AGENCIA HUMANAELIAS M. REY VÁSQUEZ Profesor Maestría en Ética y PMC UNIMINUTO-SP 2017 Aproximación y características generales Con base en la definición que el profesor Forero, A. (2011) expone, “Agente es (…) la persona que lleva a cabo la acción que se dice o expresa de manera consciente, voluntaria, libre y con intención clara.” (p. 29). Es decir, es la capacidad que tiene el ser humano de tomar decisiones. Se fundamenta en la filosofía práctica o de la acción en la que se encuentra la ética y la política. Por esta misma línea, la profesora Naranjo, L. (2010), encuentra que la categoría de agencia o “agente humano” deriva del esquema aristotélico y se le comprende como “un sujeto capaz de actuar y decidir por sí mismo, o como moviéndose a la acción por sí mismo, de tal manera que dicha acción tiene su principio en el propio agente” (p. 7). Caso contrario -y a manera de comentario, puesto que no es objeto de este escrito- será el “paciente”, quien, continuando con Naranjo, es el opuesto al agente, es decir, aquel que padece la acción de otros: el “paciente” sería pensado como un ser que es objeto de la acción de otros, o de fuerzas que escapan a su poder, siendo empujado por dichas fuerzas o voluntades a las que no puede resistirse y de las que no es responsable, puesto que el principio de lo que “parece” que hace el paciente, realmente no está en él, sino en dichas fuerzas externas. Esta distinción aristotélica, a su vez, se encuentra ligada a las oposiciones establecidas por la filosofía de la acción del siglo XX: “actuar” vs. “padecer”; un mero “cambio” o “movimiento” vs. una “acción” propiamente dicha. (pp. 7) En últimas, la agencia humana es la capacidad de ser reflexivo. Esto posibilita una toma de distancia crítica que admite llevar a cabo evaluaciones y juicios que permiten decidir por la mejor acción, según los fines e ideales que se quieran y sobre el tipo de sociedad que se busca construir con otros agentes. Esto quiere decir, que es la libertad y no la fuerza, ni la manipulación o instrumentalización, la que constituye los vínculos con los demás agentes. (p.7) Ahora bien, esta capacidad de reflexión o agencia en los seres humanos, filósofos como el norteamericano Harry Frankfurt (2006) lo equipara a la esencia de ser persona, pues consiste en la capacidad de ejercer la “libertad de la voluntad” (pp. 25). En otras palabras, la diferencia entre las personas y otras criaturas, radica en la estructura de la voluntad de la persona. Los seres humanos no somos los únicos en tener deseos y ser capaces de elegir, algunos otros animales también lo hacen; sin embargo, si nos es propio formar “deseos de segundo orden”. Estos deseos son aquellos que surgen de la reflexión que se hace sobre 1 “como señalan Kohlberg y Piaget. busca explicaciones tales como “a mayor juicio moral. “si las elige. no sólo porque puede haber diferencia entre la norma moral y la acción. C. en palabras de Kohlberg (1992). “deseos de primer orden”. y las elige por ellas mismas” d) debe llevarse a cabo de modo seguro y sin vacilaciones. el papel de los juicios morales es preponderante. el hombre se constituye cuando toma “postura” frente a sus propios deseos. Los “deseos de segundo orden” son los que implican reflexión y dirección de la voluntad. en sus preferencias y en sus propósitos. mayor probabilidad de una acción moral” (p. En palabras de Frankfurt (2006) se sintetiza el asunto así: Además de querer.aquellos que este autor denomina. Este tipo de deseos lo tienen también otros animales. sino porque. (2008). como dice la profesora Villegas de Posada. en algún nivel de análisis. en la medida en que se interioriza determinados estándares de decisión racional. parece tener la capacidad de realizar la autoevaluación reflexiva que se manifiesta en la formación de los deseos de segundo orden. Sin embargo. que se inspiran en el libro II. según la profesora Villegas (2008). (pp. En últimas. es posible que los hombres también quieran tener (o no) ciertos deseos y motivaciones. “si las hace con firmeza e inquebrantablemente” De manera concreta. sino más bien mantengo una versión modificada en la que un juicio distintivamente moral es componente necesario de una acción juzgada 2 . deseando tener cierto tipo de deseo. elegir y ser inducidos a hacer esto o aquello. hay que tener en cuenta que la decisión para las acciones morales. En otras palabras. salvo el hombre. capítulo 4 de la Ética a Nicómaco. Kleinberg me atribuye el punto de vista kantiano (y cristiano) de que lo único que cuenta al evaluar una acción moral es intención o principio que yace tras ella. a la misma acción pueden subyacer juicios distintos” (p. “si sabe lo que hace” b) debe ser resultado de una elección deliberada. donde nos dice: a) debe realizarse con pleno conocimiento. ningún animal. Sin embargo. Es decir. De hecho. yo no comparto esta postura kantiana. lo que determina los buenos efectos de la acción sobre otra gente. que simplemente son deseos de hacer o no una cosa u otra. los “deseos de primer orden” son aquellos deseos que surgen en cada ser humano como impulsos que los mueve a actuar. la decisión moral se puede entender como una acción deliberada. Son capaces de querer ser diferentes. de lo que son. 116). 116). de modo tal que el agente moral pueda tener condiciones de decidir. Kohlberg. 27) Esto hace entender que la persona es aquella que reflexiona sobre los deseos que debería tener o que enfatizan en la mayoría de sus acciones. Para enfrentar estas diferencias entre el juicio moral y la acción moral. no las consecuencias o capacidad de preverlas. Aristóteles (2011). Agencia moral Con relación a las decisiones morales o agencia moral se considera una decisión/acto cuando el agente tiene presente tres características fundamentales para su constitución. Muchos animales parecen tener la capacidad de lo que denominaré “deseos de primer orden”. libre y autónoma. de racionalidad práctica. 327-328) La racionalidad práctica integra razón y pasión. si como al juicio moral del propio individuo. La combinación de estas dos vías conforma la perspectiva de Kohlberg. sino más bien porque entiende 1 A manera de ejemplo el Dr. verdadero y práctico respecto de lo que es bueno para el hombre” (EN1140b 20-22). los principios de juicio moral pueden no ser suficientes para una buena acción o un buen carácter en un sentido más amplio (p. hay dos vías para definir la acción moral. profesor titular de filosofía moral del Departamento de Filosofía de la Universidad Autónoma 3 . necesidades. una forma de ser. En palabras de la profesora Adela Cortina (2011). por tanto. no es la única condición para la moralidad como se verá más adelante. de la que destaca Aristóteles la phronesis. El agente actúa de una manera correcta (buena) no porque tenga un conocimiento universal y necesario de qué es el bien en general y lo aplique a la situación en la que debe actuar. (Este es un tema que desborda la intención del presente apartado. el juicio y las buenas consecuencias son los criterios que según Kohlberg se necesitan para que una decisión para acción sea moral. moral. es decir. La vía más simple considera la acción moral como aquella que es consistente con el juicio que el sujeto hace sobre la acción. el ser humano. poseen la consideración moral son aquellos que están dotados de razón práctica o como se dice actualmente. No es ciertamente la única condición necesaria para ser moral. o. intereses o sentimientos. aquellos que ha desarrollado una existencia moral. aunque necesarios. que es “un modo de ser racional. como si la vida moral no precisara de inteligencia. es decir. se perfecciona a través de la experiencia y la reflexión para llegar a constituir un carácter virtuoso. 384). deseos. Sin embargo. 117) La razón práctica como criterio para la consideración moral Los seres que viven moralmente y que. animales.) Existen muchos autores1 que se han especializado en el tratamiento de la consideración moral). etc. como prefiere decirlo Gadamer. pero del que sin duda es importante estudiar. que. es decir. La racionalidad práctica es ante todo una capacidad propia de los sujetos morales. La segunda define una acción como moral en referencia a estándares objetivos y universales. (p. dados los supuestos que implica (seres humanos con incapacidad mental. De ahí. es decir. pues. Se puede requerir otros factores de conocimiento y motivación que no sean distintivamente morales para asegurar un buen resultado. que además de ser una capacidad se cultiva. pero no necesita ser suficiente para evaluar la moralidad de una acción de un actor. un ethos. Jorge RIECHMANN. diría la profesora Villegas (2008) respecto Kohlberg. 1975. de ver una situación concreta a la luz de lo que se exige de él en general y actuar en consecuencia (Gadamer. (pp. Una cultivada racionalidad práctica da la capacidad de leer el aquí y el ahora. Sin embargo. 475) Según esto. Tampoco se quiere decir que seamos solo nosotros los merecedores de consideración moral de manera exclusiva. p. naturaleza. Triple tarea de quienes poseen consideración moral dada su capacidad racional. Por eso negar la razón. Como diría la frase célebre de J. virtuoso. Sartre. Edhasa. Justificar o dar cuenta racionalmente de la respuesta que he dado a la realidad. en el hombre 2 El existencialismo es un humanismo. sino aquella que se constituya como buena razón. En últimas. ante la que debemos justificar nuestra respuesta. no viene determinada por un repertorio de normas externas impuestas a él. Para elegir una posibilidad. “Un ser que responde automáticamente al medio carece del momento básico de la libertad en el que se sustenta todo otro posible de libertad” (p. 3. y por eso su elección ha de ser justificada. porque no le viene dado naturalmente. la racionalidad humana ha sido un instrumento de adaptación del medio a las necesidades humanas y a la vez para sobrevivir en él. 4 . 2002. es decir en el marco de la phronesis. necesitados y forzados a elegir. más bien depende del carácter.que “lo bueno para él sólo aparece en la concreción práctica de la situación en la que se encuentra” (Gadamer. justificándose. sería reconocer que la moral es una ficción racional. haciéndonos responsables de ella. Barcelona. 328-329) En últimas. “Reconocer que los hombres contamos con mejores y peores razones para actuar todavía no es suficiente para decidir si algunas de ellas puedes calificarse como morales. Captar el medio que nos rodea como realidad. Cortina (2011). 1975. que si pueden tener otros animales. 384). 328). interés. p. ni el sólo conocimiento de lo que es el bien o el mal o qué acciones per se son las correctas. no es una posibilidad de una sola respuesta sino varias. la capacidad de la racionalidad cumple con las siguientes tareas básicas: 1. que cualquier razón sea razón moral” (pp. La acción del agente llevado a cabo por su actitud virtuosa. «El hombre está condenado a ser libre»2 Ahora bien. Ser virtuoso se aprende siendo en la práctica habitual. Nosotros en ese proceso de adaptación ejercemos nuestra libertad y es precisamente por ella que debemos justificar la respuesta que damos a esa realidad. 2. el hombre ha de renunciar a las restantes. del ethos del agente moral. ya que no cualquier deseo.P. Lo que en el animal era la justeza automática. y creer que se es inteligente actuar moralmente de acuerdo con la razón. De acuerdo a la lectura e interpretación que la profesora Adela Cortina (2011) hace de Aristóteles y de Xavier Zubiri. Además. que ha de hacer su ajustamiento a la realidad. porque no está claro a priori que cualquier bien sea un bien moral. es decir. un artefacto superpuesto en la constitución biológica del hombre. estamos constituidos. necesidad o preferencia es válido para justificar la adecuación de una elección. de las que debemos optar por aquella que consideramos la más conveniente. continuando con A. Esta adaptación se aleja de respuestas deterministas biológicamente hablando. Frente a esto nos preguntamos. 16) Sin embargo. En términos generales. el hombre no es el único en tener deseos y ser capaz de elegir. la internalista y la externalista. los ha involucrado con su horizonte. que sirven como punto de entrada a la cuestión fundamental de la agencia humana de cómo decide correctamente un agente. es justificación activa. en términos generales. 333). Estos deseos son 5 . Es una integración de lo externo y lo interno. El agente. sea externa o interna. la interrelación de los elementos de su horizonte. precisamente. que implica una interpretación que le da sentido y que por tanto lo involucra completamente. pero hace ver que lo central aquí es si las razones que justifican la decisión de una acción son internas o externas. En palabras del profesor José Andrés Forero (2011). (p. aquello que ha incorporado a su horizonte de vida. 26) En suma. En otras palabras. (p. plantea una falsa y radical separación entre los conceptos de “interno” y “externo” que. sino que interpreta ese “afuera” y lo involucra dentro de su horizonte de valor y de sentido. y esta necesidad de justificarse le hace necesariamente moral: no somos libres de dejar de elegir (p. no tiene que escoger entre verse motivado por un hecho externo o por uno interno. el agente decide correctamente cuando vuelve en razones suficientes aquello con lo que se ha identificado. de este modo. La reflexividad de la acción como condición necesaria para la agencia moral El filósofo norteamericano Harry Frankfurt (2006) encuentra que una de las características fundamentales del hombre es el concepto de: “libertad de la voluntad” (p. por su parte. cuando el agente considera esos hechos que estaríamos tentados a llamar “externos” ya los ha interpretado y. no parece ser muy apropiada a la hora de considerar la motivación de los agentes. Esto quiere decir que la diferencia entre el hombre y otras criaturas radica en la estructura de la voluntad del primero. Deliberación y decisión del agente moral Existen dos visiones muy generales sobre la agencia. en palabras del profesor Forero (2011). los internalistas afirman que las razones por las cuales un agente realiza y justifica una acción están dadas por sus estados mentales (deseos/creencias). los externalistas aseveran que las razones por las cuales un agente realiza y justifica una acción están dadas por los “hechos externos” sobre los cuales versan los estados mentales. pero si es propio de él formar “deseos de segundo orden”. esto es. esta dicotomía que prefija la motivación para la acción. Es decir. La única herramienta con la que cuenta el agente para enfrentarse al mundo externo y para decidir cómo actuar en él es. en nuestra opinión. ¿En razón de qué elegimos? Esto es tarea del logos (autor del juicio o del razonamiento) ¿Cómo actúa el logos en este contexto de elección? Esta es la preocupación de la racionalidad práctica.25). Es una clasificación muy laxa. llevamos a cabo acciones inducidas por algo ajeno de lo que en realidad queremos: aquí no hay reflexividad.aquellos que surgen de la reflexión que se hace sobre aquellos que este autor denomina: “deseos de primer orden”. 2006. Muchos animales parecen tener la capacidad de lo que denominaré “deseos de primer orden”. por tanto. 236). 27). ningún animal. de lo que son. el hombre se constituye como tal cuando toma “postura” frente a sus propios deseos. En otras palabras. elegir y ser inducidos a hacer esto o aquello. Esta “(…) nos lleva a preocuparnos por nuestros propios motivos. En palabras de Frankfurt: Además de querer. p. esto promovería acciones llamadas inconscientes (Frankfurt. Este tipo de deseos lo tienen también otros animales. en sus preferencias y en sus propósitos. parece tener la capacidad de realizar la autoevaluación reflexiva que se manifiesta en la formación de los deseos de segundo orden (Frankfurt. En otras palabras. Son capaces de querer ser diferentes. Esto quiere decir que tenemos acciones que surgen de la fuerza motivadora de nuestro propio deseo. 6 . p. que simplemente son deseos de hacer o no una cosa u otra. Sin embargo. autoridad y protagonismo del individuo reflexivo. Salir de la inconsciencia de nuestras decisiones/acciones es lo que nos hace ser agentes morales auténticos. Esto hace entender que la importancia fundamental de la reflexividad del hombre sobre sus deseos. evidenciando con ello una posible indiferencia a los motivos y a posibles conflictos que se vivan en ellos. puesto que no hay injerencia con apoyo. 2006. la reflexividad nos hace evaluar si somos o no dueños de nuestros propios motivos y. deseando tener cierto tipo de deseo. esa es la meta de la formación moral. o por el contrario. Es decir.” que es lo mismo a tener capacidad de reflexividad. sobre aquellos que debería tener o de aquellos que enfatizan en la mayoría de sus acciones. somos pasivos. Los “deseos de segundo orden” son los que implican reflexión y dirección de la voluntad. ser personas conscientes de nuestro actuar o no actuar. es posible que los hombres también quieran tener (o no) ciertos deseos y motivaciones. salvo el hombre. los “deseos de primer orden” son aquellos deseos que surgen en cada ser humano como impulsos que los mueve a actuar.