ANTOLOGÍA+FINAL+PREHISPÁNICA+_15+DE+MARZO_

March 25, 2018 | Author: linepiru | Category: Aztec, Poetry, Mexico, Culture (General), Philosophical Science


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UNIVERSIDAD DE CHILEFACULTAD DE FILOSOFÍA Y HUMANIDADES APROXIMACIÓN A LAS LITERATURAS PREHISPÁNICAS SELECCIÓN DE TEXTOS PRIMERA UNIDAD LITERATURA HISPANOAMERICANA COLONIAL Dra. Paula Miranda Herrera Maqueteado por CIRCECREACIONES 2009 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 ÍNDICE I.- ÁREA NAHUATL 1.- CANTARES: A) ANÓNIMOS: • ROMANCES DE LOS SEÑORES DE LA NUEVA ESPAÑA. p.5 • CANTARES MEXICANOS, p. 5 B) DE AUTOR CONOCIDO • NETZAHUALCOYOL, p. 13 • AQUIAUHTZIN (CHALCO), p. 18 C) POÉTICAS: • DIÁLOGO DE LA FLOR Y EL CANTO, p. 23 • TOLTEQUIDAD, p. 32 • EL POETA, p.32 • EL CANTOR, p. 33 2.- MITOS: A) MITO COSMOGÓNICO (EDADES) • VERSIÓN DE 1544, p. 35 • VERSIÓN DE 1558, p. 37 • VERSIÓN DE 1558. Trad. de Francisco del Poso y Troncoso, p. 39 B) MITO ANTROPOGÓNICO, p. 43 C) ORIGEN DEL SOL Y DE LA LUNA, p. 46 D) MITOS CIVILIZATORIOS, p. 50 3.- RELATOS NAHUAS SOBRE LA CONQUISTA, p. 66 2 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 II.- ÁREA MAYA 1.- POPOL VUH. «FUENTE HISTÓRICA», p. 71 2.- CHILAM BALAM DE CHUMAYEL: • LIBRO DE CHILAM BALAM. INTRODUCCIÓN, p. 115 • LIBRO DE LOS LINAJ ES, p. 117 • KAHLAY DE LA CONQUISTA, p. 122 • LIBRO DE LOS ANTIGUOS DIOSES, p. 124 • LIBRO DE LOS ESPÍRITUS, p. 126 • LIBRO DE LAS PROFECÍAS , p. 129 3.- CANTARES • CANTARES DE DZITBALCHÉ, p. 132 • TEXTOS LACANDONES, p. 157 • TEXTOS TZOTZILES, p. 163 III.- ÁREA QUECHUA 1.- CANTOS, p. 170 2.- MITOS A) CIVILIZATORIOS, p. 182 B) MITO DE LA COCA, p. 184 A) LEYENDAS DE ORIGEN, p. 185 IV.- FUENTES BIBLIOGRÁFICAS, p. 190 3 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 I. ÁREA NAHUATL 4 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 1.- CANTARES A).- ANÓNIMOS • ROMANCES DE LOS SEÑORES DE LA NUEVA ESPAÑA 48 1 ¡Haya amistad común! ¡Conozcámonos unos a otros! Sólo con estas flores será elevado el canto allí. ¡Nos habremos ido nosotros a su casa, pero nuestras palabras, nuestro canto vivirá en la tierra! 2 Sólo iremos dejando al partir nuestra tristeza, nuestro canto: sólo mediante él es conocido uno, se hace verdadero el canto. ¡Nos habremos ido a su casa, pero nuestras palabras, nuestro canto vivirá en la tierra! • CANTARES MEXICANOS Poemas de la Triple Alianza A la foja 16 v hallamos esta inscripción: Nican om pehua in motenehua Melahuac Cuicatl in mehuaya tecpan Mexico, Acolhuacan, Tlalhuacpan, in ic melelquiza tlahtoque. Que es en lengua española: Aquí comienzan los famosos cantos verdaderos que se cantaban en los palacios de México, Acolhuacan y Tlalhuacpan. Con ellos recreaban su ánimo los reyes. Aunque esta sección de cantos no es la primera en el manuscrito he preferido en la edición darla al principio, por la importancia de los lugares, que son de la llamada Triple Alianza, constituida por Tenochtitlan, Tezcoco y Tlacopan. Esta población va designada en el título con el nombre de Tlalhuacpan, o sea, «tierra seca», como lo era, en comparación de los otros dos estados, uno encerrado por su lago y el otro tributario de la inmensa capa de agua que llenaba esta parte del Valle. En el margen del manuscrito hay una inscripción que dice: Excan quiza: Xochicuicatl, Cuauhcuicatl, Icnocuicatl. Zan Neliuhtoc. Es decir: «Se reducen a tres partes: Cantos de flores, Cantos de águilas, Cantos de angustia. Todo esto está verificado.» Di noticia bastante en el estudio general acerca de la poesía náhuatl sobre el sentido de estos géneros. 5 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 En seguida van la letra y el texto vertido de estos poemas y en su lugar propio las notas que les corresponden. 3 El Árbol Florido de la amistad Ya abre sus corolas el Árbol Florido de la amistad. Su raíz está formada por la nobleza que aquí dura. Veo Águilas y Tigres, veo la gloria: pero me pongo triste: tengo que dejar la amistad que persevera aquí. —Eres ave con espada, eres ave con dardos, tú, que volando vienes, oh dador de la vida. Te vienes a parar en tu adoratorio, en donde está tu templo. Te limpias, te remeces entre los atabales. Cae en lluvia la tiza, cae en lluvia la pluma: tú, cual preciosa garza, te limpias te remeces entre los atabales. Con esto queda pintado al fuego el solio de los Águilas, el trono de los Tigres: y vosotros estáis en primaveral casa, tú, Motecuzomatzin y tú, Toquiquihuatzin. ¿Cómo el dios lo dispone? ¡Ya no por largo tiempo en el solio. Allí os deja solos el rey Nezahualpilli! —Flores de guerra se matizan: unas abren corolas, otras se secan. ¡Son Águilas, son Tigres! ¡Cuántas se han ido, cuántas volverán a la vida, a tu lado, oh tú que eres dueño del ámbito! —Hubo marcha general a la región del misterio, Se fue el príncipe Tlacahuepantzin, se fue el señor Ixtlicuechahuac. ¡En breve brevísimo tiempo vinieron a vivir ante el rostro del dios! Y ahora sin embargo, están en la inmensa llanura ----(de los muertos). 30 Poemas de Cuahcuauhtzin Mi atabal de jade, mi azul y rojo caracol ya estoy yo tañendo, yo que soy Cuahcuauhtzin. 6 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Ya he llegado yo, ya estoy aquí presente, yo cantor. Gozad en buena hora, vengan hacia acá a presentarse aquellos que tienen doliente el corazón. Yo elevo mi canto. Ya he llegado yo, ya estoy aquí presente, yo cantor. * Que se abra tu corazón como las flores, que llegue a entenderlo tu corazón. Tú vives, tú me aborreces, tú me preparas la muerte . . . ¡Uno que se va, uno que ha de perecer! Puede ser que por mí llores, que por mí te aflijas, oh amigo mío, pero yo me voy, yo me voy . . . No dice más mi corazón: ¡Nunca más vendré, nunca más habré de pasar por la tierra, en tiempo oportuno, porque yo me voy, yo me voy. . . ! * Quiere con ansia flores mi corazón. Sólo sufro con cantos, sólo ensayo mis cantos, en la tierra, yo Cuahcuauhtzin. Con ansia quiero flores, que estén en mi mano, ¡soy un desdichado! ¿A dónde hemos de ir que nunca muramos? Aunque fuera yo jade, aunque fuera yo oro, seré fundido, seré perforado en el crisol: mi corazón, yo Cuahcuauhtzin ¡soy un desdichado! * Vano afán . . . gozad, oh amigos míos. . . ¿Acaso no os deleitaréis?, ¿acaso no seréis felices, oh amigos míos? 7 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 ¿Dónde tomaré bellas flores, dónde tomaré bellos cantos? Solo sufro yo Cuahcuauhtzin. . . ¿Acaso no os deleitaréis?, ¿acaso no seréis felices, oh amigos míos? ¿Dónde tomaré bellas flores, dónde tomaré bellos cantos? NOTA EXPLICATIVA 3 Este poema es similar al anterior. Pero la metáfora del Árbol Florido, sube en calidad poética. No haré sino anotar algunas palabras o frases oscuras. Icniuhyotl cohuayotl, como se dijo en el primer volumen, son la expresión de la sociedad de poetas que se reunían para cantar y contender con cantos. Ver la Introducción general en que se trata ampliamente el tema. Un breve poema dirigido al sol bajo el simbólico ipalnemoani, vivificador del mundo, nos da palabras un tanto enigmáticas. Mancuahuitototl ilachochtlin tototl. Ave la de la macana, ave del dardo, literalmente. Es designación mística del sol. Son sin número los textos en que se le llama el Guerrero por excelencia. Basta recordar el Himno a Huitzilopochtli de los Veinte Poemas que recogió Sahagún (vid. mi edición en esta misma Universidad). Cada día riñe un combate. Cada día emprende el vuelo, como águila que se encumbra y baja rendido, como águila que sucumbe. Son los dos famosos nombres que hallamos en los documentos: Cuauhtlehuánitl y Cuauhtémoc. El día se concibe como una batalla en que el sol está lanzando dardos y agitando su espada de luz y fuego. El sitio en que es adorado un dios se llama ichal itzacual: su esperadero, su encierro, a la letra. Eran los primitivos templetes en que los viajeros veneraban a su numen y se quedó el nombre para siempre. Tizatl ihuitl son símbolo del sacrificio humano. A la víctima se la rayaba con greda y se le ponían plumillas finas, de color blanco, para simbolizar su consagración al sol. Esta frase doble se halla en innumerables poemas y la hemos hallado ya en el repertorio de Tezcoco (vid. volumen I). Es muy ilustrativo el siguiente texto de los Informantes de Sahagún, que solamente daré en versión: el texto directo, para quien lo requiera está en Ms. Pal. f 57 v al fin. Es así la nota: ...llamaban (al cautivo que iba a ser inmolado), sol, yeso, pluma fina, por razón de estar como teñido de yeso, emplumado. Con aderezo de plumas debe ataviarse el que capturó al cautivo, que no había muerto en el campo de guerra, pero tendría tal vez que morir. Así pagará su deuda. Sus parientes lo saludaban llorando y le daban ánimo. En la esfera de ideas religiosas, exaltadas, llamémoslas fanáticas si queremos, es perfectamente comprensible el simbolismo. La garza preciosa es otro tema que daría mucho. Quetzalaztatl da en su primaria significación algo raro: Ave quetzal-garza. Pero cuando tenemos que es usado en término quetzalli como indicativo de valor o preciosidad, ya no tenemos duda. Fue para los mexicanos un símbolo del sol el águila y la garza. En otros poemas vamos a hallar a la garza azul como indicativa del numen Huitzilopochtli que concreta la adoración solar. Es bella la comparación y aun la de este poema en que la coloca como limpiando y atildando sus plumas antes de oír los cantos. Los personajes mencionados son: Nezahualcóyotl, 1402-1472. Muy mencionado y muy por mencionar. De él ver la nota del elenco final de poetas. 8 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Nezahualpilli, su hijo, 1464-1515. Motecuhzomatzin, que es el II, o Xocoyotzin, o bien el primero, Ilhuicamina. Entre ambos reyes homónimos va el periodo de 1450 a 1468. Totoquihuatzin, rey de Tlacopan desde 1487. Es el II de su nombre. Tlacahuepantzin, que hallaremos mucho en estos poemas, es de la casa real de Tenochtitlan. Muere desastrosamente en 1495. Ixtlilcuechahuac, pariente del mismo, muere con él. Podemos datar este poema en los fines del siglo XV o albores del XVI. Poemas de Chalco Doy enseguida los poemas de Chalco. En el Ms. hallamos en la F 31 v, esta inscripción: Nican ompehua in Chalcayotl melahuac. Yexcaquiza: Melahuac yaocuicatl, Melahuac xochicuicatl ihuan icnocuicatl. Es decir: Aquí comienzan los cantos denominados auténticos de Huexotzinco. Mediante ellos se decían las hazañas de los reyes de Huexotzinco que duraron reinando. Se dividen en tres partes: Cantos de príncipes, o de águilas, canto de flores y cantos de desolación y angustia. Llena las FF 31 v a 36 r esta colección. La región de donde se dice proceder es la de Chalco. Región de gran riqueza arqueológica e histórica que pide un investigador que haga la total descripción de sus riquezas. Ya en el Ms. de Pomar hemos hallado muchos poemas de Chalco y fuera un buen ejercicio coleccionar y examinar aquéllos y los que ahora hallamos en esta sección, tratando de ver el espíritu de su estro. Aun en otros lugares del Ms. de la Biblioteca que estamos estudiando hay poemas referidos a la misma región chalquense. Es notable su fineza de sentimientos y la alta expresión de algunos poemas que dan gran material para el estudio de las ideas filosóficas y sociales. Fuera de lo dicho en la Introducción general, me limito a dar texto, versión y breves notas. 12 Un poeta a otro Estoy coleccionando tus cantos, reúno esmeraldas, hago colección de pulseras, (hechas) de cangrejos de oro: Adórnate con ellas, tú, ¡Tu riqueza son las flores! Emplumecen los quetzales, se alzan sus plumas, los negriamarillos y los rojos pájaros: con ellos matizas tu tambor en la tierra. ¡Tu riqueza son las flores! 9 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 NOTA EXPLICATIVA 12 Poema mal conservado. El texto es un poco vago. Es una alabanza de un poeta a otro. Se daba el nombre, pero el corrector lo borró y puso un enigmático in paley que probablemente es transcripción del español "padre N". chacalli es "camarón grande, (mi), y también cangrejo. La adición de teocuitla nos hace ver que son figuras hechas de oro, que se hallan en las pulseras de los nobles. nehuihuia. Hay dos verbos parónimos: uno derivado de ihui, "así, semejante". Otro de ihuitl, "pluma fina". Esta palabra puede traducirse como "hay semejanza de..." o como "hay brote de plumas." Prefiero la segunda acepción, por ser una como simbólica designación de que los poemas son siempre nuevos, como son cada año las plumas de las aves mencionadas. Para las de la segunda parte he preferido la versión de los colores, más que el nombre seco de estas aves. El tzinitzcan es negro, con grandes listas color de oro; el quéchol, he dicho varias veces en estas notas de comentario, es de color rojo, y simbólico de los guerreros que acompañan al sol en su carrera, por haber muerto por él. Entre tantos poemas de esta índole el presente no desmerece, aun con la monotonía de las imágenes. Poemas de Huexotzinco Siguen ahora los poemas recogidos en Huexotzinco. Son los primeros en la inserción en el Ms. pero por razón de dignidad he dispuesto su colocación después de los de la Triple Alianza y los de Chalco. En este caso tenemos una preciosa noticia que voy a dar, tanto en su original como en su versión. Ilustra acerca de la forma de conservación y de tradicional repetición. En F 7 r del Ms. hallamos: + I H S Nican ompehua in cuicatl motenehua melahuac huexotzincayotl ic moquichitoaya in tlatoque huexotzinca manime catxa: yexcan quiza in ic tlamantitica, Teuccuicatl ahnozo cuauhcuicatl, xochicuicatl, icnocuicatl. Auh in ic motzoztona huehuetl:cancamatl mocahauhtiuh, auh in ye no oc cen camatl ipan huetzi yetetl ti: auh in huel ic ompehua ca centetl ti. Auh in ic mocuepa quin icuac itic panhuetzi in huehuetl zan mocenmana in maitl, auh quin icuac iyeinapantla occeppa itenco hualcholoa in huehuetl: tel yehuatl itech mottaz in ima in aquin cuicani quimati in iuh motzotzona. Auh yancuican ye no ceppa inin cuicatl ichan D Diego de Leon Gobernador Azcapotzalco yehuatl aquitzotzon in D Francisco Placido ipan xihuitl 1551 ipan inezcalilitzin tt. Jesu Christo. (CXI) Es muy importante esta inscripción por varios motivos. La doy literalmente en español: Aquí comienzan los cantos denominados auténticos de Huexotzinco. Mediante ellos se decían las hazañas de los reyes de Huexotzinco que duraron reinando. Se dividen en tres partes. Cantos de príncipes, o de águilas, cantos de flores y cantos de desolación y angustia. Éste es el modo como se tañe el tambor: Una estrofa se va quedando, y la otra estrofa cae con tres TI, pero al momento de comenzar, con un solo TI. Y se vuelve a hacer lo mismo, hasta que de dentro vuelve a caer el toque del tambor. Se deja en paz el palillo percutor y cuando se va a la mitad (la estrofa), se comienza a dar apresuradamente el golpe. 10 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Pero esto se verá de la mano de un buen cantor que sepa cómo se tañe. Y hace poco otra vez este canto (se cantó), en casa de don Diego de León, gobernador de Azcapotzalco. El que tañó fue don Francisco Plácido en el año de 1551, en la Natividad de N. Señor Jesucristo. No voy a hacer comentario de esta inscripción, pero sí a señalar varios datos: Informa de la existencia de colecciones, tal como ésta y las dos que incluyo, aun antes de mediar el siglo. Había habido el empeño de ir reuniendo los vestigios de la literatura que agonizaba. Da noticia de una sistemática recopilación, pues vemos las mismas tres clases de poemas en la misma distribución de cantos guerreros, de flores, o esparcimiento, y de pensamiento, o angustia y desolación, como los llama el texto. Era un sistema prefijado. Lo más notable es la explicación que se hace tocante al modo de tañer los tambores. Está clara y algo dije en la Introducción General acerca de la música. La calidad de los poemas de esta tercera sección es muy notable. Acaso son los más llenos de pensamiento, por tanto los más dignos de estudio para quien quiera entrar en el ámbito de aquella cultura que nos dejó tales vestigios. La síntesis de ese pensamiento solamente se podrá hacer tras una detenida meditación sobre tan abundantes testimonios. No cabe decir más aquí para no agravar el texto y en el curso de las notas se hará advertir algunos aspectos. 4 Ardor Guerrero Donde resuenan los cascabeles el polvo sube: es deleitado el dios, dador de vida. Abren corolas las flores del escudo, el terror se difunde, se estremece la tierra. Aquí se adquieren las flores así en medio de la llanura. Al borde de la guerra es el principio en medio de la llanura. Sube el polvo, va haciendo giros, con flores de muerte, oh caudillos, oh príncipes, oh chichimecas. No te acobardes, corazón mío: allí en medio de la llanura deseo la muerte a filo de obsidiana, sólo quieren nuestros corazones muerte en guerra. De modo que allí junto a la guerra estoy deseando la muerte a filo de obsidiana: Esto quiere mi corazón: muerte de obsidiana. Suben las nubes, se muestra primaveral el que hace vivir: con eso allí se refriega el Águila y el Tigre: allí se abre como flor la hoguera de los caudillos. Aún démonos gusto, aún daos gusto, oh príncipes, que en medio de la llanura se viene a vivir, y allí tomamos en préstamo flores de escudo, ardor de batalla. 11 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 16 Poema de Cuauhtencoztli, Doliente estaba yo, Cuauhtencoztli, sólo con tristeza adornaba mi tambor florido. ¿Es que en verdad son los hombres reales? ¡Aún no es verdadero su canto! ¿Hay algo acaso que en pie perdure? ¿hay algo acaso que logre éxito? Donde vivimos, en donde estamos, oh amigo mío, infelices somos, ¡cante yo para ti, con tal que estés presente! 32 El dolor y la vida Aun dolientes gocémonos en la primavera, en medio de colores nos hace vivir el que da vida. Él lo sabe y él lo falla: como hemos de morir los hombres. ¡Nadie, nadie, nadie en verdad vivimos aquí! En vano nací, en vano vine al mundo: estoy padeciendo. ¡Ojalá no hubiera venido al mundo! ¡Ojalá no hubiera nacido! Y digo: ¿qué harán los hijos que sobreviven? Pero a nadie ofenda yo . . . ¿No he de ser recatado y mantener mi lugar? Es mi destino el padecer: oh amigo mío, mi corazón se angustia: entre penas se vive en la tierra. ¿Cómo vivir con los demás? ¡Si vivimos en vano ofendemos a otros! Hay que vivir en paz, hay que rendirse y andar con la frente inclinada entre otros! ¡No te angusties, corazón mío, no te pongas a meditar: es difícil vivir en la tierra doliente, cierto es que el dolor va en auge, (pero) ante ti y a tu lado, autor de la vida! NOTA EXPLICATIVA 4 Poema muy semejante en temas y desarrollo a otros que se hallan en ambas colecciones. Habrá interés en compararlos, pero no lo puedo hacer aquí. El hilo de la composición es así: 12 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Un cuadro de la guerra, con los temas del cascabel que resuena, el polvo que sube, las flores de escudo de que abren corola, y la tierra que tiembla. Después un diálogo con su corazón: No hay que temer, es el único sitio en que se adquieren las flores para el dador de la vida. El mismo que es el sol, con sus nubes está dando a entender que florece, y a su ejemplo florecen los guerreros. Termina con una exhortación a que haya gozo, antes de que venga la hora final. Sin gran relieve, es un bello poema. Con él se cierra la primera parte destinada a los cantos de guerra. 32 Probablemente del mismo poeta autor del anterior, por el estilo y modo de sus pensamientos. Aquí une el sentido de desencanto al de cierta resignación de abandono. Hay que agregar a la base documental para el estudio de las ideas filosóficas de este canto de desolación. FUENTE: [Garibay 1993. 48. Vol. I: p. 73. Poemas de la Triple Alianza. Vol. II: pp .5-58, LXXI-LXXII, LXXIX; Poemas de Chalco pp. 76, XCVII, CIV; Poemas de Huexotzinco pp. 48, 95, 126, CXI- CXIII, CXVII-CXVIII] B) CANTARES DE AUTOR CONOCIDO • NETZAHUALCOYOL Algunos forjadores de cantos de nombre conocido (Cap. VI. Vid. Fuente) Afirmar que es posible relacionar cierto número de composiciones poéticas con sus autores, es decir, con determinadas personas de los tiempos prehispánicos, parecerá a algunos empresa en extremo difícil si no irrealizable. Sin embargo, se equivocan quienes piensan que el profundo sentido comunitario prevaleciente en el México antiguo tenía como consecuencia un universal anonimato en lo que concierne a los artistas y creadores de cultura. Prueba de esto es que en algunos códices prehispánicos, particularmente en los mixtecos, se incluyen numerosas biografías de diversos personajes, entre ellos sabios y artistas. De igual modo, en no pocos vasos mayas del género que hemos llamado «micro-códices» aparecen las figuras de varios ah ts’ib, escribanos-pintores, de los cuales se registran sus nombres. En el campo de la producción, tanto narrativa como religiosa y poética, de algunos de los chilam balames de Yucatán también se conocen sus nombres. Y entre los cuicapicque o forjadores de cantos del ámbito náhuatl hay testimonios que nos permiten relacionar sus personas con sus producciones. El camino para lograrlo lo ofrecen diferentes testimonios, unos pictoglíficos y otros de textos escritos con el alfabeto, que convergen en la afirmación de sus méritos como poetas y en la atribución de determinadas composiciones. Un examen crítico revela que, tratándose de testimonios independientes entre sí que coinciden en tales atribuciones, resulta posible establecer en varios casos una relación entre obra y autor. De hecho, la búsqueda en los códices y manuscritos provenientes de la región central de México permite vincular un cierto número de creaciones poéticas con aquellos a quienes precisamente deben atribuirse. Es decir, cabe esbozar las biografías de algunos cuicapicque, «forjadores de cantos», aduciendo paralelamente, por lo menos, algunas composiciones que les son adjudicadas en las fuentes documentales. 13 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Tal tipo de información existe acerca de poetas oriundos de la metrópoli mexica, de la región de Tezcoco, de la zona de Puebla-Tlaxcala, del área tecpaneca de Azcapotzalco y Tlacopan y del antiguo señorío de Chalco-Amecameca. A trece de esos forjadores de cantos dediqué un libro publicado en 1967. 1 Aquí sólo atenderemos a tres. Dos son Nezahualcóyotl y Tochihuitzin, de los que me ocupé en el libro aludido. Como nueva aportación incluyo luego textos y referencias de otro, Aquiauhtzin de Ayapanco. NEZAHUALCÓYOTL, EL SABIO SEÑOR DE TEZCOCO Varios son los códices, y también las antiguas crónicas y los poemas en lengua náhuatl, en los que la figura de Nezahualcóyotl se nos vuelve presente de diversas formas. Por una parte, están las palabras, testimonio de admiración, acerca de su casi proverbial sabiduría como forjador de cantos, como maestro versado en todas las artes y como profundo conocedor de las cosas ocultas. Por otra, se reiteran los relatos, en los que se da cabida incluso a presagios y portentos en torno a lo que llegó a ser su actuación. Así, por ejemplo, en las colecciones de antiguos cantares una y otra vez afloran las alabanzas, como esta de un poeta anónimo de la región culhuacana que, dirigiéndose al sabio señor de Tezcoco, dejó dicho: Sobre la estera de flores pintas tu canto, tu palabra, príncipe Nezahualcóyotl. En los libros de pinturas está tu corazón, con flores de todos colores pintas tu canto, tu palabra, príncipe Nezahualcóyotl 2 . Un elogio que rivaliza con la anterior afirmación de que el corazón de Nezahualcóyotl da vida a los libros de pinturas, lo hallamos en otro breve canto que apunta a la más honda raíz de la sabiduría de sus palabras: Dentro de ti vive, dentro de ti forja un libro de pinturas, inventa, el Dador de la vida, ¡príncipe chichimeca, Nezahualcóyotl! 3 . RASGOS BIOGRÁFICOS Mencionando únicamente los momentos más sobresalientes, recordaremos que nació en Tezcoco en el año 1-Conejo, 1402, siendo sus padres el señor Ixtlixóchitl el Viejo y Matlalcihuatzin, hija de Huitzililíhuitl, segundo señor de Tezcoco. Gracias a esto pudo adentrarse desde un principio en el conocimiento de las doctrinas y la sabiduría heredadas de los toltecas. Según el historiador Chimalpahin, en el año 4-Conejo, 1418, cuando el joven príncipe contaba dieciséis años de edad, vio morir a su padre asesinado por las gentes de Tezozómoc de Azcapotzalco. A lo que siguió la ruina de Tezcoco, sometida al poder de la nación tepaneca. La muerte de su padre fue el comienzo de una larga serie de desgracias, persecuciones y peligros referidos con detalle en la mayor parte de las crónicas e historias. Rasgo sobresaliente de Nezahualcóyotl en tan difíciles circunstancias fue su sagacidad que, unida a su audacia, habría de llevarle al fin al triunfo sobre sus enemigos. Y seguramente ya desde esta época tuvo ocasión de entrar en contacto con algunos poetas y sabios, como Tochihuitzin Coyolchiuhqui, «el forjador de cascabeles», uno de los hijos de Itzcóatl que le ayudó a escapar en el momento en que las gentes de Azcapotzalco perpetraban la muerte de su padre. 14 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Ganándose el favor de los señores de los estados vecinos, entre ellos de Huexotzinco y Tlaxcala, y sobre todo el de sus parientes por línea materna, o sea, de los mexicas, que también iniciaban entonces su lucha contra los de Azcapotzalco, Nezahualcóyotl pudo emprender la liberación de los dominios paternos. Así, según el testimonio de los Anales de Cuauhtitlán, en el año 3-Conejo, 1430, logró conquistar el señorío de Coatlichan 4 . Al fin, después de numerosas batallas que trajeron consigo la derrota completa de los tecpanecas, Nezahualcóyotl pudo coronarse en 1431 y, dos años más tarde, establecerse de manera definitiva en Tezcoco con el apoyo y la alianza de México-Tenochtitlán. Su largo reinado de más de cuarenta años aparece en los textos como una época de esplendor en la que florecen extraordinariamente las artes y la cultura. Nezahualcóyotl edificó palacios, templos, jardines botánicos y zoológicos. Fue consejero de los reyes mexicas y, como arquitecto extraordinario, dirigió la construcción de las calzadas, las obras de conducción del agua a México y la edificación de los diques o albarradas para aislar las aguas saladas de los lagos e impedir futuras inundaciones. Su descendiente, el historiador Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, nos habla pormenorizadamente de las obras emprendidas por Nezahualcóyotl y describe con fruición lo que llegaron a ser sus palacios con salas dedicadas a la música y a la poesía, en donde se reunían los sabios, los conocedores de los astros, los sacerdotes, los jueces y todos cuantos se interesaban por lo más elevado de las creaciones dentro de ese nuevo florecimiento cultural hondamente cimentado en la tradición tolteca 5 . Como testimonio visible de su más íntima persuasión y del sesgo que había dado a su pensamiento, frente al templo del dios Huitzilopochtli que se levantaba en Tezcoco en reconocimiento del predominio mexica, edificó Nezahualcóyotl otro templo con una elevada torre compuesta de varios cuerpos que simbolizaban los travesaños o pisos celestes, sin imagen alguna, en honor de Tloque Nahuaque, «el dueño del cerca y del junto, el invisible como la noche e impalpable como el viento», el mismo al que hacía continua referencia en sus meditaciones y poemas. Setenta y un años vivió el sabio señor de Tezcoco, y fue precisamente al sentir ya cercana su muerte, cuando dio a conocer su determinación de ser sucedido por su hijo Nezahualpilli. Ocurrió su muerte en un año 6-Pedernal, 1472, según nuestra cuenta. Al recordarla, cronistas e historiadores sin excepción se empeñan en lograr un postrer elogio de Nezahualcóyotl, queriendo sintetizar lo que fueron sus méritos y creaciones, sobre todo como poeta y pensador. Aduciremos tan sólo algo de lo que escribió el mismo Ixtlilxóchitl: De esta manera acabó la vida de Nezahualcóyotl, que fue el más poderoso, valeroso, sabio y venturoso, príncipe y capitán que ha habido en este Nuevo Mundo... porque fue muy sabio en las cosas morales y el que más vaciló, buscando de dónde tomar lumbre para certificarse del verdadero Dios... como se ha visto en el discurso de su historia, y dan testimonio sus cantos que compuso... Y aunque no pudo de todo punto quitar el sacrificio de los hombres, conforme a los ritos mexicanos, todavía alcanzó con ellos que tan solamente sacrificasen a los habidos en guerra, esclavos y cautivos y no a sus hijos y naturales, que solían tener de costumbre... 6 . Las fuentes indígenas conocidas, a las que ya nos hemos referido, y las pocas biografías que de Nezahualcóyotl se han escrito en fecha más reciente permiten a quien lo desee un acercamiento más profundo a la vida azarosa, fecunda y extraordinaria del señor de Tezcoco. FLORES Y CANTOS DE NEZAHUALCÓYOTL La obra poética de Nezahualcóyotl ha sido algunas veces objeto de mistificaciones. La causa fue, como es obvio, no tomar en cuenta, con mirada crítica, las colecciones de antiguos cantares en náhuatl ni los relatos de las crónicas nativas. Cerca de treinta son los poemas que se nos presentan en las citadas colecciones de cantares prehispánicos como parte sobreviviente de la obra de Nezahualcóyotl. Entre los grandes temas sobre los que discurrió su pensamiento están el del tiempo o la fugacidad de cuanto existe, la muerte inevitable, la posibilidad de decir palabras verdaderas, el más 15 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 allá y la región de los descarnados, el enigma del hombre frente al Dador de la vida y, en resumen, los problemas de un pensamiento metafísico por instinto que ha vivido la duda, el dolor y la angustia como atributos de la propia existencia. Las muestras de las obras de Nezahualcóyotl que se incluyen en este capítulo, en la versión castellana que he preparado, contribuirán, mejor que cualquier ponderación, al acercamiento a lo que parece haber sido el alma del pensamiento y de la belleza de expresión del tan admirado supremo gobernante de Tezcoco. Estoy triste Estoy triste, me aflijo, yo, el señor Nezahualcóyotl. Con flores y con cantos recuerdo a los príncipes, a los que se fueron, a Tezozomoctzin, a Quahquauhtzin. En verdad viven, allá en donde de algún modo se existe. ¡Ojalá pudiera yo seguir a los príncipes, llevarles nuestras flores! ¡Si pudiera yo hacer míos los hermosos cantos de Tezozomoctzin! Jamás perecerá tu nombre, ¡oh mi señor, tú, Tezozomoctzin! Así, echando de menos tus cantos, me he venido a afligir, sólo he venido a quedar triste, yo a mí mismo me desgarro. He venido a estar triste, me aflijo. Ya no estás aquí, ya no, en la región donde de algún modo se existe, nos dejaste sin provisión en la tierra, por esto, a mí mismo me desgarro 7 . Percibo lo secreto Percibo lo secreto, lo oculto: ¡Oh vosotros señores! Así somos, somos mortales, de cuatro en cuatro, nosotros los hombres, todos habremos de irnos, todos habremos de morir en la tierra . . . Nadie en jade, nadie en oro se convertirá: en la tierra quedará guardado. Todos nos iremos allá, de igual modo. Nadie quedará, conjuntamente habrá que perecer, nosotros iremos así a su casa. Como una pintura 16 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 nos iremos borrando. Como una flor nos iremos secando, aquí sobre la tierra. Como vestidura de plumaje de ave zacúan, de la preciosa ave de cuello de hule, nos iremos acabando, nos vamos a su casa. Se acercó aquí, hace giros la tristeza de los que en su interior viven . . . Meditadlo, señores, águilas y tigres, aunque fuerais de jade, aunque fuerais de oro también allá iréis, al lugar de los descarnados . . . Tendremos que desaparecer nadie habrá de quedar. 8 Estoy embriagado . . . Estoy embriagado, lloro, me aflijo, pienso, digo, en mi interior lo encuentro: si yo nunca muriera, si nunca desapareciera. Allá donde no hay muerte, allá donde ella es conquistada, que allá vaya yo . . . Si yo nunca muriera, si yo nunca desapareciera. 9 No acabarán mis flores . . . No acabarán mis flores, no cesarán mis cantos. Yo cantor los elevo, se reparten, se esparcen. Aun cuando las flores se marchitan y amarillecen, serán llevadas allá, al interior de la casa del ave de plumas de oro. 10 Con flores escribes . . . Con flores escribes, Dador de la vida, con cantos das color, con cantos sombreas a los que han de vivir en la tierra. Después destruirás a águilas y tigres, sólo en tu libro de pinturas vivimos, aquí sobre la tierra. 17 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Con tinta negra borrarás lo que fue la hermandad, la comunidad, la nobleza. Tú sombreas a los que han de vivir en la tierra. 11 En el interior del cielo . . . Sólo allá en el interior del cielo tú inventas tu palabra, ¡Dador de la vida! ¿Qué determinarás? ¿Tendrás fastidio aquí? ¿Ocultarás tu fama y tu gloria en la tierra? ¿Qué determinarás? Nadie puede ser amigo del Dador de la vida . . . Amigos, águilas, tigres, ¿a dónde en verdad iremos? Mal hacemos las cosas, oh amigo. Por ello no así te aflijas, eso nos enferma, nos causa la muerte. Esforzaos, todos tendremos que ir a la región del misterio. 12 NOTAS 1 M. León-Portilla, Trece poetas del mundo azteca, Universidad Nacional, México, 1967. 2 Colección de Cantares Mexicanos, Biblioteca Nacional de México, fol. 18 v. Ibid., fol. 34 r. 3 Ibid., fol. 34 r. 4 Anales de Cuauhtitlán, en Códice Chimalpopoca, Universidad Nacional, México, 1975, p. 165. 5 Véase Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, op. cit., t. II, pp. 173-181 y 212. El Códice o Mapa Quinatzin, manuscrito de origen tezcocano, ofrece asimismo una representación pictográfica de los palacios de Nezahualcóyotl. Anales del Museo Nacional de Arqueología, época I, t. II, México, 1885, pp. 345-368. 6 Ibid., pp. 243-244. 7 Colección de Cantares Mexicanos, fols. 25 r. y v. 8 Romances de los señores de la. Nueva España, Biblioteca de la Universidad de Texas, Austin, fol. 36 r. 9 Cantares Mexicanos, fol. 14 v. 10 Ibid., fol. 16 v. 11 Ibid., fol. 35 r. 12 Ibid., fol. 3 v. • AQUIAUHTZIN, SEÑOR DE AYAPANCO Composición que a algunos podrá parecer imprevisible en el contexto de las literaturas de Mesoamérica es esta de Aquiauhtzin. En tanto que algunas producciones de Nezahualcóyotl tienen una significación que puede calificarse de filosófica, ésta se nos muestra de fina inspiración erótica. El hecho mismo de que, además de haber llegado hasta nosotros en la Colección de Cantares Mexicanos, se nos presenta bien documentada en la Relación de Chimalpahin, deja ver cuál fue la resonancia que tuvo. Igualmente es para nosotros revelación de la amplia gama temática de esta literatura. Como se ha dicho ya, si bien es verdad que la mayor parte de los poemas y cantos que se conservan deben tenerse como anónimos para nosotros, no por ello habrá que hacer a un lado las referencias que se conservan acerca de muestras de la palabra como éstas y otras de las que se tiene noticia. Lo expuesto aquí acerca de Nezahualcóyotl, Tochihuitzin y Aquiauhtzin, ilustra suficientemente que es posible relacionar, en algunos casos, las volutas floridas del canto con los rostros y los corazones de algunos personajes de los que nos hablan las antiguas crónicas. 18 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 C A N T O D E L A S M U J E R E S D E C H A L C O 1. Levantaos, vosotras, hermanitas mías, vayamos, vayamos, buscaremos flores, vayamos, vayamos, cortaremos flores. Aquí se extienden, aquí se extienden las flores del agua y el fuego, las flores del escudo, las que se antojan a los hombres, las que son prestigio: flores de guerra. 2. Son flores hermosas, ¡con las flores que están sobre mí, yo me adorno, son mis flores, soy una de Chalco, soy mujer! Deseo y deseo las flores, deseo y deseo los cantos, estoy con anhelo, aquí en el lugar donde hilamos, en el sitio donde se va nuestra vida. 3. Yo entono su canto, al señor, pequeño Axayácatl, lo entretejo con flores, con ellas lo circundo. Como una pintura es el hermoso canto, como flores olorosas que dan alegría, mi corazón las estima en la tierra. 4. ¿Qué significa todo esto? Así estimo tu palabra, compañero en el lecho, tú, pequeño Axayácatl. Con flores lo entretejo, con flores lo circundo, lo que nos une levanto, lo hago despertarse. Así daré placer a mi compañero en el lecho, a ti, pequeño Axayácatl. Se alegra, se alegra, hace giros, es como niebla. 5. Acompañante, acompañante pequeño, tú, señor Axayácatl. Si en verdad eres hombre, aquí tienes donde afanarte. ¿Acaso ya no seguirás, seguirás con fuerza? Haz que se yerga lo que hace mujer, consigue luego que mucho de veras se encienda. Ven a unirte, ven a unirte: es mi alegría. Dame ya al pequeñín, el pilón de piedra que hace nacer en la tierra. Habremos de reír, nos alegraremos, habrá deleite, yo tendré gloria, pero no, no, todavía no desflores, compañerito, tú, señor, pequeño Axayácatl. 6. Yo, yo soy atrapada, mi manita da vueltas, ven ya, ven ya. 19 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Quieres mamar mis pechos, casi en mi corazón. 7. Quizás tú mismo estropearás lo que es mi riqueza, la acabarás; yo, con flores color de ave de fuego, para ti haré resonar mi vientre, aquí está: a tu perforador hago ofrenda. 8. La preciosa flor de maíz tostado, la del ave de cuello de hule, la flor del cuervo, tu manto de flores, están ya extendidos. 9. Sobre la estera preciosa tú yaces, en casa que es cueva de plumas preciosas, en la mansión de las pinturas. Así en su casa me aflijo, tú, madre mía, quizás ya no puedo hilar. Tal vez no puedo tejer, sólo en vano soy una niña. Soy muchachita de mí se dice que tengo varón. 10. Aborrezco a la gente, mi corazón la detesta en la tierra. Así tristemente cavilo, deseo la maldad, la desesperación ha venido a ser mía. Me digo, ven niña, aun cuando del todo he de morir. 11. Aunque mi madre perezca de tristeza, aquí tengo yo a mi hombre, no puedo ya hacer bailar el huso, no puedo meter el palo al telar: niñito mío, de mí te burlas. 12. ¿Qué me queda? ¡Lo haré! ¿Cómo se embraza el escudo en el interior de la llanura? Yo me ofreceré, me ofreceré, niñito mío, de mí te burlas. 13. Compañerito, niñito mío, tú, señor, pequeño Axayácatl, vamos a estar juntos, a mi lado acomódate, haz hablar tu ser de hombre. ¿Acaso no conozco, no tengo experiencia de tus enemigos, niñito mío? Pero ahora abandónate a mi lado. 20 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 14. Aunque seamos mujeres, tal vez nada logres como hombre. Flores y cantos de la compañera del placer, niñito mío. 15. No hay ya jugo, señor mío, tú, gran señor, tú, pequeño Axayácatl; todavía no empiezas ya estás disgustado, compañero pequeño. Ya me voy a mi casa, niñito mío. Tal vez tú aquí me has embrujado, has pronunciado hermosas palabras. Sabrosa es tu semilla, tú mismo eres sabroso. ¿Acaso se sabe esto en nuestra casa? 16. ¿Acaso tú me has comprado, tú para ti me adquiriste, niñito mío? ¿Tal vez cambiarás mi placer, mi embriaguez? Acaso desprecias, te has disgustado, pequeño compañero, ya me voy a mi casa, niñito mío. 17. Tú, amiga mía, tú mujer ofrendadora, mira cómo permanece el canto, en Cohuatépec, en Cuauhtenanpan, sobre nosotros se extiende, luego pasa. Tal vez mi ser de mujer hace locuras, mi pequeño corazón se aflige. 18. ¿Cómo habré de hacerlo, a aquel que tengo por hombre aunque sean mías falda y camisa? ¡Los que son nuestros hombres, compañeros de lecho! Revuélveme como masa de maíz, tú, señor, pequeño Axayácatl, yo a ti por completo me ofrezco, soy yo, niñito mío, soy yo, niñito mío. Alégrate, que nuestro gusano se yerga. ¿Acaso no eres un águila, un ocelote, tú no te nombras así, niñito mío? ¿Tal vez con tus enemigos de guerra no harás travesuras? Ya así, niñito mío, entrégate al placer. 19. Nada es mi falda, nada mi camisa, yo, mujercita, estoy aquí, viene él a entregar su armonioso canto, viene aquí a entregar la flor del escudo. ¿Acaso de algún modo somos dos, yo mujer de Chalco, yo Ayocuan? 20. Están avergonzados: yo me hago concubina. Niñito mío, ¿acaso no me lo harás 21 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 como se lo hiciste al pobre Cuauhtlatohua? 21. Poco a poco desatad la falda, abrid las piernas, vosotros tlatelolcas, los que lanzáis flechas, mirad aquí a Chalco. 22. Que yo me atavíe con plumas, madrecita mía, que me pinte yo la cara, ¿cómo habrá de verme mi compañero de placer? Ante su rostro saldremos, quizás habrá de irritarse allá en Huexotzinco Xayacamachan, en Tetzmolocan, yo mujer me unté las manos con ungüentos, me acerco con mi falda de fruto espinoso, con mi camisa de fruto espinoso. Los veré a todos perecer. Deseo en Xaltepetlapan a los huexotzincas, al cautivo de Cuetlaxtan, a los traviesos cuetlaxtecas, los veré a todos perecer. 23. ¿De qué modo se sabe? Me llama el niño, el señor, el pequeño Axayácatl quiere conmigo lograr su placer. Por mi causa a dos tendrás que cuidar, niñito mío, tal vez así lo quiere tu corazón, así, poco a poco, cansémonos. Tal vez no de corazón, niñito mío, entras a la que es placer, a tu casa. Tal vez así lo quiere tu corazón, así, poco a poco, cansémonos. ¿De qué modo me lo haces, compañero de placer? Hagámoslo así juntos, ¿acaso no eres hombre? ¿Qué es lo que te confunde? Mi corazón con flores circundas, son tu palabra. Te digo el lugar donde yo tejo, el lugar donde hilo, te hago recordar, compañero pequeño. ¿Qué es lo que te turba, corazón mío? 24. Soy vieja mujer de placer, soy vuestra madre, soy anciana abandonada, soy vieja sin jugo, es esto lo que hago, yo mujer de Chalco. 25. He venido a dar placer a mi vulva florida, 22 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 mi boca pequeña. Deseo al señor, al pequeño Axayácatl. Mira mi pintura florida, mira mi pintura florida: mis pechos. ¿Acaso caerá en vano, tu corazón, pequeño Axayácatl? 26. He aquí tus manitas, ya con tus manos tómame a mí. Tengamos placer. En tu estera de flores en donde tú existes, compañero pequeño, poco a poco entrégate al sueño, queda tranquilo, niñito mío, tú, señor Axayácatl* * [Colección de Cantares Mexicanos, foli. 72 r.-73 v.] Una página del manuscrito de Cantares Mexicanos, conservado en la Biblioteca Nacional de México. En ella se lee: Ycuic in Acolhuacan in Nezahualcoyotzin ic quitlapaloco in huehue Moctecuczomatzin: «Su canto de Nezahualcóyotl de Acolhuacan, con el que fue a saludar a Moctecuhzoma el Viejo». FUENTE: [León Portilla, Miguel 1992, pp. 267-276, 285-290.] C) POÉTICAS • El Diálogo de la Flor y el Canto [1490] REUNIDOS probablemente en algún huerto cercano al palacio del señor Tecayehuatzin, de Huexotzinco, los varios personajes que hacen su aparición en este diálogo, presentan sucesivamente su propia interpretación acerca de lo que es el arte y la poesía, "flor y canto". El diálogo se abre con una invitación de Tecayehuatzin a los diversos poetas, seguida de un elogio del simbolismo de la "flor y el canto". Tecayehuatzin se pregunta desde un principio si la flor y canto será realmente lo único verdadero, lo único capaz de dar raíz al hombre en la tierra. Ayocuan, de Tecamachalco, responde, inquiriendo a su vez sobre el origen de flores y cantos. ¿Acaso pueden ser un lenguaje para hablar con el Dador de la vida? ¿Son tan sólo un recuerdo del hombre en la tierra? ¿Perduran quizás en el más allá? Aquiauhtzin, señor de Ayapanco, toma en seguida la palabra y con insistencia afirma que flores y cantos son una invocación al Dador de la vida. Éste, de hecho, se hace presente a través de la inspiración del arte y la poesía. Cuauhtencoztli, poeta de Huexotzinco, expresa sus dudas acerca* de la verdad que puedan tener el hombre y sus cantos. Le responde Motenehuatzin, príncipe teupil, esforzándose por disipar la que considera actitud pesimista de Cuauhtencoztli. En realidad, son las flores y cantos lo único que puede ahuyentar la tristeza. En una especie de interludio vuelve a tomar la palabra el señor Tecayehuatzin para exhortar de nuevo a los poetas allí congregados a alegrarse. Motenehuatzin hace eco a sus palabras insistiendo en que flor y canto es la riqueza y alegría de los príncipes. Pero la discusión acerca del sentido de la poesía descrita ya, como tal vez lo único verdadero en la tierra, como el don de los dioses, como el único recuerdo del hombre en la tierra, como el camino para encontrar a la divinidad, y como alegría y riqueza de los príncipes, es considerada ahora por Xayacámach como el único modo de embriagar los corazones para olvidarse aquí de la tristeza. Hablando del corazón embriagado por flores y cantos, Xayacámach se ve interrumpido por 23 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Tlapalteuccitzin, quien también desea hablar acerca de las flores. En función de ellas se describe a sí mismo. Afirma que entre flores y cantos ha nacido. Siendo esta vida experiencia única, es necesario cultivar la propia raíz de la flor y el canto, alegrarse con ella y gozar en la casa de la primavera y de las pinturas. Ayocuan, de Tecamachalco, ha seguido con interés la trayectoria del diálogo. Al ver que éste se aproxima a su fin, toma una vez más la palabra para formular, en función de flores y cantos, el supremo elogio de la ciudad de Tecayehuatzin: Huexotzinco. Allí, donde está la casa de las pinturas, las casas preciosas, no reina la guerra. Es la ciudad de los timbales, las flautas y las conchas de tortuga. En ella se han quedado prendidos los cantos al son de tamboriles y timbales. Tecayehuatzin, que ha sido el huésped generoso de esta reunión, así como le dio principio, le da también fin. Presenta una última idea acerca de lo que es la poesía, "flor y canto". Cada quien ha dado su propia opinión, tal vez no sea posible ponerse de acuerdo. Pero, al menos, sí estarán todos anuentes en reconocer que las flores y los cantos son precisamente lo que hace posible la reunión de los amigos. Éste es "el sueño de una palabra"; gracias a la flor y el canto, "sabemos que son verdaderos los corazones de nuestros amigos". Tal es, en pocas palabras, el argumento del diálogo de la flor y el canto. A continuación se ofrece la versión íntegra y literal del mismo. Diálogo de la Poesía: Flor y Canto [Ms. Cantares Mexicanos, fol. 9v.- 11 v.] TECAYEHUATZIN: ¿Dónde andabas, oh poeta? Apréstese ya el florido tambor, ceñido con plumas de quetzal, entrelazadas con flores doradas. Tú darás deleite a los nobles, a los caballeros águilas y tigres. Bajó sin duda al lugar de los atabales, allí anda el poeta, despliega sus cantos preciosos, uno a uno los entrega al Dador de la vida. Le responde el pájaro cascabel. Anda cantando, ofrece flores. Nuestras flores ofrece. Allá escucho sus voces, en verdad al Dador de la vida responde, responde el pájaro cascabel, anda cantando, ofrece flores. Nuestras flores ofrece. Como esmeraldas y plumas finas, llueven tus palabras. Así habla también Ayocuan Cuetzpaltzin, que ciertamente conoce al Dador de la vida. Invitación a los poetas. Su llegada al lugar de la música. "Flor y canto": el don del pájaro cascabel. La poesía del príncipe Ayocuan. Así vino a hacerlo también 24 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 aquel famoso señor «Flor y canto», ¿lo único verdadero? Invitación y alabanza de los príncipes poetas Respuesta de Ayocuan. El origen de la "flor y el canto". Elogio de Tecayehuatzin y de la amistad. Las flores y los cantos de los principes, ¿hablan acaso al Dador de la vida? Anhelo de hallar flores y cantos. que con ajorcas de quetzal y con perfumes, deleitaba al único Dios. ¿Allá lo aprueba tal vez el Dador de la vida? ¿Es esto quizás lo único verdadero en la tierra? Por un breve momento, por el tiempo que sea, he tomado en préstamo a los príncipes: ajorcas, piedras preciosas. Sólo con flores circundo a los nobles. Con mis cantos los reúno en el lugar de los atabales. Aquí en Huexotzinco he convocado esta reunión. Yo el señor Tecayehuatzin, he reunido a los príncipes: piedras preciosas, plumajes de quetzal. Sólo con flores circundo a los nobles. AYOCUAN: Del interior del cielo vienen las bellas flores, los bellos cantos. Los afea nuestro anhelo, nuestra inventiva los echa a perder, a no ser los del príncipe chichimeca Tecayehuatzin. ¡Con los de él, alegraos! La amistad es lluvia de flores preciosas. Blancas vedijas de plumas de garza, se entrelazan con preciosas flores rojas: en las ramas de los árboles, bajo ellas andan y liban los señores y los nobles. Vuestro hermoso canto: un dorado pájaro cascabel, lo eleváis muy hermoso. Estáis en un cercado de flores. Sobre las ramas floridas cantáis. ¿Eres tú acaso, un ave preciosa del Dador de la vida? ¿Acaso tú al dios has hablado? Habéis visto la aurora, y os habéis puesto a cantar. Esfuércese, quiera las flores del escudo, las flores del Dador de la vida. ¿Qué podrá hacer mi corazón? En vano hemos llegado, en vano hemos brotado en la tierra. 25 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 ¿Sólo así he de irme «Flor y canto»: recuerdo del hombre en la tierra. Las «flores y cantos» perduran también con el Dador de la vida. Expresión de duda: aquí es la "región del momento fugaz",¿cómo es en el más alla? La respuesta de Aquiauhtiin. La búsqueda del Dador de la vida. Desde la región de las flores y las pinturas se busca al Dador de la vida. Todos aguardan la palabra del Dador de la vida. como las flores que perecieron? ¿Nada quedará en mi nombre? ¿Nada de mi fama aquí en la tierra? ¡Al menos flores, al menos cantos! ¿Qué podrá hacer mi corazón? En vano hemos llegado, en vano hemos brotado en la tierra. Gocemos, oh amigos, haya abrazos aquí. Ahora andamos sobre la tierra florida. Nadie hará terminar aquí las flores y los cantos, ellos perduran en la casa del Dador de la vida. Aquí en la tierra es la región del momento fugaz. ¿También es así en el lugar donde de algún modo se vive? ¿Allá se alegra uno? ¿Hay allá amistad? ¿O sólo aquí en la tierra hemos venido a conocer nuestros rostros? AQUIAUHTZIN: Por allá he oído un canto, lo estoy escuchando, toca su flauta, sartal de flores, el Rey Ayocuan. Ya te responde, ya te contesta, desde el interior de las flores Aquiauhtzin, señor de Ayapanco. ¿Dónde vives, oh mi dios, Dador de la vida? Yo a ti te busco. Algunas veces, yo poeta por ti estoy triste, aunque sólo procuro alegrarte. Aquí donde llueven las blancas flores, las blancas flores preciosas, en medio de la primavera, en la casa de las pinturas, yo sólo procuro alegrarte. ¡Oh, vosotros que de allá de Tlaxcala, habéis venido a cantar, al son de brillantes timbales, 26 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 en el lugar de los atabales! Invocación insistente al Dador de la vida. El pájaro cascabel, símbolodel Dador de la vida, aparece cantando. Con su venida llueven las flores. Nueva pregunta El Dador de la vida se hace presente en las flores y los cantos. Las preguntas sobre la verdad de los hombres y los cantos. Flores fragantes: el señor Xicoténcatl de Tizatlan, Camazochitzin, quienes se alegran con cantos y flores, aguardan la palabra del dios. En todas partes está tu casa, Dador de la vida. La estera de flores, tejida con flores por mí. Sobre ella te invocan los príncipes. Los variados árboles floridos se yerguen en el lugar de los atabales. Tú estás allí: Con plumas finas entreveradas, hermosas flores se esparcen. Sobre la estera de la serpiente preciosa, anda el pájaro cascabel, anda cantando, sólo le responde al señor, alegra a águilas y tigres. Ya llovieron las flores, ¡comience el baile, oh amigos nuestros, en el lugar de los atabales! ¿A quién se espera aquí? Se aflige nuestro corazón. Sólo el dios, escucha ya aquí, ha bajado del interior del cielo, viene cantando. Ya le responden los príncipes, que llegaron a tañer sus flautas. CUAUHTENCOZTLI: Yo Cuauhténcoz, aquí estoy sufriendo. Con la tristeza he adornado mi florido tambor. ¿Son acaso verdaderos los hombres? ¿Mañana será aún verdadero nuestro canto? ¿Qué está por ventura en pie? ¿Qué es lo que viene a salir bien? Aquí vivimos, aquí estamos, pero somos indigentes, oh amigo. Si te llevara allá, allí sí estarías en pie. 27 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 MOTENEHUATZIN: Sólo he venido a cantar. Motenehuatzin toma la palabra. Flores y cantos: lo que ahuyenta la tristeza. También él, Motenehuatzin, ha oído un canto inspirado. De nuevo Tecayehuatzin exhorta a todos a alegrarse. ¿Qué decís, oh amigos? ¿De qué habláis aquí? Aquí está el patio florido, a él viene, oh príncipes, el hacedor de cascabeles, con llanto, viene a cantar, en medio de la primavera. Flores desiguales, cantos desiguales, en mi casa todo es padecer. En verdad apenas vivimos, amargados por la tristeza. Con mis cantos, como plumas de quetzal entretejo a la nobleza, a los señores, a los que mandan, yo, Motenehuatzin. Oh Telpolóhuatl, oh príncipe Telpolóhuatl, todos vivimos, todos andamos en medio de la primavera. Flores desiguales, cantos desiguales, en mi casa todo es padecer. He escuchado un canto, he visto en las aguas floridas al que anda allí en la primavera, al que dialoga con la aurora, al ave de fuego, al pájaro de las milpas, al pájaro rojo: al príncipe Monencauhtzin. TECAYEHUATZIN: Amigos míos, los que estáis allí, los que estáis dentro de la casa florida, del pájaro de fuego, enviado por el dios. Venid a tomar el penacho de quetzal, que vea yo a quienes hacen reír a las flautas preciosas, a quienes están dialogando con tamboriles floridos: Los príncipes, los señores, que hacen sonar, que resuenan, los tamboriles con incrustaciones de turquesa, en el interior de la casa de las flores. Escuchad, canta, parla en las ramas del árbol con flores, oíd cómo sacude su florido cascabel dorado, el ave preciosa de las sonajas: el príncipe Monencauhtzin. Con su abanico dorado anda abriendo sus alas, y revolotea entre los atabales floridos. 28 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 MONENCAUHTZIN: Brotan, brotan las flores, Flor y canto: riqueza y alegría de los príncipes Flor y canto: modo de embriagar los corazones. Salutación del recién llegado También quiere hablar acerca de las flores. abren sus corolas las flores, ante el rostro del Dador de la vida. Él te responde. El ave preciosa del dios, al que tú buscaste. Cuántos se han enriquecido con tus cantos, tú los has alegrado. ¡Las flores se mueven! Por todas partes ando, por doquiera converso yo poeta. Han llovido olorosas flores preciosas en el patio enflorado, dentro de la casa de las mariposas. XAYACAMACH: Todos de allá han venido, de donde están en pie las flores. Las flores que trastornan a la gente, las flores que hacen girar los corazones. Han venido a esparcirse, han venido a hacer llover guirnaldas de flores, flores que embriagan. ¿Quién está sobre la estera de flores? Ciertamente aquí es tu casa, en medio de las pinturas, habla Xayacámach. Se embriaga con el corazón de la flor del cacao. Resuena un hermoso canto, eleva su canto Tlapalteuccitzin. Hermosas son sus flores, se estremecen las flores, las flores del cacao. TLAPALTEUCCITZIN: Oh amigos, a vosotros os ando buscando. Recorro los campos floridos y al fin aquí estáis. ¡Alegraos, narrad vuestras historias! Oh amigos, ha llegado vuestro amigo. ¿Acaso entre flores vengo a introducir la flor del cadillo y del muicle, las flores menos bellas? ¿Acaso soy también invitado, 29 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 yo menesteroso, oh amigos? Descripción de sí mismo: «cantor de flores» Su origen y su vida: flores y cantos. Invitación a alegrarse. La vida: experiencia única. Respuesta: flores y cantos deleitan al hombre y acercan al Dador de la vida. ¿Yo quién soy? Volando me vivo, compongo un himno, canto las flores: mariposas de canto. Surjan de mi interior, saboréelas mi corazón. Llego junto a la gente, he bajado yo, ave de la primavera, sobre la tierra extiendo mis alas, en el lugar de los atabales floridos. Sobre la tierra se levanta, brota mi canto. Aquí, oh amigos, repito mis cantos. Yo entre cantos he brotado. Aún se componen cantos. Con cuerdas de oro ato mi ánfora preciosa. Yo que soy vuestro pobre amigo. Sólo atisbo las flores, yo amigo vuestro, el brotar de las flores matizadas. Con flores de colores he techado mi cabaña. Con eso me alegro, muchas son las sementeras del dios. ¡Haya alegría! Si de veras te alegraras en el lugar de las flores, tú, ataviado con collares, señor Tecayehuatzin. ¿Acaso de nuevo volveremos a la vida? Así lo sabe tu corazón: Sólo una vez hemos venido a vivir. He llegado a los brazos del árbol florido, yo florido colibrí, con aroma de flores me deleito, con ellas mis labios endulzo. Oh, Dador de la vida, con flores eres invocado. Nos humillamos aquí, te damos deleite en el lugar de los floridos atabales, ¡señor Atecpanécatl! Allí guarda el tamboril, lo guarda en la casa de la primavera, allí te esperan tus amigos, 30 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Yaomanatzin, Micohuatzin, Ayocuatzin. Alabanza de Huexotzinco: no es una ciudad guerrera. Huexotzinco, casa de timbales y cantos, casa del Dador de la vida. Las casas de pinturas donde mora el Dador de la vida. La primavera llega y se va. «El sueño de una palabra ilumina: son verdaderos nuestros amigos. Ya con flores suspiran los príncipes. AYOCUAN: Asediada, odiada sería la ciudad de Huexotzinco, si estuviera rodeada de dardos, Huexotzinco circundada de espinosas flechas. El timbal, la concha de tortuga repercuten en tu casa, permanecen en Huexotzinco. Allí vigila Tecayehuatzin, el señor Quecéhuatl, allí tañe la flauta, canta, en su casa de Huexotzinco. Escuchad: hacia acá baja nuestro padre el dios. Aquí está su casa, donde se encuentra el tamboril de los tigres, donde han quedado prendidos los cantos al son de los timbales. Como si fueran flores, allí se despliegan los mantos de quetzal en la casa de las pinturas. Así se venera en la tierra y el monte, así se venera al único dios. Como dardos floridos e ígneos se levantan tus casas preciosas. Mi casa dorada de las pinturas, ¡también es tu casa, único dios! TECAYEHUATZIN: Y ahora, oh amigos, oíd el sueño de una palabra: Cada primavera nos hace vivir, la dorada mazorca nos refrigera, la mazorca rojiza se nos torna un collar. ¡Sabemos que son verdaderos los corazones de nuestros amigos! Tal es el diálogo del simbolismo y la poesía, "flor y canto", sostenido por los sabios nahuas en su afán por decir palabras verdaderas en la tierra, acerca de lo que nos sobrepasa, la región del misterio. A continuación veremos cómo, valiéndose precisamente de la poesía, formularon los tlamatinime una concepción sobre la divinidad, enteramente distinta de la impuesta a los aztecas por Tlacaélel. La concepción de la divinidad a que llegaron estos sabios de Texcoco, Huexotzinco, Chalco y otras ciudades del mundo náhuatl, como se ha dicho, tiene sus más hondas raíces en el viejo pensamiento de los toltecas. 31 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 • Toltequidad [Códice Matritense de la Real Academia, fol. 115v.-116r. Informantes de Sahagún.] Tolteca: artista, discípulo, abundante, múltiple, inquieto. El verdadero artista: capaz, se adiestra, es hábil; dialoga con su corazón, encuentra las cosas con su mente. El verdadero artista todo lo saca de su corazón; obra con deleite, hace las cosas con calma, con tiento, obra como un tolteca, compone cosas, obra hábilmente, crea; arregla las cosas, las hace atildadas, hace que se ajusten. El torpe artista: obra al azar, se burla de la gente, opaca las cosas, pasa por encima del rostro de las cosas, obra sin cuidado, defrauda a las personas, es un ladrón. • El poeta Cuicapicqui: el poeta [Ms. Cantares Mexicanos, fol. 68 r.] Comienzo ya aquí, ya puedo entonar el canto: de allá vengo, del interior de Tula, ya puedo entonar el canto; han estallado, se han abierto las palabras y las flores. Oíd con atención mi canto: ladrón de cantares, corazón mío, ¿dónde los hallarás? Eres un menesteroso. Como de una pintura, toma bien lo negro y rojo [el saber] y así tal vez dejes de ser indigente. 32 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 • El Cantor Cuicani: el cantor [Ibid., fol. 118.] El cantor: el que alza la voz, de sonido claro y bueno, da de sí sonido bajo y tiple . . . Compone cantos, los crea, los forja, los engarza. El buen cantor, de voz educada, recta, limpia es su voz, sus palabras firmes como redondas columnas de piedra. Agudo de ingenio, todo lo guarda en su corazón. De todo se acuerda, nada se le olvida. Canta, emite voces, sonidos claros, como redondas columnas de piedra, sube y baja con su voz. Canta sereno, tranquiliza a la gente . . . El mal cantor: suena como campana rota, ayuno y seco como una piedra, su corazón está muerto, está comido por las hormigas, nada sabe su corazón. 33 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Los textos citados muestran varios puntos fundamentales en lo que pudiera llamarse proceso psicológico que lleva a la creación artística, así como sobre los resultados de ésta. Vale la pena analizar con algún detenimiento esos puntos principales. El artista náhuatl, aparece ante todo como heredero de la tradición tolteca. Él mismo pretende llegar a ser un nuevo tolteca, quiere obrar como tal. Parece indudable que se le considera como un predestinado en función del destino determinado por su nacimiento, de acuerdo con el Tonclámatl o calendario adivinatorio. De quienes nacían, por ejemplo, en el día 1-Flor, se lee en un antiguo texto: El que nacía en esas fechas [Ce Xóchitl: 1-Flor...], fuese noble o puro plebeyo, llegaba a ser amante del canto, divertidor, comediante, artista. Tomaba esto en cuenta, merecía su bienestar y su dicha, vivía alegremente, estaba contento en tanto que tomaba en cuenta su destino, o sea, en tanto que se amonestaba a sí mismo, y se hacía digno de ello. Pero el que no se percataba de esto, si lo tenía en nada, despreciaba su destino, como dicen, aun cuando fuera cantor o artista, forjador de cosas, por esto acaba con su felicidad, la pierde. [No la merece.] Se coloca por encima de los rostros ajenos, desperdicia totalmente su destino. A saber, con esto se engríe, se vuelve petulante. Anda despreciando los rostros ajenos, se vuelve necio y disoluto su rostro y su corazón, su canto y su pensamiento, ¡poeta que imagina y crea cantos, artista del canto necio y disoluto! [Ibid., fol. 300.] La predestinación al arte, implicaba una cierta capacidad innata. Tan sólo que era necesario que quien pretendía emular a los toltecas tomara en cuenta su destino, se amonestara a sí mismo y se hiciera digno de él. Para esto, debía concurrir a los centros nahuas de educación, particularmente a aquellos que como las cuicacalli o "casas de canto", tenían como función la de capacitar a los artistas. Gracias a la educación, el novel artista se adentraba en los mitos y tradiciones de la antigua cultura. Llegaba a conocer sus ideales y a recibir la inspiración de los mismos. Encardinado de raíz en su cultura, sus futuras creaciones tendrán sentido pleno dentro de ella; podrán encontrar resonancia en el pueblo náhuatl. FUENTE: [León Portilla, Miguel 1968, pp. 128-139, 162, 167-169.] 34 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 2.- MITOS A) MITO COSMOGÓNICO Piedra del Sol • MITO DE LAS EDADES [Versión de 1544] Se refería, se decía que así hubo ya antes cuatro vidas, y que ésta era la quinta edad. Como lo sabían los viejos, en el año 1-Conejo se cimentó la tierra y el cielo. Y así lo sabían, que cuando se cimentó la tierra y el cielo, habían existido ya cuatro clases de hombres, cuatro clases de vidas. Sabían igualmente que cada una de ellas había existido en un Sol [una edad]. Y decían que a los primeros hombres su dios los hizo, los forjó de ceniza. Esto lo atribuían a Quetzalcóatl, cuyo signo es 7-Viento, él los hizo, él los inventó. El primer Sol [edad] que fue cimentado, 35 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 su signo fue 4-Agua, se llamó Sol de Agua. En él sucedió que todo se lo llevó el agua. Las gentes se convirtieron en peces. Se cimentó luego el segundo Sol [edad]. Su signo era 4-Tigre. Se llamaba Sol de Tigre. En él sucedió que se oprimió el cielo, el Sol no seguía su camino. Al llegar el Sol al mediodía, luego se hacía de noche y cuando ya se oscurecía, los tigres se comían a las gentes. Y en este Sol vivían los gigantes. Decían los viejos que los gigantes así se saludaban: "no se caiga usted", porque quien se caía, se caía para siempre. Se cimentó luego el tercer Sol. Su signo era 4-Lluvia. Se decía Sol de Lluvia [de fuego]. Sucedió que durante él llovió fuego, los que en él vivían se quemaron. Y durante él llovió también arena. Y decían que en él llovieron las piedrezuelas que vemos. que hirvió la piedra tezontle y que entonces se enrojecieron los peñascos. Su signo era 4-Viento, Se cimentó luego el cuarto Sol. se decía Sol de Viento. Durante él todo fue llevado por el viento. Todos se volvieron monos. Por los montes se esparcieron, se fueron a vivir los hombres-monos. El Quinto Sol : 4-Movimiento su signo. Se llama Sol de Movimiento, porque se mueve, sigue su camino. Y como andan diciendo los viejos, en él habrá movimientos de tierra, habrá hambre y asi pereceremos. 36 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 En el año 13-Caña, se dice que vino a existir nació el Sol que ahora existe. Entonces fue cuando iluminó, cuando amaneció, el Sol de movimiento que ahora existe. 4-Movimiento es su signo. Es éste el quinto Sol que se cimentó, en él habrá movimientos de tierra, en él habrá hambres. [Anales de Cuauhtitlán, fol. 2] Este Sol, su nombre 4-Movimiento, éste es nuestro Sol, en el que vivimos ahora, y aquí está su señal, cómo cayó en el fuego el Sol, en el fogón divino, allá en Teotihuacán. Igualmente fue este Sol de nuestro principe, en Tula, o sea de Quetzalcóatl. [Ms. de 1558, fol. 77] FUENTE: [León Portilla, Miguel 1968, pp. 16-19] • LA LEYENDA DE LOS SOLES [MITO DE LAS EDADES, versión de 1558] El o los indígenas que pusieron por escrito este texto anotaron al principio el año de 1558 como el de la fecha en que llevaron a cabo la tarea. Por evidencia interna es posible afirmar que el texto es la lectura transcrita del contenido de uno o varios antiguos códices. Lo cual se percibe fácilmente en numerosas frases como éstas: «Aquí está...», «aquí se ve...», «en seguida está...», «luego aquí se mira...». Tales frases son apuntamientos a las imágenes y signos glíficos que están contemplando los que llevan a cabo la lectura y la consiguiente transcripción valiéndose ya del alfabeto. La Leyenda de los Soles abarca los siguientes temas: la relación acerca de los cuatro soles o edades cósmicas que han precedido a la actual; las actuaciones de Quetzalcóatl como restaurador de los seres humanos y redescubridor del maíz, «nuestro sustento»; la aparición de la nueva edad en que vivimos, la del Quinto Sol, cuyo signo calendárico es 4-Movimiento; las narraciones míticas acerca de Mixcóatl, «Serpiente de Nubes», y sus hijos, con las conquistas llevadas a cabo por ellos; la aparición del sacerdote 1-Caña, Quetzalcóatl, su reinado en Tula y la decadencia de esta ciudad. Como final de este conjunto de relatos está el que versa sobre un portentoso juego de pelota en el que el último gobernante de Tula, Huemac, vence a los dioses de la lluvia y se atrae sobre sí la cólera de éstos con funestas consecuencias. 37 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 A modo de transición entre esa primera parte de relatos sagrados y míticos se dice en el texto que, al destruirse los toltecas, serán otros los, que vendrán a imponerse en la tierra. Éstos serán los mexicas. Cual si se estuviera ya contemplando un códice de contenido histórico, muy diferente de aquel o aquellos que proporcionaron las relaciones anteriores, se transcriben luego testimonios que abarcan desde la salida de los mexicas de Aztlán hasta su establecimiento en Tenochtitlán y lo que siguió, es decir, los reinados de sus señores hasta llegar al de Axayacatl que tuvo principio en un año que correspondió al de 1469. Con e1 enunciado de algunos de los señoríos que conquistó Axayacatl, se interrumpe de pronto el relato ya que el manuscrito que se conserva se encuentra truncado. El texto, obra de indígenas que escriben con apoyo en la lectura que están haciendo de varios antiguos códices y tomando en cuenta relatos de la tradición oral, es creación que bien puede calificarse de literaria y de un interés muy grande. Citaremos, como muestra de su contenido, la parte inicial en que se habla de los varios soles o edades cósmicas que han existido: Aquí está la relación oral de lo que se sabe acerca del modo como, hace ya mucho tiempo, la tierra fue cimentada. Una por una, he aquí sus varias fundamentaciones. En qué forma comenzó, en qué forma dio principio cada sol hace 2.513 años, así se sabe hoy, día 22 de mayo de 1558 años. Este sol, de signo calendárico 4-Tigre, duró 676 años. Los que en este primer sol habitaron, fueron comidos por tigres al tiempo del sol 4-Tigre. Y lo que comían era nuestro sustento, lo que con nombre calendárico se dice 7-Grama. Vivieron ellos 676 años. Y el tiempo en que fueron comidos fue en 13 años. Con esto perecieron y se acabó todo y fue cuando se destruyó ese sol. Y su año era 1-Caña. Comenzaron a ser devorados en un día 4-Tigre y con esto terminó y todos perecieron. Este sol tiene por nombre calendárico el de 4-Viento. Estos, que en segundo lugar habitaron en este mundo, fueron llevados por el viento al tiempo del sol 4-Viento y perecieron. Fueron arrebatados por el viento; se volvieron monos. Sus casas, sus árboles, todo fue arrebatado por el viento y este sol fue también llevado por el viento. Y lo que comían era nuestro sustento, lo que se nombra con el signo calendárico 12- Serpiente. El tiempo en que estuvieron viviendo fue 364 años. Así perecieron en un solo día llevados por el viento, en el signo 4-Viento perecieron. Su año era el de signo calendárico 1-Pedernal. Este sol de nombre 4-Lluvia fue el tercero. Los que vivieron en esa tercera edad al tiempo del sol 4-Lluvia, también perecieron, llovió sobre ellos fuego. Se volvieron guajolotes [pavos]. Y también ardió el sol, todas sus casas ardieron y así vivieron 312 años. Perecieron, por un día entero llovió fuego. Lo que comían era nuestro sustento, lo que se dice por su nombre calendárico 7-Pedernal. Su año era 1-Pedernal y su día 4-Lluvia. Los que perecieron eran los que se habían convertido en pavos. Y así ahora se llama a las crías de ellos pilpil-pilpil. Este sol se llama con su nombre calendárico 4-Agua. El tiempo que duró el agua fue 52 años. Estos que vivieron en esta cuarta edad estuvieron en el tiempo del sol 4- Agua. Duró 676 años. Así perecieron. Fueron oprimidos por el agua y se volvieron peces. Se vino abajo el cielo en un solo día y perecieron. Lo que comían era nuestro sustento, lo que se llama con su nombre calendárico 4-Flor. Su año era 1-Casa y su signo 4-Agua. Perecieron. Todo monte pereció. El agua estuvo extendida 52 años y con esto terminaron sus años. Este sol tiene por nombre calendárico 4-Movimiento. Éste es nuestro sol, en el que vivimos ahora. Aquí está su señal, como cayó en el fuego el sol, en el fogón divino, allá en Teotihuacán. También es el sol de nuestro príncipe en Tula, de nuestro señor Quetzalcóatl. Es el quinto sol, 4-Movimiento es su signo calendárico. Se llama sol de movimiento porque se mueve, sigue su camino. Y como andan diciendo los viejos, en él habrá movimientos de tierra, habrá hambre y con esto pereceremos. 38 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 [«Leyenda de los Soles», en M. León-Portilla, La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes, Universidad Nacional, México, 1983, pp. 102-103.] Obra de indígenas es esta que concuerda en su meollo con relatos paralelos que se incluyen en otras fuentes, como en los Anales de Cuauhtitlán, otro importante manuscrito en náhuatl en el que probablemente uno o varios de los discípulos de Sahagún, entre ellos Alonso Bejerano, nativo precisamente de Cuauhtitlán, reúnen textos de diversas procedencias. Los Anales de Cuauhtitlán, no obstante ser compilación llevada a cabo por indígenas, parecen denotar una cierta estructuración influida tal vez por criterios de origen europeo. Se explicaría esto tomando en cuenta que tanto Alonso Bejerano como los otros alumnos de Sahagún se habían visto influidos por sus enseñanzas y por los cursos de historia que habían tomado durante los años que estuvieron en el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco. En la «Leyenda de los Soles», en cambio, no es perceptible tal género de influencia. Allí se está transcribiendo el contenido de antiguos códices, probablemente con comentarios derivados de la tradición oral. FUENTE: [León Portilla, Miguel 1992, pp. 175-177.] • LEYENDA DE LOS SOLES [MITO DE LAS EDADES, relación anónima escrita en lengua mexicana el año de 1558. Traducción de Don Francisco del Paso y Troncoso] La primera pieza de este volumen es el primitivo traslado literario del mito cosmogónico fundamental de los antiguos mexicanos. Escrito en mayo de 1558, el original náhuatl, anónimo, revela el peculiarísimo estilo que debieron tener las literaturas aborígenes. Desde luego se advierten estrechas analogías –de concepción y técnicas– con las expresiones literarias, más conocidas, de los mayas-quichés: aquel ritmo, aquella arquitectura orientales, el modo de los versículos, los parelelismos, reiteraciones, imágenes, epítetos, perífrasis y antítesis, que notábamos en la Crónica de Chac-Xulub-Chen (tomo 2º de la B. del E. U.); aquel prodigioso desbordamiento de la fantasía, que admira en el Libro del Consejo y en el Chilam-Balam de Chumayel (tomos 1º y 21 de la propia Biblioteca) están aquí, como constantes de igual sensibilidad. La traducción española que adoptamos es la de don Francisco del Paso y Troncoso, publicada juntamente con el origen náhuatl en Florencia, como cuaderno 1º del volumen y de la Biblioteca Náhuatl (tipografía de Salvador Landi, 1903). Por hacer más accesible la versión, el traductor añade, entre paréntesis, algunas expresiones complementarias; hágase la prueba de suprimirlas y resaltará el sentido poético, arcaico, sustantivo, del documento. 39 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Bien está pensar que éste es uno de los casos típicos en que, a poco de consumada la conquista, cuando los indios versados en la significación de los jeroglíficos aprendieron la escritura fonética, transcribieron sus códices de escritura figurativa, teniéndolos a la vista; pero hay algo más: el estilo plástico, descriptivo, topográfico y lleno de colorido, aparece no sólo en documentos que explicitan jeroglíficos: también es propio de las transcripciones de cantares y relatos conservados por tradición oral (compárese Poesía Indígena, tomo 11 de la Biblioteca del Estudiante Universitario); en sí, las lenguas aborígenes poseen el ingenio en que arraiga tal estilo; las gentes que moraban estas regiones debían pensar, sentían y hablaban en función de sus habituales representaciones plásticas; dicho más compendiosamente: el espíritu mágico de aquellos hombres era de naturaleza plástica y a ello reducían sus vivencias mayores y menores. La utopía educativa de Campanella en La ciudad del Sol, era cosa real entre los pueblos antiguos de América. Como ilustraciones ajenas al documento, pero relativas al mito de los cuatro soles, reproducimos las correspondientes láminas del Códice Vaticano, una de cuyas exégesis puede verse en el estudio de don Alfredo Chavero, titulado La piedra del Sol (Anales del Museo Nacional de México, tomo I, p. 353). Aquí está (la) leyenda de palabra de la disposición (que) antiguamente se tuvo a fin de que se haga la tierra por veces: (que) de una en una vez algo se haga. Cuando empezó esto, sólo así se sabe, que comenzó todo Sol de dos Cañas — 6 x 400, 2400 años, más 5 x 20 = 100 años, más 10 años, más 3 (2513) años hoy en el (mes de) Mayo — corriendo su 22º día – de 1558 años. I LOS 4 SOLES COSMOGÓNICOS LEYENDAS DEL HUESO Y DEL MAÍZ Este Sol era (el de) 4 tigres: (duró) 676 años. — Éstos (los hombres) la 1ª vez, por todas partes, (de los) tigres fueron comidos en el Sol (o día) 4 tigres; y lo que comían = 7 Malinallí — eran los frutos de la tierra; y con esto vivieron 400 años, más 10 x 20 = 200 años, más 3 x 20 = 60 años, y luego más 15 años, más 1 (676 años); y desde que de las fieras fueron comidos (pasaron) 10 años, más 3 años (13 años) hasta que perecieron del todo; hasta que fueron acabando; y cuando se destruyó (o desapareció) el Sol, pues su año de ellos era una Caña; y cuando comenzaron a ser comidos (fue) un día ferial (o signo) 4 tigres; y también el mismo cuando llegaron a concluir, cuando se destruyeron del todo. (Lámina 1) Este Sol su nombre (es) 4 Vientos: éstos (los hombres) la 2ª vez, que estaban asentados, del viento fueron perseguidos (o llevados): en el día (o Sol) de 4 vientos fue: y cuando perecieron, (cuando) del viento fueron llevados, monas volviéronse; (y) sus casas, también sus árboles, todo (del) viento fue llevado; y este Sol no más también (del viento) fue llevado; y lo que comían = 12 culebra = eran los frutos de la tierra de ellos; y con esto habían vivido 15 x 20 = 300 años, más 3 x 20 = 60 años (y) luego Lámina 1 40 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 más 4 años (364 años); cuando perecieron del todo, no más (en) un día, (del) viento fueron llevados; en un día ferial (o signo) 4 vientos (fue) cuando perecieron, y su año de ellos era un Pedernal. (Lámina 2) Este Sol, 4 lluvias, (fue) el 3º; de manera que (de) 3 modos habían vivido en (o hasta) el Sol de 4 lluvias; y cuando perecieron les llovió fuego, aves volviéronse y también ardió el Sol: toda casa de ellos ardió; y con esto habían vivido 15 x 20 = 300 años, más 10 años, más 2 (312 años); y cuando perecieron del todo (fue) no más (en) un día que llovió fuego; y lo que comían = 7 Pedernales = eran los frutos de la tierra de ellos; y su año de ellos un Pedernal; y (en) un día ferial (o signo) 4 lluvias fue; cuando perecieron niños eran, por lo cual ahora, por causa de esto, se llaman niños muy niños. (Lámina 3) Lámina 2 Lámina 3 Este Sol (es) 4 agua su nombre; y desde que estuvo extendida el agua (pasaron) 2 x 20 = 40 años más 10, más 2 (52 años); éstos (fue) el 4º (de) los modos (como) habían vivido, en el Sol (que) fue 4 agua; y con esto habían vivido 400 años, más 10 x 20 = 200 años, más 3 x 20 = 60 años, y luego más 15 años, más 1 (676 años); y cuando perecieron del todo, anegáronse, se volvieron peces: haciacá se hundió el cielo, en un sólo día perecieron; y lo que comían = 4 flores = eran sus frutos de la tierra de ellos; y su año de ellos era una Casa, y (en) un día ferial (o signo) 4 Agua (fue) cuando perecieron: todo cerro (pueblo) se destruyó; y con esto estuvo (extendida) el agua 2 x 20 = 40 años, más 10, más 2 (52 años). (Lámina IV.) Lámina 4 Y cuando acaba su año de ellos, al punto cita (el dios) a sus mensajeros, cuyos nombres (son) N’ata (mi padre del agua), y su mujer, su nombre Nene (muñeca, natura de mujer), les dijo: "Que no es nada (no hay cuidado), echad, derribad, horadad (un) ciprés muy grande, y allá entraréis cuando (sea) la fiesta de la Velación", (que) cerca de ellos se desplome haciacá el cielo. Y allí entraron: tapan al punto los agujeros; les dijo (el dios): "No más una (mazorca) comerás de maíz, también una tu mujer." Y cuando consumieron toda la comida, en arena tocaron (encallaron): allí irá a ensanchar el agujero; el agua ya no se mueve, el árbol ya luego se descubre (queda en seco), (y) luego ven el pescado: al punto 41 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 sacan fuego con palos (e) inmediatamente asan para sí los pescados. Luego miran haciacá los dioses Çitlalinikue (la saya de estrellas: la Vía láctea) y Çytlallatónak dijeron: "Oh dioses, ¿quién (es) aquel (que) hace fuego, quién aquel que ahuma el Cielo?" Y al punto, por causa de esto, bajó haciacá T’titlakauan (aquel de quien somos - nosotros esclavos suyos), Teçkätlipoka (el espejo - que - humea), y luego ya les riñe, dijo: "¿Qué haces, oh nuestro padre del agua?, ¿qué hacéis vosotros?" Luego les cortó los cuellos, por sus bases (a cercén), remendó, añadió sus cabezas de ellos, por lo cual perros volviéronse. = Y cuando se ahumó el cielo (fue) año 2 Cañas. Aquí está cuando ya nosotros, cuando ya estamos extendidos (en el mundo) = cuando cayó el mareo de (sacar) fuego = cuando dio de sí el cielo (dejó de llover) el año (fue) I Conejo = Aquí está desde que cayó el madero de (hacer) fuego, cuando se descubrió el fuego; y hasta que estaba obscureciendo (pasaron) 20 años, más 5 años. Y cuando dio de sí (se detuvo) el Cielo, (era) un Conejo el año, y, cuando se detuvo, pues al punto lo ahumaron los perros (los que se convirtieron en perros), como así se dijo por ahí (atrás); y cierto después, cuando cayó el madero de (hacer) fuego, cuando sacó fuego del madero Teçkatlipoka (y) luego otra vez, por lo tanto, ahumó el cielo (fue) el año 2 Cañas. Y al punto se consultan (entre sí) los dioses, dijeron: "¿Quién estará asentado (ahí abajo)?, cierto se detuvo el Cielo, cierto se detuvo Tlalteuktli (el Señor de la Tierra): ¿quién estará asentado, oh dioses?, ya están descontentos Çitlalinikue, Çitlallatónak, Apanteuktli (el Señor del canal), Tepankiçki (el que representa), Tlallamanki, Viktlollinki (la pala que se mueve), Ketçalkóuatl, Titlakauan." Y al punto va Ketçalkóatl (la culebra de plumas finas) al lugar de los muertos; en él fue a alcanzar a Miktlanteuktli (el Señor de las tinieblas) y a Miktlançíuatl (la Mujer de las tinieblas) luego le dijo: "Cierto, por esto vengo, (por) el hueso de piedra fina (o preciado) que te dignas custodiar; de verdad lo vine a tomar." Y luego dijo (el otro): "¿Qué cosa harás (con él), oh Ketçalkóatl?" Y luego otra vez dijo (el 1º): "De verdad, por ello, están descontentos los dioses (dicen): ¿Quién estará asentado sobre la Tierra?" Y luego otra vez le dijo Miktlanteuktli: "Así (está) bueno: suena soplando mi caracol, y 4 veces da vueltas alrededor del sitio (donde está) mi preciosa piedra redonda." Y no (tiene) agujero de mano su caracol. Al punto llama a los gusanos (que) lo horadaron, y luego por lo tanto allá entran las abejas grandes, las abejas pequeñas: inmediatamente lo tocan soplando: lo oyó hacia Miktlanteuktli. Y luego otra vez le dice Miktlanteuktli: "Así (está) bueno, cógelo (el hueso)": e inmediatamente les dice a sus mensajeras Miktlanteuktli: "A los que asientan los muertos id a decirles: Oh dioses, no más vendrá a llevarlo"; y Ketçalkóuatl luego dijo por allí: "Cierto de ti ya para siempre llevo (esto)", y luego dice a su adivino: "No más decidles (que) sólo vine a llevarlo."Luego dijo por allá al que fue a llamarlo: "De verdad, no más yo lo vine a llevar"; y por esto bien subió, (y) al punto, por lo tanto, él cogió el hueso preciado; por si aparte se hinche de huesos de varón, también por sí aparte se hinche de huesos de mujer; luego por lo tanto los coge (y) al punto por lo tanto los hace líos Ketçalkóatl, (y) al punto por lo tanto los transporta. = Y luego otra vez les dijo Miktlanteuktli a sus mensajeros: "Oh dioses, ya (es) cierto (que) lleva Ketçalkóatl el hueso preciado; oh dioses, disponed acá el hoyo"; luego lo fueron a disponer de modo que allí cayó en hoyo, cayó tropezando, y lo espantaron (con) codornices: se amorteció de presto; y el hueso preciado, luego, por lo tanto, enteramente cayó por el suelo: luego sujetaron con los dientes las codornices, las royeron. Y luego por lo tanto se avivó (tornó en sí) Ketçalkóatl, (y) al punto por lo tanto llora; inmediatamente dice a su adivino: "Oh mi adivino, ¿cómo será esto?" Y luego él dice: "¡Cómo ha de ser! finalmente se dañó (el negocio); sea como fuere, así va."Y al punto él junta (el hueso): lo recogió, lo lio, luego por tanto lo transportó a Tamoanxan: y cuando fue a llegar, al punto, en piedras, lo muele (la mujer) cuyo nombre (es) Kilaxtli (semilla de verdura), la misma (que) Cipakkóuatl (culebra de espadarte): y al punto, por lo tanto, con agua caliente lo baña en el barreño precioso, e inmediatamente por causa de esto se saca sangre del miembro Ketçalkóatl. Luego hacen penitencia todos los dioses que ahí (atrás) se declararon: Apanteuktli, Viktl’olinki, Tepaniçki, Tlallamának, Tçontéraok (y) en 6º lugar Ketçalkóatl; luego dijeron: "Nacieron (de) los dioses, los plebeyos", porque por nosotros hicieron penitencia todos. 42 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Y luego otra vez dijeron: "¿Qué cosa comerán, oh dioses?, ya buscan todos el alimento."Y luego fue a coger la hormiga el maíz desgranado en lo interior del Tonakatépetl (cerro del mantenimiento) y luego al punto encuentra la hormiga a Ketçalkóatl (y éste) le dijo: "¿En qué lugar lo fuiste a coger?, dime."Y no lo quiso decir; mucho trabaja preguntándoselo; luego, por lo tanto, le dice que de allí luego (cerca) él lo trae: y luego, por causa de esto, hormiga negra se volvió Ketçalkóatl, y al punto lo trae; y luego, por lo tanto, entra; e inmediatamente, por lo mismo, prenden ambos a la hormiga roja, que particularmente la había traído Ketçalkóatl sobre los términos (para) ir aumentando el maíz. Al punto lo llevan a Tamoanxan e inmediatamente lo comen los dioses; luego, por lo tanto, en nuestra memoria se asienta, puesto que por ello embarnecimos. Y al punto dicen: "¿Cómo haremos (con) el cerro de los mantenimientos?" Y luego, no más, fue Ketçalkóatl: lo quiere cargar, lo ató con cuerdas, y no lo levantó; e inmediatamente Oxomoko echó suertes con maíz, y también al punto agoró, por medio de los signos del calendario, la esposa de Çipaktónal-Oxomoko —que era mujer de Çipaktónal— (signo de espadarte); y luego dijeron Oxomoko y Çipaktónal: "Cierto, solamente lo desgranará golpeándolo Nanáuatl, al cerro del mantenimiento." De verdad echaron suertes con maíces, y, al punto, amontonan tierra todos los dioses de la lluvia: los de color azul de cielo, los blancos, los amarillos, los rojos. Al punto lo desgrana golpeándolo Nanáuatl (el buboso), y es arrebatado inmediatamente, por los dioses de la lluvia, el mantenimiento: el tallo del maíz blanco, moreno, amarillo, turquesado; el frijol, la semilla de bledos, la chía, la semilla de bledos como hueva de pescado: todo fue arrebatado el mantenimiento. FUENTE: [Yáñez, Agustín 1991, pp. 1-15.] B) MITO ANTROPOGÓNICO Creado el quinto Sol en el fogón divino de Teotihuacán, los antiguos dioses se preocuparon por plantar una nueva especie humana sobre la tierra. La creación de los nuevos hombres iba a llevarse a cabo, aprovechando los despojos mortales de los seres humanos de épocas anteriores. LA RESTAURACIÓN DE LOS SERES HUMANOS Fue Quetzalcóatl, símbolo de la sabiduría del México Antiguo, quien aceptó el encargo de restaurar a los seres humanos, así como proporcionarles después su alimento. Quetzalcóatl aparece en las antiguas leyendas realizando un viaje al Mictlán, "la región de los muertos", en busca de los "huesos preciosos" que servirán para la formación de los hombres: Mictlantecuhtli, señor de la región de los muertos, pone una serie de dificultades a Quetzalcóatl para impedir que se lleve los huesos de las generaciones pasadas. Pero Quetzalcóatl, ayudado por su doble o nahual, así como por los gusanos y las abejas silvestres, logra apoderarse de los huesos para llevarlos luego a Tamoanchán. Allí, con la ayuda de Quilaztli, molió los huesos y los puso después en un barreño precioso. Sangrándose su miembro sobre ellos, les infundió luego la vida. Los hombres aparecen así en el mito como resultado de la penitencia de Quetzalcóatl. Con su sacrificio, Quetzalcóatl "mereció" su existencia. Precisamente por esto se llamaron los hombres macehuales, que quiere decir "los merecidos por la penitencia": Y en seguida se convocaron los dioses. Dijeron: —"¿Quién vivirá en la tierra? porque ha sido ya cimentado el cielo, y ha sido cimentada la tierra ¿quién habitará en la tierra, oh dioses?" 43 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Estaban afligidos Citlalinicue, Citlaltónac, Apantecuhtli, Tepanquizqui, Quetzalcóatl y Tezcatlipoca. Y luego fue Quetzalcóatl al Mictlan, se acercó a Mictlantecuhtli y a Mictlancíhuatl y en seguida les dijo: —"Vengo en busca de los huesos preciosos que tú guardas, vengo a tomarlos." Y le dijo Mictlantecuhtli: —"¿Qué harás con ellos, Quetzalcóatl?" Y una vez más dijo [Quetzalcóatl]: —"Los dioses se preocupan porque alguien viva en la tierra." Y respondió Mictlantecuhtli: —"Está bien, haz sonar mi caracol y da vueltas cuatro veces alrededor de mi círculo precioso." Pero su caracol no tiene agujeros; llama entonces [Quetzalcóatl] a los gusanos; éstos le hicieron los agujeros y luego entran allí los abejones y las abejas y lo hacen sonar. Al oírlo Mictlantecuhtli, dice de nuevo: —"Está bien, toma los huesos." Pero dice Mictlantecuhtli a sus servidores: —"¡Gente del Mictlan! Dioses decid a Quetzalcóatl que los tiene que dejar." Quetzalcóatl repuso: —"Pues no, de una vez me apodero de ellos." Y dijo a su nahual: —"Ve a decirles que vendré a dejarlos." Y éste dijo a voces: —"Vendré a dejarlos." Pero luego subió, cogió los huesos preciosos. Estaban juntos de un lado los huesos de hombre y juntos de otro lado los de mujer y los tomó e hizo con ellos un ato Quetzalcóatl. Y una vez más Mictlantecuhtli dijo a sus servidores: —"Dioses, ¿de veras se lleva Quetzalcóatl los huesos preciosos? Dioses, id a hacer un hoyo." Luego fueron a hacerlo y Quetzalcóatl se cayó en el hoyo, 44 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 se tropezó y lo espantaron las codornices. Cayó muerto y se esparcieron allí los huesos preciosos, que mordieron y royeron las codornices. Resucita después Quetzalcóatl, se aflige y dice a su nahual: —"¿Qué haré, nahual mío?" Y éste le respondió: —"Puesto que la cosa salió mal, que resulte como sea." Los recoge, los junta, hace un lío con ellos, que luego llevó a Tamoanchan. Y tan pronto llegó, la que se llama Quilaztli, que es Cíhuacóatl, los molió y los puso después en un barreño precioso. Quetzalcóatl sobre él se sangró su miembro. Y en seguida hicieron penitencia los dioses que se han nombrado: Apantecuhtli, Huictlolinqul, Tepanquizqui, Tlallamánac, Tzontémoc y el sexto de ellos Quetzalcóatl. Y dijeron: —"Han nacido, oh dioses, los macehuales [los merecidos por la penitencia]. Porque, por nosotros hicieron penitencia [los dioses]. [Ms. de 1958, fol. 75-76] Restaurados los macehuales, para poder vivir necesitaban alimentarse. Quetzalcóatl echó sobre sí una vez más la empresa de redescubrir para ellos el maíz, "nuestro sustento". Quetzalcóatl conocía a la hormiga negra que sabía dónde se hallaba escondido el que va a ser "nuestro sustento". Haciéndose encontradizo con ella, Quetzalcóatl la acosa a preguntas, hasta que la hormiga se rinde y lo guía hasta el Tonacatépetl, que significa "monte de nuestro sustento", o sea del maíz. Llegados allí, Quetzalcóatl obtuvo el maíz para dioses y hombres, ya que las mismas divinidades, al conocer el hallazgo de Quetzalcóatl, probaron también el maíz desgranado. Después, Quetzalcóatl puso maíz en los labios de los primeros hombres, Oxomoco y Cipactónal, antigua pareja de seres humanos, cultivadores del maíz, para que comiéndolo —como dice el texto— "se hicieran fuertes". De esos primeros hombres, especie de Adán y Eva del mundo náhuatl, descienden, según el pensamiento indígena, todos los seres humanos. Sólo que mientras estos antiguos mitos situaban la creación del hombre en lugares cercanos como Teotihuacán, los documentos de carácter histórico acerca de sus más remotos orígenes culturales, hablan de grandes peregrinaciones, desde tierras lejanas, acerca de las que muchas veces nadie puede acordarse. Parece existir así, entre los textos que se han citado y los que a continuación se presentan, una diferencia fundamental. Los primeros se sitúan por sí 45 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 mismos en el campo del mito; los segundos parecen constituir los primeros vestigios en la historia de la altiplanicie central de México. FUENTE: [León Portilla, Miguel 1968, pp. 19-22.] C) ORIGEN DEL SOL Y DE LA LUNA EL NUEVO SOL EN TEOTIHUACÁN [Códice Matritense del Real Palacio, Textos de los Informantes de Sahagún, fols. 161 v. y ss. Versión del náhuatl de M. León-Pottilla.] [Los informantes de Sahagún —según el texto en náhuatl del Códice Matritense— hicieron rescate de la "palabra divina", teotlatolli, relativo a la aparición del nuevo Sol, el quinto de la serie, que ilumina al mundo en el que ahora vivimos. El dios Nanahuatzin, "el buboso", en competencia con el arrogante Tecuciztécatl, "Señor de los caracoles" se artojó a la hoguera y fue él quien se convirtió en el Sol. Tecuciztécatl tuvo que conformarse con su tardía transmutación en la luna.] Se dice que cuando aún era de noche, cuando aún no había luz, cuando aún no amanecía, dicen que se juntaron, se llamaron unos a otros los dioses, allá en Teotihuacán. Dijeron, se dijeron entre sí: —¡Venid, oh dioses! ¿Quién tomará sobre sí, quién llevará a cuestas, quién alumbrará, quién hará amanecer? Y en seguida allí habló aquel, allí presentó su rostro Tecuciztécatl. Dijo: —¡Oh dioses, en verdad yo seré! Otra vez dijeron los dioses: —¿Quién otro más? En seguida unos y otros se miran entre sí, unos a otros se hacen ver, se dicen: —¿Cómo será? ¿Cómo habremos de hacerlo? Nadie se atrevía, ningún otro presentó su rostro. Todos, grandes señores, manifestaban su temor, retrocedían. Nadie se hizo allí visible. Nanahuatzin, uno de esos señores, allí estaba junto a ellos, permanecía escuchando cuanto se decía. Entonces los dioses se dirigieron a él, y le dijeron: —¡Tú, tú serás, oh Nanahuatzin! Él entonces se apresuró a recoger la palabra, la tomó de buena gana. Dijo: —Está bien, oh dioses, me habéis hecho un bien. En seguida empezaron, ya hacen penitencia. Cuatro días ayunaron los dos, Nanahuatzin y Tecuciztécatl. Entonces fue cuando también se encendió el fuego. Ya arde éste allá en el fogón. Nombraron al fogón roca divina. Y, todo aquello con que aquel Tecuciztécatl hacía penitencia era precioso: sus ramas de abeto eran plumas de quetzal, sus bolas de grama eran de oro, sus espinas de jade. Así las espinas ensangrentadas, sus sangramientos eran coral, y su incienso, muy genuino copal. Pero Nanahuatzin, sus ramas de abeto todas eran solamente cañas verdes, cañas nuevas en manojos de tres, todas atadas en conjunto eran nueve. Y sus bolas de grama sólo eran genuinas barbas de ocote; 46 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 y sus espinas, también eran sólo verdaderas espinas de maguey. Y lo que con ellas se sangraba era realmente su sangre. Su copal era por cierto aquello que se raía de sus llagas. A cada uno de éstos se le hizo su monte, donde quedaron haciendo penitencia cuatro noches. Se dice ahora que estos montes son las pirámides: la pirámide del sol y la pirámide de la luna. Y cuando terminaron de hacer penitencia cuatro noches, entonces vinieron a arrojar, a echar por tierra, sus ramas de abeto y todo aquello con lo que habían hecho penitencia. Esto se hizo. Ya es el levantamiento, cuando aún es de noche, para que cumplan su oficio, se conviertan en dioses. Y cuando ya se acerca la medianoche, entonces les ponen a cuestas su carga, los atavían, los adornan. A Tecuciztécatl le dieron su tocado redondo de plumas de garza, también su chalequillo. Y a Nanahuatzin sólo papel, con él ciñeron su cabeza, con él ciñeron su cabellera; se nombra su tocado de papel, y sus atavíos también de papel, su braguero de papel. Y hecho esto así, cuando se acercó la medianoche, todos los dioses vinieron a quedar alrededor del fogón, al que se nombra roca divina, donde por cuatro días había ardido el fuego. Por ambas partes se pusieron en fila los dioses. En el medio colocaron, dejaron de pie a los dos que se nombran Tecuciztécatl y Nanahuatzin. Los pusieron con el rostro vuelto, los dejaron con el rostro hacia donde estaba el fogón. En seguida hablaron los dioses, dijeron a Tecuciztécatl: —¡Ten valor, oh Tecuciztécatl, lánzate, arrójate en el fuego! Sin tardanza fue éste a arrojarse al fuego. Pero cuando le alcanzó el ardor del fuego, no pudo resistirlo, no le fue soportable, no le fue tolerable. Excesivamente había estado ardiendo el fogón, se había hecho un fuego que abrasaba, bien había ardido y ardido el fuego. Por ello sólo vino a tener miedo, vino a quedarse parado, vino a volver hacia atrás, vino a retroceder. Una vez más fue a intentarlo, todas sus fuerzas tomó para arrojarse, para entregarse al fuego. Pero no pudo atreverse. Cuando ya se acercó al reverberante calor, sólo vino a salir de regreso, sólo vino a huir, no tuvo valor. Cuatro veces, cuatro veces de atrevimiento, así lo hizo, fue a intentarlo. Sólo que no pudo arrojarse en el fuego. El compromiso era sólo de intentarlo allí cuatro veces. Y cuando hubo intentado cuatro veces, entonces ya así exclamaron, dijeron los dioses a Nanahuatzin: —¡Ahora tú, ahora ya tú, Nanahuatzin, que sea ya! Y Nanahuatzin de una vez vino a tener valor, vino a concluir la cosa, hizo fuerte su corazón, cerró sus ojos para no tener miedo. No se detuvo una y otra vez, no vaciló, no se regresó. Pronto se arrojó a sí mismo, se lanzó al fuego, se fue a él de una vez. En seguida allí ardió su cuerpo, hizo ruido, chisporroteó al quemarse. Y cuando Tecuciztécatl vio que ya ardía, al momento se arrojó también en el fuego. Bien pronto él también ardió. Y según se dice, se refiere, entonces también remontó el vuelo un águila, los siguió, se arrojó súbitamente en el fuego, se lanzó al fogón cuando todavía seguía ardiendo. Por eso sus plumas son obscuras, están requemadas. Y también se lanzó el ocelote, vino a caer cuando ya no ardía muy bien el fuego. Por ello sólo se pintó, se manchó con el fuego, se requemó con el fuego. Ya no ardía éste mucho. Por eso sólo está manchado, sólo tiene manchas negras, sólo está salpicado de negro. Por esto dicen que allí estuvo, que allí se recogió la palabra; he aquí lo que se dice, lo que se refiere: aquél que es capitán, varón esforzado, se le nombra águila, tigre. Vino a ser primero el águila, según se dice, porque ella entró primero en el fuego. Y el ocelote vino después. Así se pronuncia conjuntamente, águila-ocelote, porque este último cayó después en el fuego. Y así sucedió: cuando los dos se arrojaron al fuego, se hubieron quemado, los dioses se sentaron para aguardar por dónde habría de salir Nanahuatzin, el primero que cayó en el fogón para que brillara la luz del sol, para que se hiciera el amanecer. Cuando ya pasó largo tiempo de que así estuvieron esperando los dioses, comenzó entonces a enrojecerse, a circundar por todas partes la aurora, la claridad de la luz. Y como se refiere, entonces los dioses se pusieron sobre sus rodillas para esperar por dónde habría de salir el sol. Sucedió que hacia 47 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 todas partes miraron, sin rumbo fijo dirigían la vista, estuvieron dando vueltas. Sobre ningún lugar se puso de acuerdo su palabra, su conocimiento. Nada coherente pudieron decir. Algunos pensaron que habría de salir hacia el rumbo de los muertos, el norte, por eso hacia allá se quedaron mirando. Otros, del rumbo de las mujeres, el poniente. Otros más, de la región de las espinas, hacia allá se quedaron mirando. Por todas partes pensaron que saldría porque la claridad de la luz lo circundaba todo. Pero algunos hacia allá se quedaron mirando, hacia el rumbo del color rojo, el oriente. Dijeron: —En verdad de allá, de allá vendrá a salir el sol. Fue verdadera la palabra de éstos que hacia allá miraron, que hacia allá señalaron con el dedo. Como se dice, aquellos que hacia allá estuvieron viendo fueron Quetzalcóatl, el segundo nombrado Ehécatl y Tótec o sea el señor de Anáhuatl y Tezcatlipoca rojo. También aquellos que se llaman Mimixcoa y que no pueden contarse y las cuatro mujeres llamadas Tiacapan, Toicu, Tlacoiehua, Xocóiotl. Y cuando el sol vino a salir, cuando vino a presentarse, apareció como si estuviera pintado de rojo. No podía ser contemplado su rostro, hería los ojos de la gente, brillaba mucho, lanzaba ardientes rayos de luz, sus rayos llegaban a todas partes, la irradiación de su calor por todas partes se metía. Y después vino a salir Tecuciztécatl, que lo iba siguiendo; también de allá vino, del rumbo del color rojo, el oriente, junto al sol vino a presentarse. Del mismo modo como cayeron en el fuego así vinieron a salir, uno siguiendo al otro. Y como se refiere, como se narra, como son las consejas, era igual su apariencia al iluminar a las cosas. Cuando los dioses los vieron, que era igual su apariencia, de nuevo, una vez más, se convocaron, dijeron: —¿Cómo habrán de ser, oh dioses? ¿Acaso los dos juntos seguirán su camino? ¿Acaso los dos juntos así habrán de iluminar a las cosas? Pero entonces todos los dioses tomaron una determinación, dijeron: —Así habrá de ser, así habrá de hacerse. Entonces uno de esos señores, de los dioses, salió corriendo. Con un conejo fue a herir el rostro de aquel, de Tecuciztécatl. Así oscureció su rostro, así le hirió el rostro, como hasta ahora se ve. Ahora bien, mientras ambos se seguían presentando juntos, tampoco podían moverse, ni seguir su camino. Sólo allí permanecían se quedaban quietos. Por esto, una vez más, dijeron los dioses: —¿Cómo habremos de vivir? No se mueve el sol. ¿Acaso induciremos a una vida sin orden a los macehuales, a los seres humanos? ¡Que por nuestro medio se fortalezca el sol! ¡Muramos todos! Luego fue oficio de Ehécatl dar muerte a los dioses. Y como se refiere, Xólotl no quería morir. Dijo a los dioses: —¡Que no muera yo, oh dioses! Así mucho lloró, se le hincharon los ojos, se le hincharon los párpados. A él se acercaba ya la muerte, ante ella se levantó, huyó, se metió en la tierra del maíz verde, se le alargó el rostro, se transformó, se quedó en forma de doble caña de maíz, dividido, la que llaman los campesinos con el nombre de Xólotl. Pero allá en la sementera del maíz fue visto. Una vez más se levantó delante de ellos se fue a meter en un campo de magueyes. También se convirtió en maguey, en maguey que dos veces permanece, el que se llama maguey de Xólotl. Pero una vez más también fue visto, y se metió en el agua, y vino a convertirse en ajolote, en axólotl. Pero allí vinieron a cogerlo, así le dieron muerte. Y dicen que, aunque todos los dioses murieron, en verdad no con esto se movió, no con esto pudo seguir su camino el dios Tonatiuh. Entonces fue oficio de Ehécatl poner de pie al viento, con él empujar mucho, hacer andar el viento. Así él pudo mover el sol, luego éste siguió su camino. Y cuando éste ya anduvo, solamente allí quedó la luna. Cuando al fin vino a entrar el sol al lugar por donde se mete, entonces también la luna comenzó a moverse. Así, allí se separaron, cada uno siguió su camino. Sale una vez el sol y cumple su oficio durante el día. Y la luna hace su oficio nocturno, pasa de noche, cumple su labor durante ella. De aquí se ve, lo que se dice, que aquél pudo haber sido el sol, Tecuciztécatl la luna, si primero se hubiera arrojado al fuego. Porque él primero se presentó para hacer penitencia con todas sus cosas preciosas. 48 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Aquí acaba este relato, esta conseja; desde tiempos antiguos la referían una y otra vez los ancianos, los que tenían a su cargo conservarla. FUENTE: [León Portilla, Miguel 1978, pp. 9-13.] EL ORIGEN DEL SOL Y DE LA LUNA Antes que hubiese día en el mundo, los dioses se juntaron en aquel lugar llamado Teotihuacán. Se preguntaban entre ellos: "-¿Quién se hará cargo de alumbrar al mundo?". El dios de la tierra de caracoles, Tecuciztécatl, se ofreció para hacerlo. Pero se necesitaba que otro dios compartiera con él esa misión. Ninguno quería hacerlo, todos temían y se excusaban. Entonces los dioses se dirigieron a Nanáhuatl, el dios lleno de llagas, que permanecía silencioso y le ordenaron: "Sé tú el que alumbre la tierra". Y él, de buena voluntad, obedeció diciendo: "...Acepto lo que me mandáis, así sea". Tecuciztécatl y Nanáhuat1 iniciaron entonces el período de penitencia en los montes durante cuatro días encendieron el fuego y fueron entregando sus ofendas. Todo le que ofrecía el dios Tecuciztécatl era precioso: en lugar de ramos ofrecía finas plumas de quetzal, en lugar de pelotas de heno ofrecía pelotas de oro, en lugar de espinas ensangrentadas ofrecía espinas hechas de piedras preciosas, y de coral colorado, y el copal era muy bueno. En cambio, Nanáhuatl ofrecía cañas verdes de tres en tres, bolas de heno y espinos de maguey y las ensangrentaba con su propia sangre y en vez de copal entregaba trozos de sus llagas. Cuando acabaron los cuatro días de penitencia Tecuciztécatl y Nanáhuatl se prepararon para hacer sus oficios. Poco antes de la media noche, vistieron los ropajes ceremoniales, mientras todos los dioses se iban congregando en torno al fuego que ardía ya por cuatro días, Una vez que los dioses se distribuyeron en dos filas, aparecieron Tecuciztécatl y Nanáhuatl de cara el fuego en medio de todos los dioses. Estos ordenaron a Tecuciztécatl: "-Entra al fuego". Pero cuando éste se disponía a hacerlo, sintió el gran calor que-producían las llamas, tuvo miedo y retrocedió. Por cuatro veces intentó lanzarse a la hoguera, pero el temor se lo impidió. Los dioses entonces dijeron: "Ea, pues, Nanáhuatl, prueba tú". Al oír la orden de los dioses, Nanáhuatl cerró los ojos, arremetió y se lanzó a las llamas, quemándose. Viéndolo, Tecuciztécatl, se arrojó al fuego y también se quemó, por eso desde entonces tiene las plumas hoscas y negruzcas. También el tigre se lanzó a las llamas, pero sólo se chamuscó y por eso su piel quedó manchada. Después que los dos dioses se quemaron, los otros se sentaron a esperar la salida de Nanáhuatl, sin saber por dónde aparecería pues todo el cielo comenzó a ponerse colorado y por todas partes se anunciaba la luz. Los dioses se arrodillaron, unos miraban hacia el norte, otros hacia el sur esperando ver salir a Nanáhuatl hecho sol. Los dioses que miraban hacia el oriente, y entre los cuales estaban Quetzalcóatl y Xipetótec, dijeron: "Aquí, de esta parte, ha de salir el sol". Y estaban en lo cierto. Por el oriente, donde el sol, era muy colorado, resplandecía extraordinariamente y echaba rayos muy fuertes "que se derramaban por todas partes. Nadie podía mirarlo de frente porque la luz radiante enceguecía. Tras el sol, y por la misma parte del oriente salió la luna siguiéndole, al igual que Tecuciztécatl siguió a Nanáhuatl en el sacrificio. La luna brillaba y alumbraba con luz idéntica a la del sol. Cuando los dioses lo advirtieron exclamaron: ¿Cómo será esto? No está bien que sol y luna alumbren igualmente". Dictaron sentencia: −"Sólo el sol tendrá luz radiante para iluminar la tierra. Así será, hágase de esta manera". Y luego uno de los dioses fue corriendo y lanzó un conejo a la cara de Tecuciztécatl, que se oscureció y perdió su brillante resplandor. 49 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Pero el sol y la luna permanecían estáticos, no se movían. Los dioses se preocuparon y dijeron: −"Así no podemos vivir. El sol debe moverse. Y para que ello ocurra debemos morir todos. Nuestra muerte hará resucitar al sol". El dios del aire se encargó de dar muerte a los dioses, pero el sol no se movió. Fue necesario que el viento soplase con violencia para hacer que el sol se moviera y anduviese su camino. La luna permanecía inmóvil, pero luego que el sol se movió, la luna comenzó a andar. Por eso, se separaron, desviaron sus caminos y así salen en diversos tiempos: el sol durante el día y la luna en la noche. [Adaptada de la versión de Walter Krickeberg] D) MITOS CIVILIZATORIOS LOS MÁS REMOTOS ORÍGENES Hablan los informantes indígenas de Sahagún de una remota llegada por la orilla del mar, "por donde ahora se dice Panutla", o sea, por las costas del Golfo de México, a la altura de la moderna ciudad de Tampico. Quienes por allí vinieron a estas tierras, llegaron a establecerse en un lugar llamado Tamoanchan, que según los mismos informantes quiere decir, "nosotros buscamos nuestra casa". La arqueología no ha podido identificar el sitio donde existió Tamoanchan. Para Eduard Seler, se trataba tan sólo de un lugar mítico, origen de dioses y hombres. Otros lo han situado en la Huasteca Potosina y algunos, como el célebre Obispo Plancarte, en el Estado de Morelos. El hecho es que, según esta vieja tradición, Tamoanchan fue el sitio donde floreció por primera vez la cultura, heredada después por los varios pueblos de idioma náhuatl: Quetzalcóatl (Códice Borbónico) He aquí el relato que solían decir los viejos: "En un cierto tiempo que ya nadie puede contar, del que ya nadie ahora puede acordarse... quienes aquí vinieron a sembrar a los abuelos, a las abuelas, éstos, se dice, llegaron, vinieron, siguieron el camino, vinieron a terminarlo, para gobernar aquí en esta tierra, que con un solo nombre era mencionada, como si se hubiera hecho esto un mundo pequeño. Por el agua en sus barcas vinieron, en muchos grupos, y allí arribaron a la orilla del agua, a la costa del norte, 50 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 y allí donde fueron quedando sus barcas, se llama Panutla, quiere decir, por donde se pasa encima del agua, ahora se dice Panutla [Pánuco]. En seguida siguieron la orilla del agua, iban buscando los montes, algunos los montes blancos y los montes que humean, llegaron a Quauhtemalla [Guatemala], siguiendo la orilla del agua. Además no iban por su propio gusto, sino que sus sacerdotes los guiaban, y les iba mostrando el camino su dios. Después vinieron, allá llegaron, al lugar que se llama Tamoanchan, que quiere decir "nosotros buscamos nuestra casa".* *[Informantes de Sahagún, Códice Matrutense de la Real Academia, fol. 191 r. y v.] Y en el lugar llamado Tamoanchan largo tiempo hubo señorío: después pasó el señorío al lugar llamado Xomiltepec y allí en Xomiltepec se convocaron los señores, los ancianos, los sacerdotes. Dijeron: —"El Dueño del cerca y del junto nos ha llamado, ha llamado a cada uno de los que lo tienen por dios." Dijeron: —"Porque no viviremos aquí, no permaneceremos aquí, vamos a buscar una tierra. Allá vamos a conocer al que es Noche y Viento, al Dueño del cerca y del junto." * *[Ibid., fol. 191 v.] De Tamoanchan, que puede considerarse de algún modo origen mítico de la cultura en el México central, dicen los textos que pasaron los antiguos pobladores al "lugar donde se hacen los dioses", a Teotihuacán. Allí iba a surgir el más grande centro ritual, raíz e inspiración, según parece, de muchas de las instituciones culturales del mundo indígena posterior. 51 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 EL ESPLENDOR CLASICO (SIGLOS IV-IX D. C.) Durante los primeros siglos de la Era Cristiana sitúan los arqueólogos la aparición de las más antiguas ciudades mayas, como Uaxactún, Tikal, Piedras Negras, Yaxchilan y Palenque; los monumentos clásicos de Monte Albán en Oaxaca, y en el centro de México, la ciudad de los dioses, Teotihuacán, con sus dos colosales pirámides y sus incontables palacios y adoratorios. Los textos indígenas del mundo náhuatl del siglo XVI (aztecas, texcocanos, tlaxcaltecas, etc.) dan su propia versión acerca de la fundación de Teotihuacán. Relacionando a la ciudad de los dioses con el mito de las edades o soles, afirmaban que en ella había tenido lugar en tiempos remotos la creación del quinto Sol, y de la Luna, que alumbran a la humanidad en la edad presente: Cuando aún era de noche, cuando aún no había día, cuando aún no había luz, se reunieron, se convocaron los dioses allá en Teotihuacán. Dijeron, hablaron entre sí: —"¡Venid acá, oh dioses! ¿Quién tomará sobre sí, quién se hará cargo de que haya días, de que haya luz?" * *[Ibid., fol. 180] Dos fueron los dioses que se ofrecieron. El primero fue el arrogante Tecuciztécatl, "señor de los caracoles"; el segundo fue el modesto Nanahuatzin, cuyo nombre significa "el purulento o bubosillo". Ambos se prepararon, haciendo penitencia, para acometer la empresa de arrojarse a una hoguera y salir de ella transformados en el Sol. Tecuciztécatl comenzó a hacer sus ofrendas para propiciar un buen resultado: él quería convertirse en Sol. Las ofrendas rituales consistían en ramas de abeto y en bolas de barba de pino, en las que debían colocarse las espinas de maguey con que se punzaba el penitente. Pero el ostentoso Tecuciztécatl ofreció plumas de quetzal en vez de ramas de abeto y bolas de oro con espinas hechas de piedras preciosas. Y todavía más, en lugar de punzarse y ofrecer su propia sangre, se contentó con presentar sus espinas hechas de coral. Nanahuatzin, en cambio, se sangró con abundancia y ofreció auténticas ramas de abeto y agudas espinas de maguey. Llegado el momento del sacrificio, dispuestos los dos dioses a lanzarse al fuego, Tecuciztécatl fue el primero en hacer un intento. Pero el dios arrogante probó cuatro veces y las cuatro tuvo temor. Por no morir quemado Tecuciztécatl perdió la oportunidad de convertirse en Sol. Tocó entonces su turno al humilde Nanahuatzin. Todos los dioses reunidos en Teotihuacán contemplaban la escena. Nanahuatzin cerrando los ojos se arrojó al fuego hasta consumirse en él, siendo su destino transformarse en el Sol de esta quinta edad. Desesperado Tecuciztécatl, se arrojó entonces también a la hoguera, pero habiéndolo hecho en forma tardía, su destino iba a ser convertirse únicamente en la Luna. Consumado el sacrificio, los diversos dioses allí reunidos se pusieron a esperar la salida del Sol. Quetzalcóatl y otros varios más, lo descubrieron al fin por el Oriente. Aparecía esplendente, echando rayos de sí. Poco después apareció también la Luna detrás del Sol, asimismo por el Oriente. Para evitar que Sol y Luna estuvieran siempre juntos, uno de los dioses tomó un conejo y lo lanzó contra la Luna, para que ésta sólo alumbrara durante la noche. 52 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Pero todavía quedaba un último problema por resolver a los dioses reunidos en Teotihuacán. Ni el Sol ni la Luna se movían. Los dioses entonces hablaron así: —"¿Cómo habremos de vivir? ¡No se mueve el Sol! ¿Cómo en verdad haremos vivir a la gente? ¡Que por nuestro medio se robustezca el Sol, sacrifiquémonos, muramos todos! 7 [Loc. cit.] Libremente aceptaron la muerte los dioses, sacrificándose para que el Sol se moviera y fuera posible así la vida de los hombres. Moviéndose al fin el Sol, comenzaron una vez más los días y las noches. Los hombres habían merecido su vida gracias al autosacrificio de los dioses. Por esto, los seres humanos habrían de llamarse en adelante macehuales, que quiere decir "merecidos". Este antiguo mito que ligó así los orígenes cósmicos de nuestra edad con Teotihuacán, la ciudad de los dioses, habría de ejercer en tiempos posteriores considerable influjo en el campo de la religión. Los seres humanos que por el sacrificio habían recibido la vida, habrían de experimentar la necesidad de corresponder con su propia sangre para mantener la vida del Sol. Interrogados otra vez los mismos informantes indígenas del siglo XVI que refirieron el mito de la creación del Sol en Teotihuacán, dieron asimismo su versión acerca de las pirámides y de la primera forma de cultura que surgió en Teotihuacán. Escuchemos la traducción literal del texto náhuatl: En seguida se pusieron en movimiento, todos se pusieron en movimiento: los niñitos, los viejos, las mujercitas, las ancianas. Muy lentamente, muy despacio se fueron, allí vinieron a reunirse en Teotihuacán. Allí se dieron las órdenes, allí se estableció el señorío. Los que se hicieron señores fueron los sabios, los conocedores de las cosas ocultas, los poseedores de la tradición. Luego se establecieron allí los principados . . . Y toda la gente hizo [allí] adoratorios [pirámides], al Sol y a la Luna, después hicieron muchos adoratorios menores. Allí hacían su culto y allí se establecían los sumos sacerdotes de toda la gente. Así se decía Teotihuacán, porque cuando morían los señores, allí los enterraban. Luego encima de ellos construían pirámides, que aún ahora están. Una pirámide es como un pequeño cerro, sólo que hecho a mano. Por allí hay agujeros, 53 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 de donde sacaron las piedras, con que hicieron las pirámides, y así las hicieron muy grandes, la del Sol y la de la Luna. Son como cerros y no es increíble que se diga que fueron hechas a mano, porque todavía entonces en muchos lugares había gigantes . . . Y lo llamaron Teotihuacán, porque era el lugar donde se enterraban los señores. Pues según decían: "Cuando morimos, no en verdad morimos, porque vivimos, resucitamos, seguimos viviendo, despertamos. Esto nos hace felices." Así se dirigían al muerto, cuando moría. Si era hombre, le hablaban, lo invocaban como ser divino, con el nombre de faisán, si era mujer con el nombre de lechuza, les decían: "Despierta, ya el cielo se enrojece, ya se presentó la aurora, ya cantan los faisanes color de llama, las golondrinas color de fuego, ya vuelan las mariposas." Por esto decían los viejos, quien ha muerto, se ha vuelto un dios. Decían: "se hizo allí dios, quiere decir que murió".* * [Op. cit., fol. 195 r.] FUENTE: [León Portilla, Miguel 1968, pp. 23-29.] Muchas casas había en Tula, allí enterraron muchas cosas los toltecas. Pero no sólo esto se ve allí, como huella de los toltecas, también sus pirámides, sus montículos, allí donde se dice Tula-Xicocotítlan. 54 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Por todas partes están a la vista, por todas partes se ven restos de vasijas de barro, de sus tazones, de sus figuras, de sus muñecos, de sus figurillas, de sus brazaletes, por todas partes están sus vestigios, en verdad allí estuvieron viviendo juntos los toltecas. Los toltecas eran gente experimentada, se dice que eran artistas de las plumas, del arte de pegarlas. De antiguo lo guardaban, era en verdad invención de ellos, el arte de los mosaicos de plumas. Por eso de antiguo se les encomendaban los escudos, las insignias, las que se decían apanecáyotl. Esto era su herencia, gracias a la cual se otorgaban las insignias. Las hacían maravillosas, pegaban las plumas, los artistas sabían colocarlas, en verdad ponían en ellas su corazón endiosado. Lo que hacían era maravilloso, precioso, digno de aprecio. [Ibid., fol. 173 r.] Y más adelante, planteándose el problema de la filiación étnica y lingüistica de los toltecas, expresamente añade el texto indígena que los toltecas no eran gente bárbara (popolocos), sino que pertenecían, como habrían de pertenecer también los aztecas, a la estirpe náhuatl: Estos toltecas, como se dice, eran nahuas, no eran popolocas, aunque se llamaban también habitantes antiguos . . . Eran ricos, porque su destreza pronto los hacía hallar riqueza. Por esto se dice ahora acerca de quien pronto descubre riquezas: "Es hijo de Quetzalcóatl y Quetzalcóatl es su príncipe." Así era el ser y la vida de los toltecas.* * [Ibid., fol. 176 v.] En estrecha relación con el culto de la antigua divinidad suprema, Quetzalcóatl, se sabe que entre estos toltecas hubo un sacerdote de nombre también Quetzalcóatl que se empeñaba en mantetner en su 55 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 pureza el culto tradicional. Los textos abundan en descripciones de los palacios de este gran sacerdote, de sus creaciones y de su forma de vida, consagrada a la meditación y al culto. Concretamente se atribuye al sacerdote Quetzalcóatl la formulación de toda una doctrina teológica acerca de Ometéotl, el supremo Dios dual. Identificando al dios Quetzalcóatl, como un título que evocaba la sabiduría del Dios dual, el sacerdote Quetzalcóatl, como dice el texto: Invocaba, hacía su dios a algo [que está] en el interior del cielo, a la del faldellín de estrellas, al que hace lucir las cosas; señora de nuestra carne, señor de nuestra carne; la que está vestida de negro, el que está vestido de rojo; la que ofrece suelo [o sostiene en pie] a la tierra, el que la cubre de algodón. Y hacia allá dirigía sus voces, así se sabía, hacia el Lugar de la Dualidad (Omeyocan), el de los nueve travesaños, con que consiste el Cielo. . . [Anales de Cuauhtitlán, fol. 4.] FUENTE: [León Portilla, Miguel 1968, pp. 34-36.] Sirviéndose de la Itoloca y los Xiuhámatl como de auténticos instrumentos de dominación, consignaron en ellos una nueva conciencia de su pasado. Irá surgiendo así un pueblo azteca de rostro que cada vez se define mejor: es el elegido del Sol, cuya misión suprema es la guerra. Conceptos opuestos de la historia tienen, sin embargo, en común el supremo interés de salvar para siempre el recuerdo de los tiempos antiguos. Cuando, a principios del siglo XVII escribió don Fernando Alvarado Tezozómoc su Crónica Mexicáyotl, insertó en ella un párrafo que a continuación se transcribe, en el cual, mezclado si se quiere con el antiguo orgullo azteca, aparece el interés náhuatl de todos los tiempos por conservar la memoria de lo que fue su grandeza. El texto, cuya traducción aquí se da, es resumen elocuente del modo náhuatl de conservar la historia y del interés que en esta empresa ponían los pueblos del México Antiguo: Así lo vinieron a decir, así lo asentaron en su relato, y para nosotros lo vinieron a dibujar en sus papeles los viejos, las viejas. Eran nuestros abuelos, nuestras abuelas, nuestros bisabuelos, nuestras bisabuelas, nuestros tatarabuelos, nuestros antepasados, se repitió como un discurso su relato, nos lo dejaron, y vinieron a legarlo a quienes ahora vivimos, a quienes salimos de ellos. Nunca se perderá, nunca se olvidará, lo que vinieron a hacer, 56 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 lo que vinieron a asentar en las pinturas: su renombre, su historia, su recuerdo. Así en el porvenir jamás perecerá, jamás se olvidará, siempre lo guardaremos nosotros hijos de ellos, los nietos, hermanos, bisnietos, tataranietos, descendientes, quienes tenemos su sangre y su color, lo vamos a decir, lo vamos a comunicar a quienes todavía vivirán, habrán de nacer, los hijos de los mexicas, los hijos de los tenochcas. Y esta relación la guardó Tenochtitlan, cuando vinieron a reinar todos los grandes estimables ancianos, los señores y reyes tenochcas. Pero, Tlatelolco nunca nos la quitará, porque en verdad no es legado suyo. Esta antigua relación oral, esta antigua relación pintada en los códices, nos la dejaron en México, para ser aquí guardada . . . Aquí tenochcas aprenderéis cómo empezó la renombrada, la gran ciudad, México-Tenochtitlan, en medio del agua, en el tular, en el cañaveral, donde vivimos, donde nacimos, nosotros los tenochcas. [Crónica Mexicáyotl, texto náhuatl y traducción de A. León. Instituto de Historia, Imprenta Universitaria, México, 1949, pp. 4-6.] FUENTE: [León Portilla, Miguel 1968, pp. 76-77.] LA HUIDA DE QUETZALCOATL Compilado en la leyenda de los soles, en Anales de Cuauhtitlán, 1558 Y así Huémac Quetzalcóatl lleno estaba de zozobra y se sentía apesadumbrado, y luego pensó en irse, en dejar la ciudad abandonada, su ciudad de Tula. Y así se dispuso a hacerlo. Dicen que entonces quemó todas sus casas de oro y plata y de conchas rojas y todos los primores del arte tolteca. Obras de arte maravillosas, obras de arte preciosas y bellas, todo lo enterró, todo lo dejó escondido allá en lugares secretos, o dentro de las montañas, o dentro de los barrancos. De igual manera los árboles que producían el cacao, los mudó en acacias espinosas, y a todas las aves de ricas plumas, las de pecho color de llama, todas las que consigo había traído primero, delante de él se encaminaron y tomaron la direción de las costas de la mar. Y hecho esto, emprendió él su viaje y comenzó su camino. Llegó luego 57 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 a otra parte que llaman Junto del Árbol: muy corpulento es el árbol y también muy alto es. Junto de él se paró y entonces se vio a sí mismo y se miró en el espejo, y dijo: —Sí, viejo soy. Desde entonces este sitio se llama el Árbol de la Vejez. Entonces hiere el árbol con piedras, abruma con piedras el árbol y las piedras con que le apedreaba se iban incrustando en él y a él quedaban adheridas: es el Árbol de la Vejez. Aun ahora puede verse cómo en él fijas están: comenzaron desde el pie y suben hasta la copa. Siguió su marcha y en tanto que él marchaba con las flautas le iban acompañando. Llegó otra vez a otro sitio y se puso a descansar; se sentó sobre una piedra y en ella apoyó las manos. Se quedó mirando a Tula y con esto se echó a llorar: lloraba con grandes sollozos: doble hilo de gotas cual granizo escurrían, por su semblante ruedan las gotas y con sus lágrimas la roca perforó, las gotas de su llanto que caían la piedra misma taladraron. Las manos que en la roca había apoyado, bien impresas quedaron en la roca, cual si la roca fuera de lodo y en ella imprimiera sus manos. Igualmente sus posaderas: en la piedra en que estaba sentado, bien marcadas e impresas quedaron. Aún se miran los huecos de sus manos allí donde se llama Temacpalco. Llegó en su huida a un sitio que se llama Puente de Piedra. Agua hay en ese lugar, agua que se alza brotando, agua que se extiende y se difunde. Él desgajó una roca e hizo un puente y por él pasó. Reanudó su camino y llegó a un sitio que se llama el Agua de Serpientes. Estando allí, los magos se presentan y quieren que desande su camino, quieren hacer que vuelva, que regrese. Le dijeron: —¿A dónde te encaminas? ¿por qué todo lo dejas en olvido? ¿quién dará culto a los dioses? Él responde a los magos: —De ningún modo me es ahora posible regresar. ¡Debo irme! —¿Dónde irás, Quetzalcóatl?— Voy, les dijo, a la tierra del Color Rojo, voy a adquirir saber. Ellos le dicen: —Y allí, ¿qué harás? —Yo voy llamado: el Sol me llama. Dicen ellos al fin: —Muy bien está: deja entonces toda la cultura tolteca. (Por esto dejó allí todas las artes: orfebrería, tallado de piedras, ebanistería, labrado de la piedra, pintura tanto de muros, como de códices, la obra de mosaico de plumas). De todo los magos se adueñaron. Y él entonces allí arrojó al agua sus collares de gemas, que al momento en el agua se hundieron. De aquel tiempo se llama aquel lugar Agua de Ricos Joyeles. Avanza un punto más, llega a otro sitio que se llama Lugar en Donde Duermen. Allí sale a su encuentro el mago y dice: —¿Dónde vas? Dijo él: — Voy a la tierra del Color Rojo, voy a adquirir saber. Dijo el mago: —Muy bien: bebe este vino, yo he venido a traerlo para ti. Dijo el rey: —No, no puedo, ni siquiera puedo un poco gustar. Pero el mago respondió: —De fuerza habrás de beber; tampoco yo puedo dejar pasar, ni permito que siga su camino sin que beba. Yo tengo que hacerlo beber, y aun embriagarle. ¡Bebe, pues! Entonces Quetzalcóatl con una caña bebió vino. Y una vez que hubo bebido, cayó rendido del camino, comenzó a roncar en su sueño y su ronquido se oía resonar lejos. Cuando al fin despertó, miraba a un lado y a otro, se miraba a sí mismo y se alisaba el cabello. De esta razón el nombre de aquel sitio: Lugar en Donde Duermen. De nuevo emprendió el viaje; llegó a la cima que está entre el Monte Humeante y la Mujer Blanca, y allí sobre él y sobre sus acompañantes, que consigo llevaba, sus enanos, sus bufones, sus tullidos, cayó la nieve y todos congelados se quedaron allí muertos. El, lleno de pesadumbre, ya cantaba, ya lloraba: largamente lloró y de su pecho lanzaba hondos suspiros. Fijó la vista en la Montaña Matizada y allá se encaminó. Por todas partes iba haciendo prodigios y dejando señales maravillosas de su paso. Al llegar a la playa, hizo una armazón de serpientes y una vez formada, se sentó sobre ella y se sirvió de ella como de un barco. Se fue alejando, se deslizó en las aguas y nadie sabe cómo llegó al lugar del Color Rojo, al lugar del Color Negro, a Tlilan, Tlapalan, el país de la Sabiduría. [Códice Matritense del Real Palacio, fols. 132v.-134v. La versión al castellano de este tewxto se debe al doctor Ángel Ma. Garibay] VERSIÓN DE LOS ANALES DE CUAUHTITLAN Año 1-Caña. En él, según se dice, se refiere, nació Quetzalcóatl, el que fue llamado nuestro príncipe, 58 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 el sacerdote 1-Caña Quetzalcóatl. Y se dice que su madre fue la llamada Chimalman. Y así se refiere, cómo se colocó Quetzalcóatl en el seno de su madre: ésta se tragó una piedra preciosa. Vienen los años 2-Pedernal, 3-Casa, 4-Conejo, 5-Caña, 6-Pedernal, 7-Casa, 8-Conejo. En el año 9-Caña buscó a su padre Quetzalcóatl, cuando ya tenía un poco de discernimiento, tenía ya nueve años. Dijo: ¿cómo era mi padre? ¿acaso puedo verlo? ¿acaso puedo mirar su rostro? En seguida le fue dicho: En verdad se murió, allá fue enterrado, ¡ven a verlo! Luego fue allá Quetzalcóatl, en seguida escarbó y escarbó, buscó sus huesos. Y cuando hubo sacado sus huesos, allá los fue a enterrar en el interior de su templo, en el que se nombra de la diosa Quillaztli . . . En el año 2-Conejo vino a llegar Quetzalcóatl allá a Tollantzinco, donde estuvo cuatro años, hizo allí su casa de ayunos, su casa de travesaños verdes . . . Años 3-Caña, 4-Pedernal, 5-Casa. En este año fueron a traer los toltecas a Quetzalcóatl para que fuera a gobernarlos, allá en Tula y fuera también su sacerdote. En el año 2-Caña hizo en Tula su casa de ayunos, su casa de penitencia, el lugar donde una y otra vez hacía súplicas. Nuestro príncipe 1-Caña Quetzalcóatl edificó sus cuatro palacios, su casa de travesaños verdes, su casa de coral, 59 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 su casa de caracoles, su casa preciosa de quetzal. Allí una y otra vez hizo súplicas, hacía merecimiento, allí vivía en abstinencia. Y justamente a la mitad de la noche, bajaba al agua, allí donde se nombra palacio del agua, en Amochco. Allí colocaba sus espinas de penitencia, en lo alto del monte Xicócoc y en el lugar mismo de las espinas, en Huitzco, también en Tzíntoc y en el Nonohualtépec, en el monte de los nonohualcas. Y sus espinas las hacía de jades, plumas de quetzal eran sus ramas de abeto, también hacía ofrenda de fuego con turquesas genuinas, jades, corales. También eran ofrendas suyas serpientes, aves, mariposas que él sacrificaba. Y se refiere, se dice, que Quetzalcóatl invocaba, hacía dios para sí, a alguien que está en el interior del cielo. Invocaba a la del faldellín de estrellas, al que hace lucir las cosas; Señora de nuestra carne, Señor de nuestra carne; la que da apoyo a la tierra, el que la cubre de algodón. Hacia allá dirigía su voz, así se sabía, al Lugar de la Dualidad, el de los nueve travesaños con que consiste el cielo. Y como lo sabían los que allá vivían, hacía una y otra vez invocaciones, vivía en meditación y retiro. Y en su tiempo, descubrió él además muy grandes riquezas, jades, turquesas genuinas, el metal precioso, amarillo y blanco, el coral y los caracoles, las plumas de quetzal y del ave turquesa, 60 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 las de las aves roja y amarilla, las del tzinitzcan y del ayocuan. Y también descubrió él toda suerte de cacao, toda suerte de algodón. Muy grande artista era el tolteca en todas sus creaciones, en lo que sirve para comer, para beber, objetos de barro verdeazulados, verdes, blancos, amarillos, rojos, y todavía de otros colores más. Y cuando allí vivía Quetzalcóatl dio principio, comenzó a edificar su casa de los dioses. Levantó columnas en forma de serpiente pero no las terminó, no les dio remate. Y cuando allí vivía, no se mostraba ante el rostro de la gente, en el lugar oculto, en el interior de su palacio, allí estaba custodiado. Y los que lo guardaban, sus servidores, en muchos lugares lo mantenían oculto. En todas partes, en grupos, allí estaban sus servidores. Él estaba sobre esteras de jades, de plumas de quetzal, de oro y plata. Y se dice, se refiere que cuando vivía Quetzalcóatl, muchas veces los hechiceros quisieron engañarlo, para que hiciera sacrificios humanos, para que sacrificara hombres, pero él nunca quiso, porque quería mucho a su pueblo que eran los toltecas. Sus ofrendas eran siempre serpientes, aves, mariposas, que él sacrificaba. Y se dice, se refiere que esto enojó a los hechiceros. Así empezaron éstos a escarnecerlo, a hacer burla de él. Decían, deseaban los hechiceros afligir a Quetzalcóatl, para que éste al fin se fuera, como en verdad sucedió . . . 61 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Se convocaron entonces los hechiceros, los que se llamaban Tezcatlipoca, Ihuimécatl, Toltécatl. Dijeron: es necesario que deje su ciudad Quetzalcóatl, allí habremos de vivir nosotros. Dijeron: ofrezcámosle fuerte bebida embriagante, con ella habremos de perderle, así no hará más penitencia. Entonces habló Tezcatlipoca: yo digo, yo, hagámosle saber qué apariencia tiene su cuerpo. En seguida confirieron entre sí, cómo habrían de hacerlo. Primeramente ya va Tezcatlipoca, consigo lleva un espejo, pequeño, reluciente por ambos lados, lo lleva envuelto. Cuando llegó allí, donde vivía Quetzalcóatl, dijo a los servidores que lo guardaban: ¡id a decir al sacerdote que ha venido un joven que viene a mostrarle, que viene a hacerle ver cómo es su cuerpo! Entraron luego los servidores, lo que habían oído fueron a decirlo a Quetzalcóatl, Respondió éste: ¿qué cosa, oh abuelo, servidor, qué tiene mi cuerpo? Ved lo que ha traído, luego podrá entrar. Pero Tezcatlipoca no quiere mostrarlo, dice: en verdad yo mismo lo haré ver al sacerdote, id a decírselo. Los servidores fueron a decírselo: No lo permite, mucho quiere él hacértelo ver. Quetzalcóatl respondió: dejadlo pasar. Fueron a llamar a Tezcatlipoca; entró, hizo reverencia, dijo: ¡oh príncipe, sacerdote, aquí estoy yo, yo, hombre del pueblo, he venido. Y he venido a saludarte, oh Señor 1-Caña Quetzalcóatl, he venido a mostrarte cómo es tu cuerpo. Quetzalcóatl respondió: 62 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 te has fatigado, ¿de dónde vienes para que yo vea cómo es mi cuerpo? Dijo Tezcatlipoca: ¡oh príncipe, sacerdote! Sólo soy un hombre del pueblo, aquí he venido desde las faldas del monte de los nonohualcas, ¡mira ya cómo es tu cuerpo! Entonces le dio el espejo, le dijo: ¡conócelo por tus propios ojos, míralo con tus propios ojos, oh príncipe, allí en el espejo, te verás a ti mismo! Y cuando se hubo visto Quetzalcóatl, tuvo gran pesar de sí mismo, dijo: si me ven las gentes del pueblo mío, ¿no habrán de correr? Porque muy grandes eran sus ojeras, estaban muy hundidos sus ojos, por todas partes tenía bolsas en el rostro, su rostro no era ya como el de un hombre. Cuando se hubo mirado en el espejo dijo: ¡que nunca me mire mi pueblo, sólo aquí habré de quedarme! Entonces salió, le dejó Tezcatlipoca . . . Luego vinieron a acercarse, vinieron a dirigirse los hechiceros Ihuimécatl y Toltécatl adonde estaba Quetzalcóatl. Los que guardaban a éste, no querían permitirles la entrada, dos veces, tres veces, los regresaron, no querían permitírselo. Finalmente se les preguntó de dónde venían. Respondieron éstos, y dijeron: de allá del cerro de los sacerdotes, del cerro de los toltecas. Cuando Quetzalcóatl oyó esto, dijo: ¡dejadlos entrar! Pasaron luego, lo saludaron, le entregaron verduras, chiles, otras yerbas. Cuando Quetzalcóatl las hubo probado, entonces una vez más le pidieron, le entregaron la bebida fermentada. Pero él dijo: no habré de bebería, 63 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 estoy ayunando, ¿acaso es ésta, bebida que embriaga a la gente, que da muerte a los hombres? Los hechiceros le dijeron: pruébala al menos con tu dedo pequeño, es fuerte, es punzante. Quetzalcóatl con la punta de su dedo la probó, después de gustarla dijo: ¡pueda yo beber de ella, oh abuelos! Luego que hubo bebido una vez, los hechiceros le dijeron: ¡cuatro veces tendrás que beber! Y así cinco jícaras le dieron. Entonces dijeron: ésta es tu libación. Y después de que él hubo bebido, dieron de beber a todos sus servidores, a todos cinco jícaras les dieron. Cuando estuvieron enteramente embriagados, de nuevo dijeron los hechiceros a Quetzalcóatl: ¡oh príncipe, ponte a cantar, he aquí el canto que has de elevar! Entonces habló, entonces así lo entonó Ihuimécatl: Mis casas de quetzal, de quetzal, mi casa de plumas amarillas, mi casa de coral, yo tendré que dejarlas. Estando ya alegre Quetzalcóatl, dijo: Id a tomar a mi hermana mayor, Quetzalpétatl, ¡que juntos los dos nos embriaguemos! Sus servidores fueron allá, donde ésta hacía penitencia, en el cerro de los nonohualcas. Le fueron a decir: Hija nuestra, señora Quetzalpétatl, penitente, venimos a tomarte, te aguarda el sacerdote Quetzalcóatl, tú vas a ir a estarte con él. Ella respondió: Bien está, vayamos, oh servidores. Y cuando hubo llegado, se sentó al lado de Quetzalcóatl. Entonces le dieron cuatro jícaras de bebida fermentada, y una más que fue su libación. Luego Ihuimécatl y Toltécatl, los embriagadores, 64 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 así cantaron a la hermana mayor de Quetzalcóatl, entonaron: ¡Hermana mía! ¿en dónde está tu morada? ¡oh tú, Quetzalpétatl, embriaguémonos . . . ! Y después ya se va Quetzalcóatl, se levanta, llama a sus servidores, por ellos llora. Entonces se marcharon hacia allá, se fueron a buscar a Tlillan Tlapallan, la tierra del color negro y rojo, el lugar de la cremación . . . En el mismo año 1-Caña, se dice, se refiere que cuando llegó al agua divina Quetzalcóatl, a la orilla de las aguas celestes, entonces se irguió, lloró, tomó sus atavíos, se puso sus insignias de plumas, su máscara de turquesas. Y cuando se hubo ataviado, entonces se prendió fuego a sí mismo, se quemó, se entregó al fuego . . . Y se dice que, cuando ya está ardiendo, muy alto se elevan sus cenizas. Entonces aparecen, se miran, toda clase de aves que se elevan también hacia el cielo, aparecen el ave roja, la de color turquesa, el tzinitzcan, el ayocuan y los loros, toda clase de aves preciosas. Y cuando terminó ya de quemarse Quetzalcóatl, hacia lo alto vieron salir su corazón y, como se sabía, entró en lo más alto del cielo. Así lo dicen los ancianos: se convirtió en estrella, en la estrella que brilla en el alba.* *[Anales de Cuauhtitlán, fols. 3-7. Versión del náhuatl de Miguel León-Portilla.] FUENTE: [León Portilla, Portilla 1978, pp. 36-45.] 65 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 3.- RELATOS NAHUAS DE LA CONQUISTA CANTOS TRISTES DE LA CONQUISTA Tal vez el mejor final que pueda darse a la Visión de los vencidos sea la trascripción de unos cuantos icnocuícatl, cantares tristes, verdaderas elegías, obra de los cuicapicque o poetas nahuas postcortesianos. El primer icnomicatl acerca de la Conquista que a continuación se transcribe, proviene de la colección de «Cantares Mexicanos» y probablemente fue compuesto hacia el año de 1523. En él se recuerda con tristeza la forma como se perdió para siempre el pueblo mexicatl. El siguiente poema es todavía más expresivo. Tomado del manuscrito indígena de 1528, describe con un dramatismo extraordinario cuál era la situación de los sitiados durante el asedio de México-Tenochtitlan. Finalmente, el tercer poema, que forma parte del grupo de poemas melodramáticos que servían para ser representados. Comprende desde la llegada de los conquistadores a Tenocbtitlan, hasta la derrota final de los mexicas. Aquí tan sólo se transcriben los más dramáticos momentos de la parte final. Estos poemas, con más elocuencia que otros testimonios, muestran ya la herida tremenda que dejó la derrota en el ánimo de los indios. Son, usando las palabras de Garíbay, uno de los primeros indicios del trauma de la Conquista. Se ha perdido el pueblo mexicatl El llanto se extiende, las lágrimas gotean allí en Tlatelolco. Por agua se fueron ya los mexicanos; semejan mujeres; la huida es general. ¿Adonde vamos?, ¡oh amigos! Luego ¿fue verdad? Ya abandonan la ciudad de México: el humo se está levantando; la niebla se está extendiendo... Con llanto se saludan el Huiznahyácatl Motelhuihtzin, el Tlailotlácatl Tlacotzin, el Tlacatecuhtli Oquihtzin... Llorad, amigos míos, tened entendido que con estos hechos hemos perdido la nación mexicana. ¡El agua se ha acedado, se acedó la comida! Esto es lo que ha hecho el Dador de la vida en Tlatelolco. Sin recato son llevados Motelhuithtzin y Tlacontzin. Con cantos se animaban unos a otros en Acahinanco, ah, cuando fueron a ser puestos a prueba allá en Coyoacan...* * [Cantares Mexicanos, Biblioteca Nacional de México.] 66 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Los últimos días del sitio de Tenochtitlan [1524] Y todo esto pasó con nosotros. Nosotros lo vimos, nosotros lo admiramos. Con esta lamentosa y triste suerte nos vimos angustiados. En los caminos yacen dardos rotos, los cabellos están esparcidos. Destechadas están las casas, enrojecidos tienen sus muros. Gusanos pululan por calles y plazas, y en las paredes están salpicados los sesos. Rojas están las aguas, están como teñidas, y cuando las bebimos, es como si bebiéramos agua de salitre. Golpeábamos, en tanto, los muros de adobe, y era nuestra herencia una red de agujeros. Con los escudos fue su resguardo, pero ni con escudos puede ser sostenida su soledad. Hemos comido palos de colorín, hemos masticado grama salitrosa, piedras de adobe, lagartijas, ratones, tierra en polvo, gusanos . . . Comimos la carne apenas, sobre el fuego estaba puesta. Cuando estaba cocida la carne, de allí la arrebataban, en el fuego mismo, la comían. Se nos puso precio. Precio del joven, del sacerdote, del niño y de la doncella. Basta: de un pobre era el precio sólo dos puñados de maíz, sólo diez tortas de mosco; sólo era nuestro precio veinte torta de grama salitrosa. Oro, jades, mantas ricas, plumajes de quetzal, todo eso que es precioso, en nada fue estimado . . .* *[Ms. Anónimo de Tlalelolco, 1528. Bibl. Nac. de París.] La ruina de tenochcas y tlatelolcas Afánate, lucha, ¡oh Tlacatéccatl Temilotzin!: ya salen de sus naves los hombres de Castilla y los de las Chinampas. ¡Es cercado por la guerra el tenochca; es cercado por la guerra el tlatelolca! Ya viene a cerrar el paso el armero Coyohuehuetzin; ya salió por el gran camino del Tepeyac: el acolhua. ¡Es cercado por la guerra el tenochca; es cercado por la guerra el tlatelolca! Ya se ennegrece el fuego; ardiendo revienta el tiro, ya se ha difuminado la niebla: ¡Han aprehendido a Cuautémoc! ¡Se extiende una brazada de príncipes mexicanos! ¡Es cercado por la guerra el tenochca, es cercado por la guerra el tlatelolca!. La prisión de Cuauhtémoc 67 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 ¡Es cercado por la guerra el tenochca; es cercado por la guerra el tlatelolca! Ya se ennegrece el fuego, ardiendo revienta el tiro: ya la niebla se ha difundido: ¡Ya aprendieron a Cuauhtemoctzin: una brazada se extiende de príncipes mexicanos! ¡Es cercado por la guerra el tenochca; es cercado por la guerra el tlatelolca! Pasados nueve días son llevados en tumulto a Coyohuacan, Cuauhtemoctzin, Coanacoch, Tetlepanquetzaltzin: prisioneros son los reyes. Los confortaba Tlacotzin y les decía: Oh, sobrinos míos, tened ánimo: con cadenas de oro atados, prisioneros son los reyes. Responde el rey Cuauhtemoctzin: Oh sobrino mío, estás preso, estás cargado de hierros. ¿Quién eres tú, que te sientas junto al Capitán General? ¡Ah es doña Isabel, mi sobrinita! ¡Ah, es verdad, prisioneros son los reyes! Por cierto serás esclava, serás persona de otro: "será forjado" el collar, el quetzal será tejido en Coyohuacan. ¿Quién eres tú, que te sientas junto al Capitán General? ¡Ah es doña Isabel, sobrinita! ¡Ah, es verdad, prisioneros son los reyes! * *-[Cantares Mexicanos. Biblioteca Nacional de México.] FUENTE: [León Portilla, Miguel 2000, CAPÍTULO XV pp. 185-190.] 68 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 La suerte de los vencidos (Quejas contra el corregidor Magariño. Archivo de Indias) 69 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 II. ÁREA MAYA 70 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 1.- POPOL-VUH. «FUENTE HISTÓRICA» PRIMERA EDAD (HORIZONTE PRIMITIVO) Después de la formación de la tierra con su manto vegetal, los dioses proceden a poblarla de seres animados que, en cambio de su subsistencía habrían de tributar culto al Creador. Al efecto «Luego hicieron a los animales pequeños del monte, los guardianes de todos los bosques, los genios de la montaña, los venados, los pájaros, leones, tigres, serpientes, culebras, víboras, guardianes de los bejucos». (Recinos). «Llenaron con sus animales, montes y montañas. Guardianes de los guatales y habitantes de los matorrales fueron desde entonces los pájaros, leones, tigres, y de los bejucos las víboras de cascabel y los cantiles» (Villacorta), designándose a cada especie su hábitat respectivo: guaridas, nidos o madrigueras. En seguida, Tzakol, Bitol, Alom y Cajolom, dioses de los cuatro sectores del Cielo dieron a los animales su peculiar manera de expresión: gritos, aullídos, gorjeos, separando a cada grupo «según su modo de entenderse» (Noción de clasificación zoológica aplicando al reino animal las mismas reglas diferenciales del género humano, distribuido en grupos lingüísticos). Intervienen al efecto sólo los cuatro dioses cósmicos, equivalentes a los Chac de la mitología maya que son precisamente los dueños de animales y plantas silvestres. (Véase op. cit.). Todavía los chortís consideran a los animales como guardianes del monte, término que se aplica además al mayordomo (uwink ir e tecpan = guardián del templo) para significar que el templo, como el monte, es propiedad divina. E1 indígena continúa dirigiéndose a los Chac, cuando necesita de alguna pieza de cacería, una planta o un árbol, debe al pedirles" permiso Justificar su necesidad de obtener tal o cual cosa y pagar la concesión otorgada. Mas, los dioses no conceden la vida como un don gracioso, sino a condición que sus criaturas reconozcan su independencia del Creador, invocándolo, rindiéndole tributo y hommaje y alimentándolo (características fundamentales del ritual maya-quiché), y por esa razón ordenan a los animales que pronuncien el nombre de su Creador «ya que somos vuestra madre y vuestro padre», habladnos, invocadnos, alabadnos, adoradnos, les dicen los dioses. Pero los animales no pudieron satisfacer la orden divina, porque carecían de un lenguaje adecuado y ni siquiera podían entenderse entre ellos mismos, debido a su diferenciación vocálica. Al lamentar su fracaso, los dioses resuelven sustituir esas criaturas por otras y castigarlas, cambiándoles la palabra, la alimentación y la manera de comer y vivir, condenándolas desde entonces a que su carne fuese sacrificada y comida, «y solamente para eso serían matados todos los animales que viven en la tierra (Villacorta)». «Hemos cambiado de parecer... porque no se ha podido lograr que nos adoréis ni nos invoquéis. Vosotros, aceptad vuestro destino: vuestras carnes serán trituradas. Esta será vuestra suerte. Luego quisieron probar suerte nuevamente; quisieron hacer otra tentativa y quisieron probar de nuevo a que los adoraran. Pero no pudieron entender su lenguaje entre ellos mismos, nada pudieron conseguir y nada pudieron hacer. Por esta razón fueron inmoladas sus carnes y fueron condenados a ser comidos y matados los animales que existen sobre la faz de la tierra (Recinos)». Es una característica del pensamiento indígena expresar en una sola alegoría diversos conceptos correlativos, es decir, diversos símbolos simultáneos como lo veremos con frecuencia en el curso de la narración. En este caso, la creación de los animales, que los dioses trataron en vano de elevar a categoría de seres racionales tiene, además de su sentido intrínseco (creación de animales), un significado hondamente religioso, étnico, social y económico, reflejo de las condiciones de la vida humana durante el ciclo primario de la historia maya. Como se ha demostrado tantas veces en nuestra citada obra, la comunidad indígena constituye una unidad perfectamente homogénea, cultural y lingüísticamente y se identifica por el uso del mismo 71 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 vocablo con que sus miembros designan a Dios. Cualquier cambio o alteración en la pronunciación del nombre divino implica diferenciación dialectal, por tanto separación política ya que la lengua es consustancial con la tribu y se extiende con elIa. Tal fenómeno no es exclusivo de los grupos amerindíos ya que lo mismo ocurría entre los pueblos de Asia Menor que tenían diversos nombres para designar a la diosa Ishtar. La primera generación humana intentó reiteradamente «expresar su adoración (a los dioses), pero como a causa de su Ienguage (diferente) no lograron entenderse al estar juntos, ni sintieron afectos, nada hicieron los Creadores para ellos» (Villacorta). Esto da a entender que por entonces no existía homogeneidad lingüística ni tampoco el tipo de organización social propio de la cultura maya-quiché. Por no haber sabido honrar a su Creador, el hombre quedó condenado a vivir en cuevas, barrancos y madrigueras como los animales, y nada hizo Dios por él, abandonándolo a su propia suerte. No pudiera pintarse más vividamente el cuadro de la vida del hombre primitivo y a la vez la fisonomía étnica del país durante el horizonte primario, correspondiente al ciclo de la caza y recolecció. Por entonces la horda habitaba en cuevas o barrancos, allí mismo abandonaba los muertos; sus medios de vida eran precarios; el hombre se cubría con hojas o andaba desnudo, tenía principios religiosos rudimentarios; aunque reconocía la existencia de un Supremo Creador, no sabía «expresar su adoración» es decir, tributarle culto, desconocía toda práctica ritual, y por esto «nada hicieron los dioses por ellos». Los hombres de esta época se asimilaban, tanto en su manera de vivir como de pensar, a los animales. Comparación que corresponde en términos de clasificación modema al estado de pueblo natural. Esta manera de considerar al hombre inculto como un animal, no es exclusiva de la mente indoamericana ya que las primeras criaturas de la cosmogonía fenicia, también eran comparadas a «animales sin entendimiento» según referencias de: Sanjoniatón y Filón, citados por J. Imbelloni. 1 Después de la formación imperfecta del hombre primigenio, viene su destrucción o sea su transformación en animal, como castigo por no haber sabido invocar al Creador. En forma semejante serán destruidas las creaciones posteriores, convirtiéndose las criaturas humanas en animales de categoría superior en la escala zoológica, marcándose en esta forma un ascenso progresivo en la evolución cultural. Esta alegoría establece además el grado de afinidad genética entre los seres humanos y los animales, explicándose de esa manera las creencias actuales de que en tiempos pasados las bestias podían hablar. No existirá el hombre perfecto, el «Verdadero Hombre» de los mayas sino cuando éste haya logrado a través del tiempo elevarse a la perfección, adquiriendo el tipo de cultura maya-quiché. Por otra parte, el orden por el cual el hombre es un producto final de la.creación sigue la secuencia lógica del ordenamiento en que se va formando el mundo, apareciendo sucesivamente el cielo, la tierra, los vegetales, los animales y por último el hombre, como ocurre en la cosmogonía caldea. Dios destina «la carne de los animales a ser sacrificada y comida, por eso fueron comidos y engañados por la gente civilizada y entendida» (Villacorta). Se trata pues de un mandato expreso del Creador por el cual, el hombre civilizado está autorizado para matar, cazar con engaños, sacrificar los animales y comer su carne. Esta ley divina implica la institución de sacrificios no humanos, establecida por Dios mismo según el concepto maya-quiché. Lo cual se corrobora en otra parte de este relato que anatematiza los sacrificios humanos, Considerándolos propios de una época y un pueblo bárbaro. En observancia de esa ley promulgada por el Creador, el rito ortodoxo de los pueblos civilizados (maya-quiché) sólo permitirá el sacrificio de animales, costumbre que permaneció invariable entre los mayas antiguos y sus descendientes actuales (chortís). En un período tardío de su historia los quichés y los mayas de Yucatán adoptaron los sacrificios humanos, por efectos de contingencia histórica que se expondrán oportunamente. La limitación expresa de que sólo para los fines indicados podían sacrificarse los animales, revela además el principio de la ley protectora de la fauna que siguen observando los indios presentes. Dicha ley fue impuesta, sin duda, por necesidades económicas, desde que el hombre pasó del nomadismo al sedentarismo, debiendo cuidar entonces de no destruir inmotivadamente sus reservas de caza y pesca. 72 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Pero a la par de estas enseñanzas, para uso exclusivo de los pueblos civilizados, yace también la idea de que los hombres primitivos, torpes e ignorantes, asimilados a los animales, podían ser sacrificados por hombres de cultura más avanzada. Esto explicaría el origen de los sacrificios humanos que se desarrollan durante la época siguiente. Encontramos una descripción notable del amerindio primitivo en la relación de Guamán Poma de Ayala 2 que concuerda con la versión maya-quiché y la amplía. Dice Guamán Poma que durante la Primera Edad, llamada Pakarimok runa, los hombres vivían en cuevas y peñascos, y luchaban contra las fieras. Esta gente no sabia hacer nada, ni menos ropa, vestíanse con hojas de árboles y estera tejida de paja, siendo incapaces de construir casa. Todo su trabajo era adorar a Dios y decían a grandes voces: «hasta cuándo clamaré y no me oirás y daré voces y no me responderás». Con estas palabras invocaban al Creador, pero carecían de ídolos, templos y sepulcros (huacas). Tenían una sombra y luz del conocimiento del Creador y Hacedor del cielo, de la tierra y de todo lo que hay en ella. Su fe se_manifiesta tan solo exclamando: hincado de rodilla, puestas las manos y la cara, mirando al cielo: runa camac, pacha rurac (Creador del hombre, Hacedor del mundo) y es una de las cosas más grandes, aunque no supieron de las demás leyes y mandamientos de Dios. (Compárese con la versión del Popol-Vuh: No saben adorar al Creador). Andaban como perdidos en tierra nunca conocida. Esta gente uariuricocharuna (autóctona originaria) —uari connota también la idea de oriundo, primitividad, antigüedad, animal salvaje 3 (compárase con el concepto quiché, que equipara el (hombre primitivo a un animal), perdió la fe y esperanza en Dios y así ellos se perdieron también (compárese con el abandono en que los dejó Dios según el relato maya-quiché). Estas gentes no supieron de dónde habían salido. No adoraban en templos ni al sol, ni a la luna, ni a las estrellas, ni a los demonios. Sin embargo, vivían sin pleito y sin pendencia ni tenían mala vida. Poseían lugares señalados, para llamar a Dios y aquellos lugares los mantenían bien limpios. Hincados de rodillas, puestas las manos en alto y la cara mirando al cielo, pedían salud y clamaban a grandes voces. ¡En dónde estás Padre! Enterraban a sus muertos sin idolatría ni ceremonia alguna. Según las fuentes mexicanas «El cielo y la tierra y cuanto en ellos se halla es obra de la poderosa mano de un Dios Supremo y único, a quien daban el nombre de Tloque Nahuaque, que quiere decir, creador de todas las cosas, o sea aquel que tiene todo en sí. Llamábanle también Ipalnemohualoni, que quiere decir por quién vivimos y somos, y fue la única deidad que adoraron en aquellos primitivos tiempos; y aún después que se introdujo la idolatría y el falso culto, le creyeron siempre superior a todos sus dioses, y le invocaban levantando los ojos al cielo. En aquella primera Edad no tuvieron más adoración ni culto que el Tloque Nahuaque, porque la idolatría y la multiplicidad de dioses nació mucho después entre estas gentes, como se verá en su lugar. Dicen que en aquellos principios del mundo se mantenían los hombres solamente con frutas y hierbas... 4 En otra parte hemos citado el párrafo del Chilam Balam de Chumayel, refiriéndose al Ser Supremo, causa primaria de todo lo existente. Del cotejo de esas fuentes, (maya, quiche, peruana y mexicana) se desprende que las tradiciones de los pueblos indoamericanos de alta cultura expresan concordancia absoluta sobre la existencia en los albores de su prehistoria, de una cultura primitiva de economía parasitaria, caracterizada en el dominio religioso por el monoteísmo puro. Se imploraba al Ser Supremo, Dios único y Creador del mundo, pero no se realizaba por entonces, rito o ceremonia alguna; sólo se pedían favores a Dios pero no se sabía rendirle culto ni tributarle homenaje. Tampoco existían ídolos, templos o sepulcros; no se practicaba ningún ceremonial a los muertos, lo que indica que durante el periodo primario de la historia indígena se carecía de ideas animistas. Sin embargo, la gente era de índole pacífica y buena. Para implorar al Creador se reunía en sitios limpios, lejanos antecesores de los patios ceremoniales pavimentados y barridos de las altas culturas, rasgo que perdura a través del tiempo y llega hasta nosotros en las costumbres chortís. La limpieza meticulosa de la plaza ceremonial es, en efecto, un requisito necesario ya que el patío es la imagen del cielo, debe por tanto «estar limpio como el camino del sol» (informes textuales de chortís y lacandones, consignados en mi citada obra). 73 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Asimismo el gran Dios de la época primitiva, anterior a la mitología, al conjunto de dioses del culto agrario que emanan de su Ser y a toda práctica ritual o ceremonial, conserva a través del tiempo su carácter de Suma esencia, su preeminencia y atribuciones, aún cuando las delega a los dioses creados por Él. Dice Cogolludo que «los indios de Yucatán creían que hatía un Dios único, vivo y verdadero que decían ser el mayor de los Dioses y que no tenía figura ni se podía figurar por ser incorpóreo. A éste llamaban Hunab ku. De éste decían que procedían todas las cosas y como a incorpóreo no le adoraban con imagen alguna». 5 En la cima del escalafón teogónico los chortís colocan al Padre Eterno, jefe supremo del olimpo y réplica de Hunab ku. Es superior a todos los demás dioses que no pueden actuar sin su consentimiento expreso. Sin embargo, otorga el poder a sus subalternos que no son más que partes escindidas de Él mismo, entonces asume un papel pasivo, retirándose a una aparente inactividad, mientras los otros dioses trabajan. (Ver cap. Teogonía y Págs. 813, 814, op. cit.). Un monoteísmo compuesto se va desarrollando a partir del monoteismo simple del horizonte primario; ese mismo Dios que llenó los anhelos de una cultura rudimentaria tuvo que adaptarse a nuevas condiciones sociales y económicas, fragmentándose en hipostasis divinas, a medida del avance de la cultura, sin perder su carácter de Dios único. Y aún hoy día, los chortís, descendientes directos de los mayas imploran a ese Dios, hincados de rodillas y mirando hacia el cielo, como lo hacían sus antepasados primitivos. SEGUNDA EDAD (PERIODO FORMATIVO DE LA CULTURA) Ante el fracaso de la primera creación, los dioses tratan de formar nuevos seres capaces de tributarles homenaje, «fabricando de barro húmedo sus carnes» (Villacorta), «de tierra, de lodo hicieron la carne del hombre (Recinos)», como en la antigua concepción hebraica. Pero en el acto notaron que las criaturas así formadas no tenían consistencia, pues se deshacían al ponerse en contacto con el agua, eran informes, parecían «un montón de cieno, en el que se veía un pescuezo, una boca muy ancha con ojos que no miraban sino para un lado, y sin cabeza» (Villacorta). «Sólo cuello era la cara» (Recinos). «Sabían hablar pero no sentían» (Villacorta), «carecían de entendimiento» (Recinos). Entonces Ajtzak y Ajbit les dijeron: «sólo existiréis hasta que vengan los nuevos seres. Lucharéis para procrear y multiplicaros» (Villacorta). Después aniquilaron su obra, pensando en la manera de formar criaturas más consistentes que supieran ver, comprender e invocar a sus creadores. En términos semejantes relata el Chilam Balam de Chumayel (Trad. A. Mediz Bolio), esta fracasada creación diciendo que: «En el Trece Akbal, sucedió que Dios tomó agua y mojó tierra y labró el cuerpo del hombre. En el Uno Kan, sucedió que se rompió su ánimo por lo malo que había creado. En el dos Chicchan, sucedió que apareció lo malo y se vio dentro de los ojos de la gente». Este período señala un progreso sensible sobre el anterior, porque los hombres «sabían hablar, pero aún carecían de entendimiento» (Villacorta). «Al principio hablaba, pero no tenía entendimiento» (Recinos). Es decir, se entendían, porque el lenguaje de los grupos disímiles a que se refiere el capítulo anterior ya era mutuamente inteligible, pero esa gente no poseía aún la cultura mental y religiosa del maya, que constituye, en su concepto, el verdadero «entendimiento». Por esta razón, los dioses resuelven destruir su segunda creación. Guamán Poma 6 señala como rasgos salientes de la segunda Edad, llamada Wari Runa, que los autóctonos se multiplicaron, comenzaron a trabajar, haciendo huertas —rompiendo tierra virgen—, haciendo huertas sobre andenes, que llamaban pata, chakara, (andén, tierra de cultivo). Es el comienzo de la vida agrícola, como lo hace notar Julio C. Tello; no tenían casas sino pequeñas viviendas de piedra llamadas pukullo, que parecen hornos, desconocían el arte de tejer ropa, vestían pieles de animales en lugar de hojas de árbol y paja. Tenían mandamiento y ley entre ellos los cuales comenzaron a guardar, respetaban a sus padres, madres y señores. Sabían que había cielo e infierno, 74 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 pena, hambre y castigo. Que había un solo Dios en tres personas (concepto de pluralidad dentro de la unidad): el padre que era justiciero, el hijo caritativo y el hijo menor daba y aumentaba la salud, daba de comer y enviaba agua del cielo para darnos de comer. A esas tres personas denominaban Illapa (Rayo). Por su parte, las fuentes mexicanas tienen particular empeño en hablarnos del régimen alimenticio vegetal de la Segunda Edad, el cual consistía en «frutos de la tierra» según el manuscrito anónimo comentado por Paso y Troncoso; en frutos silvestres, según el códice Vaticano A. 7 Piñones de piña según el códice Franciscano, y una hierba nombrada centencupi, según el manuscrito Thévet-de Jongue. 8 Dicha gramínea se describe como «una simiente como maíz, que se dice cintrococopi», mención de capital importancia ya que se trata del maíz silvestre conocido ya durante el segundo ciclo de la prehistoria maya-quiché. Las citadas fuentes concuerdan en señalar que la característica esencial del Segundo ciclo étnico, consiste en la transformación del sistema económico parasitario en el de la horticultura, paralelamente al invento de la alfarería, muy tosca en sus principios, a juzgar por las descripciones que nos da el Popol-Vuh sobre los primeros balbuceos del arte cerámico. FIGURA 1 Distribucuón de la cultura arcaica, según Spinder. Áreas negras: distribución de las figurillas de tipo arcaico. Áreas grises: probable extensión de la cerámica, durante el horizonte arcaico. Líneas punteadas: última extensión de la cerámica. La mitología indígena proyecta en los seres divinos las actividades humanas típicas de la época. En este caso tenemos en Aj Bit el arquetipo del alfarero inhábil que no puede producir sino obras toscas, inconsistentes y seres contrahechos. Por otra parte, el material que sirve para modelar las criaturas es siempre, el que tipifica el rasgo sobresaliente de un ciclo cultural; barro durante la Segunda Edad, madera en la tercera y maíz en la cuarta y última época. La función específica de creador de los seres de barro se determina en el propio nombre de la deidad: aj bit, literalmente: el que hace cosas de barro variante que por primera vez aparece en la nómina teogónica; tanto el Chilam Balam, como el Popol-Vuh, concuerdan sobre la formación de esas criaturas diformes, modeladas con tierra húmeda durante la segunda época de la prehistoria. La fuente peruana nos da menos detalles al respecto, sin embargo, la creación de seres de barro es implícita en el nombre de allpa manta rurak (El que trabaja o fabrica con barro, según traducción de T. Mejía Xesspe), que especifica la función del dios creador de la segunda Edad. Hay concordancia entre las fuentes indígenas antes mencionadas y la arqueología sobre el hecho de que los pueblos primitivos del Continente desconocieron la manufactura de artefactos de barro. La alfarería amerindia aparece como invento independiente del Viejo Mundo. Su distribución geográfica —exceptuando la esquimal de tipo distinto— muestra que la cerámica indoamericana está confinada muy al interior del Continente y parece irradiar desde la América Central hacia la periferie. La ausencia de objetos de barro en las regiones septentrionales del Pacífico y en el extremo sur del Continente, es 75 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 decir en las rutas probables de migración transcontinental, impide pensar que la alfarería americana pudo haber sido importada de otros continentes. Véase al respecto el interesante trabajo de S. Linné. 9 Con la horticultura surge el complejo teogónico de dioses agrarios y de la fertilidad, ausente del horizonte mitográfico anterior, así como la noción de un mundo ínfero, del cual el Popol-Vuh nos dará más adelante, un cuadro impresionante. Con el dios de la lluvia, aparece la trilogía: Rayo, trueno, relámpago, manifestaciones distintas de un solo Dios y objeto de culto por parte de los cultivadores amerindios, a partir de esa época. El concepto de la pluralidad de seres dentro de la unidad divina, refleja el tipo de sociedad comunal que nace con el advenimiento de la horticultura. Por primera vez aparece la figura del dios joven, —el hijo menor mencionado por Guamán Poma, copartícipe del triunvirato teogónico— relacionado con el bienestar humano y la fertilidad de la tierra. Es el héroe cultural, protector del grupo, y dispensador del alimento vegetal; su destacada personalidad y sus hazañas polarizan la atención y constituyen el tema principal de la mitología amerindia. Los dioses enseñan por entonces el arte del cultivo «Es preciso que, al llegar la aurora, hayamos sembrado el alimento para mantener a nuestras criaturas». (Villacorta). «Hagamos al que nos sostendrá y alimentará». (Recinos), dice el Popol-Vuh. La existencia de un culto agrario implica, desde luego, la de un mediador entre Dios y los hombres. En el grupo teogónico se refleja, como se ha dicho, la organización comunal basada en el principio de que los miembros del grupo, como los dioses, son partes inseparables de un Todo. En contraste con la heterogeneidad lingüística del ciclo anterior, el lenguaje se ha vuelto, ahora, inteligible, hecho concomitante con la organización comunal, y que revelan compenetración étnica. En consecuencia del invento de la horticultura, los grupos indígenas van perdiendo su impulso migratorio, fijándose a la tierra, circunstancia que redunda en incremento de la población. Este fenómeno está registrado tanto en la fuente quiché como en la peruana. «Lucharéis para procrear y multiplicaros, dijeron los dioses, dejando así, ejecutada su voluntad». (Villacorta). Desde la Segunda Edad la gente se multiplicó, dice Guamán Poma, y comenzaron a guardar y respetar a sus padres y madres y señores y a unos con otros se obedecieron...», todo lo cual revela la existencia de un status familiar y social que no existía hasta entonces. En resumen, el segundo período de la ciclografía aborigen es el de mayor importancia ya que señala, con el origen de las instituciones amerindias: economía hortícola, religión, sistema comunal, que se proyectan en el mundo de los dioses, un cambio fundamental en las condiciones de vida. TERCERA EDAD (CICLO DE LA HORTICULTURA AVANZADA) A raíz de la destrucción de la segunda creación, se reúne de nuevo el quorum divino para consultarse y discutir sobre la manera de formar seres mejores que los anteriores «que vean, comprendan y nos invoquen» (Villacorta). «Hay que reunirse y encontrar los medios para que el hombre que formemos, el hombre que vamos a crear nos sostenga y alimente, nos invoque y se acuerde de nosotros». (Recinos). El consejo celeste resuelve que los cuatro dioses cósmicos se encarguen de señalar «Un nuevo día de aparecimiento y creación». (Villacorta), porque como se ha dicho, toda creación es una repetición de la primordial, por consiguiente los 4 dioses o soles cósmicos deben repetir el acto de iluminar el mundo en la Aurora, Día o Sol, señalado, (q’ in = día y sol en chortí), términos equivalentes al de Era o Edad. Tal sentido cronológico se confirma en la terminología usada por las tradiciones mayas y mexicanas que equiparan los períodos cósmicos a Soles o katunes. El párrafo anterior expresa, además, la ley de predeterminismo, vigente en los ritos y costumbres chortís y fundamental del arte adivinatorio. Los chortís traducen la palabra final por llegó el día. Los dioses cambian de nombres en esta época, pues en lugar de Tzakol, Bitol, Alom y Cajolom, tenemos ahora a Ixpiyacoc, Ixmucané, Hunahpú guch y Hunahpú utiú (coyote), lo cual no debe 76 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 extrañarnos ya que estos fueron dados al principio como sinónimo de los primeros. Luego se menciona a Ajtzak y Ajbit, «los dioses fabricantes», que primero, hablan entre sí y después con Ixpiyacoc e Ixmucané. El lector ya habrá observado que tales denominaciones, que especifican funciones particulares, no son más que variantes de Tzakol y Bitol. De la tetrarquía cósmica, se elige quién «fuera la abuela del sol, la abuela de la luz» (Villacorta). «La abuela del día, la abuela del alba» (Recinos), recayendo el cargo en Ixpiyacoc e Ixmucané. Aunque ya había sido mencionada antes, por primera vez actúa en el escenario teogónico una deidad femenina, personificación de la vieja diosa luni-terrestre y réplica funcional de la abuela familiar. Ella polariza toda la atención, ya que Ixpiyacoc desempeña un rol pasivo. Con la regencia de Ixmucané, que personifica el estado social y económico de la época, el período matrilineal y de horticultura avanzada ha llegado a su apogeo; los rasgos inconfundibles de este orden socio-económico se ponen de relieve en los episodios del héroe civilizador, correspondientes a la Tercera Edad. Ixcanleos, madre de los dioses en la teogonia maya, es la réplica funcional de Ixmucané, siendo de notarse la afinidad etimológica entre ambos nombres. Por primera vez se menciona la elección de un Regente, la cual explica la posición inicial de Ixmucané en la serie de regentes cósmicos. Hemos de volver a ocupamos de este asunto. Después de la elección del Regente, el dios del cielo, Hunrakán, en unión de Tepeu y Gucumatz, —nótese que el acto creativo se repite cuando el astro anda en el cénit— «Dicen a los del sol, a los que hacen aparecer y encierran al sol» (Villacorta), —referencia a los cuatro dioses cósmicos, copartícipes del septemvirato divino— «Que se juntasen de nuevo y resolvieran qué clase de gente crearían y formarían a los cuales sostendrían para que los adorasen como los superiores de ellos» (Villacorta). «Haced pues que haya germinación, que haya alba, que seamos invocados, que seamos adorados, que seamos conmemorados, por el hombre construido...» (G. Raynaud). Porque era una preocupación constante de los dioses, formar seres que supieran rendirles culto, reconocerlos como superiores, alimentarlos y darles el obligado tributo. Los sucesivos fracasos de las creaciones iniciales, revelan cuan largo y difícil resultó la formación del tipo de ética y religión maya, y establecen a la vez las normas fundamentales del culto maya-quiché, basadas en el principio de que el hombre es eterno deudor de los dioses y debe mantenerlos, alimentarlos y adorarlos si quiere gozar de la protección divina. El género humano debe reconocer su dependencia del Creador, pero éste depende también de los hombres ya que no puede vivir, no existe sin culto; otorga su protección a la humanidad a condición de que ella le rinda culto, se trata de obligaciones recíprocas. Las prácticas rituales del sacerdote y las costumbres tradicionales del pueblo chortí se ajustan fielmente a estos hechos y expresiones paradigmáticas, reiteradas por los dioses agrarios. La ley de compensación por la cual todo servicio debe ser remunerado, y cada favor merecido, principio básico de la filosofía chortí, tiene en el Popol-Vuh su modelo ejemplar. (Pag. 189 op. cit.). A continuación el manuscrito quiché enumera una serie de doce nombres divinos, especificando que «así fueron llamados (entiéndase llamados por creados) por nuestro Creador» (Villacorta). Perfilase, por primera vez, en esta nomenclatura la personalidad del dios-Trece, que corresponde en el plano astral, a la deidad solar, en su posición cenital, más su cortejo estelar compuesto de doce acompañantes que constituyen la cuadrilla de los dioses de la Lluvia, equivalente a los chaqués de la mitología maya o los tlaloques de la mexicana. Tal explicación la debemos a los sacerdotes chortís que, imitando las pautas divinas, «llaman» o «nombran», esto, es, hacen surgir los doce dioses de la Lluvia, invocándolos juntamente con el gran dios del Cielo (dios Trece) durante los ritos impetrativos del invierno (estación de aguas). Esos doce dioses, que se proyectan en doce estrellas, son, como los 4 dioses cósmicos, hipóstasis del gran Dios del cielo, por tanto participan de sus cualidades; (esto es evidente en la nómina del Popol-Vuh, ya que los doce nombres mencionados corresponden a funciones o cualidades del Creador) que es: el gran jabalí (y así se figura en las páginas de los códices mayas), el Señor de la Esmeralda, el Señor resplandeciente, el de los rayos penetrantes, el de la extensión del firmamento, el de la faz luminosa, el artífice, etc., características que, en el orden astral, pueden aplicarse tanto al sol como a las estrellas, tanto al dios-Trece como a los trece dioses. Esta unión de los 77 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 trece dioses en uno solo no pudiera expresarse de manera más elecuente que en el párrafo del Chilam Balam de Chumayel, referente a Oxlahun-oc, «El de los trece pies» medidos por Dios el Verbo a petición de la Señora del mundo (diosa luni-terrestre). Trad. Mediz Bolio. Los trece dioses, cuya génesis remonta a la tercera Edad, son paradigma del guarismo sagrado trece, fundamental de la teogonia, la astronomía y el calendario mesoamericanos. Constituye un ciclo, perfecto, exponente del gran Dios del cielo, función que se determina por el número de sus acompañantes y corresponde, en el plano astronómico, al panorama del cielo estrellado cuando el sol anda en el cénit, esto es, cuando las esclusas celestes estén por abrirse, para derramar las tan anheladas lluvias de mayo. Este panorama celeste se reproduce en la mesa sagrada chortí mediante doce pares de recipientes alineados en dos filas simétricas que enmarcan un vaso colocado en el centro de la mesa, el cual es de mayor dimensión porque objetiva al dios del centro del cielo en función de dios-Trece. Entre las filas de recipientes que contienen las ofrendas alimenticias destinadas a los dioses de la Lluvia, el espacio libre representa el camino del sol, o sea la línea del paralelo que divide el cielo en dos partes iguales. (Véase cap. Valores objetivos. Págs. 641-695 op. cit.). Dicho esquema se proyecta de manera espectacular en templos y pirámides mayas, relacionadas con el mismo tema. Piénsese, por ejemplo, en los doce dioses de la Lluvia plasmados en el friso del templo agrario de Copán, con la misma simetría, y orientación que guardan en la mesa celeste de los chortís; en los doce pares de tigres que adornan las alfardas de la escalinata de los jeroglíficos, en Copán, orientada en la línea del paralelo, o sea la del paso del sol por el cénit, o bien en la monumental escalera del Adivino, en Uxmal, flanqueada, en ambos lados por doce máscaras de dioses de la Lluvia (Chac) que forman el cortejo estelar del sol, cuando el astro anda en el cenit. Tales figuras se bordan todavía en telas quichés o en la camisa del indio chortí. (Véase cap. Símbolos en telas y cerámica. Pag. 1061 op. cit). El Chilam Balam de Chumayel nos habla también de esos «dioses que están aprisionados en las estrellas» (trad. Mediz Bolio), dándonos una excelente ilustración del conjunto trecenal en la figura que se reproduce a continuación y muestra a la deidad solar del centro del cielo, en función de dios Trece, acompañada de doce estrellas que tienen todas la misma figura. FIGURA 2 El dios-Trece (solar) en medio de los doce dioses estelares que integran su personalidad. Nótese que la deidad está de pie, sobre el árbol cósmico, cuyas ramas se asemejan a brazos abiertos que imploran las bendiciones celestes (Dibujo tomado del Chilam Balam de Chumayel). La representación más antigua y espectacular de este conjunto teogónico lo constituyen, sin duda, los trece monolitos de la finca El Naranjo, cerca de la capital de Guatemala, que están dispuestos en el mismo orden que las trece figuras reales del Chilam Balam de Chumayel. Esos dioses suelen figurarse, en códices mexicanos, por águilas o aves, y en otra parte, el Chilam Balam se refiere a ellos como a trece Reyes, mismo término usado aún por los ixiles, según referencia de J. Steward Lincoln. Los ixiles invocan todavía a «Trece Reyes que nos mandan nuestra subsistencia» (Págs. 959, 960, op. cit). En el grupo sacerdotal chortí, los doce dioses acompañantes del dios Trece, están personificados en los doce acólitos del sacerdote. 78 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Figura 3 Los trece dioses, reyes o Señores de los trece Katunes. según el Chilam Balam de Chumayel. Figura 4 Los trece dioses chortís, figurados por trece botones en la indumentaria de un santo que representa al dios-Trece. (Olopa) Lo expuesto viene a demostrar que, desde los tiempos míticos y desde el horizonte arqueológico más antiguo, hasta nuestros días, no hay variación en los conceptos teogónicos ni en la manera de expresarlos. Tanto el dios-Trece, como el dios-Siete, son dioses del centro del cielo; su diferencia funcional, determinada en el número y calidad de sus acompañantes (doce estrellas forman el cortejo del dios- Trece; seis soles, con el del centro, que los representa, constituyen el dios-Siete), consiste en el hecho de que el primer grupo representa a los dioses de la lluvia, mientras el otro baja al inframundo para personificar el drama de la germinación. FIGURA 5 Diagrama de una mesa sagrada chortí, representando trece envases que contienen ofrendas destinadas a los trece dioses de la lluvia, y están distribuidos de acuerdo con la posición astronómica de dichos dioses que la mesa-símbolo del cielo representa. El envase central pertenece al dios-Trece que reside en el cénit. Los tres envases de la línea central corresponden a las tres posiciones cenitales del sol (oriente, centro, occidente). 79 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Se trata, en realidad, de un mismo Dios en diversas manifestaciones, idea que el arte maya expresa en la figura unívoca de Chac (dios narigudo). Tal concepción se objetiva en el recipiente central de la mesa sagrada chortí en el cual se funden los ingredientes que representan a los dioses acompañantes de ambas categorías, porque el indígena no puede concebir a la Unidad con un criterio individualista, sino colectivo, de acuerdo con su mentalidad social (Págs. 889, 895 op. cit.) En el Popol-Vuh, como en el Chilam Balam, la deidad lunar está íntimamente vinculada a los dioses estelares; lo mismo sucede en la teología chortí que conceptúa a la luna como Capitán del cielo y a las estrellas como sus auxiliares o subordinados. La primera, en función de diosa del Agua, y las otras como dioses de la lluvia trabajan al unísono, en perfecta armonía derramando las aguas celestes para beneficio de la humanidad. Pero tales concepciones astro-teogónicas sólo llegan a desarrollarse cuando las necesidades del cultivo estimulan las observaciones astronómicas y meteorológicas para la previa determinación del tiempo en que han de efectuarse las sucesivas operaciones agrícolas. El movimiento aparente de los astros, de las Pléyades, los solsticios, equinoccios, pasos del sol por el cénit y el movimiento estelar en conexión con el solar y las fases de la luna, son objeto de particular atención durante este período avanzado de la horticultura. La preeminencia de la diosa lunar que, lo es también del Agua, proyecta, en el mundo de los dioses la posición privilegiada de la mujer, en el seno de la familia. A través de todas las épocas de la ciclografía indígena, la relación entre sociedad y religión se expresa en las funciones del jefe de familia y sus relaciones con el grupo familiar. La abuela es jefe absoluto de la macrofamilia, como lo es la diosa lunar —Ixmucané— del grupo teogónico. Por otra parte, la importancia de la diosa lunar refleja el sistema de computación del tiempo de la época, basado principalmente en las revoluciones de la luna, hecho confirmado por el Chilam Balam de Chumayel en los términos siguientes: Cuando no había despertado el mundo antiguamente (alusión al período precultural) nació el Mes (uh = luna y mes en chortí) y empezó a caminar solo... Después de nacido el mes, (Dios) creó el que se llama Día, (sol joven, nieto e hijo de la luna) y caminó con la madre de su padre y con su tía y con la madre de la madre y con su cuñada. (Mediz Bolio). He aquí un testimonio fehaciente de la preexistencia del calendario lunar al solar, explicado en términos de sucesión familiar, pues la madre antecede al hijo. El parentesco por línea femenina, mencionado en el párrafo anterior, indica además la existencia de un estado matrilineal contemporáneo del sistema de computar el tiempo por lunaciones, hecho en el cual concuerdan las fuentes maya y quiche. Las ciencias astrológica y mágica, inseparables de la astronómica se confunden con ella, adquiriendo por entonces un gran desarrollo. Por primera vez menciona el Popol-Vuh la existencia de dioses hechiceros que echan suertes con granos de maíz y semillas rojas de tzité, durante los preparativos de la Tercera creación. Ixpiyacoc e Ixmucané, grandes adivinos y progenitores del «hechicero de las semillas de pito», inventan el calendario agrario y el arte adivinatorio, que son asuntos correlativos, pues la predicción del estado del tiempo para las siembras o del destino humano parten de los mismos principios fundamentales. Esto lo sabemos gracias a la supervivencia de este sistema entre los quichés y chortís. Ixpiyacoc e Ixmucané corresponden a Oxomoco y Cipactonal, los creadores del calendario, en la mitología mexicana. Obsérvese la relación etimológica y semántica entre Ixmucané y Oxomoco. Durante el drama de la tercera creación, la deidad femenina es denominada: Chirakán- Ixmucané, términos que especifican su doble función de diosa luni-terrestre. Chirakán connota, en efecto, la idea de extremidad inferior del cosmos. Villacorta traduce ese vocablo por: Allí donde se posan las extremidades: la Tierra, expresión que la sacerdotisa chortí, representante de la diosa terrestre, objetiva en la postura hierática que consiste en sentarse en el suelo con las piernas tendidas, colocando su sexo sobre la tierra, en el centro del templo, durante el rito impetrativo de la lluvia. Tal postura se ajusta rigurosamente a la tradición litúrgica y no puede variarse, porque si la sacerdotisa no coloca sus posaderas en el suelo y no tiende sus extremidades inferiores paralelamente al piso, las 80 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 cañas de maíz no podrán nacer rectas —como la posición de las piernas femeninas—, lo cual impide el desarrollo natural de la planta. Posición que también adopta la parturienta, réplica de la diosa terrestre en su función creadora. Si recurrimos a la arqueología, observamos que la postura asumida hoy día por la sacerdotisa chortí, es la misma que encontramos estereotipada en la estatuaria maya del período arcaico, que representa a la diosa terrestre en posición sedente, el ombligo cubierto por el disco solar — símbolo de la deidad del cielo yuxtapuesta a la de la tierra— y las piernas tendidas paralelamente a la base del monumento. (Véase al efecto las fotos 3, 4, 5 y 6, Tomo V op. cit. y fíg. 13). Este sorprendente paralelo etno-arqueológico revela, una vez más, que desde la fase arqueológica más antigua de la cultura maya, se hallan plasmados en piedra duradera, los principios fundamentales, inmutables del pensamiento religioso maya-quiché, dados en los mitos y vocablos del Popol-Vuh, conservados y explicados hoy por los chortís. Asimismo, la naturaleza de la deidad luni-terrestre, una y dual a la vez, no ha variado desde los tiempos míticos hasta el presente, pues esta creencia permanece viva entre los sacerdotes chortís. El tzité a que se refiere el Popol-Vuh, es el fruto del palo de pito (Erythrina corallodendron L., propio de la flora guatemalteca) tiene forma similar al grano de frijol, pero su color es rojo. Siguiendo la costumbre establecida por los dioses de la Tercera Edad, los sacerdotes —adivinos quichés usan todavía granos de maíz y semillas de palo de pito en sus prácticas adivinatorias y llaman a esos últimos: frijoles o tz’ite. Esa íntima asociación entre el frijol y el maíz ocurre igualmente en la teogonia chortí, donde ambas plantas, elevadas a categoría divina, integran una pareja inseparable, en el olimpo como en la milpa indígenas, tocándole al maíz el papel de dios masculino siendo el frijol su compañera. Tales funciones sexuales destacan la relación de dichas plantas con las épocas que caracterizan. Así mientras el dios del Maíz es el exponente teogónico de la cuarta Edad, o sea, del ciclo patriarcal-agrario que parte de la creación humana hecha a base de maíz, la diosa del Frijol representa a la tercera Edad, matrilineal-hortícola, que se inicia con la creación. humana a base del palo de tz’ite o frijol. A pesar de la remota antigüedad del maíz silvestre, conocido ya en la época anterior, el frijol tiene preponderancia sobre el maíz durante la tercera Edad, siendo por entonces el alimento básico. Según el Chilam Balam de Chumayel, la gente se alimentaba, durante el tercer período étnico, de tres clases de frijol y comían además: ramitas tiernas de yaxum, frijoles blancos, junto con tubérculos molidos, corazón de pepitas de calabaza, menudos y grandes frijoles, todo bien desmenuzado, (traducción Mediz Bolio). Es de sumo interés comprobar que, durante el período matrilineal-hortícola, cuando los hijos no tenían padre y las mujeres no tenían esposo, precisa la citada fuente maya, el frijol y las raíces tuberculosas constituían el alimento principal de los maya-quichés. La gran antigüedad del frijol nos es revelada por el hecho de que el tipo vulgar Phaseolus vulgaris, originario de Guatemala, 10 presenta características que demuestran que fue domesticado desde tiempos sumamente remotos. Esa clase de frijol fue difundida desde Guatemala en el continente, su área de distribución, que abarca una extensión geográfica considerable, es otra prueba de la gran antigüedad de esta planta. Surge la nueva humanidad formada, «muñecos de madera, con parecido de gente, como gente que habla» (Villacorta), «al instante fueron hechos los muñecos labrados en madera... de tzité se hizo la carne del hombre, pero cuando la mujer fue labrada por el Creador y el Formador, se hizo de espadaña, (planta de la familia de las tifáceas, muy usada para la fabricación de esteras llamadas en Guatemala petates tules) la carne de la mujer» (Recinos). En otro párrafo, el Popol-Vuh equipara a «esculturas de madera, con boca y cara» las criaturas de la tercera Edad (Villacorta) o «maniquíes construidos de madera» (Raynaud). Tales especificaciones sobre la materia prima usada y trabajada por los dioses creadores destacan, en realidad, los rasgos sobresalientes de la época: alimentación a base de frijol, escultura en madera y elaboración de esteras por la mujer. Las actividades sociales y profesionales de cada época se refractan, siempre en lo que hacen los dioses. 81 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Las criaturas de la tercera creación emparentaron entre sí, y tuvieron, descendencia, pero no tenían corazón, carecían de sentimientos; no sabían que eran hijos del Creador. Vagaban como seres extraños y sin destino. Como no supieron comprender al Corazón del Cielo, cayeron en su desgracia. Hablaban, pero su cara estaba rígida, no tenían pies ni manos, ni sangre, solamente eran como un engaño con boca para comer, estaban secas sus mejillas y sus dedos no se distinguían de su carne. Carecían de miembros para defenderse (Villacorta). El cuadro anterior reproduce con vívidos colores la situación de la época, notable por el incremento de población y el progreso general de la cultura. Guamán Poma coincide en lo que se refiere al incremento demográfico durante la tercera Edad, dice que por entonces «la gente se multiplicó como la arena del mar y no cabían en el país».(Nueva Corónica...). Esto revela una intensificación de las corrientes migratorias durante este período; la amplia difusión geográfica del frijol y de los rasgos culturales típicos de la tercera Edad confirma la veracidad de las fuentes indígenas al respecto. Pero a pesar del progreso considerable realizado durante el horizonte matrilineal, la humanidad aún no había alcanzado la meta de la ética y de la sabiduría maya, razón por la cual carecía de corazón y de sentimientos. Igual como en el ciclo anterior, el arte de la época se proyecta en la anatomía de las criaturas, antes de barro, ahora de madera, con la cara rígida, sin pies ni manos y con dedos que no se distinguen del cuerpo. La fidelidad de la descripción anterior, que contiene los cánones estéticos de la escultura en madera de la época, se comprueba por la arqueología. En efecto, las figuras monolíticas de la fase más antigua del horizonte arqueológico maya-quiché, etapa final de la estatuaria de madera y continuación de su técnica artística, muestran los rasgos característicos de los muñecos de palo descritos por el códice quiché: factura tosca, cara rígida y ausencia de pies y manos. Ilustramos a continuación un monolito de Miraflores, (Guatemala) que representa un ser obeso, expresivo de esos cánones estéticos. (Fig.6). A veces las extremidades del cuerpo aparecen como toscos ensayos, pero en estos casos carecen de relieve «no se distinguen del cuerpo», como dice el Popol-Vuh, afirmación atestada en esos documentos de piedra. Ídolos arcaicos de Miraflores, Guatemala (Nótese la posición de las piernas, paralelamente a la base del monumento. FIGURA 6 FIGURA 7 La figuración de las extremidades del cuerpo ha sido notoriamente la parte de ejecución más difícil durante el periodo proto-histórico, y principian a acentuarse al final del período arcaico. Lo expuesto revela el proceso evolutivo del arte y explica la causa por la cual la etapa inicial de la escultura en piedra posee ya cánones o tradiciones y está impregnada de convencionalismo, sus antecedentes no aparecen en ninguna parte, debido a la naturaleza destructible de la madera. 82 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Esa falta de extremidades expresa también, metafóricamente: falta de fuerza moral y física, las que sólo se obtendrán en el período siguiente, cuando surge el héroe-civilizador de «brazos fuertes». (Véase la dramatización de esa parte del Popol-Vuh en el Baile de los Gigantes. op. cit. Tomo I.). Y la debilidad de los hombres de la tercera creación era natural, ya que «no tenían sangre», es decir no habían sido formados de maíz, que en concepto del maya-quiché, es la sangre, la sustancia divina que anima al hombre civilizado. Por los motivos expresados, los dioses resuelven destruir la gente de la tercera creación «condenándolos a desaparecer por la muerte» (Villacorta). Por primera vez se consigna la palabra muerte en el códice quiché, también el Chilam Balam de Chumayel dice que: «En el Tres Cimi, fue la invención de la muerte. Sucedió que inventó la primera muerte, Dios nuestro padre» (Trad. Bolio). Tan tardía referencia a la muerte expresa, sin duda, una novación en el culto a los muertos, desconocida durante el horizonte primitivo. Una inundación, un gran diluvio vino a barrer los seres de la tercera creación, cayó una lluvia negra como las tinieblas, lloviendo día y noche, cayeron torrentes de resina del cielo. Por último, fuertes vendavales acabaron de destruir las criaturas de madera, cuyos ojos fueron arrancados, sus cabezas cercenadas, sus carnes devoradas, sus entrañas roídas, sus nervios y sus huesos masticados por los secuaces del dios de la Muerte, tétrica figura que entra en escena, a raíz de la creación de la muerte de la cual nos ofrece un cuadro apocalíptico el Popol-Vuh. Y esto explica la existencia de un pomposo ritual mortuorio por aquel tiempo, con el fin de librar a los difuntos de tan temibles adversarios. Hasta los animales y enseres domésticos se rebelan contra los hombres de madera, contribuyendo al castigo celeste. Las tinajas, los comales, las escudillas, las ollas, los jarros, los tenamastes, 11 las piedras de moler, los perros y los guajolotes reprochan a sus amos el mal uso que hicieron de ellos y los malos tratos recibidos. Además de revelarnos la existencia, por ese tiempo, de dichos animales domésticos y utensilios de cocina, el episodio anterior encierra un profundo sentido moral y señala el origen de la costumbre presente por la cual el indio usa con moderación y trata con respeto sus enseres domésticos, lo mismo que sus animales caseros. Por otra parte, la sentencia condenatoria proferida por animales y utensilios que se vengan de los maltratos recibidos, mordiendo, despedazando, hirviendo, quemando, triturando entre piedras, y reduciendo a polvo la carne de la gente de madera, porque no supieron conducirse bien, constituye una clara promulgación de la ley que castiga las malas acciones humanas con los suplicios mencionados, código moral que ha conservado toda su vigencia entre los chortis. Por considerarlo de particular interés para la etnografía comparada, anotamos en la serie de entes infernales que pueblan el Averno de aquella época, los tigres feroces: Cotzbalam y Tucumbalam, encargados de despedazar y devorar a los que cayeron en la desgracia divina. «Y los muñecos corrieron apareados como mazorcas, unos tras otros —paradigma de la marcha en fila india— y subían sobre las casas, pero al llegar a las goteras se caían; probaron a trepar sobre los árboles, pero éstos se rendían bajo su peso; quisieron guarecerse en las cuevas, pero éstas los rechazaban al llegar a su presencia. (No pudiera describirse de manera más elocuente el cuadro dantesco, pero real, de un cataclismo producido por terremotos, huracanes y erupciones volcánicas, fenómeno corriente en la América Central). Así pues fue destruida la gente, así fue su ruina, 12 y sólo quedaron como señal de su existencia los monos que ahora viven en los bosques y guatales, en los que perdura la muestra de los que de madera fueron hechos. Por esa causa, los monos son los seres más parecidos al hombre» (Villacorta). «Y dicen que la descendencia de aquellos son los monos que existen ahora en los bosques... y por esta razón el mono se parece al hombre (Recinos). Con este epitafio concluye el relato de la tercera creación, curiosa doctrina, que coloca el parentesco del hombre y del simio en una plataforma inversa a la de Darwin y Haeckcl. Como lo ha hecho notar J. Imbelloni, la correlación de esta tercera destrucción del Popol-Vuh con las fuentes mexicanas es perfecta, hasta en lo que concierne a los pocos sobrevivientes del cataclismo. 13 83 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Según el relato de Guamán Poma, la tercera Edad, llamada puru runa es señalada como la época en que «comensaron ahazer rropa texido y hilado auasca (tejido corriente) y de cunbe (tejido fino, tapicería) y otras pulidas y galanterías y plomajes, y edificaron casas y paredes de piedra cubierto de paxa y alsaron Reys y señores capitanes a los dhos lexitimos de uariuiracocha le llamaro capac apo (señor poderoso, gran señor)». 14 Información preciosa para la investigación etnológica ya que establece con toda claridad que el invento del telar, el hilado y tejido de ropa se realiza durante el tercer ciclo étnico. Época que se caracteriza ademas por importantes progresos alcanzados en la organización política, social y religiosa (gobierno teocrático), el desarrollo de una casta de Señores —(Apo, equivalente de Ah pu, mencionado más adelante en el Popol-Vuh)— de tipo hereditario, avance en materia de legislación y del código penal, implicando castigos —a imagen y semejanza de los castigos celestes establecidos por los dioses maya-quichés con la creación de la muerte y del infierno—, estado de prosperidad general favorecido por el aumento de los medios de subsistencia y el desarrollo de nuevas artes e industrias que, mejorando las condiciones de vida, se traducen en el aumento rápido de la población, según se desprende de los textos maya-quichés y peruano. INTRODUCCIÓN A LA CUARTA CREACIÓN RASGOS CULTURALES DE LA CUARTA EDAD EL CÓDIGO AGRARIO Con la eliminación de Hun Bátz y Hun Chouén que se convierten en simios, queda clausurada la Tercera Edad que cierra; al mismo tiempo, el largo ciclo de la prehistoria maya-quiché. Hemos visto que la desaparición de los primogénitos acongoja a la anciana, pero Hunahpú e Ixbalamqué la consuelan y ahora manifiestan lo que van a hacer para mantener su prestigio ante su abuela y ante su madre. «Primero cultivarían sus milpas. Sólo nosotros las sembraremos, tú, abuela nuestra, tú nuestra madre, les dijeron. No estén tristes, nosotros quedamos para alimentarlas, nosotros reemplazaremos a nuestros hermanos mayores, les dijeron los gemelos. Entonces ellos cogieron sus hachas, sus azadas y sus macanas, y fuéronse llevando cada uno su cerbatana sobre el hombro; y cuando salieron de su casa encargaron a su abuelita que les llevara la comida. Cuando, el sol esté encima (A mediodía. Recinos), nos llevas nuestra comida, tú, abuelita, le dijeron. Está muy bien, se las llevaré, les dijo entonces la viejecita» (Villacorta). Proclámanse en el párrafo anterior las pautas del status socio-económico que señala un paso decisivo hacia el régimen patriarcal-agrario. Antes los hombres permanecían ociosos, ahora trabajarán para mantener su familia y elevar así su condición social, (prestigio, dice el Po-pol-Vuh), reduciendo la función de la mujer al hogar. Ella queda subordinada al mandato masculino, desde que Hunahpú ordena que le lleven su comida a mediodía en punto y la abuela contesta sumisamente: «Está muy bien». Tal costumbre, establecida por el héroe civilizador, continúa observándose religiosamente por las mujeres chortís. Los términos está bien o está mal que se repiten con tanta frecuencia en el texto quiché expresan lo que se concibe como correcto o contrario a las leyes imperantes de la moral religiosa. A raíz de su declaración: Sólo nosotros sembraremos la milpa, los gemelos actúan inmediatamente, ilustrando, a la vez, el valor mágico de la palabra dicha, y el espíritu de decisión que debe caracterizar al hombre maya. Ejemplifican, al mismo tiempo, las funciones del agricultor. Al efecto toman sus útiles de trabajo (nótese el uso del posesivo) que consisten en el hacha, la azada y la macana, interesante inventario del utillaje usado desde entonces hasta hoy por el agricultor maya-quiché. El código de trabajo, promulgado por Hunahpú contiene toda la técnica del cultivo de la milpa elevado a categoría de un rito y sirve aún de norma al agricultor maya-quiché. Esa técnica se ejemplifica por los gemelos como sigue: 84 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 En seguida penetraron en el campo de la milpa, recogieron con su coa o azada lo que había en la tierra, y labrándola con ella (la azada) hicieron surcos con aquel instrumento. Cortaron y rajaron palos con las hachas, haciendo lo mismo con las ramas, los varejones y los bejucos que cubrían los árboles y quemaron después lo que habían cortado. Removieron y amontonaron la maleza con la azada, para juntar las zarzas y las espinas, así como la ramazón de los árboles y el monte delgado. Pero, por su naturaleza divina, realizaron todo este trabajo en un momento y cuando derribaron los árboles, lo hicieron «de un solo hachazo», por obra sobrenatural (Villacorta y Recinos). Conforme había ordenado Hunahpú, la abuela llegó a la hora señalada, trayendo la comida. Pero los gemelos no querían ser sorprendidos ya que, en realidad no hacían solamente su milpa sino que también se ocupaban en tirar con sus cerbatanas (exprésase en esta alegoría la doble función de Hunahpú e Ixbalamqué como dioses agrarios y astrales —sol, luna, respectivamente—. Ese principio teogónico, no ha variado entre los chortís que conceptúan al dios solar y del Maíz, como desdoblamiento de la misma personalidad divina). Aleccionaron a un ave llamada Ixmucur (Villacorta traduce ese vocablo por: pájaro carpintero y Recinos por tórtola), que apostaron sobre la cima del tronco de un árbol, para vigilar la llegada de la abuela. Cuando ella venga, gritarás inmediatamente y nosotros empuñaremos la azada y el hacha. Muy bien, contestó el Ixmucur. Desde entonces el pájaro carpintero, que gusta posarse en lo alto de los troncos de árboles, sigue desempeñando la misión que le fue asignada por Hunahpú, y avisa a los trabajadores del campo la presencia de gentes que éstos aún no alcanzan a ver; en la misma forma denuncian el acercamiento de tropas enemigas, como lo hicieron los gansos del Capitolio. Además de su sentido etiológico, tal estratagema tenía una razón ya que los gemelos ilustran con su propio ejemplo, las pautas del hombre trabajador; pero, debido a su naturaleza divina, el trabajo se realizaba como por encanto y sin ningún esfuerzo. Tan luego oyeron el aviso del Ixmucur «se volvieron, cogiendo uno la azada y el otro el hacha. Se cubrieron la cabeza y se untaron de barro las manos, como uno que tiene la cara sucia y que verdaderamente hubiese trabajado. También el otro se puso en la cabeza pedacitos de palo podrido y musgo, como un verdadero leñador. Así fueron vistos por su abuela; enseguida comieron de los alimentos que ésta les llevó, como si en verdad hubiesen trabajado la milpa. Luego retornaron a su casa. En verdad que estamos muy cansados, tú, abuelita nuestra, le dijeron cuando llegaron, hemos completado nuestro día; y alargaron piernas y brazos ante la viejecita» (Villacorta). El párrafo anterior establece las pautas de conducta del perfecto milpero que el sacerdote chortí 15 sigue estimulando con su propio ejemplo, como lo hizo Hunahpú; en calidad de representante del dios agrario debe ser el mejor agricultor de su comunidad. Porque los dioses agrarios son hombres extraordinarios para trabajar exclaman todavía con admiración los sacerdotes (Pag. 439, op. cit.). Lejos de ser letra muerta e incomprensible a nuestra inteligencia, el texto del Popol-Vuh expresa las leyes que rigen los actos del sacerdote y del grupo y fijan las pautas rituales, que deben observarse tanto en el templo como en la milpa. Éstas se cumplen fielmente por los chortís (Véase capítulos sobre Ritual, calendario y trabajo, op. cit). Disfrazados de auténticos milperos, sucios, cubiertos de astillas de árbol, de lodo y brindillas de musgo, tal como se ve al indio presente en el fragor del trabajo, los gemelos exaltan la profesión del agricultor y hacen la apología del trabajo. Pero el trabajo debe ser remunerado con alimentos, pues da derecho a la comida. En cambio, el que no trabaja, sin causa justificada, pierde ese derecho. Tales principios, fundamentales de la ley agraria chortí, así como el sistema, vigente aún, de retribuir con alimento cualquiera categoría de trabajo ejemplificado en los mitos (cultivo de la milpa, obras artísticas, danzas, etc.), tienen aquí su modelo ejemplar. La cultura maya ortodoxa jamás conoció otro instrumento de cambio. La posición de descanso ejemplificada por los gemelos cuando estiran los brazos ante la abuela es la misma conservada con fidelidad de estereotipo por los chortís y que se reproduce gráficamente en 85 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 la figura, de la página 68 del códice de Dresde que reproducimos aquí. Esto revela que hasta los gestos significativos tienen su origen y explicación en el Popol-Vuh y se continúan tradicionalmente desde los tiempos míticos hasta los presentes. La asiduidad en el trabajo se expresa en las líneas siguientes: «Antes de que amaneciera otro día, los gemelos volvieron a la milpa» (Villacorta). «Regresaron al día siguiente» (Recinos). Pero la vida del agricultor es una vida de lucha y nada se logra sin un esfuerzo constante. Hunahpú ejemplifica la actitud que debe asumir el indio ante las dificultades que confronta el milpero. El hombre del trópico debe luchar especialmente contra dos elementos: la propia naturaleza, cuya pujanza constituye un peligro para los cultivos, si no se les mantiene siempre libres de maleza, y por otra parte los animales que dañan las plantas cultivadas. Ambos factores conjugados destruyen la milpa de Hunahpú en una sola noche. Lejos de desalentarse por tal desventura, los gemelos «comenzaron de nuevo a preparar el campo y a arreglar la tierra» (Recinos). «Volvieron a sembrarlo de maíz, recogiendo solamente los residuos de los árboles derribados que habían quedado sobre la tierra» (Villacorta). «Ahora velaremos nuestra milpa; ya verán lo que haremos con el que lleguemos a sorprender, dijeron ellos al unísono. 16 Después regresaron a su casa» (Villacorta), para informar a la abuela del siniestro ocurrido, manifestando: «grandes pajonales, grandes guatales encontramos entre nuestra milpa, cuando llegamos a ella» (Villacorta) —esto sucede cuando no se efectúan oportunamente los trabajos de limpia de la milpa—. Y los gemelos repiten a su abuela que «irán a velar su milpa, porque no está bueno lo que nos hacen». Figura 8 El dios agrario, estirando los brazos en señal de descanso, después del trabajo Luego se regresaron a la sementera donde se escondieron, recatándose en la sombra y «aguardando inmóviles como lagartijas, permaneciendo escondidos y sin hablar» (Villacorta). Continúa el Popol-Vuh informando sobre la lucha sostenida por los gemelos contra los animales que llegaron, a la medianoche en punto, pero por haber sido «vistos y sorprendidos» por Hunahpú e Ixbalamqué, fueron vencidos, no teniendo más recurso que emprender la fuga, mientras los gemelos los persiguen y tratan de agarrarlos con las manos. Hunahpú e Ixbalamqué asumen en este acto la función de dioses de la caza, la cual desde entonces hasta la fecha es inherente al cargo de la joven deidad solar y del maíz (Págs. 245, 702, op. cit.). La pintoresca descripción de los héroes-civilizadores, apostados en su milpa, lejos de casa, en acecho de los animales que, a la medianoche, merodean por la sementera, sirve de modelo ejemplar para la vigilancia de la milpa contra los animales, modelo que es ley, desde que Hunahpú proclama ante la abuela no está bueno lo que hacen los animales. Los chortís, que siguen al pie de la letra las enseñanzas del código Hunahpú, limpian meticulosamente sus milpas, la defienden con solicitud contra todo daño que venga del exterior, y vigilan su heredad durante la noche, adoptando la misma postura estereotipada por el héroe civilizador y recurriendo a la misma técnica de magia que consiste en ver y sorprender a un animal, para ahuyentarlo. De acuerdo con esa tradición milenaria el agricultor chortí ronda su milpa a la medianoche, se sitúa sucesivamente en sus cuatro esquinas, de donde amonesta los animales, visibles o invisibles, dirigiéndoles el discurso siguiente: Ya te vi, ya te conozco, eres fulano de tal. Aquí pronuncia su nombre —el animal, o la persona, sorprendido y cuya fisonomía o nombre se conoce, está vencido de antemano—. Es de suponer que los merodeadores de la milpa huyen al oír esta fórmula mágica, pero en caso contrario, les serían difícil escapar de las diversas trampas colocadas en los 86 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 puntos estratégicos del sembradío (Pag. 237, op. cit.). En cambio, si un coyote mira a un cazador, antes que éste lo viera, ya no podrá matarlo, porque no logró «agarrarlo descuidado» (Textual). Tantos y tan minuciosos detalles sobre la manera de efectuar las sucesivas operaciones de cultivo: desmonte, siembra, resiembra, limpias y cuidado de la milpa, inducen a pensar que durante el periodo anterior no existía un reglamento tan estricto de las labores agrícolas. Es plausible creer que las mujeres no iban a vigilar la sementera durante la noche, y que por falta de métodos de cultivo adecuados, los plantíos de maíz no daban el mismo rendimiento que se obtuvo cuando la horticultura se transformó en agricultura. De los animales sorprendidos por los gemelos, el león, el tigre, el gato montes, el coyote, el jabalí y el pizote, no se dejan capturar; en cambio, el venado y el conejo corrían con las colas entre las piernas (señal de miedo) y sus perseguidores se las asieron. Pero las colas se rompieron y las extremidades de ellas quedaron en manos de Hunahpú e Ixbalamqué. Desde entonces, los venados y los conejos llevan sus rabos incompletos. También lograron atrapar la rata, y le apretaron el cuerpo quemándole la cola en el fuego. Por esta razón las ratas tienen las colas sin pelo y los ojos saltados, como si les quisieran salir de la cara, a causa de los maltratos recibidos por los gemelos. Esta curiosa leyenda etiológica, explicativa de la forma y aspecto de las colas del venado, del conejo y del ratón es semejante a la tradición hondureña recojida por el Dr. Jesús Aguilar Paz en Chamelecón (territorio hicaque). 17 Es la ley protectora de los animales de cacería que el héroe cultural ejemplifica, en el acto de agarrar solamente tres animales, cuando pudo capturarlos todos, gracias a su poder sobrenatural. Ley cinegética, vigente aún, que prohibe al indio matar más de tres animales durante la temporada de caza (Págs. 244, 245, 246, 247, op. cit.). En tan apurada situación, la rata exclama: «Yo no debo morir a vuestras manos. Y vuestro oficio tampoco es el de sembrar milpa» (Recinos). «No me maten Ustedes por su propio impulso, porque no es oficio de ustedes el sembrar milpa» (Villacorta). ¿Tienes, pues algo que decirnos? preguntaron los hermanos a la rata, pues de lo que ésta les dijo, infirieron que el astuto roedor tenía grandes conocimientos y sabía que los gemelos eran seres sobrenaturales. —Si me sueltan, entonces os lo diré enseguida, pues tengo la verdad en mí (en mi vientre), pero antes, dadme algo de comer, dijo la rata. El sabio mamífero roedor exige el pago previo en alimentos, para hacer sus declaraciones. Pero tales exigencias no podían ser aceptadas por los gemelos que estaban instituyendo el sistema de pago en alimento, como remuneración de un servicio prestado, sistema en uso todavía entre los chortís. —Después te daremos tu comida, pero habla primero, le contestaron. Entonces la rata les reveló el escondrijo donde los Ahpú habían guardado sus elementos de esplendor antes de bajar a Xibalba. Lanzas, guantes y pelota quedaron colgados en el techo de la casa, —mismo sistema de guardar reliquias, usado por los indios presentes—; vuestra abuela no quiere enseñárselos, porque a causa de ellos murieron vuestros padres, dijo la rata. Como ya había hablado la rata, entonces le dieron su comida que consistió en maíz, chile seco, frijoles, semillas de pataxte y cacao. Esto será ahora tu alimento, después buscarás desperdicios que roerás para comerlos, le fue dicho a la rata por los jóvenes. En la nómina anterior figuran, por orden de importancia, las plantas alimenticias de la época, ocupando el primer lugar el maíz; el tercero, los frijoles; y el último, el cacao recién descubierto. Nótese el grado de importancia del chile, mencionado por primera vez. Pero estos alimentos componen el banquete excepcional servido a la rata, en retribución de un servicio tan valioso, como la revelación del sitio en que se encontraba, la pelota. «Grande fue la afluencia de sangre que sintieron en sus corazones cuando oyeron la noticia de la pelota de hule» (Villacorta). Obsérvese la relación genética entre la pelota de hule y la sangre de los gemelos, elementos consubstanciales, que se expresan por un vocablo común, (quic = pelota, sangre, savia, resina de árbol). 87 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 De acuerdo con la sentencia de Hunahpú, la rata vivirá en adelante sólo de desperdicios, y los maya-quichés deben acatar esa ley, evitando que el roedor pueda alcanzar los alimentos destinados al hombre. Por haber revelado un secreto —defecto grave y punible— la rata teme presentarse ante la abuela, pero los gemelos ofrecen ampararla. Después de haber pensado durante toda la noche, y asentido en sus pareceres —obsérvese que los gemelos actúan y piensan siempre de común acuerdo—, Hunahpú e Ixbalamqué llegaron a su casa a mediodía. Es de notarse que su actuación culminante se realiza siempre cuando el sol anda en el cénit o en el nadir, dogma teogónico que ha permanecido invariable entre los chortís. Los gemelos llevaban consigo a la rata, escondiéndola, y entraron uno por la puerta y el otro por un portillo de la casa, entonces soltaron la rata. «En seguida pidieron su comida a su abuela. Moled nuestra comida, queremos un chilmol (salsa de chile), abuela nuestra, dijeron. Y al punto les prepararon la comida y les pusieron delante un plato de caldo» (Recinos). «Les fueron puestos en frente, en una escudilla, su caldo y su carne» (Villacorta). Además de su sentido real: modo de comer y alimentos de la época, esta escena constituye el precedente ejemplar de la ofrenda ritual en alimentos, que los sacerdotes chortís colocan sobre la mesa sagrada, imagen del cielo. Cada deidad tiene su propia escudilla que contiene el alimento destinado a pagar sus servicios, ya que los dioses, como los hombres deben ser alimentados durante la temporada de trabajo para que sus fuerzas y su buena voluntad no decaigan. Los recipientes de la mesa sagrada representan, como se ha dicho en otra parte, a las entidades astro-teogónicas que intervienen en el drama agrario y expresan el cambio que ha de operarse en el panorama celeste, en virtud de magia imitativa. El diagrama de la mesa mimetiza ese cambio, precursor del que se realizará en el cosmos. Si este razonamiento, que inducimos de las prácticas chortís, es correcto, el Popol-Vuh ha de explicarmos, a continuación, las consecuencias derivadas de la escena anterior. Desde el punto de vista arqueológico, es interesante la mención de la escudilla en una época tan remota de la historia maya-quiché. Mediante la estratagema de vaciar el agua de las tinajas, pidiendo luego de beber a la viejecita, los gemelos alejan a su abuela de casa, porque el agua había de acarrearse de la fuente o del río — costumbre tradicional que no ha variado, desde los tiempos de Ixmucané hasta la fecha— Hunahpú e Ixbalamqué aprovecharán, la ausencia de su abuela y de su madre para poner en ejecución el proyecto que habían madurado durante la noche, pauta de conducta del sacerdote y del hombre que deben meditar durante la noche lo que han de hacer al día siguiente. A fin de prolongar la ausencia de la anciana, mandaron un mosquito al río para que horadase la tinaja de su abuela, ejemplificando en este acto el arte de lanzar saetas mágicas a larga distancia, técnica que se repetirá en diversas ocasiones, y se continúa observando por los hechiceros chortís. Ixmucané trataba en vano de obturar el agujero por donde se escapaba el agua. Entonces, tomando como pretexto la demora de la anciana y la necesidad de extinguir la sed que los devoraba, despachan a su madre Ixquic en busca de la abuela. Ya solos, los gemelos se apoderan de la pelota, de las lanzas, guantes y pieles de sus padres y esconden esos objetos en el camino que conducía a la plaza del juego. La pelota y demás accesorios habían sido bajados por la rata a través de un agujero del techo de la casa, la cual representa, como el juego de pelota, al cosmos. La caída de la pelota a través del agujero simboliza la bajada del sol desde el cielo a la tierra. A continuación, los jóvenes se dirigen hacia el río donde encuentran a su abuela y a su madre atareadas en el oficio de cerrar el agujero de la cara de la tinaja —«¿Qué les ha sucedido? Nosotros nos cansamos de esperarlas, por eso hemos venido, les dijeron—. Vean Ustedes, pues, la cara de mi tinaja, que no podemos cerrar, les contestó la viejecita. Pero ellos la taparon en un momento, regresando ellos delante, y como habían venido, uno en pos de otro con sus cerbatanas» (Villacorta). 88 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Hemos subrayado la expresión de Ixmucané referente a la cara de su tinaja en vista de que este recipiente globular, como el vientre de la diosa luni-terrestre al que se asimila, es el modelo mítico del jeroglífico lunar. Tanto el vientre de la deidad como la tinaja son receptáculos de la esencia divina. Pero la tinaja tiene cara, porque representa a la diosa en su forma astral, y aquí se origina la concepción chortí que equipara la luna a un gigantesco cántaro que vierte agua del cielo. Tal concepción mítico- ritual se ilustra también en los códices mayas (Fig. 9) que representan a Ixmucané vertiendo agua del cántaro celeste, y explica el significado de los vasos globulares con figuras humanas que abundan, tanto en la cultura arqueológica como en la etnográfica. Hay constante inter-relación entre el mito, el rito, el arte y la lingüística, ésta se expresa en los términos de carácter antropomorfo que los chortís aplican al cántaro y sus partes, consideradas como las de una cara. Así llaman orejas a las asideras, cara a la parte globulosa y cuello a la sección de menor diámetro. A través de toda la historia maya, la tinaja es usada por las mujeres para acarrear agua del río, de acuerdo con el precedente establecido por Ixmucané. Tinajas llenas de agua virgen son colocadas en el altar chortí del culto agrario; simbolizan a la luna en su función de diosa del Agua, elemento que será atraído del cielo por el de las tinajas en virtud de magia simpática. Figura 9 Ixmucané vertiendo agua del cántaro celeste (del Códice de Dresde). Nótese el tocado- serpiente Si el desfile de las tres diosas de distinta edad (Ixmucané, Ixquic e Ixbalamqué) reproduce, como se ha dicho, el ciclo vital de la mujer, proyectado en fases lunares, la escena del río representa la misma idea, pero acentúa el aspecto astral de las diosas. Su doble carácter, antropomorfo y astral, se expresa lingüísticamente en los distintos vocablos que designan a la luna, como diosa (Ka tú) o como astro (Uh). El último connota la idea de sagrado, bendito, y se usa también para denominar al cajete de barro semi-esférico usado en el culto, envase que la glíptica maya reproduce en el jeroglífico lunar (366, op. cit.), y en los signos del tún y del katún. 18 PLENILUNIO . CUARTO MENGUATE CUARTO CRECIENTE CÁNTARO LLENO. SE ESTÁ VACIANDO EL CÁNTARO. SE VA LLENANDO EL CÁNTARO. FIGURA 10 Las fases de la luna, según la concepción chortí. Fijarse bien que sólo la tinaja de Ixmucané es la que vierte agua por el agujero que perforó Hunahpú, accidente que objetiva la figura de la luna en su cuarto menguante, (luna vieja) con la tinaja semivacía. Esta es la forma en que los chortís explican el movimiento del astro, asimilado a un cántaro gigantesco que se va llenando, durante el cuarto creciente; está lleno en luna llena y se vacía en el cuarto menguante. 89 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Los movimientos del cuarto creciente y menguante son los que causan las lluvias, porque la luna llena, retiene el agua en su cántaro. Tales movimientos se objetivan en la escena mítica predescrita, cuando Ixmucané llena su tinaja con agua del río, la cual se vacía después por el agujero, sin que la anciana pueda detener el precioso líquido. La correlación entre el mito y las creencias chortís es evidente. Esa perforación de la tinaja por Hunahpú simboliza además, la influencia manifiesta del sol sobre la luna y las lluvias, cuando el astro anda en el cénit. Pero aún hay más, la acción de Ixmucané llenando su cántaro con agua del rio, constituye el precedente ejemplar del dogma chortí por el cual la diosa del agua, como las nubes, bajan a la tierra, beben o se llenan de agua virgen que toman en las fuentes terrestres, y ya hinchadas del líquido vital suben al cielo (cielo, nubes y dioses son conceptos equivalentes) para precipitarlo sobre la tierra. Ese continuo movimiento de intercambio entre las fuentes celestes y las terrestres corresponde, a una realidad meteorológica (Pag. 562, op. cit.). Los chortís explican que las aguas derramadas por la diosa lunar no causan daños ni inundaciones a la milpa, porque retornan instantáneamente, por vías subterráneas a su cauce original (ríos), idea que también se basa en un fenómeno real y confirman, además, el principio cósmico, ya enunciado en otra parte, de que las aguas del mar, de los ríos y del cielo son la misma cosa (Pag. 837, op. cit.). Pero Hunahpú cierra el agujero de la tinaja para que ésta pueda llenarse del precioso líquido que se llevará a casa, estableciendo en este acto el precedente ejemplar de los cántaros llenos de agua virgen, que el hierofante chortí trae de la fuente sagrada para colocarlos en el altar. El templo, en este caso, es la propia mansión de la familia de Ixmucané, morada de dioses y paradigma del templo chortí que alberga el mismo grupo teogónico. Por esta razón el templo está próximo a la fuente sagrada de donde se extrae agua virgen para fines rituales (Páginas 578, 566, 575, 641, op. cit.). El mito enfatiza esta cualidad de agua virgen en el gesto paradigmático de Hunahpú que vacía los cántaros de agua en el suelo para que se llenen de agua nueva del río. Pero este gesto ejemplar señala también otra de las pautas rituales —rigurosamente observada por los chortís— que consiste en regar el interior del templo para provocar mágicamente la caída de las aguas celestes sobre la tierra, como las que el héroe cultural vertió sobre el piso de la casa (Págs. 602, 634, 829, op. cit.). Todos aquellos actos litúrgicos, que también se ofician en la milpa, tienden a provocar el derrame de las lluvias y se realizan previamente a la operación de la siembra de la milpa. Observamos que en este caso Hunahpú vierte agua para atraer la lluvia, en cambio los Ahpú derramaron su propia sangre, con el mismo fin; sin embargo, no hay diferencia en estas alegorías ya que el agua y la sangre son elementos consubstanciales que representan igualmente la esencia divina. En el mismo orden de ideas, la traída del invierno (estación de lluvias) ejemplificada en episodios anteriores, por el acarreo de una maqueta de copal y ahora por cántaros de agua virgen, expresan el mismo símbolo (Pag. 567, op. cit.). El orden de marcha de los gemelos, precediendo a su madre y a su abuela, tipifica otra de las costumbres indígenas actuales por la cual los hijos deben ir adelante de sus padres, durante las caminatas, y van en fila india, siguiendo el modelo establecido por los gemelos. Este desfile de entidades astro-teogónicas sigue, además, el orden de sucesión en que se turnan los astros para alumbrar el mundo; primero el sol y después la luna. El sentido astronómico del relato se continúa en la mención del juego de pelota donde se dirigen, acto seguido, los jóvenes. Pero antes de jugar, proceden a limpiar meticulosamente el patio, y con esto, establecen, la pauta ritual que exige la limpieza del patio ceremonial antes de cualquiera celebración religiosa. Por esta razón, los chortís que se rigen todavía por la ley de Hunahpú, barren la plaza ceremonial antes de oficiar sus ritos, costumbre que arranca, como se ha dicho, del horizonte primitivo, cuando se imploraba a Dios en sitios limpios. Los gemelos juegan solos durante mucho tiempo y en campos opuestos, objetivando ahora la posición del sol y de la luna en solsticios opuestos, tal como se estila todavía en el altar chortí durante el rito estival (estación seca) cuando el hierofante coloca las imágenes del sol y de la luna en esquinas 90 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 opuestas (Págs. 719, fotos Pag. 772). Del mismo modo se colocan los actores que, en el drama de los Gigantes, personifican al sol y a la luna (Pag. 355, op. cit.). Todo el episodio siguiente se refiere, por uno de sus aspectos, a temas astronómicos, pero antes de entrar en materia, queremos recordar que el intervalo de tiempo que media entre las partidas de juego ejecutadas por los Ahpú y los gemelos, respectivamente, expresa una sucesión de ciclos cronológicos, en este caso, la distancia entre Edades mitológicas o ciclos étnicos, idea que se proyecta en las superposiciones del juego de pelota de Copan, construidas a intervalo de un baktún trecenal (260 años). Al jugar, ataviados con los elementos de esplendor que pertenecieron a sus padres, los gemelos encarnan a sus propios padres de quienes ostentan los atributos, concepto que se representa con frecuencia en los códices por la substitución de una deidad por otra o bien por un dios que luce los atavíos de otro. En estas figuras se proyecta, de manera tangible, la forma en que los indígenas conciben el desdoblamiento teogónico, dentro de su peculiar concepción monoteísta. Desde luego, los jugadores fueron oídos por los Señores de Xibalba, como fueron oídos los Ahpú en circunstancias semejantes, pues la morada de los Camé tiene a guisa de techo la corteza terrestre, cuyos agujeros son los conductos auditivos de los dioses ínferos. Montan en cólera los señores del inframundo, y ordenan a sus mensajeros citar a los gemelos para un desafío al juego de pelota que tendrá que realizarse en Xibalba, dentro de un plazo de siete días (cifra ritual). Tomando el camino ancho que transitaban los muchachos para llegar directamente a su casa, — referencia a la ruta del sol y explicación de la posición occidental de la puerta del templo agrario que se abre directamente hacia el rumbo por donde vienen los mensajeros de Xibalba— los heraldos entregan su recado a Ixmucané, y ella contesta que las órdenes de Xibalba serán cumplidas. Pero, al instante, la anciana se llena de angustia, pensando que en iguales circunstancias perdieron la vida sus hijos. «¿A quién recomendaré que vaya a avisar a mis nietos?» (Villacorta, Recinos), pensaba ella, sola y afligida, al entrar en su casa. Entonces, como entendiendo su pensamiento, le cayó un piojo en la falda —confirmación de la existencia de vestidos de algodón—; lo cogió y se lo puso en la palma de la mano. «Nieto mío, ¿te gustaría que te mandara a que fueras a llamar a mis nietos al juego de pelota? le dijo al piojo (Recinos). «¿quisieras que yo te enviase a llamar a mis nietos a la plaza de juego?» (Villacorta). Obsérvese el estilo de la pregunta; ya no se trata de una orden terminante, como la de los Camé, sino de un ruego o insinuación para pedir un servicio. Ixmucané usa modales expresivos de la mentalidad maya-quiché. Entonces, prosigue la anciana, dirás a mis nietos: han llegado los mensajeros de Xibalba, y ustedes deben estar allí dentro de siete días. Parte perezosamente el insecto a desempeñar su comisión, cuando encuentra en su camino a un muchacho llamado Tamazul (sapo). —¿A dónde vas? le dice el sapo al piojo. —Llevo un mandado en mi vientre y voy a buscar a los muchachos, contesta el piojo. Obsérvese, como en el caso de la rata, que el vientre es el órgano de la inteligencia, de la memoria y de los sentimientos, función que radica también en el corazón. Esto explica la equivalencia simbólica entre Corazón y ombligo del cielo o de la tierra, términos empleados por los chortís para designar al dios central del cosmos conforme al modelo establecido en el Popol-Vuh. Con respecto a la ambivalencia del sapo y del ser humano, ésta se objetiva en el culto maya y chortí, por el uso alternativo de personas que croan como sapos o de verdaderos batracios que ruegan mejor que nosotros (textual) durante las ceremonias impetratorias de la lluvia. Tales creencias, que no han variado en el curso de los siglos, —lo atestigua además la arqueología (Págs. 604, 607, op. cit.), se remontan al arquetipo mítico dado en el párrafo anterior. ¿No quisieras que te tragase? Ya verás cómo corro y llegaremos pronto, dice el sapo al piojo. — Bueno, le contestó éste. Enseguida se lo tragó el sapo, y así fue caminando durante algún tiempo, cuando se encontraron con una culebra blanca de gran tamaño, llamada Zakicaz. Repetición del mismo 91 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 interrogatorio del sapo al piojo, y convenio mediante el cual la serpiente se traga al sapo, a fin de llevar más velozmente el mensaje a los gemelos. Más tarde encuentran un ave de presa (gavilán, cuervo) repitiéndose la misma escena, tragándose el rapaz a la culebra y volando en seguida hacia la plaza del juego de pelota. Además de su sentido etiológico —las aves de rapiña se alimentan de culebras, éstas de batracios y aquellos de insectos, y su velocidad relativa está en el orden mencionado— la alegoría anterior objetiva un episodio astronómico en el cual los animales simbolizan cuerpos celestes, cuyos movimientos se sincronizan con los del sol y de la luna, en el campo del juego de la pelota, símbolo del cielo. Ya se ha dicho que el ave de presa representa al sol; la culebra blanca, que aparece por primera vez en el escenario mitológico, simboliza la Vía Láctea, el sapo corresponde a chac de la tradición maya, dios de la lluvia, proyectado en las estrellas. En cuanto al significado del piojo lo ignoramos, pero la abuela lo asimila a los gemelos ya que los designa con el mismo término familiar de nieto. Es de sumo interés hacer notar que, por primera vez, se menciona, en forma alegórica, a la Vía Láctea que los sacerdotes chortís equiparan a una culebra blanca de proporciones gigantescas. Esta constelación desempeñaba un papel importante en la astro-cronología maya y señala en el calendario chortí, la época de las siembras llamadas «de segunda» (ver Págs. 458, 461, op. cit.). En concepto del pluviómago chortí, la Vía Láctea es «dominante de las estrellas» (textual) y sirve como sistema de referencia para determinar su posición, idea que refleja una realidad astronómica, es decir, la atracción que ejercen los dos nodos brillantes en que se unen las ramas de la Vía Láctea sobre las estrellas inmediatas. Esta «dominación» de la Vía Láctea sobre las estrellas se objetiva en la escena de la serpiente, tragándose el sapo. Para los mayas, los cuerpos celestes, como los dioses, no son más que fragmentos de un Todo, idea que el Popol-Vuh rinde magistralmente en la figura de animales englobados en una unidad. Como los dioses, los cuerpos celestes están en relación de interdependencia y se articulan como partes de un todo, en perfecta sincronía, ejemplarizando en esa forma, las pautas sociales que rigen la comunidad indígena. Tal espíritu de cooperación resalta en la ayuda que, de manera espontánea, se prestan los animales, portadores del mensaje de Ixmucané. Al llegar el ave de rapiña sobre la cumbrera de la casa del juego —posición en el centro del cosmos— se puso a graznar tres veces, (cifra ritual) «¡wako! ¡wako! ¡wako!, decía en sus gritos» (Villacorta). Con esto, el Popol Vuh define el origen onomatopéyico del vocablo wak, usado en las lenguas maya-quichés para designar al cuervo o sea el ave celeste. Con sus gritos, el rapaz llama la atención de los jugadores; al verlo, los gemelos disparan sobre él con su cerbatana, dirigiéndole el proyectil a la pepita de los ojos. Entonces cayó, dando volteretas y se vino al suelo. Este episodio es hondamente significativo, porque establece el precedente ejemplar del curioso rito chortí por el cual el pluviómago dispara su saeta mágica al ojo del sol —o del cielo— (ut e q’in), como disparó Hunahpú al ojo del ave solar, para hacerlo caer verticalmente desde el ápice de la bóveda celeste al corazón de la tierra, como caen la lluvia y los rayos del sol. Es tan importante esa técnica que los sacerdotes chortís hacen depender el éxito de la estación pluvial de su habilidad para acertar el tiro que ha de derribar a la deidad (Pag. 443, op. cit.). Y el Popol- Vuh enfatiza esa caída en la triple alegoría de la pelota de hule que cae desde el techo de la casa, del agua vertida por los gemelos sobre el suelo y de la caída del cuervo sobre el patio del juego de pelota. Pero este rito se realiza solamente en la fecha del paso del astro por el cénit, fenómeno determinante de la caída de las lluvias. En esta posición el sol es llamado el ojo de cielo, pues su situación sobre la perpendicular del templo le permite ver todo el Universo (Pag. 441, op. cit.). Como todas las concepciones emanadas del Popol-Vuh, la de ojo del cielo (ut e q’in) u ojo del sol no pertenece sólo a la cultura chortí o quiché, sino también a la mexicana. Esto lo inferimos de la iconografía precolombina y de los signos nahui ollin, símbolos de la imagen del cielo, que tiene un ojo en el centro del jeroglífico (ver ilustraciones y texto Págs. 665, 666, 765, op. cit.). Tlaloc, 92 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 representación antropomorfa del cielo tiene, en lugar del ojo, un doble círculo, o sea un glifo kin (véase Códice Vaticano A.), notable objetivación del concepto chortí —ojo del cielo—. Asimismo la imagen del ave, cayendo de la cumbrera sobre el patio del juego de pelota, constituye el modelo arquetipal de las figuras de dioses cayendo del cielo, tema omnipresente en el arte maya y mexicano. El ave celeste simboliza, además, en los códices mayas y mexicanos, como en la teogonía chortí, el espíritu de la lluvia que anima y guía a las nubes a través del universo, el cual es dirigido, a su vez, por el pluviómago que señala, mencionándolos por sus nombres, los lugares donde deben abrevarse y los que deben regar (Págs. 832, 836). FIGURA 11 El ave, símbolo del espíritu de la nube, la guía a través del cielo. La nube es representada por un recipiente lleno de agua, el cual está formado por el cuerpo de una serpiente. El desarrollo temático de los episodios del Popol-Vuh sigue, como en la liturgia chortí, un orden de sucesión lógico que arranca de los ritos mágicos, impetratorios de la lluvia y culmina con la caída de la esencia divina. Se repite, en este caso, una escena similar a la que se desarrolló durante la época de los Ahpú. Entonces, como ahora, baja el ave celeste sobre el juego de pelota y en seguida bajan los Ahpú al inframundo, como bajarán los gemelos para representar el mismo drama de la muerte y germinación de la semilla. En ambos casos la iniciación dramática parte de un mensaje dirigido por Xibalba a los dioses del cielo, es decir, de las entrañas de la tierra, expresión enérgica de su anhelo de fecundación. Desde luego, este episodio, como todos los que están registrados en el libro sagrado, tiene un sentido esotérico muy preciso, perfectamente inteligible por los sacerdotes indígenas, pues ejemplifica una pauta ritual que el pluviómago debe observar escrupulosamente; por esto principia el ceremonial del culto agrario, enviando un parte, de la tierra al cielo (Págs. 820, 821) y el dios agrario que lo recibe, lo transmite y comunica sus instrucciones a todos los miembros del cuerpo astro-teogónico, por medio de sus auxiliares, en forma semejante a la que emplea Ixmucané para hacer llegar el mensaje de Xibalba a poder de los gemelos. La misma idea se dramatiza en el Baile de los Gigantes por el despacho de un correo del Negro (personificación de Camé) a Gavite (réplica de Hunahpú), quien acepta el reto, como lo aceptan los Ahpú y los gemelos (Págs. 375, 376, op. cit.). Pero si el drama de la renovación vegetal se repite, los actores no son los mismos; los gemelos sustituyen ahora a los Ahpú en su función de dios agrario y el episodio espectacular de los animales transmisores del mensaje de Ixmucané, polariza la atención del lector. Este cambio en el personal teogónico patentiza el que ocurre en el panorama celeste, desde la intervención de la Vía Láctea, factor importante en el drama metereológico. Los sacerdotes-astrónomos chortís explican que la entrada de esta constelación en el escenario astro-teogónico, simboliza su posición preeminente, o sea el momento en que se ha colocado perpendicularmente al camino del sol, es decir cuando corta la eclíptica, dividiendo en dos partes casi iguales la esfera celeste. Entonces se dibuja una cruz en el cielo, fenómeno que determina el principio de la canícula, o sea el período de suspensión de las aguas entre dos periodos de precipitación máxima. Los indios aprovechan esa temporada seca para preparar la tierra destinada a la siembra de la segunda milpa, —como lo hicieron los gemelos, antes de jugar a la pelota—. Al apartarse la Vía Láctea de su posición norte-sur, señala con este movimiento un período máximo de precipitación o sea el tiempo de la siembra y cultivo de la segunda milpa, que se realizan después del segundo paso del sol por el cénit. Ambos fenómenos astronómicos son correlativos y se expresan, alegóricamente, en la caída del cuervo sobre el patio del juego de pelota al mismo tiempo que expulsa la gran serpiente blanca. 93 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 El cambio en el personal astro-teogónico se mimetiza previamente, en el drama ritual, por una mutación del diagrama de la mesa sagrada que reproduce anticipadamente el movimiento que ha de realizarse en el panorama estelar, desde que la Vía Láctea asume su posición preeminente debido a las artes mágicas del sacerdote (Págs. 429, 433, op. cit.). Acabamos de ver el desarrollo completo del mito que da las pautas rituales para conseguir, mágicamente, la suspensión de las lluvias, el cual arranca desde el momento en que Hunahpú cierra el agujero de la tinaja de Ixmucané y se arregla la mesa sagrada —episodio de los alimentos servidos a los gemelos—, para reproducir anticipadamente la transformación que ha de realizarse en el cosmos. Acto seguido, los jóvenes vacían los cántaros de agua, luego hablan de la sequía que sufren, «se mueren de sed» (Recinos), «tienen secas las bocas» (Villacorta), expresiones significativas y similares a las que usa el sacerdote chortí cuando alude, en sus plegarias, a la temporada de calor. De acuerdo con las pautas rituales, ejemplificadas por los gemelos, el sacerdote chortí vacía las tinajas de agua virgen, que se mantuvieron llenas durante todo el tiempo de la estación de lluvias, para atraer mágicamente las aguas del cielo. Pero, al verter el contenido de los envases sagrados, cesa automáticamente la atracción mágica y ya no caerán más lluvias. Sin embargo, el rito de regar el piso del tempto con agua consagrada, determina también, por efecto de magia imitativa, la precipitación de las aguas del cántaro celeste sobre la tierra, rito que se realiza siempre en un período de sequía, próximo al de las lluvias que se provocan con este acto. Este ceremonial tiene, pues, un doble objetivo; por una parte, lograr una suspensión temporal de las aguas, durante la canícula que finaliza con el cambio de la posición de la Vía Láctea en combinación con el segundo paso del sol por el cénit, y por otra, llamar la estación de lluvias que, determinada por dichos fenómenos astronómicos, interviene oportunamente para hacer germinar y fructificar la segunda milpa, después del período seco (canícula) que permitió preparar adecuadamente las tierras de cultivo. A mayor abundamiento el Popol-Vuh destaca en este caso, la cualidad de dios solar de Hunahpú que lanza dardos de fuego con su cerbatana, al mismo tiempo que prepara las tierras de labor, dando a entender, de este modo, que la operación se realiza durante un período seco y de calor. En resumen, el códice de Chichicastenango explica, en todos sus detalles, el cambio astronómico y meteorológico que se manifiesta en el ambiente, a raíz de la comida ritual, servida en la mesa por la abuela. Haremos notar de paso que el movimiento de la Vía Láctea y de las constelaciones zodiacales que la cruzan, casi en ángulo recto, dibujan en el cielo una gigantesca cruz movible que los chortís figuran mediante una svástica, la cual se distingue de la cruz astronómica, pues ésta es recta, mientras aquélla representa dos serpientes bicápites acomodadas como ramas de una svástica, con los extremos curvos apuntando hacia los cuatro puntos cardinales (Págs. 459, op. cit.). Esta figura tiene su correspondencia en la que forman las serpientes terrestres en los extremos de la cruz que divide el mundo indígena. Todo el grupo astro-teogónico que interviene en la segunda temporada agraria funciona dentro de un plan de orden, disciplina y precisión, como los engranajes de una máquina perfecta e infalible, exponente de la mentalidad matemática maya-quiché y de la cohesión que debe caracterizar al grupo comunal, principalmente durante los trabajos de la milpa. Hombres y dioses deben aunar entonces sus esfuerzos en movimientos perfectamente sincrónicos. El grupo de animales englobados en uno solo; su acción coordinada para la transmisión del mensaje de la abuela a los gemelos; la escena del juego de pelota y todos los actos previos que la determinan y se reproducen en el rito, ilustran esas concepciones fundamentales de la religión agraria maya-quiché. Desde el punto de vista etnográfico-histórico, cabe señalar que el cultivo de dos milpas consecutivas, trabajadas colectivamente por los hombres, —en contraste con el período anterior, caracterizado por una sola milpa, sembrada por la mujer— señala la diferencia fundamental entre el ciclo agrario y el de la horticultura y, con ella, un progreso notable en el campo económico paralelamente al avance de las ciencias astronómica, matemática y cronológica. Después de esa larga disgresión, necesaria para la inteligencia del relato quiché, sigamos con el episodio del cuervo que cayó al suelo. 94 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 «Traigo un mensaje en mi vientre. Curadme primero el ojo y después os diré, dijo el gavilán (Recinos). Está bueno, replicaron los gemelos y, sacando savia coagulada de una planta (lotzaquic), resina de hule, según Raynaud, de pino, según Villacorta, de la pelota de hule, según Recinos, la aplicaron sobre el ojo del ave de presa, curándolo instantáneamente. Hunahpú ejemplifica, en este caso, la función de curandero, inseparable de la sacerdotal y expresada en el título de Chac que ostenta el pluviómago chortí. El párrafo anterior describe, además, una receta de la farmacopea indígena para curar el mal de ojo o la catarata, inventada por el héroe civilizador en esta milagrosa operación. Desde entonces el ave de presa tiene la vista muy potente y es el único animal que puede mirar de frente al sol. Si, contrariamente a lo que sucedió con la rata, los gemelos atienden la imperativa solicitud del ave celeste, antes de que éste hablara, es debido a su calidad de emisario o nahual del dios agrario, en el que se funde la personalidad de Ixmucané. En seguida el rapaz arroja la culebra que a su vez vomita al sapo, pero éste no logra expulsar al piojo, porque el insecto se le quedó trabado en la boca, en realidad no había tragado al piojo, sólo había simulado tragarlo. Por ese motivo los jóvenes, tratándolo como a mentiroso, maltratan al batracio «dándole de puntapiés en el trasero y el hueso del anca le bajó a las piernas. Probó de nuevo, pero sólo la baba le llenaba la boca. Entonces le abrieron la boca al sapo los muchachos, y una vez abierta, buscaron dentro de la boca. El piojo estaba pegado a los dientes del sapo» (Recinos). Aparte de su sentido etiológico, explicativo de la forma y andar batracio, esta alegoría expresa otra ley de la ética maya-quiché, infamando y castigando la mentira, vicio que, desde entonces, es punible en la misma forma instituida por los gemelos. Palacio menciona al respecto que «Qualquiera que mentía lo azotaban bravamente». 19 Tan arraigado es el amor a la verdad entre los indígenas que aún hoy día, los maya-quichés siguen observando ese elevado principio de moral. El heraldo de Ixmucané entrega al fin su importante mensaje, manifestando a los gemelos que, por medio de su abuela, los Camé los desafían para una partida de pelota que ha de realizarse dentro del plazo de siete días y que al efecto deben traer consigo sus lanzas, guantes, pieles y pelota, para que vayan a «disputar sus existencias allí» (Vi-llacorta). Antes de partir, los muchachos fueron a despedirse de su abuela, dejándole a la vez un recuerdo personal, señalando en este acto otra pauta de conducta observada por el indio presente. Pero ese recuerdo dejado a la abuela por Hunahpú e Ixbalamqué, como «señal de su existencia» (Villacorta), «señal de nuestra suerte» (Recinos), era nada menos que un par de cañas de maíz. «Cada uno de nosotros sembraremos un caña de maíz en medio de nuestra casa; si se marchitan, será señal de que hemos muerto. Ya murieron diréis entonces. Pero si retoñan; ¡Están vivos!, diréis ¡oh abuela nuestra! ¡Tú, abuela! ¡Tú madre nuestra!, no lloréis, por eso les dejamos la señal de nuestra palabra, les dijeron los gemelos. Entonces Hunahpú sembró una caña e Ixbalamqué hizo lo mismo; dentro de la casa las sembraron y no en el campo, ni tampoco en tierra húmeda, sino en medio de su casa las dejaron sembradas» (Villacorta). Este episodio es sumamente importante desde el punto de vista teogónico, porque identifica claramente a Hunahpú e Ixbalamqué, como dioses del maíz, y nos presenta además, un caso típico de nahualismo vegetal. Las cañas de maíz, sembradas por los gemelos son su alter ego o desdoblamiento; por eso sufrirán el mismo destino. Si los muchachos mueren, las cañas morirán, pero si viven, vivirán. Se pone de relieve el hecho de que no fueron sembradas en tierra húmeda ni en el campo, como procedería si se tratase de una verdadera plantación de maíz, sino en tierra seca y en medio de la casa. En este acto, los héroes civilizadores instauran el culto al dios del Maíz, colocando a guisa de ídolo, su propia imagen en el centro del altar —equiparado al centro de la casa y del cosmos—. En tal concepto no podían sembrar las cañas en campo descubierto ya que ejemplifican una pauta muy estricta del culto agrario — 95 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 observada escrupulosamente por los chortís— prohibitiva de la exposición del ídolo a los rayos del sol. Por esta razón el interior del templo chortí permanece en estado de semi-oscuridad y carece de ventana. (Las mismas condiciones caracterizan el interior de los templos mayas). La metamorfosis o destino de las cañas de maíz no depende de la calidad del terreno o de otras condiciones naturales propicias a su desarrollo, sino de la suerte que corran los gemelos a los cuales reflejan. Esto explica la relación etimológica entre los vocablos centro (ishin) y maíz (ishin), pues el cereal divino, como el árbol cósmico, consagrado por los Ahpú, se halla colocado en el centro del mundo. El nahualismo, que persiste entre los indios presentes, consiste en la creencia de que existe entre la persona y el nahual (animal o vegetal) una relación íntima perfectamente determinada, que principia y termina con la vida de la persona. Tal doctrina arranca, como todas las pautas culturales, de los mitos. Los teólogos chortís explican el desdoblamiento de los seres divinos por la categoría de dioses hermanos, nahuales o alter ego; afirman, por ejemplo, que el dios del Maíz es hermano del solar, funciones acumuladas por los gemelos que las ejemplifican. La mitología mexicana nos ofrece en Xochipilli y Xochiquetzal, Cinteotl y Xilonen, las réplicas funcionales de Hunahpú e Ixbalamqué. Como en la teogonia chortí, Xochipilli es hermano de Cinteotl, lo cual explica por qué en un canto mexicano, se menciona a Xochipilli como Cinteotl. En otra versión mexicana, Ce acatl (una caña) es el nombre de Quetzalcoatl en función de dios joven, y su jeroglífico corresponde al de Hunahpú bajo la forma de una caña de maíz. Asimismo la glíptica maya expresa dichos conceptos en los signos kan y kin, ambos representados por una figura esférica que significa: alimento, maíz, en el primer caso, sol en el otro, signos que se objetivan en el Popol-Vun por el grano de maíz y la pelota de juego, respectivamente, como símbolos del dios del Maíz y del dios solar. Ambos signos se identifican con la propia cabeza de Hunahpú, como veremos adelante. Todo lo cual concuerda con las enseñanzas de los teólogos chortís que las tienen de su mitología. Por otra parte, la colocación de las matas de maíz en el centro de la casa en el preciso instante en que los gemelos bajan al inframundo para personificar, con la muerte de la semilla, las pautas de la escatología maya-quiché, revela la costumbre de la época de enterrar los muertos en medio de la casa. Hemos visto que Ixmucané instaura, durante la segundad Edad, el rito de la despedida o salutación lacrimosa, vinculado al de las lamentaciones fúnebres, costumbres que los gemelos suprimen, ahora, diciendo a su abuela que no debe llorar por su partida, porque las cañas de maiz quedan en casa, como viva representación de sus personas; en otras palabras expresan su condición de inmortales. Durante la misma escena que se desarrolla a raíz del viaje de los Ahpú, éstos le dicen a su madre: no estéis triste, palabras que se trocan ahora en una orden de no derramar lágrimas. En este acto los gemelos establecen el precedente ejemplar de la costumbre maya-quiché de no llorar a sus muertos, la cual se explica por los chortís en términos del principio de similia similibus, pues el llanto atraería la lluvia que moja el camino del muerto, dificultando así su viaje ultraterrenal. Tal concepto del duelo revela un grado de estoicismo no alcanzado durante las épocas anteriores y expresa, además, una elevada concepción espiritual. Ixmucané ignoraba, al principio, el destino de sus hijos en el inframundo; ellos tratan de consolarla diciéndole que aún no han muerto, pero tampoco conocían los misterios de ultratumba. En cambio, los gemelos ordenan a su abuela de no llorar, porque conocen el destino que les espera; saben que tendrán que seguir un camino largo y difícil, erizado de obstáculos, pero que al final de esta épica jornada alcanzarán la felicidad duradera, incorporándose al sol y a la luna, mostrando así cómo el alma humana se funde en la divina. En cuanto a las alternativas de su viaje, la anciana tendrá siempre informes concretos al respecto, mediante las cañas de maíz que reflejarán la suerte de los gemelos. Los Ahpú expresaron la creencia animista de su época, revelando la supervivencia o continuación de la vida, mas no de su inmortalidad. Pero Hunahpú enseña una nueva doctrina espiritualista que termina con las incertídumbres y el miedo a la muerte, ya que ésta conduce a una apoteósica vivencia en el cielo; por esta razón los deudos no deben llorar ante la felicidad que espera al muerto. En esa mansión celestial reina un eterno verano (Verano, o sea la estación seca y Sol 96 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 se expresan por un vocablo común en chortí). De ahí que la lluvia, atraída mágicamente por las lágrimas, estaría en discordancia con esas reglas escatológicas que equiparan la vida celestial a un eterno veranear. Por esta razón la fiesta conmemorativa de los muertos se realiza en verano (tiempo seco) y el vocabulario chortí usa el mismo verbo para expresar: morir, veranear y caminar (ver Págs. 205, 212, 545, 705 y 747, op. cit.). En el plano astro-calendárico, tampoco es necesario el derrame de aguas producido por la diosa lunar —equivalente al llanto de Ixmucané— desde que la segunda estación pluvial depende del movimiento solar, combinado con el de la Vía Láctea. Esta constelación sustituye, ahora, a la Luna como capitán del cíelo (título que los chortís dan tanto a la luna como a la Vía Láctea), o sea como director de las estrellas que son los dioses de la lluvia. La diosa lunar, en función de diosa acuática, tuvo extraordinaria importancia durante el período de la horticultura, cuando sólo se sembraba una milpa y todas las normas de vida eran reguladas por el calendario lunar. Pero los progresos considerables realizados en el dominio de la astronomía, y del calendario, en concomitancia con el desarrollo de la sociedad agraria, van menguando la influencia, antes prepotente, de la diosa lunar. Los adelantos en el orden económico, científico, social, moral y espiritual van a la par y son interdependientes e interfuncionales. Como veremos adelante, la concepción espiritualista se desarrolla paralelamente al sistema cronomágico que permite tener el dominio absoluto de las fuerzas universales. Ésta trae consigo un perfeccionamiento moral, necesario a las nuevas condiciones de vida y estimulado por sanciones o recompensas de la conducta humana, en un más allá del cual se tienen, ahora, nociones precisas. Los gemelos ejemplifican, a continuación, el doble proceso de la muerte y transformación humana y vegetal. FIGURA 12 Aves, espíritus de las nubes, las conducen de un cerro a otro (de un dibujo en telas usadas por los quichés actualmente). (A la par), estilización del espíritu (signo Ik) de las nubes (signos ofidiformes) en una tela quiché. Pero antes de abordar este relato, debemos mencionar todavía la costumbre, conservada por los quichés presentes, de sembrar dos cañas de maíz en medio del patío de su casa, en reminiscencia de las cañas dejadas por los gemelos a su abuela, antes de partir para Xibalba. 20 LA CUARTA CREACIÓN Nimbado de los flamígeros rayos solares, Hunahpú, el cuarto y último Regente, había de iluminar el cuadro de la creación de los verdaderos hombres maya-quichés, por lo que ésta debía estar concluida antes de la Aurora. Para ese fin, se reúne de nuevo el areópago divino, con el objeto de formar la humanidad civilizada con material adecuado y «consagrar los alimentos que mantendrán a nuestros hijos civilizados, divinizando la existencia de la gente sobre la faz de la tierra, dijeron ellos» (Villacorta). «Ha llegado el tiempo de amanecer, de que se termine la obra y que aparezcan los que nos han de 97 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 sustentar y nutrir, los hijos esclarecidos, los vasallos civilizados; que aparezca el hombre, la humanidad, sobre la superficie de la tierra» (Recinos). «Se reunieron al llegar» (Villacorta). «Se juntaron, llegaron y celebraron consejo en la oscuridad y en la noche (Recinos). Obsérvese una vez más que los dioses creadores no actúan si no es al unísono. «Entonces enviaron sus oraciones en medio de las tinieblas de la noche; entonces se esparcieron éstas, y ellos se llenaron de gratos sentimientos. De esta manera fueron saliendo y llegando los sentimientos purificadores de sus hijos, y encontraron lo que entraría a formar la carne de la gente (el maíz). Sólo faltaba un momento para que se les manifestaran el sol, la luna y las estrellas, que es donde están Tzakol y Bitol» (Villacorta). «De Paxil y de Cayalá, como se les llama, de allí vinieron las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas. Estos son los nombres de los animales que les proporcionaron la noticia de los alimentos: yak (el gato de monte), utiú (el coyote), quel (la cotorra), y hoh (el azacuán). Cuatro fueron los animales que trajeron la noticia de las mazorcas amarillas y de las mazorcas blancas, las que se encontraban en Paxil, y fueron a enseñarles el camino de Paxil. De esta manera hallaron los elementos que entrarían a formar la carne de la gente que iba a ser hecha y formada, siendo entonces el agua de su sangre, la sangre que llegó a ser la sangre de la gente, la que hicieron entrar en las mazorcas «Alom y Cajolom» (Villacorta). «Y así encontraron la comida, y ésta fue la que entró en la carne del hombre creado, del hombre formado; ésta fue su sangre, de ésta se hizo la sangre del hombre. Así entró el maíz —en la formación del hombre—, por obra de los progenitores» (Recinos). «Por este motivo se llenaron de alegría, por haber encontrado aquel paraje lleno de cosas sabrosas y buenas, donde abundaban las mazorcas amarillas y blancas, donde abundaban también el pataxte (Theobroma bicolor, variedad de cacao) y el cacao donde no se veía más que zapotales, anonales, manzanales, jocotales, matazanales y miel. Lleno de comidas jugosas estaban los lugares que nombran Paxil y Cayalá. Había alimentos de todas clases y tamaños, producto de plantas pequeñas y grandes; y los animales les enseñaron (a los dioses) el camino a donde habían de ir a traerlos. Entonces desgranaron y molieron las mazorcas amarillas y blancas, e hizo Ixmucané nueve bebidas, entrando esos elementos en las sustancias destinadas a darle vida, fuerza y energía a la gente. Esto fue lo que hicieron Alom, Cajolom, Tepeu y Gucumatz, como les llamaban. En seguida comenzaron a pensar cómo harían y formarían a nuestros primeros padres y a nuestras primeras madres. Formaron sus carnes del producto de las mazorcas amarillas y blancas, como alimento de los brazos y de las piernas de la gente. Estos fueron nuestros primeros padres; cuatro gentes fueron las gentes cuyas carnes formaron con sólo aquellos alimentos. He aquí los nombres de la primitiva gente que ellos formaron y manifestaron: la primera gente fue Balam Quitzé, la segunda Balam Acap, la tercera Majucutaj y la cuarta Iqui Balam. Estos fueron los nombres de nuestros primeros generadores. Sólo los hechos y manifestados les decían: no tenían padre ni madre; solamente les decían Hombres (achij). No nacieron de mujer, sino que eran hijos formados por Ajtzak y Ajbit, por Alom y Cajolom. Su formación y creación fue solamente obra sobrenatural y maravillosa de Tzakol, Bitol, Alom, Cajolom, Tepeu y Gucumatz. Entonces les dieron presencia de gente y ellos quedaron con esa presencia, parecidos a gente. Ellos después hablaron y razonaron, vieron y sintieron, anduvieron y palparon, fueron hombres perfectos de cara, y gente de buena y hermosa presencia» (Villacorta). «Y de esta manera se llenaron de alegría, porque habían descubierto una hermosa tierra, llena de deleites, abundante en mazorcas amarillas y mazorcas blancas, y abundante también en pataxte y cacao, y en innumerables zapotes, anonas, jocotes, nances, matasanos y miel. Abundancia de sabrosos alimentos había en aquel pueblo llamado de Paxil y Cayalá. Había alimentos de todas clases, alimentos pequeños y grandes, plantas pequeñas y plantas grandes. Los animales enseñaron el camino. Y moliendo entonces las mazorcas amarillas y las blancas, hizo Ixmucané nueve bebidas, y de este 98 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 alimento provinieron la fuerza y la gordura y con él crearon la musculatura y el vigor del hombre... De masa de maíz se hicieron los brazos y las piernas del hombre. Únicamente masa de maíz entró en la carne de nuestros primeros padres... No tuvieron madre, no tuvieron padre. Solamente se les llamaba varones» (Recinos). Antes de proseguir con el texto quiché, detengámonos en esta fase de la última creación, que corresponde, en realidad, a la formación del hombre de cultura maya-quiché. Todos los actos creativos, ya sea del mundo, de los dioses, de la especie humana o de las vegetales, se realizan en las mismas circunstancias, es decir, durante la noche, y deben estar terminados al amanecer. Esas modalidades derivan del patrono de la vida vegetal y astral, y están ligadas a las de los dioses y de los seres humanos. En consecuencia, el mito de la creación cosmogónica sirve de modelo arquetipal para todas las creaciones, en cualquier plano que se desarrollen, tanto en el biológico como en el espiritual. De acuerdo con esta concepción, la cuarta creación ya no se refiere al universo ni a la especie humana, sino a la formación de seres perfectos como los dioses, es decir, de los hombres que poseen las características culturales de la cuarta Edad, o sea de los maya-quichés. La correspondencia entre el mito, el rito y las costumbres tradicionales, se expresa en las celebraciones nocturnas del culto agrario, así como en el acto genésico que se realiza solamente de noche, pues ambos son repetición del hecho grandioso de la creación cósmica. El coito, como la nutrición, no es un simple acto fisiológico, sino un rito por el cual el hombre se inserta en lo sagrado. La escena mítica de los dioses que «llegan, se reúnen, celebran consejo en la oscuridad y en la noche, y en medio de las tinieblas envían sus oraciones» se repite continuamente durante las celebraciones nocturnas del culto agrario, por parte de los sacerdotes chortís; ellos explican esta singularidad litúrgica, manifestando que sólo de noche trabajan los dioses que hacen crecer la vegetación; y por esta razón, los sacerdotes deben actuar en la misma forma que el grupo teogónico que representa. Tan insólita costumbre impone al investigador que tiene el raro privilegio de presenciar dichas ceremonias, largas noches de desvelo, en un ambiente hondamente místico, donde siente palpitar las vibraciones ínfimas del alma indígena. Dice el Popol-Vuh que el acto creativo se realiza «un momento antes que se manifestara el sol, la luna y las estrellas» (personificados en las figuras mitológicas de los gemelos y de los 400 muchachos). Tal episodio es, pues, anterior a la consagración de Hunahpú como dios solar y se desarrolla mientras los gemelos están aún en el inframundo. Durante la noche cósmica se están gestando, simultáneamente, la creación del maíz, de los seres y de la cultura maya-quiché; la apoteosis de los gemelos, como dioses solares y del maíz, y la eclosión de la gente civilizada, son acontecimientos correlativos; unos y otros tienen la misma procedencia y naturaleza. Esto lo expresan claramente los dioses creadores cuando puntualizan que las criaturas de la cuarta Edad son sus propios hijos, equiparándolos así a Hunahpú e Ixbalamqué. Ya se ha dicho, en otra parte, que tal relación de padre a hijo, norma las del sacerdote —representante de la deidad agraria o creadora—, con sus feligreses que llama hijos. 21 Estas repeticiones forman parte de la arquitectura literaria maya-quiché y tienen su correspondencia lingüística en el fenómeno de la reduplicación; con ellas se trata de destacar un modelo trascendental del dogma, del ritual o de la mística maya. Dichas repeticiones resultan fatigosas y poco gratas al oído habituado a literaturas europeas; pero si nos adentramos en la .mentalidad indígena, comprendemos que tienen un sentido profundo, y con él, la justificación de su aparente monotonía. Los seres de la cuarta creación, es decir, la gente civilizada y los gemelos son consubstanciales. En otros términos, los maya-quichés son formados de la misma esencia y materia que el héroe cultural, de donde se sigue que el espíritu divino entra en la vida humana, enciende en el alma la luz del conocimiento y da al ser su fisonomía moral. Por esta razón los sentimientos del hombre serán puros y elevados. Teniendo plena conciencia de ser parte de la divinidad, los hombres de maíz rendirán tributo a su Creador, en la misma forma como lo hacen los dioses creados, dándole su parte que justamente le 99 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 corresponde, dicen los sacerdotes chortís, expresando, de este modo, la Ley del tributo obligatorio a Dios y al sacerdote, su representante terrenal. En consecuencia, los dioses creadores se llenan de gratos sentimientos, pues ahora podrán subsistir, ya que serán adorados y alimentados por sus criaturas. Pero el advenimiento de Dios en el alma y en la carne se realiza solamente desde que el maíz fue la materia empleada para modelar a los seres civilizados. La considerable importancia que adquiere por entonces, el cereal divino, se expresa en la relación mística que existe entre el maíz, la gente civilizada y los dioses agrarios. En otras palabras, el advenimiento de la cultura maya ocurre sólo cuando el maíz llega a ser propiamente el alimento. Desde entonces, hasta ahora, los maya-quichés se nutren casi exclusivamente de maíz. Steggerda calcula que este cereal entra en una proporción de 75 a 85% en la alimentación diaria del maya de Yucatán, 22 y Wisdom estima que la dieta chortí se basa en 70% de maíz y 22% de frijoles. 23 La fuerza física y moral de los hombres de la cuarta Edad contrasta con la debilidad de la gente de la tercera época. Las criaturas tienen ahora, brazos y piernas hechas de maíz; en cambio, las del ciclo anterior carecían de extremidades y no tenían sangre. Asimismo carecían de sentimientos y no tenían corazón, es decir, no habían alcanzado la meta del ser ético. Así como la cuarta Creación se refiere alegóricamente a la categoría de hombres de cultura maya y no al origen de la especie humana, el hallazgo del maíz en Paxil y Cayalá expresa la importancia económica, religiosa y social que por entonces adquiere este cereal, y no el descubrimiento inicial de la planta, puesto que sabemos por el mismo Popol-Vuh, que el maíz ya se cultivaba durante la época prehistórica por las mujeres. Dios crea de nuevo al hombre, como crea de nuevo al maíz. Al referirse a Paxil y Cayalá como el lugar originario de las mazorcas amarillas y de las mazorcas blancas, el Popol-Vuh nos remite, en realidad, al centro primario de origen del maíz, precisando la ubicación geográfica del lugar donde, por primera vez, se descubrió el maíz silvestre y se principió a aprovecharlo como alimento. Tal hipótesis descansa en el hecho de que todos los acontecimientos míticos, relatados en el Popol-Vuh, se desarrollan en la misma región y están encadenados en un orden lógico-genético que permite seguir las fases sucesivas del proceso histórico-cultural en sus diversos aspectos. La filiación genealógica del dios del Maíz, parte de Ixmucané, primera cultivadora de las plantas, y abuela del maíz, el cual, al principio, no era el alimento básico de la comunidad, ya que los tubérculos —que se molían, dice el Chilam Balam— y el frijol, alimento principal de la tercera Edad, tenían más importancia que el maíz. Ixmucané entrega el palo de sembrar a Hunahpú y lo consagra Dios del maíz desde que la vida de los hombres depende casi exclusivamente de este cereal que es, a la cultura maya, lo que el trigo y el shorgo a la egipcia o el arroz a la china e hindú. Este orden de sucesión sintetiza la historia del maíz, desde su descubrimiento hasta que, después de un largo proceso de domesticación y selección —que se continúa todavía entre los indios presentes—, el cereal llegó a adquirir importancia extraordinaria y la planta fue divinizada. Ixmucané y Hunahpú representan dos fases fundamentales de la historia del maíz: descubrimiento y cultivo inicial de la planta (horticultura) y perfeccionamiento de los métodos de cultivo (agricultura). Etapas que determinan las dos grandes divisiones de las civilizaciones indoamericanas: ciclo hortícola-matrilineal y ciclo agrícola-patrilineal. Todos los hechos del pasado, relacionados con el hallazgo y el cultivo de esta planta, adquieren un relieve extraordinario, desde que el maíz hace participar al hombre de la naturaleza divina. El de mayor trascendencia, en la perspectiva del tiempo, enfoca las circunstancias que rodean el hallazgo del maíz silvestre. Cuatro animales revelan la existencia de dos variedades de maíz en Paxil y Cayalá, y enseñan el camino que conduce a este lugar. De esta manera hallaron los elementos que entrarían, más tarde, a formar la carne de la gente civilizada. Es claro que este episodio no se relaciona con las milpas cultivadas por los gemelos, es decir, con el periodo de la agricultura, ya que por entonces, Hunahpú da las pautas del perfecto agricultor. La presencia de animales que enseñan a comer el maíz, no sólo era 100 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 innecesaria en este tiempo, sino incompatible con las propias enseñanzas del héroe cultural; y esto lo demuestra castigando severamente a los merodeadores de la milpa cuando establece, para su escarmiento, la fórmula eficaz que aleja a los animales del campo sagrado, fórmula que los chortís continúan observando escrupulosamente (como se ha explicado en otra parte). La historia de los animales que denuncian la existencia del maíz, indica manifiestamente, el hallazgo de dos especies vegetales, hasta entonces desconocidas, cuyas propiedades comestibles fueron reveladas cuando los mencionados animales enseñaron que podían comerse sin peligro, asunto de vital importancia para el indio que «se moría comiendo diversas cosas dañosas» como dijo Torquemada. 24 Tan profunda impresión ha dejado en la mente indígena el recuerdo de los animales que enseñaron a comer el maíz, que sus nombres no sólo se registran en el mito, sino también en el rito, conmemorativo de este acontecimiento de capital importancia; rito que, desde luego, no es más que una repetición continua del modelo mítico. El sacerdote chortí lanza, desde el altar, cuatro granos de maíz hacia las cuatro esquinas del templo que simbolizan los cuatro rumbos cósmicos y las destina al gato de monte (ch’ach), al mapache (eh mach), a la codorniz (wan cherek) y al loro (mooch), teniendo buen cuidado de mencionar por su nombre respectivo a cada uno de los animales que descubrieron el maíz, (Págs. 621, 622, op. cit.). Ovidio Rodas Corzo menciona una ceremonia semejante, celebrada por los mames de Huehuetenango, en homenaje al coyote, al loro o chocoyo, al azacuán y al gato montes. 25 También los mexicanos observaban esta tradición, según referencias de Durán. «Hacían aquella ceremonia de derramar el maíz a las cuatro partes que su año tenía». 26 El recuerdo de los animales que descubren el maíz y el sentimiento de gratitud hacia ellos, se ha mantenido vivo entre los pueblos maya-quichés. A diferencia de los que en la cuarta Edad merodean por la milpa y deben destruirse con trampas y fórmulas mágicas, los animales que descubren el maíz serán objeto de un culto eterno. No hay, pues, confusión entre unos y otros; a través de los ritos presentes, percibimos el profundo sentido histórico que se desprende de este episodio mítico-ritual. Además de esto, es muy significativa la mención de sólo dos variedades de maíz: el amarillo y el blanco, durante el ciclo de la agricultura, cuando debía haber mayor diferenciación de la especie, como resultado de un largo y continuo proceso de domesticación. Esta noticia no refleja la realidad botánica del momento; tampoco la mención de animales que decubren dos tipos de maíz, encaja en la realidad de la cuarta Edad, época de cultivo intenso y sitemático de este cereal, cuyo proceso de germinación, desarrollo y fertilización era ya perfectamente conocido. En cambio, parece reflejar la realidad botánica del occidente de Guatemala, cuya flora se caracteriza por la existencia de dos congéneres silvestres del maíz: el tripsacum y el teocinte, únicos parientes conocidos del maíz. El primero produce frutos amarillos, los del otro (Euchlaena) son blanquecinos. Estas maydeaes americanas crecen en profusión, precisamente en el área que el Popol-Vuh señala como teatro de los acontecimetos míticos, y que corresponde a la provincia biótica de los parientes silvestres del maíz. A éstas aluden también diversas fuentes mexicanas; ellas especifican que, cuando la tierrra no proporcionaba sino alimento escaso e inadecuado y no se criaban bien los bastimentos y frutos de la tierra, 27 (principios de la horticultura) la gente aprovechaba dos gramíneas silvestres: la yerba centeocupy y la yerba achiantli. (Manuscrito de Thévet, códice Vaticano A. y Franciscano). Los códices Vaticano A, y Franciscano precisan que el cintrococopi –centeucupi de Thévet– era una simiente como trigo que nace en el agua, mientras el achichiutli –achiantli de Thévet– era cierto género de maíz silvestre, llamado atzitziutli, por el códice Vaticano. Hernández establece, en 1790, la equivalencia entre el cencocope (cintrococopi o centeucupi) y el teocinte, nombres que designan a la misma planta. 28 Con respecto al teocinte podemos agregar que crece en estado silvestre, en grandes extensiones del área chortí (Guatemala y El Salvador), lo cual no ha sido mencionado, hasta ahora, en ninguna nomenclatura botánica. Los chortís lo denominan nar mut y teocinte, la equivalencia simbólica es evidente, si se considera que el pájaro es un nahual divino; entonces su significación es idéntica a la de teocinte: maíz de Dios, término expresivo de la importancia 101 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 religiosa de esta gramínea. En la zona baja del hábitat chortí es conocida vulgarmente con el nombre de cola de coyote. Tales denominaciones asocian simbólicamente el pájaro, el coyote y el teocinte, es decir, los animales que descubren el maíz silvestre, según el Popol-Vuh (Pags. 250, 253, op. cit. Cap. sobre teocinte en el área chortí). Como las fuentes mexicanas, las maya-quichés y las tradiciones chortís emanan del mismo horizonte mitográfico y se refieren al mismo proceso de estratificación histórica, sus informaciones concordantes proyectan nueva luz sobre el problema del origen del maíz, cuya gran antigüedad, se patentiza en la difusión continental de esta planta alimenticia. Su misma antigüedad, que debe calcularse en milenios, y el constante proceso de selección del grano de semilla que se continúa aún como un precepto religioso, borraron las variedades intermedias entre el maíz silvestre y el cultivado. Pero los nativos han establecido su relación genética, muchos siglos antes de la investigación moderna, y los botanistas deben tomar muy en cuenta los datos positivos que tienen ahora a su alcance en la historia escrita por los propios indígenas, la etnografía y la lingüística, en vista de que no pudieron solucionar el problema del origen del maíz, por el método biológico. Raynaud traduce Paxil por Casas sobre pirámides, 29 Recinos por extensión de las aguas y Villacorta por lugar donde se ven cosas agradables. Tal divergencia de opinión resulta de la dificultad de traducir correctamente, por medio del quiché moderno, los arcaísmos conservados en los nombres sagrados. La raíz pa connota la idea de alimento en lenguas emparentadas con la quiché (pa designa a la tortilla, en chortí, o sea al alimento por antonomasia). De donde se sigue que la traducción de Paxil por Cerro del alimento (cerro y pirámide son términos equivalentes) parece la más adecuada. La leyenda mexicana de los Soles nos da la misma definición, identificativa del lugar donde fue hallado, por primera vez el maíz (Tonacatépetl, cerro del alimento, de los frutos de la tierra o del mantenimiento humano). En el Memorial de Tecpán-Atitlán encontramos un suplemento informativo de gran interés, que se transcribe a continuación: «Dos bestias sabían que había alimento en el lugar llamado Paxil, el coyote y el jabalí. Pero la bestia coyote fue muerta al separar el maíz, cuando buscaba las semillas para triturarlas, por una bestia llamada gavilán. Y de dentro del mar fue traída por el gavilán, la sangre de la Serpiente y del Tapir, con la cual iba a amasarse el maíz, con lo cual fue formada la carne de la gente por Tzakol y Bitol; y bien supieron ellos quién había nacido, quién había sido engendrado; pues hicieron a la gente tal como fue hecha. Había trece hombres y catorce mujeres. Se casaron y uno tuvo dos esposas (Poligamia de los Señores). Por tanto la raza se mezcló, esta raza de la antigüedad, según dicen». 30 A diferencia de la versión quiché, la cakchiquel dramatiza la cuarta Creación con actores zoomorfos, equivalentes, nahuales o alter ego de los dioses antropomorfos del mito quiché. En este caso, el dios del cielo es sustituido por su disfraz el ave de presa (gavilán) y el dios terrestre por la serpiente y el tapir. La equivalencia simbólica de la serpiente con el tapir es atestiguada en el arte por el empleo alternativo de la figura de dichos animales que tienen el mismo significado (Págs. 969, 970 y Cap. XVII y XVIII, op. cit.). Nuevamente resalta la correlación entre el arte y el mito que lo explica. En concepto de los sacerdotes chortís, la sierpe —serpiente— (chij chan) es el animal terrestre, mientras el ave de presa representa al Dios del cielo; y estos símbolos tienen el mismo significado en todas las teogonías de Mesoamérica. Por tanto la asociación del gavilán (ave de presa) con la serpiente o el tapir, expresa el acoplamiento cielo-tierra, del cual nace la humanidad maya-quiché. Dicha figura se sintetiza en la personalidad de Quetzalcoatl (ave-serpiente), dios creador de la mitología mexicana. Quetzalcoatl crea a los hombres con su propia sangre y los alimenta con maíz. Ave y serpiente se traducen, en chortí, por Muan o Moan y Chan, respectivamente. Muan o Moan es el nombre del gavilán —mencionado en el mito cakchiquel— y, a la vez, nombre genérico de las aves de presa. Si agregamos el locativo Ta, obtenemos el nombre Tamoanchan, —literalmente: lugar del gavilán-serpiente—, indicativo del lugar donde se unieron el ave y la serpiente, es decir, el nombre de la patria original del maíz y de la cultura maya-quiché, o sea de la región donde el gavilán 102 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 trajo del mar sangre de serpiente y tapir para formar al hombre civilizado. Trátase pues de una región marítima. Gracias a la mención del tapir cuyo hábitat centroamericano no va más allá de Chiapas, hacia el norte, —como tampoco pasa de allí la zona habitada por el quetzal— inferimos que la región marítima a que alude el códice cakchiquel, está situada de Chiapas hacia el sur o sea en Guatemala. Confirma esta hipótesis el hecho de que el nombre de Tamoanchan, que hasta ahora nadie ni ninguna fuente ha podido explicar de manera satisfactoria, sólo puede traducirse correctamente en lengua maya, y su definición etimológica es dada en un mito cakchiquel (flia, maya-quiché). A mayor abundamiento, las fuentes mexicanas concuerdan con las mayas y reconocen que hay una sola patria primordial: Tamoanchan, patria del maíz y de la cultura mesoamericana. Así lo expresa el himno a Centeotl: «Ha nacido el dios del maíz en Tamoanchan, el lugar en que hay flores, el lugar en que hay agua y humedad». 31 Tamoanchan es, además, en los mitos mexicanos, la casa del nacimiento, la casa del descenso, la mansión de los dioses creadores, la Patria originaria, el país del agua y de la lluvia, la casa del parto, el paraíso, el reino de la abundancia, el lugar de donde vienen las flores, la mansión de los justos, el lugar donde fue creado el hombre y donde éste se recrea, réplica de Omeyocán, el centro del cielo, de Tlalocán y de la Tula legendaria. Los mexicanos tenían conciencia de que su mítico paraíso, patria del maíz de los dioses y de la cultura mesoamericana, se encontraba al sur; y Sahagún en un multicitado pasaje nos informa, a base de testimonios indígenas, que ese Tamoanchán original se encontraba en Guatemala, afirmación que Henning hace suya al manifestar que Tamoanchán se encontraba al sur de Guatemala, donde estuvo también la Tula primitiva. FIGURA 13 FIGURA 14 El ave y la serpiente, nombre jeroglífico de Tamoanchan. El guacamayo-tapir, versión copaneca del tema ave-serpiente. Tamoanchán es, pues, sinónimo de Paxil y Cayalá, lo cual se confirma, además, por una referencia de la Leyenda de los Soles que relaciona Tonacatépetl, el cerro del alimento, con Tamoanchán. 32 Esto viene a confirmar la relación semántica de Paxil y Cayalá con Tonacatépetl, su equivalencia con Tamoanchán y la concordancia que existe al respecto entre las fuentes maya-quichés y mexicanas. 103 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Tenemos, pues, una definición etimológica exacta de Tamoanchán, explicada en el mito antropogénico de la cuarta creación, y con ella, un fundamento sólido para situar, en el tiempo y el espacio, el acontecimiento de mayor trascendencia de la historia maya-quiché, esto es, el principio de su Era cultural. El motivo ave-serpiente, símbolo de la patria primordial, es omnipresente en el arte maya- quiché; Alfonso Caso observa que la representación de un personaje tocado con el yelmo de pájaro- serpiente es muy común en la escultura mexicana y maya. 33 La figura 13, tomada del códice de Dresde, objetiva de manera elocuente la escena mítica del ave de presa clavando sus garras en el cuerpo de una serpiente para extraer la sangre destinada a formar al hombre civilizado. Esta figura expresa de manera elocuente el signo ré bus: Tamoanchán; el tema ave-serpiente suele expresarse por un ser híbrido en que se funden las características del volátil y del ofidio o del tapir, como es el caso de la estela B. de Copán, que exhibe una cabeza de guacamaya con trompa de tapir (Figura 14). Los caracteres morfológicos y simbólicos del guacamayo y del tapir, están amalgamándose en esta figura que representa una variante del tema ave-serpiente, símbolo del binomio cielo-tierra; y expresa la fusión, en un solo cuerpo, de los progenitores del hombre civilizado, exponentes de la perfecta unidad que reina en el orden cósmico, desde que el héroe civilizador venció las fuerzas antagónicas de Xibalba y estructura una religión sin contradicción interna que tiene su correspondencia en un tipo de cultura perfectamente homogénea. Este modelo arquetipal, símbolo de la creación de una cultura, de patria y religión, omnipresente en el arte de todas las épocas arqueológicas, se repite continuamente en los ritos maya- quichés, como un paradigma de todas las creaciones, en cualquier plano que se desarrollen (humanas, vegetales o psicológicas). En cada etapa de una vida que comienza se repite el acto inicial realizado por los dioses —o sus nahuales— in illo tempore. De acuerdo con esas pautas ejemplares, cuando nace una criatura chortí, la partera le corta el cordón umbilical sobre una mazorca de maíz blanco, para que la sangre del recién nacido se mezcle con el maíz, tal como ocurrió en la creación original, cuando el hombre fue formado de maíz amasado con sangre divina. Y este maíz, empapado de la sangre del niño, será destinado exclusivamente para alimentar al ser que acaba de venir al mundo (Pag. 188, op. cit). Hemos hablado, en otra parte, del origen mítico del baño lustral que consagra al recién nacido como miembro de su comunidad y lo inmuniza contra toda influencia malévola; con la explicación del ceremonial anterior, repetición del mito antropogénico, tenemos una definición causal completa del rito bautismal practicado por los maya-quichés, de acuerdo con su milenaria tradición que parte de los mitos. Durante la ceremonia bautismal, se coloca a la criatura con la cara vuelta hacia el Oriente, es decir, en la misma dirección de donde viene, y adonde retomará, si muere antes de llegar a la edad adulta. Como se ha dicho, el milagro de la fertilización es centro de interés de toda la vida, del arte y de la religión maya-quichés, porque expresa los anhelos espirituales y materiales de un pueblo que depende casi exclusivamente de la producción del maíz, fuerza creadora de su civilización. El maíz es la vida misma, afirman los chortís (Pag. 681, op. cit.). El modelo mítico de la creación se reactualiza cada vez que se ofician los ritos del culto agrario; el sacrificio de aves es imprescindible en esta ocasión, y la sangre fresca que el sacerdote chortí vierte sobre la tierra, evoca el drama de la creación, realizado ab origene, como lo recuerda también la estrofa siguiente de un canto mexicano de la diosa de la tierra: «El águila está pintada con sangre de serpiente» (Sahagún). Una vez más encontramos esa constante correlación entre mito, ritos, arte y fuentes indígenas que expresan el pensamiento inmutable de los pueblos maya-quichés. Chan, nombre genérico que se dieron a sí mismos los mayas, procede del gran tótem, la serpiente, ese antepasado epónimo que dio su propia sangre para formar a los verdaderos hombres mayas y quichés. Los chortís, descendientes directos de los primeros, conservan su autodenominación original de Chan, y como se ha dicho, sus sacerdotes se llaman aún Hor chan (jefe de los Chan o cabeza de culebra). Todos se sienten ligados por su creencia común en dicho tótem y todos llevan en 104 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 sus venas la sangre de ese mítico antepasado común. Es, pues, requisito indispensable conservar la pureza de esa sangre divina para garantizar la existencia misma de la comunidad; ella debe ser absolutamente homogénea, es decir, integrada exclusivamente por descendientes legítimos del tótem cultural. La intromisión de un forastero en el organismo comunal, constituye una grave contravención a las leyes y causa el disgusto de los dioses que se manifiesta en calamidades públicas. El organismo comunal es un complejo mágico, ligado al mundo de las fuerzas místicas por medio de su sacerdote que domina mágicamente a sus hijos, quienes le pertenecen en la misma forma como él les pertenece. Es un deber del sacerdote conservar en toda su pureza esa sustancia social mágica y preservarla de toda contaminación (Págs. 792, 795, op. cit.). Esto explica el carácter hermético de la comunidad indígena, cosa que debe tomarse muy en cuenta para comprender el comportamiento histórico de los maya- quichés, tanto en el pasado como en el presente. Ya se ha dicho que el título sacerdotal Hor chan se expresa, gráficamente, por el ideograma de una serpiente que tiene la cabeza del dios agrario; ésta puede sustituirse por la del ave celeste, ya que ambas representan el mismo símbolo. Entonces tenemos la equivalencia de Horchan con Tamoanchán, términos que representan la misma idea Cielo-Tierra y son sinónimos de Quetzalcoatl o Gucumatz, que también es título sacerdotal. Todos los nombres mencionados son equivalentes de Chuch-kahau, título del sacerdote quiché del culto agrario, que significa: Nuestra Abuela, Nuestro Abuelo, y simboliza el dúo Cielo-Tierra en su aspecto antropomorfo. Lo expuesto revela que, a pesar de la diferencia de sus nombres, los sacerdotes maya-quichés y mexicanos personifican a la misma entidad cosmo-teogónica que el Popol-Vuh señala como arquetipo del sacerdote maya-quiché. En el mismo orden de ideas, los pueblos cultos (maya-quichés y mexicanos), veneran bajo distintos nombres a la misma deidad, lo cual prueba, una vez más, la unidad fundamental de dichas culturas. Tanto los chortís, como los pueblos mayas y mexicanos, conservan un vivo recuerdo de Tamoanchán, país de fertilidad y abundancia, que es a su mitología lo que el Edén o los Campos Elíseos a las culturas mediterráneas. Este paraíso se hace realidad viviente durante el interludio de descanso y aprovechamiento de los frutos, que media entre las temporadas del culto agrario. Al clausurarse el tzolkín (calendario de 260 días que cubre el período de cultivo de las milpas) los sacerdotes chortís inauguran el culto solar que determina, de acuerdo con las pautas del Popol-Vuh, la gran fiesta en honor a los muertos. Durante el período estival que principia a fines de octubre, las lluvias, con sus descargas atmosféricas, han desaparecido como han desaparecido los calores sofocantes; la temperatura ha bajado, ahora es fresca y tibia, en una palabra, es una estación ideal desde el punto de vista climático y espiritual. La luminosidad del cielo en este tiempo, así como la amplitud del horizonte, influyen el estado mental del hombre; hay optimismo en el ambiente, una sensación de bienestar, de renacimiento; el estado de ánimo de vivos y muertos ha llegado a su grado óptimum; se retorna a una vida nueva, a una temporada de bonanza, con graneros bien repletos; a un período de alegría y tranquilidad; a una verdadera vida paradisíaca. Los muertos, que toman parte en todos los acontecimientos de su comunidad y de su familia, coadyudan a los trabajos durante el cultivo de la milpa, y disfrutan, ahora, con los vivos, de esta grata temporada. Pero este conjunto de condiciones climáticas y meteorológicas, coinciden con las normas calendáricas solamente en la región pacífica del área maya y en las partes bajas del hábitat chortí (Ver Tomo II, op. cit.). De esta manera la escena mítica de la cuarta Creación se repite continuamente en los ritos y el calendario chortís. En los fundamentos naturales de estos ritos se refleja la realidad ambiental de Tamoanchán o sea Paxil y Cayalá, país que corresponde, como se ha dicho tantas veces, a la región de Guatemala, bañada por el Pacífico. En este paraíso terrenal crecen, en estado silvestre, todas las plantas básicas de la economía maya-quiché, mencionadas por el Popol-Vuh, y sólo allí se encuentran todas las especies de la fauna mitológica. A mayor abundamiento, la descripción botánica de esta Jauja centroamericana queda completada en el relato de la cuarta Creación, la cual se realiza en un país lleno de comidas jugosas, 105 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 donde no se veían más que zapotales, anonales, manzanales, jocotales, matasanos, cacao y miel, donde había alimentos de toda clase y tamaño que los animales enseñaron a comer. Todas las especies y productos mencionados, abundan en la citada región, que se caracteriza principalmente, según el Popol-Vuh, por sus zapotales. Zapote es un vocablo nahua de origen maya, según Seler (554, op. cit.); los chortís lo denominan tzaput’ y explican el origen onomatopéyico de esta voz que imita el ruido del fruto, al caer del árbol. Cuando la hueste de Pedro de Alvarado llegó a las costas del Pacífico, (Guatemala) encontró un pueblo llamado Xetutul, literalmente: Lugar de zapotes, que los auxiliares tlaxcaltecas convirtieron en Zapotitlán, por la abundancia de sus árboles de zapote. También relata el Adelantado que encontró en esa comarca «bosques formados por árboles de cacao», y que después de haber franqueado el río Xochiatl (río de las Flores), hoy Suchiate, capturó a tres espías enviados de Xetutul, que le dijeron habían venido a recoger miel, producto abundante en la región. 34 Asimismo, los anonales, manzanales, jocotales y matasanos, son indígenas en este país. Ya el Popol-Vuh nos había hablado del nance —hay dos variedades silvestres en Guatemala—, como alimento predilecto de los gigantes, durante el horizonte primitivo. (Economía parasitaria). La repetición de esta característica botánica, del paisaje de Tamoanchán es significativa, pues da a entender que el desarrollo de los acontecimientos históricos, desde la primera a la cuarta Edad, se realiza en el mismo país maravilloso, tierra fertilísima, según descripción de Sahagún, país de las flores (Suchiate) que produce tres cosechas anuales de maíz y cuyo cacao dulce y espumoso hacía las delicias de los reyes de España. La región de Guatemala a que se refiere el Popol-Vuh, implícitamente aquí, explícitamente en otras partes, es una de las más fértiles y de mayor densidad demográfica del Continente. A través de las descripciones míticas que cuentan «como se llenaron de alegría cuando descubrieron una hermosa tierra, rica en alimentos de toda clase», palpitan las sensaciones de los pueblos primitivos cuando descubren esa tierra de abundancia enclavada en áreas semiáridas. Tales impresiones quedaron tan hondamente grabadas en la mente indígena, que llegan hasta nosotros en el mito, los ritos y el calendario, que identifican a Tamoanchán con el Edén de las culturas maya-quiché y mexicana. La figura siguiente, tomada del códice Vaticano A. expresa con elocuencia el tema de la cuarta Creación. Sobre campo rojizo, color característico de la cuarta Edad, se destaca la figura del joven dios del maíz que baja del cielo, sosteniéndose en dos cuerdas gigantescas, de donde cuelgan enormes flores. De su tocado brota una mata de maíz; flores adornan también el fondo del cuadro; flores y banderas son las insignias que llevan los personajes que, en tierra, celebran el fausto acontecimiento. La flor es el emblema de la belleza, personificada por la joven deidad solar y del maíz, y ya vimos, en otra parte, que la función de Hunahpú, como dios de las Flores, parte del momento en que se posesiona de las flores de Xibalba. 35 En cuanto a la concepción de la cuerda que conecta al cielo con la tierra, vehículo de los dioses y de la esencia divina, por donde bajan también las generaciones humanas, tenemos que recurrir una vez más al Popol-Vuh para encontrar su explicación. El episodio mítico de las ligas que caen del cielo (Ahpú en la cima del árbol cósmico) sobre la tierra, (Ixquic) ilustra por primera vez, esta idea que perdura entre los chortís y que el Chilam Balam de FIGURA 15 La Cuarta Creación según el Códice Vaticano A. 106 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Chumayel expresa con claridad en la estrofa siguiente: Bajarán cuerdas del cielo. El descendimiento de la esencia divina, por una cuerda se expresa, en el arte maya, en gran diversidad de formas. En una estela de Copán vemos al dios joven, cayendo del cielo y agarrándose de cuerdas, composición que evoca la figura del códice Vaticano. La cuarta Edad se inaugura bajo gratos auspicios. Es la Edad de oro que comienza, la Era histórica de los maya-quichés que principia; de ahí que la pintura que la conmemora, no muestra señales de catástrofe ni de gente transformada en animales, como ocurre en las figuras que representan las Edades anteriores. Antes de seguir adelante con el texto del Popol-Vuh, queremos destacar la importancia teogónica y etnológica de la muerte del coyote por el gavilán. Esta mención del manuscrito cakchiquel tiene su correspondencia en el Popol-Vuh que sustituye en la nómina de los dioses a Hunahpú-Utiú (sol-coyote) por Wak-Hunahpú, (sol-gavilán o sol-cuervo), y no vuelve a mencionar al dios coyote que, como el perro, desaparece del escenario mitográfico a raíz de la cuarta creación. La existencia del mítico coyote en un estrato cultural antiguo, se confirma, además, por la conservación de esa figura teogónica en algunos pueblos de cultura atrasada. Pero el gavilán mató al coyote, es decir, el símbolo del ciclo prehistórico es desplazado por el que representa el de la cultura maya-quiché. Esto mató aquello, diría Víctor Hugo. Hemos visto que los hombres de la cuarta creación, hechos a imagen y semejanza de los dioses, eran seres perfectos. En efecto, tenían conciencia de su inteligencia. Comprendían lo que miraban y concluyen por conocer todo lo que hay bajo el cielo. Veían desde las tinieblas, sin necesidad de caminar. Hicieron penetrar su sabiduría a los árboles, a las piedras (eran excelentes artistas y escultores), a los lagos, al mar, a las montañas y a las costas (Nótese de nuevo, la mención expresa del mar y de las costas que configuran el paisaje de la patria primordial). Hablaban el mismo lenguaje de los dioses (los chortís afirman que su lenguaje procede directamente de Dios) y se entendían perfectamente (homogeneidad lingüística, unidad psicológica y cultural). Grande fue la sabiduría que poseían. Desde el punto de vista histórico, las referencias anteriores son de enorme importancia, particularmente en lo que respecta a la homogeneidad lingüística alcanzada por entonces, (la gente se entendía perfectamente) en contraste con la situación del período inicial, cuando los hombres no podían entenderse ni comprender a su Creador. Ambos estados se implican mutuamente porque, siendo el lenguaje un legado divino, no era posible entender a Dios ni entenderse unos con otros, sin la posesión de una lengua homogénea. Este registro fiel del proceso evolutivo que opera en todos los campos de la cultura, incluso el lingüístico, es de extraordinario interés para el estudio de la historia del lenguaje maya-quiché, formado como resultado de fusiones étnicas, hasta cuajar en una lengua común, exponente de una civilización fuertemente organizada. Después que los dioses hubieron creado a los cuatro primeros hombres civilizados, a los cuales transmiten sus propios conocimientos, les ordenan tomar posesión de sus montañas y de sus costas. (Obsérvese, de nuevo, la referencia a las costas de la patria primordial). El párrafo anterior establece el status territorial de los pueblos maya-quichés y explica, además, su concepción de que la tierra es un legado divino que pasó a ser usufructo indiviso de la comunidad y debe transmitirse por descendencia masculina, siendo prohibida su enagenación a personas extrañas a la tribu. Es interesante hacer notar el cambio en los términos usados por el Popol-Vuh para distinguir la extensión geográfica abarcada por la tribu, del territorio poseído por el clan. Durante la Era prehistórica, el lugar ocupado por el grupo comunal se identifica con el término de: monte; (Véase el cuestionario de los Camé a los gemelos) pero ahora se habla de «montañas y costas» y, más adelante, el Popol-Vuh aplicará el nombre de «montañas y valles» a la misma comprensión geográfica, término que se repite en el drama: Rabinal Achí. En seguida los cuatro primeros hombres-dioses: Balam Quitzé, Balam Acab, Mahucutah e Iqui Balam, manifiestan su gratitud al Creador, «dándole las gracias dos y tres veces» (Villacorta). «En 107 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 verdad, os damos las gracias dos y tres veces» (Recinos). Y con esto, establecen las normas de conducta de los pueblos maya-quichés que se consideran eternos deudores de los dioses y, a la vez, las pautas del ritual de acción de gracias que se realiza al final del ciclo de cultivo de la milpa. Tales concepciones, exponentes de un régimen social organizado sobre la base de ayuda mutua, expresan un principio fundamental de la ética y sociabilidad maya-quiché, necesario desde que los miembros de la comunidad se prestan servicios mutuos, los cuales deben agradecerse. El sentimiento de gratitud se convierte en una virtud cardinal de los maya-quichés, desde que obedece a un mandamiento expreso de los dioses (Creaciones anteriores son destruidas porque los hombres no supieron agradecer a los dioses el don de su existencia). «Gracias pues a vosotros, Ajtzak y Ajbit, por habernos dado la existencia, y nuestras bocas y nuestras caras; hablamos, oímos, sentimos, nos movemos, andamos y poseemos buenos sentimientos para conocer lo que está lejos y cerca de nosotros. Así dijeron ellos, cuando les dieron las gracias por su existencia y manifestación. Y concluyeron por conocerlo todo, buscando las cuatro esquinas de cuanto hay en el espacio del cielo y lo que ocupa la tierra» (Villacorta). «Acabaron de conocerlo todo y examinaron los cuatro rincones y los cuatro costados de la bóveda del cielo y de la faz de la tierra» (Recinos). En una palabra, la primera generación de hombres civilizados eran iguales a los dioses, porque era perfecta. Pero esto no agradó a Ajtzak y Ajbit, porque no quedaba establecida ninguna diferencia jerárquica entre creadores y criaturas; para obviar este inconveniente, reúnese de nuevo el gran consejo divino que acuerda limitar el poder de los hombres-dioses, para que sólo pudieran mirar lo que estaba cerca. Por esto les empañan los ojos «como cubre el aliento la superficie de un espejo» (Villacorta). «El Corazón del cielo les echó un vaho en los ojos, los cuales se empañaron como cuando se sopla sobre la luna de un espejo. Sus ojos se velaron y sólo pudieron ver lo que estaba cerca, sólo esto era claro para ellos» (Recinos). «Así quedaron formados los cuatro primeros hombres maya-quichés por el Corazón del cielo y de la tierra» (Villacorta). Este último párrafo contiene un artículo de fe, vigente aún entre los sacerdotes chortís que afirman que Dios no les da licencia para ver de cerca los astros, las estrellas y demás fenómenos astro- teogónicos; sólo pueden contemplarlos de lejos, desde que perdieron su poder visivo, así como leen a gran distancia, en el cielo, los destinos humanos y los pronósticos relacionados con la agricultura. En el fondo de esta alegoría yace un principio estimulante de la Ética y Sabiduría maya, elementos inseparables. En concepto del hierofante chortí, los más virtuosos son siempre los más sabios; todo hombre verdadero persigue un constante anhelo de superación para tratar de alcanzar el ideal de la omniscencia y omnividencia divina, a fin de recuperar la categoría de hombre-dios que tuvo originalmente. Después de crear a los hombres, Cabahuil crea por su palabra (Villacorta), cuatro hermosas mujeres, dándoles por esposas a los cuatro primeros hombres civilizados. Tal creación se realizó mientras los hombres estaban durmiendo, de manera que al despertar —nótese que ésta, como todas las creaciones se realizan durante la noche— tuvieron la grata sorpresa de encontrarse al lado de su compañera respectiva. Por eso «se llenaron de alegría los corazones, porque ya tenían compañeras» (Villacorta). «Al instante se llenaron de alegría sus corazones a causa de sus esposas» (Recinos). Desde entonces el hombre civilizado debe despertar al lado de su esposa y cumplir con la sagrada ley de reproducción, implícita en el párrafo anterior. Para ese fin, Dios ha vertido en el corazón del hombre ese sentimiento (instinto sexual) que le hace llenarse de alegría al poseer a la compañera que será, en adelante, su inseparable y sumisa mitad, —status de la mujer durante el período patriarcal- agrario—. «Ellos engendraron las gentes de las grandes y pequeñas tribus; (amak) este fue, pues, nuestro origen, el de la gente; del Quiché, como descendientes de ellos. Muchos fueron los que obtuvieron el don de sacrificadores y adoradores —título sacerdotal— y no fueron solamente ellos cuatro los que lo 108 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 obtuvieron en nuestro origen, pero cuatro fueron las madres de nuestra raza, la gente del quiché» (Villacorta). «Muchos eran los sacerdotes y sacrificadores; no eran solamente cuatro, pero estos cuatro fueron los progenitores de nosotros la gente del Quiché» (Recinos). A continuación el Popol-Vuh menciona el nombre de las tribus maya-quichés que convivían en la patria primordial al principio de la cuarta Edad, patria que se define como «el lugar donde se levanta el sol» (Villacorta), «el Oriente» (Recinos). «Este es, pues, el origen de las grandes tribus, como nosotros las llamamos; y de esas grandes generaciones se derivaron las nuestras. Otras muchas han salido entre las de cada lugar del pueblo; por esa causa no escribimos sus nombres, sino solamente el del lugar donde fueron engendradas, por donde se levanta el sol» (Villacorta). Y con esto termina el relato de la cuarta Creación. Es sumamente interesante comprobar que la tradición maya-quiché conserva el recuerdo de «muchos pueblos» que se disgregaron de cada grupo; pero estos acontecimientos son tan lejanos, que no se mencionan los nombres de los que se pierden de vista. Notable referencia histórica sobre la emigración de grupos que se alejan de la patria común hacia otras regiones que tampoco se mencionan. En la exposición anterior, el Popol-Vuh define, con toda claridad, la creación de la Institución tribal, a raíz de la inauguración de la cuarta Edad. Institución de estructura cuadripartita que se articula conforme al patrón universal personificado en los cuatro primeros jefes que el códice quiché menciona, como primeros caudillos maya-quichés. (El título de Balam, acordado por el Popol-Vuh a los jefes primigenios, se ha conservado entre los mayas de Yucatán y se ha popularizado en escritos famosos: los Chilam-Balam). A imitación de los dioses, esos cuatro primeros jefes-sacerdotes establecen la cuadratura del mundo y se equiparan ellos mismos a los dioses de las cuatro esquinas del cosmos, identificándose con sus cualidades particulares, las cuales se definen en el nombre de sus respectivas esposas. (Las cuatro lluvias que proceden de los distintos rumbos cósmicos). 36 En el curso del relato de la cuarta Creación, es notoria la insistencia en acentuar el valor místico del número cuatro que corresponde a los sectores del plano cósmico que se reflejan, como se ha dicho, en la división del territorio, tetrapartido por dos líneas que se intersectan en el centro de la plaza ceremonial, imagen del centro, ombligo o corazón del mundo maya-quiché. El mismo esquema se aplica a la división política de la tribu, compuesta de clanes repartidos en cuatro grupos representados en el gran consejo de gobierno. Los cuatro primeros jefes directores de esos grupos son creados por los dioses, y de ellos parte la genealogía de la casta noble maya-quiché. Amak (pueblo, cosa fija, Dicc. cakchiquel de Carmelo S. de Santa María), es el nombre con que el Popol-Vuh, designa la nueva entidad político-territorial, creada a raíz de la cuarta Creación y gobernada por un consejo de jefes —sacerdotes que se ocupan de la administración civil y del culto al dios solar, fundador de su estirpe. Trátase, pues, de un nuevo tipo de sacerdote, distinto del que oficia el culto agrario cuya genealogía arranca, como se ha dicho, de la tumba de Ahpú. Por esta razón, los primeros hombres verdaderos se llaman Achí (como el sol), nombre que los quichés conservan todavía. El nuevo culto se inicia con la consagración de Hunahpú como dios solar y jefe del gobierno civil, en el cual ocupa el lugar central, que le corresponde por derecho, en medio de los cuatro dioses cósmicos (Nuevamente la cifra cinco, identificativa del dios solar). Y el gran jefe de la tribu es su directo representante, asesorado por cuatro auxiliares. Como dios del maíz, Hunahpú fue consagrado por Ixmucané, cuya personalidad, fundida en la de los Ahpú, se continúa en la del sacerdote del culto agrario. La creación de esos cuatro jefes, gobernadores de la tribu, revela una novación importante en la estructura del gobierno comunal, que se realiza en concomitancia con el cambio en la línea de descendencia (materna a paterna) y en el régimen económico (horticultura a agricultura). Como se ha dicho, el cambio en la descendencia opera una desintegración de la estructura familiar, situación que se normaliza con la ampliación del agregado social, formándose de este modo una unidad política mayor 109 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 que abarca descendientes por línea materna y paterna. Tales son las causas eficientes de la institución tribal, entidad autónoma, basada en la exogamia del clan y la endogamia de la tribu, unidad social, política y religiosa, máxima expresión del concepto de Estado y solidaridad política, que se desarrolla paralelamente al progreso general de la cultura hacia la realización de una forma superior de civilización. Paralelamente a la institución tribal, la fraternidad religiosa ha pasado a ser una religión de Estado. El clan conserva, sin embargo, su carácter de organismo de ayuda mutua, dentro de la tribu; y sus componentes son llamados takar op’ en lenguaje chortí, es decir; ellos se ayudan unos con otros. El término p’iar que significa, a la vez, familiar, amigo, compañero y co-trabajador, se aplica también a los miembros del clan. Tanto el Popol-Vuh, como el manuscrito de los cakchiqueles, expresan de manera bien clara los cambios sociales, económicos y religiosos, configuratívos de la cultura, que se van realizando paralelamente al desarrollo de la institución política. Las razas se mezclaron, dice el Memorial de Tecpán Atitlán, manifestando de este modo conciso, el fenómeno social del cambio en la línea de descendencia, ilustrado en el episodio del Popol-Vuh que trata del ingreso de los gemelos a un clan extraño al de su madre. Más tarde Hunahpú proclama los derechos del hombre y se convierte en temósforo tribal, en el jefe de los 4 primeros hombres-dioses. Para establecer de manera categórica el contraste entre la descendencia patrilineal y la matrilineal, la fuente quiché subraya que los hombres de la cuarta Creación no nacen de madres, pues son formados por los dioses, de manera sobrenatural; y la preponderancia masculina dentro de la familia se establece en la creación posterior de las mujeres. En cambio, durante el período anterior, los hombres sólo tenían madre y abuela, situación que el Chilam Balam de Chumayel corrobora en los términos siguientes: «Aquellas criaturas no tenían padres, vivían una vida de miseria, eran seres con vida, pero no poseían corazón» (Trad. Mediz Bolio). Sin embargo, tales cambios no son efecto de mutaciones bruscas, y este proceso no se va desarrollando sin fricciones. La animosidad de los prinos mayores y la lucha que sostienen para vindicar sus derechos, traduce ese estado de cosas, precursor del régimen patriarcal. Es lógico pensar que al principio los descendientes por línea materna siguieron gozando de mayores privilegios que los otros a quienes incumbía la tarea de trabajar, entendiéndose que por entonces el trabajo era considerado, en cierto modo, como degradante. Los gemelos estuvieron reducidos, al principio, a condición de siervos. Pero esas condiciones de relativa inferioridad aceleran el advenimiento de la preponderancia masculina, en virtud del mismo principio por el cual la mujer adquirió posición jurídica privilegiada, después del ciclo cazador-recolector. La preponderancia masculina o femenina en la estructura familiar, radica invariablemente en Amerindia, en el factor económico, ya que la parte que asegura la subsistencia del grupo es la que predomina en el orden social. Pero este ascenso en la escala social parte de un estado anterior de inferioridad relativa o de servidumbre. Esto viene a confirmar el principio hegeliano de que la esclavitud aparece siempre como un momento del progreso. Y abre nuevas perspectivas al sociólogo que trata de descubrir las relaciones causales que intervienen en el desarrollo progresivo de la sociedad indoamericana, ya que cuenta ahora con el testimonio de una fuente histórica de primer orden. Ixmucané, arquetipo de la abuela, jefe de la macrofamilia durante el período hortícola- matrilineal, se convierte en sumisa servidora de los gemelos, desde que éstos trabajan para mantenerla y reducen las actividades femeninas al hogar. Así la vemos durante la cuarta creación, moliendo maíz para confeccionar nueve bebidas que constituyen el alimento de los hombres de maíz. No podemos pasar por alto un detalle tan importante, desde diversos puntos de vista. Esas nueve bebidas corresponden al borón te (bebida Nueve) que los sacerdotes chortís hacen preparar para uso exclusivo del culto, sirve para ofrendas rituales y para la consubstanciación de los hierofantes con la divinidad. Dicho alimento consiste en una bebida pastosa, compuesta de tres elementos sagrados: maíz 110 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 blanco, cacao y agua. Durante toda la temporada del culto agrario el barón te se coloca sobre la mesa sagrada, para alimentar a los dioses. Pero la bebida se renueva cada nueve días, y esta operación se realiza veinte veces en el transcurso del tiempo señalado por el calendario agrario, mimetizándose, de este modo, el cómputo de nueve uinales que corresponde a la estación lluviosa, los cuales son reversibles en veinte novenas (9 X 20 o 20 X 9 igual 180 días, igual medio tun). La cifra nueve se relaciona con la deidad terrestre, factotum de los Nueve Señores de la Noche; de manera que las Nueve bebidas de Ixmucané constituyen un modelo ejemplar que se repite continuamente en los ritos y el calendario chortís (ver Págs. 667, 928, op. cit). Aparte de su sentido cronográfico y ritual, la información acerca del primer alimento, consagrado para sustentar al hombre civilizado, es de gran interés etnográfico. Revela, en efecto, que al principio de la cuarta Edad, el maíz se consumía en forma líquida o pastosa, y en esa forma fue incorporado al ritual, en reminiscencia de la técnica original de confeccionar el alimento. 37 No existía por entonces el comal, por tanto no se conocía la elaboración de la tortilla, y esto parece confirmarse en la particularidad lingüística del chortí que no tiene una palabra original para designar a la tortilla, usando para ello el mismo vocablo que significa alimento, siendo el maíz el alimento por antonomasia. Estas particularidades del mito y del lenguaje, tienen su correspondencia en la evidencia arqueológica; ya S. Linné ha hecho notar que el uso del comal de barro pertenece a una época relativamente reciente y que las culturas antiguas desconocían esa técnica culinaria. 38 Es éste el último invento de la mujer, a quien deben los maya-quichés todos los descubrimientos económicos, fundamentales de su civilización. Desde entonces el Popol-Vuh no registra ninguna invención o descubrimiento en el campo de la botánica, porque la agricultura ha fijado normas invariables de vida y cambió el sistema de división del trabajo que va restringiendo las actividades de la mujer al hogar, mientras el hombre se ocupa del cultivo, circunstancias que conspiran contra la tradicional tendencia femenina hacia la recolección y busca de plantas. Es de gran interés etnológico señalar que todos los descubrimientos e inventos en el dominio de la economía indígena se realizan durante el período hortícola-matrilineal. Tenemos, ahora, un cuadro completo del desarrollo social religioso y económico del pueblo maya-quiché, desde la horda hasta la tribu, pasando por la cultura de aldea basada en clanes matrilineales, y desde la economía parasitaria hasta la agricultura, pasando por la horticultura. Con tales antecedentes, el próximo paso evolutivo hacia una forma superior de gobierno, sólo podía consistir en la confederación tribal, como extensión de la confederación de clanes. _________________________________________ NOTAS 1 El «Génesis» de los pueblos protohistóricos de América, Nº 3, Buenos Aires, 1940. 2 El Primer Nueva Corónica y buen Gobierno, por Phelipe Guamán Poma de Ayala, París, 1936. 3 Toribio Mejia Xesspe, Lima, 1939. 4 Historia Antigua de México, Mariano Veytia, Editorial Leyenda, S. A., México, 1944. 5 Fray Diego López de Cogolludo, Historia de Yucatán, Madrid, 1688. 6 Nueva Corónica, op. cit. 111 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 7 Esta fuente menciona "certo genere di mais silvestre, che si dice Atzitziutli", conocido ya en la primera Edad. 8 Hystoire du Mechique, Journal de la Soc. des Americanistes, París, 1905, Tomo II. 9 "We can assume with some certainty that the art of making pottery was independently invented in America". Darien in the Past. Göteborg, 1929. Véase además Spinden en El Norte de México y el Sur de Estados Unidos, México, 1944, pág. 343. 10 En nuestra citada obra, hemos expuesto los argumentos de orden botánico que señalan a Guatemala como la patria original del frijol vulgar. Y Víctor R. Boswell, botánico de la National Geographic Society confirma las tesis de Cárter, de Mackie y de la escuela rusa mencionada por Cárter, (pág. 550, op. cit.) así como la sostenida en Biología C. A. de que el frijol es originario de Guatemala, de donde se extiende por todo el continente. A esto podemos agregar ahora, que existen en Guatemala muchísimas especies y subespecies de frijoles cultivados y silvestres según datos proporcionados por el jefe del Laboratorio de Investigaciones Biológicas, licenciado Luis A. Carrillo, quien desde hace más de dos años viene haciendo un estudio sistemático de los frijoles cultivados y silvestres de la región. En la actualidad tiene bajo observación y estudio, 86 muestras de frijoles cultivados y 15 de frijoles silvestres. Encontró una especie (del grupo Phaseolus silvestre) de gran talla, perenne, la cual da tres cosechas al año. El Dr. Ulises Rojas, botanista guatemalteco, descubrió en 1946 una variedad de frijol perenne, originario de Guatemala, cuyo tallo engruesa mucho y se lignifica. En estos momentos (1952) el botanista americano Oliver W. Norvell recorre tierras centroamericanas, dedicando su atención al estudio del frijol silvestre. Su obra, que se publicará dentro de dos años, será sin duda de gran interés. Por el momento el citado investigador estima que, por lo menos tres variedades de frijol silvestre: Phaseolus vulgaris, Phaseolus lunatus y Phaseolus formosus son originarios de Guatemala y fueron domesticados aquí, por primera vez. Encontró formas intermediarias entre la planta silvestre y la cultivada, a decir, las fases de un proceso de diferenciación. Estima que fue necesario por lo menos de 8 a 10 mutaciones, pero encuentra que en Guatemala hay condiciones particularmente favorables para esas mutaciones, y que el hábitat del frijol silvestre cubre las regiones del Pacifico y alturas adyacentes. Muchos frijoles silvestres son comestibles, abundan en la región del Pacífico, particularmente en los barrancos. Una variedad de frijol perenne, el Phaseolus lunatus es llamadlo ixtapacal por los quichés que lo cultivan, y dicha planta produce frutos durante unos diez años y se lignifica. El Ph. lunatus se encuentra generalmente en zonas bajas, y el Ph. vulgaris en las altas. Sin duda la primera de esas variedades de frijol que se lignifica, se relaciona, en concepto de los quichés, con el palo de tzité que produce frijoles rojos. 11 Tres piedras del fogón indígena sobre las cuales descansan las ollas, jarras o el comal. 12 Por una parte, los seres de la tercera creación son castigados "porque no habían pensado en su madre ni en su padre, el "Corazón del Cielo" (Rocinos), y por otra, por el mal trato de animales y mal uso de los enseres domésticos. En concepto de los sacerdotes chortís, cualquiera infracción a la moral religiosa, acarrea graves castigos celestes; pero el crimen mayor consiste, en estos tiempos, a abjurar la fe religiosa, es el único irredimible y condena al delincuente a sufrir las penas mencionadas por el Popol Vuh. (Véase Los Chortís ante el problema maya). 13 El «Génesis» de los pueblos protohistóricos de América, Buenos Aires, 1940, pág. 593. 14 Nueva Corónica, op. cit., pág. 45 112 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 15 Chortí significa milpero. 16 La íntima asociación de los gemelos en sus hechos, palabras y pensamientos expresa, además del principio de dualidad, la cohesión que debe existir en la comunidad agraria, que ha de proceder en todo al unísono. 17 Dice así: "En tiempos de Hun Bátz que se alimentaba de escarabajos y arañas, cuando los brujos volaban y los búhos hablaban, el conejo tenía una cola, como la de un gato, la rata como la de un caballo y el venado como la de un perro pastor, pero llegó el día en que por obra de magia quedaron transformadas esas tres colas —y aquí el informante refirió una leyenda similar a la del Popol-Vuh. 18 El cajete que imita la forma de la mitad del fruto de la calabaza (guacal) o de la media luna, ha sido conservado tradicionalmente por los chortís, en los ritos del culto agrario. Los chortís continúan manufacturando los tipos de cerámica copaneca con la misma clase de barro usado por sus lejanos antepasados (págs. 1612, 1613 op. cit.). 19 Relación al Rey don Felipe II... 8 de marzo de 1576. 20 Informe comunicado al autor por Ovidio Rodas Corzo. 21 Como los romanos, griegos, chinos, japoneses y otros pueblos orientales, los maya-quichés se consideran descendientes directos de los dioses. 22 Informe a la Institución Carnegie. 23 The Chorti Indians of Guatemala, Chicago, 1940. 24 Monarquía Indiana, Juan de Torquemada, Ed. 1934, México. 25 Xucut, Guatemala, 1941. 26 Calendario Antiguo, 1579, por Fray Diego Durán. 27 Monarquía Indiana, op. cit. 28 J. H. Kempton and W. Popenoe, Teocinte in Guatemala, 1937, Publ. Inst. Carnegie, Nº 483. 29 El libro del Consejo, Ed. española, México, 1939. 30 Memorial de Tecpán-Atitlán, Villacorta, Guatemala, 1934. 31 Sahagún, op. cit. 32 Códice Chimalpopoca, Imp. Universitaria, México, 1945, pág. 121. 33 Exploraciones en Oaxaca, México, 1938. 113 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 34 Itinerarios de la conquista de Guatemala, P. Zamorra Castellanos, An., Soc. Geog. e Hist., Guatemala, junio, 1945. 35 El vocablo que designa a la flor en quiché (cotzij) denomina al dios del maíz o de la agricultura de los zapotecos (cocijo). Como se ha demostrado en mi citado libro, quichés y zapotecas pertenecen al mismo gran grupo cultural y lingüístico. 36 Imbelloni hace un comentario muy acertado al respecto, El Génesis, Buenos Aires, 1940, pág. 626. 37 El Popol-Vuh menciona, en diversas ocasiones, la forma de preparar alimentos; nos habla, por ejemplo, del chilmol que sirve de comida a Hunahpú, de la molienda de los huesos calcinados del héroe civilizador que se mezcla con agua del río, de la masa de maíz que entra a formar parte del cuerpo de las criaturas de la cuarta Edad, y por último de las nueve bebidas de Ixmucané, pero nunca hace referencia a la tortilla. 38 Archaeological Researches at Teotihuacán, México, Stokolm, 1934. FUENTE: [Girard, Rafael 1952, pp. 41-69, 157-186, 281-306.] 114 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 2.- CHILAM BALAM • Libro De Chilam Balam De Chumayel* * Edición de la Universidad Nacional Autónoma de México, Biblioteca del Estudiante Universitario, 21, México, 1941. (N. E.) (Prólogo y traducción del maya al castellano de Antonio Mediz Bolio. Con dibujos del Manuscrito de Chumayel) A la esclarecida memoria del tres veces ilustrísimo doctor don Crescencio Carrillo y Ancona, gran sabio en el espíritu, en la lengua y en la vida del Mayab, y a cuyo amor por la insigne raza de que fue hijo excelso se debió la conservación de este precioso libro dedica con filial y devoto respeto este trabajo. ANTONIO MEDIZ BOLIO INTRODUCCIÓN EL LLAMADO Chilam Balam de Chumayel es el más importante de los códices, propiamente manuscritos mayas, que hasta hoy se conocen. Como todos los otros, es una sucesión de textos de diferentes épocas y estilos. Generalmente se ha tenido como compilador de ellos a un llamado don Juan José Hoil, natural y vecino de Chumayel, en Yucatán, según aparece en una nota por él suscrita, con fecha 20 de enero de 1782, en la página 81 del libro; pero es muy probable que, aparte del mencionado Hoil, hayan intervenido otros indios en la formación del manuscrito, ya que se puede apreciar que hay en él distintos caracteres y formas de letra y aun distintas clases de ortografía. La mayor parte de los textos son de índole mística; otros, contienen síntesis de relaciones de hechos, aunque también con un sentido indudablemente religioso; otros, son cronologías extremadamente sintéticas como las que los mayistas llaman "Serie de los Katunes"; hay, también, interesantísimos fragmentos que muchos han tomado, a primera vista por simples colecciones de acertijos y que en realidad no son sino fórmulas simbólicas de iniciación religiosa. La última parte del manuscrito consiste, principalmente, en la transcripción de las "Profecías" atribuidas al sacerdote Chilam Balam y a otros. Del nombre de este sacerdote Chilam Balam han tomado el suyo los manuscritos mayas que, vulgarmente, son llamados desde hace mucho tiempo: libros de Chilam Balam. El manuscrito de Chumayel fue encontrado en el pueblo de su nombre a mediados del siglo XIX y entregado al egregio obispo don Cresencio Carrillo y Ancona, eminentísimo historiador, en cuyo poder estuvo hasta su muerte. Se sabe de una copia hecha por Berendt en el año de 1868 y varios fragmentos de esa copia fueron publicados por Brinton en sus Maya Chronicles. Después de la muerte del señor obispo Carrillo y Ancona, su albacea, don José Dolores Rivera Figueroa, permitió al ilustre sabio don Teoberto Maler, fotografiar, página por página, el valiosísimo documento* y, no sé si antes o después, el señor G. H. Gordón** hizo también una reproducción fotográfica del mismo manuscrito, que le fue facilitado par don Audomaro Molina, y que se editó en 1913 bajo los auspicios del University Museum, de Filadelfia. Esta magnífica reproducción es la que hoy, afortunadamente, permite el estudio del manuscrito, ya que el original desapareció de la Biblioteca "Cepeda", de la ciudad de Mérida, en donde fue depositado después de la expropiación que de él se hizo al albacea del señor Carrillo y Ancona por el año de 1916.*** Es muy de lamentarse que el señor Carrillo y Ancona, cuya autoridad en asuntos mayas, y sobre todo en el idioma, fue indiscutible, no hubiese hecho una traducción completa del manuscrito. Las traducciones fragmentarias incluidas en la obra de Brinton son, por razón natural, muy deficientes y se reducen a las páginas de cronología, brillantemente traducidas después por don Juan Martínez 115 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Hernández. Por lo general, ha sido desdeñado todo lo demás del libro con excepción de algunas de las "profecías" (ya traducidas, con los errores de la época, por el padre Lizana, quien tomó el texto de repeticiones orales hechas por los sacerdotes indios contemporáneos de la Conquista). En 1933, tres años después de publicada la primera edición de esta traducción íntegra del manuscrito —que hoy, honrándome mucho, edita por segunda vez la Universidad Nacional de México—, apareció una versión al inglés, del profesor Roys, editada por la Carnegie Institution, de Washington. Posteriormente, el profesor Gates publicó una nueva versión suya en el "Maya Quarterly".**** Sin duda alguna, los textos del Chumayel, más o menos adulterados, provienen directamente de antiguos cantos o relaciones poemáticas que de padres a hijos fueron bajando, repetidos de memoria, hasta los días de la dominación española, al principio de la cual algunos de los indios (probablemente sacerdotes) que aprendieron a escribir con los caracteres europeos consignaron sigilosamente por escrito tales relaciones con objeto de que no se perdieran en definitiva. Estos manuscritos formaron así nuevos Libros Mayas devotamente conservados en secreto por sus privilegiados poseedores, según la liturgia tradicional que hacía de los Yanaltés o Libros, cosa santa y oculta. Un estudio lento y cuidadoso del Chumayel, me hizo encontrar en él cosas tan interesantes y tan llenas de belleza, que me determiné a emprender la difícil tarea de ir vertiéndolo íntegro al castellano, para entregarlo en este volumen, al examen y a la discusión de los hombres interesados en esta clase de asuntos y que no conocen la vieja lengua del Mayab. Declaro que mi principal propósito al acometer este trabajo, fue lograr sin que la traducción resultase oscura, conservara hasta donde fuera posible toda la fuerza literal de la expresión maya, para conseguir el resultado de que la intención mental y la ideología pura de aquellos textos pudiera ser apreciada a través del castellano, sin afectar de nuestra mentalidad moderna y mestiza ni la esencia ni la forma maya. Conservando esta disciplina y ayudando mis limitados conocimientos de la lengua con los instrumentos más autorizados, creo haber podido lograr una labor que confío habrá de ofrecer alguna novedad y que, acaso, como a mí mismo, sorprenda un poco a los que no imaginaban el verdadero carácter ni el alcance ni la profundidad de la antigua literatura mística de nuestros padres mayas. Es cierto que algunas veces, sobre todo cuando se cruza por la maraña sintética de los textos religiosos arcaicos, es preciso interpretar un poco al mismo tiempo que traducir literalmente y que, en ocasiones, se tropieza con la dificultad de poder encontrar, en la precisión, a veces demasiado rígida, de nuestros vocablos, la representación propia del sentido maya auténtico, muchas veces sutilísimo y abstracto, que, especialmente en los conceptos religiosos, más bien sugiere que expresa y que casi nunca deja de tener fina intención alegórica y esencia oculta. Pero [se] puede decir sinceramente que, hasta donde cabe, no he interpretado sino vertido con empeñosa fidelidad, concepto a concepto, dejando a los que estudien estos misteriosos escritos el entenderlos e interpretarlos, conforme a su preparación y a su intuición personal y propia. Pienso que, contra lo que hasta hoy se ha creído generalmente, la forma y el asunto de casi la totalidad de este manuscrito ha de interesar más a los hombres versados en cuestiones de mística y de esoterismo que a los arqueólogos y los historiadores. También ofrecerá interés el estudio de estos textos a los aficionados al arte antiguo, que quieran encontrar muestras más o menos fidedignas de la auténtica literatura maya. Por mi parte, sólo podría ufanarme de haber puesto en esta versión, a través de largas y laboriosas vigilias consagradas a este trabajo, todo mi amor y todo mi esfuerzo por hacer una obra honrada que en algo ayude a conocer más el espíritu inefable de la misteriosa y antiquísima raza, en medio de cuyos últimos vástagos nací y he vivido mis mejores años. ANTONIO MEDIZ BOLIO 116 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 _______________________ NOTAS * En 1887. (N. E.) ** Director del Museo de la Universidad de Pennsylvania. (N. E.) *** En 1938 apareció en los Estados Unidos, ofrecido en venta por la suma de 7.000 dólares. Después fue ofrecido al Dr. Sylvanus G. Morley por la suma de 5.000 dólares. (N. E.) **** En 1955 se tradujo al francés (Peret). (N. E.) I LIBRO DE LOS LINAJES 1 EL SEÑOR del Sur es el tronco del linaje del gran Uc. Xkantacay es su nombre. Y es el tronco del linaje de Ah Puch. Nueve ríos los guardaban. Nueve montañas los guardaban. El pedernal rojo es la sagrada piedra de Ah Chac Macen Cab. La Madre Ceiba Roja, su Centro Escondido, está en el Oriente. El chacalpucté es el árbol de ellos. Suyos son el zapote rojo y los bejucos rojos. Los pavos rojos de cresta amarilla son sus pavos. El maíz rojo y tostado es su maíz. El pedernal blanco es la sagrada piedra del Norte. La Madre Ceiba Blanca es el Centro Invisible de Sac Mucen Cab. Los pavos blancos son sus pavos. Las habas blancas son sus habas. El maíz blanco es su maíz. El pedernal negro es la piedra del Poniente. La Madre Ceiba Negra es su Centro Escondido. El maíz negro y acaracolado es su maíz. El camote de pezón negro es su camote. Los pavos negros son sus pavos. La negra noche es su casa. El frijol negro es su frijol. El haba negra es su haba. El pedernal amarillo es la piedra del Sur. La Madre Ceiba Amarilla es su Centro Escondido. El pucté amarillo es su árbol. Amarillo es su camote. Amarillos son sus pavos. El frijol de espalda amarilla es su frijol. Con el Once Ahau Katún aparece el séquito de sus servidores. Y empezó a venir Ah Ppisté. Este Ah Ppisté era el medidor de la tierra. Y entonces vino Chacté Abán, a preparar las medidas de tierra para ser cultivadas. Y vino Uac Habnal a marcar las medidas con señales de hierba, entretanto venía Miscit Ahau a limpiar las tierras medidas, y entretanto venía Ah Ppisul, el medidor, el cual medía medidas anchas. Fue cuando se establecieron los Jefes de los rumbos Ix Noh Uc, Jefe del Oriente. Ox Tocoy Moo, Jefe del Oriente. Ox Pauah, Jefe del Oriente. Ah Mis, Jefe del Oriente. Batún, Jefe del Norte. Ah Puch, Jefe del Norte. Balamná, Jefe del Norte. Aké, Jefe del Norte. Kan, Jefe del Poniente. Ah Chab, Jefe del Poniente. Ah Uucuch, Jefe del Poniente. Ah Yamás, Jefe del Sur. Ah Puch, Jefe del Sur. Cauich, Jefe del Sur. Ah Couoh, Jefe del Sur. Ah Puc, Jefe del Sur. La gran Abeja Roja es la que está en el Oriente. La rosa roja es su jícara. La flor encarnada es su flor. La gran Abeja Blanca es la que está en el Norte. La rosa blanca es su jícara. La flor blanca es su flor. La gran Abeja Negra es la que está en el Poniente. El lirio negro es su jicara. La flor negra es su flor. La gran Abeja Amarilla es la que está en el Sur. El lirio amarillo es su jícara. La flor amarilla es su flor. 117 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Cuando se multiplicó la muchedumbre de los hijos de las abejas, 2 la pequeña Cuzamil, 3 fue la flor de la miel, la jícara de la miel el primer colmenar y el corazón de la tierra. Kin Pauah era el gran sacerdote, el que gobernaba el ejército de los guerreros y era el guardián de Ah Hulneb, en el altar de Cuzamil. Y de Ah Yax Ac-chinab y de Kinich Kakmó. A Ah-Itz-tzim-thul chac reverenciaban en Ich-caan-sihó, los de Uayom Chchichch. Eran sacerdotes en Ich-caansihó, Canul, IxPop-ti Balam, los dos Ah Kin Chablé. Su Rey era Cabal-Xiú. Los sacerdotes de Uxmal reverenciaban a Chac, los sacerdotes del tiempo antiguo. Y fue traído Hapai-Can en su barco. Cuando éste llegó, se marcaron con sangre las paredes de Uxmal. Entonces fue robada la Serpiente de Vida de Chac-xib-chac. Y la Serpíente de Vida de Sac-xib- chac fue robada. Y la Serpiente de Vida de Ek-yuuan-chac fue arrebatada también. IxSac-belis era el nombre de la abuela de ellos. Chac-ek-yuuan-chac era su padre. Hun-yuuan- chac era el hermano menor. _Uoh-Puc era su nombre. Esto se escribió: "Uoh", 4 en la palma de su mano. Y se escribió: "Uoh", debajo de su garganta. Y se escribió en la planta de su pie. Y se le escribió dentro de la mejilla de su mano, a Ah Uoh-Pucil. No eran dioses. Eran gigantes. Solamente al verdadero dios Gran Padre adoraban en la lengua de la sabiduría en Mayapán. Ah Kin Cobá era sacerdote dentro de las murallas. Tzulim Chan en el Poniente. Nauat... en la puerta de la fortaleza en el Sur. Couoh y Ah-Canul, en la puerta de la fortaleza al Oriente. Ah-Ek era otro. He aquí su Señor: Ah Tapai Nok. Cauich era el nombre de su Halach-Uinic, Hunacceel, el servidor de Ah Mex- cuc. Y éste pidió entonces una flor entera. Y pidió una estera blanca. Y pidió dos vestidos. Y pidió pavos azules. Y pidió su lazo de caza. Y pidió ánforas de barro blanco. Y de allí salieron y llegaron a Ppole. Allí crecieron los Itzaes. Allí entonces tuvieron por madre a Ix Ppol. Y de allí salieron y llegaron a Aké. Allí les nacieron hijos, allí se nutrieron. Aké es el nombre de este lugar, decían. Entonces llegaron a Alaa. Alaa es el nombre de este lugar, decían. Y vinieron a Kanholá. Y vinieron a Tixchel. Allí se elevó su lenguaje, allí subió su conocimiento. Y entonces llegaron a Ninum. Allí aumentó su lengua, allí aumentó el saber de los Itzaes. Y llegaron a Chikin-dzonot. Al Poniente se volvieron allí sus rostros. Chikin-dzonot es el nombre de este lugar, decían. Y llegaron a Tzuc-op. Allí se dividieron en grupos, bajo un árbol de anona. Tzuc-op es el nombre de este lugar, dijeron. Y llegaron a Tah-cab, donde castraban miel los Itzaes, para que fuera bebida por la Imagen del Sol. Y se castró miel y fue bebida. Cabilnebá es su nombre. Y llegaron a Kikil. Allí se enfermaron de disentería. Kikil es el nombre de este lugar, dijeron. Y llegaron a Panab-baá. Allí cavaron buscando agua. Y cuando vinieron de allí, recargaron sus cargas con agua, con agua de lo profundo. Y llegaron a Yalsihón. Yalsihón es el nombre de este lugar, que se pobló. Y llegaron a Xppitah, pueblo también. Y entonces llegaron a Kankab-dzonot. De allí salieron y llegaron a Dzulá. Y vinieron a Pib-hal-dzonot. Y llegaron a Tah-aac, que así se nombra. Y vinieron al lugar que es nombrado T'Cooh. Allí compraron palabra a precio caro, allí compraron conocimientos. Ti-coh es el nombre de este lugar. Y llegaron a Tikal. Allí se encerraron. Tikal es el nombre de este lugar. Y vinieron a Tí-maax. Allí se magullaron a golpes unos a otros los guerreros. Y llegaron a Buc- tzotz. Allí vistieron los cabellos de sus cabezas. Buctzotz se llama este lugar, decían. Y llegaron a Dzidzontun. Allí empezaron a conquistar tierras. Dzidholtun es el nombre de este lugar. Y llegaron a Yobain. Allí fueron transformados en caimanes por su abuelo Ah Yamas, Señor de la orilla del mar. Y llegaron a Sinanché. Allí fueron encantados por el mal espíritu nombrado Sinanché. 118 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Y llegaron al pueblo de Cbac. Y llegaron a Dzeuc y Pisilbá, pueblos de parientes. Y a otro, a donde habían llegado sus abuelos. Allí se aliviaron sus ánimos. Dzemul es el nombre de este lugar. Y llegaron a Kini, lugar de Xkil, Itzam-Pech y Xdzeuc, sus allegados. Cuando llegaron donde estaban Xkil e Itzam-Pech, era tiempo de dolor para ellos. Y llegaron a Baca. Allí les llegó el agua hasta los huesos. Baca es aquí, decían. Y llegaron a Sabacnail, lugar de sus antepasados, tronco de la casta de Ah-Ná. Los Chel-Na eran sus antepasados. Cuando llegaron allí, donde era el ejercicio de los Na, meditó su inteligencia. Y vinieron a Ixil. Y fueron a Chulul. Y llegaron a Chichi-caan. Y entonces fueron a Holtún- Chablé. Y vinieron a Itzamná. Y vinieron a Chu-bulná. Y llegaron a Caucel. Allí el frío se apoderó de ellos. "Cá-ú-ceel" es aquí, decían. Y entonces llegaron a Ucú. Allí dijeron: Yá-ú-cú (le duele el codo). Y fueron a Hunucmá. Y llegaron a Kinchil. Y fueron a Kaná. Y llegaron a Xpetón, pueblo. Y llegaron a Sahabbalam. Y llegaron a Tah-cum-chakán. Y llegaron a Balché. Y llegaron a Uxmal. De allí salieron y llegaron a Yubak. Y llegaron a Munaa. Allí se hizo tierno su lenguaje y se hizo suave su saber. Y fueron a Ox-loch-hok. Y fueron a Chac-Akal. Y fueron a Xocné-ceh. El venado era su genio tutelar cuando llegaron. Y fueron a Ppustunich. Y fueron a Pucnal-Chac. Y fueron a Ppenkuyut. Y fueron a Paxueuet. Y llegaron a Xayá. Y llegaron al lugar nombrado Tistis. Y llegaron a Chican. Y llegaron a Tix-meuac. Y llegaron a Hunacthi. Y llegaron a Tzalis. Y llegaron a Musbulná. Y llegaron a Tizáa. Y llegaron a Lop. Y llegaron a Chee-mi-uán. Y llegaron a Ox-cah-unaká. Y fueron a Sacbacel- caan. Cuando llegaron, ya estaban completos los nombres de los pueblos que no lo tenían, y los de los pozos, para que se pudiera saber por dónde habían pasado caminando para ver si era buena la tierra y si se establecían en estos lugares. El "ordenamiento de la tierra" decían que se llamaba esto. Nuestro Padre Dios fue el que ordenó esta tierra. El creó todas las cosas del mundo y las ordenó. Y aquéllos pusieron nombre al país y a los pueblos, y pusieron nombre a los pozos en donde se establecían y pusieron nombres a las tierras altas que poblaban y pusieron nombre a los campos en que hacían sus moradas. Porque nunca nadie había llegado aquí, a la "perla de la garganta de la tierra", cuando nosotros llegamos. Subincbé. Kaua. Cum-canul. Ti-em-tun. Allí bajaron piedras preciosas. Sizal. Sacií. Ti-dzoc. Allí acabó el curso del Katún. Timocón. Popolá. Allí se tendió la estera del Katún. Pixoy. Uayum-háa. Sacbacam. Tinum. Allí se dieron nuevas los unos a los otros. Timacal. Popolá. Allí ordenaron la estera del Katún. Tixmaculum. Allí hicieron oculto su lenguaje. Dzitháás. Honkauil. Tixmex. Kochilá. Tix- xocen. Chumpak, Pibahul. Tunkáás. Haaltunhá. Kuxhilá. Dzidzilché. Ti-cool. Sitilpech. Chalanté. Allí descansó su ánimo. Itzam-thulil. Tipakab. Allí hicieron siembras. Tiyá Consahcab. Dzidzom-tun. Lo mismo que sus antepasados, allí asentaron pie de vencedores y conquistaron las Puertas de Piedra. Popolá, al Sur de Sinanché, para venir a Muci y al pozo de Sac-nicté y a Sodzil. Aquí, en donde marcaron el límite del Katún, es el lugar nombrado Mututnut, que es aquí en Mutul. Muxupip. Aké. Hoctun. Allí se detuvieron al pie de la piedra. Xoc-chchel Boh. Saccab-há. Tzanlahcat. Human. Allí retumbó la palabra sobre ellos, allí sonó su fama. Chalamté. Pacaxuá. Este es el nombre de aquí, decían. Tekit. Allí se dispersaron los restos de los Izaes. Yokol-Cheen. Ppupulní-huh. Las iguanas eran sus genios cuando salieron allí. Dzodzil. Tiab. Bitun-chchen. Sucedió que entraron a Tipikal, nombre de este pozo. Y sucedió que allí se hicieron más numerosos. Y fueron a Pochuh. Este es el nombre del pozo en que sucedió que asaron iguanas. Y fueron a Maní. Allí olvidaron su lengua. Y llegaron a Dzam. Allí estuvieron tres días sumergidos en el agua. Y fueron a Ti-cul. Sac-lum- chcheén. Tixtohilchcheén. Allí fueron saludables. Y fueron a. Balam-kin, la tierra de los sacerdotes. A 119 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Cchcheen-Chchomac, a Sacniteldzonot, a Yaxcab, Umán, Oxcum, Sanhil, y a Ich-caan-sihó. Y a Noh- pat, el lugar de la Gran Madre; a Poychéná, a Chulul Y llegaron entonces a Titz-luum-Cumkal. Allí cesaron de filtrarse sus ollas. Yaxkukul. Tixkokob. Cuca... Ekol. Ekol es el nombre del pozo. Tix-ueue. Tixueuée es el nombre del pozo de aquí. Su rumor llegó a ellos de pronto. A Kanimal. A Xkaan. Allí, en antiguo tiempo, el Padre Xul meció su hamaca. Holtun Aké. Acanceb. Ti-cooh. Ti-chahil. Y a la grande Mayapán, la que está dentro de murallas y sobre el agua. Y fueron a Nabulá. Tixmucuy. Tixkanhub. Dzoyilá. Y llegaron a Tí-sip. Allí sazonó su lenguaje, allí sazonó su conocimiento. Y comenzaron a fundar tierras los Señores. Allí estaba Ah-kin-Palon-cab y estaba el Sacerdote nombrado Mutec-pul. Este sacerdote Palón Cab era Ah May. Este sacerdote Mutec-pul, era Guardián de Uayom Chchichch y también de Nunil. Y los dos Ah-kin-chablé, de Ich-caan-sihó. Y Holtun Balam, el hijo del que soltó el Yaxum en la llanura. Allí entonces llegaron otros Señores. Estos Señores eran "iguales en voz" a los dioses. En el Once Ahau sucedió esto. Y entonces fundaron sus pueblos y fundaron sus tierras y se establecieron en Ich-caan-sihó. Y entonces bajaron allí los de Holtun-aké. Y entonces bajaron allí los de Sabacnail. Y así fueron llegando y juntándose los Señores. Estos de Sa-bacnail tenían por tronco de su linaje a Ah Ná. Y entonces se reunieron todos en Ichcaansihó. Allí estaba Ix-Pop-ti-Balam, allí su rey Holtun- Balam, ... Dzoy... tronco del linaje de Couoh... y los Xíues, Tloual, también. Y Chacté, el dios que cultivó las tierras, era su antiguo dios. Teppan-quis era sacerdote de Ichtab y de Ah-Ppisté, el que midió las tierras. Y he aquí que midió de las tierras que medía, grandes medidas en la tierra de los mayas. He aquí que cuando se empezó el remover las tierras, Ah-cunté, fue el removedor y el que barrió las tierras fue Miscit Ahau. Por eso fundaron tierras para ellos, las tierras regadas. Entonces fue que amaneció para ellos. Nuevo Señor, nuevo despertar de la tierra para ellos. Y empezó a entrarles tributo en Chichén. En hilo de algodón llegaba antiguamente el tributo de los Cuatro Hombres. El Once Ahau es el nombre de Katún en que sucedió. Allí se midió el tributo y se vio que era suficiente el conjunto del que había desde el tiempo antiguo. Y entonces sucedió que bajó el tributo de Holtun-Suhuy-uá. Y se vio que era bastante. Fue entonces cuando "se igualó su hablar". Esto sucedió en el Trece Ahau Katún. Allí recibían el tributo los Grandes Señores. Y entonces comenzaron a reverenciar su majestad. Y comenzaron a tenerlos como dioses. Y comenzaron a servirlos. Y sucedicTque llegaron a llevarlos en andas. Y comenzaron a arrojarlos al pozo para que los Señores oyeran su voz. Su voz no era igual a las otras veces. Aquel Cauich, un Hunacceel que era Cauich del nombre de su familia, he aquí que estiraba la garganta, a la orilla del pozo, por el lado del Sur. Entonces fueron a recogerlo. Y entonces salió lo último de su voz. Y comenzó a recibirse su voz. Y empezó su mandato. Y se empezó a decir que era Ahau. 5 Y se asentó en el lugar de los Ahau, por obra de ellos. y se empezó a decir que anbtes era Halach-uinic, y no Ahau; que era sólo el precursor de Ah Mex Cuc. 6 Y se dijo que era un Ahau porque era el hijo adoptivo Ah Mex Cuc. Que un águila había sido su madre y que había sido encontrado en una montaña, y que desde entonces se comenzó a obodecerle como Ahau. Tal era lo que entonces se decía. Entonces se comenzó a levantar la Casa Alta para los Señores y se comenzó a construir la escalera de piedra. Y entonces él se sentó en la Casa de Arriba, entre los Trece Ahau, llenos de majestad. Y comenzó a llegar la Ley, la gloria y el tiempo de Ah Mex Cuc, del que así era el nombre cuando lo trajo. Cercano, pues, el día de Ah Mex Cuc se comenzó a tenerlo como Padre y se comenzó a reverenciar su nombre. Y entonces fue adorado y fue servido en Chichén. Chi-Chén Itzam es su 120 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 nombre, porque allí fue a dar Itzam, cuando se tragó la Piedra Sagrada de la tierra, la Piedra de la Fuerza del antiguo Itzá. La tragó y fue adentro del agua. Y entonces empezó a entrar la amargura en Chichén Itzá. Y entonces él fue al Oriente, y llegó a la casa de Ah Kin Cobá. Venía ya el Ocho Ahau Katún. Ocho Ahau es el nombre del Katún que regía cuando salió el cambio del Katún y de los Ahaues. . . . . . . . . . . . . "¡Ha crecido nuestro dios!", decían sus sacerdotes (los del Sol). Y entonces introdujeron días al año. "He aquí que vienen abundantes soles", decían. Y ardieron las pezuñas de los animales, y ardió la orilla del mar. "¡Este es el mar de la amargura", decían arriba, decían ellos. Y fue mordido el rostro del Sol. Y se oscureció y se apagó su rostro, entonces se espantaron arriba. "¡Se ha quemado! ¡Ha muerto nuestro dios!", decían sus sacerdotes. Y empezaban a pensar en hacer una pintura de la figura del Sol, cuando tembló la tierra y vieron la Luna. Y entonces vinieron los dioses Escarabajos, los deshonestos, los que metieron el pecado entre nosotros, los que eran el lodo de la tierra. Cuando vinieron, iba acabando el Katún. "El Katún Maldito", es aquel en que fue ordenado: "¡Cuidado habláis, así seáis los dioses de esta tierra!" Cuando entró el tiempo del Katún siguiente, acabado el Katún en que fueron traídos los deshonestos, se vio la muchedumbre de sus guerreros. Y se comenzó a matarlos. Y se levantaron horcas para que murieran. Y Ox-halal-chan empezó a flecharlos. Y se comenzó a invocar a los dioses del país. Y se derramó su sangre, y fueron cogidos por los Señores de los Venados... Y entonces se espantaron... y se acabó la guerra de ellos. . . . . . . . . . . . . El Once Ahau Katún se asienta en su estera, se asienta en su trono. Allí se levanta su voz, allí se yergue su señorío. El rostro de su dios despide rayos. Bajan hojas del cielo, bajan del cielo arcos floridos. Celestial es su perfume. Suenan las músicas, suenan las sonajas del Once Ahau. Entra al atardecer y cubre muy alegre con su palio al sol, al sol que hay en Sulim chan, al sol que hay en Chikinputún. Se comerán árboles, se comerán piedras, se perderá todo sustento dentro del Once Ahau Katún. En el Once Ahau se comienza la cuenta, porque en este Katún se estaba cuando llegaron los Dzules, 7 los que venían del Oriente cuando llegaron. Entonces empezó el cristianismo también. Por el Oriente acaba su curso. Ichcansihó es el asiento del Katún. Esta es la memoria de las cosas que sucedieron y que hicieron. Ya todo pasó. Ellos hablan con sus propias palabras y así acaso no todo se entienda en su significado; pero, derechamente, tal como pasó todo, así está escrito. Ya será otra vez muy bien explicado todo. Y tal vez no será malo. No es malo todo cuanto está escrito. No mucho hay escrito a cuenta de sus traiciones y de sus alianzas. Así el pueblo de los divinos Itzaes, así los de la gran Itzmal, los de la gran Aké, los de la gran Uxmal, así los de la gran Ichcaansihó. Así los nombrados Couoh también. Verdaderamente muchos eran sus "Verdaderos Hombres". 8 No para vender traiciones gustaban de unirse unos con otros; pero no está a la vista todo lo que hay dentro de esto, ni cuánto ha de ser explicado. Los que lo saben vienen del gran linaje de nosotros, los hombres mayas. Esos sabrán el significado de lo que hay aquí cuando lo lean. Y entonces lo verán y entonces lo explicarán y entonces serán claros los oscuros signos del Katún. Porque ellos son los sacerdotes. Los sacerdotes se acabaron, pero no se acabó su nombre, antiguo como ellos. 121 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Solamente por el tiempo loco, por los locos sacerdotes, fue que entró a nosotros la tristeza, que entró a nosotros el "Cristianismo". Porque los "muy cristianos" llegaron aquí con el verdadero Dios; pero ese fue el principio de la miseria nuestra, el principio del tributo, el principio de la "limosna", la causa de que saliera la discordia oculta, el principio de las peleas con armas de fuego, el principio de los atropellos, el principio de los despojos de todo, el principio de la esclavitud por las deudas, el principio de las deudas pegadas a las espaldas, el principio de la continua reyerta, el principio del padecimiento. Fue el principio de la obra de los españoles y de los "padres", el principio de usarse los caciques, los maestros de escuela y los fiscales. ¡Que porque eran niños pequeños los muchachos de los pueblos, y mientras, se les martirizaba! ¡Infelices los pobrecitos! Los pobrecitos no protestaban contra el que a su sabor los esclavizaba, el Anticristo sobre la tierra, tigre de los pueblos, gato montés de los pueblos, chupador del pobre indio. Pero llegará el día en que lleguen hasta Dios las lágrimas de sus ojos y baje la justicia de Dios de un golpe sobre el mundo. ¡Verdaderamente es la voluntad de Dios que regresen Áh-Kantenal e Ix-Pucyolá, para roerlos de la superficie de la tierra! II "KAHLAY" DE LA CONQUISTA EN EL AÑO de mil quinientos cuarenta y uno de los Dzules. 1541 −−−−−− el día 5 Ik 2 Chen He aquí la memoria que escribí. Hace veinte Katunes y quince Katunes más de que las pirámides fueron construidas por los herejes. Grandes hombres fueron los que las hicieron. Y los restos de su linaje se fueron. Carta-bona 9 es el nombre de la tierra en donde ahora están. Allí estaban cuando llegó San Bernabé 10 y enseñó que debían matarlos, porque eran hombres herejes. Este es el nombre de su casta. 1556. — La diferencia hoy soh 15 años. He* aquí lo que escribí: Los grandes templos fueron levantados por los nobles antepasados y .sus reyes hicieron cosas de gran fama. Durante trece Katunes y seis años más estuvieron levantando las pirámides, los que ras hacían en el antiguo tiempo. Desde el principio de las pirámides, hicieron quince veces cuatrocientas veintenas de ellas y cincuenta más, en su cuenta en conjunto. Las • pirámides hechas llenaron toda la tierra del país, desde el mar hasta el tronco de esta tierra. Y dejaron sus nombres y los de los pozos. Entonces fue que su relíx ' gión fue compuesta por Dios. ¡Y ardió por el fuego el pueblo de Israel y los profetas! ¡La memoria de los Katunes y los años fue tragada en la luna roja! ¡Roja luna roe de la tierra el linaje de los Tutulxiú! Memoria de los Katunes y de los años en que fue por primera vez conquistada la tierra de Yucatán por los Dzules, hombres blancos. Que dentro del Once Ahau Katún sucedió que se apoderaron de "la puerta del agua", Ecab. Del Oriente vinieron. Cuando llegaron, dicen que su primer almuerzo fue de anonas. Esa fue la causa de que se les llamara "extranjeros comedores de anonas". "Señores extranjeros chupadores de anonas" fue su nombre. Así los nombraron los habitantes del pueblo que conquistaron: los de Ecab. Nacom Balam es el nombre del primer conquistado, en Ecab, por el primer capitán Don Juan (?) de Montejo, primer conquistador, aquí en el país de Yucatán. En este mismo Katún sucedió que conquistaron Campecha. Un Katún estuvieron allí. El sacerdote Camal, de Campeche, metió a los extranjeros al país. 122 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Estoy en 20 de agosto del año de 1541. Marqué los nombres de los años que empezó el Cristianismo. Mil quinientos diez y nueve años. Cumplidos ciento cincuenta y un años después, hubo Concierto con los extranjeros. Eso es lo que pagáis. Se levantó la guerra entre los blancos y los otros hombres de aquí de los pueblos, que eran capitanes de los pueblos antiguamente. Eso es lo que pagáis hoy. He aquí lo que escribí. En el año de mil quinientos cuarenta y uno, fue la primera llegada de los Dzules por el Oriente, a Ecab, que así es su nombre. El año en que llegaron a la "puerta del agua", Ecab, pueblo de Nacom Balam, era el primer principio de los días de los años y del Katún del Once Ahau Katún. Quince veintenas de años antes de que llegaran los Dzules fue la dispersión de los Itzaes. Fue abandonada la ciudad de Sac-lah-tun, y fue arruinada la ciudad Kinchil Cobá. Y fue arruinada Chichén Itzá, y fue abandonada la ciudad que está junto a Uxmal, al Sur de la ciudad de Uxmal, nombrada Cib, y también Kabah. Y fue arruinada Seyé, y Pakam, y Homtún, y la ciudad de Tix-calom-kin, y Aké, la de las puertas de piedra. Y fue abandonada la ciudad a donde baja la lluvia del rocío, Etzemal. Allí bajó el hijo del verdadero Dios, Señor del cielo, Rey, Virgen y Milagroso. Y dijo el Rey: "Bajen las rodelas de Kinich-Kakmo. Ya no puede reinar aquí. Aquí queda el Milagroso y Misericordioso." Bajaron cuerdas, bajaron cíngulos venidos del cielo. Bajó su voz, venida del cielo. Y entonces fue reverenciada su divinidad por los demás pueblos, que dijeron que eran vanos los dioses de Emmal. Y entonces fueron los grandes Itzaes. Trece veces cuatrocientas veces cuatrocientos millares y quince veces cuatrocientas veces cuatrocientos centenares más, años de años, y vivieron herejes los Itzaes. Y he aquí que se fueron. También sus discípulos fueron tras ellos en gran número y les daban su sustento. Trece medidas fue Iximal a la cabeza de su cuenta, y nueve medidas Almut y tres Oc, en su Iximal. Y muchos pequeños pueblos, con sus dioses familiares delante, fueron tras ellos también. No quisieron esperar a los Dzules, ni a su cristianismo. No quisieron pagar tributo. Los espíritus señores de los pájaros, los espíritus señores de las piedras preciosas, los espíritus señores de las piedras labradas, los espíritus señores de los tigres, los guiaban y los protegían. ¡Mil seiscientos años y trescientos años más y habría de llegar el fin de su vida! Porque sabían en ellos mismos la medida de su tiempo. Toda luna, todo año, todo día, todo vientó, camina y pasa también. También toda sangre llega al lugar de su quietud, como llega a su poder y a su trono. Medido estaba el tiempo en que alabaran la magnificencia de Los Tres. Medido estaba el tiempo en que pudieran encontrar el bien del Sol. Medido estaba el tiempo en que miraran sobre ellos la reja de las estrellas, de donde, velando por ellos, los contemplaban los dioses, los dioses que están aprisionados en las estrellas. Entonces era bueno todo y entonces fueron abatidos. Había en ellos sabiduría. No había entonces pecado. Había santa devoción en ellos. Saludables vivían. No había entonces enfermedad; no había dolor de huesos; no había fiebre para ellos, no había viruelas, no había ardor de pecho, no había dolor de vientre, no había consunción. Rectamente erguido iba su cuerpo, entonces. No fue así lo que hicieron los Dzules cuando llegaron aquí. Ellos enseñaron el miedo; y vinieron a marchitar las flores. Para que su flor viviese dañaron y sorbieron la flor de los otros.* No había ya buenos sacerdotes que nos enseñaran. Ese es el origen de la Silla del segundo tiempo, del reinado del segundo tiempo. Y es también la causa de nuestra muerte. No teníamos buenos sacerdotes, no teníamos sabiduría, y al fin se perdió el valor y la vergüenza. Y todos fueron iguales. No había Alto Conocimiento, no había Sagrado Lenguaje, no había Divina Enseñanza en los sustitutos de los dioses que llegaron aquí. ¡Castrar al Sol! Eso vinieron a hacer aquí los extranjeros. Y he aquí que quedaron los hijos de sus hijos aquí en medio del pueblo, y ésos reciben su amargura. Sucede que tienen rencor estos Dzules, porque los Itzaes tres veces fueron a atacarlos a causa de que hace sesenta años les quitaron nuestro tributo, porque desde hace tiempo están ardidos contra estos 123 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 hombres Itzaes. No, nosotros lo hicimos y nosotros lo pagamos hoy. Tal vez por el Concierto, que hay ahora esto acabe en que haya concordia entre nosotros y los Dzules. Si no es así, vamos a tener una gran guerra. V LIBRO DE LOS ANTIGUOS DIOSES Es MUY preciso hacer entrar en el entendimiento que las piedras que dejó Nuestro Padre Dios, las duras maderas, los animales, es lo que habéis adorado. En los primeros tiempos, aquí, entre nosotros, los Hombres de Majestad fueron adorados como verdaderos dioses. Aquellas piedras, detuvieron el paso del Verdadero Dios nuestro Padre, Señor del Cielo y de la Tierra. Aunque eran los antiguos dioses, perecederos dioses eran. Ya se acabó el tiempo de su adoración. Fueron desbaratados por la bendición del Señor del Cielo, cuando terminó la redención del mundo, cuando resucitó el Verdadero Dios, cuando bendijo los cielos y la tierra. ¡Se desmoronaron vuestros dioses, hombres mayas! ¡Sin esperanza los adorasteis! La relación de la historia de esta tierra, en su tiempo, se hacía en pintuas: porque no había llegado el día en que se usaran estos papeles y esta muchedumbre de palabras; para que se preguntara a los antiguos hombres mayas si sabían cómo nacieron y cómo fundaron su tierra en esta región. Dentro del Once Ahau Katún fue cuando salió Ah-Mucen-Cab a vendar los ojos de los Trece dioses. No supieron su nombre. Solamente sus hermanas y sus hijos se lo dijeron, y tampoco podían ver su cara. Era el momento en que acababa de despertar la tierra. No sabían lo que iba a suceder. Y fueron cogidos los Trece dioses por los Nueve dioses. Y llovió fuego, y llovió ceniza y cayeron árboles y piedras. Y vino el golpearse los árboles y las piedras unos contra otras. Y fueron cogidos los Trece dioses, y fue rota su cabeza y abofeteado su rostro, y fueron escupidos, y se los cargaron a las espaldas. Y fue robada su Serpiente de Vida, con los cascabeles de su cola, y con ella, fueron cogidas sus plumas de quetzal. Y cogieron habas molidas junto con su semen y, junto con su corazón, semilla molida de calabaza, y semilla gruesa molida de calabaza, y frijoles molidos. Y El que es eterno, lo envolvió y lo ató todo junto,y se fue al decimotercero piso del cielo. Y entonces cayeron su piel y las puntas de sus huesos aquí sobre la tierra. Y fue entonces que se escapó su corazón, porque los Trece dioses no querían que se les fuera su corazón y su semilla. Y fueron matados a flechazos los huérfanos, los desamparados y las viudas, que vivían sin fuerza para vivir. Y fueron enterrados por la orilla de la arena en las olas del mar. Y entonces, en un solo golpe de agua, llegaron las aguas. Y cuando fue robada la Gran Serpiente, se desplomó el firmamento y hundió la tierra. Entonces los Cuatro dioses, los Cuatro Bacab lo nivelaron todo. En el momento en que acabó la nivelación, se afirmaron en sus lugares para ordenar a los hombres amarillos. Y se levantó el Primer Árbol Blanco, en el Norte. Y se levantó el arco del cielo, señal de la destrucción de abajo. Cuando está alzado el Primer Árbol Blanco, se levantó el Primer Árbol Negro, y en él se posó el pájaro de pecho negro. Y se levantó el Primer Árbol Amarillo, y en señal de la destrucción de abajo, se posó el pájaro de pecho amarillo. Y se oyeron los pasos de los hombres amarillos, los de semblante amarillo. Y se levantó la Gran Madre Ceiba, en medio del recuerdo de la destrucción de la tierra. Se asentó derecha y alzó su copa, pidiendo hojas eternas. Y con sus ramas y sus raíces llamaba a su Señor. Y se levantó Chac-piltec, al oriente de la tierra. Y llamaba a su Señor y se alzó Zac-Piltec, al Norte de la tierra. Y llamaba a su Señor. Y se levantó Lahun-chan, y llamaba a su Señor. Y se alzó Kanpiltec, y llamaba a su Señor. Estas son las Voluntades de la tierra. A esa hora, Uuc-cheknal vino de la Séptima capa del cielo. Cuando bajó, pisó las espaldas de Itzám-cab-Aim 11 el así llamado. Bajó mientras se limpiaban la tierra y el cielo. 124 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Y caminaban por la cuarta candela, por la cuarta capa de las estrellas. No se había alumbrado la tierra. No había sol, no había noche, no había luna. Se despertaron cuando estaba despertando la tierra. Y entonces despertó la tierra, en este momento despertó la tierra. Infinitos escalones de tiempo y siete lunas más se contaron desde que despertó la tierra, y entonces amaneció para ellos. Se sintió el Reinado del Segundo Tiempo, el Reinado del Tercer Tiempo. Y entonces empezaron a llorar los Trece dioses. Lloraban ante el dios Cha-cab, que era el que entonces reinaba en su estera roja. Por ellos se enrojeció el Primer Árbol de la tierra y se enrojeció la inmensidad de la tierra. Grandes pecadores de espíritu eran. No era llegado el día de su poder. Lo mismo lloraban los Nueve dioses. Y he aquí que llegó el ordenamiento de la medida del tiempo, en la estera roja. Y llegaron los Nueve dioses, los de cabezas puntiagudas y traseros pelados. Se sentaron en su estera. Y entonces fue que bajó la opresión desde el centro del cielo, el poder despótico, los Reyes tiranos. Y entonces.se alzó Chac-edz, el del gesto rojo. Y entonces se paró el Rey del gesto blanco. Y entonces se levantó el del gesto negro. Y entonces se paró el del gesto amarillo. Y entonces se alzó Chactenel Ahau, con su estera y su trono. Y llegó Zactemal, con su estera y su trono. Y se alzó Ek-tenel-Ahau, con su estera y su trono. Y se paró Kan-tenel-Ahau, con su estera y su trono. Creían que eran dioses; pero tal vez no eran dioses. No derramaban semillas, ni llovían agua. Pedazo a pedazo decían que se juntaban; pero no decían lo que amaban. Duro era su semblante. Llegó el duro tiempo y pesadas miserias vinieron bajo su poder. Cuando llegaron a asentarse muy alto en la medida de su tiempo, se avivó el fuego del sol, y se acercó su cara y quemó la tierra y el ropaje de los reyes. Y esta es la causa de que se llore su reinado. En el día magnífico de poderío y magnífico de hermosura, en el día en que se entienda el entendimeinto de los dioses, se levantará la cosecha y será el tiempo de recoger. Y desaparecerá el "animal malo". Y cuando levante su árbol Ah Muuc, que es el que sale a su camino, el que sale a sucederle, será el tristísimo tiempo en que sean recogidas las mariposas, y entonces vendrá la infinita amargura. Esa es la que viene, cuando hayan caído tres lunas, en el tiempo del Tres Ahau Katún, y después de tres porciones de años, encajados dentro del Tres Ahau Katún; cuando vaya a aparecer el otro Katún, el de tres panes, el de tres aguas. Estrecho será su don de vida, y mísero su jugo. Y eso comerá y eso beberá. Beberá granizo y comerá las desparramadas hojas de la chaya. Eso sucederá aquí, en la Tierra de la Tristeza, Padre, dentro del Noveno año, en el tiempo en que estén aquí los extranjeros. Se pide la carga del Katún, de todos los años del Trece Ahau Katún. Entonces abre sus pies el Once Ahau, entonces baja la palabra del Eterno a la punta de su lengua. Cuando baja, se pregunta la carga del Katún. Nueve eran sus cargas, cuando bajó del cielo. El día de Kan fue el día en que se amarró su carga. Fue cuando bajó agua venida del cielo, para el segundo nacimiento, de la casa del de los "innumerables años". Al mismo tiempo bajó Bolón Mayel. Dulce era su boca y la punta de su lengua. Dulces eran sus sesos. Y allí bajaron cuatro Gigantes que en ánforas de barro traían las míeles de las flores. De ellas salieron: la del hondo cáliz rojo, la del hondo cáliz blanco, la del hondo cáliz negro, la del hondo cáliz amarillo. Y la que es ancha y la que es desviada. Y al mismo tiempo, salió la flor que es regada y la que es agujereada; y la flor ondulada del cacao y la que nunca es chupada, y la flor del espíritu de color, y la que siempre es flor, y la que tiene el tallo cojo. Estas flores que salieron, eran las Comayeles, las madres de las flores. Y salieron olorosos sacerdotes, olorosos reyes, olorosos jefes de guerreros, servidores del dios de la Flor. Cuando éste bajó, no tenía semejante. "Miradle –decían– no se derrama lo que es su carga." 125 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Y entonces salió "la flor que es efímera" y metió el pecado de los Nueve dioses. El tercer año es el tiempo en que se dice que sucedió, cuando no había llegado a ser creado el dios del infierno. Y bajó Pizlimtec, el de los huesos verdes, al pie de la flor, y el que es Eterno lo transformó en colibrí. Y entonces chupó la miel de la flor, de la flor de los nueve pétalos, hasta lo más adentro de ella. Y entonces tomó por esposa a la flor vacía, y salió el espíritu de la flor a vagar. Cuando se abrió el cáliz de esta flor, el Sol estaba dentro, y en medio de ella se leía Su nombre. Y sucedió que suspiraron llenos de deseo los Trece dioses. No sabían que así bajaba el pecado a su estera; eran dioses a su entender. Sucedió que de flores fue su estera, de flores su silla, y flores hubo en sus cabellos. Envidioso su asiento, envidioso su caminar, envidioso su plato, envidioso su vaso, envidioso su corazón, envidioso su entendimiento, envidioso su pensamiento, envidiosa su boca, robado el tiempo de su señorío. En el tiempo en que esté en pie, en el tiempo en que tenga fuerza su adoración en los labios de su boca, lo que coma detrás de la palma de su mano, la sustancia que muerda, no será palo ni será piedra. Rojo despojo habrá en sus diez muelas. Llegará con su cara de pecado, con su hablar de pecado, con su enseñanza de pecado, con su entendimiento pecador. Y pecado será su caminar. Llegará con los ojos vendados y enrojecerá su estera. Durante su poderío, se olvidará de su padre, se olvidará de su madre que le dio a luz. Ardiendo su corazón, solo entre los huérfanos, agraviador de su padre, en medio de los que no tienen casa, ha de caminar, borracho su semblante, perdido su entendimiento, al lugar de su padre, al lugar de su madre. No tiene bondad, no hay bien en su corazón; solamente un poco hay en la punta de su lengua. No sabe cómo ha de acabar, no sabe lo que hay al fin de su reinado, ni lo que va a acabar con el tiempo de su poder. Estos Nueve Dioses se manifestarán en nueve rostros de Hombres-Reyes, de estera del Segundo Tiempo, de trono del Segundo Tiempo, venidos dentro del Tres Ahau Katún. Habrá un nuevo Señor de esta tierra. Dolorosamente se afirmará el curso del Katún que viene, cuando acabe el tiempo del Tres Ahau Katún, el tiempo en que los hijos serán vendidos, el que estará encima del orgullo de los Itzaes. Un tiempo abrasador, después un tiempo de frescura. El largo de una Piedra, es el castigo del pecado de orgullo de los Itzaes. Los Nueve Dioses acabarán el curso del Tres Ahau Katún. Y entonces será entendido el entendimiento de los dioses de la tierra. Cuando haya acabado el Katún, se verá aparecer el linaje de los nobles Príncipes, y a nuevos hombres sabios y a los descendientes de los Príncipes cuyos rostros fueron estrujados contra el suelo, los que fueron insultados por el rabioso de su tiempo, por los locos de su Katún, por el hijo del mal que las llamó "hijos de la pereza"; los que nacieron cuando despertó la tierra, dentro del Tres Ahau Katún. Así acabarán su poder aquellos para quienes Dios tiene dos caras. He aquí que cuando vaya a acabar el tiempo de este Katún, entonces Dios dará que suceda otra vez el diluvio y la destrucción de la tierra. Y cuando haya terminado, entonces bajará Nuestro Padre Jesucristo, sobre el valle de Josafat, al lado de la ciudad de Jerusalén, donde un tiempo nos redimió su santa sangre. Allí bajará sobre una gran nube, para dar testimonio de que verdaderamente pasó el martirio en el árbol de la Cruz, hace tiempo. Allí entonces bajará en gran poder y en gran majestad, el verdadero Dios, el que creó el cielo y la tierra y todas las cosas del mundo. Allí bajará a medir por igual lo bueno y lo malo del mundo. ¡Y humillados serán los soberbios! VI LIBRO DE LOS ESPÍRITUS DOMINUS VOBISCUM 12 decían todos cantando allí donde no había cielos ni tierra. Del abismo nació la tierra, cuando no había cielos ni tierra. 126 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 El que es la Divinidad y el Poder, labró la gran Piedra de la Gracia, allí donde antiguamente no había cielo. Y de allí nacieron Siete piedras sagradas, Siete Guerreros suspendidos en el espíritu del viento, Siete llamas elegidas. Y se movieron. Y siete fueron sus gracias también, y siete sus santos. Y sucedió que incontables gracias nacieron de una piedra de gracia. Y fue la inmensidad de las noches, allí donde antiguamente no había Dios, porque no habían recibido a su Dios, que sólo por sí mismo estaba dentro de la Gracia, dentro de las tinieblas, allí dónde no había cielos ni tierra. Y fue formado al fin un Guerrero, cuando.no había nacido el Primer Guerrero, y tenía los cabellos en guedejas. Aden ti parami. Y fue su divinidad. Y entonces salió y se hizo varón en la segunda infinita Piedra de Gracia. Alpinon es el nombre de su ángel. Cuando hubo nacido, salió y pidió su Segunda Gracia, en la segunda inmensidad de la noche, donde antes nadie había. Y recibió su divinidad él solo por sí mismo. Y cuando vino a salir, "ofirmar" dulcemente dijo. Y recibió su divinidad él solo por sí mismo. Y salió y fue a la tercera infinita Piedra de Gracia. Albacongel es el nombre de su ángel, el de la tercera gracia. Fue a la cuarta infinita Piedra de Gracia, en la cuarta noche. Atea Ohe es el nombre de su ángel. Naciendo, quiso su cuarta Gracia, y empezó a decirse solo en sí mismo: "Ah, Dios Poderoso, yo no soy nadie, pues, por mí mismo." —Así decía en su esencia, en su divinidad. "Me voy", suavemente dijo. Y fue a la quinta infinita Piedra de Gracia, en la quinta infinita noche. Cuando hubo nacido el Quinto Guerrero quiso su Quinta Gracia. Y se levantaron las palabras de su divinidad y nació su ángel. Decipto es su nombre. Y dijo: "Me voy. Yo soy, pues. Soy Dios, pues. Soy poderoso, pues". —Así hablaba por sí misma su divinidad. "Aninite dei sin", decía cuando recibió su divinidad por sí mismo. Y fue a la sexta infinita Piedra de Gracia, en la sexta medida de la noche, el Sexto Guerrero. — "¡Dioses poderosos, oíd mi voz. Nadie hay en mi soledad!" Cuando hubo nacido, quiso su Séptima Gracia. Conlamil es el nombre de su ángel. —"¡Yo os adoro, dioses, oíd mi voz! ¡No hay nadie. Nadie escucha mi voz!"— Así sucesivamente hablaba y decía, mientras nacía su Séptima Gracia. Contento nació el Séptimo Guerrero. Siete veces se alumbraron las siete veces infinitas. "Abiento bocayento de la Zipilna de fente note sustina gracia. Trece mili y no cargo bende." Primera, segunda, tercera, tres veces cuatrocientas épocas, miles de épocas y despertó la tierra de Dios el Verbo, él solo por sí mismo. Del fondo de la gran Piedra de la Gracia, despertó la tierra de Dios el Verbo. Su nombre es Unidad con Dios el Verbo. Este su nombre, que hiende las épocas, es: el Eterno, El de una sola Edad, el Muy Alto. Y vino su Descendiente de Siete Generaciones. Y cuatro veces resonó su Gran Palabra, seIlo de la noche, sello del cielo: "Yo soy el principio, yo seré el fin." He aquí el entendimiento oculto de su palabra, datate, aquí recibido en esta tierra: Yo soy Unidate, yo soy Unitata, yo soy su sonido. Yo soy Unitata. "A nuni viene Unidad". Nilu es el nombre de la noche. Es la primera palabra de Dios, es la primera palabra del Verbo. Así, machacó la piedra, sólo por sí mismo, dentro de la noche. Tomás Sipancas es el nombre del Espíritu cuyo Señor es el Primer Guerrero. Ota-ho en el cielo. Arcángel es el nombre del Espíritu. Heronix es el nombre del Espíritu que va delante de él. Joramis es el nombre del Espíritu del Segundo Guerrero. He aquí que dijo cuando se abrió la Piedra: "Yaxyon- lacalpa." Escondió su nombre. En el santo cielo dijo Nuestro Santo Padre el Verbo: Bolay es su nombre. Y conoció el segundo cielo, en donde está el polvo de los pies de la Sustinal Gracia. 127 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Allí se forma la sabiduría, golpeando la piedra dentro de la oscuridad. Y fue creada la Piedra que fundó las piedras, las Tres Piedras que fueron a asentarse a los pies de la Sustinal Gracia. Las piedras que nacieron estaban debajo de la Primera Piedra. Y eran hermanas iguales. Entró entonces Chac, el Gigante, por la grieta de la Piedra. Gigantes fueron entonces todos, en un solo pueblo, los de todas las tierras. Y el Primer Rey fue Dios. En la época Primera, fue creado el único hijo de Dios. En la Segunda, el Verbo. En la Tercera época, Expleo, éste es su nombre en su cielo. Y nació Chac, el Gigante, que Opilla es su nombre, al mismo tiempo que su cielo, que empileo, cielo, es su nombre. Expleo es su nombre, dentro del primer Libro de Dios. Hebones. El único Hijo de Dios, espejo que abrirá su hermosura, es el Señor de la Piedra, Padre. Cuando fue a crear el cielo del cielo, se abrió una Gracia y una Piedra. Nacido era el Fuego. Tixitate es su nombre, la luz del cielo. Que Sustinal es la luz de la luz del cielo. Acpa. Porque el Guerrero creó la luz dentro del cielo. Alpa u manga es su nombre. Y se acabó. Los Ángeles, los Espíritus se alzaron mientras eran creadas las estrellas. No se había alumbrado la tierra, no había cielo ni tierra. Eran: El Pauah rojo. El Pauah blanco. El Pauah negro. El Pauah amarillo. Entonces en el Primer cielo, Dios el Verbo tenía sujeta su Piedra, tenía sujeta su Serpiente, tenía sujeta su Sustancia. Allí estaban suspendidos sus ángeles, El Espíritu nombrado Corpinus, y he aquí, debajo, Órele, a la altura de la tierra. Tres Personas eran: El Dios Verbo, el Dios Hijo, el Dios Espíritu Santo. En ese tiempo, los planetas eran: Saturno, Júpiter, Marte y Venus; esos se dice que tenía en su mano el Dios en el cielo; antiguamente los creó. He aquí el nombre del cielo: Christalino. Este ángel, que Corpinus es su nombre, extendía la bendición del Padre, allí donde no había cielo ni tierra, Inpicco es su nombre. Rociaba a todos los ángeles. Baloyo es su nombre. Cacauecan –sexos- es su nombre. Et sepeuos es su nombre. Laus deo. Abajo Chac-Bolay-Balam y Cacau Balamté. Esperas es su nombre en la sexta capa de cielo, Isperas es su nombre en la séptima capa del cielo. Fue creado sobre la tierra por Dios Poderoso. En la séptima época nació dentro de la noche. Espíritu es su nombre. S.to. Edén Deus, S.to. Eluseo, Santos. El vio nacer el centro de la Piedra, el centro de la noche. Se repite. Ardió entonces. Entri de noche. Fue lo que dijo: cuando habló al centro de la Piedra, al centro de la noche. —Tronas aleseyo de Mundo de gracia en apedia leyo zipidiate en picted gracia Sto. Esuleptun Joan estunast gracia suplilis eltimeo me firme abin Finites gracia y metis absolutum timetis de gracia Edén deo gracia de Fentis de gracia Fenoplis tun gracia locom dar y me gracia, tretris un mis gracia. Nositusi de gracia in pricio de gracia. Tresi-mili uno de cargo leonte. Uno, dos, tres, un montón, trece veces cuatrocientos, Katunes infinitos antes de que despertara la tierra, fue creado el centro de la Piedra, el centro de la noche, allí donde no había cielo ni tierra, cuando fue dicho por Dios el Verbo, sólo por sí mismo, en la Profunda Noche. Sonó la primera Palabra del Dios, allí donde no había cielo ni tierra. Y se desprendió de su Piedra y cayó al segundo tiempo y declaró su divinidad. Y se estremeció toda la inmensidad de lo eterno. Y su palabra fue una medida de gracia, un destello de gracia y quebró y horadó la espalda de las montañas. ¿Quién nació cuando bajó? Gran Padre, Tú lo sabes. Nació su Primer Principio y quebró y barrenó la espalda de las montañas? —¿Quiénes nacieron allí? ¿Quiénes? 128 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 —Padre, Tú lo sabes. Nació el que es tierno en el cielo. Ciripacte horca mundo ni nompan est noche amanena omonena Apaopa. Salió el Espíritu de la infinita Gracia. —Zipiones ted coruna Pater Profecida. Hablará cuando llegue a la Séptima gracia, la Virgen Piedra de la Gracia. Baltepiones ortezipio Reciquenta noche hun ebutate hun cute Profeciado. Sucedió que fue llamado el ángel Jerupite y le fueron dados en el cielo Corporales de ojales por el primer Papa. __________________________ NOTAS 1 La división del Ms. ha sido hecha por el traductor y el título de cada parte puesto por él. 2 Los hombres. 3 La isla de Cozumel, que también se llamó Oycib, cera de abeja. 4 Letra, signo. 5 La más alta jerarquía teocrática. 6 "El de las barbas de ardilla." Divinidad, al parecer, nahoa. 7 Los "Selores Extranjeros", los hombres blancos 8 Halach uinic 9 Cajabón (hoy en Guatemala). 10 El día de San Bernabé, fecha de la decisiva batalla de los Conquistadores en Ichcaansihó, hoy Mérida. * "La flor de Nacxit Xuchit" 11 El Gran Gxodrilo que simboliza la Tierra. 12 Los "latines" más o menos alterados que se incorporaron al texto original acusan la influencia cristiana posterior. XVI LIBRO DE LAS PROFECÍAS ESTAS palabras compuestas aquí son para ser dichas al oído de los que no tienen padre y de los que no tienen casa. Estas palabras deben ser escondidas, como se esconde la Joya de la Piedra Preciosa. Son las que dicen que vendrán a entrar el cristianismo, a Tancáh de Mayapán y a Chichén Itzá, y será arrollado Suhuyuá, y será arrollado el Itzá. Despertará la tierra por el Oriente, por el Norte, por el Poniente y por el Sur. Venido de la boca de Dios es, y lo manifiestan cinco sacerdotes. Sacerdotes Adoradores, llegados a la presencia de Dios. Ellos profetizaron la carga de la amargura para cuando venga a entrar el cristianismo. He aquí sus nombres escritos: Chilam-Balam, Gran Sacerdote. Napuc-tun, Gran Sacerdote. Nahau-Pech, Gran Sacerdote. Ah Kuil-Chel, Gran Sacerdote. Natzin-yabun-chan, Gran Sacerdote. Estos Hombres de Dios, doblando su espalda sobre la tierra virgen, manifestaron la carga de las penas, en presencia de Dios Nuestro Padre, para cuando venga a entrar el cristianismo. Vómitos de sangre, pestes, sequías, años de langosta, viruelas, la carga de la miseria, el pleito del diablo. En el I cielo habrá círculos blancos y arderá la tierra, dentro del Tres Ahau Katún y el Uno Ahau Katún y los tres katunes malos. Así fue escrito por el Profeta y Evangelista Balam, lo que vino de la boca del Señor del cielo y de la tierra. Y lo pusieron los sacerdotes en escritura sagrada, en el tiempo de los Grandes Soles, en Lahun Chablé. 129 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Dentro del cristianismo llegarán Saúl y don Antonio Martínez, para que los hijos de sus hijos reciban justicia. Y entonces despertará la tierra. Así está escrito, por mandato del Gran Sacerdote y Profeta Chilam Balam, por el que habla. – Amén . –Jesús. LA INTERPRETACIÓN HISTÓRICA DE YUCATÁN (?) Profecía del Sacerdote Napuc tun Arderá la tierra y habrá círculos blancos en el cielo. Chorreará la amargura, mientras la abundancia se sume. Arderá la tierra y arderá la guerra de opresión. La época se hundirá entre graves trabajos. Cómo será, ya será visto. Será el tiempo del dolor, del llanto y la miseria. Es lo que está por venir. Profecía de Ah Kuil Chel, Sacerdote Lo que se desentraña de este Katún, Padre, entendedlo así, ya está viniendo. No será arrollada otra vez la estera del Katún, Padre, cuando ya vendrá en grean demasía el peso del dolor. Vendrá del Norte, vendrá del Poniente. En los días que vamos a tener, ¿qué Sacerdote, qué Profeta dirá rectamente la voz de las Escrituras? Padre, dentro del Noveno Ahau –entendedlo así todoslo que pobláis esta tierra- todas las almas selladas selladas de grandes y feos pecados. "¡Ay, dulce era el poderoso tiempo que pasó!" –Dirán llorando los Señores de esta tierra. ¡Entristeced vuestros espíritus, Itzaes! Profecía de Nahau Pech, Gran Sacerdote En los días que vienen, cuando se detenga el tiempo, Padre; cuando haya entrado en su señorío el Cuarto Katún, se acercará el verdadero conductor del día de Dios. Por esto se amarga lo que os digo, Padre, hermanos del mismo vientre; porque el que os visitará, Itzaes, viene para ser el Señor de esta tierra cuando llegue. Esto viene de la boca de Nahau Pech, Sacerdote. En tiempo del Cuatro Ahau Katún, Padre, como hormigas irán los hombres detrás de su sustento; porque como fieras del monte estarán hambrientos, y como gavilanes estarán hambrientos, y comerán hormigas y tordos, y grajos, y cuervos, y ratas. Profecía de Natzin Yabun Chan quien desde antiguamente dijo: El verdadero Dios de esta tierra, el que esperáis que aparezca, Padre, vendrá traído en hombros de dolorosos días. Dad meditación en vuestro entendimiento a su pañabra, y la de vida cordura. Vuestras almas la recibirán verdaderamente. ¡Hastiados de lo que adoráis, Itzaes! ¡Olvidad vuestros caducos dioses, todos vuestros dioses perecederos! Existe el poderoso Señor, creador del cielo y de la tierra. Duele a vuestro espíritu que os lo diga, Itzaes de los mayas. No queréis oír que existe Dios. Creéis que lo que adoráis es verdadero. Creed ya en estas palabras que os predico. Profecía de Cbilam Balam, que era Cantor, en la antigua Maní. 130 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 1. En el Trece Ahau, en las postrimerías del Katún, será arrollado el Itzá y rodará Tancáh, Padre. 2. En señal del único Dios de lo alto, llegará el Árbol sagrado, manifestándose a todos para que sea iluminado el mundo, Padre. 3. Tiempo hará de que la conjuramentación esté sumida, tiempo hará de que esté sumido lo Oculto, cuando vengan trayendo la señal futura los hombres del Sol, Padre. 4. A un grito de distancia, a una medida de distancia, vendrán y ya veréis el faisán que sobresale por encima del Árbol de Vidas. 5. Despertará la tierra por el Norte y por el Poniente, itzam despertará. 6. Muy cerca viene vuestro Padre, Itzaes; viene vuestro hermano, Ah tan-tunes. 7 Recibid a vuestros huéspedes que tienen barba y son de las tierras del Oriente, conductores de la señal de Dios, Padre. 8. Buena y sabia es la palabra de Dios que viene a vosotros. Viene el día de vuestra vida. No lo perdáis aquí en el mundo, Padre. 9. "Tú eres el único Dios que nos creaste": así será la bondadosa palabra de Dios, Padre, del Maestro de nuestras almas. El que la recibiere con toda su fé, al cielo tras él irá. 10. Pero es el principio de los hombres del Segundo Tiempo. 11. Cuando levanten su señal en alto, cuando la levanten con el Árbol de Vida, todo cambiará de un golpe. Y aparecerá el sucesor del primer árbol de la tierra, y será manifiesto el cambio para todos. 12. El Signo del único Dios de arriba, ese habréis de adorar, Itzaes. Adorad el nuevo signo de los cielos, adoradlo con voluntad entera, adorad al verdadero Dios que es éste, Padre. 13. Meted en vosotros la palabra de Dios único, Padre. 14. Del cielo viene el que derrama la palabra para vosotros, para vivificar vuestro espíritu, Itzaes. 15. Amanecerá para aquellos que crean, dentro del Katún que sigue, Padre. 16. Y ya entra en la noche mi palabra. Yo, que soy Cbilam Balam, he explicado la palabra de Dios sobre el mundo, para que la oiga toda la gran comarca de esta tierra, Padre. Es la palabra de Dios, Señor del cielo y de la tierra. Buena es la palabra de arriba, Padre. Entra su reino, entra en nuestras almas el verdadero Dios; pero abren allí sus lazos, Padre, los grandes cachorros que se beben a los hermanos esclavos de la tierra. Marchita está la vida y muerto el corazón de sus flores, y los que meten su jícara hasta el fondo, los que lo estiran todo hasta romperlo, dañan y chupan las flores de los otros. Falsos son sus Reyes, tiranos en sus tronos, avarientos de sus flores. De gente nueva es su lengua, nuevas sus sillas, sus jícaras, sus sombreros; ¡golpeadores de día, afrentadores de noche, magulladores del mundo! Torcida es su garganta, entrecerrados sus ojos; floja es la boca del Rey de su tierra, Padre, el que ahora ya se hace sentir. No hay verdad en las palabras de los extranjeros. Los hijos de las grandes casas desiertas, los hijos de los grandes hombres de las casas despobladas, dirán que es cierto que vinieron ellos aquí, Padre. ¿Qué Profeta, qué Sacerdote, será el que rectamente interprete las palabras de estas Escrituras? 131 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 3.- CANTARES • Cantares de Dzitbalché LIBRO DE LOS CANTARES DE DZITBALCHÉ [Descubierto en Mérida en, Estado de Campeche en 1942] (Traducción, introducción y notas Alfredo Barrera Vásquez, 1965.) INTRODUCCIÓN I EL TEATRO Y LA DANZA ENTRE LOS ANTIGUOS MAYAS DE YUCATÁN 1 CULTURA ES acción, es hacer, pero un hacer para expresar la idea en la materia. El pensamiento sin expresión material es estéril. Podemos decir que toda manifestación cultural (y esto quiere decir, todo lo que hacemos como expresión), es un mensaje, un mensaje que dirigimos a la sociedad. La materia que utilizamos puede ser el sonido de nuestra voz o el de un instrumento musical, o cualquiera otra más concreta; o nuestro propio cuerpo en movimiento. Pero el hombre ama el arrobamiento y le preocupan deseos de hallar fórmulas de expresión que lo transporten fuera de la realidad, aunque fuese con motivos realistas; busca el juego sutil, medido y combinado en proporciones varias en toda materia de expresión, que lo lleven a lo que él mismo llama arte, creación estética, recreación, éxtasis. Con cualquier materia realiza ese juego para hallar esto. En la creación goza y sufre; es un dulce hacer que duele. Pero también el espectador disfruta de parecidas sensaciones; la misma risa hace brotar lágrimas y las lágrimas cuando no son risas consuelan. El teatro y la danza, son materializaciones de una expresión cultural de complejos juegos y profundo significado social. Dentro del complejo cultural que llamamos maya las artes del lenguaje o de expresión oral florecieron al igual que la música y la danza y géneros mixtos, no obstante que la escritura tenía un carácter hierático y no trascendió al pueblo. Los datos que tenemos no son muchos, pero suficientes para darnos cuenta de su calidad e importancia. A pesar de que los historiadores primordiales se refirieron desde el siglo XVI a estas materias y que en los vocabularios mayas redactados por los frailes se registró un acervo léxico a ellas relacionado, en los cuarentas del siglo pasado inmediato, no se conocían estos dalos y nuestros hombres de letras estaban ansiosos de información, según se ve en la carta que D. Vicente Calero Quintana dirigió a D. Juan Pío Pérez desde la tribuna del Registro Yucateco, el día 13 de enero de 1846. 2 Dijo en aquella ocasión D. Vicente con toda candidez: "Nuestros indios no eran los de unos pueblos tan rudos y salvajes que no sean dignos de ser considerados en un grado de civilización que reclaman los monumentos que encontraron los españoles y cuyas ruinas se conservan todavía. Pero, aun suponiéndolos como se quiera, estoy convencido de que así como tenían un idioma, unas tradiciones, una historia, una religión, unas costumbres, tenían también una literatura peculiar, una poesía propia y que yo desearía examinar..." Y más adelante: "No me diga V. que la lengua se estudia en efecto en la poesía; pero que sólo esto es cuando las artes han llegado a la perfección, pues sin pretender entrar en cuestión de si éstas han sido primero que las reglas, o las reglas primero que ellas, 132 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 no me negará V. que la poesía, que en los pueblos bárbaros ha empezado por referir las hazañas de sus dioses, o las acciones de los jefes de sus tribus, se ha grabado en la memoria de todos, y bien o mal, sus frases siempre animadas y enérgicas, se han ido colocando en el depósito de la lengua". Se había dirigido el Sr. Calero a D. Juan, porque éste ya había ganado, por entonces, buen prestigio como investigador de la cultura de los mayas a través de los documentos escritos por estos mismos. La respuesta de D. Juan parece haber sido la carta que el Padre Carrillo y Ancona cita y transcribe en parte en su Disertación sobre la Literatura Antigua de Yucatán, publicada por primera vez en La Revista de Mérida en 1869, 3 solamente que, parece que por error, aparece como fechada el 15 de diciembre de 1840, debiendo ser posterior al 15 de enero de 1846. Dice el párrafo alusivo de la Disertación: "Había entre los mayas dos clases de poesía, una de los sabios y otra del pueblo —dice el célebre anticuario yucateco D.Juan Pío Pérez en la carta de 15 de diciembre de 1840 dirigida al literato D. Vicente Calero— una es la poesía del pueblo y otra la del sabio y sacerdote... La de éstos no llegó a nosotros, o serán muy raros los ejemplos; la de aquellos tampoco. a no ser esos cantos obscenos que aún conservan los indios en sus mitotadas y otros semejantes que por esto se prohíbíeron". Es explicable esa situación en aquellos tiempos, ya que toda toda la documentación del siglo xvi y aun la del xvii, no había sido descubierta en los archivos y otros lugares fuera de Yucatán, a donde habían ido a parar. Al Abate Esteban Brasseur de Bourbourg se deben dos grandes descubrimientos documentales referentes a Yucatán; el extracto del libro de Fray Diego de Lauda — única parte que se conoce— y el Diccionario de Motul. El primero lo halló en la Biblioteca de la Academia de la Historia de Madrid en 1863 y lo editó en 1864, el segundo lo halló en un mercado de México más o menos por la misma época, pero no fue publicado hasta 1929, por primera vez, en Mérida, por D. Juan Martínez Hernández. No lo conoció D. Juan Pío Pérez. Sánchez de Aguilar, quien da preciosos datos, no obstante que fue yucateco, que escribió en 1613 y que su libro fue publicado en 1639 en Madrid, prácticamente no fue conocido en México hasta 1900 que lo reimprimió el Museo Nacional en el Tomo VI de sus Anales. 4 La Relación de la visita de Fray Alonso Ponce, que escribió Fray Antonio de Ciudad Real en 1588, y que también arroja datos, fue publicada por primera vez en Madrid en 1872, 5 etc. Además, últimamente dos grandes descubrimientos, el uno arqueológico y el otro postcortesiano, han venido a completar nuestros conocimientos sobre el teatro y la danza del antiguo Yucatán y territorios aledaños. El uno es el de las pinturas de Bonampak 6 y el otro el de los Cantares de Dzitbalché. Cuando el Padre Carrillo y Ancona escribe en su Disertación mencionada, teniendo en ménte la carta de Calero y la pobre respuesta de D. Juan Pío Pérez, ya había leído a Landa, a Sánchez de Aguilar y a algún otro autor, al mismo tiempo que había realizado investigaciones por su cuenta en los documentos manuscritos. Dice Landa: "Que los indios tienen recreaciones muy donosas y principalmente farsantes que representan con mucho donaire, tanto que a éstos alquilan los españoles para no más que vean los chistes de las españolas que pasan con sus mozas, maridos o ellos propios sobre el buen o mal servir, y después lo representan con tanto artificio como curiosos españoles. Tienen atabales pequeños que tañen con la mano, y otro atabal de palo hueco, de sonido pesado y triste; táñenle con un palo larguillo, puesto al cabo cierta leche de un árbol y tienen trompetas largas y delgadas de palos huecos, y al cabo unas largas y tuertas calabazas; y tienen otro instrumento de toda la tortuga entera con sus conchas y, sacada la carne, táñenle con la palma de la mano, y es un sonido lúgubre y triste. Tienen chiflatos de huesos de cañas de venado y caracoles grandes y flautas de cañas; y con estos instrumentos hacen son a los bailantes y tienen dos bailes muy de hombre y de ver. El uno es un juego de cañas y así le llaman ellos Colomché que lo quiere decir; para jugarlo se junta una gran rueda de bailadores con su música que les hacen son, y por su compás salen dos de la rueda el uno con un manojo de bohordos y baila con ellos enhiesto; el otro baila en cuclillas, ambos con compás de la rueda; y el de los bohordos, con toda su fuerza los tira al otro, el cual con gran destreza, con un palo pequeño arrebátalos; acabado de tirar, vuelve con su compás a la rueda y salen otros a hacer lo 133 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 mismo. Otro baile hay en que bailan ochocientos y más y menos indios con banderas pequeñas, con son y paso largo de guerra, entre los cuales no hay uno que salga de compás; y en sus bailes son pesados, porque todo el día entero no cesan de bailar, porque les llevan ahí de comer y beber. Los hombres no solían bailar con las mujeres" 7 Describe o cita además del Colomché y la Danza de las Banderitas, las siguientes: "Holcan Okot" o Danza de Guerreros, "Batel Okot" o Danza de la Batalla; la Danza de los Zancos; "Xibalbá Okot" o Danza del Diablo; la Danza del Fuego; la del "Okotuil" o La Danza, a secas; la del "Chantunyab", la Gran Fiesta y la del "Chohom". 8 Menciona también una fiesta en la cual, durante cinco días, los farsantes iban "por las casas principales haciendo sus farsas..." Y cuando describe Chichén Itzá, al referirse al Templo de Kukulcán, o sea lo que hoy conocemos como el "castillo", dice que "Tenía delante de la escalera del norte, algo aparte, dos teatros de cantería pequeños, de a cuatro escaleras y enlosados por arriba en que dicen representaban las farsas y comedias para solaz del pueblo". Por su parte, Sánchez de Aguilar relata: "En su gentilidad y ahora bailan y cantan al uso de los mexicanos, y tenían y tienen su cantor principal que entona y enseña lo que se ha de cantar y le veneran y reverencian y le dan asiento en la iglesia y en sus juntas y bodas y le llaman Holpop a cuyo cargo están los atabales e instrumentos de música como son flautas, trompetas, conchas de tortuga y el teponaguaztli que es de madera, hueco, y cuyo sonido se oye de dos y tres leguas, según el viento que corre. Cantan fábulas y antiguallas que hoy se podrían reformar y darles cosas a lo divino que canten. Confieso que aunque metí la mano en esta materia, no fue tanto cuanto convendría. Tenían y tienen farsantes que representan fábulas e historias antiguas. Son graciosísimos en los chistes y motes que dicen a sus mayores y jueces; si son rigurosos, si son blandos, si son ambiciosos, y esto con mucha agudeza y en una palabra, y para entenderlo y saber a quién motejan, conviene saber su lengua muy bien y las frases y modos de hablar que tienen en sus triscas y conversaciones, que son agudos y de reír. Los religiosos vedaron al principio de su conversión a estos farsantes o porque cantaban antiguallas que no se dejaban entender o porque no se hiciesen de noche estas comedias y evitar pecados, en tales horas. Y averiguando algo desto, hallé que eran cantares o remedos que hacen de los pájaros cantores y parleros y particularmente de un pájaro que canta mil cantos, que es el Sachic, que llama el mexicano Censontlatoli; que quiere decir pájaro de cien leguas. Llaman a estos farsantes Baldzam y por metáfora llaman Baldzam al que se hace gracioso, decidor y chocarrero. 9 En la Relación de la visita de Fray Alonso Ponce escrita por Ciudad Real, hay la descripción de una interesante danza que se hizo al visitar el pueblo de Kantunil, que dice así: "... con muchos bailes y danzas, al modo de la tierra y al de Castilla, y entre ellos sacaron los indios para regocijase [sic] una invención particular que fue: unas andas y sobre ellas un castillo redondo y angosto, a manera de púlpito, de más de dos varas de medir de alto, cubierto de alto a bajo con paños de algodón pintados, con dos banderas en lo alto a cada lado la suya; metido en este púlpito, y que se parecía de la cintura arriba, iba un indio muy bien vestido y galano, ...y con un moxqueador de pluma en la otra, vuelto hacia el padre Comisario, iba siempre haciendo meneos y silvando al son de un teponastle que tocaba otro indio allí junto a las andas, entre otros muchos que al mesmo son iban cantando, haciendo mucho ruido y dando muchos y muy recios silvios. Llevaban estas andas y castillo seis indios a hombros, y aun éstos también iban bailando y cantando, meneando los pies y haciendo las mesmas mudanzas que los otros, al son del mesmo teponastle: era muy vistoso aquel castillo y campeaba mucho y divisábase bien por ser tan alto y estar tan pintado. Llámase aquel baile e invención, en aquella lengua, zonó, y es de los que usaban en tiempos antiguos. Acudieron infinidad de indios así a ver aquel baile, como a ver al padre Comisario..." 10 Bástenos aquellos tres prístinos informantes. Colacionemos sus informes entre sí y con otras fuentes primordiales también, pero anónimas, a saber: el Diccionario de Motul que aunque atribuido a Ciudad Real, mientras la prueba no sea evidente debemos considerarlo anónimo; lasjjinturas de Bonampak y los Cantares de Dzitbalché, amén de alguna otra supervivencia postmontejina. 134 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Landa nos dice acerca del teatro, "Que tienen recreaciones muy donosas y principalmente farsantes que representan con mucho donaire" y se refiere aún a "dos teatros en que dicen representaban las farsas y comedias para solaz del pueblo" al describir el templo Kukulkán en Chichén Itzá. Sánchez de Aguilar, sobre el mismo asunto afirma que "...tenían y tienen farsantes que representan fábulas e historias antiguas y que son graciosísimos en chistes..." y que llaman a estos farsantes baldzam..." Acerca de la danza, Lando informa, cuando se refiere a los instrumentos musicales: "con estos instrumentos hacen son a los bailantes"... luego agrega: "tienen dos bailes muy de hombre y de ver" y, además, "que en sus bailes son pesados porque todo el día entero no cesan de bailar" y describe o menciona no menos de diez danzas diferentes, incluyendo las dos de "muy hombre y de ver". Sánchez de Aguilar comienza diciendo que "En su gentilidad y ahora, cantan y bailan", pero no se refiere a las danzas, sino que preferentemente decide hablar del teatro, de la música y del canto, y así dice: "cantan al uso de los mexicanos y tenían y tienen un cantor principal que entona y enseña lo que se ha de cantar y le veneran y reverencian... y le llaman holpop a cuyo cargo están los instrumentos de música como son flautas, trompetas, conchas de tortuga y el teponastle" y que "lo que cantan son fábulas y antiguallas, cantares y remedos que hacen de los pájaros cantores y parleros". Sin embargo, su lista de instrumentos es menos completa que la de Landa; la de éste incluye los de aquél; nos da un total de siete a cambio de sólo tres de Sánchez de Aguilar: he aquí la lista de Landa: atabales pequeños que tañen con la mano, atabal de palo hueco (el teponastle o tunkul), trompetas largas y delgadas de palo con una calabaza al extremo, conchas de tortuga entera, chiflatos de hueso, caracoles y flautas de caña. Ahora bien, arqueológicamente se han hallado flautas, ocarinas y tambores de cerámica, flautas de hueso, cascabeles e instrumentos de frotamiento de hueso y concha, sonajas en forma de vasos de doble fondo, y de otras formas, etc., esto es, los objetos mismos, mientras que en las pinturas murales de Bonampak se ven algunos de los instrumentos mencionados en los escritos citados, sonajas (mencionadas en otros documentos) y un gran tambor alto, vertical, que estaba en boga en México al momento de la Conquista y que los naturales de allá llamaban huéhuetl. También en los códices pictóricos mayas se encuentran representaciones de instrumentos musicales. El Diccionario de Motul no solamente corrobora los datos de los cronistas y nos da los nombres de varios instrumentos y alguna terminología técnica, sino que registra nueve nombres de obras teatrales; ellas son: 1. "Ah Canche Caan", que se puede traducir como "El Escabel del Cielo" y que dice ser "cierto entremés que hacen los indios en sus representaciones". 2. "Ah Con Cutz", o sea "El Vendedor de pavos silvestres", "cierta representación". 3. "Ah Con Cum". o sea "El Vendedor de Ollas", "entremés o representación". 4. "Ah Con Ic", o sea "El que Vende Chiles" "representación de los indios" . 5. "Ah Con Tzatzam", o sea "El que Vende Enredos", "cierta representación". 6. "Ah Cuch Uitz", o sea "El que carga (o gobierna) la Sierra Alta", "cierta representación". 7. "Ah Sacchiil Mo", o sea "La Guacamaya de la Boca Blanca" o mejor "De los Negocios falsos", "cierta representación". 8. "Ah Sac Hool Paal", o sea "El Chico de la Cabeza Blanca", "cierta representación". 9. "Ah Pakal Cacau", o sea "El Cultivador de Cacao", "cierta representación" 11 Por los nombres podemos deducir que estas "ciertas representaciones" eran entremeses de carácter cómico, farsas donde la gracia estaba en el decir; como ambos, Landa y Sánchez de Aguilar, dicen, eran maestros del buen humor, facundos y finos críticos sociales. Sabemos por el Diccionario de Motul que había, además del Holpop que era maestro de canto "que entona y enseña lo que se ha de cantar", otro "principal que tiene cuidado de los danzantes o farsantes que se juntan en su casa y se imponen" (es decir, estudian, ensayan) a quien se llamaba "Ah Cuch Tzublal" o sea Director de Arte Escénico que así se puede traducir dicho nombre, pues define 135 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 nuestra Autoridad motuleña: "Tzublal: mozo curioso, dispuesto, gallardo, gentil hombre, galán polido y bizarro"; además, "bailador... y es porque suelen salir galanos" y "Tzublail: fantasía, hermosura, gentileza, galanía y bizarría que engríe y ensorberbece"; y ¿qué es el arte escénico sino todo eso? El Holpop era el Director de Danza y Canto; el Ah Cuch Tzublal lo era de Arte Escénico. Tenían una casa especial donde se reunían para estudiar y ensayar sus bailes y se llamaba Popolna, cuyo encargado era el Holpop quien guardaba allí los instrumentos y el atuendo como dice Sánchez de Aguilar. Esta casa no era sólo para eso, sino también para tratar cosas de la comunidad o "de república" como dicen los vocabularios. Estos nos dan a entender que el Teatro y la Danza y más ésta que aquél eran artes comunales, una institución permanente de la comunidad. Además del nombre baldzam que nos da Sánchez de Agujlar para el farsante o actor y que los diccionarios registran, el de Motul da estos otros: "Bacab: representante juglar" y "Taah o Taahhaldzam: representante, decidor, comediante". El verdadero nombre del danzante era "Ah okot", ya que okot significa baile. Ya vimos que si también se les llamaba Ah tzublal, era porque "suelen salir galanos". Al cantor se le llamaba Ah kayom, porque kay es igual a canto. Al que cantaba entonado se le llamaba Ah Noh Cal, o sea El Gran Garganta, aunque también El Gran Voz o El de la Voz Recta, puesto que noh es grande pero también derecho y cal dice garganta, pero también voz; así, el sonido de la trompeta es u cal hom; la voz delgada es bekech cal; coch cal, es voz gruesa y Che’eh cal, voz recia y sonora, es decir, el primero sería el tenor, el segundo el bajo y el tercero el barítono; la armonía del canto se decía: u zínaan kay, ya que zínaan vale por acento y tono. Al cantante desentonado se le llamaba Ah Dzic Cal, El de la Voz Brava. Ah Tuz Kay era el nombre que se daba al compositor de cantos; tuz significa mentira, pero también "inventar, componer, ordenar, constituir y establecer" según nuestra autoridad léxica. No da esta o por lo menos no lo hemos hallado en ella, el nombre que se daba al autor teatral, pero dice que "Ah Síian can o Ah Síian than" es "el que sabe muchas historias". Veamos ahora cómo se llamaban los instrumentos musicales; la trompeta era hom, como se ha dicho; chul, la flauta; xoxob, el silbato u ocarina; hub, el caracol (la autoridad para este nombre es ]uan Pío Pérez, pues no lo consigna el Matul); soot, las sonajas; Risa de los Pies, che’eh oc, eran "los cascabeles que usan los danzantes"; tunkul, el atabal horizontal hecho de un tronco hueco con dos lengüetas sacadas sobre su superficie con tres cortes haciendo longitudinalmente la figura de una H mayúscula, que llama Sánchez de Aguilar con el nombre mexicano de "teponaguaztli"; pax, cualquier otro instrumento de percusión y el tocarlo; boxel ac, las conchas de tortuga, o boxel a secas; pero ignoramos el nombre del gran tambor que los mexicanos llamaban huehuetl y de otros instrumentos o variedades de los ya mencionados. ¿Qué sucedió a todo aquel arte y a dónde ha ido a parar la habilidad y afición teatral, musical y coreográfica del pueblo peninsular autóctono? Le fue destruido y no se le sustituyó debidamente. En Yucatán no florecieron los autos españoles y de los bailes sólo adoptaron el remedo de jota que es la jarana. Lo auténtico casi se ha ido para siempre, si no es que ya se ha marchado totalmente. Don Pedro Sánchez de Aguilar nos lo dice: "Los religiosos vedaron al principio de su conversión estos farsantes o porque cantaban antiguallas que no se dejaban entender o porque no se hiciesen de noche estas comedias y evitar pecados en tales horas". 12 Él mismo propuso el remedio así: "... fábulas y antiguallas que hoy se podrían reformar y darles cosas a lo divino que canten". 13 Pero no era cosa fácil; la conversión no fue efectiva; delante de los frailes eran sumisos cristianos y dejaron de hacer lo que les prohibieron; pero en los bosques, en silencio, siguieron practicando secretamente ritos de su religión; mas el canto y la danza los hubiese denunciado y las farsas requerían de los poblados. Sánchez de Aguilar fracasó al querer aplicar su remedio según declara: "Confieso que aunque metí la mano en esta materia, no fue tanto como convendría". 14 Sin embargo, parece que hace cien años habían aún vestigios. Don Juan Pío Pérez, en 1846, menciona "...esos cantos obscenos que aún conservan los Indios en sus mitotadas y otros semejantes que por esto se prohibieron". 15 Por otra 136 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 parte, el Padre Carrillo y Ancona en su mencionada Disertación da noticias de una supervivencia teatral, que estaba en acción por aquellas mismas épocas. Dice así, sorprendido: "Habiendo hablado de la poesía y del canto, y hablado en su consecuencia del baile y de la música, he aquí que una especie de teatro, ¡quién lo creyera! el teatro maya, reclama sobre la historia nuestra atención. Conocían y practicaban los antiguos yucatecos el uso y recreo de las representaciones teatrales... Sirva de prueba el argumento mismo de la invasión y conquista española que, según nos informó el memorable Dr. D. José Canuto Vela, presidente que fue de las comisiones político-religiosas cerca de los indios rebeldes del Sur y Oriente de la península, desde 1849 y 1850, formaba una buena representación teatral que él mismo vio representar a los indios con mezcla de canto y baile". 16 El Sr. Carrillo, inmediatamente, se refiere a la prohibición y sustitución con estas palabras: "...varios documentos históricos existen acerca del buen gobierno, policía y buenas costumbres de los indios convertidos, por donde consta cómo los gobiernos eclesiástico y político mandaban que se procurase extirpar ciertas representaciones dramáticas propias de los indios, por razón de lo obsceno e idolátrico de ellas; y disponían que para dar algún recreo a los mismos, fueran sustituidas con las muy conocidas representaciones religiosas de las costumbres populares de la Europa Cristiana". 17 Aquella referencia es la única conocida de una obra teatral representada por los naturales de la península, con motivo histórico moderno. Hasta hace unos cuarenta años se escenificaba una farsa con actores que representaban animales, en el pueblo de Tinum, del Estado de Campeche, cuyos motivos aprovechó el poeta D. Juan de la Cabada para una de sus obras. 18 Los Xtoles, una danza con canto, constituyó por la misma época en Mérida un vestigio que se ha perdido, aunque sus motivos musicales han sido aprovechados en cantos, óperas y rapsodias modernas. Sin embargo, cada año se practica en Dzitás, Yucatán, un complejo coreográfico y ceremonial durante la fiesta de Santa Inés, pero cada vez palidece y se transforma; se trata de la Danza de los Ramilletes, la del Cotz Cal Tzó, en la que se sacrifican danzando 13 pavos, y la ceremonia y danza de las cabezas de cerdo, dignas de reconstruirse en su forma clásica para ser registradas en cinta cinematográfica a color y con sonido, antes de que las nuevas generaciones las rocanrolicen. Por cuanto a testimonios documentales tenemos, como hemos dicho, los Cantares de Dzitbalché y los frescos de Bonampak; aunque éstos no corresponden a Yucatán, parecen ser las proyecciones cinemascópicas a todo color de las pálidas informaciones escritas de nuestros viejos cronistas. II LOS CANTARES DE DZITBALCHÉ LOS CANTARES de Dzitbalché, como su nombre lo indica, proceden del pueblo de este nombre del Estado de Campeche. Fueron descubiertos en Mérida alrededor del año 1942. No todos los cantares están completos, desgraciadamente, pero constituyen el único ejemplo conocido hasta hoy de un códice de este tipo de litetatura en toda el área maya. Son, en efecto, 15 cantares y una portada, pero ésta reza: "El Libro de las Danzas de los Hombres Antiguos, que era costumbre hacer acá en los pueblos cuando aún no llegaban los blancos". Y es que sin duda se cantaban danzando. Se refieren a diversos temas. Nos hacen tener un ejemplo auténtico de la letra que acompañaba a las danzas, porque la música ¡ay! no ha quedado fijada en modo alguno; nos aclaran, por una parte y corroboran por otra, datos vagos que teníamos de algunas costumbres o menciones de ellas en algunas viejas crónicas. Tal por ejemplo el sacrificio por flechamiento relatado por Landa y el Kay Nicté o Canto de la Flor (núm. 9) (donde la flor simboliza el amor carnal), cuya memoria se conserva aún hoy y quizás se practique el rito todavía. En estos cantares, además, tenemos los nombres de instrumentos musicales. Por ejemplo, 137 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 en el núm. 12 se mencionan el tunkul que hemos citado, el zacatán, probable nombre del tambor vertical, que no se registra en el Diccionario de Motul ni en el de Juan Pío Pérez; el caracol y, por último, "la cantadora jícara", que nos hace pensar en las "trompetas largas y delgadas de palos huecos, y al cabo unas largas y tuertas calabazas" que describe Landa, aunque quizás se trate de un instrumento diferente. En ese cantar también se menciona el Holpop y otros funcionarios y a los farsantes, bailarines, contorsionistas, saltarines ¡y corcovados...! En el número 7 se mencionan las sonajas y la concha de tortuga con el nombre de cocbox, o sea carapacho de tortuga terrestre. Desde el punto de vista físico, los Cantares de Dzitbalché ofrecen las siguientes características: 1. Están escritos en papel español cuando se hallaba en parte deteriorado. Sobre el deterioro original ha sufrido otros posteriores a la escritura. 2. Cuando el deterioro del papel existía previa a la escritura, ésta se acomodó a aquél. El posterior deterioro la dañó parcialmente. Éste consiste en picaduras y desgarros en lo que respecta al papel mismo y en deslavadura de la tinta por efecto de humedad, luz, etc. El papel tiene la pátina del papel blanco viejo; la tinta es entre negra y ocre. 3. Formaron como hemos dicho antes un libro, de hojas cosidas con fino hilo de henequén, del cual sólo quedaban débiles vestigios al momento de su adquisición. Las hojas tienen más o menos 21 centímetros de altura, por 15,5 centímetros de anchura. 4. 4 La grafía es tosca, pero firme, toda en mayúsculas trazadas, a lo que parece, parte con el cheeb maya, o sea una varita de madera aguzada de varias medidas y parte con pluma de ave. 5. Con excepción de cuatro de los textos, todos los demás están escritos a dos columnas, imitando al verso español Desde el punto de vista filológico ofrecen peculiaridades bien suyas, a saber: 1. Sigue la ortografía tradicional del siglo XVIII, cuando se había descartado el uso de la cedilla, usándose la z en lugar de aquélla, pero conserva el uso de la c para el fonema oclusivo palatal sordo (k) y k para la misma articulación pero con cierre simultáneo de la glotis (k'). El reformador de la ortografía que suprimió la cedilla fue Fray Pedro Beltrán de Santa Rosa en 1742 (su Arte fue impreso en México en 1746); este hecho da la pauta para considerar el libro de los Cantares de Dzitbalché como copia sacada de otro original en dicho siglo XVIII. 2. Abusa del uso del guión para separar una palabra de otra, pero este uso no es preciso: algunas veces falta, otras divide las palabras mismas de modo arbitrario. 3. Usa siempre el signo v en vez de u. 4. Usa el apóstrofo en pocas ocasiones como signo de glotalización; las más veces para determinar contorno como en el caso de h’uayah-yaab y t’okol (Cantar núm. 3). 5. Las consonantes glotalizadas están representadas dobles en el caso de la p’ y de la t’; con apóstrofo en el caso de la ch’ (véase línea 12 del Cantar núm. 1: H'ch'oo) o doblando la h con la adición o no del apóstrofo. Sin embargo, en un mismo texto puede verse th y t’ para el mismo fonema; y la falta del apóstrofo en la ch glotalizada. La letra k en la ortografía tradicional siempre ha representado el fonema glotalizado oclusivo palatal sordo; no obstante, en la grafía de los Cantares a veces tiene doble trazo vertical. Algunas veces se usa c para este fonema. Las vocales en varias ocasiones están representadas con acento; éste en algunas vocales finales representa clausura glotal final. La duración vocálica está indicada doblando el signo correspondiente. 6. El dialecto es muy semejante al del norte de Yucatán, pero algunas palabras aparecen con el sufijo -il infijado en seguimiento de las vocales, diptongando éstas como en el caso de kailbeilt que en el norte se dice kabet y en el de oaiilc que en la citada región es oaic o oic (Cantar núm. 1). 138 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 7. Las nasales m y n se intercambian sin precisión o vienen juntas (tunmen por tumen). 8. Al plural -oob a veces le falta la b. Aunque titulamos cantares a todos los textos del códice, algunos de éstos más parecen narraciones o explicaciones sin otra particularidad que la de estar escritos en columnas, a manera de verso, sin haberlo propiamente. Tales los números 3, 5, 9 y 10. En otros el estilo es de oración religiosa de humilde siervo de la divinidad como los números 2 y 6. Los números 1 y 13 están íntimamente relacionados: el primero parece la introducción del segundo: describe a los danzantes sacrificadores del sacrificio a flechazos y a la víctima; se dirige a ésta animándola, al mismo tiempo que menciona a los funcionarios que asisten al sacrificio. El número 13 es el canto dirigido a los danzantes sacrificadores, describiendo cómo se han aderezado y cómo deben ejecutar el sacrificio. 19 El estilo de estos dos cantares, es magistral por su composición, su ritmo y sus figuras. El Cantar núm. 4 está dedicado a las mozas que van al matrimonio, describe su felicidad y las invita al canto y a poner sus corazones a las divinidades. El Cantar núm. 8 es una patética endecha de orfandad. Es uno de los que tienen corte redondo y estilo puro en su cadencia, aunque su lenguaje sea llano. El Cantar núm. 11 narra el amanecer cuando la noche con sus estrellas y sus animales se oculta y el día nace alegre. El núm. 14 parece introducción del siguiente y último núm. 15. El primero de éstos se refiere a las aves que alegres cantan y a quien debemos imitar. El segundo es un canto de amor a una mujer a la cual se invita a engalanarse y lucir bella para alegrar la hora. Los tres cantares de este grupo son puramente líricos, de buen estilo. El núm. 12 canta la ceremonia del recibimiento del nuevo año, después que han pasado los días aciagos. Su estilo es descriptivo y llano. Además de los 15 cantares descritos, la portada tiene interpolada una cuarteta de estilo popular que todavía dura y aparecen fragmentos de otros arriba del comienzo de los cantares 14 y 15, que se explican en las notas correspondientes a estos dos cantares. Todos los cantares son valiosos documentos etnohistóricos. Sobre la fecha registrada en la portada del manuscrito, véase la nota correspondiente. La transcripción se ha hecho siguiendo lo más exactamente posible el original, respetando sus líneas (que han sido numeradas), su división de las palabras o frases con guiones y su ortografía. Las partes reconstruidas del texto se han marcado con calderones [ ] y las que sobran se han indicado con paréntesis angulares < >. Esto último solamente cuando se ha considerado estrictamente necesario hacerlo. La traducción se hizo apegándose lo más cerca posible a la letra, forzando en veces la sintaxis española, lo cual no perjudica a este idioma, y sí conserva el espíritu de la lengua maya. ALFREDO BARRERA VÁSQUEZ _____________________________ NOTAS 1 La mayor parte de esta Introducción fue leída como conferencia en Mérida, en 1959, posteriormente publicada en la Revista "Ochil" de Mérida. Ver Barrera Vásqúéz, 1959. 2 Registro Yucateco. Tomo IV, p. 23. 3 La disertación sobre la literatura antigua de Yucatán, ha sido reproducida varias veces. Véase Bibliografía. 4 Informe contra Idolorum Cultores. Fue también reeditad en Mérida en 1937 y en México en 1953. Véase Bibliografía. 5 (Ciudad Real, Antonio de), (1588). 6 Véase Villagra, 1947 y Rupert et al., 1955. 7 Landa Ms. f. 17r.; 1938, p. 37. 139 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 8 El nombre de esta Danza, según Roys (citado por Tozzer, 1941, p. 156, nota 786), pudo haber sido chohom, El Pintado con Índigo. En efecto, esta danza la acostumbraban ejecutar los pescadores que teñían de azul sus implementos. Otro significado puede referirse a chorro, en el sentido de abundancia, tomando como correcto el morfema choh, sin glotalización del primer fonema. 9 Sánchez de Aguilar, op. cit., p. 149, edición de 1937. 10 Ciudad Real, op. cit., II: 141. Apud Martí, 1961, pp. 54-55. 11 Martí, 1961, pp. 84-90, reproduce la lista anterior y agrega los nombres de danzas que se encuentran en varias otras fuentes tanto de Yucatán como de Guatemala. 12 Sánchez de Aguilar, 1937, p. 149. 13 Ibid 14 Ibid. 15 Citado por Carrillo y Ancona en su mencionada Disertación; edición de 1913, p. 20. 16 Carrillo y Ancona, op. cit., p. 23. 17 Ibid. 18 Cabada, Juan de la, 1944. 19 Véase la descripción que hace Landa, Ms. 23r. de este sacrificio. Está citada en la edición de este cantar publicada en Tlalocan. _____________________________ X-KOLOM-CHE (I) El Libro de las Danzas de los hombres antiguos que era costumbre hacer aquí en los pueblos [de Yucatán] cuando aún no llegaban los blancos. Besaré tu boca entre las plantas de la milpa. Bella blanca, tienes que despertar. Este Libro fue escrito por el Señor Ah Bam, bisnieto del gran Ah Qulel 4 del pueblo de it- balché en el entonces [año de] un mil... En el pueblo de it- balché, en el año un mil cuatrocientos cuarenta. X-KOLOM-CHE (II) Mocetones recios, hombres del escudo en orden, entran hasta el medio de la plaza para medir sus fuerzas en la Danza del Kolomche. 140 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 En medio de la plaza está un hombre atado al fuste de la columna pétrea, bien pintado con el bello añil. Puéstole han muchas flores de Balché para que se perfume; así en las palmas de sus manos, en sus pies, como en su cuerpo también. Endulza tu ánimo, bello hombre; tú vas a ver el rostro de tu Padre en lo alto. No habrá de regresarte aquí sobre la tierra bajo el plumaje del pequeño Colibrí o bajo la piel ...del bello Ciervo del Jaguar, de la pequeña Mérula ó del pequeño Paují. Date ánimo y piensa solamente en tu Padre; no tomes miedo; no es malo lo que se te hará. Bellas mozas te acompañan en tu paseo de pueblo en pueblo... ...No tomes miedo; pon tu ánimo en lo que va a sucederte. Ahí viene el gran Señor Holpop; viene con su Ah-Kulel; así también el Ahau Can Pech, ahí viene; a su vera viene el gran Na- con Aké; ahí viene el Batab H... Ríe, bien endúlcese tu ánimo, porque tú eres a quien se ha dicho que lleve la voz de tus convecinos ante nuestro Be- llo Señor, 141 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 aquél que está puesto aquí sobre la tierra desde hace ya muchísimo [tiempo] ... ... CANTAR 2 [CANTAR AL SOL QUE SE DEDICA] AL GRAN SEÑOR AH KULEL / DEL PUEBLO DE ITBALANCHÉ, / EL AHUACAN PECH / Vine, vine ante tu cadalso a merecer de ti tu alegría Be- llo Señor mío por- que tú das lo que no es malo, las buenas cosas que están bajo tu mano. Tienes buena y redentora palabra. Yo veo lo que es bueno y lo que es malo aquí en la tierra. Dame tu luz mi verdadero Padre; pon mucho entendimiento en mi pensar y en mi inteligencia para que pueda re- verenciarte cada día. II Álcese el arrojadizo dañoso de la manceba del demonio sobre mí, si no es verdad lo que te declaro; muérase mi madre, muérase mi padre, muérase mi esposa, muéranse mis animales, si lo que relato Padre mío... verdaderamente yo te imploro a ti Bello Padre de los cielos. Grande eres en tu asiento en las alturas. Por eso yo 142 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 te reverencio Bello Único Dios. Tú das el bien lo mismo que el mal aquí sobre la tierra Yo te llamo... CANTAR 3 LA PONZOÑA DEL AÑO LOS VEINTE DÍAS NEGROS Los días del llanto, los días de las cosas malas. Libre está el diablo, abiertos los infiernos no hay bondad, sólo hay maldad, lamentos y llanto. Ha pasado un entero año, el año nombrado aquí. Ha venido también una veintena de días sin nombre los dolorosos días, los días de la maldad los negros días! No hay la bella luz de los ojos de Hunabku para sus hijos terre- nales, porque durante estos días se miden los pecados en la tierra a todos los hombres: varones y mujeres, peque- ños y adultos, pobres y ricos, sabios e ignorantes; Ahaucanes, Ah Kuleles Batabes, Nacomes, Chaques Chunthanes, Tupiles. A todos los hombres se les miden sus pe- cados en estos días; porque llegará el tiempo en que estos días será el fin del mundo. Por esto se lleva la cuenta de todos los pecados de los hombres aquí sobre la tierra 143 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Los pone Hunabku en un grande vaso hecho con el barro de las termitas cartoneras y las lágrimas de los que lloran las maldades que se les hace aquí en la tierra. Cuando se colme el gran vaso... CANTAR 4 VAMOS AL RECIBIMIENTO DE LA FLOR Alegría cantamos porque vamos al Recibimiento de la Flor. Todas las mujeres mozas, [tienen en] pura risa y risa sus rostros, en tanto que saltan sus corazones en el seno de sus pechos. ¿Por qué causa? Porque saben que es porque darán su virginidad femenil a quienes ellas aman. ¡Cantad La Flor! Os ayudarán (acompañarán) el Nacom y el gran Señor Ah Kulel presentes en el cadalso. El Ah Kulel canta: "Vámonos, vámonos a poner nuestras voluntades ante la Virgen la Bella Virgen y Señora la Flor de las Mozas que está en su alto cadalso, la Señora... Suhuy Kaak. Asimismo [ante] la Bella 144 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 X Kanleox y [ante] la Bella X Z oot y la Bella Señora Virgen X T'oot'much. Ellas son las que dan el Bien a la Vida aquí sobre la Región, aquí sobre la Sabana y a la redonda aquí en la Sierra. Vamos, vamos, vámonos jóvenes; así daremos perfecto regocijo aquí en oitil Piich, oitil Balche. CANTAR 5 <HVA-PAACH’OOB> Se ha hecho muy necesario que sea medida la cuen- ta de cuántos años o katunes de tiempo han pasado del tiempo desde cuando [existieron] aquí en estos poblados, los grandes y poderosos hombres, aquéllos que alzaron los muros de los antiguos poblados, que ahora miramos aquí en la Provincia de la Sabana; todos esos poblados esparcidos sobre la tierra que ahora miramos posados [sus edificios] aquí y allá, sobre altos cerros. Lo que signifique aquí en los poblados, damos; el significado, el cual vemos hoy, y lo que sabemos porque día a día vemos en medio de los cielos la señal de lo que 145 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 nos fue dicho por los hombres antiguos hombres de aquí de nuestros pueblos, de aquí de nuestra tierra. Damos lo cierto de nuestra intención para que se pueda leer lo que hay en la faz del cielo al entrar la noche, así desde el horizonte hasta el meridiano, Así pues se in- clina... CANTAR 6 ORACIÓN AL SEÑOR DE LOS SOSTENEDORES DE LOS TUNES Mi<s> padre<s>: yo vengo completamente inclinada la frente de mi rostro. Días nueve hay que no he tocado ni visto mujer, ni he permitido que llegue el mal pensamiento a mi mente. Pobre [de mí] porque vengo con mis nuevas bragas, mi nueva cobija pectoral. Así también, como habréis de ver padre<s> mío<s> yo no busco la maldad del pecado ante vuestra vista, mi Verdadero Padre Único Dios, por eso estando pura, albeante mi alma, vengo a verte en tu lugar, porque a ti entrego por entero mi voluntad y mi pensamiento aquí sobre la tierra. Sólo en ti enteramente con- 146 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 fío aquí en el mundo. Porque tú, ¡oh, Gran Sol!, das el bien aquí sobre la tierra a todas las cosas que tienen vida; porque tú estás puesto para sostener esta tierra donde viven todos los hombres y tú eres el verdadero redentor que da el bien. CANTAR 7 KAY NICTE CANTO DE LA FLOR La bellísima luna se ha alzado sobre el bosque; va encendiéndose en medio de los cielos donde queda en suspenso para alumbrar sobre la tierra, todo el bosque. Dulcemente viene el aire y su perfume. Ha llegado en medio del cielo; resplandece su luz sobre todas las cosas. Hay alegría en todo buen hombre. Hemos llegado adentro del interior del bosque donde nadie <nos> mirará lo que hemos venido a hacer. Hemos traído la flor de la Plumeria la flor del chucum, la flor del jazmín canino, la flor de... 147 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Trajimos el copal, la rastrera cañita ziit, así como la concha de la tortuga terrestre, Asimismo el nuevo polvo de calcita dura y el nuevo hilo de algodón para hilar; la nueva jícara y el grande y fino pedernal; la nueva pesa; la nueva tarea de hilado; el presente del pavo; nuevo calzado, todo nuevo, inclusive las bandas que atan nuestras cabelleras para tocarnos con el nenúfar; igualmente el zumbador caracol y la ancia- na [maestra]. Ya, ya estamos en el corazón del bosque, a orillas de la goza en la roca, a esperar que surja la bella estrella que humea sobre el bosque. Quitaos vuestras ropas, desatad vuestras cabelleras; quedaos como llegasteis aquí sobre el mundo, vírgenes, mu- jeres mozas... CANTAR 8 EL DOLIENTE CANTO / DEL POBRE HUÉRFANO DE MADRE / BAILE DE GOLPE EN LA MADERA Muy pequeño yo era cuando murió mi madre, cuando murió mi padre. Ay, ay, mi señor! Y quedé en manos y compañía de mis amigos. A nadie tengo aquí sobre la tierra. Ay, ay, mi señor! Pasados dos días se me mueren mis amigos. Inseguro he quedado. Inseguro y solo. Ay, ay! Pasado aquel día 148 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 que me quedé solo, me tomó presto para llevarme un extraño de su mano; ay, ay, mi señor!, mal, muchísimo, mucho mal paso aquí sobre la tierra. Nunca quizá, cesará mi llanto. Ni mis parientes existen. Muy solo, sólo así paso aquí en mi tierra. Día y noche sólo llanto y llanto consumen mis ojos y eso consume mi ánimo bajo mal tan duro. Ay, mi señor! Toma de mí compasión. Por fin a este doloroso sufrimiento. Dame el término de la muerte o dame rectitud de ánimo, mi Bello Señor! Pobre, pobre... solo sobre la tierra, si tiene que pedir inseguro y solo implorando e implorando, de puerta en puerta, toda persona que lo viere le dará amor. No tiene hogar, no tiene roas, no tiene fuego. Ay mi señor! Toma de mí compasión. Dame rectitud de ánimo para que pueda padecerlo. 149 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 CANTAR 9 ORACIÓN A CIT BOLON TUN QUE DICE CADA UINAL EL DOCTO Mensual oración del doctor en medicina para que haya pomolche' en los bosques, beec en los bosques [TIKAL-TIKAL-O-HOM] (Sin traducción) prenda en la tierra el plantado bacalche' el bohom así en el oriente como en el norte, así en el poniente como en el sur. Viene por los cuatro ramales del camino de los cielos donde está la casa de la estera en que rige el sabio Hunabk'u', aquél que recuerda al hombre que es difícil la vida aquí en el mundo para quien quisiera ponerse en el afán de aprender. Y que aquí en la tierra da salud porque es el Señor del fuego, del agua, del aire, de la tierra, Señor de este mundo, de todas las cosas hechas por él. El Señor Hunabku es quien da lo bueno y lo malo entre los buenos y los malos. Porque él da su luz sobre la tierra; porque es el Dueño de todas las cosas que están bajo su mano, lo mismo el sol que la luna; lo mismo la estrella humeante que es como la flor luminosa de los cielos: lo mismo las nubes que las lluvias; lo mismo el rayo que la más pequeña mosca; lo mismo las aves que los otros animales; lo mismo 150 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 CANTAR 10 <EL SEÑOR SERPIENTE DE CASCABEL SEÑOR SERPIENTE DE PLUMAS PRECIOSAS> A ti hombre vengo a decirte porqué aquí en esta región aquí en La Sabana, aquí en la tierra de nuestros antiguos gigantes hombres y también de corcovados cuando aún no había llegado a estas tierras ningún hombre como los que estamos, ya hacía muchísimo tiempo que aquí se paseaba X Ah Chaa Paat que tenía en junto siete salientes cabezas, al que de pronto veías que se atravesaba en tu camino para devorarte y para darte mal en tu vida si no entendías lo que te preguntaba. Pero he aquí que llegó el día que hubo quien se lo dijera y cuando lo oyó enfurecióse porque aquel que pudiera darle la respuesta de lo que le diose para entender y responder a él sería Ah Chaa Paat también porque le entendió y respondió. Por eso gravemente tomó maldad lo que da para que entiendan y respondan, porque fue engañado por aquél que le respondió. 151 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 CANTAR 11 EL CANTO DEL JUGLAR El día se hace fiesta para los pobladores. Va a surgir la luz del sol en el horizonte. Va y va así por el sur como por el norte; así por oriente como por el poniente. Viene su luz sobre la tierra oscura a dar... Las cucarachas y los grillos y las pulgas ...y las mariposas nocturnas corren a sus habitáculos. Las chachalacas y las palomas y las tórtolas y las perdices las pequeñas codornices las mérulas y los sinsontes! Mientras las hormigas rojas corren a... Estas aves silvestres comienzan su canto porque el rocío origina felicidad. La Bella Estrella refulgente encima de los bosques "humea"; desvanecientemente viene a morir la luna sobre el verdor de los bosques. Alegría del día en fiesta aquí en el poblado, porque un nuevo sol viene a alumbrar a todos los hombres que viven unidos aquí en el poblado. 152 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 CANTAR 12 EL APAGAMIENTO DEL ANCIANO SOBRE EL MONTE Declina el sol en las faldas del cielo al po- niente; [suenan] el tunkul, el caracol y el zacatán y se sopla la cantadora jícara. Se seleccionan todos... han venido. Después, saltando van para llegarse ante el popolna [donde está] el Ahau Can. Allí también están el Holpoop y los Chaques, así corno el Señor Ah Ku- lel y sus ayudantes. Han llegado los músicos cantantes, los farsantes, bailarines contorsionistas, saltarines y los corcovados y los espectadores. Todas las personas han venido en pos del Señor Ahau Can a la di- versión que se hará en medio de la plaza de nuestro pueblo. Al comenzar a penetrar el sol en las faldas de la superficie del cielo, es el momento conveniente para comenzar... ......copal...... El Señor del Cielo recibirá el humo del fuego para escocer el rostro del Señor Sol. Vámonos, vamos al tronco de la Ceiba; vamos a poner el trueque-ofrenda para el nuevo año. Ya, ya han pasado los dolorosos días. Vamos a reunirnos en el pueblo; vamos al orienre del pueblo a colocar la columna de madera del Viejo Recibidor del Fuego sobre el cerro. Traed todas las cosas nuevas; tirad todas las cosas viejas. El Señor Dios ha concedido que pasemos los malos días aquí en el pueblo, porque van a venir otros días otros uinales, otros años otro katún, para que venga a completarse una veintena de años para el ka- tún. Vamos a poner 153 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 nueva piedra de término (de año) a la puerta del pueblo. Busquemos una blanca piedra para indicar que otro año ha pasado... CANTAR 13 CANCIÓN DE LA DANZA DEL ARQUERO FLECHADOR Espiador; espiador de los árboles, a uno, a dos vamos a cazar a orillas de la arboleda en danza ligera hasta tres. Bien alza la frente, bien avizora el ojo; no hagas yerro para coger el premio. Bien aguzado has la punta de tu flecha, bien enastada has la cuerda de tu arco; puesta tienes buena resina de catsim en las plumas del extremo de la vara de tu flecha. Bien untado has grasa de ciervo macho en tus bíceps, en tus muslos, en tus rodillas, en tus gemelos, en tus costillas, en tu pecho. Da tres ligeras vueltas alrededor de la columna pétrea pintada, aquella donde atado está aquel viril muchacho, impoluto, virgen, hombre. Da la primera; a la segunda coge tu arco, ponle su dardo apúntale al pecho; no es necesario que pongas toda tu fuerza para asaetearlo, para no herirlo hasta lo hondo de sus carnes y así pueda sufrir poco a poco, que así lo quiso el Bello Señor Dios. A la segunda vuelta que des a esa columna pétrea azul, segunda vuelta que dieres, fléchalo otra vez. 154 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Eso habrás de hacerlo sin dejar de danzar, porque así lo hacen los buenos escuderos peleadores hombres que se escogen para dar gusto a los ojos del Señor Dios. Así como asoma el sol por sobre el bosque al oriente, comienza, del flechador arquero, el canto. Aquellos escuderos peleadores, lo ponen todo. CANTAR 14 (CANTAR SIN TÍTULO) I Allí cantas torcacita en las ramas de la ceiba. Allí también el cuclillo, el charretero y el pequeño kukum y el sensontle! Todas están alegres, las aves del Señor Dios. Asimismo la Señora tiene sus aves: la pequeña tórtola, el pequeño cardenal y el chinchin- bacal y también el colibrí. Son estas las aves de la Bella Dueña y Señora. Pues si hay alegría entre los animales, ¿por qué no se alegran nuestros corazones? Si así son ellos al amanecer: ¡bellísimos! ¡Sólo cantos, sólo juegos pasan por sus pensamientos! 155 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 CANTAR 15 CANTAR SIN TÍTULO II Poneos vuestras bellas ropas; ha llegado el día de la alegría; peinad la maraña de vuestra cabellera; poneos la más bella, de vuestras ropas; poneos vuestro bello calzado; colgad vuestros grandes pendientes en los pendientes de vuestras orejas; poneos buena toca; poned los galardones de vuestra bella garganta; poned lo que enroscáis y reluce en la parte rolliza de vuestros brazos. Preciso es que seáis vista cómo sois bella cual ninguna, aquí en el asiento de itbalché, pueblo. Os amo bella Señora. Por esto quiero que seáis vista en verdad muy bella, porque habréis de pareceres a la humeante estrella; porque os deseen hasta la luna y las flores de los campos. Pura y blanca blanca es vuestra ropa, doncella. Id a dar alegría de vuestra risa; poned bondad en vuestro corazón, porque hoy es el momento de la alegría de todos los hombres que ponen su bondad en vos. FUENTE: [De la Garza, Mercedes 1980, pp. 217-227, 242-249, 285-288, 342-385.] 156 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 • Textos lacandones II LA LITERATURA MAYA DE CHIAPAS El estado de Chiapas, en México, es uno de los que poseen mayor cantidad de grupos indígenas. Los más numerosos entre ellos son los tzotziles y los tzeltales, mientras que los menos numerosos (no alcanzan a ser más de 200) y en pleno proceso de extinción, son los lacandones. Para ilustrar la literatura de esta región, hemos escogido los siguientes textos: Treinta y ocho textos lacandones, que son algunos de los 51 cantos religiosos que, entre los años 1902 y 1903, recogió Alfred M. Tozzer entre los lacandones de Chiapas y que publicó en su versión original y con una traducción al inglés preparada por él mismo en el libro A Comparative Study of the Mayas and the Lacandones, en 1907. Ésta es la primera ocasión que se publican en castellano. Textos tzotziles que no son otra cosa que tres textos religiosos que se usan con fines curativos entre los indígenas de ese grupo. Fueron recogidos en 1960 por el Dr. William R. Holland, a cuya gentileza debemos la posibilidad de publicarlos por primera vez. Son muy importantes, pues de sus frases se desprende una gran cantidad de datos en extremo valiosos para la Etnología. El primero de ellos, Rezo para curar el espíritu, es sumamente extenso, por lo que aquí se ofrece tan sólo una parte. Los otros dos aparecen completos. La versión castellana fue preparada por un indígena bilingüe, Pascual Hernández T’ul, quien con su ayuda hizo posible la investigación del Dr. Holland. 1. TREINTA Y OCHO TEXTOS LACANDONES * * Estos textos fueron recogidos por Alfred M. Tozzer en la selva lacandona, Chiapas, México. Los publicó en versión maya e inglesa en: Alfred M. Tozzer, A Comparative Study of the Mayas and the Lacandones, New York, 1907. Es la primera vez que aparecen en castellano. Versión de Demetrio Sodi M. 1. Un juego de arco y flechas ofrecido a los dioses cuando un niño llega a la edad de la pubertad Héme aquí, para enrojecer su arco y su haz de flechas, oh Señor. Mira su arco y su haz de flechas, es de mi hijo, oh Señor. Cuando él crezca, te dará una ofrenda de papel, oh Señor. 2. Eclipse de Sol Oh Señor, el más excelente, no permitas que este fuego desaparezca. Sal fuera, al calor, después cumpliré contigo, oh Señor, el más excelente. Mira, sal, ven al calor, yo, aunque pobre, veo al más excelente. Está oprimido. No me he equivocado. No me relaciono con nadie, oh Señor, yo no me relaciono con nadie, ni con los míos, oh Señor... 3. Adivinación del nombre del dios cuya presencia es deseada Hago esto, muevo las manos para él, cuyo nombre está en el cielo, para él, cuyo nombre está en mi mano. No permitas un nombre falso en mi mano. Tómame, recíbeme, dame tu nombre, no permitas un nombre falso en mi mano. Para él, cuyo nombre está en el cielo, en la casa celeste, digo su nombre con mi mano, digo su nombre en el cielo. No permitas que mi mano mienta. En la casa celeste, di tu nombre. En la casa celeste, recibe el espíritu. Tómame. Dentro está el tronco, la raíz de... [aquí se pronuncia el nombre del 157 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 dios cuya presencia es deseada]. Para él, digo su palabra con mi mano. Que no desaparezca de mi mano. Él dice la verdad. Él está concluyendo su palabra aquí en mi mano. Él se levantará si está bien dicha. Él concluye su palabra en mi mano. 4. Adivinación del nombre de la ofrenda que desean los dioses Una ofrenda de posol si él la quiere, el Señor. Una ofrenda de posol si él la desea, el Señor. Algo que sea su regalo si tú lo quieres, ¡oh Señor! ¿Qué quieres? ¿Una ofrenda de posol? ¿Qué quieres? ¿Una ofrenda de posol? ¡Tú te levantas, tú te elevas, tú te reanimas! ¡Haré mi ofrenda de posol para ti! 5. Un don de frijoles ofrecido a los braseros en nombre de los dioses. He aquí los primeros frijoles. Te los doy, ¡oh Señor! Yo los comeré. 6. Una ofrenda de posol administrada a los braseros Mi ofrenda de posol es para ti, ¡oh Padre! Frente a ti vierto, sirvo de nuevo [mi posol] en tu boca, para tu bienestar, para que vengas y divinices a mis hijos, para que desciendas. Deten tu paso para beber mi ofrenda [de posol] que es para ti. Mi ofrenda es para ti, ¡oh Padre!, [estando] frente a ti te la doy para que la ofrezcas al padre. Mi ofrenda es para ti, ¡oh Padre!, frente a ti la ofrezco nuevamente para ti, para ti, para tu felicidad. Toma la ofrenda, es para ti. Tómala, es para ti, es tu regalo. Toma la ofrenda de nuevo, para tu felicidad, para que alegres a mis hijos. Toma la ofrenda para que me alegres. Yo, sólo, te hago sacrificio. 7. Una ofrenda de posol administrada al brasero de Usucún Frente a ti vierto, sirvo en tu boca, Usucún, ¡oh Señor!, mi ofrenda de posol. 8. Una ofrenda de posol que se hace al este de la choza sagrada. Viene la parte principal [de mi ofrenda], es para ti, ¡oh Señor! Acéptala, es para [el bien] del espíritu de mis hijos, ¡oh Señor mío! Es para [el bien] del espíritu de mi esposa. Para que tú la comas, para que tú la bebas. Toma la ofrenda de posol es para tí, es tu regalo. 9. Hojas de palma distribuidas a los participantes en el rito Recibe estas hojas, oh calor del fuego, son tuyas. Estoy yendo a limpiar tus dones. 10. Hojas de palma sostenidas sobre el humo del incienso ardiente Frente a ti inhalo tu humo, por eso estoy bien. Yo gozo de la vida. Yo te hago sacrificio. Que no me muerda la serpiente, que no me muerda el tigre. Por eso estoy bien. Que no haya dolor. Que no haya fiebre. Que no aprisione el dolor al espíritu de mis hijos. Que no aprisione la fiebre al espíritu de mis hijos, ni al espíritu de mis hijos ni al de mi mujer. 158 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 11. Canto por un niño pequeño, con las hojas de palma consagradas en el humo del incienso Guarda a mi hijo, oh mi Señor, que no tenga dolor, que no tenga fiebre. Que no lo aprisione el dolor en los pies. No lo castigues con fiebre en los pies. No castigues a mi hijo con mordeduras de serpiente. No le castigues con la muerte. Mi hijo juega, se divierte. Cuando crezca, él te hará ofrenda de posol, él te dará ofrenda de copal. Cuando crezca, te dará tortillas. Cuando crezca, te dará papel. Cuando crezca, te hará sacrificio. 12. Una jícara de posol distribuida a cada uno de los participantes Siéntate, bebe mi ofrenda de posol, es para ti. 13. Ofrenda individual de un poco de la ofrenda de posol Viene su espíritu, el de él, el del Señor. Mi ofrenda de posol es para ti, para el espíritu de mis hijos. Viene la cabeza [parte principal] de mi don para tí, ¡oh Señor! Para el espíritu de mi esposa. 14. Canto durante la fermentación de la bebida sagrada La corteza [del balch’é] pasa por mis manos, la corteza [del balch’é] pasa por mis pies. Yo soy el que oficio primero. Yo soy el que ayuda a oficiar. Yo soy el que le da calor. Yo soy el que lo hace hervir. Yo soy el que hace hervir. Yo soy el que oficio primero. Yo soy el que lo mueve con cuchara. Yo lo mezclo. Yo soy el que lo oficio después. Lo curaré con chile verde, eso quita, hace buenas las penas. Lo curaré con chile verde, y me pondrá bueno, me hará mentir [en la embriaguez]. 15. Purificación de la bebida ceremonial contenida en el tronco hueco ¡Que se rompa! ¡Que se quiebre! Frente a ti estoy incensando, incensando el árbol. ¡Que se rompa! ¡Que se quiebre! Yo soy el que hace buenos [alivia] los malos efectos. Yo soy el que hace bueno [alivia] el dolor de cabeza. Yo soy el que no humedece la madera del tronco hueco. Yo soy el que hace buenos los movimientos de la carne. 16. Purificación de los granos de copal ¡Que se rompa! ¡Que se quiebre! Yo te quemo. ¡Vive! ¡Despierta! No duermas, ¡trabaja! Yo soy el que te despierta a la vida. Yo soy el que te eleva a la vida, dentro del recipiente. Yo soy el que te reanima. Yo soy el que te despierta a la vida. Yo soy el que te eleva a la vida. Yo soy el que construye tus huesos. Yo soy el que construye tu cabeza. Yo soy el que construye tus pulmones. Soy el que te construye, tu hacedor. Para ti, esta bebida sagrada. Para ti esta ofrenda de balch’é. Yo soy el que te eleva a la vida. ¡Despierta! ¡Vive! 159 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 17. Una ofrenda de balch’é y cacao colocada ante los braseros Frente a ti sirvo, vierto mi agua sagrada [balch’é], que es para ti, con [y] este cacao. Estando frente a tí te doy esta agua sagrada, es para ti, llévala al padre. Frente a tí hago esta ofrenda de agua sagrada. Es para tí, para ti. 18. Una ofrenda a los dioses, de papel de corteza hecho a mano Helo aquí. Acepta mi papel. Con él te envuelvo la cabeza, de nuevo, para tu felicidad. Es para tí, para que cuides a mis hijos. Cuando ellos crezcan, mis hijos te harán sacrificio. Acepta el papel, es para ti, .ofrécelo al padre. Con él te envuelvo la cabeza, para que cuides a mi esposa, que hace posol, que hace tortillas. 19. Balch’é administrado a los braseros en nombre de los dioses Agua sagrada [balch’é] vierto y sirvo en tu boca. Te estoy dando agua sagrada otra vez para tu bienestar, es para tí, ofrécela al padre. Agua sagrada vierto y sirvo para ti, en tu boca, es para tí, para ti, ven y mira. Desciende, mira. Frente a ti cumplo [con mi ofrenda] de agua sagrada, que vierto y sirvo en tu boca. Es para ti, para que la bebas de nuevo para tu bienestar. Agua sagrada te doy en la boca, de nuevo, para tu bienestar. Anímense, hijos míos. Agua sagrada te doy. Anímate, esposa mía. Agua sagrada te doy de nuevo en la boca para tu bienestar. Me animo. Yo sólo, te hago sacrificio. 20. Tamales ofrecidos a los braseros en nombre de los dioses Para ti [en persona] estos tamales, estas tortillas gruesas, esta ofrenda de tortillas, de muchas tortillas, de tortillas envueltas en hojas, una gruesa ofrenda de tortillas envueltas, partidas en dos, partidas en tres, para muchos días, para muchos años. 21. Balch’é ofrecido a los braseros en nombre de los dioses Personalmente recíbelo con agrado, recíbelo con agrado, está lejos, se ha ido el olor de la vainilla. Recíbelo con agrado, ya pasa [entra] a ti la vida, pasa a ti el espíritu, para muchos días, para muchos años. Ya pasa a ti la vida, ya pasa a ti el espíritu. Recíbelo con agrado, está lejos el olor de la vainilla, se ha ido el olor. 22. Granos de copal ofrecidos al este de la choza ceremonial Estoy elevando mis dones para ti, para ti, para que desciendas y veas mi don. Frente a ti tomo en mis manos los dones para ti, para que desciendas, veas y adquieras sabiduría. 23. Los granos de copal ofrecidos a los braseros en nombre de los dioses, dentro de la choza de las ceremonias sagradas En persona estás en el recipiente lleno de granos [de copal], lleno de resina. Estás en el recipiente lleno de granos, lleno de resina. Cuando el día está virgen, cuando está virgen la noche, cuando se va el día, cuando se va la noche, cuando está descendiendo el día, cuando está descendiendo la noche, a la mitad del día, a la mitad de la noche, cuando se va el día, cuando se va la noche, cuando el día está virgen, cuando la noche está virgen, 160 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 cuando el cielo está claro, cuando está lleno de nubes por muchos días, por muchos años. Cuando el día está virgen, cuando está virgen la noche, cuando se va el día, cuando se va la noche. Lleno de granos, lleno de resina. El espíritu es tu don. Te pongo en pie [en] el recipiente. 24. Una ofrenda de carne colocada ante los braseros en nombre de los dioses Frente a tí ofrendo esta carne, es para tí, ofrécela al padre, es para tí, llévala al padre. Estoy dándotela para tu bienestar. Es para ti, para tí. Mi [ofrenda] de carne es para tí. 25. Un poco de la bebida ceremonial dada al jefe de la familia Tengo esto en mis manos para tí, para que lo bebas de nuevo para tu felicidad. 26. Un don de carne ofrecido a los braseros en nombre de los dioses Para ti mismo esta carne. Ya te he dado carne [en otras ocasiones]. Está pasada por el fuego, oh Señor. Para muchos días, para muchos años. Carne buena para ti, bien guisada, carne cocida, buena carne para ti, bien guisada. Esta ofrenda de carne, esta ofrenda de carne, oh Señor, para muchos días, para muchos años. 27. Una ofrenda de tamales administrada a los braseros Coloco sobre tu boca, ¡oh Señor!, mi ofrenda de gruesas tortillas [tamales] para ti. La carne, de nuevo para tu bienestar, mi ofrenda de gruesas tortillas a ti, mi ofrenda de carne para ti, Señor. Te estoy dando mis gruesas tortillas a ti, mi ofrenda de carne para tí, de nuevo para tu felicidad, de nuevo para que vivan mis hijos, de nuevo para que vivan los míos. 28. La ofrenda de carne y tamales presentada al este de la choza ceremonial Viene la cabeza [parte principal] de esta carne para tí, mis tamales para ti, ¡oh Señor! Toma la carne para ti, toma los tamales para ti, para que vivan mis hijos, para que viva mi esposa, la que hace posol, la que hace tortillas. 29. La ofrenda de carne y tamales distribuida a los participantes Te doy un poco de carne de nuevo, para tu felicidad. Te doy un poco de tamal de nuevo, para tu felicidad. 30. Ofrenda individual de una partícula del don de carne y tamales Aquí viene la cabeza [parte principal] de mis tamales para ti, ¡oh Señor! Aquí viene la parte principal de esta carne para ti, ¡oh Señor! 31. La última ofrenda de posol a los braseros viejos Vierto, sirvo en tu boca mi ofrenda de posol para ti. Vierto, sirvo dentro de tu imagen mi ofrenda de posol para ti. Es para ti, para que subas y te sientes en tu lugar de reposo. Se 161 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 ha terminado tu cacao. Se ha terminado tu posol. Se ha terminado mi sacrificio a ti. He terminado de ofrendarte. 32. Los viejos braseros son limpiados y las imágenes quitadas de donde estaban Te estoy limpiando, quitando la ceniza, ¡oh Señor! Siempre la quito con hojas de palma en mi casa para tí. 33. La primera ofrenda hecha a los nuevos braseros y las imágenes colocadas en las vasijas Mira, la vierto, la sirvo en tu boca, ¡oh Señor!, recíbela. Mira, la vierto, la sirvo en tu boca. Recíbela de nuevo para tu felicidad. Sobre tu nueva vasija coloco la nueva imagen. Las hojas de palma de mi casa son para ti, ¡oh Señor! Mira, la llevo sobre tu nueva vasija, ¡oh Señor! Mira, cambio las hojas de palma de mi casa para ti, sobre tu nueva vasija. Mira, te ofrendo de nuevo para tu felicidad. Mira, te ofrendo sobre tu nueva vasija de nuevo para tu felicidad. Yo dije era para ti. Mira, te doy resina, sobre tu nueva vasija. Mira, a tu nueva vasija doy balch’é. Es tu regalo, de nuevo para tu felicidad. Con papel envuelvo tu cabeza en la nueva vasija, de nuevo para tu felicidad. Y [también] miel. Te ofrendo totopostles. Mi bebida sagrada es para ti, te ofrendaré en tu nueva vasija, de nuevo, para tu felicidad. 34. Una ofrenda de posol para los nuevos braseros en nombre de los dioses Frente a ti levanto mi ofrenda de posol, es para ti. Ven a mirar tu vasija. Desciende a mirar tu vasija, ¡oh Señor! Vive, vasija, yo te hago sacrificio. 35. Una ofrenda de balch’é dada a la olla ceremonial Vierto, sirvo sobre tu boca, olla de balch’é, un poco de este líquido. Es tu regalo. 36. Un don de tabaco dado a los braseros a nombre de los dioses He aquí el tabaco, te doy su cabeza [parte principal], ¡oh Señor! Fumaré este andullo [de tabaco], ¡oh Señor! 37. Un don de posol ofrecido a los braseros en nombre de los dioses Para ti mi ofrenda de posol. Esta ofrenda. Para muchos días, para muchos años. Muchos días pasarán, muchos años pasarán. Para ti esta ofrenda de posol. 38. Canto usado cuando se toma un día libre Que no me muerda la serpiente, que no me muerda el tigre. El que se va es [aquí se inserta el nombre de la persona]. Que no se rindan sus pies. Que no se corte con una astilla aguzada. 162 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 • Textos Tzotziles * * Estos textos se publican por primera vez. Fueron recogidos por el Dr. William R. Holland en los Altos de Chiapas, México, 1960. Versión castellana de Pascual Hernández T’ul. Rezo para curar el Espíritu Misericordia Señor, nueve juncias, nueve konkon, nueve tilil, nueve kos, nueve palmas, nueve cruz de tecolúmate, nueve jilon de tecolúmate, nueve vojton de tecolúmate. Señor, están listas las lindas plantas delante de tus divinos ojos, Señor. Dame tu perdón, tu licencia, Señor para que sea recibido mi humilde incienso, mi humilde humo, Señor. ........................................................................ Pronuncio tu nombre para hablarte, Señor, de tu hijo que se encuentra sumamente grave de dolores. Ya tengo arregladas, ya tengo preparadas las nueve clases de sagradas flores, de sagradas hojas para levantarle su espíritu, su waiyijel que ya tiene días, que ya tiene tiempo de estar enfermo, de tener los dolores, Señor. Está muy acabada su carne, está muy acabado su cuerpo. ........................................................................ Sagrados Grandes Hombres, Sagrados Grandes Señores. Concédeme tu perdón, concédeme tu licencia Sagrado Padre para desatar, para soltar el espíritu, el waiyijel de tu hijo. Bájame, envíame de las alturas, desde los trece niveles del sagrado cielo, de la sagrada gloria, tus trece sagradas gracias, tus trece sagradas bendiciones. ........................................................................ Pronuncio tu nombre. Está acabada su carne, su cuerpo del que se ha caído su ch’iebal [linaje]. Hazme el favor, Señor, te lo suplico y te lo ruego, Sagrado Padre, sírvete de una humilde vela para que le des vida y salud. Recíbela con tu mano derecha, Padre..., 163 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 recibe la humilde vela y el humilde incienso y el humilde humo, Señor. Es tu alimento, es tu sustento, Padre y hombre hermoso, lindo Señor que estás en medio del cielo. He venido a molestar [durante] unas dos horas tu sagrada cabeza, tu sagrado corazón. He venido con nueve juncias, con nueve konkon, nueve tilil, nueve palmas, nueve cruz de tecolúmate, nueve vojton de tecolúmate, para ofrecértelas, para platicar. Sagrado Padre, perdónale, Dios, concédele más vida, más salud, Señor. Por eso te ofrezco la humilde vela. Hazle el favor, Señor, dale más vida y salud. ........................................................................ Pronuncio tu nombre, platico delante de tu lindo rostro, delante de tus lindos ojos, Señor... Tantas enfermedades, tantos dolores lo tienen cansado, lo tienen perezoso. Las conexiones de los huesos, las conexiones de las cuerdas aquí se remediarán bajo nueve juncias, bajo nueve tilil, nueve kos y una sagrada vela y dos gallinas para reponer [el waiyijel]. Serán recibidas en medio del ch’iebal, convento cerro, convento cueva, convento ch'iebal. Hazme el favor, Señor, donde se haya caído, donde se haya resbalado su espíritu, su waiyijel, donde lo abracen, donde lo carguen, desátalo y ponlo en libertad. Hazme ese sagrado favor, Señor. ........................................................................ Lindo hombre, lindo Señor, aquí se arregla su carne, su cuerpo delante de tu divina presencia, delante de tus divinos ojos, Señor. Le estoy dando el primer baño, le estoy dando la primera lavada, Señor. Con eso se normalizará la carne, el cuerpo de tu hijo, Señor. Hazle el favor Sagrado Padre. Ya no aguanta, ya no soporta el cansancio de su carne, el malestar de su cuerpo. Está cansado el pulso grande, el pulso chico, está cansada su cabeza blanca, su corazón blanco, las cuerdas de su cabeza, las venas de su corazón. Por eso te recuerdo, Señor, que no venga la recaída. Señor, que no se presenten los poderosos brujos, 164 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 los totiles que echan pos lom, los meiles que echan pos lom, los totiles que echan sarpullido, los meiles que echan sarpullido, los totiles que se convierten en arco iris, los meiles que se convierten, en arco iris, los totiles que se convierten en mariposa, los meiles que se convierten en mariposa, los totiles que se convierten en pájaro negro, los meiles que se convierten en pájaro negro. Los totiles que vuelan entre las nieblas, los meiles que vuelan entre las nieblas que no se presenten ni se apoderen de tu hijo, Señor. Vale más tu sagrado poder, vale más tu sagrada presencia para cuidar, para vigilar a tu hijo. ........................................................................ Por eso he venido a rogarte, he venido a platicarte ante tu divina presencia, delante de tus divinos ojos, Señor. Ofrezco una copa, una medida [de aguardiente] estoy ofreciendo, Señor. Dos reposiciones [del espíritu], dos plumas coloradas y plumas amarillas y una paloma colorada y una paloma amarilla, una pluma blanca, una paloma blanca es la reposición, es el trueque, Señor por su espíritu, su waiyijel. En el décimo tercer nivel del sagrado ch’iebal la recibirán con sus manos los sagrados petomes, los sagrados cuchomes, los sagrados totiles, los sagrados meiles que has puesto como tus representantes, en las trece gradas del sagrado ch’iebal. ........................................................................ Son subalternos tuyos [los totiles y los meiles]. No la tiren, no la avienten, dame tu perdón, Sagrado Padre, dame tu licencia, Señor, hazme el favor, Señor, tú mismo debes estar, tu sagrada presencia para ver y cuidar durante tres días y tres noches con las nueve juncias, con nueve konkon, con los nueve tilil, Señor. Aquí se tiene que componer, se tiene que mejorar con el baño, con el aseo, 165 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 con tres corrientes de agua, con tres corrientes de arroyo, con agua de olores, con perfume de flores reventadas, con perfume de flores rellenadas. Con eso lo lavo, con eso baño su espíritu con flor de manzanilla, con flor de rosa, con flor de azucena, con eso se refrescará, con eso se normalizará el pulso grande, el pulso chico, su cabeza blanca, su corazón blanco. Dame tu perdón, tu licencia, Señor, pues no me sé explicar, no me sé expresar, Sagrado Padre. Ya no sé cómo se expresaron tus hijos mis antepasados, cómo los curanderos anteriores, cómo los médicos antepasados, Señor. Seguramente te veneraban en la mejor forma posible, ante tus divinos ojos. Perdóname cien veces, Señor por explicarme en unas cuantas palabras, las más mínimas. ante tu divina presencia, ante tus divinos ojos lindo Dios, lindo Señor. ........................................................................ Sagrado totil, sagrado meil que están en el gran Sakom Ch’en, Ñenvits grande, Nenvits pequeño, háganme el favor, por eso pronuncio sus nombres, sagrado totil, sagrado meil que están en el Ashvits grande, Ashvits pequeño, Jolnamo’och grande, Jolnamo’och pequeño, Naob grande, Naob pequeño, sagrado totil, sagrado meil que están en el Balavits grande, Balavits pequeño, Kunabilum grande, Kunabilum pequeño, que no me lo avienten, que no me lo tiren el tigre y el jaguar, el lobo y el coyote, el vet y el saben. Rezo de agradecimiento por éxito en la cacería de un venado Sagrado cielo, sagrada tierra, sagrada gloria, Señor. Principal sagrado ángel, principal sagrado capitán, 166 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 sagrado portero, Señor, me has abierto las puertas, ahora, Señor, me has abierto las puertas del establo, ahora, Señor. Ahora, Señor, delante de tu preciosa presencia, delante de tus lindos ojos, Señor, lo tengo en mis manos, lo tengo a mis pies [al venado]. No se quedó con los deseos, no se quedó con la ilusión el corazón de mi humilde cuerpo, mi humilde presencia. Forma parte de tus bienes del corral, de los bienes de tu hacienda, de lo que es tuyo, Señor. Te da gracias mi humilde cuerpo, mi humilde presencia. Sírvete del valor ahora, Señor, ese es el pago [por el venado]. Que vaya alumbrando y sea brillante sobre la sagrada mesa de madera, sea mandado dentro del cielo, dentro de la gloria, así sea, Señor. Espero que no se enoje, espero que no se disguste tu preciosa cabeza, tu lindo corazón, Señor. Que no sea el primero ni el último, Señor. Concédeme vea desde el más grande hasta el más chico, todos los que andan aquí delante de tus lindos ojos. Todos en general, Señor. Perdona mi humilde presencia, mi humilde cuerpo, Señor. Mis humildes agradecimientos, mi humilde plática acéptalos, Misericordioso Señor, sírvete de ellos. [Dame] la sagrada gracia, la sagrada bendición. Rezo para curar la epilepsia Fuego verde, niebla en el aire, te has convertido en epilepsia. Fuego amarillo, te has convertido en epilepsia. Viento del norte, te has convertido en epilepsia, una epilepsia causada por el sueño, niebla blanca te has convertido en epilepsia, niebla roja te has convertido en epilepsia. Lo desataremos, nueve veces lo desataremos, lo desharemos, 167 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 nueve veces lo desharemos, lo calmaremos, nueve veces lo calmaremos, Señor. En una hora, en media hora, para que se vaya como una niebla, que se vaya como una mariposa. ¡Arréglate, pulso grande! ¡Arréglate pulso chico! Los dos pulsos en una hora, en media hora, así sea, Señor. Así te acabas [epilepsia], sobre trece montañas, sobre trece lomas, ahí te acabas en medio de trece filas de rocas, ahí te acabas en medio de trece filas de árboles. FUENTE: [Sodi, Demetrio 1964, pp. 63, 65-85.] 168 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 III. ÁREA QUECHUA 169 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 1.- CANTOS CANCIÓN LACERANTE ¿Es acaso el infortunio, reina, que nos separa? ¿Es acaso la desgracia, princesa, que nos aparta? Cicllallay: mi hermosa flor azul; si tú fueras el plumaje amarillo de la flor de chinchircoma, como prenda en la cabeza y en el fruto de mi corazón te llevaría de un lugar a otro. Eres mentira como el claro espejo del agua, eres una ilusión. ¿No ves que enamorado yo de ti no hallo descanso? Esa tu madre, la engañadora, es la que nos ha separado para morir. Ese tu padre, el traidor, es el que nos ha dejado en la orfandad. Tal vez, reina, si el dios todopoderoso lo dispone, los dos nos uniremos. Dios nos juntará. Al recordar esos tus ojos reidores quedo maravillado. Al recordar esos tus ojos juguetones caigo enfermo. Basta ya señor. Basta ya destino. Ante el llanto de mi canción, ¿tienes corazón para quedarte así? Llorando casi como agua, en el andén de las clavelinas, en la quebrada de las raíces, te espero mi flor azul. Traducido por Edmundo Bendezú, 1978. Esta nueva versión se ha hecho buscando mayor explicitud y fidelidad al códice de Felipe Huamán Poma de Ayala. El cronista indio incorpora en el texto de la canción algunas voces castellanas, cuya supresión no alteraría la estructura esencialmente quechua de la canción. La crónica fue escrita durante el último cuarto del siglo XVI. Felipe Guamán Poma de Ayala, Nueva Corónica y Buen Gobierno, París, Edición del Institut d’Ethnologie, 1936, p. 317. 170 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 TIJSI VIRACOCHA Dios, origen del universo, creador de todo, oro que arde tan sólo entre la noche del corazón. Que la alegría de tus ojos venga en el alba, que el calor de tu aliento venga en el viento. Que tu mano magnánima siempre se extienda y que tu sempiterna voluntad sea la única que florezca. Traducido por Jesús Lara, 1945. Texto de José Armando Méndez. ¡EA, EL TRIUNFO! Los hombres ¡Ea, el triunfo! ¡Ea, el triunfo! ¡He aquí el arado y el surco! ¡He aquí el sudor y la mano! Las mujeres ¡Hurra, varón, hurra! Los hombres ¡Ea, el triunfo! ¡Ea, el triunfo! ¿Dónde está la infanta, la hermosa? ¿De la semilla y el triunfo? Las mujeres ¡Hurra, la simiente, burra! Los hombres ¡Ea, el triunfo! ¡Ea, el triunfo! ¡Sol poderoso, gran padre, Ve el surco y dale tu aliento! Las mujeres ¡Hurra, Sol, burra! 171 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Los hombres ¡Ea, el triunfo! ¡Ea, el triunfo! ¡Al vientre de Pachamama, Que da vida y fructifica! Las mujeres ¡Hurra, Pachamama, hurra! Los hombres ¡Ea, el triunfo! ¡Ea, el triunfo! ¡He aquí la infanta, la hermosa! Las mujeres ¡He aquí el varón y el sudor! ¡Hurra, varón, hurra! Traducido por Jesús Lara, 1945. Texto de José Armando Méndez. ¡EA, YA HE TRIUNFADO! Los hombres ¡Ea, ya he triunfado! ¡He enterrado el grano! Las mujeres ¡Ea, ya he triunfado! Los hombres ¡Nacerá la planta mañana y la acollaré pasado mañana! Las mujeres ¡Ea, ya he triunfado! Los hombres ¡Y vendrá la lluvia e inundará el agua! Las mujeres ¡Ea, ya he triunfado! 172 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Los hombres ¡Florecerá luego y ya tendré el choclo! Las mujeres ¡Ea, ya he triunfado! Los hombres ¡Vendrá la cosecha, llenará la troje! Las mujeres ¡Ea, ya he triunfado! Los hombres ¡El sol llueve oro y la luna plata! Las mujeres ¡Ea, ya he triunfado! Los hombres ¡Para la frente de mi rey, para su noble corazón! Las mujeres ¡Ea, ya he triunfado! Los hombres ¡Ya he enterrado el grano, ya he sembrado el sustento! Las mujeres ¡Ea, ya he triunfado! Traducido por Jesús Lora, 1968. Texto de la colección de Ismael Vázquez. 173 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 CANCIÓN AMOROSA Al cántico dormirás media noche yo vendré Traducido por el Inca Garcilaso de la Vega, 1609. En el primer verso, la traducción correcta es cántico, diminutivo de canto, y no cántico como aparece en algunos textos. Sobre este poema nos dice el Inca Garcilaso: "Una canción amorosa compuesta en cuatro versos me ofrece la memoria"; Comentarios Reales, Libro Segundo, Capítulo XXVII. FUENTE: [Bendezú Aybar, Edmundo 1980, pp. 16, 25-28.] EL HAILLI EN COLLCAMPATA Dentro en la ciudad del Cozco, a las faldas del cerro donde está la fortaleza, havía un andén grande de muchas hanegas de tierra, y hoy estará vivo si no lo han cubierto de casas: llámese Collcampata. El barrio donde está tomó el nombre propio de andén, el cual era particular y principal joya del Sol, porque fue la primera que en todo el Imperio de los Incas le dedicaron. Este andén labravan y beneficiavan los de la sangre real, y no podían trabajar otros en él sino los Incas y Pallas. Hazíase con grandíssima fiesta, principalmente el barbechar: ivan los Incas con todas sus mayores galas y arreos. Los cantares que dezían en loor del Sol y de sus Reyes, todos eran compuestos sobre la significación desta palabra hailli, que en la lengua general del Perú quiere dezir triunfo, como que triunfavan de la tierra, barbechándola y desentrañándola para que diesse fructo. En estos cantares entremetían dichos graciosos, de enamorados discretos y de soldados valientes, todo a propósito de triunfar de la tierra que labravan; y assí el retruécano de todas sus coplas era la palabra hailli, repetida muchas vezes, cuantas eran menester para cumplir el compás que los indios traen en un cierto contrapasso que hazen, barbechando la tierra con entradas y salidas que hazen para tomar buelo y romperla mejor. Traen por arado un palo de una braça en largo; es llano por delante y rollizo por detrás; tiene cuatro dedos de ancho; házenle una punta para que entre en la tierra; media vara de la punta hazen un estribo de dos palos atados fuertemente al palo principal, donde el indio pone el pie de salto, y con la fuerça hinca el arado hasta el estribo. Andan en cuadrillas de siete en siete y de ocho en ocho, más y menos, como es la parentela o camarada, y, apalancando todos juntos a una, levantan grandíssimos céspedes increíbles a quien no los ha visto. Y es admiración ver que con tan flacos instrumentos hagan obra tan grande, y la hazen con grandíssima facilidad, sin perder el compás del canto. Las mujeres andan contrapuestas a los varones, para ayudar con las manos a levantar los céspedes y bolcar las raíces de las yervas hazia arriba, para que se sequen y mueran y haya menos que escardar. Ayudan también a cantar a sus maridos, particularmente con el retruécano hailli. (Fuente: Comentarios Reales) 174 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 J A I L L I A G R Í C O L A ¡EA, EL TRIUNFO! Los hombres ¡Ea, el triunfo! ¡Ea, el triunfo! ¡He aquí el arado y el surco! ¡He aquí el sudor y la mano! Las mujeres ¡Hurra, varón, hurra! Los hombres ¡Ea, el triunfo! ¡Ea, el triunfo! ¿Dónde está la infanta, la hermosa? ¿Do la semilla y el triunfo? Las mujeres ¡Hurra, la simiente, hurra! Los hombres ¡Ea, el triunfo! ¡Ea, el triunfo! ¡Sol poderoso, gran padre, Ve el surco y dale tu aliento! Las mujeres ¡Hurra, Sol, hurra! Los hombres ¡Ea, el triunfo! ¡Ea, el triunfo! ¡Al vientre de Pachamama, Que da vida y fructifica! Las mujeres ¡Hurra, Pachamama, hurra! Los hombres ¡Ea, el triunfo! ¡Ea, el triunfo! ¡He aquí la infanta, la hermosa! Las mujeres ¡He aquí el varón y el sudor! ¡Hurra, varón, hurra! (Fuente: Colección Vásquez. En: Lara, Jesús 1980, pp. 194-195.) 175 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 PACHACAMAC ¡Padre: señor de la creación! ¿En qué parte del universo estás? ¿En el cielo o en el mundo o aquí en la tierra? Vierte tus aguas, para tus pobres, para tus hombres. (De Guamán Poma de Ayala; traducido por Edmundo Bendezú. En: Carrillo Espejo, Francisco, p. 78.) YARKAPAK (A la Acequia) Acequia dilatada cuyo terso plano. Pisad! Llevará sus aguas a nuestros sembrados. Pisad! Pisadle con fuerza, Pisad! Repisad con fuerza, Pisad! Por ti han de tener las plantas su flor, Pisad! Sus hermosos frutos su propagación Pisad! Pisadle con fuerza, Pisad! Repisad con fuerza, Pisad! (Tomado do la Gramática Quechua de Anchorena. Ibid., p. 79). 176 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 ORACIÓN PRIMERA AL HACEDOR Raíz del ser, Viracocha Dios siempre cercano Señor de vestidura Deslumbradora. Dios que gobierna y preserva, Que crea con sólo decir: "Sea hombre, Sea mujer", El ser que pusiste Y criaste Que viva libre Y sin peligro. ¿Dónde te encuentras? ¿Fuera del mundo, Dentro del mundo, En el medio de las nubes O en el medio de las sombras? Escúchame, Respóndeme. Haz que viva Por muchos días, Hasta la edad en que deba Encanecer, Levántame, Tómame en tus brazos Y en mi cansancio Auxíliame, Doquiera estés, Padre Viracocha. (De la edición Fábulas y Ritos de los Incas, recopilado por Cristóbal de Molina. En: Lara, Jesús 1980) 177 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 J A I L L I S A G R A D O A TODAS LAS WAK’AS Cercano Hacedor, Raíz del ser, Viracocha. Lumbre universal, Dios de la creación Y de la muerte. Dios de las roquedas, Dios de los rituales, Dios inconmensurable Cercano Hacedor, Que otorga el don del habla Y junta a todos los hombres A fin de que aprendan Con la fuerza de la luz. Dondequiera que vayan, por fuera o por dentro. (De Fábulas y Ritos de los Incas, de Cristóbal de Molina. Ibid., p. 181 ) ORACIÓN AL SOL Creador del mundo, Tú que dices: "Haya día Y haya noche", Tú que dices: "Amanezca Y haya lumbre". Haz que tu hijo el día Recorra su trayecto En medio de la paz Y del bienestar. Para que su luz asista Al hombre que formaste. Padre soberano, Monarca del día. Junto con la Luna Otorga tu lumbre En paz y bonanza Al hombre, vasallo Por ti preservado. Librándole de males Y conservándole En paz y bienestar. (Ibid., p. 182-183) 178 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 A R A W I CANCIÓN DOLIENTE JARAY ARAWI ¿La desventura, reina, Nos separa? ¿La adversidad, infanta, Nos aleja? Si fueras flor de chinchercoma, Hermosa mía, En mi sien y en el vaso de mi corazón Te llevaría. Pero eres un engaño, igual Que el espejo del agua. Igual que el espejo del agua, Me ilusionas en vano. ¿Dónde está, con mi amada Pasé siquiera una velada? La desunión que nos impone Tu madre desleal Durará hasta la muerte. La animadversión de tu padre Nos sumirá en el infortunio. Tal vez, mi reina, nos veamos pronto Si dios, gran amo, lo permite. Acaso el mismo dios Tenga después que unirnos. Cómo el recuerdo De tus ojos reidores Me sume en la tristeza. Cómo el recuerdo De tus ojos traviesos Me enferma de nostalgia. Basta ya, mi rey, basta ya. ¿Permitirás Que mis lágrimas lleguen a colmar Tu corazón? Derramando la lluvia de mis lágrimas Sobre las kantutas Y en cada quebrada, Te espero, hermosa mía. (De El Primer Nueva Corónica y Buen Gobierno, de Felipe Guamán Poma de Ayala. Ibid., 197.) 179 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 CANCIÓN DOLIENTE JARAY ARAWI Estallar quiere mi seno henchido de amargo llanto Por ti, paloma. Cuán doloroso había sido vivir errante Lejos de ti. Tus ojos, bellos como el lucero de la mañana. Dan luz a todos. Mas yo, entre tanto, en los confines de oscura noche Vago perdido. Todo está mustio cuando amanece, todo está mustio Cuando anochece. Todo es en vano. Tanto de día como de noche una es mi angustia, Pues no le veo. El sol asoma, se alza la luna. Me ven sufrir. Dan luz a todos en su ventura, Pero no a mí. No hay en el mundo mayor desdicha Que el amar mucho: La muerte misma, para su imperio. No basta entonces. Dime, paloma, ¿de que está hecho Tu corazón? Por más que fuera de dura roca, con tantas lágrimas Se ablandaría. (Fuente: Colección Vásquez. Ibid., pp. 205-206.) WANKA Protectora sombra de árbol, Camino de vida. Limpio cristal de cascada Fuiste tú. En tu ramaje anidó Mi corazón, Mi ventura a tu sombra Floreció. ¿Es posible que te vayas Tan solo? ¿Ya no volverás a abrir Los ojos? 180 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 ¿Por qué camino has de ir Dejándome, Sin volver a abrir siquiera Los labios? ¿Qué árbol me prestará ahora Su sombra? ¿Qué cascada me dará Su canción? ¿Cómo he de poder quedarme Tan sola? El mundo será un desierto Para mí. (Fuente: Colección Vásquez. Ibid., p. 212-213Ibid) 181 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 2.- MITOS A) CIVILIZATORIOS LEYENDA DE MANCO CÁPAC La primera historia del primer rey inca, que fue de los legítimos descendientes de Adaneva y multiplicó de Noé, y de la primer gente de Uariuiracocha Runa y de Uari Runa y de Purun Runa y de Auca Runa; de aquí, salió el poderoso Inca Tocay Cápac, Pinau Cápac, primer inca, y se acabó esta generación y casta; y, de las armas propias, que ellos pintaron y se nombraron las más verdaderas; cómo por el primer cronista fue declarado hijo del sol (intip churin); primero dijo que era su padre el sol, y su madre la luna y su hermano el lucero y su ídolo fue Uanacauri; y adonde dijeron que salieron fue llamado: Tanbo Toco, y por otro nombre le llamó Pacaritanbo, todo lo dicho adoraron y sacrificaron; pero, el primer Inca Tocay Cápac no tuvo ídolo ni ceremonias, fue limpio de eso, hasta que comenzó a reinar la madre y mujer de Manco Cápac Inca, y su casta fue de los amaros y serpientes, que todo lo demás es cosa de burla lo que dicen y pintan de los dichos incas. Estos dichos incas se acabaron y comenzó a reinar Manco Cápac Inca, que este dicho inca, desde Uari Uiracocha Runa y de Uari Runa y de Purun Runa y de Auca Runa, no tuvo pueblo ni tierra ni chácara ni fortaleza ni casta ni parientes; la antigualla Pacarímoc Manco Cápac, para conocer si fue de los hijos de los indios primeros de Uari Uiracocha Runa, que descendieron de Adán y de Noé del tiempo del diluvio, [no dijo] que fuese de la casta de grandes (de cápac apo), sino que dijo que era hijo del sol. El dicho primer inca Manco Cápac no tuvo padre conocido, por eso le dijeron hijo del sol (intip churin, quillap uauan [=hijo de la luna]); pero, de verdad fue su madre Mama Uaco; esta dicha mujer dicen que fue gran fingidora, idólatra, hechicera, la cual hablaba con los demonios del infierno, y hacía ceremonias y hechicerías; y así, hacía hablar piedras y peñas y palos y cerros y lagunas, porque le respondían los demonios; y así, esta dicha señora fue primer inventadora de las dichas uacas, ídolos, hechicerías y encantamientos; y, con ello, les engañó a los dichos indios; primero fue engañado el Cuzco, y lo traía engañado y sujeto. Como los indios lo viesen como cosa de milagro que una mujer hablase con piedras y peñas y cerros; y así, fue obedecida y servida esta dicha señora Mama Uaco; y así, le llamaron coya [mujer noble] y Reina del Cuzco; dicen que se echaba con los hombres que ella quería de todo el pueblo, con este engaño andaba muchos años, según cuentan los dichos muy viejos indios. Que esta dicha mama [mujer] fue llamada primero mama; cuando entró a ser señora se llamó Mama Uaco; después que se casó con su hijo y entró a ser señora y reina se llamó Mama Uaco Coya; y supo, por suerte del demonio, que estaba empreñada con un hijo y que el demonio le enseñó que pariese el dicho niño, y que no lo mostrase a la gente, y que lo diese a una ama llamada Pillco Ziza, a quien le mandó que lo llevase al agujero llamado Tanbo Toco, que de allí lo sacasen de tiempo de dos años y que le diesen mantenimiento, y que lo publicase que había de salir de Pacaritanbo un cápac apo inca rey llamado Manco Cápac Inca, hijo del sol y de su mujer la luna y hermano del lucero, y su dios había de ser Uanacauri; que este rey había de mandar la tierra, había de ser cápac apo inca, como ellos que así lo declaraban y mandaban las dichas guacabilcas que son los demonios en el Cuzco. Que el dicho Inca no tuvo tierra ni pueblo que haya parecido ni haber parecido padre ni casta; dicen que la madre fue mundana y encantadora, la primera que comenzó a servir y tratar a los demonios; y así que, ¿cómo puede hacer hijo el sol y la luna de trece grados de cielo, que está en lo más alto del cielo?; es mentira, y no le venía por derecho de dios ni de la justicia el ser rey ni el reino; y dice que es amaro serpiente y demonio; no le viene el derecho de ser señor y rey, como lo escriben: lo primero, porque no tuvo tierra ni casa antiquísima para ser rey; lo segundo, fue hijo del demonio, 182 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 enemigo de dios y de los hombres, mala serpiente amaro; lo tercero, de decir que es hijo del sol y de la luna es mentira; lo cuarto, de nacer sin padre, y la madre fue mundana, primer hechicera, la mayor y maestra, criada de los demonios; no le venía casta ni honra ni se puede pintar por hombre de todas las generaciones del mundo; no se halla, aunque sea salvaje animal, ser hijo del demonio que es amaro serpiente. La segunda arma del inca, que le pintan, el primero: quiquixana 1 ; el segundo: un árbol chunta 2 y detrás del árbol otorongo 3 ; el tercero: mascapaycha 4 ; el cuarto: dos amaros 5 con unas borlas en la boca. Esto se pinta del vestido y de su pluma y de su nombre, que ellos se nombraron: otorongo amaro inca. Dicen que ellos vinieron de la laguna de Titicaca y de Tiauanaco y que entraron en Tanbo Toco, y de allí salieron ocho hermanos incas, cuatro varones: el primero, Uanacauri Inca; el segundo, Cuzcouanca Inca; el tercero, Manco Cápac Inca; el cuarto, Tupa Ayarcachi Inca; y, las cuatro hermanas: la primera, Tupa Uaco Ñusta; la segunda, Mama Cora Ñusta; la tercera, Curi Ocllo Ñusta; la cuarta, Ipa Uaco Ñusta. Estos ocho hermanos salieron de Pacaritanbo y fueron a su ídolo uaca de Uanacauri, viniendo de Collau. La ciudad del Cuzco primero fue llamada Acamama, después fue llamada Cuzco; y, ansí, mandó el Inca que adorasen y sacrificasen a sus pecaricos 6 y uacas 7 de los cerros y cuevas y peñas. Que todos los que tienen orejas se llaman incas, pero no son perfectos sino son indios pobres y gente baja, ni son caballeros sino pecheros; de estos dichos que tienen orejas sólo uno fue rey inca: primero, Manco Cápac, por eso le nombran cápac [poderoso], que decir inca es común, no es rey sino cápac apo [rico], quiere decir rey; y así fue primero el inca Manco Cápac; el segundo, Anta Inca Caca, Guaroc Inca, Quiuar Inca, Masaca Inca, Tanbo Inca, Lari Inca, Equeco Xaxauana Inca, Uarocondo Inca, Acos Inca, Chilque Inca, Mayo Inca, Yanauara Inca, Cauina Inca, Quichiua Inca. Uno de éstos dicen que se fue y se perdió, que fue de los orejones incas —chillpaca yunga—, y los yauyos dicen que fue por debajo de la tierra a la cordillera de los yauyos, de junto a Lima, también tienen orejas de hueso y vestidos y llauto 8 , pluma, y tresquilones como los dichos incas. Y los poquina collas también fueron casta de incas, que porque fueron perezosos no alcanzaron ni allegaron a la repartición de orejas de inca y así les llaman poquis millma rinri, tienen orejas de lana blanca, porque no llegaron al Tanbo Toco. Los guancabilcas también tienen zarcillos de oro y les cuelga de las narices y de las barbas, todo de oro, y no son incas sino que así se llaman. Manco Cápac Inca, el primer padre de los dichos incas, tenía su llauto verde y su pluma de quitasol y su oreja de oro fino, mascapaycha uayoc tica 9 , y en la mano derecha su conga cuchuna 10 y en la izquierda un quitasol, y su manta de color encarnado y su camiseta arriba colorado y en medio tres vetas de tocapo 11 y lo de abajo azul claro y dos ataderos en los pies. Este Inca edificó el curi cancha, templo del sol; comenzó a adorar el sol y la luna, y dijo que era su padre, y tenía sujeto todo el Cuzco, sin lo de fuera, y no tuvo guerra ni batalla sino ganó con engaño y encantamientos idólatras, con suertes del demonio; comenzó a mochar 12 uacas ídolos y se casó, dando dote al sol y a la luna, con su mujer que era su madre la señora Mama Uaco Coya, por mandado de las uacas y demonios, y murió de edad de ciento y sesenta años en el Cuzco, y fue muy gentilhombre, sabía muchas suertes y mañas, y era pobrísimo y tenía infantes hijos legítimos: Cinche Roca Inca, Chinbo Urma Coya, Inca Yupanqui, Pachacuti Inca y tuvo muchos bastardos y bastardas auquiconas y ñustaconas 13 en el Cuzco. Recopilado y traducido por Felipe Huamán Poma de Ayala, circa 1585 14 . 183 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 B) EL MITO DE LA COCA Dijeron cada uno de por sí y todos juntos, que vieron y entendieron y oyeron decir, que en tiempo de los Incas había muy poca coca y muy pocas chacras de ella, y que no usaban de la dicha coca sino los dichos Incas y las personas a quienes ellos la querían dar, como era a sus hijos y capitanes y a otros que eran muy privados suyos, y que no la usaba la gente común, y que no saben ni entienden bien qué origen tuvo la dicha coca, mas de que entre los naturales se trataba que la dicha coca, antes que estuviese como ahora está en árboles, era mujer muy hermosa y que por ser mala de su cuerpo la mataron y la partieron por medio y la sembraron, y de ella había nacido un árbol, al cual llamaron mamacoca y cocamama y desde allí la comenzaron a comer, y que se decía que la traían en una bolsa, y que ésta no se podía abrir para comerla si no era después de haber tenido cópula con mujer, en memoria de aquélla, y que muchas pallas 15 ha habido y hay que por esta causa se llamaron coca, y que esto lo oyeron ansí decir a sus pasados, los cuales contaban esta fábula y decían que era el origen de la dicha coca. Traducido por Gonzalo Gómez Jiménez, 1571 16 . ____________________________ NOTAS 1 Kiki hana: Lunar peculiar que identifica al que lo tiene (Jorge A. Lira). El texto de Huamán Poma va acompañado de un dibujo del escudo; el primer dibujo corresponde a un pájaro: el Ccori qquenqque, "ave de rapiña blanca y parda" según González Holguín. 2 Chunta: Chonta, palmera de madera muy recia, de color negruzco o pardo; sirve para hacer arcos, flechas, varas de mando (Perroud y Chouvenc). 3 Otorongo: Especie de tigre pequeño y grueso (Ibídem). 4 Mazcca paycha: Borla que era insignia real, o corona del rey (González Holguín). 5 Amaro: Dragón, serpiente (Ibídem). 6 Pecaricos: Lo que nace; lo que es muy antiguo. 7 Uaca: Adoratorio; lugar sagrado. 8 Llauto: cinta o cordón trenzado de varios colores que los incas usaban alrededor de la cabeza adornada con las plumas del corequenque. 9 Huayuc tica: Flor colgante. 10 Cunca cuchuna: Hacha de armas. 11 Tucapu: Vestidos de labores preciosas o paños tejidos. 12 Mochar (Muchay): Adorar, reverenciar. 13 Auquicuna: hombres nobles. Ñustacuna: mujeres nobles. 14 Felipe Guamán Poma de Ayala, Nueva Corónica y Buen Gobierno (Codex péruvien illustré), París, Institut d’Ethnologie, 1936, pp. 80 - 87. 15 Palla: Muger noble adamada galana (González Holguín). 16 Los informantes fueron: Diego Túpac, Alonso Tito Atauchi, Agustín Tito Conde Mayta, Juan de Villalobos Cusi Huamán, Juan Conde Mayta, Gonzalo Cusi Roca Inca, Diego Cayo y Diego Roca; todos del Cuzco. Roberto Levillier, Don Francisco de Toledo, Tomo II, Sus Informaciones sobre los Incas (1570-1572), Buenos Aires, Espasa-Calpe, S.A., 1940, pp. 172 y 167 - 168. 184 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 C) LEYENDAS DE ORIGEN (En: Inca Garcilazo de la Vega. Comentarios Reales de los Incas.) EL ORIGEN DE LOS INCAS REYES DEL PERÚ Viviendo o muriendo aquellas gentes de la manera que hemos visto, permitió Dios Nuestro Señor que dellos mismos saliese un lucero del alba que en aquellas oscurísimas tinieblas les diese alguna noticia de la ley natural y de la urbanidad y respetos que los hombres debían tenerse unos a otros, y que los descendientes de aquél, procediendo de bien en mejor, cultivasen aquellas fieras y las convirtiesen en hombres, haciéndoles capaces de razón y de cualquiera buena doctrina, para que cuando ese mismo Dios, sol de justicia, tuviese por bien de enviar la luz de sus divinos rayos a aquellos idólatras, los hallase, no tan salvajes, sino más dóciles para recibir la fe católica y la enseñanza y doctrina de nuestra Santa Madre Iglesia Romana, como después acá lo han recibido, según se verá lo uno y lo otro en el discurso desta historia; que por experiencia muy clara se ha notado cuánto prontos y ágiles estaban para recibir el Evangelio los indios que los Reyes Incas sujetaron, gobernaron y enseñaron, que no las demás naciones comarcanas, donde aún no había llegado la enseñanza de los Incas, muchas de la cuales se están hoy tan bárbaras y brutas como antes se estaban, con haber setenta y un años que los españoles entraron en el Perú. Y pues estamos a la puerta deste gran laberinto, será bien pasemos adelante a dar noticia de lo que en él había. Después de haber dado muchas trazas y tomado muchos caminos para entrar a dar cuenta del origen y principio de los Incas Reyes naturales que fueron del Perú, me pareció que la mejor traza y el camino más fácil y llano era contar lo que en mis niñeces oí muchas veces a mi madre y a sus hermanos y tíos y a otros sus mayores acerca deste origen y principio, porque todo lo que por otras vías se dice dél viene a reducirse en lo mismo que nosotros diremos, y será mejor que se sepa por las propias palabras que los Incas lo cuentan que no por las de otros autores extraños. Es así que, residiendo mi madre en el Cuzco, su patria, venían a visitarla casi cada semana los pocos parientes y parientas que de las crueldades y tiranías de Atahualpa (como en su vida contaremos) escaparon, en las cuales visitas siempre sus más ordinarias pláticas eran tratar del origen de sus Reyes, de la Majestad dellos, de la grandeza de su Imperio, de sus conquistas y hazañas, del gobierno que en paz y en guerra tenían, de las leyes que tan en provecho y favor de sus vasallos ordenaban. En suma, no dejaban cosas de las prósperas que entre ellos hubiesen acaecido que no la trujesen a cuenta. De las grandezas y prosperidades pasadas venían a las cosas presentes, lloraban sus Reyes muertos, enajenado su Imperio y acabada su república, etc. Éstas y otras semejantes pláticas tenían los Incas y Pallas en sus visitas, y con la memoria del bien perdido siempre acababan su conversación en lágrimas y llanto, diciendo: "Trocósenos el reinar en vasallaje", etc. En estas pláticas yo, como muchacho, entraba y salía muchas veces donde ellos estaban, y me holgaba de las oír, como huelgan los tales de oír fábulas. Pasando pues días, meses y años, siendo ya yo de dieciséis o diecisiete años, acaeció que, estando mis parientes un día en esta su conversación hablando de sus Reyes y antiguallas, al más anciano dellos, que era el que daba cuenta dellas, le dije: —Inca, tío, pues no hay escritura entre vosotros, que es la que guarda la memoria de las cosas pasadas ¿qué noticias tenéis del origen y principio de nuestros Reyes? Porque allá los españoles y las otras naciones, sus comarcanas, como tienen historias divinas y humanas, saben por ellas cuándo empezaron a reinar sus Reyes y los ajenos y el trocarse unos imperios en otros, hasta saber cuántos mil años ha que Dios creo el cielo y la tierra, que todo esto y mucho más saben sus libros. Empero vosotros, que carecéis dellos ¿qué memoria tenéis de vuestras antiguallas?, ¿quién fue el primero de nuestros Incas?, ¿cómo se llamó?, ¿qué origen tuvo su linaje?, ¿de qué manera empezó a reinar?, ¿con qué gente y armas conquistó este grande Imperio?, ¿qué origen tuvieron nuestras hazañas? 185 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 El Inca, como que holgándose de haber oído las preguntas, por el gusto que recibía de dar cuenta dellas, se volvió a mí (que ya otras muchas veces le había oído, mas ninguna con la atención que entonces) y me dijo: —Sobrino, yo te las diré de muy buena gana; a ti te conviene oírlas y guardarlas en el corazón (es frasis dellos por decir en la memoria). Sabrás que en los siglos antiguos toda esta región de tierra que ves eran unos grandes montes y breñales, y las gentes en aquellos tiempos vivían como fieras y animales brutos, sin religión ni policía, sin pueblo ni casa, sin cultivar ni sembrar la tierra, sin vestir ni cubrir sus carnes, porque no sabían labrar algodón ni lana para hacer de vestir; vivían de dos en dos y de tres en tres, como acertaban a juntarse en las cuevas y resquicios de peñas y cavernas de la tierra. Comían, como bestias, yerbas del campo y raíces de árboles y la fruta inculta que ellos daban de suyo y carne humana. Cubrían sus carnes con hojas y cortezas de árboles y pieles de animales; otros andaban en cueros. En suma, vivían como venados y salvajinas, y aun en las mujeres se habían como los brutos, porque no supieron tenerlas propias y conocidas. Adviértase, porque no enfade el repetir tantas veces estas palabras "Nuestro Padre el Sol", que era lenguaje de los Incas y manera de veneración y acatamiento decirlas siempre que nombraban al Sol, porque se preciaban descender dél, y al que no era Inca no le era lícito tomarlas en la boca, que fuera blasfemia y lo apedrearan. Dijo el Inca: —Nuestro Padre el Sol, viendo los hombres tales como te he dicho, se apiadó y hubo lástima dellos y envió del cielo a la tierra un hijo y una hija de los suyos para que los doctrinasen en el conocimiento de Nuestro Padre el Sol, para que lo adorasen y tuviesen por su Dios y para que les diesen preceptos y leyes en que viviesen como hombres en razón y urbanidad, para que habitasen en casas y pueblos poblados, supiesen labrar las tierras, cultivar las plantas y mieses, criar los ganados y gozar dellos y de los frutos de la tierra como hombres racionales y no como bestias. Con esta orden y mandato puso Nuestro Padre el Sol estos dos hijos suyos en la laguna Titicaca, que está ochenta leguas de aquí, y les dijo que fuesen por do quisiesen y, doquiera que parasen a comer o a dormir, procurasen hincar en el suelo una barrilla de oro de media vara en largo y dos dedos en grueso que les dio para señal y muestra, que, donde aquella barra se les hundiese con solo un golpe que con ella diesen en tierra, allí quería el Sol Nuestro Padre que parasen e hiciesen su asiento y corte. A lo último les dijo: "Cuando hayáis reducido esas gentes a nuestro servicio, los mantendréis en razón y justicia, con piedad, clemencia y mansedumbre, haciendo, en todo, oficio de padre piadoso para con sus hijos tiernos y amados, a imitación y semejanza mía, que a todo el mundo hago bien, que les doy mi luz y claridad para que vean y hagan sus haciendas y les caliento cuando han frío y crío sus pastos y sementeras, hago fructificar sus árboles y multiplico sus ganados, lluevo y sereno a sus tiempos y tengo cuidado de dar una vuelta cada día al mundo por ver las necesidades que en la tierra se ofrecen, para las proveer y socorrer como sustentador y bienhechor de las gentes. Quiero que vosotros imitéis este ejemplo como hijos míos, enviados a la tierra sólo para la doctrina y beneficio de esos hombres, que viven como bestias. Y desde luego os constituyo y nombro por Reyes y señores de todas las gentes que así doctrináredes con vuestras buenas razones, obras y gobierno." Habiendo declarado su voluntad Nuestro Padre el Sol a sus dos hijos, los despidió de sí. Ellos salieron de Titicaca y caminaron al septentrión, y por todo el camino, doquiera que paraban, tentaban hincar la barra de oro y nunca se les hundió. Así entraron en una venta o dormitorio pequeño, que está siete u ocho leguas al mediodía desta ciudad, que hoy llaman Pacárec Tampu, que quiere decir venta o dormida que amanece. Púsole este nombre el Inca porque salió de aquella dormida al tiempo que amanecía. Es uno de los pueblos que este Príncipe mandó poblar después, y sus moradores se jactan hoy grandemente del nombre, porque lo impuso nuestro Inca. De allí llegaron él y su mujer, nuestra Reina, a este valle del Cuzco, que entonces todo él estaba hecho montaña brava. (Libro primero, cap. XV) 186 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 LA FUNDACIÓN DEL CUZCO, CIUDAD IMPERIAL La primera parada que en este valle hicieron —dijo el Inca— fue en el cerro llamado Huanacauri, al mediodía desta ciudad. Allí procuró hincar en tierra la barra de oro, la cual con mucha facilidad se les hundió al primer golpe que dieron con ella, que no la vieron más. Entonces dijo nuestro Inca a su hermana y mujer: "En este valle manda Nuestro Padre el Sol que paremos y hagamos nuestro asiento y morada para cumplir su voluntad. Por tanto, Reina y hermana, conviene que cada uno por su parte vamos a convocar y atraer esta gente, para los doctrinar y hacer el bien que Nuestro Padre el Sol nos manda." Del cerro Huanacauri salieron nuestros primeros Reyes, cada uno por su parte, a convocar las gentes, y por ser aquel lugar el primero de que tenemos noticia que hubiesen hollado con sus pies, y por haber salido de allí a bien hacer a los hombres, teníamos hecho en él, como es notorio, un templo para adorar al Nuestro Padre el Sol, en memoria desta merced y beneficio que hizo al mundo. El príncipe fue al septentrión y la princesa al mediodía. A todos los hombres y mujeres que hallaban por aquellos breñales les hablaban y decían cómo su padre el Sol los había enviado del cielo para que fuesen maestros y bienhechos de los moradores de toda aquella tierra, sacándoles de la vida ferina que tenían y mostrándoles a vivir como hombres, y que en cumplimiento de lo que el Sol, su padre, les había mandado, iban a los convocar y sacar de aquellos montes y malezas y reducirlos a morar en pueblos poblados y a darles para comer manjares de hombres y no de bestias. Estas cosas y otras semejantes dijeron nuestros Reyes a los primeros salvajes que por estas sierras y montes hallaron, los cuales, viendo aquellas dos personas vestidas y adornadas con los ornamentos que Nuestro Padre el Sol les había dado (hábito muy diferente del que ellos traían) y las orejas horadadas y tan abiertas como sus descendientes las traemos, y que en sus palabras y rostro mostraban ser hijos del Sol y que venían a los hombres para darles pueblos en que viviesen y mantenimientos que comiesen, maravillados por una parte de lo que veían y por otra aficionados de las promesas que les hacían, les dieron entero crédito a todo lo que les dijeron y los adoraron y reverenciaron como a hijos del Sol y obedecieron como a Reyes. Y convocándose los mismos salvajes unos a otros y refiriendo las maravillas que habían visto y oído, se juntaron en gran número hombres y mujeres y salieron con nuestros Reyes para los seguir donde ellos quisiesen llevarlos. "Nuestros príncipes, viendo la mucha gente que se les allegaba, dieron orden que unos se ocupasen en proveer de su comida campestre para todos, porque la hambre no los volviese a derramar por los montes; mandó que otros trabajasen en hacer chozas y casas, dando el Inca la traza cómo las habían de hacer. Desta manera se principió a poblar esta nuestra imperial ciudad, dividida en dos medios que llamaron Hanan Cuzco, que, como sabes, quiere decir Cuzco el alto, y Hurin Cuzco, que es Cuzco el bajo. Los que atrajo el Rey quiso que poblasen Hanan Cuzco, y por esto le llamaron el alto, y los que convocó la Reina que poblasen a Hurin Cuzco, y por eso le llamaron el bajo. Esta división de ciudad no fue para que los de una mitad se aventajasen de la otra mitad en exenciones y preeminencias, sino que todos fuesen iguales como hermanos, hijos de un padre y de una madre. Solo quiso el Inca que hubiese esta división de pueblo y diferencia de nombres alto y bajo para que quedase perpetua memoria de que a los unos había convocado el Rey y a los otros la Reina. Y mandó que entre ellos hubiese sola una diferencia y reconocimiento de superioridad: que los del Cuzco alto fuesen respetados y tenidos como primogénitos, hermanos mayores, y los del bajo fuesen como hijos segundos; y, en suma, fuesen como el brazo derecho y el izquierdo en cualquiera preeminencia de lugar y oficio, por haber sido los del alto atraídos por el varón y los del bajo por la hembra. A semejanza desto hubo después esta misma división en todos los pueblos grandes o chicos de nuestro Imperio, que los dividieron por barrios o por linajes, diciendo Hanan aillu y Hurin aillu, que es el linaje alto y el bajo; Hanan suyu y Hurin suyu, que es el distrito alto y el bajo. "Juntamente, poblando la ciudad, enseñaba nuestro Inca a los indios varones los oficios pertenecientes a varón, como romper y cultivar la tierra y sembrar las mieses, semillas y legumbres que 187 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 les mostró que eran de comer y provechosas, para lo cual les enseñó a hacer arados y los demás instrumentos necesarios y les dio orden y manera como sacasen acequias de los arroyos que corren por este valle del Cuzco, hasta enseñarles a hacer el calzado que traemos. Por otra parte la Reina industriaba a las indias en los oficios mujeriles, a hilar y tejer algodón y lana y hacer de vestir para sí y para sus maridos e hijos: decíales cómo habían de hacer los 'demás oficios del servicio de casa. En suma, ninguna cosa de las que pertenecen a la vida humana dejaron nuestros Príncipes de enseñar a sus primeros vasallos, haciéndose el Inca Rey maestro de los varones y la Coya Reina maestra de las mujeres." (Libro primero, cap. XVI) RASTREARON LOS INCAS AL VERDADERO DIOS NUESTRO SEÑOR Demás de adorar al Sol por Dios visible, a quien ofrecieron sacrificios e hicieron grandes fiestas (como en otro lugar lo diremos), los Reyes Incas y sus amautas, que eran los filósofos, rastrearon con lumbre natural al verdadero sumo Dios y Señor Nuestro, que crió el cielo y la tierra, como adelante veremos en los argumentos y sentencias que algunos dellos dijeron de la Divina Majestad, al cual llamaron Pachacámac: es nombre compuesto de Pacha, que es mundo universo, y de Cámac, participio de presente del verbo cama, que es animar, el cual verbo se deduce del nombre cama, que es ánima. Pachacámac quiere decir el que da ánima al mundo universo, y en toda su propia y entera significación quiere decir el que hace con el universo lo que el ánima con el cuerpo. Pedro de Cieza, capítulo setenta y dos, dice así: "El nombre deste demonio quería decir hacedor del mundo, porque Cama quiere decir hacedor y Pacha, mundo", etc. Por ser español no sabía la lengua tan bien como yo, que soy indio Inca. Tenían este nombre en tan gran veneración que no le osaban tomar en la boca, y, cuando les era forzoso tomarlo, era haciendo afectos y muestras de mucho acatamiento, encogiendo los hombros, inclinando la cabeza y todo el cuerpo, alzando los ojos al cielo y bajándolos al suelo, levantando las manos abiertas en derecho de los hombros, dando besos al aire, entre los Incas y sus vasallos eran ostentaciones de suma adoración y reverencia, con las cuales demostraciones nombraban al Pachacámac y adoraban al Sol y reverenciaban al Rey, y no más. Pero esto también era por sus grados más y menos: a los de la sangre real acataban con parte de estas ceremonias, y a los otros superiores, como eran los caciques, con otras muy diferentes e inferiores. Tuvieron al Pachacámac en mayor veneración interior, que al Sol, que, como he dicho, no osaban tomar su nombre en la boca, y al Sol le nombran a cada paso. Preguntado quién era el Pachacámac, decían que era el que daba vida al universo y le sustentaba, pero que no le conocían porque no le habían visto, y que por esto no le hacían templos ni le ofrecían sacrificios, mas que adoraban en su corazón (esto es mentalmente) y le tenían por Dios no conocido. Agustín de Zárate, libro segundo, capítulo quinto, escribiendo lo que el Padre Fray Vicente de Valverde dijo al Rey Atahualpa, que Cristo Nuestro Señor Había criado el mundo, dice que respondió el Inca que él no sabia nada de aquello, ni que nadie criase nada sino el Sol, a quien ellos tenían por Dios y a la tierra por madre y a sus guacas; y que el Pacha-cámac lo había criado todo lo que allí había, etc. De donde consta claro que aquellos indios le tenían por hacedor de todas las cosas. Esta verdad que voy diciendo, que los indios rastrearon con este nombre y se lo dieron al verdadero Dios nuestro, la testificó el demonio, mal que le pesó, aunque en su favor, como padre de mentiras, diciendo verdad disfrazada con mentira o mentira disfrazada con verdad. Que luego que vio predicar nuestro Santo Evangelio y vio que se bautizaban los indios, dijo a algunos familiares suyos, en el valle que hoy llaman Pachacámac (por el famoso templo que allí edificaron a este Dios no conocido), que el Dios que los españoles predicaban y él era todo uno, como lo escribe Pedro de Cieza de León en la Demarcación del Perú, capítulo setenta y dos. Y el reverendo Padre Fray Gerónimo Román, en la República de las Indias Occidentales, libro primero, capítulo quinto, dice lo mismo, hablando ambos deste mismo Pachacámac, aunque por no saber la propia significación del vocablo se lo atribuyeron al 188 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 demonio. El cual, en decir que el Dios de los cristianos y el Pachacámac era todo uno, dijo verdad, porque la intención de aquellos indios fue dar este nombre al sumo Dios, que da vida y ser al universo, como lo significa el mismo nombre. Y en decir que él era el Pachacámac mintió, porque la intención de los indios nunca fue dar este nombre al demonio, que no le llamaron sino Zúpay, que quiere decir diablo, y para nombrarle escupían primero en señal de maldición y abominación, y al Pachacámac nombraban con la adoración y demostraciones que hemos dicho. Empero, como este enemigo tenía tanto poder entre aquellos infieles, hacíase Dios, entrándose en todo aquello que los indios veneraban y acataban por cosa sagrada. Hablaba en sus oráculos y templos y en los rincones de sus casas y en otras partes, diciéndoles que era el Pachacámac y que era todas las demás cosas a que los indios atribuían deidad, y por este engaño adoraban aquellas cosas en que el demonio les hablaba, pensando que era la deidad que ellos imaginaban, que si entendieran que era el demonio las quemarán entonces como ahora lo hacen, por la misericordia del Señor, que quiso comunicárseles. Los indios no saben de suyo o no osan dar la relación destas cosas con la propia significación y declaración de los vocablos, viendo que los cristianos españoles las abominan todas por cosas del demonio, y los españoles tampoco advierten en pedir la noticia dellas con llaneza, antes las confirman por cosas diabólicas como las imaginan. Y también lo causa el no saber de fundamento la lengua general de los Incas para ver y entender la deducción y composición y propia significación de las semejantes dicciones. Y por esto en sus historias dan otro nombre a Dios, que es Tici Viracocha, que yo no sé qué signifique ni ellos tampoco. Éste es el nombre Pachacámac que los historiadores españoles tanto abominan por no entender la significación del vocablo. Y por otra parte tienen razón, porque el demonio hablaba en aquel riquísimo templo haciéndose Dios debajo deste nombre, tomándolo para sí. Pero si a mí, que soy indio cristiano católico, por la infinita misericordia, me preguntasen ahora "¿cómo se llama Dios en tu lengua?", diría "Pachacámac", porque en aquel general lenguaje del Perú no hay otro nombre para nombrar a Dios sino éste, y todos los demás que los historiadores dicen son generalmente impropios, porque o no son del general lenguaje o son corruptos con el lenguaje de algunas provincias particulares o nuevamente compuestos por los españoles, y aunque algunos de los nuevamente compuestos pueden pasar conforme a la significación española, como el Pachayachácher, que quieren que diga hacedor del cielo, significando enseñador del mundo — que para decir hacedor había de decir Pacharúrac, porque rura quiere decir hacer—, aquel general lenguaje los admite mal porque no son suyos naturales, sino advenedizos, y también porque en realidad de verdad en parte bajan a Dios de la alteza y majestad donde le sube y encumbra este nombre Pachacámac, que es el suyo propio, y para que se entienda lo que vamos diciendo es de saber que el verbo yacha significa aprender, y añadiéndole esta silaba chi significa enseñar; y el verbo rura significa hacer y con la chi quiere decir hacer que hagan o mandar que hagan, y lo mismo es de todos los demás verbos que quieran imaginar. Y así como aquellos indios no tuvieron atención a cosas especulativas, sino a cosas materiales, así éstos sus verbos no significan enseñar cosas espirituales ni hacer obra grandiosa y divina como hacer el mundo, etc., sino que significan hacer y enseñar artes y oficios bajos y mecánicos, obras que pertenecen a los hombres y no a la divinidad. De toda la cual materialidad está muy ajena la significación del nombre Pachacámac, que, como se ha dicho, quiere decir el que hace con el mundo universo lo que el alma con el cuerpo, que es darle ser, vida, aumento y sustento, etc. Por lo cual consta claro la impropiedad de los nombres nuevamente compuestos para dárselos a Dios (si han de hablar en la propia significación de aquel lenguaje) por la bajeza de sus significaciones; pero puédese esperar que con el uso se vayan cultivando y recibiéndose mejor. Y adviertan los componedores a no trocar la significación del nombre o verbo en la composición, que importa mucho para que los indios los admitan bien y no hagan burla dellos, principalmente en la enseñanza de la doctrina cristiana, para la cual se deben componer pero con mucha atención. (Libro segundo, cap. II ) 189 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 IV. FUENTES BIBLIOGRÁFICAS 190 Dra. Paula Miranda. Primera Unidad Literatura Hispanoamericana Colonial, 2009 Bendezú Aybar, Edmundo. Literatura Quechua. Caracas: Biblioteca Ayacucho, impreso en Sucre, 1980. Carrillo Espejo, Francisco. Literatura Quechua Clásica De la Garza, Mercedes. (Compilación y prólogo) Literatura Maya. Ilustraciones Carlos Ontiveros Tamayo sobre motivos de arte maya. Biblioteca Ayacucho. Caracas: Galaxis, S. A., impreso en España, 1980. Garaibay K., Ángel Mª. Poesía Náhuatl. Paleografía, versión, introducción, notas y apéndices de Ángel Mª Garibay. 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