ALDO FERRER, Historia de la globalización. Orígenes del orden económico mundial, Buenos Aires-México, Fondo de Cultura Económica, 1996, 418 pp.* Víctor L. Urquidi ** Hace más años de los que quisiera recordar, uno de los primeros libros que leí en la esfera de la economía fue una breve historia del comercio mundial publicada en Barcelona, que me interesó mucho. La he recordado ahora al leer el libro de Aldo Ferrer que hoy se presenta, en el cual trata un periodo que yo llamaría f)osfenicio —y desde luego post Marco Polo — que se caracteriza por la gran expansión transatlántica del comercio y de la reorientación de las economías de la Europa Occidental, a partir del siglo XVi hacia nuevas e insosf)echadas regiones del planeta. El doctor Ferrer, con la acuciosidad que le caracteriza, profundiza en muchos aspectos de esa expansión y recorre una bibliografía especializada a la que el lector de temas económicos rara vez acude. Presenta un valioso repaso a las grandes corrientes de la navegación y el comercio de la época, basadas en la explotación de nuevas fuentes de protluctos naturales y de metales preciosos. Más aún, introduce en el relato un análisis muy sugestivo de las etapas y los rasgos del crecimiento económico que fueron diferenciando a las distintas economías europeas y a aquellas en las que se concentró la inversión y la expansión económica. Destaca, ya avanzado el siglo XIX, tras la Revolución industrial, la muy particular absorción de la modemiílad económica en los territorios que conformaron la Unión Americana, dt; la (jue no participaron otras áreas. Ese parteagiias, en el análisis de Ferrer, marcó la ruptura entre lo que después se denominarían las economías desarrolladas y las que quedaron confinadas en el subdesarrollo. Me adelanto a subrayar la conclusión principal del recorrido histórico del autor en materia de comercio mundial: que los países que lograron particijiar en esa etapa de lo que él considera fue el comienzo de la globalización — como ahora se dice— partieron de "procesos autocentrados de transformación, cambio técnico y acumulación de capital". Fueron éstos los que llegaron a convertirse en potencias económicas mundiales. Claro que no hubo un designio explícito, un plan previo. Lo que resultó hacia el siglo XIX fue la consecuencia imprevista de muchos factores, tanto económicos como políticos. Claro que con anterioridad al siglo XV hubo comercio internacional, en particular entre "Oriente", como quiera que se defina, y el Mediterráneo. Shakespeare lo relató magistralmente en El mercader de Venecia, con todo y sus aspectos monetarios. Si lo escribiera hoy pro- * Comentario leído en la presenlación de esta obra de Aldo Ferrer el 11 de septiembre de 1996. *• El Colegio de México. 1387 Un colega me aclaró. con el consiguiente déficit en cuenta corriente de la economía de la península hispánica. Lo que los envíos de metales preciosos. la comercialización agrícola y el tendido de vías férreas. estuvo en lo que Ferrer llama el gran dilema. Un análisis motlenio tendría que rectificar semejante hipérbole.. durante una docta conferencia internacional — que la inflación había prome- . evitaron una verdadera hiperirtflación. Ese comercio inequitativo. pero dejaron en la ruina a España y en proceso de rápida capitalización a los Países Bajos.) La inflación interna en España fue muy leve. provocaron fue una sobrevaluación monetaria por expansión del circulante. como debe ocurrir en todo proceso inflacionario que merezca esa designación y que se respete. a lo que México contribuyó más tarde.. a las nacientes industrias de los Países Bajos. por ejemplo: "El comercio y las inversiones en el Mediterráneo. Pero ¿que sería ese "desarrollo" en los siglos XViii y XIX? La Revolución industrial. Una vez calculé —eso sí. que habían cambiado los precios relativos.. las grandes explotaciones agrícolas. Lo que este nuevo libro subraya es que la apertura atlántica fue un gran cambio cualitativo. y se entró en un proceso relativamente rápido y desde luego complejo de transición al "desarrollo". contrariamente a lo que se supone. que daría lugar en momento posterior a los espaghetti a la napolitana. con el xUómatl. sin embargo. como se sostiene ahora.. Esos impulsos Uegaixin al resto del mundo de bablemente el Fondo de Cultura Económica le exigiría ponerle mejor título a su obra. sobre todo de plata. A pesar de la nueva y mayor productividad. vía gasto en importaciones. además. dieron lugar fx)r supuesto al crecimiento de las economías: las manufactinas. Se buscaban las Indias y se dio con América. La clave. la organización urbana de la industria. En el siglo XVI se cosecharon los primeros resultados de la ciencia y en alguna medida de la tecnología. llevó los tallarines de China a Italia. El déficit y la sobrevaluación. para los fines del orden económico mundial. sobre una servilleta de papel en un café de Atenas. y este continente entró de lleno al comercio mundial aunque en condiciones desventajosas. con referencia especial a las transferencias de oro y a la volatilidad de los movimientos de capital a corto plazo".1388 EL TRIMESTRE ECONÓMICO diado si acaso un poco menos del 1% anual a la tasa geométrica a lo largo de 100 años. según se supone. dejó su huella en la península ibérica en lo que un autor llamó la Revolución de los precios del siglo XVI. que transfirió recursos. hoy diríamos que se trató de un desarrollo no sustentable y carente de equidad social. Marco Polo. sólo Europa se benefició en un fuerte arranque inicial. concepto que por cierto antes no se usaba. las previas de la agricultura y el transporte. Pero integrar todo eso en im concepto de "desarrollo" parece llevar las analogías demasiado lejos. un "desarrollo quitativo" en lugar de un "desarrollo sustentable y equitativo". En todo caso. Por otra parte. las comunicaciones a distancias largas. al principio intercambiando oro por baratijas. (Conste que estoy hablando del siglo xvi. en plena expansión globalizante de los navegantes ibéricos. desfjués. entre otras (pp. a grandes saltos. a la aportunidad de desenvolver aptitudes personales. la de inserción en la naciente y creciente economía mundial. en ese primer orden económico mundial. sino análisis de las grandes corrientes. Es decir. 410). y se asoció el cambio técnico a una economía política. El modelo "británico" no pegó en estas otras partes. Salvo la burbuja de la crisis . más que nada a partir de la explotación comercial del petróleo a fines del siglo XIX y. fracasó en medio de nueva retórica y gran demagogia. El integrar todo lo que ocurrió en los siglos XVI a XIX en un concepto de "desarrollo" me parece llevar las analogías un pjoco demasiado lejos. pero fuera de algunas acciones marginales. Pero era indispensable a su vez centrarse en "procesos de acumulación de capital y cambio tecnológico afianzados en los recursos internos y en el merca<lo interno" (página 410). para usar otro téniíino de estos días. el desarrollo sólo era posible abriendo mercados externos. Ni la América Latina ni Asia lograron emular la exptíriencia estadunidense (el caso del Jaf>ón vendría más tarde). 398). del que pudieran desprenderse enseñanzas para el siglo XXI. aun cuando tiene el mérito de que con el lenguaje moderno nos entendemos mejor. empezó a participar con provecho en esa economía mundial. y entre los cuales figuran economías convertidas en parias del desarrollo. I^ resolución del dilerna ámbito intenio-contexto extemo no fue pareja: dependió. sólo en el territorio estadunidense se logró la capitalización y la comercialización del ahorro. Mas sólo la Unión Americana. Faltaba información. "La historia de Europa comenzó a ser historia mundial". 410-411). causas y cauces del desarrollo económico. a ser lo que hoy llamaríamos el Grupo de los 77. nos dice el autor (p. que se inicia en un contexto de gran desigualdad y de poca esperanza de que ésta se reduzca a dimensiones tolerables. l^ obra emprendida por Altlo Ferrer no es simple relato histórico. dentro de la globalización de entonces. Norteamérica dio resf)uestas esj^ícíficas al "dilema de la 1389 interacción entre el ámbito interno y el contexto externo" (p. a la visión que diera una identidad propia. El hecho real es que fuera de una parte de la Europa Occidental. conforme al análisis de Fener. en un principio. con la gran industria sidemrgica y de fabricación de metales. dejando a los historiadores la terminología tle las distintas épocas. Tampoco generó poder tangible sino sólo retórico o el escudado en antiguas tradiciones poco operativas en ese orden económico mundial nuevo y complejo. La organización internacional en el Sistema de las Naciones Unidas p>osiblemente vislumbró desde fines de los años cuarenta el referido dilema. a la capacidad del Estado de cohesionar los recursos de la nación. habilidad y voluntad. Las sociedades que no reunieron estas condiciones pasaron. faltaba "estrategia del desarrollo". de condiciones relativas a los sistemas políticos. por cierto ya muy disminuido en su capaci<lad. no logró movilizar los "factores endógenos del desarrollo" (si es que los hubo).COMENTARIOS BIBLIOGRÁFICOS rebote y con la idea de la explotación de los recursos naturales en favor de los centros industriales. que no parece tener solución. En esta próxima centuria. del petróleo en los años setenta.1390 EL TRIMESTRE ECONÓMICO ves consecuencias globales en el siglo que viene. desprovistos del mismo. endeudados y aun sumisos. que a los grandes intereses económicos de las grandes potencias pareció amenazante. y los de baja calidad de vida. la división entre los países de alta calidad de vida. dolados de p>oder. Los factores endógenos se han disipado: excepto en unos cuantos países de Asia. con gra- . quedó más marcada que antes. no han sido prioritarios ni determinantes. a lo estrictamente económico se añade lo ambiental y lo demográfico.
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