Anthony Kiedis - Scar Tissue

March 23, 2018 | Author: Bubba136 | Category: Hepatitis C, Injection (Medicine), Love, Medicine


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Description

1 2 Copyright © 2004 Anthony Kiedis – Funky Monks Traducción al español: Aina, Amy, Anto RHCP, Dani California, Fana, Hottie Girl, La Psycho, Lolindir, Psycho Lola y Sergio Corrección y sincronización de texto: Leni Todo esto fue posible gracias los foros: Funky Monks funkymonks.com.ar/foro Por la idea y predisposición en crear el libro traducido en formato digital y por las traducciones de sus usuarios Cosmik Mellowship World server3.foros.net/rhcpworld.html Por la idea en traducirlo, por apoyar al proyecto y aportar con traducciones 3 4 Dedicado a Bill y Bob 5 6 Introducción Capítulo 1 Yo, soy de Michigan 11 13 Capítulo 2 Araña e hijo 28 Capítulo 3 La secundaria en Fairfax 52 Capítulo 4 Debajo el sol bajo-cero 71 Capítulo 5 Pateando intensamente 86 Capítulo 6 Los rojos calientes 110 Capítulo 7 El año de la marmota 128 Capítulo 8 La banda orgánica en caja anti-golpes 156 Capítulo 9 Reformando 180 Capítulo 10 Funky monks 199 Capítulo 11 Deformado 223 7 Capítulo 12 Contra la pared 250 Capítulo 13 Nada 276 Capítulo 14 Bienvenidos a Californication 294 Capítulo 15 Un momento de claridad 276 8 9 10 Introducción Estoy sentado en el sofá de la sala de estar de mi casa en Hollywood Hills. Es un día de enero despejado y fresco, y desde mi posición, puedo ver la bonita extensión conocida como San Fernando Valley. Cuando yo era más joven, me uní a la creencia convencional, compartida por cada uno que vivía en la parte de las colinas de Hollywood, de que el “Valley” era un lugar donde los perdedores que no pudieron triunfar en Hollywood venían a desaparecer. Cuanto más tiempo vivo aquí, más consigo apreciar el Valle como una parte conmovedora y más tranquila de la experiencia que es Los Ángeles. Ahora no puedo esperar a despertar y mirar fuera sobre estas majestuosas montañas alineadas cubiertas con nieve. Pero el timbre interrumpe mi ensueño. Unos pocos minutos más tarde, una bonita mujer joven entra en la sala de estar, trayendo un bolso de cuero, ella lo abre y comienza a sacar su equipo. Termina su preparación, ella se pone sus guantes esterilizados de goma y entonces se sienta junto a mí en el sofá. Su larga y elegante jeringa de cristal está hecha a mano en Italia. Ésta es conectada a una pieza de plástico con forma de spaghetti que contiene un pequeño microfiltro así ninguna impureza pasará en mi torrente sanguíneo. La aguja es una completamente nueva y totalmente esterilizada variante microfina de mariposa Hoy mi amigo ha extraviado su torniquete normal médico, así que ella lleva su media de red de pesca rosada y lo usa para atarlo a mi brazo derecho. Ella frota mi vena expuesta con una esponja con alcohol, entonces penetra la vena con la aguja. Mi sangre se vuelve rezumando en el delgado tubo, y entonces ella lentamente mete el contenido de la jeringa en mi corriente sanguíneo. Inmediatamente yo siento el peso familiar en el centro de mi pecho, así que yo solo me tiro hacia atrás y me relajo. Yo solía dejarla inyectarme cuatro veces en una sesión, pero ahora estoy abatido para dos jeringas llenas. Después del primer pinchazo ella llena la jeringa nuevamente y me da un segundo pinchazo, ella retira la aguja, abre un esponja de algodón estéril, y aplica presión en mi heridita del pinchazo durante al menos un minuto para evitar magullar o marcar sobre mis brazos. Yo nunca tuve ninguna pista de su ministerio. Finalmente, ella coge un trocito de cinta médica y adjunta el algodón a mi brazo Entonces nos sentamos y hablamos sobre la sobriedad. Tres años antes, podría haber tenido heroína china blanca en esa jeringa. Durante años y años, yo llenaba jeringas y me las inyectaba con cocaína, speed, heroína negra, heroína persa, e incluso, a veces LSD. Pero hoy yo obtengo mis inyecciones de mi bella enfermera, cuyo nombre es Sat Hari. Y la sustancia que ella me inyecta en el torrente 11 sanguíneo es ozono, un gas de olor maravilloso que ha sido utilizado legalmente en Europa durante años para tratar todo desde accidentes cerebro-vasculares hasta el cáncer. Estoy tomando ozono por vía intravenosa porque a lo largo del tiempo porque en algún lugar a lo largo de mi vida, contraje hepatitis C causada por mi experimentación con las drogas. Cuando descubrí que yo lo tenía, en algún momento en los inicios de los años 90, inmediatamente busqué algo para solucionar el problema y encontré un régimen herbal que limpiaría mi hígado, y erradicaría la hepatitis. Y eso funcionó. Mi doctor quedó impactado cuando mi segundo test de sangre dio negativo. Así que el ozono es un método preventivo para hacer que de seguro ese maldito virus de la hepatitis C permanezca lejos. Eso tomó años y años de experiencia, introspección y perspicacia para ponerse al punto donde yo podría hundir una aguja en mi brazo para quitar toxinas de mi sistema a diferencia de la introducción de ellas. Pero no lamento ninguno de mis jóvenes indiscreciones. Pasé la mayor parte de mi vida buscando por la inyección rápida y el estímulo intenso. Le pegué a las drogas bajo puentes de autopistas, con mexicanos traficantes y gastando cientos de dólares en suites de hotel. Ahora bebo agua vitaminada y busco salmón salvaje, en vez de salmón de piscifactoría. Durante veinte años, he sido capaz de canalizar mi amor por la música y la escritura, e introducirme en la estela universal de creatividad y espiritualidad, mientras escribo y realizo nuestro propio guiso sónico con mis hermanos, tanto presentes como difuntos, en los Red Hot Chili Peppers. Este es mi relato de estos tiempos, y también la historia de cómo un niño que nació en Grand Rapids, Michigan, emigró a Hollywood y encontró más de lo que el podía encontrar al final del arco iris. Esta es mi historia, 12 Capitulo I Yo, soy de Michigan Había estado pegándole a la cocaína durante tres días con mi traficante de drogas mexicano Mario, cuando recordé el show de Arizona. Por entonces, mi banda, los Red Hot Chili Peppers, ya teníamos un álbum sacado, y nosotros estábamos pensando en ir a grabar nuestro segundo álbum a Michigan, pero primero, Lindy, nuestro manager, nos había reservado una actuación en Arizona en una discoteca de un restaurante especializado en bistecs. El promotor era un fan nuestro y él iba a pagarnos más de lo que cobrábamos y todos nosotros necesitábamos el dinero, así que estuvimos de acuerdo en actuar. Excepto que yo estaba hecho trizas. Solía estarlo cuando bajaba al centro y quedaba con Mario. Era un gran personaje, delgado, nervudo y astuto mexicano, que lucía como una ligera fuerte versión de Gandhi. Él usaba grandes gafas, y no lucía como un vicioso o una imponente persona, pero siempre que nos inyectásemos cocaína o heroína haría sus confesiones: "Yo tuve que herir a alguien. Soy un cumplidor de trabajos para la mafia Mexicana. Recibo estas llamadas de la mafia mexicana e incluso no quiero saber los detalles, solo hago mi trabajo, pongo a la persona fuera de comisión y consigo mi paga." Tú nunca sabías si algo de lo que él decía era verdad. Mario vivía en una vieja vivienda de ladrillos en el centro, compartiendo su sórdido departamento con su anciana madre, quien se sentaba en una esquina de su diminuta sala de estar, viendo silenciosamente telenovelas Mexicanas. De cuando en cuando, habrían arrebatos de discusiones en español, y yo le preguntaría si nosotros debíamos hacer drogas ahí (tenia una gran pila de drogas, jeringas y algodones sobre la mesa de la cocina. Me dijo “No te preocupes. Ella no puede ver ni escuchar, no sabe qué es lo que estamos haciendo,”. Entonces yo me mandaría speedball con la abuelita en la habitación de al lado. Mario no era en realidad un traficante de droga de venta al público, el era un enlace a los mayoristas, así que tú conseguías grandes dosis de drogas por tu dinero, pero entonces tenías que compartir tus drogas con él. Las cuales estábamos haciendo ese día en su pequeña cocina. El hermano de Mario había salido de prisión recientemente y estaba justo ahí con nosotros sentado en el suelo, y gritando cada vez que fallaba al no hallar una vena de su pierna. Era la primera vez que yo había visto a alguien que se había quedado sin el verdadero estado útil en sus brazos y se sometía a pincharse una pierna para la dosis. Nosotros estuvimos haciendo lo mismo durante días, incluso mendigamos dinero una vez en la calle para conseguir más coca. Pero ahora eran las 4:30 de la mañana y me di cuenta que teníamos que actuar esa noche. "Es hora de comprar algo de droga, porque 13 necesito conducir hasta Arizona y no me siento muy bien," decidí ir. Así que Mario y yo nos subimos a mi cutre trozo de chatarra Studebaker Lark verde y conducimos a una oscura, profunda y poco amistosa parte del guetto del centro de la ciudad en el que nosotros estábamos ya dentro, una calle en la que tú solo no querías estar en ella, excepto por los precios que aquí eran los mejores. Nos estacionamos y caminamos unas pocas manzanas hasta que llegamos a una vieja edificación ruinosa. Mario me dijo, “Confía en mí. No quieres entrar ahí. Cualquier cosa que puede pasar dentro no va a ser buena, así que dame el dinero y yo conseguiré la mercancía." Una parte de mi estaba fuera de sí. "Dios, no quiero morir justo aquí ahora. El no lo había hecho antes, pero yo no me interpondría en su camino." Pero por otra parte la mayor parte de mí solo quería esa heroína, así que saqué los últimos cuarentas dólares que yo tenía guardados, se los di y desapareció en el edificio. Yo había estado dándole a la coca durante tantos días directamente que yo estaba alucinando, en un extraño limbo entre la consciencia y el sueño. Todo lo que podía pensar era que realmente yo le necesitaba para salir de ese edificio con mis drogas. Me saqué mi preciada posesión, mi añeja chaqueta de cuero. Años atrás Flea y yo gastamos todo nuestro dinero en estas correspondientes chaquetas de cuero, esta chaqueta se había convertido en una casa para mí. Ella almacenaba mi dinero y mis llaves y en un pequeño bolsillo elegante secreto, mis jeringuillas. Ahora estaba tan cansado y con frío que solo me senté en la acera, me puse la chaqueta sobre mi pecho y mis hombros como si fuera una manta. “Vamos Mario. Vamos. Tienes que bajar ahora mismo”. Lo imaginé saliendo de esa edificación con un ánimo radicalmente distinto en su paso, viniendo del hundimiento, pasando del tipo decaído al tipo saltarín… Yo había cerrado mis ojos durante un instante cuando sentí una sombra viniendo sobre mí. Miré sobre mi espalda y vi que un grande, pesado, sucio y loco Indio Mexicano venía hacia mí con un par de grandes navajas. Me di vuelta, así que arqueé mi espalda tan hacia delante como yo pudiera para escapar de su estocada. Pero de repente un escuálido y pequeño bastardo mexicano saltó en frente de mía, sosteniendo una amenazante navaja. Tomé una decisión instantánea, la cuál era no tomar la decisión teniendo a este gran tipo detrás mío, yo prefería tomar mis posibilidades con el asesino que tenia en frente mío. Todo esto estaba pasando muy rápido, pero cuando te enfrentas con tu propia muerte, entras a un mundo en donde las emociones van más lentas y donde obtienes la cortesía del universo expandiendo el tiempo para ti. Así que salté hacia arriba y, con mi chaqueta de cuero en frente mío, se la arrojé al tipo flaco. Empujé la chaqueta sobre él y reprimí su puñalada, entonces la solté y corrí fuera de ahí como un esclavo romano. Corrí y corrí, y no paré hasta llegar al lugar en donde mi auto estaba estacionado. Pero 14 cuando llegué al lugar me di cuenta de que no tenía las llaves, no tenía la chaqueta, no tenía dinero, no tenía mis jeringas y lo peor de todo no tenía droga. Y Mario no era el tipo de venir a buscarme. Así que me puse a caminar a la casa de Mario pero no había nadie. Ahora el sol se había puesto y se suponía que nosotros debíamos salir hacia Arizona en una hora. Fui a una cabina de teléfono, encontré algo de cambio y llamé a Lindy. “Lindy, estoy tirado en Séptimo y Alvarado, no he dormido nada durante un rato y mi coche está aquí pero no tengo las llaves, puedes recogerme en el camino hacia Arizona?” Él estaba acostumbrado a esas llamadas angustiadas de Anthony, así que en una hora, ahí estaba ya nuestra Van azul en la esquina, con nuestros equipos y los demás chicos de la banda. Y un pasajero asqueroso, triste, y trastornado subió abordo. Ya a bordo inmediatamente sentí una recepción fría de la banda, así que yo sólo me tiré al suelo bajo los asientos de banco, puse mi cabeza entre la columna de dos asientos y me puse a dormir. Horas después, desperté mojado con el sudor, porque estaba apoyado sobre la parte superior del motor que tenía por lo menos unos 115º. Pero me sentía bien. Flea y yo dividimos una tableta de LSD y rockeamos como locos en Arizona. La mayoría de la gente probablemente ve el acto de concepción sólo como una función biológica. Pero a mí me parece claro que en algún nivel, los espíritus eligen a sus padres, porque estos padres potenciales poseen ciertos rasgos y valores que el futuro niño necesita asimilar durante su vida. Así que 23 años antes de que yo acabara en la esquina de Séptimo y Alvarado, yo reconocí a John Michael Kiedis y a Peggy Nobel como a dos maravillosas pero problemáticas personas quienes serían los perfectos padres para mí. La excentricidad y creatividad de mi padre y su actitud antiinstitucionalista, combinado con el amor sin límites, el cariño y el consistente trabajo duro de mi madre, fueron el óptimo equilibrio de rasgos para mí. Así, que a través de mi propia voluntad o no, fui concebido el 3 de Febrero, año 1962, en una horriblemente fría y nevada noche en una diminuta casa en la cima de una colina en Grand Rapids, Michigan. Esencialmente, los dos de mis padres eran unos rebeldes, cada uno un su propio camino. La familia de mi padre había emigrado a Michigan desde Lituania en los inicios de 1900. Anton Kiedis, mi bisabuelo, era un tipo brusco, áspero y malhumorado que gobernaba su familia con un puño de hierro. En 1914 mi abuelo John Alden Kiedis nació, el último de cinco niños. La familia se trasladó entonces a Grand Rapids, donde John fue al instituto y sobresalió en su avance. Como un adolescente, era un aspirante a ser un cantante tipo Bing Crosby, y un excelente escritor aficionado de historias cortas. Madurar en la casa de los Kiedis significaba que mi abuelo no podía beber, fumar cigarros, o maldecir. El nunca tenía ningún problema sometiéndose a esa 15 estricta forma de vida. Eventualmente, conoció a una bonita mujer llamada Molly Vandenveen, cuya herencia era una mezcla desordenada de inglés, irlandés, francés, y holandés (y, como hemos descubierto recientemente, algo de sangre Mohicana, que explica mi interés en la cultura Nativa Americana y mi identificación con la Madre Tierra). Mi padre, John Michael Kiedis, nació en Grand Rapids en 1939. Cuatro años más tarde, mis abuelos se divorciaron, y mi padre se fue a vivir con su padre, quien trabajaba en una fábrica que producía tanques para el apoyo bélico. Después de unos pocos años, mi abuelo se volvió a casar, y mi padre y su hermana tuvieron una vida hogareña más convencional. Pero la tiranía de John Alden era demasiado para mi padre como para soportarlo. Papá tenía que trabajar en los negocios de la familia (Una gasolinera y después una hamburguesería de las que sirven al cliente sin que éste se baje del coche), no podía jugar con sus amigos, no podía quedarse hasta tarde e incluso no podía pensar en beber o fumar cigarros. Encima de eso, su madrastra, Hielen, era una devota de la Reforma Cristiana Alemana lo que le hacía ir a la iglesia cinco veces durante la semana y tres veces en Domingo, experiencias que más tarde lo llenaron de hostilidad hacia la religión organizada. Por entonces el tenía catorce años, se había escapado de casa, subiéndose en un bus hacia Milwaukee, donde gastó la mayor parte de su tiempo moviéndose en películas y bebiendo cerveza gratis en las cervecerías. Al cabo de un tiempo, volvió a Gran Rapids y entró en el instituto, donde conoció a Scott St. John, un elegante, un libertino y un irresponsable que introdució a mi padre a una vida de pequeños delitos. Oír las historias de sus hazañas era siempre deprimente para mí, porque ellos eran tan fracasados. Una vez fueron a una playa cercana, se bajaron sus bañadores en un intento de armonizarse, y después robaron una cartera desatendida de alguien. Pero había al menos un testigo del delito, así que hubo un inmediato APB en la playa. Los atraparon y tuvieron que pasar el verano entero en la cárcel. Al mismo tiempo que Jack, como el era conocido entonces, y Scott estaban haciendo nacer el infierno en Grand Rapids y más allá, Peggy Nobel estaba dirigiendo lo que parecía como una vida de propiedad convencional. La más joven de una familia de cinco, mi madre era la encarnación de un amor del medio oeste. Pequeña, morena, y más lista que los diablos. Ella era muy cercana a su padre, quien trabajaba para Michigan Bell. Siempre lo describió como un amor de hombre (maravilloso, cariñoso, amable, y divertido). Peggy no era tan cercana a su madre, quien, aunque brillante e independiente, seguía las convenciones del día y evitó el colegio de por vida como una secretaria ejecutiva, que probablemente la hizo un poco amarga. Y, como la rígida disciplinaria de la familia, ella a veces discutía con mi madre, cuya actitud rebelde tomó rutas poco convencionales. Mi madre estaba cautivada con la música negra, escuchando casi exclusivamente a James Brown y después a Motown. Ella también 16 estaba cautivada con el atleta estrella de su clase del instituto, quien justamente resultó ser de raza negra—un romance bastante tabú para el Medio oeste en 1958 Entra Jack Kiedis, recientemente de regreso en Grand Rapids de una permanencia en la cárcel por un robo en Ohio. Su compañero Scott estaba hirviéndose a fuego lento en la cárcel de Kent County por un delito que cometió el sólo, así que mi padre estaba en su derecho cuando fue a una fiesta en East Grand Rapids una noche en Mayo de 1960. El estaba reconociendo el talento cuando miró bajo un vestíbulo y echó un vistazo a una pequeña ángel de pelo negro y portando mocasines Indios con franjas blancas, empujó a la gente y se precipitó al punto donde la había visto, pero ella se había ido. El pasó el resto de la noche tratando de encontrarla, pero estaba contento sólo con conocer su nombre. Unas pocas noches más tarde, Jack apareció en el pórtico de Peggy, vestido en una chaqueta de deporte y unos vaqueros apretados, sosteniendo un enorme ramo de flores. Ella estuvo de acuerdo para una cita para ver una película. Dos meses más tarde, después de obtener permiso de sus padres, la todavía adolescente de diecisiete años Peggy se casó con Jack, quien tenía veinte, en el día antes del trigésimo-quinto aniversario de los padres de ella. Scott St. John era el mejor hombre. Seis semanas más tarde, el padre de Peggy murió de una complicación de diabetes. Unas pocas semanas después de eso, mi padre comenzó a ponerle los cuernos a mi madre. Por finales de ese año, de alguna forma Jack convenció a Peggy para dejarle su Austin Healy azul completamente nuevo y, junto con su amigo John Reaser, conducir a Hollywood. Reaser quería conocer a Anette Funicello, mi padre quería ser descubierto y volverse una estrella de cine. Pero sobre todo, no quería estar atado a mi madre. Después de unas pocas semanas de desventuras, los dos amigos se establecieron en San Diego hasta que Jack tuvo noticias de que Peggy estaba viendo a un hombre en Grand Rapids que tenía un mono atrás. Locamente celoso, condució a 100 millas por hora sin pararse y vino de vuelta con mi madre, quien sólo eran amigos inocentes con el dueño del primate. Jack se fue de vuelta a California, y durante el siguiente año, mis padres alternaron entre estar casados y estar separados y entre estar en California y estar en Michigan. Una de estas reconciliaciones condujo a un arduo trayecto de autobús desde la soleada California hasta el Michigan helador. El siguiente día, nací. Nací en el hospital St. Mary’s en Grand Rapids, a las cinco horas el 1 de Noviembre, en 1962, apenas siete libras y media, veintiún pulgadas de largo. Yo era casi un bebé de Halloween, pero nacer el 1 de Noviembre es aún más especial para mí. En la numerología, el número uno es un número tan potente que tener tres unos todos en una fila es una bastante buena situación para comenzar tu vida. Mi madre quería llamarme por mi padre, lo que me habría hecho John Kiedis III, pero mi padre estaba inclinándose hacia Clark Gable Kiedis o Courage Kiedis. Al final, ellos se quedaron en Anthony Kiedis, que era un homenaje a mi bisabuelo. Pero desde el principio, yo era conocido como Tony. 17 Dejé el hospital y entraron mi padre, mi madre, y su perro, Panzer, en su diminuta casa financiada por el gobierno en el campo externo a Grand Rapids. Pero dentro de unas semanas, mi padre comenzó a conseguir la fiebre de cabina y el impulso por viajar. En enero de 1963, mi abuelo John Kiedis decidió desarraigar a la familia entera y mudarse a los climas más calientes de Palm Beach, Florida. Así que el vendió su negocio, recogió el U-Haul, tomó a su esposa y sus seis niños, más mi madre y a mí. No recuerdo haber vivido en Florida, pero mi madre decía que fue un tiempo agradable, una vez nosotros nos escapamos del yugo del patriarca abusivo de la familia Kiedis. Después de trabajar en una Lavandería y ahorrar algo de dinero, mi madre encontró un pequeño apartamento sobre una tienda de licores en West Palm Beach, y nos mudamos ahí. Cuando ella obtuvo una factura por el alquiler de dos meses del Abuelo Kiedis, rápidamente le escribió, “Yo envié tu factura a tu hijo. Espero que tengas noticias de él pronto.” Mamá estaba trabajando para Honeywell por entonces, sacando 65 dólares por semana, un valor semanal de ese iba hacia nuestro alquiler. Por otros diez dólares a la semana, yo estaba en una guardería. De acuerdo con mi madre, yo era un pequeño muy feliz. Mientras tanto, mi padre estaba solo en su casa vacía en el campo. Casualmente, la esposa de uno de sus mejores amigos lo había abandonado, así que los dos compañeros decidieron irse a Europa. Papá dejó la casa con su coche todavía en el garaje, empacó sus palos de golf, su máquina de escribir, y el resto de su escasa posesión, y despegó para Europa en el S.S. France. Después de un maravilloso viaje de cinco días que incluyó la conquista de una joven mujer francesa casada con un policía de Jersey, mi padre y su amigo Tom se establecieron en París. Por entonces, Jack se había dejado crecer su pelo largo, y se sintió agradablemente con los “beatniks” en el Left Bank. Ellos tuvieron unos pocos meses placenteros, escribiendo poesía y sorbiendo vino en cafés llenos de humo, pero se arruinaron. Viajaron por autostop a Alemania, donde fueron incorporados al ejército para obtener pasaje gratis a los Estados Unidos en un buque de transporte. Ellos fueron metidos dentro como sardinas, sacudidos sobre mares turbulentos, y eludiendo el vómito a lo largo del viaje con insultos como “Hey, Jesús, córtate el pelo”. Ese viaje a casa fue la peor experiencia de la vida de mi padre. De alguna manera convenció a mi madre para dejarlo empezar con ella otra vez. Después su madre murió en un trágico accidente de coche, todos nosotros volvimos a Michigan a finales de 1963. En ese momento mi padre fue determinado a seguir la pista de su amigo John Reaser y matricularse en el colegio menor, acabó todos sus cursos, y obtuvo una beca para una buena universidad y lo mejor de todo obtener un buen trabajo y estar en una mejor posición para levantar a la familia. Durante los siguientes dos años, eso fue exactamente lo que él hizo. Acabó el colegio menor y obtuvo algunas ofertas de becas pero decidió aceptar una beca de UCLA, ir a 18 escuela de cine, y realizar sus sueños de vivir en Los Ángeles. En Julio de 1965, cuando yo tenía tres años, nos mudamos a California. Tengo algunos vagos recuerdos del primer apartamento que los tres de nosotros compartimos, pero en menos de un año, mis padres se habían separado otra vez, una vez más por culpa de otras mujeres. Mi mamá y yo nos mudamos en un apartamento en la Ohio Street, y ella encontró un trabajo como secretaria de un despacho de abogados. Incluso aunque ella estuviera en el mundo serio, ella siempre mantenía que ella era una secreta hippie. La recuerdo llevándome a Griffith Park en los fines de semana para una nueva forma de expresión social llamada Love-Ins. Las verdes colinas estaban atestadas con pequeños grupos de gente haciendo picnics e hilando “love beads” y bailando. Fue todo muy festivo. Cada pocas semanas, mi rutina sería interrumpida por un convite especial, cuando mi padre venía a recogerme y llevarme de excursiones. Nosotros iríamos a la playa y bajaríamos sobre las rocas, y mi padre sacaría su peine de bolsillo y todos estos cangrejos lo agarrarían. Entonces tomaríamos una estrella de mar. Yo la llevaría a casa y trataría de mantenerla viva en un cubo de agua en mi casa, pero pronto morirían y llenarían de peste el apartamento entero. Todos nosotros estábamos prosperando en California, especialmente mi padre. El estaba teniendo una explosión creativa en UCLA y usándome como el foco de todas sus películas de estudiante. Porque era mi padre, tenía una forma especial de enfocarme, y todas las películas terminaron ganando competencia. El primer filme, “La expedición de un chico”, era una bonita meditación sobre un niño de dos años y medio quien conduce su triciclo calle abajo, hace una gran caída a cámara lenta, y aterriza sobre un billete de dólar. Durante el resto de la película, yo continúo un paseo salvaje por el centro de Los Ángeles asistiendo a las películas, comprando comics y tomando trayectos en autobús, y conociendo gente, gracias a aquel dólar que encontré. Al final todo ello resulta para ser una secuencia de ficción, como meto en el bolsillo el billete y paseo sobre mi triciclo. La floreciente carrera de mi padre como director descarrilló en 1966, cuando encontró una bonita joven patinadora de restaurante, quien lo introdució a la marihuana. Cuando yo tenía unos cuatro años, mi padre y yo estábamos en una de nuestras excursiones, caminando bajo Subset Strip, cuando de repente paró y suavemente lanzó algo de humo de marihuana sobre mi cara. Caminó unas pocas manzanas más, y yo estaba excitándome cada vez más. Entonces yo paré y pregunté, “Papá, estoy soñando?” “No, estás despierto” dijo el Yo me encogí de hombros y me puse a corretear encima de un poste de luz de trágico, como un pequeño mono, sintiéndome ligeramente alterado. Una vez que mi padre entró en la marihuana, empezó a frecuentar en los clubs de música que eran parte del nuevo espectáculo de Sunset Strip. Paulatinamente, nosotros 19 lo veíamos cada vez menos. Cada verano mi madre y yo volvíamos a Grand Rapids para ver a nuestros familiares. La abuela Molly y su marido, Ted, me llevarían a Grand Haven Beach, y nosotros pasaríamos un buen tiempo. Durante esa estancia en el verano de 1967, mi madre se topó con Scott St. John en Grand Haven. Después de que ellos permanecieran algún tiempo juntos, le habló de volver hacia Michigan con él, en Diciembre de 1967. La mudanza no fue del todo traumática, pero Scott entrando en la escena fue definitivamente preocupante. No había nada tranquilizante o consolador en este carácter caótico. El era grande, malvado, pernicioso y mezquino, con el pelo negro grasiento. Ya sabía que el trabajó en un bar y que se metía en muchas peleas. Una vez yo desperté temprano por la mañana y fui a la habitación de mi madre, y el estaba sobre la cama. Su cara estaba hecha polvo, con ojos morados y una nariz llena de sangre y un labio partido y cortes. La sangre estaba en todas partes. Mi madre ponía hielo sobre su cabeza y limpiando la sangre de otra parte de su cara y diciéndole que debería ir al hospital. El estaba siendo brusco, gruñón y ruin. Eso fue perturbador, sabiendo que mi madre estaba enamorada de el. Yo supe que había sido un amigo para alguien de la familia, pero yo no comprendí que el era el mejor amigo de mi padre. Scott tenía un carácter irascible y un gran temperamento, era físicamente explosivo. Esa fue la primera vez en mi vida que yo había recibido azotes considerablemente fuertes. Una vez decidí que no me gustaba la etiqueta en la parte trasera de mi chaqueta azul favorita porque era irritante. Mi habitación estaba muy oscura, pero yo sabía dónde estaban las tijeras, así que fui a cortar la etiqueta, y acabé cortando un gran agujero. Al día siguiente Scott vio el agujero, me bajó los pantalones, y me golpeó con la parte trasera de un cepillo. Fue una época difícil. Nosotros estábamos viviendo en un muy pobre lugar de Grand Rapids, y yo entré en un nuevo colegio para finalizar el jardín de infancia. De repente, paré de preocuparme por aprender y me convertí en un pequeño granuja. Recuerdo caminar por el patio del colegio e insultando salvajemente a la edad de cinco años, encadenando juntas cuarenta palabras insultantes y llamado a una conferencia de padres/profesor, y comencé a desarrollar la mentalidad de que las figuras de la autoridad estaban contra mí. Otra manifestación de mi confusión mental fue el episodio de las “Slim Jim”. Yo estaba con un amigo mío, y no teníamos dinero, así que robé algunas Slims Jims de una confitería. El dueño llamó a mi madre. No puedo recordar mi castigo, pero robar en tiendas Slim Jims no era la cosa ordinaria para un chico de seis años de edad para hacer en Grand Rapids. En junio de 1968, mi madre se casó con Scott. St John. Yo era el portador del anillo, y en la recepción, obtuve una bicicleta Stingray púrpura como un regalo, lo que me puso 20 muy contento. Ahora yo igualé su matrimonio con una gran bicicleta que tenía ruedas de entrenamiento. Había una tensión en torno a este tiempo cuando yo no vi mucho a mi padre, porque él había ido a Londres y se había vuelto un hippie. Pero de cuanto en cuanto yo recibiría paquetes de Inglaterra rellenos con camisetas y “love beads”. Me escribiría largas cartas hablándome sobre Jimi Hendrix y Led Zeppelin, y todas estas distintas bandas que él veía, y qué fantásticas eran las chicas inglesas. Parecía que mi padre estaba en algún tipo de psicodélico paseo de Disneyland por el mundo, y yo estaba atascado en el Culo Nevoso, Pueblodeningúnlugar, U.S.A. Yo sabía que había esta magia ahí en el mundo. Y que mi padre era de algún modo la llave a ello. Pero yo también, sobre todo en retrospectiva, disfruté creciendo en un clima más tranquilo. Ese verano yo fui a California por unas pocas semanas para ver a mi padre, quien había vuelto de Londres. Él tenía un apartamento en Hildale en West Hollywood, pero nosotros gastamos mucho tiempo en Topanga Canyon, donde su novia Connie tenía una casa. Connie era una tipa fantástica con un enorme espectáculo de fluido pelo rojo, piel alabastrina, realmente bella y loca como podría ser. Junto con Connie, los amigos de mi padre fueron los clásicos vaqueros hippies saturados de droga. Estaba David Weaver, un enorme hombre que nunca paraba de hablar con una melena hasta la altura de los hombros, un bigote de manubrio, y un atavío de hippie de California básico (no lo bastante elegante como mi padre). Era un alborotador brutal que peleaba como un Gulo gulo. La última esquina del triángulo de mi padre era Alan Bashara, un antiguo veterano de Vietnam que portaba un enorme pelo Afro y un gran, espeso mostacho. Bashara no era un macho, no un hippie tipo duro, era más el Georgie Jessel del grupo, arrojando un cómico talento a una enorme velocidad, así que con David, el chulo, duro y peleón, mi padre, el creativo, intelectual, romántico y Alan, el comediante, había trabajo para todos ellos, y no había escasez de mujeres, dinero, drogas, y diversión. Con estos tipos era estar de fiesta las 24 horas del día. Weaver y Bashara tenían una casa cerca de la de Connie, y ellos manejaban un negocio bastante grande de marihuana fuera de Topanga Canyon. La primera vez que estuve ahí, yo no comprendí todo esto, todo lo que vi era un montón de gente constantemente fumando marihuana, pero entonces me metí dentro de una habitación, y Weaver estaba sentado ahí contando montones de dinero. Yo podría decir que la vibración era muy seria. Yo pensé, “No sé si quiero estar en esta habitación, porque ellos están haciendo matemáticas”, así que yo fui a la siguiente habitación, donde había una pequeña montaña de marihuana encima de grandes lonas. Connie tendría constantemente que venir para llevarme fuera para jugar en el cañón. Era “No vayas a esa habitación! No vayas a esa habitación! Mantén un ojo vigilante, asegúrate de que no viene nadie!” Había siempre el elemento de suspenso de que nosotros estábamos haciendo cosas por las que podríamos ser detenidos, lo que podría dar a un niño algo de preocupación, pero al mismo tiempo, es como, “Qué está pasando ahí? Por qué tienen 21 tanto dinero? Qué están haciendo por todas partes estas bellas chicas? “ Yo recuerdo tener un sentimiento de preocupación por mi padre. Una vez algunos amigos de él se estaban mudando de una casa a otra, y llenaron este gran camión abierto con todas sus posesiones. Mi padre saltó arriba y montó sobre la cima de un colchón, que estaba precariamente equilibrada encima de todas las otras pertenencias. Nosotros comenzamos a movernos, y estábamos inclinados bajo estos caminos del cañón, y estaba mirando a mi padre apenas manteniéndose sobre el colchón, en marcha, “Papá, no te caigas.” “No te preocupes”, dijo él, pero yo lo estaba. Ese fue el comienzo de un tema, porque durante muchos años siguientes, yo estaría con miedo a la muerte por la vida de mi padre. Pero yo también recuerdo divirtiéndome un montón. Mi padre, Connie, Weaver y Bashara irían a El Corral, un rudo bar en medio de Topanga Canyon donde Linda Ronstadt, los Eagles y Neil Young tocaban regularmente. Yo iría con los adultos, sería el único niño en la multitud. Cada uno estaría borracho, bebiendo y drogándose, yo estaría sobre la pista, bailando lejos. Cuando volví a Michigan, las cosas no habían cambiado demasiado. El primer grado fue bastante tranquilo. Mi madre trabajaba días como una secretaria en un despacho de abogados, y después del colegio yo me quedaría con una niñera. Pero mi vida tomó un giro decisivo hacia la mejoría en el otoño de 1969, cuando nos mudamos a Paris Street. Habíamos estado viviendo en una verdaderamente pobre sección de la ciudad perteneciente a la basura blanca, con muchos cuadruplexos y ciudades de chabolas, pero Paris Street era como algo salido de una pintura de Norman Rockwell. Casas unifamiliares y céspedes podados y bien cuidados, garajes limpios. Por ahora Scott fue mayoritariamente sacado del cuadro, pero él había permanecido alrededor bastante tiempo para fecundar a mi madre. De repente, yo tenía a un trío de bonitas y jóvenes chicas adolescentes buscándome después del colegio. A la edad de siete, yo era algo joven para estar teniendo enamoramientos, pero yo adoraba a estas chicas como si fueran hermanas, asombrado de su belleza y de su feminidad brotando. Yo no podía haber sido más feliz que pasando el tiempo con ellas, si eso era ver la tele o nadar en la piscina local o ir para dar paseos en las pequeñas tierras salvajes en el campo. Ellas me introdujeron a Plaster Creek, que sería mi secreto lugar preferido durante los siguientes cinco años, un santuario del mundo adulto donde mis amigos y yo podíamos desaparecer en los bosques y hacer barcos, cazar cangrejos de río y saltar desde puentes hacia el agua. Así que fue definitivamente un gran alivio ir hacia ese barrio donde todo parecía agradable y donde las flores crecían. Todavía me gustaba el colegio. Mientras que mi colegio anterior parecía oscuro, triste y sombrío, Brookside Elemental era un edificio de bonita apariencia que tenía lindos 22 suelos y pistas atléticas que circulaban junto a Plaster Creek. Yo no era tan JC Penney como el resto de mi compañeros de clase, porque estábamos en asistencia pública después de que mi madre diera luz a mi hermana, Julie. Así que yo estaba llevando cualquier ropa de segunda mano que recibiríamos de las instituciones locales caritativas, con las ocasionales camisetas “Liverpool Rules” que yo obtendría de mi padre. No se declaró de verdad que nosotros estábamos en asistencia pública hasta más o menos un año más tarde, cuando estábamos en la tienda de ultramarinos y cada uno pagaba dinero en efectivo, pero mi madre presentó este dinero de Monopolio para los ultramarinos. Estar en asistencia pública la molestó, pero yo nunca estaba desconcertado por ese supuesto estigma. El hecho de vivir con un solo padre y ver que todos mis amigos tenían madres y padres en la misma casa no me hizo envidioso. Mi madre y yo estábamos actualmente teniendo una explosión, y cuando Julie entró en el cuadro, yo no podía haber sido más feliz para tener una pequeña hermana. Yo era realmente protector con ella hasta unos pocos años más tarde, cuando se volvió objeto de varios de mis experimentos de tortura. Por el tercer grado, yo había desarrollado un verdadero resentimiento hacia la administración del colegio, porque si algo estaba mal, si algo estaba robado, si algo estaba roto, si un niño estaba agredido, rutinariamente ellos me echarían fuera de clase. Yo era probablemente responsable del 90 por ciento de los alborotos, pero rápidamente me volví un competente mentiroso, tramposo y un artista en el timo para librarme de la mayoría de los problemas. Así que yo era amargante y tendría ideas absurdas, tales como: “Qué pasa si separamos los anillos metálicos de gimnasia que cuelgan cerca de los columpios, las usamos como un lazo, y las ponemos directamente a través del ventanal del colegio?”. Mi mejor amigo, Joe Walters, y yo nos escapamos a hurtadillas tarde de la casa una noche y lo hicimos. Y cuando las autoridades vinieron, nosotros escapamos como zorros hacia Plaster Creek. Y nunca nos atraparon. (Muchos, muchos años más tarde, envié a Brookside un giro postal anónimo por los daños.) Mi problema con las figuras de la autoridad aumentaban al mismo tiempo que yo me hacía mayor. No podía soportar a los directores, y ellos no podían soportarme a mí. Yo había amado a mis profesores hasta quinto grado. Ellas eran todas mujeres, amables y gentiles, y pienso que ellas reconocieron mi interés en aprender y mi capacidad para ir más allá de la reclamación del deber escolástico en aquella etapa. Pero alrededor del quinto grado, yo me volvería contra todos los profesores, incluso si ellos eran estupendos. Por ahora no había ninguna figura masculina en mi vida para contener en algo este comportamiento anti-social. (Como si alguna de las influencias masculinas en mi vida lo tuvieran). Cuando mi hermana, Julie, tenía 3 meses de edad, la policía comenzó a poner en vigilancia nuestra casa buscando a Scott, porque el había usado algunas 23 tarjetas de crédito robadas. Una noche ellos vinieron a la puerta, y mi madre me envió a los vecinos mientras ellos la interrogaban. Semanas más tarde, Scott se mostró y vino asaltando dentro de la casa en una rabia violenta total. Averiguó que alguien había llamado a mi madre y le habían dicho que la había estado engañando, así que el se precipitó sobre el teléfono en la sala de estar y lo sacó fuera de la pared. Yo comencé a espiarlo a cada palmo, porque mi madre estaba aterrorizada, y yo no estaba teniendo ni idea de qué. Comenzó a entrar en mi habitación para usar mi teléfono, pero yo me lancé delante de el. No creo que estuviera demasiado acertado, pero yo estaba preparado para pelear, usando todas las técnicas que el me había enseñado unos pocos años antes. Mi madre finalmente me envió a la puerta para recibir a los vecinos, pero ese fue claramente el fin de su bienvenida en esa casa. De todas formas, más o menos un año después, se esmeró para reconciliarse con mi madre. Ella voló hacia Chicago con la pequeña Julie, pero el nunca se presentó en su punto de cita (los policías lo habían detenido). Ella no tenía ningún dinero para volver a casa, pero las líneas aéreas fueron lo bastante amables para llevarla gratis de vuelta. Nosotros fuimos a visitarlo a una prisión blindada de máxima seguridad, y yo la encontré fascinante pero un poco desconcertante. En el camino a casa, mi madre dijo, “Esa es una primera y una última” y poco después de eso, se divorció de él. Afortunadamente para ella, trabajaba para abogados, así que no le costó nada. Mientras tanto, mi admiración por mi padre crecía exponencialmente. No podía esperar durante estas dos semanas cada verano cuando yo volaría hacia California y me reuniría con el. El estaba todavía viviendo en el último piso de una casa dúplex en Hildale. Cada mañana yo me despertaría temprano, pero mi padre dormiría hasta alrededor de las 2 del mediodía después de la última noche de fiesta, así yo que tenía que encontrar una manera de entretenerme durante la primera mitad del día. Yo iría deambulando por el apartamento buscando que había para leer y en una de mis búsquedas, encontré por casualidad su gran colección de revistas Penthouse y Playboy. Yo simplemente las devoraba. Incluso leía los artículos. No tenía ningún sentido de que estas eran revistas “sucias” o de alguna manera tabúes, porque el no vendría y diría, “Oh Dios, qué estás haciendo con eso?” Con mayor probabilidad vendría, comprobaría que estoy mirando, y diría, “No es esa chica increíblemente sexy?” El estaba siempre dispuesto a tratarme como un adulto, así que habló abiertamente y libremente sobre los genitales femeninos y que esperar cuando hiciera por fin algo ahí. Su dormitorio estaba en la parte trasera de la casa, próxima a un árbol, y yo lo recuerdo explicando su sistema de advertencia previa y plan de fuga. Si los policías alguna vez venían a por el, me quería para retenerlos en frente de la puerta así el podría saltar hacia fuera por la ventana de la habitación, escurrirse bajo el árbol hacia la fachada del garaje, descender a la casa tras el garaje hacia el apartamento en construcción, que estaba entonces en la siguiente calle. Aquello estaba 24 confundiéndome a la edad de ocho años. “Qué pasa si nosotros no tenemos solamente policías en la puerta principal?” Pero el me contó que había estado detenido por posesión de marihuana unos pocos años antes, y había sido apaleado por policías solo por tener pelo largo. Todo eso espantó los pantalones fuera de mí. Naturalmente no quise que apaleasen a mi padre. Todo esto sólo reforzó mi aversión por las autoridades. Incluso aunque yo tuviera preocupaciones sobre el bienestar de mi padre, estos viajes hacia California eran los más felices, los más despreocupados períodos que yo había experimentado en los que el mundo era una bonita ostra. Yo fui a mis primeros conciertos en vivo y vi a artistas como Deep Purple y Rod Stewart. Nosotros íbamos a ver películas de Woody Allen e incluso una o dos películas de contenido para adultos. Y entonces nos sentaríamos en la casa mirando todos estos grandes espectáculos psicodélicos como “The Monkees and The Banana Splits Adventure Hour”, un espectáculo que presentaba a personas disfrazadas como grandes perros, conduciendo pequeños coches y pasando aventuras. Así es como yo veía la vida en aquel tiempo, psicodélica, divertida, llena de luz, todo genial. De vez en cuando, mi padre nos haría una visita no programada en Michigan. El se mostraría con un montón de maletas pesadas, que almacenó en el sótano. Yo me di cuenta desde mis viajes a California que estaba implicado en el movimiento de enormes camiones de marihuana, pero nunca declaró eso cuando vino a hacer la visita, que fue lo que estaba llevando a cabo. Yo estaba eufórico de que el estuviera ahí. Y el no podía haber estado más diferente de cada persona en el estado de Michigan. Cada uno en mi bloque, cada uno que alguna vez yo tendría contacto allí, llevaba el pelo corto y camisetas de manga corta con botones en el cuello, mi padre se mostraría en zapatos de plataforma plateados de seis pulgadas y de piel de serpiente con arco iris en ellos, pantalones acampanados con locos parches de terciopelo por todos ellos, gigantescos cinturones cubiertos en turquesa, muy ajustados, camisetas que casi eran de diafragma con algún gran emblema en ellos y pequeñas chaquetas apretadas y aterciopeladas de rockero procedentes de Londres. Su ligeramente anticuado pelo estaba para abajo hacia su cintura, y tenía un espeso bigote y unas enormes patillas. Mi madre no comprendió exactamente a mi padre como un buen amigo, pero reconocía lo importante que el era para mí, así que estaba siempre de forma agradable y facilitaba nuestra comunicación. El permanecería en mi habitación, y cuando salía, ella se sentaría conmigo, y yo le escribiría notas de agradecimientos por cualquier regalo que el me haya comprado, y decirle lo divertido que era verlo. Por el quinto grado, yo había empezado a mostrar algo de talento empresarial. Reuniría a los niños de la vecindad, y organizaríamos shows en mi sótano. Yo eleccionaría una grabación, generalmente hecha por la Partridge Family y todos representaríamos las canciones usando instrumentos provisionales como escobas y 25 cubos de lavandería dados la vuelta. Yo era siempre Keith Partridge y nosotros moveríamos los labios en sincronización con la grabación, bailaríamos y entretendríamos a los otros niños que no estaban capacitados de tomar parte en la actuación. Desde luego, yo estaba siempre buscando ganar un dólar o dos, así que una vez, cuando teníamos la disposición del sótano de un amigo, yo decidí que cobraría lo que estos niños podrían traer con ellos, una moneda de diez centavos, un níquel, un cuarto, para venir abajo al sótano de mi amigo y asistir a un concierto de Partridge Family. Puse una gran cortina e instalé un estéreo detrás de esta. Entonces dije a la multitud: “La Partridge Family son básicamente tímidos, y además, son demasiado famosos para estar en Grand Rapids, así que van a tocar una canción desde atrás de esta cortina". Fui tras la cortina y pretendí tener una conversación con ellos. Entonces puse en marcha la grabación. Todos los niños en el público estaban viniendo, “Están de verdad ellos ahí detrás?”. “Oh, sí ellos están ahí. Y ellos también tienen que estar en algunos lugares, así que dense prisa ahora”, yo decía. Hasta tenía un puñado de trapicheos fuera del negocio. Durante el quinto grado, también inventé un plan para vengarme de los directores y los administradores del colegio que despreciaba, especialmente desde que ellos solo me habían suspendido por perforar mi oreja. En una clase de gobierno del colegio un día, el profesor preguntó, “Quién quiere desempeñar el papel de presidente de clase?” Mi mano se alzó. “Yo lo haré” dije. Entonces otro niño levantó su mano. Le lancé una mirada intimidatoria, pero el siguió insistiendo que el quería gobernar, así que tuvimos una pequeña conversación sobre eso después de la clase. Le dije que yo iba a ser el próximo presidente de la clase, y si el no se retiraba inmediatamente, simplemente podría recibir daños. Entonces me hice el presidente. El director estaba consternado más allá de sus creencias. Yo estaba ahora al cargo de asambleas, y siempre que tuviéramos dignatarios especiales para venir al colegio, yo era el único que les mostraba los alrededores. Algunas veces gobernaría por intimidación, y de vez en cuando me metería en peleas en el colegio, pero también tenía un lado sensible. Brookside era un colegio experimental con un programa especial que integraba ciegos y sordos y ligeramente retardados niños de mayor edad en las clases regulares. Tan gamberro e intimidador como yo era, y todos estos niños se hicieron mis amigos. Y ya que los niños pueden ser malos y atormentar a alguien que es de cualquier forma diferente, estos estudiantes especiales recibían un abuso físico en cada hueco y cada hora de comer, así que me volví su protector auto-impuesto. Yo vigilaba a la muchacha ciega mientras el tipo sordo estaba tartamudeando. Y si alguno de los estudiantes los molestaban, yo me deslizaría tras el ofensor con un palo y le rompería la cabeza. Definitivamente yo 26 tenía mi propio juego de moralidades. En sexto grado, yo comencé a venir a casa para comer, y mis amigos se juntarían ahí. Jugaríamos a “gira la botella”, y aún cuando tuviéramos nuestras propias novias, el intercambio de ellas nunca era un problema. Mayoritariamente nosotros solo hacíamos besos franceses, a veces designaríamos el tiempo que el beso tenía que tardar. Yo intenté tomar a mi novia para despojarla de su sostén de entrenamiento y dejarme sentirla encima, pero ella no accedió. En algún lugar a finales del sexto grado, decidí que era hora de ir a vivir con mi padre. Mi madre estaba desesperada conmigo, claramente estaba perdiendo todo el control. Cuando no me habían dejado ir a vivir con el, yo realmente comencé a sentirme ofendido por ella. Una noche ella me envió a mi habitación, probablemente por hablarle de nuevo sobre el tema. No creo que yo llevara algo (salí derecho de la ventana de mi cuarto para hacer mi camino al aeropuerto, llamar a mi padre y calcular un modo de subir a un avión e ir directamente a Los Ángeles. Ninguno de los vuelos iban directamente a Los Ángeles, pero yo no sabía eso). Ni siquiera llegué al aeropuerto. Acabé en la casa de una de las amigas de mi madre, unas millas más lejos, y ella llamó a mi madre y me llevó a casa. Ese fue el punto en el que mi madre comenzó a pensar en dejarme ir. Un gran factor en la decisión final fue la entrada de Steve Idema en su vida. Desde que Scott St. John había ido a la cárcel, mi madre decidió que quizás su idea de reformar a chicos malos no era tan buena. Steve era un abogado que proporcionaba ayuda judicial para el empobrecido. El había sido un voluntario de VISTA trabajando con gente pobre en las Islas Vírgenes. Era totalmente honesto, trabajador, compasivo, alguien derecho con un corazón de oro, y mi madre estaba loca por el. En cuanto comprendí que era un tipo bueno y que se gustaban el uno al otro, comencé a presionar más fuerte para ir a California y vivir con mi padre. 27 Capitulo II Araña e hijo Cuando dejé Michigan a los doce años de edad en 1974, dije a todos mis amigos que me estaba mudando a California para ser una estrella de cine. Pero tan pronto como empecé a estar junto con mi padre en su Healy, cantando a lo largo las canciones de pop en la radio (a lo que yo no era particularmente bueno), yo anuncié, “Voy a ser un cantante. Eso es de verdad lo que voy a hacer.” Incluso aunque yo lo expresara con palabras, yo no pensé sobre esa declaración durante años. Estaba demasiado ocupado enamorándome con California. Por primera vez en mi vida, me sentí como si esto fuera donde yo estaba destinado a estar. Eso era las palmeras y los vientos de Santa Ana, y la gente a quienes me gustaba observar y hablar, y me gustaba quedarme horas. Yo estaba forjando una amistad con mi padre que estaba creciendo a pasos agigantados cada día. El pensaba que era grande porque tenía a este tipo joven con quien podía manejarse, a quien todos sus amigos y novias gustaban. Yo no lo estaba retrasando en lo más mínimo, en algo, yo estaba dándole un nuevo apoyo. Entonces eso era productivo para nuestro beneficio mutuo. Y yo estaba yendo a través del cielo con nuevas experiencias. Algunas de las más memorables de estas experiencias ocurrieron justamente en el pequeño chalet de mi padre en Palm Avenue. El vivía en una mitad de una casa que había sido dividida en dos unidades. Tenía una cocina pintoresca y papel tapiz para paredes que era probablemente de los años 30. No había ningún dormitorio en sí, pero mi padre convirtió un pequeño trastero adicional en una habitación para mí. Eso era todo el camino a la parte trasera de la casa, y tenía que ir a través de un baño para alcanzarlo. La habitación de mi padre era la guarida, una habitación que estaba rodeada por tres puertas balanceantes que conducían a la sala de estar, la cocina, y el baño. Tenía un bonito papel tapiz negro para pared con grandes flores, y una ventana que miraba hacia el jardín de al lado, que pululaba con el esplendor de la mañana. Yo había estado allí sólo unos días cuando mi padre me llamó en la cocina. El estaba sentándose en la mesa con una bonita chica de dieciocho años de edad que había estado acompañando esa semana. “Quieres fumar un porro?” me preguntó el. De vuelta en Michigan, yo automáticamente habría contestado que no. Pero estar en este nuevo ambiente me hizo aventurero. Entonces mi padre sacó fuera una gruesa caja negra del American Heritage Dictionary. Abrió la caja, y estaba lleno de hierba. Usando la tapa como una superficie de preparación, rompió algo de la marihuana, dejando a las semillas rodar a la parte inferior de la tapa. Entonces sacó algunos papeles enrollados y me mostró exactamente cómo enrollar un porro perfectamente formado. Yo encontré fascinante el ritual entero. 28 Entonces encendió el porro y me lo pasó. “Ten cuidado, no tomes demasiado. Tú no quieres toser tus pulmones hacia fuera” me aconsejó. Tomé una pequeña calada y luego le pasé el porro de vuelta. Éste fue alrededor de la mesa unas pocas veces, y pronto todos nosotros estábamos sonriendo, riéndonos y sintiéndonos realmente relajados. Y luego comprendí que yo estaba alterado. Yo amaba la sensación. Parecía como medicina para calmar el alma y despertar los sentidos. No había nada desairoso o asustadizo (no pareció como si yo hubiera perdido el control), en efecto, me sentí como si tuviera el control. Entonces mi padre me dio una cámara Instamatic y dijo, “Creo que ella quiere le que tomes algunas imágenes”. Instintivamente yo supe que alguna forma de piel estaba a punto de ser expuesta, así que yo le dije a ella, “Qué tal si te quitamos tu camiseta y yo tomaré una imagen de ti?”. “Esa es una buena idea, pero creo que podría ser más artística si tu sólo tuvieras que exponerla uno de sus pechos,” dijo mi padre. Concurrimos. Tomé algunas imágenes, y nadie se sintió incomodo sobre ello. Así que mi entrada en el mundo de fumar maría fue tan lisa como la seda. La siguiente vez que fumé, yo era ya un profesional, enrollando el porro con una precisión casi anal. Pero no me hice firmemente a ello, aún cuando mi padre fuera un fumador de maría diario. Para mí, esto era sólo otra experiencia única de California. Mi primera prioridad ese otoño era el de entrar en una escuela secundaria inferior buena. Supuestamente iba a matricularme en Bancroft, pero cuando fuimos a comprobarlo, vimos que el edificio estaba en una sombría vecindad y marcado con todo tipo de graffitis de bandas. El lugar simplemente no gritaba hacia fuera, “Vamos al colegio y divertámonos aquí.” Así que mi padre nos condució a Emerson, que estaba en Westwood. Éste era un clásico edificio Mediterráneo de California, con céspedes lozanos, árboles floreciendo y una bandera Americana agitándose orgullosamente en la brisa. Más, por todas partes que yo miraba, allí estaban estos pequeños chicos picantes de trece años de edad paseando en sus apretados vaqueros Ditto. “Independientemente de lo que eso suponga, quiero ir aquí” dije. Lo que eso supuso fue usar la dirección de Bel Air de Sonny Bono como la dirección de mi casa. Connie había dejado a mi padre por Sonny, quien recientemente había roto con Cher. Pero todo el mundo permanecía amigable, y yo había conocido a Sonny en mi visita anterior y el era refinado con el engaño, así que me matriculé. Ahora tenía que encontrar una manera de llegar al colegio. Si yo tomaba un bus urbano, eso era un recorrido directo, 4,2 millas por Santa Mónica Boulevard. El problema era que el RTA estaba en huelga. Mi padre estaba establecido en su rutina de levantarse tarde, llegar tarde, estar alterado la mayor parte del tiempo, y recibiendo mujeres todo el tiempo, así que el no iba a ser exactamente una madre “soccer” y transportarme al colegio y recogerme en éste. Su solución era dejar un billete de cinco 29 dólares en la mesa de la cocina para un taxi. Volver a casa sería mi proyecto, para facilitar eso, me compró una tabla de skate Black Knight, que tenía una cubierta de madera y ruedas de arcilla. Así que patinaría con mi tabla de skate y haría autostop o caminaría las cuatro millas a casa, todo el tiempo descubriendo Westwood, Beverly Hills y West Hollywood. Fui de un lado a otro casi todo mi primer día en Emerson sin hacer un amigo. Comencé a volverme preocupado. Todo parecía nuevo e intimidante. Viniendo de una pequeña escuela del medio oeste, yo no era exactamente un académico. Pero al final del día, tuve una clase de artes creativas, y había un amigo esperando pasar. Shawn, un niño de color con ojos brillantes y la risa más grande. Era uno de estos tiempos de cuando tú te manifiestas a alguien y dices, “Quieres ser mi amigo?” “Sí, seré tu amigo.” Bum, ahora son amigos. Ir a casa de Shawn era una aventura. Su padre era un músico, que era un nuevo número uno para mí, un padre quien iba fuera al garaje y practicaba música con amigos. La madre de Shawn era tan afectuosa y cariñosa como podía ser, siempre dándome la bienvenida en la casa y ofreciéndome alguna comida exótica como un aperitivo para después del colegio. Yo había venido del área más desorientada del mundo cuando fui a la cocina. Mi mundo culinario consistía en cosas como pan blanco, Velveta y carne de vaca picada. Aquí ellos estaban comiendo yogur y bebiendo una extraña sustancia llamada kéfir. En el lugar de donde vine, todo era Tang y Kool-Aid. Pero la educación era una calle de doble dirección. Enseñé a Shawn una nueva técnica de robo de carteras que inventé ese semestre, algo que yo llamé “The Bump”. Yo elegiría como objetivo a una víctima, me acercaría y arremetería contra él, haciendo blanco yo la golpeaba justo en el objeto que yo codiciaba. Esto podía ser una cartera o un peine, cualquier cosa, generalmente no era nada con un valor mayor que unos pocos dólares, porque eso era lo que la mayor parte de los niños tenían. Mi comportamiento antisocial en el colegio siguió en Emerson. Al minuto que alguien se enfrentara conmigo de cualquier forma, aún solo diciéndome que me quitara del camino, yo lo reventaría. Yo era un chico pequeño, pero un zurrador experimentado, así que pronto me volví conocido como el tipo a quien no querías joder. Siempre me presentaba con una buena historia para librarme estando castigado después de una pelea. Tal vez una de las razones por las que yo no quería estar castigado era que habría defraudado uno de los pocos convencionales modelos positivos a imitar en mi vida en aquél tiempo, Sonny Bono. Sonny y Connie se habían vuelto figuras paternales para mí. “El Show de Sonny y Cher” era probablemente la cosa más grande en la televisión entonces, y Sonny era siempre generoso acerca de la garantía de que yo obtendría cualquier cuidado suplementario que yo necesitara. Había siempre una habitación para mí en su mansión de Holmby Hills, y un personal atento las veinticuatro horas del día para cocinar cualquier cosa que yo deseara. El me prodigó 30 regalos, incluyendo un nuevo juego de esquís, botas de esquiar, palos y una chaqueta así yo podría ir esquiando ese invierno con él, Connie y Chastify, la hija de Sonny con Cher. Nosotros nos sentaríamos sobre la telesilla y Sonny me daría su versión de la vida, que fue diferente de la versión de mi padre o incluso de la versión de la vida de Connie. Él definitivamente estaba en el buen camino. Lo recuerdo enseñándome que la única cosa inaceptable era decir una mentira. No importaba si yo tuviera errores o fastidiara a lo largo del camino, yo sólo tenía que ser directo con el. Una vez yo estaba en su mansión de Bel Air durante una fiesta llena de estrellas en Hollywood. No me preocupé por los Tony Curtises del mundo en ese momento, así que comencé a ir arriba y abajo en el viejo ascensor tallado en madera de la mansión. De repente, me metí de lleno entre pisos, y ellos tuvieron que usar un enorme hacha de bombero para liberarme. Yo sabía que estaba en un gran problema, pero Sonny nunca me gritó o me rebajó en frente de todos los adultos que estaba viendo este rescate. El solamente me enseñó con calma una lección para respetar la propiedad de otras personas y no jugar con cosas que no fueron hechas para jugar. Nunca me gustó que pudiera haber alguna expectativa de cómo yo debería comportarme en orden para estar en ese mundo. Yo era un niño de doce años de edad, destinado a comportarse mal y fuera de lugar. Una vez más tarde ese año, estábamos dando vueltas por la casa, y Sonny y Connie me pidieron que les consiguiera café. Contesté algo impertinentemente “Qué tal si ustedes se consiguen su propio café? ”. No tenía ningún problema consiguiendo el café, pero me pareció que ellos estaban ordenándome. Connie me tomó aparte. “Ese es un comportamiento callejero” me dijo. “Si tú actúas de ese modo, solo voy a decir ‘callejero’ y tu sabrás que tienes que ir y reflexionar qué es lo que hiciste”. Olvida eso, de donde yo venía, yo podría actuar de cualquier modo que yo quisiera. Mi padre y yo estábamos llevándonos estupendamente precisamente porque no había ninguna regla y ninguna regulación. El no estaba pidiendo para conseguirle ningún café, y yo no estaba pidiéndole que me consiguiera café a mí. Era “Cuida de ti mismo” de donde yo vine. Yo estaba creciendo rápidamente, y de una forma que definitivamente no era amigable para Sonny. Cada vez más, yo estaba volviéndome eufórico, festejando con mis amigos, haciendo skateboard y cometiendo pequeños delitos. Toda la cosa que yo no estaba destinado a hacer era la cosa que yo quería hacer inmediatamente. Yo estaba pendiente de la recompensa, y eso no andaba realmente con Sonny. Así que nos distanciamos, y yo estaba de acuerdo con eso. En proporción, mi vínculo con mi padre se hizo más y más fuerte. En cuanto yo me hubiera mudado con el, instantáneamente se volvería mi modelo a imitar y mi héroe, así que todo lo que podía hacer para sostener la solidaridad entre nosotros era mi misión. Esa era también la suya. Nosotros éramos un equipo. Naturalmente, una de 31 nuestras experiencias era ir juntos en su contrabandeo de marihuana. Yo me volví su protector para estos viajes. Nosotros tomaríamos siete maletas Samsonite gigantes y las llenaríamos con marihuana. En el aeropuerto, iríamos desde una línea de vuelo a otra, comprobando estas maletas, porque a esa hora ellos aún no miraban para ver si tú estabas en ese vuelo. Nosotros aterrizaríamos en el aeropuerto principal, recogeríamos todas las maletas, y conduciríamos a algún lugar como Kenosha, Wisconsin. En nuestro viaje a Kenosha, nosotros ingresamos en un motel, porque las transacciones de mi padre iban a tomar un par de días. Yo era inflexible de que yo quería ir con el cuando el negocio disminuyera, pero el estaba tratando con motoristas beligerantes, así que me envió a ver una película, que resultó ser la nueva película de James Bond, “Vive y Deja Morir”. Las transacciones ocurrieron durante un fin de semana de tres días, así que yo terminé yendo a esa película cada día que nosotros estuviéramos allí, lo que era magnífica para mí. Tuvimos que volver a Los Ángeles con treinta mil en efectivo. Mi padre me contó que yo estaría llevando el dinero, porque si ellos cogieran a alguien que se pareciera a él con todo ese dinero, sería atrapado con seguridad. Lo que era excelente para mí. Yo preferiría mucho más ser parte de la acción que estar quedándome al margen. Así que amañamos un trozo de cinturón, lo llenó con el dinero, y lo tapó en mi abdomen. “Si ellos intentan arrestarme, tú sólo desaparece,” me ordenó. “Sólo finge que tú no estás conmigo y sigue yendo.” Volvimos a Los Ángeles, y más tarde averigüé que mi padre sólo estaba consiguiendo doscientos dolares por viaje para transportar esa marihuana para sus amigos Weaver y Bashara. También descubrí que él estaba complementando ese ingreso pobre con una bonita fianza de dinero afluente de un negocio de distribución de coca. En 1974 la cocaína se había hecho un gran panorama, especialmente en Los Ángeles. Mi padre había desarrollado una conexión con un viejo Americano expatriado que criaba cocaína desde México. Papá compró la coca, entonces la cortó y la vendió a sus clientes. El no estaba vendiendo onzas o kilos, solamente gramos, medios gramos y cuartos de gramos. Pero sobre el curso de un día o dos, eso empezó a sumarse. El también movería metacualonas. Le dio a un doctor una historia de lloriqueo sobre la incapacidad de dormir, y el doctor escribió una prescripción para mil pastillas de metacualona, que costaban tal vez un cuarto cada una y tenían un valor comercial de cuatro o cinco dólares. Así que entre la coca y las pastillas de metacualona, esto era un negocio bastante lucrativo. Papá nunca intento ocultar su tráfico de drogas de mí. El no salía de su forma de hablarme sobre ello, pero yo estaba tan cerca de él (como una sombra) que yo observaría todas sus preparaciones y transacciones. Había una pequeña habitación adicional, parecida a mi habitación, frente a la cocina. Incluso tenía una puerta que 32 conducía al patio trasero, y mi padre instaló la tienda ahí. La atracción principal de su parafernalia narcótica en ese cuarto trasero era su balanza de tres barras, que fue puesta para más uso en nuestra casa que la tostadora o la batidora. Su placa de trabajo y bandeja de esnifar selecta era un hermoso azulejo verdiazul Mexicano, perfectamente cuadrado y liso. Yo le observaría cortando la coca y filtrándola y entonces cogería un taco de laxante italiano llamado mannitol y lo filtraría a través por el mismo colador así que tendría la misma consistencia que la coca. Era importante para el resultado final asegurarse de que la coca había sido cortada en la misma proporción de laxante. Había mucha gente viniendo, pero no tantos como tú pensarías. Mi padre era claramente subrepticio en cuando a sus transacciones y el conocía que el riesgo aumentaría con mucha actividad. Pero que su clientela escasa en cantidad, seguro que lo compensaba en calidad. Había muchas estrellas de cine, escritores y estrellas de rock, y montones de chicas. Una vez nosotros incluso tuvimos una visita de dos famosos Oakland Raiders en víspera de la Super Bowl. Ellos nos visitaron bastante anticipado, alrededor de las ocho o las nueve de la tarde, y fueron mucho más directos que la clientela habitual, que se sentaba sobre los muebles caseros de mi padre, mirando vergonzosos y acobardados por el hecho de que había un niño dando vueltas. Pero todo ello se resolvió. Ellos obtuvieron su material, salieron y ganaron la Súper Bowl al siguiente día. Lo que era un tipo de molestia acerca de la experiencia entera era el tráfico nocturno. Era entonces cuando yo hallaba la verdadera desesperación que esta droga podía inducir. Yo no era crítico en cuanto a ello; era más bien “Wow, este realmente quiere esa maldita coca.” Uno que era un aprovechador de basura insaciable para la cocaína era el hermano de un famoso actor, el había venido a cada hora hasta las seis de la mañana, trapicheando, traficando, robando, tomando el pelo y diciendo largas promesas. Cada vez que el llamara, mi padre saldría de la cama, y yo lo oiría lamentar a el, “Ah, no, otra vez no”. A veces mi padre no abriría la puerta, el solamente hablaría a la gente por la cortina de la ventana. Yo estaría allí en la cama escuchando “Es demasiado tarde. Vete de aquí al infierno. Me debes demasiado dinero, de todas formas. Estás en mí para doscientos veinte dólares.” Mi padre tenía una lista de cuántas personas le debían. Yo revisaría esa lista y lo oiría decir, “Si yo pudiera cobrar a todos para pagarme lo que ellos me deben, yo tendría todo este dinero.” Era difícil convencerme que nosotros no estábamos viviendo a lo grande, especialmente en los fines de semana, cuando mi padre me llevaba fuera recorriendo clubes nocturnos, donde era conocido como el Señor del Sunset Strip. (El era también conocido como Araña, un apodo que había recibido a finales de los años 60 cuando escaló un edificio para meterse dentro del apartamento de una chica de la que el 33 estaba obsesionado). Sunset Strip a principios de los años 70 era la arteria de vida que fluía a través de West Hollywood. La gente constantemente atascaba la calle, yendo y viniendo entre los mejores clubs en la ciudad. Estaba el Whisky a Go Go y Filthy McNasty’s. Dos bloques del Whisky era el Roxy, otro club de música en vivo. Al otro lado del aparcamiento de Roxy estaba el Rainbow Bar and Grill. El Rainbow era dominio de papá. Cada noche él iba por allí cerca de las nueve y se reuniría con su tropa: Weaver, Connie, Bashara y varios otros amigos. La preparación para la noche de paseo era una experiencia ritualista para mi padre, desde que el fuera tan meticuloso sobre su apariencia. Yo me sentaría allí y lo miraría arreglarse en frente del espejo. Cada pelo tenía que estar exactamente igual, la colonia correcta aplicada en la cantidad correcta, Entonces era el caballero de la camiseta apretada, la chaqueta aterciopelada y las plataformas. De vez en cuando, nosotros iríamos a sastres de encargo para hacer réplicas de sus ropas para mí. Todo era por imitar a mi padre. Parte de ese ritual estaba consiguiendo el derecho alto para empezar la noche. El obviamente ahorraba el magnífico cóctel químico final para mucho después por la noche, pero no quería salir de la casa sin los principios apropiados de esa bebida, que generalmente giraba alrededor del alcohol y píldoras. El tenía metacualonas y Placidyls, que eran los tranquilizantes que te paraban de tener habilidades motoras. Cuando los mezclabas con alcohol, ellos paraban al tipo cercano a ti de tener habilidades motores. Pero las píldoras de selección de mi padre eran Tuinals. Cuando salía con el, me serviría un pequeño vaso de cerveza. Entonces abriría una cápsula de Tuinal. Porque el polvo de los Tuinals era de un sabor horrible, el cortaría en rodajas un plátano y empujaría el Tuinal roto en el plátano. El tomaría la parte que contenía más polvo y me daría la parte más pequeña, entonces estábamos listos para salir. Nuestra recepción real empezaría en cuanto nosotros nos acercábamos a la puerta de Rainbow. Tony, el maítre del club, saludaría a mi padre como si el fuera el cliente más valorado en el Strip. Desde luego, el billete de cien dólares que mi padre le dio en cuanto entramos dentro no dolió. Tony nos conduciría a la mesa de mi padre (la mesa de poder, justo en frente de una enorme chimenea. Desde esa posición ventajosa, tú podías ver quien estaba viniendo al club o bajando desde Over the Rainbow, un club nocturno dentro del club). Mi padre era increíblemente territorial. Si una persona que no pasara su aceptación se sentaba en la mesa, le diría: “Qué crees que estás haciendo?” “Ah, yo solo quiero sentarme y beber” diría el. “Lo siento, amigo. Fuera de aquí. Te tienes que ir”. Pero si alguien que entraba era de interés para mi padre, el se levantaría de un salto y 34 dispondría asientos. Su gobierno de los capacitados me hacía sentir incómodo. Yo no quise necesariamente intrusos que se sentaran, pero pensé que mi padre podría haber sido más amable y apacible. Especialmente cuando la bebida y los tranquilizantes fluían al mismo tiempo, el podía ser un cabrón. Pero era un gran catalizador para conseguir gente interesante junta. Si Keith Moon, los de Led Zeppelin o Alice Cooper estaban en la ciudad, ellos se sentarían con el. Nosotros estaríamos en el Rainbow la mayor parte de la noche. El no permanecía fijo en la mesa el tiempo entero, solo lo más necesario para sus anclas para llegar a dominar la mesa, y entonces todos ellos harían turnos haciendo las rondas dentro del área del bar restaurante, o yendo arriba. A mí siempre me gustaba el club de arriba. Siempre que una de las novias de mi padre quisiera bailar, ella me preguntaría, porque papá no era un bailarín. La noche no estaría completa sin cocaína, y se haría un gran deporte ver cómo clandestinamente tú podrías consumir tu frustración. Los traficantes de coca experimentados eran fáciles de localizar, porque todos ellos tenían la uña del menique derecho del momento. Ellos harían crecer esa uña del meñique al menos una buena mitad de pulgada por delante del dedo y lo moldearían perfectamente, y esa era la última cuchara de coca del momento. Mi padre recibió gran orgullo en su minuciosamente manicurada uña de coca. Pero yo también noté que una de sus uñas era decididamente más corta que el resto. “Qué pasa con esa?” Pregunté. “Esto es así para que yo no haga daño a las damas en la parte baja cuando estoy usando mi dedo en ellas,” dijo él. Eso se clavó en mi mente. En realidad el tenía un dedo que era amigo de las vaginas. Yo era el único niño presente para toda esta locura. Durante la mayor parte, los adultos que no me conocían solo me ignoraban. Pero Keith Moon, el legendario baterísta de Who, siempre intentó que me sintiera a gusto. En mitad de esta caótica y desenfrenada atmósfera de vida fiestera donde cada uno estaba chillando, gritando, esnifando e inhalando drogas, Moon se tomaría ese momento para estar tranquilo y tomarme bajo su brazo y decir, “Cómo estás, niño? Estás pasándolo bien? Deberías estar en el colegio o algo? Bien, me alegro de que estés aquí, de todas formas.” Eso siempre quedó en mí. Normalmente nos quedaríamos hasta la hora de cierre, que era a las dos de la madrugada. Entonces era hora de juntarse en el aparcamiento, que se había llenado con chicas y chicos con sus extrañas indumentarias de rock glamouroso. La escena del aparcamiento era todo sobre tomar números de teléfono, buscando talentos y descubriendo la fiesta siguiente. Pero a veces esta era la escena de un altercado que a veces involucraba a mi padre. El dispondría cuadrillas de motoristas en frente mía, y yo sería el pequeño tipo saltando en medio de estas broncas, diciendo, “Este es mi padre, el está realmente drogado justo ahora. Cualquier cosa que diga, sólo sigan adelante y 35 olvídenlo. El no tenía la intención. Y por favor, no lo golpeen en la cara, porque eso realmente le duele a un niño como yo”. Yo realmente tenía un sentimiento horrible de que me padre terminaría por hacerse daño malamente en una pelea o en un accidente. En ese punto de la noche, estaría tan alterado que caminar a través de la habitación era una rutina vaudevilliana, tropezando, cayendo, y de algún modo logrando quedarse de pie. El estaría saltando muebles, conservando algo que era estable, pronunciando mal cada palabra, pero de todas formas trataría de entrar al coche para conducir a la fiesta. Yo pensaría, “Oh, mierda, mi padre no puede hablar. Esto no es bueno.” Cuando el había tenido demasiado, yo me volvería el responsable de su seguridad, que era un puesto difícil para hallarme. Todo esto estaba tomando un toque emocional sobre mí, en formas que yo aún no podía articular. Incluso aunque yo tuviera amigos en Emerson, y yo estuviera yendo al Rainbow los fines de semana como mi padre de acompañante yo estaba bastante solo y comenzando a crear mi propio mundo. Yo tenía que despertar por la mañana e ir al colegio y ser un tipo en su propia burbuja privada. Yo no lo tuve en cuenta, desde que yo tuviera este espacio para fingir, crear, pensar y observar. Alguna vez ese año, uno de los gatos del vecino tuvo gatitos, y yo solía tomar uno de los gatitos mullidos blancos arriba en el tejado del garaje del apartamento detrás de nosotros para pasar el tiempo con el. El era mi pequeño amigo, pero a veces, yo regañaría a aquel gatito, sin ninguna otra razón que la de ejercer poder sobre el. Durante una de estas sesiones de regañina, comencé a golpear al gatito en la cara con mis dedos, no era nada terrible, pero eso era un acto de agresión, lo que era extraño, porque yo siempre he sido un amante de los animales. Una vez yo golpeé al gato demasiado fuerte, y su pequeño diente pinchó su pequeño labio, y una gota de sangre fue dibujada. Me volví completamente loco, comencé a sentir un intenso auto-aborrecimiento por traer daño a este pequeño animal que todavía permanecía cariñoso hacia mí aún después de aquel incidente. Yo estaba temeroso de que mi inhabilidad para pararme a mí mismo de tomar parte en ese comportamiento fuera un signo de una psicosis incipiente. Pero en general, yo no habría cambiado mi estilo de vivir por ninguna otra, especialmente algunas de las realidades mundanas de mis amigos en Emerson. Yo iría a sus casas y vería a sus padres viniendo a casa de sus oficinas y no tener ningún tiempo, energía o compasión para sus niños. Ellos solo se sentaban allí, bebían sus whiskeys, fumaban su cigarro, leían su periódico y se iban a la cama. Eso no parecía como una opción mucho mejor. Intentaba dormir algo así que yo descansaría para el colegio el siguiente día mientras la gente estaba teniendo sexo en el sofá, pegándole a la cocaína y subiendo el volumen del equipo de música, y eso no era definitivamente una realidad mundana. 36 Pero era la mía. Durante noches de colegio, yo permanecería en casa, pero mi padre tendría derecho a su mesa de poder en el Rainbow. Y a la mitad del tiempo la fiesta estaba fuera de la casa. Yo estaría en casa dormido, y de repente oiría que la puerta se abría y una corriente de maníacos se desbordaría en la casa. Entonces la música comenzaría, y la risa, el corte de las rayas y el alboroto general seguirían. Yo intentaría dormir en mi cuarto trasero, que estaba conectado a un y único baño, y la gente estaría dentro y fuera de allí, meando, gritando y haciendo drogas. Gracias a Dios yo tenía mi reloj radio-alarma de los años ‘70. Cada mañana a las seis y cuarenta y cinco, este me despertaría con la música popular del día. Normalmente yo estaría profundamente dormido, pero iría dando traspiés a mi armario, me pondría una camiseta, iría al baño, y me prepararía para ir al colegio. Entonces caminaría a través de la casa e inspeccionaría el daño. Esto siempre parecía como un campo de batalla, a veces había gente echada en el sofá o en las sillas. Las puertas de mi padre estaban siempre cerradas. El estaba normalmente dormido con alguna chica, pero a veces todavía estaría despierto, cerrado en su módulo. Una de las razones por las que quise aquel despertador era que yo realmente estaba ansioso de ir al colegio cada día. Me gustaban casi todas mis clases. Tan loco, tan alterado y tan lleno de vida nocturna como era su rutina, y mi padre me apoyaba al 100 por cien en todas mis clases. El había venido de un pasado académico propio, y yo creo que conocía la importancia de estudiar, de aprender, y de exponerte a ti mismo a nuevas ideas, en particular las avenidas creativas que fueron ofrecidas. Cada día usaría alguna palabra esotérica loca para llevarme a incrementar mi vocabulario. El también amplió mi gusto por la literatura de los Hardy Boys a Ernest Hemingway y otros grandes escritores. En el colegio, la clase que yo más esperaba con impaciencia era Inglés. Jill Vernon era mi profesora, y ella era en mucho la más profundamente inspiradora que yo alguna vez había encontrado por casualidad. Ella era una señora diminuta con el pelo corto negro, rondando los cincuenta años de edad. Ella realmente sabía cómo comunicarse con los niños, y transformó todo sobre lo que ella hablaba, la escritura, la lectura, cualquier cosa, en algo interesante, atrayente y divertido. Cada día nosotros pasaríamos los quince primeros minutos de clase de escritura en un diario. Ella pondría una oración en la pizarra, y supuestamente nosotros debíamos aplicar la oración a cualquier otro tema que nosotros quisiéramos. Algunos de los otros estudiantes escribirían durante cinco minutos y pararían, pero yo podría haber escrito la clase entera. La señorita Vernon regularmente me detendría después del colegio y me hablaría a mí sobre la escritura, porque ella podía ver cómo yo vertía mi corazón en aquellos ensayos. “Leí todos estos diarios, y tengo que decir que tú tienes un talento especial para la 37 escritura, y yo creo que deberías ser consciente y hacer algo con ello,” ella me dijo. “Deberías continuar escribiendo.” Cuando tú estás en séptimo grado y esta realmente maravillosa mujer a quien tú admiras se toma el tiempo de expresar una idea como esa a ti (que era una campana que no dejaría de tocar por el resto de mi vida). Otra campana comenzó a tocar por aquél tiempo. Mi padre me había hablado sobre su primer intento de experiencia sexual, y aquello no fue algo agradable. El fue a un burdel en el centro de Grand Rapids. Las prostitutas eran todas de raza negra. Mi padre fue enviado a una habitación, y unos pocos minutos más tarde, una señora de mediana edad con una pequeña panza entró. Ella le preguntó si el estaba preparado, pero estaba tan asustado que dijo sin pensarlo, “Lo siento, pero no puedo hacer esto”. En cuanto yo me mudara con mi padre, la idea de tener sexo se volvió una prioridad para mí. En realidad, la anticipación, el deseo, y el encaprichamiento con el acto inevitable había estado rondando mucho antes de que yo fuera a California. Pero ahora yo tenía once años en la cúspide de los doce, y era hora de actuar. Las chicas de mi edad en Emerson no querían hacer nada conmigo. Mi padre tenía una sucesión de bonitas novias jóvenes adolescentes de quienes yo no podía evitar fantasear, pero no podía despertar totalmente el valor para acercarme a ellas. Entonces el comenzó a ver a una chica llamada Kimberly. Kimberly era una pelirroja hermosa y de voz dulce de dieciocho años con la piel blanca como la nieve y unos enormes y perfectamente formados pechos. Ella tenía una personalidad etérea y soñadora que era tipificada por su firme rechazo de llevar sus gafas a pesar de su terrible miopía. Una vez pregunté si podía ver sin ellas, y dijo que las cosas eran muy borrosas. Entonces por qué ella no llevaba las gafas? “Realmente prefiero el mundo poco claro” dijo. Una noche poco antes de mi duodécimo cumpleaños, todos estábamos en el Rainbow. Yo estaba alterado como una pequeña cometa con una metacualona encima, y reuní el coraje para escribir a mi padre una nota: “Sé que esta es tu novia, pero estoy bastante seguro de que ella está de acuerdo para la tarea así que si está de acuerdo contigo, podemos arreglar una situación donde yo termine teniendo sexo con Kimberly esta noche?” El negoció el trato en un flash. Ella era animosa, así que volvimos a la casa, y el dijo, “Ahí está la cama, ahí está la chica, haz lo que vayas a hacer.” La cama de mi padre era extraña para empezar, porque el había apilado cuatro colchones encima uno de otro para crear un efecto casi parecido a un trono. El estaba demasiado presente para mi gusto, y yo estaba bastante nervioso como aquello era, pero Kimberly hizo todo. Ella me guió durante el camino entero, y estaba muy cariñosa y amable, todo fue bastante natural. No puedo recordar si aquello duró cinco minutos o una hora. Fue solo un momento borroso, confuso y sexy. 38 Aquello fue una cosa divertida para hacer, y yo nunca me sentí traumatizado después, pero creo que subsconcientemente aquello era probablemente algo que siempre se pegó en mí de un modo extraño. Yo no desperté a la siguiente mañana diciendo, “Qué demonios fue eso?” Yo desperté queriendo ir a jactarme sobre ello a mis amigos y averiguar cómo yo podría conseguir que el acuerdo ocurriese de nuevo. Pero esa fue la última vez que mi padre me dejaría hacer eso. Siempre que tuviera una nueva novia bonita yo diría, “Recuerdas esa noche con Kimberly? Qué tal si… “El siempre me cortaría, “Oh, no, no, no. Eso fue un trato de una sola vez. No vuelvas a sacar eso. Eso no va a pasar”. El verano de 1975 fue mi primer viaje de vuelta a Michigan desde que yo me mudara para vivir con mi padre. Papá me dio una gran onza gorda de oro colombiano, que era por entonces la cima de la pirámide alimenticia cuando este llegó a la marihuana, y algunos palillos tailandeses, y un paquete gigante de chocolate libanés. Ese fue mi suministro para el verano. Naturalmente, yo volví a mis amigos Joe y Nate activos por primera vez. Nosotros fuimos a Plaster Creek, fumamos un porro, y emergimos haciendo volteretas, ruedas laterales y riéndonos. Todo el verano yo le comenté a la gente sobre las maravillas de vivir en Hollywood, y sobre la gente diferente e interesante que yo había conocido y la música que yo estaba escuchando, que era todo en la colección de mi padre desde Roxy Music hasta David Bowie, Alice Cooper, y los Who. En Julio de ese verano, mi madre se casó con Steve. Ellos tuvieron una bonita boda bajo un árbol sauce en el patio trasero de su granja fuera en Lowell. Así que yo sentí que las cosas estaban bien para ella y mi hermana, Julie. Yo fui de vuelta a West Hollywood al final del verano, ansioso de reasumir mi estilo de vida californiano, y de conocer a alguien que se haría mi mejor amigo y compañero en delitos por los siguientes dos años. Conocí por primera vez a John al final del séptimo grado. Había un colegio Católico de chicos inmediatamente adyacente a Emerson, y nosotros solíamos fastidiar a cada uno a través de la valla. Un día me acerqué por allí y entré en un duelo verbal con algún niño que decía saber kárate. El estaba probablemente aprendiendo sus formas y no tenía ni idea sobre lucha callejera, porque yo golpeé su culo en frente de la escuela entera. En algún sitio en aquel tumulto, hice una conexión con John. El vivía en la cima de Roscomar Road en Bel Air. Incluso aunque estuviera en la ciudad, había montañas y una reserva tras su casa que tenía una gigantesca cascada que drenaba en otra reserva. Esto era el patio perfecto. El padre de John trabajaba para una compañía aeroespacial y era un bebedor empedernido, así que nada era discutido, los sentimientos no eran hablados, tú solo fingías como que todo estaba bien. La madre de John era súper dulce, y el tenía una hermana que estaba muy enferma. 39 Cuando yo comencé octavo grado, John se volvió mi mejor amigo. Todo era hacer skate y fumar marihuana. Algunos días podíamos conseguir marihuana y otros no. Pero nosotros siempre podíamos hacer skate. Hasta ese punto, todo había sido patinar por la calle para transporte, y saltando bajo aceras, básicamente yendo donde yo tenía que ir con un mínimo de estilo en la forma que yo montaba, realmente, era tan práctico como ninguna otra cosa. En los inicios de los años ‘70, el deporte comenzó a elevarse, y la gente montaba en zanjas de drenaje, a lo largo de bancos y en piscinas vaciadas. Era aproximadamente el mismo tiempo en que los skaters Dog Pount en Santa Monica estaban dominando el patinaje sobre ruedas a un nuevo y más alto nivel semiprofesional. John y yo estábamos haciéndolo por diversión y desafío. John parecía como el niño típicamente americano. El tenía un verdadero gusto por la cerveza, y nosotros iríamos y pasaríamos el tiempo en frente del mercado local country y hablaríamos a los adultos sobre comprar cerveza para nosotros. Estar bebido no era mi alteración preferida, pero era un tipo de excitación el estar fuera de control de esa forma, de sentirte que no sabías lo que iba a pasar. Nos enganchamos a pedir a la gente para comprarnos paquetes de seis para realizar atracos para nuestra bebida. Un día estábamos caminando a través de Westwood y vimos a trabajadores en un restaurante cargando cajas de cerveza en un área de almacenaje en tercera planta. Cuando ellos se fueron durante un segundo, escalamos sobre un basurero, agarramos la escalera de incendios, nos tiramos encima, abrimos la ventana, y tomamos una caja de Heineken que nos duró para el siguiente par de días. Pasamos de los atracos de cerveza al robo de whisky de los supermercados de Westwood. Nosotros iríamos al supermercado, tomaríamos una botella de whisky y la deslizaríamos por una pierna del pantalón, pondríamos el calcetín sobre este, y saldríamos medio cojos. Era de un gusto terrible, pero nos esforzaríamos para conseguirlo. Antes de que lo supiéramos, estábamos fuera de nuestras mentes en el aguardiente. Entonces haríamos skate por ahí, romperíamos cosas y nos meteríamos en peleas fingidas. En cierto momento, John decidió cultivar su propio jardín de marihuana, lo cuál yo pensé que era muy inventivo de él. Entonces comprendimos que sería más fácil encontrar los jardines de la gente y robar sus hierbas. Un día después de que nosotros hubiéramos buscado infructuosamente durante semanas, encontramos un pedazo que estaba protegido por perros, yo desvié a los perros, John robó la marihuana, y nosotros rompimos todas estas enormes plantas de vuelta a la casa de su madre. Sabíamos que teníamos que secarlas en el horno primero, pero John estaba preocupado de que su madre llegara a casa, así que sugerí que ya que la mayoría estaba todavía en el trabajo, nosotros deberíamos usar el horno de alguien. Andamos unas pocas casas abajo desde la de John, irrumpimos, pusimos en marcha el horno, y metimos este montón de marihuana en él. Nosotros permanecimos allí 40 durante una hora, y aunque la marihuana nunca se volviera fumable, ahora nosotros sabíamos lo fácil que era irrumpir en las casas de la gente, y comenzamos haciendo eso con alguna regularidad. No estábamos fuera para robar las televisiones de la gente o examinar su joyería, sólo queríamos dinero, material que pareciera divertido tener o drogas. Examinamos armarios botiquín de la gente, porque por ahora yo había visto muchas píldoras y yo sabía qué buscar. Un día encontramos un gran tarro de píldoras que decían “Percodan.” Yo nunca había tomado una, pero sabía que ellas eran consideradas la crème de la crème de los analgésicos. Así que yo me llevé el tarro y fuimos de vuelta a la casa de John. “Cuántos deberíamos tomar?” preguntó el. “Vamos a comenzar con tres y veamos qué ocurre,” Sugerí. Ambos tomamos tres y nos esperamos durante unos pocos minutos, pero nada pasó. Así que tomamos un par más. La siguiente cosa que supe, era que estábamos fuera de nuestras mentes en una intoxicación de opio y nos gustaba. Pero aquello fue una cosa de una sola vez. No tomamos las Percodans otra vez. Nuestros pequeños éxitos con la realización de atracos envalentonaron a John. El vivía a través de la calle de su vieja escuela primaria, y el sabía que los ingresos de todo el día de la cafetería eran guardados en una caja fuerte y almacenados en el congelador cada noche. Resultó que durante su último mes como graduado de sexto, John había robado un juego de las llaves del portero de la escuela. Conspiramos una estrategia. Conseguimos algunas máscaras, llevamos guantes, y esperamos hasta después de medianoche. Las llaves funcionaban. Nos introducimos en la cafetería, fuimos al congelador, y ahí estaba la caja fuerte. La agarramos y salimos corriendo, directamente a través de la calle hacia la casa de John. En su habitación, abrimos esa caja y contenía cuatrocientos cincuenta dólares. Esta forma era con mucho el robo más exitoso que alguna vez hubiéramos tenido. Ahora qué? “Vamos a conseguir una libra de marihuana, vender algo, tener ganancias y tener toda la marihuana que siempre quisimos fumar” sugerí. Yo estaba harto de quedarme sin marihuana al punto donde nosotros teníamos que limpiar tuberías para tratar de encontrar alguna resina THC. Yo sabía que Alan Bashara tendría una libra de marihuana yaciendo por ahí, y lo tenía. Desafortunadamente, era una mierda de marihuana. Yo tenía la idea de venderla fuera de mi armario particular a Emerson, pero eso era demasiado arriesgado, así que terminé por tomar la marihuana de casa y venderla fuera de mi habitación, todo el tiempo empaquetándola y fumando las mejores piezas. Una vez, estaba intentando vender esta marihuana mala a un par de drogadictos que vivían cruzando la calle, pero hasta ellos eran críticos. Cuando vieron mi botella de Percodans, me ofrecieron cinco dólares por píldora. Vendí el tarro entero de una sola vez. El pináculo de mi experimentación de drogas de octavo grado con John fueron 41 nuestros dos viajes ácidos. Yo no conocía a nadie que tomara LSD, parecía como una diferente generación de droga. De todas formas, aquello sonó como una experiencia más aventurera que no trataba sobre estar drogado y piropear a las mujeres pero trataba sobre ir en un viaje psicodélico a un estado alterado. Eso era exactamente como veía mi vida entonces, yendo a estos viajes a lo desconocido, a lugares en la mente y en el reino físico que otra gente simplemente no hacía. Preguntamos por ahí, pero ninguno de nuestros amigos intoxicados sabía conseguir el ácido. Cuando fui a la casa de Bashara para conseguir la marihuana, resultó que él tenía unos pocos residuos con veinte pequeños trozos de pirámides de gelatina, diez luminosas verdes y diez luminosas púrpuras. Yo tomé dos montones de cada color y corrí a casa de John. Inmediatamente planeamos los dos viajes. El primero sería el próximo fin de semana. Guardaríamos el segundo para cuando John y su familia fueran a su casa playera en Ensenada, México. Fuimos con el ácido púrpura primero. Como era tan puro y fuerte, inmediatamente nos pusimos increíblemente alterados. Era como si estuviéramos mirando al mundo a través de un nuevo par de cristales. Todo era vívido y brillante, y nos volvimos motores de energía a vapor, corriendo a través de los bosques y saltando árboles, sintiéndonos totalmente invulnerables a cualquier peligro. Entonces el aspecto espiritual del ácido irrumpió, y comenzamos a hacernos introspectivos. Decidimos observar familias en sus casas, así que irrumpimos en diferentes patios y comenzamos a espiar a los residentes por las ventanas, por lo que nosotros sabíamos, éramos invisibles. Llamábamos a las ventanas y mirábamos a las familias comer la cena y escuchábamos sus conversaciones. El sol comenzó a ponerse, y John recordó que su padre estaba volviendo a casa de un viaje de negocios ese día y el estaba adeudado para una cena en familia. “No creo que eso sea una gran idea. Ellos van a saber que nosotros estamos delirantes fuera de nuestras mentes en ácido” dije. “Sabemos que estamos delirantes intoxicados en ácido, pero no creo que ellos sean capaces de contarlo,” dijo John. Yo estaba todavía dudoso, pero fuimos a su casa, nos sentamos y tuvimos una cena totalmente formal con el puritano padre de John, su dulce madre y su hermana en la silla de ruedas. Yo eché una mirada a la comida, comencé a alucinar y hasta no podía pensar en comer. Entonces empecé a mirar con fascinación como la boca del padre de John se abría y estas grandes palabras venían flotando fuera de ella. En aquél momento los padres de John comenzaron a transformarse en bestias, nosotros dos nos reíamos de un modo incontrolable. De más está decir, que a nosotros dos nos gustó aquello absolutamente. Era tan bonito, excepcional y alucinógeno como nunca nos podíamos haber imaginado. Habíamos tenido alucinaciones suaves por fumar marihuana, cuando podíamos ver 42 colores, pero nada donde nosotros nos sentíamos como si estuviéramos viajando a una galaxia distante y de repente entendiéramos todos los secretos de la vida. Así que podríamos esperar bastante para nuestro siguiente viaje ácido en México. Los padres de John tenían una bonita casa en una playa de arena blanca a la que fuimos juntos. Nosotros consumimos ese ácido verde por la mañana, paseamos hacia un banco de arena, y permanecimos en el océano durante siete horas, viajando en el brillo, la espuma del agua, los delfines y las olas. Aquellas dos veces fueron los mejores viajes ácidos que yo había tenido. Después pareció como si pararan de hacer LSD realmente bueno, y el ácido se volvió mucho más fugaz y tóxico. Todavía yo alucinaba salvajemente, pero nunca volvió otra vez un sentimiento tan puro y pacífico. No quiero dar a entender que John era mi único amigo en Emerson, porque eso no era cierto. Pero otra vez, la mayoría de mis amigos eran forasteros en el esquema social de las cosas. A veces yo tendría el ocasional sentimiento de inferioridad. Yo era inferior porque yo no era tan rico como la mayor parte de estos chicos. También me sentí excluido cuando se trataba de chicas. Como cada buen chico atravesando la pubertad, yo comencé a enamorarme de cada chica caliente que entrara en mi línea de visión. Y Emerson estaba lleno de ellas. Ellas eran pequeñas chicas ricas debutantes presumidas con nombres como Jennifer y Michele. Sus ajustados vaqueros Ditto llegaron a una miríada de colores pasteles e hizo algo realmente maravilloso para el joven cuerpo adolescente femenino. Simplemente lo enmarcaba, lo formaba, lo resaltaba, lo modelaba, lo envasaba perfectamente. Así que yo no podía quitar el ojo de ellas. Pero siempre que me aproximara a una chica y le pidiera pasar el rato conmigo, ella me diría, “Estás bromeando, verdad?” Ellas eran bonitas, calientes, pero eran esnobs. Todas estas chicas querían a alguien que fuera un par de años más mayor, uno que tuviera alguna habilidad o un coche. Para ellas yo era un bicho raro a ser evitado, y yo lo odiaba. El mismo sentido de confianza de mí mismo que yo recibiera en mi otra vida, mi vida de club, mi vida fiestera, y la vida de los amigos de mi padre (donde yo me sentía a gusto, en control y capaz de comunicarme) simplemente no tenía esto con las chicas en mi escuela secundaria inferior. Ellas no me dieron nada en términos de “creando confianza”, con la excepción de Grace. Antes de hablar sobre la anomalía que fue Grace, debería retroceder y retomar el hilo de mí historia sexual. Después de mi relación con Kimberly, yo no tuve ninguna participación sexual con mujeres durante aproximadamente un año. Pero cerca del mismo tiempo que mi experiencia de Kimberly, descubrí el arte y la alegría de la masturbación, gracias a National Lampoon´s Photo Funnies. Por alguna razón, la masturbación no fue un tema que mi padre abordó. El me enseñó cada minúscula parte de la anatomía femenina, pero nunca me contó que si yo necesitaba satisfacción sexual, podría hacerlo yo mismo. National Lampoon me inspiró para entenderlo. Toda esta experimentación ocurrió una tarde en mi habitación adicional. Yo no era un 43 horriblemente tardío maduro corporal, pero tampoco en ningún caso precoz. Alrededor del primer mes en que yo era capaz de tener un orgasmo y una eyaculación, se me ocurrió que yo podría usar fotos para alcanzar ese final. Sorprendentemente, no usé la vasta colección de revistas Playboy y Penthouse de mi padre. Me atraía el realismo de las chicas en estas Lampoons, el hecho de que no estuvieran en las posturas convencionales en las que estaban destinadas a parecer sexys. Ellas solamente eran chicas desnudas reales. Dentro de poco a partir de entonces, yo abusaría de cada revista que yo pudiera en mi búsqueda, especialmente en el instituto, cuando se haría casi una competición el ver cuántas veces tu podías masturbarte en un día, que estímulos sentías al masturbarte, y qué herramientas incorporabas en el proceso. Pero eso fue mucho después. Por aquél tiempo mis hormonas comenzaron a rabiar. Yo tuve la maravillosa experiencia de ser cuidado una noche por Cher. Yo estaba en octavo grado y todavía frecuentaba con Sonny y Connie de vez de cuando, y por alguna razón, ellos empezaron a salir juntos, así que Cher se haría voluntaria para vigilarme durante la noche. Acampamos en su dormitorio, teniendo una conversación sincera durante horas al final, consiguiendo realmente ser amigos por pimera vez. Al cabo de un rato, fue el momento para la cama. Como esta era una casa grande y yo podría estar asustado de estar solo. Cher me dejó echarme en su cama hasta que Sonny y Connie vinieran para recogerme. En mi mente había un poco de tensión (no que yo fuera a hacer algunas entradas en acción sobre esta mujer, solo la idea de que yo estaría en la cama con una criatura tan magnífica). Pero pensé que era correcto porque nosotros éramos amigos. Entonces Cher se levantó para ir al baño y prepararse para la cama. Estaba oscuro en el dormitorio, pero estaba iluminado en el baño, así que la observé despojándose de sus ropas, todo el rato fingiendo yo estar en mi forma de dormir. Había un cuerpo desnudo de mujer, y era largo, delgado, especial y simplemente excitante, no es que yo tuviera lo suficiente para querer una relación física con ella, pero en mi mente, esto fue una estimulación y un momento semi-inocente. Después de que ella se pusiera su camisón, ella caminó de vuelta a la habitación y se metió en la cama. Yo recuerdo pensar “Esto no está mal, estar al lado de esta bonita dama”. La siguiente mujer que haría avanzar mi educación sexual era también más mayor de lo que yo era. Becky tenía alrededor de veinticuatro años en aquel momento y era pequeña y hermosa, con un adorable pelo rizado. Ella estaba metida también en las metacualonas. Yo llevaría a cabo algunos recados con ella, y ella rompería algunas metacualonas, y entonces nos amontonaríamos en su Fiat y conduciríamos por la ciudad. Los días siempre acabarían con nosotros dos poniéndonos alterados, viniendo a casa, y tonteando por ahí. Nuestras sesiones se convirtieron en grandes lecciones de instrucción para mí, porque ella me mostró exactamente cómo hacerle el amor a una chica. Una vez ella hasta me dijo que masajeara sus nalgas. “¡Wow, nunca habría 44 pensado en esto!” Me maravillé. El sexo era todavía bastante esporádico para mí en el octavo grado. Pero aún entonces no había un niño que yo conociera que estuviera empezando a hacerlo. Cada uno de mis amigos estaban destinados a permanecer como vírgenes durante los siguientes pocos años, así que parte de la alegría para mí era que iba a ir el próximo día al colegio y decirle a mis amigos, “Hey, he pasado la noche con una chica.” Ellos estaban como, “Whoa, eso está más allá de la comprensión.” Ellos estaban incluso más asombrados después de mi experiencia con Grace en Emerson. Esto comenzó, como muchos encuentros sexuales en aquel tiempo, con una metacualona. O media metacualona, para ser precisos. Traje una al colegio y la dividí con John. Planificamos reunirnos en el desayuno y compartir nuestra experiencia de cómo era estar alterado durante el colegio. Por el cuarto periodo, yo estaba totalmente cargado, estaba en mi clase de periodismo con una bonita chica llamada Grace, quien era físicamente muy desarrollada para una chica de catorce años, especialmente para una chica japonesa. Yo sabía que ella siempre había tenido un enamoramiento conmigo. De repente, tuve una inspiración repentina. Pregunté al profesor si yo podía llevar a Grace a una asignación de campus, vagar alrededor y ver si nosotros podíamos generar algunas historias para el periódico de la clase. Estaba confiado porque estaba alterado y sintiendo la coerción gregaria de la metacualona corriendo a través de mí. El profesor dijo, “Solo asegúrate de que estás de vuelta antes del final de la clase”. Grace y yo abandonamos la clase y caminamos hacia el vestíbulo, directamente en el baño de hombres, que era un grande y bonito baño viejo construido en los años ‘30, con montones de casetas, un alto techo y enormes ventanas. Comencé a jugar con sus pechos y a besarla, a ella le encantó. Yo estaba drogado y ella no lo estaba, pero ella estaba tan cachonda como yo lo estaba e igualmente dispuesta a tener esta experiencia. En cuanto comencé a tocarla, un pequeño niño entro en el cuarto de baño, nos vio en la caseta, gritó y corrió fuera. En vez de infundirme pánico y abortar la misión, me vi obligado a encontrar un lugar más seguro. Así que caminamos por el campus y encontramos un cobertizo de utilidad de un portero tras una de las cabañas. Inmediatamente nos desnudamos y comenzamos a ir a por ello. Para mi sorpresa, ella pareció saber exactamente lo que ella hacía. En cuanto me corrí, me levanté, y ya que yo era un adolescente, mi pene permaneció duro. Instantáneamente, ella se arrodilló y comenzó a darme una mamada, y yo me corrí otra vez. Estaba impresionado. Cómo sabía ella incluso hacer eso? Nos vestimos y corrimos de vuelta a clase, riéndonos tontamente todo el camino. En cuanto conseguí almorzar, conté la historia entera a mis amigos, y ellos estaban impactados y envidiosos. Aquél fue simplemente otro día en el poder para mí, porque yo estaba bastante dispuesto a hacer cualquier cosa que se me presentase. En Julio, volví y pasé un verano típico en Michigan, un relajante dominio de bosque, 45 lagos y huertos de melocotón, disparando mi arma BB y pasando el tiempo con Joe y Nate. Pero cuando el verano finalizó, mi madre y yo decidimos que yo debería quedarme en Michigan durante el primer semestre de noveno grado. Mi madre estaba embarazada de su tercer niño, y ella me quiso por entonces para el nacimiento así que yo podría vincularme con mi hermano. Porque ella y Steve vivían en Lowell, que estaba en el campo, terminé yendo al colegio en una ciudad con una población de menos de dos mil personas. La mayoría de los niños me rechazaron. Todos los chicos populares, los estúpidos que eran hijos de granjeros, estaban llamándome “chico afeminado”, “Hollywood” y “marica” porque yo tenía el pelo largo. Cuando el colegio empezó, aparecía llevando distintas ropas, un diferente corte de pelo, una actitud diferente y estos granjeros serranos querían matarme. Mi única ambición fue mi relación con chicas, que parecían apreciarme un poco más. Ese semestre conecté con una chica hispána y una rubia llamada Mary, que fue la ganadora del concurso de cabello L’oreal’s Long and Silky en el medio oeste. Ella era bonita y un año mayor, pero nuestra relación nunca avanzó al verdadero romance que yo tenía previsto. Nosotros pasamos la mayor parte de nuestro tiempo juntos agarrándonos de la mano e intimando, y ella me dejó tocar varias partes de su cuerpo, pero nunca dejó la enchilada entera. Yo no podía decir si ella estaba burlándose de mí porque yo era más joven y era dos cabezas menor que ella. El 3 de Octubre de 1976, mi madre dio a luz a mi segunda hermana, Jennifer Lee Idema. Fue un tiempo alegre en la familia, y nosotros teníamos una verdadera pequeña unidad agradable llevándose a cabo con Steve, Julie, mi madre, el nuevo bebé y Ashley, el perro. Además de que me estaba vinculando con Jenny, yo pasé algún tiempo de calidad con Steve. El estaba siempre apoyándome en todo lo que yo hiciera. Cuando volví a Emerson durante la segunda mitad de noveno grado, una profunda transformación tuvo lugar. Cuando me marché, yo era el rey del campus en el reino inadaptado-marginado. Pero cuando volví, quién era Tony? Había nuevos niños que eran responsables ahora y algunos de ellos tenían pelos de barba. (Yo estaba a millas de tener un solo pelo de barba). Así que desarrollé una nueva identidad. Yo iba a hacerme un actor, principalmente porque era lo que mi padre estaba haciendo. Mi padre siempre había tenido un interés en actuar. Por ahora, el se hacía el cansado de la vida como el Lord del Sunset Strip. El estaba disgustado con los vendedores de drogas y la presa constante de gente invadiendo la casa a todas horas de la noche. Así que cuando Lee Strasberg abrió una sucursal de su instituto en Los Ángeles, papá decidió matricularse. El había venido a casa después de la clase todo emocionado sobre el método de actuar, el sentido de memorizar y todos estos nuevos conceptos. Todo esto pareció un verdadero arte para volver tu cabeza loca. Como parte de su decisión para comenzar en una nueva dirección, mi padre se cortó su pelo largo. De la noche a la mañana, se reinventó a el mismo con un distintivo corte 46 de pelo negro alisado por atrás de película de gangsters de los años ‘30. Por esta época, todos los otros niños comenzaron a juntarse conmigo y el pelo largo era más un verdadero signo de rebelión e individualidad, así que tuve el corte de pelo y confundí a todos mis compañeros de clase con este nuevo look. Cuando mi padre comenzó a llevar trajes con botonadura doble a rayas con zapatos de espectador en blanco y negro y bonitas camisas blancas abotonadas con corbatas de fantasía, la primera cosa que hice fue salir y conseguir un equipo idéntico arreglado. Ahora era el mi momento para matricularme en la escuela de interpretación. Tomé clases de niños con una mujer llamada Diane Hull, y ellos eran maravillosos. Nos enseñaron que había más a la interpretación que simplemente fingiendo. Realmente tú tenías que meterte en el papel del personaje que estabas interpretando. Después de unos pocos meses de estudio, mi padre dejó caer un obús sobre mí. El iba a cambiar legalmente su nombre de John Kiedis a Blackie Dammet. Para su nuevo apellido, el había combinado el primer y el último nombre de uno de sus autores favoritos, Dashiell Hammett. “Cuál quieres que sea tu nombre público? me preguntó. En uno más de los gestos de solidaridad con mi padre, yo dije, “Bueno, tiene que ser algo como Dammet, porque soy tu hijo.” Así que Cole Dammet nació. Cole, hijo de Blackie. Desde ese día, fue conocido sólo como Blackie, tanto profesionalmente como personalmente. Nada de John, nada de Jack, nada de Spider. Pero yo tenía las dos identidades separadas funcionando. No había forma de que yo me quitara el nombre de Tony en el colegio. Y mi familia no estaba empezando a llamarme Cole. Pero Blackie sí lo hizo. El me llamaba Cole más veces de las que no, porque siempre permanecía en su rol. Con nuestros nombres públicos establecidos, era hora de conseguir agentes. El encontró a un agente para representarlo, y luego recibió una recomendación para una agente de niños actores para mí. Su nombre era Toni Kelman, y ella era la agente infantil más caliente en todo Hollywood. Cuando firmé, yo ya había sido repartido en una película. Roger Corman estaba haciendo una triple versión con contenido para adultos de Love American Style llamado Jokes My Folks Never Told Me. Aquél fue el quinto-esencial filme de los años ‘70 con bonitas mujeres desnudas en todas partes. El director había ido a UCLA con mi padre y nos vino a visitar un día. Abrí la puerta. “Estoy aquí para ver a tu padre,” dijo el cordialmente. Yo no lo conocía, y naturalmente no sabía de su relación con Blackie, así que me emplacé arriba a mí mismo una altura de cinco pies y algo y siseé, “Bueno, quién eres tú?” Lo que estaba diciendo con mi lenguaje corporal era “Te patearé el culo si intentas entrar en mi casa, aún cuando yo sea solamente un niño.” El estaba tan impresionado por mi confianza que me metió en dos escenas como el niño agresivo que cuenta 47 chistes sucios en una clase. Inmediatamente, fui contratado para hacer un extraescolar especial y un espectáculo público-netword de niños. Desde luego, fui sacado como el niño malo en ambos shows. Pero esto era trabajo. Y esto estaba amontonándose. Yo comencé una cuenta en el banco de mi padre, y pronto abrí esa cartilla y vi un par de los grandes allí, una cantidad de dinero espantosa para mí. Yo me estaba volviendo buscado, haciendo el reparto para cada parte. Una tarde yo estaba en la casa de John cuando Blackie llamó para decirme que había sido lanzado al reparto como el hijo de Sylvester Stallone en F.I.S.T., su siguiente película después de Rocky. Estuve tan emocionado que corrí fuera de la casa, chillando y cantando la canción de Rocky con mis brazos arriba en el aire. Estaba convencido de que yo sería la-siguiente-gran-cosa porque era co-protagonista con Sly Stallone. Incluso aún cuando yo tuviera solo una escena con el en la mesa del comedor. Cuando estuve preparado, fui al camión de Stallone y llamé a la puerta, figurando que nosotros deberíamos vincularnos antes de que nosotros pasáramos a la gran escena. “Quién eres?” dijo una voz brusca desde el camión. “Soy Cole. Estoy interpretando a tu hijo en la escena que estamos a punto de hacer” contesté. El cautelosamente abrió la puerta. “Por qué estás aquí? dijo el. “Estoy interpretando a tu hijo, así que pensé que nosotros deberíamos tomarnos algún tiempo así yo podría perfeccionarme“ Stallone me interrumpió. “No, no creo” dijo y miró alrededor buscando un asistente personal. “Que alguien venga y se lleve a este niño. Saquenlo fuera de aquí!” gritó. Hicimos la escena, y cuando entregué mi gran línea, “Puedes pasarme la leche?,” la cámara no estaba exactamente en posición para un primer plano. Aquello resultó ser un papel secundario, pero todavía, aquello fue otro crédito. Habiendo estado en F.I.S.T. ayudado cuando fui a Paramount a una audición para una película llamada American Hot Wax, que era la historia de audición para un papel clave en la película, el presidente del club de fans de Buddy Holly’s. Después de que el ganado llamase e innumerables retrollamadas e incluso una prueba cinematográfica, aquello se redujo a dos candidatos (yo y el actor infantil más caliente, Moosie Drier). Yo estaba confidente de que conseguiría el papel porque Blackie había hecho todo lo posible para ayudarme a prepararme para el papel, aprendiendo todas las canciones de Buddy Holly’s y comprando los grandes cristales de gafas. Así que cuando Toni me llamó para decirme que yo no había recibido el papel, quedé destrozado. Esa noche Connie me llevó a la casa de un amigo, y nosotros llegamos a una borrachera de droga total (esnifando droga, fumando marihuana, bebiendo alcohol, y conversando sobre cómo yo iba a conseguirlo la próxima vez y terminar siendo la estrella más grande que esta ciudad nunca haya visto y bla, bla, bla y la infinita 48 corriente de absurda y cocainómana charla entre el chico que acababa de perder el papel de una vida, la señora que quiso echarle un mano pero en realidad ella se ha perdido a sí misma en cierto modo y el que solo quería entrar en los pantalones de la señora). Esto continuó hasta las más tempranas horas de la mañana, cuando el efecto de la cocaína finalmente terminó, punto en el cuál la realidad se ponía en marcha, y aquello no era tan agradable. La depresión química de las drogas disolviéndose, combinado con la realidad de la pérdida, hecha para unas brutales veinticuatro horas para mí. A pesar de mi otro próximo éxito, yo no era el más disciplinado o diligente de los estudiantes interpretadores. Lo profundicé, participé en ello y aprendí de ello, pero no fui devoto de poner toda mi energía en aquel mundo. Divertirse con mis amigos y patinar sobre ruedas alrededor de la ciudad fueron cosas más altas en mi lista. Ponerme drogado estaba alto en mi lista. Yo ya había descubierto los placeres de la cocaína antes que esa noche en la que Connie trató de animarme. Cuando tenía trece años, Alan Bashara había venido a nuestra casa en Palm en mitad del día y le contó a mi padre que el tenía algo de cocaína increíble. Antes de los años ‘70 la cocaína era muy fuerte y muy pura, no era tan pesada químicamente como lo es estos días. Yo había estado viendo a los adultos hacerlo durante el último año y medio en la casa, así que les dije que yo quería. Bashara me hizo una raya, y yo la aspiré. Veinte segundos más tarde, mi cara se volvió entumecida y comencé a sentirme como Superman. Aquello fue una afluencia tan imperturbablemente eufórica que parecía como si yo estuviera viendo a Dios. No pensé que ese sentimiento fuera a marcharse alguna vez. Pero entonces, boom, aquello comenzó a desaparecer. “Podemos conseguir algo más de eso?” Yo estaba frenético. Pero Alan tuvo que marcharse, mi padre fue a su negocio y yo estaba deprimido. Afortunadamente, el joven chico químico no toma una raya para recuperarse. Una hora más tarde, yo estaba bien y siguiendo adelante hacia la siguiente cosa. Así que me enamoré a primera vista de la cocaína. Yo siempre comprobaría la casa para ver si hubiera algo dejado tras la noche de antes. Frecuentemente había. Yo rasparía los platos con una hoja de afeitar, lijaría los frascos vacíos de cristal y reuniría el residuo junto, entonces lo llevaría al colegio y lo compartiría con John. Pero nosotros siempre esperábamos después del colegio para soltarla. Excepto por esa media metacualona, yo nunca hice drogas en el colegio. La cocaína me condujo sin querer a la heroína. Yo tenía catorce años y con Connie un día cuando me llevó para un paseo a Malibu. Terminamos en la casa del distribuidor de cocaína donde todos estos adultos estaban haciendo cantidades masivas del polvo blanco de un enorme montón sobre la mesa de dibujo. Estaba seguro de que allí con ellos, lo que el mono ve, el mono hace, y nosotros estábamos todos tan alterados 49 como pudiéramos estar. Por ahora solo había una pequeña raya solitaria sobre el espejo. “Puedes quedarte aquí, pero cualquier cosa que hagas, no le hagas nada a esa pequeña raya,” dijeron ellos. Yo solo sonreí. Al minuto en que ellos cerraron aquella puerta principal, yo aspiré esa raya. Cuando ellos volvieron, vieron que la raya había desaparecido. “Dónde está esa raya?” dijo alguien. “Bueno, me confundí...” comencé una coartada. “Mejor lo llevamos rápido al hospital. Va a alcanzar la sobredosis!”. Todos se estaban poniendo frenéticos. Desconocidamente para mí, aquella pequeña raya era heroína china blanca. Pero yo estaba bien. Realmente bien. Comprendí que me gustaba la heroína incluso mejor que la cocaína. Yo estaba alterado por la cocaína, pero no me sentí inquieto o nervioso. Mi mandíbula no estaba tiritando. Yo no estaba en nada preocupado sobre de dónde iba a venir mi próxima raya de cocaína. Yo estaba en un sueño, y lo amaba. Desde luego, en el viaje a casa vomité, pero eso no fue nada importante. Yo solo pedí a Connie que parara el coche rápidamente, y blup, directamente fuera de la ventana. Ellos estaban pendientes de mí, seguro que yo entraría en un paro cardíaco, pero nada pasó. Me gustó esto, pero no lo perseguí. Por el final del noveno grado, aparentemente, las cosas parecieron estar mejorando. Blackie estaba estudiando interpretación y realmente se metía en sus papeles, a veces a un grado espantoso. El se volvió un regular en el Teatro de Actores de Hollywood, que era un teatro de noventa y nueve asientos desiguales de Hollywood Boulevard. Ya fuera que el estuviera interpretando una parte del papel o el papel principal, se sumergiría completamente en el personaje. Muchos de estos tuvieron que hacerse buscando el look de una persona. El se volvió un gran maestro del disfraz, cambiando su guardarropa, su pelo, sus gafas, su postura y su comportamiento. El decoraría sus guiones con dibujos, escrituras y artefactos que eran representativos del personaje. Los problemas comenzaron cuando empezó a hacerse sus personajes. Y ellos alcanzaron un punto de ebullición cuando hizo el reparto como un travesti en una producción de Teatro de Actores de Hollywood. Blackie estaba completamente carente de miedo de lo que la gente pensara de el, y tan completamente embelesado con la idea de hacerse este personaje, que el vivió como un travesti durante meses. Había tomado todos los retratos de el mismo vestido de mujer y los había enmarcado encima de la chimenea, junto con esquemas, gráficos, diagramas y posters que pertenecían al travestismo. Entonces para mi enfado, el vorazmente hetero papá comenzó a llevar minishorts calientes con su paquete ceñido a una parte en medias de nylon. El llevaría una blusa y guantes con anillos sobre ellos. Su maquillaje estaría inmaculado, pintado al lápiz de labios rosado. Se pavonearía alrededor de la casa en altos tacones, chupando una 50 piruleta, comentando todo siempre como un gay loco. Esto empeoró cuando comenzó a ir fuera así. El andaría arriba y abajo de Hollywood Boulevard, hablando a extraños con la personalidad del personaje. Empecé apoyándolo y orgulloso de su gran compromiso a su arte, pero al final, me derrumbé. Toda mi masculinidad estaba siendo desafiada. Así que cuando el empezó a gritarme un día por algún problema del colegio, yo lo llamé marica. Al segundo en que la palabra salió de mi boca, me dio una bofetada. Y mi padre fue rápido. De alguna forma logré agarrar su mano derecha antes de que pudiera hacer contacto. Yo estaba a punto de contestar con un puñetazo, pero me puse solo a mitad de camino antes de que pensara que no sería una buena idea ponerme violento con mi propio padre. Por ahora me había empujado contra la estantería, y estaba su puño cerrado entre nosotros. Al final, no hubo ningún derramamiento de sangre, pero la energía fue violenta y fea. Y nunca sería lo mismo entre nosotros durante décadas siguientes… 51 Capítulo III La secundaria en Fairfax Nunca olvidaré mi primer día de instituto. Llegué a Uni High y anuncié mi llegada con mi asesor para conseguir mi transferencia de clase. Entonces ella dejó caer una bomba. “Tony, sé que has estado yendo a Emerson durante tres años bajo una dirección falsa. Como no vives en el distrito, no puedes venir a escolarizarte aquí”. Yo no lo sabía por entonces, pero ese fue uno los más memorables giros del destino que yo había experimentado. Me fui a casa para descubrir qué instituto estaba en mi distrito. Resultó ser Fairfax High, una escuela expansionada en la esquina de Fairfax y Melrose. Fui allí al día siguiente y aparecí como un alienígena en un mar de gente que ya se conocían unos a otros. Como llegué un día más tarde, muchas de las clases que yo quería estaban llenas. No conocía a ningún estudiante, no conocía a ningún profesor, incluso no sabía dónde estaba la cafetería. Empecé rellenando los formularios de mi clase, y cuando ellos me preguntaron mi nombre, impulsivamente escribí “Anthony” en vez de “Tony.”. Cuando la lista era mencionada, todos los profesores decían “Anthony Kiedis”, y yo no los corregía. Simplemente me volví Anthony: ese tipo ligeramente distinto que era más maduro, más en control, más adulto. Fairfax era un verdadero crisol. Había inmigrantes chinos, inmigrantes coreanos, inmigrantes rusos, niños judíos, y toneladas de niños de raza negra, junto con los niños de raza blanca. Una vez más, comencé a trabar amistad con los niños más solitarios y aislados de la escuela. Mis primeros amigos fueron Ben Tang, un niño chino, flacucho, descoordinado, y con unas enormes gafas y Tony Shurr, un enclenque de noventa y ocho libras con la cara pálida. Aproximadamente un mes después en el año escolar, Tony y yo estábamos hablando en el patio en la hora de comer, cuando un niño diminuto, con apariencia de loco, con dientes separados y con abundante pelo en la cabeza vino bailando hacia Tony, le rodeo el cuello con el brazo y comenzó a tratarlo violentamente. Yo no podía decir al principio si este era una forma de tontear amistosamente o si el estaba agrediendo a mi mejor amigo de Fairfax, así que erré en el lado de la amistad. Intervine, lo agarré fuera de Tony, y susurré, “Si le vuelves a tocarlo así, vas a lamentarlo para el resto de tu vida”. “De qué hablas?” El es mi amigo” protestó el niño. Es extraño. Incluso aunque nosotros comenzáramos en este “te patearé el culo” agresivamente, sentí una conexión inmediata a este pequeño bicho raro singular. Tony me dijo que su nombre era Michael Balzary, pronto conocido más allá de los límites de Fairfax High como Flea. Mike y yo nos volvimos inseparables. El vivía a unos cinco bloques de mí en Laurel 52 Avenue. Cada día caminaríamos a casa desde el colegio, reuniríamos a duras penas nuestras escasas posesiones, y compraríamos un plato de taquitos para compartir en esta choza de hamburguesas y tacos grasientos. Entonces jugaríamos al fútbol en la calle. De una forma extraña, yo estaba pasando de esta vida muy adulta con mi padre, festejando, yendo de clubes nocturnos y pasando el tiempo principalmente con sus amigos, a tener una segunda y genuina niñez sin preocupaciones. Mike era otro forastero en Fairfax. El había nacido en Australia. Su padre era una agente de aduana que había trasladado su familia a Nueva York y había disfrutado de un modo de vivir bastante conservador y estable hasta que la madre de Mike entablara amistad con un músico de Jazz. Los padres de Mike se separan, y el, su hermana, su madre y su nuevo padre adoptivo se mudaron a Los Ángeles. Mike era dolorosamente tímido e inseguro, y mucho más cerrado de lo que yo había sido, entonces asumí el papel alfa en la relación. Esta sería la dinámica que continuaría durante un largo tiempo, y sería una cosa bonita, porque compartimos mucho juntos. Sin embargo, esto conllevaría también un aspecto de resentimiento para el, porque yo era un tipo de bastardo y un matón cobarde de vez en cuando a lo largo del camino. Mike nunca iría a ninguna parte sin su trompeta. El era el primer trompetista en la banda de la escuela, lo que significó que nosotros trabajaríamos juntos (yo estaba metido en la producción ese año). Estaba impresionado por su experiencia musical y el hecho de que su labio estuviera siempre hinchado de tocar la trompeta. Su forma de tocarla también me abrió a otro mundo entero: el mundo del Jazz. Un día Mike me tocó una grabación de Miles David, y me di cuenta de que estaba este tipo de música que era espontáneo e improvisacional. Incluso aunque Mike estuviera viviendo en un grupo familiar más o menos tradicional, su situación en casa parecía tan caótica como la mía. El me agasajaría con historias de su padre adoptivo fuera de control, Walter. Durante años Walter había tratado con un problema de alcohol. El había llegado a sobrio, un concepto con el que por entonces yo estaba poco familiarizado, pero ahora el era un verdadero ermitaño. Yo casi nunca lo vi, y las pocas veces que lo hice, el sería realmente brusco, gritando porque Mike no se acordaba de sacar fuera la basura por el día. Cada vez era “Oh oh, olvidé que es Jueves. Estaré en un gran problema”. La madre de Mike era un verdadero encanto, e incluso tenía un extraño acento australiano. Pero durante los primeros pocos meses que la conocí, Mike siguió hablándome sobre su hermana de mayor edad, Karen, que estaba otra vez en Australia. “Ella es una fiera,” me dijo. “Está realmente caliente. Tiene un millón de novios y es la mejor gimnasta de Hollywood High. Hizo una exhibición corriendo desnuda en público en mitad de una competición desarrollándose por toda la ciudad”. Tenía que conocer a esta hermana Balzary. Más tarde aquel año escolar, Karen finalmente se mostró. Ella era joven, astuta e 53 increíblemente precoz. Para entonces era común para Mike y yo dormir en las casas de cada uno. De hecho, la habitación de Mike tenía dos pequeñas camas de cuna, una para el y una para mí. Su familia tenía los jacuzzis en el patio trasero, y una noche Mike, Karen y yo estábamos en el jacuzzi bebiendo algo de vino. La mano de Karen estaba continuamente vagando sobre mí bajo aquellas burbujas, y cuando a Mike lo llamaron una noche y yo estaba a punto de hacer lo mismo. Karen me agarró. “Tú quédate” me imploró ella. Hora de conocer a la hermana. Karen inmediatamente tomó carga. Ella comenzó a morrearme, luego me llevó de vuelta a su habitación, donde pasó las siguientes tres horas introduciéndome a una variedad de experiencias sexuales que yo aún no sabía que fueran posible. Ella estaba en su juego, haciendo cosas como ir al fregadero, volver con la boca llena de agua caliente y darme una mamada. Qué en el nombre del cielo había hecho yo para merecer esta bonita experiencia?. Al día siguiente Mike preguntó, “Cómo estaba mi hermana?”. Le ahorré los detalles porque, después de todo, ella era su hermana, pero yo le agradecí profundamente por presentarnos. Años y años más tarde, el vino a mí y dijo, “Somos realmente buenos amigos, pero esto es algo que ha estado molestándome durante años. Mientras estabas en el cuarto con mi hermana, yo fui fuera de la casa y eché una ojeada por la ventana durante unos segundos”. Para entonces yo no podía haberme preocupado menos, pero esto era probablemente una cosa buena que el espero tan largo tiempo como se decidiera para decírmelo. Mike estaba metido en la marihuana cuando lo conocí por primera vez, así que comencé a sacar cada vez más en el alijo de mi padre para satisfacer nuestras necesidades. Yo conocía los lugares secretos sobre las estanterías donde guardaba sus porros medio fumados. Pero el cerraba su alijo principal en el mismo armario donde guardaba su escalera. Un día estaba pasando el rato con Mike en el taller del sótano de su padre adoptivo, y encontré por casualidad un enorme escondrijo de llaves maestras. Aquello fue una oportunidad de una entre un millón, pero pregunté a Mike si yo podría probar estas llaves en el armario de Blackie, y bastante seguro, encontré una que funcionaba. Así que comencé a fisgonear con cuidado los alijos de hierba, metacualonas, y cocaína. Mike estaba impresionado de que yo pudiera agarrar un bote y dejar todo tan intacto que Blackie nunca se diera cuenta de que algo estaba faltando. Mi verdadero primer viaje entre amigos con Mike ocurrió ese semestre, cuando fuimos a esquiar a Mammoth Mountain. El autobús Greyhound que montamos estaba lleno de su clásica variedad de locos mezclados de negligentes y gente desesperada, una chica con un ojo morado, un loco de la velocidad que había sido despedido de su trabajo, el bus repleto de cultura de bichos raros, y nosotros, dos niños verdes. Inmediatamente, fuí al cuarto de baño trasero, fumé medio porro, luego lo pasé a Mike, y el repitió el ritual. Cerca del momento en que llegamos a Mammoth, una 54 ventisca había empezado a soplar, y estaba negro como la boca del lobo. Nuestro plan era pasar la noche en la lavandería de los condominios allí, un consejo que uno de mis amigos de Emerson me habían dado, pero el Greyhound nos dejó en mitad de ningún lugar. Salimos en la dirección general de los condominios, y de repente Mike tuvo un dolor de estómago horrible, caminamos y caminamos, y nos estábamos congelando, y Mike estaba a punto de llorar del dolor. Justo cuando la congelación de los dedos de las manos y los pies estuvo a punto de llegar, dimos una vuelta arbitraria y encontramos los condominios. Llegamos a la lavandería, soltamos nuestros sacos de dormir, y arrollamos uno bajo una destartalada repisa de madera contrachapada para guardar las ropas y el otro encima de la repisa. Hice reventar unos pocos cuartos en el secador y me enrosqué en el suelo mientras Mike durmió sobre la destartalada repisa que estaba fabricado para sostener unas pocas libras de ropa. A la mañana siguiente fuimos a alquilar los esquís. Elegimos todo nuestro equipamiento y Mike intento pagar con la tarjeta de crédito que su madre nos había dado, pero la chica de diecisiete años tras el contador no la aceptaría. Ella insistió que la madre de Mike tenía que estar allí en persona para autorizar la carga. Mike intentó explicar que su madre estaba ya en las cuestas, pero ella no se movería. Tuve que salvar este viaje, así que fui fuera y me acerqué a una señora que se estaba preparando para esquiar con sus niños y le pedí tomar prestado su chaqueta, su sombrero de esquí y sus gafas. De alguna manera la convencí, y me puse su anorak, su gorro, y sus gafas de sol grandes. Tomé nuestros guantes y gorros y los metí en el anorak para fabricarme tetas, y luego volví a la tienda de esquí y marché hasta la muchacha tras el contador. “No puedo creer que usted me sacara de las cuestas para esto. Esta es mi tarjeta y se la di a mi hijo. Cuál es tu problema?” dije yo. La chica estaba asustada y fuera de su mente, oyendo esta voz de mujer loca llegando desde tras esta máscara de esquí, y conseguimos el material. Nosotros tuvimos el mejor tiempo de nuestras vidas, drogándonos en las telesillas, cortando en rayas y siendo los pequeños bastardos que nosotros éramos. Mike no tenía ni idea en absoluto sobre cómo esquiar, la primera vez cayó abajo por la montaña. El se cayó aproximadamente cincuenta veces. Por tercera vez, estaba equilibrándose conmigo. El solo se prometió a sí mismo aprender a esquiar dentro de una hora. Esa noche volvimos a la lavandería y cuarteamos nuestro camino durante otra noche. Estábamos en un segundo día de esquí, y era hora de ir a casa. Por alguna razón, decidí que la tienda de esquí realmente no tenía un buen sistema de inventario bueno, así que estos esquís eran ahora nuestros. Caminamos hacia la estación Greyhound y cargamos los alquileres en el autobús con cada uno de los esquís que nosotros debimos guardar más o menos cuando el coche de un policía llegó. El salió fuera y dijo, “Ustedes dos, vengan aquí ahora”. 55 “Cuál es el problema?” dije inocentemente. “Estos esquís son propiedad robada. Necesito alguna identificación” dijo el. “Oh, no, no, no, no estamos robándolos Pensaste que estábamos robando estos esquís? No, los alquilamos, y nosotros en realidad íbamos a devolverlos. De hecho, probablemente podríamos dejarlos aquí e irnos ahora” dije desesperadamente. Finalmente convencimos al tipo para multarnos y prometimos ir de vuelta y solucionar el problema. Volvimos hacia Hollywood. El viaje había sido un éxito monstruoso, incluso con un mal sabor de boca provocado por lo del policía al final. Pasó algún tiempo y ninguna llamada, ninguna citación, ninguna mala noticia procedente del norte. Y entonces un día ocurrió. Tanto Mike como yo habíamos estado vigilando el correo, pero durante el mismo día, mientras estábamos en el colegio, tanto Blackie como Walter recibieron cartas. Ahora nosotros estábamos en serios problemas. Walter era estricto, y mi padre no estaba teniendo ningún tipo de molestia suplementaria en su vida, especialmente porque los menores tuvieron que traer a sus padres para declarar en Mammoth. Ahora ellos tuvieron que tratar con nuestro problema. Nosotros estábamos pensando que esto iba a ser el final del mundo como nosotros sabíamos, pero de una manera bastante extraña, nuestros padres usaron aquel viaje como una sesión de vinculación con sus hijos. En última instancia, salimos con una palmada en la muñeca, y todo lo que tuvimos que hacer fue escribir una carta cada par de meses durante seis meses, diciéndoles cómo lo estábamos haciendo. Pero mi aventura de esquí con las autoridades fue pequeña comparado con lo que le ocurriría a Blackie ese otoño. Era el perfecto día otoñal de California, soleado y bonito. Llegué a casa del colegio aproximadamente a las tres y media de la tarde, como cualquier otro día, pero mi padre pareció un poco irritado sobre algo. Estábamos en nuestra sala de estar, que tenía un ventanal agradable que daba hacia nuestro jardín delantero, cuando Blackie se quedó congelado. Miré fuera y vi a estos Grizzly Adams (tipos mirando, grandes, tipos leñadores fornidos, estando al acecho en nuestro jardín delantero). Mi padre puso su mano en mi hombro y dijo “Creo que esos podrían ser secretos”. En cuando aquella palabra salió de su boca, la sólida puerta frontal de roble fue pateada. Simultáneamente, la puerta de atrás era aplastada, y una falange de tipos con escopetas, chalecos antibalas y pistolas llegaron a raudales. Sus escopetas estaban cargadas, amartilladas y apuntadas directamente hacia mi padre y a mí. Ellos estaban gritando “Alto! Alto! Al suelo!” como si estuviéramos en alguna gran operación. Un movimiento falso de un dedo y nos habrían llenado de plomo. Ellos nos esposaron el uno al otro sobre el sofá y comenzaron el asunto de destruir sistemáticamente nuestra casa. 56 Resultó ser que mi padre había llamado a una prostituta para venir unas pocas noches antes, pero cuando ella se plantó allí, ella no era la taza de té de mi padre. Para ser un buen deporte, le ofreció a ella algo de cocaína. Ella salió pitando hacia fuera, llamó a la policía y les dijo que Blackie podría ser el Hillside Strangler (Estrangulador de las Laderas), que aterrorizaba Los Ángeles en aquel tiempo. Los policías pasaron las siguientes dos horas desfibrando colchones y examinando cada artículo de ropa en el armario y agarrando todos los estiletes que yo había comprado en Tijuana. Me pregunté que es lo que harían con ellos. Se irían ellos a casa y se los darían a sus niños?. Totalmente agradecido, ellos no estaban encontrando ninguna droga. Justo cuando yo estaba pensando que ellos no podrían descubrir el tesoro descubierto de mi padre, uno de los descerebrados hurgó un agujero en el techo del armario trasero y encontró todo. En aquel momento mi padre y yo sabíamos que el castigo había aumentado. Sacaron las grandes rocas de cocaína, las bolsas de hierba, y el enorme tarro de metacualonas. Ellos empezaron a deliberar qué hacer conmigo. Estaban hablando sobre llevarme a la prisión de menores, pero yo sabía que tenía que permanecer fuera de la cárcel así yo podría ayudar a Blackie conseguir la fianza. Les convencí de que yo no tenía nada que hacer con cualquier cosa de esto y que necesitaba estar en el colegio por la mañana. Finalmente decidieron que yo podría quedarme en el apartamento saqueado, y luego ellos se llevaron a Blackie. Ambos fuimos destrozados. Yo tenía visiones de mi padre estando fuera durante años. Entonces llamé a Connie, y ella consiguió a su nuevo novio para presentar su casa como la fianza. Al día siguiente, Blackie era sacado de la cárcel. El había reunido aproximadamente siete de los grandes, que inmediatamente tuvo que dejar para un abogado bueno. Esto puso hasta más de una tensión sobre nuestros fondos, porque el había reducido realmente su negocio y estaba más en su interpretación teatral. Afortunadamente para nosotros, unos pocos meses antes yo había sido metido en el reparto en un anuncio comercial de Coca-Cola, y aquel fue un inicio bastante bueno para un niño de quince años. Pero esto generó más fricción con mi padre, porque yo estaba generando más dinero de lo que el hacía. Incluso, el trató de convencerme para pagar algún alquiler, que se volvió una controversia entre nosotros, como demostraba el 20 por ciento que el ya estaba recibiendo de mis ingresos de interpretación como mi gerente. Todo esto estaba creando un cisma en la sociedad Kiedis. Mientras tanto, yo estaba totalmente preocupado por mi vida amistosa y social en Fairfax. Unos pocos meses después de que conociera a Mike, conocí a otra persona que se volvería uno de los amigos más cercanos que yo tendría. De vez en cuando, nosotros tendríamos extrañas bandas locales del instituto que tocarían en el escenario al aire libre en el patio de Fairfax. Alguna vez ese primer semestre, yo vi a un grupo tonto llamado “Anthym Play”. Cuando digo ‘tonto’, no me interpretes mal, todos ellos 57 eran realmente talentosos, pero ellos eran un poco antiguados por lo que a mí respecta. Estaban haciendo covers de Queen y Led Zeppelin, todas estas bandas cuyas épocas habían llegado a un final, y todos ellos tenían estos voluminosos peinados de largos rizos. En la actuación, algunas personas estaban pasando unos botones caseros rectangulares, así que tomé uno. Yo estaba llevando el pin un día cuando me topé con uno de los guitarristas de Anthym. Su nombre era Hillel Slovak. Empezamos a hablar, y el me invitó a su casa para un snack. Unos minutos después de pasar el rato con Hillel, sentí que el era absolutamente diferente de la mayoría de la gente con quien yo pasaría el tiempo. Normalmente yo me sentía como el líder en la mayor parte de las relaciones con niños de mi edad, a causa de todas las experiencias locas que yo había tenido como un niño, pero inmediatamente supe que Hillel era al menos mi igual, y de hecho sabía un montón de cosas que yo no sabía. El entendía un montón sobre música, era un gran artista visual y tenía un sentido de sí mismo y una calma sobre el que era simplemente fascinante. Hillel era judío, parecía judío, hablaba sobre materia judía y la comida en la cocina era judía. El nos hizo sándwiches de ensalada de huevo en pan de centeno ese día, lo que era comida totalmente exótica para mí entonces. Después de los sandwiches, tuvimos una significativa charla sincera. Al rato dejé su casa, yo estaba pensando, “Bueno, ese es mi nuevo mejor amigo de por vida”. Había sido como cuando conocí a Mike y Joe Walters. A veces tú simplemente lo sabes. Hillel tenía un coche familiar Datsun B10, y nosotros pasamos muchas, muchas noches conduciendo hacia la cima de las colinas de Hollywood, deteniéndonos en paradas de descanso, observando sobre la ciudad, metiéndonos en algunas cintas de loco rock progresivo, fumando marihuana, y discutiendo sobre las chicas de Fairfax. Era una cosa conocer a Mike y Hillel, quienes ambos se convertirían en personas tan importantes en mi vida, pero cómo eran las probabilidades de que yo conocería a tres compañeros del alma ese primer año en Fairfax?. Yo en realidad había conocido a Hata Andel antes que Mike o Hillel. Durante la primera semana de colegio, yo estaba en clase de español, y mis ojos estaban fascinados por esta chica increíblemente guapa con largo pelo marrón, perfecta piel pálida, y grandes ojos marrones que irradiaban con un centelleo loco. Ella era judía, y era también con la persona más simpática en la clase, pero ella era increíblemente sensible y sorprendentemente coqueta. Desde luego, inmediatamente desarrollé un serio enamoramiento por ella. Siempre que yo la viera, le daría conversación. Pero cuando ella pronto se hizo conocida para mí, no estaba disponible como una novia. Al principio pensé que ella estaba viendo a alguien llamado Johnny Karson, que más tarde jugaría un papel importante en mi vida, pero ella me dijo que el era simplemente su viejo amigo de la escuela secundaria. Resultó que ella estaba saliendo con un tipo llamado Kevin, un niño negro alto y flexible que era la estrella del equipo gimnástico. Yo sabía que Haya era de una familia judía 58 conservativa, y ellos sintieron que sería tabú para ella ser novia de alguien que no fuera judío, así que su relación con el gimnasta negro era un gran secreto de su familia. Nosotros hablaríamos, y ella confiaría en mí, “Yo realmente quiero salir fuera con mi novio, pero no puedo, es demasiado arriesgado y mis padres podrían descubrirlo”. Esto era todo información trágica porque no era yo, pero definitivamente no perdí el interés y seguí adelante. Nos sentamos cerca uno de otro en otra clase ese semestre. Era justo después del almuerzo, entonces yo siempre vería a su novio acompañarla a clase, donde ellos harían sus pequeños adioses. Un día yo simplemente decidí, “Que da, voy a traerle flores”. Compré un ramo y escribí un poema, pero cuando regresé al colegio, la clase ya había empezado. Entre precipitadamente en la clase, y el profesor dijo “Hay una buena razón por la que llegues tarde?”. “Bueno, no realmente” dije y el di en sus manos a Haya las flores y el poema. Todo el mundo profería “ohh” y “ahh”. Haya estaba avergonzada, pero comprendió que yo debía estar bastante loco por ella. Aquello indicó el inicio de mi entrada con ella, pero fue un comienzo rocoso que se prolongaría en el próximo año en el colegio. Por la segunda mitad de décimo grado, yo de algún modo había gastado todo el dinero que había ahorrado de mi carrera como actor, que estaba mayormente inactiva, ya que solamente quise concentrarme en ser un chico de instituto normal. Ya que el flujo en efectivo de Blackie era tan pobre, conseguí un trabajo de media jornada como un recadero para una tienda de vinos llamado John y Pete. Me encantaba ese trabajo. Yo conduciría imprudentemente, rompiendo todas las leyes, tomando velocidad y yendo en el lado incorrecto de la calle y cortando el tráfico para hacer mis repartos así yo podría tomarme mi tiempo volviendo a la tienda. Después de unas pocas semanas, me di cuenta de que si yo ocultaba una botella de bebida o un pack de cervezas en la basura de la tienda, yo podría volver al basurero más tarde, recuperarlo, y estar bien durante la noche. Combinados con los treinta dólares en propina que yo recogería en mi equipo, si trabajaba unos pocos días a la semana, yo tendría mi dinero de gastos. Pero mi primer año en Fairfax era sobre todo un oasis de responsabilidad. Yo tenía todo este bonito tiempo libre para vagar, jugar, andar sin rumbo, descubrir, tomar parte en travesuras y robos, vandalizar, ir a visitar a algún amigo, intentar encontrar algo de marihuana para fumar y quizá jugar un poco al baloncesto. Realmente no había ninguna presión, ninguna ansiedad. Yo podría tener deberes, pero los hacía después de la cena. Mike era mi compañero constante. En estos largos paseos, nosotros pasaríamos por apartamentos de uno, dos, tres y a veces cuatro o cinco pisos que estaban construidos alrededor de una piscina central. Un día una asombrosa idea fue lanzada. Miré el edificio y dije, “Esto es un trampolín, mi amigo”. Yo había tenido alguna experiencia en Michigan con saltar desde puentes de ferrocarril 59 al agua. A veces nosotros esperaríamos hasta justo antes de que el tren pasara, y era una prisa increíble, Mike era animoso para todo, así que comenzamos por saltar desde edificios a las piscinas. No importaba si la gente estaba permaneciendo por la piscina bañándose, eso hizo lo más divertido, ser ese tío que volaba por el cielo y aterrizaba al lado de alguien que se está bañando confiado. Si hubiera cualquier posibilidad de ser agarrados, nosotros haríamos el salto y luego saldríamos como murciélagos del infierno y acortaríamos por algunos patios traseros y nos escaparíamos. Pero había otras veces donde nosotros habíamos salido del agua y reconoceríamos que nosotros no estábamos en ningún peligro de ser capturados, así que era ya otra oportunidad de salpicar a alguien fuera vociferando, danzando o estando en la luna. Finalmente trabajamos nuestra subida a edificios de cinco pisos. Nuestro favorito estaba en King’s Road. Nosotros nos subiríamos al tejado y miraríamos abajo, veríamos un sello de agua e iríamos por ello. Entonces yo comencé a experimentar con diferentes estilos de salto desde el edificio hacia atrás, haciendo cosas de superman. Yo saldría corriendo, en lugar de tomar carrerilla para llegar lo más lejos posible, saltaría directo al agua. No importaba cuán profundas eran las piscinas. No necesitas mucha agua para aterrizar. Si es una piscina poco profunda, en cuanto golpees el agua, dejas tu cuerpo ir de lado, entonces estás usando la anchura del agua así como la profundidad. Mi padre sabía lo de los saltos, y el no era un fan. El no trató de ponerle fin a ello, pero me sermonearía de vez en cuando. “Sé que tú estás fumando marihuana todo el tiempo. No es una buena combinación”. En aquel momento no nos comunicábamos mucho sobre cosas. El se quejaría y yo lo ignoraría y diría, “De todas formas, que te jodan”. Un día en Junio de ese año, Mike y yo habíamos estado curioseando la edificación de apartamentos justamente bajo el bloque de mi casa. La piscina era pequeña con forma de lágrima, y el final profundo era la sección más pequeña de la lágrima. Para llegar a la cima del edificio, teníamos que escalar sobre rieles, y creamos una gran conmoción escalando ya que alguien comenzó a gritarnos para bajar. Nosotros nunca pensamos en abortar. Dije a Mike que fuera, saltó, y oí el chapoteo. Entonces me levanté sobre la verja. Yo no miré abajo para ver mi ángulo: estaba más preocupado por la gente que estaba gritando. Salté, y en cuanto estuve en el aire, me di cuenta de que había puesto demasiado en el salto y que yo iba a exceder en la piscina, pero no había nada que yo podría hacer sobre ello. El hormigón estaba acercándose a mí, y yo aterricé con un chasquido en los tobillos y fallé la piscina por unas diez pulgadas. Yo estaba aturdido, caí en la piscina y comencé a hundirme. De algún modo, a pesar de estar en un shock paralítico, logré hacerme subir del fondo, dar una vuelta en el borde del hormigón, y emitir un sonido inhumano que sonó como si procediera de las profundidades de Hades. 60 Miré alrededor y vi a Mike pero yo no podía moverme. Alguien llamó a una ambulancia, y los paramédicos torpemente me hicieron girar en una camilla, casi dejándome caer en el proceso. Ellos no estabilizaron el ensanchador detrás de la ambulancia, así que yo estaba dando tumbos en agonía el camino entero al hospital. Esto era dolor, shock y horror. Algo estaba seriamente mal, porque yo todavía no podía moverme. Ellos me tomaron a Cedars Sinai e hicieron unos rayos X, y después de un rato, el doctor entro en la habitación y dijo: “Te rompiste la espalda, y eso no parece bueno”. Yo había estado manteniendo una perspectiva bastante optimista respecto al tema entero, pero cuando el me dio el pronóstico, yo comencé a llorar. “Allá va mi verano. Allá va mi atletismo. Allá va mi vida”. Comencé a dar toques a cada sobre cada enfermera que se acercara, desesperado por los analgésicos, pero ellas no me darían nada hasta que el doctor hubiera dado el visto bueno sobre ello. Entonces Blackie entró precipitadamente, gritando “Qué te dije? Ahora quién está lo cierto? No te dije que esto pasaría? Fumas marihuana. Saltas desde edificios. Esto estaba obligado a pasar”. Yo simplemente miré a la enfermera y dije, “Que alguien lo saque de aquí. El no tiene permiso para estar aquí”. Al menos ellos me medicaron, e improvisaron un sistema de polea con un arnés y una faja médica. Me dijeron que mis vértebras estaban aplanadas como panqueques y que un mes en tracción ayudaría a extenderlos de nuevo. Durante la primera semana en el hospital, recibí visitas de Mike, Hillel y unos pocos amigos más. Por entonces yo había vencido sobre Haya, y ella era una clase de novia mía. Siempre que ella viniera a visitarme, se acostaría en la cama conmigo y me dejaría sentirla encima, lo que era un verdadero convite. “Me rompí la espalda, pero al menos tengo mis manos en los pechos de la chica de la que he estado enamorado desde el primer día de clase de español”. Después de dos semanas de monitoreo, empecé a volverme un poco loco. Un día Hillel vino a visitarme, y le dije, “Ya no tolero otro día más aquí. Tienes que sacarme”. El fue para la planta baja a preparar el auto, y yo me saque la faja, rodé, y me puse de pie sobre mis pies débiles. Con la cola destapada llamando la atención en el hospital, empecé a caminar por el pasillo como Frankenstein. Todas las enfermeras se pusieron locas, gritando que yo no podía ir a ningún lado hasta que hayan pasado dos semanas más, pero a mi no me importaba. Como sea, empecé a bajar los escalones y Hillel me ayudo a entrar al auto. Antes de ir a casa, lo hice ir al edificio en donde había calculado mal el salto, y allá trate de imaginar lo que había hecho mal. Pase las próximas semanas en mi propia cama. Tenia algunas visitas de un amigo de mi padre llamado Lark, quiero era una actriz de veinticinco años, hermosa y relativamente exitosa. Ella venia en todo momento, durante el día, a la tarde, a la noche, cuando sea, solo para arreglarme sexualmente. Tenia la faja de nuevo, y le tuve que decir a ella que fuera muy cuidadosa, pero estaba siendo absolutamente 61 manipulado por una mujer salvaje y ninfomaníaca. Eso hizo que el tiempo de reposo fuera un poco más placentero. Ese verano, volví a Michigan, pero estaba todavía tenia unos problemas con mi espalda. Cada vez que me iba a sacar una radiografía, los doctores siempre decían que no tenia muy buena apariencia, que estaba desviada, doblada, y las vértebras no estaban bien todavía. Nunca había buenas noticias. Pero con el correr del tiempo, mi espalda empezó a mejorar progresivamente. Alguna de esas veces, Mike saco un Greyhound para visitarme. El aparecía por mi casa después de su viaje torturante, luciendo totalmente demacrado y con falta de sueño, desde que había estado viajando entre un hindú gigante y alguien que había estado vomitando todo el viaje. Llevaba una Penthouse con el y lo recuerdo abriéndola y todas las paginas pegadas entre si. “Uh esta es en la forma en la que me vino cunado la compre” mentía. Pero el estaba feliz como un conejito cuando llegaba. Mi mama lo trataba como a un hijo propio, y Steve nos dejaba usar su auto y explorar Michigan. Organizamos un viaje en donde haríamos un campamento en Upper Peninsula, visitamos a mi tía y a mis primos, y fuimos a hacer water ski. Éramos dos chicos, creciendo en algunas cosas, pero chicos en otras, pero no pensando en nosotros como chicos (sino que pensando en nosotros como masters del universo, en todas las otras formas de vida, incluyendo a los adultos. Éramos llamativos, interesantes, inteligentes, sabíamos mucho sobre casi todas esas cosas que siempre tienes más cosas para saber, y estábamos bien). La adolescencia es como una etapa divertida de tu vida, porque piensas que sabes todo, porque todavía no llegas al punto en el que das cuenta de que casi no sabes nada. Entonces tuvimos nuestras diversiones en el verano, y cuando Mike estaba preparado para volver, recuerdo a mi madre yendo a la ciudad con bolsas y bolsas de comida para ese chico que tenia que ir a Greyhound. Ella le cocinaba una tarta de frutas secas y le daba una bolsa industrial enorme de Pepperidge Farm Goldfish y lo trataba como a un pequeño príncipe. Volví para hacer mi segundo año en Farifax, pero las cosas cada vez eran más problemáticas en mi casa. Después del arresto, mientras mi padre estaba esperando a ser sentenciado, el se hizo más detallista y cuidadoso. Dejo de vender drogas completamente y se convirtió en un prototipo de actor muerto de hambre. Nosotros teníamos discusiones y peleas acerca de las cosas mundanas. Una vez el se dio cuenta de que yo me había comido una lata de su sopa, otra vez discutimos porque yo me había comido un sándwich de la heladera que el había estado deseando todo el día. Por esta época, Blackie también trataba de imponerme condiciones. El arbitrariamente decidía que yo tenía que estar en casa a la medianoche. Si yo rompía la condición, seria castigado. Una noche fui a andar en skate y llegue a casa unos minutos después de la medianoche, y la puerta estaba cerrada con llave. Golpeé, golpeé, y volví a golpear, pero no había una respuesta del otro lado. Finalmente, el vino a la puerta 62 totalmente serio y enojado. “Que te dije? No vas a podrás entrar a la casa después de las doce”. Se quejo porque el se tenia que levantar temprano para ir a las clases de actuación, y yo estaba interrumpiendo su descanso. Esto venia del mismo tipo que me dejaba estar afuera hasta las seis de la mañana durante mis junior years en la escuela. La próxima vez que paso eso, mi vecino vino y me ofreció descansar en su sofá, pero no acepte. Yo trataba de dejar la ventana un poco entreabierta, para poder escurrirme por ahí, pero mi padre era tan concientemente seguro que antes de ir a dormir se tenia que asegurarse de que las corrientes de aire y la temperatura de la casa estuvieran bien. Entonces yo tenia que despertar a Blackie de nuevo, y el estaba aún más enojado esta vez. Tuvimos una pelea fuerte en la cocina en la cual el me dijo que tenia que seguir sus reglas o irme de la casa. No había ni que pensarlo. Llame a Dond Bastone, este amigo mío, y le pregunte si quería un compañero de cuarto. Había conocido a Dond durante mi primer año en Fairfax, pero por el décimo primer grado, el había dejado el colegio y estaba negociando con marihuana fuera de su propia casa en Wilcox. El solo tenía 16 años. Yo sabia quien le había dado todo lo suficiente como para tener su propio departamento y un pequeño auto. Me dejo mudarme con el, pero acordamos el tema de la renta y lo cuales eran mis responsabilidades mientras estuviera en la casa o cerca de ella. En el medio del día, Haya vino en su auto enorme, y empezamos a cargar mis cosas. Consistía en algunas prendas de vestir, mi stereo y una luz enorme de neón que era el cartel de Shamrock Billiards que mi padre me había regalado. Desafortunadamente fui sacado del camino por Blackie cuando el llego a casa. “Bueno, bueno, bueno! A donde piensas que estas yendo?” dijo. “Estoy afuera, estoy yéndome. Estas viéndome aquí por ultima vez”. “Que son todas esas cosas en ese auto?” preguntó. “Esas son mis cosas” dije. “Esas no son tus cosas, esas son mis cosas”. “Me diste esas cosas” le recordé. “Te las di mientras estuvieras viviendo bajo mi techo. Si no estas en la casa, estas no son tus cosas”. Tuvimos esa gran discusión acerca de las pertenencias, la cual perdí, pero ni siquiera me importaba a esa altura. Solamente quería irme. Me mude con Dond e inmediatamente concluí que eso había sido una buena decisión por muchas razones. Una de esas era que el tenia una colección extraordinaria de discos (completa con unidades especiales de estantes que habían sido construidos especialmente para eso) y un sistema de sonido muy bueno. Parte sus objetivos, aparte de actuar como un inmaduro y fumar marihuana, era de pasar música todo el día y toda la noche. En cada hora en esa casa, había discos girando en el equipo de sonido. Afortunadamente, el tenia un increíble gusto musical. El no era uno de esos chicos que 63 estaba exclusivamente adentro del ska, el punk-rock o el vintage-blues, sino que el estaba dentro de todo. Y porque el tenia amigos que trabajaban en compañías disqueras, siempre obtenía copias por adelantado de álbumes de David Bowie o Talking Heads. Nuestra casa también se transformo en una casa de fiestas, y nosotros teníamos esas aventuras de gala todos los fines de semana. Era uno de esos periodos cuando la droga y el alcohol están funcionando a la perfección y no están interfiriendo con las obligaciones, y nadie estaba saliendo perjudicado en nada. Dond siempre parecía aparecer con algo de cocaína para esas fiestas, pero la cocaína para ese entonces, era obtenida con condiciones, no era algo que teníamos a mano todo el tiempo, por eso nos descontrolábamos o abusábamos de ello. A esa altura del partido, también, mi relación con Hillel se intensifico. Yo estaba tomando una clase de salud que estaba dos puertas después de la clase de arte de Hillel. La profesora de su clase de arte era muy liberal, por eso yo obtenía pases de mi clase de salud para ir al baño, e iba a tener algunas conversaciones interesantes e intensas, mientras Hillel hacia sus dibujos anatómicos. Mike y Hillel también se volvieron buenos amigos y desarrollaron una unión musical interesante. Anthym se basaba en tocar unas series de shows en otras escuelas secundarias, y fuera de tema, Hillel había comenzado a enseñarle a Mike como tocar el bajo. Todd, el bajista del momento de Anthym, no era un buen músico, a pesar de que proveía el P.A. System de la banda. Pero Hillel, Alan Mishulsky (el otro guitarrista) y Jack Irons, el baterista, eran auténticos talentos musicales, por eso Hillel estaba buscando lo mismo para el bajo. Cuando Todd concurrió al ensayo un día y vio al pequeño Mike tocando canciones de Anthym con el bajo de Todd y utilizando su amplificador, el tomo su equipo y dejo la banda. Por eso Mike entro a tomar su lugar. Antes de que ellos empezaran a tocar, fui a Hillel y le pregunte si podía presentar a la banda. En verdad, obtuve la idea de Blackie, quien había estado presentando a sus bandas amigas con cómicos e irónicos discursos del tipo de los que ves en Las Vegas. Hillel aceptó, y para mi primera presentación, utilice uno de los métodos clásicos de Blackie. Utilicé a Cal Wortthington, que se había hecho famoso en L.A. por sus discursos pegajosos de la noche sobre avisos de autos usados. “Damas y caballeros, Cal Wortthington los llama los mejores rockeros de L.A. Sus padres los llaman locos, y las chicas los llaman todo el tiempo, pero yo los llamo como los veo, y yo los llamo Anthym” Grite. Después me fui volando del escenario para ir a formar parte de la audiencia y baile durante el show completo. No me importaba ni un poco si yo era la única persona bailando, estaba soportando el arte de mis amigos. Pero en cuanto me hice más fan de la banda completa, sentía que era entre Mike, Hillel y yo. Hillel conocía a Jack y a Alan desde mucho tiempo, pero cuando nos conoció, 64 sintió que nosotros éramos sus muchachos. Una razón era que Hillel estaba en marihuana, y los otros chicos no. Estábamos dentro de lo no saludable y éramos un poco más independientes, y Alan y Jack eran mas como unos nenes de mama. Entonces Mike, Hillel y yo nos convertimos en los reales Tres Mosqueteros para los próximos dos años de la secundaria. Para nuestra propia diversión, creamos identidades alternativas, tres mexicanos que hablaba con unos acentos Cheech y Chong estilizados. Yo era ‘Fuerte’, Mike era ‘Pequeño’, y Hillel era ‘Flaco’. Juntos, éramos ‘Las Caras’. Éramos una ganga, pero no una mafiosa, éramos una ganga cómica. Pasábamos horas y horas actuando como esos personajes, y eso nos ayudo a desarrollar un sentido de amistad que duraría por años. Mientras tanto, mi relación con Haya estaba progresando, pero no tanto como mi unión con Mike y Hillel. Todavía teníamos un gran problema, yo no era el lindo y simpático chico Judío que su familia había querido. Nunca olvidare la forma en la que me explico la situación: “Así son las cosas, te amo. Eres mi hombre, pero mis padres nunca lo van a saber porque ellos no quieren que salga con un chico que no es Judío. Por eso tanto como ellos no estén de acuerdo con eso, tu y yo seremos mejores amigos, y trabajaremos en cosas de la escuela juntos y listo. No seas afectuoso conmigo cuando nos veamos. Solamente actúa como mi amigo.” Era difícil. Su padre no me hablaba ni una palabra. Su madre era más cordial, pero ambos sentían algo incomodo en sus vidas, y eso era yo. Yo podía ver siempre como su represión se manifestaba por si mismo en la mente de ella. Tanto como ella trataba de no limitarse en el mundo conservador de sus padres, ellos tenían un fuerte lazo con ella, una unión contra la que ella podía pelear, pero a pesar de que ella empujara en contra, nunca la rompería. Ella era su hija. Yo sabía que ella me amaba, pero estaba asustada de no llegar demasiado lejos con ese amor. Durante el grado 11, estaba loco por hacerle el amor. Yo había tenido todas las diferentes experiencias sexuales, pero nunca una basada en el amor verdadero. Sabia cuan divertido era hacerlo, pero ahora había una oportunidad de hacerlo en serio. Estaba tratando de hacer que ella duerma conmigo, pero no quería, “No, dame mas tiempo, aún no estoy lista. Hay un problema sobre control-natal”. Ella continuaba poniendo la misma excusa, y eso se transformo en un habito “Ahora esas lista?”. Por ese tiempo, ella hacia el trabajo con sus manos, en lo cual era bastante buena, pero yo quería tener a esa chica en mis brazos mientras estaba adentro de ella. Eso era insoportable. Ella era mi mundo. Yo la adoraba. Había hecho todo por ella. Pero ella no estaba cediendo. Siete meses en la relación, fuimos a una cita, yo estaba usando las mejores prendas de vestir y había peinado mi pelo de la mejor forma que pude. Volvimos a mi cuarto sin intenciones de que pase algo, y ella empezó a besarme. Nos sacamos nuestra ropa y estábamos básicamente adentro de una esfera de amor, livianez y calidez, y el resto del mundo desapareció. Fue mejor de lo que yo pude 65 haber soñado, era la cosa que yo había estado buscando, ese amor combinado con el sexo. Una vez que Haya y yo empezamos a tener relaciones sexuales regulares, yo no podía estar más feliz. Quería tener sexo con ella todo el día y toda la noche, todos los días y todas las noches. Si yo no la veía por un tiempo, lo único que podía pensar era cuando volvería a estar con ella. Cuando me iba de viaje a Michigan, no podía esperar a verla de nuevo. Cada canción que escuchaba era sobre ella. Nosotros teníamos nuestras canciones especiales: “Héroes” de David Bowie y “Here, There and Everywhere” de los Beatles. Mi año en Fairfax estaba plagado de contradicciones. Mis amigos y yo éramos definitivamente en una realidad aparte, viviendo bajo nuestro propio código moral, uno de esos ítems era ‘Roba-tus-comidas’. Mike y yo desarrollamos un método de robo de comida que fue implacable por más o menos dos años, hasta que los supermercados finalmente nos descubrieron. Yo iba al supermercado y llenaba una canasta roja de plástico con las mejores provisiones que ellos vendían (filet mignon, costillitas, coñac, etc). Después llevaba mi canasta hasta la zona en donde estaban las revistas, que estaba directamente adyacente a la entrada. Yo tomaba una revista y ponía mi canasta en el suelo y, mientras estaba hojeando la revista, deslizaba la canasta lentamente por debajo del riel de cromo. Después Mike, que había estado esperando afuera, entraría y tomaría la canasta, y se dirigiría directamente hacia la salida. Rápidamente tuvimos ocho pies de alto de canastas rojas vacías detrás de mi casa, una demostración de nuestra habilidad sin fin de alimentarnos con estilo. Todavía utilizábamos nuestro clásico y verdadero método, ‘Métete-botellas-enlospantalones’ para robar bebidas alcohólicas. Una vez mejore el estilo y me robe un par de skis. Fui a la parte de atrás del local de cosas deportivas y pregunte, “Cual es el mejor par de skis que tienes en este negocio de mi talle?”. El vendedor dijo “Bueno, estos skis de carrera”. Espere a que el se fuera, y tome el par de skis y camine directamente a la puerta de adelante. Había pensado que si caminaba adelante del cajero, ellos pensarían “Esta llevándose algo que ya ha pagado, porque el no esta deteniéndose”. En algunos aspectos, nuestros impulsos antisociales estaban siendo influenciados por la música que estábamos escuchando. Cuando empecé en Fairfax por primera vez en 1977, el punk-rock recién se estaba haciendo sentir en Los Ángeles. Pero era una pequeña subcultura. Blackie, estaba involucrado en el eje cortante de la nueva escena musical. El era una de las primeras personas en frecuentar un punk-rock club llamado “The Masque”, que estaba ubicado en Hollywood Boulevard. Cuando fuera los grupos de punk-rock de New York irían a la ciudad, tocarían “The Whisky”, y Blackie y yo estaríamos siempre alojados en el Tropicana Motel, un sucio, viejo y clásico paraíso en 66 Santa Monica Boulevard, el cual era donde las bandas se alojaban y las fiestas se llevaban a cabo. Por esa época, mi disco favorito era el primero de Blondie. Cada una de esas canciones tocaba mi alma fuertemente y yo estaba totalmente enamorado de Deborah Harry. Entonces, cuando Blondie vino a la ciudad, nosotros fuimos al Tropicana para la fiesta. Ellos tenían una suite, y Debbie estaba en el cuarto de adelante. Empezamos a hablar y yo estaba tildado, completamente derritiéndome. En mi estado de desilusión pensé “Esto es una oportunidad que se da una vez en la vida. Capaz que nunca vuelvas a ver a esta mujer de nuevo. Mejor haz tu mejor movimiento”. Con la completa seguridad y apoyo dije “Yo se que no te conozco desde hace mucho tiempo, pero, te quieres casar conmigo?”. Ella sonrió y dijo “Eso es algo muy amable de tu parte para preguntar. Creo que eres un gran chico, pero no se si sabes esto, ese guitarrista que estuvo tocando esta noche, que esta por allá atrás en el cuarto… Bueno, ese es mi esposo. Estamos felizmente casados, y no se si realmente tengo lugar en mi vida para otro hombre”. Estaba destruido. Mike y yo comenzamos a frecuentar la escena punk por necesidad. Cortamente después de Fairfax. Había llevado a Mike al Rainbow una noche. Antes de ir allí, bebimos un montón de cerveza Michelob. Yo tenia tolerancia por el alcohol, pero el aparentemente no. Estábamos sentados en la mesa de Blackie, y las chicas estaban ahí, y la música estaba sonando, y Mike me miro y dijo “No me estoy sintiendo muy bien”. El empezó a correr hacia fuera, pero antes de estar lo suficientemente afuera, empezó a vomitar por todo el Rainbow. No era algo que ellos querían de dos menores en su establecimiento. El vomitó durante todo el camino al estacionamiento donde lo dejaron. Después vinieron por mi y dijeron “Véte de aquí con el. Nunca volverás a venir aquí de nuevo”. Intente volver durante un año, pero ellos todavía se acordaban. Era tiempo de buscar mi propio escenario. Mi primer concierto de punk-rock fue en un show de día en el Palladium. Devo estaba tocando con “The Germs”. Estaba parado atrás, fascinado. La música era muy buena, esas personas lucían increíblemente, un caso demasiado cool para mí, no había manera de que yo fuera aceptado por esa multitud porque ellos estaban a años luz más adelantados que yo en términos estilísticos. Recuerdo que estaba caminando hacia un lado del escenario, donde la gente estaba entrando y saliendo de la parte de atrás de el, y había una chica con un corte de pelo muy punk-rock, y estaba tomando unos pins de seguridad y perforando su cachete con ellos, uno después del otro. Eso era nuevo para mí. Mike y yo comenzamos a intentar escurrirnos en esta nueva escena, donde, no como en Rainbow, yo no tenia poder. Había una explosión de maravillosas bandas en L.A. en esa época, “X”, “The Circle Jerks”, “Black Flag” y China White, pero la lista podía seguir. 67 La energía era ilimitada, más creativa y excitante e importante que nada que alguien haya visto antes. Moda adecuada, energía adecuada, baile adecuado, música adecuada, era como el comienzo del Renacimiento en mi propia ciudad. El rock se había convertido en una bestia envejecida y aburrida, lista para morir, y ahora había una fresca, enloquecedora sangre fluyendo a través de las calles de Hollywood. La primera onda de punk-rock ya había pegado, pero había una segunda llegando. No era un ámbito hard-core violento, como las bandas de Orange County. En Hollywood era mas basado en creatividad y originalidad. “The Screamers” y “The Weirdos” eran dos de las primeras bandas de punk-rock de Hollywood, pero no sonaban parecido. Lo que esas bandas compartían era un elemento de anarquía y disconformidad. El primer disco de “X”, o todos los discos de “Black Flag” de esa época, eran obras maestras. Las letras de Darby Crash para “The Germs” eran lo mejor que podías obtener en el mundo del punk-rock. El estaba sobre otro nivel de inteligencia, Entonces Mike y yo estuvimos en el estacionamiento de Starwood, probablemente el mejor lugar para el punk-rock en ese entonces, y empezamos a meter nuestras narices a través de la puerta de ese mundo. El Starwood era un club peligroso como para infiltrase adentro, pero había una puerta al costado, cerca del estacionamiento, vigilada por un patovica. Si una pelea se llevaba a cabo y su atención era puesta en eso, nosotros nos escurriríamos tan rápido como pudiéramos. A veces, si una multitud de gente estaba ingresando, intentábamos avanzar junto a ellos cubriéndonos. Cuando no nos podíamos meter en el show, nosotros intentábamos insistir en el estacionamiento, pero ninguno de nosotros tenia mojo o juego, entonces teníamos que mirar como la gente ingresaba. Nadie nos invitaba a pasar. Una vez Mike y yo nos colamos en Starwood para un show de Black Flag. Éramos dos peces fuera del agua. Amábamos esas bandas, pero estábamos enteramente mal vestidos y ni siquiera bailábamos como todos los punks. Esos chicos tenían esas botas buenísimas con cadenas enganchadas alrededor de ellas y la combinación perfecta de ropas rotas y peinados puntiagudos. Mike y yo teníamos suerte de tener una sola campera de cuero entre los dos. Black Flag hizo un show maravilloso. Tenían un tipo sobre el escenario llamado Mugger que estaba a cargo de la seguridad. Cada vez que alguien intentaba saltar sobre el escenario, bailar un poco y después bajar, Mugger los atacaba en una brutal pelea de puños. Durante eso, la banda no perdía el tiempo, claro. Un tipo intento pasar a Mugger para entrar al escenario. El voló directamente hacia donde estaba yo, y yo fui golpeado en la cabeza con su bota de metal pesada. Casi me desmayo. Una de las razones por la cual no habíamos dado el primer paso dentro de ese ámbito era porque en algunas formas, todavía éramos los estudiantes modelos de Fairfax. Por lo menos yo lo era. Eso era una extraña oposición. Fumaba toneladas de marihuana, tomaba pastillas y me emborrachaba en los fines de semana. Pero nunca me pasaba de 68 la raya. Nunca faltaba al colegio. Era importante para mí ser un chico ‘10’. En una forma, era un rebelde por tener buenas notas, porque los otros drogadictos y borrachos no tenían calificaciones. Yo no quería ser como ellos. Cuando fui Junior, me dieron mi boletín, el cual tenía un camino de 8, 9 y 10 desde arriba para abajo, lo cual amé. Quería ser el mejor en lo que fuera que este en frente mío. En mis tiempos, no quería necesariamente estudiar durante horas para tener buenas notas, pero quería hacer lo suficiente al último minuto. A esta altura de nuestras vidas ya estábamos pensando en ir a la universidad. En el final de mi año, mis notas estaban empezando a decaer, y tuve que ir a lo de la señora Lopez, mi profesora de español, y suplicar, prestar y robar para obtener un 6. Mike estaba teniendo sus propios problemas con las notas. El siempre estaba en el medio, entre ser un estudiante brillante o en ser un burro absoluto. En nuestro ultimo semestre el estaba en la clase de historia honores de Don Platt con Haya. Platt era un general que sabía lo que hacia quien tenía control absoluto de su clase. Era pelado pero en buena forma física, con un bronceado perfecto, y suave estilo Gavin MacLeod. Mike y yo habíamos estado corriendo como locos la semana antes del gran final, y el no estudiaba, entonces se copiaba. El último tipo del planeta Tierra que no te gustaría que te descubriera copiándote era Don Platt. El no tenía miedo de llamarte en frente de la clase y humillarte. Eso fue lo que le hizo a Mike, que salio de clase ese día blanco como un fantasma. Tener un 1 en la clase de Platt ponía a Mike en un importante descenso de sus chances de tener un buen promedio final. Pero eso no era mi preocupación. Yo estaba ya involucrado en la universidad con mi notas. En realidad, planeé ir a lo de Don Platt por un consejo, por eso iría a la UCLA. Había sido un estudiante de Platt por tres años, y había pasado cada una de esas clases, por eso sabia que el me iba a dar la mejor de las recomendaciones. Días después, fui a verlo después de la escuela, y el no tenia una cara de bienvenida para mí en su rostro. Le pedí que escribiera la recomendación, y fue como si ya tuviera el discurso preparado. “Nadie asociado con Michael Balzary es un amigo mío, ni siquiera si el quiere un consejo de mi parte. Por todo lo que se, tu y Michael se han estado copiando todo el tiempo que estuvieron en mis clases”. Era absurdo. Yo era probablemente el mejor estudiante que el había tenido en diez años. La única vez que tuve un problema con el fue en mi primer semestre. Había elegido hacer una exposición oral en Uriah Levy, quien era un extraordinario oficial naval americano. Durante el curso de mi investigación, descubrí la derivación de la palabra “fuck”. Vino de los tempranos cuadernos navales que el capitán conservaba. Si un miembro era castigado por tener relaciones sexuales, era anotado en el cuaderno como “FUCK” (For Unlawful Carnal Knowledge). Eso era una realidad demasiado buena y conflictiva para compartir con la clase. Entonces estaba en frente de la clase exponiendo Uriah P. Levy y la marina, y todo eso 69 era Monty Pythonesque para mí. Llegue a la parte de las ofensas castigables y camine hacia el pizarrón de tizas y escribí “F. U. C. K.” con letras enormes. Mire al señor Platt, y la sangre estaba corriendo hasta la parte superior de su cabeza pelada, pero nunca sonreí y continué explicando el concepto. Mientras tanto Mike y la clase comenzaron a distraerse, pero no había nada que Platt pudiera hacer. Lo tenía. Ahora el pensaba que me tenía. Trate de preparar mi caso para la recomendación, pero el no estaba entendiéndome. “Allí esta la puerta” dijo. Caminé hacia la salida confundido. Últimamente también pensaba en el profesor de Geometría, el era suficientemente bueno como para escribirme una buena recomendación. Pero todavía tenia que emparejar mi asunto con Platt. En algún momento durante ese semestre, me había encontrado con algunas cajas grandes negras de tarjetas y con unas letras de plástico para marquesinas de color rojo. Pensando que podrían ser útiles para un proyecto de arte, me las quede. Al final de la semana del Memorial Day, la noche anterior se suponía que debíamos regresar a clases, Mike y yo estábamos paseando por ahí, volados por tanta marihuana, escuchando música, cuando una brillante idea vino a mí. Conducimos hasta llegar a la marquesina en frente de Fairfax High y yo empecé a trepar por un poste, armado con las letras inapropiadas. Después deletree y arme ‘Don Platt chupa culos’, y llene de aceite el poste y el exhibidor por si alguien quería sacar el mensaje de la marquesina. Miramos el cartel, nos felicitamos, y fuimos a casa a dormir. Al otro día fuimos a la escuela y había una intensa conmoción alrededor de la marquesina, la gente sacando fotos y los obreros tratando de sacar el aceite y las letras de ahí. Nadie se acerco a nosotros para preguntarnos nada. No éramos sospechosos. Seguramente Platt había tenido a tantos chicos en contra que había mucha gente en abundancia con motivos para hacer eso. Al final del verano, decidimos dejarle un mensaje a las próximas promociones de Fairfax. Entonces fuimos de nuevo con la caja de letras, trepamos ese poste otra vez, y dejamos ‘Don Platt sigue chupando culos’. 70 Capítulo IV Debajo el sol bajo-cero Yo estaba encantado de saber que había sido aceptado en UCLA. No solo iba a ir a la misma universidad que mi padre, pero Haya, que pudo haber ido a cualquier universidad del país, eligió quedarse en casa e ir a clase conmigo. Era como si los planetas se hubieran alineado. Pero baje a la Tierra muy rápido. Nunca me sentí como en casa en UCLA. El cuerpo estudiantil estaba lleno de agrandados y chicos asiáticos que no eran sociables o divertidos para nada. Cada uno iba a lo suyo, todo el tiempo. No hice ni un amigo en todo el tiempo que estuve allí. Por otro lado, ir a clubs, salir de fiesta a la casa de Dond y salir por ahí con Hillel y Mike era mas importante para mi que la historia china, que era, no me preguntes porque, una de las asignaturas que elegí. Por encima de estos males generales, mis finanzas estaban completamente en lo mas bajo. No tenia ingresos excepto por los 20 dolares al mes que mi madre me enviaba. Así que, volví a mis antiguas prácticas. Cuando había que tener libros de texto, que eran increíblemente caros, iba a la tienda, llenaba mi cesta, iba hacia la salida, la empujaba mas allá de los sensores, después compraba unos chicles y recogía mis libros gratis afuera. Cuando había que comer, solía ir a la cafetería de la universidad, que tenía una gran selección de comida caliente y fría, y llenaba hasta arriba una bandeja. Antes de llegar a la caja, yo empezaba a ir hacia atrás de la fila, como si tomara cosas que se me habían olvidado, hasta que llegaba al final de la fila, entonces me iba fuera con la comida. Nunca fui atrapado. Hillel solía venir conmigo y se unía a mí porque estaba con un corto presupuesto también. Esas comidas conmigo eran probablemente, los momentos mas divertidos de mi carrera en la universidad. Ese año, Hillel, Mike y yo, perfeccionamos algo que llamábamos “cenas y carreras”. Nosotros elegíamos restaurantes que tenían muchos clientes y muchos camareros como The Canter de Fairfax. Solíamos comer nuestra comida y después individualmente salíamos por la puerta. Lo triste es que no nos parábamos a pensar que esos pobres camareros eran los que pagaban la cuenta, e incluso si el restaurante no les hacia pagar por nuestra comida, ellos perdían el dinero correspondiente a sus propinas. No fue hasta años después cuando yo tuve que examinar las consecuencias de algunos de mis tempranas conductas, que empecé a repararlo volviendo a esos lugares y poniendo algo de dinero en sus cajas registradoras. Hillel tenia mucho tiempo libre ese semestre porque no iba a la universidad después del instituto Fairfax. Solía encontrarlo después del colegio y pasaba el rato con el los fines de semana y fumábamos porros. Él era una flor tardía en el consumo de droga, pero le encantaba su hierba. 71 Yo disfrutaba del tiempo que pasaba con el, sobretodo desde que estaba seguro de que no iba a preocuparme por las clases. Odiaba todas mis clases excepto una: una exposición de redacciones en clase dada por una joven profesora. Cada semana teníamos que escribir una redacción que ella evaluaría. Aunque yo era el gran “lo dejo para mas tarde” y podía esperar hasta la noche de antes a que el papel esperara que pensara en el, me encantaba esa clase, tenía un 10 en cada papel, y como Jill Vernon, la profesora, podía quedarme después de clase y animarme a escribir mas. Si alguna de mis otras clases hubiera sido Consumo de Drogas Lúdico 101 o, todavía mejor, Esnifador de Coca avanzado, pude haber ido mejor en UCLA. Tenía 14 años la primera vez que aspire coca. Estaba en una de las fiestas de mi padre detrás de Palm Street, viendo a los adultos aspirando y me puse pesado para que me hicieran una pequeña raya. Al final de mi último año en Fairfax empecé a aspirar otra vez. Una de esas primeras veces, estaba solo en casa y me sentí tan excitado que llame a Haya. Le dije: “Este es el mejor sentimiento que he tenido. Tenemos que hacerlo juntos”. No lo veía como una carretera hacia la muerte y la locura, solo lo veía como sentimiento muy, muy bonito. Tan eufórico como ese sentimiento era la horrorosa bajada del chute. El infierno de Dante, diez veces. Caes en un oscuro y demoníaco, depresivo lugar, en un estado de agonía de incomodidad porque toda esa química que normalmente tenes que liberar muy lentamente para mantenerte cómodo en tu piel se ha ido. Esa es una de las razones por las que tome heroína unos años mas tarde. Se convirtió en la almohada de 250 metros para parar la caída de la cocaína. Nunca tuve algún remordimiento sobre el uso de agujas para tomar drogas. Una vez, incluso hice un chute en un extraño proyecto de arte. Estaba en Fairfax, y estaba peleado con Haya. Ella había estado ignorándome por un par de días, así que conduje hacia la tienda de su padre, donde ella trabajaba. Me puse en frente de su coche y a plena luz del día me pinché en el brazo y saque un par de centilitros de sangre fresca. Después camine hacia su coche, saqué un chorro de sangre en la palma de la mano, manche mi boca con ella e hice besos de sangre sobre todo su autoparabrisas y la ventanilla del conductor. Mi pequeño proyecto romántico funciono. Fui a mi casa y tenía una llamada: “Tengo tu mensaje. Estuvo muy bien. Te quiero mucho”. Desafortunadamente la sangre mancho el cristal y a pesar de varios lavados nunca pudimos borrar todos los trazos de esos besos de sangre. Yo estaba cómodo con las jeringuillas, pero mi dilema era como conseguirlas. Lo resolví un día cuando estaba caminando en un supermercado que tenia una farmacia. Ví un anuncio de insulina y una idea vino a mi cabeza. Me di cuenta de que si iba al cajero y actuaba como un diabético y pedía insulina primero, cuando preguntara por jeringuilas ellos no se harían ninguna pregunta. Yo le aborde y le pedí insulina Lente U 100, el farmacéutico fue al frigorífico y tomó una caja de insulina vial, y como estaba 72 volviendo le dije bruscamente: “Oh, deberías echar en el paquete 3 microfinas también”. Sin perder un segundo el echo algunas jeringuillas. Ese plan funciono para mí, años y años. Mi consumo de drogas incremento exponencialmente durante ese primer año en UCLA. Yo sabía que solo al bajar la calle estaba mi año académico, y eso era donde debía ir para mi educación, que incluía ir a cada concierto que podía pagar, ví a Talking Heads y The Police. Incluso fui a Nueva York con Dond a visitar a su familia y ver algunos shows. Era su cumpleaños así que tomamos algunos ácidos y fui a Tracks a ver a John Lurie y The Lounge Lizards, después al Bottom Line para ver a Arthur Blythe. Para nuestro asombro Blythe tenía a Kelvin Bell, el gran guitarrista de Defunkt tocando con ellos. El show fue increíble después de que se acabara, fui al bar y hable con Kelvyn sobre música y sobre su guitarra y los discos en los que sabia que había tocado. El estaba muy contento de entablar conversación sobre música con este chico de 18 años de Hollywood que estaba abrasado en acido. Yo estaba excitado porque Kelvyn era uno de las personas que había mantenido seriamente en la música. Dond tenia su álbum de Defunkt y cuando nosotros solíamos tener gente en casa, el solía ponerlo y decía: “Todos alrededor, Anthony va a bailar”. Y yo salía a hacer algunos movimientos. Bailar se convirtió en esa divertida competición para nosotros, hasta el punto que empezamos a hacer concursos de baile. Solíamos ponernos en evidencia en Osco’s una discoteca hip-punk-rock en La Cienaga, y Hillel, Mike y yo solíamos empezar el concurso. La mayoría de la gente salía individualmente con movimientos convencionales que había visto antes, pero nosotros saldríamos e inventariamos nuevos pasos. A parte de poner discos constantemente, Dond tenía también una guitarra eléctrica barata y un amplificador. En los fines de semana cuando no trabajaba de teleoperador en el servicio de atención al cliente de su padre, se solía sentar ahí y golpearía concentrado la guitarra eléctrica. El sabia algunos acordes, pero tenía un tono verdaderamente duro, así que cuando el empezaba a tocar, yo solía irme de la casa. Por entonces, un día Dond sugirió que el, Mike y yo debíamos formar una banda. El tocaría la guitarra, Mike podría tocar el bajo y yo cantaría. Aunque era mas un chiste que otra cosa, nosotros ensayamos unas pocas veces en el teatro de su padre en Hollywood. La mayor contribución a este proyecto fue el nombre. Nuestro amigo Patrick English solía referirse a su pene como “grifo”, y pensé que seria un fantástico apodo que yo fuera Spigot (Grifo) Blister. Dond se llamo Skid Mark y no me acuerdo el nombre de Mike. Nos llamamos Spigot Blister & The Chest Pimps. Los Chest Pimps eran los granos que residian en el pecho de Mike. Nuestros ensayos consistían más que nada en hacer ruido. Retrospectivamente fue mas un ejercicio de crear relaciones personales que crear música. No escribimos ninguna canción ni alguna letra. Sólo hacíamos ruido, gritos y golpear cosas. Finalmente perdimos interés en el proyecto 73 entero. Pero ver a Kelvyn Bell fue una inspiración para mí, y tenía un sentimiento distinto, aunque no tenia ningún medio concreto para alcanzarlo, todo lo que yo terminaba haciendo en mi vida era querer hacer sentir a la gente la forma en que esta música me hacia sentir. El único problema era que no era un guitarrista, ni un bajista y tampoco un baterista ni un cantante. Solo era un bailarín y un maniaco de las fiestas y no sabia muy bien como convertir eso en un trabajo. Cada intento que hacia incluso por mantener un trabajo se volvía un fracaso total. De vuelta a Fairfax, fui a través de una sucesión de pequeños trabajos de mierda cuyo plato fuerte era como de incapaz era de integrarme en la sociedad. Trabaje en una agencia de coleccionistas, trabaje para una tienda del país, incluso trabaje como camarero menor de edad en The Improv, pero me mantenía atrapado desde cada una de esas actuaciones. En UCLA estaba tan desesperado por el dinero que leí una nota en el tablón-de-anuncios-cutre-donde-podemos-explotar-a-los-estudiantes-yobtenertrabajo-de-ellos-por-nada de que una familia rica en Hancock Park necesitaba un paseador de perros para sus dos pastores alemanes. No me importaba sacarlos a pasear una vez al día, y no me importaba pasar el rato con los perros, pero era una situación patética tener que pasear esos perros por 25 dólares a la semana. Algún día durante ese primer año, no pude pagar más el alquiler a Dond. Así que me tuve que ir. Volví al mismo tablón de anuncios y encontré una nota que decía: “Alojamiento y comida para un estudiante, dispuesto a participar en el cuidado de un niño de 9 años. Madre soltera necesita ayuda para traer y llevar al niño al colegio”. La mujer vivía en una pequeña y pintoresca casa en Beverlywood. Era una madre joven que había sido dejada plantada por algúno y estaba sola con un niño hiperactivo con falta de atención que estaba medicado con Ritalín. Le guste inmediatamente. Mis responsabilidades no eran tantas. Básicamente asegurarme de que el niño iba al colegio por la mañana y era recogido por la tarde y servirle la merienda. Para mi era ideal. Tenia un techo sobre mi cabeza, algo de comida en mi estomago y una bonita habitación donde Haya pudiera visitarme regularmente y pudiéramos dedicarnos a algunas ruidosas sesiones de hacer el amor. Después de un tiempo, hice un vínculo con el chico. El debía haber estado un poco cambiado mentalmente, pero el no estaba hiperactivo ni sufría de algún desorden de atención. Yo había leído que cuando los adultos toman Ritalín, en vez de tener un efecto calmante, podría estimular en equilibrio químico post-adolescente. Una noche, Hillel y Mike vinieron y decidimos probar nuestras teorías. Efectivamente, en combinación con una buena botella robada de Vodka, estaríamos volados. Tomamos manos llenas de Ritalín y nos convertimos en tres cometas borrachas corriendo por todas partes. El chico paso un buen rato y cuando su madre y su cita llegaron a casa un poco “alegres”, ella estuvo con nosotros, sin darse cuenta de que estábamos colocados con la medicación de su hijo. 74 Finalmente, a pesar de eso, ella me despidió. Yo también tenía casi antecedentes en el colegio. Desde las primeras semanas, me había sentido distanciado de la vida en el campus, tanto que un intruso que yo conmemorativise el sentimiento con un discordante y extraño corte de pelo. Decidí cortarme todo el pelo muy corto excepto por detrás que estaba largo hasta los hombros. No estaba imitando a los jugadores de hockey, sólo era mi idea de un corte de pelo punky. Probablemente inspirado en David Bowie y su era pin-ups, menos en que no estaba teñido de rojo fuego, y no tenia tupé en la parte de adelante, yo tenía trasquilones. Para la gente de UCLA, era abominable. Incluso mis amigos estaban impactados por él. Pero Mike lo aprobó. El siempre decía que uno de mis grandes éxitos era que había inventado un corte de pelo. El peso de mi distanciamiento de UCLA vino después de ese año. Mike, Hillel y yo habíamos terminado uno de nuestros “cenar y correr” en Canters. Estábamos viajando en acido, vagando por las calles. Adelantamos un callejón y tropecé en todas esas ropas que hubieran sido descartadas por un vagabundo. Inmediatamente tuve un momento acido de claridad, me desnude y me puse este enorme y desemparejado conjunto de ropa. En cierto modo eran bonitas y majestuosas, los pantalones eran incluso de algún tipo de seda iridiscente estampada de rayas verticales. Combinada con el corte de pelo Spigot Blister, yo era una bonita vista. Lo lleve toda la noche, y por la mañana, fui a mis clases llevando este conjunto místico de vagabundo. Pero seguía estando con resaca del acido, así que me fui afuera y me tumbe en el césped. Haya me vio: “Que pasa contigo?” Me preguntó. “He estado toda la noche en acido y no podía arreglármelas con mi clase de astronomía ahora mismo” dije. “Estas horrible” dijo. Estaba en lo cierto. Estaba horrible y me sentía fatal, y ese fue el momento en el que me di cuenta de que no estaba yendo a cortarlo en este entorno. De lo que no me daba cuenta entonces era de que Haya y yo no lo íbamos a hacer, uno de los dos. Solía tener lamentablemente dos casos de infidelidad durante ese año en UCLA. El primero fue con una chica bien dotada en una fiesta. Ella continuaba viniendo a mi casa y no solía dejarme tranquilo. Antes de que saliéramos de fiesta una noche, la deje claro que yo estaba comprometido en una relación. Pero yo tenia una secreta sospecha de que nosotros dividiríamos una quaalude en algún punto de esa noche y regresaríamos a su apartamento. Ella empezó a hacer avances sexuales y recuerdo pensar “Voy a hacer esto, voy a dormir con esta chica, y voy a arrepentirme de ello para siempre.” Pero no podía pararme. Ella se desnudo, yo perdí todo el control, y dormí con ella. Tuve una buena temporada y después me sentí destrozado, desmoralizado y disgustado conmigo mismo después de todo. Sabes instintivamente que nada será lo mismo, y tienes que llevarlo contigo como una gran peso. La 75 siguiente vez que ves a tu chica, no puedes mirarla directamente a los ojos de la misma forma que lo hacías durante esos años antes. La segunda infidelidad era incluso peor. Estaba escribiendo una redacción para una de mis clases y necesitaba algo de ayuda y caí en la cuenta de que Karen, la hermana de Mike, tenia algo de experiencia en ese área. Me pongo mal del estomago solo de pensar sobre ello. Karen tenia una casa en Laurel Canyon y Haya me dejo allí. Una vez más estaba poniéndome en una situación peligrosa porque Karen era una gata salvaje. Por el tiempo que estuve allí, ella se había bebido una botella de vino, y se había comido una sopa de ajo, que no era una cosa que me agrade mucho. Pero ella estaba rodeando e insistiendo, y cuando tenés 18 años no hace falta mucho para provocarte o ponerte en una situación en la que no puedas frenarte. Así que nosotros terminamos teniendo un muy (para mi) jugueteo sexual atormentado. Una enorme cantidad de culpa, vergüenza y autodecepción le siguieron inmediatamente. No quiero decir que esos episodios destruyeran mi relación con Haya. Yo estaba capacitado para encapsularla en un envoltorio protectivo de materia gris y entendí que eso no significa nada más lejos de la forma en la que me sentía con ella. Pero había bastante equipaje en nuestra relación, que parecía finalmente acabar con el. El mayor problema seguía siendo el conflicto entre su lealtad a sus padres y sus sentimientos hacia mí. Las voces de desaprobación de sus padres estaban siempre en su mente. Y si las actitudes de sus padres eran más inflexibles, nuestra relación progresaba. Una noche cuando yo estaba viviendo en la casa de Dond, Haya y yo pasamos unas cuantas gloriosas horas juntos. Estábamos bajo la impresión de que sus padres pensaban que estaba en alguna otra parte, así que ella estaba contenta. Estabamos tumbados en la cama, hablando y riendo, y se estaba haciendo tarde y entonces sonó el teléfono. Tomé el teléfono, esperando que fuera Dond, pero la voz masculina al otro lado terminó siendo tan fría como el hielo y tan dura como una roca. Podría haber sido un verdugo. ”Anthony! Pon a Haya al teléfono” La miré y ella supo que tenia que tomar el teléfono. Empezó a escuchar a su diatriba sobre como ella no estaba bien y como el debería repudiarla, y ella empezó a llorar. Intente decirle que la quería y que ellos no tenían los mejores intereses para ella, pero ella solo suspiro y dijo “No, esta es mi familia. No puedo darles las espalda” y ella fue casa con la gente que le estaba haciendo eso. Al final del primer año en UCLA, Haya y yo habíamos empezado a hablarnos sobre que íbamos a hacer. En un punto, Hillel me había dado una Chai, una letra hebrea que significa vida, y yo la llevaba en una cadena alrededor del cuello. Suponía que el padre de Haya estaba lo suficientemente desconcertado como para invitarme a su casa y hablar sobre mi procedencia. Yo explique que yo era más que nada Lituano y eso le 76 gusto. ”Sabías que antes de la IIGM el 10% de la población de Lituania era judía?” dijo. Después fue a su librería y sacó algún libro genealógico lituano e intento desesperadamente encontrar la posibilidad de que yo tuviera alguna conexión con la sangre judía. Le seguí la corriente, pero yo sabia que era una causa perdida. Haya y yo estábamos teniendo esas conversaciones, que se estaban poniendo serias y tristes, porque ella estaba repitiendo en el instituto, y bajo la dominación de su familia, pero nosotros estábamos locamente enamorados el uno del otro. El estrés del instituto y su única dinámica familiar fue dejando secuelas en nuestra vida sexual. Yo estaba terriblemente herido y confuso, y mi ego y confianza sexual empezó a menguar. Poco a poco, nuestra relación estaba desintegrándose, no de una forma inmadura pero si de una forma profunda, cuando ambos tranquilamente comprendimos que nuestros mundos debían seguir separados y no debía haber un futuro para nosotros. Terminamos teniendo nuestra última conversación en la casa de Hillel, que se había convertido en un santuario para mí durante ese incontrolable año. Hillel nos dio su habitación y Haya y yo nos miramos el uno al otro cuando dijo: “Sabes? Esto realmente no va a funcionar”. Luego nos tumbamos en la cama de Hillel abrazándonos fuerte y llorando por lo que parecían unas horas, porque ambos sabíamos que este gran amor iba a llegar a su final. Nunca tome la decisión de dejar UCLA al finalizar el primer año. Mis clases estaban terminadas y una vez más fui a ese tablón de anuncios de trabajo. Esta vez encontré algo interesante. Era un trabajo de chico-de-los-recados para una empresa de arte grafico para películas, en el pagaban 10 dólares la hora, que estaba por encima del salario mínimo. La empresa tenía una pequeña oficina en La Brea. Las oficinas eran modernas y de alta tecnología. El dueño, David, tenía la manicura hecha, parecía limpio y claramente gay. Mi entrevista con el fue buena (Estoy seguro que no le molesto que fuera un dieciochoañero masculino) y comencé a trabajar al día siguiente. Mi trabajo consistía en su mayor parte en llevar los rollos a revelar, estar a cargo del insignificante dinero en efectivo, y hacer cualquier cosa que David quería. Esta era una de las primeras compañías especializadas en gráficos animados para anuncios o logotipos. David había entrado en la planta baja de una animación por ordenador y había hecho una fortuna. Aunque yo solo era un chico de los repartos, él me tomo simpatía y comenzó a explicarme esas complejas animaciones graficas. No era una cosa sexual, desde el primer día nosotros habíamos abierto unas conversaciones de hétero a homo sobre el atractivo de los hombres y las mujeres. Aunque yo era la personificación del tipo de chico que el siempre estaba buscando, el nunca me acoso sexualmente o me hizo sentir incomodo en el lugar de trabajo. No me llevo mucho tiempo aplicar mi destreza de toda la vida de sacar ventaja de las 77 situaciones, así que cuando el me envió a comprar cosas personales para su casa, como una colcha nueva, yo solía pedir dos del mismo articulo y quedarme una para mi. Nunca nadie pareció darse cuenta. Y desde que el tenia una casa en las colinas, un Ferrari y un Porche no pensé que le importara. Debió haber visto mucho mas de lo que yo era y mucho menos de lo que yo pensaba con lo que me estaba escaqueando, porque el no era un idiota, pero me dejaba deslizarme, lo dejaba pasar. Para mi eran como unas vacaciones de verano, y estaba haciendo dinero tan rápido que no podía gastarlo. Mike trabajaba en una clínica veterinaria y nuestro amigo Johnny Karson, que solía pasar el rato con Mike y conmigo, había soñado que teníamos nuestra propia casa en Hollywood, así que decidimos hacer un fondo común con nuestros recursos y alquilar una bonita casa muy cerca del famoso Café. Nos instalamos en la casa, pero tres semanas mas tarde, una casa incluso mejor, mas abajo, fue puesta en alquiler. Tenía un jardín grande, y era 200 dólares mas barata. Así que saltamos del barco, luchamos para mantener nuestro seguro del depósito del banco, y nos mudamos calle abajo. Muy pronto fue evidente que Johnny era el que sobraba, desde que tenia una vida laboral de 9 a 5 en Warner. Mike y yo no permitimos a nuestros trabajos bloquear el camino de nuestras fiestas, que hasta en la primera casa consistían en aspirar un montón de cocaína. Solíamos volar con un B-Side de The Police: “Fall Out”, y entonces Mike y yo solíamos aspirar la coca y correr por la casa en un estado temporal de euforia mega-feliz. Solíamos levantar los brazos en alto, sobre el aire para frenar el riego sanguíneo y empezábamos a parafrasear “Oh Dios mió, Dios mió! Esta es una buena, esta es una grande! Esto debe ser demasiado, Oh! No!, No es demasiado, estoy bien, estoy bien, Oh! Esto es increíble” y después solíamos cantar junto con la canción. Un ciudadano normal, no chutado de coca, tenía que tratar con esos dos locos que estaban prestando más atención a su propio mundo que al mundo exterior. Cuando Johnny planeo ir a esquiar a Mathmount por unos días, Mike, Hillel y yo decidimos tener la fiesta que finalizara a todas las fiestas. Mike y yo fuimos en una borrachera de una bebida robada y abastecimos la casa. Después la vaciamos, sacamos los muebles fuera de la casa, así habría más habitación para bailar. Hillel nos ayudo a distribuir folletos y yo puse con cinta adhesiva, grandes letras en el suelo de la habitación que deletreaban B - A - I - L – E. Mike había estado almacenando como una ardilla esas píldoras de colores de la clínica veterinaria, no para consumirlas, solo como un recuerdo. Teníamos un mantel-cofre que recorría la casa por dentro. Así que alternamos el estampado con píldoras azules, amarillas y rojas a lo largo del mantel, creando una especie de efecto jardín-derocasjaponés. Después llego la multitud, las bebidas comenzaron a fluir, la música estaba 78 bombeando y la gente bailaba y desaparecía en las habitaciones o se marchaba a los arbustos y se convirtió en la mejor fiesta en la que hubiera estado, y mucho menos montado. Cuando llego la noche todos empezaron a consumir píldoras, sin darse cuenta de que eran para el estreñimiento de los perritos, la psicosis felina o para lo que fueran. Al parecer, la casa tenía vida propia, como si su energía palpitara hacia fuera de las ventanas, al mundo. Distribuimos algo de tiempo antes de la mañana siguiente, y cuando llegamos, Mike y yo miramos alrededor. Era una zona de guerra. Los suelos estaban cubiertos por 3 centímetros de una sustancia pegajosa, había comida y trozos de píldoras, vómitos y botellas de cerveza vacías, colillas y escombros en general por todas partes. Sabia que Johnny venia a casa por la noche, así que tomé algunos trapos, un balde, agua y jabón y fui por toda la casa, el día entero limpiando cada rincón y grieta. Cuando termine, parecía que no había venido nadie. Aunque era capaz de seguir con mi trabajo en la empresa de artes graficas, me había convertido definitivamente en un adicto a la cocaína. Teníamos un suministro suficiente y constante, porque ambos, (Mike y yo) estábamos ganando dinero y el era capaz de suministrar lo que compramos con las clases de bajo por coca a alguien en el Topanga Canyon. Yo esperaba los días que el daba clases, porque en cuanto acababa la lección, nos solíamos aspirar la cocaína. Nunca había suficiente para estar más de una hora, pero tenía la gran necesidad de tener esas drogas en mí. La adicción estaba en su efecto completo. No estaba físicamente débil, pero psicológicamente quería cocaína constantemente. Mi creciente uso terminaba explotando en algunos episodios de completa psicosis cocainita. Una vez me apropie de un montón de coca y me la aspire solo en una noche y parte del día siguiente. Estaba solo en mi habitación y me convencí de que alguien había entrado en la casa a plena luz del día. Después empecé a tener alucinaciones visuales de ese intruso andando por la casa. Me apresuraba habitación por habitación, convencido de que él había saltado por la ventana en el momento en que entre a la habitación. Así que pensé: “Ok, se como tratar con esto”. Trepe al tejado de la casa, con un neumático viejo de coche, pensando que atraería al intruso afuera y entonces le tiraría el neumático de forma que encajaría en él y lo inmovilizaría, como en los dibujos animados. Afortunadamente, Mike llego a casa y me dijo que bajara al suelo. No solo abusaba de la cocaína. En esa época, conocí a una chica punk-rocker que me pregunto porqué aspiraba cocaína si por 20 dólares podría aspirar speed y estar colocado durante dos días. Termine pasando la noche con ella. Aspirando speed y estando súper volado. Cada vez que tomaba speed, coca o incluso speedball, algo giraba en mi cabeza. Y no importaba lo que estaba haciendo o con quien estuviera, solía agarrar una lapicera, un marcador o lo que sea y empezaba a dibujar en un papel, una tarjeta o en las paredes de la gente, donde fuera. Solo dibujaba el minuto en el 79 que esas drogas me golpeaban. Y si no estaba pintando, estaba teniendo sexo. Durante ese verano del 1980, la heroína no se había convertido en la droga más importante. Recuerdo ir a Al’s BAR con Mike y ver una mesa entera de jóvenes punkrockers que no estaban haciendo nada y pensé, eso no parece muy divertido. Pero había otra voz en mi cabeza que me hablaba una y otra vez, que dijo: “Tenés que encontrar algo de heroína otra vez. Esa es la droga de la que la gente está asustada, así que tiene que ser la mejor droga”. No recordaba con cariño mi experiencia a los 14 años con esa raya de heroína china blanca. Estaba mas en la idea de tomarme una droga verdaderamente revolucionadota. Un día llego alguien nuevo a trabajar. Parecía un cantante rockabilly con un tupé y unas grandes Roy Orbison oscuras. Tenia la piel muy clara y una conducta extraña. Le pregunte a mi compañero Bill que pasaba con él. “Eso es lo que pareces cuando tomas heroina” dijo. Bingo. Aquí mi conexión con el mundo de la heroína. Después de unos días, me acerque al chico y dije: “Puedes conseguirme algo de esa jodida heroína?” y el dijo: “Por supuesto, claro que si!. Los yonkis siempre quieren nuevos drogones porque pueden venderles. Así que hice planes para consumír heroína esa noche en mi casa. Estaba tan emocionado que me apresure a casa y le dije a Mike y a Johnny que iba a traer heroína esa noche. “Qué? No puedes mandarte heroína! Te vas a morir!” me advirtieron. Les dije que esa persona iba a venir también a tomar heroína y estaban tan intrigados que decidieron que debían mirar como lo hacía. Esa noche el vino y se quedo desconcertado de ver una audiencia sentada en sillas alrededor de la mesa de la cocina. Pero saco las cucharas y siguió el ritual completo de cocinar esa dosis Persa, que nunca había visto antes. Porque tenia aceite y necesito un limón para cocinarla. Primero tomó el y un poco colocado dijo: “Es tu turno” Era marrón. Nunca había tomado antes algo que fuera marrón. Todos los que sienten hormigueos calambres, se pregunta si van a morir. Lo tomé pero no sentí mucho. Le pregunte si tenia mas y dijo que si, pero que sería la última dosis. Me dio más y seguía sin tener ese gran sueño de ve-hundete-en-el-sofa-y-duerme-24-horas impaciente del opio. Después descubrí que la dosis que el se tanteo era muy poca, era decididamente por debajo de lo esperado y no encendió mi fuego o me inspiro para seguir buscando mi conexión con la heroína. Fue una perdida de dinero, y el gran espectáculo de hacerlo delante de mis amigos esfumándose, y todos se fueron. En el otoño de 1981 aunque no había tomado una decisión consciente, ya no fui más, un estudiante de UCLA. La escuela no cabía en este atroz estilo de vida de drogadicción, e ir a clubes que estaba llevando y desde luego no me sentía como un estudiante. Había cambiado mi extraño, Spigot Blister, corte de pelo por un rapado. Había estado viendo rapados por los pubs y pensé que parecían guau, así que fui abajo 80 a la Bud’s Flattops Bulgaro en la avenida Melrose. Y por 4 dólares me afeitaron todo por los lados y dejaron 2cm de pelo tieso por encima de mi cabeza. Cuando lo hice, era como si hubiera borrado todos mis lazos con el pasado. Ahora era un loco, punk rocker fuera de control. Cuando lo enseñe en el trabajo al día siguiente, David estaba asustado: “Oh, Dios mío, te has cortado el pelo” dijo. Entonces cuando sonó una canción de Devo por la radio, le di vueltas todo el tiempo y empecé a bailar por la oficina. "Es un baile muy violento", dijo inquieto. Pero yo estaba fuera de si, en mi nueva identidad. Todo el tiempo que estaba trabajando, echaba mano de la insignificante calderilla que tenía para meterme más y más cocaína, beber montones de alcohol y tomar montones de píldoras. No veía lo que estaba pasando, pero las ruedas descarrilaban fuera de mi. No me importaba el trabajo, ni mi salud, ni las responsabilidades, como pagar el alquiler. Estaba en un tren fuera de control. El truco irónico y cósmico de la drogadicción es que las drogas son muy divertidas cuando las tomas la primera vez, pero con el tiempo las consecuencias se manifiestan y pierdes la postura de decir: “Bueno, voy a parar esto”, has perdido esa habilidad y has creado este patrón de condicionamiento y refuerzo. Nada es importante cuando las drogas están involucradas. Después de decir que estaba enfermo varias veces, David me despidió. Me sentí muy triste al decepcionarlo. También estaba triste de que la gallina de los huevos de oro se hubiera ido. Pero tenía más malas noticias. Al parecer Johnny consiguió una copia del folleto de nuestra fiesta que llego al dueño de la casa. Le dijo que distribuimos en las tiendas de discos de Melrose y que era una fiesta salvaje que puso en peligro la casa. Mientras tanto Johnny habia elegido 2 nuevos compañeros de piso. Por ahora su procedimiento de deshaucio funciono. Estábamos preparados para irnos. Nuestras vidas comenzaron una autodestrucción hasta el punto en el que no podíamos pagar la renta regularmente. Antes de abandonar la casa, me las arregle para reunir juntos algo de dinero para comprarme un coche de segunda mano. Había estado usando un Capri que Steve y Peggy me regalaron en mi graduación. No lo mantuve nunca, así que en el último año se quedo sin silenciador y no tenía frenos. Una mañana el coche se paro, y cuando mire el aceite, estaba completamente seco. El automóvil entero se volvió una piedra, así que le dije adiós a mi coche, le agradecí los dos años de fidelidad, servicio libre de accidentes y abandono en la calle. Tomé una copia del The Recycle y encontré un bonito T-Bird del ‘62 por 600 dólares. Era grande, malo y en su momento, se convertiría en una cama móvil para mí. Por alguna razón no nos desconcertó cuando Mike y yo nos encontramos en la calle. En esa época, el concepto de dormir no tenía mucho sentido para nosotros. Todos esos clubs estaban abiertos y una completa escena punk rock estaba en vías de desarrollo 81 en Hollywood. Estaban los alter-hours Lasa Club y Zero One y el Cash Club, cuyas siglas eran Espacio creativo de los artistas de Hollywood. Terminamos en esos lugares porque estábamos fuera toda la noche, cada noche, yendo con ese movimiento invisible. Siguiendo la fiesta. Mike en mejor forma que yo. No le daba a las drogas tan duro como yo. Y seguía teniendo su sueldo en la clínica veterinaria. Cuando dejamos la casa de La Formosa él termino estrellado en el Cash Club. Este club era dirigido por una mujer llamada Janet Cunningham, que tenia un negocio legal como directora de casting de extras para la industria cinematográfica. Si eras un actor, un músico, o un pintor, Janet podía ayudarte a lanzarte al estrellato gratis. Durante el día podría ser un lugar muy frecuentado y de noche había actuaciones. Por la época que Mike se mudo. Larry Fishburn vivía allí, junto con un baterista de Guadalupe llamado Joelle, un pintor francés llamado Fabrice y un autentico punk rocker llamado Animal Baner. Él no solo tenía los primeros tatuajes que había visto antes en marineros viejos. Sino que tenía uno en sus rodillas y se leía METAL KNEEPCAP FACTORY. Como Mike seguía estando allí, yo solía terminar ahí también, sin previo aviso. Allí fue donde empezamos a tomar heroína. Fabrice, además de ser un artista, comenzó a conseguir una cantidad estable de heroína china blanca. Era tan pura que podías aspirar una línea y estar cargado. Mike comenzó a aspirar también, pero no aguantaba mucho, la gracia estaba en que todo lo que tenías que hacer era enseñarle un poco de heroína para que empezara a vomitar. Por entonces mi rapado había crecido mucho, así que una noche, cuando fuimos a una fiesta en Valley, le pregunte a Hillel si me hacia una cresta. Sabía que era bueno con las formas y las dimensiones, así que fuimos al lavabo y me la hizo. Como mi pelo estaba tieso, no necesite huevos o gel o lo que fuera que utilizaran los punkys para mantener sus crestas. La mía se mantenía sola. Como el pelo de un caballo. La cresta me dio una nueva personalidad y energía. Aunque no tenia donde vivir o un trabajo, no importaba, porque tenia esa nueva armadura y me sentía bien conmigo mismo. Solía vestirme con un vestido negro de mujer, sin ropa interior debajo, con botas militares negras y empezaba a bailar. Uno de los mejores sitios nuevos que descubrí fue Radio Club, el primer club de Hip-Hop en Los Ángeles. Solía ir allí con Mike y Gary Allen, nuestro amigo loco, negro y gay, diseñador de moda y de arkansas, era también el cantante de una banda llamada Neightbours Voices. Bailábamos 5 horas seguidas y completamente agotados. Cuando era hora de dormir, no era exigente. Solía ir con el movimiento. Si estaba con Mike, me tiraba donde el estuviera. Hillel era mi preferido en mi sofá tour. Su familia siempre me hizo sentir bienvenido y nunca me hizo sentir como el perdedor que era. Aunque una vez sobrepase mi acogida y Hillel vino y me dijo: “Creo que si estas en el sofá esta noche, mi madre va tener que dar más de lo que puede dar. Ella quiere estar 82 una noche sola. Termine durmiendo en mi T-Bird, aparque delante de la casa de Hillel. Entre los asientos delanteros y la palanca de cambios no me sentía cómodo. Así que fui fuera y me tire en su jardín. Por la mañana los niños de los vecinos vinieron a jugar y vieron a este punky freak vestido con ropa de tienda de mercancías distribuido en el césped. Finalmente, Hillel me invito a tomar café y tostadas. Cuando no estaba con Hillel, solía estar con mi amigo Keith Barry. Vivía con su moderno padre en una pequeña casa de dos habitaciones en Hollywood. Su padre era un fumador diario de maría, así que era otra parada para colocarse. Keith había sido siempre un marginado, entonces, el se ocultaba debajo mi personalidad mohawk. Era también un gran músico y me enseño algo de jazz viejo. Me dejaba tirarme en el suelo de su habitación y siempre era amable conmigo. Yo enrollaba una toalla y la ponía bajo mi cabeza para dormir. Pero como paso en casa de Hillel el padre de Keith comenzó a sentirse un poco cansado de mi presencia, así que volvía a dormir en su pequeño jardín. Era lo suficiente grande como para poner dos sillas pero eso era todo lo que necesitaba para acurrucarme y dormir. Siempre que tuviera algo de dinero, me lo gastaría en droga. El problema era que no tenía una casa donde hacerlas. Así que empecé a usa la casa de la gente, y cuando terminaba solía ir a por más. Empecé vagabundeando cosas que chutarme donde conseguiría drogas, iría a parkings subterráneos, me ocultaría en un rincón, entre los coches, me instalaba y después me pinchaba. Me colocaba locamente e iría por las calles hasta encontrar un callejón o un jardín de instituto, o iría entre los arbustos y me mandaría algo más. Algún día de esa primavera, mi periodo sin techo llegaría a su fin. Me toparía con Hill Stobaungh, un amigo de cuando trabajaba para la empresa de artes graficas. Era un chico blanco, pero tenía un monton de pelo sin cortar sobresaliendo de su cabeza. Su bonito arte psicodélico le dio el nombre de “alucinógeno”. Era un hombre renacentista, un director de películas, guitarrista y coleccionista de guitarras de 12 cuerdas. Había estado en otras casa de diseño grafico y fue amable al buscarme un trabajo a tiempo parcial que puso algo de dinero en mi bolsillo. Uno de esos sitios era Mid-Ocean. Cuyo propietario era un gigante de un metro noventa, irlandes llamado Ray. Era capaz de hacer 20 tareas a la vez y terminarlas bien. Su esposa era una mujer pequeña y rubia, que se encargaba de la contabilidad del negocio. Ellos estaban haciendo la animación más innovadora del momento, que incluía toda la animación de Blade Runner. Ray y su esposa de alguna forma me adoptaron y una vez más tenía un trabajo de repartidor. Pero una vez más empecé a tomar heroína. Solía estar toda la noche volando y después iría a trabajar. Tenia que trasladar alguna película abajo al Orange County para ser procesada. Conduciría su pequeña camioneta roja, dando cabezadas por la autopista. Es asombroso que no me hubiera matado en un accidente de coche. 83 Mientras estaba en Mid-Ocean, Bill se dio cuenta de que no tenia casa, así que me pregunto si quería mudarme con el. Tenía ese genial, enorme y oscuro sótano, con muchas ventanas que tenían vistas a la acera. Estaba en un viejo edificio clásico de Hollywood, que estaba en su mayoría lleno de inquilinos mejicanos. El espacio era sobrio, sin paredes, pero me ofreció un rincón si le ayudaba a poner rejas de seguridad en las ventanas, para mantener a la chusma fuera. Una noche poco después de haberme mudado, decidí ir a una de mis tristemente celebres juergas de coca. Tenia una de esas raras noches de caminar, cuando iba arriba y abajo del bulevar de Hollywood, presentándome en todos los Sex Shops, haciendo cosas raras. Fui a casa durante la noche, sin hacer ruido, quizás por más dinero o por ropa de abrigo, pero termine estando fuera toda la noche. Al día siguiente fui a Mid-Ocean, y Bill me echo una mirada que nunca había visto antes. “Te matare, hijo de puta” el era siempre apacible, un colega, así que le pregunte que iba mal. Se paro en su camino, quizás porque vio en mis ojos algo que no esperaba, pero me dijo que por la noche le habían robado cada una de sus preciadas guitarras y que yo era el único que podía haberlo hecho. “Bill se que estoy loco, se que tomo drogas y hago cosas raras, desaparezco y entiendo que me eches la culpa de algo como esto, pero deberías buscar otro camino, porque no lo hice. Si no lo enfocas en cualquier otro, quien lo hiciera volverá a quedar impune.” Le dije. El no podía quietarse de la cabeza el hecho de que alguien le había robado. Yo era el único con llaves. Pero yo estaba seguro de que era un crimen de alguien de dentro y que las personas de mantenimiento del edificio le robaron. Ese fue el fin de mi alojamiento con Bill. No había forma de que viviera con un tipo que pensaba que le robe. Ahora tenia que encontrar otro sitio en el que estar. En MidOcean tenían arriba un pequeño desván, encima de las oficinas de arte principales, a la que se accedía por una escalera de mano y tenia un par de futones. Empecé a tirarme allí y a levantarme lo suficientemente pronto como para que nadie supiera que era la primera persona en llegar a trabajar. Por aquel entonces Mike (que había tomado el sobrenombre de Flea en un viaje que hizo a Mammoth con Keith Barry y Johnny) se mudo a un apartamento al que llamabamos Wilton Milton, un magnifico y clásico edificio en Wilton y Franklin. El lugar estaba lleno de artistas y músicos. Flea vivía con Joel y Fabrice, sus compañeros de Cash. Un día Hillel se convirtió en semiresidente también. Así que cuando mi puesto junto a Bill acabo, termine parando allí muchas veces. Durante ese tiempo What Is This? (que era un nombre mas maduro de Anthym) continuo tocando en directo y desarrollo un grupo de seguidores de culto. Yo seguía presentándoles, pero ahora escribía mis propios poemas para las intros. Una vez incluso rimé Metrópolis con Acidophilus. Cuanto mas tocaban, Flea mas se convertía en la estrella reconocida de la banda. Siempre que le daban un solo de bajo, seria el climax de la tarde entera. 84 En esa época, Fear era la banda punk-rock mas famosa de LA. Habían conseguido atención nacional cuando John Belushi les llevo bajo su ala y tocaron en su Saturday Night Live. Así que cuando su bajista dejo el grupo, fue natural que intentaran coger a Flea para reemplazarle. Un día Flea vino a mi y tiro la bomba de que había estado preguntando para la audición de Fear. Era una situación expectante, porqué Flea y Hillel eran mis dos mejores amigos en el mundo. Flea tenía que elegir entre dos estilos de música muy diferentes, así que le aconseje que fuera a la audición. Vino de la audición con el trabajo, pero ahora tenia que decírselo a Hillel, quién le enseño a tocar el bajo por primera vez. Flea estaba tan nervioso que antes de su encuentro vomito. Hillel no se tomo bien las noticias: “No tengo palabras!” dijo, y se fue de la habitación. What Is This? reemplazó a Flea con una serie de mediocres bajistas; mientras tanto Flea salto al mini-estrellato punk-rock. Después de varios meses sin hablarse, Hillel perdono a Flea. Algo en el sabia que aunque el no estaba de acuerdo, era el destino de Flea y tenia que tragarse su orgullo un poco y dejar florecer a Flea. Fue difícil porque ninguno teníamos la figura de un padre a la que consultar sobre estos duros asuntos. Finalmente, volvieron a ser amigos y reanudaron las “jammings”. Yo seguía trabajando en Mid-Ocean, conduciendo esa camioneta a lo largo de todo el verano de 1982. Una asombrosa canción se mantenía explotando en la radio que tenia en el centro de la cabina. Se llamaba “The Message” y era de un grupo Rap de Nueva York llamado “Grandmaster Flash and the Furious Five”. Fui a comprarme la cinta y la ponía una y otra vez. Unas semanas después vinieron a L.A. tocaron en un lugar llamado Country Club y estuvieron increíbles. Eran inspiradores, cada uno tenia su propia personalidad y su rapeo era fantástico. Grandmaster Flash era el que estaba en los platos. Los sonidos, los ritmos y la frescura que emanaba desde el escenario era realmente impresionante. Pero mas que nada “The Message” comenzó a darme que pensar. Ellos escribían todas las rimas, algo que Hillel y yo habíamos estado haciendo encantados durante mucho tiempo. El y yo pararíamos en el tejado del Continental Hyatt House en Sunset, que era un club privado y tendríamos para nosotros esa espectacular vista de la ciudad. Fumaríamos un porro, inventariamos esos locos personajes y meteríamos eructos espontáneos en las sesiones de ritmos. Esa fue la primera vez que había intentado rapear. Así que cuando “The Message” se convirtió en la canción más popular ese verano, comenzó a vislumbrarse la idea de que no tienes que ser Al Green o tener la voz de Freddy Mercury para tener un lugar en el mundo de la música. Hacer rimas e interpretar un personaje seria otra forma de hacerlo. 85 Capítulo V Pateando intensamente De algún modo, debía mi carrera a mi amigo Gary Allen. En febrero del ‘83, Gary y los Neigbour’s Voices tenían programado tocar en The Rhythm Lonuge y en The Grandea Room en Melrose. Unos días antes de la actuación, le sugerí que Flea, Hillel y yo podíamos empezar el show y hacer un número, conmigo liderando la banda. Aunque Hillel y Flea estaban inicialmente escépticos, porque yo no era un cantante, Gary reconoció mi potencial como performer, básicamente por mis brincos maniacos en las pistas de baile de varios clubs alrededor del país. Decidimos poner juntos algo, e instantáneamente vino a mi cabeza la idea de que no tenia que cantar una canción, podía ir allí y rapear un poema. Todos nosotros habíamos adherido la energía de Defunkt y la austera irritabilidad de The Gang of Tour y por supuesto la libertad cósmica de Jimmy Hendrix, así que debíamos canalizar todas esas influencias. Pero principalmente, queríamos hacer algo basado en el Funk, porque “What is This?” no tenia absolutamente nada que ver con el funk. No teníamos un sitio para ensayar, y no nos tomábamos esta actuación muy seriamente, así que decidimos que lo que debíamos hacer era quedar en el salón de Flea en el Wilton Milton y hacer un ensayo a capela. Flea y Hillel tenían una telepática tan exquisita que solo tenían que mirarse para saber que tocar. Flea comenzó con su línea de bajo y Hillel inventaba un riff funky de guitarra. Jack Irons, la batería de ‘What is This?’, marcaba el compás, entonces yo me iba a escribir algunas letras. Tuve suerte. Decidí escribir algo de lo que sabia (mi colorido grupo de amigos y nuestra salvaje vida nocturna). Llame a la canción “Out In LA” y había referencias a Flea, Tree (Keith Barry) y Slim, que era Hillel. En la gran tradición del rap, escribí un verso sobre mi destreza sexual y me llame a mi mismo Antoine The Swan, simplemente porque rimaba. Durante años y años la gente solía venir a mi y preguntaba “Cual es la razón para lo del cisne? Tienes una curva en tu pene?”. De algún modo, era una referencia irónica, porque mi estilo de baile no tenía nada que ver con el de un cisne. Solía intentar las maniobras físicas de las bailarinas y terminaba chocando con alguna mesa o tirando las cortinas abajo. Era una primera canción muy ambiciosa, la escribí para que hubiera un solo de bajo, un solo de guitarra y un solo de rap. Después de ensayarla hasta que sentimos que la teníamos, vine con un nombre para nosotros. No estábamos buscando un nombre para una banda permanente; porque esto era solo para una vez, así que nos llame “Tony Flor And The Miraculous Master Of Mayhem”, que era como queríamos tocar, majestuosa y caóticamente. Actuamos en el Rhythm Lounge y había unas treinta personas en el club, todos para 86 ver a los Neibour’s Voices. Yo llevaba una bata de tres cuartos con estampado de pana y una gorra de cazador naranja fluorescente. Lo curioso es que estaba completamente sobrio. No tenia idea de cómo me iba a sentir actuando, todo lo que sabia era que estaríamos en el escenario. Había esa extraña sensación de fuerza viajando a través nuestra. Había visto tocar a Flea, a Hillel y a Jack millones de veces pero no había visto nunca tanta intensidad en sus caras o en su lenguaje corporal. Flea parecía un cilindro de energía fluyendo. Algo era desconocido para mi, no había esnifado heroína antes del show. El escenario era microscópico. Podía estirarme en cualquier dirección y tocar a Hillel o a Flea. No teníamos una introducción limpia, pero la gente empezó a darse cuenta de que estábamos enchufados. Toda la anticipación del momento me golpeo e instintivamente supe que el milagro de la manipulación de energía y superar una infinita fuente de poder y aprovechamiento en un lugar pequeño con tus amigos era lo que había venido a hacer a la Tierra Y entonces Jack, bendice su corazón, ladeo su cuello hacia atrás, golpeo sus palillos y contó: “1, 2,3, 4…”. Cuando empezó la música, no sabía que iba a hacer, pero tenía tanto zumo fluyendo a través de mi que di una voltereta en ese espacio tan estrecho y fue la clave. Y nosotros solo entramos en erupción. No tenia idea de donde estábamos hasta ese momento pero exactamente en la canción, me di cuenta de que estábamos explotando y matándolo con todo lo que teníamos. Al actuar, todos los que había en esa habitación que no habían prestado atención se quedaron como zombis hacia el escenario. Cuando terminamos la gente estaba completamente aturdida y boquiabierta, parada en seco. Solo Mon, el francés que promovía el show, se precipito de su cabina de DJ y con su típico acento francés me toco y dijo: “Por favor, puedes volver la semana que viene a mi club? Quizás podrías tener 2 canciones más para entonces?”. Aunque no teníamos pensado tocar otra vez, le dije: “Por supuesto, estaremos aquí la semana que viene y tendremos otra canción más para ti”. Estábamos tan alucinados por este show, que la idea de tocar de nuevo parecía totalmente natural. Estuvimos juntos durante la semana y escribí una canción llamada “Get Up And Jump”. Flea había estado trabajando mucho en una línea de bajo que era sincopatica y complicada, combinada con un punteo y un slapping en una estraña y hermosa forma funky. Yo tenia unas letras así que fui con algo mas que encajara. Tomé el tema de saltar y escribí versos sobre diferentes dibujos animados de saltos como por ejemplo: “Mexican Jumping Beans”. Pero la parte mas memorable de la canción iba sobre Rona Frumpkin. La chica de la que Hillel estaba prendado. Una de las mas destacadas características de Hillel era su gran escroto rojo, del que estaba muy orgulloso y que solía poner en exposición con dureza algo solicitante. Solíamos bromear sobre el paquete de Hillel, porque cuando ponía su pene y su 87 escroto juntos formaba un bulto con forma de calabaza en sus pantalones, que se volvía mas pronunciada cuando estaba cerca de Rona. Así que escribí un verso que decía: “Hillel esta saltando en esa pequeña chica Frumpkin, que dices? Tienes una calabaza en tus calzoncillos?”. Decidimos que íbamos a hacer algo de teatro para nuestro show número 2, así que coreografiamos un baile divertido de la famosa canción Pac Jam. La noche del show, el club estaba atestado hasta las vigas, así que comenzamos nuestra actuación por la puerta de adelante e imponiendo nuestro camino a través de la multitud con “Pac Jam” rebotando en los altavoces. Cuando estábamos en el escenario, empezamos con este estúpido baile robótico, Jack no podía llevar los movimientos sincronizados así que abandonamos el baile por la mitad y fuimos directos a “Out In L.A.” y después “Get Up And Jump”. Creo que mis líneas de Frumpkin funcionaron, porque ella estaba en el público, y después esa noche, Hillel finalmente era capaz de hacerlo con ella. Así que cualquiera de la banda que tuviera problemas para anotarse un tanto con una chica, yo insertaría su nombre, y boom, era como un reloj, no podían pasar 24 horas sin que esa chica cayera bajo el hechizo. Después del segundo show, nos dimos cuenta de que era más divertido que renunciar. Al final, tenia algo para hacer que tenia sentido y utilidad. Sentí que podía poner cada idea y pequeña inútil filosofía que tenia en una canción. Un indicio que nos hacia poner serios era que sentíamos que necesitábamos un nombre para el grupo. Empezamos yendo a través de esas enormes listas de nombres idiotas y sin sentido. Hasta ahora, Tree y Flea reclamaban que tenían el nombre RED HOT CHILI PEPPERS. Es una derivación de los clásicos nombres de la vieja escuela Americana de Blues y Jazz. Había Louis Amstrong y los Hot Five, y también otras bandas que decían Red hot algo y chili lo otro. Había incluso una banda inglesa llamada Chilli Willi y los Red Hot Peppers, que después pensaron que les robamos el nombre. Pero no había ninguna banda que se llamara ‘Red Hot Chili Peppers’, un nombre que seria para siempre una bendición y una desgracia. Si piensas de los Red Hot Chili Peppers en términos de un sentimiento o una sensación, o una energía, ese es el sentido perfecto para nuestra banda, pero si piensas en ello en términos de la hortaliza, eso lleva esas malas connotaciones. Había cadenas de restaurantes llamadas después del vegetal, y los chili peppers han sido comercializados en todo desde colgantes para decorar la casa hasta adornos para el árbol de navidad. Basta con decir que nos quedamos flipados cuando la gente empezó a tirarnos chili peppers en nuestros shows como un tipo de ofrenda. Por esa época, Hillel, Flea y yo juntamos dinero y fundamos una casa de tres habitaciones increíblemente barata en una calle tristemente famosa llamada Leland Way que estaba en un bloque de edificios conocidos como el callejón del porro, porque la mafia mejicana traficaba en esa calle con hachis. Era un vecindario peligroso y 88 desagradable, lleno de camellos y vagabundos, pero no nos importaba. De hecho, me dio material para nuestras canciones. Cada noche, solía mirar fijamente por la ventana de mi habitación, a esos helicópteros de los LAPD circulando y pasando sobre nuestro bloque, deslumbrando con sus luces esa tormenta de tráfico de hachis. El helicoptero de la policía disparó al cielo El helicoptero de la policía aterrizando en mi ojo El helicoptero de la policía hace un buceo en la naríz El helicoptero de la policía, el no es tímido Esa casa se convirtió en una colmena de actividad musical. Hillel solía estar siempre tocando la guitarra. Yo llegaba a casa y Flea estaba fuera, en la terraza, tocando. Probablemente estaba practicando sus secuencias para Fear, pero en cambio venía con esos patrones rítmicos llenos de alma, funk y emocionales. Yo solía sentarme allí, escuchar e interrumpir “Si! Esa es una!, puedo trabajar con eso!” y corría a mi habitación, agarraba un papel y escribía una canción. Es la misma fórmula que usamos hoy para escribir canciones, que no hay fórmula. Solo aparecemos, empezamos a improvisar y comienzo a coleccionar notas. Eso es lo que nos separara de muchas otras bandas, porque en nosotros todo nace de las improvisaciones. Vamos a ello, empezamos a hacer sonidos largos, fuertes y desenfrenados y vemos que es lo que funciona. Nuestro tercer show fue muy memorable, era en Cathay De Grande, que a diferencia de The Rhythm Lounge, era un local real de música en directo. Habíamos aceptado la oferta de 200 dólares del promotor, que era mas del doble de lo que recibimos en nuestra ultima actuación. Desafortunadamente el sitio no estaba muy concurrido esa noche, quizás había 30 personas, pero teníamos un sector con raíces. En esa época estaba saliendo con una preciosa chica francesa llamada Patricia, que estaba allí, junto a la novia de Flea, Tree y mi padre, que por entonces se había reconciliado conmigo. El show fue tan excitante, enérgico, explosivo y fuera de control como los dos primeros. Teníamos 4 canciones, las dos que ya teníamos más 2 nuevas: “Police Helicopter” y “Nevermind”. Nevermind era un audaz desprecio de varias bandas (Gap Band, Duran Duran, Sofá Cell, Men At work, May and Oates, entre otras) que decía al mundo que les olvide, porque nosotros éramos lo que ellos habían sido, ahora. En algún punto durante ese set, estaba bebiendo una cerveza en el escenario y salte a la vacía pista de baile y comencé a dar vueltas alrededor como un torbellino Derbis con mi cerveza resistiendo, así que cualquiera que estuviera a menos de 60cm de mi, fue duchado. Entre las canciones, esa noche, hicimos un par de canticos a capella que derivaban de las canciones de campamento. Hillel empezó con “Stranded” e hicimos una coreografía simplona que iba con la canción. Poníamos nuestras manos en el aire 89 mientras cantábamos: Hundido Hundido en un inodoro Hundido Hundido Hundido en un inodoro Que haces cuando estás hundido Y no hay nada en el rollo? Para probar que eres un hombre Debes limpiarte con tu mano Hundido Hundido en un inodoro! Aunque no había mucha gente, a todos les encanto el show. Pero al final de la noche, el promotor estaba intentando escaquearse. Lo localice y le pedí nuestro dinero pero el empezó a tergiversar sobre el poco publico que había. “Eso es realmente malo, pero había una garantía y como promotor del club ese es el riesgo que tomas” le dije. El buscó en su bolsillo y saco algo de dinero. “Bueno, aquí van $40, quizás la próxima vez que hagamos un show juntos podamos arreglar el presupuesto” dijo y se sumergió en el servicio de caballeros para evitarme. Me precipite justo después de el y lo termine empujando. Lo dejé caer en el orinal y lo registré para tomar cualquier otro dinero que tuviera, lo que no fue suficiente como para saldar la deuda pero no podía creer a alguien que rompía un trato y después intentaba escaparse como una comadreja de el. Otro indicio de que estábamos haciendo ruido en la escena era que empezamos a ser mencionados en el semanal llamado LA Dee Dah que era una columna social que contaba lo que pasaba en la escena musical de Los Ángeles. Flea y yo nos convertimos en estrellas de esa columna de cotilleo, no porque lo estuviéramos intentando sino porque estábamos locos, colocados y fuera cada noche hasta las 5 de la mañana en cada club underground que había. Cuando empezamos a tener muchas menciones, estaba encantado. Una de mis primeras menciones fue un punto ciego que me unía a “cierta cantante alemana vanguardista”: Nina Hagen. No sabía mucho de ella cuando la conocí en el show de Cathay, pero sabia que era una encantadora cantante alemana que tenia seguidores locales en la escena punk de Hollywood. Estábamos en el backstage después del show cuando Nina vino a la pequeña zona de vestuario y comenzó a echarme miradas. Se puso a mi lado y empezó a despotricar en ese marcado acento de 90 Alemania del Este sobre lo mucho que le gustaba nuestra banda, se intensifico en una preedición como las de Nostradamus: “Son la mejor banda en el mundo que haya visto y en 5 años el resto del mundo los conocerá y en 7 serán la banda mas grande del mundo!”. Yo pensaba: “Si nena, lo que digas!”. Pero ella tenia tanto estilo y gracia, era tan irresistible y encantadora que recuerdo mirar a Patricia que estaba pasando un mal rato de que yo estuviera teniendo todo ese amor de esa chica alemana. Nina me dio su teléfono y rápidamente salte del barco. La llame al día siguiente y ella me invito a desayunar. Tenía una modesta pero bonita casa con una piscina. También tenía una preciosa niña pequeña llamada Cosma Shiva. Desayunamos y Nina tenía definitivamente una saludable y más orgánica cocina que yo. Hablamos un montón ese día, Nina me contó su vida en Alemania y los diferentes hombres que habían estado en su vida (El junkie loco que era el padre de la niña y su nuevo novio que estaba fuera del país durante un mes). La encontré completamente intrigante y ella era tan adorable que empezamos un romance caliente y fuerte a partir de ese día. Duro sobre un mes, pero continuamos siendo amigos y ella continuó siendo una ávida partidaria de nuestra música. Justo después de que nuestro romance acabara, ella preguntó si Flea y yo escribiríamos una canción para el disco en el que estaba trabajando y vinimos con “What It Is?”. Mientras tanto, estábamos continuamente expandiendo nuestro propio canon de canciones. Una de las que escribí en la casa de Leland Way fue “Green Heaven”. Había leído muchos libros sobre ballenas y delfines y había estado siempre sumamente enterado de la injusticia social. En L.A., en los años ‘80 el departamento de policía estaba lleno de corrupción. Así que empecé a escribir una canción que contrastara la vida encima del mar y la de debajo, contando los excesos de los años de Reagany comparándolos con esta idílica Shangui (la que estaba pasando bajo el mar). Con animales que consideraba con el mismo poder mental. Aquí, tierra arriba, el hombre ha puesto su plan Y si, incluye al Ku Klux Klan Tenemos un gobierno tan torcido y doblado Bombas, tanques y armas asi es como nuestro dinero es gastado... Es hora de llevarte a un lugar diferente Donde las amorosas ballenas de paz fluyen a traves de liquido exterior del espacio Una canaleta y una resbaladora tan elegante como encajadora Un toque nunca se perdera con el abrazo del oceano... De vuelta a la tierra de los policias Donde el hace todo lo que sea que dice que puede Incluso odiarte porque eres Judio O patearle el trasero a los negros, eso no es nada nuevo... 91 Terminamos pasando 24 horas escribiendo Green Heaven y se convirtió en el epicentro épico de nuestros shows. Hillel podía hacer una asombrosa introducción talk-box para la canción. Deslizaría un tubo metálico por los trates de la guitarra, después pondría el tubo bajo su garganta y tocaría la guitarra. Los sonidos de la guitarra podían encajar en su boca y seguir la forma de sus labios, podía formar palabras con el sonido de la guitarra. Era dolorosamente psicodélico, en el sincero uso de la palabra, no poppsicodélico o el malinterpretado calidad de televisión psicodélica sino el real corazon-y-alma-del-viaje-cosmico-al-espacio-exterior-psicodelico. Tan políticas como parecían estas letras, yo nunca considere a la banda como un equipo sociopolítico como los Dead Kennedys. Solo sentía que había que crear belleza, inducir alegría y hacer a la gente reír y si las letras tenían que incluir algún comentario político o social, entonces así seria. Pero no fue nunca nuestra responsabilidad ir afuera y ser los U2 de nuestra generación. Aunque ahora éramos una banda, Flea seguía ensayando con Fear y Hillel y Jack con What Is This? Y no había ningún tipo de conflicto en ello. Veíamos que tocar nuestras canciones como algo divertido para hacer, no como una profesión. Ninguno de ellos iba dejar su trabajo durante el día para ser los Red Hot Chili Peppers, y yo estaba de acuerdo con eso. Era feliz planeando nuestro siguiente show, porque cada uno era monumental para mí. No podía dormir la noche antes. Me tiraba en la cama y pensaba en la actuación, y si quedaba dormido, inmediatamente empezaba a soñar con el show. Cuando me despertaba, la primera cosa que pensaba era “Oh! Es la noche del show!, Hay un show esta noche!” y el día entero giraría alrededor aumentando hasta la actuación. Justo después de que Flea, Hillel y yo nos mudáramos juntos. Hillel se enamoro de una chica nueva. Cuando Hillel se enamora, desaparece. El es tu mejor amigo, el esta contigo día y noche, el se enamora, lo ves el año que viene. Así que Flea y yo estábamos fuera corriendo por los clubs, y siempre terminábamos en el Zero, que se había mudado de Cachuenga a una nueva y magnifica localización en Wilcox y Hollywood Boulevard. Una noche concreta, Flea y yo conseguimos un poco de heroína china blanca y metacualona. Hicimos las drogas y era una única combinación. Nos llevo al Zero, y comencé a sentirme realmente bien y confidente. Era temprano, por la tarde y no había mucha gente en el club, pero esta pelirroja con piel de alabastro y ojos azules, seguía andando hacia atrás y paro enfrente de mi. Llevaba un viejo peto sin sujetado debajo, así que sus tetas eran visibles desde la mayoría de los ángulos. No podía quitar mis ojos de ella, y tropecé con ella con la seguridad que esas sustancias químicas que recorrían mi cerebro y dije “Hola!” y ella dijo “Hola!” y comenzó a restregarse en mi como una gatita caliente. Inmediatamente fuimos a las escaleras y directos hacia el tejado pero no llegamos muy lejos. 92 Ella se quito la ropa que cayo por el suelo y empezamos a hacerlo. No sabía su nombre, pero sabia que quería eso así que estaba totalmente preparado para lanzarme cuando ella se dio la vuelta y agarró mi pene y fue directa hacia el culo. No era una situación porno, ella estaba siendo muy amable pero eso era donde ella quería. Nos divertimos por unos minutos cuando ese gorila enorme e idiota vino por las escaleras y nos dio la vuelta. Creo que ella después me dijo que el estaba sobreactuando porque ella le gustaba y nunca le dio tiempo, pero por cualquier otra razón, nos tiro por las escaleras. Ella sugirió que fuéramos a su casa, que estaba a unas cuadras. Por entonces dijo que su nombre era Germaine y que vivía en un viejo apartamento en la séptima planta. Cuando estábamos en el ascensor, en vez de ir a su casa, fuimos directos al tejado, donde tuvimos sexo toda la noche. Cuando el sol comenzó a salir, ella se sentó encima de la arcaica maquinaria del ascensor y comenzamos a tener otra ronda de sexo. Yo le daba y le daba y cambiaba el ritmo y el sol comenzó a brillar, ella comenzó a gritar y justo después alguien pulso el botón del ascensor y la electricidad comenzó a chispear a través de esa vieja maquinaria y las ruedas empezaron a funcionar, los motores retumbaban y yo finalmente llegué. Fue un final dramático para una noche surrealista. Le dije buenas noches y corrí a través del amanecer todo el camino hacia casa, convencido de que la vida era buena. Y aunque ese gorila intentara echarme del club, el propietario, John Pochna, le aclaro las cosas y pase muchas noches divertidas allí en el futuro, como hice con Germaine. Unos meses después de que nuestra banda comenzara a actuar, decidimos hacer un demo con nuestras canciones. Teníamos a Spit Stix, el baterista de Fear, ingeniero de sonido y alquilamos un estudio agujero-en-la-pared de Hollywood Bulevar. Para que te hagas una idea del nivel de profesionalidad del que estábamos hablando, todo el presupuesto vino a ser de 300 dólares, e incluía el tiempo en el estudio, el ingeniero y la cinta. Por alguna razón yo era el único con dinero esa semana, así que con mucho gusto lo done para la causa. Esas versiones del demo era, lejos, el más productivo e inspirado disco que habíamos hecho. En los últimos 20 años, nunca tuvimos un momento con tanta magia y felicidad de unión. Estacamos en la zona. Todo fue grabado en una toma y todo fue perfecto. Terminamos nuestras 6 canciones tan deprisa que teníamos tiempo de sobra para grabar cancioncillas a capella, algo que no estaba planeado. Andamos por ahí con la cinta original y unos grabadores de casettes. Cuando fuimos a casa y escuchamos la música estábamos sobrecargados. La gente siempre decía que teníamos un estilo que nunca se podría grabar en un disco, pero ahora teníamos la prueba: Era una mierda!. Flea y yo tomamos las casetes, escribimos nuestros nombres en las cajas de plástico y comenzamos a patear las calles para conseguir algún compromiso para actuar. No habíamos pensado en tener un contrato discográfico. Para 93 mí el proceso entero tenia dos partes. Escribías y practicabas las canciones y después las tocabas en directo. Y nosotros queríamos tocar en shows más y mas grandes. También queríamos propagar el dominio Red Hot Chili Peppers por Nueva York. Una semana después de grabar la demo, nuestro amigo Pete Weiss se ofreció a llevarnos allí. Pete era natural de L.A. que se encontró con Flea en la película suburbio, una película sobre la escena punk rock de L.A., en la que Flea actuaba. Pete era un operador de sonido (llevaba los micrófonos girafa) y un músico y todo lo que un hombre renacentista puede hacer con un año y medio mas que nosotros. El tenía un sótano en Hollywood que se convirtió en una casa-club para nosotros. También tenía un clásico coche americano que conducíamos a la playa, viajábamos a velocidad constante, fumábamos porros o perseguíamos chicas. Pete trabajaba para el guionista Paul Schrades, que se estaba mudando a N.Y. y reclutó a Pete para conducir un enorme camión Ryder, lleno con sus pertenencias a su nuevo apartamento de la quinta avenida. Flea y yo saltamos a la oportunidad de ir a Nueva York. Teníamos nuestra arma secreta, nuestra cinta, y la idea de tocarla para la gente de N.Y. Cuando ellos escucharan el resplandor, las puertas estarían abiertas, los mares se separarían y la gente estaría bailando por las calles. No había duda en nuestras mentes de que seriamos reservados para actuar en cada club de Nueva York. Nuestro buen amigo Fab también trepo a bordo para el viaje, lo cual fue bueno para mi, porque en alguna parte de los desiertos de California, el vino a mi a hurtadillas y me dijo que tenia una pequeña cantidad de heroína. Así que esnife esa china blanca y me coloque muchísimo. Excepto por unas peleas con algún camionero, el viaje fue muy tranquilo. Pete nos dejo en el Soho y después nos dirigimos a la quinta avenida para descargar las cosas de Paul. Flea y yo teníamos la cinta quemándonos en los bolsillos, pero también teníamos negocios de supervivencia a mano. No teníamos un lugar para estar pero Fab conocía a dos modelos que vivían en la calle Brom, así que fuimos a su edificio. “Voy a estar con esas dos modelos, pero no puedo exactamente traerlos chicos”. dijo. “OK, que hay si vamos y tal vez nos lavamos o algo?” Le sugerí. Fuimos a su apartamento y nos mudamos completamente. Durante cuatro días esas preciosas modelos estaban constantemente pateando a Flea y a mí fuera de sus camas. Éramos sanguijuelas. Empezamos el negocio de tocar nuestra demo para diferentes clubs. Por supuesto, no teníamos contactos o tácticas. Solíamos ir al club y preguntar por el gerente. Ellos nos señalarían su oficina y nosotros íbamos allí, poníamos nuestra cinta y hacíamos un baile salvaje con nuestra propia música, intentando vendernos. El único problema era que nadie estaba comprándolo. Conseguimos la calurosa acogida de ese semental italiano fumador de cigarrillos que llevaba el departamento de Peppermint. Nos dio 94 unos minutos. La mayoría de la gente nos enseñaba la puerta y decía: “Vayanse a la mierda, y llévense su cinta!”. Después de algunos rechazos, podía decir que esa no era la forma de conseguir compromisos para actuar en clubs. Así que Flea y yo pasamos el día haciendo turismo. Fuimos a Central Park y nos sentamos en un banco, pusimos nuestra cinta en el equipo de música y la subimos al máximo. Queríamos que alguien supiera que nosotros habíamos hecho la jodida cinta. Tuvimos un montón de miradas desdeñosas de la gente, que pensaban que éramos unos obscenos por poner esa música tan alta, pero sorprendentemente, cada niño que entraba en el círculo donde se podía escuchar nuestra música, saltaba completamente con ella. Eso era interesante. Cuando volvimos a L.A. escribimos una canción llamada “Baby Appeal” y se convirtió en un básico de nuestros comienzos del show. Poco después de venir de Nueva York, Hillel se mudó con su novia. Se debía el alquiler y Flea y yo teníamos unos 200 dólares cada uno. Teníamos la opción de arañar juntos algo de dinero para pagar otro mes de alquiler o ir fuera y comprar alguna chaqueta de cuero de calidad, la completa posesión de rigor de cada respetado punk. Así que nos dirigimos a Melrose, que se había convertido en el centro de la ropa de moda de segunda mano. Había alguien Nueva York llamado Danny que había abierto recientemente una pequeña tienda con un puñado de magnificas chaquetas de cuero “vintage” James Dean. Flea y yo elegimos las de cuero bueno, pero cuando fuimos a comprarlas, los precios de Danny eran astronómicos, mínimo 100 dólares mas de lo que teníamos cada uno. “Escucha, tengo 150, y aquí mi amigo tiene 170, así que porque no nos das las chaquetas por eso?” Le sugerí. “Estas loco? Fuera de mi tienda” nos gritó. Pero habiendo visto esas chaquetas, no podíamos concebir el no ser sus propietarios; así que volví con la idea de hacer huelga en la tienda. Hicimos algunas pancartas que decían “PRACTICAS INJUSTAS DE COMERCIO, DANNY ES UN MONSTRUO CODICIOSO”. Me figure que el estaría divertido de lo lejos que habíamos llegado para conseguir esas chaquetas. Empezamos a manifestarnos por delante de su tienda con nuestras pancartas y Danny salio fuera. “Qué están haciendo punkys de mierda? Fuera de aquí antes de que les rompa las pancartas en la cabeza” gritó. Pensé que detectaría una módica sonrisa en su voz, así que volví con otro plan. Empezamos a representar una huelga de hambre en frente de su tienda hasta que el accediera a vendernos las chaquetas. Volvimos y nos plantamos en la acera. Danny salio a enfrentarse con nosotros: “Que pasa ahora?” “Es una huelga de hambre, no nos moveremos, comeremos o beberemos hasta que nos des esas chaquetas” le dije. “Por dios! Cuanto dinero tienen?” dijo el. Finalmente lo teníamos. Nos llevo dentro e intento vendernos unas chaquetas más baratas, pero nos resistimos y le dimos todo nuestro dinero por las dos chaquetas buenas. 95 Después, ese mismo día, desfilamos por Hollywood Bulevar en nuestras flamantes chaquetas “vintage”, sin percatarnos de la ironía de que éramos los punk-funk más atractivos de Los Ángeles, sin un lugar donde vivir y sin dinero, cuando este punk rocker loco con gafas vino a nosotros “Hey, ustedes son los Red Hot Chili Peppers?” dijo. El había conocido a Flea una noche cuando era el DJ en un club y ponía un disco de Defunkt. Flea salto sobre su cabina y puso el disco al revés, porque pensó que había puesto el disco por la cara equivocada. Su nombre era Bob Forrest, y además del trabajo ocasional de DJ, también lo hacia en el Sunday Club, que era uno de los locales de directo mas atractivos de la zona. Bob nos pregunto que pasaba y le explicamos nuestro triste cuento de las cazadoras nuevas y sin casa. “Es una locura. Hace media hora mi esposa me ha dejado para bien.”dijo.“Si quieren pueden parar en mi casa.” Forrest vivía en la tercera planta de un clásico edificio de apartamentos llamado “La Leyenda”, que había visto otras veces, especialmente antes de la influencia punkrocker. Tenía un apartamento de una sola cama, hasta el borde de libros y discos. Flea eligió el salón y yo asumí el recoveco del desayuno. Bob había ido a la universidad durante unos años antes de abandonar. Estaba trabajando en una librería cuando lo conocimos, probablemente por el salario mínimo, pero su sueldo se convirtió en una gran fuente de ingresos para nosotros porque ellos compraban libros usados. Flea y yo solíamos ir y robar libros de colecciones personales o de bibliotecas. Una pila de libros significaba 10 dólares y 10 dólares significaba que podíamos comprar drogas, aspirarlas y estar colocados. Comprábamos coca, que era una mala droga para tomar cuando no tienes mucho dinero, porque el minuto en el que se ha ido, quieres más. Pero solíamos conseguirla, corríamos a la casa de Bob y la poníamos en un vaso de martíni para mezclarla con agua, después metíamos las jeringuillas allí y nos inyectábamos esa cocaína liquida. Lo hacíamos un par de veces hasta que se iba, después nos desanimábamos y nos sentíamos tan desarraigados y violados que corríamos al Zero para bebernos el dolor, encontrar una chica para que el dolor se fuera o encontrar mas coca. Ese verano hicimos una rápida y confiada conexión, con una persona de oriente medio que llevaba un local de ensayo. Así que empezamos a tomar speed, que es muy diferente a la cocaina. La coca es un limpio y ultra euforico sentimiento demasiadobuenopara-ser-verdad que termina en más o menos tres minutos. Tus oídos suenan y tu mandíbula se abre y durante esos 3 minutos te sientes completamente uno con el universo. El speed es mucho más sucio, menos eufórico y un poco mas físico. Cada centímetro de tu piel empieza a hormiguear y se te pone la piel de gallina. Empezamos con esas juergas de speed de tres hombres y estaríamos durante días, 96 jugando al cribbage. Incluso empezamos una banda juntos: “La Leyenda Tweakers”. Desafortunadamente, decidimos actuar fuera de nuestro apartamento, e hicimos un show tan colocados de speed que parecíamos 3 enfermos mentales. El “L.A. Semanal” nos dio nuestra primera mala crítica. Sabíamos que estábamos causando un caos en nuestros cuerpos, pero estábamos tan desilusionados que pensábamos que si comíamos sandia, esta podría limpiar nuestro cuerpo y nuestra alma de esta atroz tortura química que éramos incapaces de parar. Compramos sandias en enormes cantidades, volvimos a casa y cortamos las sandias en tres partes. Una vez que terminamos las sandias, nos dirigimos al tejado de La Leyenda e hicimos la ceremonia de tirar esas enormes sandias para verlas explotar en el parking de al lado. Ese seria el final de nuestra carrera viciosa de speed. Después iríamos e intentaríamos dormir un poco antes de despertarnos y comenzar el ciclo otra vez. Un día de mediados de Julio, éramos capaces de tocar juntos en lo que se convirtió en una legendaria actuación Chili Pepper. Conseguimos un trabajo en el Kit Kat Club, que era un clásico local de striptease que tenia actuaciones de rock. Los cuatro trabajamos duro para preparar el show. A petición de Hillel, nos aprendimos una canción de Jimi Hendrix, “Fire”. Llegamos al club esa noche y nos dieron un vestuario enorme que normalmente debían de usarlo las strippers. Me asegure de que las letras estuvieran juntas y después escribí el setlist, que fue una responsabilidad que tome desde los primeros shows de la vida del grupo. Teníamos una sorpresa extra-especial para esa noche. Ya que tocaríamos en un club de striptease y las chicas bailarían por el escenario con nosotros, decidimos que el bis apropiado seria salir desnudos excepto por un calcetín deportivo que llevaríamos en nuestras “partes nobles”. Habíamos tocado sin camiseta y nos dábamos cuenta del poder y la belleza de la desnudez en el escenario. Vine con la idea de usar calcetines porque cuando estaba viviendo con Dond Bastone, el tenia una cliente de “maria” que desarrollo un serio enamoramiento por mi. Yo seguía resistiéndome a sus avances, que incluían tarjetas de felicitación con chistes que se convertían en metros para medirte la talla de mi pene e incluso fotos de ella llevando algo marinero. Un día ella se presento en la casa y decidí responder a la puerta en cueros excepto por un calcetín envolviendo mi pene y pelotas. Estábamos ornamentados para tocar. Nuestra interacción era cada vez mejor y mejor. Antes nuestros shows eran una gran final de fuegos artificiales de principio a fin. Ahora habíamos empezado a desarrollar diferentes dinámicas en el escenario. 10 minutos antes de la hora a la que estaba previsto tocar, alguien se fumó un porro. Nunca fumábamos yerba antes de un show, pero todos nos lo pasamos y le dimos alguna calada, incluso Jack. Tan pronto como me pegó, empecé a volverme paranoico y aterrado por si todo este duro trabajo y este sentimiento perfecto fuera a arruinarse por estar colocado. Hillel y Flea comenzaron a sentirse de la misma forma. Fui a dar 97 una vuelta por el bloque para aclarar mi cabeza, y funcionó. Teníamos que seguir la fantástica actuación de un conjunto anárquico de excéntricas mentes llamado Roid Rogers y los Whirling Butt Cherries. Pero eso solo sirvió para hacerme marcar músculo, porque quería enseñar a todos que éramos fuertes. Así que rompimos el escenario esa noche y simplemente aullamos. Jack y Flea estaban increíblemente rigurosos y Hillel estaba en otra dimensión. Yo tenía un gran monitor vocal, así que me escuchaba muy bien, lo que no era siempre el caso en nuestros shows. Terminamos el set y fuimos entre bastidores y todos estábamos helados por el nerviosismo. Jack se reía para sus adentros porque cuando esta nervioso le da por reír. Cuando fuimos al escenario llevando solo los calcetines. El público se quedo boquiabierto audiblemente. No íbamos a disuadirnos por un momento en el que el colectivo estaba experimentando tal estado de shock. Empezamos a tocar “Fire” y nuestra amiga Alison Po Po se abrió paso a empujones hacia el escenario y empezó a dar toques a mi calcetín. Yo estaba concentrado en la canción y mi actuación pero otra parte de mi cerebro empezó a decirme cuantos centímetros tenía entre el calcetín y su superlativo alcance. Como estaba viendo a un montón de nuestros amigos precipitarse hacia el escenario y nosotros estábamos tirantes por los calcetines, tenía un sentimiento totalmente liberador y lleno de poder. Tú eres joven y no estas hastiado todavía, así que la idea de estar desnudo y tocar esta preciosa música con tus mejores amigos y generando tanta energía, color y amor, está genial. Pero no solo estas desnudo, tienes también esa enorme imagen fálica saliendo de ti. Largo como el calcetín. Normalmente cuando estas tocando, tu pene se pone en el modo protección, así que no estas suelto, relajado y alargado, estas mas compacto, como si estuviera en una caja de cerillas. Así que tener ese apéndice añadido era estupendo. Pero nunca imagine que los calcetines fueran a convertirse en un icono asociado a nosotros. Nunca pensamos que al bajar la línea, estaríamos haciéndolo otra vez, y que los organizadores de conciertos querrían añadir cláusulas adicionales a nuestros contratos para asegurarse de que lo hacíamos en su escenario. Resulto ser una impresión más duradera de lo que jamás habíamos planeado. Una persona del público que estaba realmente impresionado fue un manager treintañero con talento llamado Lindy Goezt. Lindy solía trabajar como promotor para MCA records y había dirigido a los Ohio Players, una de nuestras bandas favoritas. Flea y yo arañamos dinero suficiente como para ir al Valley, donde estaban las oficinas de Lindy. El era un judío pelirrojo de 1,70cm con bigote de Brookling que había encontrado de alguna manera su camino hacia L.A. a finales de los ‘60. Esa tarde fumamos algún porro y nos hicimos una o dos rayas de coca e intercambiamos historias. No pensé que nos diéramos cuenta en ese momento, pero Lindy estaba en sus horas bajas. Había sido manager de los Ohio Players, pero eso fue cuando su carrera estaba en las últimas. 98 El estaba intentando mantener la fachada de tener un negocio, pero las deudas no estaban siendo pagadas y el dinero no estaba llegando. Lindy parecia un tipo agradable, hasta cuando contaba algún chiste poco convincente. Después de nuestra larga conversación, Flea y yo preguntamos si podíamos consultarlo durante un minuto. “Vamos a preguntarle si nos lleva a comer” dijo Flea “Si lo hace, tiene el trabajo”. Volvimos. “Ok, si nos llevas a comer comida china ahora, puedes ser nuestro manager” le dije. Conseguimos nuestro cerdo moo shuy, un nuevo manager y un ticket para comida. Los siguientes meses, nos despertaríamos y diríamos “Que hay para comer? Nada? Vamos a ver a Lindy”. El vivía en un edificio de apartamentos de lujo en Hollywood oeste y estaba casado con una chica llamada Patty que era de Atlanta. Iríamos a casa de Lindy, ella cocinaría pollo frito y comeríamos hasta el último trozo. En una buena noche tomaríamos algo de coca, fumaríamos algo de yerba y hablaríamos sobre el futuro. Lindy nos diría que su primera tarea seria conseguirnos un contrato discográfico, de lo que yo no estaba preocupado aún. Parecía una cosa emocionante y supuse que eso era lo que hacían las bandas pero no tenía ni idea de grabar un disco. Si íbamos a intentar conseguir un contrato discográfico necesitaríamos un abogado. Alguien nos recomendó a Eric Greenspan. Fuimos a su bufete de abogados que estaba en un edificio opulento en Wilshire Boulevard. Cuando Flea y yo caminamos por el vestíbulo criemos estar en la catedral de Mormon. Esta empresa representaba a Egipto e Israel. Tomamos el ascensor hasta la planta de Eric y fuimos a la chica de la recepción. “Somos los Red Hot Chili Peppers y estamos aquí para ver a Eric Greenspan” le dije. “Bueno… no se. Déjame…” parecía desconcertada. Por alguna desconocida razón decidimos enseñarle el culo. Nos dimos la vuelta, exclamamos “Somos los Red Hot Chili Peppers y queremos ver a Eric” y nos bajamos los pantalones. Justo después Eric vino corriendo y nos llevo a su despacho. Tenía algunos cuadros de Gary Panter en su pared. Nos dijo que el representaba como también a algunos reauges como Burning Spear. Yo fui al grano “No tenemos contrato discográfico y no tenemos dinero, solo tenemos un manager y necesitamos un abogado.” Eric no se estremeció. “Ok, seré su abogado y no tendrán que pagarme hasta que no hagan algo de dinero real, y después acordaremos un acuerdo del 5%”. Así que se convirtió en nuestro abogado y nunca le dimos un penique hasta que no empezamos a hacer dinero de verdad. Continua siendo nuestro abogado ahora, es muy raro que alguien en este negocio haga eso. No parecíamos muy productivos para nadie hasta ese día. El dinero de las bandas conocidas hasta entonces eran hair bands como Poison, Warrant o RATT, eso era lo que hacia caja. Nosotros éramos simplemente anti-todo, probablemente anti-hacer dinero hasta ese momento. En el espacio de cinco meses habíamos hecho una abolladura en la escena musical de 99 L.A. Fuimos escritos en el L.A. Times y estábamos tocando en algunos locales respetables como el Club Lingerie. Cuanto mas importantes nos hacíamos, Lee Ving mas le hacia sudar a Flea por el hecho de estar en dos bandas. Recuerdo que lo llamó una vez y le dijo “Vas a estar en una banda o vas a estar en la otra banda?” y Flea dijo “Bueno, yo estoy en las dos bandas pero si te pones así, estaré en mi banda”. Algún día de ese agosto, Flea y yo fuimos a una fiesta de una revista de arte a una casa de las colinas de Hollywood. Yo llevaba una camiseta de pijama rasgada y mi cresta había crecido tanto que caía por un lado. Estábamos teniendo un rato agradable en el jardín cuando mire dentro de la casa y vi a esa criatura cósmica de chica. Ella estaba andando como una princesa, lentamente con los brazos en jarra. Tenía un disco blanco gigante de sombrero con esas grandes joyas opalescentes alrededor como una corona. Llevaba un vestido holgado ill-fitting (apropiado para un enfermo, debe ser como una bata de enfermo de hospital) suelto hecho de papel. Estaba un poco gordinflona pero era hermosa. Tenia ese extraño vestido, caminando alrededor y un paso decidido pero lento, como si fuera Alicia en el País de las Maravillas y el resto del mundo no. Pero también tenía el sentimiento de una versión punk-rock de Mae West, emitía ese extravagante y descarado, fresca, sensación de intocable. Justo el tipo de chica que me gustaba, la mas rara del grupo. Fui dentro de la casa y la tire de la cola de caballo lo que fuera que los chicos hacen cuando ven a una chica que les gusta y no saben que decir. “Oh! Quien eres tu?” dijo ella. Empezamos a hablar y ella estaba diciendo adivinanzas, dándome respuestas directas. Resulto que su nombre era Jennifer Bruce y era una diseñadora de moda. Y había diseñado su marca del sombrero del Zorro. En unos minutos yo estaba aniquilado por su presencia, su aura y su declaración creativa. En una ciudad en la que es abundante la gente que intenta parecer diferente, actuar diferente y ser todo esto y todo aquello, aquí estaba una persona que estaba consiguiéndolo con facilidad porque era una superfreak nata cuya tendencia en la vida era parecerse al interior de una ostra. No se fundió entre mis brazos. Ella estaba manteniéndome a distancia. No pensé que me diera su teléfono pera seguir presionando. “Vamos no tienes elección, vas a ser mi novia tanto si quieres como si no”. Ella debió de sentir algo porque estaba dándome lo suficiente para continuar el proceso, pero entonces ella desapareció y marche en una nueva dirección. Sin embargo, ella estaba minuciosamente grabada en mi conciencia. Tenía tres cosas que atender, una de ellas era la inauguración de Oingo Boingo en el anfiteatro universal. Oingo Boingo había venido de la misma escena club en la que estábamos y ellos estaban manteniéndose. No eran nuestra banda favorita en el mundo pero ellos tenían una instrumentación interesante. Conocíamos a su trompetista y el nos ofreció abrir su show. Aquí estábamos sin contrato discográfico, 100 ni un repertorio de 10 canciones e íbamos pasar de tocar en un club para 200 personas a hacerlo para una audiencia de 4000. Fuimos al escenario esa noche llevando nuestras estrañas ropas. Justo en la mitad de la primera canción Flea rompió una cuerda del bajo. De repente, era tiempo de grillos y tenia que hablar al la audiencia mientras Flea cambiaba la cuerda. En unos segundos, el público empezó a abuchearnos y a tirarnos cosas, cantando “Queremos a Oingo Boingo”. Empezamos de nuevo y Flea estaba tan animado que rompió otra cuerda. En ese punto Danny Elfman, que era el cantante de Oingo y también fan nuestro dió un paseo al escenario llevando un albornoz y con la cara llena de espuma de afeitar como si estuviera viniendo directamente del camarín. Tomó el micrófono y dijo al público que realmente le gustábamos y que ellos debían ser respetuosos. Luego se fue, pero unos chicos indisciplinados del público no le hicieron caso. Nosotros luchamos y conseguimos gustarles. Cuando terminamos, creo que les dejamos claro que éramos de verdad y que ellos habían estado en algo que no olvidarían pronto. Después del show estábamos celebrándolo en el backstage cuando Blackie, que había sido un de nuestros primeros seguidores, se acerco hacia Flea y a mi. Llevaba unos guantes negros ajustados y abanicaba un par de sobres con billetes de avión en ellos. “Esto es para ti Anthony, y quiero que lleves a Flea” dijo. “Llevarlo a donde?”Estaba desconcertado. Mire en el sobre y vi dos billetes de ida y vuelta a Londres, Inglaterra. Era tiempo para mi rito de paseo a Europa. Teníamos unas cosas que atender antes de irnos a Europa. Una de ellas era las complicaciones que vienen de conseguir un contrato discográfico. Teníamos un indicio de que las compañías de discos habían estado fisgoneando a nuestro alrededor, especialmente después de nuestros shows en The Lingerie y el anfiteatro universal. Un ejecutivo de EMI/Enigma, Jaime Choen, era especialmente agresivo en ir detrás nuestro. Una noche Flea y yo estábamos dejándonos ver en La Leyenda cuando tuvimos una llamada de Lindy. Nos dijo que teníamos un contrato con EMI/Enigma. Estaba tan emocionado, la última cosa que pensaba era que eso nos iba a traer problemas. Recuerdo celebrarlo y pensar que todo iba acorde con el plan. Que teníamos que esforzarnos, ser estudiosos y mantenernos. Seguía emocionad por lo de nuestro trato cuando el teléfono sonó otra vez. Flea contestó, de fondo lo oía decir “Estas seguro? Wow, esas son realmente malas noticias”. Yo estaba allí al lado diciendo “Que? Que? Que?”. Cuando Flea colgó el telefono y me miro. “Jack y Hillel se van de la banda. What is This? Tiene su propio contrato discográfico y ellos han elegido quedarse en esa banda” dijo. Me quede boquiabierto y en shock, como si un piano hubiera caído en mi corazón. Me tire en el sofa y empecé a llorar. Esto no podía ser cierto. Habíamos inventado algo como banda, habíamos creado esta cosa que el mundo debía escuchar y todo de repente era como si estuvieramos abortando un bebe a los seis meses. Flea estaba allí 101 sentado “Esto se ha jodido, se ha jodido”. Nuestro sonido estaba basado en la batería de Jack Irons y la guitarra de Hillel Slovak. No era como si fuera por casualidad, ellos dieron sus vibraciones. Éramos colegas del instituto, éramos un equipo, no puedes ir de compras a por unos nuevos mama y papa. Eso no sucede. Yo estaba pensando “Ok, mi vida se ha acabado, mi causa esta perdida, no hay a donde ir” cuando Flea me dijo “Vamos a conseguir otros dos chicos nuevos” y fui de estar como una flor marchitándose a “Huh, otros chicos? Es eso posible?”. “Si, conozco algunos músicos buenos” dijo. Una vez que empezamos a pensar en eso, me di cuenta de que teníamos las canciones, teníamos el contrato con la discográfica, teníamos a Flea y a mi, todavía amábamos todo lo que hicimos. No habíamos terminado todavía, por eso necesitábamos encontrar una forma para hacer que eso suceda. Flea inmediatamente sugirió contratar a Cliff Martinez como nuestro baterista. El había tocado con los Dickies, Roid Rogers, los Weirdos, y Captain Beefheart. Yo no sabia mucho sobre Beefheart, pero sabía que el era un legendario. Flea y yo nos recuperamos para ir a hablar con Cliff. El vivía en un loco departamento de un solo ambiente en el cual tu accedías a través de un estacionamiento subterráneo en Harper. No era un departamento apropiado, solo un depósito que había sido convertido. El había estado en los Weirdos, por eso su pensamiento sobre el vestuario de la banda era tener una tabla de lavar y transformarla en una remera, luego encontrar una taza de te y hacer un sombrero. Cuando el toco con Roid Rogers, actuó con un tampón colgando fuera de su trasero. El era más excéntrico que todos nosotros juntos. Yo pensaba que conocía algunas personalidades bizarras de la gente, pero Cliff estaba a un nuevo nivel, pensado en una forma muy gustable, muy atractiva. Cuando le pregunte a si quería ser parte de nuestra banda, el era un tonto alegre, sonriendo, riendo y diciendo, “Hagámoslo. Espero que yo sea lo que están buscando, porque esto puede ser una maravillosa experiencia.” Tuvimos nuestro primer jam, y era claro desde el principio que Cliff Martinez no solo podía tocar locas melodías de funk y súper-originales bases, sino que podía tocar otros estilos y ejecutar cada uno de ellos perfectamente. Ahora debíamos encontrar un guitarrista. Cuando estábamos jameando con Cliff, hablamos sobre guitarristas, y el sugirió a Dix Denney, un tipo que había tocado con los Weirdos. Flea había jameado antes con Dix, y el era un querido socio con quien yo había compartido cosas. Nos sentimos cómodos con el hecho de poder seguir adelante con estos dos chicos. Y Flea y yo podíamos seguir rumbo a Europa. La pasamos muy bien en Europa, explorando Londres, Paris, y luego Ámsterdam. En Paris, me separe de Flea unos días para estar con una hermosa chica danesa. El me dio un silencioso castigo cuando volví, pero luego compre unas lindas tacitas de color azul 102 claro a un vendedor de la calle y las puse en las hombreras de nuestras camperas de cuero, e instantáneamente nos convertimos en los Brothers Cup. Fuimos a Ámsterdam y estuvimos un par de días en Londres antes de volver a casa, pero me di cuenta de que durante el viaje, no podía sacarme a Jennifer de mi cabeza, a pesar de mi rápida relación con la chica danesa y el enfrentamiento que había tenido con la francesa. Volvimos a una interesante situación en nuestro departamento en La Leyenda. Habíamos estado dando batalla con el dueño por meses por la renta que no estábamos pagando, y el había enviado muchas cartas documento, pero nosotros las ignorábamos. Algunos meses antes de ir a Europa, había sacado la puerta del frente del departamento. Ni siquiera eso nos detuvo. Procedimos a seguir viviendo ahí como si no fuera el gran problema el hecho de que nuestro departamento no tuviera la puerta delantera. Decidimos que no había algo mejor en ningún lado a nuestra disposición. Llego a un punto en el cual no podíamos caminar hacia el lugar, porque ella nos escucharía desde su departamento y levantaría un cargo, por eso empezamos a utilizar las escaleras de incendios para acceder a través de la ventana. Luego nos perseguiría utilizando la puerta del frente y vería a Flea durmiendo desnudo, y estaría furioso. Cuando volvimos de Europa, finalmente persuadiría a los marshals para que aparezcan, y ellos colocaron algunos avisos que decían que iríamos a la cárcel si ocupábamos las permisas de nuevo. Flea se mudó con su hermana, que tenia un departamento de un solo ambiente sobre el garage en la parte mexicana de una ciudad en el este de Melrose. Antes, yo me encontré allí, y que tres de nosotros compartirían su cama de dos plazas. No estuve ahí por un largo periodo de tiempo, pero fue suficientemente largo para mí para volver en mi mismo y encontrar a Jennifer. Suficientemente seguro, corrí hacia ella una noche y nos conectamos. Ella vivía en un profundo valle en Encino con su padre, un ex-marino convertido en un hombre de ventas, y su pequeña hermana. Ellos estaban en un clásico y gigante departamento en el valle sin personajes o magia. La mejor amiga de Jennifer era su prima, ambas eran las chicas rubias del valle con una noción personalizada de la moda, divas que pasarían horas maquillando sus caras con maquillajes exagerados y creando excéntricos disfraces antes de salir hacia los clubes. Ellas amaban sus Kamikazes y fumaban sus Sherms, los cuales eran cigarrillos Nat Sherman mojados en PCP. Eran una pareja de locas, pero había algo en Jennifer que encontré absolutamente fascinante, no solo estética sino espiritual, algo en sus ojos, algo en su alma, algo en su ser que me atrajo. Y caí en ella. No tan pronto empezamos a pasar el tiempo juntos y nos convertimos en novio y novia. Ahora tenia a esta nueva persona en mi vida que empezó a tomarme mucho tiempo y energía en mi vida, pero hacia un contra balance siendo mi musa y una chica muy dada. Jennifer tenía solo diecisiete años, pero salía de una relación con un 103 conocido rockero punk de Hollywood. Yo era un fan de el, por eso me sentía un poco celoso cuando escuchaba las historias, pero yo también le daba puntos extras a ella por haber sido la novia de ese tipo. Ella era una flor hard punk-rock que no sacaba las mierdas de nadie y era muy certera sobre ella misma y muy comprometida por ser una persona joven. Ella estaba yendo al Fashion Institute en Los Ángeles cuando nos conocimos. Hasta tenia su propio auto, un hatchback MG amarillo. Como yo, Jennifer era un ser muy sexual, a pesar de que ella tenia poca experiencia sexual. Había estado siendo fuerte por un instante y ella se sentía atraída por mí sexualmente. Cuando hicimos el amor por primera vez, le pregunte si alguna vez había tenido un orgasmo, y ella dijo que no. Había estado cerca cuando estaba en la bañadera y usando el duchador, pero nunca había tenido uno durante un acto sexual. Le prometí que iba a intentar todo lo posible para que eso suceda, y empecé a bajar sobre ella, lo que pareció tardar mucho tiempo. Ella fue acercándose, cada vez mas cerca, y finalmente rompimos ese código y ella se convirtió en este ser orgásmico, lo que fue un gran logro. Una vez hace mucho en nuestra relación, ella quiso tomar acido conmigo. Tomamos algunos y estuvimos dando vueltas por la ciudad con su auto, muriendo por tener sexo, entonces la lleve a la casa de la hermana de Flea. Decidí que en vez de tener sexo en la cama de Karen, lo cual no seria una gran idea, iríamos al baño y tendríamos sexo en la ducha. Acabamos en la ducha de una forma bastante escandalosa y eso se convirtió en una experiencia casi espiritual completa con alucinaciones de arco iris. Después Karen llego a la casa. Karen era una persona muy sexual con ella misma, y nosotros éramos como una especie de amigos sexuales a los que les gustaba compartir de encuentros sexuales, por eso pensé que a ella no le importaría que yo estaba teniendo sexo en su ducha. Pero estaba equivocado, muy equivocado. Cuando salí de ese baño, Flea me llevo a un rincón y me dijo que Karen estaba muy enojada y lo que yo había hecho ahí adentro no era bueno. Eso fue el fin de mis días con Flea y su hermana. Empecé a parar en Encino, y el padre de Jennifer no estaba muy de acuerdo con la idea. Pero el amaba muchísimo a sus hijas, y si eso significaba tener que tolerar a un chico como yo, así iba a tener que ser. Para mi la casa de Encino era todavía otra heladera y otra fuente de comida y un lugar donde podían cuidarme, especialmente cuando me sentía enfermo ese otoño. Había perdido de repente toda mi fuerza, y hasta tener que levantarme de la cama era un gran esfuerzo para mí. Cuando finalmente fui al doctor, el me dijo que lo que tenia era hepatitis. Irónicamente no era del tipo de hepatitis que te contagias utilizando agujas, sino que era el tipo de hepatitis que padeces por comer mariscos en mal estado. Después de una semana en cama, ya estaba bastante bien para seguir. Ahora que había capturado el corazón de la chica que había tenido en mente desde el 104 comienzo, era tiempo de volver al negocio de ser una banda. Uno de nuestros primeros problemas era que Dix no estaba aprendiendo las canciones en la guitarra. Cliff había aprendido todas las canciones inmediatamente. El iría a casa y practicaría toda la noche y aseguraría que el sabia exactamente que tocar. Dix era un gran músico que no podía aplicarse el mismo a las partes de las otras personas. Si le pedías que escriba una canción, el era como un mago. Pero cuando llegaba la hora de aprender los riffs experimentales de Hillel, eso no era lo suyo. Nosotros no entendíamos eso, nosotros pensábamos que cualquiera estaba apto para aprender todo. El podía venir, tocar cualquier cosa y podíamos tener un monstruo de los jams, pero si después decíamos, “Toquemos Get Up and Jump”, Dix dibujaría una laguna, un espacio en la mente. Ese era el mayor problema, porque nosotros habíamos planeado grabar todas nuestras primeras canciones. Por eso Flea y yo decidimos despedir a Dix. Pero como despedís a este caballero, querido, tranquilo? Nos reunimos con el plan de invitarlo a un juego de croquet. Nosotros le explicaríamos todo de una buena forma, le diríamos que su estilo y nuestro estilo no estaban encajando de una forma apropiada, y por eso ambos, nosotros y el, éramos libres de irnos y expresarnos en nuestras propias maneras. Había un pequeño jardín en frente de la casa de Flea, y ahí nosotros armamos el juego de croquet sin ni siquiera consultar sus vecinos. Estábamos golpeando las pelotas, y yo dije: “Bueno, Dix, como anda todo?” “Bien” dijo. “Estuvimos pensando bastante, y lo que pensamos fue que…, Flea, por que no le dices lo que estuvimos pensando?” dije. “Bueno, estuvimos pensando estrictamente en términos musicales…, Anthony, yo creo que probablemente puedas decirlo mejor”. Flea dijo. “Bueno, musicalmente hablando, vamos a decir que estamos yendo en esta dirección, y Flea, por que no sigues adelante a partir de esta parte y terminas con esto?” “Eres un genio en la música, y en tus variedades en todos tus estilos, y estas yendo en esa dirección…” dijo. “Y tu dirección y nuestra dirección no parece que vayan juntas. Lo sentimos” dijimos ambos. Seguimos hablando y explicando como nuestras direcciones en términos musicales no encajaban, y Dix estaba escuchando, como siempre, y no hablando demasiado. Después de que pensamos que le habíamos dicho cuan incompatibles éramos, Dix se dio vuelta y dijo. “Ok, entonces el ensayo de mañana es a la misma hora?” Tuvimos que explicar mas detalladamente que no podíamos tocar con el en la banda nunca mas, y que lo que tenia que hacer era juntar sus cosas, guardarlas, cargarlas en su auto, e irse. Esa fue una de las primeras roturas de corazón que Flea y yo tuvimos que enfrentar y presentir. Nosotros pensábamos que éramos unos cuatro locos de 105 Hollywood, pero ahora estábamos aprendiendo tener que lidiar con las realidades de la vida. Tuvimos audiciones de guitarristas y vimos a un montón de gente, y eso trajo a dos nuevos chicos: Mark Nine, era de una escuela superior de arte que había estado en una banda con Cliff llamada Two Balls and a Bat, y Jack Sherman. Yo no tenia ni idea acerca del estilo que el tocaba, no sabia ni como llego a la audición, pero lo único que sabia era que el tipo era un nerd desde el primer minuto que entro al salón de las audiciones. Ahora, lo que no era malo, era que estamos poniéndole nuestra energía al nerd. Pero este chico ni siquiera se daba cuenta de que era un nerd. El tenía ese pelo muy ordenado, y era muy organizado y limpio. El vendría con una gran sonrisa, pero sin lucir como un tipo interesante cuando jameaba, pero parecía encajar perfectamente con Flea y Cliff y no era algo que nos paralizaba, no era un problema para ellos encontrar y darse cuenta de que ahí había alguien con un gran talento musical. Además este chico tenía unos hoyuelos raros, y las cosas mas complicadas eran naturales para el. Tocamos algunas de nuestras canciones, y pensamos que no tenia un aspecto bajo y sucio de un perro de nuestro sonido, el era técnicamente eficiente, tocando todas las notas correctamente. Su forma de tocar no tenia el mismo espíritu de la de Hillel, pero por lo menos el estaba tocando sus partes. Por eso quedo este chico. Cuando estábamos dejando el lugar del ensayo esa noche, Jack estaba fascinado diciendo “Wow, ese jam fue impresionante, y ustedes chicos son muy buenos. No había tocado ese tipo de funk como desde 1975, cuando toque en la banda Top Forty. Le dijimos que nuestro primer paso era hacer el disco y después salir de gira. “Oh, wow, grabar un disco, eso va a estar bueno” dijo Jack. Después el paro sus impulsos y dijo “Pero si ustedes me quieren en su banda, voy a tener que consultar con el astrólogo antes de ir de gira, porque no puedo ir a una gira cuando esta la tercera luna en Venus y eso puede ser la saluda del otro lado de la proyección astral de Júpiter hacia el quinto universo.” Estuvimos esperando a que el diga “Era un chiste,” pero siguió diciendo esas conjunciones medio retrogradas y todo eso, entonces nosotros tuvimos que preguntarle si todo eso era en serio. “No, es verdad. Seguro que no va a pasar nada malo, pero tengo que consultar a mi astrólogo” dijo. Le dijimos que íbamos a mantenernos en contacto y a llamarlo, y se fue. Decidimos, pensamos y deducimos la mejor forma de seguir con el nerd. Pensamos que el tenia un montón de experiencia y que era un maravilloso guitarrista que tenia un estilo propio. No era el loco y explosivo tipo de funk que estábamos buscando, pero el seria definitivamente capaz de ir al estudio y tocar esas partes, por eso lo contratamos. Eso fue otro evento para celebrar, porque ahora todas las piezas estaban donde tenían que 106 estar. Con la banda ya armada, yo necesitaba un lugar para vivir. Bob Forest y yo habíamos escuchado sobre esas oficinas en un lugar antiguo y clásico de Hollywood Boulevard habían unos edificios de oficinas en alquiler ahí, y eran bastante económicos. El área de Hollywood Boulevard estaba bastante descuidada. El edificio era llamado el Outpost, y probablemente había sido construido alrededor de los años ’20, era el tipo de edificio que en su época había albergado a detectives privados. Era hermoso, con unas escaleras y pasillos muy elegantes, con techos altos y lámparas viejas y ventanas altas y grandes y esos baños antiguos como en esas escuelas viejas con diez mingitorios, todo era de buenos materiales. Había ahorrado unos cientos de dólares, y le dije al propietario que yo era un escritor y que necesitaba un lugar para trabajar. Nosotros sabíamos que no le podíamos decir que queríamos vivir en un edificio de oficinas,hasta pensamos que había algunas otras personas ahí viviendo, pero no lo digas, solamente hazlo silenciosamente, y ellos no sabrán y va a estar todo bien. Me mostraron distintos lugares y yo me quede con el más grande y el más lindo. Tenía un techo alto con muchas ventanas enormes que tenían vista al Hollywood Boulevard. Era un cuarto grande sin baño y con una puerta muy linda de madera. Bob tenía un presupuesto bastante apretado, por eso alquilo el lugar mas barato, que tenia vista a la parte trasera del estacionamiento. Mi alquiler costaba 135 dólares por mes, y el de Bob era probablemente unos 85 dólares al mes, muy barato. No nos pudo haber importado tan poco el hecho de no tener baños en nuestros cuartos; y por eso supusimos que tendríamos que lavarnos en las piletas. Los cuartos de Outpost se convertirían en una escena perfecta de mucha decadencia, locuras y el declive de mentes jóvenes. Un instante después que nos mudamos, Greg, un viejo amigo de Bob en Orange Country, se mudo abajo en el pasillo. El era un amigo con el que consumía cocaína, con el que compraban y vendían cocaína y un guitarrista con un estilo libre. Una diseñadora se mudo al lado mío que vivía con su novio, un tipo grandote que tocaba la guitarra llamado Carlos Guitarlos, con quien yo había tenido algunos choques en el pasado. Me puse en el compromiso de disponerme a decorar mi casa nueva. Puse una cama en la esquina, así como si fuera un estilo loft, y me mude a mi escritorio. La novia de Carlos me ofreció un sofá redondo y chiquito que estaba tapizado con una piel de leopardo, que era un descubrimiento absoluto. Tener a Bob tan cerca de mí fue algo bueno para los dos. El siempre vendría a mi departamento, contaríamos todo nuestro dinero y todo lo que podamos para salir a comprar drogas. La fuente de heroína nos había eludido, por eso ahora estábamos consumiendo cocaína y después tratando de tomar todo lo posible. Claro, que nuestro nuevo vecino Greg, parecía ser nuestra fuente inagotable de drogas. Una noche, estaba por ahí comprando algunas cosas a Greg, y no podía parar y el no podía parar, entonces empezó a traerme las drogas. Seguí yendo a su departamento y comprando 107 más y más. Hasta le di a algunos de mis skis caros y también un día le di mi guitarra en la mañana, lo que desato una cadena de mentiras para mantener ese polvo blanco cerca de mí, porque no tenía dinero ni para la guitarra. Pensé que iba a quedarse dormido y durante cinco días no me iba a molestar. La unión finalmente llego a su fin, y pase a un estado de incomodidad. Después de dormir por unas horas, escuche alguien que golpeaba muy fuerte mi puerta. Era Greg, y quería su dinero, lo podía tratar de entretener y hacer que eso tarde mas días. Estaba equivocado. El continúo viniendo periódicamente, golpeando la puerta cada vez más fuerte. En realidad, escuchaba el ruido de la madera cada vez que venia. Me levante de la cama y vi un hacha enorme justo a través de mi hermosa y gruesa puerta de madera. Eso no parecía estar bien. Me imagine que podía estar ahí tirado en la cama y el trataría de perseguirme y de cortarme en pedazos con esa hacha porque yo no tenia ni dinero, ni la guitarra para darle, o podía tratar de correr para tener una chance de sobrevivir, o de cambiar las cosas. Volé hacia la puerta, la abrí y grite, “Tu, bastardo! Mira lo que le estas haciendo a mi puerta!”. El aire parecía desinflarse desde este enardecido amigo coquero. El miro a la puerta y después a mi y dijo, “Dios mío, estoy muy apenado. Voy a arreglar esa puerta ya mismo”. Decidí aprovecharme de mi ventaja. “Que te crees?” dije. “Ahora me debes el dinero de esto”. Greg me miro confundido. “No, tu me debes dinero a mi”. “Deberte plata? Mira lo que le hiciste a mi puerta, amigo. Creo que hasta deberíamos llamar”. “No se… Le debo a mi amigo toda esta plata” “Mira, conserva los skis. Vete de aquí, destruiste mi puerta”. Greg se dio vuelta y camino hacia fuera como un cachorrito con un hacha en su mano. Había un gran pedazo que había sido cortado y sacado de mi puerta, y podías ver justo todo mi espacio, por eso tome algunos papeles con un poco de cinta y tape todo. Luego me fui a la cama. Ese no fue un día atípico en Outpost, estaba triste para decirlo. Muchos de mis días se trataron de estar con Bob, consumiendo drogas a la noche, despertarse al otro día sin dinero, y tener 95 centavos para ir abajo y comprar una porción de pizza. Flea ya no era un participante en nuestra vida no saludable. Mientras nosotros todavía vivíamos en La Leyenda, el había leído acerca de esa banda D.C. llamada Minot Treta, que estaban haciendo promoción de una filosofía en contra de las drogas con una canción llamada “Straight Edge”. Flea estaba tan desmoralizado y deprimido por todas las drogas que el había estado consumiendo que recorto las letras de las canciones de la revista, afeito su cabeza y trato de seguir la filosofía de no drogarse. No era muy 108 posible, pero el trato de hacer lo que se había propuesto. Avanzó y consumió menos drogas, a pesar de que Bob y yo estábamos totalmente fuera de control. Una vez yo estaba en el Outpost, y había estado consumiendo cocaína y speed, y me quede sin nada. Y ahí viene el momento en el que necesitas consumir cualquier cosa, hasta si estuvieras ya drogado, quieres mas de todos modos. Alguien me había dado algún acido y tenia una botella de vodka, entonces agarre la pastilla y la coloque en una cuchara, puse un poco de vodka, disolví la pastilla lo mejor que pude, y me tome el LSD mezclado con el vodka. Esa fue la primera vez que tome acido en un segundo. Y en vez de saborear heroína, cocaína o speed en la parte de atrás de mi boca, estaba saboreando vodka. En algún momento, entre en la heroína china blanca. Puedo recordarme gastando toda mi plata en cocaína y estando tirado en la cama, sin ganas de dormir. Y llamaría a Jennifer en el valle y pedirle a ella si quería venir a cuidarme, que significaba que traería plata con la que podríamos comprar heroína para volar. Y eso seria usualmente como a las 4 de la mañana, y en Hollywood Boulevard esta todo muy tranquilo a esa hora y yo era un alma en pena andando por la vida y esperando escuchar el sonido de su MG. Era un tipo dopado que podía escuchar el distintivo sonido de su auto, y 10 minutos antes aparecería. Y me daría 20, 40 o 60 dólares, todo lo que tuviera. Ella no tenía ese problema con las drogas a esta altura, por eso estaba ahí para rescatarme y sacarme de eso. Esa era nuestra rutina, yo escuchando el auto llegar y esa sensación era buena porque sabía que ella estaba estacionando abajo. Mis problemas con las drogas habían empezado a influir en la banda. No iba a los ensayos, y después podía ir a AWOL, por un instante, y estaba tratando de ponerme a la misma altura que Flea. El tenÍa que ocuparse de la discográfica y por eso tenía muchas cosas para hacer y yo podía estar tirado en el suelo del Outpost, envuelto en algunas frazadas después de una noche de abusos, tratando de dormir un poco. Un día estaba en esa situación y escuche que alguien golpeo la puerta. Era Flea. Entro a mi cuarto, que estaba bastante desordenado, me miro y me dijo. “Anthony, levántate”. Me senté. “Ya no puedo hacer esto contigo, estas muy arruinado. Voy a dejar la banda”. Me desperté, porque no era eso lo que estaba esperando que el diga. Pensé que iba a decir, “Eres un desordenado, tenemos que hablar sobre esto, porque no puedes estar drogado todo el día, tienes que calmarte un poco”, pero cuando el dijo que iba a dejar la banda, todas mis células reventaron y yo quede petrificado. Ese era el primer sabor que en la realidad yo podía estar destruyendo el sueño que nosotros habíamos creado con esta maravillosa banda que estaba llena de bailes, energía y sexo. Quería estar en esta banda con Flea más que nada. Pero como podía comunicarle eso a el? Después se me ocurrió una idea. “Flea, no lo puedes dejar” y dije “Voy a ser el James Brown de los ‘80”. Como podía el discutir por eso?. 109 Capítulo VI Los rojos calientes Después de firmar nuestro acuerdo Flea y yo hicimos de las oficinas EMI nuestra casa lejos de casa. Algunas personas eran amistosas con nosotros, pero teníamos el sentimiento de que si ahí estaba un podio de las bandas del sello discográfico, nosotros estábamos ahí, estábamos muy lejos de eso. Aun teníamos el problema de tener que pasar por los guardias de seguridad de la puerta principal. Cada vez que entrábamos pasábamos por un gigante Rolls Royce aparcado en la entrada. Nosotros preguntamos de quien era ese coche y ellos nos dijeron “Oh, ese es de Jim Mazza. El es uno de los directivos de la compañía.” Pero cuando preguntábamos para reunirnos con el, nosotros sabíamos que no podríamos, el no estaba involucrado en el día a día de ninguna banda. Yo empecé a preguntarme si el sabia de una banda de su sello discográfico llamada Red Hot Chili Peppers. Una tarde Flea y yo fuimos para allí, y Jaime Cohen, quien nos había contratado, estaba fuera. Exigimos ver a un superior y su secretaria nos echo “El no esta disponible. Esta en una importante reunión con la plantilla de EMI Internacional. Ellos están en medio de la reunión” dijo ella. Flea y yo nos agachemos en una esquina y discutimos y decidimos hacernos ver de manera radical en EMI. Así que fuimos a un pequeño lavabo, nos quitemos la ropa, entremos por la puerta, saltemos en la mes, corrimos arriba y abajo dando bocinazos y chillidos. Entonces miremos hacía ellos y comprendimos que esos no eran los hombres que esperábamos encontrar. Era un encuentro multicultural del equipo EMI de todo el mundo, y todos ellos tenían sus portafolios, sus papeles, sus gráficos, sus apuntes y bolígrafos, y nosotros habíamos echo tonterías delante de todos. Cuando nos dimos cuenta de eso, saltemos de la mesa y salimos de la habitación corriendo y luchemos para ponernos nuestra ropa interior mientras éramos perseguidos por los guardias de seguridad, quienes habían sido informados de nuestra incursión. Quitemos dos piezas de mercurio y escapemos de los guaridas a través del aparcamiento y subimos por Hollywood Boulevard hasta que lleguemos al Waddle's Park. Entonces nos sentemos y entendimos que habíamos interrumpido una reunión de EMI y que ellos sabían quienes éramos, llegados a este punto yo empecé a ponerme un poco paranoico. “Fue una buena idea, no es así?” le pregunte a Flea “Pero que pasa si ellos nos echan de la discográfica? Ellos nos vieron bastante trastornados. Piénsalo, ellos estaban asustados. “Oh, Dios, y si no nos vuelven a contratar nunca mas?”. Cuando nosotros nos derrumbemos llamemos a Lindy para saber si aun podíamos hacer algo. Pero todo se calmo, y estábamos preparados para grabar nuestro primer álbum. Jamie 110 y Lindy querían saber quien queríamos que produciera el álbum, Flea y yo sin dudar recomendemos a Andy Gill, el guitarrista de “Gang of Four”. Su primer álbum, Entertaiment, era el que me había inspirado para mis bailes cuando yo estaba viviendo con Donde. La música era muy angular, dura e inquieta, el arquetipo de la escuela funk inglesa y las líricas de Gill eran buenas y sociopolíticas, pero de una manera que no parecía que ellos estuvieran hablando de eso demasiado seriamente. Lindy tuvo una reunión con el manager de Gill y el estuvo de acuerdo con producirnos, lo que nosotros veíamos como una buena victoria. Cuando nosotros tuvimos el encuentro con el, el hizo unos comentarios despreciativos sobre trabajar temprano, nosotros debíamos haber visto la nota en el tablero. Empezamos a hacer la preproducción del álbum en los estudios SIR, que estaban en Santa Mónica, justo al lado de Vine, a un par de bloques mi nueva casa con Jennifer. Yo tenia un poco de dinero del contrato del disco y Jennifer vendió su MG y escapemos juntos a alquilar una pequeña casa en la avenida Lexington, una pequeña área de Hollywood donde estaban las casas de todo tipo de prostitutas, transexuales o chicos jóvenes. Andy Gill empezó con el trabajo de preproducción con Cliff, Jack, Flea y conmigo, pero lo hacia con la sensación de que yo no estaba. Realmente yo no sabía que demonios le pasaba al productor. Eso fue extraño, una situación incomoda para mí y la presión empezó a afectarme. Me fui a una horrible juerga de drogas, desaparecí durante días, usualmente yo me metía coca porque tenia un par de buenas conexiones para conseguirla. Bob Forest se había vuelto un tipo que estaba en una banda de rock importante de Los Ángeles. El vivía en un gran ático en Hollywood. Yo era una especie de timador y una comadreja y al final decidió negarse a alquilarme su apartamento. Cuando yo me presentaba el tiraba una lata que ataba a una cuerda desde su balcón. Yo tenia que poner el dinero en ella y solo entonces el me lanzaba la coca. Pero mi fuente de más confianza para conseguir coca era el guardia de un estacionamiento vecino que había en la plaza. Alguien me contó que cuando fuera a aparcar el coche todo lo que tenia que decir era “necesito un ticket” o “necesito medio ticket” ese era el código para comprar cocaína. Y yo iba por la mañana, por el mediodía, por la noche y pedía montones de tickets. La heroína empezó introducirse en el panorama, demasiado. Jennifer me odiaba cuando me metía heroína, porque yo desaparecía y hacia cosas extrañas, no era la misma persona cariñosa y centrada. Ella no tenia miedo plantarse delante mió, chillarme y pegarme puñetazos. Pero una noche estábamos en el “Power Tools Club” en el centro de la ciudad y tropecé con Fab, quien recientemente se había mudado a un lujoso loft que estaba a unos bloques del club. Fuimos a su casa y me vendió una minúscula y pequeñísima dosis de la fuerte heroína blanca China que tu nunca quieres encontrar, es tan fuerte que nunca debes inyectártela. Aspiramos un poco, era como estar flotando dentro del cielo. Jennifer amaba aquello y 111 cuando volvimos a casa tuvimos sexo continuamente durante doce horas, el principio de nuestras maratones de sexo y heroína que nunca acababan. La primera vez que te colocas tienes el sentimiento de que te perseguirá el resto de la vida, porque la siguiente vez que lo haces esta bien pero no tanto como la primera. Para entonces, la heroína blanca china era muy barata y parecía inofensiva. Eso no era como cuando yo estaba en la calle haciendo chorradas estrafalarias o pinchándome en el brazo acabando con ciento de heridas y goteando sangre por todo el lugar. Eso era mucho más elegante, vivir en ese loft con cuadros y gente francesa, tomando drogas y sintiéndote eufórico, y para acabar cuando tú te levantabas por la mañana, todavía te quedaba algo de dinero en los bolsillos. La heroína china blanca era como un organismo de engaños. La primera vez te muestra el cielo, no te muestra el infierno. Jennifer y yo empezamos a meternos más heroína, pero yo todavía iba a esas maniacas juergas de coca. Cuando podía, me llevaba el nuevo coche de Jennifer, un viejo taxi que ella llamaba el Circo Cacahuete porque tenía el color de esos dulces caramelos. Cuando no podía usarlo me veía obligado a ir andando hasta mi nuevo vendedor, un escritor que vivía a un par de millas de mí. El vendía heroína y cocaína, lo que era bastante conveniente para mí. Nunca encontré buenos vendedores desde que el se drogaba con su mercancía. Por supuesto, yo era ese típico cliente que no te deja en paz, siempre acudía a el y generalmente insistía hasta que el me vendía lo que quería. Un día yo estaba metiéndome coca en su lugar, pero yo estaba loco y fuera de mí. Había estado fastidiado por tener que usar jeringuillas y algodón esterilizado las primeras veces que me drogaba pero ahora no me preocupaba demasiado por ello. Si tenia que hacerlo utilizaba jeringuillas encontradas en la calle. En lugar de algodón esterilizado yo usaba un trozo de mi calcetín, o más cómodamente, el filtro de un cigarrillo. La primera vez que me pinché solo usaba agua esterilizada para disolver la mercancía, pero ahora usaba agua del inodoro, una fuente o incluso de un charco. Esa conducta alocada empezó a interferir en mi vida profesional. Empecé a faltar a los ensayos y a las sesiones de escritura. Entonces llegue incluso a olvidarme de algunos shows en directo, incluido un gran concierto de punk-rock en el auditorio olímpico del centro de la ciudad, donde teníamos que tocar con nuestros amigos los Circle Jerks y Suicidal Tendencies. Empezaba la juerga un par de días antes y cuando llegaba el día el show ya no podía parar de drogarme. Intente decirme a mi mismo “Ok, este es el ultimo gramo de droga que te metes y entonces iré a hacer el show”. Desinfle la banda como un globo de chicle. Era el sentimiento que tenia, pero Keith Morris, mi amigo de Circle Jerks, ocupo mi lugar. El cantaba la misma línea “Lo que ves es lo que haces” en cada momento de cada canción. No fue la única actuación que perdí por estar fuera de mi. Antes de eso, tuvimos un show en Long Beach e invitemos a algunos chicos del público a subir para cantar las letras. Y otra vez canto el hermano de Lindy. 112 Decidimos grabar el álbum en los estudios El Dorado, que esta arriba de Hollywood y Vine. El Dorado era un viejo y clásico estudio de Hollywood con el equipamiento simpáticamente vintage. Contratemos a Dave Jerden como ingeniero, era un hombre experimentado y competente. Andy Gill era mucho más diferente de lo que esperábamos. Era una persona abordable, pero el era muy ingles, medio distante, claramente inteligente, pero no era cercano. Nosotros éramos agresivos, bombas individuales, y ahí estábamos, con ese tipo dulce y de pantalones elegantes. Aunque a nosotros nos gustaba y el estaba interesado en nosotros, pero no ponía las manos en el fuego. Ciertamente el no amaba nuestra ideología ni estética musical. Era casi como si estuviera por debajo suyo. El estaba ahí, haciendo y deshaciendo, pero listo para llegar a otra parte. Y nosotros estábamos como “Donde quieres ir? Esto no es lo que somos!” Así que hubo pequeñas tensiones. Un día eche una ojeada a la libreta de Gill y vi que al lado de “Police Helicopter” el había escrito “mierda”. Yo estaba destrozado porque el hubiera desechado la canción como si fuera una mierda. Para nosotros “Police Helicopter” era una joya. Encarnaba nuestro espíritu, era cinética, punzante, angular, descargaba agresión y fuerza en el sonido y la energía. Leyendo sus notas probablemente cerremos un trato en nuestras mentes que decía “Ok, ahora estamos trabajando con el enemigo”. Eso nos puso en contra de el, especialmente a Flea y a mi. Hacer esa grabación se volvió realmente en una batalla. Andy pensaba que debíamos hacer un gran disco a toda costa, pero tenia tantos errores que podía llenar una agenda. El quería hacer de nosotros una mejor banda de lo que éramos. Y llegábamos con esos sonidos realmente bellos, toscos e interesantes, y el venia y decía “Oh, no no no, tu nunca podrás poner esos sonidos en la radio”. Nosotros decíamos “A que viene esto? Nosotros no hacemos esta música para que suene en la radio.” Y el decía “Bien, yo estoy, yo voy a poner algunas canciones en la radio de aquí”. Jack Sherman tampoco estaba en el mismo lugar que Flea y yo. El era nuevo en la banda y el estaba mas cerca de cooperar con Andy, haciendo esos sonidos limpios que en teoría eran viables para ponerlos en la radio. Si los dos estaban unidos era porque Andy había visto a Jack como la prueba de que el podía controlar el estudio, nosotros estuvimos todo el tiempo discutiendo sobre el tono de la guitarra de Jack. Andy intentaba suavizar aquello y nosotros nos sentíamos ultrajados, “Esto es débil y suave y esta es una canción de punk rock y tiene que ser dura,” chillábamos. Parte de la frustración que teníamos con Jack era el era un guitarrista pulido que realmente no tenia el estilo punk-rock. Un factor mas de que el era muy anal, muy distinto a Flea y a mi. Un día Jack estaba preparado para tocar en el estudio y yo llegue temprano. Tenía un trapo en la mano y limpiaba suavemente el cuello de su guitarra. Había venido con una bolsa de medico llena de cosas, saco un spray y empezó a 113 aplicarlo a lo largo del cuello de su guitarra. “Que demonios estas haciendo? Que les estas haciendo a tu guitarra?” le pregunte. “Oh, esto es Fingerease. Ayuda a tus dedos a deslizarse arriba y abajo del cuello fácilmente” dijo el. Yo pensé en Hillel, quien tocada tan duro que sus dedos empezaban a estar separados. El sabia si había tenido una buena actuacion si veia resto de sangre en su guitarra. Y ahí estaba ese tipo echándole spray a su guitarra para que sus dedos se deslizaran fácilmente. Tuve una discusión sobre eso “Tu usas Fingerease? No salgas de casa sin el Fingerease”. El se volvió y dijo “Oh, probablemente tu no sabes que puedo disminuir siete acordes con esto”. El primer par de días en el estudio todo parecía ir bien. Pero pronto me di cuenta de que Andy estaba haciendo un sonido que no era nuestro. Al final de las sesiones, Flea y yo entremos literalmente de manera ruidosa en la habitación del control del estudio, nos arrastremos sobre la consola VU y chillemos “Jodete! te odiamos! Esto es una mierda!”. Andy estuvo todo el rato totalmente calmado y Dave Jerden estaba como uno de esos muñecos que se ponen detrás del coche, moviendo la cabeza arriba y abajo diciendo “Nosotros hemos escuchado a Andy, hemos escuchado a Andy”. Estábamos algo alegres por la materia. Una noche estábamos en medio de una de esas odiosas discusiones con Andy en el estudio cuando Flea dijo “Vamos a meter esto en un agujero, voy a traerte una gran mierda”. “Oh si seguro, y tráela para mi, entonces, habrás ganado”. Dijo graciosamente Andy. “Ok” dijo Flea. Seguí a Flea fuera de la habitación. Durante todo el camino hasta el baño estuvimos diciendo “Vamos a llevarle realmente la mierda”. Así que Flea cagó y nosotros la pusimos en una caja de pizza que estaba en el estudio, fuimos al recibidor y le entreguemos la mierda pizza a Andy. El solo estrecho sus ojos y dijo “Que predecible”. Ese día, Flea había echo eso para demostrar porque éramos una buena banda, porque le habíamos traído mierda a Andy Gill. Recuerdo que estaba a reventar de felicidad durante ese periodo. Las nuevas canciones como “Buckle Down”, “True Men Don’t Kill Coyotes”, “Mommy, Where’s Daddy” y “Grand Pappy Du Plenty” sonaban excitantes y buenas. Pero estuve terriblemente decepcionado al escuchar las mezclas de “Get Up and Jump”, “Out in L.A.”, “Green Heaven” y “Police Helicopter”. Todas aquellas canciones sonaban como si ellos las hubieran pasado por un esterilizador. Cuando tocábamos esas canciones sonaban con un sonido viciado y ahora sonaban como ruido de un globo de chicle. Las tensiones afectaron a Dave Jerde, que estaba siendo tratado por una ulcera estomacal y faltó al trabajo una semana. Entonces Andy tuvo que ir al hospital por un cáncer de testículos que le tenían que quitar. Mientras el estaba en el hospital, Flea y yo intentamos que Dave Jerden reeditara el álbum, pero no lo hizo. 114 El disco estaba estrenado, pero no había nada que celebrar. Yo me sentía como si hubiéramos aterrizado entre dos picos de montaña, el valle de transigir. No estaba avergonzado de esto, pero para nada era como nuestra maqueta de prueba. Todavía nuestra idea era “Ok, este es nuestro disco, vayámonos lejos”. Especialmente después de que leyera nuestro primer articulo. Recogí BAM, una pequeña revista musical, y simplemente habían asesinado el disco. Yo estaba muy dolido, pero entendí que a veces la gente hace esto y a veces no lo hace. Yo no podía influir en las cosas que los críticos decían sobre nosotros. Entonces tuvimos una entrevista entusiasmadora en uno de los primeros números de la revista Spin, así que teníamos el yin y el yang en los artículos del disco. Y sin razón, habíamos sido nombrados en algún que otro lugar de la columna “L.A. Dee Dah”. Antes de que el disco saliera, posamos para nuestro primer póster. Nosotros habíamos echo una sesión de fotos con nuestros calcetines previamente, y que se volvió infame, pero este era nuestro primer póster promocional oficial. Antes de la sesión tomé un rotulador y empecé a dibujar sobre el pecho, estomago y hombros de Flea, eran unas líneas, garabatos y puntos, pero quedo genial. Íbamos vestidos con unos gorros poco favorecedores, entonces Cliff se presento e iba vestido totalmente diferente. El iba vestido con una enorme mascara, un gorro encima y una especie de guantes que no dejaba ver ni una pulgada de su piel. Se veía como un robot. Entonces Flea me metió en un “headlock” y posemos para el póster. Nosotros hicimos el bobo en cada foto. Habíamos echo de recién nacidos en una época cuando posábamos, hacíamos posturas, fruncíamos y tomábamos posesión del paisaje. Lo normal era salir lo mas guapos posible, pero estábamos en contra de cualquier cosa que fuera popular. Tanto hicimos el bobo y distorsionemos nuestras caras que parecíamos como la respuesta de la naturaleza a toda esa gente que intentaba estar cerca de la perfección. Teníamos que hacer nuestro primer video. Enigma/EMI nos dio algo de dinero y contratemos a Graham Wiffler quien había hecho unos videos para un grupo de San Francisco llamado “The Residents”, nosotros amábamos esos videos. El diseño un video para “True Men Don’t Kill Coyotes”, nos presentamos y estuvimos dieciocho horas haciendo cosas como brotar de debajo el escenario a través de agujeros de arena mientras que un granjero estaba regando sus campos de maíz. Estábamos completamente hechos polvo. Si nos hubieran echo dormir en una cama de clavos en medio de un jaleo, hubiéramos dormido igual. Recuerdo que cuando me levante al día siguiente me sentí como si tuviera cien años. Amo ese video, aunque se me hacia extraño ver a Jack Sherman en el lugar de Hillel. Mas o menos una semana después de que nuestro disco se hubiera estrenado, sin saberlo yo, Flea recibió una llamada de Johnny Lydon, de los famosos Sex Pistols, para una audición de bajo para su nuevo grupo “Public Image”. Tranquilamente, Flea fue e 115 hizo la audición, no fue distinto la vez que tuvo una para Fear cuando el tocaba con What Is This. Le fue muy bien y fue la primera elección. Entonces lo consulto con Hillel, igual que hizo conmigo cuando fue a abordar por Fear. Ellos escucharon los dos grupos, y Hillel le pregunto a Flea si el quería ser un miembro secundario de Lydon o el creador de algo nuevo. Flea decidió aguantar en nuestra banda. Gracias a dios por ello, porque en esos momentos yo era más un muñeco roto de trapo que una persona. Estoy seguro de que Flea estaba pensando constantemente “Jesús... yo no puedo confiar en este adicto maniaco. El esta últimamente fuera de aquí, dejando marcas y señales. Negro y azul, abajo y arriba. Comerciando coches, desapareciendo, en los calabozos. Justo como un jodido cabeza hueca. Como puedo tolerar esto?” Para entonces, una vez, se suponía que nosotros debíamos ensayar, pero no aparecí. Jack Sherman tenía muchas ganas de empezar, pero Flea estaba sentado con su bajo en las rodillas y su cabeza colgando hacia abajo. “Venga, vamos a hacer algo” dijo Jack “Cállate” le gruño Flea. “Que pasa contigo? Porque estas tan abatido? Porque no empezamos a trabajar un poco?” se quejo Jack “Si tu amigo pudiera morir de aquí a un minuto, tu también estarías abatido, y mucho” dijo Flea. Yo no había escuchado sobre cambiar hasta ese año. Fue lo más temprano, que yo recuerde, Flea nunca expreso nada íntimo hacia mí. Nunca hablemos sobre ello, nunca fue “Estoy preocupado por ti. Pienso que tienes un problema, o te centras o morirás joven.” Era siempre “Yo no puedo hacer esto. No puedes dejarme colgado. Necesito alguien en quien pueda confiar.” Asumí que el era mas como Jack y que no podía considerarse a si mismo como un hermano guardián, el quería conducir su vida profesional y necesitaba un compañero de confianza. El álbum había salido a la venta ese verano, y teníamos que promocionarlo, estábamos listos para ir a Nueva York y tocar en el CMJ New Music Seminar, que era la reunión mas importante que conocíamos para los actos alternativos. Casi no sabia lo que hacia en Nueva York, no a causa de la cocaína o la heroína, pero si había abusado de otra droga, el alcohol. Estuve en casa de Michigan para mi visita anual durante el verano. Lleve a Jennifer, quien se presento con su típico peinado tricolor con plumas saliendo de su peinado. Cuando la presente a mi familia ellos no sabían como tratarla. Se veía como una gigante competición de narcisos que florecían. La primera cosa que hizo fue salir e ir al melocotonero y construir un “tepee”. Yo pensé que ella estaba haciendo un “tepee” de juguete, pero tenia una gran pasión por la cultura nativa americana, así que estuvo toda la tarde y toda la noche fuera haciendo el “tepee”. No sabia si ella había traído el material, porque siempre llevaba una mochila llena de ropa y materiales, pero había construido un genuino “tepee” que resistiría el duro invierno de Michigan. 116 Antes de dejar Los Ángeles estuve metiéndome más heroína de la que quería. Yo empecé ha hacerlo una vez a la semana como costumbre, porque si lo haces mas de una vez a la semana tu estas en peligro de engancharte. Entonces es como “Yo lo hago dos veces esta semana, pero no lo haré la próxima.” Pasan tres días y tu estas como “Yo dejo un día entre las veces que me meto, porque de este modo nunca me enganchare” Entonces es como “Si lo hago durante dos días y después estoy dos días sin hacerlo, entonces solo lo hago un día, yo no puedo engancharme.” Ya has perdido la batalla. Mientras tanto, Jennifer se estaba haciendo buena amiga de mis hermanas. Mi mama no sabia que pensar de esa pequeña y loca chica. Por supuesto, como todas las madres, ella no comprendía que la chica loca en su casa era de su hijo. Una noche me sentía enfermo porque había quedado sin el pequeño montón de droga que había traído para mí. Intuitivamente sabía que necesitaba algo de medicina para alejar el dolor, así que deje a Jenni en casa con mi madre y fui al encuentro de mi amigo Nate, que estaba en un bar con un grupo convencional. Todos ellos vestían igual, bebían lo mismo, conducían los mismos coches, tenían el mismo tipo de trabajo y vivían en casas parecidas. Y bebían mucho. El alcohol nunca fue mi primera o segunda o tercera droga elegida. Bebía alcohol regularmente, pero nunca con la misma tolerancia que con otras cosas. Pero me sentía enfermo y fui llevado arrastrado por la corriente a ese bar de Gran Rapids, donde estaban locos y que no tenía mucho espíritu. Así que empecé a beber cerveza de algo que parecía un contenedor gigante de palomitas. Tenía que agarrar toda la droga del lugar y largarme de ahí. Yo pensé que estaba bien, pero no tenia ni idea de cómo de colocado estaba. Tuve que recorrer veinte millas por una carretera directa para volver a casa de mi madre. Yo nunca uso cinturón, igual que iba a hacer ese día, pero cuando estaba despidiéndome de Nate, como una broma, hice el pacto de ponerme el cinturón. Así que apreté el pedal del coche de mi madre y seguramente lo puse entre ochenta y noventa millas la hora. Estaba realmente cansado y empecé a cabecear y entonces daba una brusca sacudida. Me pasó esto un par de veces, y entonces decidí que era el momento de cerrar mis ojos un segundo. Estaba tan borracho que no sabia lo que hacia. Me desmaye y el coche viro y salio del camino, salto fuera de la carretera, se golpeo y dio varias sacudidas, entonces me desperté y vi un enorme grupo de árboles delante de mi. “Árboles? Que...?” Boom! El coche quedo como un acordeón entre dos olmos, y el motor estaba ahora cerca de mi en la silla del conductor, y yo intentaba dirigir el volante que se había roto en el impacto con mi cara. Yo estaba ahí inconciente y sangrando, pero una persona escucho el accidente. Por fortuna, esa persona era un paramédico que tenía su ambulancia en el camino. En cuestión de minutos llamo a los bomberos y ellos llegaron tomando las riendas de 117 mi vida y me sacaron del coche. Los paramédicos se cernían sobre mí preguntándome quien era el presidente. Respondí cada pregunta perfectamente sin entender porque ellos estaban intentando probar si tenía daños cerebrales. Yo no sabía que toda mi cabeza estaba totalmente abierta y que parecía un plato de espaguetis y albóndigas. Fui llevado al hospital más cercano y se lo notificaron a mi pobre madre. Ella estaba en casa ayudando a su marido, Steve, de su reciente cirugía para implantarle un marcapasos. Pero en unos minutos, mi madre y mi hermana Jenny estaban delante el quirófano. Ellas me vieron como un fantasma. Pregunte si podía usar el baño, y las enfermeras me dejaron ir de mala gana. Me mire en el espejo y fue como volver a ver el hombre Elefante. Mi labio superior estaba tan hinchado que cubría mi nariz, mi nariz se veía como una coliflor aplastada en medio de mi cara, mi ojo izquierdo estaba completamente cerrado pero parecía una bola de billar. Y tenia sangre por todos lados. Instantáneamente pensé “Oh Dios mío. Nunca volveré a verme como un ser humano.” Yo podía ver con el otro ojo y sabia que era el final de mi cara tal y como la conocía. Estuve en el hospital una semana tomando Percodan cada día y lo tomaba tan rápido como podía para que me volvieran a dar, amaba ese sustituto de la heroína. Pero al final el medico se dio cuenta de mi juego y me corto el suministro. Un par de días mas tarde la hinchazón se bajo y ellos arreglaron los huesos rotos. Tenia roto el cráneo, el parpado de un ojo, tenia hecho pedazos la orbita del fondo, que es el finísimo hueso que es el soporte de tus globos oculares. El cirujano plástico hizo el trabajo a través de una foto que mi madre le había facilitado, pero con un poco de titanio y un poco de Teflón, me devolvió una cara muy parecida a la mía. Llame a Lindy, me disculpe y le dije que no creía que fuera posible hacer el show CMJ. Pero Flea pregunto si yo podía asistir. Para entonces mi cara ya se veía bastante bien, así que decidimos que podía cantar. Jennifer me hizo un gorro púrpura de cowboy. Por una parte estaba mi cara moldeada y mi gorro de cowboy púrpura y por otra mi chaqueta de cuero con tazas, y la banda hizo su mejor trabajo tocando en ese enorme escaparate. Recuerdo que estaba nervioso, aterrorizado, herido y energético, y era la primera vez que comprendía, bien, que tenia que encontrar un modo de sacar esa adrenalina y ese grupo de mariposas y salir con ellos al escenario. Ese es un sentimiento que se metió en mi de por vida, porque si yo no había sentido eso antes del show, era porque la sangre no fluía. Después del show, Flea y yo entremos ruidosamente en la habitación de MTV. George Clinton, Madonna, Lou Red y James Brown estaban de invitados, pero nosotros tomamos la zona de entrevistas, que fue el comienzo de nuestra monstruosa rutina, a diferencia de algunas bandas, no teníamos un portavo en especial. Nosotros éramos las “bocas chillonas”. Dos desde el principio, sentados en la misma silla y compartiendo el mismo micro. Esto es algo, que por desgracia, se disipo con los años, porque nos sentíamos apoyados en el otro y nos sentábamos encima del otro, y 118 empezábamos y acabamos las frases de los otros de la mejor manera posible. Ese extraño sentido de la competición estuvo siempre presente entre nosotros sin interferir en nuestro singular propósito a la vez. Estábamos felices de tener un foco y estábamos felices de compartirlo. Supongo que la simbiosis es algo que se acaba con los tiempos sin ninguna razón. Eso es triste. Fuimos a Club Zero temprano y nos presentemos nosotros mismos como “Dentro y Fuera”, y entremos en una rutina de Abbott y Costello “Estoy fuera? Yo pensaba que estaba dentro”, “Oh! He vuelto otra vez a dentro?”. Dormíamos juntos en estaciones de metro. Entonces no podíamos compartir la misma casa. Nosotros sentíamos que éramos la mayor y más exitosa banda en el mundo. Nunca vimos si las otras bandas vendían montones de discos y tocaban estadios con mucho más éxito. EMI estaba decepcionada con nuestras ventas y cuando ellos nos dijeron que nuestro disco no vendía, nosotros respondimos “Ok, y cual es el problema?” Yo no era uno de esos chicos que crecen soñando con discos de oro. Para mi, mi vida era la que tenía delante de mí, que estaba haciendo ese tour por América en una furgoneta Chevy azul. En todos los lados donde tocábamos había gente, y ellos se entregaban y nosotros rockeabamos y dábamos aquello a todos. Nada puede describir como de desprevenido estaba para algo así. Lindy dijo: “Van a hacer un tour” y nosotros dijimos “Donde vamos?” Esto fue cuando transmitíamos en cadena con Trip Brown, nuestro primer agente musical. Yo no sabia que era un agente musical, pero resulta que a parte de un manager tu tienes otra comadreja de otra industria, no todos ellos son comadrejas, es hablando generalmente. Así que nos apuntaron para ese tour sesenta fechas en sesenta y cuatro días, cubriendo todo Estados Unidos. Nunca paso por nuestras mentes decir “Hey, son un montón de shows, y no tenemos días de descanso”. Antes de irnos, la banda convirtió la furgoneta en una preciosa Chevy azul con rayas blancas. Lindy la había conseguido de un grupo de la iglesia y era una gran VO que transportaba ganado. El par de veces que Lindy me dejo conducir, fui capaz de hacerlo. Bob Forrest condujo la furgoneta en nuestra primera ronda, que fue en Detroit. Bob era un talentoso letrista e interprete, pero se ofreció para ser nuestro conductor así que lo contratamos. Tener a Bob conduciendo la furgoneta a través del país no es tan fácil como suena. Es el tipo de persona que no puede manejar cinco dólares, el se gastaba todo el dinero que le dábamos en las cosas mas estúpidas posibles, nada de aceite, gasolina o alojamiento. Por el tiempo que estuvimos en Detroit, era un borracho arruinado, estaba distante y enfadado “Porque ustedes van a volar y yo tengo que conducir?” “Porque nosotros te hemos contratado para que conduzcas nuestro equipo. Ese es tu trabajo”. Le dijimos. Y teníamos que vivir constantemente con eso “Yo soy feliz fuera de aquí, pero yo debo estar para que actúen.” Nuestro primer concierto fue en una bonita avenida llamada St Andrewa Hall. Para esos 119 días, nosotros mirábamos antes del show que todo estuviera bien. Así que empezamos y Jack daba tanto por culo como podía. El nos fastidiaba poniendo problemas a todos. “Esta cuerda solo tiene ocho pies y esta tiene doce, porque yo tengo que estar aquí haciendo la mezcla con los monitores, y tengo que poner Fingerease, porque el viaje ha hecho que las cuerdas de la guitarra estén secas.” Estábamos preparados para ir a hacer algo salvaje y destruir el lugar, y el estaba ahí quejándose. Fuimos a probar el sonido con “True Men Don’t Kill Coyotes”, y por supuesto, ahí no había audiencia, estaba todo preparado para la primera nota, todo para empezar. En algún movimiento del baile debí desenchufar a Jack, o patear su guitarra, a el o a su pedal, no era mi intención, pero el se fue. El bajo del escenario y dijo “Yo no puedo estar en una banda donde tenemos que probar el sonido. Necesito mi ticket de avión para volver a casa”. Lindy lo tranquilizo y el toco esa noche. Jack me acuso deliberadamente de intentar quitar la cuerda de su pedal. Pero tu no puedes manejar los pasos, estas girando como si estuvieras en la cumbre. Nunca mostré ninguna conducta agresiva contra el. Para Flea y para mi las lesiones son parte de la experiencia en el escenario. Si tu sales del escenario sangrando de la cabeza o del cuerpo ya has hecho tu trabajo, sales fuera de allí y lo das todo. El escenario era el escenario y no era lugar para poner límites. En un momento, Jack saco el sonido del escenario y me dijo que su espacio tenía sus límites. Porque querría yo limitar a un compañero de banda, espiritual o psíquicamente?. Desde el inicio del tour sabia que nuestras relaciones con Jack no iban a ir bien. Nosotros estábamos metidos en la furgoneta, yendo de ciudad en ciudad, sin hacer dinero en todas. Flea rompía las cuerdas del bajo cada noche y las cuerdas del bajo son realmente caras, así que el dijo “Quiero discutir algo con la banda. Tengo que reemplazar mis cuerdas del bajo cada noche en nuestros show, y esto es un demasiado, creo que debe pagarlo la banda”. Jack replico “Esto no es un gasto de la banda. Tú debes cuidar del instrumento. Yo no voy a pagar las cuerdas del bajo” Flea casi se abalanzo sobre el en la furgoneta. Nos sucedieron un montón de cosas extrañas en ese tour. Tocamos en Grand Rapids y un viejo amigo de mi padre, Alan Bashara, era el promotor. El nos registró en un lugar llamado Cien Pollos fuera en los suburbios, era una gran chabola de paletos que normalmente fichaban o músicos country o bandas que hacían covers. Aunque toda mi familia y amigos estaban allí nosotros no podíamos dejar de hacer nuestro shows usuales, así que el hicimos lo de las medias en el escenario. Nunca fue molesto hacer eso, era como una exclamación al final de la canción, pero ahí estaban los padres viendo al niño de sus ojos, y la gente rabiaba fuera. Nos fuimos de la ciudad, y al siguiente día en un diario local había un articulo con un gran titular que decía “Si yo tuviera un hijo así, le dispararía.” Todos los residentes de Christian Reform de Grand Rapids hablaban de lo horribles que éramos y que éramos 120 la semilla del diablo. Mi madre no dejo que las mentiras siguieran. Ella respondió con una carta, digna de una madre con corazón de león, al editor que decía “Tu no conoces mi hijo. El es uno de los mejores hombres de la tierra. Su capacidad de compasión y de ayuda es más grande de la que ustedes nunca tendrán en la vida. Insisto en que niegues todo lo que dijiste sobre mi chico”. Con un par de semanas en tour estaba claro que Bob no era el conductor mas responsable en el mundo, así que Lindy contrato un tipo llamado Ben, y ahora teníamos otra persona atestada en la furgoneta azul. Bob y Ben tenían veinte dólares para gasolina y comida, así que Bob hizo un pacto con Ben. El le daba a Ben la mirat si Ben conducía todo el rato. Bob gastaba el resto de su dinero en cerveza y drogas. Cada noche que podíamos nos colocábamos con algo. Yo no tenía una adicción a la heroína pero estaba constantemente fumando coca, especialmente después de beber. Mas tarde, en la carretera, nosotros desenvolvimos un radar para el demonio de la droga. Cuando tocábamos en algún club yo sabía quien era el comerciante o quien sabía quien era el comerciante. La gente que esta metida en le mundo de las drogas puede oler quien la tiene y ellos encuentran la cocaína o la persona que parece el traficante. Es extraño, yo era como un superviviente y quería estar en mi vida mientras estaba intentado huir de la vida que tenía dentro de mí. Es la dualidad de quien se esta matando a si mismo con las drogas y entonces come buena comida, hace ejercicio e intenta llevar otra vida. Siempre fui de allá para acá. A veces teníamos drogas pero no jeringuillas para metérnosla. Estábamos una noche en una incompleta zona en el centro de Cleveland y yo no tenía ganas de salir del motel y buscar jeringuillas, así que envié a Bob. Pasó una hora, dos horas y no había señal de Bob. Salí fuera a la fría noche y pregunte donde podía encontrar una calle donde se pudiera conseguir drogas en Cleveland. El me dirigió a una cafetería nocturna (una especie de sex-shop) tres bloques mas adelante. Desde la distancia vi el neón, que era un faro de esperanza. Entre y mire la habitación y efectivamente, detrás de una de las cabinas ahí estaba Bob, con su traje roto y su pelo despeinado, sentado con dos chicas negras que parecían estar locas. Fui hacía ellos y vi que una de las chicas estaba sentada fuera de la cabina. Ella parecía estar pegada a Bob, yo estaba pensando que parecía como una administradora para los morenos de Cleveland, pero cuando la vi de cerca y vi que iba toda maquillada y con ropa fluorescente, entendí que probablemente era una administradora para los negros de Cleveland. Entonces vi que ella estaba encima de Bob, con su mano en su pene, teniendo sexo con el. Empecé a gritar “Bájate de mi amigo! Bájate de mi amigo!” yo estaba preparado para saltar al combate pero me di cuenta de que el tenía una sonrisa en su cara y que estaba disfrutando. Ellos habían estado varias horas sentados y bebiendo. No conseguimos las jeringuillas esa noche. Tocamos en Chicago en una casa llena, estábamos detrás del escenario vistiéndonos 121 como verdugos con unas gorras como la que yo llevaba en el video de “True Men Don’t Kill Coyotes”, entonces cerré la mascara. La banda estaba en un buen momento, en ese pequeño club lleno de chicas calientes, lindas como eran, que me agarraban, bajándome hasta sus rodillas, tirando de mis pantalones y empezando a hacerme un buen trabajo en el lugar. Yo aprecié el gesto, pero no tenía tiempo ni era el momento de tener sexo, quería salir y sacudir el lugar. Acabamos el show y Bob se presentó con un montón de coca. Estábamos encerrados en la ciudad de Travelodge con una valla de alambre alrededor, pero no nos preocupaba, porque teníamos cocaína, algunas jeringuillas y un montón de cervezas. Nos encerremos en la habitación y empezamos a meternos la cocaína. El pobre Bob empezó al instante con una psicosis y empezó a decir que paráramos de hacer lo que hacíamos porque habían helicópteros de la policía espiándonos fuera. Se engancho a la ventana convencido de que estaba viendo helicópteros. No recuerdo si había algúno fuera, pero si estaban allí una cosa era segura, no estaban porque hubiera un grupo de tipos tomando cocaína en Travelodge. Bob estaba tan paranoico que estaba preparado para salir corriendo hacia el parking y lanzarse a pedir a los policías que tuvieran compasión, intente calmarlo, pero el se encerró en si mismo y decía una y otra vez: “Ellos están viniendo. Ellos están viniendo”. El estuvo encogido de miedo hasta que los efectos de la droga le pasaron como siempre pasa. Entonces nos encontremos despiertos a las cinco de la mañana con nuestros cerebros pidiendo más droga. Encontremos algunas bebidas para intentar emborracharnos en medio de la madrugada en esa habitación de la tortura cuando unos pájaros estaban cantando fuera la ventana. Eso no era divertido. Una de las sensaciones más deprimentes e inhumanas que hay es cuando tú has estado metiéndote coca y estas en algún sórdido hotel, el sol empieza a salir y te tienes que ir a algún lado. Eso sucedió varias veces en ese tour, me pasaba toda la noche drogándome, entonces nos metíamos en la furgoneta, dormía en el suelo bajo los asientos todo el tiempo hasta el concierto, entonces me levantaba y me sentía como una estatua de cera con el corazón de polietileno y de alguna manera tenía que encontrar la fuerza para cantar. Para entonces fuimos a Nueva York, estuvimos un mes en ese tour y Bob estaba harto. Estábamos en el Hotel Iroquois en Times Square, lo que aumentaba el bienestar de cualquier hotel. Flea, Bob y yo compartíamos habitación y yo salía por la escalera de incendios para practicar las canciones, porque estaba en Nueva York y realmente estaba limpio. Descubrí Nueva York con un nuevo look, un gorro de natación de mujer, gafas de sol enormes, mi chaqueta del smoking y, para el show en el Club Pyramid, un chaleco inflable de las compañías aéreas que había robado en el vuelo de Detroit. En el momento oportuno yo me puse una mascarilla de CO 2 e infle el chaleco. Esa noche tuvimos una audiencia fantástica: una mezcla de drag queens, escaramujas 122 y drogadictos, gente gótica y roqueros punk. Tocamos y cumplimos nuestra misión, después nos fuimos a nuestras fiestas. Al día siguiente nos reunimos en frente de nuestro hotel con lar furgoneta. Teníamos que ir a tocar en Maxwell en Hoboken, Neva Jersey. Bob había estado toda la noche despierto y realmente vino ya sin cuerda. Se tumbó en la cera pateando sus pies contra el suelo, gritando “No seré tratado como eso”. “Tratado como que? Has estado en tres lugares en un día y en cada lugar donde has estado has sido pagado. Tienes a Ben haciendo todo tu trabajo mientras tu estas bebiendo y de todas maneras nunca te presentas. Como tenemos que tratarte?” le preguntemos. “Se están burlando. Tú no sabes como estoy... yo no puedo hacer esto si Ben no esta aquí. Quiero dejarlo, quiero dejar este jodido tour”. Dijo el. “Bueno, esta bien, nosotros te llevaremos, así veremos como vuelves a L.A” “No, esto es mezquino, yo no quiero ir mas con vosotros” insistió el. Estuvimos bastante aliviados cuando se fue, aunque nos preocupábamos por el y disfrutábamos del desorden de su compañía, para el tiempo en que estuvimos en Nueva York, se había perdido esa diversión. Así que nos fuimos y lo dejamos allí, se quedó chillando, dando alardidos y silbando mientras nosotros nos íbamos. Acabamos el tour, el estaba en Nueva York y se puso a trabajar para un comerciante para mantenerse y volver a Los Ángeles. Cuando tu usas mucho alcohol o cocaína, piensas que te sienta bien y que puedes hacer un montón de cosas que no puedes hacer cuando estás normal. No se si dormir con una chica diferente cada noche mientras duraba el tour mientras el amor de mi vida estaba en L.A. era algo que hacía debido a las drogas, sin embargo en ese momento de mi vida yo no tenía moral. Aunque nunca deje de amar a Jennifer y no dejaba de pensar en ella cada día y la llamaba desde todos lados, no tenía problemas en serle infiel. Esto empezó a ser algo del momento. Si tu no buscas a una mujer, pierdes el momento, y aunque luego cambies de idea y decidas ir a por la chica ya se vuelve difícil. Pero cuando esto sucede cada noche, estas en ese lugar y no te cuesta esfuerzo especialmente cuando tu eres el centro de atención, en ese momento yo quise poner punto y final a esa vida. La cambie un par de años mas tarde. En el momento en que mi energía cambio y no era necesario tener sexo con las chicas porque yo estaba en una banda conocida y fue el momento en que pare de tener sexo con ellas. Cuando éramos unos roqueros punk no escuchaba eso, yo quería tener la atención de la gente que venia a vernos y que supieran quien era yo. Todo eso era divertido y tenia sentido y yo no me sentía extraño por aquello. Por supuesto, le contaba a Jennifer que yo le era fiel, así que no solo le ponía los cuernos, también le mentía. Pero yo era un egoísta que estaba fuera de control, fuera de mí por la mañana, al mediodía y por la noche. 123 A veces esto era algo delicado, sobretodo cuando éramos dos, como mínimo, en una habitación. Tú debes ser creativo, puedes utilizar el baño de detrás el escenario o una habitación después del show. Cuando compartía la habitación con Lindy, no había problema. Una noche tropecé con una chica de Nevraska. Esto fue irónico, porque Nevraska es el estado del trigo y su bello púbico parecía de la textura del maíz. Conoces muchos tipos de pelo público a lo largo del camino, tipo pañal, largo, corto, afeitado, de todo tipo... Esa chica tenia un montan de pelo púbico negro. Y era dulce y suave, no era una calentona o una prostituta que vagabundease por la zona de detrás el escenario. Yo la lleve a nuestra habitación y Lindy estuvo imperturbable. El estuvo en su cama, con sus orejeras y su mascara para los ojos, como si estuviera fuera de allí. A veces mezclaba mi pasión por las drogas y las chicas. Habíamos tocado en Carolina Sur y yo iba un poco borracho, así que fui a tomar un montón de coca. El camarero del club me encontró medio volado y me la tome demasiado rápido. Así que estaba cachondo y fuera de control cuando esa chica gorda se acerco a mí. Probablemente tenía unos 53, con una forma inusualmente fornida. Ella era bastante agradable pero no el tipo de chica con la que yo me iba, pero tenia nuestro álbum y me dijo que yo era su poeta favorito de todos los tiempos y me dio una carta en que, a parte de un montón de cosas, decía que mi pene era un delfín y su vagina el océano y que yo podía nadar dentro. También escribió que me adoraba, que besaba el suelo por donde yo pasaba, que ella era mi criada y que haría lo que yo le mandara. “Puedes conseguirme algo de cocaína?” le pregunte Seguro que ella podría. Nos fuimos conduciendo el trailer de su tio hasta la siguiente ciudad. Llegamos y allí había pistolas, cervezas, cigarros y poker, una autentica comunidad del sureste de drogadictos y traficantes. Ella llevó cocaína y volvimos a su pequeño apartamento y nos la metimos toda. En cuanto acabamos, toda nuestra ropa estaba fuera y tuve el mejor sexo del tour con la candidata que menos podía imaginar. Porque ella no era típicamente caliente, no tenía prisa, todo iba sucediendo cuando tenía que suceder y estuvimos así toda la noche. Durante todo el tiempo en que nos acostamos, ella me contó que su sueño se había echo realidad pero no de un modo desagradable. Después en una carta para mi ella me explico que me dejaba veinte pastillas de acido para mi y que las podría cambiar en la siguiente ciudad por algo de coca. Por entonces nosotros estábamos en Nueva Orleans y el tour estaba yendo tortuosamente hacia abajo pero el nivel de excitación iba hacia arriba. Estábamos tocando en uno de esas grandes construcciones y teníamos lujosas acomodaciones detrás del escenario que incluían duchas, sofas y compartimentos. Acabamos el concierto cuando una joven y amorosa mujer apareció en los vestuarios. Tenía el pelo rubio, los labios grandes y pintados de rojo, pestañas largas, era como una reencarnación de Marilyn Monroe. Yo estaba propenso a hacerlo en ese momento, así 124 que me adelante antes que nadie a hablar con ella. La tomé de la mano y la entre en el baño. Entonces le pregunte si ella quería hacerme compañía mientras me duchaba. Una vez que entre en la ducha, ella entro y salí de la ducha al momento, ella se saco la ropa rápidamente e hicimos el amor en el suelo. Yo había conocido a esa chica hacia 5 minutos pero realmente sentía aprecio por ella. Pasamos la noche juntos y supe mas cosas de ella, incluido el echo de que venia de una escuela católica (Ella seria mi inspiración mas tarde para la canción “Catholic School Girls Rule”). Al día siguiente fuimos hacia Baton Rouge y, por supuesto, ella vino con nosotros. Después del concierto, ella vino hacia mi y dijo “Tengo que contarte algunas cosas... mi padre es el jefe de la policía y toda la policía del estado de Louisiana me esta buscando porque estoy desaparecida. Solo tengo catorce años”. No estaba demasiado asustado, porque en algún lugar de mi engañada mente, yo sabia que si ella le contaba al jefe de policía que estaba enamorada de mi el no podía llevarme a un campo y dispararme, pero yo quería mandarla para su casa bien lejos. Así que tuvimos sexo una vez más y me hizo prometerle que nunca la olvidaría. Ella me dijo “Cuando tu me has hecho el amor, era como si tu fueras un profesional.” Yo le dije que ella me había dado algo de su tiempo y que ella decía eso porque no tenia mucho para comparar, y la subí a un autobús que la volvió a Nueva Orleans. Me vino una cosa a la cabeza con Jack Sherman durante la noche anterior en Nueva Orleans. Habíamos pasado por el infierno y el cielo con el cruzando todo el país, y casi tira la toalla un par de veces. Pero ahora estaba tocando bien y los shows eran cada vez mejor. Entre canción y canción hacíamos bromas que eran parte de nuestro show, era el curso natural de las cosas te tomabas tiempo para bromear con el público. En esos momentos era como si Sherman no estuviera. En Nueva Orleans Flea rompió una cuerda durante la primera canción así que empecé a bromear. Jack me estaba dedicando miradas sucias o me contaba que hacer con el show y estaba muy negativo, a eso yo respondí lanzando jarras de agua helada mientras el tocaba su solo. Eso no era un acto de odio, era mas bien teatral, eso es lo que tú haces si alguien quiere joder al cantante. Jack me miro y dijo por su micro “Quiero que todos sepas que este es un concierto historico, porque esta es la ultima noche que toco con los Red Hot Chili Peppers.” Entonces yo giré hacia mi micrófono y dije “Yo quiero que sepas que este es un show de proporciones históricas, porque esta es la última noche que tocaremos con este idiota”. Eso era buen teatro, teníamos a la audiencia en la palma de nuestra mano. Ellos debían esta pensando “Es parte del show? O es real?”. Todos estaban callados. Jack y yo nos miremos fijamente el uno al otro, se acerco al micrófono y dijo “Pienso que me debes una disculpa”. Otra pausa, entonces yo fui al micrófono y dije “Pienso que tú me debes una disculpa”. 125 Para entonces Flea ya había cambiado la cuerda, subió al escenario y seguimos tocando como si nada. Pero esa fue una de los estallidos más espectaculares, porque estábamos sacando ese desorden interior y haciendo el show fuera de allí. Jack era últimamente un hombre serio, desde entonces fue realmente un hombre serio. El no fingía eso. Era algo que a la gente le gustaba de nosotros. Cuando reaccionábamos en los shows era “La música es realmente interesante. Nosotros podemos bailar. Pero esos tipos están haciendo las cosas mas divertidas que nunca hemos visto”. Gracias a dios Jack mantuvo la banda a flote durante un año y si el no hubiera estado, probablemente no habríamos seguido. Tan incomoda combativa como era nuestra relación fue también un tiempo importante. Durante nuestro tour fuera de control, cada vez que estábamos solos detrás del escenario, yo sentía que estaba volando. Era mejor que nunca. No sentía si estaba helando fuera o si nuestros vestidores estaban al aire libre. Todos estábamos allí en un sitio frió, sudando y diciendo “Puedes creer eso? Ellos adoran esto. Vayamos fuera, hagamos una nueva canción y regalémosla a esa gente”. Volvimos del tour con unos 5000 dólares cada uno, así que Jennifer y yo tuvimos que renunciar a nuestra casa de Lexington. Jennifer se fue a vivir con su madre, pero mi primer propósito en al vida estaba empezando a ser otra cosa, tomar bolas de speed, cada vez más y más fue esa cosa. En conjunto, el punto de las bolas de speed es que estas yendo en dos direcciones al mismo tiempo, con lo que sientes un sentimiento divino. En lugar de esa pura y blanca ráfaga que causa la cocaína, tu estas también colocado de esa suave heroína, esto no es el sentimiento divertido y cristalino, es algo mas oscuro. Estas colocado entre los mejores mundos, tu “serotonin” y tu dopamina están mezclándose al mismo tiempo. Cuando volvimos del tour comprendimos que Jack Sherman se tenia a ir de la banda, fue algo triste, pero no estábamos en sintonía con el. Sabiamos que era una cosa dura por la que teníamos que pasar. Pero también sabíamos que era el momento de volver atrás para que esto siguiera vivo, teníamos que volver a tierra. Así que los tres fuimos al apartamento de Jack en Santa Mónica, donde el vivía con su nueva mujer. Flea y yo estuvimos discutiendo fuera “Ok, que dices a esto? Pienso que tu debes ser el que hable” “Porque debo ser yo el que hable? Esta es la ultima vez” Al final Flea se vio en el deber de entregar el mensaje. Lo primero que hicimos fue andar por la larga acera hacia la casa de Jack. Y empezamos andando llenos de intenciones, empezamos a reír histéricamente por nuestro estado nervioso y la emoción de saber que empezaba una nueva etapa para nosotros. Nos dábamos cuenta de que era serio y que íbamos a echar a Jack pero no podíamos para de reír. Llamemos a la puerta intentando parar de reír pero no podíamos, le dijimos “Esto es todo. Te despedimos, ya no estas en la banda.” El estaba aturdido y enfadado, 126 nosotros nos dimos la vuelta y nos fuimos. Justo después de despedir a Jack, Flea vino hacia mi y me dijo “Que pensarías si Hillel quisiera volver a la banda?”. “Que?” pregunte yo, porque el nunca había insinuado que tuviera contacto con Hillel. Le dije “Que pensaría? Le daría mi primer hijo si el volviera a la banda. No hay pregunta. Vamos”. 127 Capítulo VII El año de la marmota Cuando Hillel volvió a la banda en 1985, fue una sensación monumental, como si hubiéramos vuelto atrás en el tiempo. Al fin teníamos un guitarrista que sabía que canciones tocar para nosotros y que canciones era capaz de cantar yo. Es más, Hillel era nuestro hermano, y como hermano el estaba preocupado por la cantidad de drogas que yo tomaba. Yo estaba dentro y fuera de los ensayos, a veces llegaba tarde y otras veces no me presentaba. Para entonces yo me había presentado en el apartamento de dos habitaciones de la madre de Jennifer en Cahuenga, a la derecha de la autopista de Hollywood. Gracias a Dios su madre me acepto, pero yo fui revoltoso. Yo era el horrible novio que no tenía dinero y que vivía bajo su techo, que comía palomitas fuera de la cocina y que nunca devolvía nada porque yo andaba mal de dinero. Al final desaparecí unos días en una de mis correrías con la cocaína, entonces volví como un cachorro abandonado e intente entrar silenciosamente en la casa para tener un descanso. Pero Jennifer no dejo que descansara. Ella abrió la puerta y entro con un par de gigantescas tijeras que ella utilizaba para cortar el cuero de sus diseños de ropa. Yo sabía cuando ella se estaba bien y cuando ella estaba fuera de control y era peligrosa, y en ese momento en particular ella me hubiera atravesado las tijeras en mi cabeza si yo no hubiera conseguido calmarla. “Dónde has estado? Con quién has dormido?” Me gritó. “Estas bromeando? Yo no he dormido con nadie. Solo trate de colocarme. Sabes como soy”. Me defendí. Puntualmente, yo estaba hablando dulcemente al estar en casa. Nos necesitábamos mutuamente, ella necesitaba alguien que supiera distraer a la policía y yo necesitaba su dinero. Ella no se preocupaba por que me drogaba con opio, porque cuando yo lo hacia estaba calmado, y entonces podíamos estar uno en brazos del otro viendo películas hasta las cuatro de la mañana. Pero ella odiaba cuando yo me pinchaba cocaína. Entonces yo me volvía un freaky y desaparecía. Por supuesto yo nunca me conformaba con pincharme solo heroína. Así que cuando nos pinchábamos heroína en su habitación, yo aprovechaba para pincharme cocaína de manera disimulada, pero no la podía engañar. “¡No! No hagas eso. Dame la cocaína. Dame la jeringuilla. ¡No vas a pincharte coca!”. Yo empezaba a sentir esa horrible necesidad de colocarme con cocaína. Para entonces mi pelo era tan largo y enmarañado que yo escondía las jeringuillas entre mi peinado y en algunas partes mas del cuerpo. Previamente escondía la coca en una caja de cereales en la cocina, lo hacia rápidamente bajo las escaleras antes de que Jennifer, su hermana o su madre llegaran. Yo no podía imaginar el terrorismo emocional que yo infligía en esas personas. Estaba perdido en mi adicción. 128 Yo no me daba cuenta de que me estaba volviendo adicto y dependiente a la heroína. Era como estar en un interminable lugar de suministro. Todos esos camellos que estaban por todos lados de Hollywood. Tenias al comerciante Ruso que vivía en un sucio apartamento con su esposa rusa y que hablaba poco ingles pero no dejaba de suministrarte heroína china blanca. También tenías al comerciante blanco de Hollywood en la esquina de Sunset Boulevard. También a cinco o seis franceses, de la Frabica Dominique de mi viejo amigo francés, y entonces también tenias cinco o seis comerciantes que ellos conocían. Si yo estaba lo haciendo frente a Fab también podía irme de su casa con cinco dólares y algo de mercancía, posiblemente un décimo de gramo. Pero si yo iba al ruso y le daba cinco dólares esto podía alcanzarme para algo. Por supuesto no fui allí con cinco dólares, fui con veintidós, mendigando por los cincuenta dólares de mercancía y ofreciéndoles mis zapatos, pero los rusos no son negociantes, pero no pare de acosarlo, mendigarle y reñirlo de forma sórdida, yo estaba allí sentado vestido como una zorra callejera, haciéndole sentir la miseria como antes hacia. Los otros tipos franceses eran comerciantes pomposos, arrogantes y despiadados, no como muchos de los que estaban allí. Ellos eran unos demonios drogados, tanto, que si ellos sabían que tú necesitabas algo todo estaba bien, pero si tú no tenías una chica y no tenias mucho dinero... buena suerte. Así que tuve que trabajar cada posibilidad hasta la más inimaginable. Yo no me había presentando con una copia de nuestro primer disco. "No se si habéis visto este disco, pero es mi banda. Allí estoy yo. Tengo un manager que les daría un par de miles de dólares que son míos ahora mismo. Tengo que verlo mas tarde. Si no nos conoces puedes venir al concierto de la semana siguiente. Por supuesto tu y tu novia serán bienvenidos". Ninguna estafa, ninguna mentira, ninguna chorrada como táctica. Me humille, daba pena en ese lugar siendo yo mismo. De alguna manera yo estaba manteniéndome, todavía escribía música y acudía a los ensayos, aunque no a todos, pero sin que yo me diera cuenta mi vida estaba empezando a dejarme. Llegue a estar tan delgado como un palo de escoba. Entonces los policías detuvieron al viejo Fabster, con lo que se acabaron sus negocios. La otra cosa que yo sabia es que Fab se había alineado con un joven Mexicano, yo lo llamaba Johnny Demonio, porque el era la reencarnación del demonio en la tierra. Totalmente encantador si querías hacer tratos con el, también era inteligente y hacia la vista gorda si te veía con personas que el no conocía. Pero me gustaba. El nunca quiso timarme, el era justo y generoso a su manera, diabólicas maneras. Mi hábito estaba empeorando y mi dinero disminuía rápidamente, así que tuve que empeñar algunas cosas. Cada día me levantaba lo más tarde posible, sabia que parecía estar enfermo. Le pedí 20 dólares a Jennifer, pero no teníamos veinte dólares allí. "Hay algo que podamos vender?" le rogué. 129 "Lo hemos vendido todo". "Podemos vender ese cuadro? Podemos vender el extintor? Podemos vender esa manta? Y esa vieja radio que no usamos?". Baje a la casa de empeños con todo lo que pude encontrar para conseguir veinte o treinta dólares. Entonces vi un comerciante, sin saber si era ruso, francés o un montón de basura blanca. Tomé la mercancía y fui a una pequeña colina entre Argyle y Franklin con vistas a la autopista, la puse en una cuchara y le puse algo de agua, me lo tomé de inmediato. Al minuto la mierda me afecto, era como una lluvia torrencial de agua en una esponja seca. Pase de estar enfermo, miserable, débil y desprovisto de vida a estar juguetón y locuaz. En cuanto yo me chutaba, mi pene se levantaba y quería tener sexo con Jennifer al momento. Pero ella estaba furiosa conmigo por esa terrible experiencia de vender, comprar y empeñar. Un día me levante y el armario estaba literalmente vacío. Tome prestada la bicicleta de la hermana de Jennifer. No tenia intención de empeñarla, solo estaba desesperado de encontrar algo. No tenia tiempo de tomar la ruta convencional hasta el centro de la ciudad donde vivía Johnny Demonio, así que espere en ese cruce de la playa, pase por los terrenos de los apartamentos, por la vía de acceso a la autopista de Hollywood, me metí en el carril de trafico y pedaleé desde Hollywood hasta el centro de los Angeles. Finalmente llegue hasta Johnny, pero estaba sin dinero. Primero intentemos ablandar algún "tuinals" en una cuchara y colocarnos con eso, pero en el instante que el polvo de la capsula toco el agua se volvió espuma. Intentamos absorber la espuma con una jeringa, solo para aliviarnos algo, pero no era posible. "Vamos a encontrar a algo" prometió, nos metimos en su coche y condujimos hasta el Valle de San Bernardino. Paremos en un vecindario que se veía como si vieras una sección pobre y desarraigada de Tijuana. Toda el área estaba llena de chabolas con sucios patios. En cada terreno había hogueras ardiendo en barriles de aceite. Allí no había ventanas ni puertas en las casas. Era como estar en Beirut durante la guerra. Johnny paro en el bordillo y salio de su coche. "Espérate, no te muevas" fue lo que me dijo y desapareció en ese laberinto de callejuelas y casas. Yo estaba tan débil que no hubiera podido moverme aunque hubiera querido. Cualquier persona que hubiera querido, podría haberme sacado del coche y llevárselo. Finalmente Johnny apareció de las sombras, lejos de donde por el había entrado. En andaba resuelto mientras volvía al coche. "Conseguiste algo? Conseguiste algo? Conseguiste algo?". El me zarandeo inquieto "Todo ha ido bien. No me preguntes nada". Me dijo de mal humor. Todo lo que supe es que había ido allí, había matado una familia para conseguir la mercancía, y estaba comportándose de forma muy extraña. Pero en cuanto salimos de la urbanización el se saco un objeto del tamaño de una enorme gorra de baseball del interior de su chaqueta. Era heroína negra pura. Lleno una pieza 130 del tamaño de una bazuca con la mercancía y me dio el resto. "Estas seguro de esto? Esto es mucho. Quizás yo puedo guardarte algo de eso" le dije. "Esto es lo que necesito" me dijo. Condujimos hasta la casa de unas chicas en Hollywood y el se dispuso a ablandar la jodida mercancía para chutársela después. Se lo fue metiendo todo mientras empezaba a decir incoherencias. Se estaba hundiendo en su pozo demoníaco. Un par de días mas tarde el desapareció, nunca mas supe o escuche algo de el. A pesar de todo mi uso de las drogas la escritura para el segundo álbum, estaba yendo bien. Yo quería ver a Hillel y Flea tocar juntos y me daba cuenta que la música que realizaba era un acto de telepatía, si estas cerca de tu colega del alma con una guitarra en tu mano y el otro con un bajo, tu puedes saber lo que están pensando y comunicarte a través de la música. Hillel había crecido como guitarrista en ese tiempo lejos de nosotros. El empezó como un guitarrista influenciado por Kiss con algo de rock progresivo. Entonces el había experimentado en los inicios de los Red Hot Chili Peppers y ahora había vuelto con un extraño y seductor elemento para su estilo. El no era un sincopado maniaco funk, allí también había algo suave y fluido en su estilo. Mientras estábamos en espacio para los ensayos de EMI recibimos la llamada del legendario empresario Malcom McLaren que quería hablar con nosotros. McLaren era el hombre misterioso que había creado los Sex Pistols y Bow Wow Wow. Ahora el estaba buscando la ‘siguiente gran cosa’, y si éramos afortunados, el cazatalentos nos salpicaría con sus polvos mágicos. Vino a los ensayos con un par de compinches y tocamos para ellos un par de nuestras locas y complicadas canciones, rápidas, caóticas y densas, sin mucho ritmo o lógica, pero con mucho sentimiento y mucho funk. Era claro que no estaba impresionado. "Todo bien, entonces... podemos charlar en algún lado compañeros?". Fuimos a una pequeña sala de reuniones adyacente al espacio de ensayos. "Ok, todo eso que están tocando, esta bien, pero no te hace sentir. No estamos preocupados por ese tipo de música. Lo que estoy imaginando..." Empezó a decir palabras como "cacofonía" y "epifanía" y nosotros nos estábamos yendo por lo alto "Que quiere decir por cacofonía y epifanía de sonidos?". Por ultimo, para demostrarnos lo que quería decir agarro unas fotos de surferos que vestían colores rosas tipo punk rock. "Quiero tomar esta banda y simplificar toda la música. Volver al rock de los años ‘50, tan simple como pueda ser, bajo, notas de memoria, guitarra, riffs simples, compases básicos. Y quiero hacer a Anthony la estrella, que sea la cara del grupo, no toda toda esa confusión. El publico tiene que tener en su cabeza un personaje central y el resto debe estar en el fondo tocando el rock and roll mas simple que conozca el hombre". El paro para esperar nuestra reacción y yo mire a Flea. Flea se había desmayado. 131 Supuse que Malcolm podía contar con que su mensaje no había sido bien recibido. Yo estaba agradecido de que el pensara que yo tenia el potencial para ser su nueva estrella, pero en el fondo el sabia que nosotros estábamos unidos en nuestros corazones. Era como si el Mago de Oz hubiera hablado y hubiera dicho que era muy absurdo para ser tomado en serio. Ahora era el momento de grabar nuestro segundo disco. EMI nos pregunto quien queríamos que lo produciera. Sin dudar dijimos "George Clinton" porque después de nuestro primer disco la gente venia y nos decía "Ustedes deberían ser aprendices de P Funk", que era el legendario grupo funk de George. Éramos unos recién llegados en comparación a la experiencia de Parliament/Funkadelic, y no sabíamos mucho de lo que George podía hacer con nosotros, pero sabíamos que si James Brown era considerado el Padrino, entonces George era el gran tío del Funk. Así que EMI nos puso a George en el teléfono y le dijimos "George, somos los Red Hot Chili Peppers, somos de Hollywood, California, y somos unos hijos de puta, roqueros duros y pensamos que podrías producirnos nuestro disco". Le enviamos nuestro disco y nuestra maqueta, después Flea y Lindy fueron a Detroit para conocerlo y el accedió a producirnos. Desde ese día, cuando la gente me pregunta como conseguimos a George Clinton yo les explico que le preguntamos por teléfono, pero Flea siempre dice "Veinticinco de los grandes" que es el montón de dinero que EMI acordó pagarle. No creo que fuera solo por el dinero, creo que el sintió algo especial por esos cuatro chicos que estaban intentando revivir el profundo espíritu del hard-core funk, no en una pretenciosa o una imitadora manera pero ayudando a inventar un nuevo genero funk. Cuando fuimos a Detroit teníamos el 70% de las canciones acabadas. Teníamos ‘Jungle Man’, mi oda para Flea, ese medio hombre medio bestia nacido en el vientre de un volcán en Australia y que vino al mundo cayendo como un trueno con su bajo. También teníamos ‘American Ghost Dance’, ‘Catholic School Girls Rule’ y ‘Battleship’. ‘Nevermind’ y ‘Sex Rap’ eran las canciones originales que teníamos en la maqueta y ‘Thirty Dirty Birds’ que era una vieja canción de acampada de Hillel. La visión de George era que debíamos mudarnos a Detroit con el durante un mes antes de ir al estudio, así estaríamos siempre en la habitación para escribir mas canciones. Las grabamos en el estudio de George, llamado United Sound, que era una construcción de dos ladrillos en medio de estériles descampados que la ciudad de Detroit tenia a mitades de los ‘80. Un día de los ‘70 George tomo posesión del estudio de Montown y allí había grabado todos esos clásicos álbumes de Parliament/Funkadelic. Era un buen estudio, con unos grandes y viejos teclados analógicos, una preciosa habitación para la batería, y varias habitaciones separadas. El primer plan era mudarnos a la casa de George durante aproximadamente una semana hasta que alquiláramos una casa para la banda. Encontramos una casa en 132 Wabeek Lake, con lo que estuvimos en el más adinerado de todos los suburbios. Así de oposado era, estando con George en el campo, ensayando en el centro de la ciudad, donde los terrenos no podían costar más que diez céntimos el metro cuadrado y viviendo con ricos blancos en un campo de golf. George vivía en una contemporánea casa de campo de cincuenta acres en una plaza llamada Brooklyn, que estaba a una hora fuera de Detroit. Aunque no era el lugar más atractivo de las afueras eso era su santuario. Allí había unos estanques para pescar y unas bonitas colinas, y su casa se veía agraciada con la presencia de la hermosa mujer de George. Ella era dulce y maternal, no la ‘superfreaky’ del Funk que pudieras esperar que George quisiera para el, pero era el tipo de mujer que te hacia pensar: "Oh Dios, desearía que fuera mi madre". Hillel y yo compartíamos habitación, Cliff y Flea también, Lindy dormía en su propia habitación, y George y su mujer dormían en la habitación principal. La idea era estar fuera de la ciudad para empezar, porque nosotros no queríamos empezar las sesiones drogados. Pero en cuanto estuve allí empecé a sentirme como si hubiera comido algo envenenado, empecé a vomitar, mi piel tomo un extraño color y no podía comer. Yo no tenia ni idea de lo que pasaba conmigo, pero Flea decía “Eres un jodido drogadicto enfermo”. Yo estaba tan desorientado que no comprendía que me estaba convirtiendo en un autentico adicto a la heroína. Por alguna estúpida razón, nosotros mandamos a que nos compraran coca por un valor de cinco mil dólares, y Lindy, Hillel, Flea, George y yo nos la metimos toda. Eso hizo que me sintiera bien durante una media hora. Entonces fue cuando no volví a dormir y me enferme por la droga. Después de un par de días, los síntomas se suavizaron e instalemos el set en la sala de estar de George: batería, guitarra, bajo, altavoces y empezamos a tocar para que George nos conociera. Quien conoce a George lo ama. El es un enorme hombre con enorme pelo, pero otra cosa que tiene es un aura del tamaño de un elefante. George es una persona que ama contar historias, y el no se avergüenza de admitir todas las especies de excentricidades y locuras de su cuestionable comportamiento. Nosotros nos volvimos como niños en un campamento escuchando al gran maestro de la experiencia psicodélica funk. “George, cuéntanos otra historia sobre Sly Stone” y el volvía a contarnos otra historia. A parte de ser un gran orador, George nos estaba enseñando lo importante de ser regular. El andaba alrededor de la casa con una botella de zumo de ciruela diciendo “Sabes lo viejo que soy. Sabes que puedo hacerlo todos los días y todas las noches. Esto es por esto, esto es porque yo soy regular”. George también tenía una colección de animales disecados. Allí donde no había muebles, dentro de la casa, allí había animales disecados en todos lados, algunos muy viejos. Yo suponía que el había sido un coleccionista y que sus amigos y familiares le habrían regalado piezas constantemente, así que nosotros estábamos en medio de ese 133 gran circo de animales disecados. Después de una semana viviendo con George nos mudemos a nuestra casa en el campo de golf. Fue entonces cuando empezamos a crear demos en el estudio de la ciudad de Detroit que era un estudio viejo de escuela muy colorido del que su dueño se llamaba Navarro. El era un viejo caballero que refunfuñaba con la profunda voz de Barry White. No podías entender mucho de lo que decía pero podías estar seguro de lo que quería decir. Cuando el pasaba por las habitaciones no le importaba lo que había allí: si había chicas, el equipo o George, el era un hombre respetuoso. Así que empecemos con los demos. Y también empezamos a meternos coca en todas partes. Nosotros encargábamos el pollo de popeye y encargábamos cocaína. Y si tu podías comer el pollo después podías colocarte, y no podías hacerlo si no comías. A diferencia de nosotros George, nunca actuaba como un chico raro cuando iba colocado. No había manera de saber si se había metido coca o no, realmente era de constitución fuerte. Finalmente intente centrarme y acabar las canciones que había empezado, y a veces podía trabajar y a veces iba dando tumbos dentro de esas complejas combinaciones de palabras. Así que yo estaba escribiendo y George estaba escuchando a esos chicos de Hollywood tocando excéntrico hard-core funk y amando cada minuto de ello. Le mostré algunas letras y le pregunte su opinión y el me dijo “Wow! Esto esta de puta madre. Amo esto. Ve a escribir otra que nosotros necesitamos mas versos”. Durante esa preproducción Flea, que había estado escuchando mucho de Meters, sugirió que hiciéramos un cover de su canción ‘África’. George pensó sobre ello y dijo “Que te parece si tu haces la canción ‘África’ pero Anthony hace un reescrito, así esto no deja de ser ‘África’ pero es nuestra ‘África’ que es ‘Hollywood’?”. Así que rescribí la canción y después George nos hizo uno de sus increíbles arreglos vocales detrás. Creo que así el canto una o dos líneas de la canción. ’Freaky Styley’ fue otra de las interesantes innovaciones de George. Originalmente era una obertura instrumental para poner delante de otra canción, pero George fue como si se inflara cabalgando en una conjetura que estaba haciendo firme para que fuera otra canción, aunque la voz fuera solo simples cantos. Cuando grabamos la música, estuvimos todos en la habitación de control escuchando aquel surco que era una de las mejores piezas de música que habíamos escrito, George justo entro cantando “Jodelos, solo para ver la expresión en sus caras, Jodelos, solo para ver la expresión en sus caras”. Todos nos juntamos a el y fue un pequeño y espontáneo momento de combustión musical. La otra frase en la canción (“Dilo fuerte, soy freaky styley y estoy orgulloso”) nació en uno de esos momentos de coloquialismo. Para ese tiempo nosotros llamábamos a todo lo que estaba bueno “freaky styley”. Un baile, una chica, un bombo, cualquier cosa. Cuanto estábamos acabando el proceso nos sentamos alrededor de la mesa de la 134 cocina. “Cómo podemos llamar este álbum?” Cliff nos miro y dijo “Porque no llamarlo como llamamos a casi todas las cosas? Freaky Styley”. Después de un tiempo en el estudio de Navarro, finalizamos los arreglos y yo tenia algunas letras listas. George tenía un estilo único para producir. No era un estilo súperrefinado de alta afinación, reaccionando a cada golpe de la batería, era más una producción desde el corazón. George era un maestro en escuchar coros, especialmente para partes esotéricas de una canción, donde uno normalmente no escucharía vocales. Si escuchas los discos de Funkadelic o de Parliament, los arreglos vocales dentro del cuerpo de la música, son obras maestras por sí solos. Entonces el empezó a escuchar eso en nuestras canciones, y nosotros estábamos abiertos a cualquier opinión. Si el decía, “quiero que hagan un coro de cinco personas en esta parte de la canción”, saltábamos de alegría. Nos cambiamos a “United Sound” y empezamos a grabar las canciones básicas. Siempre poníamos unas vocales de borrador, porque esa era la época cuando grabarías un borrador y después tratabas de hacer uno mejor. Nosotros no teníamos vocales compaginadas, donde cantas una canción veinte veces y cortas y pegas las mejores silabas. George me puso en el medio de la habitación, no en otra habitación afuera, así yo me sentía como parte de la banda, lo que fue muy sabio, ya que todos siempre decían “Ah, los Chili Peppers son geniales en vivo, pero nunca capturarás en el estudio, la loca química que tienen sobre el escenario”. Durante el proceso de grabación, comenzamos a recibir una visita inusual. Su nombre era Louie, y era un hombre pálido y calvo de mediana edad. Resulta que era el repartidor de cocaína personal de George. Después de algunas visitas, estaba claro que George le debía mucho dinero a ese tipo, pero George era imperturbable. Louie empezó a aparecer con un par de matones, y diría, en su lento y marcado acento, “George, es en serio, hombre, vas a tener que hacer alguna buena antes de que te pueda dar algo mas. Estoy manejando un negocio aquí”. George decía, “Louis, mira a tu alrededor. Piensas que no tengo dinero? En este negocio, te pagan cuando te pagan. Cuando me paguen, eres el primer hijo de puta que cobrara después que yo”. Louis le echaba una mirada de reproche. “George, ya escuche eso antes. No traje a estos muchachos para mostrarlos, y si ellos tienen que herir a alguien…”. George nunca pestaño, porque tenía un plan. El sabía que Louie estaba fascinado por el negocio de la música, así que intuyó que incluir a Louie como parte de todo el proceso garantizaría un continuo flujo de cocaína. Finalmente George le prometió a Louie que podría hacer su debut vocal en el álbum. Yo pensaba, “Esta bien, confío en George, se que todo esta pasando por una razón, pero ni loco permito a este hijo de puta en mi disco. Esta mierda es sagrada”. George me dijo “No te preocupes, todos van a estar felices. El va a estar en el disco y a 135 ustedes no les va a importar”. George tenía razón. Al principio de “Yertle The Turtle”, se escucha una voz rara, fuera de contexto que entra y dice: “Mira ir a la tortuga hermano”, y luego la canción entra en un ritmo funk movido. Ese fue el debut de Louie y eso fue lo que lo hizo lo suficientemente feliz como para no herir a nadie. Más largas se hacían las sesiones, más regularmente el aparecería con los golpeadores, porque estaba esperando sus quince minutos en la maldita fama. Justo antes de que fuera tiempo de que yo vaya a hacer las últimas vocales. Decidí que no iba a tomar nada de cocaína por dos semanas, que es como decidir estar en celibato cuando estas viviendo en un burdel. Mi decisión no tenía nada que ver con la sobriedad, porque aunque tenía veintitrés años, todavía era un joven con problemas emocionales. Yo solamente no quería volver a Hollywood y decir, “Qué pasó? Tuve mi oportunidad de hacer un disco con George Clinton y lo arruine”. El periodo de dos semanas era el tiempo que estaba destinado a mis vocales. Supongo que me di cuenta que era mas difícil cantar teniendo cocaína goteando por detrás de tu garganta. Una de las razones por las que estaba tan preocupado por mis vocales era que durante el proceso de pre-producción, Flea empezó a tocar una canción de Sly Stone, “If You Want Me To Stay”, en el bajo. Hillel y Cliff se engancharon y decidimos hacer un cover de esa canción, lo que me asustaba porque puedo cantar cualquier cosa que yo escriba, pero la melodía de otro hombre es siempre un reto, y mucho menos una de Sly Stone, uno de los vocalistas más originales en términos de frasear. George debe haber sentido que no era fácil para mí. “Lo tienes, no te preocupes por ello. Se de lo que eres capaz” me tranquilizó. Luego me invito a su casa por el fin de semana para trabajar en la canción. Primero decidí visitar a mi mamá por algunos días, y lleve la cinta de la canción conmigo y la practique una y otra vez. En el camino de vuelta de Grand Rapids, paré en la casa de George. Hablamos sobre la canción y la practicamos, luego hicimos unas caminatas largas a través de su propiedad. Yo ni siquiera lo noté, pero el me estaba educando en silencio. Nosotros hablábamos de cualquier cosa bajo el sol, y el estaba subconscientemente, construyendo mi confianza y llevándome a sentirme cómodo y a poder crear magia en el estudio. Creo que el se dio cuenta que Hillel era un guitarrista tremendamente talentoso. Flea sabia exactamente lo que hacia en el bajo y Cliff era un as como baterista, pero yo era este muchacho con una habilidad lírica, que no estaba tan seguro de su voz. Temprano en la mañana, íbamos a pescar en su estanque. Todo su comportamiento cambiaba cuando pescaba. Ya no era el maestro de ceremonias que entusiasmaba a multitudes del universo del funk, sino mas un introspectivo, estrafalario hombre que tenia una vasta experiencia. Pescar era su meditación. Y no importaba que atrapara, lo iba a comer. Bluegills, sunfish, bagre, cualquier cosa que el lago escupiera iba a la sartén. Nosotros los atrapábamos, los llevábamos de vuelta y su esposa los cocinaba para el desayuno. 136 Para cuando deje ese lugar, me sentía bien sobre la canción. George fue mi mentor aún durante el proceso de grabación. El tenía un micrófono montado en su cabina, y gritaba o cantaba conmigo. Nosotros estábamos grabando las canciones básicas y escuchábamos esta voz genial viniendo a través del pequeño interlocutor transitorizado. Cuando montamos la cabina vocal y estaba yo sólo haciendo mis vocales, George vino al estudio, se puso los auriculares y canto y bailo junto a mí mientras yo cantaba. Era como mi hermano mayor, considerado, totalmente sensible, y comprensivo del lugar loco y colorido del cual veníamos. Yo no quería decepcionarlo. Terminamos el disco, y en nuestras mentes, este superaba por lejos cualquier cosa que hubiéramos hecho, pensamos que íbamos por la calle hacia la enormidad. Algunos ejecutivos de EMI hicieron un viaje a Detroit para escuchar algo del material. Les tocamos un par de canciones, y en lugar de decir “Muchachos, ustedes van a ser enormes”, no dijeron nada. Yo bailando y cantando, volviéndome loco y ellos estaban como “Bueno, vamos a ver que podemos hacer con esto”. Por supuesto, estamos hablando de una compañía disquera que no tenia noción de la conciencia necesaria para tomar algo diferente y original y reconocer su valor e introducirlo al mundo. Ellos estaban buscando otra banda como Roxette. Fuimos de vuelta a Los Angeles, sintiéndonos con la misión cumplida y más experimentados, y luego todos volvieron a saltar a sus locuras. Para este momento, la madre de Jennifer se había mudado de Cahuenga a un complejo de departamentos en Pasadena. Justo al lado de lo que era un edificio abandonado. Así que Jennifer y yo empezamos a ocuparlo. El agua caliente y fría todavía funcionaba, hicimos una extensión hacia el edificio así podíamos escuchar música, y montamos una cama y algunas velas. Ahí fue cuando realmente me empezó a gustar el sexo con heroína. Me di cuenta de que si estas enamorado de alguien, y, para empezar, estas sexualmente inspirado, estar drogado con heroína puede ampliar la experiencia diez veces más, porque podes tener sexo toda la noche y no terminar, pero seguir interesado. Recuerdo haber tenido estos encuentros de sexo maratónico con Jennifer en esa cama, pensando “la vida no puede ser nada mejor que esto. Estoy en una banda, tengo un par de dólares en el bolsillo. Tengo una hermosa, dulce, caliente, sexy, y loca pequeña novia, un techo sobre mi cabeza y algo de droga”. Esos sentimientos desaparecerían, y al otro día estaría escapándome por drogas. Jennifer hacia lo mejor que podía para lidiar con mi locura, mientras ella trabajaba lentamente en la suya. Para cuando volví de Detroit, intensifique mi relación con una chica llamada Kim Jones. Mi amigo Bob Forest tenia un enamoramiento monstruoso por Kim, pero ella lo había dejado (el, sin demora, escribió una canción sobre ella con el coro “Por qué no me la chupas y al resto de la banda?”). El estaba todavía 137 obsesionado con ella, y usualmente me llevaba a su departamento en Echo Park, y tocábamos la puerta para ver si estaba por ahí. Bob recitaría sus muchas virtudes, ella era brillante y hermosa, estudió en China, escribió para el L.A. Weekly, era de Tennessee y además, era lesbiana, porque había abandonado a Bob por una chica que estaba muy buena. Resultó que no era lesbiana, pero las otras virtudes eran verdaderas. Tan pronto como la conocí, supe que seriamos mejores amigos. Los dos éramos de Escorpio y nunca hubo nada de tensión sexual entre nosotros. En algunas maneras, Kim era una mujer equivalente a Hillel, porque no había un crimen que pudieras cometer por el que no te perdonaría, no había un acto atroz de comportamiento egoísta por el que ella no pudiera tratar de encontrar el lado bueno. Por supuesto, ella también era un total desastre. Inteligente pero enferma, una adicta a las drogas, codependiente, permisiva y cuidadora, simplemente una hermosa alma gemela. Empecé a apegarme más y más a Kim, porque ella era fuente de amor y comodidad, y amistad, compañía y distracción, sin las dificultades de una novia. Nunca deje de estar sexualmente atraído por Jennifer, más tiempo estaba con ella, mejor era el sexo, pero yo no era un novio genial. Si decía que iba a estar en casa en una hora, podía dar una vuelta tres días más tarde. Hoy, si alguien me hiciera eso a mi, me daría un infarto, pero cuando eres un chico, no eres conciente. A Kim no le importaba si yo me iba por tres días, entonces no había un lado negativo al estar con ella. Nunca era “hijo de puta, miraste a esa chica, no viniste a casa y te gastaste todo el dinero”. Kim esperaba que yo me gastara todo el dinero, mirara a otras chicas y desapareciera. Una vez fui a la casa de Kim, y ella no estaba ahí. En un ataque de desesperación, agarre su tostadora y la cambie por una bolsa de marihuana. Cuando volvió a casa, ella estaba tranquila. “Esta bien, mañana compramos otra”. No mucho más tarde, me mude con Kim, y drogarnos se convirtió en nuestra misión diaria. Ella obtenía algún flujo de efectivo: cheques de incapacidad porque su papá había muerto, cheques de LA Weekly, o cheques de su mamá desde su casa en Tennessee. Los cobraríamos y nos encontraríamos a algún francés o ruso en una esquina en Hollywood y compraríamos la heroína, y si nos sobraba algo de dinero, conseguíamos algo de cocaína. Pronto, ambos teníamos el hábito. Hillel también estaba tomando, y tenía una loca novia llamada Maggie que era amiga de Kim, así que teníamos un montón de pequeñas fiestas de drogas. De vez en cuando, la banda iría en giras a San Francisco. Todavía éramos lo suficientemente jóvenes y no tan dañados como para tocar bien, aunque teníamos estos hábitos a las drogas. En septiembre de 1985 hicimos dos shows con Run-DMC, uno en San Francisco y uno en Los Angeles. El show de Los Angeles fue en Palladium, y además de abrir para Oingo Boingo, fue nuestro show más grande hasta la fecha. Agotado. Por supuesto, la noche anterior al show, me di un atracón de drogas, así que 138 aparecí para la actuación, destruido por la coca y la heroína. El grupo estaba furioso conmigo, pero de alguna manera, me las arregle para calmarme y estar en el escenario. Ese show fue notable por dos cosas. Más o menos por la mitad del show, George Clinton subió rockeando al escenario, y el y yo empezamos a hacer un baile de salón completamente funky al compás de nuestros jams. El inyecto una gran dosis de color, amor, energía y significado en el show. También fue memorable porque, poco antes de que George subiera, decidí interrumpir el set y dar un incoherente discurso desde el corazón sobre los peligros de usar drogas, que duro diez minutos. Desde luego, yo no había planeado el discurso, pero algo vino hacia mí mientras miraba mis brazos azules y negros, y simplemente, empecé a rapear. “Si nunca pusiste una aguja en tu brazo, nunca lo hagas. Déjame decirte desde la experiencia que no tienes que hacerlo, ahí es donde estoy yo ahora, y es horrible, y no quiero nunca tener que sentirme como me siento ahora. Déjame sufrir por ustedes, porque es algo a lo que nadie necesita estar sujeto por si mismo. Si lo estas haciendo, esta bien, hazlo, pero nunca creas que vas a ser el mismo una vez que hayas ido demasiado lejos”. Seguí explicando, en detalle, por qué era un gran error consumir drogas. Seguía, no podía terminarlo. Mientras tanto, la banda me tiraba miradas como diciendo “Oh Dios, este maldito idiota”. Después del show, tenia miedo de enfrentar a los chicos. Pensé que me odiarían por decir esas cosas y ser un idiota hipócrita. En el medio de todos dándome miradas sucias, mi amigo Pete Weiss, el baterista de Thelonious Monster, vino detrás del escenario. “Swan, te he escuchado decir muchas cosas en el escenario, pero eso fue la mejor mierda que has dicho” dijo efusivamente. “Eso fue fascinante, tenias todas las orejas del lugar. Sabían que tu eres un bastardo destruido pero también que te preocupas y que estabas solo tratando de compartir algo de amor. No dejes que tu banda te engañe, hiciste lo correcto esta noche”. Un mes después, cuando era hora de girar en Estados Unidos por Freaky Styley, mi discurso no había cambiado nada en nosotros. Ambos, Hillel y yo estábamos muy afectados por las drogas, pero por primera vez, note que él no estaba muy bien. Parecía débil, y mientras yo podía rebotar de una gira de drogas, el no parecía tener ese fuego israelí avivándolo como siempre tuvo en el pasado. Se hizo evidente cuando empezamos nuestros usuales juegos de lucha de las giras. Hillel y yo habíamos formado un equipo, yo era su director, y el tenía que luchar con Flea. Aunque Flea era puro sólido, Hillel era más grande, y tenía unas piernas macizas como el tronco de un árbol, como un alto pan. Tuvimos una concentración de dos semanas para este combate, y cuando ellos lucharon en la habitación del hotel una noche, Flea lo destruyó en lo que toma agarrar a alguien y lanzarlo al piso y pegarle sin piedad hasta 139 su muerte: diez segundos. Yo podía darme cuenta que Hillel no tenia ninguna fuerza interna, su adicción le había robado la fuerza vital que te permite al menos defenderte. Fue un momento triste. Hillel y yo no tomábamos heroína en la ruta, entonces tomábamos botellas de Jägermeister, porque nos daba el sentimiento mas cercano a estar drogados con heroína. El siempre me cargaba de que era un borracho desaliñado, porque yo me emborracharía y me sacaría toda la ropa en el hotel y caminaría por el hall golpeando las puertas de la gente, mientras que el se emborracharía y actuaría amablemente. Salir para ir de gira era una odisea para mí en ese momento, principalmente por mi volátil relación con Jennifer. Aunque yo estaba mayormente quedándome en la casa de Kim, Jennifer todavía era mi novia. Ella estaba convencida de que Kim y yo estábamos teniendo sexo. Un día ella vino a la casa de Kim, y Kim y yo estábamos profundamente dormidos, desnudos y abrazados. Se que esto se vería mal si eres la novia del chico en la cama, pero estábamos simplemente drogados. No había romance, solo amistad. Jennifer no lo veía de esa manera. Kim y yo nos despertamos con Jennifer rompiendo la ventana de la habitación. No vendría con un buen, anticuado bate de baseball, ella hizo su entrada con una cabeza de un ave elaboradamente esculpida y pintada en una caña de las tierras Mayas. Después de que entro por la ventana, prosiguió a tratar de matarme con la caña. Cuando era hora de partir en una gira, yo evitaría a Jennifer por un par de días antes, porque sabía que me iba a tirar algún tipo de hacha. Una vez estaba en el lugar de escape, que era el estacionamiento de EMI en Sunset. Yo estaba con Kim, y estábamos completamente drogados con heroína, sentados en el asiento delantero de algún auto. Supongo que mientras soñaba despierto por las drogas, había, de alguna manera, desabrochado la blusa de Kim porque quería ver su pecho blanco leche. Pude haber estado chupando su pezón o tocando sus pechos cuando BAM, BAM, BAM, hubo un alto ruido de algo golpeando la ventana. Mire hacia arriba y era Jennifer. “Hijo de puta, desapareciste hace días, sabia que esto estaba pasando”, gritó. “Jennifer, créeme, pude haber abierto su camisa, pero nunca tuve sexo con esta chica, ella sólo es mi amiga” proteste. “Dijiste que ibas a venir a casa hace tres días, y te vas a ir por tres semanas, y por cierto, estoy embarazada” ella grito. Mientras tanto, la disputa se había intensificado hasta la vereda, y Jennifer estaba tratando de matarme, o, al menos, tratando de sacarme los ojos. “Jennifer, ves, por esto es que no voy a casa por tres días antes de irme, porque no quiero que me golpeen y tu eres muy difícil para lidiar y sé que no estas embarazada, porque recientemente tuviste tu periodo y no tuve sexo contigo desde que lo tuviste, así que no trates de decirme que estas embarazada”. Trate de razonar con ella, pero ella era un toro. No puedo culparla. 140 No había forma de pararla, y Kim estaba quedando atrapada en la línea de fuego, así que me escondí en el edificio EMI. Jennifer me siguió, me tiro del pelo y me rasguño la cara. Yo todavía estaba excesivamente drogado, y trataba de no perder un ojo o un mechón de pelo, entonces empecé a correr a través de las salas. Jennifer me persiguió. Por alguna razón, yo tenia una bolsa de galletitas, así que empecé a tirarle las galletitas a ella, para mantenerla lo suficientemente alejada como para que no me llegue a pegar. Ella agarro algún instrumento afilado, así que puse mi pie para mantenerla alejada para que no pudiera golpearme, y se volvió mas loca, si eso era posible. “No trates de patearme en el estomago sólo porque estoy embarazada. Se que quieres deshacerte del bebé” grito. Gracias a Dios, Lindy vino a mi rescate. “Jennifer, sólo nos vamos por un par de semanas. Se cuánto este chico te ama. Sos lo único de lo que el habla”. De alguna manera, nos fuimos de gira en una sola pieza. A pesar de nuestras giras, EMI nunca se puso a trabajar con el álbum, y no nos daban nada de dinero para un video. Eso no nos detuvo. Lindy tenia una de las primeras cámara de video domesticas, el filmo material en nuestras giras y tomo ese material y lo mezclo con un documental de la BBC donde nos habían filmado haciendo la mímica de “Jungle Man” en el club Lingerie en Hollywood. El agarro dos video caseteras en alguna habitación trasera en EMI, edito, y tuvimos un video por cien dólares. Más tarde, nuestro buen amigo Dick Rude hizo el video para “Catholic School Girls Rule” que contenía una toma de mí cantando desde la cruz, entre otras cosas blasfemas, así que ese video sólo fue mostrado en clubs. Cuando no estábamos de gira, yo estaba más que nada manteniéndome drogado. Era como “el día de la marmota”, cada día, exactamente lo mismo. Kim y yo nos despertábamos y mirábamos hacia fuera por su ventana para ver en que dirección iba el tráfico de la autopista, así determinábamos si estaba amaneciendo o atardeciendo. Después, juntábamos algo de dinero, conseguíamos las drogas, nos drogábamos e íbamos a dar un paseo por el Echo Park Lake, tomándonos de las manos, en una total locura. Si yo tenía que aparecer para un ensayo, probablemente me lo perdería. Si aparecía, estaría muy drogado como para hacer algo, así que me dormiría en la esquina de la habitación o me desmayaría en el muelle. Todos los días Kim y yo nos drogábamos y justo en el medio de la euforia, jurábamos que mañana saldríamos de esa porquería. Al día siguiente empezábamos todo el proceso de vuelta. Para este momento, muchos de nuestros amigos estaban en mal estado por la droga, y a menudo, la única vez que nos veíamos era cuando estábamos en nuestros autos esperando para consumir. Todos estábamos consiguiendo del mismo tipo francés, entonces lo llamábamos por el buscapersonas, el devolvía el llamado y decía “encuéntrame en Beverly y Sweetzer en diez minutos”. Manejábamos 141 hasta ahí, y en una esquina veíamos a Hillel y Maggie en su auto y en la otra esquina veíamos a Bob Forest y su novia. El traficante iba de auto a auto, y a Kim y a mí siempre nos servían a lo último, porque éramos los que probablemente no tenían la cantidad suficiente de dinero o debíamos dinero, pero éramos pacientes y estábamos dispuestos a tomar cualquier cosa que pudiéramos conseguir. Luego volvíamos, yo estaba a cargo de dividir la bolsa y cargar las jeringas. Como yo tenia mucha más tolerancia a la heroína que Kim, sin que ella lo sepa, yo siempre tomaba 75 por ciento de la bolsa y le daba el resto. Irónicamente, esa práctica casi la mató. Paso en lo de Hillel una noche. El se había mudado a una famosa guarida de Hollywood llamada The Milagro Castle, justo fuera de Coger. Marilyn Monroe había vivido ahí una vez, pero ahora estaba poblado de traficantes y punk rockers. Una noche después de que conseguimos algo de heroína china blanca, Kim, Hillel y yo fuimos a su casa a consumir las drogas. Hillel tenía su bolsita, y Kim y yo teníamos la nuestra, y por alguna razón, Hillel ofreció compartir la suya con Kim, así que yo tenía una para mi solo. Yo estaba tan enloquecido por tomar lo mío que no me di cuenta que Hillel iba a dividir su bolsa en un cincuenta-cincuenta con Kim. La embriaguez fue increíble, recuerdo haber ido a la cocina con Hillel y compartir unos Lucky Charms, bailar y hablar, generalmente sobre lo lujosas y potentes que eran las drogas. Luego, me di cuenta que no habíamos escuchado más a Kim por un rato. Ahí caí en cuenta de que ella había tomado mucho más que siempre. Me apure en llegar a la sala de estar y ví a Kim sentada derecha en la silla, básicamente muerta. Estaba fría y blanca, sus labios estaban azules, y no estaba respirando. De repente, me acorde todas las técnicas para revivir a alguien de una sobredosis de heroína que Blackie me había enseñado cuando tenia trece años. La levante, la arrastre a la ducha, le abrí el agua fría y comencé a darle respiración boca a boca. Estaba cacheteándola frenéticamente y gritando, “Kim, maldita sea, no te mueras. No quiero tener que llamar a tu madre y decirle que su hija ha muerto. No quiero desayunar solo mañana”. Empezó a entrar y salir de un estado conciente. Yo la estaba sacudiendo como a una muñeca de trapo, gritando, “Mantente despierta!” Hillel había llamado al 911, y cuando aparecieron los paramédicos, salte por la ventana y me escape porque tenia ordenes de arresto pendientes por violaciones de transito. Hillel fue al hospital con ella, ellos la pudieron despertar y mantenerla así. Unas doce horas más tarde, llame a su habitación en el hospital. “Ven a buscarme. Esos hijos de puta arruinaron mi vuelo” dijo. “Me siento mal, tenemos que ir a drogarnos”. Sorprendentemente, nunca se me ocurrió que podría haber un problema ahí. De vez en cuando, hacia intentos no muy profundos, para mantenerme sobrio. Una de las veces fue por una insistencia de Flea, que sugirió que podría limpiarme de esas 142 cosas por un tiempo y reconectarme con lo que hacíamos como compañeros de grupo. El estaba viviendo en un lindo departamento en Carmen Street, y propuso que me quedara en su futón. Yo aparecí con un par de botellas de NyQuil y dije, “Flea, esto va a ser feo. No voy a poder dormir, y voy a estar sufriendo mucho. Estas seguro que me quieres en tu casa?”. El estaba dispuesto, así que escuchamos música y me quede ahí. Después de un tiempo, Flea dijo que yo debería conseguirme un departamento en el mismo edificio, y eso hice. Por supuesto, Jennifer pronto se mudo conmigo. Desafortunadamente, una nueva narcotraficante, llamada Dominique, que había usurpado a todos los otros narcotraficantes franceses, vivía a solo una cuadra. Luego, era hora de salir a otra de las partes de la gira. La noche anterior, Jennifer y yo estábamos teniendo una de esas sesiones maratónicas de sexo/heroína. Teníamos sexo por un par de horas, y luego peleábamos por una hora por el hecho de que yo me iba al día siguiente, y ella gritaba tan fuerte mientras teníamos sexo, como cuando me gritaba por irme de gira. Era difícil distinguir cuando estábamos peleando y cuando estábamos teniendo sexo. Entonces, un vecino que me odiaba, llamo a la policía porque pensó que era un escenario de violencia familiar. Yo estaba en la casa, rodeado por miles de jeringas, cucharas y heroína, cuando los policías golpearon la puerta. “Tuvimos una llamada por violencia familiar aquí” uno de los policías anuncio. “De qué están hablando, violencia familiar? Estamos solos mi novia y yo, eso es todo” dije. “Podemos pasar y echar un vistazo?” pregunto el policía. Yo estaba diciendo que no cuando Jennifer vino a la puerta. Ella obviamente no había sido abusada, pero todavía estaba enojada y gritándome. Un policía estaba tratando de meter la cabeza por la puerta e iluminar a Jennifer con la linterna. Mientras tanto, el otro policía había chequeado mis datos y había encontrado los arrestos pendientes, así que me detuvieron en el momento y me sacaron de ahí esposado y medio desnudo. Todos los vecinos estaban mirando, convencidos de que le había pegado a una chica. Jennifer y yo nos gritábamos el uno al otro mientras ellos me sacaban. Fue sólo un mal episodio de COPS. Por suerte, Lindy pago mi fianza, y nos fuimos de gira al otro día, pero durante ese periodo de mi vida, tenias que planear que algo como eso te pasara antes de irte de gira. O cuando volvíamos de una gira. Volvíamos de una parte de la gira de ‘Freaky Styley’ cuando me encontré con Bob Forest, que nos estaba esperando en el estacionamiento de EMI. Bob era el clásico agitador de mierda de la ciudad. Si podía remover la olla, tirar una indirecta, crear drama y conflicto, lo hacia. El amaba esto porque, Dios sabe, se estaba destruyendo, y esto le quitaba algo de la atención. Bob sabía sobre mis indiscreciones en el tour, pero me sorprendí cuando vino y me 143 dijo, “Esta bien, estas ahí haciendo todas esas locuras. Nunca te preocupas por Jennifer?”. Esa era la última cuestión por la que me hubiera preocupado. En mi mente, ella nunca haría nada para traicionarme, aunque yo le era infiel con mucha gente. El sonrió. “Tengo malas noticias para ti, amigo”. Mi corazón empezó a dar latidos más fuertes en mi pecho. “Mi amigo, es raro para nosotros, ya que voy a darte información que puede no gustarte mucho,” continuo. “Quizás, alguien no fue tan leal a ti mientras estabas afuera”. “Estas loco,” tartamudee. “Jennifer preferiría cortarse las venas antes que interesarse en otro hombre. Ella me ama con cada célula de su cuerpo. Ella es psicológica y físicamente incapaz de entregarse a otro hombre”. “No, es posible. Porque tengo pruebas”. Amenace con romperle la cabeza contra el pavimento si el no me decía todo lo que sabia. Finalmente, confeso. Jennifer se había acostado con Chris Fish, el tecladista del Fishbone, uno de nuestros grupos hermanos de Los Angeles, mientras yo estaba de gira. Pero todavía no tenía lógica para mí. Lo podría haber entendido si hubiera dormido con Angelo Moore, que era el cantante apuesto. Qué chica no querría acostarse con Angelo? Pero Chris Fish, un muchacho con feas rastas y el peor sentido de la moda?. Estaba mortificado. No importaba que yo me hubiera acostado con cien chicas en el tour durante el último año. Esto me mataba. La realidad de mi amigo y mi novia haciendo esto mientras yo no estaba fue una incomprensible tristeza. Me sentía paralizado. Probablemente me di cáncer a mi mismo en ese momento. Pero qué podía hacer? . Por alguna razón, fui a la casa de mi padre y articule un plan. Primero, levante el teléfono y llame a Chris. “Chris, tuviste sexo con mi novia? Hubo una pausa gigante, y luego una voz baja y atónita dijo, “Oh, hombre, Bob contó el secreto”. Yo respire profundo. “No vas a venir por mi, verdad?” “No, no voy a ira buscarte, pero no eres mi amigo, y mantente lejos de mi” le advertí. Fin de la conversación. El no era mi problema, Jennifer sí. La llame. “Jennifer, se lo que paso”. “No paso nada”, protesto. “No. Se exactamente lo que paso. Hable con Chris, y nosotros terminamos”. Ella empezó a protestar, diciendo que Chris estaba mintiendo, pero yo estaba firme. “Terminamos. Nunca te me acerques. Te odio. Adiós para siempre”. Corte, y lo sentí así. Era hora de seguir adelante. Me vino esta sensación de excitación, y llame a Flea. El, yo y Pete Weiss fuimos a manejar. Me pare en el techo del auto 144 mientras íbamos manejando por las calles de Hollywood, gritando, “Soy un hombre libre. Soy un hombre libre”. Habíamos estado en gira desde la primavera del ’86 y ya era hora de empezar a pensar en nuestro próximo álbum. Uno de los productores que estábamos considerando era Keith Levene, que había estado en Public Image Ltd. Yo conocía a Keith y pensaba que era un hombre genial, pero también sabia que era un adicto a la heroína, así que iba a ser una experiencia complicada. Pero eso sonaba bien para mí, ya que yo era un desastre. Cuanto más complicado era el panorama, menos obvio iba a ser que yo estaba arruinado. EMI nos había dado un presupuesto de cinco mil dólares para el demo, y eso parecía bastante alto para mí. No había forma de que un demo costara tanto. Cuando lo comente con Hillel y Keith, descubrí que ellos habían destinado dos mil dólares en drogas para hacer la cinta. No creo que Flea haya estado de acuerdo y se que Cliff no tenia idea, el solo estaba atrapado en el torbellino de la locura. Yo estaba llegando tarde a la sesión, y cuando estacione en el estudio me pregunte si había sido en serio eso de que separaron fondos para drogarse. Lo primero que vi cuando entre a la sala fue una montaña de cocaína y un pequeño cerro de heroína. Hillel estaba totalmente drogado. Me dijeron que los primeros mil quinientos dólares en droga ya los habían consumido, entonces empecé a agarrar y arrebatar y saturarme y quede tan drogado que no estaba en forma para ser parte de ningún proceso creativo. El pobre Cliff estaba en una esquina del estudio, jugueteando con lo que, en ese momento, era un aparato totalmente nuevo, una maquina de percusión. Tu golpeabas los platos para crear un sonido de batería preprogramado, y podías grabar tus propios sonidos, así podías tocar la batería con cualquier sonido que quisieras. El favorito de Cliff era el sonido de un bebé llorando. Era un aparato de baja tecnología, pero Cliff estaba jugando con el, tan obsesivamente como nosotros con las drogas, riéndose de una forma rara, nerviosa. El me miro y me dijo, “Podría tocar con esta cosa por diez años. Es como una banda por si misma”. Recuerdo que yo pensé, “Eso es lo que quiere hacer. Esta podrido de este circo, y ve a la máquina y ve su futuro”. Era obvio que el corazón de Cliff ya no estaba en el grupo. El no renunció, pero nosotros nos dimos cuenta de que no quería continuar, así que Flea lo visito y le dio las malas noticias. El lo tomo bastante mal y estuvo enojado un par de años. Pero después, Jack Irons, nuestro baterista original, decidió volver a la banda, lo que fue más shockeante para mí que cuando Hillel volvió. Algo habría pasado con What Is This? que sacudió la lealtad de Jack, porque el no era la clase de persona que deja algo por una mejor oportunidad laboral. No importa, el nos extrañaba, nos quería y quería hacer música con nosotros. Entonces volvió y empezamos a escribir música de nuevo como el cuarteto original. 145 Luego, alguien más volvió a mi vida. Había pasado un mes desde que me separe de Jennifer. Todavía estaba consumiendo mucha heroína y cocaína, sin aprender nada. No crecía como persona. No me estaba poniendo metas o trabajando en mis defectos. Era un desastroso adicto. Una noche, a eso de las tres de la mañana, tocaron a mi puerta en Carmen Street. Era Jennifer. Estaba trabajando como bailarina go-go en un club, era obvio que había venido directo desde el trabajo, porque estaba vestida con mil colores diferentes, plumas, botas y cadenas y un maquillaje loco que debe haberle tomado unas horas aplicarlo. “Por favor, déjame entrar. Te extraño, te extraño!” rogó. “No hay manera” dije. “Vete. No me metas en problemas, no empieces a gritar. No necesito policías en mi casa”. Cerré la puerta y volví a dormir. Cuando me desperté, vi a Jennifer acurrucada en la alfombra de entrada fuera de mi puerta, profundamente dormida. Esto paso un par de semanas: todas las noches ella venia y tocaba la puerta o se acurrucaba a dormir en mi entrada. Inclusive, empecé a salir por la ventana de la cocina y bajar trepando por un limonero que estaba justo afuera (que fue útil cuando conseguía heroína persa, que era en base a aceite y debía ser preparada con jugo de limón). Una noche, sucumbí. No se si me rendí a su amor, o si yo estaba tan mal que necesitaba veinte dólares o si ella entro ofreciéndome drogas, o qué circunstancia triste, enfermiza y bizarra fue, pero la deje entrar y volvimos desde donde habíamos dejado. Elevados como barriletes juntos, de nuevo en el medio de una relación totalmente disfuncional pero apasionada. Tan apasionada que fue documentada en un video que se transformo en un clásico de culto en la escena de los clubs under de L.A. Paso una noche en el Roxy. Algunas personas habían organizado un acto a beneficio de Sea Sheperd, una versión más rebelde de Greenpeace, y los Chili Peppers fueron invitados a tocar. El lema de la noche era que cada banda hiciera un cover de una canción de Jimi Hendrix. Había un gran reparto, que incluía a Mike Watt, nuestro amigo Tree, y Fishbone, entonces estábamos mentalizados para tocar. Cuando aparecí en el lugar, Fishbone estaba por empezar. Más temprano habíamos tenido una discusión sobre Jennifer cantado los coros para Fishbone, pero yo lo termine definitivamente. “No vas a subir al escenario con ese tipo”. Fishbone subió al escenario y yo me fui al balcón. Cuando mire hacia abajo, Jennifer estaba en la escena. Eso no era bueno. Ahora tenia que hacerla pagar por faltarme el respeto así en frente de mis amigos. Al mismo tiempo, me mantenía concentrado, porque lo que realmente me importaba era cantar “Foxy Lady” bien. Justo antes de que tuviéramos que subir a escena, una hippie vino atrás del escenario. Ella tenía pelo marrón, era muy bonita, y tenía unas gigantes tetas sobresaliendo de su musculosa que no podían evitar ponerse en la cara de la gente. 146 Se me prendió la lamparita. Fui hacia ella y le susurre en el oído: “Vamos a hacer “Foxy Lady”, y cuando estemos terminando la canción, cuando estemos volviéndonos locos en escena, quiero que tu salgas y bailes conmigo desnuda”. Dos pueden jugar el mismo juego. La diosa hippie estuvo de acuerdo. Salimos y tocamos “Foxy Lady”. Era como si nuestro grupo podría haber levitado. La percusión estaba, Flea lo estaba gozando. Hillel estaba orbitando. Yo le estaba dando todo lo que tenia. Casi me olvide que iba a salir un invitado sorpresa. Llegamos al final de la canción, y esta pequeña joven hippie subió al escenario. No se había desnudado del todo, pero estaba en topless, y sus grandes tetas estaban yendo de un lado a otro del escenario. Se acerco a mí y empezó a hacer su baile hippie al lado mío. Norwood, el bajista de Fishbone, se nos unió, y le hicimos sándwich a la chica semi-desnuda. De repente, una figura voló al escenario como si saliera de un cañón. Era Jennifer. Ella agarro a Norwood, que es un hombre grande y lo arrojó a un costado como una muñeca de trapo. Luego, agarro a la chica y literalmente, la tiro del escenario. Mientras tanto, la banda siguió tocando. Me di cuenta que estaba a punto de convertirme en el recipiente de un serio dolor. Para ese momento, había volado al piso y sobre mi espalda cantaba el final de la canción. Y ahí estaba Jennifer, viniendo hacia mí con puños y pies, golpeando y conectando y yendo hacia mis bolas con sus botas. Yo trataba de bloquear sus golpes, todo el tiempo sin errar una nota. Ella me patio el trasero hasta que termine la canción y de alguna manera, escape y salí corriendo hacia la noche. Entre mi novia disfuncional y mi amiga platónica disfuncional y mi propia disfuncionalidad, mi vida continuó en una espiral hacia abajo. Nos habíamos decidido por un productor para nuestro tercer álbum, Michael Beinhorn. El era un muchacho muy inteligente de New York al que le gustaba la misma música que a nosotros y había producido un éxito de Herbie Hancock, llamado “Rockit”. Pero yo estaba atrapado en “mi año de la marmota”, despertándome cada mañana a la misma realidad gris de consumir para sentirme bien. Tuve otra horrible escapada para consumir heroína con Kim y deje de ser productivo. Me estaba marchitando mentalmente, espiritualmente, físicamente y creativamente, todo se estaba desvaneciendo. A veces, consumir heroína era lindo, maravilloso, eufórico y sin preocupaciones, casi un sentimiento romántico. En realidad, yo estaba muriendo y no podía verlo por estar tan metido en mi propio bosque. Las pocas veces que fui a ensayar, no estaba aportando nada. No tenía el mismo empuje o deseo de surgir con ideas y letras. Todavía estaban en mí, pero el proceso estaba frustrado, adormecido. Habíamos escrito algo de música para el tercer disco, quizás cuatro o cinco canciones, pero necesitábamos mucho más. Toda la banda sufría porque Hillel y yo consumíamos drogas, pero yo era el candidato más obvio para responsabilizar, porque en los ensayos estaba literalmente dormido. 147 Un día aparecí a los ensayos, y Jack, Hillel y Flea, que probablemente me querían mas que cualquier otros tres tipos en el mundo, dijeron, “Anthony, te vamos a echar del grupo. Queremos hacer música y tu obviamente no, así que te tienes que ir. Vamos a conseguir otro cantante y seguir, así que te tenes que ir”. Tuve un pequeño momento de claridad cuando vi que ellos tenían todo el derecho del mundo para despedirme. Era una jugada obvia, como cortarte el pie si tiene gangrena, para que el resto de tu cuerpo no muera. Yo solo quería ser recordado y reconocido por esos dos o tres años que había estado con los Red Hot Chili Peppers como miembro fundador, un chico que empezó algo, que hizo dos discos, lo que viniera después era de ellos. Una parte de mi no tenia problema en dejar la banda. Pero lo que lo hacia tan fácil de aceptar para mi era que ahora sabia que no tenia ninguna responsabilidad, y podía irme con Kim a drogarnos. Para su sorpresa, me encogí de hombros y dije, “Muchachos, tienen razón. Me disculpo por no contribuir lo que tendría que haber contribuido todo este tiempo. Es una verdadera lastima, pero entiendo completamente, y les deseo la mejor de las suertes”. Y me fui. Una vez que no tenia nadie a quién reportarme, fui de peor a peor que peor. Kim y yo lo hicimos. Nos estábamos desesperando más, y debíamos mucho dinero a los narcotraficantes de Hollywood, así que empezamos a caminar desde su casa, que no estaba lejos del centro de Los Angeles, a conocidos barrios de drogas, principalmente Sixth y Union. Fuimos y empezamos a presentarnos a distintos personajes. Conocí a un estafador bastante talentoso inmediatamente. Era un chico encorvado de la calle, un adicto “basura-blanca” fuera de control, que se estaba moviendo hábilmente al centro del mundo latino de las drogas. El se convirtió en nuestro vínculo con todas las otras conexiones. El todavía vivía con sus padres en una pequeña casa de madera. El chico estaba cubierto de marcas de agujas e infecciones y enfermedades de la cabeza a los pies, pero era un genio en las esquinas del centro. Kim y yo éramos siempre los molestos e insignificantes compradores de bajo presupuesto y el siempre nos ayudaba. Confiábamos en el. Comprábamos bolsas de cocaína y de heroína y caminábamos un par de cuadras a los vecindarios distinguidos y nos drogábamos ahí mismo, en la calle. Todavía teníamos un aire de invencibles e invisibles, así que pensábamos que no nos podían perturbar. Aproximadamente una semana después de que termine con la banda, tuve un momento definitivo de tristeza. Estaba hablando con Bob Forest, y el me dijo que mi ex banda había sido nominada como la banda de L. A. del año en los primeros premios anuales de música de ‘L.A. Weekly’. Para nuestro circulo, eso era similar a estar nominado para un Oscar, así que era bastante apasionante. Bob me pregunto si iba a ir a la ceremonia. Yo le dije que no me estaba hablando con los chicos, así que no imaginaba aparecer ahí. 148 Pero la entrega de los premios resulto ser en el Variety Arts Theatre, un viejo clásico lugar de reunión, justo en el medio del centro. Por casualidad, yo estaba en el mismo vecindario esa noche, tratando de conseguir más drogas por mi dinero, de lo que cualquiera me daba. Estaba con mis últimos diez dólares, que no es un buen sentimiento, porque en una noche como esa, quieres estar totalmente narcotizado y en lugar de eso estaba apenas drogado. Recuerdo haber tomado un cóctel de cocaína y heroína con unos traficantes de armas, cuando me di cuenta de que estaba sucediendo el ‘L.A. Weekly’. Me tambalee hacia el lobby del teatro en un momento de locura. Estaba inusualmente oscuro adentro, y no había prácticamente nadie, porque el show estaba en progreso. Las puertas que llevaban a los pasillos del teatro estaban abiertas, entonces me apoye en una de las puertas y empecé a buscar en la audiencia a mis compañeros de grupo. De seguro, estaban en el frente. No había estado ahí por más de un minuto cuando me encontré con alguien que conocía que dijo, “Hombre, no deberías estar aquí. Esto va a ser muy triste para ti”. Justo en ese momento, anunciaron al ganador del premio para la banda del año de L.A.: “The Red Hot Chili Peppers.” “Ganamos! Ganamos el maldito premio!”, celebre para mi mismo. Mire hacia los chicos, y todos ellos tenían grandes sonrisas y entusiasmo en sus pasos mientras iban hacia el escenario en sus trajes elegantes y sombreros. Cada uno recibió el premio y dio un pequeño discurso como, “Gracias, L.A. Weekly. Gracias L.A. Somos lo mejor. Nos veremos el año que viene”. Ni uno de ellos menciono a nuestro hermano Anthony, que hizo esto con nosotros y merecía parte del premio. Era como si nunca hubiera estado ahí esos últimos tres años. Ni una palabra sobre el chico que habían echado dos semanas antes. Ni un “Que descanses en paz”, ni un “Que Dios se apiade de su alma”. Nada. Era poéticamente trágico, bizarro, pero no podía entender por qué no tuvieron el corazón para darme una palabra desde el podio. Estaba muy adormecido como para sentir lastima por mi mismo, estaba simplemente tratando desesperadamente de no pensar en como lo había arruinado y tratando de escapar a cualquier responsabilidad o condena. Entonces, solo dije, “Oh, que se vayan a cagar” a mi mismo y trate de pedirle prestado cinco dólares a alguien del lobby así podía salir y seguir drogándome. Dinero para las drogas era un gran problema para nosotros, pero un día Kim recibió un gran cheque y salimos y conseguimos un montón de heroína y volvimos a su departamento para consumirla. Estaba tan drogado y me sentía tan bien que le dije a Kim, “tengo que salir de esta porquería”. A veces, cuando te drogas tanto, piensas que te vas a sentir así de bien por el resto de tu vida, y realmente crees que puedes dejar la droga. No puedes imaginarte que esa euforia desaparezca. “Voy a llamar a mi mama, volver a Michigan, y empezar a tomar metadona” le dije a 149 Kim. Por lo que sabia, esa era la cura para mi adicción. Estábamos jugando y demasiado drogados para el bien de cualquiera, pero Kim pensó que era una idea genial, así que levante el teléfono y llame a mi mama. “No vas a creer esto, pero tengo un problema bastante serio aquí, y me gustaría volver a Michigan y empezar a tomar metadona, pero no tengo un centavo a mi nombre” dije. Estoy seguro de que mi mama estaba shockeada, pero ella inmediatamente trato de organizarse y actuar racionalmente. Ella debía haber sentido que mi vida pendía de una cuerda y que si ella daba vueltas y me juzgaba, yo nunca volvería a casa. Por supuesto, si ella hubiera visto la forma en que vivíamos, la hubieran mandado a un psiquiátrico. Hizo los arreglos, y al otro día llego el pasaje, pero no podíamos parar de drogarnos. El día del vuelo llego, pero nos habíamos drogado toda la noche y cuando era hora de ir al aeropuerto, éramos incapaces de componernos. Llame a mi mama e invente alguna estúpida mentira de por qué no podía salir ese día, pero que cambiaria el pasaje para el día siguiente. Eso siguió pasando, y cada vez era “iré mañana, iré mañana” mientras Kim y yo estábamos en su casa poniéndonos muy borrachos. Finalmente, me convencí de irme, pero tenía que hacer una vuelta más y quedar muy bien y drogado justo antes del vuelo, así podía estar elevado todo el camino a casa. La mañana del vuelo más tardío llego, y fui al centro a comprar un montón de bolsas de droga y algo de cocaína. Kim estaba manejando un viejo Falcon que había pedido prestado, y yo continuaba saltando dentro y fuera del auto, buscando buenos acuerdos en la calle, llenando los bolsillos de mi impermeable con heroína, cocaína, cucharas, algodón, jeringas, lo que quisieras. Estaba en las calles del centro cuando vi a alguien que me podía ser útil del otro lado de la calle. Cruce por el medio de la calle y antes de darme cuenta, un policía apareció, “Hey, amigo, tu, en el impermeable. Por qué no vienes aquí?” De reojo, vi a Kim detrás de la rueda del Falcon. Se había bajado y estaba sollozando. Yo pesaba 120 libras, con suerte, y mi pelo era un casco de pelo enredado, como la oreja de un elefante. Estaba usando este impermeable que colgaba de mi cuerpo, y mi piel era una sombra extraña de amarillo y verde. También estaba usando unas zapatillas altas de tela, que eran negras y rojas llenas de dibujos con marcadores que yo había hecho. En la punta de uno de los zapatos, había dibujado una estrella de David bastante linda, del tamaño de una moneda de un dólar. Ah, y tenia gafas oscuras. Me habían atrapado. Para ese momento, el policía tenía refuerzos. “Te vimos cruzando imprudentemente para este lado, y luces un poco sospechoso” dijo el primer policía. “Por qué no nos muestras tu identificación?”. 150 “Uh, no tengo identificación, pero mi nombre es Anthony Kiedis, y en realidad estoy llegando tarde al aeropuerto para subir a un avión e ir a ver a mi mamá…” tartamudee. Mientras me interrogaban, el otro policía estaba sistemáticamente revisándome pulgada por pulgada, empezando por mis zapatillas y medias. Le estaba diciendo al primer policía mi fecha y lugar de nacimiento, mi dirección, y lo estaba anotando, manteniéndome distraído mientras su compañero me inspeccionaba. El compañero iba por mis pantalones, revisando los bolsillos, sacando cualquier pedacito de papel y basura que tuviera conmigo. Hasta reviso mi mini bolsillo, y yo estaba más y más nervioso porque se estaba acercando a mis bolsillos laterales, que estaban llenos de malas noticias. “Esta chaqueta tiene bolsillos internos?” pregunto el segundo policía. Empecé a dar vueltas y les mostré mi pasaje de avión y cualquier cosa que tuviera en los bolsillos internos. Justo cuando había terminado con todos los otros bolsillos y estaba por empezar con los que estaban cargados, su compañero miro mis zapatillas y dijo, “Eres judío? Por qué tienes una estrella de David en tus zapatillas?” Mire hacia arriba y vi la etiqueta con su nombre. Decía COHEN. “No, pero mi mejor amigo en el mundo es Judío, y a los dos nos gusta la estrella de David”, dije. Cohen miro a su compañero, que estaba a punto de encontrar mi paquete, y dijo, “Kowalski, déjalo ir”. “Qué?” Dijo Kowalski. “Déjame hablar por un segundo” dijo Cohen, y se me acerco. “Mira, no deberías estar aquí” me susurro. “Lo que sea que estas haciendo, no te esta funcionando, así que por que no te subes a ese avión y te largas? No quiero verte más por aquí.” Asentí y, tan pronto como cambio la luz, cruce la calle y esa fue la mañana que llegue al aeropuerto. Para cuando el vuelo llego a Michigan, yo todavía estaba drogado. Ví a mi mamá en el área de espera y camine hacia ella, pero ella no me vio porque yo lucia como si había salido de una tumba. “Hola mamá,” dije. La mirada de shock, horror, miedo, tristeza e incredulidad en su cara era insoportable. “Vamos directo a la clínica” le dije. Manejamos al edificio y le pregunte a un trabajador donde quedaba la clínica de metadona. Nos dijeron que el estado de Michigan había interrumpido el uso de metadona seis meses antes de mi llegada. Esas eran realmente malas noticias para mí, porque normalmente, me iría a conseguir algo de dinero a cualquier lado. Pero ya había perdido el juego. No tenia un centavo en los bolsillos, y apenas podía caminar. El consejero ofreció aceptarme en un centro de tratamiento a largo plazo, pero ese era un compromiso de un año. Hubiera preferido irme y morirme en el cordón de la vereda 151 antes que registrarme por un año. “La única alternativa diferente es el Ejercito de Salvación,” dijo el hombre, “Pero no hay desintoxicación ahí”. Manejamos a la parte mísera de Grand Rapids, y me registre en el Ejército de Salvación. “Gracias, tendremos a su hijo para devolvérselo en veinte días” dijeron, y mi mamá se fue. Yo no tenia idea. Me llevaron a una habitación grande y me dieron un catre. Mire a mi alrededor y vi chicos blancos, negros, hispanos, alcohólicos, adictos a drogas intravenosas, al crack, y un puñado de hombres más viejos. Me adapte al instante. Estaba enfrentando el síndrome de abstinencia. Sabia que esperar, porque ya había pasado por eso. Sabía que iba a sentirme descompuesto, que cada hueso de mi cuerpo iba a dolerme. Cuando estas dejando, tus parpados duelen, tus tobillos duelen, tu cuello duele, tu cabeza duele, tu espalda duele, todo duele. Partes de tu cuerpo que no sabias que podían experimentar dolor, lo notan. Hay mal gusto en tu boca. Por una semana tu nariz gotea descontroladamente. No vomite demasiado, pero la peor agonía fue no poder dormir. No pude cerrar un ojo durante los veinte días. Me quedaba despierto toda la noche y vagaba por los pasillos y me sentaba en la sala de estar y miraba televisión tarde a la noche. Durante los primeros días no pude comer, pero luego volvió mi apetito y empecé a ponerle algo de carne a mis huesos. Después de un par de días, un miembro del staff se me acerco y me dijo, “Tienes que ir a una reunión cada día que estés aquí”. Hacía frió y nevaba afuera, y me sentía bastante deprimido, así que acepte mi destino y fui con el resto de los chicos al cuarto pequeño. No estaba muy tolerante, porque estaba pasando por un gran dolor físico y agonizando emocionalmente, pero me senté en la reunión y ví los doce pasos pegados en la pared. Estaba tratando de leerlos, pero no podía enfocar mis ojos. Estaba tratando de escuchar a la gente, pero no podía centrar mis orejas. Había burlado a todo lo que tuviera que ver con sobriedad o recuperación durante toda mi vida. Veía etiquetas que decían UN DIA A LA VEZ y decía cosas como “Que se vayan a la mierda”. Era un buscavidas, un tramposo y un estafador, y un adicto, y un mentiroso, y un fraude, y un ladrón, todas esas cosas, así que naturalmente, empecé a buscar el engaño. Era algo por dinero? Algo por Dios? Algo de religión? Qué mierda estaba pasando ahí?. Pero mientras me senté en esa reunión. Sentí algo en ese cuarto que tenia sentido para mi. No era nada más que un grupo de chicos como yo, ayudando uno al otro a dejar las drogas y encontrar un nuevo estilo de vida. Estaba buscando el hueco, pero no había ninguno. Pensé, “Dios mío, esta gente viene del mismo lugar que yo, pero ellos ya no se drogan, y no parecen desesperados, y están bromeando sobre cosas que la mayoría de la gente te mandaría a la cárcel por mencionarlas”. Una chica se levanto y empezó a hablar de ser incapaz de dejar de fumar crack aún teniendo un hijo. Ella le había tenido que dar su hijo a su madre. Yo pensaba, “Si, yo 152 haría lo mismo. Estaría dejando al hijo con la madre y desapareciendo. Hice lo mismo con mi banda”. Esto no era un culto, no era una estafa, una moda, un truco, ni algo para sacarte el dinero, esto era simplemente amigos adictos ayudando a amigos adictos. Algunos de ellos estaban sobrios y otros estaban saliendo de los vicios porque hablaban con los que estaban llevando una vida sana, y ellos eran honestos y no tenían miedo a decir lo destruidos que estuvieron. Me vino a la mente que si hacia esto, podría estar sobrio. Me quede ahí por veinte días, sin dormir pero yendo a las reuniones todos los días y escuchando y leyendo libros y deduciendo algunos de los principios básicos. Después de veinte días, fui de vuelta a la casa de mi mamá en Lowell, sintiéndome tremendamente diferente de cuando había llegado. A los veinticuatro años estaba totalmente sobrio por primera vez desde que tenía once años. Pude dormir a la noche, y mi mamá y yo celebramos al día siguiente. Mi padrastro, Steve, fue realmente compasivo, y también mis hermanas. Me estaba sintiendo bastante bien, curiosamente aceptando el daño que había hecho. Hay un montón de optimismo en esas reuniones, con gente liberándose de prisiones auto-impuestas, así que todo parecía fresco y nuevo. Steve tenía algunas pesas viejas dando vueltas por la casa, y las reconstruí y levante pesas. Di largas caminatas y jugué con el perro. Hacia tanto que no me sentía normal, y no estaba buscando nada o llamando a alguien o encontrándome con alguien en el medio de la noche para hablar sobre una bolsa de algo. Sorprendentemente, nada de eso estaba en mi mente. Durante mi estadía en el Ejército de Salvación, me di cuenta de que si no quería seguir haciendo lo que venia haciendo, tenía que desprenderme de Jennifer. Realmente quería mantenerme sobrio, y no la estaba culpando por mi problema, pero sabía que si estaba con ella, mis posibilidades de mantenerme sano iban a disminuir. Seguí yendo a las reuniones mientras estaba en la casa de mi mamá, y aprendí que la adicción al alcohol/drogas es una enfermedad genuina. Cuando reconoces que hay un nombre y una descripción para esa condición que vos pensabas que era locura, has identificado el problema, y ahora puedes hacer algo al respecto. Hay un verdadero alivio físico que llega al descubrir qué esta mal contigo y porqué estuviste tratando de medicarte desesperadamente desde que fuiste lo suficientemente grande para encontrar medicinas. No tenia muy claro los conceptos en un principio, y todavía quería facilitar y hacer las cosas a mi manera, o tomar algún tipo de atajo y no hacer todo el trabajo que me pedían, pero sí me gustaba la sensación y me sentía enormemente identificado. También sentía gran compasión por todos los otros pobres hijos de puta que estaban destruyendo sus vidas. Miraba a la gente en las reuniones y veía hermosas jóvenes que se habían transformado en esqueletos porque no podían dejar de consumir. Ví a otras personas que amaban a sus familias pero no podían dejar 153 de usar. Eso era lo que me atraía. Decidí que quería ser parte de algo donde esta gente tuviera una oportunidad de mejorar, de recuperar sus vidas. Después de estar en Michigan por un mes, decidí llamar a Flea para reportarme. Intercambiamos saludos, y luego le dije sobre la abstinencia, las reuniones y el hecho de que ya no me drogaba. “Qué quierés decir, que ya no consumes?” Dijo Flea. “No estas tomando nada? Ni marihuana?”. “No, ni siquiera quiero. Se llama sobriedad, y me encanta” dije. “Es una locura. Estoy tan feliz por ti” dijo el. Le pregunte como seguía la banda, y me dijo que habían contratado a un nuevo cantante que tenía un montón de tatuajes, pero pude darme cuenta por su voz que no estaban felices con el. Realmente no me importo. De ninguna manera o forma yo estaba tratando de volver al grupo. Flea debe haber escuchado algo en mi voz esa primera llamada, algo que no había escuchado desde que estábamos en la secundaria. Me sorprende, porque no era que yo no quisiera volver a la banda apenas estuviera bien. Pero honestamente a mi no me importaba en ese momento, si volvía a la banda o no. Era una sensación de “tómalo o déjalo”, realmente no soy así, porque soy un maniático del control, y quiero lo que quiero y lo quiero ahora. Sin embargo, en ese momento estaba aliviado de ese comportamiento obsesivo. Un par de días después Flea me llamo. “Crees que te gustaría volver aquí y quizás tocar un par de canciones y ver como se siente estar de nuevo en el grupo?” me pregunto. Esa fue la primera vez que lo considere una posibilidad. Se me escapo un, “Wow, hmmm. Si, me gustaría. La verdad no hay otra cosa que quiera hacer”. “Bien, vuelve y vamos a trabajar” dijo Flea. Me subí al avión para ir a casa, montando una nueva ola de entusiasmo por mi nueva vida. Decidí escribir una canción sobre la experiencia de un mes de haber ido a las reuniones, sanarme, y ganar esta batalla a la adicción. Lo recuerdo, y parece inocente, pero es exactamente donde estaba en ese punto de mi vida. Saqué una hoja de papel, mire las nubes a través de la ventana, y empecé a canalizar este rio de letras que caían como en cascada sobre mi. De “Fight Like A Brave” (Pelea como un valiente) Si estas harto y cansado De estar harto y cansado Si estas harto de toda la mierda Y estas harto de todas las mentiras Es mejor tarde que nunca para ir en la direccion correcta 154 Sabes que la mentira esta muerta asi que date un descanso Tomalo a a traves de tu cabeza, sacatelo del pecho Sacatelo del brazo porque es hora de empezar fresco Quieres detener la muerte, la vida que podrias estar viviendo Estoy aquí para contar una historia , pero tambien estoy aquí para escuchar No, no soy tu predicador y no soy tu medico Estoy solo tratando de alcanzarte, soy un rebelde con una mision Pelea como un valeinte, no seas un esclavo Nadie puede decirte que debes estar asustado Cuando volví a L.A., a los dos meses estaba consumiendo heroína y cocaína de nuevo. Mi sobriedad no se quedo mucho tiempo pero ahora sabia que había una salida de la locura si lo quería y si estaba dispuesto a trabajar para ello. Me habían dado las herramientas, sólo que todavía no quería usarlas. 155 Capítulo VIII La banda orgánica en caja anti-golpes Reunirme a la banda no fue la única cosa de la que hablaba con Flea cuando me llamó en Michigan. Mientras estaba afuera, Flea tenía un papel en una película de cienciaficción llamada “Stranded”, y solía encontrarse con una bella actriz joven llamada Ione Skye y el estaba seguro que era de mi tipo. Hicimos planes para una presentación cuando volví a casa. Cuando volví a L.A., me mudé a lo de Lindy, quién era bastante agradable para dejarme quedar en la sala de estar de su apartamento de 2 habitaciones en Studio City. Por supuesto, eso significaba que el tenía que defenderse de todas las llamadas de Jennifer. Yo no tenía deseos de hablar con ella, especialmente después que conocí a Ione. Desde el momento en que le puse los ojos encima, sabía que esa diosa iba a ser mi novia. Fue unos pocos días antes de su décimo sexto cumpleaños, y ella se veía como si se habría salido de un libro de cuento de hadas. Mientras que Jennifer era esa autocreada, moderna escultura de una superestrella punk-rock, Ione era más de una expresiva ninfa suave y natural. Tenía pelo negro, largo fluido rizado, un bello y largo anaquel coqueto, y una sobremordedura. Yo siempre era un estúpido por una sobremordedura. Ione vino de una familia de Hollywood de vida alternativa. Su padre era el cantante folk Donovan, pero en realidad el no estaba en la foto. Su madre, Enid, era una hermosa hippie con pelo rubio tirabuzón. Ione tenía un hermano llamado como su padre. Todos ellos vivían en esta grande y vieja casa de artesano en North Wilton, la cual fue bañada con un vive de una adorable rústica y cálida familia. Ione se vestía como chica hippie y tenía un etéreo sexto sentido sobre ella, un don extra. Ella era también muy sexualmente curiosa sobre todo. Era una energía que ella no verbalizaba, pero a mí me sirvió a esa edad. Era probablemente la jovencita más bella, inteligente, sensual y cuidadora en todo Hollywood, y nuestra atención era mutua, gracias a Dios. Unos pocos días después de conocernos, ella estaba presentándome en su fiesta de cumpleaños como su novio. Te volaba la cabeza cuán rápido nos enamoramos completa y profundamente. Ahora estaba listo para volver a trabajar. Me senté con nuestro productor, Michael Beinhorn, y revisamos el estado de las canciones. Debíamos ir al estudio y cortar pistas básicas en diez días, así que planeé escribir a lo largo del proceso de grabación. No era una cantidad abrumadora de trabajo, de vuelta entonces necesitabas solo doce canciones para un disco. Trabajamos en “Fight Like a Brave”, y Beinhorn le puso un coro de tribuna de fútbol. “Me and My Friends”, una canción que yo había escrito mientras manejaba a casa de San Francisco con mi viejo amigo Joe Walters, nos 156 juntamos agradablemente. “Funky Crime” era básicamente una descripción lírica de una conversación que tuvimos con George Clinton, en la cual el mantenía que la misma música era color-ciego pero los medios y las estaciones de radio la segregaron basados en sus percepciones de los artistas. “Backwoods” era una canción sobre las raíces del rock and roll y “Skinny Sweaty Man” era mi himno a Hillel. Yo escribí otra canción, “No Chump Love Sucker”, que fue también en honor a Hillel. El acaba de haber sido totalmente abandonado y trastornado por una novia que lo dejó por un tipo que tenía más plata y más drogas. Así que fue una canción de venganza en contra de ese tipo de mujer materialista y malvada. “Behind the Sun” fue una definida ramada de nosotros. Hillel tenía este inusual riff melódico, y Beinhorn sentía que era una canción que podía ser un éxito. Trabajó mucho conmigo en la melodía, sabiendo que no era mi fuerte envolverme en una bonita canción. Supongo que mi reputación en ese momento estaba por canciones como “Party on Your Pussy”, la cual EMI se rehusó a ponerla en el disco hasta que le cambiamos el título a “Special Secret Song Inside”. Pero no era enteramente preciso pensar que todas nuestras canciones fueran sexys. “Love Trilogy” se convirtió en una de nuestras canciones favoritas de todos los tiempos. La música empezaba como algo reggae, luego se volvía funk hard-core y terminaba en speed metal. Por años, cuando alguien cuestionaba nuestras letras, Flea les decía: “Lean ‘Love Trilogy’ y sabrán de qué son las letras de verdad”. Se trata de amar las cosas que no son necesariamente perfectas o siempre adorables. De Love Trilogy (Trilogía del amor) Mi amor esta muerto a la regla apartada Mi amor es la profundidad mas profunda, el oceano azul Mi amor es la onda zulu Mi amor es quedate o muevete Mi amor es una risa Mi amor es el jugo de la vagina Mi amor no puede ser negado Después de cincuenta días de estar sobrio, pensé, “Ese es un lindo número. Creo que debería honrarlo”. Decidí que era un buen tiempo para consumir drogas. Mi plan era drogarme por un día o dos y luego volver a trabajar. Lo que descubrí fue que una vez que empecé, ya no podía parar, y realmente hizo un desastre del comienzo del proceso de grabación. Las canciones era asombrosas, Hillel estaba inspirado, todos estábamos encantados con grabar en el sótano de Capitol Studios, otro increíble monumento histórico de la grabación de Hollywood. Beinhorn estaba trabajando muy duro y yo me 157 fui y me drogué y no pude parar. Finalmente, decidí consumir un poco de heroína, dormirme, y enfrentar otro desastre que había hecho. Pero todo lo que podía pensar era el hecho de que se suponía que debía estar en el estudio. Empecé a escuchar el ritmo de Jack Irons para una canción en la que estábamos trabajando llamada “The Organic Anti-Beat Box Band”. Me senté en un parque del centro de la cuidad, rodeado de una extraña mezcla de gente de parque, y escribí la letra. Sentí dolor, culpa insoportable y vergüenza por no estar ahí desde el comienzo del disco, pero pensé que si aparecía con algo bueno que ofrecer, el calor disminuiría. Y así fue. Choqué en lo de Lindy, luego me levanté y pedí disculpas y lo controlamos por el resto de la sesión. Parte de la razón por la que sufrí una recaída fue porque no tenía un sistema de apoyo. No conocí a nadie que estuviera sobrio. Me había aventurado por un par de encuentros conmigo mismo, pero tenía toda una vida pensando “Yo solo puedo cuidar de cualquier cosa que esté mal, y no necesito a ninguno de ustedes para guiarme, porque yo no quiero, en este punto de mi vida, lo que tienen”. Volví a la abstinencia autoimpuesta, la cual igualaba lo que llaman “borracho seco”. Es un accidente esperar a que ocurra. No te pones las cosas que te hacen bello, pero tampoco tratas de lidiar con nada de la mierda que ha estado ahí por toda tu vida y eso hace que quieras drogarte en primer lugar. Nos divertimos mucho haciendo el álbum. Era inspirador ver a Jack Irons de vuelta en el proceso de mezcla. Le agregó un elemento tan importante y diferente a nuestra química. Hillel, Flea y yo éramos bastante maníacos auto-obsesionados. Jack era el único compañero sano. Resultó estar destruido pero en una forma diferente. Era un elemento agradable, muy trabajador lleno de alegría y apoyador. Cuando llegó el momento de grabar las voces, lo usé a Hillel como mi compañero de banda y productor de vocales. Cada vez que hacía una vocal, ambos sentíamos que me estaba yendo a nuevo lugar y que eran las mejores expresiones vocales que jamás haya puesto en una grabación. Hillel estaba contentísimo, corriendo entre las tomas, diciendo “Te lo digo, esto es lo más hermoso que hayamos hecho. No puedo esperar a que lancemos este disco”. Por supuesto, en el último día, cuando la última nota estaba hecha y nuestros trabajos estaban terminados, Hillel y yo encontramos un narcotraficante francés y nos drogamos con heroína china blanca, celebrando nuestro logro. Con eso comencé. Cuando todavía estaba en la casa de Lindy, nos inyectamos simultáneamente en forma absolutamente sangrienta. No tenía mucho dinero y no tenía un automóvil, así que me desperté en medio de la noche, agarré unas cucharas de la cocina y limpié el balde de cambio de Lindy. Luego saqué su caña de pescar de su armario, rompí a golpes la puerta de su dormitorio, saqué las llaves de su auto de su vestidor con la caña de pescar, sintiéndome muy mal de que había sido tan loco de estar haciéndole esto al 158 pobre bastardo que me estaba tratando de ayudar. Una vez que le encuentras una solución a la enfermedad que te rompe a pedazos, la recaída nunca es divertida. Sabes que hay una alternativa a la forma que vives y que vas en contra de algo que has dado por libre por el universo, esta llave al reino. La drogadicción es una enfermedad progresiva, así que cada vez que sales, se hace un poquito más feo de lo que era antes, así que no es que vuelves a los primeros días, cuando había menos precio que pagar. No es más divertido, pero aún es desesperadamente emocionante. Una vez que pones esa primera droga o la tomas en tu cuerpo, no tienes que preocuparte sobre la novia, la carrera, la familia o las cuentas. Todos esos aspectos mundanos de la vida desaparecen. Ahora tienes un trabajo, y eso es seguir arrojando carbón al motor, porque no quieres que este tren pare. Si se para, entonces vas a tener que sentir todas esas otras cagadas. Esa persecución siempre es emocionante. Hay policías, chicos malos, locos y prostitutas. Te sumerges en un gran e insidioso video juego, pero de nuevo, caes en la trampa de pensar que estás haciendo algo genial, porque el precio siempre es mayor al beneficio. Inmediatamente abandonas tu amor, tu luz y tu belleza, y te transformas en un oscuro agujero negro en el universo, absorbiendo las malas energías y sin andar merodeando por ahí sonriéndole a alguien o ayudando a alguien o enseñándole a alguien algo que les va a ayudar en sus vidas. No estás creando la ondulación del amor, estás creando el vació de la mierda. Quiero describir ambos lados de cómo me sentí, pero es importante saber que al final toda la glorificación romántica por esa droga no lleva a nada más que un agujero. Tiene que parecer atractivo, porque por eso Dios o el universo, la inteligencia creativa o como lo quieras llamar, puso esa energía aquí. Es una herramienta de aprendizaje y te puedes matar con ella o puedes volverte una persona libre con ella. No creo que la drogadicción sea inherentemente inútil, pero es algo difícil de superar. En mi mente engañada, pensé que si reducía un poco la cantidad de droga de vez en cuando, no seguiría haciendo esos juegos de inyecciones simultáneas entre dos personas y mi vida no perdería el control. Me fui a la casa de Ione, y un par de veces a la semana, salía y compraba cuarenta dólares de la heroína china blanca, la fumaba, y quedaba sedado toda la noche, luego me iba a dormir y me sentía bien. Alrededor de un mes de estar viviendo con Ione, me convenció de que no debía salir y hacer eso, así que el compromiso era que yo tomara la droga, la trajera de vuelta y la fumara en la cama con ella. Teníamos estas sesiones que duraban toda la noche cuando me fumaba la droga y luego nos acurrucábamos en la cama y leíamos libros como "Interview with the Vampire" y "Catcher in the Rye", toda la noche, hasta que salía el sol. A pesar de fumar heroína ocasionalmente, nos mantenía relativamente juntos mientras estaba en la casa de Ione. Tuvimos muchos días gloriosos. Me levantaba junto a ella en la cama y pensaba “Por Dios, es un ángel, y estoy tan enamorado de ella”. Luego nos 159 recostábamos en la cama y cantábamos el disco “Kaya” de Bob Marley todas las mañanas, abrazándonos muy fuerte. Nos íbamos en su pequeña Toyota y almorzábamos y fumábamos marihuana juntos y hacíamos el amor por toda la ciudad. Todavía llevaba esa energía de “un pie en un cáscara de banana, un pie en la tumba”, pero yo trataba de ser respetuoso de este nuevo lugar en mi vida. En uno de esos días, solo fumábamos algo de marihuana y le agradecía a las estrellas de la suerte que esto fue donde mi vida estaba en ese momento, cuando la canción de Steve Wonder sonó en la radio. Frenamos y le subimos el volumen a la radio y empezamos a llorar profusamente porque estábamos enamorados y esta canción describía nuestros sentimientos. Una semana después, me había desaparecido en el centro de un laberinto de gueto. Tomé prestado su auto en el medio de la noche y siempre intentaba devolverlo de inmediato, pero a veces me iba por días. Eso fue cuando empecé a juntarme con un narcotraficante mexicano llamado Mario. Sabía que Mario corría con Kim Jones desde mi ciudad. Mario siempre me cobraba la menor cantidad de dinero por la mayor cantidad de drogas. Me podría haber quedado en Hollywood, estaba lleno de prostitutas que llevaban heroína a tu casa. Pero yo no quería tener muchos traficantes en mi vida y me convencí de que si me iba al centro solo sería por esa única vez, realmente no me iba a volver a esa vida desesperada. Cuando no estábamos inyectándonos en su apartamento infestado de drogas, Mario conocía una zona segura debajo del puente de la autopista, un refugio raro que el DPLA (Departamento de Policía de Los Ángeles) nunca hallaría. Me explicó que ningún miembro de la banda de no-mexicanos era permitido ahí, así que para que yo pudiera conseguirla, tuvimos que mentir y decirles que yo estaba casado con su hermana. Caminamos hasta donde estaban los sujetos grandes haciendo guardia en la verja, les dijimos que Mario era mi futuro cuñado, y nos dejaron entrar. Refugiados debajo de esa pasaje justo en el medio de la ciudad, pasé muchos días tirado en un montón de colchones sucios y drogándome con muchos asesinos. Lo único que me alejaba de ese ciclo infinito del abuso era salir de gira. Cuando llegó la hora de empezar a promocionar el disco “Uplift Mofo Party Plan”, una impresionante limosina me vino a buscar para ir al aeropuerto. Me di cuenta de que si nos íbamos de gira en un limo, algo debía estar andando bien, y así fue. Dimos unos de nuestros espectáculos más grandes de nuestras vidas en esa gira, principalmente porque Hillel y yo no estábamos obsesionados con drogarnos. Bebíamos un montón y consumíamos coca siempre que podíamos, fumábamos mucha marihuana, y hasta a veces nos la enviaban. Pero recorrimos todo el país, cobrando estos pequeños estadios a cientos de hermosos y dispuestos consumidores. Los chicos salían del maderaje a rockear vestidos en forma diferente a los de Hollywood. Nosotros no éramos parte del movimiento punk-rock, o el movimiento post-punk, éramos como un animal distinto. 160 Ni siquiera tenía idea de cómo estos chicos nos conocían pero eran la mejor audiencia que pudieras pedir-tanto corazón, tanto espíritu, tanto entusiasmo, solo salían a mostrarse y dar todo lo que tenían. Hacíamos un montón de locuras para pasar el tiempo mientras estábamos de gira. Cuando llegamos a Texas, decidí afeitarme todo mi vello púbico. Lo junté todo y lo puse en una bolsa Ziploc y se la di a nuestro plomo Nickie Beat como la “mercadería” para esa noche. Salió a una cabina de concesión y la clavo en la pared, junto a las remeras, y empezó a gritar “El vello púbico de Anthony, a solo veinticinco dólares”. Al final de la noche, dijo que no pudo conseguir la plata, pero sí consiguió pantaloncitos para tres chicas distintas, con la promesa de que trajeran sus familias enteras para el siguiente show. Durante esa gira, inventamos un nuevo pasatiempo llamado “Lengua en la suciedad”. Antes, muchos de nuestros juegos y retos giraban en torno a la comida. En la gira del “Freaky Styley”, teníamos algo llamado “El club de ‘Para el camión vomitando’”. Típicamente, comíamos comida desagradablemente horrible, y sabíamos que no era bueno para nosotros, así que seguíamos hasta la parada del camión y la vomitábamos haciendo cualquier cosa que era necesario. Ya sea metiéndonos el dedo en la garganta, o pensando en algo desagradable, tu hombría se definía por tu habilidad de hacerte vomitar solo. Flea era siempre el más valiente en estos eventos. Todo lo que tenía que hacer era mirar a un huevo y ya estaba vomitando por todo el lugar. Después Hillel inventó algo llamado “los Burlones”. Todos los días, cuando golpeábamos una cuchara sucia, para estimular la atmósfera de nuestra experiencia, convertíamos nuestra orden en una rima. Así que estábamos en Utah, y la camarera se acercaba hacia nosotros, esperando la orden, le decíamos cosas como “No sé nada de chino, pero he trabajado con negros, así que dame huevos revueltos con panqueques”. Luego terminábamos con “Porque somos los Burlones”. Dábamos vuelta alrededor de la mesa y cada uno tenía un minuto o dos para pensar otra frase. “Lengua en la suciedad” salió de los retos que Flea y yo nos hacíamos en la secundaria. Recuerdo que una vez estaba en el colectivo de la ciudad con Flea cuando teníamos alrededor de quince años, estaba un poco enfermo y tosí un horrible pedazo de flema en mi mano. Ambos mirábamos este increíble pedazo de pollo con asombro cuando lo desafié a Flea: “Si realmente tienes huevos, te vas a comer esto de mi mano, porque tu eres el hijo de puta bien loco como para hacer eso”. Y lo hizo! “Lengua en la suciedad” nació sin que ni siquiera lo sepamos. En nuestra más nueva del desafío, tenía unos pocos plomos y algunos de las chicas que viajaban con nosotros y formábamos un circulo irregular. Si nos lanzábamos cosas como si fueran una pelota de fútbol americano, nos separábamos unos doce metros. Si era un pedazo feo de metal que encontráramos al costado de la ruta, nos acercábamos un poco. El objetivo del juego era atrapar el objeto sin dejarlo caer. Era una decisión 161 del grupo si algo que se lance era atrapable o no. Si no era atrapable, la persona que lo lanzaba perdía. Pero si a alguien se le caía un tiro atrapable, entonces perdía. El perdedor, como el nombre del juego implicaba, tenía que arrodillarse, poner las manos sobre el suelo y pasar la lengua sobre la suciedad y luego acercarse a mostrarlo a los otros jugadores. Mientras el juego evolucionaba, cuanta más suciedad tomabas, más grande era tu honor. Los perdedores empezaban a comer bichos de las barras de metal de los autos o lamían todo alrededor de una lata de basura, cualquier cosa que entretenga a sus compañeros con una exhibición audaz de absurda valentía. Era un juego tremendo, porque podías jugarlo con disco de jockey o una pelota de fútbol americano, y todo se trataba de intimidar a tus oponentes y hacer el tiro inesperado y hacerlo girar. Era una buena manera de pasar el tiempo con amigos y quitarnos el stress. “Lengua en la suciedad” mantuvo su presencia en el campo por un muy largo tiempo. Fue durante la gira del ‘Uplift’ que tuve las primeras impresiones de que nos estábamos volviendo un poquito famosos. Las chicas se mostraban y se nos ofrecían detrás del escenario. De repente, me volví desinteresado. Aún bajo la influencia, no me persuadía el dormir con estas chicas, porque se acercaban y me decían, “Tu eres Anthony Kiedis. Quiero hacerlo contigo. Vamos”. Yo les decía “Hmm, no. Me voy a algún lado, y creo que tus amigas te están esperando”. Fue como cuando Groucho dijo que nunca se uniría a un club que lo tendría como un miembro. Ese era yo. Quería algo que no podría tener. Prefería tener un desafío o incluso una falla a tener algo que fuera demasiado regalado. La mayoría de las veces. Mientras más tiempo permanecíamos en esa gira, más aumentaba nuestra popularidad. En el sur, nos habían reservado en teatros en lugar de clubes. Para cuando llegamos a Denver, Lindy estaba extasiado, porque teníamos que mover nuestro espectáculo a un teatro gigante gracias a la demanda de entradas. Esa noche, después del espectáculo, Hillel y yo estábamos sentados atrás del escenario, felicitándonos por nuestro nuevo logro, cuando una chica venía como loca detrás del escenario. “Anthony, tengo que mostrarte algo”, ella gritó. “Estoy tan enamorada de ti. Mira lo que hice!”. Se bajó el pantalón, y tenía mi nombre tatuado justo en sus partes privadas. Había un tipo parado a unos pocos pasos detrás de ella. “Este es mi novio pero a el no le importa. Soy toda tuya si me quieres” decía. “Sí, todo bien, amigo. Agárrala, ella te ama” dijo este tipo. No le acepté su oferta. Pero Hillel y yo nos miramos y nos dimos cuenta de que quizás toda esa gira para los últimos tres discos finalmente habían generado algo. Todavía no nos pasaban en las radios, pero definitivamente nos estábamos metiendo bien adentro de la juventud de los Estados Unidos. Ir de gira generalmente no era un esfuerzo lucrativo para nosotros. Después de “Freaky 162 Styley”, cada unos tenía tres mil dólares. Pero después de esta gira, Lindy anunció que luego de las expensas e incluyendo la venta de las remeras, teníamos veintidós mil. “Para repartirnos?” le pregunté. “No, cada uno tiene veintidós mil” dijo Lindy. Eso era un salto significativo en finanzas para nosotros, así que mi primer orden de negocios era conseguir un lugar lindo para vivir para mi ángel de novia y para mí. Pero cada vez que me iba a mirar un lugar, me daban una aplicación larga. Pensé que solo tendría que pagar algo de plata y la casa sería mía, pero cada propietario me pedía una lista de mis últimos cinco lugares de residencia, junto con mis últimos cinco lugares de trabajo. Está bien, el último lugar en el que viví fue en la casa de la madre de mi novia, antes de eso era en el sillón de mi manager, antes de eso una estancia en Pasadena, antes de eso estaba sin casa, antes de eso era en la casa de la madre de otra novia, antes de eso era en la cama de la hermana de Flea, antes de eso en una casa que no tenía puerta. Mis referencias no se veían muy bien. Pedían números de cuentas bancarias y tarjetas de crédito, pero yo ni siquiera tenía un talonario de cheques en ese momento. Todo lo que tenía eran veintidós mil dólares en efectivo. Finalmente, me fui a ver una casa de dos habitaciones en Orange Drive. Era un apartamento de tres pisos, muy bien decorado, con pisos de madera y un viejo baño embaldosado. Era un paraíso. Me costaba mil dólares al mes. Después de que revisé bien el lugar, el propietario ruso me dio una aplicación, pero se la devolví. “No puedo llenar esto. No está bien para mí” Le dije. “Entonces no puedes tener la casa” dijo sin ninguna pena. “Te vas de aquí” Saqué una caja de zapatos con cinco mil dólares en efectivo. “Estos son los cinco primeros meses de renta. Si no te caigo bien después de cinco meses, entonces me corres a la mierda” le ofrecí. Miró a los cinco mil dólares. “La casa es tuya”, dijo. Así que tenía nuestra casa soñada, y todavía tenía mucha plata. Decidí celebrar mi nueva adquisición con el yin/yang del uso de drogas, una buena pila de heroína y cocaína. Una vez más, empecé a drogarme como maníaco. No había muebles en la casa, y ni siquiera sabía cómo tener electricidad a mi nombre, así que salí y compré cinco sandías y docenas de velas. Corté las sandías a la mitad, las puse a lo largo de todo el piso de la casa y las presioné en el medio de las sandías. Así que ahora la casa entera era un mar de sandías cortadas a la mitad y encendidas con velas. Inauguré el baño metiéndome un montón de coca y marihuana. Pasé a buscar a Ione y la traje de vuelta a nuestra casa soñada. Se veía un poco escéptica, especialmente porque había manchas de sangre en mis brazos y las pupilas de mis ojos giraban por mi cabeza. “Estoy contigo, estamos muy juntos, va a estar bien, pero mi mamá no lo va a aceptar”, decía. “De hecho, viene para aquí ahora mismo”. 163 “Nena, no te preocupes por nada. Yo me encargaré de tu mamá. Este es mi fuerte” le dije. “Siempre me han dicho que debería haber sido abogado. Tu mírame cómo lo hago”. Enid estacionó en frente de la casa, salí a la calle, mi camisa cubierta de sangre, despeinado y con una mirada loca. Salió del auto y se paró debajo del poste de luz, con sus brazos cruzados, estaba justo al lado de ella. “Enid, va a estar bien” se lo reaseguré. “Amo a su hija con todo mi corazón. Moriría por su hija. Es mi nena y la cuidaré tanto como usted lo hizo”. Miró a la sangre y después a mí. “Pero tu tienes un problema. No estás bien”. “Enid, confíe en mí. Esta es una fase que se puede superar” le dije. Enid me estaba mirando de reojo mientras entrábamos a la casa y miraba fijamente a las sandías y velas, probablemente convencida que era un tipo ritual satánico de la vírgen. Pero de alguna manera, en el medio de esa discusión viciosa, podía llegar a un estado de claridad y convencer a Enid de que las cosas iban a estar bien. La envié a su casa y me quedé con su novia, y empezamos nuestra vida juntos en esa casa. Las sospechas de la banda de que nos íbamos a otro nivel de popularidad fueron confirmadas cuando la KROC nos pidió que diéramos un espectáculo de promoción en el “Palamino in the Valley”, una clásico bar donde gente como Linda Ronstadt y The Eagles habían tocado en su camino a la fama. El día del espectáculo, manejamos hasta el concierto y estábamos a media milla de la venida cuando nos quedamos atrapados con el tráfico de autos. Era como el Rose Bowl Parade. El tráfico estaba parado, y había policías en caballos, y estábamos indignados porque teníamos que llegar a nuestro espectáculo. Luego nos dimos cuenta de que todo el tráfico era de gente amontonándose en el Palomino para nuestro espectáculo. Entre el poder de la KROC y los hijos alentados al momento de regresar de su gira, habíamos detenido el tráfico. Debí haber estado muy seriamente afectado por las drogas en ese momento, porque en las fotos de ese espectáculo, estaba terriblemente flaco. Mario había vuelto a entrar en mi vida, y yo le volví a pedir su auto a Ione para salir con el. Un día, estábamos apunto de salir, nos estábamos quedando sin plata, así que el sugirió que fuéramos más hacia la jungla del centro de la ciudad, donde las drogas eran más fuertes y menos caras. Nos subimos a la Toyota de Ione y nos fuimos hacia la bajada, donde el 90 por ciento de las personas en la calle se veían como extras de “The Night of the Living Dead”. Aunque era plena luz del día, Mario y yo parecíamos un dúo disparejo merodeando por esas calles. Me había llevado todas mis drogas, jeringas y cucharas y las puse bajo el visor del lado del conductor del auto. Mario iba en el asiento del acompañante, escaneando las calles como una computadora. Yo iba manejando cuidadosamente, pero de repente, vi un auto de la policía en el espejo retrovisor. Le alerté a Mario sobre eso, y me dijo que doblara a la izquierda, así que hice la señal como debía ser, me puse en el carril que debía, e hice un giro. Los policías seguían 164 siguiéndonos. “Frena en este pasaje”, dijo Mario. Apenas nos acercamos al cordón, abrió la puerta y salió corriendo. Ahora los policías salían de su auto hacia mí. “Quién es tu amigo?” dijo el primer policía. Traté de mantener la calma. “Ah, ese es Flaco. Solo lo conozco”. “Bien, sabes que tu amigo Flaco es un ex convicto y está en la lista de los más buscados?” dijo el otro policía. Lo siguiente que me enteré fue que estaba bajo arresto por estar en compañía de un criminal que había escapado. Por suerte, no buscaron en el auto, pero sí me pusieron atrás de su auto, y empezamos a alertar en el barrio sobre “Flaco”. Por supuesto, pasaron por el callejón, y ahí estaba. Me miró como si yo lo hubiera delatado, pero cuando se subió al auto conmigo, le dejé bien claro de que yo no le había dicho nada a nadie. Nos llevaron a prisión y nos separaron. Me interrogaron, pero yo no les dije nada, así que me volvieron a poner en la celda de vidrio que era casi tan grande como un sofá largo y había otros prisioneros. Me sentaba ahí lamentando mi destino cuando recibí una visita del F.B.I. “F.B.I.? Ni siquiera lo conozco a este tipo. Simplemente lo estaba llevando y…“ “No hables tanto” el policía me paró. “Estamos aquí para tomar unas fotos de tus dientes”. Aparentemente, yo concordaba con la descripción de Ponytail Bandit, un chico blanco que había asaltado exitosamente docenas de bancos del sur de California. Finalmente, un dentista forense llegó y estancó sus malditos dedos en mi boca, miró al agente y le dijo: “Este no es el tipo”. Me transfirieron a “la Casa de Vidrio”, la cárcel principal de Country en Los Ángeles. Era un infierno. En ese momento ya no tenía mis drogas, no había dormido en días y me sentía vacío y nervioso. Cuando llegué, me dijeron que tendría que desvestirme, encorvarme, estirar mis nalgas, levantar mis huevos, pelar el prepucio, me revisaron el cuerpo entero, porque no sabían por cuánto tiempo me iba a quedar ahí. El único problema era que recién tenían una nueva ley que estipulaba que si tenías marcas de identificación, tenías que cumplir con una sentencia mandataria de noventa días. Y yo tenía algunas. Así que cuando me iban a hacer esa inspección completa, empecé a hablarle al policía que me iba a inspeccionar. Comencé a sentir empatía por el, diciéndole que entendía cuán duro era ser policía, y me contó sobre su familia, y nos relacionamos como dos humanos por un minuto. Me preguntó qué estaba haciendo en el centro de la ciudad, y le dije que estaba tratando de volver a la universidad y acomodar mi vida. Solo le estaba mintiendo, tratando de hacerme amigo suyo. Ni bien me saqué mi camisa, el se asombró. “Santo Toledo, mira tus brazos!. Sabes que eso significa noventa días de prisión” me dijo. Yo solo le seguía mintiendo sobre cómo me iban a despedir de mi trabajo y que 165 no iba a poder volver a la universidad y que tenía que apoyar a mi mamá, que estaba discapacitada. “Ponte tu camisa y manten los brazos cubiertos durante todo el tiempo que estés aquí” me dijo. Después de pasar las pocas horribles siguientes horas en un gran dormitorio con otros cincuenta compañeros de cuarto, un guardia vino a la celda y me dijo que me podía ir. Esperándome en el pasillo estaba Lindy. “Te llamé a las nueve esta mañana. Son las nueve de la noche!. Qué te tomó tanto tiempo para sacarme de aquí?” le grité. “Bueno, Swanster, me aconsejaron algunos de los chicos, y todos parecían creer que quizás era una buena idea si te asustabas aquí por un pequeño tiempo y tuvieras algo de idea sobre hacia dónde iba tu vida” me dijo. “Realmente ese no era mi pensamiento. Mi pensamiento era que si yo estuviera ahí, querría salir, pero ellos decían “Quizás si lo dejamos sentado ahí por un pequeño tiempo, sea útil””. “Mira, más vale que me des cuarenta dólares, porque no es muy humano dejarme ahí así” le dije. “Wow, cuarenta dólares? Swanster, no sé si debería hacer eso” dijo Lindy. “Eso es lo menos que podrías hacer. Si no me das los cuarenta, me voy a poner enfermo” le advertí. Me dio el dinero y me llevó a un lugar donde me podía portar mal. Mientras mi uso de drogas era lo suficientemente aberrante como para enviarme a prisión, Hillel estaba peleando con sus propios demonios en privado. Cuando de hecho antes, estábamos juntos o había chicas con nosotros, una atmósfera de fiesta total, ahora era todo más recluido y aislado. Había un sentimiento oscuro en todo eso. El tenía un uso más constante y necesario por la heroína y cocaína, mientras que necesidades por eso eran durante pequeños momentos al día. Me enojé mucho por una semana, y la gente siempre murmuraba, rumoreaba y hablaba a mis espaldas que yo iba a ser la primera persona que ellos conocieran que iba a morir por las drogas. De vez en cuando, hasta Hillel se me acercaba y me decía “Hermano, no te mates. Mírate, estás cerca de la muerte”. Ione estaba muy asustada, me decía “Por favor, no te mueras. No puedo soportarlo”. En ese invierno la banda enmarcó en nuestra primera gira europea. Londres era nuestra primera parada. Cuando llegó la noche de nuestro espectáculo, Hillel estaba muy enfermo para dejar su habitación. Flea y yo fuimos a su habitación, y era increíblemente triste verlo perdiendo la batalla con este mal. No tenía esa mirada en su ojo que diga “Sí, la estoy perdiendo, pero voy a pelearla”. En cambio, se quejaba “No puedo hacerlo. Me estoy muriendo aquí”. Lo convencimos de venir al club, subimos al escenario y empezamos con nuestro característico jam, pero Hillel no era parte de lo que estaba ocurriendo. Tratamos tocando otra canción, y Hillel paró y me dijo en voz baja “No puedo hacerlo”, y dejó el 166 escenario. Los miré a Flea y a Jack y les dije “Hagan algo”, y luego me fui para atrás del escenario, donde estaba Hillel destrozado, llorando con las manos en la cara. “Hillel, tu puedes hacer esto. Toma tu guitarra y vuelve, mierda”. “No, no puedo” gemía. “Cancélalo. Se acabó”. Corrí de vuelta al escenario, y procedimos a tocar una lista entera de algo muy rítmico que solo tenía bajo, batería y vocales. Empezamos a hacer muchas bromas y cargadas entre nosotros y nadie se fue, nadie abucheo, la gente simplemente volvía a bailar y saltar, pero fue obviamente el espectáculo más raro que hayamos dado, porque no había guitarra. Un par de días después de eso, Hillel estaba bien, y el y yo volvimos a hacer bromas sobre mantener un ojo alerta encima de personas que pudieran darnos lo que necesitábamos. En algún lugar en Europa, apareció un auto lleno de alemanes muy extraños. Estaban ahí para documentar nuestra gira. Tenían muchos tumultos de cosas “detrás de cámara” que capturar, especialmente cuando Jack entró en una fase totalmente maníaca de su vida. El había sido un extremista cuando se trataba de amor, quizás porque era un experimentado en esa área. Una vez que se fijaba en una chica, significaba todo para el. Había estado en una unión así con una mujer, y cuando estábamos en Europa, ella lo dejó por un tipo que nosotros conocíamos. Jack se enteró de esa terrible noticia cuando estábamos en Berlín. Después del espectáculo, me compré un montón de coca, fui a un club y terminé besando en un cuarto del baño a una hermosa chica alemana que no hablaba una sola palabra de inglés. Después de un rato, Flea y Lindy se habían ido, y yo me quedé solo ahí con esta chica. Perdí el control. Estaba dispuesto a hacerlo ahí mismo, pero ella quería llevarme a su casa y yo quería conseguir algo de coca, así que encontramos a un narcotraficante que me ofreció un montón de droga. En la mañana siguiente todos estaban abordando el colectivo para ir a nuestro siguiente concierto cuando llegué en una gran limosina Mercedes negra, acompañado por el narcotraficante, un tipo muy grande, un musculoso. Me agarró, me sujeto como a un niño, y me llevó hacia Lindy y le dijo que estaba en posesión de mi pasaporte y no lo devolvería hasta que Lindy pague por lo que había consumido la noche anterior. Nadie estaba muy contento de que Lindy tuviera que gastar la plata de la banda para salvarme. Durante todo este tumulto, el pobre Jack estaba afuera en el medio del césped alrededor del hotel, literalmente colgando su cabeza repetidamente de un árbol. “Qué le pasa a Jack?” le pregunté a Flea. “Su novia lo dejó y no sabe qué hacer” me dijo Flea. Todavía estábamos en un nivel donde estábamos íntimamente conectados con el público. La gente se acercaba detrás del escenario para conocernos después del espectáculo, andábamos con ellos y hasta íbamos a sus casas y revisábamos sus colecciones de discos. Nos amaban, apreciaban y estaban dispuestos a darnos sus 167 remeras, aunque aún nos veíamos como uno de ellos. Se vuelve tan diferente cuando frenas en un colectivo de gira, pasas por la puerta trasera de un edificio gigante, vas detrás del escenario, subes al escenario, sales de nuevo, y vuelves al colectivo. No hay ninguna conexión entre la calle o la cultura local. Solíamos invitar a todo el público que volviera a nuestro hotel. Esa era una de nuestras bromas. Yo decía, “Hay una fiesta en la habitación 206 en el Hotel Finkelstein en la avenida Rotterwheel”. Esa era la habitación de Flea. Y el agarraba el micrófono y decía “No, no, la fiesta es en la 409” que era mi habitación. A pesar de la decaída de Hillel y el pobre Jack que empezaba una larga y ardua sección de su vida, esa gira si tuvo muchos pero muchos momentos mágicos y felices. Siempre es al final de una gira que te vuelves un recipiente orgánico. Estás tenso, es inútil y te vuelves en nada más que un corazón latiente. Pero luego volamos hacia Nueva York y tocamos en una gran universidad, la NYU. Hicimos un trato con Hillel de no drogarnos antes del espectáculo, porque Nueva York era una ciudad narcótica, pero lo perdí de vista antes del espectáculo y cuando fui detrás del escenario, estaba drogado con heroína. Flea y yo estábamos furiosos. “Amigo, esto no puede ser. Si quieres hacerlo, hazlo después” lo tratábamos de convencer. “Demos el concierto y luego salgamos a festejar. Pero tu no eres capaz de hacer eso”. Y no lo era. Hillel estaba llevando exactamente la misma rutina que yo tenía antes de que me corrieran de la banda. Y cuando volvimos a Los Ángeles, lo despedimos. Hillel empezó a faltar a los ensayos, y Flea decía “A la mierda. Hillel, estás fuera de la banda”. Empezamos a ensayar con un guitarrista ex-Funkadelik llamado Blackbird McNight, al cual Cliff y yo le presentamos a Flea. Hillel quedó sin nada y furioso pero aceptando lo que le tocaba. Tratamos de seguir con Blackbird por unos días, pero después decidimos darle otra oportunidad a Hillel. Luego volvimos a Europa para tocar en unos festivales. Dimos un recital en un lugar gigante al aire libre en Finlandia en el mismo día que los Ramones. Fue un gran concierto, una gran orgía masiva de ochenta mil finlandeses borrachos mitad desnudos. Rockeamos a esa enorme audiencia, pero ellos no estaban ahí para vernos a nosotros, sino para ver a los Ramones. Después del concierto, todos nos juntamos a ver a los Ramones, quienes no eran los mejores compañeros si no te conocían. Se quedaban en el área detrás del escenario. Antes de que salieran, tocaban todas sus canciones de la lista con instrumentos sin amplificación. Cuando salimos, nos quedamos todos juntos al lado del escenario, y alguien tuvo la idea de sacarnos la ropa y correr en el escenario bailando un poco en honor a los Ramones. Hillel no quería hacerlo por nada, pero Flea, Jack y yo nos desnudamos y pasamos por el escenario durante “Blitzkrieg Bop”. Más tarde esa noche, me encontré con Johnny Ramone y el manager de la banda en la entrada del hotel. Johnny me puteó: “Quién mierda se creen que son para subir a nuestro escenario 168 durante nuestro concierto sin ropa? Eso no estuvo bien”. “Lo siento, lo hicimos porque los queremos. No quisimos interferir con su belleza” me disculpé. Johnny se fue de inmediato, pero Joey Ramone, que todavía estaba en la sombra, se acercó y me susurró “Personalmente, creo que estuvo bueno”, y luego se fue. Nuestra siguiente parada era Noruega, y en el camino a Oslo, teníamos que tomar un largo viaje en tren. Hillel y yo terminamos compartiendo una cama. Yo siempre tuve una gran conexión con el. Teníamos la capacidad de permitir a las personas pasar las barreras de su conformidad con lo que estaban dispuestos a revelar. Yo fijaba esos límites todo el tiempo con mis amigos cercanos, siempre reservando el 25 por ciento en una zona de misterio. Pero con Hillel, estabas cómodo mostrando ese 25 por ciento escondido. Me acerqué mucho más a el que con cualquier otro hombre. Tal vez parte de la razón fue que compartíamos la enfermedad de la drogadicción. No puedes entender la experiencia de la adicción a menos que seas un adicto también. Hillel y yo teníamos eso en común, pero el también tenía una capacidad de perdonar más grande que la de la mayoría de los mortales. No importaban que hicieras o que fallas o debilidades fueran, el nunca las pondría en contra tuyo. No como Flea, que tenía una verdadera relación de hermanos conmigo, Hillel no era competitivo. El era paternal de cierta forma. No era un tipo que se alababa, no era de ocultar sus sentimientos. Estaba orgulloso de sí mismo de ser hombre, pero no era machista. Hillel y yo nos sentamos en la cama del tren, mirando hacia la ventana, hablamos de todo. Mucho de lo que hablamos era de drogas y de heroína y dónde estábamos con nuestra adicción y qué queríamos hacer al respecto. Todavía no teníamos idea sobre la naturaleza de la enfermedad. Yo tenía un poco más de experiencia con encuentros que Hillel. En esa primavera Kim Jones se había curado, y yo empecé a ir a reuniones con ella. Había visto estas transformaciones, personas que habían perdido la voluntad de vivir, volviendo de sus estados de zombie e irradiando una nueva fuerza de vida de sus ojos. Llevé a Hillel a una de esas reuniones, pero el odiaba admitir que tenía un problema, odiaba admitir que alguien podía ayudarlo y generalmente era tímido con las multitudes. Después de eso nunca más pude llevarlo a una reunión. En el tren, estábamos de acuerdo en que la banda está yendo muy bien, y prometimos hacer un esfuerzo mutuo en dejar las drogas. Por otro lado también hacíamos bromas de que Oslo era la capital de la heroína de Escandinavia. Eso siempre cambiaba con nosotros. Cualquiera era la ciudad en la que estábamos, se convertía en la capital de la heroína del mundo. Yo veía que ninguno de nosotros se disponía a hacer algo positivo. Era más como “Déjame drogarme primero y después veremos”. Creo que estábamos sentados en el medio de un espíritu oscuro, teníamos que sacar el poder de esa oscuridad y llevarlo como amigos y compañeros de banda. Los dos nos dimos cuenta de que estábamos en 169 un punto de nuestras vidas que era de vida o muerte. Tocamos en Oslo y luego volvimos a Los Ángeles. Aterrizamos en el aeropuerto, nos dimos un abrazo, y fue como “Gran gira, fue muy bueno estar con ustedes” “Llamame en un…” “Voy a estar bien. Tu estarás bien?” “Sí, voy a estar bien también”. Nos despedimos. Y luego Hillel y yo nos fuimos directamente a nuestros narcotraficantes individuales. Probablemente podías medir el tiempo y ver quién rompía la promesa primero. Me fui a casa, a lo de Ione, y estaba sufriendo un terrible y doloroso abuso de drogas. Yo estaba en la ciudad y me di cuenta de que todo este tiempo pasó muy rápido. Así que decidí ir a mi casa y por lo menos estar con Ione, porque a diferencia de Jennifer, ella prefería que yo esté con ella a que esté lejos de ella. Era como una pequeña Madre Teresa. Cuando me recomponía de esos largos y terribles abusos de drogas, en vez de querer matarme o hacerme sentir peor, ella decía “Tienes que comer. Ven y acuéstate en el sillón, no vas a ir a ningún lado. Dame las llaves”. Me cocinaba algo saludable y yo lloraba y me disculpaba. No digo que era una relación saludable pero era diferente. Que Dios la bendiga por tener ese tipo de amor incondicional y compasión su bastardo, egoísta y drogadicto novio. Iba camino a casa y me paré a unas pocas cuadras de la casa para llamarla desde una cabina telefónica. No podía simplemente ir ahí y verla cara a cara, tenía que disculparme primero por teléfono. En realidad, ni siquiera sabía si me iba a ir a casa, porque todavía estaba en un apuro. Cuando contestó, le dije “Ione, te pido mil disculpas por esto que estoy haciendo”. Ella se quejaba y lloraba. Yo estaba pensando, “Esto es raro. Es una reacción más grande que haya obtenido de una llamada”. Estaba llorando, “Vuelve ahora mismo, algo terrible ha ocurrido”. No creo que me haya dicho los detalles pero el nombre de Hillel surgió, a tal punto que parte de mí sabía que podía estar muerto. Pero rápidamente negué todo: “Está confundida. Tal vez solamente tuvo un sobreuso de drogas y ella pensó que eso debe significar que el esté muerto”. Era suficiente para captar mi atención. Me fui a casa en auto, había mucha niebla, y Ione se vino corriendo hacia la calle, mitad vestida, la cara toda hinchada y roja, llena de marcas y mojada. Estaba gritando “Tu amigo Hillel está muerto”. Estaba perdida. Habrías pensado que era su mejor amigo. Pero sentía todo ese dolor inmediatamente, por mi lado yo me rehusaba a aceptarlo. “Esto tiene que ser un error”. Muy en el fondo de mi corazón, sabía que se fue, pero no me permitía aceptarlo en ese momento. El resto es una verdadera confusión, porque creo que apagué mi cerebro. Sé que no paré de usar el resto esa noche. Me desperté al siguiente día en un estado de asombro y negación. Todos estaban pasando por este gran trastorno, muerte, secuelas, funerales, y gente repartiendo culpa, y sabía que nunca hay que culpar a nadie cuando la gente se mete con las drogas. Siempre son ellos los responsables de su propio comportamiento, y no es el narcotraficante, ni el amigo, ni la mala influencia, ni la 170 niñez. Por alguna triste y desagradable razón, la gente me asociaba como responsable de llevar a Hillel a los drogas a la edad de veinticinco porque mi propia adicción había empezado de mucho más joven. Su familia trató de decir que yo era la mala influencia. Era algo irónico, porque yo nunca le eché la culpa a nadie por mi propio uso de drogas. Y yo había tratado de introducirle a Hillel la idea de ponerse bien. Mientras tanto, yo seguía drogándome. Es un mito que algo así te asuste y te lleve a hacer las cosas bien. Aún cuando tu amigo cercano muere, mantienes un falso sentido de invencibilidad. No quieres lidiar con tus propios restos, solo quieres seguir drogándote. Oí de Ione que estaban planeando el funeral, pero yo no estaba dispuesto a ir. No podía para de usar drogas, por una cosa. Estaba en el límite de mis juicios. No podía parar, pero no podía seguir usando. Nada funcionaba, y mi amigo estaba muerto, y yo no quería mirar eso. La mamá de Ione una vez había mencionado que su amiga tenía una casa en una villa pesquera muy pequeña en México, y podíamos usarla a cualquier momento que quisiéramos. Así que eso fue lo que hicimos. La gente pensaba que fue de mal gusto que no fuera al funeral. Hillel era mi amigo, mi mejor amigo, pero yo estaba muriendo de lo mismo que lo mató. Y no se trataba de gusto. Se trataba de locura y descontrol. Ione y yo nos fuimos en avión hacia Puerto Vallarta, y desde ahí nos fuimos a un lugar llamado Yelapa, una pequeña villa pesquera de alrededor de cien personas. Nos quedamos en una casa agradable con una cama y una red para mosquitos, pero apenas había electricidad en la ciudad. Me acosté ahí y me di otra potente dosis de heroína, mientras estaba a años luz de lo que estaba ocurriendo en Hollywood. Apagué esa estación en mi mente. Ione me apoyaba increíblemente, y después de unos pocos días empecé a sentirme mejor. Empecé a ejercitarme y volvimos a tener sexo y compartir ese amor. Pescamos en el océano y cocinamos en la playa, y desarrollé un falso estado de bienestar. Después de diez días, tenía que dejar de ocultarme y volver a los Ángeles. En el minuto en que volví, no pude drogarme de inmediato. No sabía que más hacer. Por ahora tenía casi diez mil dólares menos a mi nombre, y estaba fuera de nombre. Salí y me compré un montón de heroína y cocaína. Mientras Ione estaba dormida en la cama, yo estaba en el piso drogándome y haciendo un proyecto de arte muy loco durante toda la noche. Pero algo salió drásticamente mal con mi química, porque me estaba metiendo estas drogas y no sentía el efecto, no estaba desapareciendo, no escapaba, no me sentía eufórico, no bloqueaba el dolor, no bloqueaba la realidad. Seguí haciéndolo más, más y más, pero tenía razón. No podía escaparme. Justo después de eso, Jack Irons llamó a una reunión de la banda. El nunca había hecho algo así antes. Nos encontramos en el modesto velero de Lindy, y Jack nos hizo sentar y dijo “Esto no es donde quiero estar. No quiero ser parte de algo donde mis amigos están muriendo”. Renunció a la banda, y lo entendimos. Lindy probablemente estaba pensando “Qué va a pasar aquí? El guitarrista está muerto, 171 el baterista está renunciando, el cantante está pendiendo de un hilo. Y ahora qué?”. Pero Flea y yo no planeamos dejar de hacer música juntos. No era falta de respeto, era por respeto. Esto era algo que Hillel había ayudado a construir y nosotros íbamos a seguir construyendo, lo cual era extraño, porque yo no estaba fuerte de fuerza mental. Pero sabía que no era lo que quería hacer, y Flea sabía que era lo que el quería hacer. Y Jack sabía que era lo que el no quería hacer. Aunque yo estaba hecho un desastre, Flea y yo nos preparamos para ese momento difícil. Alquilamos a D.H. Peligro para que toque la batería y a Blackbird McNight para que toque la guitarra. Conocíamos a D.H. por años, y en cierto punto, Flea, D.H. y yo teníamos una banda en broma llamada los “Three Little Butt Hairs” (los Tres pequeños pelos de culo). Habíamos tocado con Blackbird cuando Hillel fue temporalmente despedido, así que estábamos cómodos con el. Pero antes de que pudiéramos si quiera pensar en tocar, tenía que hacer algo por mi problema con las drogas. Cuando me iba a las reuniones en esa primavera, conocí a un tipo llamado Chris, que era joven, loco, sensible y gracioso. El me presentó a un tipo llamado Bob Timmons y dijo “Este tipo puede ser tu patrocinador”. Timmons era un tipo de barba con tatuajes que tenía un pasado muy oscuro, pero yo confié de inmediato en el. Era tranquilo y no era de presionar a la gente, y no parecía querer nada de mí. Después de uno de esos usos de drogas en que no pude sentir el efecto, lo llamé a Bob Timmons. “No sé qué hacer. Mi amigo está muerto. No puedo para de consumir, y ni siquiera siento el efecto. Me estoy volviendo muy loco”. “Por qué no vas a una rehabilitación?” sugirió. “Eso suena horrible. Qué es?”. “Por algo vale diez mil dólares”. “Diez mil! Eso es todo lo que tengo” le dije. “Yo creo que sería una gran inversión” dijo Bob. “Creo que tu vida está en riesgo, y quizás algún día puedas hacer otros diez mil dólares si gastas diez mil ahora. Si no lo haces, podrían ser los últimos diez mil dólares que hayas visto”. No sabía que más hacer, así que estuve de acuerdo. La rehabilitación era un lugar en Van Nuys llamado A.S.A.P. Me subía al auto con Ione para ir para ahí, y estaba tan furioso que trataba de manejar el auto hacia la pista. Iba zigzagueando todo el camino hasta Van Nuys, hacia los autos que venían, y Ione iba muerta de miedo en el asiento del pasajero. Estaba enojado de que me tenía que internar en una rehabilitación, enojado de que ya no iba a poder drogarme más, y enojado de que mi amigo había muerto. Llegamos ahí, me interné y me tomaron varias fotos. No me veía bien. Mi piel era verde y amarillo anaranjado, mis ojos estaban muertos y mi pelo tenía vida propia. Luego me asignaron una habitación y un compañero de cuarto. Estaba compartiendo una maldita habitación con otro loco bastardo. Resultó ser un chico de Palm Springs que se transformó en mi compañero de rehabilitación sobrio. Cuando vas a una 172 rehabilitación, terminas conociendo gente de docenas de estilos de vida, de todas las razas, diferentes realidades económicas, diferentes marcos religiosos, pero te terminan gustando todos y viéndote en todos esos. Había una jugadora de básquet que no podía para de fumar un tipo de cocaína, un hombre de negocios de Brasil, un doctor, un policía negro del equipo SWAT que cazaba gente para quitarle sus drogas. Me acostumbré, y no era tan malo. Dejé de odiar y empecé a simplemente vivir. En mi vida entera, había sido la persona más defensiva que hayas conocido, incapaz de tolerar cualquier crítica. Pero ahora empecé a escuchar y a ser. Ione me venía a visitar, y rompimos las reglas y teníamos visitas conyugales en el baño, lo cual significaba muchísimo para mí. Estaba en necesidad de algo de amor y afecto. De vez en cuando, Bob Timmons enviaba diferentes personas sobrias al azar para visitarme. No los conocía a ninguno de esos, pero me sentaba a hablar con ellos, y así confiar en la magia de la recuperación. Nunca nadie realmente va a entender tu difícil situación mejor que otro adicto. Este extraño vino y me habló, y lo siguiente que sabía era que el proceso de recuperación estaba ocurriendo, me guste o no. Alrededor de las dos semanas de mi tiempo ahí, Bob Timmons me vino a visitar. Había notado que yo había evitado atravesar por el dolor de la muerte de Hillel, así que me dijo que me iba a sacar en un día libre. Nos fuimos a la sección judía del Cementerio de Césped del Bosque preguntando por ahí hasta que encontramos el lugar donde estaba la tumba de Hillel. Había una modesta placa en el césped, ni siquiera de piedra. La inscripción era algo simple como “Hillel Slovak. Fiel hijo, hermano, amigo, músico”. Estaba sentado ahí con Bob diciendo “Sí, está bien, ahí está el. Creo que eso hicimos. Podemos irnos de aquí ahora?” “No, no creo que deberíamos irnos de aquí todavía” dijo Bob. “Voy a dar un paseo. Por qué no me haces un favor y le hablas a Hillel y le cuentas cómo te sientes por su muerte?. Y por qué no también le haces una promesa ahora mismo de que no vas a poner otra aguja en tu brazo y que no vas a tomar ni consumir?”. “Hablarle a qué? Es un pedazo de césped con una piedra encima” dije. “Simplemente actúa como si Hillel estuviera aquí escuchando y tuvieran esa conversación” dijo, y se fue. Estaba sentado ahí sintiéndome muy incómodo de hablarle a nadie. Pero después dije, “Tu, flaco”, que era la manera en que yo siempre lo saludaba Hillel. Y era como si esa pared se vino abajo en un segundo. Empecé a llorar como nunca había llorado antes. Desde ese punto, era una catarata de palabrerío, lloriqueo, llanto y tos. Tuve esa conversación con Hillel y le dije cuanto lo quería y cuanto lo extrañaba. Y luego le hice una promesa. “Estoy limpio. Estoy en esa rehabilitación. Te prometo que nunca más voy a poner una aguja en mi brazo. Voy a seguir limpio”. Lloré por todo camino de salida del cementerio. Temprano en mi estancia en la rehabilitación, teníamos una reunión de grupo, 173 conducida por un ayudante, que era un tipo muy grande. Había estado limpio por cinco años. Tenía treinta pacientes en la habitación, y todos eran parte de la clase ese mes. Todos escuchaban muy atentamente, porque todos estábamos dando nuestro mejor esfuerzo. Dijo “Tengo unas noticias bastantes malas para ustedes ahora mismo. Estadísticamente hablando, solamente una persona en esta habitación va a permanecer limpia por cualquier cantidad de tiempo después de que salgan de aquí. Eso es solo a lo que generalmente se llega”. Miré alrededor de la habitación y vi a la jugadora de básquet, al policía, al hombre de negocios, al doctor, al criminal, y a todas esas personas, y pensé “Se pueden ir todos a sus casas ahora mismo, porque yo voy a tomar ese lugar. Para que puedan ahorrar su plata y su tiempo, porque yo soy el único que va a estar sobrio de ahora en adelante”. Nada de festejos de cincuenta días, nada de nada, simplemente prometí dejar todo. No hubo ningún momento de revelación confusa, era más como un proceso educacional. Mientras más aprendía de la naturaleza de la adicción, más estaba dispuesto a mirar a mi propio comportamiento e historia. Y cuanto más era capaz de ayudar a las personas con las que estaba en la rehabilitación, más tenía sentido todo. Mucho de este proceso vino a través de atestiguar la enfermedad de esas personas con las que estaba, para que yo vea a estas personas y me importe, y para saber cuan delgadas eran sus posibilidades de algún día cambiar la posesión demoníaca con la que habían estado viviendo. Me di cuenta de que esa no era la prisión en la que quería vivir mi vida. Cuando tomé la decisión de que no importara que ocurriera en mi vida, no estaba tomando ni consumiendo, ese gorila que había estado deprimiendo por años se evaporó. Para cuando salí de la rehabilitación, ni siquiera quería probar drogas. Apagué esa voz en mi cabeza, lo cual era maravilloso, excepto que era casi demasiado maravilloso. Ya no era más obligado por ese dolor a seguir esforzándome para mejorarme y a ponerme en una posición donde pudiera ayudar a alguien más a mejorarse. Estaba tan aliviado del dolor de querer drogarme que podía esquiar y patinar un poco. Todavía me iba a las reuniones, me mostraba en paneles, me iba a hospitales y hablaba con otros alcohólicos, pero no me sumergí en esa increíble oportunidad de un verdadero cambio psíquico. Lo hice a medias y luego empecé a retroceder. Cuando me registré en A.S.A.P., me quería morir. Treinta días después, era como “Vamos a rockear, vamos a escribir canciones, vamos a ser una banda!” Y lo hicimos. Flea estaba emocionado y apoyador cuando salí de la rehabilitación. Nos fuimos de inmediato a ensayar con D.H. y Blackbird. D.H. parecía encajar bien, estaba lleno de amor y vivió para tocar música. Blackbird tuvo un tiempo más difícil para encajar. Era un guitarrista con un talento único, pero nunca había estado en una banda donde todos rockeaban juntos. Estaba acostumbrado a que George Clinton le dé un casete y luego ir a un estudio solo y trabajar por días en sus partes. 174 Éramos amigos con D.H. por años, pero Blackbird era más difícil de acercársele. Era un poquito más grande de edad y más loco. Mientras más tocábamos juntos, más obvio se volvía que no era estructurado. Nuestra idea de trabajar en material nuevo era siempre el jam, y no estaba ocurriendo. En ese tiempo, D.H. le presentó a Flea un joven fenómeno guitarrista llamado John Frusciante. John era fanático de la banda que había estado yendo a nuestros conciertos desde que tenía dieciséis. De hecho, yo había conocido a John antes que Flea. Alrededor del tiempo en que salió “The Uplift Mofo Party Plan”, estábamos dando un gran espectáculo en el Palacio Perkins en Pasadena. Todavía estaba luchando con mi adicción, y tenía que probar un poquito de heroína antes del concierto, para ponerme bien. Me fui en auto al concierto, estacioné a unas pocas cuadras y caminé por un parque adyacente a la avenida para encontrar un lugar para drogarme. Justo ahí, dos chicos muy contentos se me acercaron y dijeron muy efusivos “Oh Dios mío, Anthony. Solo queríamos saludar. Somos grande fanáticos de la banda”. Conversé con ellos por un rato, y luego caminé por el parque y me senté en el primer escalón que encontré y me hice un poco de marihuana. Luego miré y vi que me estaba inyectando en los escalones del departamento de policía de Pasadena. Después de que John había impresionado a Flea tanto, empecé a andar con el. Al mismo tiempo, Bob Forrest quería a toda costa que John toqué la guitarra en su grupo, Thelonious Monster. John me contó que se iba al garaje de Bob a audicionar, así que lo llevé ahí. En mi mente, el estaba audicionando para los Red Hot Chili Peppers. Con solo una canción de su presentación, yo sabía que el era el indicado para nosotros. Ahora era mi turno de despedir a alguien. Blackbird vivía en South Central de Los Ángeles, así que decidí hacerlo por teléfono. “Blackbird, soy Anthony. Tengo malas noticias. Lo siento mucho, pero esto no está funcionando y no podemos estar en una banda contigo. Nos vamos a tomar una dirección diferente. Muchas gracias por todo”. “Que hijo de puta que eres” dijo Blackbird. “Qué?”. “Que eres un hijo de puta. “Vamos, Blackbird. No soy yo. Es la situación. Solo soy el mensajero aquí” le dije. “Eres un hijo de puta. Voy a quemar tu casa”. “Blackbird, no quemes mi casa” le dije. “Es una decisión de la banda. No funcionó bien. No somos nosotros o tu. Es solo la situación”. “Está bien, está bien, acepto” dijo Blackbird. “Mientras tu puedas aceptarlo yo voy a quemar tu casa”. Ese fue el final de nuestra conversación. Yo era un hijo de puta, y el iba a quemar mi casa. No todo nos salió perfecto en el momento en que John se unió a la banda. Pero lo que sí cambió instantáneamente era la química. Había un completo amor de estar en los 175 Red Hot Chili Peppers, que no habíamos sentido por un largo tiempo. Ahí estaba ese joven que había dedicado cada momento de su joven vida a la música, y podías sentirlo. Tan inexperto como era John, estábamos consiguiendo todo lo que el tenía para ofrecer. Simplemente era una mejor química. D.H. y John eran amigos. Ahora teníamos un grupo en donde todos veníamos del mismo lugar y queríamos llegar al mismo lugar. Era bastante emocionante, pero todavía requería un largo tiempo para formarse. En lugar de tratar de hacer un disco inmediatamente, decidimos que debíamos tocar por un tiempo, escribir canciones y ensayar algunas viejas, tomarnos el tiempo para volvernos una verdadera banda. Nos encontramos con algunos obstáculos. D.H. estaba muy descontrolado del entusiasmo, pero Flea era un perfeccionista por la precisión y diligencia cuando se trataba de aprender canciones. Ese fuerte de D.H. no era necesario. Flea manejaba a D.H. bastante mal, casi como un dictador con respecto a eso, lo cual tampoco era nada extraño porque había sido el dictador en otras alineaciones de la banda. Era como “Vamos, asegurémonos de que podemos terminar esto. No sean perezosos y no olviden de hacer su tarea, y asegúrense de aprender sus partes”. Algunas tensiones también se desarrollaron entre D.H. y yo. Una vez que estaba sobrio, tenía la audacia de pensar que todos los demás debían seguirme. “Está bien, mundo, la fiesta terminó. No sé si lo notaron, pero estoy sobrio ahora, así que todos dejen sus drogas y alcohol”. Mi esencia por el control y mis inseguridades continuaron, así que mi habilidad para hacer sentir mal a otras personas para controlar mi propio malestar continuó. Al mismo nivel, D.H. debe haberse dado cuenta que su vicio por las drogas y el alcohol podía volverse un problema. Empezó a llegar tarde, y no siempre en un buen estado mental. Mi nivel de tolerancia, paciencia y aceptación por las dificultades de otra persona no era un elemento floreciente en mi propia personalidad en ese momento, desafortunadamente. Exactamente no estaba discutiendo no D.H., pero sí tenía en mente que ahora tenía a alguien con un comportamiento inmanejable en mi banda. Mientras estábamos ensayando, empecé una canción de alerta llamada “Knock Me Down”. Era una canción que describía cómo era ser un drogadicto, tener ese ego y pensar que eras impenetrable e indañable a las fuerzas de la naturaleza y la vida. Pero también era una canción de amor para Hillel. Tenía muchas páginas de versos pero sin melodía u organización. John había venido a mí justo después de que se unió a la banda y me dijo que yo podía mostrarle cualquier cosa, y escribiríamos juntos. Una de las primeras cosas que le mostré John fue “Knock Me Down.” Le advertía que era muy verboso. “Oh, está bien. He estado trabajando en esta melodía muy verbosa, y puedo ver cómo se va a aplicar exactamente a éstas palabras” me dijo. Se sentó ahí, se estudió las 176 letras, y empezó a agruparlas en su melodía. Era misterioso. En unos pocos minutos, tenía una melodía de verso completa. Era algo realmente mágico. “Está bien, esa es otra manera de escribir canciones”. Aún cuando Hillel estaba ahí, todo lo que escribíamos era en contexto de grupo. Flea y yo habíamos escrito canciones juntos, pero era distinto en el bajo. Ahora sentía que escribir lo que sea, una melodía, un ritmo, una letra, e ir a este nuevo amigo mío, sentarme, y cuando dejábamos esa sesión, teníamos una canción. Sentía que cualquier cosa era posible con este chico. Podía mostrarle mis escrituras más sentimentales, y el no se detenía a juzgarlas de una vez. No había ningún momento que leía las letras para ver si le gustaban o si eran algo que quería hacer. Lo que sea que hubiera escrito tenía que ser una canción. Ahora sugerirme a mí mismo o tener miedo de mostrar algo o intentar algo nuevo, lo cual abría el camino para escribir canciones y hacer buena música. John y yo empezamos a volvernos lenta pero seguramente el tipo de amigos que pasaban todos los días juntos y luego se iban a sus casas y se llamaban para decirse buenas noches antes de ir a la cama. Cuando nos despertamos, decíamos “Buen día, qué vamos a hacer hoy?” Después de un tiempo, no íbamos a cualquier lado o hacíamos cualquier cosa sin hacerlo juntos, lo cual es raro y valorable, pero a veces una experiencia demasiado intensa. Aunque John había pasado por un periodo de abuso de cocaína y alcohol, estaba claramente dispuesto a sacrificar las drogas para enfocarse en estar en la banda. El estaba viviendo cerca de Canter’s con su novia, pero cuando salíamos a fiestas y clubes, empezó a sentirse mal de que estando en la nueva banda se estuviera alejando de la rutina de su relación. Ione no tenía ningún problema con eso, lo estaba llevando muy bien, trabajando mucho. Pero John terminó cortando con su novia poco tiempo después de que se unió a la banda. Decidimos que era una buena idea presentar la nueva banda en lugares oscuros, y no muy conocidos, así que Lindy organizó una gira a la llamamos “La Gira de las Ciudades Abandonadas”. Era un desastre, tocamos en pequeños negocios o restaurantes de ciudades abandonadas en Wyoming y al norte de Colorado y Utah. A nadie en estas ciudades le importábamos para que fueran a vernos, y cuando iban, era un verdadero público de rodeo. Desafortunadamente, D.H., Dios bendiga su corazón, el tipo más dulce del universo, estaba tomando muchísimo, y no tenía la experiencia suficiente para estos espectáculos. Una noche en esa gira, D.H. estaba perdiendo el ritmo, olvidando partes, no muy claro en las canciones. Después del concierto, el y yo tuvimos una fuerte discusión. “Mira, si quieres estar en esta banda, vas a tener que hacer algo con respecto a tu condición. O haces algo o te largas” le dije. Flea y John se echaban atrás, diciendo “No estamos seguros que hacer aquí. Anthony está siendo un poco idiota, pero el hecho es que, D.H. está destruido, y ni siquiera le 177 importa su papel en la banda”. Ellos no querían darme la razón porque estaba comportándome como un aguafiestas, pero también sabían que la cosa no funcionaba bien con D.H. Cuando llegamos a casa, se volvió de mal en peor. Empezó a faltar a los ensayos, y su adicción empezó a consumirlo. Siempre que habíamos despedido a alguien, con excepción a lo que pasó con Hillel, siempre era obvio y necesario, y sin ninguna duda para el mejoramiento de la banda. Pero D.H. era nuestro amigo a quién queríamos y cuidábamos y no queríamos ver que nada malo le pase. Aún así, no era salvable. Para desgracia de Flea, era su turno de despedir. Fue peor de lo que pudiéramos habernos imaginado. Flea tuvo que quedarse en cama por días después de despedir a D.H. Lo único hermoso de eso era que, después de años, resulté ser una gran parte de la sobriedad de D.H. y de su renacimiento al universo como un humano, porque desde el momento en que fue despedido, siguió un tremendo curso de desaceleración hacia otro nivel de increíble abuso. Por ahora nos habíamos mudado a un lugar de ensayos en Glendale. Fue ahí que empezamos el proceso para audicionar bateristas. Asumimos que todos los más grandes bateristas de la tierra vendrían de cerca y lejos para tener esta oportunidad. Recordándolo bien, no era una oportunidad tan brillante como nosotros lo veíamos. Cada uno y su abuela empezaban viniendo por esa puerta con su batería, pero no muchos eran algo buenos. Durante el proceso, un amigo nuestro, Denise Zoom, lo llamó a Flea y le dijo que tenía un baterista para nosotros. Según ella, este tal Chad Smith era el mejor baterista que había escuchado, y hasta comía partes de batería de desayuno. Siempre que alguien te llama de la nada hablando de un vibrador del medio Oeste que come partes de batería de desayuno, tu piensas “No me hagas perder el tiempo, por favor”. Pero dejamos que este tipo venga y audicione. Lo esperamos mucho tiempo para que se presentara, y llegó tarde. Me fui afuera a ver si alguien estaba ahí, y ví a un pavo grandote caminando por la calle con un peinado muy malo de Guns N’ Roses y ropa sin estilo. Ya me había decidido en contra del tipo, basándome en cómo se veía, pero el llegó y todo era cuestión de trabajo. “Ahí está la batería. Prepárate para tocar. Tienes diez minutos. Vamos a hacer jam por cinco minutos, y luego vamos a probar con una canción o dos por cinco minutos”. Chad no estaba intimidado en lo más mínimo por toda esa actitud que le estábamos dando. Cada uno de los otros pobres tontos que se sentaba en la batería lo miraba a Flea, que se mandaba una cruda y agresiva base de bajo funk-rock slapeando, y los bateristas se mataban tratando de seguirlo. Flea los lavaba con su intensidad. Flea empezó a tocar algo duro, complicado, rápido y difícil de ver si el tipo lo podía seguir. Chad instantáneamente no solo lo seguía, sino que empezó a llevarlo a su gusto. Era agresivo con Flea, y lo hacía con delicadeza, y lo hacía cada vez más y más. 178 No podíamos creer lo que estaba pasando. Mi primera impresión de este tipo cambio tanto que empecé a reírme histéricamente. Ahora Flea me miraba como “Wow, qué hago ahora? A dónde me voy? Qué carajo está pasando aquí?”. Chad no paraba ni un segundo para dejar que Flea lo capte y entienda. Estaba gritando como Art Blakey lo hizo a tras de la batería, cuando le vas encontrando tu gusto por el momento, porque había mucha energía siendo liberada en ese momento entre Flea y el. Era una gran erupción de sonido y energía, y todo lo que podía hacer era reírme histéricamente, aullando a este animal con la bandana y el pelo mojado con fijador y los shorts musculosos de Venice Beach, pensando cuán chistoso era que el tipo más ridículo que hayamos visto nos sorprendió tanto justo en nuestro estudio de ensayos. Era un genio, y a todos nos encantó. Todos sabíamos que Chad era el indicado, y ahora queríamos ver cuál era su nivel de compromiso. También queríamos que cambie su forma de verse. Le dijimos, “Está bien, sos bueno. Puedes estar en la banda si te afeitas la cabeza hoy. Vete a Canter’s con la cabeza afeitada, y tienes el trabajo”. Chad dijo, “Mmm, la cabeza afeitada, no sé”. “La decisión es tuya. Aféitate la cabeza y estás en la banda. No te afeites la cabeza y no estés en la banda”. Y fuimos a Canter’s y lo esperamos. Apareció con la misma bandana y pelo estúpido. “Amigo, quieres el trabajo o no?” le preguntamos. “Sí, voy a tocar en la banda, pero me voy a dejar el pelo así” insistió, y coincidimos. Nos dimos cuenta que cualquiera que fuera lo suficientemente valiente para soportar toda esa presión no iba a ser un idiota. Más tarde, descubrimos que la verdadera razón por la que no quería afeitarse la cabeza era porque su pelo estaba quedando algo calvo y lo estaba ocultando detrás de la bandana. De cualquier manera, fue otro día importante en nuestra historia, porque ahora teníamos un baterista que era confiable y una persona estupenda para hacer jams. Ahora podíamos concentrarnos en trabajar. 179 Capítulo VII Reformando Porque John era tan joven e inexperto, se unió a la banda con mucha buena onda. El era un niño que pasó la mayor parte de su vida en su habitación, tocando la guitarra, por eso todo el tema de ser una estrella de rock era nuevo para el. Flea y yo lo jodíamos mucho, diciéndole “Greenie” o “The Green Man” o incluso “The Green Hornet”. Años más tarde, John me dijo que todo eso lo confundió muchísimo, pero en ese momento, ni Flea ni yo nos dimos cuenta de lo que en realidad le estábamos haciendo. Ni Flea ni yo queríamos hacerlo sentir angustiado o inseguro, sólo era una forma de jugarle unas bromas a John. La gracia de ponerle nombre verdes, venía un enorme signo de afecto. Tu estás en nuestros corazones si tienes más de un apodo. Todo el tema de los apodos verdes surgió porque amábamos a este chico y estábamos muy contentos con su energía creativa en nuestras vidas. Si lo hacíamos con una risa burlesca, quizás era para no demostrar lo mucho que nos importaba. Si te fijaras a quién llamaba más por teléfono, a la casa de quién iba más seguido, con quién compartía más cosas, te darías cuenta de que yo admiraba completamente a este joven. John y yo hablamos recientemente acerca del hecho de que cuando las cosas no salieran como yo quería, lo ignoraría. “Muy bien, este tipo está actuando de una forma que no me gusta, y con el sin saber nada, lo ignoraré hasta que ese sentimiento se vaya”. No era una manera sana o comunicativa de manejar las cosas, pero John pasó de ser un chico de diecisiete años desconocido a estar en los Red Hot Chili Peppers. Igualmente, el era muy soberbio con la gente a su alrededor. El se comportó así por un año más o menos. Constantemente, la gente me decía, “Tu guitarrista es un idiota. El se cogió a esta chica y luego la tiró a la calle en el medio de la noche y le dijo que no la quería ver más”. Yo nunca lo vi comportarse de ese modo, por eso lo defendí. Yo esperaba poder aceptar estas cosas de su comportamiento, porque el estaba atravesando una dura transición. Chad no era muy nombrado cada día, porque no éramos tan cercanos con el. El pasaba más tiempo estando solo que con su banda. Tenía una forma muy diferente de comportarse con esto de ser el nuevo chico, y era como, “No los necesito, no los quiero, tengo mi propia vida”. Chad nunca mostró interés en unirse a nuestro círculo íntimo. El prefería salir con personas de su onda, no conmigo o Flea. Chad nos mostró muy poco acerca de quién era el, de dónde venía o qué pensaba. Para darte un ejemplo, el ha estado en esta banda desde 1988, y recién a fines de 2003 que me di cuenta de que cuando Chad dejó Michigan para ir a L.A., el esperaba en convertirse en un apuesto hombre, una cara bonita. Nunca tuvimos esa charla corazón-a-corazón 180 acerca de cuáles eran sus sueños o fantasías. Chad apareció para hacer su trabajo y era muy amigable y buena persona. Yo lo consideraba uno de los pilares más raros para sostener a la banda en tiempos difíciles. Cuando se trataba de ropa, el se vestía muy diferente respecto a nosotros, yo solía molestarlo por eso todo el tiempo. El siempre aparecía con trajes ochentosos, y yo diría “te robaste eso del ropero de Arsenio?”. Por suerte dejó de levantarse así el pelo cuando se unió a la banda, pero en vez de acompañarnos a Flea o a mí a ir a un recital de Punk Rock a un lugar como Small’s, el iría al bar de Motley Crüe, usaría jeans graciosos y botas de vaquero, jugaría al pool y luego del concierto se iría con alguna chica. La gente lo veía y me decía que tenía el pelo más levantado que una chica, pero al otro día el vendría a ensayar usando una gorra de baseball. No era que el era un camaleón por naturaleza, era sólo que no quería mostrar todo su colorido frente a nosotros. Teníamos algo en común en la música. Incluso ahí, su sentido de la música era distinto, pero su energía, su pasión y el poder que el tenía para crear ritmos parecía no tener techo. Siempre que teníamos un ensayo o un concierto, y el estaba practicando por su cuenta, yo agarraba el micrófono y cantaba a la par y siempre se sentía emocionante y fresco, hasta cuando tocaba simple, golpes de batería básicos “que ya escuchaste antes”. El no era experimental o vanguardista, y no escuchaba una gran variedad de música, quedándose mucho en el género rock & pop, pero lo que hacía alcanzaba de todas formas. Nunca habíamos tenido a un baterista tan cargado de energía para tocar que nunca parecía decrecer. Yo me estremecía al pensar de que nunca lo hicimos sentir como si no fuera bienvenido o que no lo queríamos, al no darle el mismo afecto, amor y recibimiento que le dimos a John, pero lo hicimos porque el nos importaba, queríamos que estuviera cerca de nosotros. Teníamos a nuestros nuevos muchachos y empezamos a trabajar. Era raro y complicado al principio desarrollar canciones, mucho más que antes. Flea aparecía con algo, y John y Chad trataban de encontrarse a ellos mismos. Michael Beinhorn estaba apuntando a otra cosa. Habían días que teníamos muchas buenas ideas, pero no sabíamos cómo componer una canción con esta nueva música que estaba llegando. Habían muchas expectativas cuando ‘The Uplift Mofo Party Plan’ había llegado a su fin. Creo que John sintió una gran responsabilidad al tener que seguir los pasos de Hillel, por más que no trató de replicar el sonido de Hillel. John tenía un sonido más limpio, más moderno. Nosotros simplemente necesitábamos nuevas canciones. Cuando Cliff y Jack Sherman se unieron a la banda, ya habíamos escrito gran parte de las canciones. Ahora teníamos que escribir un álbum que valga la pena con nuevas canciones. Despacio pero seguro, algunas buenas melodías empezaron a aparecer. Las melodías tenían una nueva energía que era genial. Cliff era muy artístico, creativo y complejo, Jack Irons era más bien un metrónomo, pero Chad movía más aire que cualquier otro 181 baterista que haya existido, entonces eso nos daba buenas vibras. Yo había escuchado las improvisaciones, me iba casa a sentarme en la cocina con pilas y pilas de hojas de papel. Nunca me di cuenta de que podías escribir una canción con cinco oraciones y un estribillo. Lo pensé porque Flea estaba ocupado y la batería estaba ocupada y las texturas eran complicadas, yo tenía que hacer lo mismo. Cuando me sentaba a escribir, no buscaba una o dos ideas interesantes, yo quería un poema de cinco hojas para rapear. Yo me sentaría ahí por ocho horas, escribiendo canciones como ‘Good Time Boys’, ‘Subway To Venus’ o ‘Johnny Pick a Hole in the Sky’, donde las letras iban progresando cada vez más. Hasta mi tributo a Magic Jonson era un palabrerío constante. Cualquier cosa que sea difícil de decir, yo estaba feliz de escribirla. Cuando llegó la hora de grabar, empezamos a proyectar con Michael Beinhorn. El tenía una agenda que, a diferencia de Andy Gill, tenía más que ver con el sonido. Michael era muy inteligente en el aspecto musical en el estudio, pero también era algo dominante. El quería que John tuviera un gran, rápido, casi un sonido metalero de guitarra, en tanto que antes siempre tuvimos algunas interesantes melodías de guitarra de rock ácido, así como también muchas melodías sigilosas, sexys y funkys. John no se conectaba con eso en ese momento, por eso habían muchas peleas entre ellos por las melodías y los arreglos de guitarra. John no la estaba pasando bien, el estaba luchando con muchos comportamientos distintos, que lo ponían tenso, y Beinhorn lo presionaba y manipulaba. Si no hubiera sido por las tapas porno de Traci Lords que constantemente estaban en la sala, no creo que John lo hubiera logrado a través de las sesiones. Trabajamos duro en cada canción, pero Beinhorn puso una cantidad extra de atención sobre nuestro cover de Stevie Gonder ‘Higher Ground’. Flea ha estado tocando el bajo durante años, y John y Chad vinieron con partes monstruosas para la canción. Beinhorn fue a través del infierno y de la marea alta para conseguir que John toque para ese corte. Para mi, hacer la parte vocal fue agotador, frustrante y un gran desafío. Una canción que no era mi fuerte, pero Beinhorn estaba seguro de que yo podía cantarla, por eso siguió exigiendo y exigiendo. Sé que suena para la mierda, pero cuando estas frente al maldito micrófono estas teniendo tiempos difíciles, empieza a doler adentro tuyo. Me tomó una eternidad para sacar esa canción. Pero realmente lo valió. Cuando llegamos a la parte de los coros, llamamos a todos nuestros amigos para que vengan a cantar, y así tuvimos una pieza con 25 personas, todas cantando juntas. La mitad de ellos eran cantantes competentes, la otra mitad no, pero no importaba en realidad, seguía sonando increíble de todas formas. Pase una gran época hasta las últimas pocas semanas de terminar de grabar. Estaba simplemente amando la vida y sintiéndome tan feliz de estar sobrio, de hacer un CD y tener estas canciones. No obstante, Beinhorn y yo pasamos por un momento de tensión donde la relación se terminaba ya para el final del proceso de la grabación del 182 disco, cuando el quería que yo hiciera ad-libs al final de ‘Higher Ground’. No aguantaba más sus órdenes. El estaba tratando de sacar algo de mi que yo no estaba sintiendo en ese momento, discutimos y yo sabía que el y yo habíamos terminado. Terminamos el CD y dijimos “Este es nuestro mejor disco”, pero no me sentí mal acerca de Mother’s Milk, me sentí mal acerca del cover. Flea vino con el titulo del álbum como un homenaje hacia los fluidos corporales de Loesha, los cuales estaban alimentando a su pequeña hija, Clara. Fuimos de vuelta a lo de nuestro buen amigo Nels Israelson, quien hizo las fotos para nuestra segunda y tercer portada de albums. Yo tenía un poster viejo de los ’60 de “Sly and the family Stone” donde Sly estaba mostrando su mano y su banda se congregaba en su palma, y yo pensé que seria genial ser una persona chiquita en las manos de un gigante. Solo en mi visión, el gigante sería una mujer desnuda y nosotros estaríamos sostenidos cerca de sus pechos. Traje este concepto a la banda y al principio no estaban al 100% entusiasmados, pero yo si lo estaba, fue por eso que aceptaron para darme el gusto. Nels empezó a exhibir las modelos para la portada, y como se estaban sacando las remeras tuvo que ser en un set cerrado. Desafortunadamente, me presente tarde y el ya había elegido una chica. EMI planeó tapar sus pezones con letras y una flor, pero fueron definitivamente parte del la portada. Después nos enteramos que la modelo estaba disconforme con el concepto. No podía entender porque era tan difícil encontrar a una modelo que estuviese contenta con el hecho de tener sus tetas en la portada. Empecé a elegir las fotos de nosotros que la chica estaría sujetando en sus manos, pero a John le desagradaban todas sus últimas fotos de el. Finalmente me dejó usar una foto suya, y creo que la tapa resultó ser genial. Eramos como cuatro Tom Sawyers siendo sostenidos por una mujer desnuda gigante. La tapa del álbum fue impresa, y sus pezones fueron tapados de acuerdo con el contrato, pero EMI imprimió un par de cientos de posters de ella donde estaban sus pezones expuestos. Estas eran para los negocios de venta y amigos, como sea, la maquinaria de firmar posters se puso en acción. Este fue un periodo en la vida de la banda donde seguíamos siendo irrespetuosos, confiados y desagradablemente sexuales. Pienso que fueron Chad y Flea los que escribieron algo estúpido, infantil y pervertido en un poster y cuando lo vio la modelo, no le hizo ninguna gracia y se enojó mucho con nosotros. Pidió 5000 dólares, que era una gran cifra en ese entonces. A pesar de los percances del poster, EMI tenía que haber escuchado algo más por ahí, porque nos dieron el dinero para hacer 2 videos antes de que el álbum saliera a la venta. Era muy raro, no habíamos tenido un álbum exitoso antes. The Uplift Mofo Party Plan vendió alrededor de 70.000 copias, tal vez haciendo que la plata que se gastó en el álbum sea recuperada. Pero estábamos felices por el nuevo nivel de interés y dedicación, por eso fue que hicimos los videos para acompañar los singles del álbum. 183 El primero fue para ‘Knock Me Down’, y Alex Winter interpretó a un vagabundo chaplinesco en un estado paranoico y deambulaba por una casa terrorífica shockeado por las psicodélicas y mórbidas imágenes de las estrellas de rock muertas en las paredes. El llega a una habitación de blanco donde Flea, John, Chad y yo rockeabamos y rebotábamos contra las paredes tocando la canción. Filmamos el video de ‘Higher Ground’ en uno de los viejos estudio de grabación SIR donde los Stooges hicieron sus películas. Teníamos un departamento de arte y de maquillaje, un guardarropa separado y un escenario grandísimo, era como un aeropuerto. Cuando filmamos el video ‘Catholic School Girls Rule’, la madre Dick Rude hizo posible la filmación. Pero ahora nosotros teníamos que saltar y bailar y hacer estupideces, por eso fue un video divertido de realizar. Ese final es tan solitario, triste pero realista. Esos son los sentimientos que sientes cuando estas allá afuera y te posesiona esa energía oscura y piensas “Quien carajo soy? Que es lo que me pasó?”. Estoy seguro que ahí es donde Hillel terminó. El sabía claramente quien era y que es lo que quería para su futuro, el era decidido y trabajador, creativo, un chico que amaba la vida. Pero para el final, el olvidó quien era, como a mucha gente que vi que les pasó. ‘Knock Me Down’ fue el primer single de ‘Mother’s Milk’ y pudo llegar a sonar en la radio. De vez en cuando Lindy nos diría que una estación de radio incluyó nuestra canción, pero eso en realidad no importaba. Unos meses después, en un tour de una semana por Washington D.C, Flea, John y yo nos subimos a un taxi en el medio de la capital de la nación. Nos subimos y el conductor nos dijo “Hey, ustedes no son esos tipos? Como es… “Knock me down, I’m not bigger than life”. Amo esa canción. Son esos tipos, no?”. Esa fue la primera vez que alguien fuera del entorno de música Under nos reconoció. En septiembre del ’89 empezamos un ciclo de tours que duró un año detrás de “Mother’s Milk”. Otra indicio de nuestro progreso fue la gira en bus. Pero necesitábamos el espacio, porque teníamos muchas personas en el camino. Contratamos a Tree para que tocara el saxo, pero el vino con esa noción cockamamy para tocar un sintetizador hibrido eléctrico en el que se podían hacer varios sonidos de saxo. Después contratamos a Kristin Vygard y a Vicky Calhoun como coristas. Kristin era un personaje energético, quien fue una exitosa estrella de chica. Ella era una peticita loca pecosa quien fue una cantante de jazz en Hollywood. Vicky era una chica negra, grande y robusta quien cantó como corista en la canción ‘Knock Me Down’ y fue parte de ese video. Aparte de la banda, teníamos a Chris Grayson, nuestro sonidista, Mark Jonson, nuestro manager en el tour y una cara nueva ahora parte de la organización, un viajero llamado Robbie Allen. Mas tarde, durante el tour, cuando llegamos a Inglaterra, Robbie creó un alter-ego, Robbie Rule, quien fue el que abrió nuestros shows. Con la ayuda de Flea y John, Robbie llevo acabo un acto de comedia 184 musical en el escenario donde el actuaba y pretendía cortarse su pene. Era un truco de magia salido de la manga, el agarraba un cuchillo de carnicero que era filoso de una parte, y de la otra era extremadamente duro. Entonces el se estiraba el pene, le acercaba el cuchillo, súbitamente daba vuelta el cuchillo así la parte dura no lastimaba sus partes privadas. Como Bob Forest, Robbie era un músico torturado trabajando como un ayudante de sonido, por eso lo dimos su momento sobre el escenario. Fue un ensayo bastante loco dentro de un ensayo, y Flea jodía con la batería durante el acto. Todos los nenes del coutryside de Inglaterra tenían que aguantarse la cortada de pene antes de que saliéramos al escenario. Desde que ya no estaba en alcohol ni cocaína, debía encontrar otras formas de entretenimiento. Algo llamado The Job animaba el tedio de estar en la ruta. Como estábamos tocando un montón de fechas escolares, generalmente conseguíamos poca comida en las venidas, que consistía en comida de cafetería recalentada que había sido aderezada con salsas fuertes industriales. Era difícil adivinar si ese liquido misterioso era para decorar tu comida o por haber limpiado el piso. El primer trabajo que creamos fue en Canadá, donde pedimos un bowl tamaño super de pedazitos de tocino en nuestra mesa. Se nos ocurrió la idea de juntar plata y enfrentar a Mark Johnson con el trabajo de comerse el bowl entero. Resultó al final que Johnson fue capaz de comer un poco de esta mierda, y exitosamente realizó su trabajo. Mi primer trabajo fue tener que comerme algo que parecía ser medio pound de manteca, traída a nuestra mesa en un concierto. Tenía 3 minutos para terminármelo y ganar $120, pero solo pude comerme la mitad y tuve que renunciar. Pensé que podía manejar psicológicamente el trabajo, pero mi cuerpo rechazó tanta manteca. Eventualmente Flea, John, Chad y yo nos dimos cuenta que era estupido torturarnos con este trabajo si podíamos torturar a los que estaban a nuestro alrededor. Aparte, no es que estábamos necesitando la plata como el sonidista, el corista o el viajero. Una noche estuvimos en el backstage en un colegio en medio de Pennsylvania, y nuestros hospedadores nos trajeron una comida incomible. Las chicas nos estuvieron jodiendo para conseguir un trabajo, agarramos entonces un contenedor de vino vacio y empezamos a mezclar varios tipos de salsas y condimentos de ensalada y rellenado con una botella llena de alguna cosa verde que no iba a estar fuera de lugar en “The Fifty Foot Bug That Ate St. Louise”. Después elegimos a la pequeña Kristin, que necesitaba la plata, a la cual le pagaríamos $180 si ella se tomaba el contenedor entero y mantenerlo por 5 minutos. Ella era tan explosiva y energética sobre todo que no solo aceptó el trabajo, si no también ofreció comerse otras cosas si le dábamos 50 dólares mas. Aceptamos. No queríamos dejar a Vicki fuera de esto, por eso le dimos el trabajo de comerse un container grande de metal de bolitas de manteca para que consiga algo de plata. Ella 185 aceptó y se sentó a comerse ese container gigante como si fuese crema batida. Después todos miramos a Kristin. Yo podría haber estado vomitando a distancia con el olor de esa mierda, pero Kristin agarró la jarra esa desagradable y se la tomó, y después como un bonus se comió la comida apestosa. Después de mirar la hora me senté con ella mientras esta empezaba a sudar, llorar, y empezó a ponerse de 15 colores diferentes. Pero ella se lo aguantó durante los 5 minutos, y cuando el tiempo terminó, se levantó tranquilamente y fue al baño donde largó todo. Al primer sonido de arcada de Kristin, Vicki enloqueció y fue corriendo al baño, y como 2 vómitos lado a lado, y se acompañaron la una a la otra. Cuando volvieron, el almuerzo se convirtió en una guerra de comida hasta que una empleada nos ordenó limpiar todo después, y lo hicimos con la cara llena de vergüenza. La comida de la ruta era execrable, pero después de algunos meses en el tour, el sexo se había incluido al menú. Esto fue posible solamente porque yo había cortado con Ione en Diciembre. Pude mantenerme sobrio al no consumir drogas, por eso mi cuerpo pudo recuperarse de esas actividades tan tortuosas, pero mi mente no estaba sanada del todo y no estaba preparada para solucionar los problemas que se presentaban en una relación. Ninguno de los 2 se adaptó después de que me volví sobrio. Fui el necesitado, un tarado total, y ella era la que se hacia cargo que, por alguna razón, me amaba y me curaba para que volviera a estar sano. Cuando eso cambió, en vez de encontrar juntos una dinámica más sana, trabajada y sostenida, no lo hicimos. Yo no tenía a nadie en mi vida que yo estaría dispuesto a escuchar que me dijese “Estas sobrio ahora, pero actúas como un imbecil. Reflexiona sobre tus actos, consigue un inventario, fíjate quien eres, y mejora”. Yo seguía siendo el mismo celoso, controlador, egoísta y chiquilín de siempre, solamente libre de drogas. Nos convertimos en la típica pareja que discute todo el tiempo, y yo sabía que nuestra relación ya estaba arruinada. No era que nada horrible estaba pasando entre nosotros, pero simplemente no estábamos haciendo feliz el uno al otro, y no nos estábamos entregando el uno al otro completamente. Estábamos peleando y decayendo, y creo que ambos estábamos cansados, pero teníamos miedo de dejar al otro, porque a veces éramos mas fuertes y nunca me había pasado eso con nadie. Al final, fue en mi casa donde le dije “Por favor, llévate tus cosas y vete”. Ella me discutió “No, no me quiero ir. Me quiero quedar aquí, contigo”. Eso ocurrió una y otra vez hasta que en la décima vez hice la gran “Agarra tus cosas y sal ya de aquí”. Ella me miro y dijo “Creo que lo haré”. “Bueno, entonces hazlo. Llévate tus cosas y sigue caminando nena” le dije. Dejó la casa y nunca más volvió. Se mudó de vuelta con la madre, y yo seguí esperé a que las cosas se solucionaran solas y que ella decidiera volver al día siguiente o un poco después, pero no fue así. Estaba solo, desesperado y confundido y me preguntaba porque le había dicho que se fuera si en realidad quería que se quedara. Tres días después la llamé y le pregunté 186 “No es ahora cuando tu vuelves a casa como en los viejos tiempos?”. Ella dijo “No, no, no, la verdad que no. En realidad no voy a volver nunca más. Esta vez si estoy de acuerdo contigo. Se terminó”. Esto fue justo después de Navidad. Después me fui a mi casa en Michigan, le compré a Ione una estatuilla de decoración y la llevé a su casa. Su madre atendió la puerta. “Traje este regalo para Ione” le dije. “Vas a tener que dejarlo en la entrada” me dijo ella. Pensé “wow”. Entonces le dejé el regalo, y me fui a hacer el viaje en avión donde escribí una canción triste, solitaria y con el corazón roto sobre lo que pasó, la cual nunca se convirtió en una canción concreta, algo para cantar para mi mismo. Solía componer canciónes así para cantarlas para mi mismo y para poder enfrentarme contra lo que fuese que me estuviese ocurriendo en ese momento. En la casa de mi madre, era la primera navidad en años que estaba completamente solo. Me di cuenta que mi relación con Ione realmente había terminado y que ella tenía a alguien más en su vida, por eso decidí aceptarlo y asumir que era hora de pasar a otro capitulo de mi vida, amor y aventura. Aunque, había varios asuntos que no estaban terminados respecto a la relación. Me tomó años y años antes de que pudiese entender y lidiar con todas mis mentiras, locuras y mis emociones terroristas. Estoy contento que últimamente fui capaz de expresarle esto a ella para tratar de remediar las cosas. Cuando volví de Michigan, la banda tocó en un show grande en Long Beach Arena, el que fue filmado para un documental. En el medio de las entrevistas detrás del escenario, el reportero empezó a hacerme preguntas sobre Ione, y le contesté que rompimos no precisamente en los mejores términos. Justo después, John dijo a la cámara “Así es, señoras y señores. Anthony esta libre ahora y ustedes saben lo que eso significa: es hora de coger”. Era la manera de John de sacarme de la depresión, y fue una táctica que ambos usamos en el resto de la gira de “Mother’s Milk”. Podría seguir teniendo reservas sobre el fácil acceso a las chicas en el camino, pero estas seguían siendo reservas teóricas. El sexo estaba incluido nuevamente en el menú. Una vez mas, era acceso completamente gratuito. En Houston, estábamos saliendo del escenario de camino al micro cuando me fije en otra chica del estilo Marilyn Monroe. A pesar de su contraparte de New Orleans, esta pequeña Marilyn se convirtió en mi novia de Houston, y cada vez que tocábamos ahí, luego iba a su departamento y teníamos sexo, y ella estaría en su propia película privada de Marilyn. No todos mis amoríos en la ruta fueron consumados. En un show en un colegio en Kentucky, cuando estaba en el backstage preparandome para irme, Robbie, nuestro ayudante de sonido, hizo una visita sorpresa a los vestíbulos. “Creo que esta chica te va a gustar. Por lo que sé, creo que esta es de tu tipo” dijo. Miré y mi vista se encontró con una verdadera princesa colegiala de piel blanca y pelo negro. Una princesa que había sido esposada, con sus manos detrás de su espalda, 187 con cinta adhesiva. “Gracias, Robbie, ahora vete” le dije, y procedí a darle a esta deliciosa jovencita la dirección de mi motel mas cercano para encontrarnos después algún show. “Oh, no, solo estaba divirtiéndome. Solo quería decir hola” dijo ella en su adorable acento de Kentucky. “Estoy con una amiga, y tengo a mi novio en casa”. “Por lo menos salgamos un rato. No digo que tenga que pasar algo…” le contesté. “No sé si eso sea posible,” dijo “me gustaría ser tu amiga, pero no sé si a el le gustaría, y yo le soy fiel”. La miraba mientras pensaba que me moriría si no obtenía a esta chica. No sería posible que yo siguiera el tour si no conseguía conocerla. Ella me contó que vivía con sus padres, y no sé como pude robarle su dirección. Era tiempo de subir al escenario, tocamos en el show y tan pronto fui al backstage busque a Robbie. “Dónde esta la chica?” le imploré. “Hermano, la estuve buscando durante la última media hora. Desapareció” dijo. No había manera de que dejara escapar a esta chica. Agarré una lapicera y papel y le escribí una letra poética, y luego conseguí a algunos chicos del colegio para que me llevaran en auto hasta su casa. Era cerca de la medianoche cuando encontré su casa, fui por detrás y empecé a llamar su nombre. Dejé la nota, junto con números del próximo hotel donde íbamos a estar para contactarnos en su buzón. Unos días después, estábamos en Chicago cuando conocí una chica que parecía una joven actriz de los ’70 con su bizarro peinado en su cabeza. Ella era bastante abierta, sencilla y dulce, y obviamente era entusiasta respecto al sexo, por eso me la llevé al hotel. Yo compartía el cuarto con John, y tan solo con tocar y besar a esta chica podía decir que era una de las que son hipersensibles al tacto que se volvía sumamente intensa cuando la tocabas donde sea, parecía como un cable pelado. Le dije a John que necesitaba estar a solas con ella, y me dijo que Chad tenía en su habitación una cama extra y que el no estaba ahí, estaba afuera tomando. John aparentemente tenía una llave extra, la agarré y nos metimos en la habitación de Chad. Nos acostamos en la cama extra, nos sacamos la parte de arriba y nos empezamos a besar y tocar, y ella correspondía, algo inusual. Todo estaba listo para que sigamos cuando escucho lo que parecía ser una estampida Clydesdales en el pasillo. Antes de que pudiera actuar, la puerta se abrió y era Chad, pero no parecía el, algo le había pasado. Tenía una pequeña apariencia de metal pesado, me miró y gritó “Que haces aquí, hijo de puta? Te voy a arrancar la cabeza!”. “Uh, Chad para! Hey!, uh!” dije pero Chad estaba fuera de control. Me agarró y salté sobre una cama y me siguió, golpeando las lámparas, chocándose contra las paredes, se abalanzaba fuertemente contra mí. Le dije a la chica que agarrara su remera, pero Chad seguía persiguiéndome y yo seguía eludiéndolo. “Cual es tu problema? Cálmate!” le dije. 188 “Quien te dejó entrar a mi cuarto? Te voy a matar” se quejó, y seguía tirándose encima mio con odio y venganza en sus ojos, como si yo le hubiese hecho algo horrible, pero si conocías la historia de nuestro comportamiento durante la gira, siempre había ese préstamo de habitaciones si alguno terminaba con alguna chica. Finalmente, la chica y yo conseguimos salir de la habitación. Resultó que Chad se había tomado una botella entera de tequila y tenía una ira incontrolable. De este día, lo único que recordaba vagamente luego fue haberme visto en su cuarto. La chica pudo entender lo que pasaba “Creo que su baterista tomó un poquito de mas” dijo. “Vayamos a otro lado para estar juntos”. Nos estábamos quedando en un viejo, tranquilo e iluminado hotel con pasillos muy espaciosos, entonces nos metimos al lado de un radiador en la escalera y tuvimos relaciones ahí mismo. Lo que yo no sabía era que esta chica, aparte de ser hipersensitiva, también era una gritadora de primera. Al principio pensé que lo hacía jodiendo, porque cuando le toqué la concha empezó a gritar muy fuerte. Todas las personas en el hotel podían escucharla claramente, pero en ese punto, no había forma de que paremos. Esto pasó un tiempo, y cuando volví a mi habitación, John estaba despierto. “Dios mío, te diste cuenta de que todas las personas en el hotel oyeron lo que pasó?”. Yo estaba describiendo las virtudes de una chica que no podía controlarse en cualquier nivel cuando John me interrumpió. “Si alguna vez sientes que está permitido para todas esas fiestas, me gustaría experimentarlo” dijo John. “Baja un cambio” dije. “Veremos. Uno nunca sabe”. Ella vino conmigo a las próximas ciudades. Hicimos parada en Milwaukee, su pueblo. La siguiente parada de la gira era Cincinatti. Contra toda rareza del universo, la chica Gritona y la chica de Kentucky de mis sueños aparecieron en el concierto. En ese momento, tenía que tomar una decisión, y no es algo de lo que esté terriblemente orgulloso, pero llamé a John y le dije, “John, puedes agarrarte a la sensación gritona, porque yo tengo que perseguir a Kentucky”. No tenía alternativa. No podía imaginar tener una mejor compañera sexual que la gritona, pero tan bueno como el sexo fuera, tenía que tener a Kentucky. La pobre sensación gritona vio lo que estaba pasando y me miró como “Tu, hijo de puta” pero al mismo tiempo ella transmitió que estaba de acuerdo en aceptar el afecto de John, y se fueron. Hicimos el concierto, y luego le pedí a Kentucky que me acompañara nuevamente a mi habitación para que estuviera conmigo. Afortunadamente, tenía mi gran habitación para mí solo, y nos sentamos ahí y hablamos por un par de horas. Yo sólo quería estar alrededor de ella y sentir su aroma, mirarla, tocar su mano. Ella me dijo que estaba a punto de graduarse de la escuela de Massachussets, y yo hacía todas estas notas mentales, porque estaba dispuesto a seguir a esta chica donde sea. Lentamente pero seguro, me fui acercando a ella, y ella 189 me dejó abrazarla y besarla. Finalmente, ella aceptó que fuéramos juntos a la cama, pero ella dibujó una línea en la arena en el acto. “Mira, estaré contento de acostarme contigo, en serio, esto es maravilloso, simplemente estoy feliz de estar junto a ti,” le dije emotivo. Yo estaba pensando que ella quería acurrucarse conmigo desnuda, y sentí que Dios me acariciaba una vez más. Nos acostamos en esa cama de esa vieja habitación, nos besamos y acariciamos, y su ondulado, acelerado y vibrante motor espiritual comenzó a gemir y ella me permitió engancharla por un hermoso y prolongado intercambio de sexo oral. Yo estaba podidamente sobrio, recostado sobre mi espalda y ella me estaba haciendo un gran trabajo, había mucho amor intercambiado, ella estaba dejando su corazón de tal forma en esa expresión física que empecé a dejar mi cuerpo y era capaz de verme cayendo en la cama con esta chica, con su increíble cuerpo y su hermosa piel blanca, haciéndome el amor. Yo miré por un rato, luego continué y me di cuenta de que ese fue el momento sexual más hermoso que he tenido hasta la fecha. Ella desapareció después de eso, y en la siguiente parada, donde paramos en Massachussets, busqué en la guía y llamé a cada escuela, en vano. Cada vez que íbamos a algún lugar cercano a Boston, yo estaría en la calle preguntando: Conocés a una chica llamada blah, blah, blah. Ella es…”. Nada. Llamé a Kentucky y encontré gente con su mismo apellido. “Tienes una hija que blah, blah, blah…?”. Años más tarde, encontré a alguien que la recordaba y me dijo que ella me había mencionado una vez. Nunca pude contactarme con ella de nuevo, y ella significó todo para mí. Estoy seguro de que está casada con diez hijos ahora, pero uno nunca sabe. Tal vez ella leerá este libro. Si tú estás leyendo esto, mi sueño de Kentucky, por favor, obvia la próxima historia. Más tarde en la gira, estábamos tocando un concierto en un restaurante/disco club en Baltimore. Eran unas pocas horas antes del concierto, y yo estaba saliendo de la habitación de otro clásico, raro, viejo y loco hotel con John, cuando sonó el teléfono. Era Flea, que estaba compartiendo habitación con Chad. “Chicos! Chicos! Tienen que venir a mi habitación de inmediato” dijo. “Está pasando algo muy loco con algunas chicas por aquí. Tienen que venir”. John y yo subimos rápido las escaleras, entramos en la habitación de Chad y Flea y quedamos paralizados por uno de los momentos más bizarros que he visto. Chad Smith estaba sentado en un sillón, totalmente vestido y relajado. En una mano tenía una espátula de cocina, y en la otra una gran cuchara de madera. Había tres chicas en la habitación, de las cuales dos estaban desnudas de pechos buenísimos y estaban bailando sobre una mesa. Una chica de hecho tenía uno de los zapatos de Chad metido debajo de sus pechos y la gran cantidad de atributo mamario que tenía, lo sostenían sin problemas. La otra chica desnuda en pechos tenía una pila de monedas que balanceaba sobre sus grandiosos globos. Chad estaba sentado ahí como 190 un raro empresario, de vez en cuando palmeaba a las chicas con la espátula y les tiraba las monedas de sus pechos. “Queremos bailar, cántanos una canción” pedían las chicas. No había un estéreo en la habitación, así que empezamos a cantar a capella nuestras canciones y algunos covers de Led Zeppelín. Nosotros corríamos alrededor de la habitación cantando canciones a dos chicas que tenían el trasero rosa por las marcas de la espátula. Una cosa llevó a la otra, y John y yo fuimos al baño con las dos chicas en topless que rápidamente se desnudaron. John estaba parado en la bañera, yo estaba sentado sobre el drenaje y tuvimos una excitante pequeña fiesta sexual. Lo asombroso era que las chicas eran tan calmas con respecto a eso, haciendo pequeñas charlas mientras nos hacían estallar. John y yo nos mirábamos y nos encogíamos de hombros. “Whoa, Baltimore. Quién hubiera sabido?”. En el momento en que llegamos a Japón en Enero, no sólo nos llevábamos bien, también empezamos a sentirnos como una verdadera banda. Tocamos un concierto en Nagoya, y después fuimos a Osaka. Después del show, el promotor nos llevó a todos a un festival japonés de sushi, donde Mark Johnson ganó un desafío pasando la bola más grande de sobras de wasabe. Me di cuenta de que las chicas japonesas eran mucho más reservadas y no tan abiertas sexualmente como lo son las norteamericanas o sus vecinas las europeas. Normalmente, siempre estábamos embriagándonos o saliendo con algunas chicas, pero su calma y timidez nos bajaban las expectativas. Tu puedes ser como quieras enteramente por apariencias, porque al final, todos somos criaturas biológicas, y si pones tu pie en la puerta, la biología lo tomará y la cultura perderá su poder. A la salida del restaurante, convencía a una hermosa japonesa y a su amiga para que nos acompañen a mí y a John al hotel. Después de cinco horas de amor delicado y dominante sin parar, a la llegada del amanecer, la hermosa chica estaba tan excitada y tan incapaz de repetir que ella no podía posiblemente tener sexo así que cedió y abandonó todo el asunto amoroso. Fue una experiencia increíble verla pasar de, “No, no soy esa clase de chica,” a “Por favor, dame más duro”. Todo salió bien y ella se durmió y pasamos la mañana juntos. Era hora de tomar el tren a Tokio, y ella estaba un poco triste. Me insistió para que nos encontremos en la estación de trenes para despedirnos. Cuando me registré en mi hotel en Tokio, había un importante mensaje para mí. “Me tienes que venir a buscar” escribió fríamente. Debo ir a buscarla ahora? Tal vez haya una etiqueta Japonesa que dice que si tienes sexo con una chica debes ir a buscarla. Yo no sabía, pero no la fui a buscar. Esa noche tocamos para otra formal y educada audiencia. Después del concierto, yo estaba sentado detrás del escenario cuando levanté la cabeza y vi a la chica más simpática que había visto en mi vida entrar al camarín. Ella era una rubia de 19 años escandinava, una diosa, de grandes ojos azules, con un peinado inocente y 191 una sonrisa increíble. Además ella usaba una remera con la cara de Woody Allen, y sus tetas enmarcaban más los anteojos de Woody Allen, haciendo que cada ojo mirara para una dirección distinta. No pude arreglar con Dios para tener una más perfecta clase de persona. En ese momento, mi destino se aclareció. Ella era mi nueva novia. Como ella caminó a la habitación, yo susurraba a cada sujeto que anduviera por ahí, “Fuera, esa es mi chica”. Después caminé directamente hacia ella. “Hola, mi nombre es Carmen” me dijo. “Estoy de paseo por aquí, soy de San Diego”. Yo me presenté y le dije que estaríamos saliendo el próximo año y pareció estar de acuerdo. Pasé a buscar a Carmen y ella cenó con nosotros. Luego ella vino a mi habitación. A diferencia de la chica de Osaka, no tuvimos que esperar hasta el amanecer para meternos en la cama. Ella era tan hermosa, y yo me sentía tan atraído hacia ella que estaba nervioso teniendo este momento sexual. Carmen se dio cuenta de mi incomodidad y, de una forma serena y amorosa, dijo, “Este es un momento tan perfecto. No importa qué pase, no hay otro lugar en el mundo en el que preferiría estar sino aquí acostada contigo”. Cualquier inseguridad que sintiera, se iba gracias a su amor. Esa noche se transformó en una de las más poderosas y mágicas que experimenté con ella. Sentí como que había terminado en la vuelta del amor verdadero, con esta chica que era diferente de cualquier otra que hubiera conocido. Había algo ciertamente hermoso acerca de ella, era inteligente y sabía de buena música. Ella parecía relajada y amorosa, y juntos éramos pura magia, y yo estaba totalmente preparado para ser su hombre de ahí en adelante. Carmen era una modelo de Elite trabajando en Japón, y a la noche siguiente fui y me quedé con ella en su pequeño departamento de modelo en Tokio. Empezamos a contarnos nuestras anécdotas esa noche, y las de ella eran muy sufridas. Su papá la abandonó cuando era apenas una bebé y ella nunca pudo contactarlo. Me dijo que tenía parientes de vuelta en Missouri, los cuales eran basura blanca que vivían donde podían y comían carne de animales para la cena. Todo era un poco intrigante. Sin darme cuenta, pasé de ser el formador de relaciones a ser el protector y consejero de ella. No sería correcto decir que, sexualmente, Carmen era de otro planeta. Ella fue la persona más magnífica en la cama con la que estuve, y en retrospectiva, creo que era una compulsión. Ella vivía a través del sexo, y cualquier dolor que ella sintiera, no era nada que el sexo no pudiera solucionar. Yo era todo por eso, porque yo tenía mucho dolor y problemas propios, así que cuando teníamos un problema, simplemente teníamos sexo. Ella diría cosas como “Puedo llegar veinte veces en una pelea sin problemas. Puedo llegar por una hora entera”. Y podía! Nada puede prepararte para 192 conocer a una chica que está hecha como, psicológicamente y fisiológicamente. Dios bendiga a Carmen Jeannette Hawk por ser mi primera novia en una época nueva de mi vida cuando estaba vulnerable y necesitaba reafirmar mi confianza. Por supuesto, estábamos en una tierra muy lejana, así que era tanta la pasión como la que sentía por ella, que yo estaba yendo para Inglaterra y quién sabía si la volvería a ver. Yo quería verla de nuevo desesperadamente, pero el tiempo y la distancia tienen una manera de jugar trucos con tus mejores intenciones. Después de Tokio, siempre tenía la intención de no estar solo otra vez. Yo no estaba buscando chicas ahí en Inglaterra, pero cuando paramos en New York a la vuelta, conocí a una modelo que se llamaba Karen, quién era una gran, fuerte, musculosa diosa de Sudáfrica. Era confuso, porque yo estaba muy atraído por Carmen, pero ella seguía en Japón y Karen era cálida, amigable y muy interesante para salir. Ella era muy saludable con grandes mejillas, buenos pechos y un gran corazón. Tuvimos un descanso en la gira, así que volví a L.A. y me mudé a mi departamento en Orange Drive, el cual estaba sin las cosas de Ione ahora. Unos días después, me llegó un gran paquete de Karen. Estaba lleno de fotos de ella desnuda, sacadas con mucha profesionalidad. En ese momento Carmen había llegado de Japón y se había mudado con su mamá a San Diego. Hicimos planes para que se venga y pase un fin de semana conmigo, y era una experiencia fascinante. Pasamos los primeros pocos días maravillosos juntos en la cama, simplemente acercándonos mucho. Después tuve que ir a hacer unos viajecitos, y tuve que dejar mis pequeños encuentros sexuales bajo las sábanas. Cuando volví a la habitación, había papel picado por toda la habitación. No tenía ni idea que había pasado hasta que agarré uno de los tantos papeles picados. “Uh, mierda. Eso es un pezón. Ella debe haber encontrado las fotos” pensé. Estaba en lo cierto. Y Carmen no estaba teniendo nada de eso. “Si estás saliendo conmigo, por qué esta chica te está mandando fotos de ella?” me dijo furiosa. “Esa puta barata puede ir sin dudar y perder tu dirección”. Ese fue un comportamiento muy gentil comparado con lo que estaba por venir. Pero yo la adoraba y ella era tan divertida y tenía la sonrisa más genial, siempre estaba sonriendo. No quiero hablar de las cosas sexuales, pero ella era la persona más sexual de la que yo me había enamorado. Ella estaba empezando a formarse como modelo, así que decidió mudarse a L.A. Yo recién salía de esa larga situación con Ione, y estaba medio como que no quería que se mudase conmigo, así que fuimos a buscarle un departamento y le encontramos uno muy bonito a unas millas de ahí. Después de pasar casi una semana ahí, ella terminó viviendo conmigo. Así empezó una relación desordenada y sin futuro, que era a veces divertida y siempre excitante. No voy a decir que era una maníaca depresiva, pero era un poco maniática. Ella podía ir de estar feliz, excitada, besos sexuales a estar lista para pegarme en la cara porque ella estaba convencida que yo miraba a través de la calle, tratando de memorizar el número de la 193 dirección de una bella chica que se había mudado. La mitad del tiempo yo no sabía de qué estaba hablando ella, su imaginación se estaba haciendo salvaje. Pero esos momentos se regulaban cuando ella me dejaba llevarla a la cama y tomar fotos de Polaroid. En Abril de 1990, Lindy hizo una reunión de la banda para decirnos al final de la semana, que teníamos nuestro primer disco de oro. Mother’s Milk había vendido cerca de quinientas mil copias. No era gracias a EMI, quienes eran los más retrógrados de toda la vida, a excepción de Kim White, que creyó siempre en nosotros y que peleó por conseguir que pasen nuestro álbum en la radio de la universidad y ayudarlo para pasar de los rankings alternativos a luego las radios más importantes. EMI nos llevó a New York para celebrar nuestro primer disco de oro, pero nada de eso significaba algo para nosotros. Pareció torpe y poco inteligente que EMI estuviera tratando este ambiente de celebración del éxito de placas-vendidas. Además, en el medio de ese huracán de esa rara energía de la compañía disquera, miré a Flea, y nos abrazamos y sentimos que verdaderamente habíamos llevado a cabo algo que nunca habíamos hecho antes, hasta si nos toma cuatro discos y muchas buenas y malas rachas. De pronto, otras compañías disqueras empezaron a fijarse en nosotros, especialmente después de nuestro abogado, Eric Greenspan, quien leyó y estudió muy bien nuestro contrato con EMI. A pesar de que estábamos preparados para darles más de un álbum a ellos, Eric se dio cuenta de que había una cláusula de servicios personales que hacia el contrato inválido después de 7 años. Nosotros nos estábamos acercando rápidamente a esa celebración. Así que cercanamente cada persona importante de la industria empezó a darnos pequeños conciertos. Chris Backwell, el fundador de Island Records, nos invitó a su casa en Hollywood Hills y nos habló acerca de Bob Marley y la inclusión de su sello discográfico en el reggae. David Geffen lo también lo hizo. El nos puso en una posición importante, hasta llevándonos a casa desde nuestro concierto en Oakland en su compañía de aviones. Mo Austin de la Warner era el ejecutivo más genial de todos los que conocimos durante este proceso. El había fundado Warner’s, y cuando Flea y yo fuimos a su oficina, nos sentamos y escuchamos las historias de Mo acerca de Frank Sinatra, Jimi Hendrix y Neil Young, quienes estaban todos en su sello discográfico. Luego en las negociaciones, Mo nos invitó a su casa in Brentwood. Si tú te pones un techo en la mejor parte de Disneylandia, ahí te vas a dar cuenta qué tan grande era su casa. Además de mostrarnos su casa, el nos llevó afuera. Su casa estaba situada en la cima de una montaña de la que se veía desde el océano hasta el centro de L.A. Su piscina era tan grande como un lago pequeño, y cuando el nos invitó a darnos un chapuzón, Flea y yo nos desvestimos y nos metimos al agua. Cuando salimos de la piscina, había un encargado con toallas calientes para nosotros. Además de toda la abundancia, Mo 194 era un ser humano con un espíritu enorme y un notorio amor por la música. Mientras este afecto continuaba, decidimos seguir y empezar a trabajar en nuestro próximo álbum. No íbamos a trabajar con Michael Beinhorn de nuevo, así que empezamos a hablar con otros productores, uno de esos era Rick Rubin, quien era famoso por su labor con los Beastie Boys. Nosotros habíamos considerado a Rick como productor desde la época de Freaky Styley, y el vino a visitarnos con los Beastie a nuestra sala de ensayo en EMI. Después, el me dijo que todo el tiempo estuvo ahí, sintió la oscuridad, la mayor energía oprimida en esa habitación, y no pudo salir lo suficientemente pronto. Pero ahora todos estábamos en un lugar distinto, y hablamos con Rick y le agradó. Rick se había transformado de un impulsivo, agresivo, fastidioso, saturado de cafeína carnívoro de New York en un melodioso, benevolente, gentil, espiritual, increíblemente vegetariano californiano. Así que Rick se subió a bordo, y empezamos la preproducción en este lugar de ensayo en una callada sección del Valle de Lankershim llamada la Alleyway. La edificación era un gran alto espacio con sofás, un área para dormir y un gran escenario, a sólo quince minutos de donde todos vivíamos. Tan pronto como llegamos al lugar, nos convertimos en lo más productivo de lo que fuimos alguna vez. Simplemente no podíamos parar de escribir música. Improvisábamos todo el día, teníamos ideas geniales, y luego vendría Rick y se acostaría en el sofá por horas, tomando notas, tomando siestas y tomando toda la música por difusión. El no estaba en nuestra cara, sino que estaba realmente dormido, pero no se perdía un solo ritmo. El nos dio maravillosas ideas para los arreglos, y luego trabajó con Chad acerca de los patrones y los ritmos de batería. En Halloween tomamos un descanso de trabajar para atender una fiesta de vestuario tirada por un tipo misterioso con mucho dinero que vivía en una mansión Bel Air. El había construido un enorme escenario afuera y contrató a Jane’s Addiction para que toque en su fiesta. Todos nosotros estuvimos de acuerdo de que estaríamos en la fiesta con vestimentas combinadas, que consistía en un gran pene artificial y nada más. Yo me puse el mío dócilmente y fui la fiesta con Carmen, quien fue vestida apropiadamente. Llegamos allá, y sorpresivamente estaba mi buen amigo Flea, totalmente desnudo, excepto por su pene artificial. Luego vi a John con su amigo bien duro ahí. Chad tampoco se achicó, a pesar de que era fines de Octubre y estaba un poco frío. Así que éramos cuatro personas desnudas con nuestras cosas ahí, actuando como si nada fuera algo anormal. Jane’s Addiction empezó a tocar, y todos comenzaron a cantar. En un momento, Stephen Perkins de Jane’s Addiction nos preguntó si queríamos tocar, así que decidimos tocar el “Search And Destroy” de los Stooges, algo que habíamos estado ensayando en la Alleyway. Había literalmente cientos de personas en esa fiesta, y nosotros nos levantamos en ese enorme escenario desnudos como unos hijos de puta, 195 pero con erecciones gigantes. Era como caminar en la luna, estábamos eléctricos a causa de la desnudez, de la frescura y del gesto de camaradería de Jane’s Addiction, quienes siempre estuvieron en una pequeña competencia con nosotros a través de los años. Las negociaciones con las compañías disqueras se redujeron a dos: Warner y Sony. Fuimos a ver a Tommy Mottola de Sony/Epic a New Cork. El, en ese momento estaba montando una ola de éxito con Mariah Carey y Michael Jackson. Tommy estaba trabajando mucho para conseguir que firmemos con el, y lo aclaró diciéndonos que el sabía que estábamos hablando con otras compañías, pero que al final, firmaríamos con Epic. Nuestra idea era que habíamos maltratado a EMI. Nosotros tuvimos siete chicos A & R en siete años, nada de estabilidad en absoluto. Nosotros estábamos buscando un buen hogar. Cuando Eric arregló un almuerzo y nos dijo que Epic había aumentado su oferta a un millón, los cuatro empezamos a bailar la conga alrededor del restaurante cantando “Epic! Epic! Epic!”. Pasamos de ser los ahorradores de “Tengamos una situación familiar” a “Un millón más? Vamos con los monstruos de las corporaciones de New York”. Eric nos tiró una bomba en esa reunión. El nos sentó y nos dijo, “Tengo noticias para ustedes chicos. Cada uno de ustedes recibirá un cheque por un millón de dólares”. Cada uno de nosotros tenía unos pocos miles de dólares a nuestros nombres, y en un instante éramos millonarios. Se sentía como que habíamos ganado la lotería. Estábamos gritando y abrazándonos entre todos cuando nos dimos cuenta por primera vez que no íbamos a poder rayar ni vivir de semana a semana. Así que todos decidimos comprar una casa. A las dos semanas, todos teníamos nuevas casas. Mi casa era una nueva construcción en la cima de Beachwood Canyon en Hollyridge. Era una pared blanca que terminé rehaciendo a la moderna manera de los ricos. Saqué todas las carpetas y terminé las maderas del material de Tailandia. En mi habitación, pinté cada pared de un color diferente. Tenía un loco mosaico instalado en las escaleras y parecía un río que descendía por las escaleras. Pero la píece de resístanse era la chimenea del living. Saqué la estándar y puse una de muy buen material traída de Ojai. Después tenía una chimenea moderna sobre una gigante mujer desnuda. Vos cargabas los leños en su vagina, y ella tenía catorce-cositas a través de sus púrpura pezones de vidrio. Pero lo más encantador que tenía la casa era mi patio, el cual daba a la colina oeste de Griffith Park, una gran reserva natural. Si tu estabas en la piscina, todo lo que tenías que hacer era mirar para arriba para ver el gran cartel de Hollywood sobre tu cabeza. Decidimos firmar con Sony, con la condición de que ellos saldarían la deuda de grabar otro disco que teníamos con EMI. Todas las partes de la compañía Epic/Sony voló a las Cuatro Estaciones en L.A. para un generoso almuerzo para celebrar la decisión y hacer 196 algunas fotos. Estábamos listos para ir a trabajar tan pronto como ellos pudieran liberarnos de nuestro contrato con EMI. Pero a pesar de que ellos nos dijeron que sería sólo cosa de unos días, pero los días pasaron cada vez más rápidos y se transformaron en meses. Mientras tanto, mi relación con Carmen estaba turbulenta. Se estaba volviendo loca. Tuve que llevarla a hacer terapia para que no se suicide. En una vuelta estábamos en el auto, ella empezó a gritar y a golpearse el rostro, quedándose con un ojo negro. Luego trató de saltar fuera del auto mientras yo conducía a toda velocidad. Yo no trataba de forzarla a hacer terapia, yo ofrecía pagársela para ayudarla, porque claramente ella estaba sufriendo. Si yo estaba mirando una revista, ella vendría, me la sacaría de las manos, miraría unas páginas y diría, “Por qué mirás tanto esta página? Quién es esta chica?”. Si íbamos a ver una película, y pasábamos por todo el tumulto de gente, yo me agacharía, y ella me golpearía y diría “Por qué estás mirando a esa chica?”. Para ahora, discutíamos verbalmente, por eso cuando ella se golpeaba a sí misma y aparecía frente a mis amigos con un ojo negro, todos me mirarían como “Anthony, le estás pegando?” Quién creería que ella misma se ponía los ojos negros? Yo seguí tratando sin éxito de terminar la relación, pero después de comprar mi casa, ella simplemente no se iba. Se encerró en el baño con un cuchillo. Se había encerrado para cortarse las venas, y tuve que tirar la puerta abajo para dar con ella. Ella estaba parada ahí sosteniendo el cuchillo, pero no se había cortado, gracias a Dios. Los celos, las inseguridades, la medicina sexual, iban de mal en peor. Creo que en el minuto en que se dio cuenta de que ella estaba perdiendo mi apoyo, ella sintió que podría morir. Cada vez que yo sugería que no sigamos juntos, ella tendría un quiebre emocional, y comenzaría a enojarse como una niña con desórdenes mentales. La banda había puesto una fecha para empezar a trabajar en el próximo álbum, y yo tenía que liberarme de esta loca relación para poder concentrarme completamente en el álbum, porque el disco significaba más que cualquier otra cosa para mí. Le ofrecí conseguirle un departamento, porque ella no tenía los fondos, pero ella no lo aceptaría. Le dije cien veces más o menos que se terminó, que se tenía que ir y que no podíamos seguir juntos, y ella vendría, gritaría y se pondría loca, y yo bajaría hasta la puerta y le diría, “Carmen, tu no vives acá. No puedes estar acá. No somos pareja, esto se acabó”. Ella se quedaría afuera gritando más y más y tratando de forzar entrar a la casa. Finalmente, le compré un boleto de avión para que se vaya a Italia y se convierta en modelo, y ese fue el fin de nuestra relación. Yo le agradecía a mis estrellas afortunadas de que se terminó. Tal vez ella no tenía idea del infierno que estaba creando con sus dramas, porque al final de todos estos episodios, terminaríamos teniendo sexo, tal vez en su mente, eso indicaba que todo estaba bien. Muy poco después de eso, recibí un llamado de Mo Austin de Warner’s. “Escuché 197 acerca del trato que hicieron con Sony” dijo. “Felicitaciones, parece un trato fantástico, y Sony no es una mala compañía discográfica, así que vayan y hagan el mejor disco que puedan hacer. Vayan por ellos”. Colgué el teléfono, honestamente tocado. La más genial, la persona más real que habíamos conocido durante todas estas negociaciones simplemente había llamado para motivarme para hacer el disco más genial para una compañía rival. Yo quería trabajar para esa clase de gente. Llamé a Flea y el había recibido la misma llamada. El sintió lo mismo que yo. Llamamos a Lindy y le preguntamos por un cambio en la situación Sony/EMI. Aparentemente, Sony estaba golpeando una pared con EMI. Eso era todo lo que teníamos que oír. Le rogamos que nos cancelara el trato con Sony y fuéramos con Warner. Dejamos a Mo que se encargara, y en una llamada a su viejo amigo que estaba en EMI, ya estábamos fuera de esa compañía y firmamos con Mo. Estábamos listos para grabar el mejor disco que pudiéramos hacer. 198 Capítulo X Monjes funkys Estábamos muy felices y orgullosos con nuestra relación con los de Warner. Mo Austin y sus asociados Lenny Warnocker y Steve Barker eran muy conmovedores y musicales. Aunque Mo era el funcionario ejecutivo de la compañía Warner Bros., nos conmovía a diario todo el tiempo que estábamos haciendo nuestro primer disco para el. Se acercaba y andaba con nosotros en el estudio de grabación, feliz de escuchar a lo que sea que tocábamos. Nunca habíamos tenido esa relación con una compañía antes. Aunque John y yo habíamos crecido por separado, la banda estaba en el mejor lugar en años. Chad y John ya no se sentían como los nuevos, eran unos más. Flea y John habían crecido cerca tanto como músicos y como amigos, y Chad estaba tocando mejor que nunca. Todos confiábamos en cada uno, y se veía cuando nos juntábamos por horas y horas a hacer a tocar canciones. Estábamos confiados. Cuando estábamos trabajando en “Mother’s Milk”, era dificilísimo que una canción queda terminada, pero todos los días había nueva música para que yo le ponga letra. Mientras tanto, empecé a unirme con Rick Rubin. Era una persona muy agradable en un sentido muy distinto a la de cualquier otra persona que haya conocido. Le encantaba hablar de mujeres, le encantaba andar por ahí escuchando música sin parar. Empezó a venir a mi casa. Hablaba de mis letras y de todas las cosas que yo estaba pensando al cantar sobre toda esa gran música que se estaba produciendo, donde estaba “Mellowship Slinky In B Major”, “Apache Rose Peacock” o “Funky Monks”. Le mostré la letra para “The Power of Equality”, y aunque el creía que la música se prestaba para ese trato, dejó bien claro que no le convencía las letras sociopolíticas. “Me gustan las canciones sobre chicas, autos y cosas así”, me dijo Rick. “Chicas y autos? No puedo escribir sobre chicas y autos. Eso ya se ha hecho. Quiero escribir sobre cosas raras que nadie haya estado escribiendo” protesté. “Entiendo”, dijo Rick. “Pero si quieres escribir sobre chicas y autos, estaría contento de oírlo”. Sí traté de escribir una canción como decía Rick, “The Greeting Song”. Hasta hoy, odio esa canción, odio la letra y cómo la canté. Era una melodía de rock vívida en la tradición Led Zeppelin, pero nunca encontré mi lugar en eso. Irónicamente, años después, General Motors nos llamó y querían crear una campaña publicitaria para Chevy imprimiendo las palabras de “The Greeting Song” en una hoja en blanco. No podía dejarlos hacer eso, no creía en esas palabras. Aunque las cosas estaban yendo bien creativamente, me empecé a sentir como fuera de la banda, porque parte de la nueva unión entre Flea y John era su mutua apreciación por la marihuana. Quizás Flea sintió que esa era su oportunidad de mostrarme cómo 199 se sentía no ser incluido en un triángulo de amistad con John. Estoy seguro de que John probablemente lamentaba el hecho de que yo siempre quería que todo esté claro en cuanto a mí y que él nunca pudiera tener su propia alegría y experimentación con las drogas. Además, sentía que su creatividad y habilidad para escribir canciones mejoraba fumando marihuana. Es irónico, porque en ese momento dejaba mis sentimientos militantes de estar libre de drogas y estaba mejorando mi aceptación por el uso de drogas de las personas alrededor mío, pero todavía había un sentido de “ahí viene el narcótico” cuando me metía en un lugar donde se fumaba marihuana. Un día llegué a ensayar, y Flea y John estaban volando de marihuana y en un estado de mente de “ignoremos a Anthony”, y sentí ese melancólico sentido de pérdida de que John ya no estaba en mi mundo. Podía notar de la forma en que me miraba que no ya éramos verdaderos amigos, nada más el hecho de que estábamos en una banda juntos y nos respetábamos en ese nivel. Salí del ensayo a mi casa ese día por la autopista 101, y mi sentido de perdida sobre John y la soledad que estaba sintiendo disparaban recuerdos de mis momentos con Ione y cómo tenía ese hermoso ángel de chica que estaba dispuesta a darme todo su amor, y en vez de encontrarme con eso, estaba en la ciudad con unos vagos de mierda drogándose debajo de un puente. Sentí que había desperdiciado tanto en mi vida, pero también sentía una explicable unión entre mí y mi ciudad. Había pasado tanto tiempo paseando por las calles de Los Ángeles y escalando por las Colinas de Hollywood que sentía que había una entidad no-humana, quizás el espíritu de las colinas y la ciudad, que me tenía en sus vistas y me cuidaba. Aún si era un antisocial en mi propia banda, al menos todavía sentía la presencia de la ciudad en la que vivía. Empecé a improvisar algo de poesía en mi auto y poniéndole las palabras a una melodía y la canté por todo el camino en la autopista. Cuando llegué a mi casa, saqué mi libro de notas y lo escribí todo en la estructura de una canción, aunque iba a ser un poema para tratar con mi propia angustia. “Under The Bridge” (Debajo del puente) A veces siento que no tengo un compañero A veces siento que mi único amigo Es la ciudad en la que vivo, la ciudad de angeles Tan solo como yo lo estoy, juntos lloramos Conduzco en sus calles porque ella es mi compañía Camino a través de sus colinas porque ella sabe quién soy Ella ve las cosas buenas que hago y me besa radiante Nunca me preocupo, ahora que es una mentira No quiero sentirme como me sentí aquel día 200 Llevame al lugar que amo, llevame por todo el camino Debajo del puente del centro Es dónde derramé algo de sangre Debajo del puente del centro No podía tener suficiente Debajo del puente del centro Me olvidé de mi amor Debajo del puente del centro Regalé mi vida Un mes después, Rick andaba por mi casa un día, ojeando mi libro de notas, lo cual demostraba cuán cómodo me sentía con él en ese momento. “Qué es esto?, me dijo, y me pasó el libro de notas. Se había topado con “Under The Bridge”. “Ah, es un poema nada más” dije. “No seas tonto. Deberías hacer algo con eso” dijo. “En realidad no es nuestro estilo” le expliqué. “Es lenta, melódica y dramática”. “Pero es buena. Deberías mostrarles esto a los otros y ver si quieren hacer algo con eso”. Me conmovió que le gustara el poema, pero aún tenía dudas de si era una canción para nosotros. Unos pocos días después, estaba en el ensayo y tenía tiempo libre, porque Flea no había llegado todavía. “Por qué no le muestras a John y a Chad eso que vi en tu casa la otra noche?” Rock sugirió. “No, no, Flea ni siquiera está aquí” dije. Pero John y Chad estaban prestando mucha atención. Los dos se sentaron y dijeron, “A ver, vamos a ver ese número que tienes ahí”. Se la canté a ellos en probablemente tres notas distintas de comienzo a fin, sin saber a dónde ir con eso, pero después de haber terminado, se levantaron y fueron hacia sus instrumentos y empezaron a encontrar el ritmo y los acordes de guitarra para la canción. Al siguiente día, John fue a mi casa para pulir la canción. Compró un amplificador Fender miniatura y lo enchufó. “Bueno, cántalo de nuevo. Cómo quieres que suene?, cómo quieres que se sienta?, a dónde quieres llegar?”. Se lo canté, e inventó tres o cuatro opciones de acordes. Tomamos y elegimos hasta que se nos ocurrió la más perfecta progresión de acordes para la melodía. Y ese fue el nacimiento de una de las canciones del disco. La idea en hacer realidad otra canción que terminaría en el disco. Era una canción inspirada por mi corta y curiosa relación con Sinéad O’Connor. Conocí a Sinéad en un festival en el que tocamos en Europa en Agosto de 1989. Flea y yo éramos grandes 201 fanáticos de su The Lion And The Cobra, y me gustaban las chicas calvas por empezar, porque sabía que alguien que se afeitaría su cabeza era dura, verdadera, y no le importaba nada. Ahí estaba esa súper ridículamente linda chica calva irlandesa con una voz mágica, grandes letras y una presencia loca. Nosotros tocamos primero, así que durante nuestro set, y yo fui tan tonto como para dedicarle “Party On Your Pussy” a esa moralmente ética y políticamente correcta peleadora por los derechos de los desamparados. Cuando terminamos nuestro set, Flea y yo nos quedamos al lado del escenario y miramos a Sinéad. Eso fue antes de que se vuelva famosa, así que no tímida, era simplemente valiente. Se vino al escenario con un vestido y botas de combate e hizo su primera nota. Como una pequeña princesa guerrera irlandesa, empezó a cantar fuertemente esas increíbles canciones. Moría de ganas de ver todo eso, y luego hizo una referencia a mi mención de ella, y era positivo. Está bien, ahora se daba cuenta de mí, y eso era algo bueno. Después del concierto, la vimos afuera y le dijimos cuánto apreciábamos su música. En lugar de decir un simple “gracias”, Sinéad nos invitó a andar con ella. Era tímida y muy dama, y conversamos hasta que su manager de gira cerró la puerta y la llevó hacia la siguiente lugar donde se presentaría. Con miedo de no volver a verla nunca más, corrí de vuelta a su camarín y le escribí una carta bastante significativa, haciéndole saber que tenía unos sentimientos por ella. Me apuré y la encontré justo cuando estaba por tomar su colectivo y le di la carta. La aceptó, sonrió y me saludó. Y nada volvió a pasar. Ni una palabra en respuesta. Desapareció en la multitud gigante de un mundo distinto, y seguimos nuestro camino, y eso fue todo, adiós. La vida continua, hicimos la gira en Japón, y conocí a Carmen y tuve una relación de un año con ella. Para ese entonces, Sinéad había lanzado otro disco y de la noche a la mañana se convirtió en la cantante más famosa del mundo. Un día Bob Forrest me contó que se había mudado a Los Ángeles, y se la había visto en Victor’s Deli, uno de nuestros lugares favoritos para desayunar. Unas pocas semanas después, estaba haciendo mandados y me encontré con Sinéad. Con solo verla, yo ya me derretía. Me habría casado con ella en ese lugar. Empezamos a hablar, y le hice acordar que la había encontrado en el festival y que le había dado una nota. “Ah sí, sí sé que me diste una nota” dijo Sinéad. “Lo tengo. Está en el cajón de mi cocina en mi casa.” “La nota que te di está en el cajón de tu cocina?” no lo podía creer. “Qué crees?” se sonreía. “Qué habías escrito una nota así y la iba a tirar?” Lo siguiente que sabía es que me estaba invitando a cenar. Pronto empecé a andar regularmente con ella y su hijo, Jake. No puedo decir que era un escena típica de una cita, porque era un época extraña para ella-era muy tímida por todo lo que le había 202 pasado, pero empezamos a ir al cine y a los museos, y le daba lecciones de conducir en mi Camaro convertible del ’67. Conducimos, escuchamos música, nos besamos y lo demás, pero no me dejaba hacer exactamente todo, para hablar. Y no digo simplemente vaginalmente. Esto siguió por semanas, y se volvió la relación no-sexual más maravillosa que haya tenido. La adoraba, y todos los días me despertaba y le escribía un pequeño poema y se lo enviaba por fax. Nuestra relación iba progresando, me mostraba y poco más de amor y afecto, emocionalmente y físicamente, y luego de repente, todo llegó a un inexplicable fin. Quedé un poco como un tonto cuando me contó que iba a ir a los Academy Awards. Le sugerí que fuéramos juntos, y al principio estaba de acuerdo, luego me llamó para decirme que iba a ir con su amigo Daniel Day-Lewis. Me sentí ofendido, no tanto porque estaba saliendo con otro, sino porque no era yo, y yo quería mucho estar con ella en ese momento. Incluso después de ese incidente, nunca me dio ninguna indicación de que haya estado absolutamente enamorada al tiempo que pasábamos juntos. Siempre que nuestro tiempo juntos llegaba a un fin, miraba en sus ojos, y ella estaba tan feliz como una floreciente flor. Estaba emocionado y probablemente demasiado atento y mandón, pero ella tenía una manera suave y subjetiva de hacerme llegar a un estado mental más razonable. Estaba calmada y despreocupada y no le convencía la firmeza de mi punto de vista. Estaba bueno, estábamos encontrando un equilibrio. Un día, la llamé y le dejé un mensaje en su contestador automático, y me fui. Cuando volví, había una respuesta en mi contestadora. “Hola Anthony, habla Sinéad. Me mudo de Los Ángeles mañana, y no quiero que me llames ni vengas antes de que me vaya. Adios.” Me quedé paralizado. Se había vuelto de la noche a la mañana del “Me muero por verte de nuevo” al “no llames ni vengas”. No sabía a quién acudir, así que lo llamé a John. Estaba muy enojado por lo que pasó, y me sugirió que escribiera sobre eso y que nos juntemos más tarde esa noche e hiciéramos una canción. Había estado lloviendo por dos días seguidos cuando me senté en mi mesa del comedor, puse la versión de Jimi Hendrix de “All Along The Watchtower” una y otra vez para inspirarme, y empecé a escribir unas letras sobre lo que me acababa de pasar. De “I Could Have Lied” (Yo pude haber mentido) Pude haber mentido, soy un tonto Mis ojos nunca nunca nunca pudieron mantener su frescura Le demostré y le dije cómo Me jodió pero estoy destruido ahora Pero ya se fue, sí se fue lejos 203 Una dulce canción que no permanecería Viste que ella se escondió porque está asustada Pero no me importa, no quedaré de sobra Me fui a la casa de John cerca de la medianoche. El era como un científico loco, mostrándome empatía, pero absolutamente poseído con la idea de terminar esa canción. Así que trabajamos hasta tarde esa noche, escuchando a la tremenda lluvia. Finalmente terminamos la canción a las cinco de la mañana y, con cassete en mano, nos apuramos a ir en medio de esa lluvia, directo a la casa de Sinéad. Era su última noche ahí, y sin golpear la puerta, agarré el casete y lo pasé por el casillero de correo. Dejó la ciudad al siguiente día. Los años pasaron, y nuestro disco salió a la venta, y la vida continuó. Hubo tragedias, triunfos, logros, fracasos, murió gente, nacieron bebes y yo siempre me preguntaba qué sería si alguna vez la volvía a ver. Varios años más tarde, estaba en el Anfiteatro Universal para unos tontos premios de MTV donde Flea y yo presentábamos con Tony Benett, de toda la gente. Después del show, estaba en el estacionamiento de atrás, andando y conversando por ahí, cuando una limosina estacionó. Miré adentro y vi a Sinéad y Peter Gabriel en el auto. Caminé por ahí, y ella sacó su cabeza por la ventana, y los dos nos saludamos, y luego no me salió nada y ella me dio una sonrisa muy falsa. No había nada que decir. Ni siquiera me acuerdo si le pregunté si había visto el casete. Todo el encuentro fue el intercambio menos comunicativo y más horrible e incómodo. Quizás me hizo un favor al final. Quién necesita ese tipo de problemas?. Expandimos mucho nuestro ámbito musical con este disco. Un día John se me acercó con una música interesante que era muy melódica y en un tiempo único. John tarareaba una estrofa y un coro, y la emoción de los acordes que estaba tocando parecía corresponder a mi rompimiento con Carmen. Incluso en el calor de nuestras batallas turbulentas, nunca la consideré una mala persona o la odié. Simplemente la veía como una chica que nunca tuvo una oportunidad de crecer y enfrentar todo su dolor. No me dolía que hayamos cortado, estaba aliviado, quería que ella sienta lo mismo y encuentre su camino en la vida. Al mismo tiempo, empecé a cuestionarme y a preguntarme si estaba estancado en repetir el patrón de mi padre de esperar de flor en flor, algo de la-chica-de-chica. Seguramente no quería terminar como Blackie, porque tan emocionante y temporalmente realizador como ese constante incremento de chicas hermosas e interesantes puedan ser, al final del día, esa mierda queda sola y quedas solo sin nada. Las letras reflejaban los dos puntos de vistas. De Breaking The Girl (Lastimando a la chica) 204 Elevado por mi padre, la chica del día El era mi hombre, así era entonces Ella era la chica, quedó sola Sintiendo la necesidad de hacerme sentir cómodo con ella No sé qué, cuándo o por qué El crepúsculo del amor había llegado Retorciendo y girando, tus sentimientos se estan quemando Estás lastimando a la chica Ella quería decirte que no la lastimes Piensas que eres tan liso pero ahora debes cortar Estás lastimando a la chica El no ama a nadie más Grabar una canción tremendamente divertido, porque estaba ese gran puente industrial, así que salimos y tomamos todos esos pedazos viejos de metal, y los cuatro nos pusimos protección para los ojos y empezamos a golpear fuerte los metales con martillos y palos y se nos ocurrió una hermosa orquestación de percusión con metales viejos. Cuando empezamos a decidir qué canciones pasarían finalmente al nivel de grabación, resultó que la demora con Epic y Mo nos había dado la posibilidad de escribir nuevo material de casi dos discos. Trabajar con Rick había cambiado la manera que pensábamos de escribir canciones. Antes, veníamos de un lugar de tumbas, como opuesto al de un lugar de una canción, que era donde estaba el corazón de Rick. El disco se volvería el mejor de esos dos mundos. Nunca caímos en la noción convencional de escribir canciones, lo cual habría mitigado contra nuestro abandono del punto de África. Pero necesitas ponerte a hacer jams para hacer eso, así que tomando el consejo de Rick y concentrarse en armar bien las canciones era enormemente importante. Aún así nunca dejamos de ser una banda funk, basada en ritmos e improvisados jams. Uno de esos jams nos llevaría al tema éxito del disco. Estaba alejado a un lado del estudio de ensayos, trabajando en las letras, mientras que la banda estaba haciendo un jam como un trío. A veces eran serios expertos intelectuales, tratando de interrelacionar sus mentes e inventar partes específicas, pero a veces rockeaban en una manera muy alegre. En uno de esos días después, Flea empezó a tocar esa base de bajo espectacular, y Chad la pulía y lo seguía. Estaba tan encantado con el bajo de Flea, lo cual cubría todo el largo del mástil del instrumento, que salté y me dirigí hacia el micrófono, mi cuaderno cerca. Siempre tenía fragmentos de ideas para canciones o hasta frases aisladas específicas en mi mente. Tomé el micrófono y empecé a cantar bien fuerte, “regálalo, regálalo, regálalo, regálalo ahora”. 205 Esa línea había surgido de una serie de conversaciones que había tenido años antes con Nina Hagen. Nina era un alma sabia, y se dio cuenta de lo joven e inexperto que yo era en ese momento, así que siempre me daba una mano, no de forma instigadora, sino aprovechando las oportunidades. Estaba revisando su armario un día, mirando toda su ropa loca, cuando me encontré un traje exótico valioso. “Esto está muy bueno” dije. “Aceptalo. Lo puedes tener” dijo ella. “No, no puedo aceptar esto. Este es el traje más lindo que tienes ahí” dije. “Por eso te lo doy” me explicó. “Siempre es importante regalar las cosas, crea buena energía. Si tienes un armario lleno de ropa, y tratas de guardarlo todo, tu vida se achicará mucho. Pero si tienes un armario lleno de ropa y alguien ve algo así, si se lo das, el mundo es un lugar mejor”. Había venido de una escuela de golpes muy duros que mi filosofía era que no regales las cosas, que aceptas todo lo que quieras. Era tal epifanía que alguien quiera regalar su cosa favorita. Eso me conmovió para siempre. Siempre que pensaba, “Tengo que guardarlo” me acordaba, “No, tienes que regalarlo en cambio”. Cuando empecé a ir regularmente a los encuentros, uno de los principios que aprendí fue que la forma de mantener tu propia sobriedad es darlo a otro alcohólico que sufre. Cada vez que vacías tu vaso de esa energía, energía nueva y fresca viene fluyendo adentro. Estaba agarrando bien fuerte el micrófono, cantando “regálalo, regálalo” y Flea volaba a lo largo de su bajo, y Chad se reía histéricamente, y John buscaba su punto en la pintura para poner su parte de guitarra, y simplemente no paramos. Todos terminamos el jam convencidos de que teníamos las bases de una gran canción. El énfasis de Rick en los mecanismos de escribir canciones nos llevó a una tradición que todavía usamos hoy en día, llamada ‘caras-lejos’. Digamos que estamos trabajando en una canción, y tenemos la estrofa y el estribillo, pero necesitamos un puente, y no hay pedazo de música que tengamos que funcione ahí. John y Flea desconectan sus guitarras, se acercan al lugar de ensayos, y se ponen cara a cara. Luego uno de ellos se va al estacionamiento, y el otro se va al pasillo, y cada uno tiene cinco minutos para inventar una idea. Los dos vuelven, y todos escuchamos amable y objetivamente y decidimos qué partes le van a la canción mejor. Nunca hemos tenido un gran desacuerdo con uno de los muchachos para respetar su idea. ‘Caras-lejos’ es una herramienta fantástica para el desarrollo de una parte, porque es espontáneo y creativo. La idea parece competitiva por fuera, pero es muy divertida y muy en el espíritu de ayudar a la canción en lugar de a uno persona. Para cuando esa parte llega al proceso de Chad haciendo su parte, y o John o Flea poniendo su parte, todos tenemos ese pedazo de música por igual. Después de ese tan largo periodo de ensayo, escribir canciones e incubar ideas, estábamos listos para grabar el disco. Rick sugirió que consideremos grabar en un 206 lugar no ortodoxo. El se refería esa gran, asombroso, vacía, histórica mansión mediterránea donde todos vivíamos. Luego el contrató a unos tipos de Canadá a venir a armar un estudio en esa casa. Había una hermosa biblioteca en la casa que conectada por una ventana a la gigante sala de estar, la cual resultó muy buena para nosotros, porque armaron la sala de control en la sala de estar, poniendo los amplificadores de bajo y guitarra en cuartos separados para tener todos los sonidos bien naturales. Mientras caminábamos por la casa, espontáneamente decidimos vivir ahí por la duración de la grabación, así que todos elegimos nuestras habitaciones en diferentes salas de la casa. John tenía su propia escalera que iba a una sola habitación, la cual era bastante modesta. Ahí era donde él vivía en su propia sopa de rarezas por meses, pintando, grabando, leyendo y escuchando música. La pequeña hija de Flea, Clara había hecho unos lindos dibujos para el en la pared de su dormitorio. Yo estaba en el lado opuesto y lejano, con mucho más espacio, y terminé grabando todas mis vocales desde mi dormitorio. Acomodamos un micrófono con una cuerda que iba por toda la casa y terminaba en el estudio de control, y me paraba en la ventana que daba a una colina y a la luna, y cantaba. Flea iba por todo el camino hacia el tercer piso y ocupaba un cuarto que estaba cubierto como si fuera una sala de gas. Chad se fue. Habíamos oído que la propiedad estaba maldecida por una mujer que fue asesinada ahí en los años ‘30, y eso no le sentó bien a el, así que optó por irse a su casa en su moto todas las noches. Contratamos a Brendan O’Brian para nuestro disco, lo cual fue un logro, porque era el mejor ingeniero del mundo. El siguió produciendo muchos importantes discos multiplatinos. Brendan era un genio para sacar el sonido de batería justo, además, era un gran músico por sí mismo. Terminó tocando en el disco y fue una gran parte del sonido del disco y de crear una atmósfera muy agradable todos los días. Decidimos documentar el proceso de grabación, así que contratamos a Gavin Bowden, a quién habíamos conocido en Inglaterra cuando Flea y yo nos fuimos a nuestro viaje a Europa antes de nuestro primer disco. Gavin había emigrado a Norteamérica, e irónicamente, terminó casándose con la hermana de Flea. Uno de los requerimientos para el camarógrafo de la película era que sea completamente invisible durante ese proceso, y Gavin era el indicado para hacer eso, porque era apacible e inglés. Podía llevarse bien con nosotros, y era alguien con quién te sentías cómodo cuando tocabas cerca de él. Era como una banda de un solo hombre, gateando en el piso, se encorvaba hacia atrás, trabajando muy duro para documentar todo desde las bases de los pistas hasta la sala de control y a mí cantando en mi cuarto. También nos entrevisto a todos y juntó todo eso en un video que fue lanzado como ‘Funky Monks’. Pronto nos dimos cuenta de que necesitábamos que alguien conteste el teléfono, porque tratábamos de grabar y el teléfono sonaba a cada rato. También necesitábamos 207 que alguien nos consiga lo que sea que necesitáramos, tan pronto como lo necesitábamos, así que terminamos contratando a un chico llamado Louis Mathieu que sabía trabajar para nuestros amigos Bob y Pete con Thelonious Monster. Louie vino en el momento y asumió sus tareas, y ese fue el comienzo de una larga amistad con el. Iba de secretario a técnico de batería, asistente del manager de giras, cuidador personal, asistente de John y hasta manager de gira. Así que nos mudamos a la casa e hicimos el disco. Flea, John y yo nos quedamos en la casa por más de treinta días sin siquiera salir para ir a un restaurante. Mientras estábamos encerrados, hubo rumores de que John había tenido una experiencia sexual con un demonio en su cuarto, pero en realidad, teníamos visitas nocturnas de una entidad más tangible. Todos conocíamos a la chica que trabajaba en Melrose Avenue y era una ayudante de la banda. Mientras estábamos en la casa, ella se acercaba a visitarnos. A la noche solamente estábamos los tres, no había ningún tipo seguridad en la casa. Y como en una escena rara de una película en un castillo en el campo de Inglaterra, esta chica muy joven y segura venía y pasaba el tiempo con cada uno de nosotros, uno por uno. Se ponía traviesa en cada cuarto que visitaba, pero no era puramente sexual, andaba, hablaba y pasaba el tiempo con cada uno de nosotros. Me visitaba a mí, luego a Flea, y luego a John a lo último, porque eran mejores amigos. Era lindo pasar todo un día de trabajo en el disco y luego tener esa chica que viene y es tan buena y tan inafectada por la experiencia de tener a tres hombres distintos en una noche. No parecía que lo hacía porque tenía autoestima baja o simplemente quería tener sexo. En ese momento, John se había convertido en una persona muy distinta sexualmente, no le interesaban los recursos de abuso que disponía por su estado, así que no creo que lo habría hecho si pensaba que le causaba daño o disconformidad a ella. Todo salió bien para todos. Era lindo y cálido, y hasta teníamos un nombre para cada una de sus visitas, dependiendo el día de la semana. SI era miércoles, y nos sentíamos excitados, alguien decía, “Hoy no es el Miércoles?, o por George, hoy es Viernes de locura. Atiendela en el teléfono”. Estar encerrado en la casa era bueno para mí, porque tenía muchas letras que terminar durante el proceso básico de grabación, y había pocas distracciones. Pero entonces era momento de ponerme las pilas y hacer mis partes de canto. Todavía no estaba cómodo cantando. Estaba cómo haciendo ruido con mi boca, estaba cómodo escribiendo canciones y sabiendo en mi cabeza cómo se suponía que se debían cantar, pero la verdadera ejecución parecía un animal fuera de control que a veces podía controlar y encontrar una forma de calmarlo, y a veces no podía. Una de las razones por las que armé mi cuarto tan lejos de todos fue para que no tenga que sentir los ojos en mí, podía estar solo cuando estaba grabando. Mi nivel de disconformidad dependía de la canción. Me acuerdo que cuando tenía que cantar “Under The Bridge” sentía “Dios mío, no puedo creer que tenga que cantar esto”. 208 Pero Brendan lo hizo tan cómodo como es humanamente posible. Estaba muy serio, nervioso e inseguro, tratando de dejar que los espíritus fluyan dentro de mí, y tenía a Brendan del otro lado de los auriculares haciendo bromas, riéndose de mí, de el mismo, y de la canción. Era resaltante, la voz perfecta para tener en tu oído, haciendo acordar de no tomarte demasiado en serio y también sabiendo que ibas a lograr cuando lo tengas. El decía cosas como “Te he oído cantarlo, sé que está ahí, lo vamos a encontrar. No te preocupes por eso, tomate tu tiempo”. Aún así, tres días antes era mi turno de concentrarme en la grabación, y mi espalda me dolía mucho. Estoy seguro de que era todo emocional, pero mi espalda antes rota estaba destruida, y Flea me llevó a un viejo acupunturita chino llamado Zion, No solamente me arregló la espalda, me dio un nuevo régimen de ejercicio el cual lo sigo haciendo hasta el día de hoy. No quiero dar la impresión de que éramos monjes todo el tiempo que grabábamos. Muy seguido invitábamos amigos a la casa y teníamos esas fiestas elaboradas. Una de las personas que estaba ahí era el actor River Phoenix. Conocí a River a través de Ione, que había hecho una película con el. John y River habían tocado un poco de música en una fiesta a la que todos fuimos, y se habían hecho amigos. No quiero salir de viaje con River, porque su familia es muy sensible con eso, pero desde que lo había conocido, tomaba mucho y consumía mucha cocaína, y no era ningún secreto para mí o cualquiera que la conociera que el era de estar muy fuera de control con sus cosas, y era solo una cuestión de tiempo antes de que cosas malas empezaran a pasar. River estaba cerca mucho durante la composición y grabación de nuestro disco. Era muy bueno con la banda, y hasta escribí una estrofa entera sobre el en “Give It Away”: ‘Hay un río, nace para ser un dador, para mantenerte cálida, no dejará que tirités / Su corazón nunca se marchitará, vamos todos, es tiempo de entregarlo’. Después de dos meses, terminamos la grabación. Flea y John habían logrado mantenerse aislados todo el tiempo, pero después de cinco semanas, Rick y yo empezamos a hacer unas salidas al mundo exterior. Era raro sentir entrar de nuevo en la atmósfera de Hollywood después de estar completamente concentrado y enfocado en algo por tanto tiempo. Pero todo el tiempo que estábamos en esa casa, todos sabíamos que estábamos haciendo nuestro mejor trabajo hasta el momento, y que estábamos creando algo que era real, fuerte y hermoso, algo que no podía esperar a compartirlo con todos los que me rodeaban. Este disco fue un verdadero avance para todos. John definió su forma de tocar por primera vez y creó un estilo completamente nuevo para la guitarra que se transformó en su firma. Desde ahí en adelante, los guitarristas alrededor del mundo lo vieron como un gran guitarrista. Flea también tomó una dirección completamente nueva. Todo hasta ese punto había sido basado en el “slapping”, punteos, y golpes rápidos, pero el abandonó todo eso. Había solo un par de canciones en el disco basadas en el formato anterior, todo lo 209 demás era punteo con dedos, lo cual era un gran cambio para el tipo que se había vuelto conocido como el bajista loco de los golpes rápidos. Chad también progresó e hizo su marca una de los bateristas de rock más importantes. También era algo nuevo para Rick, nunca había hecho un disco como el nuestro. Había hecho discos de hiphop, metal, hard-core, pero nunca un disco que tenía tantos estilos variados. El y Brendan en verdad capturaron, en ciertas maneras por primera vez, la esencia de los Red Hot Chili Peppers. Parte de nuestra energía viva y nuestras personalidades individuales fueron capturadas y permitidas a respirar y a existir en el disco, y eso era algo con lo que teníamos que pelear para hacer en el pasado. Rick encontró una forma de dejar que eso pase en lugares no convencionales. Ahora que la grabación está terminada, era la hora de inventar un nombre. Un día estaba en el auto de Rick, y empezamos a tirar nuestros títulos, pero siempre que haces eso, lo único que se te ocurre es basura. En cambio, siempre que un título se te viene, va a estar muy bueno. Finalmente Rick dijo, “No sé ni por qué estamos teniendo esta conversación. Es claro que el mejor título que tenemos ahora es ‘Blood Sugar Sex Magik’” (que era una canción en nombre de mis increíbles encuentros sexuales con Carmen). No podía discutir con el, y ahí fue cuando nos dimos cuenta que aunque no era necesariamente la canción más importante o el corte de promoción o la canción que queríamos que la gente le preste más atención, sí conformaba de alguna manera todo lo bueno del disco. Con el disco listo para salir, era la hora de hacer un video para el primer corte de promoción, que era “Give It Away”. Sabía que teníamos el apoyo de la compañía disquera, así que empecé a ver muchas cintas de directores de video, pero nada me parecía bueno. Todo era la misma mierda, homogenizada y aburrida. Finalmente, me encontré un video para una banda francesa, hecha por un director que se llamaba Stephane Sednaoui. Me voló la cabeza ese video, que no se parecía a nada. Era más lento y poético, filmado en blanco y negro. Parecía arte autentico, no algo hecho por MTV. Pero cuando Warner lo trató de contactar, me dijeron que me olvide, ese tipo estaba 100% reservado. No podía aceptar eso, así que lo llamé tratándolo de convencer que venga para una reunión. El estuvo de acuerdo, y nos encontramos en la casa de Flea y hablamos por horas de nuestros fotógrafos favoritos y nuestros colores favoritos y todos concordamos en un tema plateado. Fijamos el lugar de filmación en un desierto, donde todos los buenos videos se hacen. Stephane trajo todo un equipo francés: diseñadores, estilistas, maquilladores, peinadores, asistentes, todos franceses. Pasamos dos días duros en el desierto, y todos estábamos en un rol creativo, todos tratando de dar lo mejor y sintiéndonos muy bien por la canción. Chad estaba contento de usar sus cuernos rojos de diablo. Yo estaba preocupado de que cuando Stephane le dijo a John que iba a saltar y bailar una cinta de baile, el le diga “Vete a la mierda, agarra tu cinta y métetela 210 en tu culo francés, amigo”, pero el contento, salió y le hizo el amor al aire con esa cinta de baile. Habría bailado por horas con esa cosa. Blood Sugar Sex Magik fue lanzado el 24 de Septiembre de 1991. “Give It Away” fue el primer corte de promoción, pero la estación de radio número uno que Warner quería que la canción salga, una estación de Texas, les dijo que vuelvan cuando tengan una melodía en su canción. Eso era mala noticia, porque la sabiduría convencional era que esa estación de radio dictaba lo que Estados Unidos iba a oír. Por supuesto, “Give It Away” nunca fue sobre melodía. Era una canción de fiesta. Cuando el disco estaba por salir, John y yo hicimos un viaje a Europa para promocionarlo. Flea decidió en contra de hacer el viaje. Estaba sorprendido que John estaba dispuesto a tomar una responsabilidad para el equipo e ir en ese viaje en ese tortuoso viaje donde andas de ciudad en ciudad y hablas por horas y horas a cada publicación tonta imaginable, que es lo suficiente para volver loco a cualquiera. Bueno, sí lo hizo John. De todos nosotros, creo que John le costó más reajustarse a la vida fuera de la casa en que grabamos. Tuvo tal derrame de creatividad mientras estábamos haciendo ese disco que creo que el realmente no sabía cómo vivir la vida al mismo tiempo con esa creatividad. Llegó a un punto en que no quería ver un anuncio para, digamos, “The Arsenio Hall Show”, o una propaganda de lápiz labial. Quería estar en un mundo que fuera una hermosa manifestación de su propia creación. No vas a encontrar eso en un tour de promoción. Todas las preguntas de los entrevistadores parecían estar viniendo desde el ángulo equivocado para John, así que se volvió un chico oscuro, enojado y amargado. Lo único que imagino que podría haberlo hecho cómodo era volver a Los Ángeles con su novia, Toni. John empezó a jugar con el uso de heroína. Cuando recién empiezas y luego te sales de ahí y no te sientes bien, es algo que pesa mucho en tu mente, como, “Eh, hay una chica y un narcotraficante de marihuana esperándome en casa. Pude vivir sin el clima alemán y la comida”. Quizás John actuó como un estúpido, pero no es difícil imaginar por qué alguien se pone así en el medio de doce entrevistas, porque a veces los entrevistadores son decentes, inteligentes e interesados en la música, pero a veces son terribles, y quieres darles una cachetada y decirles que se vayan porque son tan tontos y las cosas que quieren hablar son ofensivas. Recuerdo estar en Bélgica con John en un hotel viejo estilo boutique muy bueno. Estábamos registrándonos en la mañana, pero el no se veía muy bien. Luego un tipo en el mostrador le dijo “Son dos mil dólares por la factura del teléfono”. Había estado hablando con Toni por teléfono a Los Ángeles por seis horas. Cuando llegamos a Londres, se me acercó y me pidió disculpas. “Siento hacer esto pero realmente me quiero ir. Puedes terminar con esto tu solo?” y se fue rápido a tomar el próximo avión de vuelta. 211 En Francia nos encontramos con gente de la discográfica, y Lindy y yo vimos el video de “Give It Away” por primera vez. Yo estaba más histéricamente feliz y emocionado sobre ese pedazo de corto visual que cualquier otro que hayamos hecho. Pero los ejecutivos del disco tenían sus reservaciones con respecto al video, preocupados de que fuera demasiado raro para pasarlo en televisión. Los primeros argumentos sobre “Give It Away” ahora se habían encontrado con reacciones que no sugerían que nos iban a pasar mucho en la radio o en la tele. Pero la ola se dio vuelta cuando K-Rock empezó a pasar “Give It Away” todo el tiempo. Eso fue el comienzo de la infusión de esas canciones a conciencia masiva. La gira de “Blood Sugar Sex Magik” parecía alertar un cambio en el éxito musical. Definitivamente había un sentido en ese momento que toda la mentalidad musical de fines de los 80’s se estaba extinguiendo. Banditas de metal pop como Warrant, Poison y Skid Row habían terminado, comedias familiares tontas como The Cosby Show estaban por salir. Había algo nuevo en el aire. Me acuerdo que conseguí un cassete de un nuevo disco de una banda llamada “Nirvana” y manejando por la villa en mi Camaro con el techo bajo y sorprendiéndome sobre de dónde habían salido estos chicos, las canciones eran tan fuera de este mundo. Estábamos preparándonos para nuestra gira, y una noche vi un video en MTV de una banda llamada los “Smashing Pumpkins”. La canción era “Gish”, y era una canción muy hermosa, con una textura y energía diferente de usual basura en MTV. Así que llamé a Lindy y le dije que consiguiera a los Pumpkins para nuestra gira. Luego Jack Irons nos llamó así de la nada mientras estábamos en la oficina de Lindy, escuchando cassetes de bandas para ver a quién más llevar de gira con nosotros. Jack pidió eso, como un favor, que escucharamos a un casete de una nueva banda, cuyo cantante, Eddie Vedder, era amigo de Jack. Jack había conocido a Eddie cuando el estaba en una banda cover de los Chili Peppers, básicamente haciendo una imitación de mí. Aparentemente Eddie también había trabajado como técnico para nosotros cuando tocamos en el área de San Diego. Al grupo nuevo de Eddie lo llamaron “Pearl Jam”. Escuchamos al cassete, y no era nuestro favorito, éramos musicalmente muy soberbios en ese momento. Pero estos chicos sonaban reales y genuinos, y estábamos contentos de trabajar con Jack, y Pearl Jam estaba reservada como banda soporte. Empezamos la gira en el ‘Oscar Meyer Theatre’ en Madison, Wisconsin. Pearl Jam abrió, y cuando tocaron su primer single, “Alive”, al final de su lista, me di cuenta de que Vedder tenía una voz increíble, y tenían un éxito en sus manos. Detrás del escenario, nos hicimos amigos con los Smashing Pumpkins, y resultaron ser mucho más raros de lo que nos imaginábamos. Conocí a D’Arcy, su bajista, y me pareció linda en una forma gótica rara. James, el guitarrista, era súper-tímido y tranquilo, y Billy Corgan, el líder de la banda, era jovial y tratable. Pero después de su set, D’Arcy se emborrachó con vodka y whippets. Estaba muy ebria. Si así empezaba una gira, imagínate cómo iba a 212 estar al final. Finalmente, salimos y tocamos muchas canciones de nuestro nuevo album. Tratamos de tocar “Breaking The Girl”, y no salió bien, pero el resto del show si lo hizo. Mientras la gira progresaba, nos acercamos más a las dos bandas soporte. La mayoría de las personas te dirán que Billy Corgan es el humano más difícil e infeliz del mundo, pero mi experiencia con el fue completamente diferente. A mí me parecía muy inteligente y sensible, con un profundo sentido de ironía. También era un talentoso jugador de básquetbol. Estábamos tocando detrás del escenario en un concierto en el ‘Shriner’s Club’ en Milwaukee durante una prueba de sonido, y mi leída inmediata de Billy era “nerd intelectual, musical, alto” no “jugador de básquet”. Pero empezamos a hacer tiros, y Billy se paró y se cansó de hacer tiros. Tuvimos muchas salidas multibandas en esa gira, yendo al cine, y Billy siempre me pareció contenedor y nunca competitivo o raramente celoso. Pero claramente era el jefe de los Smashing Pumpkins, y el resto de ellos estaban bajo el pulgar de el. D’Arcy era muy dulce, pero parecía ser un accidente que esperaba a ocurrir. James no era tan cable suelto como D’Arcy, pero su baterista, Jimmy Charberlain, era un monstruo. Gracias a Dios estaba sobrio en esa gira, porque si no lo hubiera estado, el hubiera sido mi compañero, y los dos habríamos estado muertos. El tomaba y se drogaba como un gorila con un corazón enorme. Me acuerdo que me iba a clubes después de esos shows, especialmente en Nueva York, y el estaba en el bar con una campera de lluvia, sintiendo la alegría de su propio éxito en su banda, yendo de gira por el mundo por primera vez y bebiendo con un bolsillo lleno de esto y aquello y algunas chicas cerca. Era un verdadero Polaco de Chicago con mucho talento musical y ningunas reglas. Está bien ahora, pero tuvo sus aventuras con el lado oscuro. Salimos bastante poco con Eddie , Jeff Ament y Stone Gossard de Pearl Jam. Eddie y yo nos volvimos muy amigos, y nunca hubo ese tipo de idolatría falsa de “Ah, he estado con ustedes por tanto tiempo”. Estábamos en un mismo nivel musical desde el primer día, y no había interferencia de ego con nuestra amistad. Cuando llegamos a Boston, toda la atención que Pearl Jam estaba teniendo en ese momento era fenomenal. Normalmente, un pequeño show en un estadio está vacío cuando sale el primer acto, pero nuestra audiencia se amontonaba por Pearl Jam, y fue emocionante. En ese momento de su vida, Eddie era tan feliz de tocar música, humilde y bondadoso y salió a hacer amigos con todos. Salió a decirle a mi mamá que tenía un gran hijo, y estableció una buena relación con Blackie. Mientras tanto, nuestro disco empezaba a vender. Por primera vez, nos pasaban mucho por radio y teníamos rotación general en MTV. Así que las dos bandas, Pearl Jam y la nuestra, se elevaban a una nueva estratosfera al mismo tiempo. Todo esto entristecía a John. Empezó a perder todos los aspectos divertidos de su personalidad. Incluso sobre el escenario, había una energía mucho más seria en el. Era 213 desconcertante ver cuán frustrado se volvía su visión de ser un artista. Lo que yo no sabía hasta más tarde era que John era ambivalente sobre hasta estar en la banda en ese momento. En su dialogo interior, John pensó que dejar la banda justo después de un disco exitoso, el mundo lo puso en un mundo misterioso donde tendría la oportunidad de hacer otros proyectos y no ser parte de la maquinaria de crear estrellas. John sintió que la gira arruinaría su asombrosa creatividad que estaba experimentando. Por supuesto, nosotros no sabíamos nada de esto, porque John se estaba alejando rápidamente del resto de la banda. Llevó a Toni a la gira con el, y se cuidaban todo el tiempo. Warner estaba asombrado con la reacción inicial del disco e inmediatamente comenzaron a discutir un segundo corte y video. Estábamos alrededor de la mitad de la gira por Estados Unidos, tocando en el Medio Oeste, y unos tipos de la compañía vinieron al show para discutir la posibilidad de lanzar “Under The Bridge” como nuestro siguiente corte. Esa era una canción que había sido un golpe o perdida para mí como vocalista, a veces podía sentirla, y otras veces no podía cantarla en tono. Esa noche tuvimos una gran audiencia, y llegó el tiempo de tocar “Under The Bridge”, y John empezó los acordes de entrada, pero me perdí en mi parte. De repente, toda la audiencia empezó a cantar la canción, al punto donde se suponía que debía cantar. Primero estaba mortificado de que la había arruinado en frente de la gente de Warner, que estaba ahí para escucharme cantar la canción, pero resultó que ellos estaban más impresionados por la audiencia cantándola que de lo que habrían estado si yo la cantaba. Pedí disculpas por arruinarla, pero ellos dijeron, “Arruinarla? Me estás tomando el pelo? Cuando todos los chicos en un show cantan una canción, ese es nuestro próximo corte”. Vi nuestro reciente encontrado éxito como una bendición monumental. No era que pensaba que éramos más grandes que antes, sino que éramos los mismos, pero estábamos cantando hacia muchos más oídos, muchos más ojos y muchos más corazones. Sentí que deberíamos ser respetuosos con este regalo, este gran golpe de fortuna. No nos vendimos, no cambiamos en lo que creíamos para llegar a más gente, simplemente lo hicimos. John, sin embargo, veía a nuestra nueva popularidad como algo mal. Teníamos este tipo de discusiones detrás del escenario. “Somos demasiado populares. No necesitamos estar a éste nivel de éxito. Simplemente estaría orgulloso de tocar esta música en clubes como en los que ustedes tocaban hace dos años” decía John. “No es algo malo que aparezcan estos chicos” yo justificaba. “Vamos a estar ahí para ellos, carajo. No tenemos que odiarnos y enojarnos con ellos porque ésto es lo que pasó.” El se enojaba muchísimo y no hacía lo que yo quería que el haga, lo cual fue un 214 enorme error mío, querer que todos reaccionen a esta nueva situación de la misma manera que yo. John cambió su forma de pensar en cuanto a qué era creíble y qué estaba bueno, y tocar para un estadio lleno de gente dejó de ser bueno para el. Prefería estar en su casa escuchando al Capitán Beefheart y pintando. John leía mucho de William Burroughs en ese momento, y su punto de vista, desde Burroughs, era que todo verdadero artista está en guerra con el mundo. Irónicamente, cuanto más odio desarrollaba por nuestro éxito, más populares nos hacíamos. Cuanto más molesto estaba, más discos vendíamos, cuanto más desilusionado se volvía con el número de personas que pasaban por la puerta, más gente lo hacía. Yo pensaba que era lo más hermoso que habíamos creado algo especial, lanzarlo al mundo, y así respondía el mundo. Mis crecientes problemas con John estaban creando enormes tensiones en la banda, que causaban angustia adicional para Flea. Flea estaba en el proceso de romper con su esposa, así que todo este stress lo llevaba a tomar algo para ir a dormir, algo para levantarse, y algo para la mitad del día. La química de su cerebro se estaba perforando por prescripciones de los doctores. Lo que podría haber sido el momento más emocionante de nuestra carrera terminó siendo muy extraño. John estaba oscuro y angustiado, Flea estaba bajo la influencia de todos los tipos de medicaciones prescriptas, y yo todavía estaba muy histérico pero aún un extraño limpio de drogas. Y Chad era Chad. Mis tensiones con John llegaron al límite en un show que hicimos en New Orleans. Habíamos vendido todas las entradas y John simplemente estaba parado en la esquina, apenas tocando su guitarra. Salimos del escenario, y John y yo discutimos. “John, no me importa lo que estás pensando o donde está tu cabeza ahora o donde te gustaría estar, pero cuando venimos a un show y hay tanta gente que está pagando plata para vernos, les importamos y quieren vivir las canciones con nosotros, lo menos que puedes hacer es mostrarte y tocar por ellos” le grité. “Yo no lo veo así. Yo preferiría estar tocando para diez personas, y bla bla bla...”. La discusión seguía y seguía. Flea nos estaba observando, pensando “El control de Anthony contra el odio de John, y al fin llego”. John y yo pasamos de pelear, a ir a un baño a tratar de llegar al fondo de esto para poder entendernos. Finalmente, no nos miramos a los ojos, pero sí llegamos a un entendimiento y concordamos en no estar de acuerdo y aceptar las diferentes percepciones de la realidad de cada uno. Cuanto más tiempo estábamos de gira, más gente iba a vernos. Para cuando debíamos tocar en West Coast, habíamos saltado de teatros a estadios llenos, así que los promotores que necesitábamos agregar a una banda que fuera más grande que Pearl Jam. El segundo disco de Nirvana, “Nevermind”, recién había explotado, y yo estaba loco por ese disco, así que sugerí que consiguieran a Nirvana para tomar el lugar de Pearl Jam. Eddie y los chicos lo entendieron, así que Lindy llamó a Nirvana, pero sus 215 managers le dijeron que no estaban disponibles. Agarré el teléfono y llamé al baterista de Nirvana, Dave Grohl, yo mismo. “Anthony Kiedis! Wow, los amamos a ustedes. Crecimos escuchándolos en Seattle” dijo Dave. Me contó que acababan de venir de una gira enorme, y Kurt Cobain estaba muy exhausto, pero que trataría de convencerlo para hacer los shows de West Coast. Y lo hizo. Nirvana se unió a las bandas, pero Billy Corgan sacó a los Smashing Pumpkins de las otras. Aparentemente, solía salir con Courtney Love, que en ese momento era la novia de Kurt, así que el se rehusó a estar con Nirvana, y dejó el lugar. Así que Pearl Jam estaba de vuelta con nosotros. Nuestro primer show fue en el Estadio de Deportes de Los Ángeles, y yo estaba tratando desesperadamente de emocionar a John, diciéndole lo bueno que sería tocar con Nirvana, pero el decía “Nirvana, a quién le importa?”. Finalmente, descubrió a Nirvana por sí mismo, y se transformó en un devoto, pero esta vez no le importaba, aunque paraba las orejas cuando Nirvana abría su show con un cover de un tema de “The Who”. Esto era algo grande para nosotros volver a casa tocando nuestro mejor show que hayamos hecho. Perry Farrel de Jane’s Addiction vino al show vestido como un buen príncipe, y para mí esa era una señal de nuestro nivel alcanzado. Esa noche fue la primera vez que me encontré con Kurt Cobain. Antes del show, volví al camarín de Kurt para saludarlo, y el estaba ahí con Courtney. Se veía hecho pedazos, como si estuviera bebido. Tenía puesto un vestido achicado, y su piel estaba mal, y se veía como si no hubiera dormido por días, pero estaba muy bien en una forma distinta. Yo estaba abrumado por su presencia y su aura. Parecía tan amable. Tuvimos una linda conversación, y le agradecí por tocar estos shows, aún si volver de gira fuera lo más lejos que estuviera en su mente. Yo estaba observando a Courtney, convencido de la que la conocía de algún lado. Luego empezó a gritarme, “Anthony, no te acuerdas de mí?”, yo te recogía en el auto cuando tu hacías dedo en Melrose en el medio de la noche, cuando tu y Kim Jones estaban totalmente perdidos. Yo era una bailarina en ese momento, y te presté veinte dólares, y nunca me los devolviste”. Era la hora de que toque Nirvana, y Kurt se había destrozado en ese camarín, pero este tipo que se veía como la muerte advirtió subir al escenario y copar a toda la audiencia, dando el mejor show que pudieras querer ver. Su energía cruda, su musicalidad, su elección de canciones, eran como una cierra cortando por la noche. Habíamos guardado un par de trucos para la audiencia de nuestra ciudad. Nuestro show empezó con el tormentoso bajo de Flea, pero el no estaba en el escenario, estaba atado a un cinturón especial que lo deslizaba hacia abajo al escenario desde el techo del estadio, de arriba hacia abajo, mientras tocaba. John estaba de mal humor. No sé si estaba secretamente con miedo de salir y tener ese tipo de responsabilidad, o si simplemente había tanta energía ahí que quizás era demasiado para el de enfrentar, 216 pero estaba de muy mal humor y molesto. Tocó bien, pero no había mucha interconectividad entre nosotros. Para el final, nos pusimos las medias, un evento que se estaba volviendo cada vez más raro. El siguiente show fue en Del Mar, una ciudad justo al norte de San Diego. Tocamos en una sala gigante de aviones, y una vez más Nirvana salió y destruyeron todos sus instrumentos, y los chicos se volvían locos. Estaba lleno de gente cuando subimos al escenario, esa energía había levantado a la audiencia y se formó un público discernible. Tocamos mejor esa noche. Había menos presión, para uno, y John tenía ganas de rockear un poco más. Quizás Nirvana lo presionaba. Esa noche fue el comienzo de mi creciente batalla con mi problema de oído. Chad y yo salimos del escenario, nos abrazamos y nos dimos cuenta de que nuestros oídos estaban sonando algo bajo. Al final de esa gira, tuve daño de oído permanente, lo cual, desafortunadamente, es una de las cosas más difíciles de curar. Nuestro siguiente concierto fue en San Francisco en el Cow Palace para una gran fiesta de Noche Buena. Nos quedamos en el Hotel Phoenix, que era un hotel de prestigio en un barrio despreciable. Después del show, en año nuevo me senté cerca de Kurt y Courtney. Nos sentamos ahí por alrededor de una hora bajo las estrellas, simplemente conversando, acercándonos como personas. Kurt estaba más relajado que nunca, y probablemente más honesto, también. Para cuando tocamos en Salem, Oregon, mis cuerdas vocales estaban muy mal. Parecían salchichas gordas pegadas, y no podía hacer ningún sonido, así que tuvimos que pasar las últimas fechas de la gira por West Coast para más adelante. Después de un corto descanso, era hora de ir de gira por Europa. John no solo se seguía distanciando de la alegría de estar en la banda, empezó también a perder la pelea por el bienestar físico. Pasó por un período en que estaba convencido de que alguien, nuestro conductor, el recepcionista del hotel, cualquiera, trataba de matarlo todos los días. Estoy seguro que eso creía, así que teníamos esta pelea constante de tener que convencerlo de que nadie estaba tratando de matarlo. “Bueno, no sé,” decía. “Vi a nuestro conductor hablándole a alguien en la calle, y creo que esa persona está conectada con las personas que me quieren muerto”. Creo que John estaba experimentando una paranoia llevada al extremo causada por lo que fumaba. Se fumaba un montón de tabaco y bebía mucho vino, sin querer estar en gira pero estando ahí. Viajar ya no era placentero. No íbamos en el colectivo cantando, escuchando música juntos, hablando de los eventos del día ni teníamos pequeñas competiciones. El colectivo se volvió un lugar oscuro y displacentero, porque nos habíamos dividido en partes. John había roto nuestra regla no escrita de no llevar a las esposas o novias cuando viajábamos. No era muy bueno para nosotros que Toni estuviera en la gira, porque le permitía alejarse más. Muchas personas comparó su relación a la de John y 217 Yoko, pero eso no era tan así. Toni nunca pensó en hablar por John, estaba ahí para mimarlo y apoyar sus decisiones. Aún en el medio de una tensión, ella sonreía plácidamente. Así que nunca pensé que estaba interfiriendo entre John y la banda. Todo pasa claramente por John, y ella lo seguía. Las cosas se deterioraron al punto en que John y yo no hablábamos en el colectivo, y si nos encontrábamos de casualidad, ni siquiera nos notábamos. Ese era un lugar bastante insoportable para estar, y yo no tenía principios espirituales a elegir para ayudarme a tratar toda la locura. Me volví triste, enojado, resentido y envenenado por toda la experiencia. Yo era un estúpido, John era un estúpido, y el pobre Flea se escondía, incapaz de tratar con todo eso. Hasta Lindy, que siempre había sido el mediador, estaba totalmente perdido. Había estado recibiendo llamadas frenéticas de los padres de John, rogándole ayudar a John, porque parecía estar en grandes problemas. Pero Lindy estaba estupefacto y paralizado por la situación como todos los demás. Nadie hacía nada al respecto. No dejas de considerar todo el problema, simplemente tratábamos de sobrellevarlo semana a semana, lo cual no creaba un ambiente sanador. Considerando la gravedad de la disfunción que se mostraba, resulta raro para mí acordarme y pensar que no nos dimos cuenta de que las cosas no podían seguir así. Se empeoró antes de mejorar. Interrumpimos nuestra gira europea para viajar a la Ciudad de Nueva York cerca de fines de Febrero para hacer un show en “Saturday Night Live”, que fue un desastre de comienzo a fin. Ni hacía cinco minutos de estar ahí que John empezó a pelear con el personal. El supervisor de música, un tipo que había estado ahí por años, vino e hizo una acotación inocua a John, y John le volteó la espalda y le dijo a Loudie, “Este tipo me dice algo de nuevo, y no voy a tocar”. Yo ya estaba preocupado y nervioso, porque estábamos planeando hacer “Under The Bridge” como segundo número, y esa canción siempre fue un reto para mí cantarla. Yo dependía enteramente de John por el pie musical hacia la canción, y cuando hicimos el ensayo en el vestuario, estaba tocando algo en una nota distinta, fuera de tono, en un tiempo distinto, básicamente reinventando la canción por sí mismo y nadie más. Yo estaba totalmente confundido. Nos fuimos al vestuario y tratamos de arreglarlo, pero no había comunicación con el. Buscó a Toni y se fue a otro cuarto. Pero estuvo en el vestuario lo suficiente para sentirse mal cuando Madonna vino a visitarnos. Iba a estar en uno de los sketchs esa noche, así que vino a saludar. Yo la conocía por muchos años, cuando para su video de “Holiday”, me quería para actuar en el si yo estaba de acuerdo en cambiar mi peinado, lo cual no hice. Todo el tiempo que ella estuvo ahí, sin querer ignoraba a John, y el se fue muy enojado, de que no le había mostrado nada de amor y cariño. El show comenzó, e hicimos nuestro primer número, “Stone Cold Bush”, un tema rockero bien rápido. Todo salió bien. Después volvimos para hacer “Under The Bridge”. 218 He oído que John estaba en heroína durante este show, pero también pudo haber estado en otro planeta, porque empezó a tocar unas cagadas que nunca oí en mi vida. No tenía idea qué estaba tocando o en qué nota estaba. Solo que estaba en un mundo distinto. Hasta hoy, John niega que estaba tocando fuera de nota. Según el, estaba experimentando la forma en que lo habríamos hecho si hubiéramos estado ensayando la melodía. En fin, no estábamos ensayando, estábamos en televisión en directo en frente de millones de personas, y fue una tortura. Empecé a cantar en la nota que pensé que era, aún si no era la nota en que el estaba tocando. Sentí que me estaban apuñalando en la espalda y me colgaban en frente de todo Estados Unidos mientras este tipo estaba fuera en una esquina en la sombra, tocando un experimento disonante fuera de melodía. Pensé que hacía eso a propósito, solo para joderme. Terminamos la canción, y sonó como cuatro personas distintas tocando cuatro canciones distintas. En ese momento salía con Sofía Coppola, otro de mis intentos fallidos de tener una relación durante este periodo de mi vida. Era la chica más buena onda con la que había salido, especialmente en ese período después de Carmen, y le dije que no se olvide de ver el show, y ahora me estaba muriendo. Cuando algo pasa así, es como cuando el jugador falla el gol de campo cuando el tiempo se acaba. Lo único que va a sacar ese dolor es jugar otro partido y tener otra oportunidad de patear el gol de campo. Ese dolor estuvo ahí por un largo tiempo, porque volvimos a Europa, y el comportamiento de John se puso aún más errático. Cuando tenía que hacer los solos, tocaba el acorde hacia fuera de su guitarra, y tocaba un sonido raro y luego la volvía a enchufar y, si quería, tocaba el estribillo. Lo irónico del “Saturday Night Live” fue, que la semana después de nuestra presentación, nuestro disco se fue por el techo. Quizás fue una coincidencia, pero quizás la gente oyó algo en esa caótica presentación que les llegó. Después de que terminamos la última parte de la gira por Europa, volvimos a casa y tuvimos un par de semanas libres antes de ir a Hawai, Japón, y Australia. Cuando volvíamos a casa entre los fines de temporadas de giras, veía menos a Flea, y nunca veía mucho a Chad. John desapareció y empezó a seguir con su uso de drogas. Así que yo salía con cualquier chica que veía en ese tiempo, aunque principalmente estaba haciendo citas a ciegas, y nada era permanente. Desde mi separación con John, tenía lugar en mi vida para un nuevo compañero, y encontré uno en Jimmy Boyle. Era un amigo de Rick Rubin que era idéntico a Rasputín, con una barba completa, bigote, pelo largo como Jesús y ojos azules de un loco, y se vestía como un ropavejero elegante. Cuanto más nos mirábamos, más nos dábamos cuenta de las muchas cosas que teníamos en común. El era un drogadicto en recuperación que se había divorciado de una drogadicta joven y hermosa con la que yo salía también. El también era vegetariano (una costumbre que tomé de Ione), amaba la música, y le encantaba 219 perseguir mujeres. Siempre que yo estaba en la ciudad, nos reuníamos para un clásico desayuno de panqueques en A Votre Sante en La Brea. Invité a Jimmy a venir a Hawai con nosotros. Le encantó porque le encantaba estar cerca de la emoción de la música, y ni hablar de las mujeres. Además, íbamos a Hawai, por el amor de Dios!. John todavía estaba distante mientras estábamos en allí. A nuestro disco le iba bien, mejor que a cualquiera de nuestros discos anteriores, aunque aún solamente bien, apenas en el Top 40. Una vez que estábamos en Hawai, recibimos una llamado de Lindy. “Chicos, no sé qué decirles, pero éste disco se va a las nubes. Va a estar en el chart la semana que viene en el número 8” nos contó. Para mí, eso era motivo de celebración. Flea se sentía igual, pero John se mantenía alejado de todo. Por todo el viaje estaba lleno de hermosas chicas hawaianas, y era divertido para todos, porque nos sentíamos llenos de vida en el sol y el océano. Boyle y yo estábamos compartiendo un cuarto, y a las cuatro de la mañana, estábamos dormidos cuando alguien golpeó la puerta. Me fui a ver quién era, y era esa hawaiana soltera. “Puedo pasar?” preguntó. “Bueno, mi amigo está durmiendo. No es una muy buena idea, son las cuatro de la mañana,” le recordé. “En serio, no puedo pasar?” presionaba. “Es una situación un poco incómoda”. Justo ahí, en el pasillo en ese hotel, se arrodillo y me hizo una mamada. Jimmy estaba muy celoso. “No te puedo creer. Escuchaste un golpe en la puerta en el medio de la noche, vas a la puerta, y la chica más linda en la isla se agacha y te hace una mamada. Qué es eso?. Qué he hecho mal en mi vida para no merecer esa clase de trato”. Yo no estaba extremadamente contento con toda esta nueva admiración que estaba recibiendo. No tenía la misma reacción que John, pero a nivel personal, no dejaba que me llenen la cabeza. No me sentía como que me estaba volviendo famoso, me quede relativamente con perfil bajo. Esa era mi percepción, y estoy seguro de que otros tenía otras opiniones. Reconozco cuando siento un sentido de responsabilidad, te acostumbras a tener las cosas hechas a tu manera, pero también reconozco lo absurdo de eso, y estoy dispuesto a reírme de mí mismo y reconozco cuándo me porto como un niño mal criado y cuándo no. Me parecía fascinante y peculiar, más que de repente pensar que era mejor o más sagrado. Es irónico, porque en la mayoría de los días, Flea es el más niño mal criado en la banda, pero el y yo tuvimos una conversación en Santa Mónica, y dijo, “Tu sabes Anthony, a este disco le está yendo tan bien, que creo que te vuelves un poco egocéntrico”. “Yo?, yo? Tú eres el egocéntrico. Fíjate en tu propio ego” le propuse. Estoy seguro de que había algo más de ego que yo no era capaz de reconocer, pero no 220 sentía que iba a durar mucho. Lo raro es que mucho antes de que hayamos tenido éxito a nivel comercial, ya había desarrollado un sentido de poder. Tuve ese sentido sin fundamentos desde la niñez. En la primaria sentía que yo debía ser el presidente de la escuela, que estaba por encima de la ley de la escuela y que podía romper las reglas. Cuando me fui a vivir con mi padre, el era arrogante, y eso tomé yo de el, así que siempre tuve ese sentido de poder y un sentido semi-falso de mi mismo. Robaba porque tenía ese sentido, ya sean casas, autos, muebles o un cactus, lo que sea. Entiendo cómo las personas pueden ser fríos criminales, porque me acuerdo en ese punto de mi vida, no pensaba en las consecuencias para nadie excepto en mi. Y las consecuencias para mí eran que yo obtenga lo que quería. Cuanto más rico y famoso me volvía, menos me comportaba de esa manera. De seguro, el ego se hace inflado, tonto y grotesco en ciertas formas, pero esa es una oportunidad para aprender, para decir “Bien, qué tengo que hacer para manejar esto, y cómo disminuyo el ego a un punto en que no interfiera con mis relaciones con el resto del universo?”. Cualquier cosa o todo me estaba haciendo menos egoísta, y más interesado en salir de mí mismo y estar en un lugar donde pudiera compartir. Muchas veces la gente te juzgará sobre su percepción de cómo estás actuando. SI estás en un cuarto, te sientes tímido y no interesa llamar un poco la atención, no dejas tu forma de hacer amigos con todos. Luego alguien se va pensado, “Ese arrogante hijo de puta, ni siquiera trató de hablarme”. Tu tratas de permanecer en perfil bajo y no hacerte un escándalo, pero te ven como este tipo que es todo eso y una bolsa de basura. No siento que me veía de una manera distinta mientras pasaba esto, si era algo, era que me veía en una forma peor, porque había perdido una conexión importante en mi vida con John. Empecé a darme cuenta de que había estado actuando como un maníaco del control, queriendo hacer que todo vaya según mis planes, lo que terminó siendo el dolor más grande. Antes pensaba que todo estaría muy bien si Flea se comportara así y John hiciera lo que yo quería que haga, y ese fue probablemente el error más grande que cometí durante ese momento, pensar que yo sabía mejor o que tenía un plan, y si todos lo seguían, las cosas saldrían muy bien. Esa era una receta para la tristeza y la ruina. Una vez que reconocí todo eso, la hermandad de nuestra banda estaba comprometida una vez más, que difícilmente se rompería. Fuimos a Japón a principios de Mayo de 1992. Resulta raro, porque John pensó que ya habíamos resuelto nuestras diferencias hasta ese momento, pero yo todavía sentía que no estábamos bien. El todavía estaba en su capullo con Toni. Y de nuevo estaba exhibiendo un comportamiento raro. La noche anterior a nuestro concierto en Tokio, John estaba en el vestíbulo de nuestro hotel con Louie, y se volvió convencido de que se había expuesto a unas buscadoras de autógrafos y que estaba en peligro inminente de ser arrestado y deportado. Había una energía distintivamente errática e impredecible cerca de John. Estaba muy 221 drogado, y también estaba tomando vino de tal manera que no me pareció que estaba ebrio. No sé si era una combinación de vino y marihuana, pero parecía que estaba bebiendo jugo para locos y no simplemente vino. Tenía ese tipo de comportamiento de ebrio normal, pero a la vez algo raro estaba pasando, como si estuviera en otro espacio. En la mañana siguiente John viajó al lugar del concierto con todo el equipo. Lindy, Flea, Chad y yo viajamos en un tren más tarde, y cuando llegamos al estadio, Mark Johnson nos dijo que John había dejado la banda y quería irse a casa inmediatamente. Aún así, debíamos ir a Australia después de Japón, e iba a ser nuestra primera gira por Australia. Eso era increíblemente importante para nosotros, porque era una tierra que amábamos, era la tierra natal de Flea, era la nueva tierra de leche, miel, sol y mujeres, simplemente un lugar mágico. Así que había pánico en los ojos de Lindy, de Flea y en mi corazón. Tuvimos que hablar con John inmediatamente, aunque la decisión final ya había sido tomada. Fuimos de vuelta al cuarto donde se escondía John. “Tengo que dejar la banda, tengo que abandonarla. Tengo que ir a casa de inmediato, ya no puedo hacer más esto,” me dijo. “Me voy a morir si no dejo esta banda ahora mismo”. Vi la mirada en sus ojos, y sabía que no había otra opción. Era inútil tratar de hablar con el para que se quede. Me vino un alivio inmenso. Lo último en el mundo que querría que pasara estaba pasando, pero gracias a Dios, el se estaba yendo, porque por más que iba a doler, el alivio de no tener que tratar con el drama día a día iba a ser más grande que el mismo dolor y sufrimiento impuestos. Lindy estaba preocupado por el estadio lleno de gente. Finalmente, hicimos que John este de acuerdo en dar el show antes de que tomara un avión y se fuera a su casa. Fue el show más horrible que nunca. Cada nota, cada palabra, dolía, saber que ya no éramos una banda. Me quedé mirando a John y veía a una estatua muerta con desprecio. En cierta forma, deseo que hubiéramos cancelado y devuelto toda la plata a todos en lugar de tenerlos como testigos de esa muestra de falta de energía. Y esa noche John desapareció del alocado mundo de los Red Hot Chili Peppers. 222 Capítulo XI Deformado Mientras nosotros estábamos en Japón, pensábamos un plan. Queríamos ir a Australia, donde conocimos a nuestro amigo Zander Schloss, quien toco en el lugar de John. Zander. Era talentoso tocando la guitarra y podía leer y componer, era un pequeño estudioso con una estrafalaria y divertida sensibilidad. Nosotros teníamos siete días para enseñarle nuestras canciones de rock que teníamos preparadas para Australia. Zander nos conoció en Sydney, y empezamos un entrenamiento intensivo de dos días. Pero dos días después, estaba claro para Flea y para mí que no era buena cosa. Zander podía tocar las canciones pero no se sentía como los Red Hot Chili Peppers. En este punto nosotros decidimos que mejor cancelábamos los conciertos que presentar una media versión de nosotros mismos. Cuando nosotros se lo contemos a Zander, el estuvo desolado. Ten en cuenta que el tenia que estar en la banda cuatro años en lugar de cuatro días. “Oh Dios mío, justo cuando yo iba a hacerme rico, estaba empezando el mas increíble futuro que imaginaba pero estoy a ocho mil kilómetros de casa” dijo Zander “Tengo que ir a devolver los tickets?” Nosotros le aseguremos que no le estábamos tomando el pelo, y que nos quedemos en Australia durante unos días más disfrutando del tiempo y las chicas preciosas. Yo era simpático con Greer Gavorko, un Nuevo Zelandes que era uno de nuestros miembros del equipo. Cuando el me mostró las fotos del reciente viaje en Tailandia, yo pensé “Estoy en Australia como si estuviera al lado de Hollywood. No tengo ni idea de lo que me prepara el futuro, porque nosotros ahora estamos flojeando tanto en la vida como en la banda. Mi mano derecha, en la persona de John Frusciante, justo se ha largado dejándome con los cojones al aire. Así que porque no me voy a Tailandia yo solo?” Greer me recomendó algunas islas en el Golfo de Sian. Así que volé hacia Bangok, pase la noche en el hotel del aeropuerto, luego volé hacia el sur y tomé un bote hacia Ko Sumai. Era una isla preciosa, y el tiempo era perfecto, pero el lugar estaba a rebosar de fiestas animales. Había coca, mala música, y mujeres preciosas casi desnudas en pleno éxtasis. Pero yo no había viajado a Tailandia para meterme a mi mismo en un mundo de fantasía, así que viaje a la siguiente isla, Ko Pha Ngan. Era un poco más relajada y bonita, pero yo estaba descontento, así que seguí las recomendaciones de unos nativos y me fui a Ko Tao, una pequeña isla con hoteles. Ko Tao era exactamente lo que yo necesitaba y soñaba. Alquile una pequeña casa de una familia Tailandesa y estuve una semana, buceando cada día. Cuando deje la isla me sentí recargado y sereno, y más preparado para tratar con John si aparecía. En 223 cuanto volví, Flea y yo fuimos al tablón de dibujos. Nosotros éramos familiares con una banda en L.A llamada Marshall Law, que estaba constituida por dos hermanos, Lonnie Marshal en el bajo y Arik Marshall en la guitarra. Ambos eran funky, bichos raros pero prodigiosos con sus instrumentos. Ellos estaban en el centro sud, y eran medio negros y medio judíos, viejas costumbres mezcladas. Yo los había visto varias veces y a Arik tocando la guitarra, especialmente, me arrancaba. Era funky pero con algo de rock duro e inventiva. Nosotros hicimos varias audiciones, incluido un tipo llamado ‘Cabeza de cubo’, quien quería tocar con su conjunto de trabajo del Kentucky Fried Chicken con un cubo en su cabeza que era un sombrero con un pollo. Cuando Arik hizo un jam con nosotros, fue divertido e inspirado, así que cuando acabo lo contratemos y el se introdujo en nuestro insano mundo. Aunque nosotros justo habíamos perdido a John, quien era un elemento fundamental en el inesperado suceso de BSSM, los promotores, MTV y la industria de la música no quería saber nada de nuestro final, porque nada tenia que parar. Teníamos un gran tour en América ese verano. Lindy tenía algunos festivales europeos para Junio. Afortunadamente para nosotros, Arik era un estudiante increíblemente rápido. El podía escuchar una canción en la radio, y en unos dieciséis segundos, el tocaba eso con el mismo espíritu que el original. Pero yendo a Bélgica unas semanas el tuvo su bautizo con la banda ante setenta mil personas. El estaba petrificado. Nunca había salido de L.A., y ahora el estaba en un país exótico en el Norte de Europa donde se hablaba tres lenguas. Arik era extremadamente introvertido, así que trato toda esta presión durmiendo. El hijo de puta quería dormir todo el día y toda la noche, y cuando nosotros estábamos en la caravana por el camino a otro show, quería dormir aun mas. Pero nunca dejo de hacer un concierto. El siempre subía y tocaba apagado como un imbécil. Lollapoza era un como un pequeño gran pacto para nosotros. Era el segundo año de ese festival, y para nosotros la idea era viajar a través del país con un grupo de maniacos apelándonos. Si alguna vez has sido parte del festival, sabes que la presión se puede cortar. Y si tú has sido el titular, tú no tienes que llevar el peso de esos shows. Desde que empezó la banda, gracias a Dios, todos los shows no eran así. Mas tu podías conocer interesantes actores que tu nunca encontrabas si no era allí. Yo nunca fui fan de los Ministry, pero ellos acababan llevándome lejos cada noche. Yo no se como pero siempre iba hasta arriba bebido, colocado de heroína, cocaína y pastillas y salía de allí exprimido de todo esto. Después de varios shows en el tour, todos empezábamos a estar hartos unos de otros o de alguna otra cosa. Ice Cube estaba rockeando en la casa y Flea y yo aprovechamos para cantar. Bailamos, felices de ser parte de su pelotón. Entonces el empezó con “Higher Ground”. Eddie Vedder, quien estaba con Pearl Jam, quería cantar como apoyo 224 para Soundgarden, pero con su actitud de humilde sirviente de la música, el estuvo fuera atrás del escenario. Chad toco la batería en una de las canciones Ministry. El show fue muy “lovefest” excepto por Jesús y Maria Chain, un grupo británico que fueron algo ácidos. Yo me uní con uno de esos grandes gangsters saomans llamado la Tribu Booyaa, quienes estaban tocando en un escenario secundario. Yo estaba cautivado, escuchando sus historias de sus guerras de gangsters en el este de L.A. Ellos me contaron que sus amigos querían disparar y que no sabían donde porque eso era muy grande, así que anduvieron por allí durante varios días con balas entre ellos. Para el final del tour, yo vi un de los chicos de la Tribu Booyaa venir al escenario durante “Higher Ground”, y el alargo su brazo, me saludo, y me saludo como si fuera su capataz. Yo rockee toda la canción sentado como un perrito bajo su brazo. Nosotros teníamos algunos elementos especiales para nuestros shows en Lollapalooza. Construimos un gigante Twilight Zone psicodélico, mirando la rueda espiral nosotros estábamos en el centro del escenario adrede por la hipnosis. Pero la ultima en ponernos era unos gorros con fuego que nosotros nos poníamos para los encores. Pero cuando tu estas tratando con fuego con un sistema deliberado esto te obliga a tener algo de miedo. Estábamos preparados para escupir fuego, pero en algunas noches, ya intentábamos no darnos golpes o estar demasiado cerca para no darnos un empujón. Esto debilita mucho. En un lugar, el que se encargaba del fuego decidió parar el show. Lindy lo uso para ganar dinero extra, y cuando el jefe le contó que se acababa lo de llevar cascos, Lindy pregunto: “Cuanto?” En otra ciudad, el jefe del fuego requirió a nuestros alrededores bomberos, que estuvieran preparados. Este fue un tour salvaje para nosotros. En Septiembre del 1992 nosotros tocamos en los premios MTV y nos llevamos dos awards, uno por el video “Give It Away” y otro por “Under the Bridge”. Esto debió ser incomodo para Arik, recoger los arwards por el trabajo que John había hecho. Nosotros estábamos llenos de nosotros mismos, de lo detestable y ruidoso de esa noche. Cuando subimos a recoger nuestro arward por el video de Give It Away, Flea simulo masturbarse. Yo tenia una lista de trece personas a las que quería dar las gracias: artistas, músicos, cámaras, escolares y Satán… Cuando volví a Florida, mi abuela, que era una devota cristiana, no me dijo nada ni vino a verme. Una semana mas tarde, le pregunte a mi madre porque no había recibido mas cartas de la abuela Kiedis y ella me dijo: “Ella piensa que tu estas adorando a Satán”. Tuve que escribirle una carta para su 80 cumpleaños, explicándole que yo no era satanista. Nosotros fuimos a Australia y Nueva Zelanda para hacer los conciertos que habíamos cancelado. Después de los shows, cada uno volvió a casa, pero yo decidí quedarme a explorar el país. Yo tenía una habitación en un hotel de alta decoración en la ciudad de Auckland y allí 225 viví con Greer, quien era un nativo kiwi. Una noche estábamos jugando al billar cuando una chica morena de pelo largo entro en la habitación. Ella estuvo en el bar mirándome, yo tomé coraje y me acerque a ella. “Que haces aquí?” le pregunté, como si ella estuviera fuera de lugar en ese sórdido bar. “Yo he venido ha encontrarte” explico “Escuche que estabas en la ciudad y vine a por ti”. Julie me encontró. Nosotros estuvimos el resto de mi estancia juntos. Viajamos a Rotorua y vimos unos grandes lagos con minerales. Rompimos en un parque nacional e hicimos el amor al borde de un hoyo de barro que estaba en una gran construcción. El uno de noviembre celebremos mi 30 cumpleaños en la casa de la playa del señor y la señora Murdoch, quienes eran los directores de la Warner Brothers Records en Nueva Zelanda. Ellos hicieron un picnic en la playa para mí. Esto fue acido y dulce para mi. Yo estaba lejos de mi casa, con unos relativos desconocidos. La banda estaba haciendo cosas buenas, pero no estaba en buen momento. Desde que John nos dejó, nosotros teníamos que vigilar en no parar a mirarnos en el lago de la perfección, teníamos que seguir adelante para sobrevivir. Yo estaba sin el verdadero amor en mi vida. Mis amigos estaban cerrados y enmarañados. John estaba fuera del cuadro. Flea y yo estábamos cada vez mas alejados. Bob Forrest estaba adentrándose en la exploración de las drogas. Yo me sentía como un hombre solo. Con nada que me convenciera volví a casa, yo había decidido ir a la aventura a Borneo. Desde que era un niño, yo siempre leía sobre las localizaciones mas remotas de la jungla tropical en el mundo, y había leído de todos los lugares, desde Mongolia a Papua, nueva Guinea y Tuva, Borneo siempre me pareció el más remoto, el menos occidentalizado, un lugar donde tu podías volver atrás en el tiempo y ver como era la vida antes de la industrialización y de las criaturas confortables. En nuestras visitas a Ámsterdam, yo le ofrecí mi amistad a un salvaje artista de tattoo llamado Hank Schiffmacher. Hank también conocido como Henky Penky, era un icono en su país, asociado como un ángel del infierno, como un abusador de alcohol, drogas y chicas, un holandés de grandes proporciones. Hank había inyectado mucha tinta en mi piel y en el procesos nosotros nos hicimos íntimos. Así que cuando le sugerí visitar a Borneo para encontrar técnicas primitivas de tatuar. Yo tenía imágenes de Mogli en el libro de la selva, andando entre orangutanes, nadando por ríos, comiendo moras y conociendo chicas nativas desnudas en medio de la naturaleza. Esto era bastante alejado de la realidad. En un mes hicimos el viaje. Lo primero que pensé era que nosotros íbamos hacia una isla de la tribu Punandaya, quienes practicaban el canibalismo, según había leído en reportajes de 1960. Pero Hank traía a un fotógrafo que creía que sus fotos eran las más importantes que la humanidad o la dignidad de las culturas extranjeras. Hank 226 también trajo un chiquillo que siempre estaba en su tienda de tattos, era un empleado de un banco que nunca había salido de Holanda. Así que nosotros éramos un equipo variopinto que nos conocimos yendo hacía Jakarta, Indonesia, para planear nuestro viaje. No me gustaba Jakarta, una magapolis tercermundista saturada con tráfico y contaminación que rebosaba de una energía que fundamentalmente no daba la bienvenida a la ciudad. Estábamos lejos de Kansas, pero cada vez que íbamos al bazar o a la plaza del mercado o en cada barrio de chabolas, yo estaba rodeado por las risitas de las chicas Indonesias. Ellas estaban vendiendo camisetas de contrabando de los RHCP. Era irreal. Desde Jakarta nosotros tomamos una serie de pequeños aviones hacia Pontaniak, una ciudad en la costa este de Borneo. Allí empezamos la aventura. Planeemos cruzar el centro de Borneo desde Pontaniak hasta Samarinda. Estuvimos en Pontaniak un día. Entonces cogimos un ferry y fuimos por el río hasta el centro de isla. El río empezaba enorme, como el Mississipi, y cada vez se hacia mas y mas estrecho según nos adentrábamos en la jungla, hasta que se volvía como un furioso río veloz que era capaz de cuadriplicar en tamaño en un santiamén. Todos estábamos con un espíritu fantástico, viendo esa preciosa confluencia de dos ríos, veíamos miles y miles de jungla diezmada. Las industrias se habían infiltrado en esa antigua civilización y había talado el bosque. Después cambiamos a un bote pequeño, alcanzamos una aldea de pescadores de Putussibau, el último pueblo antes de enfrentarnos con la verdadera jungla. Putussibau era dos calles una transversal, y un misionero holandés nos alerto sobre los peligros que había, como la malaria y las serpientes venenosas. Todos nos vacunamos contra la Malaria. Nosotros estábamos completamente sanos y si agarrábamos la Malaria conoceríamos la muerte. Al día siguiente nos pusimos en marcha en nuestro bote. Paramos después de varias horas para explorar un autentica gran casa, era un versión en la jungla de un apartamento, excepto en que todos vivían juntos compartiendo una casa. Entonces nos adentremos en la jungla. Fuimos mas allá, nos aseguramos el agua, la escasez de aldeas era una dificultad en general. Entonces empezó a llover. Después cambiamos a botes cada vez más pequeños, nosotros lo hicimos en Tong Jang Lokam, la última aldea antes de entrar en las montañas y los peligros, para viajar en bote. Teníamos nuestros guías de Punan, una tribu considerada los maestros del bosque. Los Punan locales seguramente cruzaban las montañas en cinco días, pero esto era si contar con cuatro chavales blancos y lentos. Estaba preocupado con los guías que habían sido escogidos para nosotros, porque uno era un abuelo y otros adolescentes. Yo no podía comprender si nosotros estábamos guiados por honorables guías o cualquier nómada que conocía la ciudad. Estuvimos uno o dos días en la aldea y luego partimos a pie. Era un paisaje salvaje, como nada que yo hubiera visto. La densidad, el sonido, la humedad, todo evocaba a 227 sentimientos prehistóricos, especialmente cuando tuvimos una gigante bandada de pájaros volando encima de nuestras cabezas. Era una realidad diferente. Después de un día de excursión tuvimos que volver por los senderos. Eran mojados y sucios. Cuando anocheció, necesitábamos encontrar bebida y un espacio a nivel protegido de las lluvias inevitables. Tropezamos con un viejo decrepito pueblo de avanzada lleno de chabolas, los edificios estaban asomados por encima de grandes barrancos. Nuestros guías nos contaron que estaríamos en una de ellas. No invitaban a eso, las estructuras estaban llenas de insectos y telas de araña, estábamos como sardinas durmiendo en nuestros sacos de dormir. Yo estaba empezando a dormitar, medio consciente de las arañas que estaban encima mió, cuando, de repente todo mi cráneo empezó a vibrar. Sentía como si un pájaro carpintero trabajara dentro de mí. Yo estaba aterrorizado, temía que hubiera probado un veneno toxico que estuviera trabajando mi sistema nervioso, así que me levante gritando a Hank para que me ayudara. La horrible vibración en mi cráneo se estaba intensificando y yo no podía aguantar un minuto más de esa agonía así que le rogué a Hank que cogiera su linterna y mirara dentro de mi oído. “No, yo no veo nada... ARRGGHH!!” el chillo y bajo la linterna. Un enorme sentido de alivio cayó sobre mi y mi cabeza paro de vibrar. “Oh Dios mío!” dijo Hank “Un pequeño animal se ha escurrido fuera de tu oreja, muchacho”. Había salido una cucaracha que de alguna manera se había colado en el canal de mi oreja y se había metido allí. La luz lo había echo salir de mi cabeza. Yo estaba contento de haberme desecho de eso, pero entonces yo empecé a preocuparme que hubiera dejado huevos dentro de mi cabeza y mi cerebro fuera la comida para una familia de insectos. Pero después de un rato, la obsesión me abandono, probablemente porque yo estaba también ocupado en tratar con las sanguijuelas que estaban empezando a hacer una madriguera en mi cuerpo. Porque la jungla era densa empezamos a buscar ríos, que eran de la profundidad de nuestras rodillas. Mientras estábamos en el agua, las sanguijuelas querían nadar y atacar nuestra piel. Ellas querían chupar tu sangre, volverse enormes y cada día las quemábamos con una luz Marlboro. Entonces las echábamos al viento porque se podían infectar. No podíamos dejar atrás las sanguijuelas en el río, ellas iban por los árboles, esperando que tú pasaras por abajo para echarse encima de ti, ellas estaban viniendo desde todos los ángulos posibles. Después de cinco días de expedición, teníamos nuestra mayor crisis. Nuestros guías comprendieron que estábamos totalmente perdidos y empezaron a reunirse para encontrar que hacer. Ni una idea ni una dirección que tomar. Nuestra comida se estaba acabando y yo tenia la impresión de que nos miraban como “dejen de comerlo todo o nosotros los mataremos para comerlos”. Pero yo pienso que el abuelo noto aquella conmoción, y nos propusimos encontrar el camino. 228 Entonces la enfermedad empezó. Yo empecé a sentir fuertes nauseas, diarreas y vómitos. No tenía elección y marché tenso varias millas durante días, escalando montañas y acantilados, llevando un duro paquete en la espalda. Yo no podía dormir, durante la noche, tenía diarrea y vómitos simultáneamente y empecé a tener alucinaciones por la deshidratación y la falta de comida y de sueño, pero me aferré a la supervivencia y empecé a sacar mi cuerpo hacia delante. Empezamos a separarnos, mandando grupos a escalar las cimas de las montañas y figurarse donde estaba el gran río Makahan. Una vez que lo encontráramos volveríamos a casa. Un día me marché con un guía y escalamos hasta la cima de una montaña cercana. El único modo de volver era bajar por una escarpada bajada, que estaba, cubierta por plantas nudosas y duras. Yo bajé paso a paso bajando el acantilado pisando esas plantas. Fuimos a un lugar donde no había firmeza, así que ahora dependíamos de la fuerza de las plantas para no caer. El fue bajando, pero cuando fue mi turno me cuestioné cuanto peso podían soportar. El me aseguró que estaba bien. Yo estaba quieto y dubitativo. Al minuto yo bajaba por el acantilado y ponía mi peso en las plantas. Ellas rasgaban el terreo de el acantilado y yo iba cayendo sobre ellos. Ahora no había nada para salvarme, caería con aplomo sobre una certera muerte entre cientos de rocas bajo mis pies, excepto que las plantas aguantaran mi peso. Mi guía estaba seguro encima de mí riéndose histéricamente. Yo estaba lleno de arañazos y estaba desenredándome a mi mismo, estaba fuera de peligro. Días después volvimos por el Makahan, ese montañoso río de profundas, azules, rápidas y traidoras aguas. Estábamos a varias millas del océano, pero ahora viajamos en un bote que pudimos alquilar en la primara aldea que encontremos a veinte millas río abajo. Celebramos esto en la orilla, besando el suelo y espiando los botes locales. Tenían un ciervo entero y nuestros guías nos engatusaron dándonos pierna de ciervo y tortuga. Yo era vegetariano desde hacia unos años, pero no tenia escrúpulos para comerme ese mal guiso de carne. Después de que los nativos discutieran, nuestros guías alquilaron un bote para el siguiente día. Entonces nos atemorizó la lluvia que caía. Estábamos en un cañón y esta no tenia orilla, estaba entre escarpadas rocas y el río se elevaba y se desbordaba sobre nuestro camping. Subimos la escarpada cuesta que tenía vegetación y algunos árboles, pasamos la noche arriba la montaña, descansando los pies en los árboles. El día siguiente nuestro bote apareció. Nosotros decidimos viajar hacia el océano y nos despedimos de nuestros guías quienes se dieron la vuelta entre las montañas para volver a sus aldeas. Esa noche paramos en una aldea para alquilar una habitación, pero mi fiebre había vuelto con creces. Otra vez estuve toda la noche vomitando en extremo, sintiendo que me debilitaba y que no viviría mi vida entera. A mi estado no le ayudo cuando llegaron noticias unos días mas tarde, un equipo de Australianos habían echo la misma expedición y habían muerto todos en un santiamén. 229 Al día siguiente yo estaba tan enfermo y desesperado por volver a la civilización que fui a una base local de comunicaciones, tomé un walkie-talkie y pedí que un helicóptero viniera a buscarnos. Hank y yo fuimos en helicóptero hasta Balik, donde encontré a un doctor que me receto algunos antibióticos, pareció que me había salvado al borde de no poder curarme la enfermedad. Me abrasé a Hank y nos separamos. Nuestro lazo se había fortalecido después de haber sobrevivido a la muerte y cruzar la jungla. Cuando volvía a Los Ángeles me pare en Nueva Zelanda, yo estaba muy quieto pero me sentía bien. Unos días mas tarde, cuando volé a Los Ángeles, me senté cercano a la salida. Cubos de dulces empezaron a pasar delante mió, mi fiebre aumento vertiginosamente y empecé a alucinar de nuevo. Cuando desembarque yo apenas podía bajar del avión. Después de estar un día en mi sofá, me fui al centro medico de UCLA, donde estaban desconcertados por mi estado. Ellos me dieron algunos analgésicos, yo estaba complaciente para todo aunque estaba sobrio. Pero ahora volvía a casa entre febril, sedado y sudado. Volví al medico, pero esta vez en el Cedars-Sinai, donde después de unos días de pruebas ellos determinaron que yo tenia una extraña enfermedad tropical llamada la Fiebre Dengue. Por supuesto, sabía lo que tenia que hacer y el tratamiento era a base de potentes antibióticos. Me recuperé, aunque tuvimos que cancelar nuestro show de fin de año en San Francisco. Yo estaba bien cuando volamos hacia Brasil para unos grandes shows en Enero. Era la cuarta noche del festival y nosotros alternábamos noches con Nirvana, la otra banda que hacia shows en Rio y Sao Paulo. Volamos todos juntos en un gran 747 y era una situación festiva, pero nada podía prepárame para la recepción que nos esperaba en Brasil. Aunque Nina Hagen me contó que aunque el resto del mundo la hubiera olvidado ella podía ir a Brasil, donde era recibida como los Vétales. Yo no podía creer el fervor de los fans brasileños. Necesitamos miembros de los servicios armados para ayudarnos a dejar el hotel. Los fans tenían una exhuberancia que bordeaba el peligro. El día antes nosotros habíamos tocado en Río, tuvimos policías de escolta y nos adentremos con un ferry en una Favela (un barrio extraño donde la policía tenia miedo de entrar) para ver un autentico grupo de Mardi Grass Samba en acción. Nosotros estábamos fuera de combate por ver ese soul Sud Americano Madre Tierra y la pompa que nosotros invitamos a la esquina del escenario para jamear con ellos la próxima noche. Y lo hicieron. Al menos quisieron ensayar dos veces, todos ellos dieron lo mejor de si mismos. Chad no sabía que hacer, así que empezó a dar golpes en la batería y ellos empezaron a tocar a la vez, sacudiendo sus palos percusívos, bailando y cantando. Flea encontró su momento de entrar a tocar y Arik empezó a tocar algo de funky que había practicado. Yo lo tenía duro para encontrar el momento de entrar con dos chicas que bailaban Samba a cada uno de mis lados conmigo y nosotros bailábamos y tocábamos 230 un jam psicodélico extraño. Nirvana tocaba la siguiente noche y estábamos nerviosos por verlos. Mientras, Courtney Love hacía un increíble espectáculo de ella misma en cada momento que podía. Yo nunca vi nadie que tuviera tanta atención, focos y drama. Ella estaba fuera de control. Cuando un cámara dirigía su cámara hacia un grupo de gente, Courtney volaba hacia allí, grabándose con cualquiera como si fuera su mejor amigo. No vi mucho a Kurt, el estaba muy recluido. Yo estuve un rato con el en el camerino antes de su segundo show. El estaba estropeado por las píldoras, pero eso nunca afecto a sus actuaciones, estaba callado y retraído. Pero tenía un disparatado estilo, vestía una buena combinación de colores y jerséis de muchas telas diferentes. Nirvana acababa de terminar su tiempo de ambas noches. Ellos tocaron muchas canciones nuevas y presentaron In Utero. Entonces cambiaron los instrumentos y empezaron a tocar algunas canciones de los 70 como “Seasons in the Sun”. Durante uno de los dos shows, Kurt hizo un demente solo de guitarra en los últimos diez minutos. El acabo en la audiencia tocando destructivamente con la guitarra. Cuando volvió al camerino la gente empezó a pelearse por la guitarra, Courtney fue hacia fuera de los vestidores y agarró la guitarra que estaba en posesión de unos niños brasileños. Ella salto al escenario y con orgullo levanto la destrozada guitarra, pavoneándose alrededor y aprovechando cada minuto. Finalmente volvió al camerino, y de alguna manera, Louie, un miembro de nuestro equipo, rompió el cuello de la guitarra. El estuvo inmóvil todo el día. Nosotros volvimos a casa felices de compartir esa experiencia con Nirvana. Todos amaban a la banda. Mientras, el álbum de Blood Sugar Sex Magik estaba todavía rodando e iba para largo. Yo aun no había usado ninguna de las conciencias del público. Recuerdo haber ido a una fiesta para Lisa Marie Presley en un avión hasta un hangar en Santa Mónica por ese tiempo. Yo fui al lavabo y entonces un hombre de negocio que estaba al lado de mi orinal me observa y me reconoce. “Oh Dios mío! Tu eres ese!” dijo mientras empezaba a cantar una versión de Under the Bridge. Otra vez yo iba con mi mountain bike hacia mi casa, y un coche fortuitamente estaba a mi lado, y yo pude escuchar Under the Bridge dentro de ese coche. Me di cuenta que nuestra música estaba ahora en el publico mas amplio y que ya no éramos solo un fenómeno underground. Esto me hizo un poco más tímido y cerrado. Irónicamente, Flea y yo habíamos gastado mucho tiempo de nuestras vidas llamando la atención para crear espectáculo, haciendo cosas estrafalarias para ver, escuchar y sentir. Una vez, tiempo atrás en Fairfax High, nosotros descubrimos que en la esquina de Westwood y Wilshire Boulevard había la mejor valla publicitaria en el mundo. Así que bebimos un poco y fuimos hacia la esquina, nos subimos a un poste y saltamos hacia una enorme valla publicitaria que nos miraba con desprecio desde la intersección. Nos desnudamos 231 y empezamos a bailar, moviendo nuestros culos a cada transeúnte que nos miraba. Yo me sentía como si todo el mundo nos estuviera viendo y me sentí bien, un momento memorable cuando podíamos ser exhibicionistas, actores, demonios y jóvenes infractores de la ley, todo al mismo tiempo. Ahora estábamos en esa valla publicitaria pero bailando desnudos delante de ellos. Pero yo no sentía la obligación de luchar para la atención o para jactarme sobre lo salvaje de nuestra música nunca más. Ahora era el momento de crear mas cosas. Flea y yo empezamos a escribir y estábamos esperando con ilusión una conexión con Arik y explorar su mente y sus talentos musicales. Después de acabar el tour, Arik alquilo un bonito apartamento cercano a mi casa. Pero cada vez que yo intentaba quedar con el para trabajar juntos, el no estaba disponible. Nosotros acabamos por ir a su casa y llevar algunas letras y una mal pensada cinta para que se sintiera a gusto y sacara la guitarra al momento, pero en cambio, el no reacciono. No entendió la llamada, no dijo “Tengo algunas ideas”. Esto no fue para largo después de que decidiéramos que el no era un buen compañero y nosotros estuvimos buscando otro. Así que la mejor idea que tuvimos fue hacer propaganda para una audición de guitarristas. Estábamos dispuestos a hacer una audición a cada guitarrista del mundo hasta encontrar al mas perfecto, talentoso, lleno de sentimiento y divertido guitarrista que hubiera, pero no se podía trabajar de ese modo. Era como encontrar una esposa y esperas que ella se cruce en tu camino. Nosotros hicimos una llamada en Los Ángeles Weekly y tuvimos audiciones. Era un circo y no nos llevo a ninguna parte. Algunas personas podían tocar, pero muchos chiquillos habían venido para conocer a la banda. Por ese tiempo yo vi una banda llamada Mother Tongue en el Club Lingerie y me gusto el guitarrista, un chavalin llamado Jesse Tobias. Le conté a Flea sobre el chico y decidimos contratarlo. El era definitivamente con el que habíamos tenido mas química de todos con los que habíamos probado, pero Flea no estaba muy seguro de que el tuviera la técnica ni el registro para tocar nuestra música. Al final, lo contratemos y empezamos a escribir música. Después de varias semanas, algo no iba bien. Nosotros tocábamos y tocábamos con Jesse, pero no estábamos satisfechos, particularmente Flea. Yo ya estaba cansado de insistir en que podíamos trabajar cuando Chad vino hacia mi y me dijo: “Siento que Dave Navarro esta preparado para tocar con nosotros” Dave siempre había sido nuestra primera elección desde que John se fue. Nos acerquemos a el rápidamente, pero el no quería estar en otro proyecto después de haber roto con Jane’s Addicion. Finalmente, Chad que había estado con el, estaba seguro de que Dave quería tocar con nosotros. Esto era la situación ideal, porque cuando Dave estaba en Jane’s Addiction, ellos habían inventado sonidos virtuales y habían compartido un espíritu de la música que era único y enormemente emocional, y fue una de las voces de L.A. por mucho tiempo. Era un arte pasional y original que venia de los lugares mas apropiados, con 232 toda la indicada demencia y amor. Así que echamos a Jesse y contratamos a Dave. Navarro estaba en la mejor línea. El nos contó “Yo he escuchado un rumor en la calle de que la razón de que echaran a Jesse es que el era lindo y estaba atrayendo la atención de las chicas lejos de ti. Y que por eso me contratan. Que me dices de eso?” El tenía un sentido del humor sarcástico. Cuando el llego a la banda, eligió unas púas de guitarra que nunca habíamos tenido en la banda, después su nombre, era cuestión de marca. Con Dave en la banda era inevitable que nuestro sonido cambiara. El tenía un estilo diferente del que teníamos antes, pero era muy competente y aprendió rápido nuestras canciones. El no aprobaba la misteriosa esencia funky, pero no se estreso por eso, nosotros lo preparemos para explorar otros territorios. Yo no podía pronosticar su increíble amabilidad. El era muy sensible, tierno, una de esas personas correctas con una perfecta combinación con el humor sarcástico. A pesar de todo eso, empezábamos con un recién llegado, porque nadie se había ajustado ni de lejos a nuestra dinámica. John había dejado una verdadera anomalía cuando se largo. El lo había echo todo tan fácil como con Hillel en algunas cosas, como en crear música, aunque yo había conocido a Hillel muchos años. Yo ya me había figurado que así era como eran todos los guitarristas, que les mostraría mis letras y cantaría un poco y que al momento el ya tendría una canción. Pero yo vi que las cosas no eran así con Dave. Recuerdo haber ido a la casa de Dave y que quisimos aprender una canción de los Beatles juntos, pero eso fue mucho mas lento, tuve muchas mas dificultades que en el pasado. Nos gustaba Dave, pero sin saberlo, el se estaba sintiendo como un forastero. Yo no creo que el supiera lo dispuestos que estábamos a hacerlo un compañero igual. El había estado en medio de muchas luchas con Perry Farell en Jane’s Addicition, y ellos escribían estilos independientes, así que el no estaba preparado para nuestro estilo colaborativo. No fue hasta meses mas tarde cuando el me contó que estaba seguro que lo echaríamos en un minuto. A finales de Octubre del 1993, decidí hacer un pequeño viaje a Nueva York para celebrar mi cumpleaños, en compañía de mi buen amigo Guy Oseary de Maverick Records, alrededor de las fiestas de la semana de la moda. Guy estaba caliente en el pase de Kate Moss y yo no tenia aversión para moverme con el a recorrer shows. Estuvimos en el Royalton y mas tarde fuimos a la fiesta de Halloween. Unas pocas horas después de haberme dormido, el teléfono empezó a sonar. Lo tomé, era mi padre. El estaba en estado frenético, farfullando “Has escuchado lo que ha pasado? River esta muerto”. Yo me había despertado hacia medio minuto, así que tarde unos segundos en procesar la información. Después yo lo llame otra vez y me contó que River Phoenix había muerto la noche anterior en un club de Los Ángeles por una sobredosis de droga. Una vez más, yo me sentí increíblemente perdido. Llame a Flea, 233 el había acompañado a River en la ambulancia desde Viper Room hasta el hospital, y ambos sollozamos bastante durante un rato. River no era mi mejor amigo, pero el era un espíritu de la humanidad encantador, el vivía cada día de un modo libre. Era mi cumpleaños, pero yo no estaba para celebraciones. Estuve el día con mi amiga Acacia, quien había sido novia de Flea y Joaquin, el hermano de River. Yo fui a su apartamento en Chinatown y nos echemos juntos en su litera, llorando. Yo estaba echo polvo y hundido. Volví al Royalton y Guy me agarró y me forzó a ir a comer fuera para celebrar mi cumpleaños. Como Guy tenía por costumbre, fuimos al restaurante de moda del momento. Juguamos al billar y entonces Guy me arrastro a un lugar llamada Soul Kitchen. Había un buen DJ esa noche y escogí para bailar mi lejano blues. Cuando volví a nuestra mesa, había un grupo de gente alrededor de Guy, incluidas dos chicas calientes que eran modelos y que hacían las cosas típicas de las modelos jóvenes: beber alcohol y fumar Malboro. Yo no podía apartar mis ojos de una de ellas, era como un duendecillo con un pelo corto muy marimacho. Yo no podía creer que ellas no fueran novias, pero justo se estaban besando a propósito. No hicimos un intercambio esa noche, pero ella me contó que iban a hacer una pasarela de Calvin Klein el día siguiente. Pero ahora mis ojos estaban puestos en esa chica. Yo estaba loco por saber algo sobre ella, y no fue una simple reacción biológica que yo quisiera acostarme con esa preciosa chica, tambien tenia un sentimiento metafísico sobre ella y nuestras posibilidades. Le conte a Guy sobre esa atracción y el me dijo que tenía varias opciones abiertas. Entonces el día siguiente fuimos a la pasarela de Calvin Klein y allí estaba en una foto en la cubierta del periodico Daily W. para el show. Entonces Guy empezó a tener más interés por ella. La miramos pasar y sentí el encanto de Cupido por todas partes. Yo tenia una increíble tendencia a estar delante de mi mismo en esos asuntos, si yo veía una chica que me gustaba, pensaba que nunca seria capaz de hablar con ella, pero entonces yo me sentaba, la miraba e iba para allí. “Yo podría casarme con esa chica. Ella parece que será una buena madre y una buena compañera sexual”. Yo estaba convencido que la joven Jaime Rishar pensaba del mismo modo, ella seria mi chica. Esa noche nos encontremos en Indochina, un restaurante de moda en la ciudad, pero nuestra interacción no fue como yo había imaginado. Ella estaba sentada en una mesa llena de chicas, que fumaban mucho, bebían mucho y estaban totalmente serias. Yo me mostré con Guy, esperando que ella viera que el momento perfecto para acercarse a mí, pero ella estaba distante y con cara asqueada. Yo fui paciente y tolerante. Christy Turllington empezó a hablar a Jaime y le lleno la cabeza con información negativa sobre mi: “Estate lejos de aquel, es un mujeriego y un cerdo, el va a echarte un polvo y después te dejara... blah, blah, blah”. Yo empecé a perder algo de mi interés en Jaime, pensando que ella era muy joven y que estaba muy protegida por su microcomunidad. Pero yo sabía que no todo tenia 234 que ser de ese modo, y es verdad que algo me decía que yo podía verla yendo a mi casa y desnuda en mi cama. Así que la metí en un taxi y le pregunte si quería venir a mi casa para dormir juntos pero que no por eso teníamos que empezar un romance. La siguiente noche tuvimos un encuentro sexual fuera de control. Ella se movía de un modo que parecía imposible para una chica de su edad, diecisiete. Ella se comportaba como una adulta, de hecho recuerdo cosas “Wow! Es una pornostar la chica que vi?”. Yo volví a Los Ángeles y estuvimos cada noche hablando por teléfono. La primera noche que hablemos ella dijo: “Tengo un pequeño problema. Estoy viendo un chico y tengo que dejarlo sabiendo que nosotros estamos juntos”. Hizo eso. El era un niñato mimado hijo de un multimillonario de Wall Street. Ella me dijo que otro problema eran sus padres: no aceptaban la relación. Su padre empezó a dejarme mensajes amenazantes en mi contestador, especialmente después de que el imbécil de su ex novio le contara que yo tenía “AIDS”. Pero Jaime estaba desanimada y empezamos a conspirar e intrigar para que ella viniera a Los Ángeles para visitarme. Al final yo lo llame para convérselo de que yo no tenia AIDS y que yo no era un ogro. Tuve una charla agradable con su madre y ellos dejaron que viniera a visitarme. Yo no recuerdo demasiado su primer viaje, solo verla andando por la habitación vistiendo unas botas de go-go. Yo pense “Aquí es definitivamente donde yo quiero estar”. Nosotros lo pasemos muy bien y nos soltamos de otra manera. Para Navidad era obligado ir a Michigan y ella se unió con mi madre enseguida. Desde ese día, ellas hablaron una con la otra cada día. Entonces volemos a Pennsylvania y yo conocí a sus padres. Yo estaba nervioso, pero fue una bonita reunión. Me conecte con su madre enseguida, ella era dulce y amorosa, una madre clásica y tampoco tuve problemas con su padre. Resulto que el era un verdadero amante de la música en la familia. El tenia montones y montones de “doo-wop” y R&B 45s. Empezó a tocar y Jaime y el empezaron a cantar juntos y bailaron en la cocina. En Enero de 1994, yo llevaba cinco años y medio limpio y no tenia intención de tomar drogas de nuevo. Entonces fui a un dentista de Berverly Hills para quitarme una muela del juicio. Yo había visto muchos doctores y dentistas durante esos cinco años y medio y siempre les decía lo mismo: “Soy alérgico a los narcóticos. Cualquier cosa que me hagas, debes hacerlo con anestésicos locales o algo que no tenga sustancias narcóticas”. El dentista pensó que podía hacer la operación con una local, así que me senté en la silla y me levantó con el gato en Novocain. Empezó a extraer la muela, pero en medio proceso, me contó que estaba gravemente impactado porque tenía que cortarme por fuera de mi boca. El tenía que hacerlo y para eso tenia que darme anestesia. Yo estuve en la silla una hora, así que estuve de acuerdo. Me metió una vía en mi brazo y me 235 pinchó con Valium. La sustancia corrió hacía arriba por mi brazo y dentro de mi cabeza, una dorada turbación de euforia se apoderó de mi. Era la primera en cinco años y medio que me sentía cargado. Me sentí bien, yo estaba bajo su influencia, hacia mucho tiempo que no estaba así y ahora estaba bajo su influencia. El dentista me sacó la muela y estaba entusiasta, cómodo y bien, flotando en una nube, pero justo llegaba una nueva voz en mi cabeza que decía “Tenemos que tener cuidado con esto, enseguida”. Y yo estaba como “No te preocupes. No estamos en lo mismo, hermano” poco después de el que dentista acabara me pregunto si yo sentía dolor. Yo le conté que me estaba doliendo y que necesitaba algo de Percodan. Me miró confundido pero yo insisti que lo que le había dicho antes sobre mi alergia eran todas tonterías y que yo necesitaba Percodan enseguida. Me tomé un puñado de veinticinco píldoras antes de dejar el edificio y en breve me fui a casa, donde solo deje dos en el pote. Ahora el opio se hacia escuchar. Así que al momento, yo decidí que seria buena idea conducir hasta el centro de la ciudad de Los Ángeles y comprar algo de heroína y cocaína. No lo pensé dos veces, no tuve en cuenta mi sobriedad o de donde venia, en ese momento yo estaba muy alto y quería llegar mas alto aún, no era consciente de ninguna consecuencia, nada, cero. Así que conduje hacia mi viejo lugar, Bonnie Brae and Sixth y averigué que aquellos paquetes de buena cocaína habían sido suplantados por el negocio de la crack-cocaína. Yo tomé aquello. Pero la vieja heroína era exactamente lo mismo y sabia que hacer con eso. Yo entre en una farmacia para comprar algunas jeringuillas para pincharme mi dosis habitual para la diabetes, pero olvide que entonces yo era conocido. El farmacéutico me miro y dijo: “Oh señor Kiedis, yo no sabia que usted era diabético”. Yo dije “Si. Diabético. Eso soy yo”. En el camino de vuelta a casa yo pare en una tienda de pías en Sunset Boulevard y compre una gran cachimba moderna. Ellos me reconocieron, pero yo hice ver que era un regalo para una fiesta. Cuando volví a casa no tenía luz, así que encendí el crack con cerillas para dar luz, lo que fue una idea horrible, porque las cerillas no estaban encendidas y tarde largo tiempo en encenderlas. Estuve así durante varios días y entonces hice otro viaje al centro de la ciudad y encontré algo de cocaína. Yo me metía heroína que me tenia totalmente anestesiado y desmayado en mi cama, la cama en la que siempre había estado sobrio hasta ese momento. Ahora mi casa estaba llena de energía negativa, especialmente el baño, que estaba lleno de basura. Cuando me levante, mi primer pensamiento fue “Por favor Dios, cuéntame que esto es una pesadilla...” Yo pensé que con suerte solo había pasado un dos por ciento. Yo me esperaba, diciendo “Vamos, un dos por ciento, cuéntame que fue un sueño, dime que no ha pasado nada”. Me levante tembloroso e inspeccione el baño y me golpee. Que había hecho? Eso no estaba en mi guión. Ahora el que iba a vivir y morir sobrio lo había jodido todo en un tiempo record. No sabia que hacer, 236 estaba pasmado. Ahora que la bestia estaba despierta dentro de mi, yo no debía hacerlo. Parte de mi quería ir con ella, pero una parte de mi estaba avergonzada por lo que me había hecho a mi mismo. Limpie la mesa y pretendí hacer que nada había pasado. Pero me sentía vacío y hundido, como si estuviera hecho de poliestireno. Toda mi fuerza se estaba yendo y mi cabeza se sentía vacía. Mire atrás, yo tenia la oportunidad de ir derecho a alguien y decir “Esto es lo que ha pasado. Permíteme empezar desde el día uno de nuevo”. Yo podía deshacerme del secreto y pedir ayuda, pero no pude hacerlo. Volviendo al rancho, nosotros trabajábamos durante la mañana y después íbamos a comer. Entonces trabajábamos unas horas más y normalmente pasábamos las noches jugando al Poker y atormentando a los vecinos. Era divertido sentarse fuera, bebiendo bebidas después de un largo día tocando y escribiendo, y entonces bromeábamos, nos burlábamos de chorradas y jugábamos a las cartas. Cuando estábamos ambiciosos, elegíamos un día para explorar algunos lugares que yo encontraba durante mis paseos. Nosotros fuimos a bucear con una escafandra y caminamos por un volcán, a todas partes con un helicóptero. Durante todo ese tiempo en Hawai, yo hable con Jaime cada noche durante varias horas por teléfono. Después de un mes de trabajo, nuestro contracto sobre la casa finalizó y cada uno volvió a casa en una semana. Pero me quede en Hawai y Jaime vino a visitarme. Deje que ella se recobrara y volvimos a casa, donde pasamos una primera noche fantástica juntos. Nosotros hicimos un acuerdo: yo no tendría ninguna eyaculación de ninguna manera en su ausencia, no masturbación, no sueños sexuales, no otras chicas. Yo tenía que salvar hasta la última onza de mi semen. Jaime era una chica joven sexualmente, y ella necesitaba repetir, así que ella me dejo con escasez de jugo. Después de aquello, alquilamos una casa de árbol en el magnifico Valle Waipio, con estaba en un enrome jardín del Eden. Pasemos unos días en Maui antes de volver a convocar la banda y trabajar de nuevo. Cuando volvimos, alquilamos una vieja mansión tropical al lado norte de la Gran Isla, con lo que estábamos en un ambiente enormemente diferente. Tuvimos grandes desayunos en la cama y alquilamos el lugar por un mes. Para entonces teníamos medio álbum escrito. Trabajemos pero también tomamos dos escafandras para explorar. Un día mientras trabajábamos nos llamo Lindy, quien nos contó que Kurt Cubain se había suicidado. La noticia enrareció el aire de la casa. Yo no me sentía como me sentí cuando murió Hillel, era mas como “Dios, el mundo acaba de sufrir una gran perdida”. La muerte de Kurt fue inesperada, porque aunque yo lo veía como alguien que estaba como en una misión para perjudicarse a si mismo, yo siempre tuve la esperanza de que pudiera recobrarse. Algunos de los peores drogadictos que yo he conocido en mi vida se han vuelto sobrios. Eso fue un golpe emocional, así que nos afecto a todos. No se porque todo el mundo 237 en la tierra se sentía tan próximo a el, era querido y se ganaba la simpatía de un modo extraño. Por todos sus gritos y toda su oscuridad, el era simpático. Su muerte fue un duro golpe y nosotros aprendimos con esa experiencia. Hizo que me levantara y quisiera hacer algo para expresar mi amor por el, de un modo particular, sin hacer una obvia “oda para”. Ese día, volví a casa y empecé a escribir la letra de “Tearjerker” (Final amargo). Quede boquiabierto Esperando que la verdad No fuese verdad Negando las noticias Me siento enfermo ahora Que mierda se supone que debo hacer Solo perder y perder La primera vez que te vi Estabas sentado Detrás del escenario con un vestido Un perfecto desastre Nunca supiste esto Pero yo quería desesperadamente que Correspondieras mi amor Abandonado en el piso Dejando tu cuerpo Cuando las alegrías son las depresiones Y las depresiones son el camino Es muy difícil quedarse Supongo que ahora lo sabes Te quiero tanto Me gustaba tu barba Y me gustaba El hoyuelo en tu mentón Tus pálidos ojos azules Pintaste pinturas Porque El que lastima Puede dar tanto Me diste tanto Nosotros acabamos el perfil de unas diez canciones en Hawai. Ahora era momento de 238 volver atrás y terminar las letras y trabajar con Rick Rubin en el estudio. Entonces me descarrile de nuevo. Alguien me entrego un libro sobre el uso de las drogas en los trabajos de Nueva York. El libro abundaba con increíbles historias de drogas en la vida callejera y estaba lleno de fotos salvajes que representaban ese mundo. Una noche estaba sentado solo en mi casa y el libro estaba sobre la mesilla mirándome, así que lo agarré, empecé a leerlo y una bombilla estallo en mi cabeza, y un pequeño claxon apareció. Comprobé mis bolsillos para ver cuanto dinero tenía y comprobé mis horarios para ver si tenia libre los siguientes días. Me había dado cuenta unos meses después de mi resbalón, de que de esta manera no podía llegar lejos con esto. Mi intención siempre había sido salir por la noche y dormir, y cuando yo despertara ser un tipo normal. Conducir por el centro de la ciudad es una experiencia por si misma. Tu estas controlado por esa energía oscura que ha acumulado en ese lugar que sabes que no es un lugar en el que debieras estar en tu vida. Tomas la autopista 101, es de noche y hace frío en el exterior. Es una manera linda de conducir, tu corazón se acelera, tu sangre fluye por las venas y esto es una especie de peligro, porque la gente puede pensar que eres un asesino y ves policías por todas partes. Arriesgas el pescuezo, mientras vienes de una bonita casa en la montaña, conduciendo un Camaro descapotable. Si te marchas de Alvarado haces lo correcto. Te sientes dentro de una situación de hiper alerta, como dentro de un radar. Tu misión es comprar las drogas, tu no quieres que nada se interponga en eso, es como estar en una batalla donde tu vida depende de ver todo lo que esta alrededor tuyo: el tipo en la esquina, los policías clandestinos, los blancos y negros. No quieres cometer ninguna infracción de tráfico obvia, si tu haces señas y las haces con la izquierda en la Tercera calle, al cabo de un momento tendrás varios coches detrás de ti. Entonces vas hacia dos bloques y vas pasando entre familias mexicanas y un montón de moteles y una tienda en la esquina y una tienda de ultramarinos a la izquierda, donde has vivido un montón de incidentes en tu vida con Jennifer cuando tu te drogabas en el coche y empezaba a vomitar por la ventana. Todos esos recuerdos están flotando en tu mente y al minuto tu estas haciendo lo que debes hacer en Bonnie Brae, has dejado medio atasco a la izquierda, ves un grupo de comerciantes. Son terriblemente agresivos y ellos miran cada coche que pasa por la esquina para ver si ese coche viene para comprar materia. Cualquiera puede tirar para arriba en Bonnie Brae o girar a la izquierda en la siguiente calle, y ellos vienen hacia ti agobiándote. Se ponen en la ventana del pasajero, ellos se ponen en tu ventana de atrás y tu debes escoger a que camello le vas a comprar. Los comerciantes son de utilidad para la gente que va a comprar veinte dólares o cuarenta o quizás sesenta, pero tu sacas un fajo de cientos y les dices que quieres quinientos de material. Ellos no pueden tener quinientos dólares de crack en sus 239 bocas, así que tienen un almacén, donde tienen globos de heroína bajo sus lenguas, si ellos empiezan a empujar y sacar sus recursos y vienen con un puñado de crack cubierto de saliva. Tu agarras al comerciante y le preguntas por ese tipo “Quien es Chiva?” y ellos señalan. Chiva es el camello. Entonces vas a otro edificio y compras tres, cuatro o cinco globos intactos mientras escoges como realizarlo rápidamente porque los policías pueden estar allí en cualquier momento. Por ahora tu sabes donde hacer los tubos, y estas comprando los pequeños blocks de papel para utilizarlos como conos en el tubo, todas esas técnicas que conoces de los comerciantes callejeros. Tu vuelves a casa y lo haces fuerte. En cuanto pegas el tubo, esa familiar liberación instantánea de ‘serotonin’ en el cerebro, un sentimiento que es el que casi te hace sentir muy bien. Instantáneamente empieza un cortocircuito en tu cabeza, porque todo ese ‘serotonin’ te vuelve tan loco y es tan intenso que enseguida te levantas, te quitas toda la ropa y vas andando dentro la casa del vecino porque te sientes bien, y en una ocasión yo hice eso. Yo volví a mi preciosa y dulce casa, subí por el jardín, camine por la cocina y me mandé ese primer colocón. Y siempre es el primer colocón, los otros colocones son todos en vano, intentas recapturar el primero. Me llene de muchas piezas, tantas como pudiera meter en la cachimba y tanto como pudiera caber en mis pulmones, y que durara lo máximo posible, entonces yo pudiera dejar salir mientras fumaba, toda la frenética de la psicótica energía que se arremolinaba a mi alrededor de nuevo que instantáneamente me volvía una persona diferente. Y yo no tenía control sobre esa persona. Me saque mi camiseta y tuve la sensación de que era perfecto para ir a la casa de mis vecinos con la mitad de mi ropa sacada y ver que estaban haciendo. Llame a la puerta, ella abrió y yo dije algo parecido a esto “Sabes si me he dejado las llaves aquí?” y ella me contesto “No, no creo, pero echare un vistazo. Yo estaba preparado para quitarme el resto de las prendas y ver que podía hacer, porque yo no estaba en control de mis facultades. Ella era dulce y simpática, y afortunadamente, yo no hice demasiado de lo que sentía. Tres minutos más tarde, ese sentimiento se evaporo y me di cuenta de que estaba medio desnudo, tratando de encontrar unas llaves que no existían, así que murmure unas disculpas, volví a casa y llene la pipa de nuevo. Una absoluta locura. Me habían descubierto en plena recaída y en mis pensamientos sabía que no era bueno. Yo quería llevar ese secreto dentro de mí y había envenenado todo ese proceso. Yo estaba pretendiendo que todas las cosas estuvieran bien, pero la integridad de mi estructura psicológica empezaba a colapsarse. Yo tenía algunas canciones más para escribir letras, y como mi mente estaba en ese estado, me pareció buena idea cambiar mi geografía. El problema, obviamente, era la ciudad en la que estaba viviendo. Así que decidí irme a Nueva York, una ciudad que siempre me había inspirado. Además, Jaime estaba allí. Ella estuvo varias veces en L.A. para visitarme, así que decidí devolverle el favor. 240 Mi plan era estarme en el Hotel Chelsea y escribir durante un mes. El Chelsea estaba compuesto de artistas, lleno de gente extraña y místicos, Drag Queens, informadores imbéciles y gente que había sido plantada. Era como un lugar con mil caracteres fantasmales. Por el mismo precio de una habitación en un hotel cuatro estrellas, yo me sentía capaz de conseguir un bonito ático con una preciosa cocina y unas increíbles vistas al sud. Me traslade allí, pero no me sentía bien dentro de mi nueva piel. Allí yo tenía un precioso espacio para escribir y tenía buenas cintas para trabajar, yo tenia toneladas de notas e ideas, mi chica a diez minutos en coche, una ciudad a mis vistas, pero yo me sentía jodido dentro de mí. Me senté en mi lugar de trabajo, y fui para trabajar y escribir un poco, comer un poco, y que Jaime viniera para ver películas, pero no me sentía como yo mismo, es un sentimiento horrible. Yo estaba nervioso y en un limbo donde no estaba funcionando y no estaba sobrio. Una noche, una semana mas tarde de que me registrara, Jaime debió de hacer sus cosas, yo estaba solo, era de noche y una arrolladora opinión vino hacia mí: yo tenía que ir al Square Park Washington y ver donde estaban los comerciantes de droga. Entre en un taxi y empecé ha hablar sobre algunas noticias locales. Yo necesitaba un puñado de piezas y no podía encontrar ningún camello, así que volví atrás y compre un montón de botellas de vino tinto, pensando que podía colocarme igual que con la cocaína. Fume crack, al principio no me sentí colocado pero al cabo de un momento ya estaba viajando. No sentía remordimientos. Empecé a beberme el vino y eso no fue bueno. Yo era un reloj a punto de explotar, empezaba a hacer aguas, mis manos estaban disparatadas y mis números estaban cayendo. Jaime apareció, así que oculte el vino y le conté una de esas mentiras de los cocainómanos como que había comido algo en mal estado. Al final tuve un argumento, porque yo estaba fuera de mi mente. Esa fue el tinte de mi experiencia durante el mes. Estuve junto con ella varios días, pero básicamente desintegrado en un improductivo y triste mes, porque yo no me sentía para hacer nada. Yo no estaba sobrio, pero no estaba haciéndolo de un modo en el que pudieran ayudarme. En Julio, la banda volvió al estudio para grabar el álbum. Aunque yo no había acabado de escribir las letras decidimos empezar a grabar las pistas básicas. Para entonces yo había apuntado las mejores cosas y estaba en blanco por el mono, pero yo volví al trabajo sin estar preparado mental y físicamente. Había echo algunas letras que valían la pena, pero no había entrenado mi voz para ser capaz de hacer mi parte. Así que Rick, Chad, Flea y Dave estaban echando fuego. Esto es divertido. Uno no sospechaba que yo hubiera recaído después de cinco años de sobriedad, pero si tu miras de atentamente mis letras, estaba dando cientos de pistas. En “Warped” yo escribí: ‘Mi tendencia hacia la dependencia es ofensiva / me levanta / yo estoy pretendiendo verme fuerte y libre de mi dependencia / es una 241 perversión para mi’. Después en la misma canción ‘La ansiedad de la noche me arrastra / pido misericordia, lo puedes ver? / una vacante llena de agujeros / sostenme por favor, me siento frio’. Incluso en una canción como “Aeroplane” donde la letra dice ‘Mirando dentro de mis ojos / no puedo encontrar el amor que deseo / alguien que me abofetee antes de que empiece a oxidarme / antes de que empiece a descomponerme’. Era un grito de ayuda. Mas adelante ‘Sentado en mi cocina / estoy echo polvo de nuevo / mi melancolía, la estrella de Mazzy debe empujar una voz dentro de mi / yo estoy superando la gravedad, es fácil cuando estas desesperado’ y “Deep Kick” era un informe histórico sobre nuestros viajes, relacionados con “ese gigante monstruo gris” que es la adicción a las drogas que envolvió a varios de nuestros amigos. En ese punto, John estaba dentro de este sórdido viaje de drogas. Al igual que Bob Forrest, Pete Weiss y Dick Rude, todos estaban en la isla del nunca jamás. Y River y Hillel estaban muertos. Dejemos las pistas básicas, pero yo estaba teniendo problemas con las letras. Tenía mucho que hacer con el estado de mi mente. Cuando eres un extraño para ti mismo, es difícil crear algo. A veces el proceso de escribir es tan fácil como abrir la ventana y entrar en la brisa. Y a veces esto es como cincelar un bloque de granito con un pincel. El uno de Agosto, yo tenia que celebrar mi sexto año de sobriedad. Para el resto del mundo era así. Mi padre no reconoció el quinto año de mi sobriedad, pero para el sexto aniversario me mando una camiseta que decía “Seis años sobrio”, yo tuve que aceptarla, pero fue una de las cosas que me hicieron sentir fatal. La banda decidió hacer un descanso para tocar en el festival de Woodstock. Woodstock fue nuestro primer concierto con Dave, aunque el había estado en la banda antes de Septiembre. Lindy vino hacia nosotros y dijo. “Ok, son los titulares de Woodstock. Alguna cosa especial que quieran hacer?”. Yo dibuje fuera una gran bombilla en el suelo y Lindy pensó que yo quería decir que tenía algo en la cabeza, pero yo había dibujado la bombilla para abarcar nuestras cabezas. Dave nos miro como diciendo “Tengo que vestirme de bombilla gigante?”. Fuimos a Hollywood para crear nuestros disfraces de bombillas y contratemos a ese Ruso Mongoliano costurero que había hecho cinco disfraces idénticos de Jimmy Hendrix, para nuestro encore de “Fire”. El quinto disfraz era para Clara, la hija de Flea, quien a veces era parte de nuestros de shows. Las bombillas fueron un modo para iniciar a Dave en nuestra manera de hacer las cosas, porque ese no era su estilo. El era mas ‘sexy’ y subía los colores, con su cuerpo desnudo mostrando músculos y ahora nosotros íbamos a disfrazarlo con un traje de hombre espacial plateado con una enorme bombilla en al cabeza. Pero el nos complació en todo. No sabíamos que esperar de nuestro primer show con Dave, pero tocamos ante mas de doscientas mil personas y sonó de una manera malditamente bien. Los trajes de bombilla nos dieron alguna dificultad, porque no podíamos ensayar con ellos y era 242 totalmente imposible ver tus dedos en el instrumento. Pero fue un cojonudo y sensacional look. Ahora era el momento de volver a casa, acabar mi trabajo y concentrarme con mi sobriedad. En cambio hice lo contrario. Mi casa estaba alejada, era una una pequeña torre aislada arriba de una colina. Tenia una verja abajo la loma, así nadie podía abrir la puerta. Decidí que seria una buena mala idea empezar tomando cocaína y heroína de nuevo. Fui a parar buscando ese billar Mexicano que había en el centro de la ciudad y donde había una parada de servicio completo. Yo no tenia que subir por las esquinas, yo no tenia que comprar material en la calle o a diferentes tipos, yo podía solamente ir a tomar una cerveza y cuando ellos acabaran de jugar al billar vendrían con una maquina de chicles repleta de montones de cocaína y globos de heroína. Ocasionalmente vi personas que no quería ver, algunos chicos jóvenes de Hollywood que medio me reconocieron, pero yo llevaba mi pelo bajo una gorra y llevaba gafas, eso era un buen disimulo. Entonces yo subía en mi moto y conducía hasta dejar atrás la ciudad. Sacaba mi cachimba, la llenaba de trozos, y me la fumaba, yo estaba como si fuera una maquina de vapor a punto de explotar en mi cabeza. Mis ojos salían de mi cabeza, mi corazón se aceleraba y había un repique en mis orejas. Entonces yo tomaba la bici, pegaba una fuerte patada y salía como un meteorito de casa. Volví a casa y cerré el barrio delantero, cerré la puerta delantera y descolgué el teléfono. Tenía dos o tres lugares en la casa donde podía pasar el rato que estaba colocado. Uno de ellos era la cocina, donde estaban todos los elementos de destrucción que necesitaba. Pero yo acababa en la tercera planta de la casa. Allí yo tenía un extraño sofá de los ‘50, un televisor y una caja de truenos en el suelo. Me levante de allí y me arrastré con mis suministros de arte: libretas de dibujo, brillo, rotuladores, lápices, tinta y otros objetos extraños con los que podía cortar y pegar todo lo que me envolvía. Entre en una fijación donde tenía que subir y trabajar esas estrafalarias creaciones, meticulosos dibujos de caras y desnudos de mujeres, cuerpos estrafalarios, pechos, bocas y ojos, como caras de demonios japoneses. Días después fui a sentarme allí, estaba cómodo porque mi cuerpo estaba totalmente aclimatado a esos productos químicos. Así que saque al azar libros de arte y libros de modelos desnudas y coloque todo eso por la casa, así yo siempre podía ver las imágenes que había hecho. Mientras tanto yo tenía un contacto ocasional con Lindy o Flea. Ellos me preguntaban cuando podrían tener el libro para el estudio y cuando podría cantar las canciones. Mi excusa para no trabajar era una extraña enfermedad estomacal, algo que había cogido en mi experiencia en Borneo, así que tenia que ir a ver al medico del estomago cada vez más y más veces. Yo tomaba como medicina cáscaras de nueces que en teoría estaban matando esos “parásitos” en mi cuerpo. Yo estaba en el estado obvio de seguir 243 en la línea de meterme mierda, así que trabaje menos. Nadie cuestionó porque yo no iba al estudio. Tenía que vigilar porque estaba adentrándome en ese mundo de la repetición. Jaime venia a visitarme, y no era agradable, porque yo no estaba bien y ella no sabía en que situación estaba. Lo más triste de eso, es que la gente no quiere creer que la persona que ama este fuera de si mismo, bebiendo y drogándose, siempre tienes media excusa y ellos quieren creerla. Una chica que previamente no se haya expuesto a ver la enfermedad estaba injustificadamente feliz por esas mentiras endemoniadas. Eso es lo que yo estuve haciendo durante todo el verano y otoño: pretender que no sucedía nada. Yo iba diciendo “Estoy enfermo”. Y estaba deteriorándome física y emocionalmente. Jaime era tolerante y esto hablaba bien de su carácter, porque no era el tipo de persona que abandona el barco cuando hay crisis. Ella no considero volver atrás o dejarlo, ella estuvo ahí y no pudo decir nada sobre nadie. Yo no sabia lo que ella podía decir de mi mismo. Empecé a dejar caer algunas tentadoras pistas. Conduje un día hacia el estudio y Flea vino hacia el coche y vio tirada una bolsa de chizitos en el suelo. Lo que era un enorme aviso, porque si yo estaba limpio nunca comía comida basura. Pero Flea debió pensar que se la debía haber dejado Jaime, así que el nunca sumo dos y dos. Otra vez Jaime estuvo en mi casa y pedimos la comida juntos. Yo tomé la entrega al chico en las escaleras y le ofrecí darle cien dólares extras si el me daba todo el efectivo que el llevaba y yo le pagaba todo eso con mi tarjeta de crédito. Jaime estaba escuchando a escondidas esa conversación arriba las escaleras. Ahí, yo tuve que hacer la vista gorda, haciendo ese sucio pacto con el chico de la entrega, quien encontró la manera de llevarlo a cabo para mí. Jaime dijo: “Que es todo esto?” y yo tuve que ser una abominable maquina de mentiras. Hacia mediados de Octubre toquamos dos veces con los Rolling Stones. Ese fue un tiempo bastante incomodo, porque mi padre estaba en la ciudad de visita y se alojaba en mi casa. Yo llegué a casa después del primer concierto y tuve que inventarme unas débiles excusas para ir abajo la colina y poder volver con un pequeño montón de narcóticos. Y yo no era Jimi Hendrix o Janis Joplin. No podía meterme cosas a mi mismo y volver con una animo echo polvo al escenario. Yo me metía mierda y era medio hombre con media alegría en mis pasos. Pero abrir a los Rolling Stones es una mierda de trabajo de todas maneras. No puedo recomendárselo a nadie. Te dan el ofrecimiento y piensas “Histórico! Ellos son la segunda banda de rock más importante después de los Beatles!. Así que nosotros tendremos un roce con la historia!”. Pero el hecho es que, la audiencia de esa noche para los Rolling Stones son abogados, doctores, contratistas y gente de un estado realmente desarrollado, es un grupo conservador, un grupo rico. No son unos roqueros. El precio de las entradas y el marketing son astronómicos. Eso es como 244 “Vamos a ir a ver a los Rolling y los veremos tocar en la gran pantalla.” La experiencia es horrible. Primero tu estas allí y no puedes comprobar el sonido. Entonces ves que estas fuera del escenario, en una pequeña área apartada donde puedes ver y donde te dicen: “Esto es para ti. Tu no tienes luces y no te esta permitido usar nuestro sistema de sonido. Ah, y a propósito, tu ves ese suelo de madera? La ha importado Micke de una antigua madera de una solería de la jungla brasileña, es donde el baila. Si estas allí yo no te pagare”. Básicamente era como estar en un pequeño set de televisión, tocando ante ochenta y cinco mil ricos y aburridos fans que estaban sentados en sus sillones. Todos ellos vestían sus chaquetas de los Rolling y miraban sus catálogos decidiendo que camiseta o cosa de la banda se iban a llevar. Nosotros éramos los músicos para que se acomodaran, sentaran, tomaran algo para comer y compraran ropa. Fue una pesadilla. En Noviembre decidí volver al estudio y cantar alguna cosa, pero eso no fue para nada una buena forma de hacerlo. Hice un trabajo mediocre. Yo estaba delgado y demacrado, tenía mal color, mala piel, el pelo raído, estaba desanimado y tenía los ojos muertos. La mentira no había sido descubierta y todos pensaron que yo estaba enfermo de correr arriba y abajo durante todo el verano. Yo empezaba a darme cuenta de que mi adicción a las drogas estaba siendo una enfermedad que se iba desarrollando, y como una maldición de Dios, si tu empezabas a drogarte de nuevo era peor que la vez anterior. Cuando Jaime vino a visitarme, me vi forzado a no tomar durante algunos días, la fui a recoger al aeropuerto y nos fuimos derechos al centro de la ciudad. Tuve algunos encuentros con la ley. Una vez yo estaba fumando cocaína en el coche y estaba demasiado colocado como para conducir con seguridad, y tenia un manojo de parafernalia y drogas debajo el asiento. Yo debí conducir mal, porque un policía vino hacia mi, baje la ventana a la mitad y ese joven policía me ilumino con su linterna y dijo “Oh! Sr. Kiedis! Que mal! Lo siento, señor, perdóneme por la interrupción, pero tengo que decirle que esta es un área peligrosa, si usted entra debe tener precaución. Que pase una buena noche” Esa no fue la acogida que esperaba. Otra vez yo había comprado un montón de droga y la preparaba lejos, cortando el tráfico y unos policias me echaron a un lado. Tenía a buen recaudo la cocaína bajo un cenicero, pero tenia globos de heroína justo en mi mano. No quería estropearlos, así que rápidamente me tragué los tres globos, que no eran digeribles, así que no había peligro. Cuando la policía vino hacia mi preguntaron porque estaba en ese barrio. Me invente una historia sobre que había ido a visitar a una chica, ellos se lo creyeron y no buscaron en mi coche. Entonces volví atrás y compre más heroína. Estaba empezando a estar en una maratón de juergas. Cuatro días más tarde, lo acabe todo y era solo un día, y yo estaba dando golpes y delirando. Yo había gastado todo mi material y la última cosa en el mundo que quería era conducir hacia el centro de la 245 ciudad un día caluroso y hacer tratos con los comerciantes callejeros. Así que decidí ir a una tienda de bebidas para comprar parafernalia, pero estaba hasta arriba de toxinas y dio la casualidad de que justo salí fuera y vomite en la cuneta. Como había vomitado mire hacia abajo y allí estaban intactos los tres globos llenos de heroína. “Yeah! Drogas gratis! Me ha tocado la lotería!” Agarré los globos y me salve a mi mismo de tener que bajar al centro de la ciudad. Jaime vino a visitarme en Diciembre, y para entonces yo tenia un peligroso hábito a la heroína. Yo había fumado tanto crack y heroína como para estar un par de meses recto. Eso fue una anticipación de nuestro viaje navideño a casa. Por teléfono decidimos que les regalaríamos grandes coches a nuestros padres. Jaime estaba en lista con su trabajo de modelos y ella quería regalarle a su papa una furgoneta y yo quería regalarle a Blackie un Bronco. Para entonces el se había mudado a Michigan. Después de que nos fuera tan bien con Blood Sugar Sex Magik, decidí ir a visitarlo y el estaba viviendo en un pequeñísimo apartamento en el centro de Grand Rapids, así que había decidido que cuando tuviera el montón de dinero del tour yo le iba a comprar una casa. Encontremos una bonita casa en el lago de Rockford fuera en el campo, y Papa estuvo al cuidado de la casa. Jaime y yo organizamos la furgoneta para viajar hasta Pennsylvania, nuestro plan era conducir el nuevo, perfecto y espacioso Bronco hasta Michigan. Después de celebrar las dos celebraciones, Jaime y yo fuimos juntos al Caribe, a un centro turístico en Caneel Bay en la isla de San Juan. Ella no entendía que demonios estaban dentro de mí, pero desde que me saque la ropa y deje ver mi escuálido cuerpo ella pudo ver que yo estaba hecho un desastre. Yo estaba como “Oh, nosotros nos vamos lejos para navidad, yo estoy sano, nosotros vamos al Caribe, todo estará mejor si nos vamos fuera”. Sin saberlo ella, mi imprudente opinión era que yo podría comprar montones de coca y montones de heroína y hacer ver que nosotros íbamos a cruzar el país. Esto no es nunca una buena idea. Pero yo me convencí a mi mismo que al estar lejos de L.A. yo correería menos peligro al hacerlo. Estuve numerosas estancias en el centro de la ciudad durante las cuales yo compre mercancía en encuentros con comerciantes que encontré. Jaime estuvo hasta el último minuto comprando regalos de Navidad, para entonces yo llenaba la pipa cada diez minutos estuviera donde estuviera: en la cabina telefónica, en el baño, detrás de un árbol, en todos lados. Yo lo hacia tanto que no tenia una actitud de estar fuera de lugar porque estaba acostumbrado a eso. Así que empezamos a empaquetar y recoger, ella estaba alegre con la inminente partida para el viaje cruzando el país, yo hacia ver que estaba contento, pero realmente estaba exprimiéndome el cerebro. La lleve a algunas modernas tiendas de zapatos en Melrose y en cuanto se bajo del Bronco encendí la vieja pipa, yo estaba sentando fumando como un mono diabólico, cuando de repente escuche que picaban a la ventana, era 246 Jaime. Ella me había visto. Todas mis mentiras quedaron al descubierto. Yo estaba avergonzado y ella conmocionada. Me señalo con el dedo y decidió salir corriendo, pero la alcancé y le pedí que volviera al coche para hablar. Yo no lo elegí, pero tuve que contarle que había pasado y porque había acabado así y que pensaba hacer y no pare hasta llegar a ese momento. Conducimos hasta el Parque Waddle y allí le conté toda la sórdida historia. Le dije que la amaba de todo corazón, que ella no podía hacer nada, que eso era un jodido problema que había pasado anteriormente y que no tenia fácil solución. Le conté que mi plan era cruzar el país para limpiarme de la cocaína y la heroína, para eso yo pensaba quedarme en Michigan. Era una solución temporal a ese enorme problema de mi vida. Ella no hizo esto “Jódete, hijo de puta. Donde esta mi ticket de avión? Yo me vuelvo a casa. Tu eres una mierda, un mentiroso, eres escoria”. “Yo soy todo esas cosas, pero pienso que tu debes quedarte. Yo dejo toda mi mierda y por el momento nos vamos a Michigan, allí dejaré irte” le dije. Jaime me explico que ella ya tenía suposiciones de todo eso y que ella había estado hablando con mi madre y Flea sobre que quizás yo estaba drogándome de nuevo. De todos lo espantosos, medio-despreciados, medio-odiados y jodidos sentimientos que un drogadicto pueda tener, uno de los peores es que tu novia conspire con tus mejores amigos y tu familia a tus espaldas. Es la última humillación, saber que tu mejor amigo y tu novia han estado hablando sobre ti porque te drogas a sus espaldas. Entonces tu familia también esta en esto y tu te sientes patético. Sabes que ellos se sienten mal por ti y quieren ayudarte, y tú te sientes como... estas yendo lejos y no te molestas. Yo no necesitaba su ayuda, yo no quería su ayuda. Finalmente ella accedió a viajar conmigo. No creo que ella se diera cuenta de lo desconcertante que era que estuviera en un coche conmigo yendo cada diez minutos a que yo me colocara y salir corriendo de nuevo. Dejamos California y fuimos por el desierto, yo hice un montón de paradas sin pensar en si ella estaba delante o si me escondía. Yo estaba más cómodo con la idea de que ella me veía cargado, pero tampoco era lo que prefería en el mundo, porque psicológicamente el acto de ingerir drogas es muy espiritual. Nosotros conducíamos y conducíamos hasta llegar a un punto que yo estaba tan harto de conducir que ella tomó el volante. Estuvimos escuchando Nirvana y Mazzy Star, y ella tenia los ojos llorosos. A medianoche llegamos a las montañas de Arizona. La carretera estaba resbaladiza y helada, era peligrosa, y cuando miremos fuera vimos una gigante cuatro por cuatro que había chocado en medio de la carretera, Jaime giro bruscamente para esquivarlo y eso nos fue bien, pero mire la carretera y me di cuenta que la ciudad donde estábamos era donde mi abuela salio de la carretera y murió. Lo tome como un presagio, como si su espíritu me estuviera diciendo: “Levántate hijo de puta, porque estas agonizando”. 247 Esa no era la primera vez que yo tenía una experiencia de interacción con espíritus mientras iba drogado. Una vez, durante esa era de recaída, volví a mi casa en medio de la noche con los bolsillos llenos de droga preparado para ser un loco científico. Yo estaba buscando las llaves en mi bolsillo cuando oí un grito loco. Pensé que alguien que conocía estaba gritándome desde el balcón como un loco, pero no vi nadie, baje unas escaleras y dije: “Hola? Hay alguien?”, De nuevo escuche ese grito terrorífico. Mire en mi habitación y vi un cuervo gigante sentado allí viniendo a estrellarse contra mi, chillando a pleno pulmón como si estuvieran torturando a una persona. Pensé que ese tipo no quería que yo hiciera lo que estaba haciendo, y que si yo no paraba de hacerlo el me mataría. Esto me pasó periódicamente, una vez al mes más o menos. Eso era un pájaro, normalmente un búho, que chillaba cuando yo llegaba a casa después de pasar alguna desventura por mi uso de las drogas. Cuando tu te drogas, entras en esa mística energía negra, una fuerza dentro tuyo que no quiere irse y eso te debilita, te sientes invadido por esa energía y eso te jode mas. Cuando tus espíritus se vuelven negros tu estilo de vida se oscurece, tu existencia es susceptible a las infiltraciones de los espíritus oscuros. Yo pude ver eso muchas veces en los drogadictos. Puedes ver que ellos son controlados por esa energía oscura en su manera de mirar, en su apariencia, en su voz y su comportamiento, no son ellos mismos. Recuerdo que cuando Hillel murió y yo fui a desintoxicarme tenia un sueño de mentira en el que estaba en mi cama al lado de Ione, ese era uno de los sueños horribles. Una energía terrible llenaba mi dormitorio hasta el techo. Eran demonios, duendes y criaturas, un surtido de monstruos que venían a asustarme, yo podía oír que venían para joderme, ellos decían “Ok, nosotros nos hemos llevado a tu amigo, ahora venimos por ti” primero yo estaba como “No entiendo esto, se pueden ir? Creo que se equivocaron de casa” como si yo tuviera una lucha psicológica con ellos, el abuelo de todas las fuerzas oscuras, ese ángel negro bastardo, venia volando y abarcaba toda mi habitación. Pero yo no estaba abierto a ellos “No, no, no. Márchense. Adios”. Era entonces cuando yo empezaba a estar limpio. Entendí el mensaje del espíritu y conduje hasta encontrar un motel. Me metí colocado en la habitación y Jaime estaba fuera de si, su dolor y sufrimiento estaba saliendo a la superficie, ella se encerró en el baño y estuvo tres horas encerrada. Yo estaba cargándome y haciendo proyectos de arte con cartas reflexivas. Yo paraba periódicamente y llamaba a la puerta diciendo “Jaime, todo va bien?”. Después de un rato yo empecé a preocuparme, cuando finalmente abrió la puerta, yo vi que había agarrado una cuchilla de afeitar y se había gravado una “A” en su brazo. Eso fue un episodio horrible y fue cuando me di cuenta del mucho dolor que había creado a mi alrededor y lo que sufrían por mi, no solo me lo había echo a mi. El día siguiente nos levantamos y conducimos. Por supuesto, no habíamos dormido. Yo 248 vigile que todo fuera bien. Jaime estaba triste, fuera de si, confusa y torturada por todo eso, así que entre en una tienda de joyas de arte nativo y compre un montón de juegos de anillos, en mi mente ese anillo era una promesa de que todo iba a ir bien y que estaríamos juntos. Pensé que ella se tomaría eso como un anillo de compromiso, pero yo estaba desesperado, perdido entre tanta cosa. Me adentre en ella, yo amaba mucho esa chica y yo no quería a otra que no fuera ella, pero no podía dejar de drogarme. Volvimos al coche y conducimos al final de Nuevo Mexico y nos registramos en un motel, solo me quedaba un globo de heroína, lo justo para dos días. La cocaína se me había acabado hacia tiempo, pero yo esperaba que la heroína me durara para los siguientes días. Así que yo anuncie “Esta es... esta es la última vez que me coloco”. Ella estaba como una mierda por todo ese drama. Me metí el último gramo en mi cuerpo y ni siquiera me iba a colocar. Escogí dormir esa noche y el día siguiente ya me despertaría en el infierno que es la retirada de la heroína. Estaba tembloroso y febril, estuvimos largo rato antes de irnos. Jaime empezó a ser la única conductora, una delicada y preciosa princesa en el volante de ese enorme camión. Me estire detrás, en el suelo, arrastrándome dentro de un saco de dormir, bebiéndome una botella entera de NyQuil y montando en cólera mientras daba patadas como un imbécil, sudando y temblando fuera de mí. Y Jaime conduciendo. Ella condujo horas, horas y horas mientras yo estaba con fiebre dentro de mi saco de dormir. Ella condujo hasta llegar a Michigan. Una vez mas, estaba en casa para vacaciones con un peligroso habito a la heroína. 249 Capítulo XII Contra la pared Fue difícil esconder mi problema con las drogas cuando llegué a casa de mi madre, parecía un esqueleto andante y Jaime ya iba hablando con mi madre sobre sus suposiciones sobre las drogas que yo tomaba y mi madre hablo con mi padre. “Anthony ha tenido problemas con el estomago cuando estuvo en los conciertos de los Stones en Octubre” le dijo Blackie a mi madre “El se tenia que levantar en medio de la noche y tomar Pepto-Bismol”. “Hola? De que estas hablando?” le contesto Peggy. “El se esta drogando”. Blackie siempre parecía estar en negativa sobre mi uso de las drogas, quizás era demasiado doloroso para el aceptarlo, así que hacia ver que todo estaba bien. Ahora la mentira estaba al descubierto. Me acomode en la comodidad de estar en casa. Sabía que tenía que empezar con los encuentros y las comidas, montones y montones de comida. Yo estaba bien con la idea de no colocarme, pero de nuevo no reconocía lo serio que era mi problema. La medida que tome para pactar con eso fue de día en los “loafers”. Era un buen comienzo para poner la verdad sobre la mesa, pero es diferente pensar que hacer las cosas. Tienes que volver atrás, llenarte de fuerza y dar doce pasos y hacer doce yardas, tu ya no puedes presentarte, ser un espectador y esperar a ser rescatado. Yo estaba haciendo afición. Pero nosotros amábamos las Navidades. Adorne por fuera la casa de mi madre con luces. Mi hermana Julie había empezado a salir con tipo llamado Steve Simmons y estábamos contentos de conocer a quien la había tratado tan bien y nosotros los mimamos con grandes regalos. Cuando alguien viene de lejos y esta sin su familia, te sientes obligado ha hacerle por esto buenos regalos. Jaime se estaba relajando un poco. La conmoción y el horror empezaron a bajar, yo ya no me colocaba, así que tuvimos un poco de sexo en el coche, fue una de las cosas que me hicieron mas alegre. Ella empezó a ver claramente un futuro para nosotros. Estábamos trabajando nuestra relación y era muy divertido, porque éramos los mejores amigos y reíamos por cualquier cosa. Jaime tenía algo que desarmaba mi seriedad y era una buena compañía. Quién no podía estar enamorado de esa sexy y dulce chica que además amaba el básquet?. En la víspera de Navidad conducimos el Bronco hasta Blackie. Lo había adornado con gigante lazo. Blackie respondió detrás la puerta, refunfuñando que era tarde y le dije que saliera y viera su regalo. El estaba aturdido así que tomé las llaves, las puse en su mano y el se puso nervioso. Bajamos hasta el camino que había delante su puerta y vio ese perfecto coche de invierno para Michigan y mi pobre padre se agarroto, el miraba el coche y miraba las llaves y decía “No! No! Esto no puede ser” mientras le caían las 250 lagrimas. Fue realmente conmovedor. La mañana de navidad pertenece a mamá. Ese es su momento del año, toda la casa esta adornada con moda navideña. Ella es de la vieja escuela y tiene un surtido de calcetines encima la chimenea, con un calcetín para Jaime, por supuesto. Allí estaba el clásico Golden Retriever (el perro), la nieve cayendo fuera y mi hermana Jenny, el pequeño ángel de la familia, estaba en todo eso, un momento mágico. Baje a la siete y cuarto de la mañana y encendimos el fuego. Bajo un gran árbol había más regalos de lo que podía creer. Lo primero que hicimos fue ir hacia los calcetines donde había veinte regalos envueltos por mi madre, cosas que ella había acumulado durante el año. Entonces abrimos los regalos. Mis cosas estaban repartidas y la gente tenía joyas y trajes, jerséis, cosas electrónicas y blah, blah, blah. Steve Simmons estaba en una situación idílica porque el amor y la generosidad flotaban en el aire. El perro tenía un lazo alrededor de su cabeza, el fuego estaba llameando y varias delicias comestibles iban y venían constantemente, Johnny Mathis, Frank Sinatra y Bing Crosby estaban en el estereo. Tan loco estaba Steve por mi hermana que paro todo y dijo “Solo les pido un minuto para decir que estas son las mejores navidades de mi vida, ustedes han sido muy generosos y me han dado muchas cosas...” Nosotros pensábamos “Yeah! El esta bien. Es verdad que lo hemos avasallado con regalos” y el continuo “Pero yo no quiero irme sin preguntarles una cosa”. La habitación se quedo en silencio “Que mas puede hacer este tipo?” el dijo “Yo quiero aprovechar este momento para preguntar si me darían la mano de su hija y hermana en matrimonio.” El alcanzo a Julie y dijo “Julie, con el apoyo de tu familia en esta habitación... quieres casarte conmigo?”. Todos empezamos a llorar. Yo no podía creer que ese tipo hubiera echo esa increíble proposición delante toda la familia. Eso fue lo último para hacer redonda la mañana, y Julie aceptó. Unos días mas tarde fue momento de volar a Pennsylvania. Jaime estaba emocionada por reglarle la camioneta F-150 a su padre, lo cual era todo un honor en su comunidad. Los padres de Jaime eran liberales y no les importo que durmiéramos juntos en la vieja habitación de Jaime. Yo me sentía incomodo por tener sexo con ella en su casa, pero ella estaba muy caliente, me quito la ropa y me tiro encima su cama, yo estuve protestando “Puedo oírlos a en la cocina... no debemos hacer ruido” Ella no se preocupo, solo quería acostarse conmigo. Desde Pennsylvania volamos hacia el Caribe. Llame a mi agente de viajes y le pregunte cual era el mejor lugar en la isla. Fue una exorbitante suma de dinero por una semana, pero con todo lo que había echo durante los últimos seis meses, no me preocupo. Quería ir al más hermoso, tranquilo y relajante lugar que pudiera encontrar. Nos tumbamos al sol, nadamos, comimos, exploramos, tuvimos sexo, esa era mi idea de estar bien. Teníamos una pequeña casa en la playa, sin televisión o teléfono que nos 251 distrajera, solo en 100 metros en ese paraíso tropical. Necesitaba eso. Así que después de unas semanas de atracarme con langostas y pescado a la parrilla volvía a ser el señor ejercitado, mi ropa todavía me iba grande, pero fui retomando mi fuerza anterior. Ahora era el momento para mirar a la música y volver a Los Ángeles. Fue difícil volver a verme cara a cara con Flea de nuevo, pero tenía muchas ganas de verlo, sabiendo que yo había cambiado la dirección de mi rumbo hacia la sobriedad en lo que falle cuando yo estaba colocándome o cuando mi brújula se había estancado en “estúpido”. Cuando tuve el problema por primera vez, Flea fue un increíble soporte para mí. Volví avergonzado y con remordimientos por todo lo que había hecho, pero nosotros habíamos sido amigos durante mucho tiempo a través de muchas cosas y empezábamos a acostumbrarnos. Flea es el tipo de amigo que puede parecer estar haciendo sus cosas, pero cuando yo lo necesito, siempre está para mí. En momentos como esos, el no te juzga y acepta el caos. Yo no me sentía como “Oh mierda! Ahora yo tendré que aguantar su bronca, este tipo viene a condenarme” el es como “Yo siento realmente que hayas pasado por eso. Estoy triste por lo que has vivido... vamos de fiesta!” lo que significaba que fuéramos a escribir música. Dave estuvo sobrio durante todos mis problemas. El entendía la mecánica del alcoholismo y fue un apoyo increíble. El estuvo perjudicado por toda esa experiencia y flojeo con todo esto, pero nunca dijo nada negativo de mí porque entendía mi conducta. Fue increíble todo el amor, compasivos y tolerantes que ellos fueron conmigo. Ahora que yo había vuelto con los pies en la tierra nuestra prioridad era acabar el álbum. Reservamos el estudio para finales de enero, antes de eso Flea y yo viajamos a Taos (Mexico) para escribir y comprender el resto del álbum. Alquilamos una casa y yo me encerré en mi habitación a escribir. Entonces Flea tomaba su bajo acústico o la guitarra y trabajábamos las canciones juntos. Estuvimos solo cuatro o cinco días, pero cada día teníamos una canción acabada. Flea había aumentado en mi ausencia contribuyendo con letras para el álbum. El escribió la mayor parte de “Transcending” como tributo a River. “Pea” fue su modo de izar su humilde bandera, pero también escribió el intro de “Deep Dick” e hizo los versos para las melodías vocales de “My Friends” y “Tearjerker”. El me había estado supliendo con mucho trabajo que yo recibí con gratitud, estaba abierto a todo eso y era necesario, porque yo me había salido del proceso creativo. Taos fue divertido y productivo. Subimos arriba la montaña y esquiamos a través de la ventisca. Esta es una de las cosas que haces cada vez que estas limpio. Puedes sentir esa sensación de renacer. Hay algunas cosas intoxicando en el proceso de la reacción y que favorecen el ciclo de la adicción. Una vez que consigues salir de la cocaína y la heroína, tu te las arreglas para parar y salir de la porquería, entras de nuevo en tu 252 mente y tu cuerpo más fuerte y reconectas con tu espíritu. El sentimiento opresivo que sientes siendo esclavo de las drogas en tu mente, no tiene comparación... al salir te sientes fenomenal. Estas feliz de vivir, hueles el aire y ves lo hermoso que es lo que te envuelve y te sientes capaz para volver de nuevo. Tu decides que hacer. Si la experiencia de ese golpe de alegría no hace que tú vuelvas, será difícil que pares de drogarte. En algún lugar de tu mente sabes que cada vez que estas limpio es un nuevo y agradable sentimiento. Un año mas tarde, has olvidado lo mal que estabas cuando no tenías esa sensación de sobriedad. Cuando miro atrás, veo porque ese circulo vicioso se puede desarrollar en alguien que ha estado sobrio durante mucho tiempo y entonces recae y no quiere volver a drogarse, no quiere morir pero tampoco quiere tomar medidas para volver a estar bien. Esto es un concepto en recuperación que dice “Las medias tintas no valen nada”. Cuando tienes una enfermedad no puedes estar a medio proceso de estar bien y pensar que tu estas medio bien, tu haces medio proceso para estar bien, pero tu no estas bien del todo y volverás a estar donde has empezado. Sin una transformación a fondo, tú eres el mismo tipo, y el mismo tipo hace las mismas chorradas. Yo me quede a medias, pensando que estaba saliendo o por lo menos haciendo algo para salir de esa transición, y pensé que no pasaría nada si salía del proceso. Cuando volvimos al estudio, hacia finales de Febrero, tenía fuera de servicio mi voz. Estuvimos unos meses sin hacer nada y mierda! Se acabo mi voz... Después de acabar con mi voz, yo estaba tan preocupado por lo que debía hacer que pensé “Debo irme por la fuerza para volver bien”. Lo mismo que hice con Hillel después de Uplift Mofo. Estaba jodido rompiendo grabaciones. Tuve que ir mucho al baño de los estudios de grabación después de esa idea, porque el pensamiento de ir al centro de la ciudad estaba haciendo que mis intestinos producieran con anticipación. Entonces me despedí, les dije que les vería a todos en una semana mas o menos, y me fugué hacia la oscuridad de la ciudad para empezar una imparable cadena de desgracias una vez más. Infortunadamente, Jaime había venido a visitarme unos días. Cuando ella llego yo estaba ausente. Ella fue desde el aeropuerto a su trabajo de modelo, me llamo desde su trabajo diciéndome “Donde estas?”. Eso quita merito a estar matándote a ti mismo cuando la gente te esta buscando y tu estas defraudándolos, porque es mucho mas divertido cuando tu estas fuera de allí matándote a ti mismo. Estas escapando de la policía. Estas evitando que los camellos te maten a puñaladas. Estas corriendo el riesgo de una sobredosis. Estas teniendo aventuras de ilusión. Es excitante... pero cuando vuelves “Oh mierda! Me están buscando”, es cuando te das cuenta de la fiesta insana. Me registre en un motel. Estaba empezando un tour de buenos moteles. No podía registrarme en la Península o las Cuatro Estaciones, lugares en los que fácilmente 253 podían localizarme. No, opte por el Motel Viquingo de la Posada del Aventurero, era un motel sucio, asqueroso y de drogadictos donde iban las familias pobres que no tenían lugar para ir, prostitutas, camellos, chulos, matones y un montón de drogadictos a la cocaína que querían esnifar lejos de sus vidas reales. Empecé buscando en los lugares que habían de arriba debajo de la calle Alvarado, porque estaban a unos bloques de distancia de donde yo compraba mis drogas. Era parte de la emoción, perdía mis cuentas, ir tres bloques mas adelante y estabas en medio de ese circulo infernal. Si estas en un respetable hotel, sabes que cualquiera puede reconocerte. Cuando Jaime estaba buscándome, mi motel sofisticado estaba todavía lejos. Yo solo estaba en el Holiday Inn en Hollywood. Que fue donde ella y Dave Navarro me siguieron la pista. Dave fue listo y llamo a Bo, nuestra contable, y le pregunto donde había sucedido mi última transición con la tarjeta. Ella llamo a la compañía y le dijo a Dave que yo estaba Holiday Inn. Estaba intentando dormir lleno de heroína, escapar de mi mismo y que ese fuera el último problema que causara cuando escuche que alguien llamaba como loco a la puerta. Mire por el visor y vi a Dave y a Jaime escondiéndose detrás la esquina. Era una mala combinación, tu única amante y tus mejores amigos conspirando juntos… “Vamos, abre la puerta!” dijo Dave. “Te quiero y quiero ayudarte a estar mejor. Esto no tendría que estar ocurriendo. Vamos a rehabilitación ahora mismo. Tira lejos tu jeringuilla y ven”. Yo no iba a abrir la puerta “No, tu no lo entiendes” le grite. “Me siento realmente mal. Necesito dormir. Te llamo mas tarde y vamos esta noche”. “No, no. Tengo el coche afuera” dijo Dave. “He llamado a Exodus, tienen una cama para ti. Abre la puerta”. Abrí la puerta, en ese momento yo no podía luchar o discutir más. Estaba jodido y solo había una manera de apaciguar a esas personas que estaban disgustados por mi comportamiento, así que consentí en volver a rehabilitación. Así que fui. Para Abril de 1995 el mundo de la rehabilitación desarrollado en mí un animal diferente que en mi primera estancia en 1988. Yendo a rehabilitación me estaba volviendo corriendo. Entre las clínicas de rehabilitación, Exodus era famosa por dos razones. Era el lugar que Kurt Cobain había dejado antes de morir, tuvo que saltar cuatro metros de valla para escapar cuando el podía haberse ido andando por la puerta. En Exodus no pueden encerrarte en contra de tu voluntad, pero yo supongo que si tú no quieres que nadie te vea en tu salida, tú saltas. Exodus también es famoso por los renombrados doctores de rehabilitación que hay en el lugar, tipos como ellos pretenden que sepas como las drogas afectan tu cuerpo, pero para mi, todo ese montón de información no es nada. A lo largo esa diabólica 254 charla el esta drogado, el esta loco, al minuto el no esta colocado y empieza a trabajar en el programa, el empezara a estar mejor. Es un plan simple, pero ellos escogen complicarlo con jerga psiquiátrica y toxología. Entonces viene un junkie de la calle, estas a tres metros, y el esta trabajando paso a paso, y el esta mejor. Estas viendo eso en miles de drogadictos que yo he visto llegando a intentar estar bien. No importa lo maravillosas que eran sus terapias. Exodus esta conectado por un camino con un gran hospital en Marina del Rey. Este no esta conectado al sistema de prisiones, así que no hay nadie de punta a punta que seleccione cuales de los que están rehabilitación entran en prisión. Esto es un factor que se facilita en la seccion 36, aunque no tanto como en “Promises”, un centro de rehabilitación de Malibú que hacen Las Cuatro Estaciones como si estuvieran en una posada de vacaciones. O estamos yendo a hacer el trabajo y comprendiendo nuestros problemas, o tú no eres nada. No necesitas “Promises”, tu puedes estar mejor en el “Slavation Army” patinando en el escándalo. He visto gente estar mejor en ambos lugares y he visto otros que no estaban bien en ambos lugares. Estar allí ese tiempo fue realmente una bonita experiencia. Hice diez de los más atípicos amigos que yo he hecho en mi vida. Ellos fueron una estrambótica señora mayor de alguna ciudad del norte, un doctor brasileño y un “pillhead” de Texas. Mi primer compañero de habitación fue un simpático gay de la zona central de América, Kentucky o Missouri o algún lugar de por allí. El tenia una historia clásica, un niño no comprendido crece en una ciudad futbolera en el medio-oeste, el no es un macho pero finge en el mundo que gira a su alrededor, así que el esta alienado, aislado y apartado por su familia. El se muda a Hollywood, encuentra su compañero gay, las drogas y el mundo del alcohol y entra en esa espiral que lo lleva hacia abajo. El esta tan dentro de Vicodin que el rocía sus cereales de desayunar con eso. El se fue y mi siguiente compañero de habitación fue un anestesista negro de Inglewood que venia de una familia sumamente respetable. Guiado por su familia se hizo doctor, pero entonces resulto que el había estado abusando de todas las mejores drogas medicas que el pudo encontrar durante años. Así que el estaba allí, como el resto de nosotros, para treinta días. Te podía contar que estaba guardando secretos destructores que llevarían su familia para abajo. Un par de meses más tarde de la rehabilitación recibí una llamada. El había recaído y no pudo soportar la agonía y la vergüenza ante su familia, así que se encerró en el hospital donde trabajaba y escogió las drogas mas desagradables para una sobredosis. Unos pocos de Exodus fuimos a su funeral, fue realmente emotivo. El tenía una gran familia, uno de sus hermanos era predicador. Todos lloramos, incluidos sus rehabilitadores, quienes estaban detrás de todo. Había una serie de gente rara conmigo y yo me hice amigo de todos ellos. Reconoces la posibilidad de compartir nuestro fallecimiento en la vida de las otras personas. Estas 255 haciendo las mismas cosas que ellos, pero tú no puedes verlo en ti mismo. De cualquier manera, empiezas a ver todas esas tragedias y esos milagros en las otras personas. Es una situación que te abre los ojos y el corazón. Así que tú estas jodido en un hospital en Marina del Rey, durmiendo en una cama pequeña, compartiendo tu habitación y teniendo que ira a la cafetería para desayunar. Te ves forzado a pensar “En que me he equivocado? Tenia un plan realmente que estaba haciendo realmente bien, pero ahora estoy aquí con un montón de otros locos, enfermeras, doctores y guardianes que me dicen donde tengo que ir o que tengo que hacer y tengo que ir al grupo de información. Wow, yo puedo pensar que estoy vivo en esto”. Durante algunos momentos en mi estancia, tenia un grupo que venia a visitarme de amigos y familia, y Flea vino a verme. Durante el ciclo, el consejos Flea había vuelto y dije “Ok Flea, dime lo mal que te sientes cuando Anthony esta fuera drogándose y tu no tienes ni idea de donde esta el o si el va a volver”. Estaba esperando a que Flea dijese “Ah, esto es una puteada, eres un hijo de puta, nosotros suponíamos que estabas ensayando y escribiendo. Estuve esperando doce horas y el bastardo no apareció. Estoy preparado para hacer algunas cosas juntos”. En cambio, Flea empezó a sollozar, lo que hizo bajar la guardia. El dijo “Tengo miedo de que estés yendo hacia la muerte. Yo no quiero que mueras, pero yo he estado escondiendo el pensamiento de que el iba hacia la muerte durante años”. No tenia ni idea de que el se sintiera de ese modo. Empecé una práctica en Exodus que es parte mayor de mi vida hasta estos días. Durante cinco años y medio que estuve sobrio nunca rece o medite. Yo no estaba limpio en cuando me refiero a tener un contacto conciente con poder bueno en mi mismo. En Exodus, algunos trabajadores me sugirieron que empezara el día con un rezo. Ahora cualquiera que haya estado bien en el 101 es porque ha empezado el programa. Yo nunca pensé que esta era lo que yo tenía que hacer. Pero una mañana me mire al espejo y pensé “Tu has echado tu vida a la basura, así que quizás debes intentar algunas cosas de las que no tienes ni idea, pero un idea que pueda hacer bien en mi vida”. Empecé a rezar cada mañana. Así abrí mi mente al concepto de un poder positivo, nunca había luchado con esto. A todas partes donde iba podía ver y sentir la existencia de una energía creativa e inteligente en este universo, el poder del amor que esta en mi propia naturaleza, en toda la gente, en todos lados. Mis rezos y meditaciones fueron ganando terreno en los años que pasaron y se volvieron una importante parte de mi recuperación y diaria experiencia. Estuve treinta días sin pensar en irme. Acepte que tenía que estar allí, trabajar y deshacer el camino. Para los primeros días te dan una plétora de “meds to detox on”. Tienes “chloral hydrate”, con lo que puedes dormir como un elefante. Te dan parches 256 de Darvocets y Colondine para reducir la presión de tu sangre. Cuando ves a alguien bajando hasta el vestíbulo en bata y zapatillas, es que ese tipo esta todavía en “detox”. Los primeros días sin medicación son brutales, tu piel se arrastra y comprendes que no puedes hacer nada. Pero entonces tú sales y empiezas a estar mejor. Ellos te alimentan a lo largo del día, haces ejercicio y vas a tus encuentros. Ellos vigilan que estés siempre ocupado. Mientras yo estaba allí Jaime venia a visitarme. Bob Timmons trajo a Chris Farley para verme y me sentí bien son su apoyo. Kim Jones trajo a sus dos preciosas hijas a verme. Tenia un Rubick y jugaba con el. Salí a los treinta días del programa y me reinserte al mundo en el que vivía. Gracias a Dios yo estaba en el mundo cuando el padre de Jaime nos dejo. El murió en junio y fui a Pennsylvania para estar con Jaime y su familia durante ese difícil momento. En verano acabemos de tocar en la grabación y empezamos a rodar los videos. Estábamos haciendo toneladas de rollos de película, pero nada que nos gustara, así que volvimos a Gavin Bowden el hermano de ley de Flea. El tuvo una idea para “Warped”, teníamos que poner en un lugar un gigante cilindro de madera. Estuvimos dos días y fue el video más caro hasta el momento. Todavía pienso que tiene elementos de grandeza. El elemento que llama mas la atención en el video es la escena en que Dave me besa. Flea, Dave y yo teníamos que salir de detrás del muro haciendo unas siluetas misteriosas que bailaran. Nosotros habíamos grabado esa escena diez veces, y Gavin sentia que faltaba algo, así que volvimos a nuestros lugares de nuevo, entonces Dave se volvió hacia me y dijo “Es el momento de que salgamos a fuera, voy a volverme hacia ti y darte un beso para darle una parte picante a esto”. Yo dije “Buena idea” pensando que seria un pico amistoso. Andamos hacia fuera desde la esquina y el vino hacia mí y yo pensé que me daría un pico en los labios, algo que quedara loco para un video de rock, pero de repente, Dave empezó a darme un húmedo, con la boca parcialmente abierta y caliente beso. Yo no tuve tiempo de reaccionar o molestarme, me pillo de sorpresa. Cuando elegimos una de las mil grabaciones que hicimos, volvimos. Semanas mas tarde teníamos el video editado, y allí estaba el beso, totalmente a la vista. Minutos después recibí una llamada de Eric Greenspan, nuestro abogado. “Warner Brothers ha visto el video y ellos quieren quitar el beso ya” dijo. “Por que?”. “Ellos piensan que no es comerciable” dijo “y pienso que tu también querrás deshacerte de ese beso. Pienso que estas en peligro de alejarte de una gran parte de tus fans”. Cuando yo vi el beso pensé que podía exigirlo o quitarlo, pero al minuto el corporativo de los jefes estaba diciendo “No beso” y al minuto yo empecé “No, el beso debe estar”. 257 Tuvimos una votación en la banda y votamos por dejar el beso. Tuvimos una enorme reacción en contra de los colegios fraternales de chicos y una parte de la audiencia, recibimos cartas denunciándonos como “maricones”, los rumores empezaron a correr y tuvimos que empezar a tomar una segunda decisión, pero entonces pensemos “Quizás este el momento de disipar tabúes de cualquier manera”. Si no podían aceptar lo que hacíamos, no los necesitábamos para nada. Pactemos con Warner para que pudiéramos contratar a Gavin para “Aeroplane”. El vino con un súper tratamiento: una extraña oda para Busby Berkley, que trajo un enorme coro de ardientes y medio desnudas chicas Mexicanas, fuertes chicas gangster con maquillaje heavy y peinados radicales. Nosotros queríamos muchas bailarinas sexy y medio desnudas, masticando chicle y haciendo globos. Grabamos el video en una vieja piscina con artistas en los trapecios y un equipo de ballet acuático con un decorado vintage que era demoledor. Pero una chica que era la supervisora de la Warner resulto ser una feminista. Gavin lo hizo editar y el video se veía suntuoso. El había grabado las calientes Mexicanas en todos los ángulos, pero las mujeres de la Warner no querían mostrar chicas desnudas en el video. Si lo piensas, este podría ser hoy el próximo video de JayZ, pero era un poco fuerte para esos tiempos, así que nos vimos forzados a encontrar algo que les pareciera más estético. Acabemos por no usar las grabaciones que eran realmente chocantes y llamativas para esos tiempos. Ese verano hice el primer de los dos viajes en kayak a mar abierto hasta Alaska con Flea, nuestro ex-baterista Cliff Martinez y nuestro amigo Marty Goldberg. Estuvimos una semana con los kayal en los profundos fiordos de Alaska. Fue un viaje increíble, especialmente desde que Cliff y Marty fueron unos chef capaces de preparar rápidamente comidas de tres tenedores en medio del desierto. En Septiembre One Hot Minute había sido lanzado. Estábamos orgullosos de eso, aunque no era un buen disco si lo comparabamos con el de Blood Sugar Sex Magik, pero para la nueva banda, era un buen esfuerzo, lejos de la línea de Mother’s Milk, el primer álbum que hicimos con John y Chad. Antes de empezar nuestro tour, yo tenía un montón de entrevistas para promocionar el álbum. Para entonces, yo estaba volviéndome a cargar de nuevo. Estaba escondido en mi casa en un día que me deshacía en lágrimas y el teléfono no dejaba de sonar. Finalmente conteste, era Louie. “MTV esta fuera de tu casa. Están preparados para grabarte”. Recordé que había acordado hacer una grabación con MTV en mi casa con VJ Kennedy. Baje las escaleras. Me veía enfermo, sin vida y tenia que responder a todas las preguntas a la cámara en mi sala de estar de un vivaracho y dulce Kennedy, “Esto será un momento mientras tu tienes el disco, blah blah blah…”. Un desastre. Ahora era el momento para el tour. Aunque yo había estado enganchado de antemano, nunca considere drogarme en un tour, sabia que podía destruirlo todo en una noche. 258 Empezamos en Europa, era la primera vez que tocábamos ante el público desde Woodstock, así que estábamos como un motor de coche por afinar. Sentía una responsabilidad que no nos dejo estar tan bien como podíamos estar. Yo no estaba tan enfocado con mi banda como tenia que estarlo. Nosotros no éramos malos, y tuvimos momentos excelentes, pero en conjunto me sentí deslucido y para un músico eso es una experiencia rompedora. La cosa mas memorable que paso en Europa fue conocer a Sherry Rogers, quien seria la mujer de nuestro manager de tour, Louis Mathieu, y la madre de sus hijos. La conocimos en Ámsterdam, donde ella trabajaba para nuestro viejo colega Hank Schiffenmacher. Cuando estábamos en Ámsterdam íbamos derechos a hacernos algún tattoo de Henky Penky y en ese viaje encontremos una caliente, amorosa joven chica llamada Sherry. Rutinariamente se vestía con un traje de goma y el pensamiento de ir con ella fuera del escenario y sacarle la ropa era incontrolable. Nuestra siguiente actuación fue en Bélgica, y ella venia y calentaba nuestras mentes cuando se quitaba la ropa delante de todos en el camerino y se ponía su traje de costumbre. Durante el show la veíamos periódicamente cuando venia para secar la sudor de nuestra frente o encender los cigarrillos de Dave. Nuestro tour en USA, tenía que empezar a mediados de Noviembre, pero lo pospusimos basta comienzos de Febrero. Así que me fui directamente desde Barcelona, nuestra ultima actuación europea, hasta Nueva York para estar con Jaime, ella había dejado su sombrío piso en Chinatown y se había mudado a un apartamento confortable y lujoso con vistas a La Guardia justo al sud del Washington Square Park, era tranquilo en una estupenda vecindad. Pasemos un bonito otoño allí y empezamos a preparar los viajes anuales de Navidad. Empecé a tener las primeras ideas de que no todo estaría bien en el frente domestico. Las compras de Navidad empezaron bastante bien. Caminamos a través de la nieve y disfrutamos de un romance pre-navideño comprando bonitos regalos para nuestras familias. Decidí comprar para Blackie algunos muebles para su casa, así que fuimos a ABC Carpet en el corazón de Broadway e hicimos una preciosa selección. Así que volví con un montón de veces para preparar el embarque de la entrega, y una vez que fui solo estaba al lado del ascensor cuando una chica veinteañera de estilo elegante vino andando. Ella era preciosa, con estilo y yo tenía solo un minuto para hablar con ella mientras venia el ascensor. Una voz llego a mi cabeza “Tu puedes casarte con ella. Tu mujer entrara en ese ascensor y desaparecerá para siempre así que haz algo ahora mismo”. Justo en ese momento vino el ascensor y ella desapareció de mi vida para siempre. Era la primera vez desde que estaba con Jaime que yo estaba abierto a ese tipo de ideas. Yo no puedo decir si era mi fantasía o si podía verlo en sus ojos o si había alguna cosa en la forma en que me miraba, pero estaba anunciando un problema. 259 Llegaron las navidades e hicimos los viajes usuales. Ese año le regale a mi madre un lujoso Ford Explorer. Blackie hizo toda una investigación y desarrollo con sus regalos. Después Jaime y yo fuimos unos días a Pennsylvania para saludar a todos, pero con la reciente muerte del padre de Jaime, es obvio que no eran momentos alegres. Volvimos a New York para Año Nuevo. Yo estaba harto del comercialismo de año nuevo y la obligación de que tenía que ser la mejor noche de sus vidas así que decidí irme a dormir antes de medianoche. Nos abrazamos juntos en el sofa y miramos una película, y sobres las once y media apagamos las luces y nos fuimos a dormir. Unos días mas tarde, yo tenia la sensación de que ese periodo de mi vida llegaba a su fin y que era el momento de volver a ser soltero de nuevo. Un día mire a Jaime y pensé “No quiero hacer el amor con ella”, no por alguna razón en especial, ella no había hecho nada, no era por su manera de hablar o de andar o las cosas que decía, porque ella nunca hacia nada que yo encontrar intolerable. Era un amanecer en mí. Era como si una niebla se disipara. Yo estaba como “Dios... que he estado haciendo estos dos últimos años? Es momento de hacer cambios”. Pero esto no incluía la sobriedad, no tenia intención de estar bien. Yo, que me estaba haciendo daño a mi mismo, era incapaz de estar enamorado de ella. Y la voz que tenía dentro de mí y que yo había ignorado me estaba diciendo que estaba falsificando mis sentimientos y que era el momento de romper. Sabia que debía hacer la cosa menos deseable de todas. Para mi es mucho mas fácil estar en una relación incomoda que decir “lo dejo” hablando sinceramente, es algo horrible. Tu no puedes decir “Yo no quiero estar mas contigo” preferiría hacerme daño a mi mismo, pero era una parte de mis ciclos. Se lo dije a Jaime, pero ella no lo acepto. Ella me dijo que había estado planeando nuestra boda y tener hijos conmigo, fueron cosas tristes las que dijo durante la discusión. Volví a Los Ángeles y ella se fue. Entre llantos y desvaríos ella empaqueto sus cosas y se fue con los ojos rojos. Porque yo había causado dolor a quienes realmente se habían preocupado por mi, era un momento emocional perfecto para salir de juerga de nuevo. Empecé el viernes por la noche. Conduje mi moto hasta casa de Lindy para unos negocios de la banda, en mi camino me pare en el centro de la ciudad para llenar mis bolsillos de droga. Entonces Flea, Lindy y yo tuvimos el encuentro y deje la casa de Lindy cuando aun había luz, conduje varias manzanas y empecé a llenarme la pipa en medio de la calle. Al minuto la droga golpeaba mi cerebro, tomé la bici y me fui. Corrí durante dos o tres días, fumando crack y metiéndome heroína hasta el tope, de nuevo volvía estar en un desesperado apuro. Supuse que estaría en un gran problema si volvía a Los Ángeles, así que miré las páginas amarillas y tomé un avión hacia Mexico. Encontré un bonito hotel en el cabo de San Lucas, un lugar precioso donde yo había trabajado las canciones con Flea años 260 antes. Estaba colocado de heroína y era un peligro para mi mismo, me arañaba haciéndome agujeros en mi cuerpo, y con seguridad, no podía esconder mi condición a nadie, así que pedí un taxi para que me llevara al aeropuerto. Llevaba un puñado de globos de heroína, esperaba no verme en un aprieto al subir con ellos, pero estaba en México, así que decidí que era mejor dejar los globos en la caja de mis CD y cintas. Cuando desembarque en México, todavía estaba colocado y mi pelo se veía como un “theremin”. El aeropuerto tiene un sistema para los clientes donde tú te pones a la cola, aprietas un botón y esperas a que la luz se ponga roja o verde. Si la luz esta verde, estas en casa, por supuesto se puso roja. Fui a la mesa y el tipo me miraba con gran suspicacia. Empezó a mirar en mi mochila y mis bolsillos y entonces dijo “dame el estereo”. Mi cabeza se acelero. Lo último que necesitaba era que me arrestaran por llevar droga a México. Miro dentro del compartimiento de la batería, que yo consideraba un buen lugar para esconder algo, entonces empezó a mirar todo el aparato, apretó todos los botones, me miro y dijo “hazlo funcionar” apreté el botón de Play y “The Jackson 5 Greatest Hits” empezó a sonar. Me dejo pasar. Me registre en una habitación del Westin, un moderno hotel que habían diseñado con arcilla roja y una estructura Mexicana. Me escondí en mi cama, me metí la última heroína que me quedaba, entonces como un capullo, pedí servicio de habitación y mire la TV por satélite, sintiéndome solo, deprimido y con remordimientos. Al tercer día de estar metido en la cama comiendo, yo intente volver a ser humano otra vez, me forcé a mi mismo a bajar e ir hacia el océano. Tenía que bautizar mi espíritu. Fui hacia la zona de baño que había escogido para nadar, pero me fui cuando vi que toda la gente venia a hablar conmigo. En ese viaje hice amigos como un pelicano que tenia el ala dañada por una red de pescador. El se hizo la mascota de toda el área de baño. Me senté a su lado y le di comida para hablar con el. Nosotros éramos dos criaturas que curábamos nuestras heridas. Y al final acabe escribiendo una canción sobre el pelicano. En cierto momento hice el egoísta acto de llamar a Jaime aunque en el fondo sabía que nuestra relación había terminado. Pero ella era mi mejor amiga y una entidad en mi vida “Yo estoy aquí bajo, solo y soy una mierda, estoy cansado y estoy haciéndome daño, estoy totalmente jodido, estoy desesperado. Puedes bajar?”. Ella tomó un vuelo al día siguiente y estuvimos varios días decentes juntos, estando en la cama, comiendo y hablando. En Cabo empezó mi propia y personal rehabilitación. Estuve sobrio varias semanas, recaí, hice un lío de situaciones, entonces volví y me aloje en la misma habitación del mismo hotel e hice exactamente las mismas cosas, lo que es una de las mejores definiciones de locura, hacer exactamente lo mismo y esperar que los resultados sean diferentes. Si estas harto de estar en algún lugar, México es ese lugar. Considero que tuve suerte de tener el lujo de ir hacia abajo y estar echado bajo el cielo azul. Empezaba Febrero del 1996 y nosotros empezábamos un tour por USA de dos meses. 261 Abríamos el tour en el Coliseo Nassau en Long Island, pero ese día fuimos a la ciudad, el área de Nueva York estaba afectada por una increíble ventisca y estábamos bajo una enorme capa de nueve. Los metros y taxis no iban, así que Flea y yo fuimos a dar un paseo por la nieve desde nuestro hotel en medio de la ciudad hasta el lado oeste para comer en “Angélica’s Kitchen”, un buen restaurante vegetariano. Al final de la noche me encontré con Guy en el Spy Bar en Soho, el estaba con un montón de chicas, la mayoría eran chicas de Nueva York, fabulosas y difíciles de tratar. Entonces vi esa chica, ella era alegre, vestía un luminoso vestido rojo con un aire de los ‘80. Ella estaba en su propio mundo tocando el piano, haciendo una sincera representación de una canción de Björk. Pensé que tenía que conocerla, así que fui hacia allí y me presente. Su nombre era Christina y era una modelo que había crecido en Idaho pero que ahora vivía en Nueva York, ella era pelirroja natural, piel blanca preciosa y unos enormes ojos, era alta y esbelta, lo normal en una modelo de pasarela. La invite al concierto de noche siguiente, me pregunto si podía traer a su compañera de habitación, que resulto ser una gran fan de Oasis. En ese momento Oasis era una banda que había penetrado en cada rincón de América. Yo ignoraba ese fenómeno, pero después del show del Coliseum, la compañera de Christina me contó todo de Oasis. Pasemos por la fuerza entre la nieve para entrar al Coliseo, y me alivio ver que el lugar estaba lleno y que el publico era agradecido. Esa noche la empecé viendo a Christina, lo que era una buena cosa, por entonces yo sentía que conectaba con algunas personas. No me sentía enamorado, pero ella era una persona agradable y éramos sexualmente compatibles. No se si era su sonrisa o su energía, pero cuando estuvimos en la cama, me sentí como un vampiro. Al principio de ese tour me caí del escenario. Estábamos tocando las canciones nuevas de One Hot Minute y hacía mucho tiempo que no estaba en un escenario y estaba en medio de un baile robótico con los ojos cerrados cuando tropecé con uno de mis monitores. Me fui derecho abajo del escenario y caí desde una altura de ocho pies, me golpee la cabeza contra el suelo de hormigón y me desmaye. Enseguida volví en si y estuve agradecido de estar conciente, pero mi cabeza era el menor de mis problemas. Antes de caerme, mi pierna estaba enredada con el cable de mi micrófono, así que cuando caí, el cable actuó como el lazo corredizo de un verdugo y desgarro el músculo de mi pantorrilla del hueso. Estaba colgado del revés pensando que podía ocuparme del problema de mi cabeza, pero cuando me pude levantar volví a los camerinos, mi pierna no podía moverse. Acabé el show con una sola pierna y fui al hospital. Tenía algunos puntos en mi cabeza, pero mi pierna se estaba volviendo negra, azul, verde y se veía violentamente desfigurada. Ellos improvisaron con algo parecido a un “Frankenfoot” atado completamente con una enorme selección de correas. Tuve que acabar el resto del tour con ese “Frankenfoot”, por lo que no fueron actuaciones divertidas. 262 Antes de la segunda vuelta del tour tuvimos dos semanas de descanso. Antes de empezar, Sherry Rogers se mudo a San Francisco y empezó una relación con Louis Mathieu quien se mudo desde Los Ángeles para vivir con ella. Use esas dos semanas para ir a visitarla, fuimos a citas y encuentros con salones de tattoos. Había empezado a intimar con Louie. Louie era medio Mexicano, medio judío y 100% psicótico. El estaba loco dentro de si pero tenía una gran calma exterior. Empezó con nosotros atendiendo llamadas en la casa donde grabemos Blood Sugar Sex Magik, entonces lo contratemos como técnico de batería, básicamente creábamos trabajo porque nos gustaba mucho. Louie había sido un pobre traficante en el instituto y entonces el se engancho con la heroína. Había estado varios años yendo de aquí para allá luchando para estar sobrio, pero en ese momento había estado sobrio por muchos años. Louie era cariñoso, entregado y si siempre esta por ti, casi era como un punto donde el era un mecanismo defensivo, el no podía comerciar con lo que estaba haciendo con su propia vida. Pero era un buen compañero de fiestas y el compartía su sobriedad y el amor por la música. La otra cosa que era Louie era que era un hombre que le gustaba viajar. Cuando tuvimos las dos semanas de descanso decidí facilitarles una bonita experiencia y tomé un viaje a Hawai que ellos no hubieran podido permitirse. Alquilamos una casa en el lado soleado de Maui. Cada día, Sherry y yo, íbamos delante de casa, buceábamos en el océano, nadábamos una milla adentro y una milla para volver. Louie se sentaba en la playa, fumaba cigarrillos, café y hacia crucigramas, sintiendo toda la hermosa naturaleza que estaba a su alrededor. En un momento del viaje, Louie y yo estábamos comiendo en un moderno hotel y un pensamiento lleno mi cabeza: “Louie, escucho campanas de boda para ti en un futuro cercano”, el me confeso que estaba sintiendo lo mismo. Unos días mas tarde, cercano al final de nuestra estancia, fui a echar una siesta a mediodía y cuando me levante la casa estaba desierta. Era raro que no estuvieran Louie y Sherry, así que empecé a buscarlos habitación por habitación mientras los llamaba “Louis? Sherry?” Finalmente abrí la puerta de su habitación para ver si ellos estaban echando una siesta. Vi a Louie en un intenso y lento acto amoroso con Sherry, un hombre desnudo encima de una mujer desnuda. Cerré la puerta rápidamente y me sentí fatal por ir a buscárlos. Nueve meses más tarde nacía su hijo Cash, lo que me conecto de manera lejana con su familia. El niño no podía decir “el tio Tony estaba cuando yo fui concebido”. Acabemos el tour de USA en la Costa Este. Considerando que habíamos estado cuatro años sin sacar un disco y que el clima de la música pop había cambiado drásticamente, fue bonito ver que la gente estaba interesada en venir a ver lo que nosotros hacíamos. Cuando nosotros tocábamos en las pistas no vendíamos cada día todas las entradas del tour, pero agradecíamos el recibimiento que había tenido el nuevo material por la gente que venia. En Seattle, me fui en avión con Christina unos días. La banda tenia una noche libre en 263 la ciudad y Oasis tocaba allí. Su manager nos llamo para invitarnos a su concierto, no queríamos ir nadie excepto Christina. En esos momentos Oasis estaba mal, los hermanos estaban constantemente peleándose y los conciertos iban siendo cancelados. Pero finalmente fuimos, y antes del show estuvimos en los camerinos y conocí al cantante. El se presento ante mi y yo dije “Hola Ian, no, Liam”, estábamos en un total “Ian, Liam” momento embarazoso. Entonces fuimos a ver el show. Ellos eran buenos, pero era obvio que se odiaban el uno al otro. Estaban muertos en el escenario. Pero las canciones que cantaban eran buenas, pienso. A medio camino hacia el show, Christina tomo un par de cervezas, se puso cachonda y quiso regalarme un buen trabajo. Así que deambulamos por detrás del escenario. Todas las puertas estaban cerradas, pero encontré una abierta. Estaba debajo del escenario y era la habitación de control eléctrico de todo el estadio, ahí estaban todas las palancas, interruptores y botones. No estiramos en el suelo, nos desnudamos y empezamos a tener sexo. Era una bonita atmósfera, podíamos escuchar los sonidos de la banda ensayando sobre nosotros. Pero en algún momento a lo largo del acto estuvimos demasiado juguetones, tocamos una palanca y las luces se apagaron. Salte y mire toda la tabla conciente de que habíamos cortado la luz y el sonido de todo el estadio. Frenéticamente eleve la palanca y las luces volvieron. Me di cuenta de que habíamos cortado toda la potencia en esa habitación, pero nos pusimos lejos de esa palanca y tuvimos sexo debajo del escenario. Christina era muy divertida y nuestra relación psíquica era muy bonita, pero yo no estaba enamorado de ella como para que fuera mi novia. Unos meses mas tarde, antes de ir al tour Europeo, le dije que no podía verla mas, estuvo bastante molesta, pero Guy estaba fuera de si, “no puedo creer que dejes esta chica. Ella es la primera considerada que ha tenido en mucho tiempo. Te regalaba flores, te amaba, era preciosa, sexy y pequeña”. Pero cuando tu no lo sientes, cuando rompí con ella dijo “Ah, esto es una puteada. Yo estaba segura de que nuestra relación iba a algún lado, pero lo entiendo. Esta es la ultima vez que nosotros tendremos buen sexo”. Yo estaba como “Este es el espíritu!”. Después de la vuelta por la Costa Este, tuvimos unas semanas de vacaciones antes del tour por Australia y Nueva Zelanda. Empezamos en Nueva Zelanda y yo estaba quería hacer mi casa lejos de casa. Por alguna razón yo transmitía en cadena con un exjugador de rugby que ahora era un viejo y brutal agente de estado. En descanso entre concierto y concierto el me llevo a ver esa granja de 169 acres con vistas sobre Kai Para Bay, que estaba a una hora y cincuenta minutos al noreste de Auckland. Fuimos en un buen día soleado. Sentí que me había enamorado de ese lugar, Kai Para Harbor es una increíble y embravecida parte de agua donde hay tiburones blancos que van a criar. 264 Toda mi decisión a encontrar una casa lejos de casa estaba en ese lugar limpio y claro, con buena temperatura que invitaba a nadar en sus aguas o bucear bajo ellas. No tengo ni idea de porque escogí ese lugar, porque no era el único que había. Pero las vistas del puerto eran increíbles, un calidoscopio, una psicodélica mezcla de colores. Y ese agente era el responsable de la subasta de esa propiedad, y estaba vendiendo esa propiedad, casualmente, mientras yo estaba en Australia. “Esta es una oportunidad única para tener esta propiedad. Debes decidir rápido, hay más gente interesada. Tu me haces una llamada y es para ti... blah blah blah”. Yo estaba en el teléfono desde Australia y el estaba en la subasta. “Un millón de dólares, subiendo, subiendo. Alguien da mas de un millón setecientos?”. Yo estaba como. “Ok, doy dos millones” lo siguiente que sabes es que compre ese lugar por mucho mas valor. Cuando volví, la gente empezó a explicarme que ellos no estaban seguros de que nadie hubiera pujado y que todos esos hombres de negocios eran ficticios, pero yo no se si esto es verdad. Acabamos las dos semanas del tour y cada uno volvió a su casa a USA, todos excepto yo. Volví a Nueva Zelanda, me registre para una noche y desayuno y fui a cerrar el trato de lo que me costo dos millones de dólares. Estuve esperando al granjero que me vendió el solar, le di el dinero y me mude a la Costa Dorada de Australia, donde siempre había sol. Inmediatamente, el granjero se mudo, firme los papeles y establecí una cuenta de banco en Auckland. Mucha gente me saludaba por ser el conserje, porque la gente en Nueva Zelanda sabe que necesitaría alguien que se ocupara de la casa cuando me fuera. Es una mentalidad del Medio Oeste. Los conserjes se aseguraban de que no entrara nadie ilegalmente a vivir o robaran las instalaciones. Por ese tiempo que fui a casa estaba preparándome para las fechas europeas. Antes de ir a Europa, tocamos nuestro primer “Tibetan Freedom Festival” en San Francisco. Hubo una buena selección que incluía Smashing Pumpkins, The Beastie Boys, Foo Fighters, Beck, Björk y Rage Against the Machine, pero no fue un buen show para nosotros. Tuvimos problemas con el sonido, pero fue por una buena causa, así que no nos estresamos mucho. Después hubo una fiesta y fui hacia Ione para intentar enmendar para ser como cuando vivíamos juntos. Era el primer intento de arreglas las cosas que hacía y estaba equivocado al pensar que era un buen momento para acercarme, porque ella vino directamente para decirme que yo era un imbécil y que podían darme por culo y se fue. Cuando fuimos a Europa para Junio, todos estaban optimistas en parte porque había estado sobrio durante los tours. Esto fue un sentimiento distintivo de la hermandad que nos unía. La única cosa que salía a la superficie era que Dave no estaba loco por tocar música por tocar y Flea necesitaba vínculos cariñosos. El echaba de menos alguien que lo llamara y dijera “Ven a mi casa y toquemos la guitarra un rato”. Dave no 265 era ese tipo. El era como “Porque voy a querer tocar la guitarra contigo? A caso debemos escribir mas canciones?”. Esto fue una de las desevinencias que se desarrollaron. Pero por otra parte, Dave y Chad empezaron a intimar bastante. Empezamos el tour en Budapest. Todos se entusiasmaron con Praga, pero para mi, Budapest fue una ciudad mucho mas interesante, más exótica, salvaje y más despegada del Comunismo. En Praga actuemos en un pequeño club. Estaba todo empaquetado y fuimos a hacer una ojeada al escenario. Yo estaba un poco fuera de control y caí sobre uno de los monitores. Cuando me levante no estaba en el punto inicial, tuvimos que parar la actuación y llevarme para adentro porque yo tenía un dolor atroz. Al día siguiente yo no podía moverme. Vi a varios practicantes, pero ninguno parecía tener un diagnostico del daño que tenia en mi espalda. Así que ellos me pusieron una correa correctora en mi espalda y yo hice los siguientes shows estando en algún lugar totalmente inmovilizado. Yo estaba totalmente estreñido y no podía sentarme recto, el dolor era demasiado intenso. En cada ciudad donde íbamos visitaba un osteópata, un quiropratcitvo, un practicante de voodoo, pero nadie podía ayudarme. Yo esta postrado en la cama hasta que tenia que ir al escenario, y entonces yo recordaba el advertimiento que me había echo Carolee Brogue, mi profesora de actuación en Fairfax. Ella estaba en Broadway haciendo Peter Pan cuando tuvo un asqueroso virus estomacal, pero ella se puso un pañal y la diarrea le salía a chorros mientras actuaba, pero el show debía continuar. Nosotros estábamos en Bélgica cuando vino con un enorme, dulce, y exuberante compañero Belga que entro por mi puerta hablando flamenco. El era un osteópata. Yo pensaba “Otro curandero que no sabrá que hacer”, el me examino, me levanto y anduvo alrededor y me dijo que me tumbara en la cama. Ese gran tipo empezó a trabajar conmigo. Levantó mi pierna y puso su peso en ella, y PLOP! Mi espalda había vuelto a su lugar con un golpe seco. Esta como si hubiera roto un muñeco para comprar uno nuevo. Yo tenía dislocado mi “sacrum”. Estaba rehabilitado y empezamos a tocar bien. Francia estuvo bien, entonces fuimos a Inglaterra y tocamos en Wembley. Ese fue el mejor show que hicimos con Dave. Guy estaba allí y decidió de hacer de casamentero. A veces durante la primavera, el iba a algunas fiestas en Los Ángeles y conoció una chica que vivía en Londres. El me aseguro que esa chica era mi tipo. Después del show de Wembley me presento esa chica llamada Raquel. El estaba en lo correcto, inmediatamente me sentí atraído por ella. Decidí registrarme en un hotel y quedarme en Londres mientras todos volvían a casa. La siguiente noche Raquel y yo fuimos a cenar y a pasear por el parque. De súbito empezamos a entender donde queríamos ir, volvimos a su apartamento, hicimos el amor y ella estuvo maravillosa, como Guy había prometido, era una chica especial. Estábamos en nuestro descanso post-coital cuando ella me dijo: “Tengo que contarte que esto es extraño, porque la ultima persona con la que tuve una relación sexual fue 266 con tu ex-novia Ione. Y por supuesto, esto hace esta experiencia mucho mejor”. Entre tres billones de chicas del mundo yo tenia que acabar con una que había estado con Ione. La parte irónica de todo esto era que cuando yo conocí a Jaime, ella era parte del mundo de los Bestie Boy porque era novia de uno de ellos. Mientras ella estaba con ellos conoció a Adam y Ione, quienes estaban casados entonces. Mientras Adam estaba fuera de la habitación Ione fue a darle un beso a Jaime con la boca entreabierta. Para entonces Adam y Ione estaban separados, pero encontré interesante que Ione y yo tuviéramos gustos similares con las mujeres. Estuve unos días con Raquel, pero era el momento de volver a casa. Y también era la hora de volver a irme de juerga con la drogas. Era algo que tenia que pasar antes o después, porque yo no estaba cuidándome a mi mismo. Pienso que el hecho de que yo estuviera todo el tiempo intimando con una chica impidió que recayera antes en ese episodio. Ahora yo tenía algo de tiempo para mí y estaba en casa solo, que empezaba a ser un palacio agobiante. Estuve dos semanas de aquí por allá y entonces fui al Cabo de San Lucas para volver a mi rutina: dormir durante tres días, dar patadas, comer como un demonio y nadar. El mismo hotel, la misma habitación y el mismo programa en la TV por satélite. Cuando llegué de Cabo, Louie me vino a buscar al aeropuerto y se quedó conmigo. Estuve en su casa unos días y me iba a marchar cuando recibí una llamada telefónica. Era mi querida tia Mickey, una de mis tias favoritas, la segunda de las cuatro hermanas de mi madre. Ella estaba histérica diciendo “Steve ha muerto! Steve ha muerto!” una y otra vez. Supuse que se trataba de su hijo, porque ella tenía un hijo y un nieto llamados Steven. Le pregunte que Steve y ella sollozó “el Steve de tu madre”. De repente mi corazón, mi alma y todos mis sentidos de estar bien se fueron a Michigan. El era el tipo quien reconstruyo mi familia de nuevo y que nos dio todo se amor, el atento, cariñoso, trabajador, honesto, el cabecilla del grupo. El levantó a Julie, a Jenni y los perros, los gatos, el caballo y mi madre lo amaba, ellos estaban bien juntos. Yo pensé “Oh mierda. Mi padrastro de cincuenta y un años se fue y tuvo un ataque al corazón en el jardín a las dos de la tarde”. Agradecí a Dios que yo no estuviera en una habitación del motel fumando crack cuando recibí la noticia. Yo estaba recién duchado con una comida extra en mi estomago. Esto se produjo el único día que tenia limpio el estado de mi mente, todos los demás estaban destrozados, confundidos y rotos. Hicimos un enorme funeral y el capellán hizo la misa con la mitad de Grand Rapids diciendo adiós a Steve y haciendo homenaje a ese ciudadano único. Mi familia me eligió para que yo hiciera los elogios. No sabia que escribir sobre alguien como el. Para un niño como yo, que siempre iba detrás de mi madre, Steve se introdujo en el panorama como un enorme apoyo. Era como “Ok, ahora yo puedo volver a ser un chico otra vez y no debo preocuparme porque mi madre este transtronada por un presidiario.” Esto fue una extraordinaria 267 experiencia para mostrar en esa iglesia con centenares de personas, todos en esa misma sensación de amor, gratitud y aprecio por esa persona. Volviendo a Los Ángeles, estaba sentado en mi casa un día cuando recibí una de esas periódicas llamadas locas de Lindy, el estaba en su apartamento/oficina en Studio City, fumando sus Merits y contándome que la Cerveza Molson nos ofrecía un millón de dólares por volar hacia el Polo Norte y hacer un concierto para los ganadores del concurso. Ellos querían usar nuestro nombre y nuestra música para vender sus cervezas en Canadá desde hacía un par de meses. Esta no era la primera vez que teníamos una oferta de una gran empresa. Un año después de “Under The Bridge”, Mc Donald’s vino con una gran campaña para vender hamburguesas usando nuestra canción. Ellos nos ofrecían 2 millones de dólares, pero nosotros no queríamos que nuestro nombre se asociara al suyo. La oferta de Molson era interesante porque ellos no querían usar nuestra imagen y era una campaña por la radio en Canadá. Básicamente, nuestra música sería oída por muchas orejas varias veces al día, además todos queríamos ir al Polo Norte. Molson se encargo de todas las cosas del sonido. Tuvimos un avión privado y todo tipo de acomodaciones. El show fue para una audiencia de unas 100 personas y nosotros estábamos en el final de la tierra viendo la Aurora Boreal. A pesar de lo bueno y de lo malo acordemos hacer esto. Volemos hacía Montreal y tomamos un gran avión para volar hacía el norte durante ocho horas. Fuimos hacía el lugar y allí solo había un lugar donde estar, un lugar de barracas típicas llamado “Narwhal”, llamado después “El Unicornio Ballena”. Eso no era una ciudad, era un lugar donde vivían un puñado de indios nativos desde hacía mucho tiempo. Estuvimos allí el día antes del show, así que hicimos algo de “snowmobiling” y ellos nos hicieron un tour por el Polo Norte en un pequeño avión. Nos asombramos del hermoso y estéril paisaje blanco y azul. Supusimos que haríamos la actuación en una cubierta de algún barco rompehielos ruso, pero estábamos en Septiembre y helaba fuera, con ráfagas de cincuenta nudos, así que el concierto se mudo a un almacén. Una cosa de la que nos orgullecemos es de ser profesionales. Cuando nosotros tocamos, lo hacemos todo de una manera genial. Pero a veces la atmósfera que hay hace imposible tocar un show de rock normal cuando tu estas allí y boom!, tu empiezas a hacer una mierda. Subimos al escenario y vimos a cien personas que habían volado hacía allí, y ellos vestían ropa divertida y tenían sus Molson en las manos, era como si estuviéramos en una fiesta mala de la oficina. Yo enchufé el micro y la música empezó, era el momento de que yo cantara pero no podía parar de reírme. Lo absurdo de ese show de negocio me aplastó y yo no podía cantar. Eventualmente, me centre, pero solo un par de canciones y volví treinta años atrás y estalle en algunas de nuestras viejas comedias rutinarias y empecé a mear hacía fuera y fue algo que nos divirtió con la audiencia. Eso fue algo más que bromas cómicas, era la música. No se 268 cuanto duro ese show pero cuando acabo estaba feliz. Volamos a casa esa noche y vimos la Aurora boreal y un mundo de colores y formaciones de nubes, yo me sentía como en una misión en Marte. Cuando volví a Los Ángeles empecé mi propia misión privada en Marte, un montón de furiosas rondas de drogas que seguirían en los dos próximos meses. Yo quería irme fuera algunas semanas por ese tiempo, y aunque la idea de volver a drogarme era repugnante para mí y yo quería parar, no podía hacerlo, que es lo que dice en un diccionario sobre una adicción. Todas esas mierdas extrañas sucedan en mis correrías. En una de esas correrías me quede sin drogas a las cuatro y cuarto de la mañana. En ese momento yo no estaba sintonizado con la tecnología de un cajero automático y yo necesitaba dinero, podía ir al banco y sacar un poco de dinero con la tarjeta de crédito o visitar una oficina de “American Express” donde yo podía sacar algo de mis diez mil dólares para drogarme. Pero ahora no tenía dinero ni droga y yo estaba en el frenesí de ir colocado. Yo tenía una hermosa guitarra Stratocaster de color blanca firmada por los Rolling Stones. Tommy Mottola me la había regalado cuando el escogió firmar por los Chili Peppers para Sonic/Epic. Yo supuse que podía ir a la ciudad y conseguir varios miles de dólares por esa guitarra. Así que bajé al centro hacía un callejo con poca luz donde los hombres vendían sus mercancías, pero ahora solo había un hombre trabajando a esas altas horas. “Que me das por esto?” le pregunte enseñándole la guitarra. El gruño “Nada”. “No, no, tu no lo entiendes” lo presione, “es una guitarra firmada por los Rolling Stones”. “Dinero, señor, dinero” repitió el, era obvio que el no hablaba ingles y que no sabia nada de los Rolling. “Pero esto es valioso” proteste. El finalmente me ofreció el más pequeño montón de heroína que jamás he visto. “Más!” yo proteste, pero el me dijo que era eso o nada. Yo estaba tan desesperado que cambie la guitarra firmada por un poco droga que solo me coloco durante diez minutos. Durante todas esas correrías, yo tuve el apoyo de Bob Timmons, quien estaba constantemente intentando que ingresara en Exodus otra vez. También estaba recibiendo mucho amor de una amiga mía, una preciosa hippie comunista de la Venice Beach llamada Gloria Scott. La primera vez que vi a Gloria ella estaba hablando en una reunión en Hollywood durante mi primera parte de sobriedad a finales de los ‘80. Ella decía que había sido una traficante de drogas y drogadicta en toda su vida, vaciando farmacias y siendo una estafadora, pero ella también hablo sobre los años ‘60 y Allen Ginsberg. 269 Para entonces ella llevaba sobria diez años, yo pensé “esta señorita es la persona más tranquila que nunca he visto. Ella es antipática y no intenta endulzar todo esto, dice las cosas como “Jodete si no te gusta lo que digo, hijo de puta, estas aquí?”” Ella decía que era una luchadora como Neil Young. Entones dijo “Yo he vivido en una habitación de un bungalow debajo de Venecia desde 1967. Yo estaba haciendo tratos con Jim Morrison antes de que tú cagaras. La única cosa que yo tengo en mi casa es un póster de Che Guevara, uno de Neil Young y otro de la pandilla de los Red Hot Chili Peppers con los calcetines en sus penes”. Yo fui hacia ella después de la reunión y le conté que estaba orgulloso estar en su pared al lado de Neil. Nos hicimos rápidamente amigos, como Harols y Maude, pero sin romance. Cuando empecé a perderme y empezaba a estar cada vez mas desesperado y aislado, yo paraba y contestaba al teléfono, entonces miraba en el correo y allí había una postal de esa guerrera americana. Detrás Gloria había escrito “Nunca debes rendirte, eres un luchador. Tú eres un guerrero y vencerás esto de nuevo levantándote otra vez. Tengo confianza en ti. Yo nunca te olvido, nunca olvides quien eres tu mismo”. Yo leía esto en mi cocina y pensé “Aquí esta una persona que cree que puedo ganar esta lucha”. Por ese tiempo, yo tuve un sueño en el que conducía sobre las cuatro y cuarto de la mañana, que es una hora oscura de la noche antes de que el sol salga. Estaba en un lugar oscuro y llovía y yo estaba en una intersección entre Melrose y San Vicente. Las calles estaban muertas y yo conducía rápido y furioso, arañando las esquinas, iba con una odiosa pasión. Yo debía ir lleno de droga porque conducía como si mi vida dependiera de ello. Era espeluznante y horripilante, oscuro y llovioso, y yo estaba solo en el coche, conduciendo y conduciendo hacía ninguna parte, una mano apareció y luchaba conmigo por el control del coche. Observé quien era la persona que estaba sentada a mi lado, pero tenia un sombrero que le tapaba cara, lo único que sabia que era una persona demoníaca. Nosotros conducimos peligrosamente y yo empezaba a estar aterrorizado de lo que estaba viendo. Entonces conducimos por una calle luminosa y la luz ilumino la cara del intruso. Y era yo. Tenía una horrible sonrisa que daba miedo en mi cara y tenia el volante diciendo: “Estoy yéndome, estoy yéndome, estoy yéndome”. Cerca del final de Octubre ingrese de nuevo en Exodus, me había resignado a tener que volver de nuevo allí. Ese día yo tuve una llamada de Bob Forrest. “Que estas haciendo?” me pregunto. “Me siento como un gangster en una de esas viejas películas policíacas. Tengo que rodar mi salida de este lugar” bromee. Estaba tomándole el pelo, siendo un personaje actuando en una escena, intentando hacer luz en ese jodido lugar donde yo estaba. Bob dijo “Oh, de verdad? Suenas como un loco. Estas seguro de que todo va bien?” “Yeah, yo ahora estoy aquí y veo lo que sucede”. Estuve esa noche, el día siguiente me levante y tuve un llamamiento. Y el llamamiento 270 era que yo tenía que irme y volver a colocarme de nuevo. Así que tomé mis cosas y dije adiós a la enfermera Kathy, que era la única persona sana en todo ese lugar. Todos los demás estaban allí para hacer rehabilitación. Ande por el pasillo y una mujer venía corriendo desde la otra ala del hospital, subió hacia el recibidor y se enfrentó a mi. “Que piensas que estas haciendo?” dijo ella. “Tu sabes que... yo no estoy preparado para estar en rehabilitación, así que me voy” dije. “No puedes irte” dijo ella con finalidad. “Nosotros no permitiremos que te vayas”. “Déjame, intenta pararme” dije y fui unos pasos hacia la salida y ella vino hacía mi. “No, en realidad, hemos cerrado las puertas. Nosotros vamos a encerrarte en tu habitación de nuevo” me amenazó. “Cerraste las puertas? Yo puedo joderme en mi cama, abrir la ventana y largarme cuando quiera. Tu no tienes nada que decir sobre esto, señorita”. Sobre que estaba hablando ella? Yo podía escapar con facilidad. Yo estaba allí voluntariamente y yo podía irme cuando quisiera, o ese era mi pensamiento. “Yo haré algo sobre todo lo que has dicho en este momento” dijo. Estaba meando fuera de lugar. Yo tenía un trabajo serio allí. Tenía algo de dinero par tomar un taxi y esperar un rato mientras hablaba con alguien en la esquina. Entonces yo buscaría una habitación en algún motel. Tenía una importante agenda. Pero cuando iba a salir, ella apretó un botón. Por supuesto, ellos tenían control en cada sitio de ese lugar. Ellos me tenían atrapado como si fuera una pequeña muñeca de trapo y empecé a correr hacia abajo el recibidor. “Hey! Que estas haciendo? Déjame salir colega, tengo cosas que hacer” yo estaba despotricando, pero ellos me ignoraron y me llevaron mas allá, a algún lugar parecido a una prisión con puertas electrónicas, una unidad que era la sala mental, eso era. Encerrado. Tú estas enjaulado ahora, loco, aislado, solo en esta sala. Yo pedí una explicación “Que mierda estas haciendo?”. “Ahora tu estas encerrado. Estarás aquí las próximas setenta y dos horas mientras te observamos” dijo uno de los guardias. Era como si me dijera setenta y dos años. Setenta y dos horas no era aceptable para mí. Si ellos me decían diez minutos yo podía haber aceptado aquello. Pero yo tenía negocios apremiantes fuera. “Oh no. No, no, no. Quiero llamar a mi abogado. Yo pido hablar con mi abogado” chillé. “Cállate. Nadie puede escucharte y tu estas en esta habitación y puedes tranquilizarte” dijo para mi fastidio. Explore el pasillo. No había forma de salir de allí. El lugar estaba sellado como un bidón. Pero yo había estado en el recibidor y había visto una jauría de pájaros locos 271 estar en el patio para fumar a través de unas puertas de cristal. Yo miré fuera y vi el patio que estaba rodeado por un muro de unos ocho pies de alto con nada a su alrededor. Ese no era el modo en el que podía salir a no ser que tuviera algo que me ayudara. Entonces vi un aro de básquet a unos ocho pies enfrente del muro. Y vi mi oportunidad. Los vigilantes solo podían dejar pasar a la enfermera, pero justo entonces paso un medico por allí. El tenia bolígrafos en el bolsillo y el estetoscopio, y el iba leyendo un gráfico y también llevaba un enorme juego de llaves colgando de su bata. “Perdóneme doctor, yo estaba fuera y me olvidé los cigarrillos. Puede dejarme salir al área del patio para cogerlos?”. “No estoy autorizado para abrir esta puerta. Es la política de aquí”. dijo entre dientes. “Lo se. Pero si usted abre la puerta, yo voy en un minuto y fumo rápidamente”. Yo estaba usando todas las técnicas de control mental que podía con ese tipo y costó. El abrió la puerta y se lo agradecí. Al minuto de darse la vuelta me subí arriba del aro de básquet, me mantuve encima de el, mi cuerpo estaba delgado y aguanto mi peso, y en cuanto pude salte y llegué justo a sujetarme con los dedos al muro. Un esfuerzo mas y podría sacar mi cuerpo de allí. Salté hacía abajo. Estaba libre. Empecé a andar hacia abajo por la acera dos manzanas, entonces paré para pensar mi próximo movimiento. No había nadie viniendo detrás de mí, así que me figuré que ellos estaban felices de deshacerse de mí porque solo había causado problemas. Eché una ojeada a mí alrededor y vi que estaba justo delante de una sucursal de mi banco. Que buena suerte. Yo podía sacar algo de efectivo y empezar mi excelente aventura. Nunca pensé que podía encontrarme con un empleado del hospital ingresando un cheque, pero cuando ella me miro yo ya estaba en la mesa del jefe de la sucursal. El me miro “Anthony Kiedis! Es un placer. En que podemos ayudarle?”. “Tengo que estar en el barrio, y necesito algo de dinero. Y por favor... puedes llamar un taxi?.” “Estaré feliz de hacerlo” dijo “Vamos, siéntate”. El llamó a un taxista y le conté que necesitaba retirar unos dos mil dólares, estaba sentado en medio del banco pensando “Aleluya, voy a estar volando como una cometa en cuarenta y cinco minutos”, cuando repentinamente mis sensores radares empezaron a pitar, eché una ojeada y vi los mismos grandes hijos de puta que me habían abordado en el recibidor del hospital que venían hacía mi desde cada parte del banco. Entonces mira hacía fuera por las grandes ventanas y vi policías uniformados alrededor del edificio con enfermeras, auxiliares y un amigo mío llamado Harols que trabajaba como especialista de rehabilitación en el hospital. Estaba seguro que esos tipos venían por mí. Una vez en la calle, ninguno de esos me atraparía, ni siquiera la policía. Saltaría dentro de un camión, tomará un barco y desaparecería entre los arbustos. Ellos no me atraparían. Así que salte de la silla y corrí 272 a través de banco, sin pararme ante nada que hubiera en mi camino. Pasé por la puerta que había dentro de la oficina, iba a dar a un edificio del banco, igualmente entre en el recibidor, mientras todo el pelotón de guardias empezaban a correr hacía mi. “Wow! Yo no puedo salir por aquí” y salí corriendo hacía otra dirección y allí habían mas tipos avanzando hacía mi desde todos lados, no podía ir por ninguna parte, así que pensé “jódanse” y fui a cabezazos contra esos tipos. Me las apañe para arrollar a varios guardias del edificio y salí inmediatamente hacía la calle, pero estaba ya dominando la situación cuando uno de esos enormes guardias del hospital me placó con su enrome cuerpo. Me apretó tanto que pensé que mi hígado estaba exprimido y que debía estar en mis tobillos. En ese momento estaba debilitado como un perro. “Descansa, colega, descansa” dije. “Porque te preocupas por esos cabrones? Vente conmigo”. “No chico. Tu te has escapado de la celda, nosotros somos responsables de cualquier cosa que hagas” me dijo. El también me contó que un empleado del hospital me había visto sentado en la mesa del banquero cuando yo debía estar en la celda, ahora tenía un policía en cada esquina del barrio buscándome. Ellos me esposaron y me echaron a un coche de policía que me devolvió al hospital, donde descubrí que tenía que estar encerrado setenta y dos horas en observación porque Bob Forrest les había explicado nuestra conversación. El llamó a Lindy y se les metió en la cabeza que yo era un suicida, así que decidieron explicarlo todo. El hospital podía haber ignorado aquello, pero probablemente, la última cosa que necesitaban era otra situación como la de Kurt Cobain en sus manos. Eso era absurdo, yo nunca dije nada sobre suicidarme. Nunca dije que tuviera una escopeta. Todo lo que dije, con una voz de gangster a lo Jimmy Cagney, fue “Yo estoy calentando. Tengo que rodar mi salida de este lugar ahora mismo”. El lunático de Bob Forrest, el rey de las exageraciones, rumores, y mentiras había empezado a rodar esa pelota. Y ahora yo estaba encerrado. Cuando yo estuve de nuevo allí fui directo al teléfono y llame a Eric Greenspan: “Quiero un puto abogado que venga aquí mismo y me saque ahora. No soy un suicida. Sácame ahora mismo de este hospital”. Eric me prometió que me ayudaría, pero dijo que le costaría un poco de tiempo. Mientras tanto yo tenía asignada una habitación con un perro guardián las veinticuatro horas en mi puerta. Estaba preparado para desocupar la celda con chimeneas de ventilación, tenía que salir de allí, porque ahora mi vida era extraña y fea. Al día siguiente la enfermera me dijo que podía despedirme tan pronto como el doctor firmara mis papeles. Después de un par de horas, ella volvió con un policía y dijo “Antes de nada, ahí hay varías personas que quieren verte”. “Uh, eso no es posible, yo supongo que será algún empleado...” Al pasar la puerta vi a Bob Timmons acompañado por algunos de mis amigos y mi pobre madre, quien había volado desde Michigan. Yo no estaba del todo feliz de que 273 alguien hubiera llamado a mi madre y que ella hubiera volado para ocuparse de toda esa confusión. Estaba como emboscado con toda esa intervención. Nos sentamos abajo y ellos empezaron a hablar sobre lo que había ocurrido y de que estaba totalmente enfermo. Cada cosa que salía de mi boca era una mentira o una manipulación. Todo lo que dije era desde mi punto de vista para dominar esa escena y ser libre para irme. “Hey, todo esta bien. Estoy listo para estar bien, solo que no quiero estar en rehabilitación. He estado pensándolo. Y por supuesto yo me recuperare y blah blah blah…” Yo los estafe diciendo todo eso de que iba a trabajar para estar sobrio, yo no tenía intención de ponerme bien, pero les conté lo que querían oír para que me dejaran salir del hospital. Dejamos el hospital y fuimos a celebrar la nueva sobriedad que recién empezaba, cosa que yo sabía que no era ni bueno ni malo para empezar. Todos empezaron a comer, pero yo estaba mordisqueando, picando y apartando la comida de mí alrededor. “Ok, me voy a casa ahora para coger mis libretas y entonces me encontrare con mama, volaré hacía casa con ella mañana y volveré a trabajar en mi rescate”. “De verdad quieres hacerlo tu mismo? Seguro que no quieres que te acompañe?” me pregunto mi amiga Chris. Insistí en ir solo. Subí en mi moto, tomé algo de dinero, compre algo de drogas y me registre en el Hotel Bonaventure, un gran y moderno hotel en el centro de Los Ángeles. Había pasado una semana encerrado y tenía el mono. Me metí en el baño, yo estaba en medio de la histeria y tuve una mala idea que se ilumino en mi cabeza. Volví atrás, agarré la bici y conduje hasta el comerciante de Chevy para comprar un nuevo coche. Mi lógica estaba volteada y yo solo hacía lo que pensaba, compraría el coche y conduciría sin destinación en mi mente y me encontraría mejor. Cuando llegué a la tienda justo ellos estaban cerrando. “Espera, espera. Necesito comprar un coche. Dame el mejor Chevy negro y grande que tengas”. Ellos me miraron escépticos porque no era mas que un tipo que había aparecido en la calle, pero cuando les mostré mi tarjeta Amex y la comprobaron me atendieron con muy buena actitud. Ellos me vendieron un precioso Chevy Tahoe y estuvieron muy contentos de traerme a Bonaventure y entregármelo. La mañana siguiente decidí que era el momento de largarme, así que deje mi moto en el parquing del hotel y me metí en el nuevo Chevy SUV y empecé a ir hacia el este. Estaba pensando en conducir hasta Colorado o Dakota pero solo llegue lo mas al este posible de Los Ángeles porque no me sentía bien. Así que me registre en un motel y me coloque, me coloque, me coloque y me coloque, y me di cuenta que conducir esa larga distancia de aquella manera no era una buena idea. Conduje hacia Berverly Hills y me registre en un Hotel en Roberston y tire todas mis drogas, estaba en un punto en que no quería colocarme mas. Estaba despierto, vivo, 274 vacío, triste, cansado, enfadado y aterrorizado por el último lío que había montado. Decidí que debía volver a Michigan con mi madre. La llame a su hotel, pero ella había dejado la ciudad esa mañana furiosa porque le había vuelto a mentir. Tomé mi nuevo coche y conduje al aeropuerto. Encontré una cabina telefónica y llame a Lindy para disculparme. Cuando yo estaba en Exodus, el había intentado desesperadamente de sacarme de esa celda. Tenía que llamar a Lindy y pedirle perdón. Volé hacia Michigan y fui hacía la casa country que tenía Mama y escogí quedarme con ella algún tiempo. Eso era una etapa para mí. Yo había estado encerrado en una celda para locos, había escapado, había vuelto, había tenido una intervención y unos interventores, había flipado, comprado un coche pensando en cruzar el país, me había metido un montón de drogas en mi cuerpo, decidido que no quería colocarme mas y ahora volvía a estar en casa de mi madre, temblando tras otra retirada. Me sentía muy mal porque mi madre hubiera tenido que volver a pasarlo mal, cuando no habían pasado aun dos meses desde que muriera su compañero sentimental y ahora ella y ahora tenía allí un débil espantapájaros que sacar adelante. Pero las madres son resistentes y ella tenía claro donde tenía que estar. Yo estaba vivo y preparado para luchar contra mi mismo una vez más. Estaba agradecido de estar en esa enorme casa del abuelo de Steve. Me ayudaría a mi mismo con algunos pavos que fue lo primero que comí en largo tiempo. Si yo podía caer en la tentación de fumar crack o tomar algo, yo comía un buen plato de pavo y no me preocupaba por eso. 275 Capítulo XIII Nada Flea llama a 1997 “El año de la nada” porque tocamos sólo un concierto ese año, un festival en Julio, y hasta ese show quedo accidentado después de tocar dos tercios del mismo, por un huracan. Pero para mí, 1997 fue un año lleno de aventuras y desventuras, saltos hacia delante y muchos pasos hacia atrás, otro año de mi confusa, “Jekyll y Hyde” existencia. El año empezó con una nota suficientemente positiva. Fue en Nueva Zelanda, alistando mi casa. Me acuerdo de haber estado en Auckland en víspera de Año Nuevo y viendo fiesteros primerizos en las calles tomando cocaína y champagne. Me parecía horroroso. Estaba contento de no estar en ese lugar. La verdad es que probablemente no había suficiente cocaína en un país tan chico como ese, como para mantenerme satisfecho por ningún periodo de tiempo. No tenía ninguna obligación con la banda para este momento. “One Hot Minute” no había vendido bien, especialmente comparado con Blood Sugar Sex Magik, entonces disminuimos la gira. Como yo ya estaba en Nueva Zelanda, había planeado tomarme un mes y explorar la India. Fui a Puttaparthi por una semana, y después a Nueva Delhi. Pero lo mejor de mi viaje fue un paseo espontáneo que hice a Dharamsala para ver al Dalai Lama. Tome el tren hacia Rishikesh y luego contrate a un conductor para que me lleve a través del Himalaya. Dharamsala parecía estar en un mundo diferente, tallado entre las montañas, con calles polvorientas y caminos de madera, como un viejo pueblo del oeste. Tome una habitación y después me fui a caminar por el pueblo. Comí en un delicioso restaurante vegetariano y después eche un vistazo en algunas tiendas y compre unas semillas de Tonka. El pueblo estaba lleno de monjes pelados usando togas de color azafrán. La siguiente mañana, me desperté y camine hacia el templo del Dalai Lama. Encontré la oficina y me acerque a uno de los monjes que trabajaba ahí. “Podría usted, por favor, informarle al Dalai Lama que Anthony Kiedis esta aquí? Se que debe estar ocupado, pero me gustaría saludarlo” dije. Toda la gente en la oficina se empezó a reír a carcajadas, “Señor, se da cuenta de lo que acaba de decir?”, uno de ellos me dijo. Mitad del planeta Tierra esta en cola para saludar al Dalai Lama. Cómo cree que puede solo venir y verlo?. Su itinerario esta reservado por los próximos tres años”. Siguió y siguió, diciéndome todas las cuestiones de las que tenía que encargarse el Dalai Lama, y que era el hombre más ocupado del planeta. “Bueno, entiendo. Sólo déjele una nota diciendo que Anthony Kiedis le deja saludos. 276 Sólo quería hacer contacto”, dije. Ellos prometieron decirle, y empezaron a reír de nuevo. Me fui un poco desanimado, pensando “Bueno, vine un camino muy largo para conocer al Mago de Oz, pero parece que no lo voy a hacer. Así es la vida”. Era un camino de cinco minutos hasta mi hotel, y cuando llegue, la recepcionista parecía emocionada. “Oh, señor Kiedis, venga de inmediato. Tiene un mensaje de la oficina del Dalai Lama. Esto es emocionante. Ellos insisten en que usted vaya mañana a las ocho de la mañana”. Me desperté temprano la siguiente mañana y fui a la oficina. “Así serán las cosas”, me sermoneaban. “Primero que nada, tienes que pasar por el detector de metales. Luego, debes dejar tu mochila. Tenemos que tomar estas medidas de seguridad porque siempre estamos recibiendo amenazas de muerte de los chinos. Luego te debes parar en la esquina del patio, por donde el Dalai Lama va a pasar con sus guardias para ir a sus clases. Quizás, mientras el este caminando, te puede saludar con la mano, nunca se sabe. No esperes que lo haga, pero puede ser”. Yo, dudosamente, fui a través del detector de metales, entregue mi mochila y mi cámara. Me pare donde me habían asignado en la esquina, y de repente, atención! Aquí venia el Dalai Lama con sus guardias rodeándolo. Miro hacia arriba y me vio, y sus ojos se iluminaron y se formo una gran sonrisa en su cara. Giró de su camino, y vino directo hacia mí. Yo estaba shockeado, esperando un guiño y aquí estaba el, caminando justo hacia mi. Agarro mi mano con sus manos, y me miro a los ojos. “Anthony, bienvenido a la India”. Qué te inspiro para venir hasta aquí?”. “Sólo quería ver el país” dije. “No es India un lugar asombroso, los olores y los colores a donde vayas? Dónde esta tu cámara? Tenemos que sacarnos una foto los dos”. “Ellos se quedaron todo cuando entre” dije. “Vayan a buscar su cámara, por el amor de Dios” le grito a uno de los ayudantes. “En qué pensabas? El necesita la cámara”. El ayudante volvió con mi camarita desechable de mierda. El Dalai Lama sonrió. “Vamos a tomarnos una foto”. Todo el tiempo que estuvimos hablando, el no soltó mi mano. Era suave, y yo no me di cuenta por un tiempo, pero definitivamente el me estaba mandado algo de su jugo. El ayudante saco una foto. “Bueno, ahora vamos a sacar una larga, de todo el cuerpo”, le ordeno. Hablamos un poco más, y luego me presento una copia de su libro firmado para mí. Me dio el libro, algunas monedas viejas tibetanas y un pañuelo blanco de seda, que bendijo. “Muchas gracias por la visita”, dije. “Si hay algo que alguna vez pueda hacer para 277 ayudar a su causa, avíseme.” “Hay algo que puedes hacer, si Adam Yauch (de los Beasty Boys) alguna vez te llama para tocar en otro festival para nosotros, por favor, estate disponible”. “Si Adam llama, vamos a rockear el lugar”, prometí. “Sabes que me encantaría quedarme y charlar, pero todos estos viejos tibetanos están esperando”, dijo. “Tengo que ir a enseñar un curso avanzado. Por supuesto, estas invitado a venir. No vas a entender una palabra de lo que digan, pero creo que solo sentarte ahí será una experiencia agradable para ti. Les diré que te consigan un lugar adelante así podes ver que esta pasando ahí”. Y luego se fue. “Esto es tan raro” dijo uno de los ayudantes. “No puedo creer que te invito a ti, de toda la gente, a un curso de Tantra avanzado. Tienes que estudiar 50 años para ir ahí”. Fui a la clase al aire libre, y ellos me sentaron bien adelante. La clase estaba llena de estos locos viejos monjes usando grandes adornos en la cabeza que parecían romanos. Estaban todos meditando y haciendo ruidos, el Dalai Lama estaba sentado en una plataforma elevada y un ayudante al lado de el hacia la mayor parte de lo hablado y leído. Empezaron a pasar una copa dorada llena de leche rancia de yak tibetano. Todos los mayores monjes tomaban un buen trago de la infusión, así que pensé, “Si, nena, dame un poco de esa rancia leche de yak”. Un monje me pasó la copa, y tome un trago, pero no estaba preparado. Pensaba que podía manejar cualquier mierda con gusto raro, pero esto no lo era. Entonces por eso era que tomaba cincuenta años prepararse para este curso. Me fui al primer recreo, realmente impresionado por la perseverancia de los monjes. Ante de partir para Nueva Zelanda e India, yo le había sugerido a Louis que el y Sherry se mudaran conmigo, porque Sherry estaba esperando un niño. Pensé que seria lindo invitar la energía y el calor y vida de una familia a mí relativamente, no vivida casa. Entonces fui a casa a ellos y el bebe Cash ya viviendo bajo mi techo. Cash era un niño asombroso, y tuvimos un lindo ambiente familiar, haciendo pochoclos y mirando películas juntos. Pero no paso mucho hasta que yo empecé a drogarme de nuevo. Cuando empecé otra vez, mis amigos no lo entendían. Todos ellos pensaban “Ahora que conoció al Dalai Lama, no va a volver a drogarse”. Eso no tenía nada que ver con las drogas. Yo no tenía que ir a India para una iluminación espiritual. El valor de la espiritualidad de la vida diaria estaba ahí adelante mío, estaba en cada rincón y hueco si quería verlo, pero había elegido ignorarlo. Empecé a hacer el circuito del hotel del centro, quedándome afuera por huidas de seis o siete días. El único inconveniente es que ahora tenía toda una familia en casa, esperando nerviosamente que yo volviera. En uno de esos viajes, me escabullí a las cinco de la mañana, tratando de no despertar a Cash. Me quería meter en mi habitación e ir a dormir por un par de días y lidiar con las consecuencias de la gente 278 preocupada lo más lejos en el futuro como fuera posible, cuando ví que Sherry había puesto un pequeño santuario para mí. Había tomado una de las fotos del Dalai Lama conmigo y lo había enmarcado en un lindo marquito barato y había preparado un plato de pochoclos al lado. Eso casi rompió mi corazón. Otra vez que entre escabulléndome tarde en le noche y abrí la puerta de mi pieza. Un muchachito se sentó en la cama y dijo “Oh Dios, por favor, oh!. Era el padre de Louis, durmiendo en mi cama en mi ausencia. Yo había vuelto porque necesitaba más efectivo para continuar mi gira. Mientras tome algo de dinero y empezaba a irme, Sherry estaba fuera de sí. “Eso es todo, suficiente. Vas a ir a rehabilitación. Esto es una locura” ella dijo. Yo estuve de acuerdo en subirme a mi moto e ir a “Impacto”, un centro de rehabilitación extremo en Pasadena. La imagen de Pasadena es de un seguro, calmo, residencial paraíso de donde viene la viejita famosa de los Beach Boys, pero Pasadena del norte, donde se ubicaba Impacto era un proyecto duro de ghetto. Impacto era conocido como ‘la última casa’ de la cuadra. Después de que hayas ido a todos los centros de rehabilitación y todas las cárceles, ahí era donde terminabas. Era el ultimo “no-es-broma, ponte-sobrio-o-muérete” lugar. Ahí estaba yo a los treinta y cuatro años, compartiendo una habitación con otros tres chicos. Estaba determinado a atravesar la estadía de veintiocho días esta vez y empezar a trabajar sobre mis demonios. El problema era que, a pesar de todo el trabajo que hice allí, nunca quise estar sobrio todo el tiempo que estuve. Avanzaba en el camino y me ponía en serio para no drogarme, pero mi deseo de elevarme estaba todavía muy presente en mi conciencia. Todos los días, pasaba al menos un par de horas pensando en salir, conseguir algo de dinero y drogarme y hacerlo todo de nuevo. Era peor cuando iba a las reuniones afuera. Como Impacto se regia por un sistema de meritos, más meritos acumulabas, más ventajas acumulabas. Uno de los beneficios era ir a las reuniones afuera del lugar. Cuando estábamos afuera, nos amontonábamos en esos micros cortos e íbamos a las reuniones, y yo miraría por la ventana a los bares más pobres, en los barrios más pobres, y fantasearía sobre entrar ahí a beber con otros ratones de bares. Cualquier cosa para salir y rodar nuevamente. Una vez que me instale, la rutina diaria no estaba tan mal. Te despertarías, rezarías, meditarías, harías tu cama y te ducharías. Todos en el bungalow eran considerados y limpiaban, así que no teníamos anotaciones negativas ni tareas extras. Mis compañeros de habitación me fascinaban. Me sentía horrible por el chico “basurablanca” de Florida, yo podía ver que estaba luchando y que sus chances de recuperarse no eran muy buenas, especialmente con una esposa que compartía la misma obsesión. Un montón de la otra gente estaba encarando su tercer chance y enfrentándose a un 279 serio periodo en la cárcel si no se enderezaban. Después de ordenar tu habitación, irías a la cafetería, que era un lugar divertido para pasar el rato. La comida era todo grasa, harina y azúcar, lo peor imaginable, pero tenía la intención de poner un poco de peso en tu cuerpo. Todos apilaban la comida, había una enorme selección de postres para cada comida, incluyendo el desayuno. Yo no comía carne, pero comía muchos dulces. Mi día típico en Impacto era diferente al de los otros. Por alguna razón, ellos no me trataban como a una persona normal. Todos tenían trabajos asignados, como cortar el césped y limpiar el piso, pero a mi me asignaron una clase de prevención de recaídas avanzada, que era intensa y consumía mucho tiempo. Durante el curso de esa clase, todos teníamos uno o dos días para dibujar un gran calendario de los últimos ocho años de nuestras vidas en un enorme pizarrón. Después teníamos que escribir los eventos más importantes y las fechas en que recaíamos, y que pasaba antes y después. Yo estaba en esta clase, con otras 20 personas que recaían crónicamente, y ellos empezaron a señalar lo obvio: que cada vez que yo terminaba una relación con una mujer, se precipitaba una recaída. Me di cuenta que tenia un problema, que había algo en la dinámica de herir los sentimientos de otra persona, que siempre me empujaba hacia fuera. Eso realmente se manifestó cuando rompí con Jaime, y empecé a salir con un montón de chicas diferentes por cortos periodos de tiempo. Salía con una chica por un mes, rompía y volvía a recaer. Me quede en Impacto por el tiempo prescripto e hice todo el trabajo en la clase de recaídas, incluyendo llenar páginas y páginas de cuestionarios, que era algo psicológicamente productivo para hacer. Cuando empiezas a poner la lapicera en el papel, ves una parte de tu verdad personal que de otra manera no se revela en conversaciones o pensamientos. Además, me gustaban estos ejercicios psicológicos porque había una joven psiquiatra que había venido a Impacto hacia poco. Yo pasaba mucho tiempo en su oficina. Nos tomábamos recreos de los tests de Rorschach y nos íbamos afuera a sentarnos en los alrededores, yo miraba los tests y hacia insinuaciones sexuales, y ambos coqueteábamos. No había ningún caso en hacer seria psicoterapia, ya que yo saldría en menos de cuatro semanas, así que simplemente era lindo pasar algo de tiempo juntos. Dejé Impacto y volví a bordo con la recuperación. Me sentía bastante optimista, saludable y feliz acerca de mi vida y la banda. Lindy había reservado una gira de verano para nosotros, así que mi intención era empezar a ponerme en forma para la ruta. Un domingo a la mañana, esa primavera, estaba en mi motocicleta yendo a mi reunión favorita, que era en un salón de entretenimientos, en un parque en la Tercera y Gardner. Yo me movía a un buen ritmo, como era propenso a hacerlo, nunca había tenido ninguna desgracia con mi moto. Había estudiado las condiciones de la ruta y me cuide en las intersecciones, asumiendo que los autos saldrían de los caminos, o de 280 estacionamientos en momentos inoportunos. Siempre estaba alerta y preparado para lidiar con esos escenarios. Todo esto pasaba por mi mente, mientras pasaba por Gardner, que era una calle angosta con autos estacionados de los dos lados. En un momento, este auto salio del lugar donde estaba estacionado, y empezó a girar en ‘U’, efectivamente, bloqueando toda la calle. Normalmente, tendrías una salida por atrás, aún, si su intención era cortar hasta la vereda, pero ahora no había ninguna salida, este idiota había bloqueado toda la calle, y no había ningún camino accesible. Use mis dos frenos, pero el auto estaba demasiado cerca. Hubo un choque increíblemente rápido y violento, tan fuerte que la moto penetro en el vehiculo. Yo volé de la moto justo hasta el punto donde la puerta del conductor choca con el capote. Sorprendentemente, choque el auto y luego di una voltereta hacia delante, aterrizando en mis pies, en la otra parte del auto. Mantuve el equilibrio y empecé a correr, entonces asumí que por algún milagro, estaba bien. Excepto cuando mire mi brazo, ya no era más un brazo. Mi mano se había empujado hacia el antebrazo, entonces ahora tenia un antebrazo doble piso, grande, y bulboso y sin mano. “Oh, Dios mío!” pensé. “Esto luce verdaderamente mal”. Sin detenerme y considerar qué mal estaba herido, corrí adentro de la casa más cercana sin golpear. Hice un par de pasos dentro del living pensando que iba a agarrar el teléfono y llamar a una ambulancia pero ahí, el shock inicial se fue y el peor dolor de mi vida sacudió mi cuerpo. No había tiempo para llamar por ayuda, así que voltee y corrí de nuevo hacia fuera y le hice señas a un convertible que justo estaba siendo ocupado por dos mujeres que conocía, que estaban yendo a la misma reunión que yo. Ignore al conductor del auto que había chocado, que quería intercambiar información de los seguros, y salte al asiento trasero. Fuimos directamente a Cedars-Sinai. Mas tarde, aprendí que la mano tiene más células nerviosas que cualquier otra parte del cuerpo, lo que explicaba el intenso dolor, pero en ese momento sólo sentía como si mi mano había sido sumergida en una botella de lava caliente. Estaba convencido de que nunca más iba a tener una mano. A los cinco minutos, estaba en el hospital, siendo llevado en silla de ruedas a cirugía de emergencia. Con mi suerte, un genial especialista en manos, Dr. Kulber, estaba a cargo. Pero primero, ellos me tenían que preparar para cirugía, lo que significaba darme una saludable dosis de morfina. No sentí nada. Gire hacia la enfermera y le dije: “Desafortunadamente, en una vida de mal comportamiento, he logrado una enorme resistencia a las drogas de la familia del opio. Probablemente tengas que seguir y duplicar esa dosis ya”. Otra inyección. Nada. Ni siquiera cubría un poco el dolor. El proceso siguió y siguió. Terminaron dándome siete dosis de morfina antes de que me aliviara un poco. El dolor se había ido, y las enfermeras empezaron a lucir atractivas, y la próxima cosa 281 que supe, era tenía mi mano en la falda de una de las enfermeras y estaba coqueteando con una doctora. Era el maldito paciente del infierno que había tenido la mayor dosis de morfina en la historia del Cedars-Sinai. Le tomo al Dr. Kulber cinco horas reconstruir mi mano de esa masa de huesos y sustancia pulverizada. Después de un par de días en el hospital, me arreglaron con un yeso especial que iba hasta mi hombro. No fue hasta que llegue a mi casa, que reconocí lo dependiente que somos de nuestras manos. Aun algo tan mundano como limpiar tu trasero, se convierte en un gran tema. Tuve que entrenar a mi mano izquierda para hacer cosas que nunca había hecho. No podía escribir, no podía abrir una puerta o una ventana, vestirme y atarme los zapatos era casi imposible. Por alguna razón, esto no me bajoneaba. Odiaba no poder dormir cómodamente, y tampoco disfrutaba el insoportable dolor, pero mantenía el punto de vista de que encontraría la manera de volver a usar mi mano. Y así empecé muchos, muchos meses de terapia para manos. Tuve la suerte de encontrar al Dr. Dors, un físico de Burbank cuya practica consistía en la rehabilitación de manos. Tenía un método único de hacer terapia, tu estabas en una habitación con otras veinte personas que tenían heridas severas en las manos, todos ayudándose mutuamente. Cuando ves gente con heridas peores que las tuyas, agradeces a Dios y decides lidiar con eso. Me tomo nueve meses, pero retome la mayor parte de la fuerza en la mano herida. Tuvimos que cancelar las fechas en Alaska y Hawai por mi accidente, pero después Lindy llamo y pregunto si yo podía tocar en el festival en el monte Fuji a fines de Julio. Estábamos en la prensa y haciendo un montón de dinero sólo por ese show, y no habíamos estado trabajando en todo el año. Para ese momento, mi yeso estaba hasta el codo, entonces pensé que si mantenía mi brazo colgando, tocar era posible. Había solo una trampa. Mientras nos registrábamos en el hotel, nos dimos cuenta que había un súper huracán llegando directamente hacia nosotros desde el sur. Se estimaba que iba a golpear en nuestra área justo cuando estuviéramos en el escenario. En la mañana de nuestro show, la lluvia empezó. Pero había ochenta mil japoneses fuera en el camino de la montaña, así que no tocar, no era una opción. Los actos que abrían estaban tocando, y todo el tiempo, estábamos chequeando los reportes del clima, todos decían que el grande estaba más y más cerca. Finalmente, ya era hora de tocar. Miramos a la audiencia, y los chicos estaban empapados, y muertos de frío. La gente estaba siendo cuidada por hipotermia. Pero nadie se iba voluntariamente. Entonces nos subimos al escenario, había un poco de cobertura, pero no lo suficiente para evitar que llegara la lluvia y el viento. La energía de la tormenta se contagiaba a la gente, así que rockeamos. Chad estaba golpeando fuerte al compás, y Dave realmente lo hacia bien. Fue la primera vez en un tiempo que yo había estado sobrio por unos meses seguidos, así que me sentía genial. Más fuerte tocábamos, más fuerte se ponía el viento. En un momento, me acuerdo de estar al 282 frente del escenario con el micrófono y el viento era tan fuerte que yo me tuve que agarrar del micrófono y me sostuvo. Luego, las ventaneadas se pusieron más y más fuertes y empezaron a volar cosas del escenario. El equipo todavía trabajaba, así que seguimos tocando hasta que el pararrayos voló. Íbamos por la octava canción en el show, y ya habíamos completado las obligaciones contractuales y morales para ese momento, así que corrimos por nuestras vidas. Agosto de 1997 fue bastante poco acontecido. Estaba de vuelta en Los Ángeles, todavía viviendo con mi pequeña extensión de familia. Pero cuando llego Septiembre, tuve la necesidad familiar y decidí que era hora de ir a conseguir un montón de drogas y drogarme por sólo un día. No había ningún lado malo, ya que Jane’s Addiction estaba haciendo una gira de regreso en ese otoño, y Flea había decidido suplantar al bajista, lo que significaba que Flea y Dave tenían su propia cosa separada por un par de meses y yo tenia bastante tiempo en mis manos. Por respeto al pequeño bebé Cash, decidí drogarme en mi auto, y no llevar esa energía a la casa. Entonces conseguí mis cosas y empecé a manejar de vuelta hacia Hollywood, pero estaba demasiado impaciente, así que estacione en un lado de la calle y encendí mi pipa. Después de un par de golpes, me puse paranoico y decidí registrarme en un hotel para seguir. Encontré un lindo y lujoso hotel por Pico y Beverly, y pensé que bastaría para una noche. Fui al mostrador y el recepcionista se ilumino. “Sr. Kiedis! Es un honor tenerlo en nuestro hotel” dijo. Una noche se convirtió en dos noches, que se convirtieron en tres noches. Dormí un día y me desperté, y ordene platos y platos de hamburguesas de un cuarto de libras. Después, todo el ciclo empezó de nuevo. Los días pasaron, drogándome, drogándome y drogándome. Cada día, tendría que llamar a la recepción y decirles que mis planes habían cambiado y que me estaba quedando por otro día más. Entonces era, drogas, drogas, drogas, dormir, dormir, dormir. Despertarme demacrado, derrotado, triste, deprimido, desmoralizado, herido, solo, destruido, ordenar servicio a la habitación y mirar un poco de televisión. Esto siguió por unas semanas. Me desperté una noche cerca de las once de la noche, y descubrí que había agarrado el hábito a la heroína. Comí algo, me mire al espejo y dije: “Jesucristo, eres un desastre hermano. Mejor que te vayas a esconder bajo una montaña de cocaína y heroína ya mismo”. Me fije en mis bolsillos. Tenia apenas algo de cambio, pero no estaba preocupado, porque sabia que tenia como cinco mil dólares en el bolsillo de un traje en mi casa. Eso me cubriría para otra semana. De hecho, todo mi placard estaba lleno de accesorios de serios daños. Tenía chaquetas que tenían drogas, chaquetas que tenían pipas, chaquetas que tenían jeringas, chaquetas que tenían dinero, chaquetas que tenían fotos sexuales instantáneas, de todo. Tendría que haberme ido enseguida a casa, correr a mi placard, agarrar el cambio y lidiar con Sherry y Louis. Yo era un loco 283 poseído, entonces planifique decirles que se mantengan alejados, que se ocupen de sus cosas y que yo me mejoraría cuando me mejorara. Si no lo hacia, era el precio que tenia que pagar. Maneje hasta mi casa, apreté el botón para abrir la puerta del garaje, estacione y me shockee. El garaje estaba vacío. Mis bicicletas no estaban, mi tabla de surf no estaba, el loco espejo en la pared, los estantes, no había nada. Todo el concreto estaba pulido e impecablemente limpio. Mi corazón empezó a saltar mientras trataba de imaginarme alguna explicación. Quizás ellos querían pintar el lugar, entonces sacaron todo. O quizás se derramo algo. Pero no parecía que alguien había estado limpiando. No había nada. Trepe las escaleras, metí la llave en la puerta y me prepare para la batalla con Louis y Sherry. Abrí la puerta y entre directo a “La dimensión desconocida”, excepto que era real. No había nada en la casa. Ni muebles, ni pinturas, ni posters, ni vajilla, potes u ollas, no había platos, vasos, ninguna baratija, objetos, ni la televisión, candelabros, ni papel higiénico y cepillo de dientes. Era como si una aspiradora de Dios había bajado y aspirado toda mi casa. Yo pensaba que si la planta baja lucía así, qué pasaría si iba al próximo piso y no había ropa en mi placard y si mi chaqueta con los cinco mil dólares no estaba?. Subí corriendo las escaleras a mi habitación. Vacía! Sin cama, cortinas, escritorio ni almohadas, sin nada. Corrí al placard, por las dudas. Nada. No había nadie, nada en la casa. No puedo ni hacer el suficiente énfasis para la nada que era. No había ni un dedal. Lo que no recordaba, era que había tenido una conversación casual, un par de semanas antes con el agente inmobiliario y le había dicho que estaba pensando en venderla. No le dije que había tomado tanta heroína en la casa que el sofá estaba drogado. El agente me dijo que podría llevar un año conseguir que pagaran mi precio. Pero el conseguiría un comprador motivado, entonces, vendió mi casa en una semana y mis posesiones fueron empacadas y almacenadas. Entre en pánico. Era medianoche y tenía una gran necesidad de consumir y nada de dinero. Toda mi vida dependía de conseguir dinero, entonces maneje de vuelta a mi hotel y recordé que alguien de nuestro equipo podría conseguir dinero rutinariamente en Europa con pedirle a la recepción que le adelanten algo de efectivo y lo carguen en la cuenta de la habitación. De vuelta en el hotel, había una nueva chica en la recepción de la noche. Le pedí a ella quinientos dólares. “Oh, solo llevo trabajando aquí dos días. No estoy familiarizada con ese procedimiento”, me dijo. “Podría usted esperar hasta mañana, cuando llege el gerente?”. “No, no puedo” dije. “De hecho, bla, bla, bla, mentira, mentira, mentira, esto y aquello y lo otro. Y lo hago todo el tiempo”. Le di un hachazo con la mente Jedi y conseguí el 284 dinero y ya estaba en la puerta, directo para Olympic para mi pool de “una-parada”. Mi estadía en el hotel continuó. Fui a una oficina de American Express y conseguí más dinero, lo que significaba más drogas. Para ese momento, era un esqueleto caminante con ojos barrosos, muertos, “nadie-esta-en-casa”. Estaba acostado en la cama, mirando las noticias locales, cuando ví una noticia sobre la gira reunión de Jane’s Addiction. Me hizo sentir horrible que mis amigos estuvieran ahí afuera tocando música y yo estaba solo en una habitación de hotel, desgastándome. Pero no podía parar. Cambiaba de hoteles y continuaba la huida hasta el día de mi cumpleaños número treinta y cinco, cuando me registre en un centro de rehabilitación en Ventura llamado “Pasos”. Ellos apenas miraron mis brazos y se dieron cuenta que había estado consumiendo heroína por varios años seguidos. “No se preocupe por nada. Usted entrara en una hiper -desintoxicación de cuatro días. Lo despertaremos para las comidas, pero aparte de eso, estará ausente. Para cuando lo veamos en una semana, estará desintoxicado, sin dependencia física de nada”. Yo estaba como, “Genial, dónde firmo?”. Empecé a obtener la mayor combinación de medicamentos para la desintoxicación que hubiera tenido: parches de clonidina, hidrato de cloral, valiums, relajantes musculares. Yo era como un fideo de goma todo el tiempo, en cama, sin control sobre mis brazos o piernas. Después de tres días de dormir y comer, me desperté y pensé “tengo que drogarme”. Todavía estaba destruido por las medicaciones desintoxicantes, y estaba a unas buenas cientas de millas lejos del centro. Mi principal problema era que no podía caminar. Ellos no podían mantenerme ahí legalmente, pero podían no darme las llaves del auto. Me pare y apenas me podía mantener equilibrado en la habitación, pero podía conspirar y complotar. “Esta bien, la oficina con el muchacho esta en la entrada”, pensé. Si me sostengo con la pared todo el camino hacia la oficina, llego ahí y me recuesto sobre la manija de la puerta, quizás crean que estoy bien”. Camine por el camino hacia la entrada, sosteniéndome de la pared, entre a la oficina, me arregle, les agradecí por todo y pedí mis llaves. Después de una discusión menor, me las concedieron, pero después tuve que esperar hasta que nadie me estuviera mirando, así podía incorporar la pared a mi ritmo de caminar habitual. Todo funciono. Pare en un banco y conseguí la mayor cantidad de efectivo como pude, e hice tiempo record hasta el centro. Encontré mis drogas, me registre en un motel, y me mantuve despierto toda la noche, tratando de meter toda la heroína que pudiera en mi sistema. Trame un nuevo y brillante plan. Iría al “Gran Sur”, que estaba bastante más lejos de Los Ángeles que Ventura, encontraría un hotel y me quitaría la costumbre de la heroína. Volé allí, y me registre en el Ventura Inn. Esa primera noche ordene toda la heroína que 285 había llevado para gradualmente ir quitándome el vicio, me la tome como un cerdo. Y así empezó la horrorosa odisea de dejar la heroína una vez más. Afortunadamente, podía comer cuando no había drogas, pero empecé a pasar por un horrible periodo de insomnio con dolor físico y emocional. Estaba experimentando un verdadero síndrome de abstinencia de heroína, de los que no había tenido por bastante tiempo. Había fuego en la estufa y estaba muy acalorado, entonces abría la ventana y me congelaba. No podía ponerme una manta sobre las piernas porque se sentían como alfileres y agujas. Hasta la almohada lastimaba mi cuello. Después del primer día, el hotel se negó a mandar servicio a la habitación, así que estaba obligado a bajar al restaurante o caminar una milla bajando la colina hacia un mercado. Mientras estaba ahí, llame a mi amigo de la infancia, Joseph Walters, que estaba viviendo en Palo Alto y pasando por una catástrofe con su loca prometida. El vino y nos acompañamos por unos días. De alguna manera, me entere que Jane’s Addiction estaba tocando en San Francisco, entonces Joe me llevo allí y luego volvió a su casa. Guy O estaba en la ciudad para el show, así que fuimos juntos. Yo estaba emocionado porque me estaba empezando a sentir humano nuevamente, además, iba a ver a mis hermanos. Fui detrás del escenario y ví a Flea, estaba muy feliz de verlo, pero no parecía el mismo. Estaba vestido diferente, usando maquillaje en los ojos, y cambiando su esencia de Flea, para convertirse en una esencia más de Jane’s Addiction, lo que yo no entendía. Yo pensaba que seria Flea, en una nueva banda, y no una nueva persona. El parecía estar extrañamente distante. No se si estaba enojado conmigo por ser un desastre o si estaba en su propia rara experiencia alucinógena, pero acepte que estaba de ese humor. Luego Dave entro en la habitación. Yo siempre estaba feliz de verlo. El me saludo, me dijo que estaba contento de verme y que ya volvería para hablar. Pero se estaba drogando y entretenido con una chica, se fueron y nunca volvieron. Fue divertido ver el show, aunque sí fue raro ver a Flea en esa banda. Esa noche camine a casa con Guy O. sintiéndome separado de ambos, Flea y Dave, lo que era irónico, ya que habíamos estado separados por meses. Acepte que eso es lo que pasa cuando no hablas con nadie, vuelvés y es un nuevo juego de pelota. Yo estaba esperando que sea un nuevo juego para mí. El hecho de que mis circunstancias habían cambiado pero no mi comportamiento, estaba empezando a desgastarme. Recuerdo un momento puntual cuando todavía tenía la casa en las colinas. Yo iba manejando por Beechwood a la noche y drogándome en mi auto. Llegue a una señal de alto y un auto lleno de jóvenes veinteañeros paro al lado mío. Me miraron y dijeron “Hey, Anthony!”. Yo estaba tan destrozado que lo último que quería escuchar ahí era “Hey, Anthony!” de unos fanáticos. Estaba tratando de ignorarlos, pero mire de reojo a su auto. Uno de ellos se quedo mirándome fijo y dijo “No, no es el”, y 286 siguieron. Ese no podía ser el, porque Anthony no podía lucir como un maldito fantasma. Empeoro. Otra vez, en la gira de moteles, me estacione en la esquina del centro y un desesperado se metió en el auto y me dijo que el sabia donde conseguir algunas drogas. El hacia esto así podía probar algo por conseguirme las más baratas, pero a mi no me importaba, así que fuimos. Terminamos parando en el estacionamiento de uno de esos hoteles baratos de prostitutas en Sunset. Fue a buscar al traficante y yo me quede esperando en la camioneta, cuando una familia salio de su auto y se dirigió a la habitación. Deben haber estado en una racha de mala suerte, porque se estaban quedando allí. Mire a su auto y ví un sticker de los Red Hot Chili Peppers en éste. Luego mire a los chicos, ambos tenían remeras de los Chili Peppers. Me sentí horriblemente avergonzado. Me acurruque en mi asiento y baje el espejo. Aquí había una familia de fanáticos orgullosos de mostrar los colores de mi banda, y yo estaba en el mismo hotel pero tratando de comprar drogas de algún insidioso traficante. Yo realmente estaba tratando de mantenerme sobrio, así que me mude a la casa de Guy O. a finales de 1997. Esa navidad fui a casa y Blackie me presento una joven local, hermosa y brillante. Pasamos unas lindas semanas juntos pero para cuando yo tenía que abandonar Grand Rapids, yo sabia que el descanso terminaría. Seguro, fiel a mis cuadros de recaídas de Impacto, unas pocas semanas después, y dos semanas antes de cuando teníamos planeado ir a Hawai a empezar a escribir el nuevo álbum, fui en otra vuelta de drogas con gran rapidez y fuerza. Se me ocurrió otro ridículo plan. Decidí usar drogas como un maniaco por unos días y después ir a Hawai una semana antes que el grupo, entonces, para cuando empecemos a trabajar, yo ya tendría una semana de descanso y recuperación completa. Me arrastre hasta el aeropuerto y viaje solo a Hawai. Me registre en un hotel de lujo muy alto, teniendo el último poquito de droga que tenia, diciéndome a mi mismo “Esta bien, voy a terminar este poco que queda y después voy a dejar de consumir y listo. Me mejorare aquí mismo en Hawai”. Pero cuando las drogas eran ingeridas, yo estaba más como “Uh, no estoy listo todavía para bajar y enfrentar la realidad”. Fui a algunos bares de desnudistas a buscar traficantes. Cuando estas envuelto en esa clase de ingesta de drogas, pierdes todo sentido de que es razonable y que no. Más tarde esa noche, cuando me estaba inyectando mis drogas, intencionalmente rompí la aguja de mi única jeringa, porque pensé que si ponía más drogas en mi cuerpo iba a explotar. Diez minutos más tarde, estaba ansioso por más cocaína, lo que parecía una idea terrible. En mi estado toxico ilusorio, trate de arreglar mi aguja. Pero ahora estaba doblada, y no estaba succionando bien, pero un hombre necesita sus drogas, así que empuje la aguja en una vena y espere lo mejor. Bueno, me toco lo peor. La aguja se salio de la jeringa y se alojo en la vena. La agarre y la sostuve, paranoico de que la aguja viajaría por mis venas y agujerearía una válvula de mi 287 corazón. Estaba drogado, y me goteaba sangre del brazo, y ahora tenia que agarrar la aguja a través de mi piel y sacarla de ahí dentro, por miedo a que quedara suelta en mi torrente sanguíneo. Me arregle para sacarla, pero mi próximo dilema era que no tenia heroína para bajar de la cocaína que había tomado. Termine tomando el contenido entero de mi minibar. El whisky, el vodka, el escocés, el vino, uno tras otro, me baje esas botellitas pequeñas y finalmente me desmaye. Siempre, te despiertas a un recuerdo desagradable, y un cuerpo desagradable, y tu espíritu es reducido a una pila de cenizas sucias que estaban en algún lado de tu trasero. Tienes que enfrentar la música, lo que es una hermosa isla afuera, pero tu no puedes ni soportar mirar hacia fuera por la ventana. Mantuve las cortinas bajas, y me quede en esa cama, pedí servicio a la habitación e hiberné, sabiendo que cada día que pasara del calendario me acercaría un día más a cuando tendría que subirme en un pequeño avión y volar a Hawai y ver a mis amigos, mi grupo, mis compadres. El día del juicio final llegó. Fui directo al grano, me levante una hora y media antes de cuando mi avión estaba programado para salir y me bañe y afeite. Salí al mundo por primera vez en una semana, y no era todo brillante y vívido, pero me subí al avión. Fui a la casa rentada, y estaban todos ahí, pero nuestros espíritus estaban endebles. Ambos, Dave y yo habíamos estado por lo profundo esas semanas. Ambos estábamos secos, por lo menos por el momento, así que pasamos la mayor parte del tiempo corriendo y comiendo toneladas de buena comida, pero desafortunadamente, tocando muy poco. A mi no me estaba yendo tan bien emocionalmente. Estaba seco, pero mi corazón estaba roto, y no me estaba sintiendo yo mismo. Después nos llego la llamada de que nuestro viejo amigo Bill Stobaugh, “El Alucinógeno”, el hombre que era mi mentor en la casa de gráficos y que me había dejado vivir con el, había muerto durante una operación del corazón. Flea voló de vuelta para el funeral, pero yo me escape de la obligación. Cuando volvimos de nuestra poca productiva estadía en Hawai, tuvimos otra dosis de malas noticias. Nuestro manager, Lindy, decidió renunciar. Su esposa había fallecido recientemente, pero el había conocido una nueva señorita y ella lo convenció de que era hora de abandonar esa dosis de anarquía y retirarse a Ojai. Lucíamos como si fuéramos hacia atrás en una cinta transportadora, y no creo que ella viera mucho futuro en nosotros, ni el. Ni nadie, en realidad, incluyendo a la gente en la banda. De vuelta en Los Ángeles, Dave empezó a trabajar en un disco solista con Chad y volvió a las drogas. Yo me había mantenido sobrio desde Hawai. Cuando fui a una fiesta a la casa de la novia de Dave, y el agarro una cerveza, me sorprendí. Estaba tan despreocupado por eso. El y yo estábamos en el mismo lugar, donde una es demasiado, y mil no es suficiente. No podíamos consumir drogas moderadamente y eso se le probaría a el en un corto periodo de tiempo. 288 Volvimos a los ensayos. Habíamos decaído a un pequeño estudio abominable en Hollywood, justo al lado del “Transvestite Alley”. Dave se estaba drogando y yo no, así que eso agregaba más tensión a una situación ya tensa. Dave venía a los ensayos usando gafas muy grandes y sombreros del Renacimiento, exageradamente grandes, los que él llamaba “sombreros de cocaína” porque tenias que haber tomado cocaína para siquiera pensar en usar un sombrero así. Dave estaba llegando tarde, y era imposible comunicarse con el. En el momento en que se ponía el sombrero de cocaína, tenía su propia agenda, y era drogarse. Tratamos de tocar, pero no estábamos yendo a ningún lado. La cara de Flea estaba hundida en la desilusión, y Chad pensaba “Este chico esta en su viaje. Qué le puedes decir?”. Yo sentí como que tenia que hablar con Dave y conseguirle ayuda. El solía venir y levantarme de hoteles para ir a rehabilitación, ahora era mi turno de hablar con él sobre mejorarse para que pudiéramos seguir adelante. Tuvimos una pequeña charla. Dave estaba sentado en un amplificador y la discusión de la banda se acrecentó en una discusión entre nosotros dos, lo que era raro, porque todo lo que estábamos diciendo era “Hey, estas tomando drogas mientras ensayamos, eso no es trabajar. Qué tal si hablamos sobre que vuelvas a estar sobrio?”. El no quería escucharlo, tenía una actitud muy de “váyanse a la mierda” sobre todo esto. Cuando vino a mi con esa actitud, yo estaba como “Wow, que me vaya a la mierda. Mejor vete tu!”. Esas no eran las palabras exactas, pero esa era la energía que empezó a fluir. Chad y Flea, se apartaron, y Dave se paro para enfrentarme, pero mientras trataba de pararse, se fue para atrás y se cayó atrás del amplificador donde estaba sentado. Fue cómico, pero también triste. Con la banda otra vez estancada, decidí hacer un viaje a Tailandia. Me habían diagnosticado hepatitis C un par de años antes, y a pesar de que no tenia síntomas, era una enfermedad que podía reaparecer si no se era cuidadoso. Lleve conmigo las hierbas curadoras para el hígado y nade un montón, rece y medite sobre sanar mi cuerpo. Funciono. Tres semanas después, mi hepatitis viral, era indetectable. Para este momento, era Abril. Flea y yo decidimos que no estaba funcionando. Tuvimos que despedir a Dave. Flea se lo dijo a el inicialmente, pero Dave estaba realmente molesto, entonces yo hice la segunda parte. Me fue horrible, porque el estaba totalmente drogado, aunque sabia que no había manera de que esta banda funcionara, la verbalización de estas realidades lo molesto mucho. “Váyanse a la mierda, muchachos. Cómo me pueden hacer esto?”. “Ya aquí no hay banda”, dije. “Cuándo fue la ultima vez que apareciste? Estas haciendo un disco solista, estas drogándote. De todas formas, no estas realmente metido en esto”. Por supuesto, Chad se estaba quedando totalmente neutro, porque estaba en el medio, haciendo ese disco con Dave. Mientras tanto, Flea estaba pasando por su propio infierno, peleando el virus de 289 Epstein Barr, así como un infierno con su novia, y con la banda. Era como un general peleando batallas en demasiados frentes. Estaba realmente deprimido, y para colmo, estaba tratando de hacer un álbum solista. No fue una sorpresa cuando Flea decidió que se quería ir de la banda. “No creo que pueda seguir haciendo esto”, me dijo. Yo sabia que esto se venia. Era tan obvio, nada pasaba con la banda. “Lo se”, dije. “Me di cuenta que eso era lo que ibas a decir, te entiendo totalmente”. Después Flea tiro la bomba. “La única manera que podría imaginar preocuparme por esto es si conseguimos que John vuelva a la banda”. Eso me asombro. “Por qué John querría volver y tocar con nosotros de nuevo?”, le pregunte. “A el no le importó, y tampoco la experiencia”. “Tengo un presentimiento de que el podría estar en el limite de hacer una vuelta, un resurgimiento personal a la tierra de los vivos”, me dijo Flea. “Eso seria un maravilloso milagro”, pensé. Y el segundo milagro seria si el siquiera pensara en tocar con nosotros de nuevo. “Tienes que estar loco. John no va a querer tocar en esta banda otra vez. No es ni remotamente probable, pero si lo es, yo estoy dispuesto a ello”. Le dije a Flea. John y yo no habíamos tenido mucho contacto desde que dejo la banda, excepto por algunos momentos no planeados y raros en que nos cruzábamos. Aun ahí, uno pensaría que habría un montón de resentimiento, enojo y disgusto, bordeando el odio, pero cada vez que lo veía, no se manifestaba nada de eso. La primera vez que lo ví fue un par de años después de que dejo la banda. Había escuchado todas estas historias de terror sobre el descenso de John hacia el infierno de las drogas, y sabía que Johnny Depp y Gibby Haynes, el cantante de “Butthole Surfers”, habían hecho un documental describiendo las escuálidas condiciones en las que vivía John. Si viste esa película, sabias que esa era la casa de una persona que no tenia ningún interés en la vida, que no fuera drogarse y pintar. También escuche sobre las entrevistas que John les daba a los periodistas contándoles sobre el uso de la heroína. Hasta se drogaba durante las entrevistas. Yo no estaba interesado en leer esas cosas o mirar la película. No escuche su disco solista en ese momento. No podía celebrar su estilo de vida porque parecía que se estaba matando. Había un montón de gente que estaban glorificándolo y queriendo participar y obtener drogas gratis. Lo admito, su arte, las canciones que estaba escribiendo, eran geniales, pero no me sentía bien aprobando el fallecimiento de esta excéntrica persona. Este muchacho, solía ser mi mejor amigo y ahora se le estaban cayendo los dientes, entonces no lo veía como el resto de la gente podía hacerlo: “Oh, el es un genio. Esta bien”. A mi no me importaba si era un genio o un maldito idiota, se estaba pudriendo, y no era divertido verlo. Yo sabia que había estado pintando por años, inspirado por Basquiat y Da Vinci, 290 entonces cuando escuche que iba a dar una muestra en la galería Zero en Melrose, decidí pasar el día anterior a que se estrenara la muestra, y echarle un vistazo a las pinturas. Hice una visita corta, y para mi sorpresa, John estaba ahí, colgando la muestra él mismo. Ambos estábamos un poco asustados. El había tomado cocaína, su pelo estaba corto, tenia grandes círculos negros bajo sus ojos y estaba fumando Gauloises. Estaba shockeantemente flaco, un esqueleto en un chaleco, este pequeño hombre huesudo, pero tenia mucho vigor porque tenia mucha energía y químicos en el, así que no se veía como que estaba por desmayarse o débil. En lugar de ser “Vete, te odio, apestas”, estábamos felices de vernos. Sus pinturas eran inquietantes y hermosas. Era raro, porque creo que queríamos disgustarnos más de lo que éramos capaces. La siguiente vez que lo ví, se había deteriorado un poco mas. Todos estaban preocupados por sus brazos, que estaban llenos de abscesos porque el nunca aprendió como dar una inyección apropiadamente, el solo hacia el modo “punzadapinchazo” y esperaba lo mejor. Termino registrándose en Exodus, mi viejo refugio, en Diciembre de 1995, más por su salud física que por su salud mental. Los doctores estaban preocupados seriamente de que fuera a tener gangrena y tuviera que perder una extremidad a menos que se lave y cuide sus brazos, lo que el rehusaba hacer. Lo llame y le pregunte si estaba bien que lo vaya a visitar. El no tenía problema y me pregunto si le podía llevar algunos cigarrillos y un sándwich de pastrami con mucha mostaza. Entonces yo aparecí, el comió el sándwich y trate de convencerlo de que lave sus brazos. De nuevo, nuestra reciprocidad fue amable, amorosa y comprensiva, tan diferente de lo que todos alrededor de cualquiera de los dos pensaban que seria, basado en nuestra confusión pasada. Yo todavía no había reconocido cuán insalubre mi propia dinámica al relacionarme con el había sido antes de que dejara la banda. Nunca entendí cuán sensible era y cuán hiriente yo era capaz de ser. No sabia que todas las bromas, golpes, travesuras, tonterías y el sarcasmo habían herido realmente sus sentimientos y tenían un efecto a largo plazo sobre el. Mucho después de que John abandono la banda, Flea me dijo “Tienes idea de cuánto dolor le causaste a John?”. “De qué estas hablando? El y yo éramos mejores amigos, pasábamos cada momento despierto juntos. Jugábamos al pool juntos, perseguíamos chicas juntos, comíamos Lucky Charms juntos. Éramos dos guisantes en un plato”. “No, tu heriste los sentimientos de John mucho tiempo”, dijo Flea, “porque el te admiraba y tu eras muy bruto con el”. Esa fue la primera vez que yo apenas me entere de que mi amor por el había terminado siendo una experiencia difícil para el. Cuando John dejo la banda, yo me ofendí con el por no ser mi amigo y por abandonar nuestra camaradería musical. Pero todo el tiempo que el estuvo fuera de la banda y 291 padeciendo su angustia, yo rezaba constantemente por el. De ir a las reuniones, yo había aprendido que una de las razones por las que los alcohólicos toman es porque esconden resentimientos. Una de las técnicas que ellos enseñan para deshacerte del resentimiento a una persona es rezar por el o ella para que tenga todo lo que tu quieres para tu vida, ser amado, exitoso, saludable, rico, maravilloso, feliz, estar vivo con la luz y el amor del universo. Es una paradoja, pero funciona. Te sientas y rezas por esa persona que no soportas, para que obtenga todo lo de la tierra que tu querrías para ti mismo, y en un día es como que “ya no siento nada malo hacia esta persona”. Esa era parte de la razón por la que yo rezaba por John. La otra parte era que no quería que el tuviera una muerte triste y miserable, así que yo rezaba por el casi todos los días. Me sentaba allí y decía, “Quien sea que este allí afuera, quien sea que este recibiendo este pensamiento de mi mente, podrías por favor cuidar a John Frusciante?, porque lo necesita”. En Enero de 1998, Bob Forest convenció a John de que se registrara en Los Encinos, el mismo centro de tratamiento de la vieja técnica que había hospedado a W. C. Fields, en aquellos días. John ya había dejado la heroína, pero había estado fumando crack y bebiendo. Fui a visitarlo ahí, el parecía estar comprometido a quedarse ahí, pero un poco raro. Nuestras conversaciones fueron escasas e inusuales. De vez en cuando hablábamos sobre una canción de Nirvana o un dibujo de da Vinci. Durante una de mis visitas, estábamos sentados teniendo una conversación de estas, minimalistas, cuando John salto de la cama e hizo una personificación de James Brown como por 1968. Luego, el se paro y se volvió a sentar. No se cual era su motivación, pero parecía que se estaba sintiendo animado y dejando que se supiera que todavía tenia el fuego para meterse en una personificación de James Brown, si era necesario. Yo estaba abierto a la posibilidad de que John volviera a la banda, aún aunque esta me pareciera remota. Después de dejar Los Encinos, a principios de Febrero, John rento un pequeño departamento en Silver Lake. Un día en Abril, Flea fue allí y se sentaron juntos y escucharon discos. Luego Flea hizo la pregunta: Qué pensarías de volver a tocar en la banda?”. John empezó a sollozar y dijo, “Nada me haría más feliz en el mundo”. Ellos ambos lloraron y se abrazaron por un largo rato. Luego Flea hizo un viaje a Cambodia, lo que nos dio a John y a mi tiempo de eliminar asperezas y hablar sobre los problemas que tuvimos en el pasado. Fuimos al “Farmer’s Market” uno de los lugares que mas me gusta en Los Ángeles, nos sentamos y comimos unos tacos de salmón. Yo rompí el hielo. “Tienes algún problema conmigo respecto a cualquier cosa?”. “No, realmente no” dijo el. “Y tu? Estás enojado conmigo por algo?”. “Pensé que lo estaba, pero no estoy enojado ahora. Pensé que tendríamos que repasar estas cosas, pero no me molestan más” confesé. “A mi tampoco” John coincidió. 292 Flea estaba esperando recibir una crónica de un día de largo sobre un acuerdo de deliberación, de todo ese rencor guardado, pero ninguno de nosotros lo sentía. El principal problema era que John ni siquiera tenía una guitarra. Así que fuimos al Guitar Center y le compre una magnifica vieja Stratocaster del ’62. John estaba emocionado por la idea de estar de vuelta en la banda, pero también estaba asustado, porque no había tocado guitarra por un largo tiempo. Decidimos hacer su vuelta de baja intensidad, nada importaba más que tocar música. No nos importaban los contratos de disqueras o el hecho de que nuestro manager había renunciado, o que nuestra compañía había perdido interés en nosotros. Nada de eso importaba. Solo queríamos ir a un garaje y rockear juntos. Flea estaba viviendo en una superestructura mediterránea en “Los Feliz”, una vieja casa famosa porque muchos músicos como Bob Dylan y Lou Reed habían vivido allí. Nos juntamos en el garaje de Flea, una porción del mismo había sido convertida en un espacio para ensayos. Chad había instalado la batería en una esquina. Flea tenia una cara de “Esta bien, sin grandes expectativas. Sólo vamos a tocar música”. Teníamos instalado un pequeño sistema de “eventos públicos”. John tenía un aspecto de incertidumbre, pero enchufo su guitarra y empezamos a tocar. Y éramos nosotros otra vez. Creo que puedo ser el único que lo pensó, pero el cuarto se lleno de música celestial, hecha por ningún otro motivo que el de ver como sonaba cuando golpeábamos nuestros instrumentos juntos. Para mí, ese fue el momento decisivo de lo que serian los próximos seis años de nuestras vidas juntos. Ahí fue cuando supe que esto era lo real, que estaba por volver a haber magia. De repente, todos pudimos escuchar, todos pudimos oír, y en lugar de estar atrapados en nuestras pequeñas bolas de mierda, todo pudimos convertirnos nuevamente en músicos de esa gran orquesta universal. 293 Capítulo XIV Bienvenidos a Calfornication A pesar de mi alegría en nuestra reunión, llevo un tiempo encontrar la respuesta. John estaba oxidado, mental y físicamente, y yo era una pila de polvo oxidado también, pero lenta y seguramente, las cosas empezaron a mejorar. Había una emanación de alegría en la casa de Flea. El tenía dos perros, un Mastiff llamado Martian y un Feisty Boxer llamado Laker. Todos los días haríamos té en la cocina, jugaríamos con los perros y luego saldríamos al garaje a trabajar. Flea tenía organizado el espacio de ensayo como un estudio de grabación así que al final de la sesión, me fui con cintas de la nueva música para escribir las letras. Aunque el te dirá que le llevó años obtener sus cortes de vuelta, me gustó el trayecto que John estaba tocando cuando el no tenía la capacidad técnica para hacerlo todo. Moderó y desarrolló un increíble estilo minimalista. Todos los días venía con algo espectacular. Yo tenía una libreta llena de letras que estaba finalizando para convertir en canciones, así que además del ensayo, andaría con John en su departamento en Silver Lake. En el típico estilo de John, no había muebles, solo grabaciones, un tocadiscos, una cama y una licuadora. Era como si Jackson Pollock viviera allí. Nosotros nos sentaríamos, fumaríamos y trabajaríamos. Era increíble tener de nuevo uno de los mejores músicos de nuestros tiempos tan telepáticamente conectado a mí. El me tocaría una complicada, rara pieza instrumental de música que el había quedado despierto toda la noche grabándola, y yo estaría como: “Oh sí, sé exactamente que debo hacer”. John se veía verdaderamente humilde con la vida, había sido golpeado, y yo creo que las nubes se habían levantado, y el vio a través de que estaba y se sintió como: “Santo demonio. No puedo creer que esté vivo. No voy a soplarlo esta vez”. No había estado mucho tiempo de vuelta para que la gente le dijera lo maravilloso que era. Siempre es bueno estar alrededor de alguien que es talentoso y esta emocionado acerca de la vida y de la música, y cuyo ego no ha sido inflado por otra gente todavía. Todos se estaban divirtiendo. Era como si no tuviéramos nada que perder, nada que ganar. No nos importó, estábamos haciendo música con el motivo de hacer música. Comparado con “Blood Sugar Sex Magik”, “One Hot Minute” no fue tan exitoso, así que la gente había perdido confianza en nosotros. Había un sentimiento dentro de la industria de grabación de que nos tomaríamos nuestro día en el sol. Pero cuando mas tocábamos, más empezamos a crear cosas en las que creíamos y las cuales queríamos que la gente escuchara. Era realmente caluroso cuando comenzamos a ensayar, así que podríamos haber dejado la puerta del garage abierta. Después de unas semanas de trabajo, fui a ver a 294 Gwen Stefani de ‘No Doubt’. Ella era la vecina distante de Flea a través del barranco de la montaña opuesta. ”Yo los escucho tocar todos los días” dijo ella. “Mis amigos vienen y nos sentamos alrededor y escuchamos. Suena grandioso!”. Era bueno obtener un elogio, pero era un poco embarazoso, porque pensamos que estábamos en este privado mundo, resolviendo nuestros puntos débiles. A comienzos de Junio, tomamos un descanso del ensayo, para tocar nuestro primer concierto desde que John había regresado a la banda. Yo le había prometido a Dalai Lama que estaríamos disponibles si conseguíamos la llamada de Adam Yauch, y lo hicimos. El festival Tibetan Freedom era un evento de dos días en el Estadio RFK en Washington, D.C. La noche anterior, dimos un concierto sorpresa a en el Club 9:30, simplemente para conseguir nuestras piernas de mar. Llegó el día el show, y el área fue mojada por una tormenta, y a mitad del concierto, una chica fue alcanzada por un rayo, forzando la evacuación del estadio entero y la cancelación del resto del show. Esa noche había una reunión logística. Los Beastie Boys no tenían claro nuestro regreso, porque los organizadores nos dijeron que debido a los días previos a la tormenta, algunos grupos tendrían que ser cancelados. Desde que éramos la última banda reservada, no estaríamos en condiciones de tocar. No podía creerlo. Vendríamos todo el camino desde California y fuimos trasladados rápidamente para tocar con John de vuelta en frente de 9.000 personas. Afortunadamente, Pearl Jam había previsto cerrar el show ese día, y Eddie Vedder sabía de nuestro dilema y amenazó con retirarse a menos que diéramos parte de su tiempo asignado en escena. Fue una asombrosa muestra de apoyo de ellos, y nunca la olvidaremos. Todavía estaban las luces prendidas cuando nos reunimos detrás del escenario. Estuvimos de pie detrás del telón, rodeados de cajas de amplificadores, entramos en el círculo del alma, agachamos nuestras cabezas, e hicimos un abrazo grupal. Luego salimos allí afuera y rockeamos completamente. La audiencia estaba 100% detrás de nosotros, era un momento alegre para volver de vuelta al escenario con John. Al día siguiente yo sabía que todos se habían olvidado de la pobre chica que había sido alcanzada por un rayo en la cabeza, así que fui a visitarla en el hospital. Ella estaba recostada pero despierta, y me mostró todas sus marcas de quemadura. Las peores estaban donde ella tenía metal en su cuerpo- una pulsera, su sostén bajo cable. Pero lo realmente irónico fue que ella estaba hablando por celular cuando fue golpeada (eso es lo más probable de porque ella fue golpeada) y su último nombre fue Celfon. De regreso a Los Ángeles, las canciones estaban llegando rápidas y furiosas. Excepto una. La primera canción en la que John y yo trabajamos, aún antes de que nos reuniéramos en el garage de Flea, era una canción llamada “Californication”. Había escrito las letras cuando estaba en un viaje de limpieza a Tailandia, cuando la idea de que John volviera a la banda era inconcebible para mí aún. Mientras que yo estaba en un bote en el mar Andaman, la melodía se había acercado a mí, una de aquellas 295 simples estructuras melódicas que se presta para palabras voladoras en ella. Una de las cosas que me golpeó durante mis viajes a lugares exóticos, incluyendo el mar Gipsy en Tailandia y los bazares de Indonesia, era el grado hasta el cual la cultura americana había impregnado todos estos lugares, aún al tiempo de hacer contrabando con remeras de Red Hot Chili Peppers. Cuando estaba en Auckland una vez, me dirigí a una mujer loca en la calle que estaba discrepando que había espías psíquicos en China. Esa frase me quedó en la mente, así que de regreso a mi hogar, empecé a escribir y a escribir, y se hicieron mis favoritas de todas las letras que había reunido durante el año pasado. Le mostré “Californication” a John, y le gustaron las letras y empezó a escribir música. Pero por alguna razón, aún cuando había una perfecta canción dentro, no la pudimos encontrar. Intentamos 10 distintos arreglos y 10 distintos coros, y nada funcionaba. Todas estas otras canciones estaban saliendo de nosotros. Habríamos estado trabajando por unas semanas cuando alguien comenzó a tocar un rítmico ultra escaso riff que sonaba como nada que alguna vez habíamos hecho antes. En cuanto lo oí, sabía que era nuestra nueva canción. En ese tiempo, yo había conocido a una joven madre en la reunión. Ella estaba viviendo en una YWCA con su beba, intentando ponerse sobria pero fallando miserablemente. La belleza, la tristeza, la tragedia y la gloria, todo se encontraba en uno, de esta relación madre/hija estaba evocada por el ambiente de esa música. De “Porcelain” (Porcelana): Porcelana Llevas la luna en tu útero Alguien dijo que estás desapareciendo muy rápido Vagando y flotando y desapareciendo Pequeña media luna Todo el día Pequeña media luna Porcelana Te estás consumiendo en tu piel? Extrañas el amor de tu familia? Negándolo todo y derritiéndote y desapareciendo A finales de Junio, teníamos completas cerca de 12 canciones. “Scar Tissue” era otra canción donde tu abres la cima de tu cabeza y esta viene sacudiendo polvo de un espacio externo. Rick Rubin y yo habíamos estado hablando mucho del sarcasmo. Rick había leído una teoría de que era una increíble perjudicial forma de humor que 296 deprime el espíritu. Nosotros tratamos de ser divertidos sin usar el sarcasmo. Estaba pensando en Dave Navarro, el rey del sarcasmo, más rápido y más fuerte que un oso mediano. Todas estas ideas estaban en el aire cuando John empezó a tocar su riff de guitarra, yo inmediatamente supe de que trataba la canción. Era un ambiente de bromas, la felicidad de estar vivo, un fénix saliendo de las cenizas. Fui afuera con mi cinta grabadora, y con esa música de fondo tocando, comencé a cantar el estribillo entero a la canción. Nunca olvidaré que miraba hacia el cielo sobre el garage, hacia afuera del parque Griffith con los pájaros volando a lo alto, y obteniendo una dosis de la gaviota de Jonathan Levingston. Realmente tenía el punto de vista de estos pájaros, sintiéndome como un forastero eterno. De “Scar Tissue” (Tejido de cicatríz): Tejido de cicatriz que me gustaría que veas Sarcástico señor sabelotodo Cierra tus ojos y te besaré porque Con las aves compartiré Con las aves compartiré esta vista solitaria Con las aves compartiré esta vista solitaria Empújame contra la pared Una jovencita de Kentucky con un corpiño levantador Cayéndome encima Para lamer tu corazón y probar tu salud porque Con las aves compartiré esta vista solitaria Sangre derramada en un cuarto de baño Una chica sureña con una voz cansina escarlata Dile adiós a mamá y a papá porque Con las aves compartiré Con las aves compartiré esta vista solitaria Con las aves compartiré esta vista solitaria Terminamos otra canción llamada “Emit Remmus” que estaba inspirada en mi parte por mi amistad con Melanie Christholm de las Spice Girls. Alrededor de ese tiempo, las Spice Girls eran un fenómeno furioso, especialmente entre estas jóvenes chicas, como la hija de Flea, Clara. Incluso cuando iría a Nueva Zelanda, todas las niñitas ahí sabrían las letras de las canciones de las Spice Girls y sus movimientos de baile. Las melodías eran muy buenas canciones de pop, especialmente cuando tenías cinco diferentes colores de crayones ahí funcionando. 297 Esa primavera recibí una llamada de Nancy Barry. Ella me contó que las Spice Girls estaban viniendo a Los Ángeles, y ambas Melanies querían salir afuera, divertirse y conseguir algunos tatuajes. Siendo residente de la diversión y maestro en tatuajes, estaba listo para mostrar las cuerdas de Hollywood. Arreglé para tener a mi amigo manteniendo su salón de tatuajes abierto después de horas para acomodarlo. Me volví amigable con Mel C (Sporty), y nos quedamos en contacto por meses y meses. Era bueno, porque tenía que llevar a Clara al show y llevarla al escenario así que ella pudo conocer estos increíbles personajes que ella había estado adorando desde el año pasado. Avanzando rápidamente a Septiembre y el cumpleaños número 10 de Clara. Flea había estado discutiendo por meses y meses con Clara cuando vino de fondo música en la casa, porque Flea escuchaba Coltrane, y Clara escuchaba las Spice Girls sin parar. Así que Flea decidió que íbamos a poner un truco en su fiesta de cumpleaños. El le dio el indicio de que las Spice Girls mismas podrían aparecer en la fiesta. Y, por supuesto, nosotros podríamos ser las Spice Girls. Las semejanzas eran obvias. Flea podría ser Baby Spice, John sería Sporty Spice. Chris Warren, nuestro técnico de batería, estaba listo para ser Scary Spice, yo podría ser Posh Spice. Gracias a Dios, Ginger Spice ya estaba fuera del grupo y no tuvimos que llenar sus zapatos. Con la ayuda del asistente de Flea, Sherry Westridge, teníamos la ropa correcta, las pelucas correctas y el maquillaje correcto. Cada uno estudió su personalidad y el lenguaje del cuerpo de su Spice Girl, y aprendió sus movimientos de baile. Incluso teníamos algunos ensayos. Llegó el día de la fiesta, Clara tenía todo el clan entero de muchachas de diez años, todas las cuales vivieron y murieron por las Spice Girls. Todos estaban murmurando sobre la posibilidad de que las Spice Girls estuvieran viniendo porque Clara las había conocido en su show. Así que llegó el tiempo de la sorpresa, y nosotros estábamos en el dormitorio de Flea, agregando los toques finales a nuestros trajes, mientras que las chicas estaban en el salón un piso abajo. La música comenzó, todas las niñas se admiraron, gritando “Oh Dios!” mientras nosotros caminábamos en la escalera gigantesca y ellas levantaron una sospecha de estos fabulosos trajes. Luego algo lento se filtró en sus pequeñas mentes. “Esperen un segundo, estas no son las Spice Girls. De hecho, estas no son mujeres, son hombres vestidos como las Spice Girls! EEEWWWW!” Nosotros caminamos y nunca estropeamos el personaje y nos pusimos sobre una actuación inmaculada. Scary Spice era fenomenal, Baby Spice estaba aterrorizando con el hueco en el diente de Flea, y John clavó a Sporty, trabajando en ella por la mañana, al mediodía, y a la noche hasta que su personaje estuvo ahí. Posh era fácil: ella era una apartada, inquieta, narcisista chica de compras. Montamos nuestros solos de vocal e hicimos nuestros bailes. Yo tenía una pollera realmente muy corta, porque Posh 298 también viste sus vestidos cortos, pero olvidé tomar consideración de que era un hombre en frente de niños. No creo que ninguno de ellos alguna vez se haya recuperado, porque nosotros no afeitamos nuestras piernas. Ahora que estaba claro nuestro grupo era una configuración viable otra vez, era tiempo de conseguir la administración. Dos meses antes, no nos había importado si teníamos manager o no, porque nada estaba pasando, pero estábamos más apasionados que nunca por la música que estábamos generando. Unos años antes, Rick Rubin había estado alabando las virtudes de la administración Q-Prime. Q-Prime era controlado por un dúo, Peter Mensch y Cliff Bernstein, y en la mente de Rick, eran los más brillantes en el negocio del rock, sin excepción. Estos dos chicos volaron desde Nueva York para encontrarse con nosotros en la sala de estar de Flea. Cliff se veía más envejecido de lo que era, porque su cabello y larga barba de mago estaban blancos. El era pequeño, delicado, útil y místico-mirador. Llevaba puestos anteojos y se veía súper-inteligente. Era como un grupo de expertos caminando, un hombre de computadora orgánico con una naturaleza competitiva que desmentía su apariencia. Peter, por otra mano, era un brusco, ruidoso, desagradable bulto de músculos que enajenaban y eran temerarios. Era también muy inteligente y, de un modo extraño, muy amoroso. Estos chicos eran muy Nueva York. Habían estado en el negocio de la música desde siempre, habiendo manejado actos tan diversos como Metallica, a quienes habían ascendido desde el comienzo, AC/DC, Madonna, Courtney Love, The Smashing Pumpkins, Def Leppard, y Shania Twain. Cliff y Peter operaron a tan distinto nivel de profesionalismo que nosotros alguna vez habíamos tratado. Nosotros no estábamos exactamente saliendo de un año de grandeza, pero sentimos eso con John de vuelta en la banda, sostuvimos una mano bastante buena. Flea tenía una lista de lavandería de preocupaciones como “Vas a ponernos en la radio?”. Peter estaba contradiciendo eso con ladridos, “Y no crean que somos la clase de managers que va a tomar cuidado de sus pequeños dulces traseros. Si están de viaje y se levantan en Alaska y olvidaron sus abrigos, no nos llamen para llevar sus abrigos, porque van a terminar helándose hasta morir”. Yo estaba como “Ok, haz una nota mental para traerme mi abrigo cuando viajemos a Alaska”. Al mismo tiempo, yo estaba seguro de que ellos estaban limpiando el trasero de Madonna si ella les estaba preguntando, tal vez ese era el porque de lo que ella dijo. Pero había alguna química en el cuarto, y estábamos atraídos el uno al otro, así que firmamos con ellos. Con todas estas novedades en lugar, nosotros creímos que tal vez era tiempo de tener un nuevo productor. Cada vez que haces una grabación, no importa cuan bien, se trabaja con un productor, e incluso si sabes que vas a terminar haciendo una 299 grabación con la misma persona otra vez, siempre hay un día que alguien dice, “Queremos tener un nuevo productor?”. Así fue como nos sentimos sobre Rick Rubin. Consideramos nuestras opciones. Ya habíamos preguntado tres veces a Brian Eno para que nos produzca, y el siempre dijo no, así que le preguntamos de nuevo, aún cuando ese “no” era inevitable. No lo sabíamos, pero el nos estaba haciendo un favor al rechazarnos. Aún considerábamos a David Bowie, quien quería trabajar con nosotros pero finalmente nos envió una nota amable explicando que tenía muchos otros compromisos como para tomar otro proyecto. Otra razón de por qué estábamos poco dispuestos a regresar con Rick Rubin era que el siempre estaba trabajando en seis cosas a la vez, más ser presidente de su propia etiqueta de registro, y nosotros pensamos que deberíamos encontrar alguien que trabajaría solamente en nuestro proyecto. Mientras este proyecto continuaba, contactamos a Daniel Lanois, quién había convertido un teatro de película en Oxnard, California, justo encima de la costa, en un estudio de grabación de la vieja escuela. Lanois no pudo comprometerse a producirnos porque estaba aferrado a U2, pero gentilmente nos ofreció el uso de su estudio para hacer un demo de las 11 canciones que habíamos terminado. Entramos, nos instalamos y grabamos todas las canciones en hilera, todas en un día. Era emotivo, sin diferencia del primer demo que alguna vez hicimos. Pasaron un par de semanas, y le hablamos a Rick. El limpió algún espacio en su programa, así que decidimos trabajar con el de nuevo. Era como si hubiéramos venido a nuestros sentidos y haber comprendido, “Por qué estamos perdiendo el tiempo con todos estos otros chicos?”. El día siguiente tenía una llamada de Daniel Lanois. “Escuche la cinta del demo que hicieron en el estudio” dijo él. “He reconsiderado, y estoy interesado en trabajar con ustedes, chicos. Aquellas canciones realmente captaron mi atención. No he oído nada como eso en largo tiempo”. Genuinamente aprecié sus palabras amables, aunque le conté que habíamos seguido adelante. Sin embargo, era bueno tener nuestros propios sentidos validados por alguien como el. Antes que empezáramos a trabajar con Rick, los chicos de Q-Prime decidieron enviarnos en un viaje bajo radar de sitios apartados en California, solo para hacer unos shows. Tocamos en un improvisado escenario detrás de algunos chicos en Chino, en el viejo ayuntamiento en Fresno, y en alguna barra de rodeo en Reno. Ni siquiera vendimos los lugares hasta llegar a Santa Bárbara. Recuerdo que estaba pensando. “A veces estás montando alto en Abril y derrumbándote en Junio, pero al menos tenemos otro”. Estábamos llenos de entusiasmo y color, y tu podrías sentir que algo se estaba preparando y podría ser asombroso, pero no estábamos completamente allí todavía. Ese verano yo todavía vivía bajo la azotea de Guy Oseary, yendo al lugar de trabajo cada día al garaje de Flea. Alguna vez en ese agosto, de la nada, decidí ir y cargarme 300 de nuevo. No me había resbalado desde Hawaii, así que había estado limpio por seis meses, pero un día solo me subí a mi motocicleta, dirigida el centro de la ciudad, e hice todo entero. Eso no tenía sentido, y no disfruté de ello, pero había despertado de nuevo el gorila de ochocientas libras. Me hallé a mi mismo en el cuarto del hotel, y cuando me desperté, sabía que no podía mencionar esto a nadie. Era un fin de semana, y recuperé mis mierdas juntas y fui al ensayo toda la siguiente semana. Salí de nuevo ese fin de semana, solamente que esta vez no pude apagarlo tan fácilmente. Terminé en un hotel en San Diego, de todos los sitios, deprimido de nuevo. No sabía que hacer (aún no tenía la fuerza para marcharme) cuando escuché un golpe en la puerta. Quién demonios podía ser?. Fui hacia la abertura y miré, y eran John, Flea y Chad. Abrí la puerta, y ellos entraron. “Estoy realmente apenado” dije. “No te preocupes por eso” dijo Flea. “Estás jodido. Sólo vayamos a casa y regresemos al trabajo”. El estaba tan normal y sin prejuicios sobre ello. “Oh, hombre. Siento tanto que tuvieras que experimentar eso” dijo John. “Debo haber consumido. Pero no puedes hacer más esto”. Nos amontonamos en el auto multicolor Mercedes de Flea, el cual exacerbaba la absurdidad de mi entorno, y condujo al norte de Los Ángeles. Ellos me decían que teníamos una grabación que hacer, pero estaban realmente tolerando eso, así que tomó mucho peso de mis hombros. Paramos para comer comida mexicana, y para entonces estábamos gritando y lanzando comida alrededor y pasando un buen tiempo. Cuando regresamos a Los Ángeles, Flea se ofreció para dejarme quedar en su casa, en esta gran suite del dormitorio con una alfombra con un leopardo pintado. Me trasladé allí, y era realmente una pacífica y productiva permanencia de dos meses. Todo lo que hice fue leer y escribir e ir a las prácticas de la banda y andar con Clara, Flea y los perros. Me deshice de todas las extrañas complicaciones de la vida nocturna, las chicas y las fiestas, y solo me quedé en el complejo y obtuve mucho trabajo hecho. Un día cuando estaba en la casa de Flea, en un capricho, decidí cortar todo mi cabello. Yo había no había cortado mi cabello por trece años, pero no pensé en conseguir esa mierda rapada. Guardé el cabello y lo envié a mi papá en Michigan. El y yo habíamos tenido un objeto de solidaridad de cabello desde principio de los 70’s. La noche de mi corte de pelo, volví a casa tarde, y Flea ya estaba dormido. La mañana siguiente di un paseo en la cocina en pijamas. Flea hizo sus ojos saltones el doble del tiempo, luego empezó a gritar histéricamente. “Oh mi Dios, estoy de regreso en Fairfax High otra vez, y nosotros tenemos 16 años. Mírate!” Por este punto, habíamos hecho la transición desde el garaje de Flea hasta el estudio de ensayo llamado ‘The Swing House’, en Cahuenga. Rick Rubin comenzó a acostarse sobre el sofá y escuchándonos tocar, tomando algunos apuntes aquí y allá. 301 Comenzamos a juntar una cantidad enorme de materia prima en términos de piezas, partes, canciones, mitades de canciones, puentes, coros, versos, intros y outros e interrupciones. Otra vez armamos una pizarra con todas estas ideas. Las cosas iban muy bien con el álbum que a mediados de octubre, Guy O y yo decidimos viajar a Nueva York. Fuimos a almorzar en Balthazar en Soho con otros dos amigos, y cómo estábamos siendo asentados, noté que esta chica que trabajaba ahí me daba un vistazo. Yo estaba solo entonces, y bien abierto al universo para presentarme a una amiga, y esta chica me liquidó con una mirada. Estábamos sentados a la mesa, y los otros chicos estaban mirando cada falda que pasaba, pero yo estaba fijándome en la rubia. Lo que luego pensé, es que, esta chica, que no era nuestra camarera, vino presumiendo por nuestra mesa con una actitud tipo Miss Sassy Pants. “De esa es de la única que estoy hablando,” les dije a los otros, pero no pudieron haberse preocupado. Llegó la comida, pero yo tenía que ir a hablarle a esa chica. Pasé al salón de hospedaje, caminé delante de ella, y dije,”Hola, mi nombre es Anthony”. Estuve 5 segundos conversando cuando un chico de la mesa al lado, a quien había conocido una vez cuando estaba en rehabilitación y el había venido a visitar a su hermano, tomó la oportunidad de abrazarme y contarme todo lo que estuvo haciendo en los últimos años. Mientras tanto, mi chica se estaba alejando. “Amiga, hazme un favor. Quédate tranquila y siéntate ahora mismo. Volveré en un rato” dije. Finalmente, se fue. “Que harás luego del trabajo?” Le pregunté a esta chica. “No vendré a visitarte,” me dijo. “Y qué piensas de mañana después del trabajo?” Contesté. Ella estuvo de acuerdo. El resto de ese día, estuve emocionado. Dejé el resto de la raza femenina fuera de mi consciencia; simplemente estaba enamorado. Esa noche Guy O quería salir a conocer chicas, pero yo me encogí de hombros. “No, no puedo. Ya conocí a una” dije. Así que el resto de la excursión estaba básicamente arruinada, porque ahora era monógamo. Las malas noticias eran que yo tenía que irme en dos días, así que tenía solo un día para hacer que algo pase con esta chica. La vi después del trabajo, y caminamos alrededor para ir a comer sushi en el restaurante más cercano. Realmente me gustó Yohanna. Ella tenía unos ojos azules cristalinos, lucía como un hada mágica, era exactamente de mi altura, y tenía un fuerte y verdadero sentido de sí misma. Comimos sushi, y ella tomo alcohol, y eso no me desconcertó. Después fumamos algunos cigarrillos y caminamos por SoHo. Traté sutilmente de persuadirla para que pase la noche conmigo en mi habitación. “Bueno, podría, pero no me voy a acostar contigo ni nada por el estilo” dijo Claire. Estuve de acuerdo, y empezamos a retomar el camino, pero frenamos debajo de un semáforo y comenzamos a besarnos. El beso estuvo muy bien. No era un beso caliente y lujurioso, era un beso de real conexión humana, y ella besaba bien. 302 En mi habitación, hablamos y hablamos durante horas, conociéndonos el uno al otro. Le leí algunas cosas de mi libro de letras, incluyendo una canción densa llamada “Quixotic Elixir”. Escuchamos música y tuvimos mucho contacto físico (hubo desnudez y toqueteo) pero ella no bromeaba cuando dijo que no tendríamos sexo. De hecho, me dejó en claro que si continuábamos, quería ver un test mío de HIV. Todo esto me hacía sentir mejor, porque quién quiere enamorarse de una chica que está lista para acostarse con cualquiera que se le cruce?. Otra cosa positiva fue que ella no era fan de mi banda. Tenía 23 años de haber vivido al norte de Nueva York y se había desviado del buen camino entusiasmándose con éxtasis en su juventud. Fui a casa a la mañana siguiente. Me mudé a la de Guy O y hablaba por teléfono con Claire tres veces por día. Guy empezó a organizar mi fiesta de cumpleaños número 36, y el día anterior, me preguntó si quería chicas. Le dije que aparte de Sherry y mi amiga Mary Forsberg, sólo quería a mis amigos hombres y a los chicos de la banda. “Estás seguro? Puedo invitar montones de chicas” me quiso persuadir. “La única chica que me interesa es Claire. Creo que debería tomarme un avión e ir a Nueva York por ese día en vez de hacer la fiesta” dije. “Por qué tuve que conocer a una chica que está a millones de millas de distancia?”. El primero de noviembre llegó, y nos reunimos en un ridículo lugar en Beverly. Había unas mesas puestas una al lado de la otra y la atmósfera era festiva. Traté de poner lo mejor porque era un cumpleaños, sintiéndome bien porque hacía muchos meses me mantenía sobrio. La cena transcurría, y yo hablaba y comía, y en un momento lo miré a Guy, quien tenía una expresión extraña en la cara. Cuando giré mi cabeza hacia la derecha, la vi a Claire entrando al restaurante con el asistente de Guy. Sin que yo lo sepa, Guy la había hecho venir el fin de semana. Claire estaba vestida con un conjunto ajustado, con su suave chaqueta de Nueva York y su cabello rubio, sus ojos azules, su maquillaje labial, su delineado y su gran sonrisa brillante. Y Chad, el Sr. Clase, se dio vuelta hacia Guy y le susurró, “Qué le trajiste, una prostituta?”. Lo primero que hice fue agarrarla de la mano y llevarla a una mesa del fondo. Sentí que necesitábamos unos minutos a solas para lograr una conexión sin estar siendo escrutados por todos los presentes. Tan pronto como terminó la cena, me fui con ella a la casa de Guy O, armé una valija, y alquilamos una habitación en el Chateau Marmont, en donde viví los siguientes meses mientras grabábamos nuestro álbum. Pasamos una noche muy linda. Claire tomó una botella de vino y se duchó, y yo tomé unas bellas fotos de su piel. Pero no teníamos relaciones bíblicas. Si hubiera sabido que Guy la iba a hacer venir, me hubiera hecho los análisis de HIV ahí mismo. Se quedó dos días, disfrutamos todo el tiempo, empezándonos a conocer. Se fue, y yo volví a trabajar en las canciones. Estaba absolutamente compenetrado con esta chica, y muchas de mis letras empezaban a estar influenciadas por este factor. Estaba disponible para nuevos sentimientos lindos. Pero mientras más la conocía, más 303 me daba cuenta de que era una chica problemática, quien mantenía la calma, la buena onda y la serenidad cuando estaba conmigo. Se volvió evidente cuando vino a visitarme en diciembre. Aunque todavía estaba sobrio, no trabajaba en mi recuperación. No seguía los doce pasos y ni siquiera iba a los encuentros. Era lo que se llama un “bebedor seco”, alguien que está irritado y sin descanso, disconforme y, aunque técnicamente sobrio, sufre los mismos defectos de un alcohólico. Todavía era un obsesivo, egocéntrico, controlador egoísta en lugar de vivir mi vida instintivamente en las sendas del amor y entrega. Si hubiera estado trabajando en mi sobriedad, hubiera escrito un montón de cosas personales, lo que ayuda a reconocer tu comportamiento para empezar a actuar sobre tus problemas y así no reincidir. Estaba demasiado ocupado escribiendo canciones, ensayando y grabando como para dedicarle tiempo a ese otro trabajo, que era escabullirse. La única manera en que el programa funciona es si priorizás tu sobriedad, y así el resto de las cosas de tu vida se colocarán en su lugar. Estaba incómodo en la ciudad, disconforme dentro de mi propio cuerpo, aunque igualmente había hecho un montón de trabajo con la banda. Y aquí llegaba esta chica que me gustaba un poquito mucho, y yo estaba entre prepotente e inseguro acerca de la relación, en lugar de dejarla ser. Trababa de manipular bastante la situación, y eso me empezó a tensar. Nos citamos doblemente con Guy O. En el instante en que entramos en la limusina, Claire empezó a revolver la colección de bebidas alcohólicas y a tomar vodka. “Está nerviosa” pensé. “No conoce a estas personas, y quiere desinhibirse”. Pero me di cuenta de que no estaba bebiendo sorbos. Fuimos a la fiesta, y yo no podía relajarme. Los muchachos coqueteaban con ella, y yo me ponía celoso y no me sentía bien para nada. Así que empezamos a separarnos de la multitud, y terminamos por abandonar el lugar, yendo a una fiesta menos populosa con Madonna y un grupo de actores en el piso de arriba de un gran edificio de Sunset. Claire pidió tres Cosmopolitans, tomando uno atrás del otro. Para ese entonces había dejado de hablarme, porque pensaba que yo era un estúpido. Mientras bebía deprisa, pensé que definitivamente no íbamos a funcionar. Me levanté y comencé a caminar por el lugar. Cuando miré hacia la mesa, Claire se había ido. Entonces miré por toda la sala y ahí estaba Jack Nicholson sentado en una silla con Claire en su rodilla. Estaban pasando un hermoso momento de ternura. No era una vista placentera para nada. Mientras tanto, el caos se había desatado en mí y yo estaba convocado a ayudar a esta chica que pensaba que estaba teniendo un ataque cardíaco por consumir tanta cocaína. Le dije que fuera a casa y durmiera un poco, así se pondría bien. Entonces me acerqué a la modelo que lo había estado haciendo con Jaime la noche que la conocí en Nueva York. La chica comenzó a frotarse contra mi cuerpo, y pensé, “OK, esto puede funcionar. Dos pueden jugar el mismo juego”. Fuimos a un sofá y a los pocos minutos 304 la chica me dijo, “Puedo ir a tu hotel, o prefieres venir a mi casa?”. “Vamos a tu casa” dije. Mientras las palabras salían de mi boca, mi corazón moría millones de muertes. Miré hacia atrás y la vi a Claire sentada en el piso con un muy alcoholizado Joaquin Phoenix. Esto iba de mal en peor. Segundos más tarde, Joaquin vino hasta mí. “Me está resultando difícil entender qué es lo que pasa con esta chica” me dijo. “No paro de preguntarle si quiere que nos vayamos de aquí y todo lo que dice es ‘Vine con Anthony’. Pero es obvio que estás en otro escenario. Solamente quiero saber cómo son las cosas”. “Es una chica grande, puede tomar sus propias decisiones” dije. “Lo que sea que quiera, bienvenido sea. No tengo nada más que ver con ella”. Se convirtió todo en un empate mexicano. No quería irme con esa otra chica, y Claire realmente tampoco deseaba irse con alguien más. Además llegó al punto de que no podía caminar por sus propios medios. Así que la recogí y la puse sobre mis hombros y la subí al auto. Estaba preparado para tener una seria conversación con ella, pero estaba muerta de frío. Intenté arrastrarla hasta la habitación. La recosté en el sofá y cerré las cortinas, y estaba dormida como un bebé. Yo estaba atravesando un momento fuerte y emotivo. Me recosté en mi cama, pero mi mente torturada no tenía descanso. Estuve toda la noche despierto rememorando las imágenes de Jack Nicholson fumando con mi novia. Ella se despertó mucho más fresca que yo. Tuvimos una conversación y comprendimos que los dos nos habíamos comportado como idiotas, que la noche había sido una manifestación de inmadurez vulgar. Esa semana me dejó ver que ninguna pequeña explosión podía descarrilar nuestra relación, porque si atravesamos esa primera noche en donde ella se comportó mal y yo como una persona desagradable, probamos nuestra habilidad de frenar la tormenta sin ayuda de nadie. Con la banda empezamos a grabar el álbum, y las sesiones iban bien. Decidimos tomar un descanso por Navidad. Fui a casa en Michigan y después a L.A. para la víspera de Año Nuevo. Flea, John y yo fuimos a la fiesta de la mansión Playboy. No era realmente nuestro lugar. Era pegajoso estar en la tierra de las millones de tetas desnudas. No estábamos en el momento de nuestras carreras para ser Charlie Sheen o Fred Durst. Además, extrañaba a Claire. Habíamos planeado hablarnos por teléfono cuando comenzara el nuevo año, pero cuando la llamé, algo en su voz sonaba mal. Estaba escondida en un bote en Nueva York. Ahí estaba esta persona que me demostraba su verdadero amor, y yo hacía lo mismo, por lo tanto la conexión entre nosotros era obvia, pero ella no estaba completamente en el teléfono. Era algo inquietante. El cumpleaños de Claire era a comienzos de enero. Como todo andaba bien con las grabaciones, decidí hacer un viaje por el fin de semana a Nueva York para sorprenderla. Estaba viviendo en Brooklyn con su hermana y un chico que tenía tantos 305 piercings en sus labios que parecía un cierre. Tomé el vuelo nocturno a Nueva York y me registré en el Hotel Mercer. Estaba tan ansioso que tuve que controlarme para no ir más temprano a Brooklyn. Para asegurarme de que estuviera en su casa, le dije que le llegaría una planta exótica de mi parte ese día. Finalmente, tomé un taxi y salí a explorar Brooklyn. Mientras más lejos iba, más lúgubre se tornaba el vecindario. Cuando llegamos a la dirección, descubrí que estaba viviendo en un pequeño departamento de un barrio turbio. Golpeé la puerta, muy nervioso, y ella contestó, estaba con resaca. No se veía ni se sentía bien, y la verdad no se alegró ni disfrutó mi visita sorpresiva. Me hizo entrar, de mala gana, y se tiró nuevamente en la cama. Me fui a la cama con ella. Hicimos el amor, pero fue totalmente insulso. Luego nos bañamos juntos. Vi sus brazos y se me cayó el alma a los pies. Tenía marcas moradas. Sabía que tomaba y que había sido prostituta, pero no tenía idea de que era cocainómana y ocasional consumidora de heroína. Estaba devastado, no porque estuviera enojado con ella, si no porque me di cuenta de que la pequeña persona de la que me había enamorado era adicta a las drogas y cuya pobre alma probablemente estuviera hundida en una vida mísera y se sintiera una mierda. Claire entendió mi mirada y se entristeció porque entendió que me había dado cuenta. Asumió que ningún hombre sobrio iba a querer salir con una chica que se inyectaba. Tenía que hablar con mis sentidos. Esta clara y hermosa sensación me apoderó. Sabía exactamente cómo me sentía, y no estaba confundido, turbado o comprometido. Ninguno de mis sentimientos hacia ella había disminuido, pero probablemente perdería a alguien a quien realmente amaba. No quería dejar de ver a Claire, pero sabía que la adicción era demasiado fuerte como para estar dispuesto a, si era necesario, dejar escapar a la persona de la que me había enamorado. Fuimos a caminar por Brooklyn y tomamos un café. Estaba 24 años más vieja y parecía completamente enferma, con sus hundidos ojos y su palidez. “Esto quiere decir que lo nuestro se termina?” me preguntó. “No lo veo así” dije. “Todavía te amo. No se si será posible que estemos juntos, pero no me voy a escapar de ti por esto”. Creo que se sintió tocada. Luego fuimos a Manhattan y le di algunos regalos. La noche siguiente volví a casa. Cuando me fui, le deseé suerte y le dije que esperaba que encontrase un camino para lidiar con el problema. Volví a trabajar en Hollywood. Sin decírmelo, Claire empezó a ir a encuentros y dejó su adicción. De vuelta en el estudio, las cosas iban bien, pero había una canción que era muy importante para mí pero no para el resto. Era ‘Californication’. Cada vez que la sugería, todos decían, “Tenemos otras 25 canciones grabadas. No necesitamos otra”. “No, tenemos que hacer esta” insistí. “Esta será la mejor de toda la grabación. Es la mejor letra que he escrito en mucho tiempo. Tiene que ser una canción”. No la iba a 306 dejar pasar. Seguí diciéndole a John que teníamos que terminarla. Además, la sesión estaba relajada y sólo teníamos unos días para terminar de grabar. En los últimos momentos de grabación, John llegó corriendo al estudio con su nueva guitarra White Falcon de 3000 dólares. Decía. “La tengo! Tengo Californicartion!” se sentó y punteó esas notas inolvidables. Era tan distinto de todo lo anterior que habíamos intentado para esa canción que la escuché impasible. Después comenzó a cantarla y era lo más alto de mi escala, pero era factible. El había pensado en las partes Flea y Chad, y la ensayamos un par de veces y la grabamos. Fue una sensación de alivio y gratitud, saber que la canción no terminó en el mismo tacho de basura que “Quixotic Elixir” y muchas otras a las cuales les tenía esperanza. “Californication” (Californicación) Espías psíquicos de China Intentan robar el júbilo de tu mente Chicas pequeñas de Suecia Sueñan con las cotizaciones de pantallas plateadas Y si tu quieres estas clases de sueños Es Californicación Es el borde del mundo Y toda la civilización occidental El sol debe elevarse en el Este Al menos se establece en la locación final Se entiende que Hollywood Vende Californicación Paga muy bien a tu cirujano Para romper el hechizo de envejecer La piel de la celebridad es tu mentón O es esa guerra tu emprendimiento Primero nació el unicornio Pornografía explícita, pornografía liviana Sueño de Californicación Sueño de Californicación Cásate conmigo chica, sé mi hada al mundo Sé mi propia constelación Una novia adolescente con un bebé adentro Recibiendo mucha información Y cómprame una estrella en el boulevard 307 Es Californicación El espacio puede ser la frontera final Pero está hecho en un sótano de Hollywood Cobain puedes escuchar las esferas Cantando canciones de estación a estación Y Alderon no está muy lejos Es Californicación Nacido y crecido por aquellos quienes elogian Control de población todos han estado allí Y Yo no quiero decir en la vacación Primero nació el unicornio Pornografía explícita, pornografía liviana Sueño de Californicación Sueño de Californicación Sueño de Californicación Sueño de Californicación La destrucción conduce a un camino muy áspero Pero también engendra creación Y los terremotos son a la guitarra de una chica Ellos son sólo otra buena vibración Y las olas de la marea no pueden salvar al mundo De Californicación Paga muy bien a tu cirujano Para romper el hechizo de envejecer Más enfermo que el resto No hay ninguna prueba Pero esto es lo que tu estás pidiendo Primero nació el unicornio Pornografía explícita, pornografía liviana Sueño de Californicación Sueño de Californicación Sueño de Californicación Sueño de Californicación Una de las razones por las cuales estaba capacitado para cantar ‘Californication’ con pocos problema era que había estado tomando clases con un profesor increíble llamado Ron Anderson. A través de los años probé con muchísimos profesores de canto. Después de ‘Mother’s Milk’, tomé clases con una mujer canosa y loca de 308 Austria, cuya reivindicación de éxito radicaba en que había trabajado con Axl Rose antes de Appetite for Destruction. Para ella todo consistía en pararse en un lugar y presionar tu panza de cierto modo, lo que no combinaba conmigo, desde que actuaba como una muñeca de trapo arriba del escenario. Mientras grabábamos ‘Blood Sugar’, tomé clases con el profesor de Michael Jackson, pero no me gustaba mucho y desistí luego de dos sesiones. Para ‘One Hot Minute’, mis lecciones me las dio un agradable compatriota que tocaba el piano y cantaba canciones en bares por propinas. No sé si incrementé mis habilidades vocales, pero fue muy divertido. En lugar de usar escalas, elegíamos uno de sus cientos de libros de letras y cantábamos alguna de los Beatles. Entonces encontré a Ron Anderon, quien era un profesor clásico poseedor de una voz típica. No era divertido sentarse y cantar escalas, pero vi resultados inmediatos y logré controlar mucho más mi voz. Trabajé con el todos los días mientras grabábamos el álbum, que finalmente se llamó ‘Californication’. Mi mayor error fue no haber continuado con su estilo de trabajo, así que perdí mi voz en el camino. Llegué a perderla mientras estábamos de tour en Nueva York. Ron vino enseguida y trabajó conmigo todo el día, y estuve bien preparado para cantar bien. Me dio un régimen estricto de cuidado de voz, que lo sigo religiosamente hasta hoy en día. Estábamos ilusionadísimos cuando terminamos de trabajar en el álbum. Nos sentíamos como un bosque que se quemó íntegro pero que nuevos árboles han renacido de las cenizas. Flea aún se retorcía de emoción, pero John y yo, y hasta Chad, estábamos atravesando nuestros propios retorcijones, así que había un vínculo verdadero entre nosotros, y haber atravesado este proyecto fue un proceso sumamente unificador. Con todo esto cambiamos también nuestros puntos de vista. No puedes ser tan hijo de puta como lo eras antes, no puedes ser tan egocéntrico, no puedes sentir que el mundo te debe algo, no puedes ser el chico “dónde está mi parte?”. El “dónde está mi parte?” era lo que estaba vivo y que tenía la oportunidad de hacer música con las personas con las que más me gusta hacer música. Uno de los aspectos que más perplejo me dejó de esta época fue que cuando terminamos, estábamos más entusiasmados que cuando habíamos empezado. Y cuando habíamos empezado, nos habíamos metido en el mercado del entusiasmo. Mezclamos la grabación, y la gente comenzó a escucharlo, y estábamos en la luna con las reacciones. Las cosas iban bien en la parte personal, también. Iba seguido a Nueva York a visitar a Claire, quien era ahora una chica sobria. Quería terminar el colegio, así que la inscribí en el Instituto Fashion de la Tecnología, y lo estaba haciendo bien. La luz de sus ojos había vuelto, y lo nuestro crecía espectacularmente. Lo único difícil que la banda tuvo que pasar fue cuando tocamos el álbum completo para nuestro equipo de dirección. Cliff y Peter volaron a L.A., se sentaron en el estudio, escucharon y estaban tan poco impresionados que no podíamos creerlo. Tocamos para 309 ellos “Scar Tissue”, “Otherside” y “Californication”, y ellos estaban ahí diciendo “OK, podríamos trabajar con esa. No sé que tal aquella otra. No es un éxito, pero tal vez podemos tener una base con esa”. Todavía son así, todavía no reaccionan a las cosas. Encontramos casi gracioso que recibieran los frutos de nuestro trabajo con esa reacción apática. No nos preocupaba. Creíamos en el álbum, y lo amábamos y lo queríamos compartir, pero no nos espérabamos con anticipación ese recepción, porque estábamos felices con lo que habíamos hecho. Cliff decidió que nuestro primer single y video sería “Scar Tissue”. Decidimos hacer un pequeño tour para revelar el CD. Desde que se había lanzado en junio, mi amigo Chris Rock había sugerido que lo toquemos alrededor del país para promocionarlo. Eso me hizo pensar en mis días de secundaria y qué tan ansioso era ver a las bandas tocando, así que decidimos hacer un par de shows gratis para los estudiantes. Pero ocurrió la masacre de Columbine y una tormenta de miedo se expandió en todas las secundarias. Sentimos que era más importante hacer el show entonces, así que propusimos que los estudiantes escribieran un ensayo acerca de cómo hacer de sus escuelas un lugar mejor, más sano, más feliz, más rockeros, para que no tuvieran que ir con miedo. Si escribías el ensayo, tenías una entrada gratis para el recital. Tocamos en mayo, y fue absolutamente mágico, porque eran chicos que realmente deseaban estar allí y se habían tomado el tiempo de escribir sus composiciones. Había tanto amor proveniente de estos chicos que no podríamos haber pedido un mejor recibimiento. Sabíamos que el álbum estaba atrapando a mucha gente cuando fuimos de tour a Europa en junio. Estábamos en Italia, y John y yo viajábamos en la parte de atrás de un Mercedes con la ventana baja. Una moto con dos italianos se acercó a nosotros. Miraron hacia adentro y empezaron a gritar, “Hey, Californication, Californication!” después cantaron “Scar Tissue.” El CD había salido hacía cinco días. A cada lugar al que íbamos sonaba nuestro álbum. Italia estaba encendida. Pasamos de vender un puñado de CDs a ser los más vendedores del año en Italia. Cómo decide un país entero empezar a amarte de un día para otro? En julio comenzamos con una serie de grandes shows. En el poco tiempo en el que nuestro CD había circulado, había corrido la voz en todo el mundo. El CD estaba siendo recibido de manera más cálida de la que esperábamos. En un momento nos ofrecieron cerrar el Woodstock ’99. Era perfecto, porque nos habían pedido que diéramos un show al aire libre en Yonge Street, en Toronto, el día anterior. Se suponía que iba a ser un pequeño show, pero acudió toda la ciudad. Esta expansión humana masiva inundó las calles y todos los edificios y terrazas. Era otra indicación de que el mundo estaba con nosotros y que habíamos resucitado a los fans de los Red Hot de su Rip Van Winkleism. Todos salieron de sus letargos y vinieron a rockear con nosotros. Al día siguiente fuimos a Woodstock. Habíamos planeado volar hasta allí, tomar un micro, llegar al punto de encuentro una hora antes del show, concentrarnos, tocar, y 310 escabullirnos antes de que el éxodo multitudinario estallara. Antes de que llegáramos, habíamos escuchado noticias de que este evento estaba poco y mal organizado y que el público estaba fuera de control. Cuando nos asentamos en la vieja base militar al oeste de Nueva York, fue obvio que la situación no correspondía más a Woodstock. No simbolizaba amor y paz, sino la codicia. La pequeña paloma blanca con la flor en su pico decía “sirve de algo que los chicos usen remeras con el símbolo de la paz pero no la pongan en práctica?”. Fuimos detrás del escenario y nos metimos de lleno en nuestros rituales: el calentamiento físico, el estiramiento, la meditación, los ejercicios con los dedos y el calentamiento vocal. Eran casi las siete, así que íbamos a subirnos al escenario durante un explosivo y dramático atardecer de Nueva York. No habíamos escuchado ningún tipo de noticias acerca de personas abusadas o violadas ni nada de eso. Simplemente parecía otro gran festival de rock, sin ningún elemento dañino particular. Nuestra hora sagrada de preparación se interrumpió cuando la hermana de Jimi Hendrix se acercó y nos suplicó que hagamos una canción de su hermano. Al parecer, un tributo a Hendrix se había cancelado, y estaba mortificada con el pensamiento de que Woodstock lo olvidara. Hacía muchísimo que no tocábamos ninguna canción de Hendrix, así que lo primero que hicimos fue decir que no. Pero insistió haciendo hincapié en lo importante que era para ella, así que diez minutos antes de salir a escena, decidimos hacer ‘Fire’. Revisé la letra, y John se puso al día con las notas. Justo antes de salir, Flea se me acercó y me dijo, “Estoy pensando en hacer el show desnudo. Que piensas?” “Si es lo que estás pensando, ni lo preguntes. Libera tu bandera loca, hermano” dije. Para él era natural tocar desnudo, y no una distracción para nadie. Hicimos un show dinámico y fluido. Cayó la noche y vimos una gigante columna de fuego a lo lejos, detrás de la audiencia. Pasamos un montón de recitales en donde había habido fuego, así que no nos pareció nada fuera de lo común. Cuando llegó el momento, empezamos a tocar “Fire”, no porque el fuego crecía sino porque así se lo habíamos prometido a la hermana de Jimi. Y el viejo zapato quedó perfecto. Terminamos y bajamos del escenario, fuimos hasta el avión, aterrizamos en Manhattan y nos instalamos en nuestra casa lejana, el Mercer Hotel. Recién era medianoche, pero empezamos a escuchar los rumores acerca de los disturbios y las violaciones y las explosiones en Woodstock. Era muy loco, porque para nosotros había sido un recital normal de rock & roll. Pero nos interesamos más cuando vimos que los diarios y las radios decían que habíamos incitado al público tocando “Fire”. Ignoramos estas culpas ridículas, fue obvio que los promotores eran unos imbéciles y que no había sido un ambiente amigable. Tendríamos que haber prestado más atención a eso y no dejarnos cegar por el punto de vista de los fanáticos. Creo que fue irresponsable tocar e irnos, sin ser más 311 detallistas en algunos aspectos que rodeaban al show. Ahora nos tocaba ir a Europa a tocar. Q-Prime fue ideológicamente construido mientras estábamos de tour. Su filosofía básica consistía en que luego de lanzar un CD, tenías que atravesar el mundo diez veces si querías conseguir éxito. Estábamos acostumbrados a salir de gira, pero hasta cierto punto. Mientras más tiempo pasas en una banda, es mayor la cantidad de veces que realizas tours y más difícil se te hace decir “Me voy de gira por dos años y voy a dormir en un lugar diferente todas las noches y estar en micros, trenes, autos, taxis, yendo y viniendo de día y de noche, promocionando y atrayendo gente, y sin comer o dormir normalmente y no estar cerca de las personas a las que amo”. Flea tenía una hija pequeña, lo que lo hacía más duro. Pero Q-Prime estaba muy compenetrado en esto y hacía mucho tiempo no trabajábamos así, entonces teníamos más ganas de estar fuera sin cesar de lo que estaríamos en el futuro. Comenzamos con un show gratuito en Moscú, el 14 de agosto de 1999. Como parte de la apertura de Rusia, habían contratado a MTV, y nosotros éramos los encargados de inaugurar el debut del MTV ruso con varios conciertos gratis en Red Square. El primer problema fue que John tenía la idea de que podrían secuestrarnos, ya que después de Colombia, Rusia se había convertido en la capital del mundo del secuestro. Luego de contratar un seguro de vida para los cuatro, y asignarnos un contingente de seguridad personal, aceptamos dar el show. Uno cree que Moscú, la ciudad más grande de Rusia, sería eficaz, casi hasta en la moda militar, pero eso no es así. No hay orden para nada, y las estafas eran normales. Los policías, los militares, el personal del aeropuerto, todos querían fastidiarnos. Era la primera vez que cualquiera de nosotros iba a Rusia, y me sentí un poco inseguro ahí. Estuvimos en el Kempinski Hotel, uno de cinco estrellas de mármol dorado chillón, un oasis en medio de una economía notablemente pobre. Moscú era toda gris, gris, gris. El cielo era gris, los edificios eran grises, las calles eran grises, los arbustos eran grises. Las pesadas nubes del estalinismo sofocaban el lugar. Nos tomamos unos días para descargar tensiones y recorrer la ciudad. El día anterior al show, por algún horrible golpe del destino, me destrocé, me rompí, me torcí, me di vuelta y me corté la espalda. Fui a un terapeuta físico, pero no funcionó. Podía ver el hermoso escenario que habían construido desde mi ventana, y yo estaba asustado ante la idea de tocar ante toda Rusia con la espalda rota. El día anterior al show, Red Square estaba tan lleno de pared a pared que necesitamos protección policial para llegar cerca del escenario. Mientras el tiempo pasaba, mi espalda no mejoraba aunque estaba mejor que el día anterior. Igualmente, estaba en condiciones de quedarme parado, derecho, y presentar las canciones. Ninguna locura salvaje, sin habilidad para hacer mis bailes, pero hice lo mejor que pude. Después emprendimos nuestra retirada de Rusia, pero fuimos detenidos y extorsionados por la 312 policía de camino al aeropuerto. Como última indignación, a Chad le robaron toda la plata que tenía encima justo antes de abordar el avión. Realmente nunca me gustó Austria, principalmente porque la gente que conocí allí era tan arrogante y pomposa, pero cuando aterrizamos en Viena después de haber pasado una semana en Rusia, me sentí como un chico que visita Disneylandia por primera vez. Salió el Sol, se fueron las nubes, podías oler las flores, había nieve en las montañas, era como el paraíso. De todas formas, el resto de esta parte del tour europeo no fue mi momento más brillante. Es complicado mantener una relación y hacerla prosperar cuando estás en Europa y tu novia en América y los dos están sobrios hace relativamente poco tiempo y no trabajas en muchos aspectos de control, celos, inseguridades y dependencia. Muchas emociones se ponían en juego. Era duro irse por muchos meses de golpe, y a lugares tan lejanos en donde la diferencia horaria se convirtió en un gran obstáculo. Te quieres comunicar, pero no puedes, y los días pasan. Te vuelves loco y tratas de llamarla pero no la encuentras, y finalmente la encuentras y te enteras de que estuvo haciendo algo estúpido que no debería haber hecho, porque tendría que haber estado esperando tu llamado, pero ella te olvidó y luego, encima, sospecha “De quién es la voz de mujer que se escucha de fondo?” “Oh, es mi masajista o mi amiga o lo que sea”. No me llevaba bien con esto, y juntos éramos el sinónimo de testarudez. Estas cosas llevan mucho tiempo de arreglar, pero teníamos que esperar a que volviera a casa. La banda se rompió el culo con los tours de ese año. Claire terminó el colegio, y decidimos que sería una buena idea para ella mudarse a L.A., lo que significaba que tenía que encontrarme un lugar para vivir. Siempre estuve fascinado con una magnífica construcción en West Hollywood llamada ‘La Casa Colonial’, que estaba construida con la piedra caída del Chateau Marmont. Cuando Jennifer Lopez se mudó del ático, la alquilé. Claire vino a vivir a L.A. en septiembre de 1999. Usaba mi hermoso y nuevo Cadillac Esplende y tenía todos los gastos pagos, pero no tenía trabajo y no conocía mucha gente, y yo estaba a punto de volver a Europa. De camino a Europa, paramos con la banda en Nueva York para dar un gran show en ‘Windows on the World’ en el World Trade Center para los ganadores de la radio KRock. El show fue enérgico pero el sonido, horrible. Todo lo que escuché fueron batería y guitarra durante todo el recital, y no mi voz. Terminé gritando tan fuerte como me fue posible y perdí mi voz, que estaba agobiada. Volamos a Finlandia y comenzamos a zigzaguear por Europa. Cuando estuvimos en España, Claire decidió ir la última semana de tour. Amaba a esa chica, estaba contento de verla, contento de tener a mi mujer en mi cama, en mis brazos, pero era difícil llevarse bien con ella diariamente. Nunca comprendió que muchas de las fanáticas de la banda eran chicas, y por alguna razón, me echaba la culpa. A veces tocábamos y yo 313 estaba con ella, y teníamos que ir caminando desde el estadio hasta el lugar en donde estuviera el auto, y gente histérica me acosaba. Muchas veces eran chicas que gritaban locamente “Te amo, te amo, quiero estar contigo, abrázame por favor”. No había razón para explicarles, “Tengo novia, no deben demostrarme sus sentimientos”. Su interacción conmigo es sólo una ilusión. Yo respondo “Muchas gracias, hola, chau, que Dios te bendiga, disfruten la noche, adelante”. Si estaba con Claire, ella decía, “No, no puedes dejar que estas chicas vengan y te digas ese tipo de cosas. Tienen que saber que soy tu novia”. Claire y yo éramos los típicos antagonistas. Cuando estábamos separados, uno era el antagonista del otro, y cuando estábamos juntos, uno era el antagonista del otro. Esto sucedía porque todo lo que pretendíamos era amor y atención constante del otro, sin que nadie más lo recibiera, algo egoísta que dificultó nuestra relación. Teníamos como un retraso emocional, y no podíamos mejorarlo. Tocamos en Barcelona, y Chad se había hecho amigo de una prostituta muy dulce y linda. Se acercó hasta el camarín y cuando Chad la presentó, me paré, la saludé con un beso a la europea y le di la bienvenida, le dije que se siente y comiera algo. Esto, por supuesto, enfureció a Claire. Cuando la chica se fue, la miré y le dije, “Adiós, dulce”. “‘Dulce’? Le dijiste ‘dulce’?” Claire echaba humo. “Ajá, así que ahora ella es tu dulce.” Aunque se estaba comportando como una estúpida, la comprendí, porque al día siguiente seguro sería yo quien tendría la actitud de “Le acabás de decir ‘adiós, dulce’ a ese?”. Mientras estábamos en Madrid, las ruedas habían caído. Habíamos tenido una memorable discusión, algo así como ‘I Love Lucy’ pero sin el final feliz. Nos encontrábamos en una bella habitación de hotel de Madrid, locamente enamorados, con un tour exitoso en pleno España, y empezamos a discutir acerca de las cosas ciegas de la vida. Y seguimos peleando mientras bajábamos por ascensor, en el vestíbulo y en el micro que nos llevaba hasta el aeropuerto. Desafortunadamente, esto continuó en Lisboa. Después volvimos a casa y peleamos ahí. Amaba vivir en esa casa con ella, pero la marea nunca estaba tranquila. Ambos tuvimos siempre malditas actitudes malvadas, lo que nos quitó la chance de dejar de lado nuestro comportamiento infantil. Seguramente amábamos el drama y las constantes ráfagas de peleas, y terminar haciéndolo para empezar todo el ciclo una y otra vez. Era absurdo. Sabía que solo tenía amor para esta chica. No estaba interesado en conocer a alguien más. Mis únicos propósitos consistían en verla bien y cuidarla, lo que se tornó en uno de los problemas. La sobreprotegí tanto que ella estaba en un constante “Bueno, Anthony lo hará por mí”. Pagaba todos sus gastos, trataba de conseguirle trabajo, traté de buscarle amigos, un patrocinador, siempre hacía todo por ella. Una vez que ella 314 comenzó a tener esa reacción, yo me sentía como “A la mierda con eso. No vayas especulando por la vida. Gánate tu lugar, gánate tu respeto, haz tus cosas”. Así que se sentía en un lugar horrible, porque probablemente estaba resentida debido a que le había otorgado todo y después le recriminaba que no hacía nada por ganarse un lugar en la vida. Era una situación en la que salía siempre perdiendo, y yo no era el más indicado para encargarme de mejorarla. Hasta cuando financié sus negocios de moda fue problemático. Tan pronto como vi sus diseños, pensé, “Esta ropa es fascinante. Tiene un estilo creativo”. Me contacté telefónicamente con mis managers de Nueva York, diciéndoles “Necesito los nombres de los mejores compradores mayoristas.” Pero Claire nunca estaba satisfecha ni agradecida ni conforme con nada. Siempre estaba al borde de la queja por algo. En ese momento estaba totalmente desajustado de la vida. Había estado fuera de mi giroscopio durante tanto tiempo que no sabía como manejar las cosas más básicas de la vida con claridad o intuición. En simultáneo, había cosas divertidas. Nuestra vida sexual había disminuido bastante, pero esto había permitido desarrollar una atracción espiritual una vez que logramos desentendernos de nuestros cuerpos. Ella tenía una profundidad sexual que yo nunca había experimentado. No había cuestionamientos sobre nuestro amor, aunque ambos teníamos personalidades inflamables. Ese año los dos visitamos a nuestras familias para Navidad. Era la primera vez que mi familia iba a conocerla. Es gracioso, mis amigos hombres siempre se sintieron atemorizados por Blackie. Cuando lo conocían, trataban de darle la mano y el simplemente la miraba y se iba. Pero nunca se comportó así con mis novias. Era increíblemente atento y acogedor con cualquier chica que le presentase. No podía esperar para conocer a Claire y mostrarle fotos familiares. Pero Claire no era la persona más cálida. Aunque tal vez así se sentía por dentro, no sabía comunicárselo a nadie. Así sucedió entre ella y mi mamá. Mi madre estaba muy contenta de que hubiera encontrado una persona a la que le brindaba mi amor, pero nunca podré decir si Claire sintió cariño o compasión por ella o el resto de mi familia, porque Claire nunca sacaba sus emociones de la manga. Tenía un montón de cosas para estar agradecido esa Navidad. El CD seguía vendiendo fenomenalmente. Cada tanto recibía una llamada de Gail de Q-Prime, diciéndome, “’Californication’ está en el puesto tal en tal país, y sigue en el top ten en aquel otro”. Yo saltaba y gritaba. Es una pena que mi vida personal no estuviera floreciendo como mi vida profesional. Profesionalmente, estábamos encendidos. Además de las ventas, tocábamos bárbaro. Habíamos captado la manera de respirar la vida de estas nuevas canciones y dimos un vuelco en una esfera en la que nunca antes nos habíamos metido. Mirar la evolución constante de John era una película aparte. Cuando recién 315 comenzábamos con Californication, se lo veía tímido y retraído en el escenario, sin manifestar ningún tipo de emoción. Con el tiempo, fue desarrollando una personalidad que nunca estaba satisfecha. “Que el show comience con un solo mío de diez minutos”. No lo hacía de narcisista, sino por su amor a la música y su deseo de comunicarse con los espíritus, tanto los invisibles como los de la gente que estaba ahí con nosotros experimentando sensaciones musicales y amorosas. Era una belleza verlo desplegando sus alas. Comenzamos el milenio con un concierto en Forum, en nuestra ciudad. Forum siempre ha sido un lindo recuerdo para nosotros. Flea y yo nos habíamos metido ahí para ver a Queen hacía unos años, y más recientemente, cuando comenzamos con Warner, nos ganamos el premio gordo como fanáticos de los Lakers porque Mo tenía cuatro entradas, ubicadas en el medio. Después de ‘Blood Sugar’, éramos los primeros en beneficiarnos con Warner. Flea, dos amigos nuestros y yo siempre estábamos sentados en el medio de la tribuna. Habíamos tocado en el Forum una vez con Dave Navarro, y fue una de nuestras mejores fechas americanas con el. Siempre es difícil hacer las cosas bien cuando tocas en tu ciudad. Hay muchísimas expectativas, y tienes un estrés agregado por conseguir entradas para tu familia y amigos. Así que podía salir de dos maneras. En lugar de hacer lo mejor, que es salir y rockear, puedes estar tan preocupado por todos estos detalles que no tienen que ver con el show propiamente dicho, y a la vez querer dar el mejor recital de tu vida, que al final terminas apestando. O tal vez tienes suerte y rockeas en tu ciudad como nunca antes había sido rockeada. El show fue algo intermedio. Estuvimos bien, pero no increíbles. Lo lindo fue que mi hermana Julie y su esposo Steve fueron a pasar la víspera de Año Nuevo conmigo, en Nueva York. Otra cosa memorable fue que Cupido flechó a John Frusciante y se enamoró de Milla Jovovich, quien ensayaba con su banda en la casa de enfrente a la nuestra, en el Swing Hotel. Esa noche vino a vernos vestida con un vestido de casamiento, y John perdió el sentido. Tuvimos unos días libres después del show de Nueva York, y luego nos fuimos de la bella y soleada California al lúgubre, frío y gris Tokio, Japón. Era la primera vez que tocábamos en Japón desde la vuelta de John, y queríamos dejar un nuevo sabor en sus paladares, ya que allí John había dado su último recital antes de irse de la banda. Pero los japoneses no eran muy divertidos, y nosotros no fuimos los mejores. Uno de los problemas fue que para ese entonces, había desarrollado un problema crónico en la espalda, que necesitaba entablillar, y cada vez que estaba en el escenario moviéndome me sentía como “Oh, oh, ah, ah”. Después de Japón tuvimos una semana libre, antes de ir a Australia y Nueva Zelanda. Todos optamos por diferente tipo de vacaciones. Yo me iba a ver con Claire en Bali. No podía esperar más para verla, especialmente después de estar tan mal en Japón. Nunca 316 me voy a olvidar de lo feliz que fui cuando llegué a la puerta del aeropuerto y ella me saludó. Tenía una gran flor en su pelo y había engordado un poco, cosa que aprecié, porque se veía mejor si estaba un poco rellenita, más que cuando estaba chupada. Nos quedamos vacacionando en un bonito hotel al costado de un acantilado, desde donde se veía el océano. Cada habitación tenía una piscina de piedra. Sobre la cama y la bañadera había pétalos de rosa. Esa tarde Claire y yo tuvimos sexo del mejor. Luego buceamos y nos adentramos en la parte más bella de la isla. Uno tiene la idea de que Bali es una localidad prístina y antigua, pero realmente está lleno de gente, de tráfico y de contaminación. Habría unos cuantos cientos de personas embotelladas en la isla, pero el interior era pura jungla y montañas sólidas. Hicimos rafting en el río, atravesando el medio de la isla como si fuese una aventura. Llegó el momento de tocar en el Big Day Out, la respuesta de Australia al Lollapalooza. Enero es el mejor mes en Australia, porque es verano y todo el país disfruta de un tiempo hermoso. Empezamos el tour en Auckland, Nueva Zelanda, y estábamos ansiosos porque Nine Inch Nails iba a tocar con nosotros, y realmente los amamos. También íbamos a tocar con los Foo Fighters, y nos volvimos increíblemente cercanos a ellos. Lo único que opacó todo era mi dolor de espalda. Ni con la semana de descanso frenó la molestia. Mis vértebras tenían pequeñas fracturas porque los músculos y tendones estaban hinchados, así que chocaban con la masa de los huesos. Caminar era doloroso, saltar era más doloroso todavía, y tenía que salir a escena y dar mi mejor función con todo este dolor que me volvía loco. Dos días antes de tocar, fui al médico. “Doc, tengo estos dolores. Me podria dar algún relajante muscular, o algo que no me afecte desde el cuello hacia arriba así puedo seguir tocando?” pregunté. Sugirió Advil, pero le dije que ya había probado con eso y no había funcionado. “Hay un nuevo antibiótico sin narcóticos que se llama Ultram” dijo. “Realmente funciona con atletas que sufrieron lo mismo que usted. Tómese una esta tarde y una justo antes del show”. El día anterior al primer show tomé el Ultram y de a poco me fui sintiendo mejor. No demasiado bien como para dar por sentado que estaba bien, pero podía jurar que dentro de todo me sentía de la mejor manera. No podía atribuirlo al Ultram, porque no era un narcótico, así que sentencié que sencillamente me sentía bien. Tomé la otra antes del show y, amigo, no sentí dolor alguno en mis piernas. Tocamos y fue divertido, cinco mil espectadores coreando al unísono. Los chicos se sabían cada palabra de cada canción, hasta de las nuevas, y eso fue algo increíble. John hacía resplandecer a su guitarra, Chad era una orquesta de cañones disparando, Flea era una bola fundamental de energía aborigen y yo sentía control total sobre mi cuerpo como cantante e intérprete. Y no había dolor! Estaba preparado para besar la tierra. 317 Fue todo muy bueno y cuando volvimos al hotel, tuve sexo con Claire y sucedió algo inusual. Estábamos haciéndolo y haciéndolo, pero yo no lograba terminar. Ese nunca había sido un problema. Más tarde, se me cruzó por la cabeza que era culpa del Ultram, pero como podía lograr eso? Se suponía que era un Advil glorioso, sin narcóticos. No tenía sentido. Pensé que era maravilloso dejar de sentir dolor gracias a una pastilla no narcótica que además me hacía sentir bien. Había una parte de mí que reconoció la voz en mi cabeza diciendo, “OK, se supone que tienes que tomar el Ultram a las tres, pero es temprano todavía, tal vez deberías tomarla un poquito antes”. En la mitad del tour, me tuvieron que recetar nuevamente. Pero el médico me había dicho que no era un narcótico, y yo no estaba colocado, sólo sentía una linda sensación artificial, a la cual estaba empezando a amar. Rockeamos en Auckland y continuamos en el Gold Coast de Australia. Eramos quienes inauguraban el evento en el Olympic Stadium de Sydney. Físicamente, estaba en perfecto estado. Mis piernas no molestaban, me ejercitaba todos los días, corría, nadaba y alongaba. Claire y yo estábamos teniendo sexo fantástico. Amaba la experiencia completa. Pero me di cuenta de que Flea no estaba sintiendo la misma euforia y alegría por la vida, los tours, la música, la gente y el ski. No estaba en la misma ola celestial. Flea había atravesado momentos horribles con su novia durante el tiempo de Californication. Sabía que estaba deprimido, angustiado, bajoneado y enfermo de todo, pero también sabía que se autoproducía estas situaciones. Creamos un horrible bullabesa de dolor para reposar en el durante años, hasta que no nos pudimos sentar más, era como si el se hubiera creado un malvado destino. Se sentaba y planeaba sus propias desgracias. Tenía problemas, pero también tenía que apreciar el inmenso amor que John y yo le propagábamos. Estábamos con el, no lo dejábamos a un lado. No era como en la época de ‘Mother’s Milk’, cuando John y yo manteníamos un vínculo que lo excluía. Y Flea, a veces, puede ser una prima donna, especialmente en la época de Dave, cuando estaba preparado para abandonarnos. Todo lo negativo que dije alguna vez de Flea es porque es mi hermano y lo amo. El punto está en que es gracioso reirnos de nosotros mismos. Cada uno de ellos, Flea, John, Chad, es individualmente un puente para llegar a Dios y no cambiaría por nada a estas personas ni lo que vivimos juntos. Cada uno de ellos me ha dado su amor, su música y la mejor vida que pude haber tenido. Pero al mismo tiempo, me siento obligado a reirme de nuestras fobias. No uso la diversión para sentirme mejor conmigo mismo, lo hago simplemente porque estamos chiflados. Flea estaba sufriendo, tanto emocional como físicamente. Se sentía destruido, débil, en pendiente y no centrado. Cuando llegamos a Melbourne, hizo una reunión de banda. Peter Mensch esta ahí para decirnos que había incorporado un tour por E.E.U.U. Y si 318 nosotros pensábamos que dar un gran golpe en Europa y el resto del mundo era complicado, Peter tenía que informarnos acerca de la posibilidad que se manejaba de agregarnos fechas. Yo estaba con ánimos y ganas de hacerlo. Pero Flea, prácticamente llorando, explicó que no estaba disfrutando de todo eso. Por la expresión de sus ojos, parecía que estaba volviéndose loco. Ahí fue cuando propuso la idea de segmentar en tres semanas al tour, y tomarnos en el medio, diez días de descanso. Fue una idea revolucionaria, que hacía casi imposible generar dinero, porque hay que seguir pagando el salario del equipo durante esos diez días. Tienes que mantener tus micros y camionetas, y se estarían generando los mismos gastos, salvo los hoteles, sin que se ganara plata. Priorizamos la diversión, el goce y la salud en este tour, y no la cantidad de plata que ganaríamos. Implementamos ese método y, créditos para Flea, lo seguimos utilizando religiosamente hoy en día. Flea tuvo otra idea importante. Por mucho tiempo ambos habíamos pensado en orientarnos a la caridad y, cuando estábamos de vacaciones en su casa de Australia, habíamos hablado acerca de la idea invertir parte de nuestras ganancias para crear una organización benéfica. Decidimos dar el 5% de lo obtenido. Dárselo a las mejores organizaciones que encontráramos, tanto si fuese un hospital para chicos con cáncer o programas que involucraran a la música o lo que sea. Es un porcentaje muy alto, porque la mitad se gasta en los costos del tour, un 20% se lo quedan los managers, y un 5% para el abogado, y otro 5% para los contadores. Se lo comentamos a John y Chad, y ambos pensaron que era una idea excelente. Resultó ser un cambio positivo para nosotros también, porque ahora disfrutábamos ayudando a la gente. Era un golpe al corazón sentir que éramos útiles. Los chicos nos mandaban sus fotos y cartas de agradecimiento y nos decían lo mucho que significaba para ellos obtener cuidado médico, un lugar de juegos o un instrumento musical. Fue una de las mejores decisiones que tomamos como equipo. Pero la euforia se desvaneció con lo insulso de la realidad. En Austria, Claire y yo comenzamos a pelearnos nuevamente. Caminábamos en la vieja y hermosa parte de Melboure y comenzábamos una riña. No era una pelea venenosa, nos gritábamos y ella me sacudía y yo la agarraba del brazo y era una buena y saludable manera de descargarnos. Pero algunas personas veían la situación y pensaba que era abuso. No estoy seguro quien era el abusador, pero la gente frenaba y preguntaba si necesitábamos ayuda. Fue un testamento del potencial de nuestras volatilidades. No había daño físico, pero existía una intensidad tan fuerte entre nosotros que hubiera hecho que alguien se frenara y dijera, “Está todo bien aquí?” Recuerdo que pensaba que era divertido, porque secretamente me gustaba cuando ella me golpeaba. Es una chica muy fuerte, y Dios prohiba que se meta en la fiesta, porque significa que la cosa no está bien. 319 Después del Big Day Out, Claire y yo volvimos a L.A. y nos quedamos en nuestro nuevo alojamiento juntos. Estuvimos afuera una semana porque me habían invitado a la NBA, ‘El Juego de las Estrellas’, que ese año se celebraba en San Francisco. La NBA nos proveyó hotel, auto, entradas para el juego. Pensando que podríamos pasar un fin de semana romántico, fuimos allí. El hotel en que nos alojaron no era lindo, pero era gratis y estaba situado en un vecindario interesante. Lamentablemente, el juego fue aburrido, así que cuando finalizó volvimos a la ciudad y encontramos un restaurante. Estábamos bien, sentados en una mesa del piso de arriba, con las manos entrelazadas, disfrutando la compañía del otro. Y cometimos un error gigante. Nunca es una buena idea que dos ex adictos hablen de sus experiencias pasadas con la droga. Cuando conocí a Claire, tomaba mucho pero nunca la había visto metida en las drogas. Y ella solo me conocía sobrio. De algún modo, el tema de la droga llegó a nuestra conversación. “Dios, no puedo imaginarte haciendo esas cosas, parece tan distante de una personalidad como la tuya” dijo Claire. “No posees esa energía autodestructiva”. “Creeme, es lo que solía hacer” dije, y le conté algunas historias que ya he narrado aquí. Me contó algunas de las suyas y entendimos que éramos un par de pájaros débiles. No me acuerdo quién fue el primero en sugerirlo, pero alguno dijo, “Te imaginás si nos drogáramos juntos?”. “Sería divertido por un minuto” estuve de acuerdo. “Y qué si lo hacemos?” dijo. “Qué pasa si lo hacemos este fin de semana y después nos vamos a casa?”. “Es loco, pero suena interesante,” dije. “Hablás en serio?” me preguntó. “No lo dije convencido, pero ahora que lo mencionas, sí, lo digo un poco en serio” admití. “No lo estaba hasta que dijiste eso, pero ahora estoy hablando realmente en serio yo también” dijo. “Quieres que nos coloquemos?” pregunté. “Sí, hagámoslo” dijo. “Estás segura? Porque una vez que lo hagamos, las cosas nunca serán iguales” advertí. “Oh, estaremos bien, adelante” dijo. Y dejamos el restaurante para citarnos con el tema que más atrapados nos tenía. 320 Capítulo XV Un momento de claridad Claire y yo dejamos el restaurante y fuimos derechos a High Street. Yo no me preocupe por disimular quien era, solo había intentado estar fuera de alcance de todos los niños que estaban en la calle. Encontramos un camello negro que tenia coca pero no tenia heroína. Supusimos que el comerciante tendría problemas por ello mas tarde. Por el camino hacía casa paremos en una tienda de licor, compramos algunas pipas y nos llevemos una botella de vodka y una botella de zumo de arándanos. Claire había insistido en que quería alcohol, si ella estaba ida, estaría ida todo el rato. Probablemente parte de la razón por la que yo quería volver a colocarme era que tomaba Ultram y me indujo a tomar opio. Unos meses mas tarde, Louie consulto la Tabla de Referencia para Médicos y leyó que bajo ninguna circunstancia se debía administrar Ultram a ex-adictos a la heroína, porque esto inducía a tener ansía de opio. Supuse que el idiota del doctor de Nueva Zelanda no había leído eso. Claire y yo fuimos a la habitación y empezamos a fumar y a beber y, por primera vez, nos vimos el uno al otro colocado, con toda la peculariedad de ir drogados a la vez. Sobre las cinco de la mañana fuimos a buscar coca. Estábamos aniquilados como para ir a buscar coca por la calle así que tuve una genial idea. Tomé unas páginas amarillas y llame a un servicio de prostitutas de lujo sabiendo que la mayoría de esas chicas tienen conexiones con las drogas. Pagué a una para un servicio que es lo que nos hubiera costado ir en busca de drogas. Por una vez, a Claire la pareció bien que hablara con otra mujer. La chica fue a Berkley, me pareció que quizás no volvería, pero ella volvió con veinte Valiums, algo de cocaína, algo de cristal pero nada de heroína. Nos tomemos la coca y después los Valiums y finalmente chocamos. Porque nosotros estábamos juntos en aquello yo no me sentía tan mal como cuando me despertaba en el pasado. Nosotros estábamos juntos sintiéndonos un poco temblorosos, estando en la cama, asombrados “Que estábamos pensando? Eso fue realmente una mala idea”. Así que comimos y bebimos algo, vimos una película en la cama y escogimos olvidar aquello. Pero entonces una voz venía a mi cabeza. “Tu lo has jodido todo, sabes que ahora ya no puedes parar”. Yo ya estaba ido y agarre algunas jeringuillas y nos metimos speed. Por supuesto yo no tuve bastante, así que Claire recorrió las calles y encontró un taxista que pudo venderle algo de smack. Como podía se capaz de tener a mi novia yendo por las calles de San Francisco para encontrar mercancía?. Para entonces el hotel nos quería fuera de la habitación, pero cuando yo les dije que necesitaba quedarme algunos días ellos nos mudaron a una habitación más grande. Levanté el teléfono y llame de nuevo a la agencia de prostitutas. Esa chica estaba dentro del mundo de la droga y ella nos consiguió todo lo que necesitábamos, incluido 321 una bolsa llena de cocaína pura. Mi cuerpo era relativamente resistente a la cocaína, recuerdo que esa mercancía era como “Oh, bien, esto es cuando el corazón va en quinta velocidad” empecé a inyectarme grandes cantidades y a hacerlo bien. Claire se metió una pequeña inyección de coca, pero fue un drástico error. Ella se había metido cocaína cientos de veces en su vida, pero esa no le fue bien. Cayó redonda y empezó a ponerse pálida y húmeda, empezó a temblar furiosamente y empezó a tener problemas para respirar. Ella estaba segura de que estaba agonizando. Ese fue el momento que pase mas miedo desde que me drogaba desde esa vez que estaba en el comedor de Hillel y vi a Kim con la cara azul y sin respirar en su silla. Estaba profundamente enamorado de Claire y la idea de que le pasara algo era terrorífica. Antes de llamar al 911 reze “Esta bien, universo, tenemos un problema. La chica que amo esta posiblemente a las puertas de la muerte en el sofá. Realmente necesito un gran favor y este es que ella no muera”. Ella estaba ida y congelada como un pequeño pescado Popsicle en el sofá, pero mientras yo estaba al teléfono hablando con el 911 ella empezó a levantarse de nuevo y se sentó diciendo que sentía bien. Les dije a los del 911 que había sido una falsa alarma y colgué. Entonces el teléfono sonó. Era la operadora del hotel. “Acaba de llamar al 911?” preguntó. “Yo? 911? No. Se equivoca de habitación. Las líneas se deben de haber cruzado.” Ella estaba escéptica, pero negué que hubiera echo esa llamada. Colgué y volví de nuevo a colocarme. Debido a que ella había tenido una experiencia cercana a la muerte, Claire se puso una moratoria y se fue a la habitación intentando encontrarse con ella misma. Yo estaba en la sala de estar con una mesa llena de cocaína, píldoras, heroína, jeringuillas y pipas, cuando alguien llamaba a la puerta. Yo tiré todo lo que estaba encima la mesa y abrí la puerta. Era la policía de San Francisco. No era una ambulancia o un equipo de preanimación, la policía. “Caballero, hemos recibido una llamada del 911 sobre que alguien había tenido una sobredosis en esta habitación. La ley manda que debemos inspeccionar las premisas en esta situación” dijo el policía. Ellos habían sido bastante decentes al no tirar la puerta y entrar en la habitación. “No tengo ni idea de que llamada es esa” dije “yo estoy con mi novia y ella no se encuentra bien”. Ellos me dijeron que estaba mintiendo. Y me quedé de piedra. “Bien, necesitamos ver a la chica.” Dijo el policía. Llamé a Claire desde la habitación y ella se mostró lo suficientemente bien para satisfacerlos así que ellos se fueron y ella volvió a la cama mientras yo me colocaba de nuevo. Entonces de nuevo llamaban a la puerta. De nuevo escondí la droga. Esa vez era el maldito sheriff. 322 “Hemos recibido una llamada del 911 sobre una posible sobredosis de droga.” Dijo el sheriff. “No, no, la policía acaba de estar aquí. Ellos han visto que todo estaba bien” le dije. El sheriff me reconoció y casi se disculpo por haberme molestado y se fue. Pero yo estaba acojonado. Claire no estaba bien, los policías venían, era obvio que el hotel era conciente de que tenia dos drogadictos drogándose en una de sus habitaciones. El escenario no podía ser peor. Por la mañana comimos algo de comida y volamos hacía Los Ángeles. Ambos estábamos hechos una ruina. Pero yo no había acabado. Cuando baje del avión decidí conducir hasta el centro de la ciudad y comprar un montón de drogas, deje a Claire dormida en un motel y entonces fui a casa. Ella estaba durmiendo en un sórdido motel en Alvarado. “Ve con cuidado, no te hagas daño a ti mismo. Ire a casa cuando tu lo hagas” dijo ella. “Lo siento, Claire, pero tengo que hacer lo que tengo que hacer” le dije. Ella se fue y yo empecé a meterme de todo y a estar muy, muy ido. Y de nuevo llamaban a la puerta, yo estaba en medio de un viaje fumando crack y no quería ningún intruso en mi pequeño mundo psicótico. Entonces oí una voz. “Anthony Kiedis, soy yo. Ábreme”. Era Claire “He cambiado de pensamiento. Quiero colocarme” dijo. Ella había pasado varias manzanas con el coche, cuando decidió que quería darse el gusto, ella aparco en esa horrible vecindad y con sus altos tacones y su pelo rubio platino y su chaqueta vintage se fue andando todo el camino desde el motel. Estuvimos por ahí varios días. Eventualmente íbamos a casa y llevábamos algo de drogas con nosotros. Ahora nuestro nido de amor estaba sucio con la energía negativa del crack y la heroína. Pero nosotros no podíamos parar esa conducta demoníaca. La única parte divertida de esa experiencia era que cuando parábamos de aspirar coca y meternos heroína nos tumbábamos en la cama juntos, fumábamos y veíamos películas hasta las seis de la mañana. Por supuesto, nosotros teníamos conversaciones dulces, inducidas por la heroína, sobre lo mucho que nos amábamos el uno al otro. Recuerdo que en una ocasión le conté a Claire que no quería estar con ella solamente el resto de mis días, que también quería estar con ella después de la muerte, que nuestras almas estuvieran juntas. Que locura. Una vez, nosotros estábamos viendo una película y ella se quedo dormida en medio de la película, así que la acabé viendo yo solo. Esa noche Less Than Zero puso una película en que los Chili Peppers estaban en el retazo tocando “Fight Like a Brave”, yo nunca había visto eso, y yo estaba viéndome por esa salvaje representación de Robert Downey, en lo que posiblemente era un espejo de su vida, y hablo de mi vida con lo que vi patéticamente que había vuelto a los años ‘80. Yo había vuelto de nuevo al 323 momento cero. Era lo que estaba esperando de mi, ir moribundo por medio de un desierto?. Idee un nuevo plan. Claire y yo iríamos a Hawai y daríamos patadas por allí. Quien podía hacer que nosotros hiciéramos eso en esa preciosa isla de Oahu? Nos instalamos en un hotel con vistas hacía la playa Waikiki y comimos deliciosas costillas a la barbacoa durante el crepúsculo (había vuelto a comer carne), pero entonces decidimos ir a buscar algo de droga, ahí no sabíamos donde encontrar un comerciante de heroína, así que lleve a mi amor a los bares de strippers de Waikiki. Como suplemento nosotros habíamos falseado una receta que Claire tenía pera el dolor de dientes: codaína. No tuvimos problema con los clubs de striptease. Todos los strippers querían fiesta y era una gran fiesta, y los camellos estaban encantados de hacer tratos conmigo. Yo no escuchaba esta música desde que iba al instituto. Nuestra rutina era ir a los clubs, comprar drogas, volver al hotel y meternos hasta que no aguantábamos mas, entonces nos levantábamos y decíamos “Basta, vamos a nadar en el océano, comer algo de buena comida y volver a recuperar nuestra salud”. Por la onceava noche estábamos necesitados de más droga. Estaba harto de las instigaciones. Claire siempre rogaba parar y volver a estar sobrios. Después de diez días de ese ciclo, volvimos a Los Ángeles. Al minuto de haber vuelto nos estábamos colocados nuestro lugar de nuevo. El corazón de Claire estaba empezando a estar sobrio, pero yo tenía un momento muy duro rindiéndome. Lo triste de todo eso es que drogarnos juntos había afectado a nuestra relación. Se había convertido en un problema para la pureza de nuestro amor y que nunca logremos recuperar de nuestro encuentros con la droga. La única cosa que hizo que parara de continuar con mis correrías fue que tenía que coger un avión el 23 de Marzo del 2000 para empezar nuestra primera ronda del tour de Californication por USA. Tenía a Louie dándome un montón de medicación (pastillas para dormir, relajantes musculares). Así que estaba debilitado, no sabía como iba a salir a cantar para el primer show en Minneapolis. Realmente no estaba a la altura de la ocasión pero no podía hundirme. Ese tour fue el primero en el que usemos dos autobuses para la banda. John y Flea compartían uno, Chad y yo estábamos en el otro. Alcanzamos la carretera y en un par de días yo me sentía mucho mejor. Una semana después Claire vino a verme, cosa que fue buena, porque probablemente necesitábamos vernos el uno al otro en un estado de sobriedad. Pero ella parecía cambiada. Aunque las drogas habían sido una situación consensuada, ella bebía más que antes. Una noche tomamos un taxi para una reunión en los alrededores de la ciudad donde teníamos que ir, pero cuando salimos era tarde, había tormenta y no habían taxistas localizables. Claire estaba furiosa por el tiempo y los taxistas. Ella acabó rabiando debajo la lluvia, era como si ella pensara que el tiempo estaba contra 324 de ella o como si fuera mi culpa. Ella estaba profundamente enojada con aquello, pero era obvio que estaba dolorida y torturada por su recaída. Por el 1 de Abril, gracias al constante sudor y ejercicio, yo volvía sentirme como un hombre de nuevo. En ese tour estábamos realmente golpeando el reloj y yendo a trabajar, conduciendo por la autopista y sin saber donde estábamos. Nosotros pasemos por Nebraska, Iowa, Missouri, Oklahoma, Arkansas y Texas esa primavera. Todavía compartía habitación con Chad, así que nuestro tour en el autobús no fue particularmente festivo, pero fue un buen lugar para relajarme, leer o hablar con Claire por teléfono. En esa etapa de mi vida yo era monógamo. Descubrí que ser monógamo en la carretera era similar a estar sobrio en la carretera. Cuando tu estas sobrio, tu eres insensible a las drogas, los comerciantes y la gente colocada en las fiestas. Es casi como tener un campo de protección a tu alrededor y ciertas escenas no entran en tu radar. Lo mismo puedo decir de las mujeres. Yo nunca había sido tentado. Cuando yo veía eso objetivamente, en percepción, había muchas chicas a mi alrededor, pero yo era indiferente con ellas. Recuerdo estar sentado en el autobús con toneladas de chicas que estaban dispuestas a pasarlo bien. Lo sabes por el modo en que van vestidas y del modo en que ellas parpadean y por como se sientan cerca de ti. Ellas dijeron “Vamos, tu estas en la ciudad. Vamos a juguetear por aquí cerca” pero yo le dije “Ok, buenas noche a todas, encantado de conocerlas, pero tengo que irme a llamar a mi novia”. A finales de Junio, la banda recibió un ofrecimiento que no podíamos rechazar: tocar para Paul Allen, el co-creador de Microsoft, que abría un museo de Rock and Roll en Seattle. Allen escogió a Frank Gehry para su increíble nueva construcción, para mi era como si Gehry hubiera tomado cien latas de cerveza y las hubiera estrujado dándole forma de mujer y entonces hubiera construido eso. Era sexy, tenía curvas metálicas, era más una escultura gigante que un edificio. No tocamos bien ese día, debido a algunos “problemas” técnicos bien jodidos, así que para salvar la experiencia, nos pusimos los calcetines para nuestro bis. Fue nostálgico desnudarnos con John. No nos habíamos puesto los calcetines con el desde la era de Mother’s Milk. Mas tarde, hubo una fiesta en el museo. Chad fue la primera persona en intentar una de las exposiciones interactivas, y resulto que estaba roto. Pero Chad estaba un poco bebido en ese momento, y ese día, el director del museo estaba convencido de que los Red Hot Chili Peppers estaban borrachos y destrozaríamos su lugar, lo que, por supuesto, no hicimos. Por ese tiempo también tuvimos un concierto benéfico para los niños, y nos vimos en un concierto de Pearl Jam en Seattle a finales de Junio. Teníamos un pequeño descanso antes de la siguiente parte de nuestro tour, y pase la semana entre lágrimas y drogas. Esto no fue algo precipitado, tenía otra vez el tiempo en mis manos, pero lo que paso es que yo no había empezado un proceso para estar bien por mi mismo. Yo había 325 estado fuera y volví sin una dirección o algún plan que seguir. El 27 de Julio fue el momento de volver con la cuarta tanda de nuestro tour y de nuevo estaba delgado y débil. Estuve las tres siguientes vueltas del tour sin tener una recaída. Acabamos el tour de USA y mi trabajo estaba hecho, así que empecé a cavar mi tumba de nuevo. El único compromiso que tenía era el show de los awards en noviembre, así que empecé a drogarme y unos días antes del show paré, estuve dos días tomando Ultram para disimular y Mickey Mouse estaba en mi camino en el show. Claire sabía de mis luchas, pero gracias a Dios, ella no estaba yendo hacia abajo, lo que era un testamento de su despertar espiritual y del comienzo de estar sana. Fue una bendición que ella no cayera conmigo, porque a menudo, la gente cae junta y uno vuelve atrás y el otro no lo hace. O ellos no lo hacen nunca. A principios de Diciembre, Claire volvió a Nueva York por negocios, cosa que fue una receta para el desastre. Sin trabajo, sin novia y sin compromisos me volví un cerdo salvaje. Diciembre fue un mes bastante feo porque durante veinte días de jaleo yo continuaba diciéndome a mi mismo “Solo lo hago una vez mas y mañana lo dejo definitivamente”. Claire vino a casa y tuvo que negociar con este maniaco en su vida. Esto fue difícil, yo ya no podía volver atrás. En algún momento deje la casa y encontré un nuevo motel, el “Paradise”, que estaba debajo de Sunset. Delante del lugar había un neon lila que era increíblemente atractivo en ese triste lugar. De nuevo, todo el grupo estaba movilizado. Louie y Bob Forrest empezaron a buscarme en todos mis escondites. La parte irónica es que Bob vivía a media manzana de Paradise, así que en una de sus misiones de reconocimiento el paso por el motel y BINGO!, ellos reconocieron mi moto. Es divertido como funciona la mente. Mas tarde Bob me contó que cuando ellos vieron la moto aparcada allí, el estuvo enseguida celoso, porque el había pasado por ese motel millones de veces pensando “Ojala pudiera pasar un par de días ahí”. El había estado limpio durante años, tenía una preciosa chica que lo amaba. El no era un mentiroso o un cabrón, ni miserable, el era trabajador, contribuía en la sociedad, era un amante, un miembro de la sociedad, pero cuando el conducía por ahí era como “Si solo pudiera registrarme una noche... las luces lilas me invitan”. Cuando Louie llamo a la puerta yo sabía que había vuelto a estropearlo todo de nuevo. Le dije que saldría en media hora y el me dijo que me esperaba en el parquing, así que acabe de colocarme con la heroína y fui en busca del músico. Me quede sorprendido de ver a John ahí fuera, sentado en su Mercedes negro. El estaba cariñoso y preocupado. “Vamos a ir a casa de Louie para hablar” me dijo. Tomé mi moto y fuimos hacía la casa de Louie y Sherrty. Yo había echo mi historia y estaba preparado para intervenir. Etan colocado que no estaba. Yo quería pedir disculpas a Claire, pero ella no sabia nada de 326 eso. Esa fue una de las raras ocasiones en las que merecía los problemas que ella me había dado. Pase la noche en casa de Louie, ellos tenían miedo de que me fuera de juerga de nuevo. Yo no tenía demasiadas píldoras “detoxer”, pero le pregunte a Louie si podía llamar algún doctor y pedirme algunas píldoras. Yo no quería estar sufriendo, temblando y pasar la noche despierto de nuevo. El plan era irme para Navidad a ver a mi madre e irme a Saint Barte en el Caribe en un estado saludable. Nuestro próximo compromiso era tocar en un festival en Río, pero eso no era hasta el 21 de Enero. Era lo mismo que romper un descanso de oro, el sueño de ir a algún lado y volver bien para trabajar y asumir mis responsabilidades profesionales. No puedes empezar y parar y esperar que todo este bien, porque llega un días en que quieres parar y no puedes. Cada recaída es un nuevo error, pero ese era uno que se alargaba y la idea de que estaba causando angustia emocional a Claire estaba pesando duramente en mí, aunque escogí ignorarlo. Nuestra relación empezaba a tambalearse con esto. Cierta cantidad de volatilidad y drama que podía ser saludable y hacer las cosas divertidas e interesantes si tú eres capaz de decir en cierto momento de la pelea “Esto no es nada, te amo, olvida todo esto”. Pero nosotros no teníamos esa habilidad. Por fin yo quería que nos fuéramos juntos y quería abandonar el drama, pero nunca lo hicimos. Estar con Claire era difícil. Ella era probablemente la chica que más he querido de todas mis novias, pero también una de las relaciones más difíciles. Si yo hubiera puesto tanto esfuerzo en las otras relaciones yo ahora estaría casado y con cinco hijos. Claire no vino conmigo a Michigan, lo que estuvo bien porque yo fui un mongólico babeante durante un par de días, al tope de pastillas. Pero mi madre estaba feliz de que yo estuviera en casa y fue bonito vivirlo con mi hermana Jenny y su novio. Para la noche del 23 de Diciembre, yo me salí con mis pastillas para dormir y mis relajantes musculares. Fue bastante peligroso porque yo no podía dormir mucho. La siguiente noche era noche buena. Tuve fuerza para cantar algo de Dickens, pero tuve un momento de claridad sobre mi drogadicción esa noche. Esto no era la primera vez. Años antes, cuando yo vivía en un edificio de correos en Hollywood Boulevard, estuve metiéndome coca durante un par de días y estaba en una pequeña nube cuando salí de mi habitación y me fui al recibidor. Ahí había una gran ventana, me asomé y vi el cielo astillado de Hollywood. Me quede mirando el cielo, y por primera vez en mi vida, escuche una voz dentro de mi cabeza: “Tu no tienes poder sobre lo que haces en tu vida. Los drogadictos hacen exactamente lo mismo que tu estas haciendo. Tu tienes que tomar con tus manos el volante y tu estas yendo donde el mundo de la droga te lleva”. Eso no había cambiado. El sentimiento brotaba dentro de mi, y no me importaba lo mucho que amaba a mi novia o mi banda o los amigos o la familia, cuando la cancion 327 “Vamos a colocarnos ahora mismo” empezaba a tocar en mi cabeza, entonces estaba ido. Ahora era noche buena y yo lo tenía crudo, sin un solo grano de medicación para mí. Conduje hacía una reunión en Grand Rapids, pero antes de entrar en el edificio hice una parada y considere mis opciones. Podía volver hacía atrás y conducir hasta el ghetto, sabía a que esquina tenía que ir, yo había visto los comerciantes, así que podías conseguir algo de droga y estar colocado en unos minutos... o podía pasar esas puertas y volver a mi vida con mi propio poder para luchar y empezar ha cruzar las puertas de mi dependencia. Vi que lo que yo debía hacer y donde decía estar, y no quise sucumbir a la tentación. Darme a mi mismo poder para luchar era fácil, tenía algunas experiencias por todo el mundo cuando me comunique con un poder bueno que tenía yo mismo. Fui hacia la reunión y me anuncie como un recién llegado y fui recibido con las brazos abiertos. Estaba empezando mi propio rescate, como había echo en 1 de Agosto de 1988 cuando fui a mi primera rehabilitación. Hice un compromiso de estar bien, no quería esperar mas tiempo, no “si no me gusta del modo en que hago las cosas”, no volviendo atrás. El 24 de Diciembre del 2000 es mi fecha de sobriedad con lo que es una fecha festiva y mucho. Pero como un imbécil tenía que esperarme hasta el resto de las vacaciones y estar sobrio a partir de Año Nuevo. Llame a Claire y le pregunte si quería venir conmigo después de navidades a Saint Bart. Ella estuvo de acuerdo aunque todavía estaba enojada conmigo. Ella voló hasta Grand Rapids y la fui a recoger al aeropuerto. No solo estaba avergonzado por hacer lo que había echo y que le había echo a ella, también estaba inseguro sobre todo en ese momento, porque yo estaba roto. Ella estaba evidentemente borracha. Nosotros no nos fuimos directamente antes fuimos a México para hacer escala. No estábamos peleando, pero si estábamos enfadados el uno con el otro. Acabemos sentados en lados opuestos en la sala de espera. “Estas segura de que quieres venir?” le pregunte. “No, yo estaría feliz de volverme con el próximo avión y volver a casa”. “Entonces hazlo”. “Entonces lo haré”. “Bien, toma tu ticket y lárgate chica... y adiós”. Estuvimos una hora sentados y yendo de aquí para allá. No había forma en la tierra de conseguir un avión para ella que la llevara a casa. Pienso que ella no quería hacerlo, pero era el modo de que nosotros actuemos. Además, para aumentar toda esa estupidez, tome una gran dosis de Niacin, pensando que era una hierba limpiadora y mi cara parecía una remolacha roja. Finalmente paramos de hacernos los idiotas y volvimos a casa. Pasemos los siguientes días en Michigan, intentando ser amigos de nuevo, pero era violento. Había muchas cosas por resolver y mucha tensión entre 328 nosotros. Aunque yo estaba con ella cuando se drogaba yo tenía que olvidarlo e ir hacía adelante, ella no lo hacía fácil diciendo todo el tiempo “Ok, tu eres un jodido hijo de puta, pero ahora quieres estar sobrio, así que vamos a clarearnos el uno al otro”. Ella estaba todo el día encima de mí. Volemos a Saint Bart’s, donde compartimos un barco con otras diez personas, una idea que nunca recomiendo retrospectivamente, especialmente cuando tu no estas en el mejor momento. Pero creí que era mejor para bajar hasta la isla. Tuve un cambio de conciencia y me ocupe de ir en dirección positiva respecto la energía que tenía, pero Claire estaba empeñada en tirarlo todo por el suelo. En algún momento, debí comer algo de comida en mal estado o alguna toxina residual me afecto, me sentí mal y me tumbe en la cama de nuestro camarote. Ese día todos bajaron del barco pero yo no podía levantarme y no podía comer, así que le pregunte a Claire si ella podía quedarse conmigo y quedarnos juntos viendo alguna película en la cama. “No, quiero ir y hacer las actividades con todas las otras personas” dijo ella, y se fue. Tuve otro momento de claridad cuando pensé “Yo no me he preocupado demasiado por las cosas extrañas por las que estamos pasando, yo he sido bueno con ella en todos los sentidos. Yo me he cuidado de ella y he dado lo mejor de mí, pero ella no es capaz de quedarse conmigo cuando la necesito. Ella no es una persona generosa, ella no puede ser mi novia”. Tome la decisión de acabar con esto. Pero no quise arruinar las vacaciones, así que no le dije nada, solo le dije que no era feliz. Pero yo estuve injustamente complaciente. En año nuevo fuimos a una fiesta en el yate y Claire me toco las pelotas toda la noche. Había una pintura de Basquiat en el barco y yo la estaba admirando cuando dos chiquillas vinieron hacía mi. Ellas eran unos estropajos y un poco simples, pero estaban coqueteando conmigo. Yo no estaba de ninguna manera interesado, pero bromee con ellas un minuto, sin llegar a ningún puto pacto. Pero Claire la había estado viendo y vino directa cuando ellas se fueron. “Porque estabas coqueteando con esas chicas?”. “Estaba mirando esa pintura y ellas dos vinieron hacía mi y me interrumpieron, solo hice un par de bromas y se fueron por donde vinieron. No estuve flirteando” le explique. Y eso había sido así, pero ella no me quiso hablar el resto de la noche. Ahí estábamos, bajo las estrellas en una preciosa isla y ella estaba ahí imaginando cosas. Eso hizo más fuerte mi decisión. Al día siguiente tomamos un avión para volver a casa. Fue difícil porque yo la amaba con locura y la idea de estar solo no me atraía. Además, no tenía ningún interés en las otras chicas. Pero no quería vivir en constante descontento. Así que me volví hacía ella y le dije “Claire, tenemos que hablar de nosotros, esto no va bien. Yo no quiero que esto dure mas, tienes que irte”. 329 Ella no intento tratar las cosas en profundidad. Solo quería saber donde se suponía que ella tenía que vivir. Le sugerí que se mudara con su patrocinador y cuando volvimos a Los Ángeles ella lo hizo. Fue horrible empezar de nuevo sin esa chica a quien había dedicado mi vida. Pero también fue un alivio que no tuviera que ir de puntillas cuando una chiquilla viniera a hablar conmigo. Poco podía imaginarse Claire que yo nunca le había sido infiel, pero si yo tenía un comportamiento simpático con alguna chica desconocida yo lo pagaba durante días. Cuando volví, tire de mi mismo para recuperarme y empecé a ir a reuniones y a conocer gente. Yo debía llevar sobrio una semana y media cuando llame a un amigo mío que había estado sobrio estando por las calles, solo, triste y hundido. Todos habían intentado ayudarlo, pero no sirvió, así que lo llame y le deje un mensaje en el contestador “Hey, aquí hay una vida llena de diversión y tu te lo estas perdiendo”. Me llamo al día siguiente y quedamos en reunirnos y estar sobrios juntos. El dijo que se me veía tan prospero y feliz que debía llevar años sobrio, así que se conmociono cuando le conté como había pasado las ultimas dos semanas. Le di a Claire nuestro coche, así que me compre uno nuevo. Entonces me mude de mi apartamento. Era afortunado de poder alquila una buena casa cada vez. Esta era una vieja casa de Dick Van Patten arriba de Hollywood Hills, una vieja casa que había sido una de las primeras construcciones en esa colina alrededor de los años ‘20. Esta casa había tenido por inquilino a una persona que vigilaba los incendios porque estaba en una posición que iba del paso de Cahuenga hasta el Valle y por todos los caminos desde el centro de la ciudad de Los Ángeles hasta el océano. Era una locura, la mejor panorámica de todas las veces. Era un lugar precioso, un lugar refrescante para empezar una nueva vida. Tenía una nueva casa, un nuevo coche pero no una novia. La semana que me mude empezó un miércoles desayunado con un puñado de amigos sobrios. Primero nos reunimos es Musso y Frank, un terrorífico viejo restaurante en Hollywood Boulevard, pero cuando el tiempo mejoro nos fuimos al Joseph’s Café, donde nos sentemos en la terraza y hablemos de básquet, música, política, chicas y sobriedad. Se unieron Pete Weiss y Dick Rude. Flea vino para el desayuno pero se salto la reunión. Ere grupo del miércoles era una parte significativo de mi nueva entrada a la sobriedad. Cuando el fin de semana yo pensaba en volver a colocarme yo decía “No, tienes que ir al Joseph este miércoles. Esos tipos cuentan conmigo.” La reunión donde fuimos fue en Yucca y Gower, una reunión donde había una mezcla de vagabundos, travestidos y gente extraña de Hollywood. Yo tenía el compromiso de sentarme en una de las sillas de la reunión, así que fui media hora antes. Tenia que hacerlo durante un año, y era para cuidar mi sobriedad, porque si yo me iba y me colocaba, quien se sentaría en mi silla durante las reuniones?. 330 La primera semana de Enero del 2001 tuve otra ocasión para renovar mi vida. Después de mi cumpleaños en Noviembre, Guy, quien quería hacerme un regalo astuto, sabía que yo había pensado en tener un perro desde hacía años. El sabía que yo amaba los “Ridgeback Rhodesian”. Un día yo volví a casa y había una pequeña caja roja delante mi puerta, dentro había una foto del “Ridgeback Rhodesian” mas hermoso que había visto jamás, con una nota que decía “tu perrito te estará esperando la primera semana de Enero”. Guy había encontrado la mejor manada de California en un pequeño pueblo de montaña llamado Julian, a una hora de San Diego. Dick Rude y yo conducimos hacía allí para recoger a mi perro. Yo era la última persona para recoger a un cachorro, pero los dueños habían apartado al primero que nació, el más fuerte y grande macho para dármelo a mí. El había nacido la primera semana de Noviembre y había estado un par de meses cuidado por la chica que se cuidaba de la granja. Mi perro me miro como “Oh no, que haces aquí? Yo vivo con esta chica. Espero que tu no pienses llevarme de aquí”. El estaba tan asustado de dejar la seguridad de su casa y a esa mujer que el me miraba destrozado. Lo recogí y le dije “Nosotros nos mudamos a Hollywood. Tu eres mi chaval”. Dick nos condujo a casa y yo senté al perro en mis rodillas y los sostuve mientras volvíamos. Intente contarle que todo estaba bien, pero el estaba asustado ante ese gran mundo que veía, especialmente cuando empezamos con el trafico en la 405. El entro en casa conmigo, y tuve la experiencia horrible de tener que enseñarle donde arañar y morder. Los Ridgeback son la manada mas testaruda que hay y me costo mucho educarlo. Tenía diarrea y ladraba y fue como tener tres mofetas en mi patio. Era un trabajo constante, educando ese loco cachorro, pero también era uno de los mejores momentos de nuestras vidas, juntando en el patio con el, oliendo flores, cazando insectos y jugando con un palo. Le llame Buster, por Buster Keaton, uno de mis cómicos favoritos. Para mediados de Enero conocí una nueva chica. Yo no estaba de humor para ir a la caza de mujeres, pero una noche salí con Guy a un club y vi esa extra fina chica cruzando la habitación. Estaba rodeada de tipos que esperaban hablar con ella pero yo me adelante, la aparte y me senté con ella en un sofá. El resto esperaba tener tiempo de estar con ella, pero no tenían ninguna oportunidad, especialmente después de que ella me dijera que su sueño era conocerme y pasar el tiempo juntos. Su nombre era Cammie. Ella era una actriz que vivía en Laurel Canyon con una Playboy y Paris Hilton. Ella era hermosa y bonita, divertida y pequeña, ella empezó a quedarse en mi casa y a ser mi chica. Un mes más tarde, un domingo por la mañana, fui a una reunión al este de Hollywood, yo había planeado quedar con Cammie mas tarde para comer. En la reunión, por casualidad, vi a Claire. No la había visto desde hacía un mes y la última vez que 331 estuvimos juntos no fue un tiempo placentero, fui a verla a casa de unas amigas suyas. Sabía que ella no tenía trabajo así que tuve un gesto amistoso y le ofrecí algo de dinero. Un maldito montón de dinero, un montón de dinero que le ofrecía sin razón alguna. Yo pensé que ella podía usarlo para pagar el alquiler y los costes del pequeño coche. “Pienso que lo mejor será que vaya a ver un abogado” dijo. “Porque?”. “Creo que podría conseguir mas dinero que esto” dijo. “De que estas hablando? Conseguir mas dinero? Esto es un regalo, no es una boda, no te pido nada. Solo quiero ayudarte, tu nunca me ayudaste” le dije. “Un amigo mió me dijo que probablemente yo podía conseguir algo de dinero si acudia a un abogado”, explico. Me dio mucha vergüenza. Había terminado la negociación con un abogado que me había propuesto que le diera a ella algo de dinero, pero yo le dije que lo olvidara. Eso fue una chorrada, una tontería movida por alguien que esta intentando ayudarte desde fuera y ella vino con cosas disparatadas como “yo me mude aquí y deje mi casa por ti”. “Que? Tú estabas durmiendo en un sofá en un jodido gueto. Yo te puse en contacto con una facultad, y entonces tu dejaste tu fofa y te mudaste a un ático de lujo”. Yo no quería comprar nada con eso. Pero Claire parecía confundida y asustada, así que me olvide de ella y volví a mi vida. No fue como “Oh, he perdido esa chica”, sino que fue como cerrar un capitulo. O eso es lo que pensaba. Estaba feliz de verla y cuando la reunión termino todos dejaron la habitación, yo me acerqué a donde ella estaba sentada y me senté a su lado empezando a darle besos en la mejilla. Fue una reacción impulsiva al verla, al ver su sonrisa, sus ojos y sus suaves mejillas blancas. Empezamos a hablar, cinco minutos mas tarde yo estaba besándola en la boca. Todas las puertas se abrieron de nuevo. Yo tenía una nueva novia, mi vida había cambiado, esa chica era del pasado. Pero ahí estábamos, haciendo planes para vernos al día siguiente. Estaba muy excitado. Conduje directamente a la casa de Cammie porque no quería mentirle o dejarla colgada. “Lo siento, realmente lo siento, pero algo jodidamente inesperado me ha sucedido hoy y tiene que ver con mi ex novia. Tengo intención de volverla a ver, así que no puedo seguir quedando contigo” le dije. La noche que me encontré con Claire una amiga suya cumplía un año de sobriedad e iba a celebrarlo en el Cholo, un restaurante Mexicano en Westerm. Sentí que me volvía a enamorar en mi primera cita con esa chica. Estaba en el mejor momento y cada mirada que ella me mandaba hacía que mi corazón revoloteara. Una de las cosas mas extrañas que me han pasado: no solo me había vuelto a enamorar de esa chica, era 332 como empezar de cero. Pusimos en marcha aquello y ella se mudo rápidamente a la casa. Mi casa tenía tres pisos, mude mis cosas al piso superior y le sugerí que pusiera sus cosas al fondo, con lo que quedaba un gran dormitorio, un baño y un enorme armario con un área para vestirse. Era mucho más bonito que el piso superior. El paraíso no duro mucho, ella empezó a quejarse “Porque pones la zona de vestirse en el piso inferior? Porque no puedo tenerlo en el piso superior?”. No tenía sentido. Yo le regalaba el continente y ella quería el hemisferio. Pero era el inicio de nuestro amor y todo estaba floreciendo. La banda empezó a trabajar en nuestro próximo álbum para Marzo del 2001. Ese mes organicé un viaje familiar a Hawai. Cogí a mi madre, mis dos hermanas, sus maridos y mi pequeño y adorable sobrino Jackson y los lleve a Kauai. Quería que Claire viniera pero ella tenía trabajo. Mis sentimientos por ella inspiraron una canción, “Body Of Water” que era un tributo a su espíritu y su energía interior, algo que siempre me había cautivado. En Marzo recibimos malas noticias. A una de mis amigas mas íntimos y mentor, Gloria Scott, le habían diagnosticado cáncer de pulmón. Sus amigos nos reunimos rápidamente con ella para intentar encontrar todos los tratamientos que pudieran ayudarla, pero necesitábamos dinero porque ella no tenía. Así que hicimos un concierto benéfico para ella (y también para le enfermedad de Huntington, una enfermedad que había afectado la familia de una ex-novia de Flea) y conseguimos el dinero. Puesto que Gloria siempre había bromeado referente a que Neil Youg era su fuerza, yo llame a Neil para preguntar si por alguna loca casualidad el podía actuar. “Dime cuando, yo estaré ahí con Crazy Horse” me dijo el. Para la noche del show, la condición de Gloria había empeorado, pero ella vino al concierto y yo estaba emocionado de presentarle a Neil, fue un momento mágico cuando vi esas dos personas juntas. Llevamos a Gloria a un pequeño apartamento en el agua en “Venice Beach”, porque ella siempre había estado cerca del océano, pero ella había vivido en el interior de Venice durante treinta años. Contratemos una enfermera y paguemos sus tratamientos, pero los médicos descubrieron el cáncer demasiado tarde. Yo fui al hospital a decir aquello tan doloroso “Yo se que te estas muriendo, así que debes saber que te quiero”. Ella no quería morir en el hospital, así que la llevaron de vuelta a su casa de la playa y ella se apagó. Y ahora es tiempo de que te vayas Tu me enseñaste de mayoría de las cosas que se Dónde estaría sin ti Glo? G-L-O-R-I-A Es amor, mi amiga Te veo parada junto al mar 333 Las olas que hiciste siempre estarán Un beso de despedida antes de que te vayas G-L-O-R-I-A Es amor, mi amiga Escribir By the Way, nuestro próximo álbum, fue una experiencia totalmente diferente de Californication. John había vuelto y había vuelto con confianza. Así que hicimos lo mismo de siempre. Volvimos a la Swing House, encerrados en una habitación con guitarras, baterías y micros, tocando un montón de horas cada día. Empezamos a encontrar algo mágico, algo de música, algunos ritmos, algunos jams y algunas ranuras, grabamos todo aquello, le añadimos y sustraemos cosas, pusimos esfuerzo y saquemos melodías de aquello. Empecé a coleccionar palabras para la partitura y escuchaba y agarraba inspiración para lo que ellos estaban tocando. Todo ese tiempo yo había intentado trabajar con Claire, ella había empezado su propia línea de ropa. Ella era productiva y creativa, pero nosotros chocábamos como dos personas con entidades singulares. Íbamos a un par de consejeros, una practica, pequeña e imparcial mujer que nos daba herramientas con las que trabajar, pero nada que sirviera. Las cosas que necesitábamos que ocurrieran no ocurrían. A medianos de verano, nosotros volvimos a romper. Claire se fue a la habitación del piso inferior, en teoría, hasta que ella encontrar un lugar. Yo no le insistí para que se fuera de nuevo. Pero por supuesto tenía la ventaja de que teníamos encuentros entre los dos pisos. Los encuentros en el piso inferior encima de montañas de sus prendas hicieron maravillosa nuestra vida sexual de mientras. Pero al final rompimos y alquile un pequeño chalet para ella en Beverly Hills. Yo le deje el coche hasta que acabara el arriendo, y ella me lo devolvió sin ningún pomo en la puerta, ni el estereo, ni las alfombras. Fue algo simbólico de nuestra relación. Yo le hice un favor y ella me lo devolvió destruido y contándome que el seguro quizás lo cubriría. Después de que ella dejara la casa, nuestra relación continuó de vez en cuando. En lugar de recaer en las drogas recaía con Claire. Volvimos a Saint Bart a finales de las Navidades del 2001 y alquilamos una casa en la playa. Un día ella quiso aprender como se practicaba el surf, así que tomamos nuestras tablas y cuando nosotros estábamos a un cuarto de milla empecé a intentar enseñarle, pero las olas eran grandes como casas, demasiado grandes para enseñar. No encontramos a la hora de la verdad, cuando las olas venia hacía nosotros, contuvimos el aliento para lo que venía, durante la agitación, la correa que sujetaba a Claire a la tabla se rompió, así que nade hacía ella y le di mi tabla. Finalmente volvimos a la orilla. Pero con la confusión del vendaval y el oleaje tuvimos el error de volver por encima de un arrecife en lugar de volver por el canal. Las buenas noticias es que estábamos vivos, pero la mala noticia que teníamos que andar por encima de ese arrecife de coral que tenia percebes y otros golfillos de la 334 playa. Hasta las pequeñas olas nos empujaban hacía allí así que tuvimos que hurgar entre espinas del mar, y las espinas de ellos no se partían, eran imposibles de quitar y eran causa de mucho malestar. Claire empezó a gritarme histérica, como si yo quisiera que ella se pinchara. Yo pase dos días llamando a médicos y buscando medicamentos que la pudieran ayudar, pero ella estaba loca. Era tan mezquina conmigo por todo lo que había pasado, que una vez mas, rompí con ella. Mientras estábamos en Saint Bart, llegué al punto de romper. “Claire, vuelve a casa” le dije “no me he sentado que has empezado a gritarme. He dado lo mejor de mi para hacer un agradable viaje para ti y compartir mi vida contigo, pero haces imposible esto”. La envié a la maldita casa y rompimos de nuevo. En algún momento del año siguiente recaí. Quedaba con ella por no perder su amistad, pero siempre teníamos el mismo resultado, nunca tuvimos ningún progreso. Durante cuatro años de relación ella estaba como ardiendo sin llama, turbara por las pequeñas cosas en la vida. Ella mentía de un grano de arena hacía una montaña. Yo quería disculparme y decir “Olvidemos esto, he hecho mal. Te quiero y me preocupo por ti, yo quiero hacerte feliz, vamos a disfrutar este amor y esta vida”. Pero ella no quería hacerlo, ella no escogió ser feliz. Por supuesto todos mis problemas con Claire no pudieron descarriar mi sobriedad. Mi encuentro del desayuno de los miércoles estaba en pie y cada uno tenía una idea de cómo le hacía servicio. Nosotros conectábamos con gente y los llevábamos a las reuniones y teníamos nueva gente en nuestro grupo particular, así ellos podían ver que la sobriedad no significaba el fin de la fiesta, al contrario, ahí justo creábamos una fiesta, pero sana. Tener un momento de claridad era una cosa, yo tenía momentos como los de antes. Eso tuvo que ver con que volviera a dedicarme a hacer un ejercicio diario. Era una axioma trillada, pero la practica lo hacia perfecto. Si tú quieres ser un gran nadador o un gran músico debes practicar. Es lo mismo con la sobriedad, mientras apuestas eres un luchador. Si tu no practicas tu programa cada día, te pones a ti mismo en un posición donde tu puedes salir volando de la orbita una vez mas. Las buenas noticias eran que empezar a recuperarme era un soplo de aire fresco para mí. Amaba esas reuniones y amaba escuchar a la gente hablar. Algunos de los hablantes eran viejos aburridos que no decían nada, pero algunos de ellos eran verdaderos ángeles. En uno de los encuentros yo vi a una gran transexual mexicana, una mujer llena de atuendos. Ella contó la historia de su vida. Estuvo allí bromeando, cantando, hablando y compartiendo el mensaje de empezar el servicio y fue positiva. Cuando se fue, supe que había visto un ángel. Yo había visto las mismas cosas en vaqueros de Montana y oradores de ciudades del sur, mucho tipo de gente que se había drogado y estado al borde de la muerte y ahora estaban dando ese mensaje de iluminación, amor y recuperación. Los encuentros me daban ánimo. Era como una mezcla de seminario libre, lectura y sociabilidad. Algunas veces también había chicas 335 calientes. La gente era divertida, creativa y festiva. Como el libro dice “ellos no abundan”. Todos esos años en los que yo había estado yendo y viniendo, yo me mentía a mi mismo y decía “Tú vas a recuperarte, tú no volverás a drogarte, esto es una situación temporal”. Siempre pensaba que iba a ser definitivo y que era capaz de volver atrás, pero ahora sabía que yo volvía atrás con un propósito y este no era para volver a caer en las drogas. Era porque a veces yo tenía que ser parte de la creación de ayudar a alguien. Yo había tomado la decisión de parar de tomar droga varias veces anteriormente, pero nunca hice el mantenimiento diario, la cultivación de un camino hacia el despertar espiritual. Pienso que para alguien que quiera ir trabajando todos los pasos, ir a las reuniones y dar constantemente amor y servicio esta garantizada su recuperación. Pero no todos venían a gusto, yo lo había echo en el pasado, escogía y seleccionaba y pensaba “Yo tendré que hacer esto esos días, pero no esos otros. Yo trabajare estos pasos, pero no esos. Yo iré a las reuniones pero a algunas no iré”, si haces eso estas condenado al fracaso. Otra cosa que pienso es que el genio del programa es que ellos hacen que entiendas es que tú no puedas predicar por la sobriedad. Lo que es crucial del programa es que tú te preocupas por ti mismo y ves el programa como una atracción antes que como una promoción. Al minuto tu dices “Hey! Esto es lo que yo quiero hacer” para un alcohólico o un drogadicto nada es mejor que ir ahí. Si tu haces esas cosa, entonces alguien te mirara y pensara “Ese tipo se drogaba hasta vomitar en sus pantalones, pero se ve que el ahora es feliz consigo mismo”. No hay alcohólicos en el mundo que quieran contar lo que hicieron. Los alcohólicos a veces son descritos como egomaníacos con complejos de inferioridad, o para ser crudos, una pieza de mierda que deambula por el universo. Lo que esta bien, porque ellos están de una manera para tratar con eso. Tu te sientes como una mierda? Sal fuera de ti mismo y haz algo por alguien que este ahí y tú dejarás de sentirte como una mierda. Tu estas confundido y estas llevándote a la locura? Llama a un tipo que lleve tres días sobrio y haz las cosas que el ha hecho. Al minuto tú sentirás que sales, te centras, tú estarás libre de tu propio dolor. El truco de la sobriedad es estar constantemente al servicio de otro alcohólico. Es como una moción perpetua. Toda esa gente que generosamente re dan lo que tu les das a ellos, y ahora tu sabes que se lo puedes dar a cualquiera. Es una fuente de energía constante, como una batería recargable, solo que no contamina ni tiene toxinas. La razón de que el programa es exitoso es porque los alcohólicos ayudan a otros alcohólicos. Nunca conocí a algún Normie (nuestro apodo para personas que no tienen problemas con las drogas o el alcohol). Estos están convencidos de que es bueno ser un alcohólico. Los Normies están siempre yendo “Esta es una nueva píldora que tu 336 puedes tomar si tu no quieres meterte mas heroína”. Lo que muestra fundamentalmente el desconocimiento del alcoholismo y la drogadicción. Eso no es como una alergia psíquica, ellos están obsesionados con la mente y las enfermedades del espíritu. Eso triplica la enfermedad, porque si consideran que es una enfermedad espiritual entonces ellos tienen una cura espiritual. Cuando yo digo espiritual, no hablo sobre cantar o leer la eterna filosofía. Yo hablo de sentarse en las sillas de una reunión, quedar con otro alcohólico y llevarlo al centro de la ciudad al encuentro. Eso es un estilo de vida espiritual, empezar a admitir que no lo sabes todo y que tú estabas equivocado sobre algunas cosas. Hacer una lista de todas aquellas personas a las que has dañado, ya sea emocional, psíquica o financieramente y volver atrás para enmendarlo. Eso es un estilo de vida espiritual. Esto no es un concepto etéreo. Mi amigo Bob Forrest es una persona espiritual. El no va a la parroquia, no habla de Dios ni no va a eventos caritativos los fines de semana, pero el se sienta durante horas encerrado con alguien que no puede parar de fumar crack. Eso cura a Bob de una enfermedad espiritual, porque el hace cosas y no hace por el, sino que para otro tipo. No lo hace con la esperanza de sacar algo de eso, el es así. En la cancion “Otherside”, en Californication, yo escribí: “How long how long will I slide, separate my side I don't, I don't believe it's bad”. Yo no creo que la drogadicción sea intrínsecamente mala. Es una experiencia realmente oscura, dura y destructiva, pero puedo emplear mi experiencia con una persona normal? Seguro que no. Es algo feo, y ahí es nada, yo se que es doloroso como el mal, pero yo no puedo utilizarlo ni un minuto. Esto es una apreciación de cada emoción en el espectro de la vida. Yo no puedo salir de mi manera de crear esto, pero encontré una manera para abarcar todo eso. Yo apunte esas experiencias, porque ahora que las había tenido, ahora que llevaba cuatro años sobrio, yo estaba en posición de ponerlas al servicio de cientos de personas que sufrían. Todas aquellas recaídas, cada uno de esos contratiempos que me parecían como añadiduras innecesarias para experiencia torturadora, todas estaban siendo significativas. Yo había conocido otras personas que había estado limpias a lo largo del camino y que no podían volver a limpiarse de nuevo y yo era capaz de decir “Yo estaba ahí, yo lo hice durante años, yo volví varias veces y ahora...” Fui con Guy a un curso de Kabbalah la otra noche, y la lección era sobre los cuatro aspectos del ego humano, que estaban simbolizados por el fuego, el agua, el aire y la tierra. El agua representa el excesivo deseo por los placeres, y yo tenia un signo de agua que había sido toda mi vida. Yo quería sentir el placer hasta el punto de la demencia. Ellos llamaban a eso el nivel superior, porque era querer saber aquel nivel superior, el nivel de la divinidad. Tú quieres tocar el cielo, quieres sentir gloria y euforia, pero la trampa es que tienes que ganártelo con el trabajo. Tu no puedes comprarlo, tu no puedes conseguirlo en una esquina de la calle, no puedes inyectártelo 337 o esnifarlo, tienes que ganártelo. Cuando yo era un adolescente y me metía bolas de speed, yo no pensaba “quiero conocer a Dios”, pero en lo profundo de mi mismo quizás lo pensaba, quizás yo quería saber que era aquella luz y intente tomar un atajo. Esta es la historia de mi vida, yo he vuelto hasta mi infancia en Michigan, cuando yo volvía casa desde la escuela a través de los patios traseros de los vecinos saltando vallas. No importa si me mordió un perro o si me rompí los pantalones saltando vallas o si me di en el ojo con una rama de un árbol que estaba escalando. Cosas que ahora son buenas. Buster y yo compartimos una preciosa casa. Tengo un fantástico grupo de amigos que me apoyan, y cuando es el momento de salir a la carretera tengo otro grupo de gente que me apoya. Una de mis compañeras de mi alma es Sat Hari. Ella entro en nuestro mundo en Mayo de 2000, cuando Flea la contrato para que le administrara una terapia intravenosa con Ozono. Sat Hari es una enfermera, una americana dulce, increíblemente protectora., una chica joven que viste con turbante. Ella es la versión femenina de Flea, con el mismo hueco entre dientes cuando sonríe, la misma forma de cara, el mismo color de ojos, la misma pequeña nariz. Ella es maternal, es afectuosa, es amorosa y modesta, una brisa de aire fresco y energía femenina, y no me refiero a energía sexual, al menos no para mí. Para mi ella es una hermana, una madre, una portera y una enfermera, todo en una. Sat Hari se gano el aprecio de todos, en la banda y en el equipo, ella fue como una madre adoptiva para toda la organización. Todos le hacíamos nuestras confidencias, le decíamos todo durante todo el día y toda la noche sobre nuestros más profundos y oscuros secretos. Todos causamos impacto en ella, también. Ella era controladora, alguien que te decía lo que podías y no podías hacer, de lo que podías y no podías hablar. Le mostramos un nuevo mundo de reuniones de gente abierta que bailaba y amaba la vida. Ella floreció como persona y salio del cascaron. Durante el tour de By the Way, Sat Hari, John y yo compartimos un autocar, y esto fue acogedor, íbamos en un capullo de felicidad. Dimos buen rollo en los estadios que tocamos. Teníamos claro desde de nuestros primeros tours que las zonas de detrás el escenario estaban siempre fríos, austeros... lugares donde tu no querrías pasar ni dos minutos. Así que para el tour de Californication contratamos una mujer llamada Lyssa Bloom para que nos decorara esas habitaciones. Ella puso alfombras, tapices, cubrió los fluorescentes, puso un sistema de estereo y puso una mesa cubierta de fruta fresca, verduras, cacahuetes y tes. Así que nosotros vivíamos el pre-concierto antes del show y John era el DJ oficial del área. Nos programaba la música. El y Flea tomaban sus instrumentos y practicaban y yo hacía mis ejercicios vocales. Entonces repartía el te a todo el mundo y escribía el setlist. Sat Hari venia y nos inyectaba el ozono, entonces nos sentábamos en el suelo y hacíamos una pequeña meditación. Nosotros llevábamos a cabo esos rituales que nos 338 hacían sentir cada vez mejor. Nuestro ritual final era un círculo de nuestras almas antes de subir al escenario. Eso era algo divertido que desarrollamos años antes. Cuando nosotros éramos esa joven banda de jóvenes de Hollywood con las cabezas llenas de pájaros, hicimos un círculo y nos dábamos bofetadas en la cara los unos a los otros antes de salir al escenario. Lo que hacía que saliéramos fluidos, por supuesto. Ahora nosotros hacíamos un círculo, juntábamos las manos y meditábamos unos instantes. Alguien decía “Vamos a hacer este por el Gipper” o “Ahí fuera hay una tormenta, vamos a darle marcha”, entonces era el momento en que Flea nos regalaba unas palabras para darnos coraje, después me tocaba a mí y hacía un broma, un chiste o hacía alguna rima, mas tarde John tenía unas palabras para los miembros de ese circulo. Chad no solía decir nada, pero era como “escucho, escucho”. Todos esos rituales me preparaban, pero irónicamente era motivo de mi constante obsesión con las drogas. Era divertido que durante el primer periodo de cinco años y medio de sobriedad yo nunca tuviera ningún deseo para hacerlo. La incontrolable obsesión que había experimentado desde que tenía once años justo había desaparecido y estaba limpio. Era un verdadero milagro. Cuando yo salí de mi primera rehabilitación la idea de colocarme era un concepto extraño para mí. Yo podía sentarme y mirar fijamente una montaña de coca delante de mi cara y eso no significaba nada para mí, un mes antes habría empezado a temblar y a sudar por una reacción psíquica. El modo más hijo de puta y disimulado hubiera sido esconderme detrás la puerta y hartarme de analgésicos. Entonces empecé a recaer, yo nunca tuve un alivio de mi obsesión con las drogas. Me parecía como una trágica maldición, pero miro el lado bueno de eso: Ahora yo trabajo duro por mi sobriedad. Cuando yo revivía la obsesión era porque estaba trabajando poco. Ahora yo no escojo, pero soy más diligente y estoy más comprometido, porque cuando me viene a la cabeza la idea de colocarme no lo hago. Durante el primer año de mi recién encontrada sobriedad, todo el 2001, el sentimiento de querer colocarme venia a mi cada día. Especialmente después de que Claire se fuera, yo me sentía tan mal que no podía dormir. Una noche el pensamiento volvió a mí. Yo estaba solo en casa y había luna llena. Estaba escribiendo canciones para By the Way, las cosas estaban bien y yo me sentía inspirado. Eché una ojeada hacía fuera y la noche era clara, pude ver las luces de la ciudad. Estaba a punto de tirarlo todo por la borda una vez más. Tomé una pequeña cartera y deje una nota a mi asistente para cuidara de Buster. Agarré las llaves de mi coche y salí de la casa. Salí del porche y mire la luna, mire la ciudad, mi coche y mi cartera y pensé “No puedo hacer esto. No puedo lanzarlo todo por la borda una vez mas” y volví adentro. En el pasado durante uno de estos momentos lo hubiera olvidado todo y me hubiera 339 ido a una de detestables juergas. Pero ahora me había probado a mi mismo que podía vivir con mi obsesión hasta que esta desapareciera. Estuve tentado de aceptar el hecho de que no podía estar sin colocarme durante largo tiempo, que podía ver un anuncio de una cerveza destapada y al momento querer una cerveza (y eso que no bebo cerveza). Las buenas noticias es que voy por el segundo año, las ansias no son tan frecuentes, y en el tercer año, las tendré mucho menos. Yo estoy todavía un poco torcido, un poco tortuoso, pero cuando considero todas las cosas no puedo quejarme. Después de todos esos años de abusos con las drogas y accidentes en los árboles, de saltar desde construcciones, de sobrevivir a sobredosis y enfermedades, después de todo, ahora yo me siento mejor que hace diez años. Tengo algunas cicatrices suaves, pero todo esta bien, yo estoy aun progresando. Y cuando pienso “Anthony, ves a una habitación de algún motel con unos dos mil dólares de narcóticos y hazlo ya” entonces yo miro a mi perro y recuerdo que Buster nunca tiene que verme colocado. FIN 340
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