acceso a nuevas fuentes que proveen la arqueología. En este diálogo entre la cultura de los dominadores y la de los dominados aparece el debate en torno a la figura de los intermediarios culturales40. El autor parte de una crítica a la concepción de historia de las mentalidades unicamente como la historia de las "prisiones en la larga duración" de la conceptualización hecha por Braudel de los tiempos en la historia41. Vovelle participa en la discución y reflexión acerca de la relación dialectica entre ambas culturas. al igual que el largo. 50. Ídem. pp. relatos. las imágenes. el mobiliario. 161-174. p. En Vovelle. 132-142.acerca de la relación entre la cultura popular y la cultura de la elite. La historia en migajas. 44 Vovelle. Ariès se encuentra omitida la ideología –en forma de sistema filosófico o religioso. por ejemplo.cit. op. cit. Valencia. 212. Esto no excluye que tanto la evolución demográfica como la evolución de las relaciones sociales condicionan las mutaciones de la sensibilidad colectiva. Otro punto de contacto con Ariès es el pensar las actitudes frente a la muerte como estratificaciones de representaciones y de comportamientos46. 42 Vovelle. Vovelle entiende necesario recuperar la dialectica entre el tiempo corto -con sus crisis de sensibilidad. y Dosse. Antes de llegar al nivel de las sensibilidades se encuentra el nivel de la cultura y de la ideología. 1988.representada por Claude Lévi-Strauss. Las actitudes colectivas no responden de manera mecánica y directa a las características de las estructuras socioeconómicas45. pp. Un contexto de disputa de sentidos entre la historia y la antropología estructuralista . op. las mentalidades quedan situadas en la larga duración. pp. Sin embargo Vovelle no deja de reconocer y compartir la necesidad de diferenciar lo inconsciente en las representaciones colectivas de lo que son los mensajes ideológicos explícitos. Ediciones Alfons el Magnanim. Esto lo lleva a plantear la posibilidad de revoluciones culturales43 -en particular para la caracterización e interpretación de la Revolución Francesa-. pp. .para limitarse a las aventuras de lo “psicológico colectivo” dotado de una respiración propia y casi autónoma. En este contexto. cit. “no es en suma sino su punto final y su resultado” 44. 214. pp. 45 Ídem. op.innmunes y resistentes al paso de los siglos y presentes en todas las sociedades42. 46 Ídem. Francois.y la inercia de las continuidades en el tiempo largo. 231-232. 108-111 43 Vovelle. Esto destaca la relación global entre la evolución de las estructuras socioeconómicas y de las representaciones colectivas. 257-259. Las sensibilidades colectivas ocupan en Vovelle un rol central en el seno de las sobreestructuras ideológicas en sentido amplio.alcances y concepciones básicas así como los puntos de partida. Vovelle destaca que en el pensamiento de P.con sus variables. mitos y constantes culturales -el tabú del incesto. Estos deslizamientos progresivos explican la coexistencia de actitudes tradicionales y actitudes renovadas. Un último punto a destacar: para Vovelle el desarrollo y la investigación de una historia de las mentalidades no se encuentra a contrapunto de la de una historia social. En el ámbito historiográfico argentino existen ejemplos de trabajos que se remiten a las reflexiones tanto de Ariès como de Vovelle a la hora de encarar la temática para el período colonial.UBA. donde se ponía de manifiesto la adhesión a una dinastía y. Caretta. 2005 Zapico. Acontecimientos como los fallecimientos regios y las consiguientes entronizaciones. Los trabajos de Gabriela Caretta e Isabel Zacca48 abordan problemáticas similares.. Memoria Americana. 2007. II. Cristianismo y Política. fama y notabilidad en el Buenos Aires del siglo XVII: las honras fúnebres”. CEPIHA-UNSA. daban lugar a manifestaciones ceremoniales de carácter general para todo el reino. 48 . Isabel. “Deambulando entre las Eusapias: lugares de entierro y sociedad tras la ruptura independentista en Salta”. en tanto suponía la participación activa de todo el tejido social. Salta en el siglo XVIII”. Sociedad. Hilda Raquel. ambos autores son los referentes principales de quienes encaran el estudio de las representaciones de la la muerte en la historia. “Una demostración pública de honor. también se plantea que las elites principales de la sociedad colonial en Buenos Aires concebían las honras fúnebres como una forma de mostrar la cualidad del honor de manera pública y notoria. en Cynthia Folquer y Sara Amenta (eds). cit. t. Gabriela y Zacca. las décadas finales del siglo XVIII y primeras del XIX y para el período de modernización de fines del siglo XIX y primera mitad del XX. 2010. en Patrimonio cultural…. En los trabajos de Zapico. porque reiteraba. “Lugares para la muerte en el espacio meridional andino. Gabriela y Zacca.Repercuciones Más allá de sus diferencias. a la institución monárquica. op. son de destacar los aportes de Hilda Raquel Zapico47 para el análisis de las representaciones y las actitudes ante la muerte en el imaginario de la elite del siglo XVII. en Patrimonio cultural…. op. Buenos Aires. así como el estudio de las pompas fúnebres del rey en la ciudad de Buenos Aires. Zapico aborda la cuestión del rol que las ceremonias y los rituales tenían en el Antiguo Régimen en la configuración de una conciencia colectiva de pertenencia a una misma comunidad política. cit. Isabel. Para el primer periodo. pero para el período de la segunda mitad del siglo XVIII y primera del XIX para la ciudad de Salta. a través del ritual. la reproducción del orden social encontraba en las honras fúnebres una oportunidad significativa. Hilda Raquel. II. De acuerdo con lo expuesto en los trabajos de Zapico. nº 15. La desaparición física significó entonces mucho más que el mero hecho de la transmisión de bienes. Tucumán. más ampliamente.. Instituto de Ciencias Antropológicas.Caretta. 2005 . 47 Zapico. las diferencias y legitimaba el orden estatuido. t. “El rey y sus reinos: Poder y Ceremonias Funerarias en el Buenos Aires del siglo XVII”. que no reconoce una separación entre lo civil y lo eclesiástico. le permiten indagar los cambios que provoca el proceso de modernización. en el contexto de una sociedad en la que vivos y muertos comparten el espacio. en los templos y sus patios. se observa cómo los muertos siguen siendo propiedad de la Iglesia.son los estudios realizados por Diego Fernando Guerra49 (2009. modernidad y cultura visual en las publicidades de empresas funerarias en Buenos Aires. Diego Fernando. en las representaciones. Un ejemplo del juego interdisciplinario en la investigación de las actitudes ante la muerte y del uso de fuentes alternativas al documento escrito – alentado tanto por Ariès como por Vovelle. creando un vínculo entre el acto de morir. al capital social para salvar la carencia anterior. Guatemala. Estas fuentes. logra avanzar en el conocimiento sobre algunos aspectos de la temprana modernización de los servicios funerarios en la Argentina entre fines del siglo 49 Guerra. Ponencia presentada en el XV Congreso Colombiano de Historia. 2010.En sus trabajos. Bogotá. A través del estudio de los registros de los entierros. 2010a y b). o las formas de introducir en el mercado aquellos consumos vinculados con la muerte. prácticas y sensibilidades vinculadas con la muerte –por ejemplo. 1898-1904. entre la segunda mitad del siglo XIX y primera del XX. También se observa cómo a cada muerto le corresponde un sitio diferencial en el cementerio de acuerdo a su lugar social. se muestra a los cementerios como lugares cargados de sentido y de representaciones de la compleja trama social que los constituye. La negación de sepultura resulta un fuerte dispositivo de poder de los clérigos. En paralelo a los espacios del enterramiento. Diego Fernando. la desaparición de las fotografías y los retratos de difuntos. Todo esto permite entender y explicar cómo las prácticas en torno al bien morir. La muerte “chic”: Consumo. 2010. A través de sus trabajos. Las variaciones del ritual católico se encuentran vinculadas a las posibilidades económicas de pagarlos. . también analizan los rituales de entierro. Guerra. donde los clérigos continúan manteniendo el control sobre los espacios y sobre su registro. como prácticas habituales en períodos anteriores –. en una de las instancias de control social. el entierro en espacio sagrado y el destino en el más allá. en uno de los dispositivos del poder. a las construcciones imaginarias sobre la muerte y sobre lo que hay más allá. a la necesidad de sostener un lugar social. CEMCA. En sus trabajos. “Con la muerte en el álbum. se combinan los conocimientos de la Historia y la Historia del Arte en la interpretación de registros visuales: fotografía y publicidad. Revue Trace 58: Las ciencias sociales y la muerte. a la capacidad coercitiva de los curas párrocos. La fotografía de difuntos en Buenos Aires durante la segunda mitad del siglo XIX”. ser enterrado y registrado se convierten. Jacques. no se veia mas que el palido reflejo de esquemas abstractos. fueron las mentalidades. no rostros. Una historia ambigua”. 1978. del tiempo largo y de lo cotidiano. Ubicada en el dialogo con la etnología. ni vivientes resucitados. 51 . Jacques y Nora. Habia que dar a estos mecanismos descarnados el contrapeso de algo mas. Este algo mas.” 51 La historia de las mentalidades toma su potencial de su ubicación en “el punto de conjuncion de lo individual con lo colectivo. El hombre no vive solo de pan. este otra cosa distinta. de lo marginal y lo general”. Pero mas aún que de las facilidades de relación que procura con las otras ciencias humanas. la historia de las mentalidades no tiene que ser ni el renacimiento de un espiritualismo superado —oculto tras una indefinible psyche colectiva— ni la busqueda de su definicion en superestructuras nacidas mecanicamente de las infraestructuras 50 Le Goff. En el espejo que la economia tendia a las sociedades. Importaba encontrar a la historia algo mas. en Le Goff. los historiadores que lo invocaban. Como señala Le Goff: “En el propio interior del marxismo. III. a medida que lo posicionaban como un ítem más entre su miscelánea oferta de bienes y servicios. vol. la mentalidad recubre un mas alla de la historia que sale al encuentro de otras ciencias humanas. despues de haber puesto de manifiesto el mecanismo de los modos de produccion y de la lucha de clases. contribuyeron a transformar las actitudes ante la muerte y las prácticas del rito fúnebre. la atracción de la historia de las mentalidades se explica. de lo inconsciente y lo intencional. el lugar de las mentalidades? Como señala Le Goff. no se nutria mas que de esqueletos agitados por una danza macabra de automatas. “Las mentalidades. Laia. de lo estructural y lo coyuntural. Barcelona. en el seno de una historia total. distinto. la sociología y la psicología social. Pierre. también. la historia no tenia siquiera pan. Hacer la Historia. ¿Cual es. Conclusión En un capitulo publicado en el volumen compilado por el él y y Pierre Nora50. del respiro que ofrece a los abrumados por la historia económica y social y especialmente de un marxismo vulgar.XIX y principios del XX y sobre el modo en que la consolidación de una cultura de masas y el surgimiento de los primeros medios masivos ilustrados –“vehículos privilegiados” de los valores y discursos de la sociedad de consumo–. Le Goff se preguntaba sobre la conveniencia de seguir usando la categoría mentalidades: “¿Hay que ayudarla a ser o a desaparecer?”. no conseguian pasar de forma convincente de las infraestructuras a la superestructuras. san Luis y los campesinos de sus tierras. la ambigüedad de la categoría inconciente colectivo a la hora de explicar la relación entre la historia social y la historia de las mentalidades parece no ser del todo concluyente y transparente. Las ideologías.socioeconomicas: “La mentalidad no es reflejo”. Como señala Le Goff: “Hay mentalidades de clase al lado de mentalidades comunes. Jacques y Nora. Pero seria un desacierto separarla de las estructuras y la dinamica social ya que son parte del analisis de las tensiones y las luchas al interior de la sociedad. Laia. Pierre. Georges.” De allí la relevancia del tratamiento de temas como la familia. si bien la explicaciуn de Philippe Ariès de las actitudes ante la muerte no dejaba afuera a las variables socioeconómicas y demográficas por fuera de la explicación. en un argumento que apunta en la misma dirección que Vovelle. entre otros. "Historia social e ideologías de las sociedades". en Le Goff. señala. I. sin desconocer el rol central de las bases materiales – económicas y demográficas – así como de las relaciones sociales. o al menos más clara en su definición. . la niñez o las actitudes ante la muerte por parte de la historia. lejos de ser estáticas. Carlo Ginzburg o Peter Burke.” Una parte de la clave en relación a este punto tal vez este en los estudios – como los de Vovelle. Estas ideologías son el marco en el que operan las transformaciones sociales y son definidas por Duby como un sistema (con su lógica y rigor propios) de representaciones (imágenes. Barcelona. La mentalidad puede parecer sustraida al juego de las luchas sociales. en la profundidades de lo cotidiano. El nivel de la historia de las mentalidades es el de lo cotidiano y de lo automatico. la importancia de avanzar en el estudio de las mentalidades especialmente el de los sistemas de valores. vol.que buscan entender 52 Duby. mitos. Como se constato en la comparación anterior. ideas o conceptos según los casos) dotado de una existencia y un papel histórico en el seno de una sociedad dada. Hacer la Historia. son prácticas y contribuyen a marcar la dinámica de la historia al dotar a una sociedad no solo de la visión de su pasado sino también de un proyecto para un futuro. 1978. Cristobal Colon y el marino de sus carabelas tienen en comun. lo que escapa a los sujetos individuales de la historia: “es lo que Cesar y el ultimo de sus soldados. Su juego esta por estudiar. En este sentido George Duby52. En este punto el intento de Vovelle de vincularla y diferenciarla al interior de las ideologías del marco marxista parece más efectiva. […] Es ahi donde se capta el estilo de una epoca. Peter. Pensar una historia cultural. Madrid. . 44. p.las caracteristicas. En otras palabras. Historia cultural: entre práctica y representación. acerca de la historia de la cultura. que repercuten en el movimiento primordial que afecta el primer eslabón de la cadena. Como señala Peter Burke. diferencias y formas de relacionarse de la cultura de elite y la cultura popular así como de los mecanismos de circulaciуn. 1993. intercambios y resignificación entre ellas al interior de la sociedad. Alianza. 264. dejo esta reflexión de Roger Chartier54 en relación al tema: “debemos construir una nueva articulación entre “”cultural structure” y “social structure” sin proyectar en ella ni la imagen del espejo. los contemporáneos y los historiadores”53. Barcelona.”55 53 Burke. hombres y mujeres. incluidos los de los vencedores y perdedores. que constituye cada instancia como uno de los mecanismos de un sistema. debe contener varias lenguas y puntos de vista. 1995. 54 Chartier. internos y externos. Para concluir. que incluya a las mentalidades en su diversidad y pluralidad y que lejos de estar inmóvil y aislada de lo social contribuya a enriquecer la comprensión de una historia total que abarque desde el sótano al desván. 13-62 55 Ídem. Formas de Hacer Historia. “esta historia tiene que ser "polifónica". p. Gedisa. El mundo como representación. que convierte a una en reflejo de la otra ni la del engranaje. pp. Roger. Hilda Raquel.Azpeitia Martín. Peter. La muerte “chic”: Consumo. Isabel. . Jacques y Nora. Madrid. Laia. Pierre. en Patrimonio cultural…. 1978.Guerra. Georges. Bogotá. Hacer la Historia. 13-62 . “Lugares para la muerte en el espacio meridional andino. nº 15. Hilda Raquel. El mundo como representación. Pierre. Michel. Una historia ambigua”.Caretta. modernidad y cultura visual en las publicidades de empresas funerarias en Buenos Aires. La historia y las ciencias sociales. II. Laia. I. CEPIHA-UNSA. Isabel. cit. .Zapico. Instituto de Ciencias Antropológicas. Formas de Hacer Historia. Philippe. Hacer la Historia. III. La revolución historiográfica francesa. Historia Medieval. 1988.Guerra. “Historiografía de la «historia de la muerte»” en Studia historica. 2010. 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