http://razacomica.cl/sitio/2017/12/04/kutral-memorias-y-poeticas-a-20-a...Kutral: memorias y poéticas a 20 años de Lumaco / por Claudio Alvarado Lincopi “¡jamás el fuego nunca jugó mejor su rol de frío muerto!” César Vallejo En diciembre de 1997 las llamas hicieron visible lo invisible. Una herida olvidada de la historia patria, tan blanca y patricia desde su fundación, emergía desde el fuego. La morenidad mapuche, negada y despreciada desde el Chile decimonónico, encontraba su torrente público mediante las llamaradas que incendiaban tres camiones en Lumaco. Por supuesto, los de arriba, como tantas veces, alzaron sus voces aristocráticas para apagar con la bencina de la represión la profundidad histórica de ese kutral. Es que los camiones ardiendo una noche de fin de primavera en Lumaco son un hito de fractura del devenir mapuche que nos permite narrar la continuidad de las violencias coloniales en Wallmapu, desnudadas por estas llamas redentoras, así como nos provee también la suficiente luminosidad para dar cuenta del derrotero reflexivo de una nación en emergencia. Porque después de 1997 es imposible el silencio. Kutral es fuego, el llamador de la memoria y la destrucción posible. Un descubrimiento que habita los límites de la vida y la muerte, de la destrucción y el renacimiento, que tanto borra como devela, es decir: un habitante más de la frontera. Por cierto, en la poética mapuche el kutral tiene un lugar imprescindible, habla de dolores y dignidades, de olvidos, silencios y reminiscencias. Y quizás por la condición política de la poesía mapuche –porque todo gesto del colonizado es un gesto político– este kutral poético ha tenido su sitio en el quehacer de la emergencia pública del pueblo mapuche. Porque poesía y coyuntura, creación y tragedia, se han confundido durante las últimas décadas, gestando palabras y quehaceres, como llamaradas que calibran nuestras visiones sobre el pasado y reabren las heridas para observarlas en su dimensión más profunda. Todo para agitar la historia oficial de la nación nobiliaria, con la intención de germinar nuevos horizontes, manchados de indio, de morenidad incandescente, de viva gestación champurrea. En ello, insistimos, ha estado el fuego poético y político para hacer arder la memoria o quemar el silencio, que son dos caminos de rotundas hermandades contra la negación de la vida mapuche; dos caminos que trenzados hablan de la porfía del fuego, ya sea como frío muerto o ardiente vida. Porque, como dice Luis Cárcamo– Huechante, “vivimos en medio de las llamas”. 1 de 6 13-12-2017 10:47 Un artefacto más entre las múltiples violencias gestadas por el colonialismo chileno. Si no me cree. pueden volver ceniza lo construido.. Además. Las llamas.. grabada por el calor de la fricción. Los últimos 150 años de historia han estado marcados por las llamaradas incandescentes de un pasado que mantiene su sustancia casi inalterable: el colonialismo es un fuego ardiendo. por cierto. La sociedad mapuche algo sabe de esto. ya que extinguir la presencia del colonizado es una prerrogativa en toda gesta colonial: volver ceniza el territorio íntimo del despojado para instalar sobre ella la arquitectura remozada de la quimera eurocéntrica del colonizador. sino que fueron una realidad de la ocupación que pesa sobre la memoria de las actuales generaciones. quemar lo que se presenta perdurable. una cicatriz construida desde la quemadura corporal. Quizás por ello “la marca del indio” lleva ese nombre. hablan sobre la densidad del proceso. no son parte de la fantasía argumental del movimiento mapuche. Arder la memoria como frío muerto Las llamas transforman. http://razacomica. Es que el despojo territorial desarrollado en la segunda mitad del siglo XIX por el Estado de Chile reinauguró los dolores coloniales. instó el desarrollo sistemático de jerarquías raciales que han definido el lugar del indio bajo la bota de la oligarquía colonial en Wallmapu. fueron otro instrumento en este proceso de ocupación. Las rukas en llamas. Entré en busca de mi calor A mi casa ardiendo 2 de 6 13-12-2017 10:47 . pregúntele al poeta Lienlaf de qué voces extrajo la vehemencia de las lágrimas cuando dice: Bajan gritando ellos sobre los campos silbando por los esteros corro a ver a mi gente a mi sangre pero ya están tendidos sobre el suelo sobre ellos pasan los huincas hiriendo de muerte la tierra dividiendo mi corazón. la génesis del fuego. Son tantas las memorias donde el fuego tiene un lugar de pesadumbre y dolor.cl/sitio/2017/12/04/kutral-memorias-y-poeticas-a-20-a. tristemente. Están pasando los nidos Sobre el fuego Está pasando la tierra Y ya me estoy perdiendo entre las palabras Escuchen hablar a mis lágrimas. un recado confidencial” que viene ungiendo el pueblo mapuche para que –como insiste siempre Chihuailaf– la chilenidad reconozca su hermosa morenidad. el fuego y la quemadura son también gestoras de la perdurable cicatriz que ha definido la deshumanización de las vidas mapuche. que logra desangrar en completa impunidad. ardiendo en la memoria subterránea de un pueblo. compilación. Un peso que no cesa. despojando su vida de toda humanidad. o como desee usted llamarlo. Porque si sus vidas pudieron ser quemadas sin penas para los asesinos.cl/sitio/2017/12/04/kutral-memorias-y-poeticas-a-20-a. http://razacomica. “Recuerda siempre que.. Tal vez. de Jaime Mendoza Collío. “lo indio” ha constituido una página en llamas de la historia oficial. un hierro ardiente.. “símbolo que arde en medio de este soliloquio. El humo es el sueño del fuego”. el lugar de lo no humano donde el racismo hace lo suyo para infligir la quemadura que perdura como el peso de la noche. Porque el fuego –y he aquí su tensión permanente– puede transformar la materia en ceniza y humo. calentado sobre fuego para quemar el cuerpo indio. es decir. Porque el despojo no fue de la tierra únicamente. develando que en Chile hay vidas que no importan. Allí están las vidas deshojadas de Alex Lemún. Brotó el estero de mis lágrimas lloviendo sobre mis pies Ustedes ¿entienden mis lágrimas? Escuchen al aire explicarlas Están pasando los años. 3 de 6 13-12-2017 10:47 . lo perdurable de sus biografías se encuentra en el recuerdo latente del movimiento mapuche: en el kutral de la memoria. fue el instrumento que marcó la carne del peñi Painemal. los marcó como objetos de explotación y desprecio. completamente en llamas. por ejemplo. El colonialismo chileno inferiorizó los cuerpos y saberes mapuche. dado que las llamas pueden jugar mejor tanto su rol de frío muerto como ser el principio del fogón. El hierro ardiendo sobre la piel morena de Painemal es lamentablemente un gesto de incontrolable presente. En 1914. Las llamas. en el universo de la naturaleza. como el lastre para el desarrollo civilizatorio de la nación. en muerte y sueño. nos dice Elicura Chihuailaf. de Luis Marileo y de tantos otros. de Matías Catrileo. sino que también se extirpó la posibilidad de lo humano. los sueños se convierten en realidad. La lluvia es el sueño del agua. Desde la edificación de la patria blanca y burguesa. intentar zafarnos lo más posible del yugo de los años atrapados. tantos dolores. tantos menosprecios. Roxana Miranda Rupailaf. cuando busca ser literatura.. En 2005. Llamaradas de letras se han abierto después de Lumaco. http://razacomica. una vez explicado. Waikilao era uno de ellos. para volver inteligible los camiones en llamas. en el sudeste mexicano. así como destruye. para decir que el hambre siempre estuvo allí y que incluso fue la que impulsó la rabia y las ganas de transformarlo todo: “La consciencia me la despertó el hambre de otros. de hambre y empobrecimiento. Tantos olvidos intencionados. Y confieso que no me arrepiento”. Su premiado texto llamado Se ha despertado el ave de mi corazón fue una tierna y poderosa embestida de pasados y presentes magullados por el desprecio y la negación. Se hace urgente la descolonización. las cicatrices. cerca de San José de la Mariquina. De alguna manera. tan falto de tierra india. territorio williche. y justamente ahí recae la labor mayor del Recado confidencial a los chilenos de Elicura Chihuailaf. un escritor de la rabia y los sueños de un pueblo que el año 2009 fue detenido bajo el amparo de la ley antiterrorista. en los primeros años del 2000. Una prosa y ensayo poético para narrar con ternura la rabia acumulada.cl/sitio/2017/12/04/kutral-memorias-y-poeticas-a-20-a. Entonces nada de raro: ¿por qué se sorprenden? Es que sólo los mojigatos y embusteros pudieron poner cara de asombro cuando los tres camiones ardían en el Lumaco de 1997. no se podrá contar las celebraciones de los 200 años patrióticos sin nombrar las oscuridades de la fiesta nacional. En nuestra historia reciente. Cuando pasen los años. nacido en 1969 en Alepue. este desate. librarse lo más posible de los elementos que fueron yugo y dolor. las periferias de la patria neoliberal debieron guardar la voz para alimentar la imagen del jaguar latinoamericano. junto con una treintena de presos políticos mapuche. quema. el recomponernos. que estoy cantando cerca de una vertiente ¡Vertiente de sangre!”. hacerse entender. Después. tan pintado de gringo. realizó una huelga de hambre que marcará a fuego la historia del bicentenario chileno. porque como dice el mismo Waikilao: “Nunca olviden que la sangre que pisotearon se levantó chorreando fuego en Lumako. Fue el desacato representado en la capucha lo que los hizo visibles. de desprecio y racismo de una chilenidad que colonizó la tierra y las vidas mapuche. decíamos. La luminosidad del fuego permitió ver sin eufemismos el rostro del colonizado y el colonizador. Convierte en llamas la misma percepción del nosotros. En la cárcel. Porque finalmente fueron décadas. materializada en esos cuerpos mapuche hambrientos de justicia. y el año 2011 publicó su libro Bitácora guerrillera. Después de diciembre de 1997. donde escribía: “En mi niñez el hambre era una vocecita que robaba el pan a mis compañeros de curso […] Casi me convencen de que el hambre era un regalo de Dios que había que padecer con entusiasmo para ganarse el cielo”. palabra y omisión. En Chile ese símbolo fue el fuego. por supuesto. dicen que se taparon el rostro para que los pudiesen ver. Las llamas de 1997 no sólo cambiaron la relación entre las partes en conflicto. esa morenidad que aguardaba en las tinieblas de la historia.. Es que ningún pueblo en proceso de desalambrar la historia queda incólume. En el andar se despiertan nuevas ruinas. Primero. Confieso que me comí todas las manzanas y que suspiro tres veces al encenderse la luna […] que he pecado de pensamiento. sino que también quemaron nuestra aparente homogeneidad. Los zapatistas. Ver los surcos. profundizando diálogos y enfrentamientos. Lienlaf. Recibí una orden del llanto de esa viejita saliendo del negocio del gringo. es imposible guardar silencio. Y vista la verdad es imposible ser los mismos. Los grises buscan su lugar en la llamarada. Ahora bien. que llenaron de sangre las vertientes desde donde se canta con rabia y ternura. El fuego fue la luz que iluminó la cara india. La recomposición de un pueblo colonizado implica desatar el pensamiento. sintetizó con su poética una emergencia mapuche que hizo público el torrente de vida denegado por la chilenidad oficial. Paulo Huirimilla descoloniza la sujeción y al sujeto. Porque la luminosidad del fuego permite vernos el rostro en toda su dimensión. Porque de alguna manera el aviso de incendio estaba contenido en el canto de Lienlaf cuando decía en 1989: “Volveré a decir que estoy vivo. nos dice: 4 de 6 13-12-2017 10:47 . los fluidos. ese primer texto de amplia resonancia pública fue el primer aviso de incendio. las décadas y los siglos. Quemar el silencio como ardiente vida Mauricio Waikilao es poeta. más de un siglo de penas acumuladas. Un poeta y preso político mapuche reflexionando sobre el hambre después de una huelga de hambre. y me enrolé en esta guerrilla del pensamiento incorregible”. Quizás sólo los poetas cantaban despacito las chispas de futuros fuegos. Pero era imprescindible relatar con detalle cada llamarada. tan jaspeado de primermundista. se confiesa pecadora y busca desatarse: “Confieso que le he robado el alma al corazón de Cristo. Es curioso cómo el fuego devela e ilumina. Allí estaba en llamas la memoria del fogón. con su bolsa vacía. Y ahora marcha en nuestras venas”. quemando el árbol del extractivismo neoliberal. Pero el sujeto en el andar no queda incólume. el eucalipto. un eterno incendio donde el retrato de una ciudad manchada de indio y un cuerpo mapuche manchado de urbe son las cenizas y la combustión de un parto perpetuo: lo mapurbe. con el fuego de la vela santa. Quizás.. quien extrema este desate interno.cl/sitio/2017/12/04/kutral-memorias-y-poeticas-a-20-a. http://razacomica. pierde su carnet de identidad y se vuelve un barroquismo de pasados y presentes. entre urbano y rural. 5 de 6 13-12-2017 10:47 . Yo cazador recolector urbano de chaqueta e’ cuero Hablo tartamudo por los muertos de mis antepasados Con el ceño partido Parco de palabra se me ha perdido el carnet de identidad Miro a los gángster que nos buscan en el sueño Por cortar el gas de los eucaliptos Y encender fuego con velas de mamita virgen. Tal como Rupailaf. un desborde permanente. Huirimilla deviene pecador confeso. cuando nos entrega palabras como un torrente que no cuaja. es el poeta David Añiñir Guilitraro. con llamas que queman esencias momificadas. un cazador recolector con chaqueta e’ cuero. Somos mapuche de hormigón Debajo del asfalto duerme nuestra madre Explotada por un cabrón Somos hijos de los hijos de los hijos Somos los nietos de Lautaro tomando la micro Para servirle a los ricos Somos parientes del sol y del trueno Lloviendo sobre la tierra apuñalada La lágrima negra del Mapocho Nos acompañó por siempre En este santiagoniko wekufe maloliente.. 6 de 6 13-12-2017 10:47 . Hemos atravesado el punto de no retorno. luego de Lumaco nada es igual. todo es nuevo. Por cierto. como otra espesa coyuntura..cl/sitio/2017/12/04/kutral-memorias-y-poeticas-a-20-a. no hay vuelta atrás.. político y epistémico. en un proceso de descolonización que es territorial. Es un fuego alimentado por los quehaceres y reflexiones de las actuales generaciones mapuche. Es por ello que las poéticas mapuche se bifurcan. Después de los tres camiones ardiendo en el epílogo de Lumaco de 1997 todo es creación. todo es impugnable. no encuentran un camino por donde retornar. http://razacomica. Desde 1997 se viene quemando el silencio. Los poetas han estado presentes. que beben toda la pasión. todo el dolor de pasados arrancados a la muerte. Lumaco sigue ardiendo. ––– Claudio Alvarado Lincopi forma parte de la Comunidad de Historia Mapuche.
Report "Alvarado Lincopi, Claudio. Kutral - Memorias y Poéticas a 20 Años de Lumaco"