06 MENDOZA, HÉCTOR - Las Cosas Simples (TCM)

RUANO CORPUS ISRAEL JOSAFAT — 111 “Las Cosas Simples”.MENDOZA, Héctor Lunes 30 de Septiembre, 2013 ARGUMENTO: Catalina, de diecisiete años, trabaja de mesera en un café-nevería de su papá. Vive enamorada en secreto de Ricardo, de diecinueve, éste a su vez, está enamorado de Sué, una mujer trece años más grande que él. Varias historias de chicos de la preparatoria convergen dentro de este café-nevería, donde vemos algunas situaciones aparentemente complicadas, pero que al final de cuentas no son más que cosas simples. Sué no corresponde, naturalmente, al amor de Ricardo y ésta se decide a casarse con un gringo; Ricardo sufre y se va, dejándole a Catalina un amuleto de la suerte que le dio una adivinadora, ya que asegura que a él no le ha servido. Sué abandona el café-nevería, donde rentaba un cuarto y al enterarse que Catalina está enamorada de Ricardo, se siente algo mal. Catalina se queda en el café cuando entra un conglomerado de muchachos de preparatoria saliendo de clases, y en ellos cree reconocer a Ricardo, que probablemente ha vuelto. PROTAGONISTA DE LA OBRA: Creo que Catalina y Ricardo son los personajes principales; ambos viven un amor no correspondido, pero lo viven en diferente medida: Catalina en un amor inocente de preparatoria y Ricardo cree vivirlo como un adulto, un hombre. Son personajes eje en la historia, ya que es más notoria la progresión de éstos dentro de la obra, muy a pesar de que son de carácter pasivo, pues no atacan a valores tan fuertes porque sólo son chicos de preparatoria. OPINIÓN SOBRE LA OBRA: Es una obra muy divertida y al mismo tiempo atacante hacia los jóvenes, nos dice que nos preocupamos por cosas que en apariencia las creemos complicadas, profundas, incluso trágicas, pero en realidad son demasiado simples. Vemos por ahí una pareja típica de prepa, donde se chantajean emocionalmente entre sí, pero en realidad se quieren; chicos haciendo trampa en los exámenes, el chisme, etc. Es una buena crítica para los jóvenes, que nos demuestra que no somos ni tan adultos, ni tan niños. Una invitación a no tomarnos las cosas tan a pecho y vivir y disfrutar nuestra etapa. LA OBRA PUESTA EN ESCENA: Al fondo, habría una pared de unos 3 o 4 metros, color naranja rojizo, aforando el teatro 1 metro desde el fondo; esta pared tendría ventanas y al centro, la entrada principal, una puerta de un material que de alusión al cristal. Muebles y decorados asemejándose ya a los años 60, pero sin caer totalmente en ellos. Mesas color amarillo pollito y sillones o sillas forradas de color verde menta, ambiente de un típico diner americano. Las mesas estarían el centro del escenario, la barra-nevería a la izquierda en tres cuartos y las escaleras al fondo, pegadas a la pared, con un barandal discreto, tal vez en color que asemeje al ébano. En primer término, derecha, una cabina telefónica y a lado una sinfonola. Iluminación con colores cálidos y luz general blanca. En el entremés, Ricardo tendrá siempre un seguidor, mientras todo está en un azul profundo. Lic. En Teatro / Teatro Contemporáneo en México