ALUCINACIONES OLFATIVAS: Análisis histórico y clínicoArchivos de Psiquiatría 2003; 66 (3):213-230 (Rogelio Luque) Marisa Serrano Raya- 05 / 02 / 07 INTRODUCCIÓN El olfato y su psicopatología han recibido menos atención que la prestada a otros sentidos al tener menos utilidad para el ser humano Es posible que en ese desinterés hayan influido factores sociales, culturales e históricos A diferencia de otras modalidades sensoriales, la Filosofía apenas se ocupó del olfato hasta el siglo XVII Desde que Platón en su “República” impuso el anatema sobre los perfumes porque predisponían a “la indolencia y los placeres” se ha mantenido que el olfato no tiene utilidad en la sociedad civilizada, al contrario que la vista y la audición. Olfatear y olisquear se han asociado con la conducta animal, y por tanto, son actos que aproximan al ser humano al resto de los animales, revelando una falta básica de educación social. Al mismo tiempo, han existido una serie de problemas ligados a la olfación, como la pobreza y equivocidad del lenguaje usado para describir, catalogar y analizar los olores o la falta de comprensión de su naturaleza. Todo ello llevó a un desinterés general por el olfato y a que se situara en último lugar, junto con el tacto, en la jerarquía de los sentidos. No obstante, junto a este rechazo también se ha reconocido su importancia. Desde la época clásica, la medicina ha resaltado la significación de la nariz como órgano próximo al cerebro, y en consecuencia, como “origen” de la sensación. Por otro lado, desde un punto de vista estético, el olfato se ha definido como el sentido de la afectividad, la imaginación y el deseo. La dificultad para desentrañar la naturaleza del olfato ya fue reconocida por Aristóteles que asoció los 4 elementos (tierra, aire, fuego y agua) con los 4 sentidos básicos (vista, oído, tacto y gusto); al tiempo que reconocía un quinto elemento: “quintaesencia”, relacionado con el sentido del olfato. Para Aristóteles, aunque ligado al gusto, no es fácil determinar la naturaleza y el objeto del olfato: “Por lo que se refiere al olfato y al objeto oloroso, definirlos con precisión resulta más difícil que en el caso de los sentidos ya expuestos: en qué consiste el olor no está claro, desde luego, como lo está el sonido, la luz o el color” P. Esto puede reflejar su poca importancia clínica y estadística pero también la confusión que existe sobre su status conceptual.. Robert Burton en la “Anatomía de la melancolía” de 1621 las incluye en los “Signos de melancolía en el cuerpo” . Las descripciones de olores imaginarios se encuentran en pasajes bíblicos y en manuscritos médicos egipcios. los tratados de psicopatología y psiquiatría apenas se han ocupado de ellas. y en consecuencia. Areteo de Capadocia las menciona como signos de las auras epilépticas.e.Análisis clínico: alucinaciones olfativas Las alucinaciones olfativas se han considerado poco frecuentes y de escaso interés clínico. Ey en su “Traité des hallucinations” les dedica 16 páginas escasas de las 1543 totales. en las psicosis sistematizadas y en las psicosis hipocondríacas” . las menos frecuentes de todas las manifestaciones psicosensoriales “son también las menos claras y las menos perfectas [. visuales.. gustativas y cenestésicas. sin embargo. y se observan. como “olores singulares” asociados a alucinaciones auditivas. Para Régis. Esquirol les concede la misma importancia que al resto de las alteraciones de la percepción y cita varios casos del delirio de persecución con predominio de alucinaciones olfativas desagradables. Durante el siglo XIX fueron descritas por Baillarger. son raras.. sobre todo.]. en un estado alucinatorio hipnagógico. El propio Baillarger realiza la observación de que las alucinaciones olfativas. son difíciles de distinguir de las ilusiones olfativas. Bullen y Griesinger. posteriormente. señalan que son casi constantes al comienzo de las psicosis. Brièrre de Boismont o Griesinger. El debate continuó en el siglo XX. al igual que las táctiles y gustativas. Marcé. Baillarger. . antes de que el sujeto se vea invadido por la psicosis. y así Mayer-Gross sostenía que era esencial mantener la existencia de las alucinaciones olfativas como alucinaciones genuinas. sostienen la misma opinión y señalaron que la misma dificultad sucede con las alucinaciones táctiles y gustativas. en el estado predelirante. Bleuler. . Conrad y Bumke defendían que en el caso de las alucinaciones olfativas y gustativas nunca se podía descartar la existencia de una percepción genuina puesto que estos sentidos siempre se encuentran bajo la influencia de un estímulo sensorial. Son menos frecuentes. Asimismo. que pueden aparecer dentro de estados patológicos así como en estados de normalidad. generalmente desarrolladas a partir de un delirio. pueden ser primarias.Clasificación de las alucinaciones olfativas En 1892. y constantes o esporádicas. . agradables (lo más frecuente) o desagradables. Savage estableció las principales características y tipos de alucinaciones olfativas. lo más frecuente a las gustativas y táctiles. y de ellas surgir otros síntomas. o secundarias. y pueden ser simples y aisladas. o asociadas a otras alucinaciones. y su origen puede deberse a una patología del SNC o de los órganos sensoriales. Respecto al contenido. repulsivo (putrefacción orgánica: olores fecales. gangrena) y místico. cadáveres. con una carga emocional de angustia o voluptuosidad). Ey las clasifica según su contenido en: agradables (olores de esencias o de flores. misteriosos. Según la repercusión sobre el paciente las clasifica: de carácter peligroso o agresivo. de carácter neutro (olores insólitos o persitentes de vinagre. desagradables o nauseabundas (olores de gas. . y de carácter indefinible (olores jamás sentidos. sustancias químicas. sensaciones deliciosas captadas de una atmósfera exquisita). erótico. vapores. de estación de metro o de sopa de cebolla). azufre. pestilentes). Según la localización pueden ser: externas y auto-olfativas (la fuente de olor es el propio sujeto). perfumes. inefables. Según su naturaleza. alucinaciones elementales infrecuentes que se pueden confundir con los dreamy state Y 2) alucinaciones olfativas delirantes . Éstas. Ey las clasifica en: 1) eidolias olfativas: tienen una estructura eidolo-alucinósica (e. sin elaboración delirante. se acompañan de síntomas vegetativos y alteraciones sensoro-motoras o sensoriales. a su vez. que se encuentran en las crisis uncinadas de Jackson debidas a lesiones temporoesfenoidales (dreamy state). Su intensidad puede ser muy violenta y la duración suele ser breve. pueden ser phantéidolies.d.. y proteidolias. son fenómenos olfativos parciales. que se observan en procesos neurológicos). las psicosis. En general. Alucinaciones olfativas en psiquiatría: Psicosis alucinatoria crónica Esquizofrenia Estados neuróticos y el delirio olfativo (délire à base olfactif) Síndrome de referencia olfativo . durante los siglos XIX y XX las alucinaciones olfativas se describieron en 4 cuadros clínicos: cuadros orgánicos y tóxicos. Se podrían agrupar en: 1. Cuadros orgánicos y tóxicos 2. los estados neuróticos y el delirio olfativo (délire de base ofactif) y el síndrome de referencia olfativo. 1. sensoriomotores y un estado crepuscular y onírico (“aura intelectual o dreamy state”) caracterizado por la presencia de sensaciones de irrealidad. . extañeza y despersonalización junto a recuerdos vagos e imprecisos (“reminiscencias”) y fenómenos de “déjà vu” y “déjà vecu”. Hughlings Jackson señaló su presencia en el aura de las crisis uncinadas. Alucinaciones olfativas en los síndromes orgánicos y tóxicos A) En los cuadros orgánicos se han descrito fundamentalmente en: la epilepsia. los tumores cerebrales y los TCE. En algunos casos se acompañan de alucinaciones gustativas. 2rias a patología en lóbulo temporo-esfenoidal. acompañadas de fenómenos vegetativos. Durand señala que las alucinaciones olfativas en los procesos neurológicos tienen una característica alucinósica.son fenómenos elementales y de breve duración . el paciente tiene conciencia de lo anómalo del fenómeno aunque a veces la crítica no es inmediata. aunque en algún caso han persistido durante horas: “estado de mal alucinatorio”. Ey incluyó las alucinaciones olfativas de las crisis uncinadas de Jackson dentro de las phantéidolies. . y posteriormente se han realizado numerosas referencias en la patología del lóbulo temporal y en la estimulación eléctrica cerebral. Estos fenómenos olfativos en el aura de la epilepsia temporal los había descrito con anterioridad Herpin. Las alucinaciones olfativas que aparecen en la epilepsia -1aria o 2ria a patología del lóbulo temporal. También se han descrito alteraciones en la memoria olfativa en la Corea de Huntington (sin que existan déficits visuales o auditivos). se han descrito alteraciones de la percepción olfativa independientemente de la presencia de alucinaciones olfativas. siendo en este caso el aura mayor que en la epilepsia. . la enfermedad de Parkinson y la Corea de Huntington. Son debidas a una irritación del lóbulo temporal como consecuencia de la isquemia. En algunas enfermedades degenerativas cerebrales. Las alucinaciones olfativas también se han descrito en el aura de las crisis de migraña. como la enfermedad de Alzheimer. en el Síndrome de Down y en las lesiones del lóbulo orbitofrontal. la alucinosis alcohólica y el delirium tremens. . LSD. así como en el alcoholismo crónico. y la efedrina. se ha indicado la presencia de alucinaciones olfativas aisladas y desgradables como signos precoces del episodio dipsomaníaco. B) Respecto a los tóxicos. y que no se explica exclusivamente por la pérdida de memoria a corto plazo o el deterioro intelectual. la abstinencia alcohólica. También en la intoxicación por mescalina. En el síndrome de Korsakoff alcohólico existe una alteración en la detección e identificación olfativa que no se da en el Korsakoff no alcohólico. todo ello junto a una elaboración delirante.2. delirios de influencia. bouffées delirantes y melancolía. Pallias y cols. Algunos autores han intentado diferenciar las características de las alucinaciones de origen psíquico de las de causa orgánica. consideran que las primeras tienen una tonalidad afectiva desagradable acompañadas de fenómenos de extrañamiento. Descritas fundamentalmente por la psiquiatría francesa en las psicosis alucinatorias crónicas. esquizofrenia. Alucinaciones olfativas en psiquiatría Descritas en varios cuadros psiquiátricos. sensaciones de pesencia y modificaciones cenestésicas. . No obstante. que será tratado aparte. En la psiquiatría anglosajona todas las psicosis se han englobado dentro del concepto amplio de esquizofrenia con la salvedad del denominado síndrome de referencia olfativo. hay que tener en cuenta que en los trabajos se utilizan criterios diagnósticos diferentes correspondientes a momentos históricos distintos. . en el sentido francés del término. . Es decir. pasan de alucinaciones a alucinosis. sobre todo gustativas.2. en algunos casos las alucinaciones olfativas tienen un contenido agradable y desaparece la convicción delirante con una crítica. al menos parcial. y con conciencia de la irrealidad del fenómeno. De forma excepcional.1. Psicosis alucinatoria crónica Alliez y Noseda en una muestra de 95 pacientes con alucinaciones olfativas. cenestésicas y. Las alucinaciones olfativas tenían un carácter desagradable y se asociaban a un delirio y a otras alucinaciones. fundamentalmente auditivas. encontraron que 55 de ellos tenían una psicosis alucinatoria crónica. las alucinaciones olfativas en las psicosis alucinatorias crónicas tienen un carácter menos autónomo al asociarse constantemente con sensaciones de extrañeza. los fenómenos olfativos se componen de una combinación de ilusiones y alucinaciones con los delirios para constituir un sistema delirante. Para Pallias y cols. ideas de influencia. junto con alucinaciones. generalmente cenestésicas. . Asimismo. 2. Esquizofrenia Las alucinaciones olfativas pueden aparecer fundamentalmente al inicio del cuadro en los diferentes tipos de esquizofrenia. verbales y cenestésicas. hasta la hebefrénica. y a fenómenos de despersonalización. y se asocian a otras alucinaciones. . el sujeto adquiere una percepción nueva tanto del mundo externo como de su propio cuerpo. desde la paranoide. El contenido de la alucinación olfativa suele ser desagradable. Así.2. la localización externa o interna (como olores desagradables provinientes del propio cuerpo). Sin embargo.señala que aparecen en el 83% de los esquizofrénicos. Bromberg y Schilder apuntan la esquizofrenia. como el diagnóstico más frecuente.que las estimaban poco frecuentes. en una revisión de 40 casos con alucinaciones olfativas. coincidentes con la opinión de autores clásicos –como Griesinger y Bleuler. siguiendo a autores como Sigmond –que las consideraba frecuentes.. seguido del alcoholismo. han dado unas cifras más bajas. . Robert y cols. siendo más frecuentes (93%) en los crónicos. Estudios posteriores. Para la mayoría de los autores las alucinaciones olfativas son infrecuentes en la esquizofrenia. una incapacidad para reconocer los olores sin que exista una alteración de la agudeza olfativa. sugieren que existe una patología cortical y señalan que en el síndrome de Korsakoff y las lesiones de la corteza orbitofrontal sucede la misma agnosia olfativa. se ha concluido que existe una disminución en la misma. . es decir. Esta disminución también existe en los familiares de primer orden. aunque su capacidad olfativa sea normal. La capacidad para la identificación olfativa también se ha estudiado en la esquizofrenia y en general. El grupo de Kopala sostiene que en la esquizofrenia existe una agnosia olfativa (anosmia). Recientemente. se ha comprobado mediante neuroimagen que los esquizofrénicos con una disminuición de la identificación olfativa tienen una disminución del bulbo olfatorio. Por ello. clásicamente han existido diferencias respecto al papel de las alucinaciones olfativas. sino que..2. Wernicke. las relacionan con ideas de culpa. además.e. Kraepelin. . Otros autores no sólo reconocen su importancia en la depresión. sugería que en todos los casos de enfermedad mental aguda la intensidad afectiva favorece la aparición de alucinaciones olfativas y gustativas.3. sin embargo. niega que éstas tuvieran relación con la afectividad. P. en 1900. Depresión Respecto a los estados afectivos. especialmente hipocondríacos. Se ha señalado que las alucinaciones olfativas son de especial importancia para la explicación neurobiológica de la depresión. . ya que su presencia vincula los trastornos afectivos primarios con otras enfermedades neuropsiquiátricas. no suelen acompañarse de otras pseudopercepciones pero sí de delirios 2rios. En la mayoría de los casos (70%) son intrínsecas. Más recientemente. la presencia de alucinaciones olfativas en la depresión ha sido señalada por diversos autores. y especialmente en la paranoia sensitiva. Neurosis y otros trastornos Para Ey. . Ey concluye que la obsesión por el propio olor.2. constituye el aspecto fundamental de las alucinaciones olfativas neuróticas. especialmente fóbica”. mediante el desplazamiento. la representación olfativa del “objeto tabú”. especialmente en las fobias a determinados olores (repugnantes. en las alucinaciones olfativas de los delirios crónicos. En las obsesiones. las alucinaciones y las obsesiones constituyesen aspectos del mismo problema caracterizados. por una “idea fija” que confiera a estos casos una “estructura neurótica. como manifestación de la angustia y la culpa. esencialmente. Es como si el delirio. sugerentes o voluptuosos) se expresa.4. el paciente está “obsesionado por el olor alucinado”. relieve y detalle. Souchanoff estima que las alucinaciones olfativas aparecen igualmente en la histeria. señaló la relación entre las obsesiones y alucinaciones. entre otras. Pitres. Para Séglas. Séglas. nitidez. Régis y Souchanoff. y en este caso se distinguen por su intensidad. al distinguir entre obsesiones alucinatorias (ideas obsesivas que se acompañan de una alucinación) y alucinaciones obsesivas (alucinación independiente que adquiere todas las características de una obsesión). alucinaciones obsesivas olfatorias. en 1892. apareciendo en estas últimas. . las alucinaciones no pueden excluirse en los cuadros obsesivos donde pueden acompañar a la representación obsesiva (alucinación obsesiva). Freud.. otros autores también alucinaciones olfativas en la histeria. institutriz inglesa que tras una rinitis supurada crónica perdió el olfato. Posteriormente. Lucy tenía unas “alucinaciones periódicas de oler a harina quemada” que Freud consideró síntomas histéricos. . el grupo de Kopala ha descrito la presencia de alucinaciones olfativas agradables. A pesar de la anosmia. en 1909 describió el caso de Lucy R. con conciencia de la anomalía del fenómeno en el 21% de los trastornos de la alimentación. han descrito Finalmente. Por último. . Kline y Rausch señalan que la presencia de olores. desencadena todo el cortejo sintomático del trastorno por estrés postraumático como consecuencia de la capacidad del olfato para la evocación de recuerdos. Al igual que en la esquizofrenia. en el TOC también se ha descrito una alteración en la capacidad para la identificación olfativa. reales o alucinados. generalmente de referencia o persecución. P. o Durand insisten en este cuadro clínico que consideran poco frecuente pero con unas características formales y clínicas distintas a la esquizofrenia y otras psicosis crónicas. Posteriormente.e. la psiquiatría francesa denominó délire à base olfactif al síndrome constituido por alucinaciones olfativas 1rias que conducen a un delirio. basado casi exclusivamente en ellas. .2. Síndrome de referencia olfativo La existencia de alucinaciones olfativas 1arias que desembocan en un estado delirante crónico 2rio que pasa a ocupar el primer plano del cuadro clínico ha sido sugerida por varios autores desde comienzos del siglo XX. Porot.5. Martimor. Alliez y Roger.. Popella y Greger describen 2 casos de lo que creen una nueva categoría diagnóstica: las “alucinaciones olfativas monosintomáticas”. Las alucinaciones olfativas en psicosis no esquizofrénicas han sido descritas asociadas a alucinaciones cenestésicas en el delirio de influencia. En Alemania. de carácter lábil. Para Alliez el délire à base olfactif es una entidad rara. de mal olor corporal. y producen una reacción hipocondríaca y depresiva que lleva al aislamiento del paciente Tiene buen pronóstico y podría explicarse por una lesión en el lóbulo temporal. . en el que la presencia de alucinaciones olfativas suele ser única. La paranoia hipocondríaca (hypochondrische Paranoia) de Reichardt. si bien no todos los casos se acompañan de alucinaciones olfativas. basada en el caso de un chico de 13 años que se quejaba de halitosis y realizaba una serie de maniobras para evitar que los demás oliesen su aliento. Se trata de una forma especial de desarrollo sensitivo de la personalidad caracterizado por ideas paranoides de desprender mal olor corporal. . Videbech describe 5 casos de lo que denomina “síndrome olfativo paranoide crónico”. Lo relacionan con las aportaciones previas de otros autores como la Uberwertigkeitswahnpsychose de Birnbaum. Y la alucinosis monosintomática (monosymptomatische Geruchshalluzinose) de Mayer-Gross. . verbales y no verbales. lo que conduce a un progresivo retraimiento y aislamiento social. perfeccionistas y obsesivos. como alusiones a su mal olor. junto a unos marcados sentimientos de inferioridad. Es característico el alivio que sienten los pacientes y la mejoría sintomática cuando se encuentran a solas o dentro de su círculo familiar. de los demás. La personalidad previa se caracteriza por la existencia de unos rasgos sensitivos. El curso suele ser cónico. La relación interpersonal está marcada por una reacción fóbica ya que el paciente interpreta todos los actos. Esta última se refiere a la reacción sensitiva de culpa y vergüenza que siente el paciente cuando está convencido de que su cuerpo apesta. es objeto de rechazo por parte de los demás. y extrínsecas (se localizan en el espacio externo). depresión. Con estos antecedentes Pryse-Phillips identificó los síndromes clínicos en los que aparecen alucinaciones olfativas: esquizofrenia. epilepsia focal y el “síndrome de referencia olfativo”. y por tanto. Para Pryse-Phillips las alucinaciones olfativas pueden ser intrínsecas (el paciente percibe el olor emanado de su propio cuerpo). “razonable” y de “contricción”. . La reacción del paciente a las alucinaciones puede ser “mínima”. El “síndrome de referencia olfativo” es más frecuente en varones jóvenes y se caracteriza por la presencia de alucinaciones olfativas intrínsecas y desagradables. la psiquiatría japonesa ha identificado el síndrome delirante olfativo con el taijin-kyofu-sho (“ansiedad social”). salvo algunos de la esfera afectiva. una categoría similar a la fobia social con la diferencia de que en la primera los pacientes temen molestar a los demás con el mal olor supuestamente desprendido. En este sentido. culpa y malestar. . que son reactivos a la aparición de las alucinaciones o ideas de referencia sensitivas y delirios 2rios poco sistematizados cuando el paciente está con otros. que producen una reacción de vegüenza. No suele acompañarse de otros síntomas. . debilidad y vulnerabilidad. es similar al delirio de referencia. siempre que la experiencia del mal olor corporal se considere la experiencia fundamental que lleva a la “vivencia de la insuficiencia vergonzante. Pryse-Phillips asegura que el síndrome de referencia olfativo puede incluirse en el delirio sensitivo de referencia descrito en 1918 por Kretschmer. El sentimiento de vergüenza por el olor corporal desprendido lleva al paciente a evitar las relaciones sociales aunque el funcionamiento laboral no se ve afectado ni existen otros síntomas que sugieran un proceso esquizofrénico. Tanto la personalidad de estos pacientes –que Krestchmer definió como de “extraordinaria blandura afectiva. de la inferioridad moral”.como la reacción sensitiva. y cierta ambición y obstinación”. independientemente de que el olor sea real o alucinado. P. para Pryse-Phillips la reación de vergüenza a los malos olores corporales consiste en un “rechazo comprensible” ante el rechazo social.e. lo que representa un ejemplo de la “producción psicogénica” de una alucinación verdadera. . Respecto a la naturaleza del síndrome de referencia olfativo. el temor a desprender mal olor. puede llevar a la percepción olfativa alucinada. en los pacientes con colostomías. un signo de civilización y adaptación a una sociedad desodorizada. formando en algunos casos una entidad clínica autónoma. No obstante los autores defienden la existencia de la autodisosmofobia en sujetos normales (autodisosmofobia normativa) al ser una exigencia cultural.2. Bourgeois también relaciona la autodisosmofobia con el síndrome de referencia olfativo.6. . Es decir. puede aparecer tanto en neuróticos como en psicóticos. Autodisosmofobia Bourgeois y su escuela utilizan este término para denominar al “temor obsesivo o convicción delirante de oler mal”. La disosmofobia también se ha relacionado con el delirio de dermatozoos y la dismorfofobia. Pero se diferencia en que las alucinaciones táctiles y la idea de infestación no se alivian cuando el paciente se encuentra a solas . perfeccionismo y organización obsesiva”. insegura. como el delirio sensitivo de referencia de Kretschmer. Para él la cuestión consiste en dilucidar si se trata de un fenómeno psicótico o un desarrollo a partir de una “personalidad sensitiva. con sentimientos de inferioridad. Para Bourgeois existen elementos comunes con el primero como la existencia de alucinaciones limitadas a una sola modalidad sensorial y la convicción delirante de estar focalizada en un solo tema. Más clara resulta la similitud con la dismorfofobia ya que en ambos casos aparecen sentimientos como la vegüenza. el rechazo hacia sí mismo con actitudes masoquistas y de autocastigo. . la humillación. es decir. la agresividad contenida como consecuencia de lo que Janet denominó “la obsesión de la vergüenza del cuerpo”. por la pobreza y los equívocos del lenguaje utilizado para describir y catalogar los olores. Su estudio se ha desatendido por razones: Científicas (dificultad de establecer un lenguaje.Resumen y conclusiones Históricamente ha existido una ambivalencia respecto al sentido del olfato. y el proceso de desodorización iniciado en el s. XVIII) Culturales (la asociación del acto de olfatear con la conducta animal) Aunque las alucinaciones olfativas han sido reconocidas desde la antigüedad. . así como la falta de comprensión de su naturaleza) Sociales (inutilidad del olfato en una sociedad civilizada. rechazo hacia los malos olores. se han considerado poco frecuentes y de escaso interés clínico. En general. En otras ocasiones los fenómenos olfativos se componen de una combinación de ilusiones y alucinaciones y se integran con los delirios para constituir un sistema delirante. . Por el contrario. habría que valorar la posibilidad de que los conceptos de alucinación y delirio sean fenómenos que tengan una relación más estrecha. breves. aislados y sin significación precisa. las alucinaciones olfativas suelen ser fenómenos elementales. En los cuadros orgánicos. como ha defendido la psiquiatría europea continental. especialmente en las auras de las crisis epilépticas. Por todo ello. en las psicosis el componente delirante constituye un importante factor diagnóstico. durante los siglos XIX y XX las alucinaciones olfativas se describieron en cuatro cuadros clínicos.